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ANTOLOGÍA CONCURSO DE MICRORRELATOS PALABRAS MÍNIMAS 2011 LetrasKiltras

Palabras Mínimas

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Antología del concurso de microrrelatos Palabras Minimas (2011).

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Page 1: Palabras Mínimas

ANTOLOGÍA CONCURSO DE

MICRORRELATOS

PALABRAS MÍNIMAS

2011

LetrasKiltras

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ANTOLOGÍA CONCURSO DE MICRORRELATOS PALABRAS MÍNIMAS 2011

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Diseño y maquetación: Nat Gaete

EDITORIAL DIGITAL LETRASKILTRAS

2012

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PRESENTACIÓN

La presente publicación digital reúne los microrrelatos finalistas de los seis meses en que se desarrolló el concurso Palabras Mínimas, los respectivos ganadores mensuales y tam-bién una selección especial de microcuentos que no siendo finalistas fueron considerados para ser incluidos en este volumen dando así cumplimiento a las bases del certamen. Integraron el jurado los escritores Liz Carreño (México), Jorge Arturo Flores (Chile) y San-tiago Marín Arrieta (Chile). Como invitado especial para la elección del premio anual, in-tegró también el jurado el poeta Manuel Paredes Parod (Chile). El Primer Lugar Anual de Palabras Mínimas correspondió al microrrelato 17 ESCALONES del escritor chileno Ricardo Laguna De La Maza.

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PRIMER LUGAR CONCURSO PALABRAS MINIMAS 2011 17 ESCALONES

Barrí la casa. Lavé la loza. Preparé una pequeña merienda. No tengo apetito. En esta encrucija-

da vital comer es casi un capricho. Afuera, parece un día como cualquier otro. Las luces del ba-

rrio se apagan una a una y las sirenas ululan lejanas. Aún me queda tiempo. Salgo de la cocina y

enfilo hacia mi pieza. Levanto la trampilla debajo de mi cama. Me escondo en el frío, húmedo y

estrecho agujero. Ayer se llevaron a Doña Mabel, la señora del piso de arriba. Eran las siete. Los

policías repitieron el ritual: botas repicando en el parquet, puerta abierta de un patadón, gritos

que claman piedad, cuerpo que rueda los 27 peldaños de la escalera y patrulla que se aleja con

el detenido. Luego el silencio devora el miedo. Se han llevado a todos en este edificio, sólo re-

sto yo. Las sirenas se acercan, el barrio se ilumina. Es mi turno. Las botas suben la escalera,

abren la trampilla, me arrastran al abismo, puñetazo en la ingle y una interminable caída de 17

escalones. . .

RICARDO LAGUNA DE LA MAZA

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MICRORRELATOS FINALISTAS MES DE MAYO

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ZAPATOS - DANIEL FRINI

DE ALTO VUELO - RICARDO LAGUNA DE LA MAZA

AL OTRO LADO DEL CERCO - ARTURO VILCHES

EL UNICORNIO - KATTY SILVA

LA LEYENDA DE LA PÍCARA Y LA LUNA - MARÍA ORETO MARTÍNEZ SANCHIS

LOS ESPEJOS NO HABLAN - DANIEL FRINI

DE LA IMPOSIBILIDAD DE LA FELICIDAD - ALFONSO CÁCERES RENERÉ

VOLANDO - MÓNICA CID

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PRIMER LUGAR MES DE MAYO ZAPATOS

Dejó las pantuflas de bajar ascensores y se calzó las chinelas de transitar lobbies. En la puerta

las cambió por mocasines de caminar veredas. Llegó a la esquina, se puso botas para saltar

charcos y bajó a la calle. En la senda peatonal las reemplazó por sandalias de cruzar calzadas.

Absorto en sus cosas, no prestó atención a la bocina de romper oídos y lo atropelló un auto que

circulaba sobre ruedas de cansar ciudades.

DANIEL FRINI

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DE ALTO VUELO

Después de un nutritivo desayuno de leche de chatarra y retazos de género, Manuel abrió la

ventana y observó la ciudad dormida. Recordó que, la noche anterior, Pamela, su ex novia, lo

había desafiado: “Eres tan aburrido. Siempre hablas de lo mismo. Si un día me sorprendieras. Si

sólo llegases volando a mi casa con un ramo de rosas rojas, no me separaría nunca más de ti”.

Manuel, desconcertado, aceptó su derrota y la despidió con frialdad. Esa noche no durmió, me-

ditando en esas palabras sin sentido. Y ahora, frente a la ventana prepara su despegue. Toma

vuelo, salta al vacío y el aire lo recibe. Agita sus brazos con torpeza y lo logra ¡vuela! Una vez

acostumbrado a su nueva habilidad, cumple la primera parte del desafío, baja en picada y birla

una docena de rosas sangre desde un puesto de flores. Manuel, exultante, planea hasta la casa

de su ex amada. El corazón de Icaro post-moderno se desgarrará ad portas de sorprender a Da-

niela; frente al pórtico de su casa, un hombre-volador aterriza con una caja de bombones.

RICARDO LAGUNA DE LA MAZA

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AL OTRO LADO DEL CERCO

La niebla asciende de un modo sobrenatural, desdibujando contornos y siluetas, estimulando

las emociones más viles y los deseos más retorcidos del visitante. En la casa sólo se ve encen-

dida la luz de entrada.

En su habitación el silencio es absoluto, puede oír su propia respiración. Teme que esta noche

nuevamente lo vea, aunque eso no sería lo peor… De todos modos, de ser así, tiene pensado

hablarle. Bajo las sábanas oculta la grabadora y está listo para presionar el botón rojo, el que

sobresale del resto… Ya lo ha probado varias veces y no se ha equivocado.

Le divierte el sonido del contacto de su piel en el cemento y la madera pulida le provoca cosqui-

llas.

La puerta se abre lentamente y Daniel entreabre los ojos. Ahí está. Es un Duende. Siente deseos

de tocarlo, de irse con él. El Duende lo mira con placidez e inadvertida malicia.

ARTURO VILCHES

Page 12: Palabras Mínimas

EL UNICORNIO

No sabía si era la combinación del sol naciente con la neblina que se disipaba, la distancia que

había entre la criatura y yo o simplemente mi imaginación. Rasqué mis ojos confiando que era

una visión, pero no, ahí estaba, comiendo pasto al otro lado del pequeño lago. Busqué con la mi-

rada a alguien que confirmara lo que veía, pero estaba completamente solo.

Sentí miedo y curiosidad. Me obligué a encontrar algo lógico en el hermoso paisaje, pero nada

parecía alterado. Me saqué las botas, los calcetines y me arremangué el pantalón; cruzaría el

lago. Fueron los minutos más nerviosos de mi vida.

Al llegar al otro lado caminé suavemente, casi sin respirar. El unicornio levantó la mirada y por

millones de segundos nos observamos. Su cuerno relucía al sol… Di dos pasos, tres más. No me

despegó la vista; curiosa valentía.

Estiré el brazo; temblaba, y él se dejó tocar mientras meneaba la cola. Y sin más, con un peque-

ño trote, se alejó al bosque. Corrí detrás de él, pero simplemente desapareció.

KATTY SILVA

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LA LEYENDA DE LA PÍCARA Y LA LUNA

Anhelaba contemplar la imagen de la luna reflejada en el espejo del río. Su luz proyectaba mi fi-

gura, cargada con el hatillo en el que guardaba todas mis pertenencias, sobre el agua. Parecía

un pobre jorobado.

Sentado en la orilla, hablaba con ella e imaginaba su aroma dulce de jovencita revoltosa y ar-

diente, siempre girando alrededor de su madre, la Tierra; siempre, sin embargo, rebelde.

Nuestras conversaciones llegaron a tal grado de intimidad que me decidí a confesarle el infinito

amor que le profesaba. Mi corazón ardía durante el día añorando su presencia nocturna. La zo-

zobra me invadía cuando las caprichosas nubes robaban mi tesoro, o si no era visible.

Una noche mi amada me dijo con aire nostálgico:

“Si tanto me adoras,

ven conmigo;

y ya sin demoras,

te recogeré en este río mañana

para llevarte a mi abrigo”.

Mi pícara enamorada, pizpireta y preciosa, descendió a buscarme. Entre sus brazos me cobijé y

allí sigo con mi hatillo al hombro.

Si en las noches de Luna llena la miráis, nos contemplaréis abrazados y enamorados como el

primer día.

MARÍA ORETO MARTÍNEZ SANCHIS

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LOS ESPEJOS NO HABLAN

—Espejito, espejito ¿quién es la más linda del reino?

―Antes que nada —contestó el espejo― deberíamos definir qué entendemos por lindo. Está claro

que nos referimos a una cualidad inherente a una persona, pero como se han estado sucediendo

las cosas últimamente (la desigualdad sembrada por el capitalismo en el mundo, tarde o tem-

prano iba a traernos problemas), hoy, paradójicamente, las minorías son mayoría. Tanta oleada

inmigratoria ha desdibujado nuestro concepto de belleza y lo que es hermoso para un japonés

de la prefectura de Ibaraki no lo es para un bakongo del centro del África. . .

Una taza surcó el aire y deshizo el espejo en mil pedazos

—Pero yo ¿qué dije de malo? ―alcanzó a decir éste, antes de apagarse.

DANIEL FRINI

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DE LA IMPOSIBILIDAD DE LA FELICIDAD

Se acuesta temprano pues viene una dura jornada. Ha ajustado al máximo la alarma del reloj, su

seguro contra el desempleo luego de tanto atraso.

Duerme. Comienza a soñar. Sueña que suena el despertador, se levanta, se ducha, se viste, des-

ayuna; que llega temprano a su trabajo, que trabaja mejor que nunca. Que vuelve a casa, que

ajusta el despertador. Sueña que se acuesta y sueña que sueña.

Sueña que pasa el tiempo, que su trabajo es reconocido; que lo ascienden, se casa, tiene hijos;

que vive en un buen barrio, que su nieta le regala un dibujo que lo retrata, gordo y calvo; sueña

que lo coloca en la cabecera de la cama matrimonial.

Sueña que jubila, que disfruta de su familia.

Al despertarse, alcanza a ver cómo el sueño se diluye. Aterrado, comprueba que el reloj ha falla-

do. Apenas se viste y sale, maquinando desesperadamente alguna excusa para su jefe, aunque

sabe que será difícil conservar su trabajo.

En su apuro no percibe el dibujo de un señor calvo, gordo, en la pared, sobre su cama.

ALFONSO CÁCERES RENERÉ

Page 16: Palabras Mínimas

VOLANDO

Sonó el teléfono que presurosa contestó la mujer. Se le oyó decir: Voy volando, mientras sus

pies elevados del suelo la llevaban rauda hasta la puerta de salida.

MÓNICA CID

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MICRORRELATOS FINALISTAS MES DE JUNIO

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BIENVENIDA - KATTY SILVA

TORMENTO - ARTURO VILCHES

¡ETREUM AL YOS! - NÉSTOR FIDEL PANSERI

ARRANCAR - KATTY SILVA

LUNA LLENA - RODRIGO ROJAS

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PRIMER LUGAR JUNIO BIENVENIDA

En el silencio absoluto de la pequeña pero fría casa, escuchó una débil y ahogada voz prove-

niente del pasillo muy mal iluminado.

Pensando que era su prima haciéndole una broma decidió salir a su encuentro, pero se llevó una

sorpresa al verificar que el lugar estaba completamente desolado. Con una rara inseguridad se

acercó a la pared para enderezar un feo cuadro familiar, cuando de él salió una mano mohosa y

la misma voz ahogada pidiendo auxilio.

Karina luchó contra la mano que la arrastraba al interior del cuadro, pero el pánico y la asfixia

le quitaban fuerzas. Reconoció en la fea mano el anillo de su bisabuela desaparecida misterio-

samente. Miró desesperada esperando que alguien apareciera, pero nada sucedió y fue llevada

al otro lado del cuadro. Desde allí, cuando finalmente su prima se acercaba llamándola, se es-

cuchó un débil y ahogado grupo de voces diciendo bienvenida.

KATTY SILVA

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TORMENTO

No mirar a su alrededor y guardar silencio son parte del ritual en que se ha convertido la llegada

a casa. Dormir con la cortina abierta y el celular bajo la almohada, en el recurso imprescindible

para guardar testimonio de su cordura.

Lleva varios meses en terapia y nadie entiende lo que le ocurre. . . No hay avances, en ningún

ámbito de su vida. . .

Quiere rendirse. Esperar que llegue el demonio y lo ataque. Que le enseñe sus ojos rojos de

cólera, que lo posea y ojalá lo empuje por la ventana o lo obligue a cortarse las venas. Tomar

una doble dosis, para que aunque la mente reaccione el cuerpo no pueda responder. . .

Entreabre los ojos. No puede moverse ni hablar. Respira con dificultad. Siente el peso de otro

cuerpo sobre el suyo, la respiración cardíaca en el oído y sobre todo miedo. “Dios”, acude la pa-

labra como una fugaz idea y el tiempo se detiene, y ya no hay nadie. Por ahora.

ARTURO VILCHES

Page 21: Palabras Mínimas

¡ETREUM AL YOS!

¡Etreum al yos, etreum al yos!, me repetía la profundidad del espejo, como si esta frase inenten-

dible fuese una condena. Una versión mórbida e invertida de mi rostro se reflejaba en el de ma-

nera desconcertante, mientras esa voz gutural repiqueteaba incansable ¡Etreum al yos, etreum

al yos!

Fue tal el horror de verme así que descolgué el espejo y lo puse mirando a la pared. Una ben-

decida calma poseyó mi alma, ese rostro demacrado y enfermo había desaparecido de mi in-

fausta visión, y con ello la mortificante voz había perecido, mas de inmediato, para mi desespe-

ranza, un murmullo fue creciendo desde el muro hasta que al fin con mi último suspiro en

ciernes le escuché al espejo rebotar ¡Soy la muerte, soy la muerte!

NÉSTOR FIDEL PANSERI

Page 22: Palabras Mínimas

ARRANCAR

El corazón me latía con fuerza. Sentía como iba creciendo la indomable bestia, queriendo domi-

narlo todo. Pero debía seguir corriendo; nada ni nadie me detendría, no puedo permitir que vuel-

va a suceder, pensaba mientras corría por el bosque camino a la cueva, pero fue demasiado tar-

de. . .

Al llegar vi que mis sospechas se habían cumplido. Miré en dirección a la luna; estaba completa-

mente llena y la cueva se encontraba tapada.

En el momento de la metamorfosis sólo alcance a escuchar el crujir de las hojas. Al segundo si-

guiente el golpe de un hacha sobre mi cráneo y el calor de mi sangre confirmaron la herida. Caí,

y lo último que pude ver fue el monótono color café de la alfombra de hierba recibiéndome en

paz, otorgándome el favor de la muerte.

KATTY SILVA

Page 23: Palabras Mínimas

LUNA LLENA

El asalto intempestivo en la oscuridad de las sombras, el filo amenazante del cuchillo en su cue-

llo, las manos ansiosas recorriéndola a mansalva, la caída violenta para poseerla, las risas gro-

tescas y embriagadas de deseo de sus atacantes, los gritos desgarrados para un auxilio sordo,

la luz de la luna bañando la escena, la mutación convulsa de la muchacha, la perplejidad ate-

rrada de los truhanes, la huida frustrada por los zarpazos bestiales, la vorágine de horror y

muerte, un aullido final cortando la noche.

RODRIGO ROJAS

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Page 25: Palabras Mínimas

MICRORRELATOS FINALISTAS MES DE JULIO

Page 26: Palabras Mínimas

PAGANDO EN EL SUPERMERCADO - REINALDO MORALES

SECRETO - KATTY SILVA

SIN FALTA - CAMILA SALAZAR

TE AMARÉ - LUIS ANTONIO ARANDA

FLORES ROTAS - RODRIGO ROJAS

Page 27: Palabras Mínimas

PRIMER LUGAR JULIO PAGANDO EN EL SUPERMERCADO

Mientras espero mi turno, mi vista se fija en el horizonte, las voces se hacen lejanas. De pronto

escucho a la cajera decir : ¿Dona los besos? . . . Me sonrojo y le digo sÍ. . . ella me mira, se pa-

ra y me besa.

REINALDO MORALES

Page 28: Palabras Mínimas

SECRETO

Cristóbal subió la escalera; abajo el piano ya empezaba a sonar provocando en él un efecto raro.

Apuró el paso, con el sonido de la música golpeándole el alma, pero rápidamente se detuvo

¿Hacía lo correcto? Entonces la vio salir de su habitación, y con una valentía sin igual. . . Se

paró frente a ella y le entregó dos rosas, amándola con la mirada mientras se deshacía por den-

tro.

Flaqueaba, a pesar de haberse propuesto ser fuerte. Se llevó las manos a la cara para ocultar las

lágrimas que caían como piedras en el piso. Él la amaba más que nada en el mundo. Ella, esa no-

che se convertiría en una mujer, pero no la suya. Se aferró a su cintura como si fuera Dios, en-

tregándose al adictivo bálsamo de su piel, mientras ella controlaba férreamente el también no

caer en el dolor de este amor prohibido, mientras acariciaba su desordenado cabello.

KATTY SILVA

Page 29: Palabras Mínimas

SIN FALTA

"Eric le miraba con detenimiento. La muchacha mordisqueaba su labio inferior, claro síntoma de

concentración. Sus mejillas estaban sonrosadas y casi podía oler de su piel aquel característico

aroma a margaritas, miel y suavidad.

Estaba a una distancia considerable, así que no podía jugar a unir en su mente aquellos tres lu-

nares sucesivos que estaban al costado derecho de su cuello. Adoraba cuando hacía calor, por-

que significaba que Mía se ataba su cabello en una coleta torpe y dejaba al muchacho soñar

despierto con la constelación de su piel.

Ella levantó su cabeza y frunció el entrecejo. Estaba tratando de enfocar la vista a su dirección,

pero él sabía que necesitaría sus lentes para percatarse de su presencia. Suponía que no le gus-

taba usarlos, porque apenas cruzaba la puerta de la sala de clases y se despojaba de ellos. Él

pensaba que se veía adorable.

Ella regresó a su libro, ajena ante la mirada curiosa de su admirador.

—Mañana le saludaré. . . sin falta —repitió su eterno discurso.

Y como todos los días, giró sobre sus talones y caminó."

CAMILA SALAZAR

Page 30: Palabras Mínimas

TE AMARÉ

Había una vez un enamorado que no dejaba de monologar:

“Aguardo con pasión tu amor. ¿Tal vez doy tiempo a mi sino? Echo un vistazo a todas esas esen-

cias rebeldes que combaten por verse reflejadas en tus ojos verdes. ¡Liaré los bártulos! Estoy

prendido de ti no lo ves.

Dejaré brotar este sentimiento. Buscaré tu amor. Sé que amar es avanzar por anfractuosas ma-

gulladuras, ya he derrochado muchas ilusiones en incontables romances. Sin embargo, el des-

engaño no me avasallará.

No tardaré en ir a ti. Si me humillan tus pretendientes, soportaré. Aunque me aguijoneen no de-

clinaré. Si me derriban, serpentearé pero lograré llegar a tu ser, no me quedaré fuera de ti.

Resplandeceré como poema dadá. Me deslizaré por el piso si es necesario, pero abordaré tu co-

razón. Cuando esté dentro de él, transitando en tus humores, me deleitaré en el itinerario, y per-

petuaré cada instante, pues te he buscado desde siempre”.

LUIS ANTONIO ARANDA

Page 31: Palabras Mínimas

FLORES ROTAS

Por la ventana del hospital su mirada huye tránsfuga a través del follaje de los duraznos en flor,

perdida en la esperanza que rehúsa abandonar. A su lado él yace ausente en el camastro, lleno

de agujas y sondas, apagándose lentamente tras el visaje nefasto de los doctores, imposibilita-

dos ante el avance mortífero de la enfermedad. Ella ruega al cielo por retenerlo, negando cual-

quier otro desenlace.

Han pasado más de treinta años y en Septiembre esas flores blancas y rosadas aún le embria-

gan el alma de tristeza y soledad. . . el dolor puede ser eterno, el amor también.

RODRIGO ROJAS

Page 32: Palabras Mínimas
Page 33: Palabras Mínimas

MICRORRELATOS FINALISTAS MES DE AGOSTO

Page 34: Palabras Mínimas

ALIENTO DE VIDA - RODRIGO ROJAS

TINA - OSVALDO ATILIO PAGANO

INTERCONECTADOS - LUIS ANTONIO ARANDA

VISITADOR NOCTURNO - ALBIN LAÍNEZ

PERSONA ELEGIDA - KATTY SILVA

Page 35: Palabras Mínimas

PRIMER LUGAR AGOSTO ALIENTO DE VIDA

El tiempo pasaba y su proyecto tan anhelado tomaba forma lentamente. Lo que al inicio era una

montonera de cables y circuitos, su dedicación enfermiza (con años de encierro en su laborato-

rio) transformaba ahora en un cuerpo femenino, cubierto por una piel de silicona tan real, tan

suave que muchas veces se sorprendió perdido en diversas ensoñaciones. Pero faltaba algo, la

chispa de vida a su obra de ingeniería robótica. No deseaba baterías de vida limitada, quería el

aliento eterno de una fuente permanente y se dio al trabajo de descubrirla a como diera lu-

gar. Pasaban los meses y su enclaustramiento total, sus fuerzas todas, su obsesión límite, eran

observadas por los ojos inertes de su creación que yacía rubia y voluptuosa colgada en un es-

tante abierto. Esa mañana el sol se filtró por las persianas cerradas y una tenue claridad des-

cubrió la escena. Dos vidas artificiales encontraban sus miradas yertas. Para ella el aliento de

vida no llegaría jamás; para él, caducaban sus sueños en una batería vencida dentro de su

cuerpo mecánico.

RODRIGO ROJAS

Page 36: Palabras Mínimas

TINA

Se llama Trrr35 pero yo la llamo Tina. Fue diseñada para tareas domésticas y algunas otras que

requieran fuerza. La conseguí a buen precio porque le faltaba el módulo de aprender por imita-

ción. A cambio, debo periódicamente digitar una clave en su espalda y enseñarle con ejemplos.

Cuando Cuki, mi novia de carne y hueso viene a verme guardo a Tina en el armario. Tina y Cuki

no se llevan bien. Cuki se divierte diciéndole cosas horribles para que Tina sonría y diga sí seño-

ra, mientras Tina alguna vez derramó café sobre el vestido de Cuki. Esa tarde cuando Cuki se

fue después de haber sostenido unos arrumacos conmigo, vi que Tina se dirigía hacia mi sin

haberla llamado. Horrorizado recordé que la había dejado en el modo de imitación. Pero era tar-

de. Me agarró con sus brazos de tenaza y me plantó un beso en la boca. Ahora estoy internado y

adivinen quien me cuida: Tina. Cuki no puede soportar verme así deformado y sólo vendrá des-

pués que los robotmédicos me hayan reconstruido los labios.

OSVALDO ATILIO PAGANO

Page 37: Palabras Mínimas

INERCONECTADOS

Nos conocimos ayer por la tarde. Coincidimos en la misma fiesta. Se quedó viendo mi playera

de Quiet Riot. Pronto hicimos “química”, y ese mismo atardecer nos hicimos novios. Mujer sin

temor al qué dirán.

Anoche bailoteamos como desquiciados, y pasamos la madrugada escuchando a Motley Crue.

Al amanecer ella continuaba conmigo. Le regalé un CD de Def Leppard. En ese instante me con-

vencí que había encontrado a mi media naranja.

Descubrí que ella y yo habíamos venido a este mundo para rocanrolear hasta morir, compartien-

do, pantalón de mezclilla, cerveza oscura y veladas que acabaran a las cuatro de la mañana re-

pitiendo por enésima vez “Rock this town” de los Stray Cats.

Le doy gracias al cosmos, y en particular a esa nave espacial que se averió y tuvo que aterrizar

aquí, en este planeta en donde el amor parece ir perdiendo la batalla. Qué buena suerte tuve por

encontrar en mi senda a esta mujer de chamarra negra y espíritu emancipado. A esta soberana

de la madrugada. No me importa que sea extraterrestre, y que se llame ID75X.

LUIS ANTONIO ARANDA

Page 38: Palabras Mínimas

VISITADOR NOCTURNO

Era una jornada ordinaria, en mi trabajo de sereno. A las dos de la mañana fui a buscar algo al

casillero, en el vestuario. Reinaba un silencio total y el sueño me acechaba.

Entré al recinto, y la sorpresa atravesó, como gélida descarga, todo el largo de mi espinazo. Allí

en el callado y, supuestamente, desierto salón, ya que no había nadie más en la empresa, sobre

una de las sillas un hombrecito color verde y de rostro apergaminado me miraba,

esbozando sonrisa sin mucha convicción.

Los dos quedamos rígidos en nuestro sitio, y él, quizás por romper el hielo, me preguntó: “¿ Tie-

ne hora?”

ALBIN LAINEZ

Page 39: Palabras Mínimas

PERSONA ELEGIDA

Corría por los pasillos del centro experimental. No quería ser la siguiente víctima, tenía que es-

conderme. Hallé el lugar perfecto en el preciso momento en que las luces moradas indicaban mi

huida. Me escondí bajo de un escritorio y recordé los ojos de mi compañero al momento de re-

gresar, y lo que le sucedió por haber sido “el elegido”; no solo perdió la cordura sino la vida. El

sudor del cuerpo me delató provocando la alarma de mis captores, y antes que pudiera pensar

en otro escondite, tres hombres me agarraron y un cuarto me inyectó. El mundo se hizo negro.

Desperté, cuando ya estaba en la máquina y levantaban mi cabeza para ponerme los lentes in-

frarrojos. Otras dos manos ajustaban a mi cuerpo las correas de metal, mientras a los lejos co-

menzó la cuenta regresiva. 10, 9, la gente se alejo de mí. 8, 7, 6, la máquina del tiempo se se-

llo. 5, 4, 3 estaba destinado a ser los ojos y oídos de la extraña tierra del siglo XXI. 2, 1. Cerré

los ojos y desaparecí.

KATTY SILVA

Page 40: Palabras Mínimas
Page 41: Palabras Mínimas

MICRORRELATOS FINALISTAS MES DE SEPTIEMBRE

Page 42: Palabras Mínimas

17 ESCALONES - RICARDO LAGUNA DE LA MAZA

LA MOVILIZACIÓN - FANTINE MOURA

EUFORIA - KATTY SILVA

PROTESTA - REINALDO MORALES VERA

EL SHOW DEL MIMO - ALFONSO CÁCERES RENERÉ

LA CITA - RODRIGO ROJAS

Page 43: Palabras Mínimas

PRIMER LUGAR SEPTIEMBRE 17 ESCALONES

Barrí la casa. Lavé la loza. Preparé una pequeña merienda. No tengo apetito. En esta encrucija-

da vital comer es casi un capricho. Afuera, parece un día como cualquier otro. Las luces del ba-

rrio se apagan una a una y las sirenas ululan lejanas. Aún me queda tiempo. Salgo de la cocina y

enfilo hacia mi pieza. Levanto la trampilla debajo de mi cama. Me escondo en el frío, húmedo y

estrecho agujero. Ayer se llevaron a Doña Mabel, la señora del piso de arriba. Eran las siete. Los

policías repitieron el ritual: botas repicando en el parquet, puerta abierta de un patadón, gritos

que claman piedad, cuerpo que rueda los 27 peldaños de la escalera y patrulla que se aleja con

el detenido. Luego el silencio devora el miedo. Se han llevado a todos en este edificio, sólo re-

sto yo. Las sirenas se acercan, el barrio se ilumina. Es mi turno. Las botas suben la escalera,

abren la trampilla, me arrastran al abismo, puñetazo en la ingle y una interminable caída de 17

escalones. . .

RICARDO LAGUNA DE LA MAZA

Page 44: Palabras Mínimas

LA MOVILIZACIÓN

De pronto estoy corriendo, todos gritan, logro refugiarme detrás de un kiosco de revistas, pe-

ro la estela de la bomba lacrimógena llega a mis ojos, a mi nariz a mi garganta, y por fin tengo

una excusa para llorar por esta situación, por mis hijos, por los hijos de los otros, por el futuro,

por la esperanza del pueblo y por la opresión del poderoso, veo un cartel que dice “Educación

de calidad para todos”, recuerdo mi niñez en el sur. ¿Qué diablos hago aquí? ¡Ay! En qué mo-

mento se me ocurrió la maldita idea de. . . ¡Cabo!, qué hace ahí hombre,¿ dónde está su másca-

ra anti gases?. . . La perdí mi sargento. . . ¡Puchas que son giles los sureños! Ya, colóquese el

casco tenemos que reprimir a esta manga de subversivos inútiles, educación gratis querían,

¡Já!

FANTINE MOURA

Page 45: Palabras Mínimas

EUFORIA

Caminaba con seguridad. Se sentía poderosa y su vestimenta lo reflejaba: taco alto, falda y es-

cote, lo suficiente para que la imaginación hiciera su trabajo. Perfume en el cuello, detrás de

las orejas y las muñecas. Era su noche y las calles de la ciudad le daban la bienvenida.

No sabe si sería su optimismo, o el efecto de la canción Modern Girls, pero la ciudad se veía

hermosa, con sus luces y los árboles moviéndose al son del suave viento de la tarde. Se detuvo

a medio a camino, mirando a la gente ir y venir. Aquella calle era muy concurrida, completamen-

te comercial, y sin pensarlo gritó. Necesitaba sacarse la adrenalina del cuerpo. La gente se vol-

teó a mirar y alguien le preguntó si le pasaba algo. La joven abrazo a la hermosa muchacha y le

dijo "Soy la mujer más poderosa del mundo" y siguió su camino por la gran calle, con los árboles

sonriéndole, eufórica de saber que su tan anhelado futuro estuviera a dos cuadras de ahí.

KATTY SILVA

Page 46: Palabras Mínimas

PROTESTA

Jadeando, completamente mojado y con su puño izquierdo en alto, Alexis gritó: “No al lucro,

ron gratis para todos los chilenos”. Luego de unos segundos desapareció mágicamente tras

una cortina de gas lacrimógeno.

REINALDO MORALES VERA

Page 47: Palabras Mínimas

EL SHOW DEL MIMO

—Señores pasajeros, este calendario no lo vendo ni lo regalo. . .

La gorda los reparte entre los pasajeros; la mayoría mira por las ventanas, alguno dormita. Lue-

go de esperar, los recoge. Nadie colabora. Va entonces a la parte trasera del bus; comienza el

show del mimo.

Apunta con su pistola de juguete a las personas, agitándose y acercando mucho su cara, obli-

gando a que lo miren, exhibiendo una sonrisa estúpida, angustiada. Es una grotesca parodia de

un asalto, que intenta ser divertida, pero que no hace gracia a nadie. Cuando finaliza su ronda

de encañonamientos y sobajeos, vuelve a pasar estirando una mano. El mismo resultado: nadie

le da nada.

La gorda parece revivir, grita:

—¡Aquí tenimos que bajarnos Maikel!

Los perceptivos captan el cambio. Ya no es la voz zalamera de antes; ahora es dura y fría como

el acero. Al detenerse el bus, bajan atropelladamente, él cae torpemente al suelo; la gorda lo re-

prende soezmente. Algunos pasajeros se ríen y comentan en voz baja, lo que demuestra que al

final el mimo no era tan mal artista como parecía.

ALFONSO CÁCERES RENERÉ

Page 48: Palabras Mínimas

LA CITA

En el trayecto del metro se mantuvo de pié enfrentando las puertas para examinar su imagen

reflejada en los vidrios. Su mirada habitualmente marchita lacerada por la soledad de sus 50

años, tenía ahora un brillo anhelante y esperanzador. Caminó con firmeza, no dándole tregua a

que sus miedos le traicionasen. Lo que hacía algunos meses había empezado como un juego vir-

tual con aquel desconocido ahora estaba próximo a concretarse en un encuentro real. Conocer-

ía su rostro, escucharía su voz, entendería la intencionalidad de sus palabras. Tantas veces lo

había imaginado junto a él, alimentado por las fantasías en que gustaban incitarse mutuamente

las largas horas frente al computador. Al entrar al pub hizo un barrido rápido del entorno: pare-

jas, grupos de gente compartiendo y en una mesa, al fondo, el muchacho esperándole con sus

escasos 23 años. Él mintió esa vez diciendo 34. Palpó el inminente rechazo. Pasó directo a la

caja, compró un encendedor y salió raudo, temeroso, absurdo, ridículo, perdiéndose luego entre

quienes transitaban

RODRIGO ROJAS

Page 49: Palabras Mínimas

MICRORRELATOS FINALISTAS MES DE OCTUBRE

Page 50: Palabras Mínimas

DESPERTARES - RODRIGO ROJAS

MADROSS - KATTY SILVA

ORBE DISÍMIL - LUIS ANTONIO ARANDA

ELEVADIDO - ALBIN LAÍNEZ

DESPEDIDA - REINALDO MORALES VERA

Page 51: Palabras Mínimas

PRIMER LUGAR SEPTIEMBRE DESPERTARES

Esa mañana, tuvo la sensación que la realidad que le rodeaba, no era si no parte de un sueño

del que aún no despertaba. Sus manos alargadas, brillantes y traslúcidas, eran ahora de un ex-

traño color rosado, más bien pequeñas y lo más inusual, con cinco dedos cada una. La cotidia-

na acción de levitar hasta el centro de la habitación no tuvo resultado por más que se concen-

tró en ello, generándole un estado de perplejidad y frustración que prefirió ignorar. Por la venta-

na vio seres transitando con pies pegados al piso, extrañamente vestidos, mientras que el espa-

cio era iluminado por la luz blanca de un astro único en el firmamento. Recordó sus tres soles

rojizos sumiéndose en una melancolía un tanto absurda. Decidió volver a dormir dentro de este

sueño, para despertar efectivamente de una vez. Sin embargo, eso ya no sería posible, la explo-

sión de sus soles convertían su mundo en polvo estelar, por lo que el Gran Sabio, había esparci-

do una civilización toda por el cosmos, a fin de corporizarles en nuevos seres y perdurarles en

nuevos mundos.

RODRIGO ROJAS

Page 52: Palabras Mínimas

MADROSS

Cuando MadroSS abrió sus ojos, oídos y extremidades, no sabía que sería un héroe en la deca-

dente ciudad de Katsunjak. Ciudad que había sido por mucho tiempo, la estrella más rápida, lu-

minosa y grande en la constelación de KaTian. Eso hasta que los FanazMor llegaron al poder,

convirtiéndose en el nido de la peor especie de la constelación, los Tinazgos.

Cuando emprendió su vuelo rutinario, como parte de la rebelión, se encontró con una extraña

luz, en la profundidad del río. Instintivamente descendió con un movimiento experto y cerrando

sus ojos, hizo aparecer una burbuja alrededor de su cuerpo, luego se internó en la profundidad

del río Chomapo.

A medida que descendía, los habitantes de la ciudad acuática telepáticamente, le guiaban el

camino. Cuando por fin llego, tiritó de la emoción y brotaron lágrimas de sus manos. Se acercó

para tocar el perdido Sol de la antigua civilización Katiana y desapareció, yéndose a un nuevo

mundo, al mundo que lo convertiría en el líder que destruiría mas tarde a los FanazMor y Tinaz-

gos.

KATTY SILVA

Page 53: Palabras Mínimas

ORBE DISÍMIL

Hay quienes se cambian de calle, ciudad, país, e incluso de continente; yo, me mudaré de plane-

ta. Huiré a buscar otras lunas sin título nobiliario. Para tal propósito me untaré saliva atrás de

ambas orejas, tomaré doscientos mililitros de jugo de arándanos y diré las palabras mágicas:

“Yo, Reinaldo, transportarme quiero al universo de Lil”. ¡Ya está! Me he cyber-trasladado al mun-

do que me recomendó Valeria. Aquí, volveré a empezar. Dormiré lo preciso, pero sin dejar de so-

ñar. Daré gracias al Hacedor por cada día nuevo.

Me ejercitaré en cuerpo y espíritu. Lavaré en agua caliente las liviandades que quieran adherir-

se a mí. Acicalaré mi traza, desayunaré para nutrirme, y replantearé mi relación de pareja con

Gladys. Olvidaré nicotina y alquitrán; diré adiós al alcohol. Seré condescendiente, incluso con

este ser multicolor que huele tan mal e intenta lesionarme. Elevaré miras. Llegaré puntual al

trabajo que aquí me consiga, y laboraré con denuedo. Pagaré las deudas que contraiga. Dejaré

impudicias y disciplinaré mi vida. Ojalá, ahora si lo logre.

LUIS ANTONIO ARANDA

Page 54: Palabras Mínimas

ELEVADIDO

Se deslizó hacia el valle inferior, donde su casa se distinguía diminuta desde la altura, con la

pequeña chimenea humeando entre árboles que montan guardia. Sonreía, mecido por la fresca

brisa propia del otoño en beatitud, deleitándose con el paisaje símil maqueta que se desplegaba

varios metros debajo suyo.

Descendió en la galería de acceso, donde lo esperaba su esposa, ataviada hoy con vestimentas

hippie-góticas. “¿Y el pan?”, inquirió como de lejos la etérea mujer. Él rebuscó en la mochila y le

entregó la bolsa de comprar. “Está mojado”, reprochó ella sin enojo, había renunciado a lo nega-

tivo. Encogiéndose de hombros y caminando hacia el lavado, él respondió: “no pude evitar la co-

la de una tormenta súbita que entorpecía el libre tránsito, con humedad hasta el tuétano ”.

Lo cierto es que no quiso perder la oportunidad de impregnarse con los mensajes de agua, que

una tardía nube azul cargaba contra viento y marea.

ALBIN LAINEZ

Page 55: Palabras Mínimas

DESPEDIDA

-Aprendiz de mago:

He reflexionado sobre tu inquietud y sería muy egoísta de mi parte seguir insistiendo en mante-

nerte, sé que te gusta estar a mi lado y protegerme pero sé también que anhelas volver a tu

mundo.

Como dije antes no te puedo obligar a permanecer, no quiero que te sientas obligada a estar

conmigo y protegerme. No soy quien para cambiarle el rumbo a tu vida.

Gracias totales, aprendí muchas cosas a tu lado, eres un hermoso ser, sincera, frágil y de co-

razón puro. . . ¡Te llevare siempre en mi corazón!

-Hada:

Es difícil para mí decirte adiós, yo quiero estar en tu mundo, pero de verdad tengo miedo, por-

que estoy siendo muy arriesgada al estar visible, si me descubren pongo en riesgo mi mundo y

a todos quienes habitan en él.

Has sido un buen amigo me mostraste otra realidad y recorriste parte del camino junto a mí.

Ahora representas un mundo dentro de mí, un mundo que tal vez no hubiera nacido si no nos

hubiéramos conocido.

¡Es tiempo de tomar caminos diferentes. . . !

REINALDO MORALES VERA

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Page 57: Palabras Mínimas

OTROS MICRORRELATOS SELECCIONADOS

Page 58: Palabras Mínimas

ELLA - RODRIGO ROJAS

UN SUEÑO DE AMOR - MARÍA ORETO MARTÍNEZ SANCHIS

HECHO INSÓLITO - LILIANA MARENGO

HEXAKOSIOIHEXEKONTAHEXAFOBIA - MARÍA EUGENIA BENAVENT

DESOBEDIENCIA ROBÓTICA - OSVALDO ATILIO PAGANO

Page 59: Palabras Mínimas

ELLA

Espera cada verano para verla, escondido tras los roqueríos, admirándola a distancia, anhelan-

do que el oleaje la lleve hacia él; relajada toda, flotando de espaldas mientras el sol le acaricia

y el agua hace dibujos sinuosos con su cabellera rojiza. Hoy se ha aproximado imprudentemen-

te, aprovechando la lejanía de la playa y la ausencia de otros bañistas. Ella al verlo le hace una

seña. El saludo es un hechizo, explota en un deseo ciego e irrefrenable por poseerla. Nada en

su dirección. La sonrisa de la joven cambia a una expresión asombrada y luego es una mueca

aterrada al descubrir que bajo aquel torso de muchacho nace un cuerpo de pez. Presa del páni-

co, agita sus brazos y el grito desgarrado junto a una aleta colosal hundiéndola es la visión final

desde la playa para los bañistas que huyen aterrados vociferando alarma de “¡¡Tiburón, ti-

burón!!”.

Sentado en el fondo sigue imaginándola vital en la silueta serpenteante que contempló tantas

veces. Ahora ese cuerpo marchito se va desprendiendo poco a poco de su abrazo, en partículas

ínfimas que se hacen mar.

RODRIGO ROJAS

Page 60: Palabras Mínimas

UN SUEÑO DE AMOR

Anhelo los momentos en los que, silente, pienso en ti. Repaso cada uno de hechos acontecidos

durante el día y en ellos me recreo buscando comprenderte. Desconozco qué sientes por mí,

pues jugamos como el gato y el ratón. A veces eres adorable, me mimas; otras, sin embargo,

eres el hombre duro con el que no deseo bailar.

Soy consciente de que intuyes que te amo, de que tu corazón supo, desde el primer instante,

que el mío se había rendido a sus plantas, incapaz de librar batalla. Sin embargo, te debates en-

tre envites sin ofrendar plenamente tu amor.

De noche, acurrucada en mi lecho, repaso cada uno de los momentos vividos cerca de ti. Sueño

despierta que me besas, que me declaras abiertamente tu deseo. Otras noches, dormida, te

busco como posesa sin encontrarte entre mi sueño, que acaba por convertirse en pesadilla su-

friente, en exacerbado dolor.

El amor no conoce de juegos hirientes, sólo sabe entregarse al placer. A pesar de sentir como

dagas estas palabras, que me hunden en el pozo de la desdicha, te amo.

MARÍA ORETO MARTÍNEZ SANCHIS

Page 61: Palabras Mínimas

HECHO INSÓLITO

Ante la inminente quiebra de todas las editoriales, que ha cobrado estado público en las últi-

mas horas del día de ayer, los representantes de las mismas han admitido mediante un comuni-

cado oficial que ya nadie lee.

Este hecho que conmocionó a los escritores de todo el mundo, paradójicamente excluyó a Pa-

co Mendoza, más reconocido como “el incomprendido”, beneficiado por su presunta incapaci-

dad para llegar al lector.

Según se cuenta, ni bien se propagó la noticia, su editor lo llamó para comunicarle que no se

diera por aludido, y que siguiera escribiendo como siempre.

-No entiendo –observó el escritor- Además ¿Para quién escribir si ya nadie lee?

-Como siempre – repitió su editor- Para nadie.

LILIANA MARENGO

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HEXAKOSIOIHEXEKONTAHEXAFOBIA

En la fría morgue del hospital yace un cadáver por identificar. Las órbitas vacías de sus ojos

enmarcan un rostro de facciones descompuestas por el horror. En la mano derecha sujeta

férreamente un billete de lotería adquirido en la administración 666, el 6 de junio del 2006, el

cual fue premiado con sesenta y seis millones de euros hace seis horas: el mismo tiempo que

lleva fallecido según estimaciones del forense encargado de la investigación, el Doctor S. Atán.

MARÍA EUGENIA BENAVENT

Page 63: Palabras Mínimas

DESOBEDIENCIA ROBÓTICA

La nave se asentó lentamente. Felipe, fiel como siempre y mi único acompañante, esperó a que

yo saliera de la hibernación, apagó los controles y preparó el descenso. Cuando abrí los ojos, to-

do me pareció extraño: este no era el asteroide de destino. No se veían montañas ni vegetación.

- Felipe, ¿qué planeta es este? -Desconocido- dijo Felipe con su voz metálica. ¡Nos hemos des-

viado! le dije, angustiado. Mientras pensaba la acción a tomar, vi que la planicie se llenaba con

seres igualitos a Felipe. Todos, la misma carita de radio a capilla siglo XX, los mismos rulema-

nes para andar. Mi compañero salió a saludarlos y se mezcló con ellos. - Felipe, volvé, ayudame

a poner la nave en condiciones y llegar al objetivo. - Lo lamento, comandante - me contestó - yo

le ayudo a arrancar los motores, poner la computadora en orden y demás pero me quedo acá. Es

-te planeta es el lugar donde siempre soñé vivir.

OSVALDO ATILIO PAGANO

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Page 65: Palabras Mínimas

ANTOLOGÍA CONCURSO DE MICRORRELATOS

PALABRAS MÍNIMAS 2011

2012

Page 66: Palabras Mínimas

Editorial Digital LetrasKiltras 2012