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    1/714 REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 16 Nº1 - ENERO-MARZO 2013

    Introducción

    Las recomendaciones actuales para el tratamiento del

    asma de la Global Initiative for Asthma (GINA) recomiendan

    doblar la dosis de corticoesteroides (CE) inhalados o añadir

    un β2-adrenérgico de larga duración (LABA) en los pacientes

    que no alcanzan el control con dosis bajas de CE inhalados yla adición de fármacos como antileucotrienos, teofilinas, anti-

    IgE y/o inmunosupresores (p. ej., corticoides sistémicos o

    ciclosporinas)1-3, cuando los pacientes persisten sintomáticos

    y con obstrucción bronquial a pesar del tratamiento óptimo

    con la combinación LABA más CE inhalado.

    A pesar de que es bien conocido que el tono colinérgico

    está incrementado en el asma por diferentes mecanismos,

    el uso de los AC sólo ha sido aceptado durante las exacerba-

    ciones de la enfermedad4,5. La última revisión de la Cochrane

    apunta a que no existe justificación para el uso rutinario de

    estos agentes en el asma estable6 aunque, en las conclusio-

    nes, los autores no excluyen que pueda haber un subgrupo

    de pacientes que obtengan algún beneficio sintomático al

    utilizarlos. En este sentido, las directrices puntualizan que

    los beneficios a largo plazo de los AC (ipratropio) no hansido establecidos y sólo mencionan su potencial utilización

    en el asma estable como un broncodilatador alternativo para

    pacientes que experimentan efectos adversos, tales como ta-

    quicardia, arritmia y/o temblor, por el uso β2-adrenérgicos1-7.

    La falta de control del asma en una proporción conside-

    rable de pacientes con el tratamiento óptimo disponible8-10;

    la preocupación que despiertan las publicaciones que cues-

    tionan la seguridad de los LABA utilizados con regularidad

    REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA Volumen 16 • Número 1 • Enero-Marzo 2013

    REVISIÓN

    Papel de los anticolinérgicos en la enfermedad asmática

    I. Escribano Gimeno1, M.A. Ruiz Cobos2, S. Alonso Viteri3

    Servicio de Neumología. 1Hospital Universitario 12 de Octubre. 2Hospital Universitario del Henares. 3Hospital de Torrejón. Madrid.

    Rev Patol Respir. 2013; 16(1): 14-20

    Correspondencia:  Dra. Inés Escribano Gimeno. Servicio de Neumología. Hospital Universitario 12 de Octubre. 28041 Madrid. E-mail: ines-

    [email protected]. Recibido: Julio 2012; Aceptado: Noviembre 2012

    ResumenLos anticolinérgicos (AC) son escasamente utilizados en el asma a diferencia de lo que ocurre en la enfermedad pulmonar

    obstructiva crónica (EPOC) en la que está muy extendido su uso. Las directrices para el manejo del asma recomiendan el uso

    de AC únicamente durante las exacerbaciones, ya que los beneficios del uso de estos fármacos en la fase estable del asma aúnno se han establecido. Estudios recientes han sugerido la implicación del sistema colinérgico en la fisiopatología y la patogeniadel asma, al demostrar la capacidad de las células epiteliales bronquiales e inflamatorias para sintetizar y liberar acetilcolina(ACh) y para expresar receptores muscarínicos. La implicación de estos receptores en la modulación de determinados me-canismos inflamatorios en el asma y en los cambios estructurales que conducen al remodelado apoya este concepto. Estasconsideraciones sugieren que los AC que actúan bloqueando determinados receptores muscarínicos constituirían una alternativaterapéutica en esta enfermedad. En este sentido, una serie de trabajos, recientemente publicados, han demostrado que losAC podrían ser eficaces en el tratamiento del asma estable.

    Palabras clave: Anticolinérgicos; Asma; Acetilcolina; Muscarínicos; Agudización; Bromuro de ipratropio; Bromuro de tiotropio.

    AbstractAnticholinergic agents are not usually chose for asthma treatment, compared with its widely use in Chronic Obstructive

    Pulmonary Disease. The asthma guidelines only recommend its use in acute asthma exacerbations, and has not been fullyinvestigated its role in stable asthma. Recent studies have related the cholinergic system and asthma pathophysiology, as it

    has been observed the secretion of acetylcholine and the expression of muscarinic receptors by the airway ephitelium cells andinflammatory cells. These receptors play a regulatory role in inflammatory mechanisms and airway smooth muscle remodeling.These findings suggest that anticholinergics are an alternative therapeutic agent and probably are useful in stable asthma asadjuncts to other bronchodilator therapies.

    Key words: Anticholinergics, Asthma; Acetylcoline; Muscarinic; Exacerbation; Ipratropium bromide; Tiotropium bromide.

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    REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 16 Nº1 - ENERO-MARZO 2013 15

    en pacientes con asma11,12 y que sugieren estrategias para

    minimizar el uso de las mismas13,14 y la incertidumbre relacio-

    nada con la respuesta a los β2-adrenérgicos en los pacientes

    asmáticos que tienen un polimorfismo de nucleótido único

    en el aminoácido 16 (B16-Arg/Arg) en la región codifican-

    te del gen del receptor β2-adrenérgicos (ADRB2; pacientes

    B16-Arg/Arg)15,16 son argumentos suficientes para considerar,

    como una alternativa potencial, la utilización de un broncodi-

    latador, con mecanismo de acción diferente, como tiotropio,

    ya sea en sustitución de los LABA en casos seleccionados o

    en adición a la combinación (LABA + CE inhalado) cuando

    no se alcanza el control.

    Diferentes estudios ya habían analizado los beneficios de

    la dosis de mantenimiento con AC en pacientes con asma17-20.

    Una serie de publicaciones recientes21-23 han demostrado la

    eficacia de tiotropio en diferentes escalones de gravedad del

    asma y han despertado con fuerza la polémica.En este documento se revisa el papel del tono colinérgico

    en el asma y se resumen los datos disponibles sobre el uso

    de AC, tanto en el asma aguda como en la fase estable de

    la enfermedad.

    Control colinérgico de la vía aérea: sistemacolinérgico neuronal y no neuronal

    El sistema colinérgico o parasimpático desempeña un

    papel esencial en la regulación del tono bronquial al ser

    la principal inervación vegetativa de las vías aéreas en la

    especie humana24-26. Pero, además, está implicado en una

    variedad de procesos fisiológicos y fisiopatológicos27.

    Las fibras colinérgicas presinápticas (rama eferente)

    parten de diferentes áreas del tronco cerebral y llegan a los

    ganglios parasimpáticos localizados en las paredes de las

    vías respiratorias a través del nervio vago, donde se produce

    la sinapsis neural y surgen las fibras posganglionares (vía

    aferente), que inervan: la musculatura lisa, manteniendo eltono de la vía aérea; las glándulas submucosas, estimulando

    la secreción de moco; y los vasos sanguíneos, produciendo

    vasodilatación10,24,28,29. Los nervios parasimpáticos predomi-

    nan en la vía aérea proximal24 (Fig. 1).

    Todos los efectos del sistema colinérgico están mediados

    por los receptores muscarínicos locales y ACh, su neuro-

    transmisor. De los cinco subtipos diferentes de receptores

    muscarínicos descritos, sólo tres ejercen diferentes funciones

    fisiológicas y participan en el control del calibre de la vía

    aérea (M1, M2 y M3)28,30. Los receptores M1, localizados en

    los ganglios parasimpáticos, paredes alveolares y glándulas

    submucosas, actúan como facilitadores de la neurotrans-

    misión liberando la ACh que actúa sobre los receptores M3.

    Los M1 emplazados en los nervios simpáticos también mo-

    dulan la neurotransmisión simpática y su activación aumenta

    la liberación de noradrenalina (NA), oponiéndose así a la

    broncoconstricción. Los receptores M3 están presentes en el

    músculo liso y las glándulas submucosas y son los causantes

    de la broncoconstricción y la secreción glandular. Por último,

    los receptores M2 que se encuentran en las terminaciones

    nerviosas colinérgicas (nervios posganglionares) actúan in-

    hibiendo la liberación local de ACh por lo que ejercen un

    feed-back  negativo en la acción vagal (autorreceptor)26,31 

    (Tabla 1). Estos últimos, son los receptores más abundan-

    tes en el músculo liso bronquial donde también controlanla broncodilatación inducida por los β-adrenorreceptores, al

    inhibir la adenil-ciclasa26.

    La ACh es el neurotransmisor clásico del sistema ner-

    vioso periférico, con capacidad de trasmisión ganglionar y

    función efectora. La estimulación del nervio vago libera ACh

    en las fibras presinápticas que interactúa con los diferentes

    receptores muscarínicos localizados en los ganglios parasim-

    páticos (receptores presinápticos), en las células diana del

    músculo liso, las glándulas submucosas o los vasos (recep-

    tores postsinápticos)25. La ACh liberada ejercería, a su vez,

    una función de feed-back  sobre los receptores muscarínicos

    ganglionares, inhibiendo su liberación. Por otro lado, evi-

    Tabla 1. Tipos de receptores muscarínicos a nivel del aparatorespiratorio26.

    Receptor Localización Acción

    M1 Ganglios parasimpáticosGlándulas mucosasPared alveolar

    Facilita la transmisiónsinápticaAumenta la secreción

    M2 Nervios postganglionares

    Músculo liso bronquial

    Inhibe la liberación

    de acetilcolinaM3 Músculo liso bronquial

    Glándulas submucosasCélulas epitelialesCélulas endoteliales

    BroncoconstricciónAumento de lasecreción

    Figura 1. Esquema de la inervación colinérgica en la vía aérea ylocalización de los receptores muscarínicos (M1, M2, M3) y nicotínico(N). Los receptores M1 localizados en el ganglio parasimpático yglándulas submucosas; los receptores M3 en el músculo liso, lasglándulas submucosas, células endoteliales y epiteliales, y los re-ceptores M2 situados en las fibras presinápticas preganglionares yposganglionares donde actúan inhibiendo la secreción de acetilcolina(ACh) y, en el músculo liso bronquial.

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    3/716 REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 16 Nº1 - ENERO-MARZO 2013

    dencias recientes indican que la ACh, no sólo está presente

    en la vía colinérgica sino que también es sintetizada y libe-

    rada por células no neuronales, como las células epiteliales

    bronquiales, las células endoteliales, la fibra muscular lisa

    o, las células del sistema inmune (linfocitos, macrófagos,

    mastocitos, eosinófilos y neutrófilos)25,32,33. De esta forma,

    según la procedencia de la ACh, podría diferenciarse un sis-

    tema colinérgico neuronal y uno no neuronal con dos roles

    diferentes, el primero actuando como un neurotransmisor

    clásico del sistema parasimpático y el segundo como una

    citomolécula universal33 implicada entre otras funciones como

    la modulación de procesos inflamatorios34.

    En el momento actual es difícil atribuir ciertos efectos

    colinérgicos a la ACh no neuronal. No obstante, debe asu-

    mirse que la ACh liberada desde las células no neuronales

    puede unirse a los receptores muscarínicos y nicotínicos de

    las diferentes células del pulmón y la vía aérea y, que la ACh

    (neuronal o no neuronal) está implicada en la aparición de

    los cambios estructurales que se producen en la vía aérea

    (remodelado), asociados a la inflamación crónica31,35.

    Diferentes estudios han demostrado la implicación del sis-tema colinérgico en la modulación de las vías de señalización

    celular relacionadas con: la proliferación y la diferenciación

    celular, con la organización cito-esquelética de la célula, la

    interacción entre célula y célula, la actividad ciliar, la mi-

    gración y, la secreción y absorción de iones, agua y moco33.

    Además, se ha constatado que la ACh juega un papel en el

    sistema de defensa y en la regulación o modificación de las

    funciones del sistema inmune36.

    Esta nueva y más compleja visión del sistema colinérgico

    pulmonar conduce a pensar en la contribución de la ACh y

    de los receptores muscarínicos en la patogenia del asma.

    Implicaciones del sistema colinérgico en el asma

    En condiciones normales existe una baja actividad tónica

    basal en la musculatura bronquial que depende del tono

    colinérgico. En el asma, existe un aumento del tono colinér-

    gico de las vías aéreas, y de la respuesta broncoconstrictora

    frente a determinados irritantes físicos o químicos mediada

    por el sistema colinérgico26. Sin embargo, hay otros mecanis-

    mos broncoconstrictores que pueden desempeñar un papel

    relevante, como los mediadores inflamatorios histamina y

    leucotrienos37.

    Los mecanismos por los cuales algunos desencadenantesson capaces de inducir broncoconstricción e hiperreactivi-

    dad en el asma no son del todo conocidos, aunque en parte

    podría deberse a que el tono colinérgico está incrementado.

    Varios mecanismos se han implicado en este desequilibrio

    vegetativo, por un lado, la estimulación de los receptores

    aferentes y el incremento de liberación de ACh por las termi-

    naciones nerviosas, determinado por diferentes mediadores

    inflamatorios26,28 y, por otro, la disminución de los niveles

    de los neuromoduladores, que atenúan la neurotransmisión

    colinérgica26. No obstante, los trabajos más recientes han

    centrado la investigación en el análisis de las alteraciones

    en la expresión de los receptores muscarínicos26,38

     y el papel

    fisiopatológico del sistema no colinérgico en la inflamación

    que ocurre en el asma36.

    No existen evidencias en modelos experimentales ani-

    males que expliquen los efectos de los desencadenantes

    antigénicos sobre el número ni sobre la funcionalidad de

    los receptores muscarínicos M1 y M3, situados en la vía

    aérea y en el músculo liso bronquial31,39. Sin embargo, se

    ha comprobado que determinados desencadenantes anti-

    génicos, como las infecciones víricas, la exposición al ozono

    o el déficit de vitamina A, son capaces de incrementar la

    actividad parasimpática y el tono bronquial, con aparición

    de hiperreactividad, como consecuencia del incremento en la

    liberación de ACh que se produce por la pérdida de la función

    inhibitoria que ejercen los receptores muscarínicos M226. En

    el caso concreto de la provocación con alérgenos o la exposi-

    ción a ozono, la proteína catiónica eosinófila liberada por los

    eosinófilos activados parece ser la causa de la disfunción de

    los receptores27. Y, en el caso de los virus, existen evidencias

    sobre diferentes mecanismos que, dependiendo del tipo de

    virus, están implicados en la disfunción del receptor M2 y

    por tanto, en la mayor liberación de ACh26,27. En humanos,también hay evidencias sobre la disfunción de los receptores

    M2 en relación con el asma26,38.

    Tradicionalmente, la ACh no se ha considerado un regu-

    lador de la inflamación de la vía aérea. Sin embargo, esta

    visión se ha cambiado en los últimos años, ya que existen

    evidencias que demuestran que el sistema colinérgico no

    neuronal está presente en las células inflamatorias de la vía

    aérea. Y existen datos sobre el papel de algunos mediado-

    res inflamatorios como facilitadores de la neurotransmisión,

    incluyendo taquicininas, histamina, bradicininas y prosta-

    glandinas40.

    En los linfocitos y en las células epiteliales, es donde

    mejor se ha descrito el rol del sistema colinérgico no neu-

    ronal36. Y, aunque no existen estudios que demuestren que

    en el asma exista alteración de este componente no neuro-

    nal, en modelos animales con ratas y ratones se ha podido

    demostrar que existe una desregulación en la liberación y

    síntesis de la ACh, tanto en el epitelio bronquial como en los

    macrófagos del LBA41. La alteración en la síntesis de la ACh

    supondría implicaciones fisiopatológicas, ya que la ACh actúa

    de forma diferente dependiendo del componente celular de la

    vía aérea sobre el que actúa, pudiendo determinar un incre-

    mento en la inflamación o incluso suprimir su aparición. Por

    ejemplo, la ACh se comportaría como proinflamatorio en los

    linfocitos (estimula la proliferación de linfocitos y activa lascélulas B) y células epiteliales y, como antiinflamatorio en los

    mastocitos (inhibe la degranulación atenuando la respuesta

    precoz del asma) y macrófagos. Además, puede ejercer los

    dos efectos en los monocitos. Por otro lado, la ACh puede

    actuar desencadenando la liberación por parte de las células

    estructurales de quimocinas y citocinas31.

    Como consecuencia de esta pluripotencial acción regula-

    dora sobre las células inflamatorias, se piensa que el sistema

    no neuronal colinérgico puede tener una profunda implicación

    en la fisiopatología del asma36. No obstante, el papel de la

    vía colinérgica no neuronal en la vía aérea necesita ser cla-

    rificado en orden a optimizar las terapias.

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    REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 16 Nº1 - ENERO-MARZO 2013 17

    Papel de los anticolinérgicos en la agudizaciónasmática

    Todos los pacientes con asma pueden sufrir crisis asmá-

    ticas de diferente grado de severidad. Un correcto manejo

    de ésta reduce tanto la morbi-mortalidad, como los costes

    socio-sanitarios.

    El objetivo inmediato ante una crisis asmática es man-

    tener con vida al paciente, revirtiendo la broncoconstricción

    y la hipoxemia, si ésta está presente42.

    El uso de AC como la atropina en las crisis asmáticas

    se remonta a varios siglos de antigüedad; si bien su gran

    toxicidad limitaba su uso. El desarrollo de nuevos fármacos

    ha cambiado tanto el manejo de la crisis asmática como su

    pronóstico.

    Si bien los agonistas β2 de acción rápida (SABA) y los CE

    inhalados y sistémicos son los fármacos de elección en la

    crisis asmática, las guías actuales presentan la asociación

    de un anticolinérgico al SABA sobre todo en la crisis de

    mayor severidad. Estas guías se basan en escasos estudios

    randomizados, metaanálisis y en revisiones sistemáticas.Por otro lado son la alternativa en aquellos pacientes

    con asma en fase estable o agudizada, que no toleran β2-

    adrenérgicos o que no puedan adaptarse a sus efectos ad-

    versos.

    En las crisis asmáticas existe un claro aumento del tono

    vagal que favorece la broncoconstricción. Los AC actúan

    bloqueando la unión de la ACh a su receptor muscarínico

    de la musculatura lisa, lo cual favorece la broncodilatación.

    El AC principalmente empleado en las crisis asmáticas es el

    bromuro de ipratropio43. Es un AC no selectivo, con escasos

    efectos adversos gracias a la escasa absorción que presenta

    a nivel sistémico. Su comienzo de acción aparece a los 5 mi-

    nutos de la administración y se prolonga durante 3-5 horas.

    El papel de los AC de larga duración como tiotropio en las

    crisis asmáticas no está establecido y posiblemente quede

    relegado a fases de estabilidad de la enfermedad asmática,

    con ciertas características.

    La Guía ALERTA y la Guía Española para el Manejo del

    ASMA (GEMA) establecen que el empleo de bromuro de ipra-

    tropio en fases iniciales de crisis moderadas-graves con po-

    bre respuesta a β2-adrenérgicos, proporciona un incremento

    significativo de la broncodilatación42,44.

    Se ha puesto de manifiesto que la administración precoz

    de un AC, junto a un β2-adrenérgico, reduce de forma signi-

    ficativa los ingresos, tanto en población adulta como en pe-diátrica45,46. Esta reducción llega a ser de hasta un 30-50%.

    Este beneficio, sobre todo, se observa en las agudizacio-

    nes graves y muy graves, estando todavía por establecer el

    papel del AC en crisis de menor severidad.

    Este descenso en la necesidad de hospitalización supone

    un gran ahorro económico para los sistemas sanitarios y una

    reducción en la morbimortalidad de los pacientes. Si bien

    deben desarrollarse estudios randomizados, controlados con

    doble ciego que demuestren estos beneficios.

    En las agudizaciones asmáticas tratadas con AC y β2-

    adrenérgicos se ha podido observar, además, mejoría en

    los parámetros funcionales45,46

    . Con incrementos tanto en el

    FEV1 como en el PEF (pico flujo espiratorio) respecto a los

    pacientes que solo recibieron β2-agonistas, como fármacos

    broncodilatadores.

    Al igual que ocurre con la necesidad de hospitalización,

    la mejora de los parámetros funcionales, sobre todo, se ha

    observado en las crisis de mayor severidad.

    En ninguno de los estudios y revisiones que se han rea-

    lizado sobre el uso de AC en la agudización asmática, se

    ha podido demostrar un aumento de los efectos adversos

    al recibir la terapia combinada de AC con β2-adrenérgicos

    frente a monoterapia con β2-adrenérgicos.

    Esta eficacia y seguridad de uso de los AC en las crisis

    asmáticas ha sido recientemente ratificada en la revisión

    realizada por Rodrigo G47.

    En el momento actual podemos afirmar que existe su-

    ficiente información para el uso de la combinación de AC y

    β2-adrenérgicos en la crisis severa y muy severa de asma48.

    El bromuro de ipratropio es el AC con el que más ex-

    periencia existe, presenta rapidez de acción y puede ad-

    ministrarse por vía inhalada. Esto, unido a su coste43, no

    excesivamente elevado, hace que sea el AC de elección enlas crisis asmáticas.

    Todas las revisiones realizadas muestran efecto favo-

    rable de la administración en dosis múltiple junto a β 2-

    adrenérgicos. Las dosis recomendadas de bromuro de ipra-

    tropio son:

    • 20 µg/dosis: 4-6 dosis cada 10 minutos.

    • 500 µg disueltos en 3 ml de suero nebulizados: cada 20

    minutos.

    Anticolinérgicos en el asma estable

    El uso de AC en el asma estable es muy reducido, de-

    bido a que los β2-adrenérgicos han demostrado ser más

    eficaces ya que además del efecto broncodilatador, actúan

    directamente sobre mediadores de la inflamación. Recien-

    tes estudios aportan novedades sobre los beneficios de los

    AC en subgrupos de pacientes asmáticos y sobre su efecto

    antiinflamatorio, al antagonizar la acción de la ACh, liberada

    neuronal y extraneuronalmente, sobre los receptores M3 en

    las células inflamatorias.

    Las guías clínicas, tanto la GEMA42, como la británica7 

    o la normativa de la ATS-ERS49, no incluyen los AC en el

    tratamiento de asma estable. En la GINA1 sólo se nombran

    como posible alternativa en pacientes con efectos secun-darios a los β2-adrenérgicos, y en la normativa SEPAR50 en

    pacientes con asma grave no controlado, añadiéndolo al

    resto del tratamiento.

    En una revisión de la Cochrane6 del 2004 que tenía como

    objetivo analizar la efectividad de los agentes AC versus 

    placebo y en comparación con β2-adrenérgicos o como tra-

    tamiento coadyuvante de éstos (teniendo en cuenta que el

    estudio más reciente de los revisados era de 1993 y donde la

    calidad metodológica de los estudios incluidos se informó en

    general como deficiente) se concluyó que no había pruebas

    suficientes que justificasen el uso de los AC como el bromuro

    de ipratropio en adultos con asma crónica, si bien era posi-

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    5/718 REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA VOL. 16 Nº1 - ENERO-MARZO 2013

    ble que existiesen algunos pacientes con buena respuesta

    al tratamiento con AC. En esta revisión no se incluía ningún

    estudio con bromuro de tiotropio que ofrece, como beneficio,

    una mayor afinidad por los receptores M1 y M3, y mayor

    duración del efecto. Se halló que el tratamiento con AC fue

    mejor que el placebo desde el punto de vista estadístico

    en la puntuación de síntomas diurnos y aumento del PEF,

    sin embargo, con una significación clínica pequeña. En la

    comparación de un AC asociado a un SABA versus un SABA

    solo, no había diferencias significativas en la puntuación de

    síntomas, ni en las mediciones de PEF, ni en las preferencias

    de los pacientes, ni en el número de exacerbaciones.

    El uso de AC en el asma se ha visto impulsado por el

    hecho de que existe un grupo de pacientes en los que la

    combinación de un β2-adrenérgico con CE, incluso a dosis

    altas, no consigue el completo control de los síntomas. En

    una serie de estudios recientes se ha demostrado que el uso

    de tiotropio puede ser beneficioso en el control sintomático

    y funcional en asma moderada-severa18-23.

    Existen varios grupos de pacientes en los que nos pode-

    mos plantear el tratamiento con AC:• Pacientes con intolerancia a los β2-adrenérgicos que pre-

    senten efectos adversos como taquicardias, arritmias o

    temblores5. Peters et al.21 en un estudio reciente, demos-

    traron la no inferioridad de la combinación de beclome-

    tasona 80 µg y bromuro de tiotropio 18 µg frente beclo-

    metasona 80 µg y salmeterol 100 µg, en pacientes no

    controlados con CE inhalados en monoterapia, en cuanto

    a medición de PEF, síntomas y calidad de vida, y la su-

    perioridad en el FEV1. En este estudio de 210 pacientes

    también se comprobó que la combinación de bromuro

    de ipratropio con CE fue más eficaz que doblar la dosis

    de CE. Si bien cuenta con varias limitaciones, como que

    no contempló la posibilidad de aumentar la dosis de CE

    por encima de 160 µg, que podría resultar en un mejor

    control de la hiperreactividad bronquial, que tuvo una du-

    ración limitada de 14 semanas, que no estudió la tasa de

    exacerbaciones y que todos los pacientes incluidos tenían

    FeNO (fracción de óxido nítrico exhalado) y eosinófilos

    en esputo bajos al inicio del estudio y posteriormente.

    • Asmáticos severos con baja respuesta a CE inhalados

    a dosis altas: en este grupo de pacientes, la adición

    de broncodilatadores de larga duración a los CE puede

    conseguir mejor control sintomático y funcional21,22 o si

    están con altas dosis de CE inhalados permitir reducir la

    dosis20. Kerstjens et al.22, en un trabajo reciente con 100pacientes asmáticos mal controlados a pesar de trata-

    miento con al menos CE inhalados a altas dosis y LABA,

    la adición de bromuro de tiotropio podía conseguir una

    mejoría funcional, aunque no demostró cambios sinto-

    máticos ni en la calidad de vida. Y Fardon et al.20, en

    un estudio randomizado, cruzado, controlado con place-

    bo, demostraron en 26 pacientes con asma severo, con

    deterioro funcional y no controlados con altas dosis de

    CE inhalados (fluticasona, 1.000 µg) que la adición de

    salmeterol y bromuro de tiotropio conseguía una leve

    mejoría funcional, sin cambios en la calidad de vida,

    con la mitad de dosis de fluticasona. Hay que considerar

    que este grupo de pacientes quizá presentase un perfil

    de corticorresistencia, por la escasa mejoría con los CE a

    altas dosis. Finalmente incluso, aunque no hay estudios

    publicados, sólo algún caso clínico, el AC incluso podría

    permitir un descenso de la dosis de CE orales18.

    • Pacientes con polimorfismos en el gen ADRB2 que co-

    difica un receptor β2-agonista. En el estudio de Park et

    al.19 el genotipo Arg16Gly en pacientes asmáticos graves

    se asoció, de forma estadísticamente significativa, con

    la respuesta a tiotropio. Y, en el estudio de Bateman et

    al.23, con 388 pacientes con la mutación Arg16Arg y asma

    bronquial con mal control clínico en tratamiento con CE

    inhalados, se objetivó que el bromuro de tiotropio admi-

    nistrado una vez al día no era inferior al salmeterol en

    cuanto a mejoría funcional, y que ambos eran superiores

    al placebo.

    • Pueden ser beneficiosos previniendo el remodelado de

    la vía aérea secundario a la exposición a alérgenos en

    pacientes asmáticos. Gosens et al.40 demostraron en un

    modelo de asma experimental con cobayas que el pretra-

    tamiento con bromuro de tiotropio prevenía los cambiosen el músculo liso bronquial, la expresión de las proteínas

    contráctiles y la contractilidad inducida por la exposición

    repetida a alérgenos. Parece que la ACh, por sí misma,

    no inducía ninguno de estos cambios, y que requería la

    presencia de mediadores de la inflamación y factores de

    crecimiento, por ello no se observó efecto en los casos

    control expuestos a salino. Más recientemente, Bos et

    al.51, en un modelo experimental similar, demostraron que

    los efectos antirremodelado de la vía aérea del tiotropio

    son similares a la budesonida, salvo pequeñas diferen-

    cias: la budesonida es más efectiva previniendo el engro-

    samiento muscular en las vías aéreas no cartilaginosas

    (aunque ya se conoce que no revierte los cambios fijos)

    y evita la acumulación de proteína contráctil, mientras

    que el efecto del tiotropio es parcial; en cambio éste

    disminuye más la contractilidad del músculo traqueal.

    • Dentro del asma bronquial se conoce que existen dife-

    rentes perfiles de inflamación bronquial, y que el no-

    eosinofílico es el que peor responde a los CE inhalados. En

    estos pacientes el tiotropio puede ser efectivo en cuanto

    a mejoría del FEV117.

    • En pacientes con EPOC y asma bronquial concomitantes,

    el bromuro de ipratropio a dosis de 18 µg es seguro y

    aporta mejoría funcional y sintomática52. Aunque los es-

    tudios en estos pacientes son escasos, y siempre existela limitación de la dificultad en diagnóstico de estas en-

    tidades, hasta que se definan unos criterios.

    • En pacientes de edad avanzada, en los que el grado de

    respuesta a los β2-adrenérgicos está disminuida5,6,18.

    Por lo tanto, aunque la evidencia sigue siendo escasa,

    cada vez hay más datos que apoyan el uso de estos fármacos

    en el asma estable, y teniendo en cuenta, además, que los

    AC son unos fármacos seguros y bien tolerados en general,

    gracias a su bajo nivel de absorción por vía inhalada, podrían

    considerarse como una herramienta terapéutica adicional

    en determinados pacientes para el control del asma en fase

    estable.

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