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PAÍSES DESARROLLADOS Y PAÍSES EN DESARROLLO Existen grandes diferencias en las formas y nivel de vida de la población mundial. La mayor parte de los medios de producción: capitales, tecnología, infraestructura, se concentran en un pequeño grupo de países llamados desarrollados, que sólo albergan a una cuarta parte de la población, en tanto que la mayoría de la población mundial, que íntegra a los países subdesarrollados, tiene escasos recursos y sólo participa con 20% de la producción industrial cuadro 1.7. Estas grandes desigualdades económicas existentes entre los países del mundo han ocasionado que se distinga a los países desarrollados y los subdesarrollados. El creciente desarrollo de los países industrializados y el subdesarrollo de los países de la periferia, constituyen elementos de un mismo proceso global, ya que la expansión de la economía capitalista significó incorporar a los países de la periferia, creando importantes corrientes comerciales entre ambos. Esto ha dado lugar en los países periféricos a una elevación del ingreso que beneficia al capital extranjero y a ciertos grupos sociales y sólo a algunas ramas de la actividad económica, especialmente el sector exportador. La principal característica que distingue a los países desarrollados de los subdesarrollados es el nivel industrial y tecnológico que han alcanzado independientemente de su sistema de producción. En la Primera Revolución Industrial los países que más pronto iniciaron su proceso industrial fueron aquellos que poseían yacimientos de carbón. Su existencia determinó la instalación de las primeras fábricas y con ellas se impulsó la construcción de los medios de transporte y el crecimiento de centros urbanos; de esta manera se inició el mapa industrial del mundo. Los mejores ejemplos de esta relación son: la localización de la industria inglesa en las zonas carboníferas de Escocia y Gales; los centros industriales de Europa en las cuencas carboníferas del Rhur, el Sarre y la Silesia; y las industrias de Estados Unidos cerca de la zona carbonífera de los Apalaches.

Países Desarrollados y Países en Desarrollo

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PAÍSES DESARROLLADOS Y PAÍSES EN DESARROLLO

Existen grandes diferencias en las formas y nivel de vida de la población mundial. La mayor parte de los medios de producción: capitales, tecnología, infraestructura, se concentran en un pequeño grupo de países llamados desarrollados, que sólo albergan a una cuarta parte de la población, en tanto que la mayoría de la población mundial, que íntegra a los países subdesarrollados, tiene escasos recursos y sólo participa con 20% de la producción industrial cuadro 1.7. Estas grandes desigualdades económicas existentes entre los países del mundo han ocasionado que se distinga a los países desarrollados y los subdesarrollados.

El creciente desarrollo de los países industrializados y el subdesarrollo de los países de la periferia, constituyen elementos de un mismo proceso global, ya que la expansión de la economía capitalista significó incorporar a los países de la periferia, creando importantes corrientes comerciales entre ambos. Esto ha dado lugar en los países periféricos a una elevación del ingreso que beneficia al capital extranjero y a ciertos grupos sociales y sólo a algunas ramas de la actividad económica, especialmente el sector exportador.

La principal característica que distingue a los países desarrollados de los subdesarrollados es el nivel industrial y tecnológico que han alcanzado independientemente de su sistema de producción.

En la Primera Revolución Industrial los países que más pronto iniciaron su proceso industrial fueron aquellos que poseían yacimientos de carbón. Su existencia determinó la instalación de las primeras fábricas y con ellas se impulsó la construcción de los medios de transporte y el crecimiento de centros urbanos; de esta manera se inició el mapa industrial del mundo.

Los mejores ejemplos de esta relación son: la localización de la industria inglesa en las zonas carboníferas de Escocia y Gales; los centros industriales de Europa en las cuencas carboníferas del Rhur, el Sarre y la Silesia; y las industrias de Estados Unidos cerca de la zona carbonífera de los Apalaches.

La Segunda Revolución Industrial sucede a fines del siglo XIX y se caracterizó por el descubrimiento de nuevas fuentes y tipos de energía (electricidad, petróleo) y una serie de avances tecnológicos. El uso de motores eléctricos y del motor de combustión interna en automóviles y después en los aviones, revoluciona los medios de transporte.

La Tercera Revolución Industrial surge en el siglo xx, la comunicación vía satélite y la computación abren nuevos horizontes en el ámbito económico y dan lugar a la integración de grandes potencias económicas: Estados Unidos, Europa occidental, Rusia y Japón. Destacan el desarrollo de la informática, la biotecnología, la exploración espacial y la dirección empresarial

Los factores que explican este desarrollo diferente de los países, unos son de carácter físico, y otros, principalmente, son de carácter social, derivados de su evolución histórica y de los tipos de desarrollo económico adoptados.

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Factores físicos:

1. Existencia de fuentes de energía: carbón, petróleo, electricidad, etcétera.

2. Yacimientos de minerales industriales: hierro, cobre, zinc, plomo, etcétera.

3. Materias primas localizadas en zonas de fácil acceso.

4. Relieve favorable para la construcción de caminos.

5. Clima favorable para la actividad humana.

Factores humanos:

1. Mano de obra abundante y barata.

2. Disponibilidad de capitales nacionales o extranjeros.

3. Tecnología adecuada.

4. Existencia de mercados para los productos.

5. Legislación que estimule las inversiones.

6. Estabilidad política.

Los países que tuvieron las ventajas de una pronta industrialización, por contar cori los factores físicos y humanos necesarios, fueron los que alcanzaron un rápido crecimiento económico y constituyen ahora el grupo de países desarrollados.

Las potencias colonialistas tuvieron como estrategia no desarrollar la industria en sus posesiones para no crear competencia a sus centros manufactureros y mantener a sus colonias únicamente como proveedoras de materias primas (cuadro 1.8).

El sistema productivo emana de necesidades humanas ilimitadas frente a un conjunto de bienes y medios de producción limitados. Esto inicia el proceso productivo, compuesto de medios de producción (máquinas, materias primas), procedimientos o técnicas y mano de obra o fuerza de trabajo. El resultado es la producción de bienes, pueden ser de consumo o de capital, y éstos —a través de la distribución— se dirigen al mercado para su consumo directo o a otras industrias de transformación (figura 1.2).

Por su localización geográfica, también se habla de la existencia de dos grandes bloques: Norte y Sur. Los países de la zona templada y fría del hemisferio norte han alcanzado en su mayoría un gran desarrollo, en tanto que los países de la zona tropical y del hemisferio sur, con excepción de Australia y Nueva Zelandia, permanecen en diferentes niveles de subdesarrollo.

Las actividades económicas que realizan unos y otros grupos de países establecen una clara diferenciación en su nivel de vida. En los países desarrollados predominan las actividades industriales y el comercio y en los subdesarrollados la mayor parte de la población se dedica a actividades agropecuarias y a la explotación de recursos forestales y minerales que abastecen a los países industrializados.

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En los países subdesarrollados se observa la dramática paradoja de que son los más poblados, insuficientemente alimentados y tienen las mayores tasas de crecimiento demográfico.

En los países de Europa occidental, los índices de natalidad son inferiores a 20 y los índices de mortalidad son inferiores a 10, con incrementos naturales que varían de 0.5% a 1% anuales.

En África, la elevada mortalidad contrarresta los efectos de una natalidad superior a 40 por mil, por lo que su crecimiento varía de 1.3% a 3% anuales.

En China e India, a pesar de su política de control de natalidad, su población sigue creciendo con tasas de 1.0% a 2% anuales.

En Latinoamérica, los coeficientes de natalidad con frecuencia son superiores a 40 y, como ha disminuido la mortalidad, el incremento natural es elevado, mayor de 3% anual.

La fecundidad, por tanto, crea graves problemas en los países subdesarrollados, por lo que se hace necesario equilibrar el crecimiento económico con el demográfico, requiriéndose fuertes inversiones para infraestructuras y servicios públicos a mediano y largo plazo y un aumento de producción de bienes de consumo, principalmente alimentos.

La población mundial estimada para 2002 es de 6 200 millones de habitantes, de ellos corresponde 5 010 millones a los países subdesarrollados.

Los países desarrollados presentan un crecimiento continuo en el producto nacional bruto1 y en el ingreso per cápita, lo que se traduce en un elevado bienestar socioeconómico de la población.

En el cuadro 1.9 se puede comparar el ingreso per cápita de algunos países desarrollados con otros en desarrollo.

Las características más relevantes de los países desarrollados son:

1. Sus industrias están en creciente expansión por la exportación de sus productos a gran número de países, principalmente a los de escaso desarrollo, de los cuales obtienen las materias primas que alimentan sus industrias.

2. Disponen de grandes capitales para financiar las actividades económicas del país y también para invertirlos fuera de sus fronteras.

3. Su nivel cultural es elevado, impulsándose sobre todo la educación en las áreas tecnológicas, económicas y administrativas, así como en la investigación en general.

4. Tienen una infraestructura que favorece el desarrollo económico: vías de comunicación y transporte eficientes, electrificación y servicios públicos en general.

5. La población tiene un bajo índice de crecimiento natural.

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6. Es elevado el porcentaje de población económicamente activa, la cual se dedica en mayor porcentaje a las actividades secundarias y terciarias. Estas últimas cobrando mayor importancia (comercio, comunicaciones).

Los países más desarrollados son: Estados Unidos, Canadá, Japón, países de Europa occidental, Rusia, Australia y Nueva Zelandia.

Los países subdesarrollados, llamados “en desarrollo” por la ONU, tienen como principales características las siguientes:

1. Las actividades económicas predominantes son las primarias, de donde se obtienen las materias primas: vegetales y minerales. Numerosos países basan su economía en la exportación de un solo producto (ver gráfica 1.3).

2. La agricultura es la principal actividad, la cual generalmente es de temporal y de bajo rendimiento. Con frecuencia las tierras agrícolas se destinan para cultivos de exportación (cacahuate, palma, aceitífera, café, cacao, caña de azúcar, plátano, etc.) en detrimento de la producción de alimentos básicos.

3. Generalmente se practica el monocultivo, lo cual empobrece los suelos, y no se aplican medidas de conservación.

4. Son importadores de productos industriales porque en la mayoría de los países esta actividad tiene poco desarrollo. Algunos no tienen industria pesada (siderúrgica, metal-mecánica) sino sólo industrias de transformación (alimentos, vestido, bebidas) y son dependientes de las industrias de los países desarrollados que son los fabricantes de la maquinaria y poseedores de la tecnología.

5. Explotación irracional de los recursos naturales, principalmente de los irrenovables como el petróleo y los minerales.

6 Son dependientes tecnológicamente de otros países.

7 Escasez de capital debiendo recurrir al financiamiento de capitales extranjeros, lo que explica la elevada deuda externa de la mayoría de estos países.

8. Bajo ingreso per cápita, debido a que el mayor porcentaje de la población económicamente activa se dedica a las actividades primarias que son mal remuneradas.

9. Con frecuencia son países con gran inestabilidad política, lo que motiva un clima desfavorable para la inversión nacional y extranjera.

Estas características económicas están relacionadas con otras de carácter social como son:

a) Elevadas tasas de natalidad y crecimiento demográfico.

b) Deficiencia en los servicios educativos y alto índice de analfabetismo.

c) Desnutrición que produce un grave deterioro en el desarrollo físico y mental de los niños.

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d) Escasez de vivienda y de servicios públicos en general.

e) Alto índice de desempleo, vagancia y delincuencia.

Por las condiciones imperantes estos países generan poca riqueza, lo que motiva que sus gobiernos tengan que recurrir a créditos externos para efectuar las obras necesarias para su desarrollo económico como construcción de carreteras, electrificación, adquisición de equipo y maquinaria industrial, etc., y además para satisfacer las necesidades sociales más urgentes como la construcción de escuelas, hospitales e importación de alimentos.

A este grupo pertenecen, en lo general, los países de Latinoamérica, Asia y África. Algunos de ellos están logrando superar sus deficiencias y han logrado avanzar en el campo tecnológico e industrial como México, Brasil, Argentina, Taiwán, Corea del Sur y, sobre todo, China.

El endeudamiento creciente de los países subdesarrollados los hace más dependientes de las grandes potencias, consolidándose un neocolonialismo. Son países que han alcanzado su independencia política, pero no la económica.

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