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CONOCER MAS DE LOS IBEYIS (JIMAGUAS)
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“IBÉYIS”
Los Ibéyis o Jimaguas son Orishas. Personifican la fortuna, la suerte y la
prosperidad. Son capaces de salvar de la muerte y de lo malévolo. Se
encuentran en los caminos de los montes, protegen a los caminantes. Uno
de los símbolos más importantes de los Ibéyis son los tamborcitos con los
cuales vencieron a Abitá. Se pueden representar por tres combinaciones de
figuras, una de hembra y una de varón, dos de varón o dos de hembra.
Los Ibéyis o los jimaguas u Orishas gemelos, son los Orishas menores,
protectores de todos los niños, juguetones traviesos y golosos. Viven en lo
alto de la palma. Son los consentidos de todos los demás Orishas. Varón y
hembra reciben diferentes nombres como Taewó y Kaindé, Araba y Aína,
Ayaba y Aíba (ambos femeninos), Olorí y Oroina también femeninos, Alawa
Kuario y Eddún, Adén, Alabba, Ibbó e Igué, Oraún, Ono Nibeyi e Idobe,
Olón, Itaguo e Idoú, etc.
Su nombre proviene del Yorùbá Ibèyí
IGBÓ: Contiene
MEYI: Dos.
Su número es el 2 y sus múltiplos.
Sus colores son el rojo y blanco y el azul y blanco.
Su familia: Hijos de Shangó y Oshún criados por Yemayá.
Diloggún: Por el diloggún hablan fundamentalmente en Eyióko (2), y en
todos los Odù méyi.
Sus utensilios:
Su receptáculo son dos tinajitas (Apotó), una decorada de rojo y blanco y la
otra de blanco y azul. Sus atributos son dos medias manos de caracoles,
cuatro piedras alargadas en forma de pene, cuatro piedras redondas en
forma de vulva, dos muñecos sentados en taburetes uno hembra con collar
de Yemayá y uno macho con collar de Oshún unidos ambos por un cordel,
dos Acheré, dos tamborcitos, juegos de campanillas en número par y güiras
pintadas con cruces o rayos sobre fondo blanco. No se colocan a la cabeza
y se reciben como Orishas de Addimú.
Sus ofrendas:
Se les ofrenda todo tipo de frutas, mamey de Santo Domingo, canistel,
guayaba, anón, guanábana, naranja, mango, piña, platanillo, mamoncillo,
dulces, arroz amarillo y rosetas de maíz (pochoclo).
Sus Elekés:
Se confeccionan con tramos de rojos y blancos y tramos azules y blancos.
Se le inmolan pollos y palomas. Sus Ewé son hicaco, maíz, mamoncillo,
pega pega, rabo de gato, sagú, zapote, tomate, chirimoya, zarzaparrilla y
rompesaragüey.
Se saludan ¡IBEYI ORO ALAKÚA OYÉ OYÉ MOJOJÓ!
Características de los Omó Ibéyis:
Son personas chiquilinas, juguetonas e inmaduras. Tiene gran talento para
los negocios. Irresponsables y de carácter muy cambiante o ciclotímico.
HISTORIA DE LOS JIMAGUAS.
Entre los pueblos primitivos el nacimiento de gemelos no era tomado con
indiferencia, sino que representaba todo un acontecimiento. El vocablo
Jimaguas significa niños sagrados como lo son todos dentro de la religión,
ellos hablan por boca de Shangó y lo acompañan. A pesar de ser santos
menores en rango, tienen una virtud grande, milagrosa y un poder
inigualable.
Fueron ellos los que salvaron a Obatalá en el reino de Dahomey en Nigeria
de la trampa que un grupo de Obbas le tendieron para arrebatarle el
mando, pues este era muy severo y apegado a las leyes y esto molestaba
sus intereses. Decidieron los Obbas envenenarlo y para ello hablaron con el
cocinero, pues era el único que tenía acceso a él. Le prometieron doble
sueldo y bienes materiales si ejecutaba el plan. El cocinero estuvo de
acuerdo, sabía que Obatalá no podía probar la sal porque moriría.
Mientras, los Jimaguas habían oído la conversación y de inmediato le
contaron a Obatalá lo que se tramaba en su contra. Le dijeron que se
vistiera de rojo y negro, pues así podría descubrir quién era su enemigo.
Obatalá aceptó las instrucciones y descubrió a la persona que quería
matarlo, en pago les concedió a los Jimaguas que ellos fueran los niños
mimados de la religión. Como su poder es tan grande, cuando se quiere
lograr algo imposible los iniciados les dan fiesta y los agasajan en la casa.
PATAKÍ “EL TAMBOR VENCIÓ AL DEMONIO”
Había un pueblo en que todos sus habitantes vivían muy felices y
contentos, hasta el día en que Olósi (el Diablo) andando por el mundo llegó
allí.
Con él empezaron toda clase de desgracias, problemas, conflictos y
desastres para sus moradores, llegando al punto de no tener que comer,
pues no se podía trabajar, cada cual por una causa distinta y la enfermedad
acompañaba a la muerte en la desolación y sufrimientos traídos por el
demonio.
Obatalá paso por allí y vio que todo era cosa de Olósi y se dirigió a una
casa donde vivían dos niños jimagua varones y se los pidió al padre por un
rato y les dijo que si le permitían a los Jimaguas ir con él se resolvería las
angustias del pueblo. Los padres aceptaron y Obatalá se los llevo.
La diversión de los Jimaguas (Ibéyis) era tocar el tambor. Obatalá los vistió
iguales y les dio instrucción de lo que tenían que hacer dejándole escondido
en un lugar seguro y fue a ver a Olósi para que le explicara la causa por lo
cual estaba provocando tantas desgracia en ese pueblo, contestándole este
que era por diversión.
Obatalá le dijo que traería (1) un niño para que tocara un tambor y él
bailaría, si el niño se cansaba primero él seguía haciendo lo que quisiera en
el pueblo, pero si él se cansaba primero que el niño se iba y dejaba
tranquilo al pueblo.
Olósi pensando que le sería muy fácil cansar primero al niño, acepto las
condiciones de Obatalá.
Obatalá trajo al niño con su tambor y este comenzó a tocar y Olósi a bailar,
cuando se cansaba, le hacia una señal al otro que estaba escondido y
cuando Olósi daba una vuelta ocupaba el puesto del hermano y continuaba
tocando.
Esto duro hasta que el diablo se canso y derrotado por los Jimaguas,
abandono para siempre el pueblo y sus vecinos volvieron a ser felices.
Maferefun Los Ibéyis.