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NOS LLUEVE A TODOS, PERO NO POR IGUAL Para nadie es un secreto que estos últimos dos semestres han traído una contracción fuerte en el comercio exterior y la demanda interna de China; lo que trajo como consecuencia el desplome de las exportaciones en toda América Latina. Sin embargo, la situación pinta particularmente mal para los países petroleros de la región, que sufren no sólo con el en Chile la desconfianza de los empresarios y el desplome de la inversión hacen parecer que el mal clima económico se quedará un tiempo más en nuestro país. Daniel Jeria Mientras todo el planeta observa expectante el drama del momento entre Grecia y la Unión Europea, cuando volvemos la mirada hacia nuestro vecindario el panorama económico no parece muy alentador. Así lo confirmó la edición de julio del informe WEO (World Economic Outlook) del Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual concluye que “El crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo disminuirá, de acuerdo con las proyecciones, de 4,6% en 2014 a 4,2% en 2015, de acuerdo con las expectativas generales. Esta desaceleración refleja el enfriamiento producido por la caída de los precios de las materias primas y el empeoramiento de las condiciones financieras externas, especialmente en América Latina y los países exportadores de petróleo”. Sin importar el paso del tiempo y de innumerables “modelos”, la salud económica de América Latina está ligada a su comercio exterior, que jamás ha superado las “dos equis” −extracción y exportación− y que por ello queda a merced de la “voluntad” importadora de las grandes potencias. No ha dejado de ser cierto que cuando el Tío Sam estornuda acá en el sur nos da pulmonía, pero en el siglo XXI también, y quizás más aún, dependemos de la velocidad con que China mueve su gigantesca maquinaria industrial. Es precisamente la desaceleración de las fábricas en el gigante asiático la principal causa de las contracciones que han experimentado las economías latinoamericanas desde el año pasado. Basta decir que durante el primer semestre las exportaciones de China aumentaron en un magro 0,9%, mientras que las importaciones cayeron un 15,5% respecto del mismo periodo en 2014. Con estos números, no resulta sorprendente que el Banco Mundial pronostique una caída en el crecimiento chino, quedando en un 7,1% para 2015 y 7% en 2016. No culpes al café En Colombia, por ejemplo, está lloviendo sobre mojado. Pese a atravesar por un momento optimista en la esfera política el país goza de estabilidad y hay confianza en los diálogos de paz para poner fin a 60 años de conflicto armado, a la desaceleración de China se suma otro factor elemento que impactó en las economías petroleras del continente, tales como la colombiana, venezolana y brasileña. Gracias a la revolución tecnológica del fracking, por primera vez en décadas, Estados Unidos volvió a convertirse en el mayor productor de petróleo del planeta, logrando así satisfacer como nunca antes un 90% de su demanda de hidrocarburos por medio del mercado interno.

P. Económico - Segunda Nota

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NOS LLUEVE A TODOS, PERO NO POR IGUAL Para nadie es un secreto que estos últimos dos semestres han traído una contracción fuerte en el comercio exterior y la demanda interna de China; lo que trajo como consecuencia el desplome de las exportaciones en toda América Latina. Sin embargo, la situación pinta particularmente mal para los países petroleros de la región, que sufren no sólo con el en Chile la desconfianza de los empresarios y el desplome de la inversión hacen parecer que el mal clima económico se quedará un tiempo más en nuestro país.

Daniel Jeria

Mientras todo el planeta observa expectante el drama del momento entre Grecia y la Unión Europea, cuando volvemos la mirada hacia nuestro vecindario el panorama económico no parece muy alentador. Así lo confirmó la edición de julio del informe WEO (World Economic Outlook) del Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual concluye que “El crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo disminuirá, de acuerdo con las proyecciones, de 4,6% en 2014 a 4,2% en 2015, de acuerdo con las expectativas generales. Esta desaceleración refleja el enfriamiento producido por la caída de los precios de las materias primas y el empeoramiento de las condiciones financieras externas, especialmente en América Latina y los países exportadores de petróleo”. Sin importar el paso del tiempo y de innumerables “modelos”, la salud económica de América Latina está ligada a su comercio exterior, que jamás ha superado las “dos equis” −extracción y exportación− y que por ello queda a merced de la “voluntad” importadora de las grandes potencias. No ha dejado de ser cierto que cuando el Tío Sam estornuda acá en el sur nos da pulmonía, pero en el siglo XXI también, y quizás más aún, dependemos de la velocidad con que China mueve su gigantesca maquinaria industrial. Es precisamente la desaceleración de las fábricas en el gigante asiático la principal causa de las contracciones que han experimentado las economías latinoamericanas desde el año pasado. Basta decir que durante el primer semestre las exportaciones de China aumentaron en un magro 0,9%, mientras que las importaciones cayeron un 15,5% respecto del mismo periodo en 2014. Con estos números, no resulta sorprendente que el Banco Mundial pronostique una caída en el crecimiento chino, quedando en un 7,1% para 2015 y 7% en 2016. No culpes al café En Colombia, por ejemplo, está lloviendo sobre mojado. Pese a atravesar por un momento optimista en la esfera política ­el país goza de estabilidad y hay confianza en los diálogos de paz para poner fin a 60 años de conflicto armado­, a la desaceleración de China se suma otro factor elemento que impactó en las economías petroleras del continente, tales como la colombiana, venezolana y brasileña. Gracias a la revolución tecnológica del fracking, por primera vez en décadas, Estados Unidos volvió a convertirse en el mayor productor de petróleo del planeta, logrando así satisfacer como nunca antes un 90% de su demanda de hidrocarburos por medio del mercado interno.

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Las consecuencias de esta abundancia de petróleo en el norte resultan tan obvias como desfavorables. Las ventas externas de Colombia en este periodo bajaron 31,3%, arrastradas principalmente por la caída del mercado internacional del petróleo. El valor de las exportaciones de Colombia cayó un 38,9% interanual en mayo, las exportaciones de petróleo y sus derivados cayeron un 42,1% interanual en el período a US$1.615 millones, y las de carbón se desplomaron en un 68,6%. La inversión extranjera neta en Colombia durante el primer semestre bajó un 47% interanual, a 7.303 millones de dólares. En los primeros seis meses del año, la inversión foránea directa disminuyó un 17,2%, a 6.695 millones de dólares, explicada por una baja del 23,8% en los recursos dirigidos hacia petróleo y minería. La inversión de extranjeros en carteras locales acumuló una caída de 76,5% en el primer semestre. Sólo la inversión en petróleo y minería se redujo un 40,1% interanual. El Banco Central colombiano proyecta una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,2%, más pesimista que la meta del Gobierno, de 3,6%. La cuarta economía de América Latina se expandió un 4,6% durante el 2014. Tropezón real En julio el Banco Central de Brasil recortó levemente su pronóstico para la tasa de inflación a un 5,45%, desde la proyección anterior por un 5,50%. En cualquier caso, la cifra se ve lejana al objetivo oficial de un 4,5%. Desde octubre, la entidad ha subido las tasas de interés para intentar controlar la inflación, pese a la reciente subida en los precios. En lo que va del mes, el real brasileño ha acumulado una baja de 4,45%, debido a que los inversores buscan el dólar como refugio. Especialmente duro fue el golpe para la minera Vale, la segunda mayor del mundo en su rubro, cuyas acciones se hundieron más de un 4%, llegando a su menor nivel desde el octubre de 2006. El precio del mineral de hierro en China se desplomó un 11%, a su menor nivel en 10 años (similar situación enfrentamos con el cobre en Chile, como veremos más adelante). El FMI pronostica para Brasil una recesión aún más profunda, anticipando una contracción de 1,5% en 2015, a la que le seguiría una expansión de 0,7% el próximo año. En abril el FMI había trazado una caída de 1,0% en 2015 y un repunte de 1,0% en 2016. Se infla el sol En lo que va del año, el sol peruano acumula una caída cercana al 7%, e incluso podría terminar este año con una pérdida superior al 9% quedando a 3,25 unidades por dólar, debido a la expectativa de un alza de la tasa de interés en Estados Unidos y el menor ingreso de dólares a la economía local ante una caída de los precios de las exportaciones. Este aumento en el tipo de cambio, junto con un alza en el precio de los combustibles, determinó la inflación acumulada a junio en un 3,54%.

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Expertos plantean que Banco Central del Perú podría evaluar un incremento en su tasa de interés durante los próximos meses, que se mantiene desde enero en un nivel 3,25%. "Si la inflación está muy alta y la recuperación está muy débil, el Banco Central estará en un dilema que creo se resolverá en favor de subir la tasa para evitar que la moneda local se deteriore más", dijo Pedro Tuesta economista de 4CAST. Con esta medida el Banco Central evitaría además una salida de capitales extranjeros cuando se concrete un esperado aumento de la tasa de interés en la mayor economía del mundo. En cualquier caso, Perú muestra una proyección de crecimiento superior a la de otros países de la región; según el Banco Central, la economía peruana crecería un 3,9% en 2015, cuando gran parte de las economías de la región deben conformarse con cifras que bordean el 3%. Estupor y temblores El caso chileno es bastante especial, pues el momento político por el que atraviesa el país nos dificulta la tarea de discernir hasta qué punto las cifras macroeconómicas nacionales se deben al momento global o al nerviosismo del empresariado por lo que algunos consideran una “ola reformista” impulsada por el gobierno, que además de haber modificado el sistema tributario, proyecta la realización de una reforma laboral y un cambio constitucional. Esto queda reflejado en el Índice de Expectativas Empresariales de la Cámara de Comercio de Santiago, el cual volvió a descender en el período abril­junio, ubicándose en 52,3 puntos en escala de 1 a 100, cuando el promedio de la década del 2000 había sido superior a 65. En este ambiente, el ministro de Hacienda no sólo recortó la estimación de crecimiento a 2,5%, también ajustó a la baja todos los supuestos macroeconómicos, incluido el precio promedio del cobre, desde US$ 3,12 la libra contemplados en el Presupuesto 2015 a una nueva cifra de US$ 2,75 la libra. Este ajuste en las expectativas constituye una contracción no menor, si consideramos que la ley de presupuestos que aprobó el congreso en septiembre de 2014 se elaboró proyectando un crecimiento del 3,6%. Actualmente China capta el 50% de la demanda mundial de cobre. Si la desaceleración continúa al otro lado del Pacífico, el impacto para Chile será significativo: por cada centavo de dólar promedio anual que baja el precio, el país dejaría de percibir US$128 millones por concepto de exportaciones.