Panorama Médico

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    P ALABRAS DEL PRESIDENTE 01

    Dijimos que el 2012 iba a ser el ao de la salud,aludiendo a que en esta rea se iniciaran moviliza-ciones tendientes a mejorar el estado calamitosoen que funciona el sector, tal como el 2011 sucedien el mbito de la educacin.

    Pero nada pas. Salvo escaramuzas aisladas enla ex Posta Central y en algunos otros lugares, locierto es que durante el ao el sector salud estu-vo tranquilo, pese a las deplorables condiciones detrabajo. Fenats y Confenats en sus diferentes ex-presiones, no realizaron ninguna manifestacin omovimiento de gran envergadura; tampoco Aprussy Fenpruss. Ambos gremios estuvieron dedicadosms bien a apagar incendios locales que afecta-ban a grupos de funcionarios o a veces a un indivi-

    duo en particular. Por su parte, la Confusam, otroratan combativa, la hemos visto tambin en un tra-bajo ms bien tranquilo, de reclamar y declarar p-blicamente alguna insatisfaccin. Pero nada ms. Ytodo esto en medio de una realidad desastrosa enlas respectivas reas laborales.

    En ese contexto, nuestro Colegio Mdico de Chi-le se ha mantenido en la misma lnea histrica detrabajo constante, negociando con el Ministerio deSalud. Durante todo el ao se trabaj en una seriede temas que bene cian a los mdicos del sectorpblico, de los cuales se da una cuenta en esta edi-

    Dr. Juan Eurolo MontecinoPresidente Consejo Regional Valparaso

    cin. En nuestro Regional, una vez ms, se ha estu-diado el tema de Urgencias, y a partir de este estu-dio es que se gener la pregunta respecto de cules la postura del Colegio acerca de la salud en Chi-le, sea sta pblica, privada, Fonasa o isapre, en unintento por querer llegar a el modelo de atencinde salud que queremos los chilenos.

    Nuestro Regional est participando en generarlas respuestas a estas importantes preguntas y losdocumentos que se estn elaborando sern dadosa conocer a travs de nuestros medios de comuni-cacin y de las reuniones de Captulos, AG y otrasinstancias de organizacin mdica durante el ao2013. Nuestra tarea ser estrechar las comunica-ciones con los mdicos y escuchar sus inquietudes,

    ideas, sugerencias, peticiones y crticas. En estepunto es necesario tambin comunicar a nuestrosa liados que el Colegio Mdico ha trabajado eninstaurar un nuevo modelo de administracin, delcual daremos cuenta en las siguientes ediciones denuestra revista y que ha signi cado capacitacin yaun renovacin de personal en todos los Regiona-les del pas.

    Para nalizar, les deseo a todos un ao 2013 exi -toso, tanto en lo personal como en lo profesional.Buena salud y xito a todos nuestros colegas y susfamilias.

    El ColegioMdicoy la saludde Chile

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    EDITORIAL 03INDICE02

    editorialQu hace el Colegio

    Mdico por m?

    Dr. Humberto Verdugo MarcheseDirector Panorama Mdico

    La medicina constituye un acto libre de servicio al prjimo, y para que ste ocurra ade-cuadamente, el concepto libre es fundamental. El acto mdico en plenitud no puede serrealizado si no es bajo la libertad de practicarlo ni tampoco sin cumplir con los valores ticosfundamentales de la medicina. Para proteger esta autonoma es que existe el Colegio Mdi-co. Tambin imprescindible es resguardar el contrato social que conforma el compromisode los mdicos con sus pacientes. Tambin para ello existe nuestro Colegio Mdico.

    En denitiva, el Colegio es la principal herramienta de los mdicos para defender elejercicio adecuado de la medicina. Y tambin es el instrumento fundamental de la socie-dad para la defensa del acto mdico en condiciones ptimas. Es decir, el hecho de queexista esta Orden y que los mdicos de un pas estn colegiados es una necesidad social.

    Planteado esto, surge la pregunta: qu hace el Colegio Mdico por los mdicos deChile? S, por los mdicos de Chile, porque nuestra Orden no slo vela por sus aliados,sino que deende la profesin mdica en su totalidad. En otras palabras, los benecios ylogros obtenidos son para todoslos mdicos del pas.

    Pues bien, durante el 2012 el Colegio Mdico hizo un extenso lobby para frenar la pro-mulgacin de la Ley de Isapres que atenta contra la libre eleccin y el libre ejercicio de lamedicina. Actualmente, esa ley esta en revisin y la batalla sigue en marcha.

    Logr mejorar las condiciones de incentivo al retiro de los colegas mayores de 60aos, ley que entrar en vigencia el 2013.

    Tambin consigui una mejora en los sueldos de todos los mdicos que trabajan enlas urgencias pblicas del pas (colegiados y no colegiados por igual). Adems, ayuda solucionar mltiples conictos locales y apoy a colegas en situacin de menoscabo

    (como los traumatlogos de Quillota, por ejemplo).

    Otra de las principales acciones tiene que ver con el compromiso adoptado por elRegional Valparaso con las Asociaciones Gremiales de Mdicos Especialistas de nuestraregin, respaldndolas en su actuar.

    Pese a todo esto, hay colegas que lamentablemente piensan que el Colegio Mdico esun club de benecios cuya principal funcin es conseguir un descuento con alguna marcade autos o tener un club de campo para ir a jugar tenis. Sabemos que aquellos colegasson los menos y que la gran mayora tiene claras las funciones fundamentales de nuestraorganizacin gremial y la abnegada labor que hacen sus dirigentes en defensa de todo elgremio.

    Qu hace el Colegio Mdico por m? Lo anterior y mucho ms. Quedan muchas otrascosas por hacer, por supuesto, pero para ello necesitamos un Colegio fortalecido, unodonde los mdicos crean y participen en l. La sociedad chilena necesita un Colegio fuer-te. As que, la verdadera pregunta que debiramos hacernos es: Qu hago yo por el Co-legio Mdico y, en denitiva, por todos los mdicos de este pas?

    edicinEn esta

    Palabras del PresidenteEl Colegio Mdico y lasalud de ChilePAG 01

    EditorialQu hace el ColegioMdico por m?PAG 03

    Gremial

    Colegio Mdico lograacuerdo por Estmulo ala Carrera FuncionariaPAG 04

    GremialFormacin deespecialistas podraconvertirse enproyecto de leyPAG 06

    GremialInquietud por crticasituacin de Urgenciasen hospitales localesPAG 07

    Da del MdicoReconocimiento amdicos con 50 aosde profesinPAG 08

    Da del MdicoCena de camaradera.Distinciones, premios,humor y sorpresasPAG 10

    NoticiasPAG 14

    ColaboracinLas claves del exitosonuevo sistema de saludchilenoPAG 16

    ticaRelacin del mdicocon sus colegasPAG 20

    Historia de la MedicinaAspectos histricos deconductas sociales apartir de una pelculaPAG 22

    Mdicos EscritoresAries

    Se ve cansado, maestro

    PAG 26

    PAG 27

    DeportesTermina un ao delogros y comienza otrocon ms desafosPAG 28

    TecnologaPrediccionestecnolgicas parael 2013PAG 30

    Al Cierre / ObituarioPAG 32

    PANORAMA MDICO/ Ao 22 Nmero 92 Diciembre 2012 / Director: Dr. Humberto Verdugo Marchese, [email protected] / Comit editorial: Dr. Ignacio de la Torre, Dr. Pedro Meneses, Dr. Vctor Villegas / Colaboradores: Dr. Eduard o Bastas, Dr. Jorge DAlbora, Dr. Fernando Novoa, Dra. Carmen Noziglia, Cristian Morales / Edicin periodstica: Sandra Valenzuela Torres, [email protected] / Esta revista es editada por el Consejo Regional Valparaso del Colegio Mdico de Chile A.G. / Representante Legal: Dr. Juan Eurolo Montecino, Los Acacios 2324, Mira ores, Via del Mar, Fono: (32) 2677982 / Produccin & Publicidad: (32) 2677982, [email protected] , [email protected] / Sitio Web: www.colegiomedicovalparaiso.cl / Diseo: Marco Antonio PeredaVallejos / Impresin: Orgraf / Las opiniones vertidas en esta revista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan,necesariamente, el sentir de Panorama Mdico.

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.colegiomedicovalparaiso.cl/http://www.colegiomedicovalparaiso.cl/mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]
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    este logro sin tener que recurrir a lasmedidas de presin habituales, comoparos o movilizaciones, que represen-tan un enorme desgaste para el gre-mio y va en detrimento de la atencinde pacientes.

    GREMIAL 05GREMIAL04

    Tras varios meses de intensa ne-gociacin, en noviembre pasado laComisin Negociadora del ColegioMdico consigui llegar a acuerdocon la Direccin de Presupuestos delMinisterio de Hacienda, dando poraprobado el Estmulo a la Carrera Fun-cionaria.

    La Dra. Magali Pacheco, vicepre-sidenta del Colegio Mdico y quienencabez la Comisin Negociadora,se mostr satisfecha con el resultadode las gestiones realizadas. Estamosmuy contentos porque conseguimoseste gran logro que era una de l as me-tas que se propuso nuestra directiva,porque bene cia a los mdicos demayor edad que merecen un recono-cimiento por todos los aos entrega-dos a la profesin y a su gran vocacinde servicio pblico. Fuimos criticadose incluso se dijo que la negociacin es-taba detenida, pero esas crticas slonos hicieron ms fuertes y hoy pode-mos celebrar este gran triunfo paranuestro gremio, seal.

    En relacin al acuerdo, que comen-zar a regir a partir de 2013, tendrnderecho a este bene cio los profesio -nales funcionarios que tengan 62 aos

    en el caso de las mujeres y 67 aos enel caso de los hombres, y que se hayandesempeado a lo menos 11 aos enla salud pblica. Estos mdicos obten-drn 11 meses de remuneracin impo-nible.

    Adicionalmente, los profesionalescon a lo menos 15 aos d e desempeoen el sector pblico tendrn derechoa una boni cacin, dependiendo delnmero de horas contratadas;

    300 UF para quienes tengan 11 horas. 400 UF para quienes tengan ms

    de 11 y hasta 22 horas. 500 UF para quienes tengan ms

    de 22 y hasta 43, incluyendo en estegrupo a quienes tengan cargos enextincin del artculo 6 de la ley N19.230.

    650 UF para quienes tengan car -gos 44 y 33-28. Para estos efectos, elcargo adicional en extincin del artcu-lo 6 de la ley N 19.230 se considerarde 28 horas (liberados de guardias).Los profesionales que tengan cargos33-28 tendrn, adems de las 650 UF,un sueldo adicional.

    Los mdicos que tengan un cargoadicional en extincin de la ley N19.230 (liberados de guardias) podrnpercibir la remuneracin de este car-go durante los cuatro meses siguien-tes a la fecha acordada para su cese

    de funciones, debiendo celebrar unconvenio de disponibilidad para serllamados a prestar servicios en eseperodo, si fuere necesario en casosexcepcionales.

    El abogado jefe del Colegio Mdi-co, Adelio Misseroni, aclar que elmonto se calcular en base a la rentaimponible, que se de ne como ren -ta sobre la cual se calcula el montoque debe pagarse por concepto deimpuestos y/o leyes sociales, comoprevisin y salud. Por consiguiente,se comprende en la mayora de loscasos el total de los haberes, exclu-yndose slo algunas asignacionescomo la de zona.

    El presidente del Consejo RegionalValparaso, Dr. Juan Eurolo, valor eltrabajo de la vicepresidenta de la Or-den y las gestiones de toda la comi-

    Este importante logro era uno de los g randes anhelos enmateria de reivindicacin gremial y permitir a un gruposignificativo de mdicos o ptar por el retiro voluntario con 11sueldos ms un bono adicional, cuyo monto de pender delas horas que tengan contratadas en lo s servicios.Los mdicos liberados de guardia tendrn un estmuloadicional a los ya sealados.

    Colegio Mdicologra acuerdo porEstmulo a la CarreraFuncionaria

    sin ante la Direccin de Presupues-tos. Es la primera vez que el ColegioMdico se entiende directamente conel Ministerio de Hacienda, y el traba-jo de la Dra. Pacheco fue silencioso,pero muy e caz. Las cifras obtenidasson superiores a las de otros aos, ycreemos que pese a que se aumenten dos aos la edad para jubilar, lacifra es altamente atractiva para loscolegas.

    Se espera que el Ejecutivoenve prontamente al Parla-mento el proyecto de ley queestablece este beneficio, elque debera tener una rpidatramitacin para que se hagaefectivo a partir del prximo

    ao.

    En caso de dudas respecto deeste acuerdo, el abogado jefe del Co-legio Mdico, Adelio Misseroni, estdisponible para responder las consul-tas de los mdicos, las que pueden serenviadas al correo [email protected].

    Finalmente, es necesario sealarque para conseguir este positivo re-sultado, la voluntad de dilogo y eltrabajo de la comisin fueron funda-mentales, pues permitieron conseguir

    COMISIN NEGOCIADORALa Comisin que negoci con la Direccin de Presupuestos del Ministeriode Hacienda estuvo integrada por:

    - Dra. Magali Pacheco,vicepresidenta del Colegio Mdico- Dra. Rebeca Paiva,presidenta del Departamento de Trabajo Mdico- Dr. Pablo Araya,presidente del Consejo Regional Santiago- Dr. Mauricio Osorio,consejero general- Adelio Misseroni,abogado jefe del Colegio Mdico

    ALGUNOS EJEMPLOSUn mdico liberado de guardias (22 horas) del Servicio de Salud Magallanescon 23 aos en el servicio pblico tiene una renta bruta de $4.122.739 y su ren-ta imponible ser de $2.456.010, diferencia que se produce por la asignacinpor zonas extremas.

    En lo concreto, este mdico recibir 11 sueldos de $2.456.010, ms 500 UF(por su cargo de 22 horas) y por ser liberado de guardias recibir, adems,durante 4 meses su renta bruta ($4.122.739). Bajo este clculo se estima queen este caso el mdico recibir una cifra cercana a los $55.000.000.-

    En tanto, para un mdico del Servicio de Salud Central, liberado de guardias,con 23 aos en el servicio pblico y que tiene un sueldo bruto de $2.517.238,el clculo se sacar en base a este mismo sueldo, ya que se considera comoel monto imponible. En total recibir aproximadamente $39.000.000.-

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    GREMIAL 07GREMIAL06

    El pasado mes de octubre la Comisinde Salud del Senado realiz un completoanlisis sobre la realidad y el futuro de laformacin de especialistas en medicina.

    En las jornadas de discusin expusie-ron la Dra. Cecilia Seplveda, decana dela Facultad de Medicina de la Universidadde Chile; Dr. Antonio Orellana, decano dela Facultad de Medicina de la Universidadde Valparaso; Dr. Pablo Araya, jefe del De-partamento de Formacin, Capacitaciny Estudios del Ministerio de Salud; Dr. Vi-cente Valdivieso, secretario ejecutivo dela Agencia de Acreditacin de Programasy Centros Formadores de EspecialistasAPICE; Dr. Octavio Enrquez, jefe del De-partamento de Formacin y Acreditacindel Colegio Mdico; Benito Barros, jefe delDepartamento de Relaciones Instituciona-les de la Divisin de Educacin Superiordel Ministerio de Educacin; y Dr. MiguelBerr Lama, gerente comercial del HospitalClnico de la Universidad De Chile.

    Respecto de los diversos contenidospresentados en las exposiciones, el conse-jero regional por Valparaso Dr. Hugo Reyes,quien particip de la instancia senatorial,seala que fueron extremadamente intere-santes y todos con rman un importante d -

    cit de especialistas en Chile, muy acentua -do en algunas regiones, y se hizo hincapi enque la formacin de especialistas debiera ser

    nanciada por ley.

    El facultativo tambin menciona algu-

    Algunos de los expositores en la Comisin de Salud: el jefe del Departamento de Formacin y Acreditacin del Colegio Mdico, Dr. Octavio Enrquez; el secretario ejecutivo de la Agencia de Acredi-tacin de Programas y Centros Formadores de Especialistas APICE, Dr. Vicente Valdivieso; el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaso, Dr. Antonio Orellana; el Dr. PabloAraya, jefe del Departamento de Formacin, Capacitacin y Estudios del Ministerio de Salud; y la decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Cecilia Seplveda.

    Formacin de especialistas podraconvertirse en proyecto de leyLa Comisin de Salud del Senado abord la formacin de especialistas enmedicina, el actual d cit en Chile y las formas de solucionarlo.

    nos de los acuerdos a los que lleg la Co-misin. Despus de la ltima reunin seacord que de esta instancia tena que sa-lir un proyecto de acuerdo de la Comisino, ms importante an, un proyecto de leydesde el Ejecutivo, que aborde el tema dela formacin de especialistas y su nancia -miento.

    Para el consejero general por Valpa-raso, lo ms trascendental de la instanciade discusin en la Comisin senatorial fuecerciorarnos de que los senadores queconstituyen la Comisin de Salud, ms allde sus distintas posiciones polticas, todosentendan que ste es un problema de Es-tado, no de gobierno. Eso nos pareci muyrelevante porque si logramos que la saludsea una poltica de Estado nos ahorrara-mos todos los cambios que cada gobiernoimplementa cuando asume.

    ACREDITACIN DE PROGRAMASDE ESPECIALIDADES

    Respecto del actual proceso de acre-ditacin de programas de especialidadesmdicas y que termina en diciembre deeste ao, la Comisin acord posponersu trmino para el 2015, de modo que losprocesos sigan realizndose tal como lopermite la legislacin vigente.

    En ese sentido, el Ministerio de Saludya anunci que el proceso de certi cacinde las especialidades y subespecialidadesmdicas y odontolgicas, tendra una pr-

    rroga de dos aos.

    La informacin la con rm el sub -secretario de Redes Asistenciales, LuisCastillo, quien indic que la decisin fueadoptada debido al retraso que presentanlas facultades de Medicina de las distintasuniversidades del pas en el cumplimientodel proceso. Los programas de las uni-versidades no se han presentado todavaa hacer el trmite. Estn muy atrasados.Estamos dando dos aos ms de graciapara que se pongan al da.

    El decreto extiende el plazo hasta ene-ro de 2015, y reconoce 24 especialidades y18 subespecialidades mdicas. En el casode los odontlogos, admite 11 especialida-des y una subespecializacin.

    Respecto a las razones de los bajos

    niveles de certi cacin, esto puede de -berse a que algunos consideran que laacreditacin es muy difcil, que se han pe-dido estndares demasiado altos, opininque es compartida por el Colegio Mdicoy a la que se re ere tambin el consejerogeneral, Dr. Hugo Reyes. Como Colegioconsideramos que APICE tiene estndaresdemasiado altos con los que no lograra-mos jams tener los especialistas que elpas requiere, por lo que solicitamos queAPICE se adece a la realidad que estamosviviendo para poder tener los especialistasque necesitamos.

    Estos altos estndares a los que sere ere el Dr. Reyes dicen relacin princi -palmente con que se piden demasiadashoras universitarias (docentes) por cadabecado en formacin. Las universidadesaducen que lo que se les cancela por cadaformacin de becado es muy bajo y queeso no da para tener tantas horas docen-tes por cada especialista en formacin,concluye.

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    sta situacin es de larga data y hacetiempo que dejaron de ser hechos pun-tuales como reiteradamente lo han sos-tenido las autoridades de los ltimos go-biernos, seala el presidente regional delColegio Mdico, Dr. Juan Eurolo, re rin -dose a las condiciones laborales de los m-dicos que Urgencia.

    Es que el Colegio Mdico, y en parti-cular el Consejo Regional Valparaso, handenunciado en ms de una oportunidadante el Ministerio de Salud y tambin antelos medios de comunicacin las difcilescondiciones en que tiene que laborar elpersonal de las unidades de emergencia,especialmente en los hospitales Van Bureny Fricke, y que no les permite a los m dicosentregar una adecuada atencin de salud.

    Al gremio adems le llama la atencinque se haya promulgado una ley de Dere-chos y Deberes de los Pacientes que con-signa el derecho a una atencin segura

    y de calidad, cuando en la prctica nosiempre se puede cumplir con las normasy protocolos establecidos. En las Unida-des de Emergencia se est trabajando conlos estndares mnimos, sostiene Eurolo.

    Para abordar estos temas, hace algu-nos meses consejeros del Colegio MdicoRegional se reunieron con mdicos de lasUnidades de Emergencia Adulto de losHospitales Gustavo Fricke y Carlos Van Bu-ren y as conocer de primera fuente las si-tuaciones que a diario deben enfrentar enlas postas de estos establecimientos.

    Tras la reunin, los dirigentes gremia-les y los profesionales de ambas Unidadesde Emergencia acordaron realizar un tra-

    Inquietud por crtica situacin deUrgencias en hospitales localesPreocupacin existe en la directiva del Colegio Mdico Valparaso por las condi-ciones en que los mdicos de Urgencia de los hospitales de Valparaso y Via delMar estn prestando atencin de salud a los poblacin, situacin que es extensivaa la mayora de los servicios de urgencia del pas.

    bajo conjunto con el objeto de de nir es -trategias que permitan conseguir algunamejora de las condiciones. As, por ejem-plo, consejeros de nuestro Regional hanacompaado a los profesionales de la Uni-dad de Emergencias del Hospital Fricke engestiones ante autoridades ministeriales.

    Sin embargo, el entusiasmo inicial delos profesionales poco a poco ha ido deca-yendo. Segn explica Eurolo, hay muchadecepcin en los profesionales, por lascomplicadas condiciones de trabajo enlas que se tienen que desempear y porla indolencia de las autoridades frenteal tema. Esto los tiene en tal estado deestrs que les ha impedido seguir dandola lucha en pro del gremio y muchos hanpreferido irse.

    COMISIN DE URGENCIASDEL COLEGIO MDICO

    En ese escenario, el Colegio Mdico

    impuls la formacin de una Comisin queestudiara y analizara la crisis de atencinen las Unidades de Emergencia y, juntocon ello, propusiera soluciones que fueranfactibles de implementar en el ms breve,mediano y largo plazo.

    Esta Comisin de Urgencias, en la queparticipa el consejero general por Valpa-raso, Dr. Hugo Reyes, invit a mdicosque trabajan y/o dirigen Servicios de Ur-gencia pblicos y privados en Santiago,Valparaso y Concepcin, entre ellos, lajefa de Urgencia del Hospital Carlos vanBuren, Dra. Gloria Fuentes.

    El estudio de la Comisin permite con-

    cluir que la crisis en las Urgencias tiene

    un origen multifactorial y es ms bien unsntoma de un sistema de salud de citario.Adems, permiti identi car problemasque pueden agruparse fundamentalmen-te en tres reas: d cit de recursos ( nan -ciero, fsico y humano), d cit de camasasistenciales, y modelo de atencin.

    1) DFICIT DE RECURSOSLos recursos nancieros estn absolu-

    tamente sobrepasados y el Auge, siendouna poltica pblica valorada por la gente,repercuti directamente en las urgenciasy en las atenciones No Auge, aumentandolas expectativas de la poblacin por unaatencin oportuna y de calidad.

    El nivel Primario, no cuenta con losre-cursos fsicos necesarios en cantidad nicalidad. Faltan elementos de diagnstico yteraputicos que lo hagan ms resolutivo,evitando traslados innecesarios.

    Elrecurso humano tambin es escaso.Adems del dramtico d cit de mdicosespecialistas, a ello se suma la necesidadde adecuar las competencias profesio-nales del personal a la diversidad de lademanda y a la complejidad de las aten-ciones que se otorgan en los servicios deurgencia. Esto, debido al acelerado cam-bio del per l demogr co de nuestra po -blacin y al cambio epidemiolgico.

    2) DFICIT DE CAMASEn la atencin de adultos, los servicios

    de medicina, ciruga y las camas destina-das a la atencin de pacientes crticos nose han adaptado a la velocidad requeri-da para abordar sus nuevas demandas yresultan insu cientes para el crecienterequerimiento de camas desde las urgen-cias.

    3) MODELO DE ATENCINUno de los problemas del modelo ac-

    tual es una gestin en red que no funcio-na, fundamentalmente porque coexistendos sistemas de salud (ministerial y muni -cipal) en paralelo, que no dialogan, y unode ellos con baja resolutividad, como laAtencin Primaria. Y esta baja resolutivi-dad hace que la gente pierda con anza yante eso pre era ir a las postas de los hos -pitales, saturndolas.

    Sobre la base de este diagnstico, laComisin entregar prximamente alConsejo General el documento nal conpropuestas plausibles de implementar enel corto plazo. En ese sentido, el ColegioMdico de Chile se hace un deber profe-sional y tico plantearle al pas y a las au-toridades de Salud, las medidas que con-sidera necesarias e impostergables paragestionar adecuadamente y resolver losproblemas observados en la atencin delos Servicios de Urgencia.

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    DA DEL MDICO 09DA DEL MDICO08

    Reconocimiento a mdicoscon50 aos de profesinEl Da Internacional del Mdico que se

    celebra el 3 de diciembre de cada ao seha transformado para el Consejo RegionalValparaso en la instancia perfecta paracelebrar la trayectoria profesional de losmdicos de la regin y este ao no fue laexcepcin.

    Es por eso que en una ceremonia solem-ne 14 mdicos recibieron un merecido reco -nocimiento por sus 50 aos de profesin.

    En la ocasin, el presidente del ColegioMdico Regional, Dr. Juan Eurolo, destacque muchos de los homenajeados fuerono siguen siendo docentes y, por tanto, for-madores de varias generaciones de mdi-cos, quienes nos inculcaron la importan-cia de esta clsica prctica que es la clnica,la semiologa, el examen y la anamnesis,todas las cuales producen ese ambientemgico de con anza mutua, casi confesio -nal, que es la relacin mdico-paciente.

    Al trmino de la ceremonia, los asisten-tes disfrutaron de un cctel, que fue elmarco ideal para reencontrarse con anti-guos compaeros de curso y compartirrecuerdos, ancdotas e historias de vida.

    El presidente del Regional Valparaso, Dr. Juan Eurolo hace entrega de un obsequio al Dr. Agustn Ascorra. El Dr. Ernesto Contreras junto al secretario del Regional Valparaso, Dr. Frano Vazn.

    E l D r. Gu st av o C ha rm e j un to al Dr. Ju an Eu ro lo . E l D r. F ra no Va z n e nt re ga un o bs eq ui o al Dr . P at ri ci o Da zz ar ol a p or s us 50 a o s d e tr ay ec to ri a profesional.

    El Dr. Ral Dazzarola recibe un obsequio por sus 50 aos de profesin de manos del Dr. Juan Eurolo. El Dr. Ernesto Kaplan recibe el reconocimiento de manos de su hijo, el Dr. Francisco Kaplan.

    La Dra. Mnica Leniz junto al secretario del Regional Valparaso, Dr. Frano Vazn. El Dr. Juan Eurolo hace entrega de un obsequio al Dr. Luis Martnez.

    El Dr. Fernando Meyer junto al secretario del Regional Valparaso, Dr. Frano Vazn. El Dr. Carlos Pez y el Dr. Frano Vazn.

    El Dr. Jos Francisco Puig junto al Dr. Frano Vazn. El presidente del Regional Valparaso, Dr. Juan Eurolo, hace entrega de un obsequio al Dr. Jorge Ruiz.

    El Dr. Simn Sacks recibe el reconocimiento por sus 50 aos de profesin de manos del Dr. Frano Vazn. El Dr. Ivn Seperiza recibe un obsequio de manos del Dr. Juan Eurolo.

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    DA DEL MDICO 11DA DEL MDICO10

    Otra de las actividades regionales decelebracin del Da del Mdico fue unacena de camaradera, que este ao contcon la presencia del presidente nacionaldel Colegio Mdico, Dr. Enrique Paris; eltesorero nacional y presidente del Fondode Asistencia Mdico Legal, Dr. Sergio Ro-jas; y el presidente del Consejo RegionalSantiago, Dr. Pablo Araya.

    En la oportunidad el Dr. Enrique Paris,presidente del Colegio Mdico, hizo hincapien que un mdico debe siempre procurar elbienestar humano, recordando que la natu-

    Cena de camaraderaDistinciones, premios, humor y sorpresas

    raleza de la medicina es asistencial y tica.

    Y parafraseando al Dr. Alejandro Goic,autor del El fn de la Medicina , el presiden-te del Colegio Mdico llam a re exionary pensar que si nosotros estuvisemosenfermos quisiramos que nuestro m-dico fuera idneo, responsable, honesto,compasivo y prudente. Debemos recordarsiempre que debemos aplicar estos mis-mos conceptos a nuestros pacientes.

    En esta celebracin tambin se reco-noci la trayectoria de algunos mdicos,esta vez de quienes cumplieron 25 aos deejercicio profesional. Adems, con la ani-macin de Carlos Superocho Alarcn, sesortearon diversos premios entre los asis-tentes, quienes tambin disfrutaron de hu-mor de Paulo Iglesias y bailaron animada-mente al ritmo de la Orquesta Los Guaicos.

    Mdicos que cumplieron 25 aos de trayectoria profesional, acompaados por algunos consejeros regionales.La Dra. Paz Martnez recibe el premio regional sorteado por elFondo de Solidaridad Gremial.

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    DA DEL MDICO 13DA DEL MDICO12

    Algunos de los asistentes a la celebracin.

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    NOTICIAS 15NOTICIAS14

    Cerca de cuarenta mdicos de las unida-des de Emergencia Adulto y EmergenciaInfantil del Hospital Carlos van Buren deValparaso se dieron cita en la charla quedict la Fundacin de Asistencia Legal delColegio Mdico, Falmed.

    En la oportunidad se trataron temascomo la judicializacin de la prctica mdica,las mediaciones en materia de salud, el mar-co normativo de la Atencin de Urgencia y laLey de Licencias Mdicas, entre otros.

    El abogado jefe de Falmed, Juan CarlosBello, entreg sugerencias ante la entradaen vigencia de la Ley de Derechos y Debe-res del Paciente y se re ri a los riesgosmdico-legales en el ejercicio de la profe-sin. Adems, puso particular nfasis en

    la necesidad de cambiar el enfoque antela nueva Ley, pues si bien presenta variasimperfecciones, constituye ms que una

    Socio del Regional Valparasose adjudic el Hyundai Tucson

    Tal como se haba anunciado, elpasado 15 de noviembre se realiz elsorteo de un vehculo Hyundai Tuc-son entre los asociados que estuvie-ran al da en sus cuotas del ColegioMdico y del Fondo de SolidaridadGremial.

    Ganador del vehculo result elDr. David Guerra Rosales, colegiadoen el Consejo Regional Valparaso.

    El Dr. Guerra recibi su premio demanos del presidente regional delColegio Mdico, Dr. Juan Eurolo.

    Por su aporte al desarrollo cient co humanista y a la forma -cin de la carrera de Medicina de la Universidad Andrs Bello,sede Via del Mar, el pasado 12 de diciembre esta casa de estu-dios le otorg al Dr. Eduardo Bastas Guzmn la Medalla Univer-sidad Andrs Bello.

    Con un auditorio repleto el vicerrector de la sede Via del Marde la UNAB, Juan Carlos Bull, hizo un recorrido por la extensatrayectoria tanto profesional como acadmica del homenajeado,destacando su carcter, coraje y conviccin respecto de la forma-cin valrica de las nuevas generaciones de mdicos.

    Dr. Eduardo Bastas recibe Medalla Universidad Andrs BelloEl homenajeado agradeci el reconocimiento y en un emoti-

    vo discurso abord la responsabilidad y rol fundamental del do-cente en la formacin de los futuros profesionales. El acadmicodestac la entrega no slo de conocimientos sino tambin deaspectos fundamentales que permiten alcanzar una positiva re-lacin mdico-paciente.

    El Dr. Bastas recibi el saludo del Colegio Mdico, repre-sentado por su presidente regional, el Dr. Juan Eurolo Mon-tecino.

    30 aos de servicio en el Hospital Van BurenEn octubre pasado, el Consejo Regional Valparaso hizo en-trega a los doctores Rossana Marchetti, Margarita Pea el yGuillermo Miranda, de un reconocimiento por sus 30 aos de

    Los facultativos Jaime Venezian Leight y Mara Isabel L-pez Benavides fueron galardonados por la Asociacin Mdi-ca Argentina con el Premio Doctor Carlos Reussi - Maestrode los Andes, en reconocimiento a sus destacados aportesal desarrollo de la disciplina y la educacin mdica, as comotambin por su dilatada trayectoria acadmica y profesional.

    El Premio Doctor Carlos Reussi fue instituido en 1993 enhomenaje a dicho facultativo trasandino, quien en la dcadade 1980 promovi el fortalecimiento de los vnculos entre losmdicos de Chile y Argentina, en un perodo en que la tensindomin las relaciones entre los dos pases.

    Asociacin Mdica Argentina distingue a los doctores Jaime Venezian y Mara Isabel Lpez

    Falmed dicta charla a mdicos de Urgencia del Hospital Van Buren

    Dra. Margarita Peafel. La Dra. Rossana Marchetti recibe el reconocimiento junto a sus pacientes en el policlnico.

    Dr. Guillermo Miranda.

    amenaza, una oportunidad para exigirms tiempo para la atencin y mejorescondiciones de infraestructura; ahora setrata de una necesidad amparada por laley, lo que pone a los mdicos ms cercade los pacientes.

    Cabe sealar que la actividad fue solici-tada a Falmed por la jefa de la Unidad deEmergencia Adulto del hospital porteo,

    Dra. Gloria Fuentes, quien se mostr muyconforme con la charla. Fueron muy bue-nas las exposiciones y muestra de ello esque el auditorio estuvo lleno durante todala jornada. En lo personal he contactadoen ms de una oportunidad a Falmed pararealizar este tipo de actividades y siempre

    he tenido una muy buena respuesta y unacooperacin inmediata. Realmente hasido un gran aliado, sostuvo.

    La Dra. Mara Isabel Lpez junto al presidente de la Asociacin Mdica Argentina, Dr. Elas Hurtado.

    servicio en el Hospital Carlos van Buren.Las distinciones fueron entregadas por el consejero regional,Dr. Ramn Garca.

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    NUEVOTIEMPO

    A dos aos de implementado el nue-vo sistema pblico de salud, la situacinque se ha podido constatar en los distin-tos servicios de urgencia y consultoriosdel pas es diametralmente opuesta a loque estbamos penosamente acostum-brados.

    Hoy, los enfermos son atendidos opor-tunamente, las salas de espera presentanmenos aglomeraciones y el personaltrabaja tranquilo. Cmo se logr? Culfue la varita mgica que agit el gobier-no para alcanzar estos resultados?

    En entrevista exclusiva con nuestromedio, la autoridad del Ministerio deSalud asegura que no hubo prodigio nivarita mgica. Slo bast cambiar elenfoque del modelo de salud imperante,

    De acuerdo a la autoridad del Ministerio de Salud, la crisis del sector saludobedeca a un problema estructural ms que nanciero. El gran cambio

    est en la asignacin de los recursos estatales.

    Las claves del exitoso nuevosistema de salud chileno

    manifiestamente insuficiente, afirma.

    Efectivamente, las autoridades apos-taron a que los usuarios, involucrados enlos procesos de cambio de los ltimosaos, estaban en condiciones de dar elgran salto y alinearse con el nuevo mo-delo de salud. El chileno comn recla-ma, cada vez y con ms fuerza, sus dere-chos en materia de salud aunque anle falta cumplir con el mismo vigor susdeberes y quiere tomar sus propias de-cisiones. El paternalismo ancestral quedecida por ellos, y que fue utilizado asi-duamente como instrumento poltico, vaen retirada, seala la autoridad.

    Desde la perspectiva del gobierno,la crisis del sector salud obedeca aun problema estructural ms que finan-

    ciero. Los innumerables esfuerzos pormejorar el sistema de salud resultaroninfructuosos e incapaces de dar el im-pulso necesario. Sobre la base de estosantecedentes, consideramos que paragenerar un cambio efectivo era necesa-rio un nuevo enfoque, una mirada dife-rente al modelo con que se concibi elsistema pblico de salud chileno, hacems de medio siglo.

    Y cul fue la receta?, cul fueese cambio, aparentemente tan exi-toso?

    Desde siempre, la asignacin de losrecursos del Estado para la salud estuvoorientada a subsidiar a los prestadoresde los servicios de salud. Dicho de otromodo, se subsidiaba la oferta de salud.El dinero circulaba desde las arcas fis-

    cales a los prestadores, sobre la base depresupuestos histricos, para costearlas prestaciones requeridas por los usu-arios. Con estos recursos, los estableci-mientos postas, consultorios u hospi-tales abran sus puertas para atender asus usuarios, cada vez que lo requeran.

    Sin embargo, aade el personero,aquel prototipo paternalista de la saludadoleca, intrnsecamente, de debili-dades que lo llevaron a un punto irrecu-perable. Por una parte, la medicina seencareca; por otra, quienes dirigan losestablecimientos de salud lo hacan conla certeza de que cualquiera fuese el re-sultado de su administracin, el Estadofinanciara la deuda contrada; y por l-timo, los beneficiarios no reparaban enque las prestaciones que exigan y re-ciban ciertamente gratis o casi gratistenan un costo que alguien solventaba.

    Como lo que se regala no se valoradel mismo modo que cuando hay unesfuerzo detrs, quien reciba aquellosbeneficios nunca tuvo conciencia de la

    necesidad de cuidar los recursos que elEstado destinaba para su propia salud. Al beneficiario comn le era indiferenteconsultar una o diez veces; ir al consul-torio de atencin primaria o al serviciode urgencia, por la misma patologa;seguir o no las indicaciones mdicas, opeor an, algo tan elemental como cui-darse a s mismo o no, explica.

    Esta concepcin de la salud y otrasconvicciones arraigadas para justificarla ineficiencia, como aqulla de que

    la salud no tiene precio , debilitaron alsistema en su aspecto ms vulnerable, elfinanciero, enfatiza la autoridad. Efecti- vamente, la salud no tiene precio, peros tiene un costo que no slo es nece-

    sario solventar, sino contener. Esto l-timo apunta a que cada beneficiariodebe hacerse cargo de esta contencincomo si cada cual tuviese que pagar, desu bolsillo, lo que gasta en su salud. Ennuestra opinin, esta s que es solidari-dad efectiva; solidaridad en el aporte ysolidaridad en la utilizacin de los re-cursos.

    Y por qu no se haba aplicadoantes?

    Si no se aplic antes fue porqueciertos grupos, con intereses ajenos,aducan majaderamente que la imple-mentacin de un modelo como ste sig-nificaba la privatizacin de la salud.

    Y cul fue la receta magistralprescrita a la salud pblica chilena?

    Un cambio profundo en la asig-nacin de los recursos estatales. La viga maestra de este cambio ha sidoque cada ciudadano, beneficiario delsistema estatal de salud, disponga deun Fondo Individual de Salud (FIS) queproviene de las cotizaciones previsio-nales y de un subsidio estatal que lepermite acceder, a l y sus cargas, a unPlan Bsico de Salud (PBS).

    El personero explica que en este nue- vo sistema el ciudadano es soberano deconsultar donde quiera y con quien quie-ra que opere con la modalidad del PBS,sea un prestador pblico o privado. Cadaprestacin de salud tiene un arancel quese cancela mediante un sistema de certi-ficacin de huella electrnica con cargoa su FIS. Con este solo hecho, el individuotoma conciencia de que cada prestacinque recibe tiene un costo y un precio quedebe pagar con su FIS. ste es un aspec-to clave en la gestin de los recursos.

    Y qu ocurre si el costo de untratamiento supera el FIS?

    En esa situacin opera un seguro simi-lar al seguro catastrfico de las isapres.

    Conociendo la idiosincracia denuestro pas, cree usted que la gente,a sabiendas que el Estado costear,en ltimo trmino, las prestacionesrecibidas, ser consciente para uti-lizar racional y solidariamente sufondo de salud?

    Creemos que s, aunque no es niser fcil. El despliegue de este sistemarequiere de un cambio cultural del ciu-dadano. Sin embargo, considerando laposibilidad que usted seala, el mode-lo contempla un incentivo para que elbeneficiario administre eficientementesu FIS. Lo que el beneficiario no gastadurante el ao, lo que logra ahorrar, seabona en una cuenta personal que podrutilizar al momento de jubilar, conformea una reglamentacin precisa, explica.

    Con esto, se estimula el autocuida-do y la prctica de buenos hbitos. Setoma conciencia, adems, que la saludno se regala y que es responsabilidadde cada cual cuidarla, y que si la cuida,recibir un premio al momento de pen-sionarse. Sabemos que ningn sistemade salud pblico, privado o institucional,es per se suficiente para dar satisfaccina las necesidades de salud de los indi- viduos, y que lo que aportan no son msque herramientas para que cada perso-na construya, libremente, su salud.

    Se dice que la salud es un sacosin fondo. Cmo hace frente el mo-delo a esta arraigada aseveracin?

    Algo de cierto tiene aquella afir-macin; sin embargo, pensamos queel fondo del saco se puede ajustar, enla medida que los recursos se utiliceneficientemente. En el nuevo enfoque,el ajuste del fondo del saco no es sloresponsabilidad del administrador ygestor de la oferta del servicio comoocurri siempre sino tambin del ciu-dadano que lo demanda.

    NUEVOTIEMPO

    Sigue a la vuelta

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    COLABORACIN 19COLABORACIN18

    Resulta interesante y novedoso loque nos cuenta, pero no queda clarocmo se conduce, en la prctica, eltema de la salud global en Chile.

    El Estado continuar cumpliendo surol en la prevencin, fomento y protec-cin de la salud. En este aspecto, juntocon mejorar las condiciones sanitariasdel entorno del individuo, estamos fo-mentando el autocuidado, uno de los pi-lares de la Reforma de la Salud. En lo cu-rativo es donde reside el cambio. Comohe sealado, cada ciudadano tiene sufondo de salud, administrado por Fo-nasa, cuyos excedentes anuales sonacumulados en una cuenta personal, ad-ministrada por una entidad pblica, queel beneficiario podr hacer efectivos almomento de pensionarse.

    Dnde debe acudir el beneficia-rio para ser atendido?

    El modelo considera dos supuestosesenciales: la excelencia en la adminis-tracin de los recursos y la soberanadel usuario.

    Segn detalla la autoridad ministe-rial, todos los beneficiarios tienen ac-ceso a un plan bsico. Si la persona ads-crita al sistema demanda una atencinmdica, puede acudir a su consultoriotradicional o a uno privado; ambos po-seen la misma capacidad resolutiva.Eso s, los consultorios privados requie-ren estar acreditados y operar exacta-mente igual que los pblicos, en trmi-nos de infraestructura, equipamiento,aranceles y protocolos de atencin. Eneste contexto, el usuario elige el queconsidera que le satisface ms. Dicho deotro modo, el usuario es soberano paraelegir dnde y con quin ser atendido.

    Esta dinmica genera una competen-cia natural entre los distintos centros deatencin, tanto pblicos como privadosy permite, a su vez, que la calidad dela atencin se optimice, sobre la basede la competitividad. Es sabido que lacompetencia y los incentivos econmi-cos que se generan son los motores queconducen a la excelencia en el servicio.

    Desde que se implant el nuevomodelo, han surgido, progresivamente,consultas privadas que brindan aten-cin primaria a sus respectivas comu-nidades, incrementando la cobertura yla oportunidad de atencin, tanto porestar emplazadas en lugares estratgi-cos de la ciudad, de fcil acceso, comopor atender en horarios ms flexibles yextensos que los consultorios pblicostradicionales, explica el personero.Efectivamente, algunos d e estos centrosatienden hasta pasadas las 20 horas y los

    sbados en la maana. Esto ha derivadoen una atencin primaria oportuna, efi-caz, eficiente y efectiva, en trminos queha logrado reducir la sobrecarga de losservicios de urgencia. Ms an, en lamedida que los consultorios se han idoafianzando, en algunas ciudades estanemergiendo consultorios privados deurgencia, tipo SAPU.

    Pero con esto los consultoriosmunicipales y del servicio de saludestn en desmedro respecto de losprivados y tendern a desaparecer,con el impacto social y laboral queaquello conlleva.

    No necesariamente. Eso dependerde los propios consultorios, del intersque pongan por subirse al carro de lacalidad y la innovacin. En el nuevo es-cenario, los consultorios tradicionales,al dejar de tener una clientela cautiva como ha sido siempre deben competircon los otros centros de atencin, pbli-cos o privados, para seguir subsistien-do. La competencia se realiza sobre labase de la calidad y oportunidad delservicio que entregan.

    De acuerdo a lo sealado por la auto-ridad los consultorios pblicos poseenlos elementos estructurales para serde excelencia; slo les falta el impulsoy el estmulo para mejorar, y esto lo fa-cilita la competencia. Tradicionalmente,operaron en un sistema sin contrapeso,en el que daba lo mismo hacer las co-sas bien, regular o mal. La calidad eraun aspecto secundario que no pasaba

    de ser un compromiso de gestin conlas autoridades o para cumplir con losrequisitos en una eventual acreditacin.Poco se pensaba en la satisfaccin delusuario y menos en la del cliente poten-cial. Al fin y al cabo, posean una cliente-la segura, cautiva y sometida, y quienestrabajaban all estaban apernados porestatutos aejos y sindicatos nihilistas,hicieran bien o mal su trabajo.

    Todo parece muy interesante,pero es dable pensar que en los con-sultorios privados pudiesen ocurririrregularidades que beneficien a losprestadores, como por ejemplo, citarpacientes ms veces de lo necesarioo pedir exmenes dems, etctera.

    Ciertamente, pero no ms de loque ocurra con el modelo antiguo. Detodos modos, el modelo contempla unsistema de vigilancia y fiscalizacin delos prestadores para prevenir y contro-lar esta posibilidad. Adems, el propioconsultante se acostubrar a protejerse.

    Y cmo funciona, en la prctica,el sistema? Qu debe hacer una per-sona para requerir un servicio?

    El ciudadano elige el lugar dondeconsultar, sea pblico o privado, queest acreditado para operar en el siste-ma. Cada prestacin que recibe tieneun precio que cancela con cargo a lacuenta de su Fondo de Salud, va on line .Lo mismo ocurre con los medicamen-tos, exmenes y procedimientos queprescribe el mdico. Si la persona de-cide consultar en un consultorio prima-rio privado, el mdico le prescribe losmedicamentos en un recetario especialy foliado, expendido por Fonasa, quepuede despachar en cualquier farma-cia adscrita al sistema. El pago se hace,igualmente, con cargo a su fondo. Paralos exmenes, el modelo opera igual:el paciente podr acudir a cualquierlaboratorio acreditado que cumpla conlos estndares de calidad y acepte losaranceles y condiciones del sistema.

    La atencin en un Servicio de Ur-gencia tiene un precio ms elevado,equivalente al triple de una atencinelectiva. Igualmente, se le cobran losfrmacos, exmenes, insumos y proce-dimientos realizados. Con esto, el mode-lo pretende estimular tanto el autocui-dado como la consulta oportuna en laatencin primaria. Ya no da lo mismocuidarse o no; ni tampoco, consultaren la urgencia pudiendo hacerlo en laconsulta primaria , sostiene.

    Y cmo opera el sistema si elpaciente requiere una atencin ce-rrada?

    Si la persona requiere ser hospita-

    lizada, ingresa a los establecimientospblicos de acuerdo al protocolo tradi-cional; no obstante, los costos son paga-dos con el dinero de su fondo de salud.Si el fondo es insufiente, opera un segu-ro o fondo compensatorio que financiala deuda.

    Y cmo se lleva el registro de lasprestaciones?

    El sistema opera con una ficha elec-trnica a la cual se pude acceder me-diante una contrasea, tanto en la aten-cin primaria, sea pblica o privada, enlos servicios de urgencia y, ciertamenteen los centros hospitalarios.

    Hay alguna diferencia paraquienes tienen mayores ingresos?

    Aquellas personas de mayores in-gresos pueden optar por el sistema delibre eleccin, mediante un copago,similar a como era antes.

    Y cmo ha marchado el modeloen este par de aos?

    Los indicadores revelan que ha me- jorado la satisfaccin usuaria en la aten-cin primaria y SAPU, se ha reducido lapresin asistencial en las Unidades deUrgencia y, un aspecto muy importante,mejoraron las condiciones de trabajo delos mdicos y personal, en general.

    En efecto agrega el personero, sibien el sistema anterior pudo ser efec-tivo hace medio siglo, termin siendoinsuficiente y obsoleto. No slo se vioafectado el usuario, sino tambin el per-sonal responsable de otorgar las presta-ciones. Esto se hizo ms evidente en losServicios de Urgencia, donde la presinasistencial sin lmites y la insuficienciade recursos derivaron en un estado dedesnimo progresivo que provoc lafuga de los mdicos con ms experien-cia, comprometiendo la calidad de laatencin.

    Por ltimo aade, desde la pers-pectiva de los establecimientos, hos-pitales o consultorios, este sistema de venta de servicios les permite generaringresos propios y mejorar su adminis-tracin, y llevar a cabo una verdaderaautogestin.

    Pero el modelo implantado sig-nifica la privatizacin de la salud,no es as?

    Definitivamente no. El modelo im-plantado no privatiza la salud, puestoque la cotizacin previsional y el sub-sidio que el Estado aporta a cada ciu-dadano adscrito al sistema, se mantieneen un fondo individual administrado porel propio Estado y no va al bolsillo deunos cuantos privados. Lo que contem-pla este modelo es un modo distinto deasignar los recursos y la libertad delusuario para elegir, libremente, dndecomprar el servicio que requiere, seauna institucin pblica, privada con con- venio, o en ambas.

    Que la prestacin la realice unprivado explica no significa privatizarla salud, toda vez que la relacin con-tractual entre el prestador y el Estado lanorma y fiscaliza el propio Estado. Porlo dems, esta manera de asignar los

    recursos es coherente con lo sealadoen la reforma de la salud, en la que semira lo pblico y lo privado como un

    mix y no como elementos excluyentes.Lo que ocurre es que algunos sectores,por cuestiones ideolgicas y polticas,ms que tcnicas, temen incrementar laparticipacin de privados en la gestinde los sistemas de salud.

    Finalmente, el personero del Minsalsostiene que en este punto, tan sensi-ble y controversial, es oportuno recor-dar lo que Su Santidad Juan Pablo II se-ala en su encclica Centesimus Annus:Una estructura social de orden superiorno debe interferir en la vida internade un grupo social de orden inferior,privndola de sus competencias, sinoque ms bien debe sostenerla en casode necesidad y ayudarla a coordinar suaccin con la de los dems componen-tes sociales, con miras al bien comn. Alintervenir directamente y quitar respon-sabilidad a la sociedad, el Estado asis-tencial provoca la prdida de energashumanas y el aumento exagerado de losaparatos pblicos, dominados por lgi-cas burocrticas ms que por la preo-cupacin de servir a los usuarios, conenorme crecimiento del gasto (Centesi-mus Annus, n. 48).

    Lo anterior es evidentemente una ccin. No obstante, tambin es la sin -cera visin de cmo se puede hacer del actual sistema de salud chilenouno realmente efectivo y e ciente, y que entregue la salud que todos loschilenos se merecen y en donde todos los mdicos aportemos en un am -biente digno de trabajo.

    Dr. Jorge DAlbora Padovani Magister en Ciencias de la Salud

    Mencin Gestin Hospitalaria. UV. Octubre 2012

    NUEVOTIEMPONUEVOTIEMPO

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    La relacin con otros colegas es actual-mente una obligacin para poder atenderadecuadamente las necesidades de grannmero de pacientes, debido a la comple-jidad de sus patologas. Muchas veces esineludible considerar la opinin de variosespecialistas para decidir correctamentelo ms adecuado para sus condiciones.Esta relacin con los otros resulta ser muybene ciosa tanto para los pacientes comopara los propios mdicos. Sin embargo,cuando no se respetan las consideracio-nes ticas que la regulan y se descali ca demanera inadecuada el trabajo que otroshan hecho, es actualmente una importan-te causa de desprestigio para nuestra pro-fesin y tambin puede signi car un daopara el paciente, quien, ante la incertidum-bre que signi ca recibir una informacincontradictoria, se ve obligado a tener quebuscar otras opiniones para poder decidir.

    Desde los inicios de la medicina comoprofesin, hace ms de dos mil aos, sehan impartido especiales indicaciones res-pecto a las caractersticas que debe tenerla manera de vincularnos entre colegas enel mbito profesional. En el Cdigo Hipo-crtico y posteriormente en laDeclaracinde Ginebra (1948) se ha hecho alusinexplcita a las particularidades que debetener el modo de relacionarnos entrequienes ejercemos el arte de la medicina.Esta ltima Declaracin, entre otras obser-vaciones, establece de manera explcitaque: debo considerar como hermanos yhermanas a mis colegas .

    CUL ES EL ORIGEN DE LOS LAZOSQUE UNEN UNIVERSALMENTE

    A LOS MDICOS?

    Existen diferentes respuestas posibles aesta interrogante. Probablemente la msacertada se basa en el hecho de compartirun trabajo que tiene una misma noble na -lidad, que consiste en la recuperacin y lapreservacin de la salud de las personas.

    La salud ha sido especialmente valoradaen el transcurso de la historia de la huma-nidad en comparacin a otras necesida-des de los individuos. Con razn se diceque la salud no tiene precio cuando se

    la compara con otros bienes que tambinson deseados. Por este motivo, la salud esconsiderada dentro de los Derechos Hu-manos y ha sido incluida en nuestra Car-ta Constitucional como un derecho paratodas las personas, y el conjunto de losmdicos tenemos la obligacin moral deasegurar que este derecho sea otorgadocon equidad y justicia para la totalidad delos habitantes del pas.

    Compartir este objetivo, tan preciadopara todo ser humano, es el lazo que uneestrechamente entre s a todos quienesejercemos la medicina.

    Relacin delmdico con suscolegas

    Dr. Fernando Novoa Sotta

    CONSECUENCIAS DE UNA MALARELACIN ENTRE COLEGAS

    Debido al progreso cient co-tecnol -gico al que asistimos en nuestros das y ala compleja organizacin de la medicinaactual, las relaciones profesionales tienenuna gran variedad de aristas, que puedenser clnicas, comerciales y acadmicas, lasque dan origen a situaciones que no ocu-rran en la antigedad.

    En la actualidad, un mismo paciente esevaluado por diferentes especialistas paradeterminar cul es el mejor tratamien-to para su enfermedad y, con cierta fre-cuencia, surgen discrepancias inevitables.Cuando esta discrepancia es transmitidapor el colega directamente al paciente,sin las consideraciones que correspondetener en cuenta, como puede ser la dife-

    rente etapa de evolucin de la enferme-dad, genera desconcierto en los enfer-mos, lo que muchas veces es el inicio dedemandas.

    Adems, ocasionalmente con el obje-to de captar nuevos clientes en lugarde esmerarse en dar una atencin de ex-celencia para lograr ese objetivo que esticamente aceptable, algunos colegaslamentablemente utilizan el recurso in-admisible de desprestigiar el trabajo delotro mdico tratante frente a su ocasio-nal paciente. Esta conducta es una causasigni cativa de reclamos habitualmenteinjusti cados de los enfermos, que inclusoson presentados en calidad de demandasen los Tribunales de Justicia por presuntanegligencia mdica.

    Por esta razn, hoy resulta necesariopreocuparse sobre la correcta manera derelacionarnos y zanjar apropiadamentelas diferencias enteramente comprensi-bles que podemos tener en relacin a losdiagnsticos o tratamientos indicados porotro colega.

    CONSIDERACIONES TICASLa aparicin de con ictos es esperable

    en algn momento en todo tipo de rela-cin entre personas. Por este motivo, hoyresulta imperioso re exionar sobre la co -rrecta manera de relacionarse y la adecua-da resolucin de con ictos entre quienesejercen el arte de curar.

    Nuestro Cdigo de tica establece quelas relaciones entre mdicos deben basar-se siempre en el respeto, deferencia, leal-tad y consideracin recprocos, cualquierasea la vinculacin jerrquica existente en-tre colegas.

    La solidaridad entre mdicos es uno de

    los deberes primordiales de la profesin,y sobre ella slo tiene precedencia el biendel paciente. Frente a una discrepanciasigni cativa en relacin a las indicaciones

    que un colega ha dado a su paciente, laconducta apropiada es establecer una co-municacin directa con el tratante, expo-ner los fundamentos que determinan estadiscrepancia y llegar a un acuerdo.

    El Cdigo determina que constituye fal-ta a la tica criticar con terceros, de mane-ra despectiva, las actuaciones profesiona-les de un colega. Hacerlo en presencia depacientes, familiares, o pblicamente, seconsiderar circunstancia agravante.

    Igualmente, constituye falta a la ticacualquier acto que, directa o indirecta-mente, pretenda difamar, injuriar o calum-niar a un colega en su integridad o ejerci-cio profesional.

    Las discrepancias profesionales debenser discutidas en privado o en reunionestcnicas.

    Si las discrepancias entre colegas fuerende naturaleza tica, podrn acudir a losTribunales de tica para que intervengancomo mediadores en estos con ictos.

    CUANDO EL MDICO SETRANSFORMA EN PACIENTE

    Otro aspecto que tambin es necesarioconsiderar en las relaciones entre colegases la situacin que por desgracia proba-blemente todos algn da vamos a experi-mentar, y es cuando debemos consultar laopinin de un colega, pero ya no en calidadde interconsultor respecto de un enfermodeterminado, sino en calidad de paciente.

    Ocasionalmente, el trato que ahora elmdico recibe como paciente de parte delcolega, no siempre cumple con las carac-tersticas que nuestro Cdigo de tica nosindica en esa situacin. Espordicamente,esta ltima realidad ha llegado como re-clamo, no a la Justicia Ordinaria como loscasos de presunta negligencia, pero s alos Tribunales de tica del Colegio Mdico,por considerar que el trato recibido de par-te del mdico fue ticamente inadecuado.

    Con respecto a la atencin entre colegaso a sus familiares, el Cdigo establece quefalta a la tica el facultativo que cobre ho-norarios por la atencin de sus colegas, ode los padres, cnyuges o hijos de aqu-llos, siempre que estas atenciones seancanceladas con el patrimonio del mdico,y sin perjuicio del derecho que le asiste arecuperar los gastos en que haya incurridopor la atencin.

    Considerando la existencia actual deseguros de salud de variadas caracte-rsticas, es absolutamente aceptable queel mdico reciba el pago de la atencin deaquella parte que corresponde al aporte

    de la institucin aseguradora.En todo caso, el mdico tratante deber

    realizar esta atencin con esmero y en for-ma oportuna.

    Personalmente puedo dar fe de que losmdicos a quienes he tenido que consul-tar en calidad de paciente, y que son nu-merosos, cumplen todos ellos con crecescon sta y otras indicaciones del Cdigode tica.

    Para hacer efectiva est prctica solida-ria, es deseable que el mdico cumpla conel ritual de cortesa de solicitar en formapersonal la atencin para l o su familiar.

    ...algunos colegaslamentablementeutilizan el recurso

    inadmisible dedesprestigiarel trabajo delotro mdico...

    P M e

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    HISTORIA DE LA MEDICINA 23HISTORIA DE LA MEDICINA22

    Hace poco tuve oportunidad de ver la pelculaLosCoristas o Los nios del coro , que tiene relacin con al-gunos problemas que estn en el mbito de la medici-na. Se trata de una hermosa produccin estrenada enel ao 2004, basada en la propia infancia del directorfrancs Christophe Barratier, cuya trama se desarrollapoco despus de nalizada la Segunda Guerra Mundial.En esa poca, considerando las difciles condiciones porlas que pasaba Francia, muchos nios vivan en un int er-nado, donde eran castigados con una dureza extrema yfrecuentemente de manera injusta, a sabiendas de ello.

    Por su especial trama, la pelcula gatill en m los re-cuerdos de una novela romntica llamadaMi queridoenemigo , de la escritora norteamericana Jean Webster(1876-1916), que mostraba diferentes aspectos de lavida en un orfanato. Entre ellos estaba, por ejemplo, eldilema acerca de si entregar o no en adopcin a un nioque viva con sus hermanos en este orfelinato, separan-do a la familia y conscientes de que probablemente se-ra para siempre. Ambas pelculas trajeron a mi mentere exiones sobre de qu manera se han abordado enChile ambos temas.

    LOS NIOS HURFANOS

    En relacin con el tema de los nios hurfanos, essabido que las patologas maternas asociadas al emba-razo y al parto han sido histricamente altsimas. Estofue ya documentado en la Antigedad por mdicosgriegos, como se puede ver en el Volumen IV de losTratados Hipocrticos que est dedicado a este tema.En tiempos del Imperio Romano, Galeno de Prgamo(130-200) describi la llamada ebre puerperal. Haciamediados del siglo XIX, el mdico hngaro Ignaz PhilippSemmelweis (1818-1865) consigui disminuir drstica -mente la tasa de mortalidad por sepsis puerperal ensu hospital entre las mujeres que daban a luz mediantela simple recomendacin a los obstetras de que se la-varan las manos. Esta bsica norma de higiene fue unavance extraordinario, toda vez que el fallecimiento deuna madre signi caba habitualmente dejar en la orfan -dad a varios nios, lo que tena consecuencias socialesde la mayor importancia.

    En Chile durante la segunda mitad del siglo XVIII, donJuan Nicols de Aguirre, Marqus de Montepo, levanten Santiago una casa para nios expsitos entre callesMoneda Vieja (posteriormente llamada calle Hurfa -nos), Agustinas, San Martn y Manuel Rodrguez. Losnios llegaban tanto por tener calidad de hurfanoscomo por abandono materno, el que se acentu ha-cia nes del siglo XIX en relacin con la urbanizacin.En efecto, la ilegitimidad que bordeaba el 30% fueacompaada de un debilitamiento de las estructu-ras familiares campesinas que hasta entonces habaproporcionado una contencin natural. Tambin

    comenzaron a llegar temporalmentea los orfanatos hijos de mujeres queno tenan cmo mantener a su prole,as como nios cuyas madres debantrabajar. Una vez ingresados al orfa-nato, los lactantes eran enviados conamas de pecho contratadas para elloy, en caso de sobrevivir a esta etapa,regresaban a la llamada casa, des-de donde podan ser entregados a unhogar particular para servir de criado,aprendiz o simplemente como com-paa. Esta entrega no era de nitiva ylos nios podan regresar a la casa,bien porque no se acomodaban a sunueva situacin, bien porque las ma-dres los reclamaban para s (los man -daban criar).

    En 1853 el presidente de Chile, donManuel Montt, logr interesar a lasHermanas de la Divina Providencia,canadienses de paso por Valparaso,para que se quedaran en Chile y sehicieran cargo de los nios desvalidosde la Casa de Hurfanos de Santiago.Al ao siguiente, el gobierno dispusosu traslado a la Chacra de Lo Cha-cn, a gran distancia del centro dela ciudad. Sin embargo, la tornamesade la Casa de Hurfanos debi per-manecer en su antigua ubicacin parapermitir que las madres que deseabanabandonar a sus hijos en forma an-nima pudieran colocar all a sus hijos

    Aspectoshistricos deconductassociales a

    partir deuna pelculaDra. Carmen Noziglia del NidoProfesora de Historia de la MedicinaUniversidad de Valparaso

    y a continuacin girarla para que losrecin nacidos pasaran al interior deledi cio y no quedaran expuestos alfro nocturno.

    Desde nes de esa dcada se comen -zaron a fundar, por iniciativa privada,numerosos asilos de caridad, quequedaban bajo la supervisin de laJunta de Bene cencia. Al ir recibien -do cada vez mayor nmero de nios,muchos de ellos pasaron a ser admi-nistrados por alguna congregacinde religiosas, las que reciban muchasveces cierto aporte econmico porparte del sco. En Valparaso, porejemplo, se crearon por iniciativa laicala Casa de Hurfanos de Valparaso, laSociedad de Bene cencia de Seoras,los asilos del Salvador, de Santa Ana,de Dolores, de Lourdes, del Carmen, laSociedad Protectora de la Infancia de

    Valparaso, la Sociedad de Suplemen-teros y la Casa de Talleres de San Vi-cente de Paul. Tuvieron a su cargo asi-los de hurfanos las Hermanas de laProvidencia que fundaron el Asilo deSan Jos o Casa de la Providencia, lasHermanas de la Caridad, la Congrega-cin del Buen Pastor y las HermanasHospitalarias de San Jos.

    LOS CASTIGOS CORPORALESA ESTUDIANTES

    A mediados del siglo XX, Chile vivauna realidad bastante diferente a la dela posguerra europea: no haba hur-fanos de guerra y los escarmientosya no se practicaban en los colegios.Sin embargo, en el siglo XIX hubo pro-blemas que podran considerarse si-milares en cuanto a su naturaleza: elde los castigos escolares. Los relatosdisponibles de tiempos de la Colonia,escritos fundamentalmente en base areminiscencias, abundan en detallessobre la brutalidad de los castigos enlas escuelas. Segn estas narraciones,un castigo comn y bastante suaveera ponerse de rodillas. El guante,por su parte, era una medida queconsista en propinar un escaso n-mero de golpes al joven estudiante.La palmeta, un instrumento de ma-dera agujereado y con mango con elque se daban golpes en la palma delas manos, se utilizaba para faltas demayor consideracin, pues era msdolorosa. Rara vez el nmero de gol-pes exceda los seis. Tambin se cas-tigaba con la llamada disciplina, ins-trumento hecho de camo divididoen varias ramas, cuyos extremos eranms gruesos. Finalmente estaban losconocidos azotes, que tericamentese utilizaban nicamente en los casosgraves pero que en la prctica, indican

    Les Choristes (Christophe Barratier, 2004).Escena de Les Choristes.

  • 7/21/2019 Panorama Mdico

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    MDICOS ESCRITORES 25HISTORIA DE LA MEDICINA24

    En esta edicin dePanoramaMdico publicamos dos cuentos breves de quien es elcoordinador habitual de esta seccin, el Dr. Eduardo Bastas Guzmn.

    El Dr. Bastas naci en Valparaso. Se titul de mdico cirujano en 1963, en la Univer-sidad de Chile. Posteriormente, se especializ en medicina interna en el Hospital El Sal-vador de Santiago, y ms tarde en cardiologa en el Hospital Carlos van Buren. Hoy tienetres hijos, siete nietos y un bisnieto, y se desempea como docente en la UniversidadAndrs Bello, sede Via del Mar, casa de estudios que recientemente lo distingui con laMedalla Universidad Andrs Bello, por su aporte al desarrollo cientco-humanista y ala formacin de la carrera de Medicina de la institucin.

    Adems de la medicina, el Dr. Bastas tambin comparte otra profunda pasin: lasletras. Este inters se maniesta desde la infancia. Siendo escolar lleg a presidir la Aca-demia Literaria de su colegio, donde los estudiantes daban lectura y comentaban suscreaciones, asesorados por un profesor. Hoy, l mismo arma tener la fortuna de haberpodido desarrollar mis dos grandes vocaciones: la medicina y la literatura.

    Tras numerosos cuentos inditos, emprendi el desafo de escribir una novela dirigi-da a los jvenes. Donde vuelan los cndoreses una novela didctica que transcurre enValparaso, centrada en una joven universitaria que se infecta con el Virus de Inmunode-ciencia humana. Tuvo dos ediciones privadas en 1993 y 1994, siendo distribuida princi-palmente en establecimientos educacionales. En 1995 la Editorial Andrs Bello publicsu primera edicin de 5 mil ejemplares. Su xito la ha llevado a ser considerada lecturarecomendada en los colegios. Hoy cuenta con 25 ediciones, incluyendo tres encargadaspor el Ministerio de Educacin, y tambin ha formado parte de la Biblioteca Juvenil Icaritodel diario La Tercera, junto a otros 19 autores de la talla de Antoine de Saint-Exupry, JulioVerne, Mark Twain y scar Wilde, slo por nombrar algunos.

    Medicosescritores

    ,

    los relatos, seran lo nico que se apli-caba y sin ningn lmite.

    Hacia nales de la Colonia goberndon Luis Muoz de Guzmn, quien te-na fama de bondadoso. Se dice de lque al pasar frente a una escuela vio aun nio arrodillado en la calle frentea su escuela, lo cual lo conmovi detal manera que inmediatamente hizoprohibir que los castigos escolaresse realizaran fuera del recinto educa-cional. En su cargo, fue sucedido porFrancisco Antonio Garca Carrascoquien, a su vez, entreg el mando alconocido don Mateo de Toro y Zam-brano en 1810. Al poco tiempo, la Jun -ta de Gobierno reglament los casti-gos, limitando los azotes a seis golpesen casos normales y a doce en circuns-tancias extraordinarias que realmentelo ameritaran. Haba derecho de recla-mo por un castigo injustamente reci-bido y la reprobacin general por par-te del alumnado condujo con ciertafrecuencia a una reparacin por partedel establecimiento educacional. In-cluso hubo casos en que el ejecutordel castigo, ya fuera el profesor o el

    mismo director, fueron sancionadosmediante el traslado o bien con la sus-pensin del cargo.

    Es conocido que el intelectual y po-ltico argentino Domingo FaustinoSarmiento, que vivi largo tiempo enChile y llegara a ser presidente de supas, justi caba el castigo a alumnosque no fueran realmente culpablescon la nalidad de no permitir que laautoridad fuera burlada. Tomaba asdistancia con lo que l considerabalos sistemas ms blandos y contem-plativos que se estaban imponiendoa mediados del siglo XIX. Sarmientoes reconocido como uno de los inte-lectuales latinoamericanos ms im-portantes del siglo XIX y destac porsu preocupacin por la educacin delpueblo, realizando decisivos aportespara la ampliacin y el mejoramientodel sistema pblico de enseanza.

    Haba, por supuesto, quienes se opo-nan por concepto a cualquier castigofsico, los cuales, con el tiempo, co-menzaron a ser prohibidos y sustitui-dos por penas graduales de acuerdoa la gravedad de la falta: represinprivada, pblica evitando palabrasofensivas o injuriosas, posturas de pieo de rodillas, encierro en un armarioo en una pieza oscura, privacin delrecreo, retraso en la hora de salida, ta-rea extraordinaria, aviso a los padres,reprensin de los superiores o de laautoridad local, expulsin temporalo de nitiva con derecho a continuaren otro establecimiento, etc. As, gra-dualmente, los castigos fueron siendoremplazados por cali caciones sema -nales de conducta que, a decir de al-gunos alumnos, permanecan en losregistros y salan a relucir en los ex-menes y premiaciones.

    En este espritu, se inventaron losllamados certi cados de perdnpara futuras faltas o parcos, queeran cuadrados de papel con caladosy dibujos que otorgaban los maestroscomo estmulo o como recompensa.Los haba de tres tipos: el parco sim-ple, que era el ms comn, el parco libis bis o perdn doble, y el parcoquoqumque crimen o perdn de tododelito, que era administrado con es-casa frecuencia. Sin perjuicio de ello,cuando la falta era demasiado graveel maestro tena la potestad de de-jar el parco sin efecto y simplementeromperlo. Lo mismo suceda cuandoel profesor se daba cuenta de que el parco haba sido obtenido en formailegtima, por ejemplo comprado aun alumno que lo haba conseguidojusti cadamente.

    El castigo fsico, ya fuera en el cole-gio o en el hogar, tena implicacionesmorales y pedaggicas. Durante elprimer siglo de vida independiente deChile se debati sobre su efectividady la forma en que ste se integraba ala cultura. Sin embargo, no se lleg aconclusiones de nitivas y conceptual -mente se mantuvo durante toda lacenturia.

    Entre los otros muchos anlisis quese puedan hacer de la pelcula est,por ejemplo, el de la comunicacin atravs de la msica o el de los dere-chos de los nios.

    La temtica despert en m el int ersde hacer la pequea investigacin pre-sentada, que puede servir como mar-co de referencia para analizar las cau-sas de conductas sociales tales comola entrega de la prole a los orfanatos olos castigos a nivel escolar, que tienendirecta relacin con el trabajo que noscorresponde realizar como mdicos.

    P M e

    Con sus cuentos, el Dr. Bastas ha ganado tres distinciones en concursos dLatinoamericanos de Mdicos Escritores, incluyendo un primer premio en B2007. Tambin ha formado parte de jurados en concursos literarios y desarrode narrativa. Actualmente es escritor estable de la revista Salud y Corazn, y tiene a sucargo la seccin Mdicos Escritoresde la revistaPanoramaMdico del Colegio MdicoValparaso.

    Los cuentos de su autora que publicamos en esta oportunidad destacan pmuy distintas entre s, lo que da cuenta de la versatilidad del autor.

    Arieses uno de sus cuentos galardonados. Se trata de un original relato, aplicada cuota de ccin. En l, la angustia del protagonista por la inusitadcia que le toca experimentar logra divertir al lector. Destacan su prosa sencel buen manejo de la tensin y un desenlace imprevisto.

    Se ve cansado, maestronos lleva tras una orquesta sinfnica y las preoque, en plena madurez profesional, desata un breve comentario. Es un relatotura, pero profundo, que inevitablemente nos hace meditar acerca del inexorlos aos, y a darnos cuenta de que nos guste o no ya no somos los de ante

    Sandra Valenzuela Torres

    Editora periodstica revista Panorama Mdi

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    MEDICOS ESCRITORES 27MEDICOS ESCRITORES26

    Se levant, como de costumbre, cuidadosamente para no despertarla.Se cubri con la bata, fue a la puerta a buscar el peridico y coloc a hervirel agua para el desayuno.

    Se dirigi al bao y se sent para descargar el intestino, hojeando lostitulares del diario. Despus se dispuso a lavarse las manos, pero cuandose vio en el espejo qued estupefacto.

    Desde ambos costados de su frente emergan dos vistosos cuernos.No eran simples protuberancias. No. Eran dos enormes cachos, curvos,angulados, arbreos, como los de un ciervo.

    Llev tmidamente su mano hasta una de las astas y percibi la duraconsistencia que tienen los grandes cachos. Movi la cabeza bruscamen-te, de un lado a otro, como si intentara desprender las incmodas promi-nencias, sin resultado alguno.

    Al con rmar que era poseedor de dos genuinos y magn cos cuernos,percibi el brusco inicio de una crisis de angustia, provista de giles palpi-taciones, sudor fro y un malestar de extrema incomodidad.

    Cauteloso, en silencio y lentamente, sali del bao y lleg hasta el dor-mitorio. Se asom, con la prudencia de un gato, y vio a su esposa, repo-sando angelicalmente, con la paz de una conciencia tranquila, insinuadaen la dulzura de su rostro dormido.

    No se atrevi a despertarla. Volvi al bao. Volvi al espejo. Volvi amover su cabeza, esta vez con desesperacin, y volvi a tocar sus cachos(esta vez ambos) con rudeza, apretndolos y comprobando que perma-necan en su posicin, tan rmes como sus pies o cualquier otra de susextremidades naturales.

    Desconcertado, regres al dormitorio. Su esposa continuaba durmien-do impasible. Retorn al bao y asumiendo que, como fuese, deba seguirsu vida diaria, decidi meterse bajo la ducha.

    Despus de jabonarse rpidamente, verti abundanteshampoo en lapalma de una mano con intencin de lavar su cabellera (... y desprenderlos cachos?). pero le fue imposible asear la cabeza con las astas rme-mente adheridas.

    Comenz a llorar. Dej que el agua corriese, abundante, junto a suslgrimas, sobre sus cabellos, sobre su cuerpo y sobre sus cuernos.

    Abandon el bao desnudo y se dirigi al dormitorio, con paso rme,intencionadamente sonoro.

    Buenos das, mi amor le salud ella, desperezndose, con sorpren-dente naturalidad.

    Hola... mira! Qu? Que me mires! acaso no ves? Qu cosa?Titube. Su esposa lo miraba con extraeza, pero sin el supuestoasombro que corresponda.

    No notas algo? Ests ms gordo. No, no es eso. De verdad, no me ves algo extrao? No...Llev su mano derecha, disimuladamente, hasta un cuerno y comprob

    que estaba ah, all mismo. Y el otro tambin.Regres al bao, desorientado y los hombros cados, con aturdida len-

    titud y volvi a observar sus cachos en el espejo. Movi la cabeza, estavez con tensa resignacin y comenz a vestirse.

    Ingres al dormitorio con la bandeja del desayuno en sus manos. Escu-dri la cara de su esposa, que al orlo, se incorpor, con la pereza de ungato faldero. La mir de reojo. Ella bostez, imperturbable.

    Tengo algo raro en la cabeza coment l, tmidamente. La jaqueca? No, no es algo muy extrao. Ests mareado? No es otra cosa! Vaya... no te irs a resfriar? No. Mejor olvdalo.Ella tambin lo observ con detencin y curiosidad. S, de verdad te noto raro. Ahora los ves? Qu cosa? No nada.Se visti y busc entre sus gorros, boinas y sombreros, algo que pudie-

    ra tapar las extraas prominencias, pero fueron absurdos intentos. Cadanuevo implemento que probaba, volva a colgar de un asta.

    Deplor que no lloviera para escudarse bajo un paraguas.Respir profundo y afront la situacin. Se despidi de su esposa,

    quien sin abandonar su mirada dulce ni asomo de inquietud, lo despidicomo de costumbre.

    Sali a la calle con la cabeza inclinada. Tuvo que volverla hacia uncostado para que los cachos no le impidiesen entrar al automvil.

    Baj el asiento, pero an as tuvo que mantener la cabeza gacha parapoder conducir.

    En la detencin del semforo, se asombr de que el conductor del au-tomvil del lado lo mirase y no se sorprendiese. En la siguiente parada,su asombro fue mayor. El conductor que esta vez qued a su lado... tenacachos. Igual que l.

    De ah en adelante, comenz a ver a decenas de varones astados.Comprob pronto que ms de la mitad de los hombres que encontr en sucamino tena cuernos.

    Ms tranquilo, casi relajado, continu su jornada.

    Aries

    Los msicos se pusieron de pie, tomaron sus i nstrumentos y se diri-gieron hacia la salida. El concertino se aproxim al director y caminaron juntos. El violinista, sin levantar la vista, como cavilando, dijo con vozpausada:

    Se ve cansado, maestro.ste, sorprendido, alz sus espesas cejas y pareci meditar.Abandonaron la sala sin intercambiar palabra. Al separarse, el msico

    respondi: S es posible que est cansado.Lleg a su casa conservando una expresin de incertidumbre. El co-

    mentario del violinista se sumaba a lo sucedido esa maana, cuando nohaba podido jar la vista en las letras del peridico y haba dejado laspesadas pginas del diario sobre la mesa.

    Haba decidi no contarlo a su hija porque, con seguridad, le habraobligado a suspender el concierto de la tarde y lo habra llevado al mdi-co. Para qu alarmarla por algo que, probablemente, se pasara de unmomento a otro?, se dijo. Le molestaba que esto le ocurriese cuando sesenta en pleno bienestar y con tantos proyectos pendientes. Estarade verdad cansado? poda ser.

    En la cspide de su madurez profesional le era, sin embargo, evidenteque no tena la misma capacidad que el ao anterior, cuando cumplirsetenta aos lo haba encontrado divertido.

    Setenta aos repeta entonces, con una sonrisa y me siento comoa los treinta.

    Le ofrecieron el retiro y designarlo Director Honorario permanente.

    Pero los miembros de la Junta no deseaban que se retirase y acogieroncon satisfaccin su respuesta, de que se encontraba con nimo y saludpara proseguir su tarea.

    Ahora, tan slo un ao despus, era distinto. Deba desplegar mayo-res esfuerzos para cumplir sus exigentes compromisos.

    Una agenda de conciertos con audaces cambios temticos, invita-ciones al extranjero y su incansable actividad cotidiana que asuma conresponsabilidad admirable.

    Quizs sera oportuno aceptar un descanso en la cabaa del lago,donde su hija le haba adquirido un piano de cola. l haba opinado quele pareca una locura, pero su hija dijo que jams lo vera tocar en unteclado electrnico.

    Slo fue al lago en una oportunidad, con dos bales de partituras.Las llevo siempre conmigo. Nunca s cual puedo necesitar.Acababa de cumplir setenta y uno. Y este ao le pareca ms pesado

    que todos los anteriores. Por suerte la salud lo segua acompaando.

    Ha habido virtuosos msicos ciegos se dijo e incluso un sordosoberbio. Pero no, yo no estoy ciego. Veo todo, slo que no puedo ditinguir las letras.

    Un estremecimiento denunci su aprensin.Las partituras podr leer las partituras?Vino a su mente el programa de los siguientes conciertos ya com

    prometidos, la invitacin a Canad para dirigir la Orquesta SinfnicaOttawa y su vida proyectada sin lmites aparentes.

    En el ensayo general de la maana, sin mirar la partitura, haba trab jado la coordinacin entre las cuerdas, los solos del oboe y de la auta, yel a namiento de partes precisas que se deba reforzar.

    A la salida fue cuando el concertino le dijo: Se ve cansado, maestro.Y a l no le gust. No le gust que alguien ms, aunque fuese un co

    nocido muy cercano, hubiese percibido el estado en que se encontrabAunque lo llev a reconocer.

    S, es posible que est cansado.Le preocupaba el inesperado temor a sufrir una enfermedad inval

    dante o restrictiva, que tuviese que limitar sus actividades y enfrentavejez sin poder asumir un futuro ya proyectado.

    No le dira nada a su hija. Ni a nadie ms. Maana pedira una hora oculista, sin que nadie se enterase.

    Pesta y j la mirada en la lmpara. Se alivi al comprobar que lavea, sin clara nitidez, pero en todo su contorno.

    No se atrevi a tomar el peridico.

    Esa tarde, el concertino se acerc a saludarlo y lo observ sin hacecomentario. El maestro, caminando a su lado le dijo: Dorm una siesta.El violinista sonri, con afecto.Lleg la hora del concierto y los msicos se dirigieron hacia sus siti

    El concertino dio la nota de a namiento.Durante el confuso bullicio de instrumentos, entr el director.Con el respetuoso silencio de los msicos, brot el espontneo aplau

    so de los asistentes que colmaban la sala.El maestro enfrent a la orquesta, con leves inclinaciones de la ca

    beza, salud con una venia al primer violn y luego a todos los msicoEsper el momento adecuado.Cuando el director levant la batuta, en sus ojos se re ejaron las pri-

    meras notas del concierto.

    Se ve cansado, maestro

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    DEPORTES 29DEPORTES28

    Termina un ao de

    logrosdesafos

    y comienza otro con ms

    El 2012 ha sido un ao tremenda-mente signi cativo para las activida -des deportivas de nuestro RegionalValparaso.

    Iniciamos el ao, con el Departa-mento Deportivo en ciernes, con unadelegacin que soaba con llegar a losJuegos Mundiales de Medicina y Saluden Turqua, y con una serie de proyec-

    tos por desarrollar, y lo estamos cul-minando con mucha fuerza y nimodespus de haber logrado participaren dos ligas regionales de ftbol, conun equipo todo competidor y otrosenior ; de haber organizado sesionesbisemanales de entrenamiento depor-tivo; y de haber obtenido el segundolugar en los Juegos Nacionales de laMedicina (JUNAMED) que organiz el

    Colegio Mdico de Chile en su Club deCampo de Santiago.

    Hoy nos encontramos en plena pre-paracin de la Ceremonia de Trans-

    guracin Futbolstica, con que loscolegas recin titulados ser recibidosen el equipo de ftbol del RegionalValparaso.

    Este ao cumplimos otra meta al am-pliar nuestra base deportiva, incluyen-do otras disciplinascomo el atletismo yrunning , contandocon la permanentecolaboracin delDr. Sergio Fuentes.

    Con esta buenaenerga estamosplani cando el 2013, donde asomanvarios proyectos interesantes. Entreellos, la consolidacin de las sesionesde Preparacin Fsica para mdicos dela regin, la duatln del Colegio Mdi-co y la participacin con nuestros equi-pos de ftbol en dos ligas de la regin.Pero tambin tendremos el desafo de

    formar el equipo de ftbol femeninodel Regional Valparaso, y por supues-to la participacin en los Juegos Mun-diales de la Salud, MEDIGAMES, que sedesarrollarn en Zagreb, Croacia, entreel 29 de junio y el 6 de julio. En esta citadeportiva esperamos superar nuestradelegacin 2012, tanto en medallas ob-

    Delegacin MEDIGAMES 2012.

    Palacio de los Deportes, Zagreb.

    tenidas como en la inclusin de otrasdisciplinas deportivas como tenis, golfy voleibol.

    Zagreb, capital de Croacia, es una

    ciudad histrica de Europa Central,que destaca por su arquitectura eclc-tica, que transmite una atmosfera ba-rroca, con pintorescos museos, conuna amplia gama de productos arte-sanales de tradicin local. La calidadde los recintos deportivos, y su climatemplado, promete entregar el entor-no ideal para las competiciones.

    Los colegas que estn interesadosen participar de esta actividaddeportiva, pueden escribirnos [email protected] o visitar la web o cial de laorganizacinwww.medigames.com .

    Iglesia San Marcos, Zagreb.

    Lago Jarun, Zagreb. Estadio Maksimir, Zagreb.

    P M e

    Dr. Ignacio De la Torre Chamy

    mailto:[email protected]://www.medigames.com/http://www.medigames.com/mailto:[email protected]
  • 7/21/2019 Panorama Mdico

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    TECNOLOGA 31TECNOLOGA30

    En este nmero de Panorama Mdico , continuamos ana-lizando las perspectivas tecnolgicas que estn disponiblespara nuestra labor profesional y decidimos incluir las predic-ciones tecnolgicas para el 2013, dentro de las cuales hemosseleccionado aqullas ms prometedoras:

    tecnolgicas para elPredicciones

    2013Cristian Morales D.Coordinador Magister en InnovacinTecnolgica y Emprendimiento, MITEDepartamento de Industrias,Universidad Tcnica Federico Santa Mara.

    Iphone 5S : En junio de 2013 veremos el iphone 5S. Espe-ramos que este nuevo iphone nos traiga mejoras de cmara,memoria, colores (6 a 8 diferentes) y al n integrar tecnologaNFC (que permitir de forma segura intercambio de datos deforma inalmbrica).

    Televisor Apple :Se ha rumoreadohace bastante tiem-po incluso apareceen la biografa de Ste-ve Jobs que Appleesta trabajando ensu propia televisin,la cual debera contarcon pantalla retina yel Apple TV incorpo-rado a su hardware .

    Red 4G mvil : Ya se estn realizando las pruebas en Chile yesperamos que este 2013 podamos contar con una red mvilque pueda acercarse a las velocidades que estamos acostum-

    brados en nuestros hogares.

    Pantallas exibles : Las pantallas exibles o plsticas hanestado en desarrollo durante varios aos, para este 2013 po-dramos al n ver los primeros productos comerciales conesta tecnologa. Estas pantallas al no estar hechas de vidrio,son mucho mas resistentes a golpes y cadas, lo que las hacecasi irrompibles. Esperamos ver los primeros dispositivosmviles utilizando estas pantallas durante el primer semes-tre de 2013.

    Impresoras 3D caseras : Desde hace varios aos las impre-soras 3D han estado dentro de las grandes empresas para po-der crear prototipos a escala real y que slo vara del produc-to nal en el tipo de material (generalmente resinas u otrosmateriales similares), las cuales tienen precios prohibitivospara el usuario comn. Se espera que este 201 3 ya puedan seradquiridas en las mismas tiendas que uno compra sus impre-soras de tinta, con un interfaz sencillo de usar y a un precioaccesible.

    Pero aprovechando el espritu analtico y espiritual quereina en el mes de diciembre, quisimos tambin incluir unamirada crtica respecto al rol que actualmente le asignamos ala tecnologa dentro de nuestra sociedad y en la vida de cadauno de nosotros.

    Hace unas semanas, escuchaba a un amigo relatar un epi-sodio que l consideraba curioso, y que lo llam la enajena-cin del ser humano por la tecnologa. Contrario a lo quemuchos puedan imaginar, no se refera a las persecuciones

    que sufri Sarah Connor, por par te de las mquinas en Termi-nator, sino a su observacin de un grupo de adolescentes, quemientras se encontraban en un asado de curso, interactuabanentre ellos predominantemente a travs de telfonos inteli-gentes, mediante mensajes de texto, WhatsApp y Facebook,y mantenan un extrao silencio que era interrumpido por lossonidos y alertas de las noti caciones emitidas por cada apa -rato. Cuando el parrillero avis que estaban listos para comer,muchos de ellos postearon sus mensajes y colgaron variasfotos de lo que estaban por cenar. Algunos que no estabanpresentes, celebraban igual dicha reunin a travs de sus ml-tiples posteos.

    Esta escena puede resultar bastante comn y cotidianapara muchos de ustedes y podemos re exionar si estas herra -mientas tecnolgicas que han contribuido a la globalizacin ya la socializacin del conocimiento y de nuestras vidas, real-mente nos ayudan a comunicarnos.

    En principio pareciera que no, pues mientras transcurren

    los acontecimientos del mundo fsico, los observadores estnatrapados actualizando y descargando las ltimas novedadesdel mundo virtual (que a veces coexiste a escasos centmetrosde distancia), pero tal vez debemos aceptar que stos son losnuevos acontecimientos reales para quienes han sido llama-dos nativos digitales y es esa realidad, posteada en murosde Facebook, la que realmente les interesa conocer.

    En la actualidad siguen existiendo fronteras a la tecnologaaplicada a la comunicacin y una de ellas es el contacto entreseres humanos, que sin lugar a dudas enriquece toda comuni-cacin. La estimulacin virtual de otros sentidos como olfatoy tacto, tal vez ser una de las reas de desarrollo de la indus-tria que comercializa estas tecnologas y veamos novedadesal respecto este 2013.

    El Dr. Victor Villegas quiso compartir con Panorama Mdicosu propia meditacin de este fenmeno que describimos.

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