21
Papeles del <<Seminario Maria Zambranox (<Qué carrera ésta del fi!ósofo que nació para enseñar en continuidad y acaba asI, más allá del bien y del ma!, que no puede dejarnos de recordar más allá del ser y de la esencia de Plotino; quién lo dirIa, más allá siempre de ella misma o en otro lugar inasequible. Cuál acaba siendo entonces, para e! futuro, el lugar de Ia filosofIa? Ta! vez uno de sus lugares privilegiados no haya sido e! estoicismo sino el cinismo, el inquietante y desconocido cinismo>>'. MarIa Zambrano y lapregunta por el <<ser>2 ué lugar reservará el futuro a Ia filosoffa si ci filósofo se lanza en solitario en busca del "ser" y lo recla- ma ünicamente como su triunfo, más allá del bien y del mal, más aliá del ser y Ia esencia, esto es, más allá de cualquier ética o de cualquier fisica humana? Dónde quedará esa ética del sentir que Maria Zambrano quiere "mediadora" y denomina "estoica"? La respues- ta que ofrece nuestra filósofo en Ia que serfa su ültima obra en vida, Los bienaventurados, es deso- ladora: ci egoIsmo de ser a solas —Sin alteri- dad— la envidia de la tiranIa de Ia mirada, las "sendas perdidas" de lo que ella denomina el ednquietante cinismoio. Es acaso Heidegger un cInico? Hablar de Maria Zambrano en relación con Martin Heidegger es tener en cuenta ci papel central que tuvo la figura y Ia filosofia de Ortega y Gasset en su pensamiento y la rclación que éste tuvo con Sery Tiempo. Como cI resto de los filósofos de su generación, Maria Zambrano respondió a su modo a la filosofIa dcl "ser" de Notas: El filósofo>>, en [1990) Los bienaventurados, pág. 54. 2 Los textos de Maria Zambrano, que sedan en las notas sin menci6n de autor, se citan siempre a partir de las siguientes ediciones: [1939) Pensamientoypoesla en/a vida espaCola, Endyrnion, Madrid 1996; [1939) Fi/osoflaypoesia, FC.E., Mexico-Madrid 1993 2 (segunda edición corregida por Ia aurora en 1986); [1943) La Confesidn: Ginero literario, Siruela, Madrid 1995 (que añade los cambios que la propia Zambrano realizó en su revisión de 1965); [1951) Hacia an saber sobre el alma, Alianza Editorial, Madrid, 19872; [1955) El hombre y lo divine, Ed. Siruela, Madrid 19912 (que reproduce Ia segunda edición aumentada de 1973 y editada en el F.C.E., Mexico); [1958] Persona y democracia, Anthropos, Barcelona 1988; [1965] Espaffa, sueEoy verdad, Siruela, Madrid 1994; [1971] Obras reunidas I, Aguilar, Madrid 1971; [1977] Claros del bosque, Seix Barral, Barcelona 1977; [1986) Dc Ia aurora, Turner, Madrid 1986; [1986) Senderos, Anthropos, Barcelona 1986; [1989] Notas de an mitodo, Mondadori, Madrid 1989; [1989) Dc/u-co y Destzno (los veinte abcs de tuna esJsaEola), Mondadori, Madrid 1989; [1990] Los bienaventurados, Ed. Siruela, Madrid 1990; [1992] Los sueCos y el tiempo, Ed. Siruela, Madrid 1992; [1993) La razón en Ia sombra. Anto/ogla del Pensamiento de Maria Zambrano (ed. por J . Moreno Sanz), Siruela, Madrid 1993; [1995) Las pa/abras del regreso. Articulos periodisticos (1985-1990), ed. de M. Gómez Blesa, Amarul, Salamanca, 1995.

Oscar Adán - María Zambrano y La Pregunta Por El Ser

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Revista Aurora. Estudio sobre la obra de Maria Zambrano

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  • Papeles del
  • Heidegger a travs de un dilogo constante conel filsofo que, paradjicamente, se cifr en unrechazo apenas sin fisuras de Ia filosofIa del ale-man. Como sucedi con Ortega, MariaZambrano ni se desentendi ni evit nunca elpensamiento heideggeriano un pensamientoque, a priori, debia serle muy cercano peroque, sin embargo, rechaz como 'xGuia>>. Encierto modo, se puede establecer una relacinproporcional entre el rechazo que MariaZambrano refleja por Heidegger y Ia remisinque demuestra por Ortega y Gasset como 5 . Pese a queOrtega afirm

    y en ms de una ocasin deun modo tajante Ia poca influencia que habiatenido en l el pensamiento de Heidegger, locierto es que el filsofo espaol tuvo que lidiarel toro de defender y delimitar su mtodo y elcarcter de su filosofia frente al nuevo horizon-te impuesto por ste. Es evidente que Ortega sedio perfecta cuenta de lo que significabaHeidegger en el panorama de Ia filosofia euro-pea de su tiempo y el eclipse que podia signifi-car para su propio pensamiento, de ahi que unade las constantes de su illtima filosofia sea ladiscusin abierta con la ontologia de Ser yTiempo. La primera vez que Ortega critica porescrito a Heidegger --ya lo habia hecho demodo oral en 1929 en el curso recogido en Quesfilosofia?6 es en una nota a pie de pgina asu , en1932. El objeto de Ia nota, nos dice Ortega, era,refirindose sin duda a Ia "buena fe" de un JosGaos deslumbrado por la innovacin de la obraheideggeriana, y reclamando la prioridad de lasMeditaciones del Quijote en algunos conceptosbsicos que aparecen como fundamento de Ser yTiempo.

  • Papeles del , en [1957) Sobre Ortega y Gasset y otros traba-jos de historia dc/as ideas en Espaiia y Ia Am/rica espaCola. UNAM, Mexico 1957, pg. 80; [1961) pg. 439.9 J . Ortega y Gasset [1947) La idea delprincipio en Leihniz y Ia evolucidn dc/a teorla deductiva. En Obras Completas VIII. Alianza Editorial,Madrid 1983, 29. pg. 272.J. Ortega y Gasset [1947) 29, pg. 279.

    J. Ortega y Gasset [1940) Sobre Ia razn histrica. Alianza Editorial/Revista de Occidente, Madrid 1979, pg. 68. Ortega no podiaconocer las Beitrge stir Philosophic (vom Ereignis), >Aportaciones a lafolosofia (Sobre Ia Ereignis)>, que Heidegger acab en 1936 y que, pordeseo expreso, sIo fueron publicadas tras su muerte (1989) como tomo 65 de Ia Gesamtausgahe.12 Vid Ia ,>Introduccin,, a su edicin de J. Ortega y Gasset [1914] >Meditaciones del Qnijote. Ed. de J . Marias. Ctedra, Madrid 1990, pg. 21.3'3 C. Morn [1968) El Sistema de Ortega y Gasset. Ed. Alcal, Madrid, pg. 102 y 133.1 Esbozado en su [1946) Comentario al Banquete de P/at/n. En [1983) Obras Completas, IX, Alianza Ed. Madrid, pgs. 767 y ss.

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  • interesarle hasta leer el "admirable" desarrolloque aparece en Ia filosoffa heideggeriana y no sepresenta en su obra hasta pocos aos antes de sumuerte. '5.El Ortega de los af'ios treinta, cuarenta y cm-cuenta el Ortega maestro de Zambrano esconsecuencia de Ia irrupcin en el escenario fib-sfico de Ser y Tiempo, un Ortega que IeyO suspropios hallazgos filosOficos de modoanacrOni-co a travs de Ia sistematizacin y de la pers-peCtiva que le ofrecia la ontologfa heideggeria-na16.

    Ortega, no obstante, no supo dar a sufilosofia de Ia vida y de la razOn vital el alcancey la profundidad que le dio Heidegger y nica-mente se quedo en Ia critica de ste y en Ia deli-mitacin de su aportacin original a travs delnuevo paradigma ontolgico. .Y no obstante, el discipulo continuaba' 7 . En cierto modo, tiene razOn J.Gaos cuando afirmaba que Ortega fue cegadopor la "obsesin", esto es, cay prisionero del

    rencor como lo describe Ortega en lasMeditaciones' 8 y Zambrano retomar en 19 que lo llevO a 20 . Ortega, al final de su vida, nopudo ver con objetividad Ia plenitud de su fib-sofia y de su forma de filosofar el ensayo-que no segufa ni podia seguir el camino queHeidegger habia tomado.

    2.

  • Papeles del >21.

    En esta nota aparece condensado en sufundamento el porqu del rechazo a! acerca-miento heideggeriano a la filosofIa del "ser" potparte de Zambrano, pero, sobre todo, Ia res-puesta que nuestra filsofo le ofrece a una raznsin soluciones en sus crIticas a Heidegger al res-ba/ar como de razn vitalen razn potica. En su reaccin contraHeidegger, Ortega no pudo fundamentar sufilosoffa de la vida de un modo sistemtico y sehubo de conformar en el >, en [1955) El hombrey lo dovino, pgs. 151 n. 1.22 j Ortega y Gasset [1994) EpIlogo... Notas de trahajo. Ed. de Jos Luis Molinuevo. Alianza Editorial, Madrid, 537, pg. 336.23 Esta remisin a las , como las denomina en Los bienaventurados, Ia he esbozado con cierta profundidad en[1998)

  • "problematizarlo", hacer del hombre y, con ello, ser Mismo sinalteridad y, por lo tanto, sin trascendencia.Una interpretacin de la maxima agustinia-na que no habria aceptado jams ni Ortegani Zambrano.

    Porque el hombre como afirmabaOrtega no tiene un "ser" (un factum esse)determinado y ha de hacrselo en su vivir,ha de aceptar el ofrecimiento gratuito del"ser" y ese "set" in fieri 30 . La econorniahumana, pues, es poder administrar estoes, tener que padecer Ia respuesta del"ser" o, lo que es lo mismo, poder abrirse aIa splica 3 ' para ser salvado en la respuesta deste 32

    y salvar aquello que ser salvado 33 . > afirmaba Teodoro elneoplatnico 34 . Este movimiento de splicaes salvacin tanto activa como pasiva: porun lado, significa en Zambrano un cierto ya, set parte del L6goscomo para los estoicos, ser parte de laphysis,no buscar, sino encontrar 35 . Y, por Otto,cifrar de modo creador esta respuesta en unlgos anterior a Ia violencia del pensar y a Ia

    tirania de la mirada la envidia, en una 36 . Un que es Iabsqueda de una tica de salvacin de lopropio que suplica y que se cifrar en res-puesta: en razn potica. La razn poticazambraniana, no es, pues, una "prolusinlIrica" a-sistemtica sin contenido filosfico,sino una salvacin de Ia circunstancia a tra-yes de Ia moral. No se puede hablar de"metafisica" en Zambrano si antes no sehabla de moral. La razn potica de MariaZambrano es, antes que cualquier otra cosa,una tica.

    Como tica, el pensamiento de MariaZambrano, se configura en primer lugarcomo y de su . Una salvacin que, antesde convertir la razn vital en razn potica,Ia convirtiO en razn moral como una razOnsalvadora, esa Aurora de Ia razn vital queOrtega nunca publicO y que liega a hacerselogos naciente en Zambrano 37 . No obstante,Maria Zambrano nunca entendiO esta "salva-cin" como una mera remisin beata del dis-

    Notas:Como es sabido, adems de su inters en Ia filosofIa medieval, en Ia segunda dcada de este siglo (19 10-1920), Heidegger estuvodedicado al problema de lo Divino en relacin a Ia vida en cuanto tal y a su historicidad (cfr. Gesamtausgabe, Bnden 5 6-59).

  • Papeles del .10 J . Ortega y Gasset [1914) Meditaciones del Quijote. Ed. deJ. Marfas, Ctedra, Madrid 199O, pbg. 47.

    de Heidegger. Cfr. [1951) > en [1983) Obras Completas, IX pgs. 617-639.

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  • cindole una dimension diferente, esto es, suremisin natural al "ser", pues en verdad y esen-cia el hombre pertenece a Ia Luz y todo remitir-se a Ia Luz del "ser" no hace sino corroborar eseextraamiento del hombre en el mundo segn Plotino, su falta de querencia a Iamateria44 . En la razn porica, Zambrano leofrece a Ortega una voz que no tenfa y lo "salva"de la noche oscura de Diotima45

    y de su rencorpor Ilegar a ser46

    para hacerlo renacer como unode los Seres de Ia Aurora, como un rfico ms.El maestro se volcO en salvar las circunstanciasde su Espaa, como Maria repite a Jo largo de suobra, pero no pudo salvarse a sI mismo. Esta esla cruz de Ortega, el padecer que lb convirti enun bienaventurado, en un ser del silencio. Deeste modo su filosofIa se convertIa de nuevo en

  • Papeles del '> 51 . El "set" deZambrano es, pues, un "set" que se revela tica-mente un "ser" consustancialmente tico yIa filosoffa como Maria lee tambin enOrtega un saber de Ia responsabilidad moral.

    Para Maria Zambrano, el set humano "hade hacerse" en su vivir y este "hacerse" es itmediando con el "ser" y con su gnOsis conocerel "set" en las entraas, el mandato de Ia Musade Empdocles. No existe el , set en quietud esttica, set en identi-dad como le sucede al Dasein heideggeriano ocomo le suceder segiin Zambrano alsuperhombre nietzscheano52 . "Set humano" sig-nifica en Zambrano el aceptar la pasividad y Ia

    circunstancia y poder responder ticamente a tra-yes de ella a lo otro. Este "ser responsable" es elfundamento de su tica filosOfica:

    53.

    El set humano en Maria Zambrano ha

  • humano no significa ser capaz de pregunta comoafirma Heidegger, sino ser capaz de respuestaante Ia alteridad en el "aquf" y ahora, en el . 56 , y asf acepta Zambrano el padecer delas palabras del maestro en si misma en esaautobiografia en tercera persona que es Delirio ydestino:

    HabIa renunciado hasta a Ia Filosoffa

    f..) habla aceptado de raIz, el estar "aqul". [...)"Aquf es, son las circunstancias'. "Yo soy yo y

    mis circunstancias" habla leIdo hacla alg6n

    tiempo en Las meditaciones del Quijote [...) AhorasentIa haberlo comprendido [.1 estar aquf,aceptar las circunstancias; los tiempos multiples

    y confusos; aceptar eso tambin, "Ia confusin

    de los tiempos", con voluntad de aclararlos; se

    irfa aclarando en la vida, si se era leal. Aceptar

    las circunstancias, ,no era cuestin de lealtad

    tambin? Lealtad que el mismo Ortega ha ila-

    mado "autenticidad", Ia vida de Ia vida, la vida

    de verdad, una verdad modesta, en una verdad

    moral de Ia podemos responder>>57.

    Ser capaz de respuesta, para MariaZambrano, es aceptar de modo tico las cir-cunstancias aunque con ello se haya de renun-ciar al saber filosfico a Ia theorfa en favor delaprdxis. Responder es ser moral, aceptar Ia fib-sofia del "ser aquf", construir una razn media-

    dora con las entraas que constituye el saber delestoico y que Zambrano acepta como propia -esa quese encarnaba de manera auroral en lasMeditaciones y que para Maria Zambrano era bomismo que decir, "de honda raiz estoica"58.Razn "mediadora" en cuanto salvadora que seofrece como respuesta desde las entraas de un"ser" que no acepta su separacin de Ia vidahumana, la Vida 59 . afirm ya Aristteles60 . > 61 . Por el contrario, continua msadelante Zambrano, en el 62.

    Es en el carcter moral (vital) de Ia verdady del "ser" en el que debemos centrar la causadel rechazo de Zambrano a Ia filosofIa del "ser"heideggeriana y, con ello, su explicita remisinal maestrazgo de Ortega y Gasset. Anterior acualquier otra consideracin de Indole filosfi-ca, la nula aceptacin del pensamiento heideg-geriano por parte de Maria Zambrano se cifra,en su fundamento, en un rechazo tico. Heideg-ger representa en Zambrano el paradigma defilsofo que abole toda alteridad a travs de unapregunta fundamental que hace luz en la entra-fla de todas las cosas y las desentraa, las desve-Ia63 , proclamando un modelo de hombre (elDasein, semihombre de existencia degradada,

    Notas:56 , en [1989) De/ir,o y destino (Los veinte aos de una espaffola). Mondadori, Madrid, pg. 16." La vuelta a Ia ciudad>>, II en [1989) Delirio y destino (Los veinte aCos de una espanola). Mondadori, Madrid, pgs. 152-1 53.58 >>La guerra, de Antonio Machado,,, en [1986) Senderos. Anthropos, Barcelona, pg. 68.

    , en [1990) Los bzenaventurados, pg. 30.60 ARJSTOTELES, Acerca delairna, 4l5L 13.6t [1943) La Confesin: Gnero literario, pg. 23.62 [1943) La Confessdn: Gnero literario, pg. 32.63 Con lo que conileva el hecho de "desvelar" en el pensamiento zambraniano, esto es, arrancar de Ia atemporalidad del "ser" que se daen el sueflo. Vid. no obstante, infra, . 5.

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  • Papeles del
  • Esta es Ia lectura que Maria Zambranodebia hacer de un texto como Ia Carta sobre el"Humanismo"68, el 1nico escrito dondeHeidegger trata el tema de la tica y del serhumano en cuanto "ser que actha" o lo que eslo mismo para Heidegger, en cuanto "ser quepiensa". No hay "tica" ni "ontologia" afirmaHeidegger iThicamente remisin del Dasein aIa apertura (a Ia altheia, al desveiamiento) de laverdad del "ser" como el ethos del hombre encuanto abocado a pensar la verdad del "ser". Asilo leer Heidegger en Herclito: ethos antrffp5idaImffn, (pg. 123). Dc este modo, en una carta dirigida a Heideggery que nunca enviO, Jaspers demands a ste un poco de responsabilidad: >Le suplico Ic pide a Heidegger que Si aiguna vez surgieronen nosotros impuisos filosOficos tome Ia responsabilidad de su singular taiento y lo ponga al servicio de Ia razOn, de Ia realidad, de ladignidad y posibilidades humanas, en vez de al servicio de Ia magia. Reconozca Ia relaciOn entre metafisica y todo pensamiento que, msall de toda metafIsica, lieva a Ia praxis vital, a is poiftica y al futuro real; reconozca que para los hombres no se trata de una historiaimaginaria del ser ni de Ia experiencia pasiva de destinos, sino de lo que hacen, de lo que hacen con otros y de lo que dejan hacer a otros>(pg. 69). Jaspers, pot otra parte, crfticO en p6bhco en los Rencontres internationales de Ginebra en 1949 Ia Carta sobre el "Humanismo" en

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  • Papeles del
  • da la sombra>>84.Esta es la mision del theor6s, aqul , aclito de laReligion de la Luz cuya dave es como enPlotino salvar al hombre en sutica de pureza diamantina mediante un logosmediador. FilOsofo que ileva el nombre de the-rOs como los que 85.

    No obstante, frente al filsofo contempla-tivo que busca Ia eudaimonfa en su mirar con-tina Zambrano 86.

    A quin se refiere Maria Zambrano conIa figura de este Diogenes tan poco "cInico"?Desde Pensamiento y poesla en Ia vida espa no/a, elcinismo encarna en la topologia potica deMaria el saber enfrentado a Ia figura del filOso-fo estoico, que en su pensamiento ira Intima-mente ligado tambin a la figura del neoplatO-nico y del gnOstico y, por ello, de lOgos mediadory salvador. Al contrario del estoico afirmabaen Pensamiento y poesfa el filOsofo cmnico esincapaz de respuesta, esto es, no es capaz de "acep-tar responsabilidad" y, por consiguiente, nopuede no sabe y no quiere "salvar las cir-cunstancias" y se contenta con observarlas: . Como el sofista87 , el cinico esun que ne burlonamente yse mofa de ellas sin actuar 88 . Devorado por Iapiedad nos dice en El hombre y lo divino nopuede sentir ni comprender aquello que nodepende de su "ser", entender, pues comodecia Ortega, Ia mntima economia intramun-dana que conforma Ia vida del hombre89 Ia

    Notas:84 , en [1995] Las palabras del regreso, pa5. 20 (el subrayado es mb).85

  • P ape/es del
  • las cosas, vaciarlas de su aliento "natural",renunciar a Ia vida por Ia sombra del "ser" quese ofrece en una respuesta que, pese a su natu-raleza, .Evidencia, claridad y conclusion que ofrecen ala respuesta 96 . 97,mtodo que .Porque . Un mtodo a! que Zambranohabfa renunciado junto a su maestro Ortega 98 alaceptar el padecimiento de las entraas, Ia de la realidad y Ia vida 99 . Elmtodo fenomenolgico, en Zambrano, es sIm-bob de la claridad (Ia "clarte") de la filosofIa 100 . Un mtodo que, enHeidegger, lieva hacia "sendas perdidas" -hacia , como en el caso de Ortega yGasset. Aceptar Ia , es retor-nar a Ia physis de los griegos, a ese elpeiron inte-rior que es el "ser natural" del hombre y, conello, renunciar a Ia vision a favor del "mirar" ydel "escuchar", volcarse en si mismo y en laalteridad. Sin embargo, ste es un movimiento

    complejo: ''. Ni el Ser de Heidegger y su vidadegradada de "semihombre" ni Ia Vida ontolo-gizada de Ortega. La razn potica es, pues,como de ataraxia, deeudaimonla que resbala desde Ia razn vital'02,una huida del movimiento que atrapO a Ortegaen las redes del rencor y alejO su filosoffa vitalde la Luz de Ia Aurora.

    Rescatar Ia alteridad mediante el descu-brimiento de ' 3

    es aquello que Diogenes el cmnico nopudo hacer, a pesar de buscar con una linternaencendida durante el dia a un verdadero horn-bre'4

    porque, como persona, se encontraba enIa noche de lo humano esa noche, diceZambrano, .Diogenes el cmnico est poseso de Ia claridad.Mira sin ver, busca Ia luz de una visiOn > yconvierte su lrnpara en el ojo esclarecedor delmtodo fenornenolOgico que irOnicamentebusca en apathela, obseso corno se encuentra deIa claridad, sin haberse conocido todavfa a simismo. Por ello busca en soledad. La lmparadel cinico no descubre a otro ser si antes no sedisipan las sombras que cubren a! que busca.Pero, con ello, el cInico refleja el modelo defilsofo de nuestra edad racionalista.

  • Papeles del
  • na>, en palabras de Ortega, que es constitutivadel claro esa en que se revelan las entraas" 2 . En consecuen-cia, el claro no es lo "abierto" y "leve" del Sein,sino hundimiento en el yo profundo el yoviviente que se da como gnsis, o mejor, comoepignsis (reconocimiento) y que se resuelve ensalvacin, reconocimiento en la luz a travs delpadecer. El claro del bosque es, pues, remisin a,respuesta que se ofrece como , movimiento tico con las cir-cunstancias (ahi) que se hunde en Ia persona(a/id) y, por lo tanto, busca lo moral en lasentraflas' '.

    No hay consonancia con Heidegger. Elclaro del bosque zambraniano tiene, al contra-rio, una fuerte resonancia maniquea' 2 que secifra en su virtud de salvacin en Ia luz y quefue asumida de modos diferentes tanto porPlotino como por Agustmn de Hipona. Abrirseal claro, en Zambrano como en el maniqueIs-mo y en Plotino es un mtodo de kdtharsis yliberacin qve se logra mediante la remisiOn delalma al Uno-Luz y que nicamente se da a tra-yes de Ia gnosis o epignsis de Ia propia sustancialumjnosa' 2 '

    el yoprofundo de los maniqueos oel grande profundum de AgustIn que se revelacomo entraflas. Este reconocerse en Ia luz es loque Marfa denomina en Los suenos y el tiempo' 22

    y que no es otra cosa que un

    Notas:112 [1951) Hacia an 5ab< en [1989) Natas dean mftada, pg. 77.

  • Papeles del >, en [1992) Los sueCos y ci tiempo, pg. 66.32 Los sueos y el tiempo es Ia obra en Ia que Maria Zambrano desarrolla con mayor detalle su doctrina del hundimiento en el "ser" el

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  • "ser">> Porque '34.

    No se trata de un ir en la bus-queda del "ser", sino de quedarse >, unoahfque es tambin un aiId> que hunde sus raI-ces en las entraflas y, por lo tanto, se encuentra dentro de nosotros mis-

    mos revelndose como luminosidad a Ia vez quecomo responsabilidad moral.

  • Papeles del Seminario Maria Zambrano.

    Rafael RomeroSymbolon 1, 1997

    htimildad era Ia simple negacin, el no que

    de tan cierto no se dice, pues ya no hay palabras

    por allI; pura extension, desierto. Estaba viva

    ahora, comprendida.. tenIa que rescatar todo to

    que no habIa sabido hacer suyo, su alimento. Y

    meterse dentro, dentro del sueo que Ia habla

    engendrado>>'

    . Es la nsa burlona del que no se ye a sImisrno t36

    y solo ofrece su nsa como respuesta'37.>. Pitgoras sonne en caima, comosonr]cn los estoicos en El hombrey lo divino' 38 al viviren Ia respuesta en felicidad, en hecychia. Es lo queno cririende ci cinismo de la fIlosofIa de Occidente, ci

    "imperativo categnico" o la ciaridad dci mrodofenomenolgico' 39 . El "ser" nose revela en identidad,como en Parmnides, sino en felicidad, en esa eudai-monla musical tan cercana a la de Ia tica aristotlicaque senfa utpicamente "ser" en unidaci consigomismo rnth al/cl del "ser" y de Ia esencia de Plot mo.Este rescatar las entraas es la tarea del bienaventura-do su "acciOn", como dinia Ortega y Gasset, supadecer, pero tambin su hcychIa. Ese es ci deseo deZambrano, su plegania para ci futuro de Ia fIiosofIa:' , en [19551 El hombrey lo divino, pIg. 97.'

    " La condenacin aristotlica de los pitagOricos>>, en [1955] El hornhrey is divino, pg. 97.'> [1990] Los h,enaventarados, pg. 11.

    " La respuesta de Ia fi1osofia, en [1990] Los bienaventurados, pag. 94.

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