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 ACTUALIDAD  __ ____ -- -I( La tr aged ia ch ina L a ma sacre de Tie n An Men ha con mov ido al mundo. Las to - ma s te levi sada s de j óvenes y obre ro s q ue ped ían li be rt a de s y fue ron tritu rados por las orugas de los t anques, de los c ien tos de heri- dos y mue rtos por las ba las del aún ho y de nomi nado Ej ér ci to de l Pue-  blo, de la "tierra arrasada" por orden de un puñ ado de lí der es octogena- ri os que has ta la ví sp er a fu er on ensa lzados por la pr ensa interna- ci onal como los roes de la aper- tura china, ha n sacudi do por igual la concie nci a de los d emó cra tas y de los radi cales de izq uierd a y derecha. Ha sido algo así como la ampliación a nive l planeta rio de nues tro dra ma loca l de l Pala ci o de Jus ti ci a, ha ce algu nos años . Es te ep is od io ha ap or ta do un a nu eva pr ue ba de qu e el tota li ta- ri smo comuni sta, al i gual que la s dicta duras de der ech a, con duce con demasi ada fre cue nci a a la más br u- tal repres ión ofi cia l. Pero tambié n de mu es tr a una ve z más, co mo en Chil e, qu e la afi ci ón por la s id eas neo lib era les en lo eco mic o and a us ua lmen te pare ja no sólo con el desi nter és por la just icia soci al, sino tambn co n el des pr eci o por el der ech o a la crit ica y p or las demás libertades políticas. Y que, en muchas oc as ione s, los supuestos "mod er ni za do re s" , como el Sha, Marco s, o Deng , no resul tan ser ot ra cosa qu e pe quos ti ranos a qu ie - nes se adul a y a poya en cuanto si r- ve n a los inte re ses econ ómicos o geop olít icos de Occid ente. La enorme car ga emocio nal de la tra ged ia hac e dif íci l un an áli sis fri a de su s pos ibl es cau sas y co n se - cuen ci as. La sup ue sta le cc n de que la a per tur a eco nómica exi ge la 20 GUILLERMOPERRYR aper tura democr át ic a, me par ece una si mpli fi caci ón de l pr ob lema. Para cit ar sól o un cont rae jemplo , el rég ime n ngaro se ha i ns ert ado en fo rma ac ti va en la co mp et en ci a inte rnacional y ha pe rmitido una ampl ia de sc en tr al iz ac n de la s de ci si ones económic as de tie mpo at s, pe ro po co ha ava nz ad o en tér min os de l ibe rta des pol íti cas. Lo que no si gnifica que en otr as ins- tan cias no se presigan simult ánea- mente ambos objetivos, como sucede en la Unión Sovi ética de Gorbac hov, y co mo deseaban ha cerlo al gunos diri ge nt es chinos -l os llamados "mod erados", por te ner una posi- ci ón me no s ra di ca l en cuan to a la re fo rma ec on ómic a- qu ie ne s ho y han sid o retira dos de sus cargos. Al go s pe rs uasivo re sulta el argu mento de q ue la migra ción a las ciu dad es, el des emp leo urb ano y la co ncentrac n de la ri qu eza qu e comenz ar on a aparecer como con- secue ncia del in icio de la desc olec- ti vi za ci ón de la ag ri cu lt ur a, de l may or jueg o de la s fue rzas de mer - ca do y del in ci pi ente pr oceso de acu mul aci ón pri vad a, con tri buy en a ex pli ca r el cli ma de p rote s ta social. No h ay duda de que el pr o-  blema más delicado en la China es el de mante ner la s condic ione s de sup erv ive nci a y d e con viv enc ia de una eno rme masa demográf ica . Sin emba rgo, los jóvenes y obre ros de Pekín no ped ía n reformas eco- mi cas o socia le s, si no reformas  políticas. Ouerian tener libertad de movi mi ento y capacidad de elec- ción . Protest aban por la corrupción  burocrática y no tanto por la orien- tació n de la econ omía. Pi en so que la pro fu ndidad de l drama tie ne uno s pec uli ares conte- nid os hu- manos. Los anc ian os di ri- gen tes que orden aro n la r epr esi ón no con oce n c óm o vive ni có mo  piensa el chino promedio de hoy. Ello s naciero n y se forma ron en una China humi ll ada, invadida y di vi - di da por po der es impe ri al es de Occid ente y post erio rmente, duran te la se gunda guerra, por el Jap ón. Se edu caron y luc har on en u na Nac ión asolada por el hambre y por la n egli ge nc ia , el se rvi li sm o y la corrupci ón de su clase diri gent e. Des pués han vivid o aisl ado s de su gente por las b arr era s del p oder y de la fronda buro cráti ca. Los jóve nes chin os, por el c ontr a- rio , no h an pad eci do el hambre , ni el saq ueo , ni la domina ció n cul tural . Han su frid o más bien rest ricci ones a su desplaza mie nto y a su po sibili - dad de elegir qué quieren est udi ar o en qué tr ab aj ar y las inj us ti ci as e ine fic ien cia s cot idi ana s del p esa do apa rat o bur ocr áti co. Al mis mo tie m-  po, han oído, han visto y han leído so br e mo se vive en ot ra s la ti - tudes. Los dir igentes octoge na ri os in- ter pre taron la pro te s ta c omo un in te n to de r esta ura r el an t ig uo or de n, al go qu e los jóv en es ma l  podían anhelar puesto que ni lo con oci eron ni ti ene n raz ón alg una  para añorarlo. Esta incomprensió n, a mi man er a de ver, es una de las facetas hu mana s s dr amát icas de la tragedia. Como quier a que ello sea, la inev i- tab le consec uen cia de la mas acre es la pér di da absoluta de la legi ti mi - dad de que hasta ahora habían goz ado el r égi men act ual y s us diri - ge nte s. La pro tes ta re be lde fu e suprimida de mane ra vio len ta, pero segu ramente habrá de suceder la, tar de o tempra no, la r evu elt a org a- nizada.

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  • ACTUALIDAD__________ ---I(

    La tragedia china

    La masacre de Tien An Men haconmovido al mundo. Las to-mas televisadas de jvenes yobreros que pedan libertades yfueron triturados por las orugas delos tanques, de los cientos de heri-dos y muertos por las balas del anhoy denominado Ejrcito del Pue-blo, de la "tierra arrasada" por ordende un puado de lderes octogena-rios que hasta la vspera fueronensalzados por la prensa interna-cional como los hroes de la aper-tura china, han sacudido por igualla conciencia de los demcratas y delos radicales de izquierda y derecha.Ha sido algo as como la ampliacina nivel planetario de nuestro dramalocal del Palacio de Justicia, hacealgunos aos.Este episodio ha aportado una

    nueva prueba de que el totalita-rismo comunista, al igual que lasdictaduras de derecha, conduce condemasiada frecuencia a la ms bru-tal represin oficial. Pero tambindemuestra una vez ms, como enChile, que la aficin por las ideasneoliberales en lo econmico andausualmente pareja no slo con eldesinters por la justicia social, sinotambin con el desprecio por elderecho a la critica y por las demslibertades polticas. Y que, enmuchas ocasiones, los supuestos"modernizadores", como el Sha,Marcos, o Deng, no resultan ser otracosa que pequeos tiranos a quie-nes se adula y apoya en cuanto sir-ven a los intereses econmicos ogeopolticos de Occidente.La enorme carga emocional de la

    tragedia hace difcil un anlisis friade sus posibles causas y conse-cuencias. La supuesta leccin deque la apertura econmica exige la

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    apertura democrtica, me pareceuna simplificacin del problema.Para citar slo un contraejemplo, elrgimen hngaro se ha insertado enforma activa en la competenciainternacional y ha permitido unaamplia descentralizacin de lasdecisiones econmicas de tiempoatrs, pero poco ha avanzado entrminos de libertades polticas. Loque no significa que en otras ins-tancias no se presigan simultnea-mente ambos objetivos, como sucedeen la Unin Sovitica de Gorbachov,y como deseaban hacerlo algunosdirigentes chinos -los llamados"moderados", por tener una posi-cin menos radical en cuanto a lareforma econmica- quienes hoyhan sido retirados de sus cargos.Algo ms persuasivo resulta el

    argumento de que la migracin a lasciudades, el desempleo urbano y laconcentracin de la riqueza quecomenzaron a aparecer como con-secuencia del inicio de la descolec-tivizacin de la agricultura, delmayor juego de las fuerzas de mer-cado y del incipiente proceso deacumulacin privada, contribuyena explicar el clima de protestasocial. No hay duda de que el pro-blema ms delicado en la China esel de mantener las condiciones desupervivencia y de convivencia deuna enorme masa demogrfica.Sin embargo, los jvenes y obreros

    de Pekn no pedan reformas eco-nmicas o sociales, sino reformaspolticas. Ouerian tener libertad demovimiento y capacidad de elec-cin. Protestaban por la corrupcinburocrtica y no tanto por la orien-tacin de la economa.Pienso que la profundidad del

    drama tiene unos peculiares conte-nidos hu-manos. Los ancianos diri-

    gentes que ordenaron la represinno conocen cmo vive ni cmopiensa el chino promedio de hoy.Ellos nacieron y se formaron en unaChina humillada, invadida y divi-dida por poderes imperiales deOccidente y posteriormente, durantela segunda guerra, por el Japn. Seeducaron y lucharon en una Nacinasolada por el hambre y por lanegligencia, el servilismo y lacorrupcin de su clase dirigente.Despus han vivido aislados de sugente por las barreras del poder y dela fronda burocrtica.Los jvenes chinos, por el contra-

    rio, no han padecido el hambre, ni elsaqueo, ni la dominacin cultural.Han sufrido ms bien restricciones asu desplazamiento y a su posibili-dad de elegir qu quieren estudiar oen qu trabajar y las injusticias eineficiencias cotidianas del pesadoaparato burocrtico. Almismo tiem-po, han odo, han visto y han ledosobre cmo se vive en otras lati-tudes.Los dirigentes octogenarios in-

    terpretaron la protesta como unintento de restaurar el antiguoorden, algo que los jvenes malpodan anhelar puesto que ni loconocieron ni tienen razn algunapara aorarlo. Esta incomprensin,a mi manera de ver, es una de lasfacetas humanas ms dramticasde la tragedia.Como quiera que ello sea, la inevi-

    table consecuencia de la masacre esla prdida absoluta de la legitimi-dad de que hasta ahora habangozado el rgimen actual y sus diri-gentes. La protesta rebelde fuesuprimida de manera violenta, peroseguramente habr de sucederla,tarde o temprano, la revuelta orga-nizada.