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Para las familias: Esta Navidad mi casa será Belén (Secretariado diocesano de pastoral familiar) Es bien conocido que Jesús nació en Belén accidentalmente. Su familia vivía en Nazareth y tuvo que acudir a Belén por el censo de Augusto. En Belén nadie recibió a esta familia, ni si- quiera en la situación tan delicada en lal que estaban, con la mujer de parto. Este episodio será el que nos inspirará duran- te toda la Navidad. Lucas 2,1-7 “Por aquellos días salió un decreto del emperador Au- gusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria. Todos, pues, empezaron a moverse para ser registra- dos cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Ju- dea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.» Y para ello, nos va a ayudar el villancico “Mi casa será Be- lén” 5 , que dice: Mi casa será Belén. Autor: José Antonio Olivar / Carlos Montero. Disco: Villancicos en Belén 5 En la siguiente dirección web puede encontrar una versión musical. http://yocantocomodavid.blogspot.com.es/2014/11/mi-casa-sera-belen.html

Para las familias: Esta Navidad mi casa será BelénPara las familias: Esta Navidad mi casa será Belén (Secretariado diocesano de pastoral familiar) Es bien conocido que Jesús nació

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Para las familias: Esta Navidad mi casa será Belén

(Secretariado diocesano de pastoral familiar)

Es bien conocido que Jesús nació en Belén accidentalmente. Su familia vivía en Nazareth y tuvo que acudir a Belén por el censo de Augusto. En Belén nadie recibió a esta familia, ni si-quiera en la situación tan delicada en lal que estaban, con la mujer de parto. Este episodio será el que nos inspirará duran-te toda la Navidad.

Lucas 2,1-7“Por aquellos días salió un decreto del emperador Au-gusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria.Todos, pues, empezaron a moverse para ser registra-dos cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Ju-dea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.»

Y para ello, nos va a ayudar el villancico “Mi casa será Be-lén”5, que dice:

Mi casa será Belén. Autor: José Antonio Olivar / Carlos Montero. Disco: Villancicos en Belén

5 En la siguiente dirección web puede encontrar una versión musical.http://yocantocomodavid.blogspot.com.es/2014/11/mi-casa-sera-belen.html

Señor que casa no hallastecuando naciste en Belén

hoy te ofrezco la míami casa será Belén

Tú que eres luz y eres vidaven a mi vida a nacer.

Y te cuidarécomo te cuidó Maríacomo te cuidó José.

1. Mi casa será Belénsi vive mi puerta abiertay si mi mente está alerta

al resplandor de la fela fe que tuvo Maríala fe que tuvo José.

2. Mi casa será Belénsi doy mi llave a los pobresy si sé amar a los hombres

con el amor de tu leyigual que amaba Maríaigual que amaba José.

En los días previos a la Navidad, cuando en casa se pon-ga el Nacimiento, se hará con la intención de recibir en nuestra casa a María y a José, que han tenido que venir. Nos preocuparemos de que se sientan cómodos, que es-tén atendidos, que se sientan como miembros de nues-tra familia. Y la mejor forma de hacer esto es tratarnos unos a otros con un cariño especial, siendo acogedores, serviciales. Debemos imaginar que ellos dos, José y Ma-ría de Nazareth están aquí con nosotros, en los días pre-vios al parto, y después de un agotador viaje en burro.

Durante esos días, de vez en cuando, escucharemos el

villancico “Mi casa será Belén”, y en la medida de lo po-sible aprenderemos a cantarlo. Podríamos recitarlo o cantarlo antes de cada comida durante estos días, para manifestar como familia ese deseo de acoger a María y José, para que pueda nacer con nosotros El niño Jesús. Y hacernos eco en ese momento de las personas o situa-ciones que nos recuerda, para hacerlas también presen-tes entre nosotros.

A lo largo de las fiestas de la Navidad, en el momento de la bendición de la mesa, rememoraremos los aconteci-mientos con la presencia entre nosotros de María, José y el niño Jesús: el bautismo de Jesús, adoración de los pastores, la adoración de los magos, la huida a Egipto.... ellos, que son sus protagonistas están entre nosotros, y lo hacen actual, porque hoy mismo hay personas, fami-lias que están viviéndolo.

Al final del tiempo de Navidad, por ejemplo con ocasión del día de reyes, como regalo para todos los de la casa se podría recibir un pequeño cuadro de la sagrada familia. Ese día u otro cercano, lo podemos llevar a misa para que al terminar el cura nos lo bendiga, de modo que ese retrato pueda ser puesto en casa en un lugar destaca-do, como hacemos con los retratos de nuestra familia o amigos queridos, y nos mantenga presente durante todo el año la presencia de la Sagrada Familia.

“Estamos hablando de una actitud del corazón, que vive todo con serena atención, que sabe estar plena-mente presente ante alguien sin estar pensando en lo que viene después, que se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido. Je-sús nos enseñaba esta actitud cuando nos invitaba a mirar los lirios del campo y las aves del cielo, o cuando, ante la presencia de un hombre inquieto, « detuvo en él su mirada, y lo amó » (Mc 10,21). Él sí que estaba plenamente presente ante cada ser humano y ante

cada criatura, y así nos mostró un camino para supe-rar la ansiedad enfermiza que nos vuelve superficiales, agresivos y consumistas desenfrenados. Una expre-sión de esta actitud es detenerse a dar gracias a Dios antes y después de las comidas. Propongo a los creyen-tes que retomen este valioso hábito y lo vivan con profundidad. Ese momento de la bendición, aunque sea muy breve, nos recuerda nuestra dependencia de Dios para la vida, fortalece nuestro sentido de gratitud por los dones de la creación, reconoce a aquellos que con su trabajo proporcionan estos bienes y refuerza la solidaridad con los más necesitados.”

Papa Francisco. Encíclica Laudato Si. 226-22

Descúbrenos la alegría de la paciente espera, activa y fecunda, comprometida por la vida de los que nos rodean.

Enséñanos a hacer crecer la esperanza de algo nuevo, anímanos a entregar nuestras vidas

para la construcción del Reino.

Es tiempo de espera, Señor, pero también es tiempo de donación y compromiso efectivo.

Contágianos la fe sencilla de María, que dio su vida para alumbrar el Reino y hacer nacer la esperanza en medio de su pueblo.