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En la parashá de esta semana me surgió un gran dilema muy interesante: ¿por qué los espías que envió Moshé regresaron con un informe negativo, mientras que los que envió Yehoshua, en la Haftará de esta semana, regresaron en un tono entusiasta y positivo? La diferencia radica en que fueron a cumplir con su misión con perspectivas diferentes: los espías que envió Moshé fueron con la actitud de si entrar o no a la tierra, mientras que los de Yehoshua no tenían ninguna duda de que debían entrar a la tierra. Esa era la voluntad de Hashem. No entrar a la tierra era algo impensable. Jamás se les pasó por la cabeza. La única cuestión era cómo entrar. Cuando una persona desde el comienzo mantiene una actitud positiva, su enfoque se centrará en lograr su objetivo, pues jamás se le pasa por la cabeza lo contrario (esto lo aprendí después de que una persona me lo ha repetido en reiteradas ocasiones) y tiene toda la razón... y aquí radica algo muy importante. No todo el tiempo la mayoría de las personas tienen la razón. En este caso me centraré en el tiempo de Moshe: No debemos pensar que aquellos comandos secretos eran gente sencilla que no sabía lo que hacían. Todo lo contrario, eran doce líderes connotados, gente de alto rango, jueces de Israel, cabezas de tribus. Sabios respetables y de alta capacidad de razonamiento. Según algunos comentaristas, el nombre y orden dado a los doce espías no sigue el sistema biológico, sino jerárquico, es decir, los más altos y connotados se nombraron primero y los de menos peso, al final. Calev fue nombrado tercero y Josué quinto, esto nos dice del alto nivel de liderazgo de los doce líderes elegidos por cada tribu. No obstante, el grupo de doce se dividió. Diez, la mayoría, contra dos, la minoría. Tristemente el pueblo siguió el consejo de la mayoría y el resultado fue el caos, la división, el exilio de toda una generación.

parasha shelaj leja

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Parasha

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Page 1: parasha shelaj leja

En la parashá de esta semana me surgió un gran dilema muy interesante: ¿por qué los espías que envió Moshé regresaron con un informe negativo, mientras que los que envió Yehoshua, en la Haftará de esta semana, regresaron en un tono entusiasta y positivo?

La diferencia radica en que fueron a cumplir con su misión con perspectivas diferentes: los espías que envió Moshé fueron con la actitud de si entrar o no a la tierra, mientras que los de Yehoshua no tenían ninguna duda de que debían entrar a la tierra. Esa era la voluntad de Hashem. No entrar a la tierra era algo impensable. Jamás se les pasó por la cabeza. La única cuestión era cómo entrar.

Cuando una persona desde el comienzo mantiene una actitud positiva, su enfoque se centrará en lograr su objetivo, pues jamás se le pasa por la cabeza lo contrario (esto lo aprendí después de que una persona me lo ha repetido en reiteradas ocasiones) y tiene toda la razón... y aquí radica algo muy importante.

No todo el tiempo la mayoría de las personas tienen la razón.

En este caso me centraré en el tiempo de Moshe:

No debemos pensar que aquellos comandos secretos eran gente sencilla que no sabía lo que hacían. Todo lo contrario, eran doce líderes connotados, gente de alto rango, jueces de Israel, cabezas de tribus. Sabios respetables y de alta capacidad de razonamiento.

Según algunos comentaristas, el nombre y orden dado a los doce espías no sigue el sistema biológico, sino jerárquico, es decir, los más altos y connotados se nombraron primero y los de menos peso, al final. Calev fue nombrado tercero y Josué quinto, esto nos dice del alto nivel de liderazgo de los doce líderes elegidos por cada tribu.

No obstante, el grupo de doce se dividió. Diez, la mayoría, contra dos, la minoría. Tristemente el pueblo siguió el consejo de la mayoría y el resultado fue el caos, la división, el exilio de toda una generación.

Ahora: ¿Cómo sabemos que la decisión de la mayoría es la apropiada o la inapropiada? ¿Cómo sabemos que el juicio de la minoría es el correcto?

La respuesta la siguiente:

Primero: Cuando es una decisión fundamentada en la Palabra dicha por el Eterno, sabemos qué decisión es la correcta.

Segundo: Cuando es una decisión apegada al líder de la generación, sabemos que la decisión es apropiada.

Pero si la mayoría toma decisiones en contra de la clara revelación de las Escrituras y al mismo tiempo, en desacato a la opinión del líder o juez generacional, entonces sabemos que aunque sea la mayoría, la decisión es inapropiada y en este caso, no debemos seguir la mayoría para rebelarnos contra el Eterno y Su Toráh.

Page 2: parasha shelaj leja

David pudo tener muchas razones para levantar su mano contra Shaul, pero no lo hizo; esperó que fuera el Eterno quien tomara la decisión final, porque atentar contra el líder generacional dado por el Eterno, es como atentar contra Elohim mismo que nos lo entregó.

Luego no podremos decir: “Yo hice lo que la mayoría había aconsejado”, porque el consejo del Eterno siempre toma precedencia sobre el consejo de los hombres. Los que siguieron el consejo de la mayoría tuvieron que sufrir el juicio divino y regresar hasta el desierto por 40 años y perecer en el desierto; solamente sus hijos entraron luego a la tierra, en los días de Josué ben Nun.

Está escrito en algún lugar del Talmud que hubo una controversia entre el Rav Eliezer y el resto de los líderes de su generación. Este Rav Eliezer era un líder muy grande. En medio de la controversia, el Rav Eliezer exclamó:

“Si la interpretación es como yo afirmo, que lo diga el viento”. Y un viento recio sacudió toda la casa donde estaban sentados. Perolos demás jueces dijeron: “La Toráh no está en el viento”. Y no siguieron su consejo.

Entonces dijo: “Si la interpretación es como yo afirmo, que lo diga el río”. Y un río que cruzaba detrás de la academia talmúdica, cambió su curso ante la vista de todos.

Pero dijeron los jueces: “La Toráh no está en el río”. Entonces dijo: “Si la interpretación es como yo afirmo, que lo diga el cielo”. Y se oyó una bat kol (una voz celestial) que dijo: “La ley es conforme Rav Eliezer”. Pero dijeron los jueces: “La toráh no está en el cielo”. Ante tales argumentaciones, Rav Eliezer salió triste de la academia hacia su casa. En el camino se le apareció el profeta Eliyahu y el Rav le preguntó: ¿Qué dijo el Cielo cuando escuchó la decisión de mis colegas? Eliyahu respondió diciendo: “El Cielo dijo: Mis hijos, mis hijos me han defraudado”.

Este es el resultado de seguir una mayoría equivocada. Aquellos 10 líderes de Israel, aunque eran mayoría casi absoluta, estaban errados en su interpretación de los hechos y al minar la fe del pueblo, se desligaron de Moshé y se desligaron del plan del Eterno arrastrando al pueblo a un largo y penoso exilio.

La verdad no siempre está en la mayoría. Hubo un tiempo cuando la mayoría de la gente pensaba que la tierra era plana. Pero estaban equivocados. La verdad no está necesariamente del lado de los muchos. En ocasiones está del lado de los pocos, cuando proviene directamente del Consejo del Altísimo, la fuente única de la verdad única. Debemos tener cuidado a la hora de interpretar los hechos que ocurren alrededor de nosotros y no apresurarnos a seguir la opinión de los demás, sino esperar que sea el Eterno mismo quien nos indique de qué lado está la verdad y seguirla.

Rav Shaul decía: “Por fe andamos, no por la vista”, es decir, la interpretación que hacemos de los hechos que ocurren en nuestras vidas deben estar fundamentados sobre la base de la fe obediente, no por la interpretación que viene por los ojos, es decir, por nuestra lógica o razonamiento humano, cuando éstos contradicen lo que está Escrito.

Page 3: parasha shelaj leja

Apegarnos a HaShem y a Sus promesas será la clave de la victoria. No mires a los lados, ni prestes atención a los que vienen con informes para desalentarte, pon tus ojos en el Eterno por medio de aquél a quien Él mismo ha designado para pronunciar nuestro nombre y resucitarnos en el día postrero. Los hombres podemos fallar, pero Yeshua es el modelo permanente; debemos caminar puestos los ojos en él y apegados a aquellos que nos han guiado y enseñado en el camino.