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El impacto de la pobreza sobre el desarrollo de las redes cerebrales Aunque el estudio del desarrollo del cerebro en animales no humanos es antigua, los métodos de imágenes recientes han permitido estudios no invasivos de la materia gris y blanca del cerebro humano durante la vida útil. Los estudios en animales muestran claramente que los clásicos ambientes empobrecidos reducen la materia gris cortical en relación con entornos complejos y estudios cognitivos y de imagen en humanos sugieren qué redes pueden ser más influenciados por la pobreza. Los estudios han sido claros en mostrar la plasticidad de muchos sistemas cerebrales, pero si la sensibilidad al aprendizaje difiere largo de la vida y porque redes todavía no está claro. Una tarea importante para la investigación actual es una integración con éxito de estos métodos para entender cómo el desarrollo y el aprendizaje forman las redes neuronales subyacentes, logros en la escritura, el cálculo y la atención. En este trabajo se pretende fomentar una mayor integración mediante la revisión del estado actual de los conocimientos sobre los cambios cerebrales y comportamiento que indicaran las posibles direcciones futuras. Introducción El estudio de la influencia de la privación material y social en el sistema nervioso central (SNC) ha sido un tema de interés en el orden del día de la neurociencia desde la primera mitad del siglo XX. Los primeros estudios de neurociencia analizaron cómo la exposición a entornos complejos, estándar, desfavorecidos modifican el cerebro de animales experimentales. (Hebb,1949; Mohammed et al.,2002; Grossman et al.,2003;Markham and Greenough,2004; Sale et al.,2008). El desarrollo de la neuroimagen ha proporcionado métodos no invasivos para examinar los cambios de la materia gris y blanca del cerebro humano (Posner y Raichle, 1994; Raichle, 2009) y ahora pueden servir para integrar mejor el trabajo con animales con los largos esfuerzos del siglo para especificar los cambios durante la vida en áreas críticas del desarrollo. La aplicación de métodos de neurociencia a los problemas de la pobreza infantil ha surgido de estos esfuerzos de desarrollo.(Hackman and Farah, 2009; Lipina and Colombo,2009; Hackman et al.,2010). Desde mediados de la década de 1990 diferentes investigadores han utilizado comportamientos e imágenes para comparar el rendimiento cognitivo y académico de los niños con niveles socioeconómicos dispares (SES;e.g., Korenman et al., 1995; Guo,1998; Lipina et al.,2004, 2005; Mezzacappa,2004; Noble et al.,2005; Farah et al.,2006). Los avances en las técnicas de neuroimagen han hecho posible incorporar análisis de redes neuronales en los estudios sobre la influencia de la pobreza (e.g., Noble et al.,2007; D’Angiullietal.,2008; Raizada et al.,2008; Stevens et al.,2008, 2009; Kishiyama et al.,2009). Un logro importante en el uso de la resonancia magnética para estudiar el desarrollo humano ha surgido a través del estudio de la conectividad

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El impacto de la pobreza sobre el desarrollo de las redes cerebrales

Aunque el estudio del desarrollo del cerebro en animales no humanos es antigua, los métodos de imágenes recientes han permitido estudios no invasivos de la materia gris y blanca del cerebro humano durante la vida útil. Los estudios en animales muestran claramente que los clásicos ambientes empobrecidos reducen la materia gris cortical en relación con entornos complejos y estudios cognitivos y de imagen en humanos sugieren qué redes pueden ser más influenciados por la pobreza. Los estudios han sido claros en mostrar la plasticidad de muchos sistemas cerebrales, pero si la sensibilidad al aprendizaje difiere largo de la vida y porque redes todavía no está claro. Una tarea importante para la investigación actual es una integración con éxito de estos métodos para entender cómo el desarrollo y el aprendizaje forman las redes neuronales subyacentes, logros en la escritura, el cálculo y la atención. En este trabajo se pretende fomentar una mayor integración mediante la revisión del estado actual de los conocimientos sobre los cambios cerebrales y comportamiento que indicaran las posibles direcciones futuras.

Introducción

El estudio de la influencia de la privación material y social en el sistema nervioso central (SNC) ha sido un tema de interés en el orden del día de la neurociencia desde la primera mitad del siglo XX. Los primeros estudios de neurociencia analizaron cómo la exposición a entornos complejos, estándar, desfavorecidos modifican el cerebro de animales experimentales. (Hebb,1949; Mohammed et al.,2002; Grossman et al.,2003;Markham and Greenough,2004; Sale et al.,2008). El desarrollo de la neuroimagen ha proporcionado métodos no invasivos para examinar los cambios de la materia gris y blanca del cerebro humano (Posner y Raichle, 1994; Raichle, 2009) y ahora pueden servir para integrar mejor el trabajo con animales con los largos esfuerzos del siglo para especificar los cambios durante la vida en áreas críticas del desarrollo. La aplicación de métodos de neurociencia a los problemas de la pobreza infantil ha surgido de estos esfuerzos de desarrollo.(Hackman and Farah, 2009; Lipina and Colombo,2009; Hackman et al.,2010). Desde mediados de la década de 1990 diferentes investigadores han utilizado comportamientos e imágenes para comparar el rendimiento cognitivo y académico de los niños con niveles socioeconómicos dispares (SES;e.g., Korenman et al., 1995; Guo,1998; Lipina et al.,2004, 2005; Mezzacappa,2004; Noble et al.,2005; Farah et al.,2006). Los avances en las técnicas de neuroimagen han hecho posible incorporar análisis de redes neuronales en los estudios sobre la influencia de la pobreza (e.g., Noble et al.,2007; D’Angiullietal.,2008; Raizada et al.,2008; Stevens et al.,2008, 2009; Kishiyama et al.,2009).Un logro importante en el uso de la resonancia magnética para estudiar el desarrollo humano ha surgido a través del estudio de la conectividad cerebral en reposo (Fair et al, 2009, 2011;. Gao et al., 2009). Resultados hasta la fecha han demostrado evidencias de escasa conectividad entre las estructuras cerebrales durante la infancia y un fuerte aumento de la conectividad de largo alcance a 2 años (Gao et al., 2009) y posterior (Feria et al., 2007, 2009). En estudios de los recién nacidos, las zonas parietales, destacado en la orientación de la red de atención, muestran una fuerte conectividad en las áreas lateral y frontomedial. El centro del área cortical frontal y la corteza cingulada anterior (ACC), que han sido implicadas en la autorregulación (Posner y Rothbart, 2007 b) y la baja regulación de la amígdala durante el procesamiento de las señales sociales amenazantes (McEwen y Gianaros, 2010), muestran un marcado aumento de las conexiones en las áreas frontales y laterales en las áreas parietales durante la infancia. En los niños mayores (Fair y col., 2009), estas tendencias continúan y la ACC vuelve cada vez más diferenciada la red de orientación al acercarse a la edad adulta. Un punto de vista de los sistemas de control se sugirió recientemente por Fair et al. (2011). Ellos argumentaron que, "los datos sugieren que puede haber al menos dos redes de control que funcionan en paralelo. Basados en las diferencias en su conectividad funcional y perfiles de activación sugerimos que cada red probable ejerce distintos tipos de control en diferentes escalas temporales. Se propuso la red frontoparietal como importante para el control de adaptación rápida y para trabajar en una escala de tiempo más corto. La red cíngulo opercular se pensaba que era

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