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PANAMA, DEPENDENCIA Y LIBERACIÓNbdigital.binal.ac.pa/bdp/descarga.php?f=panamadependencia1.pdf · tan la oligarquía panameña y el imperialismo explica el ordenamiento de los materiales

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PANAMA, DEPENDENCIA Y LIBERACIÓN

COLECCIÓN SEIS

PANAMA, DEPENDENCIAY LIBERACIÓN

Selección de textos, prólogo y notas de Ricaurte Soler

a EDITORIAL UNIVERSITARIA

CENTROAMERICANA (EDUCA)

Primera edición

EDUCA, Centroamérica, 1974

Reservados todos los derechos .

Hecho el depósito de ley .

© EDITORIAL UNIVERSITARIA CENTROAMERICANA, EDUCA(Organismo de las Universidades Nacionales Autónomas deGuatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica) .

Ap. 37 Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica .

PRÓLOGO

Bajo el título de Panamá : Dependencia y Liberaciónse incluyen en este volumen trabajos dispersos que se es fuer-zan en arrojar luz sobre los problemas de la dependenciapanameña. La solidaridad que sobre este particular presen-tan la oligarquía panameña y el imperialismo explica elordenamiento de los materiales reunidos . Estos se han dis

tribuido, en efecto, partiendo de estudios que revelan laconducta política y concentración del poder económico oli-gárquicos, hasta concluir en trabajos que encaran el problema de las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos,especialmente en lo que respecta al enclave colonial deno-minado Zona del Canal .

La publicación de este volumen por la Editorial Univer-sitaria Centroamericana tiene el significado de tina contri-bución al mejor conocimiento en Hispanoamérica de lasluchas del pueblo panameño por la afirmación de su na-cionalidad. Ese mejor conocimiento es tanto más necesariocuanto que la visión de la historia panameña generalmenteaceptada por nuestros hermanos hispanoamericanos, cuandoesa visión existe, apenas si es diferente de la tesis impe-rialista: Panamá es creación de los Estados Unidos . Espor ello que la publicación de este libro constituye, efecti-vamente, tina contribución al empeño libertador. Pues sucontenido hará comprender, a través de una difusión a ni-vel hispanoamericano, que el dispensarse del estudio delas realidades específicas sólo conduce a vacías abstraccio-nes fácilmente utilizables por los poderes dominantes .

Las luchas por liquidar el enclave colonial de la Zonadel Canal alcanzan hoy un nivel no igualado con anterio-

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ridad . En una atmósfera de contradicciones, también sinprecedentes, la oligarquía pugna por recobrar los sectoresperdidos del poder político . Sus posiciones económicas,en lo fundamental, las mantiene incólumes . En estas con-diciones, y dados los niveles ideológicos elementales ysumarios de tantos sectores, nos afirmamos en la creenciade la pertinencia y oportunidad de este libro . En él serecogen investigaciones y testimonios sobre los momentosmás relevantes de nuestra historia . Y a hacer la historiatambién contribuye en la medida en que esclarezca la con-ciencia de panameños e hispanoamericanos .

RICAURTE SOLER

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LA INDEPENDENCIA DE PANAMÁDE COLOMBIA

Ricaurte Soler

Sobre el problema nacional hispanoamericano

INTRODUCCIÓN

Iniciamos esta exposición con el propósito definidode formar un concepto en torno a la Independencia de1903 . Ese propósito debe entonces aclarar, desde ahora,que la narrativa de los acontecimientos tiene un lugarsubordinado en la presente exposición . La cronología, yaun la anécdota de los hechos de la independencia, encuen-tran en la obra de Oscar Terán, desde el punto de vistade un anti-imperialismo de derecha, una relación bastanteesclarecedora . Lo que no es esclarecedor son los conceptosutilizados en la apropiación racional de los acontecimientos. Se ignoran, en efecto, las especificidades de nuestrahistoria. De hecho se considera que no hay una historiaque nos sea propia. El retraso en la formación del Estado-Nación panameño ha conducido con frecuencia a ver enlas tres de la tarde del 3 de noviembre de 1903, la horacero en que se inventó a Panamá. Conviene, por tanto, quereflexionemos, en primer término, sobre las causas y con-secuencias de ese retraso en la formación de nuestra enti-dad estatal .

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LA COLONIA Y EL RETRASO EN LA FORMACIÓNDEL ESTADO NACIONAL PANAMEÑO

Durante el siglo XVIII, la historia panameña repro-duce, en sentido inverso, la historia de Hispanoamérica .He ahí la razón por la cual Panamá no acompañó al Ecuador y Venezuela en el momento de desagregación de laGran Colombia en 1830. Y de ahí la razón panameñapor la cual Panamá continuó su proceso de especificacióndurante el siglo XIX hasta culminar en el Estado de 1903 .También hay otras razones, no panameñas . A ellas nosreferiremos, oportunamente .

El registro de especificidades de la historia panameñade los siglos XVI y XVII dice relación directa con la po-sición geográfica, ese 'margen constante de la historia',de tan especial significación en nuestro caso. El esfuerzodel Estado español por asumir directamente el proceso de'descubrimiento y conquista del Istmo en 1514, aunque novinculado al descubrimiento de la vía transístmica, tuvoefectos claramente diferenciadores . Pedrarias no es un con-quistador-encomendero que se hará pagar con mayorazgossus servicios, sino un conquistador-funcionario que direc-tamente representa la Corona . Consecuentemente, los ca-pitanes de Pedrarias, que recorrieron el Istmo, no firmaronCapitulaciones con la Corona que sancionaran privilegiosfeudales . Tempranamente, por otra parte, desaparece enel Istmo la eficacia económica y social de repartimientosy encomiendas . Y la vía transístmica determina una am-plia circulación mercantil de efectos endógenos al definirun marco geo-económico en torno a la zona de tránsito .En una palabra, y en comparación con las otras regionesde Hispanoamérica, Panamá, durante los siglos XVI yXVII define una realidad específica donde es relevante laausencia de acentuadas relaciones económicas y sociales se-ñoriales, feudales . Todo ello es, en gran parte, efecto in-terno de la política mercantilista de la metrópoli durante elproceso de conquista y colonización .

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Pero esa dependencia de la metrópoli no podía dejarele crear contradicciones y antagonismos . La conformidadpanameña con la política metropolitana se expresó clara-mente cuando a mediados del siglo XVI la poderosa rebe-lión de los conquistadores-encomenderos centro y surame-ricanos no encontró en Panamá más que un eco informe,difuminado reflejo que revela la ausencia de propia subs-tancia . Nada podía satisfacer más a la población del Istmoque la política metropolitana que obligaba a todo el co-mercio suramericano a utilizar la vía transístmica del ejePanamá-Portobelo . Pero los peligros de la dependenciametropolitana también se hicieron presentes en este perío-do. Las protestas panameñas por el comercio Manila-Aca-pulco, que escapaba al transitismo istmeño, no encontraron eco en la metrópoli . Todo dependía de su política .Y en el caso particular del Istmo esa política se revelócatastrófica durante el siglo XVIII .

.La liberalización del comercio entre las regiones his-pano-americanas, la apertura de nuevos puertos en la me-trópoli y en sus colonias para el comercio recíproco, elcambio de ruta de Panamá al Estrecho de Magallanes parael comercio con el Pacífico : Todas estas medidas del des-potismo ilustrado contribuían, a nivel hispanoamericano,a acrecentar la circulación mercantil y a abrirle nuevas po-sibilidades al ya intenso contrabando en barcos ingleses yholandeses . A nivel panameño aquella política tenía efec-tos diametralmente opuestos . Es un tópico la decadenciaeconómica istmeña durante el siglo XVIII . Recientes in-vestigaciones comprueban el estancamiento demográfico enlas ciudades y en el campo .(') Panamá se convirtió en

( I ) Cf. Omar Jaén Suárez . El hombre y la tierra. en Natá de1700 a 1850. Editorial Universitaria . Panamá, 1971. Sobrela decadencia económica y estancamiento demográfico duran-te el siglo XVIII, cf . también Alfredo Castillero C . : -Fun-damentos económicos y sociales de la Independencia de 1821" .Tareas N° 1, Panamá, octubre 1960 .

"situado", es decir, en región dependiente fiscalmente deotra hispanoamericana más favorecida. Más que nunca hubo,durante este período, una "fuga de cerebros", como diría-mos hoy. El "curriculum' de la efímera Universidad sólorevela atraso o tradicionalismo . En una palabra, como di-jimos, durante el siglo XVIII la historia de Panamá repro-duce en sentido inverso la historia de Hispanoamérica .

Era el efecto de una determinada política de la Metrópoli . Los peligros de la dependencia, apenas vislumbrados anteriormente por la realidad del "galeón de Manila", alcanzaban ahora consecuencias terribles, Veracruz,

Guayaquil, Buenos Aires, La Guayra-Caracas, y demás ciudades y puertos hispanoamericanos, ofrecían realidades yposibilidades muy diferentes a las de Panamá y Portobelo .Esta última se convirtió en villorrio, en tanto que la población de La Habana, por ejemplo, crecía el

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años (1791-1810) (2) Es indudable que la acrecentadacirculación mercantil, dentro del mercado mundial en formación, creaba nuevas fuerzas económico-sociales que estarán en la base de la formación estatal-nacional de los diver-sos Estados hispanoamericanos . Aquellas fuerzas no fueronsuficientes para estructurar en una sola la unidad Estatal-nacional hispanoamericana . Su ausencia en el Istmo, durante el siglo XVIII, explica la imposibilidad en que seencontró para realizar el Estado nacional panameño a prin-cipios del siglo XIX .

(2) La despoblación acrecentaba, seguramente, las condicionesde insalubridad . Desde la época colonial era verdad que"ir a Panamá es ir a la muerte", motivo por el cual, comorecuerda Pierre Chaunu, los galeones reducían al mínimosu permanencia en las ciudades del Atlántico . Véase de esteautor su Historia de América latina . Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1964, pág . 45 .

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EL LIBERALISMO HISPANOAMERICANOY LAS NACIONESHISPANOAMERICANAS

Desde finales del siglo XVIII hasta el segundo terciodel XIX correspondió al liberalismo la tarea de dar direc-ción y sentido a la formación de los diferentes Estadosnacionales hispanoamericanos. Conviene, por ello, exami

nar algunas corrientes sociológicas actuales que intentanun enfoque sobre el liberalismo hispanoamericano, sin dis-criminar períodos, que lo responsabilizan de nuestrosubdesarrollo; de nuestra pasada y actual supeditación alimperialismo . Al negar la existencia de relaciones eco-nómicas y sociales de carácter feudal durante la Colonia,aquellas corrientes rechazan, consecuentemente, el carácterprogresivo de la etapa heroica del liberalismo, interpretand

o sus empeños corno simples reflejos anglófilos de losintereses expansionistas del capital británico .

Precisemos esquemática y, diríamos, programáticamente, algunos puntos.

a) En la Colonia hispanoamericana sí predominaron re-laciones de producción de carácter feudal .

1 .-No hay un modo de producción capitalista hastael siglo XVIII. Los siglos XV y XVI señalan una expan-sión aún no capitalista. Recientes investigaciones localizanen la crisis general del siglo XVII el punto de inmediatatransición hacia la producción capitalista . l'1

(3) Interesantes diálogos y controversias sobre este particularpueden consultarse en : P . M . Sweezy ; M. Dobb; K. T.Takahashi; R . M. Milton ; C. Hill ; G . Lefebvre : La transición del feudalismo al capitalismo . Editorial Ciencia Nueva S. L. Madrid (1967) . Cf. también de Ernesto Laclau :"Feudalismo y Capitalismo en América Latina", en el volumen colectivo de Rodolfo Puiggrós ; André Gunder Frank ;Ernesto Laclau : América Latina : Feudalismo o Capitalismo?Editorial la Oveja Negra, Bogotá, 1972 . Véase especial-mente pág . 137 y ss .

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2 .-La Aristocracia feudal, en el caso de España, pre-senta un carácter específico, en razón de los muchos CidCampeadores que afirmaron su poder en los triunfos yguerras de Reconquista .

3.-La burguesía naciente de España quedó aplastadaen la batalla de Villalar, que liquidó la rebelión de loscomuneros : primera y prematura revolución burguesa delinundo moderno. La evolución posterior de la burguesíay del capitalismo español llevará el signo de aquel fra-caso político de 1521 (Tesis de Aníbal Ponce desarrollandoa Marx) . ( 4 )

a.-La monarquía española no presenta un caráctermoderno sino más bien "asiático' . Al revés que en elresto de Europa no es la unificadora de la sociedad civil(Tesis de Marx) .(°) En el marco de estas condicionesespecíficas, económicas, sociales y políticas, España iniciael proceso de conquista y colonización de América .

5.-Las capitulaciones entre la Corona y los conquis-tadores legitimaban repartos de tierras, y encomiendas deindios para que las trabajaran . No existía una fuerza detrabajo libre; los indígenas trabajaban servilmente la tierra .

6.-Después del trauma de las leyes nuevas y de lasconsiguientes sublevaciones de conquistadores-encomende-ros a mediados del siglo XVI, los repartimientos y enco-miendas adquirieron formas distintas pero con el mismocontenido servil . El paternalismo monárquico se explicapor la pugna con los criollos en cuanto a la repartición del

(4) Aníbal Ponce : "Examen de España'. En Humanismo yRevolución . Siglo Veintiuno. Editores S. A. México, Ar-gentina, España, 1970 . Págs . 145 y ss .

(5) Cf . Marx C ., Engels F. La Revolución Española. Artículosy crónicas . 1854-1873 . Ediciones Ariel, Caracas-Barcelona(1960) . Cf. Págs. 82 y ss .

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excedente producido por los indígenas. En el caso deGuatemala y Centroamérica el indio pagaba, además deltributo al Rey, un tributo feudal al encomendero, terrate-niente o no, en trabajo o especie (Tesis de Severo Mar-tínez Peláez) . (6) El "cuatequil" mexicano, o la "mita"peruana, presentan "también una forma de trabajo obliga-torio de tipo feudal". Sobre las condiciones de trabajodel indio es decidor el hecho, observado por Humboldt,de que cuando Juan de Reinaga quiso introducir camellosque reemplazaran a los indios como bestias de carga losencomenderos se opusieron . El mismo Humboldt, obser-vando simpatías y diferencias entre feudos y encomiendasafirmaba, sin embargo, que "todos los defectos del sistemafeudal se han trasplantado de un hemisferio al otro' .(')

7.-La falta de correspondencia, que se habría man-tenido durante casi tres siglos, entre una infraestructura nofeudal y una superestructura ideológica feudal, es un fe-nómeno que jamás podrán explicar los actuales campeonesde la tesis del capitalismo colonial hispanoamericano comosatélite del capitalismo metropolitano español . El curricu-lum medieval de las universidades hispanoamericanas, lafísica enseñada sobre los textos de Aristóteles, la meta-física explicada a base de Duns Scoto o de Suárez, la vi-gencia del derecho canónico, ¿constituyen expresionesideológicas del capitalismo hispanoamericano? ; ¿del capi-talismo español? ; ¿del capitalismo inglés?

El carácter puramente circulacionista de la tesis quecomentamos, que nada tiene que ver con el valor cognos-citivo del concepto de modo de producción, encuentra una

(6) CE Severo Martínez Peláez : La Patria del Criollo . Ensayode Interpretación de la Realidad Colonial Guatemalteca.Editorial Universitaria, Guatemala . Págs. 92 y ss .

(7) Cf. Charles Minguet : Alexander de Humboldt, Historienet géographe d'Amérique Espagnole 1799-1804 . Franc oisMaspero, París, 1969 . Págs. 131-220.

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impugnación particularmente clara, entre otros textos, enlos Fundamentos de la Crítica de la Economía Política,de Marx : "Cuando una nación industrial, que producesobre la base del capital, como Inglaterra por ejemplo,procede a intercambios con la China (o los Estados Uni-dos del siglo pasado), absorbiendo el valor bajo la formade dinero y de mercancía a partir de la producción deese país, o más bien involucrándolo en la esfera de circu-lación de su capital, salta a la vista que los chinos no debenpor ello producir ellos mismos a título de capitalistas . . . " ( 8 )

b) El empeño del liberalismo en destruir las relacionesde producción feudales define un período heroico,nacional y progresivo en la historia hispanoamericana .

"La nación no es simplemente una categoría históri-ca, sino una categoría histórica de una época determinada,la época del capitalismo ascendente . El proceso de liqui-dación del feudalismo y de desarrollo del capitalismo es,al mismo tiempo, un proceso de constitución de los hom-bres en naciones" .(") La cita es de Stalin . De su mejorobra teórica : El marxismo y la cuestión nacional (1913),estudio inspirado por Lenin .

De la cita transcrita y de ese estudio en su conjuntose desprenden las siguientes conclusiones :

1 .-No existen naciones milenarias . Quienes desdeel punto de vista marxista afirman la existenciade naciones milenarias, Egipto por ejemplo, afron-tan el problema de tener que afirmar la existen-

(8) Citado por Roger Dangeville en : Karl Marx ;FriedrichEngels : La Guerre Civile aux Sien-Unís . (2861-1865) .10(18; París, 1970 . Pág. 12 (nota) .

(9) 3 . Staline : Principaux Ecrits. Avant La Révolution docto-L. Editions La Taupe. llruxelles, 1970 . Págs. 210-21.1 .

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cia de características nacionales que sobreviven incólumes a la sucesión de diferentes modos deproducción . (10)

2.-Las naciones pre-existen a la formación de unaburguesía industrial y a la consolidación del modode producción capitalista . Es así que en el textocitado se nos habla, entre otros casos, de lanación americana de fines del siglo XVIII, dela nación georgiana de la segunda mitad delsiglo XIX, etc.. ; es decir, de la existencia de na-ciones en un período en que la burguesía indus-trial y el capitalismo industrial están ausentes .(")Es pues, claro, que la formación nacional es in-separable de un determinado período de transi-ción : el que define el proceso de liquidación delfeudalismo y de desarrollo del capitalismo . Esatransición corresponde en Europa a diferentes cro-nologías, según las particularidades históricas na-cionales . En Hispanoamérica esa transición seextiende desde finales del siglo XVIII hasta elsegundo tercio del siglo XIX.

Y aquí se inscribe, precisamente, el período heroico,nacional y progresivo del liberalismo hispanoamericano .

Pues sí es heroico. Lo es en la medida en que pro-hijando el pensamiento político de la burguesía revolu-cionaria europea se empeñó en asimilarlo a las condicionesdel proceso independentista . Ha de ser objeto de inves-

(10) El punto de vista de la existencia de naciones milenariasha sido desarrollado recientemente por Arruar Abdel Malck .Cf. su tipología de las formaciones nacionales en su obraDialectique du Social, de próxima aparición en castellano,y su opúsculo : Marxisme et Sociologie des Civilisations .Extraít de Diogénc, N° 64 . Octobrc-déccmhrc, 1968 .

(11) J. Staline: Op. cit . pp. 201 ; 207-208 .

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tigación el dilucidar hasta dónde aquel empeño implicabauna ideologización eficaz o una generosidad utópica . He-roico lo es, igualmente, en la medida en que las reformasliberales del siglo XIX sólo pudieron triunfar después desumergir en enorme caudal de sangre el poder social con-servador. Heroico, dijimos. Y también nacional . Al li-quidar mayorazgos feudales, aduanas internas, alcabalas ybienes de manos muertas : fuerzas todas que negaban launidad económica nacional y mediatizaban el poder fiscaldel Estado . Nacional, al eliminar el fuero de eclesiásticosy militares -Estados dentro del Estado- Nacional, enfin, al liquidar las ideologías feudales, el mono polio cul-tural de la Iglesia, y al afirmar la hegemonía de la "so-ciedad civil" a través de una codificación inspirada en laRevolución Francesa .

También dijimos que el liberalismo, en este período,fue progresivo . Se desprende de lo anteriormente apun-tado. De esas comprobaciones también se deriva que elconcepto de "oligarquías liberal-conservadoras", utilizadosin discriminación cronológica, conduce a aberraciones anti-nacionales y reaccionarias . Es la abstracción sin contenidoque, por ejemplo, identifica al Juárez liberal en lucha armada contra la intervención extranjera, con el Miramóny el Zuloaga conservadores, en lucha armada a favor dela intervención extranjera . Desde las metropólicas perspectivas del economismo circulacionista de Gunder Frank,estas distinciones son insignificantes . Pero que intelectuales progresistas hispanoamericanos suscriban sus puntos devista hace pensar que las modas "marxistas" extranjerastambién engendran sus colonizados culturales .

LA INDEPENDENCIA DÉ ESTADOS UNIDOSY LA DEPENDENCIADE HISPANOAMÉRICA

"Cuando estalló la guerra de secesión los capitalesingleses colocados en los Estados Unidos eran considera-bles, particularmente en los ferrocarriles de New York y

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Eric, de Baltimore y de Ohio, de Filadelfia y de Readingy del Illinois Central ; en sociedades de seguros tales comola New York Time y la American Life ; en sociedades mineras tales como la Pennsylvania Bituminous Coal, Landand Timber, y Leigh Coal and Mining ; en empresas talescomo la Boring Holding en Maine, y la American LandCompany Holding en Virginia Occidental— . (12) Marx, enEl Capital, estimaba que a los Estados Unidos, desde elpunto de vista económico, podía considerársele todavíacomo una colonia europea. Pero no cabe duda de quea partir de la guerra civil comienza el proceso de efectivaliberación y afirmación del capital norteamericano frenteal capital inglés. El proceso exactamente contrario fue elseguido por la sociedad latinoamericana durante el últimotercio del siglo XIX . Los ferrocarriles argentinos, chile-nos, mexicanos, incluso aquellos que en primera instanciaeran propiedad de hispanoamericanos, rápidamente fueronenajenados al capital inglés . Igual con la riqueza minera .Y con la actividad bancaria . Es un tópico la absorción dela economía latinoamericana por el capitalismo inglés desdeel último tercio del siglo XIX hasta 1914 . Después, elcapitalismo norteamericano tomó el relevo .

¿Cómo pudo suceder que en el período histórico exac-to en que el capital norteamericano se libera y afirma fren-te al inglés, el capital hispanoamericano se convertía en sudesnacionalizado apéndice? El proyecto liberal-burguéshispanoamericano, en su período progresivo, en los momentos históricos de lucha antifeudal, llegó a contar conteóricos brillantes que cumplidamente expresaban la mag-nitud de la contienda, la profundidad teórica de su análi-sis, la terrible potencia de su proyecto nacionalista

. Alber di, en Argentina, profundizaba en el análisis económico ysocial para extraer la teoría de la efectiva independencia .Exigía la descolonización cultural ; la formación de una

(12) Roger Dangeville : Op . cit . pp. 279-280 .

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filosofía nacional, popular: "El pueblo será el grandeente, cuyas impresiones, cuyas leyes de vida y de movi-miento, de pensamiento y progreso trataremos de estudiary de determinar . . . De aquí es que la filosofía america-na debe ser esencialmente política y social en su objeto,ardiente y profética en sus instintos, sintética y orgánicaen su método, positiva y realista en sus procederes, republicana en su espíritu y destinos'

.( 13 )Por su parte, Lastarria, en Chile, ajustaba una filo

sofía de la historia de propia elaboración al imperativo dela construcción nacional chilena, Y sobre todo, MarianoOtero, en México, estructuraba los pródromos de un ma-terialismo histórico, de propia inspiración, adaptado alproyecto de la hegemonía burguesa para la cohesión na-cional de México, y para su reconstrucción después de laderrota frente a los Estados Unidos . ¿Cómo pudo, pues,suceder que el albor de algunas prácticas económicas nacionalistas, estimuladas por el ardiente profetismo de lateoría hispanoamericana, se convirtiera en la humillantecaricatura del proceso efectivamente realizado por los Es-tados Unidos?

Creemos haber planteado correctamente algunos tér-minos del problema . Lejos estamos de la pretensión deresolverlo. Consideremos, sin embargo, algunas variables .

La inmensa mayoría de la población norteamericana,al momento de la independencia, era campesina . Pero enel norte, por una primera inmigración, se había asentadouna población puritana portadora de la protesta burguesacontra el absolutismo . En un ámbito geográfico económi-

(13) Juan Bautista Alberdi: ''Ideas pata presidir a la confección del Curso de Filosofía Contemporánea . En el Colegiode Humanidades . Montevideo 1842" . En José Gaos :Antología del Pensamiento de Lengua Española en la EdadContemporánea . Editorial Séneca, México 1945, pp. 306-308 .

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camente homogéneo inició, a través de la pequeña producción mercantil, una larga marcha hacia la producción industrial . . En el sur, después de la revolución inglesa, seasentó una población señorial despojada de sus privilegios,con práctica y mentalidad precapitalista

.(14) Inició su rápida marcha hacia la producción esclavista . La confrontación inevitable, la guerra civil, se saldó por un compro-miso. Pero no al nivel del modo de producción, sino alnivel de los prejuicios raciales, de los derechos civiles calculcados, etc

. La producción capitalista se encontró, enton-ces, libre de valladares internos . En Hispanoamérica lasituación era radicalmente diversa . Nunca hubo en la co-lonia hispanoamericana un espacio geográfico económica-mente homogéneo donde se desarrollara la pequeñaproducción mercantil . Por eso nos parecen ilusorias las lamentaciones sobre las potencialidades del artesanado, truncadas por el librecambismo.(15

) Verticalmente, si se nospermite la expresión, tampoco hubo homogeneidad . Almodo de producción asiático, no liquidado durante ciertotiempo, de incas y aztecas, se superimpuso el modo deproducción feudal . En amplias regiones el esclavismo reemplazó formas primitivas ele producción o se institu-cionalizó paralelamente a otros modos de producción . Yde la producción esclava y feudal, esta última predominan-te, obtuvo beneficios, a través de España, la circulaciónmercantilista y el posterior capitalismo holandés e inglés .

(I4) U na actualizada comparación entre la conquista y colonización de la América hispana y la de la América sajonase encuentra en la última edición del libro ele Rodolfo Pui-ggrós : De la Colonia a la Revolución . 5° Edición, (am .pliada) . Carlos Pérez, Editor. Buenos Aires, 1969 . Págs .78 y .ss .

(15) Según cl lugar de procedencia de su materia prima seorientaban los intereses de muchos grupos artesanales . Porello no todos eran antagonistas del libre Comercio exterior .Cf. Severo Martínez Peláez, op . cit . págs . 313 y ss .

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En estas circunstancias los núcleos burgueses-comerciantes,los terratenientes laicos y sin mayorazgos, los burócratas yprofesionales que surgieron al amparo de las institucionesestatales, en una palabra los liberales del período progre-sivo pudieron sí, superar parcialmente la fragmentaciónfeudal, pero al precio de renunciar de hecho a la unidadhispanoamericana . En el período de transición del feu-dalismo al capitalismo pudieron también adelantar elemen-tos de la superestructura capitalista . En Nicaragua existeel divorcio y en Italia no . Pero en la fundamentalidad delproceso económico Hispanoamérica no alcanzó el objetivo .

Es que también, como en los Estados Unidos, enHispanoamérica la confrontación del proyecto liberal-bur-gués con los modos pre-capitalistas se saldó por un compromiso. Pero con la radical diferencia que éste implicósólo la transformación del latifundio "vinculado" y demanos muertas en latifundio laico . ( :en la diferencia, tam

bién, de que la pequeña producción mercantil, geográficamente dispersa y siempre estrangulada por los modos

pre-capitalistas de producción, podía aprovechar las re-formas liberales para pretender a un destino autónomo .En estas condiciones la burguesía liberal sólo aplastó alartesanado para convertirse en apéndice del imperialismo .No fue, pues, la alianza liberal-imperial la que, en primertérmino, enajenó a Hispanoamérica . Fue la conjunciónfeudal-imperial la que liquidó el proyecto liberal-nacionaltrabajosamente delineado desde fines del siglo XVIIIhasta el segundo tercio del siglo XIX .

Al nivel de la conciencia el fracaso del liberalismoexpresó su frustración y decadencia . En algunos de susmás lúcidos representantes, un Flores Magón, un González Prada, un Ingenieros, se quiso tender un puente a lasideologías de izquierda . Pero la tónica predominante fueel profetismo, el pesimismo, o la ciencia de la patologíatransmutada en ciencia social. En Argentina, un racismoagresivo. En Uruguay, el anti-imperialismo romántico eidealista de Rodó . En México el porfirismo, surgido del

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glorioso liberalismo de Lerdo, Ocampo, Arriaga y Juárez,se autointituló, y con razón, neo-conservatismo.

Y por todas partes el diagnóstico de nuestras enfer-medades sociales . Un curioso antecedente de esta sorpren-dente ciencia médica lo encontramos en el México de 1785-1787, en un Informe económico de Hipólito Villarreal,publicado en 1831 con el título de "Enfermedades políticasque padece la capital de Nueva España" .(16, ) A finales delsiglo XIX y principios del XX se trata de toda una Fa-cultad de Medicina Política, a nivel continental . El vene-zolano César Zumeta escribe El Continente Enfermo . Ardiente y jacobino, el argentino Agustín Alvarez nos ofrece su Manual de Patología Política. Francisco Encinaanaliza el "Chile Patológico" . Salvador Mendieta diagnostica La Enfermedad de Centro América. Posteriormente, coninspiración fascista y premio Mussolini el boliviano Alcid es Arguedas culmina con su dramáticoPueblo Enfermo.

Es en este contexto que alcanza resonancia hispanoamericana la Independencia de Panamá de Colombia en 1903 .

LA INDEPENDENCIA DE PANAMÁDE COLOMBIA EN EL CONTEXTOHISPANOAMERICANO

De las consideraciones anteriores se desprende que nohubo en la base económica y social unidad que sustentarauna nación continental hispanoamericana . El proyecto li-beral burgués no introdujo, por ello, fragmentación algu-na. La fragmentación pre-existía a su empeño en los compartimientos estancos ajustados a los modos de producciónpre-capitalistas. La circulación mercantilista, y la posterior circulación capitalista mundial, utilizó y aprovechó laproducción precapitalista hispanoamericana, pero no transformó sus modos de producción. De la misma manera que

(16) Cf. Jesús Reyes Heroles. El Liberalismo Mexicano . TomoII. La sociedad fluctuante . Universidad Nacional de México . Facultad de Derecho, 1958, pág . 96 . Nota 4 .

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la producción esclavista norteamericana fue condición y nonegación de la industria textil del capitalismo inglés . Eslo que no pueden ver los improvisados denegadores de lasrelaciones de producción feudales en Hispanoamérica .

Dadas las específicas condiciones de Panamá, dijimos,el transitismo istmeño era indisoluble de la política mer-cantilista de la Metrópoli . Durante los siglos XVI y XVIIesa política sirvió para definir un cierto espacio geo-econ ómico alrededor de la zona de tránsito. Pero durante

el siglo XVIII esa misma política determinó la decadenciaeconómica, el estancamiento demográfico y la emigraciónde la cultura en los precisos momentos en que Hispano-américa afirmaba aceleradamente el proceso inverso . Enestas circunstancias la indepedencia de Panamá de España, en 1821, exhibió formas específicas pero dentro de lascondiciones creadas por los ejércitos de Bolívar . De allíla agregación, éste es el término exacto, a la Gran Co-lombia .

El proyecto liberal-nacional hispanoamericano, en suetapa progresiva, encontró también en el Istmo brillantesdefiniciones . Pero con la particularidad de que en nues-tra circunstancia se unía a la tarea de la estructuración deun Estado ya realizada por las otras nacionalidades hispa-noamericanas, con la excepción de Cuba y Puerto Rico. Elempeño en la realización del E stado, autónomo o independiente, concretó en la acción y pensamiento ele auténticos próceres : Mariano Arosemena, Tomás Herrera, San-tiago de la Guardia. Y el más importante de todos : JustoArosemena. Como resultado, la independencia de hecho,o la autonomía efectiva, jalonan diversas coyunturas, sufi-cientemente conocidas, del siglo XIX . La respuesta co-lombiana a estos esfuerzos se perfila en una diplomaciaestúpida que abrió las puertas a la intervención norteamericana. Al Estado del Istmo, fundado por Tomás He-rrera, Colombia responde con el Tratado Mallarino-Bid

lack(1846-1848).En ese Tratado Colombia pide a Estados Unidos que garantice su soberanía sobre el Istmo,

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precisamente en los momentos en que los Estados Unidosdespojan de dos millones de kilómetros cuadrados a Mé-xico. Con posterioridad, intervenciones armadas norte-americanas, solicitadas y no solicitadas, se suceden con fre-cuencia en el Istmo . De esta manera se fueron creandolas condiciones para la intervención inevitable e inminentedel imperialismo en la formación del Estado en 1903 .

Como en el resto de Hispanoamérica, también en Co-lombia la confrontación liberal-conservadora se saldó porun compromiso, quizás aquí más inestable, pero no porello menos definitivo. Los inicios de ese compromiso losvemos en el régimen de Rafael Núñez, apoyado por elconservatismo y un sector del liberalismo. El intento másnotable para romper el pacto, que estaba ya inscrito en elfracaso del proyecto liberal-burgués y en la enajenación alimperialismo, lo encontramos en la guerra de los 1 .000días, última confrontación armada importante entre libe-rales y conservadores, no sólo en Colombia sino en todaHispanoamérica . Que la degeneración liberal hacía inevi-table el compromiso lo ha revelado, en nuestros días, lavergüenza de la llamada "unión nacional", que ha sancio-nado constitucionalmente el maridaje en la alternanciacíclica del poder político . En Panamá, el liberalismo parti-cipó también del fracaso que observamos en Hispanoamé-rica y Colombia. Pero en nuestro caso la incumplida tareade la construcción del Estado acuciaba la voluntad prolon-gando el empeño . Como la lucha contra un conservatismodébil nunca puso verdaderamente en peligro la hegemoníaliberal, la dirección de su esfuerzo se centró en el fede-ralismo, es decir, en la lucha por la autonomía económicay política. En el contexto del Estado colombiano centra-lizado a partir de Núñez, la voluntad de ser se expresó enmúltiples modos : En el periodismo, en sociedades patrió-ticas, en agrupaciones culturales. En su requisitoria contra"la Regeneración" y la centralista constitución de 1886--"La Reacción en Colombia"-, justo Arosemena inten-ta una postrera defensa de la autonomía . Finalmente, don-

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de con mayor vigor se afirmó aquella voluntad de ser fueen la guerra de los 1,000 días . Los interminables conflic-tos entre el mando militar colombiano y el mando civilpanameño constituyen explícitos testimonios . Es que a tra-vés del pendón liberal colombiano el liberalismo panameño exigía la autonomía política y

económica.(17) Y por

única vez en la historia de las contiendas armadas colom-bianas el pueblo panameño participó realmente en la lucha .El Interior nunca fue definitivamente vencido . Brotes deguerrilla urbana se registraron en Santa Ana . Continuandouna acción popular de matices propios, que en 1830 inicióJosé Domingo Espinar, Victoriano Lorenzo determina laparticipación de las masas indígenas en la guerra civil . Enestas condiciones solo la derrota total del liberalismo enel resto de Colombia hizo posible el pacto del Wisconsin .

Es éste el contexto en que se inscribe la Independen-cia de 1903. Un liberalismo panameño aplastado en sulucha armada por conquistar la autonomía económica ypolítica . Un liberalismo colombiano que ya había fraca-sado en su misión nacional de estructurar un Estado eco-nómicamente independiente, y que había iniciado las pri-meras identificaciones en el conservatismo . Un liberalismohispanoamericano que se negaba a sí mismo después delfracaso continental en hacer la revolución nacional demo-crático-burguesa . Un capitalismo norteamericano, cada vez

(17) Elautonomismo federalista

es prohijado por Belisario Porras, aun un poco después de la guerra de los 1090 días(julio de 1903), en un documento que explícitamente re-chaza la total independencia (le Panamá de Colombia :"si es verdad que el Istmo ha adquirido su propia perso-nalidad a través de toda su historia y que tiene el derechode exigir, como advertimos con claridad en nuestra Actade Independencia en el año 1821,

LA AUTONOMÍA FEDERAL, para conservar nuestra INDEPENDENCIA IN-TERNA, no soy, repito, de los que creen que debemossepararnos de Colombia'. Belisario Porras : "ReflexionesCanaleras o La Venta del Istmo" . En Revista Tareas N° 5,Panamá, agosto-diciembre de 1961, pág . 10 .

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más independiente de Inglaterra después de la GuerraCivil, y que se hacía también cada vez más imperialistadesde finales del siglo XIX . Tales son los marcos histó-ricos de 1903 . En estas circunstancias los individuos ac-tuaron dentro de las posibilidades que ofrecían estasdeterminaciones históricas, Con el agravante de que las me-jores posibilidades no fueron siempre realizadas .

La tardanza en la realización del Estado, tardanza quetiene sus raíces en la Colonia, conjuró en su contra todaslas fuerzas negativas y mediatizadoras que hemos señalado. Es por ello que, y es indudable que, Manuel AmadorGuerrero, Federico Boyd y José Agustín Arango proyectan una triste figura en la historia panameña . Sobre todosi se las compara con los próceres del período progresivodel proyecto nacional panameño : Mariano Arosemena, To-más Herrera, Santiago de la Guardia, justo Arosemena .En esta afirmación queremos sólo dejar sentado que lasactuaciones individuales están también sujetas a la expli-cación y juicio de la historia . Pero ese no es el objetivoque hoy nos hemos propuesto . Si Teodoro Roosevelt pudoafirmar "Yo me tomé a Panamá porque Bunau-Varillame la ofreció en bandeja de plata", hoy debemos pensarlos panameños que al nivel individual no sólo Bunau-Va

rilla firmó el famoso Tratado. Y hoy debemos pensar también, los panameños y los hipanoamericanos, que la historia y la sociedad, panameña e hispanoamericana, crearon

las condiciones para el ejercicio efectivo del "Destino Ma-nifiesto". Hoy, sólo el conocimiento científico de esa his-toria y sociedad hace posible su transformación progresista .

Con los datos históricos destacados y ya en trance deconclusión, hemos de afirmar el carácter progresivo de laindependencia de Panamá de Colombia . Y esto a despe-cho de la vergüenza que pueda producir la actuación indi-vidual de cualquier actor de los acontecimientos. Pues yala vergüenza, dice Marx, es un sentimiento revolucionario .

Las consideraciones esbozadas nos permiten, pues, lassiguientes conclusiones :

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1 -Las naciones surgen en el período de transicióndel feudalismo al capitalismo . Ellas mismas constituyenuna fuerza progresiva, poderosa, en el proceso de liquidación de los modos de producción precapitalistas

.

2— El surgimiento de las naciones hispanoamericanasse inscribe en ese mismo proceso de transición . En conse-cuencia, desde finales del siglo XVIII hasta el segundotercio del siglo XIX la democracia liberal define un pe-ríodo progresivo de lucha antifeudal y de construcciónnacional .

3 .--El fracaso del proyecto liberal nacional, patentedesde finales del siglo XIX, obedece a condiciones inter-nas y fuerzas externas . Como condición interna destacamos la conservatización de la democracia liberal . Esa conservatización expresa, a nivel político, desde la Coloniahasta el siglo XIX, el poder de las relaciones precapital

istas de producción y la debilidad de los fermentos capi-talistas. Como fuerzas externas destacamos la expansiónimperialista que encontró así el terreno abonado .

4. -Con el retraso cine explican nuestras específicasrealidades coloniales la democracia liberal istmeña deli-neó el proyecto nacional estatal durante todo el transcursodel siglo XIX hasta la guerra de los mil días . Ese fueun proyecto progresivo en la medida y en el sentido enque lo fue la estructuración estatal de cada una de lasnaciones hispanoamericanas .

5.-El Estado se realizó en 1903 . Desde sus propiasperspectivas y posiciones el imperialismo lo hizo posi-ble. Pero al abrir cauce a un proyecto históricamente legi-timado ; económica, social, política y culturalmente pro-gresivo, el imperialismo conjuró un nuevo fantasma : elnacionalismo panameño . Ese nacionalismo ya ha mostra-do su ardor y continuará haciéndolo .

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La exposición que precede se ha esforzado en dis-criminar lo progresivo y lo regresivo en la historia dePanamá y de América . Igualmente las fuerzas históricasque le son internas y las que le son externas . Estas dis

tinciones son necesarias. Algunos intelectuales que quieren inspirarse en Marx han negado la evidencia de la

eficacia histórica del feudalismo . Y consecuentemente hannegado el valor histórico de las luchas antifeudales delliberalismo hispanoamericano . Es así que con el pretextoele echar cosas en el basurero de la historia han convertidola historia en basurero. Dentro del mismo orden de pen-samiento se hace de la historia interna de Hispanoaméricael pálido reflejo del platónico paradigma metropolitano .Metrópolis que engullen sub-metrópolis, que engullen satélites, que engullen sub-satélites, etc . Con lo cual la compleja dialéctica de lo interno y lo externo queda así reducida a la vacua vulgaridad de que el pez más grande secome al más chico .

Esas corrientes son desnacionalizadoras en su fondo .De hecho coinciden con el anti-imperialismo de derecha,el de Oscar Terán, por ejemplo, para quien Panamá seinventó en la hora cero de las tres de la tarde del 3 denoviembre de 1903 .

Estamos urgidos de una visión de la historia que explique y promueva el nacionalismo panameño de hoy, quees el instrumento más eficaz para resistir la absorción im-perial. Para ello la inteligencia panameña tiene como tareaineludible la de comprender el pasado y nacionalizar suhistoria .

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EL MOVIMIENTO INQUILINARIODE 1925

Alexander Cuevas

A mi Madre y a mis hermanas, especialmente a:Teodolinda, Daisy y Arnoldo a cuyos estímulos, des-velos y sacrificios hónrame en satisfacer, parcialmente,con este trabajo .

Agradezco al Profesor Juan Antonio Tack, por su -estimulante, paciente y acertada dirección de esta humildeaportación histórica .

Agradezco también a todas las personas que directa eindirectamente contribuyeron a la realización de la misma .

CAPITULO 1INTRODUCCIÓN

La marginación profunda de la etapa republicanapanameña como terna central de los Trabajos de Gradua-ción que se elaboran en nuestra Universidad y las impli-caciones funestas que tal actitud tiene para una juventudcon deseos irrefrenables de clarificación con respecto anuestra Historia, aunadas a la apatía inexplicable y des-

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garrante de nuestros historiadores por una época fecundaen ideas, actitudes y gestas de indudable contenido revo-lucionario, han sido, desde el comienzo hasta su final, losacicates fundamentales de este trabajo .

1925, año convulsionado en extremo, tanto en el ordenpolítico como en el social es, precisamente, el afeo queincubó en su seno el primero y uno de los más grandesmovimientos populares dentro de esta etapa . Su organiza-ción y su beligerancia, no superadas sino hasta en los tiem-pos actuales, hicieron que adquiriese y hacen que adquieraperfiles definidos y trascendentes en la historia revolucio-naria panameña. Me refiero al Movimiento Inquilinario.

La pujanza, la honradez y la justicia que caracterizarony enaltecieron a dicho Movimiento, están en razón inversaa las escasas líneas que le dedican nuestros narradores dela Historia Nacional . Así encontramos que, en La GuíaHistórica de Panamá, obra de Ernesto J . Castillero Reyesy Enrique J. Arce, editada en Panamá, en el año de 1942,el tema del movimiento Inquilinario es tratado sólo en 38líneas . Y se encuentran tan tergiversados los hechos enese párrafo (de 38 líneas exactamente) que sólo lo queescribe un cubano anti-castrista con respecto a Castro yCuba, pueden superarlo . Pero prosigamos. En la Historiade Panamá de Ernesto J. Castillero R ., en su última edi-ción (1962), no encontramos con respecto a dicho Movi-miento ninguna aportación histórica, ni siquiera ortográ-fica, a esa historia que escribió junto con Arce hace 20años. Han pasado 20 años, casi un cuarto de siglo, y elerror sigue subsistiendo en virtud de la pereza heurísticaque satura a nuestros historiadores . De allí que nos co-rresponde a nosotros hacer lo que nuestros historiadoresno han hecho y que tampoco harán : desenmarañar ennuestra Historia Nacional lo que se encuentra enmarañado .Pero hay otro libro de nuestras "clásicas historias" que espreciso y necesario comentar, porque en relación con elMovimiento Inquilinario de 1925, deja sentado un precedente. Ese libro es la Historia de Panamá de Bonifacio

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Pereira Jiménez, editado en Panamá, en 1961 . En dicholibro que, en su portada, en un pequeño párrafo al cualno hace honor dice : "Texto ceñido a los Programas Vi-gentes y para uso de los colegios oficiales y particularesde la República", no encontramos ni 30 líneas, ni 10, nisiquiera una, que nos hable de tal Movimiento . Sencilla-mente, NO LO TRATA. Esa es pues, en síntesis, la apro-ximación histórico-conceptual al Movimiento Inquilinariorealizada por nuestros historiadores en su intento por apre-hender la "naturaleza fundamental" del mismo . Labor queno han realizado todavía porque se han detenido, en elanálisis de los hechos, que estructuran únicamente la pe-riferia y no el fondo de dicha gesta. Y esta actitud anti-histórica y anti-científica, puesta de manifiesto en el susodicho análisis, hace incursiones profundas en el contenido-desgarrándolo- de todas las Historias Nacionales quehasta hoy se han editado . De allí que tengamos comológica resultante de tal actitud, un suceso -el MovimientoInquilinario- completamente desfigurado . Y si esto ocu-rre con un hecho que inició la lucha de las clases popu-lares panameñas por sus derechos -sostenida hoy fir-memente- y cuyas proyecciones, aunque muchos no loquieran, escapan a toda tergiversación, nos lleva inexorable-mente a concluir que, lo que dicen nuestras "Historias"acerca de la Etapa Republicana, no es más que, en buengrado, una inversión de lo que realmente sucedió . Lasusodicha actitud tiene su razón de ser . Porque estos se-ñores, en mi opinión, lo único que pretenden con ella esdefender y perpetuar la "inmaculada' reputación de unaclase que, desde hace 60 años o quizás más, viene signadapor los propósitos más aviesos . La opinión autorizada deDiógenes de la Rosa, aparecida recientemente viene a re-afirmar lo ya señalado en frases precedentes . Dice él, refiriéndose a las gestas Novembrinas que :

"Los aspectos esenciales de esos acontecimientossiguen escamoteados y escondidos por la beatería pa-triotera y que, aparte de dos o tres próceres que han

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dado relatos parciales que valen más como indiciosque como verdaderas exposiciones, los demás no di-jeron en vida mayor cosas, ni dejaron escritas susmemorias" . Y agrega que, "a falta de testimoniosvalederos por su contenido u origen, tenemos la colo-sal pero ligerísima hojarasca de apologías y pane-gíricos en incontenible crecimiento periódico' .(')

Por ende, la labor que se impone la nueva genera-ción universitaria es la de iniciar la ingente empresa dereconstruir la Historia panameña sobre nuevas bases, sobrebases eminentemente científicas .

De allí que, acudir al llamado de una juventud queclama por una verdad, por un faro, por un guía, que laayude a encontrar las raíces históricas de sus actuales con-tradicciones -que son las mismas que agitan al país- noes una simple tarea, sino un deber . Un deber que hayque cumplir . Que todos los que estamos capacitados paraello debemos empezar a cumplir, desde este momento ;porque no se puede esperar más tiempo .

Soy consciente de que este trabajo, desde sus prime-ros momentos, tuvo sus limitaciones . Limitaciones que sur-gieron debido a la escasez de fuentes. Estas fueron, en sumayoría, periódicos ; los cuales, por obedecer a los inte-reses de sus propietarios, dejan de ser objetivos y, portanto, deben ser sometidos a una crítica histórica exhaus-tiva .

El resto se escinde por un lado, en revistas, libros yartículos periodísticos, confeccionados casi todos en añosanteriores o posteriores a 1925 . A continuación, podemosmencionar algunos de ellos . Entre las revistas, se destacan :CUASIMODO y NUEVOS RITOS . Entre los libros : For-mas Ideológicas de la Nación Panameña de Ricaurte Soler,

(1) Tomado de la Columna "Antena del Día", Diario Críticadel 8 de noviembre de 1963, página 17 .

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y la Tesis titulada, El Contrato de Arrendamiento de Fincas Urbanas, de Everardo Tomlinson Hernández, los cualesme fueron indispensables para la comprensión ideológico-jurídica del movimiento . Entre los artículos periodísticossobresalen : En Torno al Proceso Inquilinario de J

. Demós tenes López;AlMargendela Imaginaria RevoluciónSocial de Panamá de D. H. Turner ; y La Cuestión Social(Véase Apéndice Documental) de J . M

. Blásquez de Pedro, el más importante, valiente y científico, de los tres .Además, encontramos : Los Documentos Oficiales y lasentrevistas (Véase Apéndice Documental) . Entre los pri-meros tenemos a : Las Actas de la Asamblea Nacional de1924 a 1930, La Gaceta Oficial; y sobre todo, el Sumariode Averiguación de los Hechos Acontecidos en el ParqueSanta Ana en la Noche del Sábado del Diez de Octubre de1925, levantado por el juzgado Superior de la República,e iniciado en el Juzgado Quinto del Circuito de Panamá .El Sumario se constituyó en instrumento insustituible parala ubicación de los hechos ocurridos el sábado lo de oc-tubre de 1925, en sus dimensiones reales y auténticas . Encuanto a las últimas, hechas a personas que presenciarone intervinieron en el suceso, fueron de imponderable valor .Valor que estriba en el hecho ele que, por medio de ellas,pude confirmar ciertos datos, añadir algunos y rechazarotros, que hubieran podido desviar la objetividad del trabajo .

-

Este, además de su parte introductoria, da una somera idea acerca del desarrollo histórico del problema de lavivienda y de la atmósfera ideológica que cubrió al Mo-vimiento . Hace énfasis en los hechos acaecidos en octubre(le 1925 ; y finaliza, con un deseo, con una esperanza .

Ese es, en síntesis, su contenido . Su forma, no importa. El objetivo, sí. Y mucho. Y el objetivo que pre-tendo no es la simple satisfacción de una asignación . Nadade eso .

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Lo que pretendo, aunque creo haberlo hecho entendera través de ciertas líneas anteriores es, simple y llanamente,señalar un hito de luz en el período Republicano . Séque ya hay algunos. Sé, también, que vendrán otros . Peroes incuestionable que, los ya plantados, el mío y los queestán por venir, tendrán una nieta común, coadyuvar a tinajuventud que pugna -cada vez con más vigor- por disi-par las tinieblas que envuelven la Historia Nacional,

Ese es nuestro objetivo . La juventud. Y no puedeser otro. Porque jamás he pensado en otro . Porque soyjoven . Porque siento en carne viva las consecuencias ne-fastas de una Historia amañada. Y de un Acta Indepen-dentista que, para muchos, fue tal, para otros, solamenteuna transacción . Pero también pudo haber sido aquelloque describió, en una metáfora candente, "La NuevaPrensa", periódico costarricense, así :

"¿Y qué? En Panamá todo queda impune : hastasu Independencia . Se vio, por ventura, alguna vez asus próceres en la horca, o en la pira roja a esosalacranes que mutilaron a su madre y que aún en fetoya mordían y arañaban el vientre donde gestaba elcrimen de mañana? ' ( 2)

He aquí, pues, una serie (le hipótesis, opiniones einterrogantes, que sólo podrá validar o invalidarlas unaHistoria sin brumas, una Historia totalmente clarificada .Clarificación que debe llevarse a cabo por nosotros, o poraquéllos de nosotros que, en verdad, estemos preocupadospor el destino de nuestra patria, de nuestro pueblo, denuestros jóvenes . Clarificación que hay que realizar cuan-to antes, porque se ha trocado en una cuestión imposter-gable e ineludible .

(2) Tomado de El Tiempo, 7 de setiembre de 1925, página Q.

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CAPITULO II

DESARROLLO HISTÓRICO

I . A Través de la Ruta de Tránsito .

2 . La Etapa Republicana .

L -A Través de la Ruta de Tránsito

La importancia histórica, geográfica y comercial, in-herentes a las ciudades de Panamá y Colón obedecen a unacondición muy particular, de la cual ambos aprovecharony aprovechan: la de ser sitios de Tránsito. De allí que,las ciudades terminales de la Ruta, fuesen siempre camposabonados para la siembra de casas de inquilinato ; porque,como dice Tomlinson:

"Siendo estos lugares, únicos, en los cuales se man-tenía cierto movimiento comercial, era lógico que seagrupara en torno a estas ciudades toda la poblacióny se enclavaran en ellas todas las propiedades quenecesitaban construirse para alojar a sus moradores" . (8)

Pero, el problema inquilinario no era todavía un pro-blema. Era apenas un embrión que la situación caótica delIstmo --producto de una estrecha ligazón con la nacióncolombiana- impedía desarrollarse . Sin embargo, en elaño de 1850, con la construcción del Ferrocarril, aparecenlos primeros bodegones y con ellos los perfiles del pro-blema. Perfiles que logran contornos definidos con la ini-ciación de los trabajos del Canal por los franceses .

(3) Everardo E. Tomlinson II . ; El Contrato de Arrendamientode Fincas Urbanas, Trabajo de Graduación, Universidad,1959, Página 7 .

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"con el arribo a nuestras tierras de legiones detécnicos, empleados, comerciantes y trabajadores engeneral, que vienen a trabajar en la obra canalera,los capitalistas se aprestan a construir casonas conmultitud de cuartos de alquiler para darlas en arren-damiento a la masa de hombres y mujeres que lle-gan" . (^)

El arrendamiento se da en las circunstancias más de-plorables para el arrendatario . Sus demandas ante los pro-pietarios no pueden ser apuntaladas por normas legales,porque no existe todavía una legislación sobre el asunto .De allí que se vea compulsado a aceptar la vivienda conlos numerosos inconvenientes a ella adheridos .

Esta situación no duró mucho tiempo . Porque laCompañía Francesa fracasa en su intento de abrir el Canal .Y a los centenares de trabajadores que habían venido parahacer posible ese intento, no les queda otro camino queel de prepararse a partir hacia sus tierras de origen .

Por esta época, el Istmo estaba convulsionado por lasfrecuentes manifestaciones de descontento de una burgue-sía que aspiraba a librarse política y económicamente delEstado Colombiano. Que buscaba amplias libertades parala propiedad . Que anhelaba su consolidación como clase .De allí que se produce el Acto Independentista de 1903 ;y se produce también, casi simultáneamente, la firma delTratado del Canal con los Estados Unidos . Este país habíarealizado ya la compra de todas las acciones del Canal queposeía la Compañía Francesa . Sin embargo, ni la autono-mía política, ni la Construcción del Canal por los norte-americanos dieron los frutos que se esperaban . Las reper-cusiones sociales de esta nueva pero triste realidad, fueroninsospechadas . Soler dice al respecto que :

(d)

Ibid .

3 8

"En los mismos momentos en que la burguesía libe-ral esperaba un impulso ascendente definitivo, seopera una delicuescencia de clase que determina supérdida de la hegemonía intelectual, 'su refugio enla propiedad inmobiliaria', y su marginación de laactividad comercial en favor de inmigrantes extran-jeros. Uno de sus intelectuales de hoy así lo recono-ce cuando afirma que nunca en la historia estuvo elblanco capitalino en condiciones tan angustiosas comoen 1903 . . . su hegemonía intelectual estaba perdida .Sólo le quedaba la pequeña península de la capital yesto por obra y gracia de fuerzas colombianas ; y den-tro de sus murallas, comerciantes extranjeros lo empujaban más y más hacia un caserismo estático"

.(5)

Esto último va a constituirse en destino y caracterís-tica fundamental de una clase decepcionada, en las prime-ras décadas del presente siglo . Característica que hace po-sible el establecimiento, por vez primera, de :

"Las bases objetivas de la degeneración de una cla-se frustrada en lo internacional y cada vez más en lonacional, de la cual habría de surgir la lumpenbur guesía dehoy...".(6)

2 .-La Etapa Republicana

Desilusionada la burguesía liberal panameña despuésde su intento fallido de estructuración clasista no le quedaotro recurso -para seguir subsistiendo muellemente- queel arrendamiento de casas .

(5) Ricaurte Soler ; Formas Ideológicas de la Nación Panameña,Ediciones (le la Revista 'tareas, Panamá, 1963, página 59 .

(6)

Ibid .

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Así tenemos que las ciudades terminales se ensan-chan, porque los caseros se aprestan a recibir la avalanchade distintos grupos humanos que vienen a trabajar en lasobras del Canal. De esta manera surgen en la ciudad dePanamá, los barrios del Chorillo y Calidonia ; luego losde San Miguel y el Marañón ; y por último, los del Gra-nillo y Malambo. En Colón, Rainbow City y Folk River,representan concreciones de la obsesión por las edificacionesque caracterizaba a los dueños de casas de ese momento .Pero el arrendamiento tornábase difícil. Empezaba a mostrar ya su forma ignominiosa y explotadora. Porque, comonos dice Tomlinson :

"Con una legislación conservadora derivada de Co-lombia y una Constitución confeccionada precisamentepor los dueños de casas y nuevos terratenientes delIstmo, la relación arrendaticia que renacía con motivo de la construcción de los bodegones en los ba-

rrios . . . no podía ser más desigual . Los arrendata-rios estaban sometidos a una situación desastrosa' . ( 7 )

Los inquilinos confrontan una situación similar o peorque aquélla que confrontaron en la segunda mitad delsiglo XIX . Esta política egoísta e inescrupulosa puestaen práctica por los arrendadores, se constituyó en una es-pada de doble filo . Porque si, por un lado, llevó a losarrendatarios a condiciones denigrantes e intolerables ; porel otro, creó conciencia en esos hombres que se hallabanaprisionados y que sufrían por ella . Arribamos así, a 1925 .Año en que la masa inquilinaria decide, en una formamancomunada, encarar valerosamente el problema . Y así,un día de octubre, el 10 específicamente, sangre y vidasse ofrendaron generosamente en cumplimiento con unalucha que pretendía acelerar su obliteración .

(7) Everardo E. Tomlinson H . ; Op Cit., página 10 .

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CAPITULO III

NATURALEZA IDEOLÓGICA DEL MOVIMIENTO

1 . El Neoliberalismo.

2, ¿Anarquismo? ¿Comunismo?

1 . El Neoliberalismo

La desilusión que saturó a la burguesía liberal panameña después del Acto Independentista y mucho más, después del Tratado del Canal con los Estados Unidos, la

llevaron a refugiarse en un caserismo ignominioso y expoliador . Y con esta actitud inició un proceso de degeneración que no ha concluido, y que la conduce a su propiaaniquilación

Durante los años del 20, hombres como Eusebio A .Morales, Guillermo Andreve y José Dolores Moscote,emprenden la gigantesca tarea de renovar el Liberalismoy revisar sus postulados clásicos . Por esta misma época,y concomitante a esta actitud, dice Soler :

"Se observa un florecimiento inusitado del pensa-miento pedagógico que, acompañando los intentosteóricos de renovación neoliberal, pretende estructurar una educación de definición democrática y deafirmación nacionalista" . (8)

Esta tarea la llevaron a cabo Jeptha B . Duncan y JoséDaniel Crespo . Hombres que vieron en la educación nosólo la perpetuación del liberalismo, sino también, la salvación de la República

. Porque los ideólogos del Neo

(8) Ricaurte Soler; Op Ca, páginas 59 y 60 .

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Liberalismo fueron, también, los ideólogos de la renova-ción pedagógica, Concluida la Primera Guerra Mundialy luego del ejemplo, sin precedentes en la Historia, de laRevolución Rusa, aunado al empuje vigoroso y progresivode las ideas Socialistas, llevó a los teóricos Neoliberalesa elaborar críticas y formular paradojas en torno al pa-norama ideológico-político internacional desde el puntode vista liberal. Y así, Eusebio A . Morales, advierte yacepta la atmósfera proletaria que envuelve a la Revolu-ción Bolchevique aunque no acepta, un elemento y unaetapa vital de dicha revolución en su proceso de realiza-ción : La Lucha de Clases y La Dictadura del Proletariado .

'En ese sentido, ya en el enfoque mismo que delos problemas sociales hacía Morales en 1919 se sien-ta uno de los supuestos del posterior pensamiento político neo-liberal : la justicia social es posible sin laagudización de las contradicciones clasistas que conduzcan a una dictadura -'tiranía'- del proletaria

do".(9)

Moscote y Andreve adoptan las ideas de Morales ycon ello intentan la estructuración del ideario neo-liberal .Estructuración que sólo podía hacerla posible una revisiónprevia de los postulados leseferistas e individualistas delliberalismo clásico . De esa manera, dice Soler:

"Moscote en primer término, y después Andrevese abocaron a la tarea revisionista intentando una re-definición, social y moderna, del liberalismo. Talre-definición, en el sentir de estos autores haría in-cluso posible la asimilación de aquellos aspectos posi-tivos del socialismo sin que por ello fuere negada laesencia perenne del liberalismo".("»

(9) Ibid, página 68 .(10)

Ibid, página 69 .

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Así tenemos que, para Moscote, el liberalismo no esmás que una "actitud mental", y para Andreve, "una rectatirada al infinito"

. Estas conceptualizaciones que inventaron Moscote y Andreve, no fueron más que intentos porsalvar una ideología -que ya había sido superada en Eu-ropa- pero que aquí entraba en su etapa agónica .

"La perenne 'actitud mental' liberal de Moscote,y la 'recta tirada al infinito' de Andreve, reconocíanimplícita, y en Moscote explícitamente, la caducidaddel liberalismo doctrinario que sólo intentaba superara través de la perennidad de fórmulas sin contenido,es decir, a través de la perennidad de un liberalismo'sin Doctrina' ' > . ( 1 1)

De allí que, agrega Soler,

"La caducidad de las fuerzas histórico-sociales queinevitablemente representa lo llevó a superar el sigloXVIII con el siglo XIII " . ( 12 )

Por eso, la concepción tico-liberal con una forma mo-derna pero con un contenido refugiado en la Edad Me-dia, no cumplió ni cumplirá su misión : impedir la ani-quilación del liberalismo . Este, hoy, se encuentra en susúltimos estertores agónicos en manos de un partido nefas-to e incapaz . Esto es lo que afirman y tienden a reafir-mar las palabras que a continuación transcribo y que, enlos actuales momentos, expresa uno de los que fue y esuno de sus legítimos representantes .

"Los liberales que, como yo, nos vemos obligadosa atacar al Partido Liberal, en obediencia a un inelu-dible deber, no lo hacemos para hacer daño al Libe-

(11) Ibid, página 72 .

(12) Ibid, página 73 .

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ralismo ; lo hacemos para salvar al Liberalismo y darlenueva vida . ,

Esta era, pues, la ideología de los hombres del gobierno del Presidente Rodolfo Chiari . Ideología vacua yprecaria . Vacuidad y precariedad que se puso de mani-fiesto el 10 de octubre de 1925 ; después con la renunciade la Soberanía, y finalmente, con la penetración de lasfuerzas norteamericanas para solucionar un orden de cosasque, según palabras de uno de los defensores de los detenidos inquilinarios, " . . . El mismo Presidente de la Re-pública había creado con sus coqueterías de Liberalismobarato".(")

2. ¿Anarquismo? ¿Comunismo?

Es incuestionable que, en la década del veinte, exis-tía en Panamá una amplia libertad de pensamiento . Lamisma Constitución de 1904 así lo señalaba en su Ar-tículo 27, cuyo contenido, era el siguiente :

',Toda persona podrá emitir libremente su pensa-miento, de palabra o por escrito, por la imprenta, ocualquier otro medio, sin sujeción a censura previa,siempre que se refiera a los actos oficiales de funcio-narios públicos . Pero existirán las responsabilidades

(13) Jeptha B. Duncan, Superstición de Apellidos, Traición deIntelectuales; en la columna Buzón de FAUSCO ; ''La Hora-del jueves 18 de julio (le 1963, página 8 .

(14) Tomado de El Sumario en Averiguación de los HechosAcontecidos en el Parque de Santa Ana en la Noche delsábado lo de octubre de 1925, Archivos Nacionales, Repú-blica de Panamá, juzgado Superior de la República, inicia-do en el juzgado Quinto del Circuito de Panamá, página593 .

legales cuando por alguno de estos medios se atentecontra la honra de las personas".('")

Por ende, es natural que el Movimiento Inquilinariose incubase en mi medio fecundo en ideas y hasta es posi-ble que fuese apuntalado por algunas de ellas . Pero cali-ficar tal movimiento con los adjetivos de ''anarquista' ode ''comunista', fue uno de los grandes errores del Go-bierno de aquella época. Error que se proyecta hasta nues-tros días, por obra y gracia de nuestros "historiadores" . Yese error, esa concepción del movimiento (le los Inquili-nos tan alejada de la verdad, impidió que el Ejecutivodiese soluciones justas e inmediatas al problema inquili-nario, que hubieran evitado el derramamiento de sangre yque, por tanto, se enlutecieran muchos hogares de inquilinos proletarios panameños como, efectivamente, ocurrió .

Antes de segur adelante es preciso hacer constar que,ni el Anarquismo ni el Comunismo, como ideologías, cons-tituían en sí mismas, en ese momento, infracciones a laConstitución o a las Leyes de la República . Por eso, laimputación ele los adjetivos anteriormente mencionados ala lucha de los Inquilinos no fue más que una premeditaday abominable acción de quienes querían atraer sobre ellosel recelo y la desconfianza de instituciones gubernamenta-les y hasta (le países extranjeros .

De allí que, el primer ataque contra el MovimientoInquilinario tuviese como blanco directo, su propaganda ;la cual era calificada de política, anarquista, comunista ysubversiva. Calificativos que, con posterioridad, resultaronser infundados ; porque los arrendatarios, ab initio, se pre-ocuparon por precisar que su campaña propugnaba pormejoras en las condiciones del arrendamiento . Y solamen-te eso. En otros términos, era un movimiento absoluta-

(15) Constitución de la República de Panamá (1904), ImprentaNacional Panamá, 1929, página 11 .

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mente reivindicativo . Prueba de esto es que, cuando setrató de impedir la celebración de sus mítines, acordaronque su propaganda se circunscribiría estrictamente al pro-blema del arrendamiento, y prohibiendo, además, que secriticase algún gobierno o que se enfocasen temas ideo-lógicos en ella. Empero, esta acción sincera y honesta delos inquilinos, no fue ningún atenuante para que cambia-se la actitud del Gobierno . Este prosiguió en su políticaobstinada de dificultar las reuniones inquilinarias .

Esta situación, como era natural, provocó un disgustoinmenso en los arrendatarios ; y más cuando se sabía quetal política no se asentaba en razones constitucionales, nisiquiera, en razones legales. El choque, por ende, quedóplanteado; el cual, más tarde, tornee inevitable. El lode octubre de 1925, fue su concertación . Un Diez deOctubre sangriento pero necesario para demostrar a ungobierno avestruz, quiénes tenían de su parte la razón yla justicia ; y quiénes esgrimían la violencia para imponerprecisamente lo contrario : la sinrazón y la injusticia.

Los inquilinos se agrupaban en una Liga, la cual asu vez, era un Departamento del Sindicato General deTrabajadores, organismo que se preocupaba por el pro-greso económico-cultural del obrero. Entre los problemaseconómicos que se le presentaban a dicho organismo y querequerían solución inmediata, estaban : el Inquilinario yel de las Subsistencias . De allí que, se le dio a la Ligaautonomía para que desempeñase mejor sus funciones . Fun-ciones que sólo tenían un objetivo, una finalidad : resol-ver la cuestión inquilinaria. Una vez resuelto el problema,dicha Liga dejaría de existir . Por tanto y como lo expre-sé anteriormente, las imputaciones de anarquista y comu-nista de que hicieron objeto a la Liga Inquilinaria, carecían de todo fundamento .

A continuación, tres razones por las cuales tales im-putaciones hechas al Movimiento Inquilinario, fueron in-fundadas :

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1 .-El Movimiento Inquilinario fue un movimientocircunscrito . Circunscrito, por una reivindicación . ElAnarquismo y el Comunismo, en cambio, son movimien-tos genéricos y radicales .

2 .-El primero tuvo como arma la huelga (parcialo total) la que efectivamente puso en práctica, para laobtención de las reformas inmediatas ; mientras que, lossegundos, aspiran a una transformación de la sociedad pormedio de la Revolución Social .

3 .-El objetivo inmediato del Movimiento Inquili-nario no era la revolución social . Era sencillamente : lo-grar mejores condiciones de arrendamiento para la claseproletaria .

Es evidente, también, que detrás del Movimiento In-quilinario se agitaron no sólo diversas nacionalidades, sinotambién, ideologías distintas . Así tenemos que, José MaríaBlásquez de Pedro, su máximo inspirador, era español yde conocida tendencia anarquista. Luis Francisco Bustamante, Nicolás Terreros y Esteban M . Patlevitch, peruanos,que habían luchado dignamente contra el Dictador Leguía,eran ardientes socialistas . Carlos Manuel Céspedes Jr .,colombiano y socialista también . Sara Gratz, polaca y anar-quista . Martín Blásquez de Pedro, español y anarquista,al igual que su hermano . Entre los nacionales : DomingoH. Turner, era un liberal-socialista consecuente . Y final-mente : Diógenes de la Rosa, Gabino Sierra Gutiérrez,Manuel Lucío Rodríguez, Carlos Sucre C ., Samuel Casis,Manuel V. Garrido C ., Eugenio L. Cossani y otros, eransimpatizantes entusiasmados de las ideas socialistas. Comose puede ver a simple vista, esta heterogeneidad ideológicano podía servir jamás de sustentáculo a una calificacióntaxativa como era esa que le habían otorgado al Movi-miento Inquilinario. Y el intento de liquidarlo por estecamino, resultó fallido. Ante esta situación, al Gobiernono le queda otra alternativa que adoptar soluciones de

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fuerza. La deportación fue una de ellas . Esta se iniciócon José María Blásquez de Pedro, el 25 de septiembre de1925, la cual, en vez de extinguir el Movimiento (comoeran los deseos del Gobierno), lo que hizo fue vigorizarel empuje de las masas inquilinarias, que enardecidas ysedientas de justicia se hicieron, más tarde, incontenibles .Pero los métodos violentos fueron siempre descartados desu programa de lucha; fue el propio Gobierno quien incu-rrió en éstos .

Concluimos pues, afirmando que la calificación quelas autoridades gubernamentales lanzaron al MovimientoInquilinario fue, evidentemente, premeditada y con finesclaramente definidos . Calificación que se trocó, pocodespués, en una aberración de incalculables proporciones ;la cual, sólo podía favorecer -como en verdad favoreció a quienes la forjaron.

En los tiempos actuales todavía reviven, con más in-tensidad, estos ejemplos. Ejemplos que provinieron ayery que provienen hoy de una clase corrupta que, débil paraluchar contra los verdaderos movimientos populares, lostrata (le asfixiar en sus cunas con la simple calificación decomunista ; lográndolo la mayoría de las veces y . . . con laayuda del pueblo . Un pueblo que está siendo empujado,por la mencionada clase, a condiciones espantosas de ham-bre y de miseria. Un pueblo que, hoy más que nunca, debeencontrar, para su redención, cimera inspiración en las palabras de Washington --en aquéllas que precisamente cerraban el Manifiesto que los detenidos inquilinarios enviaron, desde la cárcel al proletariado panameño, el 12 deoctubre de 1925 :

<'Es preferible que las llanuras estén cubiertas decadáveres antes que habitadas por esclavos'' .(16)

(16) Tomado ele El Sumario, página 146.

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CAPITULO IV

LOS HECHOS

1 . Causas .

2 . El 10 de octubre .

3 . La Intervención Norteamericana .

4 . El Proceso Inquilinario .

He titulado el capítulo en esta forma, porque considero que son ellos, los hechos, los que se constituyen en

esencia y acicate de esta pequeña aportación histórica . Yson esos hechos o una gran mayoría de ellos los que, tras-pasando las dimensiones del tiempo y las mistificacionesde los historiadores, nos impelen hoy a que los plasmemosen un sitio seguro donde puedan hacer fluir, libremente,toda la verdad en ellos contenida . Quizás sea, en este apar-te, donde posiblemente se encuentre la satisfacción a cier-tas interrogantes que algunas generaciones panameñas sehan venido planteando en torno al Movimiento Inquili-nario . interrogantes para las cuales no se encuentran toda-vía, en la actualidad, respuestas aceptables en nuestro vas-to campo historiográfico . Iniciamos, pues, este importantey esclarecedor capítulo .

1 . causas

El problema Inquilinario en la década del veinte nofue un problema exclusivo de nuestro país ; ya sus vien-tos soplaban en forma amenazadora en otros lares, hacien-do tambalear la estructura económico-social de países comoChile (Antofagasta, Valparaíso y Santiago), España (Ma-drid y Bilbao), y México. Y tanto allá como acá el pro-blema presentaba sus eternas características : un precio dearrendamiento desorbitado concomitante a una habitación

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huérfana de sanidad, luz y aire . No otra cosa se desprendedel siguiente párrafo de un artículo que elaboró, en marzoele 1925, el periódico chileno "El Mercurio", donde criti-caba crudamente la actitud de indiferencia que el gobiernode su país prodigaba al problema inquilinario . Textual-mente decía dicho párrafo que :

"Se edifica muy poco para la clase obrera y parala clase media de empleados que es la que más sufrecon el elevado alquiler de habitaciones deficientes encuanto a higiene y comodidad".(17 )

Pero la situación de los inquilinos de esos países pali-decía ante la situación que confrontaban, por esa mismaépoca, los inquilinos panameños . A estos últimos, la su-sodicha situación se les tornó crítica y asfixiante al arribarel año de 1925 . Porque es en este año, precisamente, cuan-do se pone en vigencia la Ley destinada a hacer reformasy adiciones profundas al Código Fiscal, Dicha Ley fue,la 29 ele 1925 (Véase Apéndice Documental), la cual,disponía gravar la propiedad urbana en un cinco por mil(5 x 1000) sobre el valor catastral de la propiedad, envez del impuesto del 2% sobre la renta bruta probableanual, que era la que se había cobrado hasta la fecha. Lamencionada Ley, creación del Dr . Eusebio A . Morales,quien por esa época estaba a cargo de la Secretaría (leHacienda del Gobierno Chiarista (Rodolfo), alteraba ostensiblemente el sistema tributario que regía sobre la propiedad urbana y rural

. Los arrendadores alzaron inmedia-tamente su voz de protesta, alegando que se les estabaimponiendo una carga onerosa e injusta . Aunque, en elfondo, dicha protesta nacía y se alimentaba de la mermainevitable que produciría en sus ingresos la justa y plausible Ley. Para impedir esto, había que tomar una deci-

17) Tomado de la columna "La Opinión Ajena', El Tiempo,9 de marzo de 1925, página 4 .

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sión, y la tomaron . Y esta fue la tradicional e inhumanade siempre : hacer recaer el peso del nuevo impuesto sobrela masa de inquilinos pobres, y crear así, una situaciónconflictiva que pondría ele manifiesto ante el Ejecutivola no-viabilidad del contenido ele la Ley . Se produce así,en las ciudades de Panamá y Colón, un alza violenta einsólita del arriendo . Tan exagerado fue este que T omlinsonnos dice que:

'excedió de un 25 a un 50% sobre el pre

cio de las habitaciones vigente entonces" .(18)

Esto, como era natural, produce un impacto tremendoen las masas inquilinarias . A pesar de que la situacióneconómica para ellas no era todavía difícil, porque lasconstrucciones que por esos días estaban muy activas absor-bían la mayoría de sus integrantes .

Pero la actitud (le los arrendadores no era sólo expo-liadora, sino también, deshonesta. Expoliadora porque,como ya lo he señalado, se trocaba en un golpe directoy hasta mortal, contra la anémica constitución económicadel obrero panameño, ya que gran parte del salario deéste, se iba en habitación dejando a medio satisfacer o sinsatisfacer el resto de sus necesidades primarias . Y des-honesta, porque ellos empezaban a pagar el nuevo impues-to cuando estuviesen listos los Catastros, es decir, endiciembre de 1925 ; y ya desde junio del mismo año, osea, seis meses antes, estaban cobrando el abominableaumento del arriendo .

Ante esta situación, para la cual todavía no se vislum-braban soluciones en el horizonte y que tomaba ya mati-ces alarmantes, la Liga de Inquilinos optó por levantar subandera. La Bandera en defensa de sus derechos y de susvicias . Porque, y así lo expresaba el Dr . Galileo Solís,defensor de uno de los detenidos inquilinarios, "son mu-

(18) Everardo E . Tomlinson H., Op Cit., página. 11 .

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chísimos los casos en que hay quiénes tienen que dejarde comer para pagar un alquiler crecido'' .(19 )

Es necesario anotar que la Liga de Inquilinos, no eraun grupo improvisado. lira una especie ele Departamentodel Sindicato General de Trabajadores (S. G . T.), orga-nismo estructurado a fines de 1924, y casi con cuatro milmiembros inscritos y cotizantes . Como es lógico suponer,el Sindicato, encargóse de dar todo el apoyo material yespiritual que la Liga necesitaba para sostener con éxito lalucha inquilinaria. Lucha, cuya dirección, dejó en manosde su 'Comité Central'' . Este decidió, para incitar al ele-mento inquilinario local, celebrar sesiones públicas en lascuales se exponían los objetivos de la Liga y la forma dealcanzarlos . Estas sesiones eran semanales pero posterior-mente, al acercarse la fecha en que se iba a iniciar la huel-ga del no-pago, se acordó celebrarlas todos los días . Peroni el derecho libre ele reunión establecido por la Consti-tución, ni los previos avisos a las autoridades competentesantes de realizarse cada sesión, pudieron mediatizar lasdificultades que, desde sus comienzos, encontraron lasreuniones inquilinarias . Dificultades, en cuya creación par-ticiparon activamente tanto arrendadores como funciona-rios gubernamentales del período. Quizás una de las razo-nes (le esta actitud, sea esa que encontramos en las siguienteslíneas escritas por un ciudadano que, dos meses despuésde los sucesos (le octubre, trataba ele fundamentar históricay jurídicamente su opinión con respecto al Proceso seguidoa los detenidos inquilinarios . Textualmente decía que :

. . . La fundación ele la Liga de Inquilinos diomargen a conceptos, suposiciones y afirmaciones inco-herentes y desatinadas . Los propietarios creyeron quese trataba de una agrupación con miras a derrumbarel sistema económico imperante y a destruir la propiedad . Buen número de funcionarios públicos, sig-

(19) En El S umario,, página 645.

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nificados por varias razones como simples mediadores,juzgaron estar enfrentados a una sociedad políticacomo tantas hostil al gobierno y pensaron en adversarla Liga" .(2 0 )

La obstaculización a la gestión inquilinaria no se circunscribió sólo a sus reuniones. Tuvo manifestaciones, también, en otros aspectos . Así en el aspecto intelectual, semanifiesta a través de la deportación de José María Blás-quez de Pedro con la cual se quiso frenar el movimientopero, como dejé ya dicho, lo que hizo fue acelerarlo. Enel aspecto político, a través del escogimiento realizado porel Alcalde del Distrito Mario Galindo, de los señores Víctor Dosman, Marco A . Posada, Abel Ibarra y Alfredo dela Guardia, para integrar, como representantes de los in-quilinos, la junta Mixta ele arrendadores y arrendatariosque iba a estudiar y a resolver el problema del inquilinato .Esta acción inconsulta fue una bofetada para el S.G.T .,el cual a través de la Liga de Inquilinos había estado creand o conciencia y espíritu de lucha no sólo en las masas in-

quilinarias de Panamá, sino también, en las de Colón . Talacción era, a todas luces, arbitraria e injusta y mucho máscuando los señores nombrados no eran miembros del Sin-dicato General (le Trabajadores . Los mencionados señorespertenecían a un pseudo-sindicato llamado "La FederaciónObrera de la República", organización cuyo objetivo fun-damental no era la superación económico-cultural del obre-ro panameño (como en verdad lo era el del S.G.T.), sinola satisfacción de los apetitos personales desmedidos de susdirigentes . Permítaseme citar, para dar una idea diáfanade la apócrifa organización, algunos párrafos del elocuentediscurso titulado "Por qué está dividida la Familia ObreraPanameña", pronunciado por D . H . Turner el 1 de mayo

(20) J. Demóstenes López, En Torno al Proceso Inquilinario .En columna ''Tribuna Libre", periódico "El Tiempo', 17de diciembre de 1925, página 4 .

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de 1925, en conmemoración del Día del Trabajo. Decíaél que :

"El desconocimiento que entonces se enseñoreabaen la clase obrera, acerca de sus verdaderos problemas,que se mantienen aún con ligeras variantes, dio por re-sultado una defectuosa organización gremial, porqueni siquiera de gremios organizados por oficios se tra-tó, sino de agrupaciones sin norte fijo, muchas deellas políticas y entremezcladas allí con fines aviesos .El árbol creció, pero ya sus raíces venían carcomidaspor el parásito de la desinteligencia. Nació viciadala que se llamó 'Federación Obrera de la República' "

"Quizás directores bien intencionados y con mejorestudio de la cuestión social, habrían podido endere-zar el entuerto en el curso de la indispensable gestación

. Pero estos brillaron por su ausencia y asomó,al revés, en la Federación lo que la comunidad conocecon el nombre de 'Caciquismo' . . .' .

"Prácticamente, entonces, desapareció el fin socialy solo medraron a la sombra ele la supuesta organiza-ción, apetitos desmedidos ele figuración y, lo que esmás dañoso, de especulación

Y con respecto a la trayectoria ambigua y por tantohipócrita, de sus líderes, se expresaba así :

"Porque los actuales directores de la Federaciónno se les ve sino a caza de la fórmula de inteligenciacon el capital y los gobiernos, que es la manera deentregarse y, ¿por qué no decirlo claramente? de ven-derse. Acaso no es ello, también, el hacerse pasar porlíderes obreros para atrapar una posición oficial, acuyo amparo se ejecuta lo que el gobierno quiere yno lo que el obrero necesita?" (a')

(21) Tomado de "El Tiempo", 2 de mayo de 1925, página 6 .

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La protesta de los miembros del S.G.T ., era pues,justificada . Así el 21 de setiembre de 1925, enviaron unMemorial al Alcalde del Distrito, en el cual, dejaban establecida claramente su inconformidad por la distinción quese había otorgado a una organización que no había hechonada, absolutamente nada, por merecerla . Este Memorialfue contestado por el Alcalde Galindo, en frases saturadasde soberbia y arbitrariedad que sólo pueden proceder defuncionarios obcecados por el mando . Así con respecto alescogimiento decía : "No reparé en que si los nombradoseran miembros de determinada organización obrera" .(22)Y más adelante refiriéndose a la acción discriminatoriaejercida contra los del S.G.T., expresábase así : "Estas consi-deraciones llevarán al ánimo de ustedes el convencimientode que para el objeto de la reunión celebrada ayer en laAlcaldía no era indispensable su concurrencia . . ." .(ea)

Actos como éstos, provocadores en extremo, estabancaldeando el ambiente y empujando a los inquilinos a asu-mir posiciones beligerantes. Estas no se hicieron esperar.Las negociaciones con los propietarios resultaron infructuo-sas. Y así, el t de octubre en Panamá, y días más tarde,el 9 específicamente, en Colón, se inician las huelgas de"no pago' de alquileres . Estas huelgas eran pacíficas o de"Resistencia Pasiva" como la llamaban los inquilinos . Enla capital, la agitación se mantenía viva a través de los

"meetings", los cuales ya tenían la aquiescencia del Pre

sidente de la República . Pero, el 6 de octubre, el Alcaldedel distrito Mario Galindo, envía una comunicación a laLiga de Inquilinos, en la cual manifiesta su decisión deprohibir terminantemente los mítines . Comunicación que,por estar desnuda de razones, hizo que su contenido cayeraviciado de nulidad . A continuación, su texto :

(22) Tomado de la "Estrella de Panamá de 23 de setiembrede 1925, página 51 .

(23)

Ibid .

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"Acúseles recibo de la comunicación firmada porel señor Diógenes de la Rosa a nombre de ustedes ; enque me hacen saber que esta noche a las siete y mediase reunirán en el solar comprendido entre las callesJuan Mendoza y 19 oeste, en uso del derecho dereunión que consagra el artículo 20 de la Constitución .

Nadie pone en tela de juicio ese derecho, pero élno los faculta a ustedes ni a nadie para ir contra elderecho de locomoción que a todos por igual concedeel Artículo 21 de la Carta Magna ; ni puede el suscrito como la autoridad superior del Distrito desaten-derse de la protección que le debe a las personas, resi-dentes o transeúntes, en sus vidas, bienes etc ., ni menosdar pábulo a actos que pueden comprometer el respetorecíproco de los asociados en sus derechos naturalesconstitucionales y legales (artículo 15) .

De aquí que no baste el simple aviso a la autori-dad para reunirse en lugares públicos o al aire libre,sino que hay necesidad de permiso de la autoridadcomo lo prevee el ordinal 1° del artículo 1344 delC. A . (Código Administrativo) .

Y como la Alcaldía considera que la continuaciónde esas reuniones en la forma que han venido efec-tuándose es atentatoria del orden público, en guardade la tranquilidad social y corno medida preventivadispone no concederles a ustedes permiso para míti-nes en sitios públicos al aire libre,

Les aviso que he dado instrucciones a la Policíaen tal sentido, para que haga respetar la respectivaorden del Despacho'' .(24

Horas más tarde, los inquilinos enviaban, en otracomunicación, su respuesta al Alcalde del Distrito . En éstase refutaba con sólidos argumentos la comunicación alcal-

(24) Tomado de "El Tiempo", 7 de octubre de 1925, páginas4 y 8 .

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dicia y se pone al descubierto, simultáneamente, la inconstitucionalidad e ilegalidad de la prohibición . Su texto rezaba así :

"En nombre de las personas que integran la Ligaele Inquilinos tenemos el honor de referirnos a sunota número 688-11 de ayer en que usted nos mani-fiesta que ha resuelto no concedernos más permisospara celebrar más mítines' en 'sitios públicos o alaire libre' y que ha dado instrucciones a la Policíapara hacer respetar esa resolución . Tales medidas,expresa usted, han sido adoptadas en acatamiento dela Constitución y Leyes del País .

Nosotros, sin lamentar que no hubiera invocadotambién los principios del 'Partido Liberal' solicita-rnos a usted la revocatoria de las mencionadas órde-nes, contra las cuales elevamos, además, nuestra enér-gica protesta. Es indispensable retroceder más de unsiglo y olvidar las instituciones públicas alcanzadaspor los pueblos en cruentas faenas, para justificar laactitud ele usted que pugna contra los más elementalesfundamentos de nuestra organización constitucionaly política. Es tan sagrado entre nosotros el derechoa libre y pacífica reunión que la Carta Magna noprevee el caso de que pueda ser suspendido . El Artículo 47 de la Constitución no enumera este derechoentre los resultados de que se pueda privar al puebloni aún por motivos de 'seguridad del Estado en casode guerra exterior o de perturbación interna que ame-nace la paz pública'. Cuando el inciso 19 del Artículo1344, Código Administrativo estatuye que sin permi-so del Alcalde no podrán celebrarse reuniones o pro-cesiones que impidan el tránsito por las calles o pla-zas públicas, no incluye todos los sitios al aire libreni faculta a la autoridad para negar tales permisos,pues, además de que el tránsito puede accidentalmentehacerse por otras vías nunca esta libertad de movi-

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miento constituye derecho más sagrado que el de reu-nión. Con este razonamiento la citada ley careceríade valor por inconstitucional .

'La Liga de Inquilinos' ha celebrado más de unaveintena de mítines y muchas manifestaciones sin darnunca motivos u ocasiones a desórdenes; porque hasido y es su decisión respetar las autoridades públicassiempre que ellas procedan dentro del orden legalestablecido ; pero ello no es obstáculo para que fran-camente eleve su protesta siempre que, como en estecaso, se trate de privar a sus miembros de los dere-chos constitucionales de que todos los pueblos civili-zados gozan hoy .

Basándonos en los motivos expuestos rogamos austed revoque la resolución a que hacemos mérito yle comunicamos desde ahora que esta noche, a las 8pasado meridiano, celebraremos en el Parque de SantaAna el mitin que la lluvia impidió ayer' .(25)

Los inquilinos cumplieron su palabra . El mitin serealizó. Realización que fue un abierto desafío a la acti-tud intransigente, ilegal e inconstitucional de funcionariosgubernamentales que, como el Alcalde, anhelaban aniqui-lar el Movimiento,

La respuesta a este desafío no tardó . Y fue una res-puesta violenta. Porque, dos días después, las calles y elParque de Santa Ana se tiñeron con sangre proletaria .

2.-El 10 de octubre

Este día al igual que otros memorables que han deja-do surcos profundos e imperecederos dentro del acontecerhistórico panameño, se presentó nublado ; como presagian-do la tragedia que se iba a apoderar de la ciudad a tem-pranas horas de la noche,

(25) Ibid, página 8 .

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Pues bien, en horas de la mañana del mencionadodía, aparecieron por toda la ciudad cartelones que conte-nían la siguiente prevención alcaldicia :

PREVENCIÓN

"Se hace saber del público que está prohibido for-mar reuniones o procesiones en las calles o plazaspúblicas sin licencia escrita del suscrito . Los actosen contrario serán considerados como desobedienciaa la autoridad tendientes a turbar el orden públicoy reprimidos por la Policía, haciendo para ello uso(le la fuerza si fuera necesario . A los que formen,promuevan o inicien tales actos o participen en ellosen cualquiera forma se les aplicarán las sanciones deLey . (Arts. 1344, 1349, 899, 900, 901, 902, 905,y 906 del Código Administrativo

. Se aplicarán también los artículos 903 y 904 Ibidem, si fuere el caso) .

El Alcalde"(26)

Esta prevención era el primer síntoma o el primerindicio de que se iba a tratar de impedir, en toda formay por todos los medios, la reunión inquilinaria proyectadapara celebrarse esa noche . Así lo evidenciaban, también,las palabras del señor Alcalde del Distrito expresadas enuna entrevista esa mañana a un reportero de un diario local .A continuación, dichas palabras : "En estos momentos voya ver al Comandante Pretelt, para darte instrucciones enrelación con las medidas que precisa adoptar para que estemitin no se realice de ninguna manera, pues no estamosdispuestos a dejar burlada la autoridad" . (27)

Los inquilinos, por otra parte, no se habían dejadointimidar; estaban absolutamente convencidos de que, todassus actuaciones, eran acompañadas y respaldadas por la

(26) Tomado de El Tiempo, 10 de octubre de 1925, página 4 .(27)

Ibid .

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Constitución y la Ley. De esta manera, y contando con elasentimiento del Ejecutivo lanzaron una hoja suelta, conmás de 200 firmas, en la que se hacía un llamado a todoel elemento inquilinario de la ciudad afiliado o no-afi-liado, sin distinción de sexos, para que acudiesen a SantaAna a ejercer con valentía un derecho que les otorgabaa todos por igual, la Carta Magna . Su texto era el si-guiente :

SI HAY MITIN

''La Liga de Inquilinos, invitamos en nuestrosnombres propios a los compañeros, hombres y muje-res, al mitin que por iniciativa nuestra, se celebraráesta noche a las 8 en el Parque de Santa Ana . Acu-did todos si tenéis el valor necesario para ejercer elderecho constitucional de reunión libré' . (78)

Los inquilinos, además, estaban realizando gestionescon los señores Erasmo Méndez, Juez Quinto del Circuito,y el señor Leonidas Pretelt, Comandante en jefe de la Po-licía Nacional, las cuales, tenían como objetivo hacer queel Alcalde cambiase de decisión . Tales gestiones, al ini-ciarse la tarde, dieron un viraje inesperado . El Alcaldecedió. Pero cedió a medias . Iba a permitir celebrar elmitin pero no el sábado 10 (porque decía él iba restarleautoridad), sino el 14, o sea, el miércoles .

La decisión alcaldicia ponía, pues, en dificultad a losdirigentes inquilinarios ; porque, a esas alturas, era prácti-camente imposible impedir que se reuniesen las masas delinquilinato local. El líder inquilinario, Samuel Casís, quienfungía en esos momentos de puente entre los inquilinosy los señores Méndez y Pretelt, hízole ver al último de losseñores mencionados lo embarazoso de la situación ; agregando, además, que iban a hacer todo lo posible por dominarla. Cito, al respecto, un párrafo de su declaración

(28) En El Sumario, página 5L

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en el juicio que le siguieron a él y otros compañeros porlos hechos del 10 de octubre . Textualmente decía :

"Entonces yo le dije al Gral. Pretelt que la noti-cia transmitida por él en la mañana de que el señorPresidente de la República estaba de acuerdo que elmitin se celebrara, causó una gratísima impresión enla Sociedad de Inquilinos al grado de que muchos deellos asumieron la responsabilidad del caso y tiraronuna hoja suelta invitando al mitin ; que era casi im-posible conseguir convencer a la masa de que no acu-dieran al Parque la noche del sábado, pero que tantoyo como los demás directores haríamos una exposi-ción desde el Kiosko Para explicar a los inquilinos laimposibilidad de continuar allí la reunión y advertir .les que nos reuniríamos un día posterior . . ." (29)

Así, y como habían vislumbrado Samuel Casís y susotros compañeros que dirigían la liga de inquilinos, ya alas siete y media de la noche, los grupos que habían empe-zado a formarse a tempranas horas, estaban numéricamenteacrecentados. El nerviosismo y la ansiedad se reflejabande manera ostensible, en todos los rostros de la abigarradamuchedumbre . Esta tornee violenta al saber que los señores, Jorge E

. Brower Jr ., y Carlos Manuel CéspedesJr., habían sido arrestados sin causa justificada ; y al sabertambién que, un inquilino de apellido Sánchez, había sidobrutalmente golpeado por un Óficial de la Policía

. Mientras tanto, Manuel Lucío Rodríguez y Gabino Sierra Gu-tiérrez, agotaban todos sus recursos persuasivos para hacerque la masa desistiese de ir a Santa Ana, El último deellos, no sólo hizo un llamado a la cordura y a la disci-plina y explicó claramente los objetivos de La Liga, sinoque, también, advirtió a toda la multitud el peligro quese cerniría sobre ella en la histórica plaza . Para ampliartranscribo, inmediatamente, algunos párrafos de su decla-ración :

(29) Ibid ., página 57 .

6 1

"En vista de esto, usando un pito o silbato de losque tiene para llamar al orden a sus miembros laLiga de Inquilinos, me paré en una silla, y luego dedos pitazos largos, les pedí me escucharan para hablarles

. Les dije que precisaba tener reflexión, por-que nuestras intenciones o fines no eran ir a lucharcontra la policía ni contra el Gobierno, legalmenteconstituido, sino hacer valer nuestros derechos vulne-rados por el elemento burgués que nos extorsionabacon el alza de Alquileres y artículos de primera ne-cesidad; que debían ser disciplinados y guardar todala compostura que el momento exigía ; que recorda-ran que se había aconsejado asistir sin arma alguna,y en ese estado era una imprudencia exponerse a lu-char, máxime cuando no era esa nuestra finalidad,

Por ese estilo habló a la muchedumbre el com-pañero Rodríguez y varios otros más, y recuerdo, quenos vimos obligados a usar términos fuertes comolos de "Carajo, aquí hay que obedecer, porque seimpone la disciplina . Esto indignó a la muchedum-bre, que estuvo a punto de lincharnos, tratándonos detraidores al movimiento, etc .", (30)

En estas circunstancias, nada se podía hacer ya paracontener la multitud ; excepto, alejarla del peligro . Estofue lo que trataron de hacer los dirigentes inquilinariospero, después de recorrer varias calles, la muchedumbrese rebeló al darse cuenta de tal propósito y entonces selanzó heroicamente hacia el Parque de Santa Ana . ManuelLucío Rodríguez, en su declaración, nos describe el fatalitinerario en las siguientes palabras :

"Viendo yo que me era imposible convencer ala multitud no me quedó otro recurso que el de salircon ella, a la cabeza, a efecto de dar un recorrido porciertas partes alejadas del parque, y efectivamente re-

(30) Ibid, página 43 .

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corrí con ella un tramo de la calle 'B', la calle 19oeste, las anexas a ellas, y al llegar a la avenida An-cón, la muchedumbre trató de subir esa calle, consi-guiendo desviarla con engañifa, subiendo por la calle'B' hasta llegar a la esquina de la calle 13 oestedonde ya me fue imposible contenerla, viéndomeobligado a seguir con ella rumbo al Parque de SantaAna(31)

El Parque, al igual que el Kiosko del mismo, se encontraba rodeado por miembros de la Policía. Esta, comoera lógico, no resistió el primer embate de la enorme olahumana, la cual, los envolvió por completo . Ya en elKiosko, los dirigentes inquilinarios, Rodríguez, Casís y Sie-rra Gutiérrez, trataron ele imponer orden y silencio a lamultitud enardecida, Ellos no habían perdido la esperanza de poder disuadir a la masa de sus propósitos,, loscuales, ineluctablemente, iban a tener consecuencias fata-les. Sierra Gutiérrez, en su declaración, describiendo suarribo al Kiosko, decía textualmente :

"De allí empecé a hablar al pueblo en formaque refrenara sus pasiones y no fuera a ir contra lapolicía. Era nuestra idea pronunciar dos o tres dis-cursos y luego hacerlos disolver . . ." . (32)

Pero, los líderes inquilinarios no pudieron cumplircon su objetivo . La policía, se los impidió. El TenienteEnrique Correa, a cargo del Destacamento de Policía, re-puesto del asombro, había mandado a pedir ayuda y éstano tardó. Ayuda que, encabezada por el Comandante Ri-cardo Arango, Segundo jefe de la Policía, venía dispuestaa sembrar dolor y muerte en el Parque de Santa Ana . ElComandante Arango, se acercó y subió al Kiosko en dondeincrepó a Sierra Gutiérrez, amenazándole con su revólver,

(31)

Ibid., página 53 .(32) Ibid, página 44 .

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a que bajase. Este que se encontraba en el atril, que utilizan los Directores de Orquesta, se abrió el saco e incitóal Comandante Arango a que le disparase . El ComandanteArango no lo hizo porque unos individuos allí presentes,se lo impidieron . Dramáticamente describe, Gabino SierraGutiérrez, ese momento :

. . . Y me paré entonces en el atril que usa elDirector de la Banda, para de allí apaciguar los áni-mos, pero el Comandante Arango insistía que desalo-jara el Kiosko y para hacerme bajar me apuntó consu revólver . El pueblo gritó en señal de protesta yme abrí el saco, levantándomelo con las dos manos,y demostrándole que no estaba armado le dije quedisparara si quería .

Algunos individuos le bajaron la mano al Coman-dante Arango y éste hizo dos disparos al suelo a losque sucedieron dos más . Comenzó el escándalo y em

pezaron a disparar porque yo los vi, el Teniente Correa, los Subtenientes Pérez, Alemán y Maestre y elAgente julio Bernal" . (3 ""3 )

Dos de los proyectiles (le los disparos hechos por elComandante Arango fueron a alojarse en las piernas deFerdín Jaén, quien era uno de los que permanecían en elKiosko, Samuel Tachar que se encontraba en el sitio y ala hora en que cayó Jaén, decía, de manera textual, en sudeclaración :

"Ferdín Jaén sí se bajó, y en momento que estabaabajo de la banca, el señor Arango, hizo dos disparoscon su revólver a la muchedumbre sin que puedaprecisar si era a determinada persona y en ese ins-tante de los disparos oí un grito de Ferdín Jaénque dijo : ¡Ay! y se desplomó al suelo' . (4)

(33) Ibid ., página 44 .(34) Ibid., página 359 .

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Y refiriéndose a las acciones posteriores del Comandante Arango y de la masa inquilinaria, continuaba así :

`TI público mientras Correa hacía disparos no huíaporque veía que esos disparos eran hechos al airepero al ver que los (los disparos del ComandanteArango habían causado un herido, el público com-prendió el peligro en que estaba, se dispersó en gru-pos en distintas direcciones, bajándose el CoronelArango en persecución de uno de esos grupos quese dirigió hacia el Metropolé' .(35)

Persecución que iba a tener, como epílogo, el asesi-nato a mansalva de Marciano Mirones. Tachar vuelve ynos da una relación de esos instantes, tan llenos de in-famia y cobardía. Dicha relación, se trueca, en verdad, enuna seria acusación. Decía él que :

'El Coronel Arango cuando perseguía al grupode manifestantes que se dirigía hacia el Metropoleno disparó contra ese grupo sino simplemente losimpresionaba con voces e insultos diciéndoles : 'Ne-gros, miserables, váyanse' ; pero que al llegar a unade las bancas de concreto situadas a orillas de laacera del Parque cerca al Metropole, habiendo quedado despejada la calle y sólo se encontraba allí Mirones quien continuaba excitando al pueblo para queno se acobardara, fue cuando hizo uno o dos disparosrápidos que tumbaron a Mirones, gravemente he-rido'' . ("a)

En esta misma forma se expresa Manuel Lucío Rodrí-guez, quien tenía mayor visibilidad y estaba mejor situadoque Tachar .

(35)

Ibid.(36) Ibid ., página 54 .

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Textualmente expresaba, en su declaración :"Me consta que la herida causada a Marciano Mi-

rones fue hecha con cl revólver que portaba el Co-mandante Arango, porque en momentos que se habíaformado cl tumulto y se sucedieron los disparos, videsde una pequeña plataforma que queda al lado dela escalera del Kiosko, cuando el Comandante Arangosalió por la Avenida que desemboca frente al Me

tropole y Mirones, que se encontraba parado en lacalle, pero más cerca de la acera del Parque que ladel Metropole protestaba de los atropellos de la Autoridad, y en este momento Arango le disparó, ha-ciendo blanco en Mirones quien cayó exánime' .( 7)

Tanto Mirones como Jaén, quien falleció al día si-guiente, eran dos inquilinos pobres que fueron a SantaAna respaldados por la Constitución y la Ley y encontra-ron la muerte precisamente en manos de quienes, estabanmás obligados a salvaguardar esa Constitución y a respetardicha Ley .

Entretanto, los dirigentes inquilinarios Sierra Gu-tiérrez, Diógenes de la Rosa, Samuel Casís, Rodríguez yotros, permanecían en el Kiosko. Permanencia que fueefímera, porque un refuerzo de Policía a cuya vanguardiavenían los señores Eduardo Chiari, el Alcalde Galindo yel gobernador Archibaldo Boyd se acercó, rápidamente,con intención de desalojarlos . El último de los señoresmencionados, intimó arresto a Sierra Gutiérrez apuntán-dole con su revólver. El Alcalde Galindo, en cambio, su-bió en busca de Casís . Tomó a éste por la camisa y tratóde intimidarlo con el revólver . El dirigente inquilinariole hizo una pregunta y el Alcalde contestóle con todaclase de improperios -lenguaje de las bestias o de personas infatuadas o ensorberbecidas con el mando lo empujó, y hasta lo amenazó de muerte . Transcribo a con-tinuación el histórico diálogo :

(37) Ibid ., pagina 54 .

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"Me hice hacia el centro del Kiosko y en esosubió el Alcalde dando tumbos con el revólver enmano y me tomó por la pechera de la camisa, mepuso el revólver en la sien y en el pecho, y me dijo :hijo de puta, tú estás aquí', -no querían al Al

calde' 'aquí está el Alcalde pues'-. Yo le contesté:Usted qué me dice con eso' . . . -'Si quiere tirar,tire PE insistía en un vocabulario tan sucio y tanvulgar que comprendí que no estaba en su estadonormal por el tufo, que parecía mosto (le alambique .11 trató como ele empujarme, pero yo resistí y le in-terrogué, Qué quiere Usted?'- . Y me contestó :Mandarte a la otra vida—.(38)'

El Alcalde no se encontraba en estado sobrio . Estose desprende ele la cita precedente . Quizás, para darsevalor, había estado libando copas antes de dirigirse al Par-que (le Santa Ana . Igual cosa hicieron, el GobernadorBoyd y el Comandante Arango. Gabino Sierra Gutiérrezque estuvo en íntimo contacto con ellos, expresó con fir-meza:

'Declaro solemnemente, que tanto el Gobernador Boyd quien me trató de vergajo y otros términosanálogos, como el Alcalde Galindo y el ComandanteArango, pude darme cuenta que estaban en estado debeodez, porque les sentí cuando se me acercaron'.(39)

Las hienas se habían saciado en un pueblo inerme .Los últimos grupos de éste fueron disueltos por el aguaque lanzaron los bomberos no sólo con este propósito, sinotambién para tratar de quitar, en un gesto inútil, la sangrejoven y fresca que había vertida, valientemente, en elParque de Santa Ana .

(38) Ibid, páginas 58 y 59 .(39)

Ibid ., página 45 .

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A continuación, reproduzco la lista de víctimas queapareció en ''La Estrella de Panamá' en su edición del11 de octubre, es decir, el día siguiente :

"Hospital Panamá :

Carlos ele Diego, Capitán (leí Puerto, herida en elpulmón derecho .

Félix Tejada, herida muscular del brazo derecho .

Hospital Santo Tomás :

Miguel Avila, panameño, de veinte años ; herida enel cuello (parte anterior) .

Emilio Ólivardía, panameño, de 21 años. Heridaen el brazo y pulmón derechos .

Felipe López, panameño, 45 años, herida en la piernaizquierda .

Antonio Landazo, colombiano, de 42 años, herida enel hombro izquierdo.

Alejandro Gran, panameño, 39 años, herida en elbrazo izquierdo .

Ferdín Jaén, panameño, 28 años, herida en ambaspiernas .

Florencio Iturriaga, panameño, 23 años, herida de lapierna derecha .

Daniel Santana, panameño, 32 años, herida de lapierna derecha .

Toribio Meléndez, herida superficial de la frente .Muerto : Marciano Mirones, panameño" . ( 40 )

En la noche de los sucesos, hubo otros heridos que''La Estrella' no sacó en su lista . En la calle "13" después de los acontecimientos de Santa Ana, el señor Lo-

(10) Tomado de 'Estrella de Panamá'' 11 de octubre de1925, página 26 .

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venzo Brown y un tal Pacheco, fueron balaceados por unciudadano llamado Diógenes Montalbán .

Brown falleció días después, es decir el 21 de octu-bre . ''El Tiempo' informó del hecho ese mismo día, ensu página principal, de la siguiente manera :

"Otro de los heridos del sábado diez murió enla madrugada de hoy en el Hospital Santo Tomás .Fue uno de los que resultaron heridos por los dis-paros que esa noche hizo Diógenes Montalbán, enla calle 13, después del Motín del Parque de SantaAna" . ('c)

Brown vino a ser el cuarto muerto de los hechos in-faustos acaecidos en Santa Ana, porque aparte de Mirones,ya habían fallecido, Jaén el 11 y Ólivardía el 14. Hubootros muertos con posterioridad . Un ejemplo : AntonioLandazo, a causa de su herida, estuvo paralítico por muchotiempo antes de que la muerte viniese a poner fin a susdolores .

Este fue pues, en síntesis, el saldo trágico del 10 deoctubre, Saldo, que iba a ser más extenso con la inter-vención . Saldo, que se erigió en delito y que levanta suíndice acusador contra aquéllos que lo cometieron . Saldotambién, que fue un crimen, el cual se materializó -segúnpalabras de un abogado de los detenidos inquilinarios-"en las manchas de sangre que el 10 de octubre dejó enSanta Ana y en algunas conciencias y en las copas quebocas beodas escanciaron con delectación" . ( 12 )

3 .--La Intervención Norteamericana

Después de los hechos del sábado 10 el Gobierno es-taba débil, sin fuerzas, para enfrentarse a un pueblo queestaba dispuesto a luchar . Estaba dispuesto a luchar porsus derechos y también, por sus muertos .

(41) Tomado ele El Tiempo, 21 de octubre (le 1925, página 4.(12) En El ,Sumario, página 502 .

G9

Hay que imaginarse un 20 de mayo de 1958, cuandodespués del entierro de Araúz, se veía en todos los rostrosaflorar el rencor y el odio hacia aquéllos que habían cau-sado la muerte del joven estudiante ; para saber cómo sesentía y qué sentía el proletariado panameño en esos díasque sucedieron al 10 de octubre de 1925 .

El Gobierno vislumbró el peligro, reconocióse impotente e invocó ---para humillación perenne- el vergonzoso artículo 136 de la Constitución, cuyo contenido re-zaba así :

ARTICULO 136

"1:1 Gobierno ele los Estados Unidos de Américapodrá intervenir, en cualquier punto de la Repúblicade Panamá, para restablecer la Paz Pública y el ordenconstitucional, si hubiere sido turbado, en el caso deque por virtud ele Tratado Público aquella naciónasumiere, o hubiere asumido, la obligación de garan-tizar la Independencia y Soberanía de la Repú-blica". (43)

En virtud de tal Artículo, quedaba expedita la víapara la Intervención . Así, en la mañana del 12 de octubre, el General Williams Lassister lanzó, a las autoridades y al pueblo de Panamá, desde su Cuartel Generalde Balboa Heights, la siguiente proclama. Los comentarios huelgan .

"PROCLAMACIÓN

Departamento de GuerraCuartel General del Departamento Militar del Canal dePanamá Balboa Heights, Canal Zone .

A las autoridades y al pueblo de la Municipalidadde la ciudad de Panamá, República ele Panamá :

(13) Constitución de la República de Panamá (1904), Op . Cit .,página 34 .

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I.-El infrascrito, Gral, en jefe del Departamentodel Canal de Panamá, Ejército de los Estados Unidos, apetición del Gobernador del Canal de Panamá y en virtuddel Artículo 79 del Tratado del Canal de Panamá entrelos Estados Unidos y la República de Panamá, ha ordenado al Mayor Gral . C. H. Martin, del Ejército de losEstados Unidos, asumir el servicio de Policía de la ciu-dad de Panamá y los territorios y puertos adyacentes aella, y mantener allí el orden público .

II.-El Gral . Martin ha recibido instrucciones de emplear las fuerzas armadas de su mando para mantener lapaz y el orden público en el citado territorio . Ha reci-bido también instrucciones de informar al jefe de Po-licía de Panamá que los servicios de la policía panameñaen dicha ciudad quedan suspendidos hasta nueva orden,exceptuando a los agentes que deban emplearse para laprotección de la cárcel pública o para cualquier otro pro .pósito en que él decida utilizarlos .III-No se permitirá a ninguna persona que notrabaje en las fuerzas armadas de los Estados Unidos, lapolicía de la Zona del Canal y los agentes de policíapanameños que fueren utilizados por el Gral . Martin,portar armas dentro de la ciudad .

IV.-El Gral. Martin ha recibido también órdenesde cerrar todas las cantinas, salones y otros lugares dentrode la ciudad, sus puertos y territorios adyacentes, dondese vendan bebidas intoxicantes, salvo para fines médicos,científicos y eclesiásticos, y salvo también los lugares cuyonegocio principal no sea la venta de bebidas intoxicantes,a los cuales se les permitirá continuar abiertos siempreque sus existencias de licores sean debidamente selladas .

V.-El Gral . Martin hará arrestar y llevar ante lasautoridades competentes, para ser juzgadas y castigadas, atodas las personas que desobedezcan órdenes, perturbenla paz o sean acusadas de violar las leyes de la Repúblicade Panamá, las órdenes y acuerdos de dicha municipalidad,

7 1

los reglamentos y disposiciones de sanidad . En la ejecu-ción de las órdenes que se le han impartido, el Gral .Martin no intervendrá con las leyes comunes y civiles dela República de Panamá que afecten al pueblo en sus re-laciones corrientes o con la debida administración de lamaquinaria de Gobierno de la República o con sus sub-divisiones políticas, salvo que éstas sean incompatibles conel mantenimiento de la paz y el orden público en la ciu-dad de Panamá.

Regirá desde hoy lunes, octubre 12 a la 1 de la tarde .Fdo. Wm. LassisterMayor Gral. de los E .E. U.U.Comandante en Jefe" . ( 44 )

Así, unos minutos después de la una de la tarde, pe-netraban en territorio nacional las fuerzas norteamerica-nas . "El Tiempo", al día siguiente, describía ese mo-mento así :

. . .Con rítmico taconeo que oprimían el corarazón y nublaban los ojos, un ejército de soldados en

traje de campaña, con cascos de los usados en laguerra europea algunos, entraba bayoneta calada, su-dorosos, al hombro la mochila, y al cinto el revól-ver" . (")Ocuparon el Parque de Santa Ana y el de Lesseps .

Levantaron en dichos lugares sus tiendas de campaña,tendieron hilos telefónicos e instalaron sus cocinas . Seestaba efectuando un abierto ultraje a la dignidad nacio-nal. Un ultraje saturado de ironía . Porque todo estose llevaba a cabo precisamente el día en que, todos lospueblos del nuevo mundo inclusive los Estados Unidosrinden tributo a la Raza : el 12 de octubre .

(44) 'loado de El Darío de Panamá, 12 de octubre de 1925,página 1 .

(45) Tomado de El Tiempo, 13 de octubre de 1925, página 4 .

7 2

Pero, en las últimas horas de la tarde, el pueblo seenfrentó a los vencedores de las Potencias Centrales . Des-pués del entierro de Ferdín Jaén, un grupo de inquilinosse dirigió a la oficina de la Liga situada en calle 16oeste, entre las calles B y C, y se encontró con que al-gunos soldados habían allanado dicha oficina . Unánimefue la protesta, y a ésta siguió, inmediatamente, la acción .Uno de los primeros en caer fue el panameño, Julián Camarena con una lanzada en la ingle.Poco después a

Rafael Echevarría, panameño también, le es atravesadosu muslo izquierdo por un bayonetazo . La multitud noesperó más . Huyó en busca de refugio . Los soldados,siguieron tras ella . Muchos se refugiaron en cuartos par-ticulares de donde fueron sacados a culatazos o con lasbayonetas ; y otros, huyeron por balcones y pasadizos .Un joven panameño de 22 años, Damián Cabrera, nopudo huir. Fue acorralado en un corredor de una de lascasas de la calle 16 oeste, y allí cayó, atravesado por lasbayonetas .

Ios detenidos por el incidente, fueron muchos ; entrelos cuales, algunos eran todavía infantes . Así lo expresaba "El Tiempo" :

"Cuarenta y pico fueron llevados en redil, enmedio de las bayonetas, a la Central, entre ellos va-rios niños menores de 10 años (^0)

Después del desenlace fatal que había tenido esteprimer encuentro con las fuerzas extranjeras, hizo que elpueblo decidiese, muy sensatamente, eludir todo roce conellas en el futuro . Los días que siguieron hasta que fi-nalizó la ocupación fueron de absoluta calina . A pesarde que existieron los motivos para alterarla . El gobierno,por ejemplo, inició en esos días, una serie de deporta-ciones . Todos los extranjeros que habían simpatizado conel movimiento inquilinario, fueron obligados a salir del

(46)

Ibid .

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país. L

a ira del Ejecutivo no sólo cayó sobre los extranjeros, también ciertos empleados públicos, sufrieron los

efectos de ella. Aquellos que como inquilinos habían co-metido la falta gravísima de protestar contra el alza in-justificada ele los alquileres fueron dejados cesantes .

Pero estas acciones bochornosas del gobierno, vuelvoy repito, no pudieron quebrantar la impasibilidad en laque se habían sumergido los inquilinos panameños .

El miércoles 14 de octubre, se retiró el primer bata-llón; y las tropas estacionadas en Santa Ana y Lesseps,fueron trasladadas a la cárcel Modelo . Nueve días des-pués, es decir, el 23 de octubre, cesó la ocupación militarde la ciudad. Para tal fin, el Gral, Lassiter, hizo publicar ese día el siguiente aviso que, a continuación, reproduzco :

"AVISO.- Alas autoridades y pueblo de la mu-nicipalidad de Panamá :

Las tropas de los Estados Unidos que última-mente ocupaban a la ciudad de Panamá, para man-tener el orden público, serán retiradas a la tina dela tarde del día de hoy . En tal virtud, todas lasinstrucciones y órdenes dictadas por las autoridadesmilitares para el mantenimiento del orden público enesta ciudad cesarán en su efectividad a la hora men-cionada .

Wm. Lassiter-Major GeneralU. S . Army". (")

En efecto, a la 1 de la tarde, los últimos destaca-mentos (te soldados y de policía militar salieron de laciudad en sendos camiones ; ya, en el cuartel central, mi-nutos antes ele la hora señalada, el Gral . Martin había

(17) 'Tomado de El Tiempo, 23 de octubre de 1925, página 4 .

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entregado al gobierno panameño los poderes que éste lehabía dado en custodio . 'T4 Tiempo" describió esa en-trega, huérfana de ceremonias de la siguiente manera :

'Después (le cruzar breves frases de cordialidad,el Gral . Martin hizo entrega de los poderes a él con-fiados a las autoridades panameñas de las que sedespidió. Marcaba el reloj la una cuando descendíael Gral . Martin los peldaños del cuartel central" . (a")

Se cerraba así un capítulo ignominioso de nuestraHistoria Patria y una jornada denigrante en el Movi-miento InquiLinario. Porque la intervención fue la secueladirecta de las actuaciones de un gobierno al que le faltóinteligencia y tacto en la comprensión y búsqueda de so-luciones justas al problema inquilinario . El gobierno pa-nameño fue el único responsable de que, los soldadosestadounidenses, irrumpieran en nuestro territorio . Fueel responsable porque careció -como dijo el Dr . Solís,en su alegato en defensa de unos de los detenidos inquilinarios-

''De coraje y nervio suficiente para mantener sinauxilio extraño y sin oprimir al pueblo el poder quela ley y el voto depositaron en sus manos" . (49 )

Y finalmente, fue él el responsable (le que las fuer-zas norteamericanas no sólo hollaran el territorio nacionalsino que asesinaran, también, a dos panameños . DamiánCabrera y Julián Camarena, quien dejó de existir en latarde del 16 de octubre . Ellos, al igual que otros istme-ños, se enfrentaron a las bayonetas para demostrarle algobierno, a los Estados Unidos y al mundo que, en elpueblo de Panamá, había todavía muchos hombres convalor y con dignidad .

(4S) Ibid ., página a .(49) En El Sumario,. página 647.

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