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1 PARADOR DE PLASENCIA La llegada de los Dominicos a Plasencia es de fecha incierta, aunque sabemos que anterior a 1464, año en el que los Duques de Plasencia consiguieron bula de Paulo II concediendo indulgencias a los fieles que ayudasen a las obras de la iglesia y convento, que ya se habían comenzado. 1 El primitivo emplazamiento del Convento de los dominicos, conocido como Santo Domingo el viejo, se situaba entre las casas de los Condes de Torrejón y la Puerta de Trujillo. Fue construido por los Duques de Plasencia y donado a los Dominicos, junto con el nuevo según el libro de becerro. 2 La fundación del convento por los duques de Plasencia esta ligada a una antigua leyenda recogida por todos los cronistas de la época. Cuentan que el hijo único varón de Don Álvaro de Zúñiga y su segunda esposa, doña Leonor de Pimentel, duques de la Ciudad de Plasencia, murió inesperadamente, y que el confesor de la duquesa, fray Juan López de Salamanca, O.P., aconsejó a esta que implorase, con voto de edificar un convento para los dominicos en la ciudad de Plasencia, la intercesión de san Vicente Ferrer, santo dominico muy afamado en aquel tiempo, y que hacía poco, el 29 de junio de 1455, había sido canonizado por Calixto III. La súplica de la duquesa fue escuchada y el niño volvió a la vida cuando ya estaba todo preparado para el entierro. En cumplimiento de este voto los duques hicieron la fundación y ofrecieron al convento un exvoto consistente en una imagen de san Vicente de plata con el niño arrodillado a los pies del santo. Sabemos que este niño, Don Juan de Zúñiga y Pimentel, nació en 1459. La construcción del nuevo convento de San Vicente junto al Palacio de los duques, en el lugar llamado La Mota, donde estaba la sinagoga judía, hay que situarla sobre 1 Bula de Paulo II de 15 de octubre de 1464. 2 Libro de Becerro del convento de san Vicente Ferrer de Plasencia. Ver anexo. 1477, año en el que el duque dona el terreno al padre Fray Pedro de Barrionuevo, prior del convento de San Vicente (llamado después de Santo Domingo el viejo) 3 En la Provincia dominicana de España, consta como aceptada la fundación el año de 1477. 4 Para la construcción del convento y su posterior funcionamiento, aparte de bienes propios y rentas, la duquesa consiguió del Papa Sixto IV, a través de su legado en España, D. Rodrigo Borja, mediante bula de 10 de marzo de 1473 que los bienes del casi extinguido convento de San Marcos, las fundaciones de Dª Sevilla de Carvajal para religiosas, la de Dª Catalina Jiménez para un hospital y otras aun no ejecutadas ni cumplidas las voluntades de los fundadores, se aplicaran a la sacristía del nuevo convento de San Vicente. 5 Al encontrase ciertas dificultades para la aplicación de estos bienes, que como juez para el caso tramitaba el 3 Escritura otorgada por D. Alvaro de Zúñiga y doña Leonor en Béjar el 22 de junio de 1477, transcrita de “Prelados Placentinos” de José Benavides Checa. Ver anexo. 4 De provinciis ac conventibus S. Ordinis Praedicatorum apud Hispanos, en Analecta S.O.F.P. (1893) 63. 5 AHN Madrid, Clero, carpeta 415/2 PARADOR DE PLASENCIA CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER Escudo de la Orden de Predicadores. Claustro alto. EL CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER DE PLASENCIA. HISTORIA

PARADOR DE PLASENCIA · contribuir con una gran suma de dinero así para la fábrica de la iglesia como el convento, libros, ornamentos, cruces, cálices, etc. Sobre lo cual el P

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PARADOR DE PLASENCIA

La llegada de los Dominicos a Plasencia es de fecha incierta, aunque sabemos que anterior a 1464, año en el que los Duques de Plasencia consiguieron bula de Paulo II concediendo indulgencias a los fieles que ayudasen a las obras de la iglesia y convento, que ya se habían comenzado.1

El primitivo emplazamiento del Convento de los dominicos, conocido como Santo Domingo el viejo, se situaba entre las casas de los Condes de Torrejón y la Puerta de Trujillo. Fue construido por los Duques de Plasencia y donado a los Dominicos, junto con el nuevo según el libro de becerro.2

La fundación del convento por los duques de Plasencia esta ligada a una antigua leyenda recogida por todos los cronistas de la época. Cuentan que el hijo único varón de Don Álvaro de Zúñiga y su segunda esposa, doña Leonor de Pimentel, duques de la Ciudad de Plasencia, murió inesperadamente, y que el confesor de la duquesa, fray Juan López de Salamanca, O.P., aconsejó a esta que implorase, con voto de edificar un convento para los dominicos en la ciudad de Plasencia, la intercesión de san Vicente Ferrer, santo dominico muy afamado en aquel tiempo, y que hacía poco, el 29 de junio de 1455, había sido canonizado por Calixto III. La súplica de la duquesa fue escuchada y el niño volvió a la vida cuando ya estaba todo preparado para el entierro. En cumplimiento de este voto los duques hicieron la fundación y ofrecieron al convento un exvoto consistente en una imagen de san Vicente de plata con el niño arrodillado a los pies del santo. Sabemos que este niño, Don Juan de Zúñiga y Pimentel, nació en 1459.

La construcción del nuevo convento de San Vicente junto al Palacio de los duques, en el lugar llamado La Mota, donde estaba la sinagoga judía, hay que situarla sobre 1 Bula de Paulo II de 15 de octubre de 1464. 2 Libro de Becerro del convento de san Vicente Ferrer de Plasencia. Ver anexo.

1477, año en el que el duque dona el terreno al padre Fray Pedro de Barrionuevo, prior del convento de San Vicente (llamado después de Santo Domingo el viejo)3

En la Provincia dominicana de España, consta como aceptada la fundación el año de 1477.4

Para la construcción del convento y su posterior funcionamiento, aparte de bienes propios y rentas, la duquesa consiguió del Papa Sixto IV, a través de su legado en España, D. Rodrigo Borja, mediante bula de 10 de marzo de 1473 que los bienes del casi extinguido convento de San Marcos, las fundaciones de Dª Sevilla de Carvajal para religiosas, la de Dª Catalina Jiménez para un hospital y otras aun no ejecutadas ni cumplidas las voluntades de los fundadores, se aplicaran a la sacristía del nuevo convento de San Vicente.5

Al encontrase ciertas dificultades para la aplicación de estos bienes, que como juez para el caso tramitaba el

3 Escritura otorgada por D. Alvaro de Zúñiga y doña Leonor en Béjar el 22 de junio de 1477, transcrita de “Prelados Placentinos” de José Benavides Checa. Ver anexo. 4 De provinciis ac conventibus S. Ordinis Praedicatorum apud Hispanos, en Analecta S.O.F.P. (1893) 63. 5 AHN Madrid, Clero, carpeta 415/2

PARADOR DE PLASENCIA CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

Escudo de la Orden de Predicadores. Claustro alto.

EL CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER DE PLASENCIA. HISTORIA

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

canónigo de Plasencia Juan de Gata, la duquesa volvió al Papa, quien en bula fechada en Roma el 19 de junio de 1484, concedió todo lo que pedía doña Leonor y nombro por jueces al chantre de la catedral de Salamanca y al canónigo de la de Plasencia Martín de Yaguas, para que confirmasen las letras y aprobasen lo que estaba aplicado por el canónigo Juan de Gata, y de nuevo aplicasen todos los legados así de testamentos y codicilos que estuviesen por cumplir en todo el obispado, aunque fuesen dejados para fundar conventos de religiosos o monjas, o para capellanías u hospitales o fundaciones de misas perpetuas o a otras causas mas pías que la fabrica de este convento, etc. Y añade el Papa que todo lo conmuta y aplica por las ánimas de los que dejaron tales legados en la fábrica de la iglesia sin obligaciones o cargas a la comunidad. Y esto porque se espera que este convento ha de ser de grandísima utilidad a toda esta tierra con sus sermones, doctrina, buen ejemplo de virtudes…

No obstante, el Papa puso dos condiciones:

1. que se aplicase una cuarta parte para guerra contra el turco, y

2. que luego que el convento entrase en posesión de dichos legados pusiese una cátedra de teología y a expensa del convento se pusiese en ella un lector de teología que leyese públicamente sin llevar a los estudiantes cosa alguna y a él se le diese el salario competente por el convento.6

También acudió doña Leonor al rey Enrique IV, quien mediante la Real Cedula expedida en Baeza el 10 de junio de 1472 concedió un Juro Perpetuo de Servicio y Montazgo en el puerto de Malpartida de 50.000 maravedíes a beneficio del convento. Esta gracia fue confirmada por los Reyes Católicos el 29 de octubre de 1477, Dª Juana el 20 de febrero de 1509, Felipe II el 30 de junio de 1562 y Felipe IV el 13 de mayo de 1631.

En 1481, siendo prior fray Alonso Maldonado, y sin haber concluido las obras se trasladaron los religiosos al nuevo convento, y ese mismo año, el 13 de abril, fray Pedro de Villalobos, obispo de Berinto y visitador general del

6 Libro de becerro…

obispado de Plasencia, bendijo la nueva iglesia, el claustro y el capítulo7

La duquesa, mediante carta de donación de fecha 22 de agosto de 1484 dio el convento a fray Alonso Maldonado, a quien manda asista a la obra y edificio del convento para que sea cuidadosamente edificado según lo planeado por ella y su confesor el maestro fray Juan López, ya difunto. Y para mayor cumplimiento, entre otras medidas para la construcción, le ordena que el convento se haga con capacidad para 40 religiosos, de los cuales 20 sean sacerdotes y 5 estudiantes de teología, pues quiere dejar rentas para una cátedra de teología, y que se compren los libros necesarios para una biblioteca cumplida. 8

Dos años más tarde, en 1486, en su lecho de muerte, la duquesa donó y entregó el convento al muy reverendo padre fray Julian del Espíritu Santo, provincial de la provincia de los dominicos de España, quien tomó posesión del convento y nombró prior al padre fray Alonso Maldonado, mandándole tomase el gobierno de lo espiritual y temporal de este convento y que asistiese a la edificación del mismo para que se concluya con la grandeza que deseaba la duquesa.9

El convento se redujo a la observancia regular en 1492. Una carta original de los Reyes Católicos de 17 de noviembre de 1492 encarga y suplica al prior fray Alonso Maldonado tenga por bien entregar el convento con todos sus bienes y posesiones al Vicario General de la Congregación de Observancia de España, fray Juan de Yarza, para que proceda a instalar en él la observancia regular.

El acto de la reducción es narrado en el libro de becerro:

“el cual Vicario General, fraile de la Orden, vino aquí dicho año de 1492 y juntos el dicho padre prior, fray Alonso Maldonado, y los frailes en capítulo, el dicho vicario General les mostró y notificó una Bula que traía del Papa Sixto para orden a reformar los conventos claustrales y la carta de los dichos Reyes Católicos, y el padre prior tomó la Bula del Papa y la carta y las besó y puso sobre su cabeza y dijo que las obedecía y las 7 Alonso Fernández, OP. Historia y anales de la ciudad de Plasencia, Cáceres, 1952. 8 Crescencio Palomo Iglesias, O.P. Carta inédita de la Duquesa de Plasencia, … 9 Libro de becerro…

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obedeció, y en conformidad de esto entregó al dicho padre Vicario General el convento con todas sus rentas, derechos, alhajas preciosas, etc solo con la protesta que no era su intención perjudicar en cosa alguna a los bienes, rentas y posesiones que la señora duquesa doña Leonor Pimentel nos había dejado en la fundación, y el dicho Vicario General tomó la posesión corporal de los dichos bienes y rentas del convento y en señal de esto se paseó por todo el convento de unas partes a otras y por el capítulo, y lo pidió por testimonio”

Esta reducción pacífica es lógica si tenemos en cuenta que los religiosos que acudieron a la fundación del convento procedían del de San Esteban de Salamanca, que no necesitó reforma y que el convento ya figuraba entre los reformados en la Bula Hodie novis del papa Sixto IV, dada el 30 de mayo de 1478. De esto se deduce que el convento ya vivía en la observancia, extremo que se formalizó en el acto referido.

La aceptación de la reforma impulsada desde el Gobierno General de la Orden seguía la pauta marcada por santa Catalina de Siena y su confesor, el General de la Orden beato Raimundo de Capua, y que en España fue llevada a cabo por san Álvaro de Córdoba y el venerable padre Juan Hurtado.

El convento pues, desde su fundación, sigue los pasos marcados por santo Domingo de Guzmán, marcado al apostolado de servir la Verdad a los hombres mediante la predicación en los púlpitos y en las cátedras.

En 1515 el libro de becerro nos relata un pleito entre el convento y los herederos de los fundadores:

“Cajón 15

Pleito contra los Duques de Béjar, nuestros fundadores, D. Alvaro de Zúñiga y Dª Leonor Pimentel

Dijimos arriba que nuestros fundadores D. Alvaro de Zuñiga y Dª Leonor, murieron sin estar acabada la obra de este convento pero dejaron dispuesto que de su hacienda y mayorazgo se proveyese hasta acabarse, de suerte que la obra nunca cesase y por esta causa y otros instrumentos disposiciones y ultimas voluntades y codicilos que hicieron nuestros fundadores según una liquidación que de todo esto hizo el Sr. D. Juan de Zúñiga (que también está aquí), hijo de los dichos nuestros fundadores, pretendía el convento que los señores Duques de Bejar que eran entonces D. Alvaro de Zuñiga

y Dª María de Zúñiga (esto fue en el año de 1515) debían contribuir con una gran suma de dinero así para la fábrica de la iglesia como el convento, libros, ornamentos, cruces, cálices, etc. Sobre lo cual el P. Fr. Juan Arroyo, prior de esta casa, les puso un muy reñido pleito y el Provincial nombró por podeatarios al P. Fr. Juan de Orinilla, prior de la Peña de Francia, y a Fr. Alonso de Medina y a Fr. Pedro de Arconada, para que como comisarios del dicho Provincial compusiesen al convento y Prior con los Duques y cesasen los pleitos y así lo ejecutaron y se compuso con que a dicho Duque de Béjar se obligase y con efecto diese al convento por todo lo que se estuviese obligado por cualquier título que fuese un millón de maravedises, y el convento así lo aceptó y le dio por libre para siempre y que nunca le sería pedido ni demandado por este convento otra cosa alguna en tiempo alguno, etc.”

Uno de los motivos de la fundación fue remediar la ignorancia, ya que en Extremadura no existían centros de estudio. Fue el primero en abrir cátedra de teología en Extremadura.

La Orden Dominicana, en el Capítulo General de Toulouse de 1628 crea en el convento de San Vicente de Plasencia uno de sus Estudios Generales. Estos Estudios Generales eran los centros de la Orden donde podía estudiar cualquier religioso, aunque no fuera hijo del convento.

El éxito alcanzado por el convento, además de a la suficiencia científica de sus religiosos, fue debido a la dotación de los duques fundadores y a otras donaciones posteriores. Para el florecimiento de los estudios siempre son necesarios medios económicos para sufragar a maestros y proporcionar material docente, especialmente en esa época los libros.

Don Álvaro dotó a las cátedras de Plasencia con la dehesa de la Macarra10.

La duquesa consiguió de Sixto IV los bienes ya descritos y en la carta de donación dota una cátedra y deja rentas para la subsistencia y gastos de cinco estudiantes y para comprar todos los libros necesarios para una librería cumplida.11

10 Escritura otorgada en Béjar el 15 de mayo de 1486 11 Plasencia. Archivo de las monjas dominicas. Arca de San Vicente, legajo 20.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

Otras donaciones para cátedras fueron, según el libro de becerro:

El obispo de Plasencia D. Arce y Reinoso aplicó la tercera parte del censo de 5.000 ducados del testamento del regidor de Plasencia don Pedro Gómez Carvajal, del año 1630, que al no aceptarlo la Compañía de Jesús, lo destinó al convento de San Vicente con la carga de tener un curso más de Artes, lo que confirmó el señor Nuncio.

En 1655 don Gregorio de Vargas y Chamizo, chantre de Plasencia, donó otro censo de 4.000 ducados para que en el convento se leyese un curso de filosofía (antes se leía ya el de summulas y lógica).

Se leían continuamente tres cátedras; dos de teología y una de artes, siendo los cursos admitidos por la Universidad de Salamanca para graduarse por suficiencia en Artes.12

El número de cátedras debió ir en aumento, pues en la segunda mitad del siglo XVIII se habla de 8 cátedras.

Los estudios siguieron su curso de apogeo. A finales del XIX el deán de la S.I. Catedral de Plasencia, don Eugenio Escobar y Prieto, en su libro Hijos ilustres de la villa de Brozas, al biografiar al padre Juan Manuel Amado dice: “los frailes de San Vicente de Plasencia, sin presumir de sabios, la daban más amplia y sólida que muchas de nuestras universidades. Prueba de ello nos la ofrece el padre Amado, quien aparte de los estudios filosóficos, se perfeccionó en el griego, y aprendió el portugués, inglés, francés, alemán e italiano, invirtiendo cinco años en estos trabajos”. El autor se refiere a los años de 1804-1809.

Con la invasión francesa, el general Lefevre tomó Plasencia en diciembre de 1808, y una de sus acciones fue el saqueo de convento de San Vicente y persecución de los religiosos, acuartelando sus tropas en el convento, lo que mas tarde también realizó el mariscal Ney en agosto. Sobre esa segunda ocupación tenemos el relato del prior del convento.

El 28 de noviembre de 1809 fray José María Ramos Monroy, prior del convento envió escrito a la Suprema Junta de Gobierno del Reino; en Sevilla entonces; de los

12 Alonso Fernández, O.P. Historia Eclesiástica de nuestros tiempos, Toledo 1611.

estragos causados por el enemigo desde su llegada el 2 de agosto.13

Durante la ocupación doce frailes se cobijaron en la casa de doña Manuela Gómez, que pertenecía a la tercera Orden, tratando de mantener en ella un pequeño convento en secreto.

El padre Manuel Herrero, escribiendo sobre el estado de los dominicos tras la invasión francesa dice que al llegar el general Lefevre a Plasencia “los religiosos huyeron. Dieron a las llamas [los franceses] la portería y las aulas, como venganza de que los guerrilleros habían interceptado y depositado en estas piezas sus reservas de algodón. El resto del convento e iglesia fue saqueado y sirvió de cuartel. Después de la expulsión se incorporaron [los religiosos] y reconstruyeron el convento e iglesia. De esta fueron quemadas las tallas excepto las que pudieron sacar a la parroquia de San Nicolás”14

Tras la Guerra de la Independencia la situación ya debía ser precaria. El convento ha sido saqueado y parte del mismo esta arruinado. Las dehesas estan arrasadas. Toda la hacienda viva perdida. Los religiosos tratan de normalizar su vida apostólica y docente, lo que no es fácil. La comunidad ha perdido a muchos de sus miembros. Unos simplemente no han regresado, otros han optado por la secularización; todos llevan años fuera de la vida conventual, y algunos de ellos en el monte en partidas antifranceses.

El esfuerzo económico en la restauración del convento es grande, tanto que el Rvdo. Ramón Guerrero, Vicario General, debe escribir al prior del convento, P. Mtro. Domingo Madruga el 2 de agosto de 1816 “en atención a la enorme cantidad gastada en el reparo del convento y la suma no corta que resulta de lo que se ha vendido, mando a V.P. que no se venda finca alguna en adelante sin preceder el Consejo del convento y licencia expresa mía, debiendo venir firmada la súplica de la comunidad”.

Fray Domingo Madruga se destacó entre los realistas contrarios al liberalismo. Fue trasladado al convento de Santo Domingo de Cáceres por los problemas que generaba en la comunidad de Plasencia y en 1820, a los 13 AHN, Estado, 27, E Negocios y Asuntos religiosos. Comunidades

religiosas. No me resito a incluir al final la transcripción. 14 Manuel Herrero, O.P. Historia de la provincia de España, libro II, capítulo 8, en Historiadores del Convento de San Esteban de Salamanca, tomo III.

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PARADOR DE PLASENCIA

diez días de que Fernando VII jurara la Constitución, dando comienzo al llamado Trienio Liberal, denostó de tal manera la Constitución desde el púlpito que al bajar del mismo fue conducido a la cárcel, se le procesó y fue condenado a destierro en Ceuta, por conspirador y desafecto a la Constitución según Real Orden de 23 de noviembre de 1821.

En 1822 el Jefe Superior Político de Cáceres solicita información para la exclaustración del clero regular, por la que se conoce que en aquellos momentos la comunidad dominica de Plasencia la formaban 32 hermanos, contando con el realista Padre Madruga, confinado en Ceuta. En 1830 ya son sólo 24.

1834 marca el fin de la presencia de los dominicos en Plasencia, cuando se decreta la supresión del convento y la aplicación de sus bienes a la extinción de la deuda pública. Estamos en la Primera Guerra Carlista, y dada la exclaustración de los dominicos, el convento se usa como cuartel.

El Principal de Arbitrios de Amortización y Administrador del Credito Público se hace con todos los bienes del convento, incluida la iglesia. En septiembre de 1835 devuelve a los mayordomos de las cofradías de Nuestra Señora del Rosario y de la Tercera Orden efectos que eran suyos y en 1836 devuelve al Obispado los enseres del culto.

En 1835 ya es éste administrador el que gestiona todas las propiedades del convento. Paga a los pastores, al mayoral, vende el ganado,… 15y en 1836 entrega al encargado por el Gobierno Civil los libros del convento16.

A lo largo de 1836 y 1838 las principales propiedades rústicas y urbanas del convento son rematadas en pública subasta.

En 24 de mayo de 1838 Joaquin Leal remató en 367.998 reales las dehesas de La Florida, La Pardala, La Troya, Cepeda, Montinches y Marta.17

El edificio convento fue vendido en 1848. En el AHP Cáceres se conserva el expediente de venta18. Por él

15 AHP Cáceres, Sección Clero, legajo 205 carpeta 21. Libro de data de frutos de 1835. 16 AHP Cáceres sección clero lagajo 1 bis, carpeta 37. 17 BOP Cáceres de 24 de mayo de 1838. 18 AHP Cáceres, sección Bienes Nacionales. Legajo 16 Carpeta 152.

sabemos que el edificio fue tasado19 el 20 de diciembre de 1847 por Manuel Muñoz, carpintero y Juan Alvarez, Alarife, en 1.117.345 reales.

Se subasto simultaneamente en Cáceres y Madrid el día 29 de febrero de 1848, rematándose en 1.151.520 reales por Lorenzo Millana para ceder20 a Juan Antonio Cantero21, actuando de Fiador Luis Clavero.

A pesar de las gestiones realizadas fue imposible el cobro del primer plazo, por lo que finalmente en 25 de agosto de 1849 se da por concluido el expediente.

En agosto de 1850 el Obispo de Plasencia consigue que el Estado le ceda el edificio para su uso como casa-misión, casa-correccion y de enseñanza, y gasta 10.000 duros en su restauración22.

Tras la inauguración del nuevo seminario, frente a la Catedral, el obispo cede el edificio del convento a los claretianos.

Cuando ya los religiosos pudieron volver a tener conventos en España (los dominicos restauraron la Provincia de España en el año 1879) quisieron recuperar este convento, pero no les fue posible al haberlo cedido el Obispado a los claretianos.

La fundación de la casa claretiana de Plasencia data del 18 de enero de 1886, por contrato entre el Padre José Xifré, Superior General de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Misioneros Claretianos) y el Obispo de la diócesis, Monseñor Pedro Casas y Souto. En dicho contrato el obispo les cedía el uso y usufructo del convento por el tiempo de permanencia en Plasencia. La comunidad tomó posesión del convento el 25 de noviembre de ese mismo año.

19 Ver anexo

20 Lorenzo Millana actuaba como testaferro, agente de compra de Juan Antonio Cantero. 21 Según Manuel Roso, Juan Antonio Cantero era un especulador inmobiliario. También se hizo con el convento de los Franciscanos en Sigüenza para venderlo al poco después y también actuó como testaferro en varios remates en Avila. Bien pudiera ser que la compra del Convento de San Vicente Ferrer fuera para una reventa frustrada, razón por la que prefirió correr el riesgo de ser declarado en quiebra antes que hacer frente al pago del remate. 22 AHP Cáceres. Sección clero. Legajo 174, carpeta 141-179, documento 142

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

La casa de Plasencia tuvo siempre como misión atender la predicación y el ministerio de la Iglesia de Santo Domingo. De 1923 a 1931 y de 1940 a 1952 fue Seminario Menor de la Provincia Bética de los Misioneros Claretianos. De 1931 a 1937 fue filosofado. De 1937 a 1940 fue colegio de enseñanza media. A partir de esa fecha queda durante algunos años una clase de enseñanza primaria. Fue suprimido el 23 de octubre de 1952.

Tras la marcha de los claretianos, en 1953 llegan los Servitas, quienes tras un año de reparaciones abren en el convento un seminario menor que está en funcionamiento hasta ¿??

A partir de esa fecha el convento se utiliza para diferentes actividades culturales y centro de reunión de diferentes asociaciones, hasta que finalmente los acuerdos entre el Obispado de Plasencia, la Junta de Extremadura y el Instituto de Turismo de España permiten la restauración del edificio y su uso como Parador de Turismo.

Una de las procedencias más citadas de libros y manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid es la constituida por los libros impresos y manuscritos que pertenecieron en otro tiempo al convento de san Vicente de Plasencia.

La biblioteca que logró reunir don Francisco de Mendoza y Bobadilla (1508 – 1556), cardenal de Burgos, la adquirió en parte, tras su muerte, don García de Loaisa y Girón (1534-1599), Arzobispo de Toledo, quien la incorporó a la suya propia y la acrecentó con otras adquisiciones. La biblioteca resultante la heredó su sobrino, don Pedro de Carvajal, bispo de Coria,.quien la legó a su sobrino don Diego Esteban y este a su hijo don Rodrigo de Carvajal y Nieto, quien la legó al convento de dominicos de san Vicente Ferrer de Plasencia, como había sido voluntad de don

García de Loaisa y Girón23. Por último, la colección pasó a la Real Biblioteca de Felipe V en el siglo XVIII.

Don Francisco de Mendoza Bobadilla nació en Cuenca en 1508. Fue obispo de corte, en la que gozaba de un alto prestigio. En 1539, cuando era obispo de Coria, fue uno de los prelados que figuraron en el séquito que acompaño al cadáver de la emperatriz Isabel, esposa de Carlos V, hasta su lugar de enterramiento en Granada. Siguió al Emperador en algunos de sus viajes a Alemania y el año de 1550 fue nombrado gobernador de Siena. Estuvo muchos años en Roma.

El cardenal Mendoza tiene una personalidad interesante y compleja que hoy llama la atención. Una de las características de la misma es su precocidad. No tenía mas de veinte años cuando obtuvo el grado de doctor en Salamanca y antes, a los dieciséis, ya había regentado la cátedra de griego en esta universidad. Obispo a los 25 años y cardenal a los 36. Carlos V y Felipe II lo tuvieron empleado en misiones diplomáticas gran parte de su vida. Por su amplia cultura grecolatina, Mendoza es uno de los humanistas españoles de relieve en la época. Era generoso y espléndido, aunque ello le acarrease deudas. Fue mecenas, favoreció la creación de diversas obras y es autor de algunas. Conocía el latín, el griego y el hebreo. Comenzó la formación de su biblioteca en Italia, para lo cual compraba o encargaba copias de todos los manuscritos que le era posible, en especial en griego. Conocemos bastante bien el contenido de la biblioteca de Mendoza: unos 900 volúmenes entre manuscritos e impresos. Los manuscritos son 170, siendo el grupo mayor el de manuscritos en griego, siendo el resto en hebreo, árabe, latín, francés, italiano y español.

Los manuscritos griegos, 120, son en su mayor parte de teología, textos de patrística, exégesis bíblica, hagiografía,… los siguen los de contenido filosófico, gramática y filología. En menor número encontramos manuscritos de música, medicina, poesía,…

De estos 120 manuscritos griegos pasaron a la biblioteca de Loaisa 76. Los restantes, al no ser comprados por Loaisa acabaron en otras manos.

El gran volumen de impresos estaba constituido por un fondo humanista, con obras de poetas, historiadores,

23 El libro de becerro del convento, (p. 125 a 125), nos explica como fue la donación de la biblioteca. Ver anexo.

Francisco de Mendoza

LA BIBLIOTECA Y ARCHIVO DEL CONVENTO

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PARADOR DE PLASENCIA

filósofos, matemáticos, músicos, juristas, médicos,… y evidentemente, al tratarse de un eclesiástico, ediciones de la Biblia, obras de los Santos Padres y de exégesis bíblica.

Don García de Loaisa Girón nació en Talavera de la Reina en 1534. En Salamanca cursa latín y griego y el Alcalá filosofía y teología. Felipe II lo nombró su capellán mayor y limosnero en 1584 y un poco más tarde, preceptor de su hijo don Felipe. Su pasión por coleccionar libros y manuscritos era grande, llegando a formar una gran biblioteca. Loaisa tenía en su casa copistas a sueldo que le copiaban libros antiguos y manuscritos curiosos. El mismo copiaba y son muchos los manuscritos de su biblioteca que se deben a su propia mano. Aparte de esto, compraba libros (así obtuvo la mayor parte de la biblioteca de Mendoza, en la que ya había estado interesado Felipe II, que desistió dados los embargos que pesaban sobre ella por las deudas de Mendoza. Quizá fuera esta la razón por la que Loaisa no compró completa la biblioteca de Mendoza)

Loaisa incorporó unos 159 manuscritos griegos, varios en latín y manuscritos autógrafos, que contienen apuntes escolares que tomó Loaisa de sus clases en la universidad de Alcalá, preparaciones a cátedra, esquemas de sermones,…

El resto de poseedores de la biblioteca parece que simplemente se dedicaron a conservarla.

Don Juan de Iriarte, bibliotecario de la Real Biblioteca de Felipe V entre los años 1735 y 1751 corrió con la agencia de compra de libros y manuscritos para la citada Biblioteca. Los fondos pasaron del convento de San Vicente a la Real Biblioteca en dos fases, y en ambas bajo la forma de permuta de unos libros por otros. La primera parte ingresó en 1739, bajo el reinado de Felipe V, la segunda en 1753, durante el reinado de Fernando VI.

La primera permuta se realiza en marzo de 1739. El convento entrega a la Real Biblioteca libros y manuscritos griegos a cambio de los cuales la Real Biblioteca deberá entregar al convento los libros impresos elegidos por este, según valoración previa, y bien encuadernados. Todos los gastos de acarreo corren a cargo de la Real Biblioteca. El convento entregó en esta permuta 136 impresos y 106 manuscritos griegos. A

cambio recibió 232 impresos, tratando todos ellos de ciencias eclesiásticas.

La permuta de 1753 tiene su origen en una Real Orden de Fernando VI, en la que mandaba al Prior de Plasencia, fray Gabriel Parrón que entregase al comisionado para ello, don Asensio de Morales, oidor de la audiencia de Sevilla, los manuscritos existentes en la biblioteca del convento del san Vicente de Plasencia que habían pertenecido anteriormente a don García de Loaisa Girón. Los manuscritos, una vez entregados contra recibo, serían remitidos a Madrid, donde serían revisados. Se justificaba la orden por ver si contenían datos interesantes para la Historia Eclesiástica de España que iba a ser redactada por encargo de Su Magestad. Se añadía que si los manuscritos no se encontraban interesantes se devolverían y que en caso de retenerlos se compensarían. La orden se cumplió el 20 de marzo de 1753, retirándose 135 volúmenes manuscritos. La comunidad sólo recibió a cambio 95 volúmenes impresos (y todavía en 1783 estaba reclamando algunos que faltaban).

El archivo del convento siguió la misma suerte que los religiosos del mismo. Con la desamortización de Mendizábal la documentación histórica salió de sus muros.

En 1836 El Principal de Arbitrios de Amortizacion entrega al “encargado por el Gobierno Civil para el recogido de libros de los conventos suprimidos, Manuel Garcia Perez, 89 volumenes de a folio forrados en pergamino que tratan de la Escritura y otras materias morales, 315 volumenes de diferentes tamaños de varias obras casi inservibles y una porcion de libros descuadernados y viejos”24.

Algunos documentos pasaron al fondo del Archivo Histórico Nacional de Madrid25, el libro antiguo de Profesiones estuvo en manos del padre Getino, después en el convento de Caleruega y hoy en el de San Esteban de Salamanca; y la mayor parte del archivo paso al convento de monjas dominicas de Plasencia, donde se conserva en un arca que llaman “Arca de San Vicente”. Este fondo esta compuesto por 14 libros y otro del convento de Santa Catalina de la Vera de Plasencia, que fue casa filial, y 18 legajos de papeles y 1 de pergaminos. 24 Ver nota 15 25 Sección Clero, carpeta 415.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

Escudo Zúñiga. S. XVI.

Hay un libro especialmente interesante, el libro de becerro de San Vicente, el número 3 de los libros del Arca de San Vicente, que en la encuadernación de piel lleva por título Libro de Oro. Año de 1721.

Este becerro, escrito en papel, esta compuesto por 10 (blancas) + 259+ 2 (blancas) + 16 (índices) páginas. Fue escrito por un religioso del convento en 1721. Aunque no costa en el libro, debió ser el padre Juan de Villanueva. El texto es todo de una mano. El autor no se limita a registrar o resumir los documentos existentes en el archivo, sino que al recogerlos los va valorando, señalando los que están en vigor, los que no valen, etc. por lo que se convierte en una historia del convento tomando como referencia el fondo documental.

La entrada al convento se realiza a través de un porche con dos arcos de medio punto de desigual vano de luz, cubriendo la galería con bóveda de arista que dan paso a la

Portería:

En cada uno de los muros que flanquean la entrada,

encontramos un escudo. El de la izquierda es de los dominicos, del siglo XVI, que está inscrito en

una decoración vegetal. El de la derecha, de la misma época, es de la familia Zúñiga.

Sobre la entrada a la Sala Leonor de Pimentel, encontramos una pintura mural del siglo XVI o XVII. En el centro, un calvario con Santo Domingo (se adivina el rosario y tres mitras a los pies de la figura, aludiendo a los tres episcopados a que renunció) y Santa Catalina. La escena de la izquierda ha llegado en tal mal estado que no me es posible su identificación. La escena derecha es la representación de la leyenda del sueño del Papa Inocencio III, Santo Domingo y San Francisco26. Representa a los dos santos sosteniendo la Basílica Laterana27. En el margen inferior la leyenda “stemus simul, nullus adversarius praevalevit”28

26 Cada uno de ellos vio que la Basílica Laterana estaba comenzando a derrumbarse, y a dos frailes, uno en hábito blanco y el otro en un hábito marrón, colocándose ellos mismos como columnas para evitar el colapso total. Domingo se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito blanco, pero no sabía quién era el otro fraile. De igual modo, Francisco de Asís se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito marrón, pero desconocía quién era el del hábito blanco. Para Inocencio III el sueño era un rompecabezas y un misterio. El día siguiente, cuando Domingo iba a ver al Papa sobre la aprobación de su Orden, se encontró a un fraile joven vestido con un hábito marrón. Mirándose mutuamente, cada uno reconoció al otro como el compañero que ayudaba a soportar la Basílica Laterana, y se abrazaron en medio de la calle. Después fueron juntos a ver al Papa, y éste comprendió inmediatamente el significado de su sueño: "Las Órdenes de estos dos gran hombres serán como columnas que salvarán a la Iglesia de su destrucción". Fr. Maximiliano Rebollo OP.

27 "Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput" (madre y

cabeza de toda las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra), por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos. 28 “Seamos fieles a Cristo y no habrá adversario que pueda

vencernos”.

EL CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER DE PLASENCIA. DESCRIPCIÓN ARTÍSTICA

Portada, en ángulo con la de la Iglesia

Escudo dominico. S. XVI.

Pintura mural. S. XVI. Portería. Sobre el acceso a la sala Leonor de Pimentel.

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PARADOR DE PLASENCIA

D. Martín Nieto. S. XVI.

San Pedro Mártir.. S. XVI.

En el muro coincidente con el muro occidental de la iglesia, otra pintura mural de la misma época, que representa a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden, recibiendo el Rosario de la Virgen. Este atributo nace sin ninguna vinculación a las fuentes hagiográficas. Arranca de una leyenda medieval, posiblemente de la época en que Domingo predicaba en los alrededores de la aldea de Prulla, en Francia. Los artistas cristianos han asumido de la tradición popular el atributo iconográfico y lo han aplicado a Santo Domingo, propagando la idea de que la

Virgen se le apareció con un rosario en la mano y le encomienda su rezo y su difusión. Aunque históricamente nada se sabe de tal aparición, sí es manifiesto su amor ferviente a María, así consta en los testimonios para su canonización y en sus primeros biógrafos.

Bajo el escudo dominico, encontramos los restos de la escultura orante de don Martín Nieto, Bailio29 de la Orden de San Juan de las Nueve Villas, Comendador de Yébenes. Estaba situada en la iglesia del convento, en la capilla de Santo

29 Dignidad que obtenían los caballeros profesos de la Orden de San Juan por su antigüedad o por gracias particular del Gran Maestre de la Orden.

Tomás de Aquino y San Juan Evangelista, que en su origen perteneció a la familia de los Varona y fue comprada por él. Antonio Ponz, en su viaje a Plasencia en 1742 nos describe la sepultura: “En la capilla de San Juan se ve un magnífico sepulcro. Consiste, principalmente, en un nicho adornado de dos columnas corintias a cada lado. Sobre la urna hay una estatua de rodillas executada en marmol y con armadura, de lo más excelente que he visto en España desde que renacieron las bellas artes. Llena de gracia, grandiosidad y expresión, de suerte que, manos y cabeza parecen obra de antiguos griegos. Representa a Don Martin Nieto, Baylo de la Orden de San Juan de las nueve villas y Comendador de Yebenes, que fundó la capilla, según dice el epitafio, en el cual se lee que falleció en 29 de jluio de 1597. Es muy bueno el altarito de San Juan que hay en esta capilla con dos cuerpos, dórico y corintio”.

Sala Leonor de Pimentel:

Sobre el acceso a la Sala Álvaro de Zúñiga encontramos una pintura mural, del siglo XVI representando a San Pedro Mártir30 con los atributos habituales del santo; de pie, con el hábito dominico, ancha tonsura, el cuchillo clavado en el cráneo, un libro en la mano izquierda y en la derecha la palma, símbolo del martirio.

30 Fraile dominico del siglo XIII. Nombrado por el Papa Inquisidor General de Milán, confundió de tal modo a los herejes con sus predicaciones, que terminó siendo asesinado en un camino por un sicario que le hundió un cuchillo en el cráneo y le clavó una espada en el pecho. Antes de morir el santo alcanzó a escribir en el suelo "Credo in Deum" con su sangre.

Santo Domingo recibiendo el rosario de la Virgen. Pintura mural. S. XVI.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

Pasillo de comunicación de la portería con el claustro:

El artesonado que podemos admirar apareció durante las obras de restauración, en la zona de celdas, oculto tras un falso techo de cañas y yeso. Se trata del artesonado del dormitorio primitivo, comunal, que quedó oculto cuando se transformó en celdas individuales. Se desmontó para su restauración, y para que pudiera ser contemplado, se traslado a esta zona, donde no existía artesonado.

En este pasillo podemos contemplar los dos enormes contrafuertes del muro occidental de la iglesia y la arquería de comunicación con el patio.

A través de un arco de medio punto en cuya clave se sitúa el escudo de la Orden de Predicadores en una cartela se accede al vestíbulo de comunicación con el claustro.

Escalera del lado suroeste:

El artesonado es de casetones, cada uno de ellos con una roseta tallada y dorada. Sólo se conservan restos del dorado en dos rosetas.

Sala Álvaro de Zúñiga:

Dos arcos rebajados apoyados en ménsulas.

Durante la estancia de los claretianos en el convento, sirvió como capilla del colegio.

Claustro bajo:

Se accede al mismo por un arco de medio punto. Es de planta cuadrada, de dos pisos con cinco arcos carpaneles en cada uno de los cuatro lados, que van sobre pilastras elípticas montadas en podios.

Artesonado de grisalla. S. XV.

Orden de Predicadores

Artesonado de casetones

Claustro

Sala Álvaro de Zúñiga

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PARADOR DE PLASENCIA

El de la segunda planta está decorado al exterior con tracería gótica y cuatro motivos heráldicos en el

antepecho, en el centro de cada uno de los lados. Dos de ellos traen las armas papales, con una tiara sostenida por dos llaves cruzadas en aspa, otro con la cruz floronada de la Orden de Predicadores y el último, una variante del escudo dominico. Trae un can que porta en sus fauces una tea ardiente31. El blasón se flanquea de dos estrellas, símbolo de esta orden religiosa32.

31 Tiene su razón de ser en las armas de la orden de Predicadores

como consecuencia del sueño que tuvo la madre del fundador, Santo Domingo de Guzmán, cuando lo estaba gestado. La señora, beata Juana de Aza, creyó entrever en sus sueños que de su seno salía un cachorro de perro que portaba una tea encendida en las fauces, con la intención de prender fuego al mundo. Asustada por su figuración acudió a Santo Domingo de Silos, que le reveló el significado del sueño, como así mismo la misión que desempeñaría en la historia de la Iglesia el fruto de sus entrañas. 32 La leyenda cuenta que durante el bautismo de Santo Domingo de

Guzmán, fundador de la Orden, apareció una estrella sobre su frente. Santo Domingo, por medio de su vida y predicación, fue siempre una estrella brillante que atrajo almas perdidas a Cristo.

En las enjutas de los arcos de la planta baja dos escudos Zúñiga y dos Pimentel. Los cuatro iban timbrados con un coronel en forma de diadema perlada, que se ha perdido en dos de ellos.

Las crujías se apoyan en arcos carpaneles y se cubren con un techo plano de alfarje, con una profusa decoración ataujerada de entre lazos vegetales hecha al temple. Las jácenas iban sobre canes en forma de “ese”, que aun se mantienen.

Se restauró el artesonado existente, reproduciendo en su talla el que faltaba, pero dejándolo sin policromar.

Antepecho planta alta del calustro. Tracería gótica y escudo dominico

Artesonado del claustro bajo.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

En el ala del claustro de acceso a la sacristía, embutidos en el muro de la iglesia, varios confesonarios.

Escalera volada o escalera al aire:

En el acceso a la sacristía, en el ángulo suroeste del claustro, donde ahora está situado el bar, tras flanquear una puerta con un arco de medio punto de dovelas

planas, encontramos la conocida como escalera volada o escalera al aire.

Es de caja cuadrada y amplia, obra del maestro Juan Álvarez, de 1577. Por la escritura de pago de la obra, sabemos que Juan Alvarez no fue el único autor de la obra. Hubo un antecesor, autor de las trazas y el comienzo de la obra, y es más que probable que fuera Juan Ezquerra, hijo del maestro Pedro Ezquerra, arquitecto de la Catedral, que profesó en el convento probablemente en 157433.

Para no entorpecer el acceso a la sacristía, se resuelve mediante tres arcos encabalgados y rampantes, apoyados sobre ménsulas y de bóveda alabeada. Cuenta con un potente pasamano apoyado en balaustres. El pasamanos esta decorado con bolas y figuras de monjes. 33 “El maestro Juan Alvarez y la escalera del aire en Plasencia” Mª del Carmen Pescador del Hoyo. Revista de Estudios Extremeños. Año 1959. Tomo XV NÚM II.

En la escalera, encontramos dos escudos. El de la derecha trae las armas de los Zúñiga – Pimentel, timbrado de una corona perlada. El de la derecha es un medallón oval con la cruz jironada de la Orden de Predicadores, sin timbre, que se adorna con una bordura con roblones.

La escalera se cubre con una linterna cuadrada con

bóveda de crucería estrellada.

En las claves de la bóveda, tenemos: Al centro la cruz floronada del escudo de la Orden de Predicadores, a su alrededor parecen ser los cuatro evangelistas y en las cuatro más distantes deben ser Isaías, representado con la sierra de su martirio, el rey David, con corona real y tocando el arpa, Elías, con el cuervo que le llevaba el alimento cuando se hallaba fugitivo junto al torrente de Querit (I Re, 17, 6) y Moisés con las tablas de la Ley.

En el friso de la bóveda leemos:

“VERE DOMINUS EST IN ILLO LLEGO […]

NESCIEBAM […] NON EST […] ISI DOMUS

DEI ET PORTA COELI. GENESIS 28

Se trata del sueño de Jacob, narrado en Génesis 28, 16-17:

16 CUMQUE EVIGILASSET IACOB DE

SOMNO, AIT: “VERE DOMINUS EST IN

LOCO ISTO, ET EGO NESCIEBAM ”. 17

PAVENSQUE: “ QUAM TERRIBILIS EST,

INQUIT, LOCUS ISTE! NON EST HIC

Artesonado del claustro bajo.

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PARADOR DE PLASENCIA

ALIUD NISI DOMUS DEI ET PORTA CAELI

”.34

La otra parte de la estancia; cubierta con bóveda de crucería sencilla, de planta cuadrada en cuya clave contemplamos un escudo de los Zúñiga – Pimentel exacto al existente en la escalera; tiene en su lado este la puerta de acceso a la Sacristía, adintelada y decorada con una moldura quebrada con cornisa saliente en la parte superior y rematada en los laterales con candeleros y en el centro con un medallón oval con la cruz jironada de la Orden de Predicadores, sin timbre, adornado con una bordura con roblones, similar al existente en la escalera.

Sala Capitular:

Es la mas antigua del convento y obra del maestro Pedro González. Sabemos que la construcción empezó por esta sala (en 1473) y que se salvó de intervenciones posteriores.

Se accede a través de una puerta abocinada con arco de medio punto, flanqueada por dos ventanas góticas con

un parteluz que genera en su parte superior una celosía de primorosa tracería.

34 16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: “¡Así, pues, esta Yahvé en este lugar y yo no lo sabía!” 17 Y asustado dijo: “¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la Casa de Dios y la puerta del cielo! El párrafo narra el sueño de Jacob, en el que “soñó con una escalera apoyada en la tierra y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella”, Gen 28, 12.

La sala, de estilo gótico, cuenta con dos estancias. La primera es de planta cuadrada, cubierta con una bóveda

de crucería estrellada, en la que se pasa de la planta cuadrangular a la octogonal mediante trompas con nervios en su centro. Las claves están decoradas con escudos policromados nobiliarios y religiosos.

En la clave central las armas Pimentel. Traen un campo cuartelado en cruz. 1º y 4º de oro, con tres fajas de gules, 2º y 3º de sinople, con cinco veneras de plata. El blasón se timbra de un coronel. A los lados, en letras doradas, se lee Leonor Pimentel.

En las ocho claves menores, dos escudos de la Orden de Predicadores, de plata, con una estrella de oro, mantelado de sable, otros dos con la cruz florenzada de la Orden, dos con las armas Zúñiga y otros dos con las armas Enríquez.

En los nervios de las trompas, otros cuatro escudos, uno de ellos casi desaparecido. Los tres existentes son idénticos y a la fecha no hemos podido identificarlos.

Bóveda de la Sala Capitular

Escudo. Sala Capitular.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

A la izquierda de la entrada, un hueco para enterramiento, flanqueado por dos leones rampantes y rematado en la parte superior con una cornisa saliente con tres candeleros y una concha.

En la segunda estancia a la que se entra mediante una portada abocinada con dos arquivoltas sobre columnas, sobre la que aparece un rosetón, se resuelve la cubierta con el mismo tipo de bóveda, pero de planta hexagonal. En la clave principal el escudo Zúñiga. En las menores, un escudo de la Orden de Predicadores, de plata, con una estrella de oro, mantelado de sable, otros dos con la cruz florenzada de la Orden y dos escudos Pimentel.

Refectorio:

Se accede al mismo tras flanquear una puerta con un arco de medio punto de dovelas planas. Es de proporciones rectangulares, cubierto con techumbre

plana de madera con grandes vigas que van sobre canes de perfil lobulado. Está segmentado en dos

tramos a través de un gran arco carpanel.

Tres de los lados de la estancia se ocupan por el asiento corrido, de granito. De la

mesa no quedan restos. Era de granito sobre columnas del mismo material.

El respaldo esta formado por un friso de azulejos talaveranos del siglo XVI, con 16 motivos con las armas de la Orden y en la cabecera, de mayor tamaño y adornado con una cenefa, otro con la cruz jironada de la Orden.

En el muro Oeste se encuentra un pozo y el púlpito, con escalera interior. Sobre el púlpito, un blasón don las armas Zúñiga – Pimentel timbrado de un coronel.

Al lado de la puerta, la escalera de bajada a la bodega, sobre la que vemos un escudo de la Orden.

Claustro alto:

La cubierta original se perdió en la Guerra de la Independencia, en el saqueo e incendio de las tropas napoleónicas. Una inscripción recuerda el año de una restauración: 1850.

Los muros se cubren con un esgrafiado que alterna paños de dos distintos motivos. Uno de ellos parece ser una venera, componente del escudo Pimentel. En los muros encontramos tres pinturas murales del XVI. La primera, al ingresar al claustro alto desde la escalera volada, es un escudo de la Orden de Predicadores, con la cruz floronada y estrellas. La segunda es un escudo de la familia Zúñiga – Pimentel y el tercero, al lado del anterior, una alegoría de la muerte.

En una de las esquinas, en el friso, leemos:

SE REEDIFICO ESTE CONVENTO AÑO DE 1850 - FUTURAM INQUIRIMUS

La inscripción en castellano está escrita sobre parte de la anterior en latín. Quizá la misma estaba casi perdida cuando se decidió dejar constancia de la restauración.

Me inclino a pensar que la inscripción original era:

NON ENIM HABEMUS HIC MANENTEM CIVITATEM, SED FUTURAM INQUIRIMUS35

35 Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. Hebreos 13, 14.

Ventana de la Sala Capitular

León rampante. Sala Capitular.

Claustro alto. Inscripción.

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PARADOR DE PLASENCIA

En otra de las esquinas, RAPIT ULTIMA36

Sobre la alegoría de la muerte encontramos restos de otra inscripción.

Biblioteca:

Se encuentra situada sobre el refectorio, y tiene idénticas medidas y cubierta de madera.

En el friso leemos:

«SI QUAESIERIS SAPIENTIAM QUASI

PECUNIAM ET SICUT THESAUROS

EFFODERIS ILLAM TUNC INTELLEGES

TIMOREM DOMINI ET SCIENTIAM DEI

INVENI ES QUIA DOMINUS DAT

SAPIENTIAM ET EX ORE EIUS PRUDENTIA

ET SCIENTIA CUSTODIET RECTORUM

SALUTEM PROVERBIORUM»

Es un proverbio. En la Vulgata tenemos:

«SI QUASIERIS EAM QUASI PECUNIAM ET

SICUT THESAUROS EFFODERIS ILLAM

TUNC INTELLEGES TIMOREM DOMINI ET

SCIENTIAM DEI INVENI QUIA DOMINUS

36 Quizá: “MORS NON UNA VENIT, SED QUAE RAPIT ULTIMA MORS EST”. Séneca, Epistula XXIV ad Lucilum. “No hay una sola muerte, sino que la que nos arrebata es la última”

DAT SAPIENTIAM ET EX ORE EIUS

SCIENTIA ET PRUDENTIA CUSTODIET

RECTORUM SALUTEM ET PROTEGET

GRADIENTES SIMPLICITER». Proverbios 2, 4-737

Escalera noroeste:

De caja cuadrada, tenía una bóveda de crucería gótica. Para recrecerla se demolió la bóveda original. Ahora luce una de media naranja sobre pechinas con linterna.

En la restauración se han dejado sin enlucir los arranques de los arcos de la primitiva bóveda gótica.

Escalera Noreste:

Rematada por un chapitel octogonal en forma de aguja

Bodega:

Se comunica con el refectorio e interiormente con la cocina.

Originalmente contaba con una techumbre plana de madera apoyada en canes, que aun se conservan.

Posteriormente se recreció con una bóveda de cañón en ladrillo, al a que se añadió una arquería sobre columnas que discurre por la clave de la bóveda, reforzándola, ya

37 4 Si como á la plata la buscares, y la escudriñares como á tesoros; 5 entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. 6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.7 Él provee de sólida sabiduría á los rectos: Es escudo á los que caminan rectamente.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

que al reformar el edificio de celdas, uno de los muros descansa justo sobre la clave de esta bóveda.

Como curiosidad, destacar que debido al coste del material y a ser la bodega un lugar de uso interno, se reutilizó material procedente de la reforma del convento. Así uno de los capiteles de las columnas es en realidad una dovela de un arco gótico.

Exterior del convento:

Patio:

La arquería de ladrillo se debe a la restauración del convento tras el saqueo e incendio que sufrió en la Guerra de la Independencia. Esta zona era la destinada a aulas, y sabemos que fue incendiada como represalia al haber escondido los guerrilleros sus reservas de algodón en un intento de hurtarlas a las tropas invasoras. La arquería original debería estar compuesta por arcos idénticos a los del pasillo de comunicación

anterior, pudiéndose contemplar los restos del arranque del último arco al final de la zona.

En esta zona podemos contemplar un sarcófago de piedra y parte de los fustes de dos columnas, que junto con otros trozos de fuste que se encuentran en la portería, un capitel en el pasillo de acceso al claustro y dos

trozos de friso que hay en el claustro, forman parte del mausoleo de D. Martín Nieto, que se encuentra en la iglesia tras un

restablo neogótico.

Pudiera ser que tras la guerra de

la Independencia,

mutilada la escultura de D. Martín Nieto, se

decidiera realizar un

retablo neogótico,

como los que se estaban

instalando para sustituir a los que fueron destruidos. Se decidió instalarlo delante del mausoleo, desmontando sólo las columnas mas exteriores, probablemente por un problema de proporciones del nuevo retablo. Los elementos desmontados se pasaron al convento.

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PARADOR DE PLASENCIA

En el muro exterior de la biblioteca, de interesante arquitectura, encontramos dos escudos esgrafiados de la Orden de Predicadores.

Y contemplamos las enormes dimensiones de los contrafuertes del muro de la iglesia, que delimitan la portería y las salas Leonor Pimentel y Álvaro de Zúñiga.

En el suelo, encontramos uno de los aljibes del convento, aun en uso. Pueden contemplarse los restos de las primitivas canalizaciones del agua de lluvia al mismo.

Por último, podemos

acercarnos al paseo de ronda de la muralla y admirar la fachada del edificio de celdas. En sus dos primeras plantas es de mampostería y las dos superiores de ladrillo y tapial. En su origen era

simétrica y alternaba las ventanas con arco rebajado y conopial.

Edificio de celdas- Fachada.

Edificio de celdas- Fachada. Detalle.

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CONVENTO DE SAN VICENTE FERRER

ANEXO:

Nota 2: “Primeramente hay una escritura de donación de nuestros fundadores don Álvaro de Zuñiga y doña Leonor Pimentel, escrita en pergamino, en la cual dicen que por cuanto ellos han edificado a su costa una iglesia y monasterio pequeño, que se llama San Vicente en la ciudad de Plasencia que esta cabe la Puerta de Trujillo, y ha por linderos casas de la iglesia de Santa María la Mayor y corral de Gutierre de Castañeda y casas y corral de la mujer de Francisco Gil y por las otras partes las calles públicas. Hoy se llama Santo Domingo el viejo. […] por muchas causas legítimas que a ellos los mueven y por servicio de Dios y de la Virgen María y señor san Vicente etc. donamos y traspasamos en el dicho monasterio de S. Vicente que de nuevo se está edificando, […] y también el dicho monasterio que así esta edificado cerca de la Puerta de Trujillo, con todos sus derechos, corrales, pertenencias, ornamentos, libros, joyas etc. para siempre jamas” Nota 3: “Por ende e otras muchas razones que me aello mueuen que son ami notorias e legitimas: Consocida cosa se atodos los que el presente instrumento e escritura vieren con yo el dicho Don Aluaro Destuñiga duque e conde suso dicho por las causas e razones por mi ya dichas e por otras que en esta causa se podrian decir e aclarar, de mi propio motu e cierta ciencia e deliberada voluntad, e asuplicacion e ruego dela dicha Duquesa mi muger auido sobre todo grand deliberación e Consejo señalo e declaro e mando e asigno que el dicho monasterio de señor sant Vicente sea fecho e hedificado enla dicha mi cibdat de plazencia donde es e esta comenzando en la Mota dela dicha cibdat de plazencia donde fue la Sinagoga delos Judios por ser lugar mas convenible e sano que se pudo fallar enla dicha mi cibdat de Plasencia en especial segund la quantidad e largueza e anchura e espacio que ha menester el dicho monasterio para ser excelente e famoso segund quelo yo e la dicha duquesa mi muger lo desseamos e que comience el termino e señalamiento e limites del dicho monasterio assi para la iglesia como para la claustra e capillas e Capítulo e refitorio e dormitorio e cozina e bodega e camaras e huerta e para las otras officinas ecosas necessasrias del dicho monasterio e casa e aumento e seruicio del desde==la quebrada dela dicha mota que esta ala parte de la iglesia dela madalena sola cerca dela dicha mota, e que vaya a dar enla cerca do esta el postigo cerrado, e por la dicha cerca vaya a dar ala almena blanca, e ende por la dicha cercavaya adar en la casa que se agora faze fazia mi palacio e casas carca de se dize que esta el pozo delas casas caydas que fueron de Rebi Abraham e vene e vaya a dar al esquina del palacio mayor mio e que esta fuera del cuerpo e del dicho mi palacio, e se siga por la pared del dicho palacio nuevo adar en la cerca vieja dela dicha cibdar de plazancia que es ally do era e estaua la dicha cerca dela dicha mota. E dende porla dicha cerca adelante vaya acerrar con la dicha quebrada donde se comienza el diho señalamiento e nombramiento e termino del dicjo sitio; ental manera quelas dichas cercas que son o entran juntas con los dichos limites sean e entren ene. Dicho termino e señalamiento e amojonamiento del dicho monasterio lo quual todo e cada cosa e parte dello ya asy señalo e do e nombre e traspasso ñeque se faga el dicho monasterio e cosas necesarias para ello suso nonbrado e deslindado con todas sus entradas e salidass e derechos e pertenencias como señor dela dicha cibdat de Plazencia e de lo sobre dicho. E por cuanto yo de todo lo sobredicho e qualquier parte dello priue del señorio e propiedat e possesion dello alos Judios e aljamas e otrs personas assi xpianos (cristianos) como Judios que de antes lo tenian ocupado por muchas causas legitimas o por el bien publico de la dicha mi cibdat e lo aplique, e encorpore en mi señorio e patrimonio, lo qual amayor abondamiento como mejor puede priuo dello ade qualquier parte dello aqualesquier personas de qual quier estado e condicion que sean e lo aplico e incorporo enel dicho mi señorio e patrimonio, e por el dicho bien publico dela dicha mi cibdat e por otras causas muchas que me aello mueuen fago pura gracia e donacion e cession etraspassacion fecha e acabada que es dicha entre biuos non reuovable para agora e para siempre jamas al dicho monesterio del señor de sant vicente e para el, e para la dicha Orden de santo domingo. E a vos el licenciado fray Pedro de barrrio nueuo frayre dela dicha orden de santo domingo prior que soes de dicho monesterio que presente estades rescibiente la dicha estipulacion e contrato e donacion e nombramiento e sañalamiento delos terminos e sitio del dicho monesterio que con su nonmbre para ello, enla mejor forma e manera que puedo e de derecho deuo darlo e nonbrarlo e señalarlo, e vos rescebirlo en nonbre del dicho monesterio o dela dicha orden” Nota 13 Sr Tan luego como [ilegible] esta ciudad por los enemigos me restitui desde donde me habia fugado con mi comunidad a este convento de mi cargo, fue uno de mis cuidados informarme por menor del estrago enorme que en el habian echo con el fin de trasladarlo a la alta consideracion De S.M. según tengo entendido ser su voluntad soberana, como lo hago por esta sin mas objeto que el que S M se penetre mas y mas del furor vandalo y salvaje que impele a unos hombres que tratan de despedazar tal vez mas que [ilegible] govierno, la religion el santuario. Con efecto, llegaron a esta desgraciada ciudad el 2º de agosto y el 3º ya no era convento, según me aseguran testigos de vista, sino un acerdo de ruinas, destrozos y basura. Consumaron su obra el 5º en que incendiaron el algodón depositado en este convento por orden del Excmo. Sr. Capitan General desde el mayo del año pasado, penetrando el fuego en un momento los salones en que estaba y de alli a toda la porteria, paneras, coro y alguna parte de la iglesia Solo verlo ofrece una imagen desoladora y horrorosa. Mas no a ellos, que no satisfechos llenaron la medida de su barbaro furor quemando sin quedar piedra sobre piedra los caserios del convento [ilegible] para la labor con todos sus aprestos matando enseguida los bueyes que habia a este fin, abrasando hasta los cimientos otro caserio que

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era bodega para vino despues de consumir el que habia y romper casi todas las vasijas, talando dos dehesas y en una de ellas toda la mies que habia aparte ya segada y otra por segar matando mas de tres partes de las cuatro de ganados que poseia este convento de todas las especies, consumiendo todas las prevenciones para la subsistencia de los religiosos; destruyendo todos sus muebles y echando al fuego [ilegible] servirles. No perdonaron puertas ,ventanas, mesas colchones, [ilegible] hasta la grande y exquisita biblioteca, asta la librería coral, asta la silleria magnifica del coro, cuyas astillas servian para sus ranchos. No fue mas afortunada la iglesia. Ella fue cuadra de sus brigadas y a mas burdel… su pobre adorno hecho pedazos [ilegible] sus imágenes unas quemadas, y otras mutiladas o destrozadas del todo y hasta el tabernaculo… gracias que la fuga aunque precipitada dio tiempo para consumir el augusto sacramento del altar. Esta es señor en suma la suerte de este convento a manos del enemigo pero mi comunidad aunque ya pobre e infeliz esta alegre y feliz de haber dado con su fuga un testimonio publico cual podria dar de su patriotismo, adhesion al [ilegible] soberano El Señor Fernando 7º que Dios guarde y de obediencia a S.M Dios guarde a V M que pido en este convento de San Vicente, orden de Predicadores, de Plasencia a 28 de Noviembre de 1809. Sr. B.L.P. [ilegible] su humilde vasallo. Fray Josef Mª Ramos Prior. Al padre Fr. Jose Maria Ramos Monroy. Plasencia Sevilla, 6 de diciembre de 1809 La Suprema Junta de Gobierno del Reino ha oido con el mayor sentimiento las pinturas que hace V en un papel de 28 de noviembre ultimo del estrago sacrílego y horroroso que ha hecho el enemigo en ese convento y al paso en el ha sido muy acepta a S.M la nueva prueba de patriotismo que ha dado V y sus religiosos en esta ocasión, quiere que yo diga a V que desea estar en proporcion de remediar sus maldades. De Real orden lo comunico a V para su inteligencia y gobierno. Nota 19 “comparecieron los peritos nombrados en la misma y dijeron que han visto y reconocido el edificio convento que fue de Santo Domingo de esta Ciudad y atendido a lo ruinoso que se encuentra el interior de dicho edificio y que lo que se encuentra muy reparado es la iglesia por lo que conceptuan vale en venta un millon ciento diez y siete mil trescientos cuarenta y cinco y que en renta cuanto mas mil cuatrocientos y porque el interior del edificio no esta en terminos de arrendarse y que la iglesia por su construcción puede servir para encerrar granos u otra cosa no estando dedicado a lo que ahora se encuentra que es a los oficios divinos: Que lo dicho es la verdad bajo el juramento prestado en el y es esta su declaracion y les fue leida se reafirmaron y ratificaron” Nota 23: “Cajón 10.

Librería que dio a este convento D. Rodrigo Ignacio de Carvajal y con qué cargas

El año de 1655 D. Gonzalo de Carvajal y Trejo, con poder que tenía de D. Rodrigo de Carvajal y Nieto, Caballero del hábito de Santiago y vecino de Plasencia entregó a este convento y se hizo donación de 2.809 libros entre manuscritos e impresos, SS. Padres, Biblias, Glosas, libros Griegos, Hebreos y italianos (que viene a ser casi toda la librería que hoy tenemos porque no tiene más que tres mil y tantos libros y de estos o todos los que restan o la mayor parte de ellos se compró con los duplicados que había entre los 2.809 libros que nos dio el dicho D. Rodrigo Ignacio de Carbajal y Nieto, el cual hizo esta donación con las cargas siguientes:

Lo 1º, que este convento haya de decir por su intención en la su capilla que tiene en la parroquia de S. Nicolás, de esta ciudad a 4 rs. La limosna de cada misa 1.650 misas. Lo 2º, que se haya de decir en este convento por su intención 1.500 misas y la limosna de estas 1.500 misas señala a real y cuarto, que toda la limosna de estas misas monta 8.475 rs. Lo 3º, que se le haya de decir perpetuamente en este convento en la infraoctava de Todos los Santos una misa cantada con vigilia y responso en el altar mayor y que tenga obligación el convento a avisar al sucesor de su casa para que si quisiese asistir a esta misa. Lo 4º, que se la haya de dar una llave de la librería al sucesor de su casa y mayorazgo. Lo 5º, que tenga obligación el convento a poner a los sucesores de su casa en sus capítulos entre los demás bienhechores para que gocen de los sufragios y

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oraciones de los religiosos de él. Lo 6º que se haya de poner (como de facto esta puesto) un rótulo por bajo de Sto. Tomás en la cabecera de la librería que diga lo siguiente:

El Sr. García de Loaysa Girón, arzobispo de Toledo, maestro del Príncipe Felipe III, dejó su librería a sus sobrinos los Sres. D. Pedro de Carvajal, Deán de Toledo y obispo de Coria, y D. Alvaro de Carvajal, capellán y Limosnero Mayor de su Magestad y Abad de Sta. Leocadia, electo obispo de Zamora. Los cuales la dejaron al Sr. D. Diego Esteban de Carvajal y Nieto Comendador de Castro Verde de la Orden de Santiago; su sobrino; y su hijo D. Rodrigo Ignacio de Carvajal y Nieto caballero de la dicha Orden la dejó a este convento con algunas cargas como consta de escritura año de 1650.

Con las cuales dichas condiciones recibió el convento la dicha librería y se le obligó a mantenerla y no enagenarla, ni venderla, excepto los libros duplicados que en ella hubiere que estos y los que tuviere duplicados en adelante el convento así suyos como de esta librería y más los libros Hebreos, Griegos y Italianos los ha de poder vender el convento con tal que su importe se emplee en otros libros y ornato de la librería, y en otras conveniencias del convento. Obligó el convento a lo dicho sus rentas y D. Rodrigo obligó a la cuición y saneamiento la mejora del tercio y quinto que en él hizo su padre D. Diego Esteban de Carvajal y Nieto y la hipotecó para siempre jamás a la dicha cuición etc. Esta aquí cosido el inventario de los 2.809 libros. Ojo: una misa vigilia y responso cantado, limosna dos ducados y que estos se paguen y sea finca el valor de la librería que nos da.”

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Unas breves notas: Estimado cliente: Bienvenido al Parador de Plasencia. Se aloja usted en un edificio cargado de arte e historia. Probablemente esa haya sido una razón de peso para su estancia en él. Normalmente una guía artística e histórica nos ayuda a comprender y disfrutar mejor aquello que contemplamos, y esa es la razón de ser de estas humildes páginas. He leído cuanto ha llegado a mi conocimiento acerca del convento y he procurado trabar unas y otras noticias en el orden que me ha parecido más lógico. Aunque la iglesia pertenece al conjunto conventual, la trato en una guía aparte. He intentado hacer la descripción artística siguiendo un orden de visita, evitando en lo posible los pasos atrás. Si encuentra alguna sala cerrada, pregunte en Recepción. Normalmente pueden ser visitadas por los clientes alojados, aunque transitoriamente pueden no estarlo por desarrollarse en ellas algún evento. En los casos del refectorio y la bodega, son zonas no visitables. Se abren en su horario y sólo para los clientes que van a utilizarlos. Confiando disfruten de su estancia en el Parador, quedo a su disposición. Atentamente, Félix Lobo Director mailto:[email protected]

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Bibliografía utilizada: Crescencio Palomo Iglesias, O.P.

• Carta Inédita de la Duquesa de Plasencia, doña Leonor Pimentel, donando a los Dominicos el convento de San Vicente Ferrer de la ciudad de Plasencia (22 de agosto y 10 de Octubre de 1484), en Revista de Estudios Extremeños, Enero-abril 1975. Badajoz.

• El Convento de San Vicente Ferrer, de Plasencia, en Revista de Estudios Extremeños, Enero-abril 1978. Badajoz. • Becerro del convento de S. Vicente de Plasencia, en ARCHIVO DOMINICANO Anuario III, 1982. Instituto Histórico Dominicano

de San Esteban, Salamanca. • Libro de Becerro del convento de San Vicente Ferrer de Plasencia (II), en ARCHIVO DOMINICANO Anuario IV, 1983. Instituto

Histórico Dominicano de San Esteban, Salamanca. • Libro de Becerro del convento de San Vicente Ferrer de Plasencia (y III), en ARCHIVO DOMINICANO Anuario V, 1984. Instituto

Histórico Dominicano de San Esteban, Salamanca. • Los Dominicos y su labor universitaria en Plasencia. Convento de San Vicente Ferrer, en ARCHIVO DOMINICANO Anuario XXV,

200. Instituto Histórico Dominicano de San Esteban, Salamanca. J. Salvador y Conde, O.P.

• Historia de la provincia dominicana, libro II, Editorial San Esteban, 1991. ISBN 84-87557-09-0 María del Carmen Pescador del Hoyo

• El maestro Juan Alvarez y la escalera del aire de Plasencia, en Revista de Estudios Extremeños, año 1959 tomo XV Núm II. José María Fernández Pomar

• Libros y manuscritos procedentes de Plasencia, en HISPANIA SACRA, Vol XVIII nº 35 1965 1er semestre José Benavides Checa

• Prelados Placentinos. Excmo. Ayuntamiento de Plasencia, 1999, 1999. ISBN: 84-922925-2-0 Pedro Cordero Alvarado

• Plasencia Heráldica, histórica y monumental, Excmo. Ayuntamiento de Plasencia, 1997. ISBN 84-922925-0-4 Jesús Manuel López Martín

• Paisaje urbano de Plasencia en los siglos XV y XVI, Asamblea de Extremadura, Departamento de Publicaciones, marzo 1993. ISBN 84-87622-13-5

Francisco Javier Pizarro Gómez, coordinador

• Monumentos Artísticos de Extremadura, tomo II, Mérida, Editora Regional de Extremadura. ISBN 84-7671-950-7 Fernando Flores del Manzano

• Plasencia y su entorno durante el reinado de Fernando VII y la Regencia de María Cristina (1808-1840), Excmo. Ayto. de Plasencia, 2004. ISBN 84-922925-8-X.

Manuel Roso Díaz • La desamortización urbana en la provincia de Cáceres, 1836-1900, C´ceres, Universidad de Extremadura, Servicio de

Publicaciones, 2006. ISBN 84-7723-703-4 Archivo Municipal de Plasencia

• Boletines oficiales de la provincia de Cáceres Archivo Histórico Provincial de Cáceres.

• Secciones Bienes Nacionales y Clero. Rev. 3. Junio 2010.