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RESENAS DE LIBROS JACQUES MARITAIN, La philosophie morale. Paris, Gallimard, 1960. - Segiin 10 anuncia Maritain en el prefacio, este libro sera la primera parte de una obra en dos vohimenes sobre los grandes temas de la filosofia moral. El procedimien- to seguido por eI en este primer volumen es el de redescubrir, a traves de la historia de los principales sistemas de filosofia moral, desde Socrates hasta nues- tros dias, "las nociones basicas y los problemas fundamentales propios de una teo ria racional del obrar humano". La obra no pretende ser histories, sin ern- barge, sino sistematica, pues utiliza la historia de las contrapuestas doctrinas que han aparecido en materia de reflexion moral, para recoger en ella, con vista a una sistematisacidn Iilosofica, los datos descubiertos por la experiencia moral del hombre desde la Antigiiedad hasta hoy. La sistematizacion del material presenta, en una primera parte, "las aventuras de la razdn", mediante la exposicion histdrica y la apreciacion critica de las gran- des doctrinas morales desde Socrates hasta Kant. En la segunda parte, hahla Ma- ritain de "las grandes ilusiones" (Hegel, Marx y el positivismo) que, a su pare- cer, ha sufrido el pensamiento filosefico en materia· moral, a consecuencia, en parte, de la desviacien que en la filosofia etica se inicia con Kant. No todo, sin embargo, han sido "ilusiones" en este periodo, reconoce de buen grado Maritain, pues a los pensadores que en elIas incurrieron se deben no obstante, a Hegel sobre todo, valiosas intuiciones sobre aspectos y condiciones del obrar humano individual y social. En "la reorlentacion de la filosofia moral" (tercera parte de la obra) , estudia el autor las diversas formas de reaccion (Kierkegaard, Sartre, Dewey, Bergson) que la reflexion moral ha intentado para liberarse de aquellas ilusiones. En tales esfuerzos de reorientacion ve Maritain promisoras perspectivas para restaurar una filosofia moral "realista-metaffsica" .-que es desde luego la suya-; solo que tambien elIas aparecen mezcladas a nuevos extravios e Ilusio- nes, que impiden desplegar toda su virtualidad a 10 mucho que en elIas hay de intulcion certera y profunda sobre el obrar humano. Lo mas valioso de la "re- orienta cion realista-metafisiea", que es fundamentalmente una reaccion antikan- tiana, es "el esfuerzo por redescubrir una etica propiamente filosofica... que este intimamente ligada a una concepcion del ser y de la naturaleza, y que, Ii- berandose del idealismo, tenga en cuenta la situacion del hombre en el seno de un mundo que existe independientemente de nuestro pensamiento, reconozca que la manera como ha de dirigir su vida depende de 10 que son las cosas, y se niegue a separar el universo de la libertad del universo de la naturaleza" (p, 491). He aqui, resumida en las propias palabras del aut or, su posicion fundamen- tal en etica filosOfica . . En el conjunto de las obras de Maritain, esta tiene la particularidad de que expone, amplia y minuciosamente, las doctrinas de pensadores con quienes se le supondria poco familiarizado, dada la conocida orientacion del filosofo fran- ces. La exposicidn de Hegel es especialmente extensa; y tanto con respecto a eI como a los demas pensadores de que hahla el autor, es manifiesta a 10 largo de la ohra la absolute lealtad con que Maritain expone y analiza sus diversas doctri- nas, Se trata sin duda, con La philosophie morale, de una de las obras mas Im- portantes de Maritain. En ella cobran nueva vida y notable enriquecimiento, al contacto con otras doctrinas, las tesis tradicionales de la filosofia moral, que tie- nen hoy en Maritain uno de sus mas destacados representantes. Jaime Velez Saenz JACQPES LECLERCQ, Del derecho natural a la sociologia (trad. espanola). Madrid, Eds. Morata. 1961. - Esta obra del filosofo belga Jacques Leclerq apa. recio en version espanola, la misma a que aqui nos referimos, poco despues de su publica cion en frances (Paris, Spes, 1960). Es ella testimonio importante de 10 que parece ser una crisis en la concepcion misma de la filosofia del derecho

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RESENAS DE LIBROS

JACQUES MARITAIN, La philosophie morale. Paris, Gallimard, 1960. - Segiin10 anuncia Maritain en el prefacio, este libro sera la primera parte de una obraen dos vohimenes sobre los grandes temas de la filosofia moral. El procedimien-to seguido por eI en este primer volumen es el de redescubrir, a traves de lahistoria de los principales sistemas de filosofia moral, desde Socrates hasta nues-tros dias, "las nociones basicas y los problemas fundamentales propios de unateo ria racional del obrar humano". La obra no pretende ser histories, sin ern-barge, sino sistematica, pues utiliza la historia de las contrapuestas doctrinasque han aparecido en materia de reflexion moral, para recoger en ella, con vistaa una sistematisacidn Iilosofica, los datos descubiertos por la experiencia moraldel hombre desde la Antigiiedad hasta hoy.

La sistematizacion del material presenta, en una primera parte, "las aventurasde la razdn", mediante la exposicion histdrica y la apreciacion critica de las gran-des doctrinas morales desde Socrates hasta Kant. En la segunda parte, hahla Ma-ritain de "las grandes ilusiones" (Hegel, Marx y el positivismo) que, a su pare-cer, ha sufrido el pensamiento filosefico en materia· moral, a consecuencia, enparte, de la desviacien que en la filosofia etica se inicia con Kant. No todo, sinembargo, han sido "ilusiones" en este periodo, reconoce de buen grado Maritain,pues a los pensadores que en elIas incurrieron se deben no obstante, a Hegelsobre todo, valiosas intuiciones sobre aspectos y condiciones del obrar humanoindividual y social. En "la reorlentacion de la filosofia moral" (tercera parte dela obra) , estudia el autor las diversas formas de reaccion (Kierkegaard, Sartre,Dewey, Bergson) que la reflexion moral ha intentado para liberarse de aquellasilusiones. En tales esfuerzos de reorientacion ve Maritain promisoras perspectivaspara restaurar una filosofia moral "realista-metaffsica" .-que es desde luego lasuya-; solo que tambien elIas aparecen mezcladas a nuevos extravios e Ilusio-nes, que impiden desplegar toda su virtualidad a 10 mucho que en elIas hay deintulcion certera y profunda sobre el obrar humano. Lo mas valioso de la "re-orienta cion realista-metafisiea", que es fundamentalmente una reaccion antikan-tiana, es "el esfuerzo por redescubrir una etica propiamente filosofica... queeste intimamente ligada a una concepcion del ser y de la naturaleza, y que, Ii-berandose del idealismo, tenga en cuenta la situacion del hombre en el seno deun mundo que existe independientemente de nuestro pensamiento, reconozcaque la manera como ha de dirigir su vida depende de 10 que son las cosas, y seniegue a separar el universo de la libertad del universo de la naturaleza" (p,491). He aqui, resumida en las propias palabras del aut or, su posicion fundamen-tal en etica filosOfica .

. En el conjunto de las obras de Maritain, esta tiene la particularidad de queexpone, amplia y minuciosamente, las doctrinas de pensadores con quienes sele supondria poco familiarizado, dada la conocida orientacion del filosofo fran-ces. La exposicidn de Hegel es especialmente extensa; y tanto con respecto a eIcomo a los demas pensadores de que hahla el autor, es manifiesta a 10 largo dela ohra la absolute lealtad con que Maritain expone y analiza sus diversas doctri-nas, Se trata sin duda, con La philosophie morale, de una de las obras mas Im-portantes de Maritain. En ella cobran nueva vida y notable enriquecimiento, alcontacto con otras doctrinas, las tesis tradicionales de la filosofia moral, que tie-nen hoy en Maritain uno de sus mas destacados representantes.

Jaime Velez Saenz

JACQPES LECLERCQ, Del derecho natural a la sociologia (trad. espanola).Madrid, Eds. Morata. 1961. - Esta obra del filosofo belga Jacques Leclerq apa.recio en version espanola, la misma a que aqui nos referimos, poco despues desu publica cion en frances (Paris, Spes, 1960). Es ella testimonio importante de10 que parece ser una crisis en la concepcion misma de la filosofia del derecho

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como ciencia. Es esta "una ciencia alemana" (p. 85), inventada no por los juris.tas sino por los filosofos, desde Kant y Hegel. No es muy claro que tenga carac-ter filosOfico todo 10 que se suele presentar como filosofia del derecho, a causade que no se hacen las debidas distinciones entre ella y la "teoria general delderecho", En cambio, la "filosofia social", tal como la concibe el autor, es ver-dadero conocimiento filosOfico de la sociedad, como que no es otra cosa que unareflexion 10 mas profunda po sible sobre el fenomeno social. Asi considerada, esafilosofia no es "una ciencia especulativa que reflexiona sohre los problemas so-ciales de manera puramente racional" (p. 1I3), y mediante el uso casi exclusivode metodos deductivos como han solido hacerlo muchos filosofoe al considerarla sociedad humana, Agreguemos por nuestra cuenta que aquella reflexion sehacia a menu do desde la filosofia del derecho, que se convertia asi en poco me-nos que una filosofia de la sociedad. Pero la sociedad humana, nos recuerda Le-clercq, no se da al conociniiento prescindiendo de la experiencia y como si fueraun ser necesario, sino, por el contra rio, como un ser contingente, conocido enla experiencia y por medio de ella. Por consiguiente, la actitud correcta paraconstituir la filosofia que pi de Leclercq es partir del analisis del hecho social y,trascendiendolo, bus car por encima de eI su sentido mas profundo y su justifi-caeion ultima. Esta actitud metodulogiea en el estudio de la sociedad humana espro pia de la tradicion que en tal materia viene desde Aristoteles - a tiempo quePlat on representa al respecto el comienzo de la tradicion especulativa.

De Ia filosofia social asi concebida viene a ser un capitulo la filosofia del de-recho, pues esta solo estudia uno de los aspectos 0 expresiones de Ia vida social.Por Ia misma razon tampoco son una misma cosa filosofia social y derecho na-tural, puesto que el derecho natural "pretends averiguar cuales son las mstitu-ciones que pueden ser objeto de la juridicidad en Ia naturaleza humana" (p. 1I5)y no las que son ajenas a ese caracter, Para Leclercq, moral, derecho natural yderecho positivo se diferencian profundamente entre si, La distincion entre losdos primeros es tesis enfatieamente expuesta por nuestro autor y una de las masinteresantes de toda su obra, "Cuando Antigona opone el derecho de la concien-cia a la injusticia del tirano y habla de leyes eterna,s, de 10 que se trata en rea·lidad es de leyes morales. l Por que llamar a esto derecho natural?" (p. 98). Elpuesto de este ultimo se encuentra en otra parte. "5i existe una naturaleza bu·mana, deben existir tambien condiciones naturales de organizacion social", lascuales predeterminan "las normas juridicas que deben encontrarse en todos lospueblos" (p. 97). Por consiguiente, to do problema en que se apele al derecbonatural serfi' siempre un problema de organizacion social, no un problema demoral. Asi concebido, el derecho natural podria ser descubierto al final de unaindagacion radical, iniciada por la sociologia segun su metodo positivo ,y consu·mada en un plano filosOfico por la filosofia social, de las formas' esenciales ycondiciones basicas de la vida social. Resultado de esta tarea seria el mostrarcomo el derecho natural, lejos de consistir ante todo en ,meras normas ideales,reside en el modo mismo de ser ontologico de la naturaleza del hombre. De ahique el titulo de esta obm nos de a entendeJ:. que hay un transito "del derechonatural a la sociologia", porque esta ofrece un camino para la indagadon siste.matica y positiva del contenido del primero. No hay, pues, conflicto entre ambossino mas bien complementacion, como que tamhien la sociologia estudia los as·pectos sociales de la realidad humana, aunque en pIanos mas concretos que aquelen que reside el derecho natural. Ello permite, ademas, servir al derecho "indi·cando Ie en que sectores puede intervenir provechosamente y la manera de hacer.10" (p. 221) ..

No parece desacertado afirmar, en vista de estas tesis, que Leclercq esta cerca·no a la posicion que en la misma materia adopto V:asquez, filosofo y teologo es·paDol del siglo XVI: en 'oposicion al "voluntarismo", que ve el fundamento detoda norma, moral 0 juridico.natural, en la voluntad divina. Vasquez no 10 po-nia ni siquiera en la razon, sino en la naturaleza misma del hombre, 0 sea, enlas formas fundamentales y esencialmente constitutivas del sei y el obrar hu·manos.

Es interesante la propuesta que hace Leclercq de indagar 'por el camino de lasociologia general y de la filosQfia social el contenido del derecho natural. Esposible que 'por ese metodo se logre algun resultado positivo, peru la tremenda

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dificultad que en tal tipo de investigaciones no deja de presentarse es Ia de sa-ber hasta que grado de abstraecien 0 generalisacion se ha de llegar, para unifi-car en conceptos aun no demasiado formales la infinita variedad en que se ofrece10 social a 10 largo de la historia y 10 ancho de la geografia. Por 10 demas, 10.experiencia de los valores eticos concernientes a la persona humana y a la socie-dad puede tambien contribuir al descubrimiento de muchas de "las condicionesnaturales de organisacien social" que puedan ser objeto de- juridicidad, ya que,por una parte, los valores, segun pensamos, provienen de un modo u otro, enultimo analisis, de reaHdades ontoldgicas ; y por otra, la distribucidn rigurosaque ve Leclercq entre moral y derecho natural no alcanza sin embargo a destmir-y Dada parece hacerlo suponer asi en la filosofia del autor- el caracter eticode que ambos participan mas alla de su diferencia.

Jaime Velez Saenz

QUINTO HORACIO FLACO, Satiras. Introduccion, version y notas de Fran-cisco MONTES DE OCA. Bihlioteca Scriptorum Graecorum et Romanorum Me-xicana, Universidad Nacional Autonoma de Mexico, 1961. Un vol. de CXLVIII+ 93 (dobles) pags, - En la primera parte de la Introduccion Montes de Ocatrata de la historia del texto horaciano. El articulo sobre la tradicion manuscri-ta de Horacio (pags. VII - XXXVIII) deja la fuerte Impresien de que estetexto nos ha side transmitido con muy grandes alteraciones (ver sobre todopags. VIII - IX), mientras que todos los recientes editores reconocen la hondaddel texto que ee lee en los codices!. Aunque el traductor mejicano habla de lasprincipales ediciones horacianas (pags. XXXIX - LXI) se detiene en las deL. Miiller (Ia ultima de 1882), siendo que en las 'paginas anteriores (XXX ss.)expone las teorias de los editores del siglo XX (Vollmer, Lejay, Kiessling -Heinze. Villeneuve. Lenchantin de Gubernatis, Klingner). Luego, resulta dificilentender aquella creencia suya en la gran alteracien del texto. Tampoco se expli-can afirmaciones como las siguientes: "Horacio Iallecio casi repentinamente; nopudo dar la ultima mano a su obra, Fueron sus amigos quienes la publicaroncompleta, claeificandola como juzgaron conveniente... (pag. VIII). Tamhienhan podido ser aiiadidas al opus del poeta algunas poesias de liricos contempo-raneos 0 poco posteriores como Antonio Rufo, Tito Septimio, Passieno Paulo, Ce-sio Basioy otros. Segun Plinio el Joven, Passieno imito a Horacio en sus com-posiciones liricas." (pag. IX; la referencia pliniana en la nota 31!o debe corregirseen "ep. IX 22,2").

Sabemos muy bien que Horacio publico toda su obra durante su vida despuesde darle la ultima mano. Tamhien es evidente que no existe el problema de unappendix Horatiana. La unica interpolacion posible en la obra de Horacio seencuentra al principio de la satira decima del primer libro, aunque ultimamen-te G. D'ANNA, Oraziani i primi versi della decima Satira. Maia, VII, 1955, pags.2642, atribuye estos versos a Horacio.

Generalmente se estudia la historia de un texto con el fin de estab!ecer suedicion critica. Cuando uno encuentra en la pag. LXI la declaracion: "Para lapr.esente edicion hemos adoptado el texto establecido por F. Klingner en la suyade la Biblioteca Teubneriana, Lipsia, 1950", necesariamente se pregunta: "lNO\habria sido mas util consagrar las paginas anteriores a la biografia de Horacio?"

La segunda parte de la Introduccion esta dedicada al estudio previo de las sati.ras. Aqui se nota un gran desconocimiento de la literatura moderna sobre lasatira romana. Para el traductor mejicano el origen de la satira es un "problemaque ha preocupado a muchos filologos desde Varron hasta Mommsen y Lejay"(pag. LXVI). Mommsen trato este problema escribiendo a mediados del siglopasado su Historia Romana; la edicion de las Satiras, pr~parada por Lejay, datade 1911. En realidad el problema ha sido discutido aun en nuestros dias, como

1 Cf. ERICHBURCKen Q. HORATIVS FLACCVS, I Teil, Oden und Epo4en, erkliirt ~onA. KIESSLING nnd R. HEINZE, ed. 9., Berlin, 1958, pag. 573: ..... die Codices einenguten Text bieten, den fUr Konjekturalkritik nur wenig Veranlassnng nnd. Ranm gibt";tambien, op. cit., II Teil, Satiren. ed. 6., Berlin, 1957, pag. 355: "Die Untersncbnng vonPeters bekriiftigt ernent die Gute der Horazuberlieferung, die aIle neueren Heraugeberanerkanut baben."

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se ve, por ejemplo, en U. KNOCHE, Die romische Satire, ed. 2., Gottingen, 195.7.pags. 8 - 13 y en E. BURCK, op, cit., II, pags, 368 ss.

La nota 13 de Ia pag. LXIX esta llena de errores. Ennio nacio en'239 y no en329. iDe donde saca el autor la noticia de que Ennio estudlo en Roma retoeicay filosofia? La retorica, como ensefianza superior, no aparece en Roma sino en elsiglo primero a. J.C. y una escuela romana de filosofia jamas ha existido (Cf. H.I.MARROU, Histoire de l'Education dans Tuntiquite, Paris, 1948, pags, 341 es.) .Todavia mas inesperado es el fin de la mencionada nota: "Sin embargo fue con-dena do primero a pr ision y despues a destierro perpetuo por haber ofen dido consus versos a la poderosa familia de los Metelos." Aqui Ennio quedo completa-mente confundido con Nevio.

Lucilio nacio en Suessa Aurunca y no Arunca, como se escribe varias veces enla nota 18 de la pagina LXXII y ss, La afirmacion (pag, LXXVII, n. 2) de queIa obra de Lucilio apenas era conocida en Roma en Ia epoca de Horacio quedadesvirtuada por el mismo autor en Ia pag. LXXXIV, donde leemos: "Tal criticadehlo levantar una nuhe de protestas entre los entusiastas admiradores del viejopoeta." Para entender las relaciones entre Horacio y la poesia luciliana hahriasido muy util consultar la ohra de J. PERRET, Horace, Paris, 1959, pags, 65·78.

La hihliografia (pags, CV-CVII) es incompleta y muy anticuada: la mayoriade los lihros enumerados en ella es del siglo XIX. Hay que completarla con Iahihliografia de Ias ohras ya citadas de Burck, Knoche y Perret, tambien con laque aparece cada afio en L'Annee Philologique.

En la introduccion sorprende desagradablemente Ia presencia de algunas pala-hras con la ortografia falsa de los siglos pasados como quum, loquutionem, caena,etc., mientras que el texto Iatino de Horacio es impecable. Deheria cambiarse elsigna de Interrogacien por un punto despues de facit (I, 2,19) y Atridis escr'i-h.rse con mayuscula (II, 3,203). '

La traduccion castellana que estd frente del texto latino es huena y viva, tanviva que a veces suena anacronica, por ej., I, 9,73·74 "ac me suh cultro linquit"queda "y me deja en las costas del toro"; 11,1,6 "peream male" - "que me lleve-el diablo" y II, 3,123 "dis inimice senex" - "j Oh, anciano dejado de la manode Dios!" Hay algunos errores en los nomhres propios: I, 3,82 Lebeon debe co.rregirse en Labeon; I, 7,20 Bitio en Bito; I, 10,86 Furno en Furnio.

En alguno's pasajes la traduccion deberia ser mas precisa:' I, 2,44 "calones" noson unos criados, sino mozos de establo, acemileros; II, 1,26 "ovo prognatus eo·dem" no es solo su hermano gemelo, sino el que nacio del mismo huevo (setrata de Castor y Polux) ; II, 3,227 "auceps" no es cualquier cazador, sino pajarero.

EI verso I, 10,19 "nil praeter Calvum et doctus cantare Catullum" despues delcomentario de Perret (op. cit., pags. 58.60) debe traducirse: "que no sabe masque burlarse de Calvo' y de Catulo" y no "imitar a Calvo y a Catulo".

Hay tambien dos equivocaciones evidentes: I, 7,3 'lippis" no se traduce porof talmo logos, sino por leganosos; II, 3,61 "mille ducentis" no por docientos mil,sino par mil doscientos.

Un articulo aparte mereceria la traduccion de los pasajes "verdes". Montes deOca se decide por diluirlos en las expresiones innocuas. Las ediciones universi·tarias deherian ser mas amplias en este senti do.

Las notas al texto latino son explicaciones morfologicas 0 sintacticas de unnivel bastante elemental. Las notas al texto castellano podrian ser aun mas nu·merosas.

]uozas Zaranka

ERWIN SCHRODINGER, La naturaleza y los griegos. Traduccion de FedericoPortillo. Aguilar, Madrid, 1961. - Este pequeno volumen del conocido investiga.dor de la mecanica ondulatoria. Erwin Schrodinger, es el fruto de una serie deconferencias' que el autor dicto en el University College, de Londres, en 1948,

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y que Iuego, al darle forma de libro, euriquecie con algunos comentarios y unpro logo (en realidad el primer capitulo del Iihro) , La presente resefia tiene su[ustificaeion en el hecho de que "La Naturaleza y los griegos", fue publicadasolo el afio pasado en su traduccion espanola, y, sobre todo, poria importanciamisma del libro.

No es la primer a vez que un fisico de nuestro tiempo se ocupa del pensa-miento cientifico de los griegos. W. Heinsenberg se remonta con frecuencia ensus trabajos fisico·filosOficos al pensamiento griego, porque considera "que ape-nas es po sible cultivar la Fisica atomica sin conocer Ia Filosofia natural de losgriegos", y porque, ademas, se ha convencido de que "quien qui era lIe gar alfondo de las cosas en cualquier disciplina, tanto si se trata de tecnica como deMedicina, tendra que dar mas tarde 0 mas temprano con aquellas fuentes anti.guas" (Conexiones entre la educacion humanistica, la ciencia natural y la cultu·ra occidental). POl' su parte Schriidinger justifica, desde un punto de vista pro-fesional, su interes POl' el pensamiento helenico en "Ia esperanza de conseguiruna comprensien mejor de Ia moderna ciencia y en consecuencia inter alia de lamoderna fisica" (pag, 12).

El pensamiento cientifico griego ha sido estudiado desde las mas diver gentesposiciones. EI Irlandes Benjamin Farrington, POl' ejemplo, en su obra ya clasica"La ciencia griega", hace un analisis marxista de la filosofia natural de los grie-gos, buscando las vinculaciones de esta con Ia tecnica, la economia y Ia sociedad"esclavista" de Crecia; ademas su obra -estrictamente histdrtca-i- tiene otropropdsito t poner de presente los origenes asiaticos de la filosofia. La posicionde Schrodinger no es Ia del mero historiador; antes bien, rehusa hacer historia.En cambio toma la ciencia moderna como mirador para el analisis de la cienciahelenica ; es decir, que su estudio resulta, ademas, ser un analisis retrospectivode los principios que mueven la ciencia moderna. A primer a vista pare cera quese traiciona el esplritu del pensamiento griego si se 10 estudia teniendo en cuentalos resultados de las modernas ciencias de la naturaleza de las cuales -frente al ra·cionalismo griego- se han atenido ante todo a la investigacion experimental.Sin embargo el libro de Schriidinger nos dice to do 10 contrario, pues nos mues·tra hasta don de la razon especulativa de los griegos llego a deslindar terrenosque contimian siendo fertiles campos de experiencia cientifica.

En el primer capitulo (que constituye, como ya se ohservo, el prologo anadidoa las primitivas conferencias), Schriidinger expone las "razones para volvernoshacia el pensamiento anti guo". Evitando la labor de historiador, 0 sea, la dedesentranar hechos e ideas ya muertos, el Premio Nobel de Fisica tiene a la vistados motivos principales para el estudio -contemporanizandolo- del pensamientogriego. En primer lugar analiza los antagonismos entre la ciencia y la religion(0 mejor, entre los ideales religiosos y metafisicos del hombre) en la epoca con·temporanea. Esta enemistad existe no obstante -segun la opinion del autor-debido a que cientificos y metafisicos tienen un objeto comun: el hombre y sumundo. Es decir, que se ha venido a levantar un muro entre una y otra actitud(cientifica y religioso·metafisica). Los griegos todavia no habian bifurcado estasdos sendas del conocimiento humano, y pOl' 10 tanto el estudio de su pensamientonos da una idea integradora de esa problematica com un. La segunda razon queaduce Schrodinger es menos personal y mucho mas importante desde el puntode vista cientifico: se trata de la crisis porque atraviesan en la actualidad lasciencias fundamentales. En el campo de la Fisica, la teoria de los quanta (Planck)y de la relatividad (Einstein), hicieron tambalear la Fisica clasica que en elsiglo XIX se creia ya definitivamente asegurada, y que estaba edificada en loscimientos colocados en el siglo XVII principalmente pOl' Calileo, Huyghens yNewton. POl' ejemplo, la teoria de la relatividad echo pOl' tierra los conceptosnewtonianos de espacio y tiempo absolutos que venian imperando, y la teoriacuantica "al par que ha extendido el atomismo de modo casi ilimitado, 10 hasumergido en una crisis mas grave de 10 que la mayoria de la gente quiere ad·mitir".

Pero si bien la Fisica clasica fue levantada sohre los cimientos ya dichos, teniasus raices mas remotas en el pensamiento anti guo, y la Fisica actual (la introduc.tora de la crisis) como heredera de la anterior, se ha visto en "Ia necesidad de

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revisar los Iundamentos hasta en sus capas mas profundas", poniendo al descu-bierto los prejuicios y supuestos con que trabajaban los Hsicos de los siglos pasa-dos. Por eso Schrodinger ve aqui otro incentivo para el estudio del pensam.entogriego, porque ademas de encontrar alIi las raices profundas de la ciencia mo-derna, talvez tambien, como 10 dice Heisenberg, porque de los griegos se aprende"el pensamiento referido a los principios, los metodea derivados de los prmci-pios" (Ibidem).

EI libro busca resolver dos preguntas que Schrodinger formula en el segundocapitulo: Ia primera es por "el modo griego de pensar respecto al mundo", y lasegunda por las caracteristicas de la actual "vision cientifica del universe, quelos griegos elaboraron y de quienes fueron creaciones especificas", teniendo, si,en cuenta las modificaciones necesarias que Ia historia cientifica ha exigido in·troducir. Estas dos preguntas lIevan a Schrodinger al estudio de Ia lucha entrelos griegos de Ia razon contra los sentidos, y al estudio del pensamiento relf-gioso de JenOfanes y Heraclito y del atomismo de Leucipo y Demdcrito, En elultnno capitulo desarrolla mas ampliamente, y abandonando ya el estudio de Iaciencia griega, el primer motivo enunciado como justificacion de su estudio delpensamiento helenico, Este motivo -demasiado personal- se refiere a Ia integra.cion de los problemas cientificos con otros de indole distinta como son los va-lores etieos, los estericos y el interogante por nuestro destino.

lPero que tiene que ver Ia Investigacien griega de la naturaleza con la de laHsica moderna? W. Heinsenberg en uno de sus trabajos reeienteasobre los pro-blemas filosoficos de Ia Ffsica atomiea, dice que debido a los descubrimientosde Max Planck, los Hsicos han venido a plantearse de nuevo Ia pregnnta queInquieto a los Iildsofos griegos, 0 sea, en Ia formula cion de Heisenberg: "lComocabria referir a principios sencillos toda la abigarrada diversidad de fenomenosque en la materia tienen Ingar, haciendoles de este modo comprensibles?" Esdecir, que en Ia Fisica atomica tambien palpita la pregunta por la arkhe del uni-verso. De aqui el interes de "La Naturaleza y los griegos": ver los planteamien.tos griegos en paralelo con los de la moderna ciencia sobre el misterio que nosofrece la naturaleza. Schrodinger pudo haber puesto como epigrafe de su obraestas palabras escritas por Heisenberg en 1958, con las que termina su trabajo"EI descubrimiento de Planck, y los problemas filosofico.8de la Fisica atomica":"Me parece cosa fascinante el imaginarse que hoy dia, en los mas diferenteslugares del globo y con los medios mas poderosos al alcance de la tecnica mo·derna, se lucha en comun por la resolucion de problemas planteados hace dosmilenios y medio por los filosofos griegos".

R. Sierra Mejia.