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Me alegra mucho compartir con ustedes mi reflexión sobre cómo Dios me ha ayudado en mi misión y enmi vida a través de esta terrible "tormenta", a la que se ha enfrentado todo el mundo: la pandemia deCOVID-19. Como todos sabemos, ha habido muchos problemas e inseguridades en el mundo, ¡y me
parecía que el fin del mundo estaba cerca! Pero con la ayuda de Dios, empezamos a utilizar esta tormentacomo una buena oportunidad, ya que Dios está con nosotros, tocando a nuestra puerta a través de las
adversidades. Como dice la Escritura en Apocalipsis 3:20: “Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oyemi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos” - Así que, queridas amigas, comparto con Uds.una experiencia en la que me ocurrió lo siguiente. Al principio de la pandemia, mientras trabajaba con el
grupo juvenil y vocacional de la parroquia, esta "tormenta" nos obligó a detener nuestras actividades, y yotambién tenía ganas de dejarlo todo. Sin embargo, la voz de Dios susurró a mi corazón a través de la
"tormenta", y continuamos nuestra oración, adoración, reuniones y otras actividades. Con la ayuda deDios, al final no pasó nada malo: la voz de Dios que llama nos mantuvo a salvo, y pudimos completar
nuestro plan anual, y de una manera hermosa. Por lo tanto, finalmente, me gustaría compartir y rezar para que todas nosotras abramos nuestros
corazones para ver las oportunidades en esta "tormenta" y fijemos nuestros ojos en el Sagrado Corazón deJesús. Él siempre toca a la puerta y le gusta cenar con nosotros.
Te agradezco, Señor, con todo mi corazón todo lo que has hecho por mí, y, a través de mí por los demás. Sigopidiéndote, Jesús, las Gracias que necesito, especialmente la Gracia de la Sabiduría, del Amor, de la Paciencia
para servir a los demás, para poder ser tu testigo ante los demás en mi vida.
hermana Alemenesh Otoro
Esperanza
