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PARÁBOLA“LOS
CARACOLES”Adaptada por Hna. Susana Arias, ctsj - México
¿Has visto alguna vez los Caracoles?
Sobre todo cuando ha llovido, salen llevando
a cuestas su concha, para pasear por la hierba
mojada y tierna.
Conoce algo más de los caracoles...
En verano y en días lluviosos, puedes ir con tus amigos a recoger algunos. Podéis organizar carreras de caracoles. ¡Es muy divertido!. Después los vuelves a dejar en libertad. Hay que respetar todo lo que Dios -como Padre- ha creado.
¿Qué pasa?
¿Qué le pasa a este caracol?
¿Tiene miedo?
¿Tiene dificultad?
El Señor Caracol se encoge. No es decidido. Se esconde de todo.
El caracol no se defiende, no lucha. Simplemente
se esconde.
¿Sabes tú si también hay hombres-caracoles?
¿No has visto alguna señora que sea caracol?
La verdad es que hay HOMBRES Y MUJERES
CARACOLES.
Se protegen en su concha invisible. Y cuando aparecen los problemas, se esconden y se refugian en ella.
Procuran pasarlo lo mejor posible en su refugio.
Allí escondidos se olvidan que en el mundo hay otros hombres, que los necesitan.
No quieren saber de problemas, de necesidades y angustias de los demás.
También hay niños y niñas “caracoles”
¿por qué?
Porque no se interesan en trabajar (ya lo hacen
los padres), no se esfuerzan en hacerse mayores (piensan
que uno crece sin más). No saben que uno
debe crecer por fuera y por dentro como persona.
Porque es más fácil aislarse de todo lo que sucede
a nuestro alrededor para permanecer cómodos
¡Es tan fácil no hacer nada!
¡Estamos tan bien dentro de la concha-casa!
“Los que deciden sacar la cabeza,
para ver o para hacer algo,
se exponen a que le den un golpe”
¿Para qué correr riesgos?
Si no vigilamos, a todos nos puede salir una concha. Porque en el fondo
todos somos como los caracoles: Tenemos miedo. Nos dejamos llevar
por la pereza. No nos atrevemos a dar la cara. Nos escondemos de los
problemas y de las incomodidades.
Pero los chicos y las chicas que quieren ser alguien en la vida se ponen a pensar y a luchar...
Dominan su miedo y cada día tratan de salir de su concha dándose nuevas oportunidades de vivir
Se esfuerzan por no permanecer encerrados.
Se enfrentan con el mundo
que les rodea.
Salen al encuentro
de sus hermanos.
Mantienen una sonrisa
permanente.
Miran confiados
a su alrededor.
Se arriesgan a amar
y a luchar con otros.
Unidos logran salir de la comodidad de su concha y mejoran
positivamente su ambiente.
A veces cuesta compartir lo que se es y se tiene.Si compartimos no nos quedaremos con las manos vacías.
Como personas a veces nos cuesta dar la paz a los demás. También nos cuesta ayudar a los que nos necesitan.
¡ Nos cuesta transformar lo malo en bueno, hacer que nazca la alegría allí donde sólo brota el llanto y la tristeza!
Hay personas que nunca asumieron
el papel del caracol en sus vidas.
Respondieron positiva y generosamente.
...Pero la concha del caracol puede aparecer en cualquier momento
sino nos arriesgamos a vivir en libertad y solidaridad permanentemente...