4
YOLLEO Eh vos tatacombo soy yo di no me oyes tataconco soy yo sin vos sin voz aquí yollando con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos lo sé lo sé y tanto desde el yo mero mínimo al verme yo harto en todo junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre por qué si sos por qué di eh vos no me oyes tatatodo

Parcial Tyal

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Parcial Tyal

YOLLEO

Eh vos

tatacombo

soy yo

di

no me oyes

tataconco

soy yo sin vos

sin voz

aquí yollando

con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla

entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos

lo sé

lo sé y tanto

desde el yo mero mínimo al verme yo harto en todo

junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre

por qué

si sos

por qué di

eh vos

no me oyes

tatatodo

por qué tanto yollar

responde

y hasta cuándo

Page 2: Parcial Tyal

A partir del análisis del poema “Yolleo” perteneciente a En la masmédula de Oliverio Girondo podemos notar un desplazamiento de la importancia por las formas y los objetos cotidianos en Veinte poemas para ser leídos en el tranvía hacia una exaltación del uso del lenguaje y su capacidad intrínseca de producción y creación.

El énfasis por las formas y los objetos, que tiene lugar en la primera etapa de poesía de Girondo, se da por ejemplo, a partir de un nivel de percepción en el que el sujeto de enunciación observa la realidad a la vez que se mantiene fuera de ella, es decir, no forma parte del mundo al que hace referencia sino que al ocupar el lugar de espectador crítico, hace referencia a la supremacía de los objetos sobre el hombre teniendo en cuenta su relación con el contexto cosmopolita. Detrás de este personaje observador y crítico, dice Schwartz (1), “hay una verdadera intención de destruir los modelos psicológicos impuestos por el romanticismo –irónicamente criticados a través del lenguaje satírico del poeta”.

“En el fondo de la calle, un edificio público aspira el mal olor de la ciudad”

El caso del “sujeto-ojo” (es decir el del sujeto de enunciación ajeno a la realidad que refiere y por lo tanto ajeno en la misma enunciación) aparece por ejemplo en “Pedestre” y se encarga de describir todo aquello que captan sus sentidos, primordialmente el de la visión. Un recurso utilizado para la construcción de este tipo de enunciación en Pedestre es la antropomorfización de los objetos, es decir, la adjudicación de partes del cuerpo, características y comportamientos propiamente humanos a las “cosas” del entorno, que provocan de esta manera un desplazamiento del personaje humano como protagonista de la historia y la consecuente conversión del objeto cotidiano en objeto poético.

“Con un brazo prendido a la pared, un farol apagado tiene la visión convexa de la gente que pasa en automóvil”

“Junto al cordón de la vereda un quiosco acaba de tragarse una mujer”

El cambio hacia la apreciación del valor intrínseco del lenguaje ( reglas, componentes y posibles combinaciones) se percibe En la masmédula y se da por ejemplo en “Yolleo” a partir del uso de un yo incorporado al enunciado, lexicalizado, que toma protagonismo y se desenvuelve a través de su verbalización o sustantivación, diferenciándose del Yo o sujeto de la enunciación. Es decir, el imaginario que el sujeto poético pretende expresar en este caso, es el de la soledad y hartazgo de sí mismo.

“con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla

entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos”

Podemos decir entonces que el autor se sirve de las propias herramientas que el lenguaje le provee para realizar la articulación. Hace uso de una de ellas explícitamente, la transforma y le asigna funciones a la vez que es consciente que ésta subyace a todo el enunciado; de esta manera logra demostrar hasta en qué nivel es tan sólo su propio yo quien acompaña al sujeto del enunciado.

“junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre”

Page 3: Parcial Tyal

Asimismo en este juego con el lenguaje, se aprovecha el recurso de la similitud fonológica entre /yollar/ y /llorar/, provocando una impresión más poderosa del sentimiento que el sujeto experimenta debido a la soledad y la ausencia de respuestas que vuelven a su mensaje un monólogo y una súplica.

“por qué tanto yollar responde

y hasta cuándo”

Bibliografía

(1) Schwartz, Jorge. Vanguardia y Cosmopolitismo en la Década del Veinte. (Página 146)