Patrones de Asentamiento Del Horizonte Medio en La Zona de Chacas

8/18/2019 Patrones de Asentamiento Del Horizonte Medio en La Zona de Chacas

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Carolina Orsini - Elisa Benozzi - Marta Porcedda - Fabio Sartori174

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Los Wari y la presencia del patrón patio agrupado en la arquitectura de los Andes nor-centrales del Perú

Durante el Horizonte Medio encontramos una serie de centros administrativoscon influencia wari dispersos a lo largo de la Cordillera central andina: quienestudia el fenómeno de la expansión wari utiliza, entre otros elementos, la pre-sencia de arquitectura de células ortogonales y los patios agrupados como indi-

cadores importantes de la presencia de la gente de Ayacucho fuera de su terri-torio de origen (ISBELL W. 1991a pero véase TOPIC J. - TOPIC T. 2000; HERRERA W ASSILOWSKY A. 2005b; L AU G. 2010a; 2011 y abajo). Las diferentes tipologíasde patios agrupados pueden variar mucho pero su elemento característico es la presencia de un espacio abierto central al cual se asoman los diferentes cuartos.La zona de Huamachuco, al norte de la sierra de Ancash, muy conectada cul-turalmente con la zona de Cabana y con el Callejón de Conchucos (que nosinteresa más de cerca), es sin duda el límite norte en el cuál se observa este tipode arquitectura (TOPIC J. 1991; TOPIC J. - TOPIC T. 2000). Ya en los años no-venta, John Topic avanzaba la hipótesis que los patios agrupados fuesen elresultado de un “encuentro cultural” entre la gente de la sierra norte del Perú yla de Ayacucho, o un verdadero préstamo de los primeros a estos últimos (1991).

En la parte serrana de Ancash, zona del Callejón de Huaylas, se han considera-do tradicionalmente sitios wari una serie de complejos palaciegos, funerarios yde viviendas, que se conocen ya a partir de la primera mitad del siglo XX (véase nota 2), donde se observan patios agrupados (véase abajo). Vamos a analizar brevemente estos sitios, teniendo en cuenta que, como vere-mos, guardan características diferentes de los sitios ancashinos del flanco orien-tal de la Cordillera Blanca, por consiguiente, a pesar de ser dos zonas contiguasde la Sierra de Ancash, no se pueden considerar como equivalentes para estu-diar la presencia/influencia de los Wari en esta porción del territorio peruano.En el Callejón de Huaylas se concentran los sitios del Horizonte Medio mejorestudiados con arquitectura monumental con patios agrupados, recintos en D y

arquitectura funeraria. Entre todos Honcopampa (ISBELL W. 1989, 1991b, 1997),el complejo de Wilkawaín, Ichic Wilkawaín (TELLO J. 1981 [1929]; BENNETT W.1944; P AREDES J. 2007) y Waullac (TELLO J. 1981 [1929]; V ALLADOLID HUAMÁNC. 1996; SOTO V ERDE L. 2003), se han considerado como los centros dondemás se concentraban los elementos reveladores de contactos, al punto que Hon-copampa se ha considerado como un posible centro administrativo wari (ISBELL W. 1989, 1991b, 1997) aun que construido por gente local (TSCHAUNER H. 2003)que tenía un acceso privilegiado a las informaciones relativas a esta cultura,


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como sucede en otras áreas donde se ha registrado una presencia, en lo local,de los canones culturales wari (JENNINGS J. 2011). Otros sitios en el Callejón deHuaylas son Pariamarca y Tocroc (véase W ILLIAMS LEÓN C. - PINEDA J. 1985).En varios de estos asentamientos la estratigrafía ha revelado la presencia defrecuentación de la época anterior: en Honcopampa sabemos que existía ocu-pación que remonta a la época de la tradición recuay (L ANNING E. 1965;TSCHAUNER H. 2003) y que durante el Horizonte Medio el sitio fue ampliado y

se construyeron una gran cantidad de estructuras, entre las cuales se destacanalgunos mausoleos monumentales (chullpas).¿Cuando se construyeron los recintos en D y los patios agrupados en estossitios?Los fechados radiocarbónicos de los recintos de Honcopampa excavados porGary Vescelius y Hernán Amat indican una frecuentación alrededor del año1000 (959 ± 110, 994 ± 210 y 1054 ± 115 d.C., en BUSE DE LA GUERRA H.1965: 327, véase también L ANNING E. 1965, 1967) y los autores observan queel sitio fue ocupado probablemente hasta al siglo XIII. También los fechados delos contextos excavados por Isbell (1989, 1991, 1997, véase abajo), indicanuna frecuentación alrededor de los siglos VIII, IX y X d.C..Durante esta fase a Honcopampa, así como en otros sitios del Callejón de Hua-ylas como Ichic Wilkawaín y Wilkawaín, se establecieron relaciones con la zona de Ayacucho como lo demuestra la presencia de cerámica exótica del sur aso-ciada a la arquitectura típica de la zona de Ancash (BENNETT W. 1944) y la aparición de obsidiana procedente de la zona de Ayacucho (BURGER R. et al.2006).Honcopampa, Wilkawaín y Ichic Wilkawaín, así como los otros sitios menciona-dos, se encuentran concentrados en un área restringida y central del Callejónde Huaylas, en las cercanías del Santa en una zona eje para las rutas de trán-sito entre los Andes sureños y los Andes norte.Estos no son los únicos sitios de la época en la zona del Huaylas: se conocendiferentes aldeas que presentan una trayectoria de ocupación larga, con una

fase de ocupación del Horizonte Medio. Chinchawas (300-900 d.C.), en la zona de la Cordillera Negra, es el sitio que mejor conocemos gracias a los trabajos deGeorge Lau (2001, 2003, 2010b). Su ubicación, en la cima de un cerro quedomina un valle y una importante ruta de tránsito hacía la costa, es caracterís-tico de los patrones de asentamiento de tradición recuay (2001, 2003, 2010b)pero el sitio ha florecido durante el Horizonte Medio (Chinchawasi phase 2,850 d.C.) sin importantes reestructuraciones. Lau enfatiza como la comunidadhaya aprovechado de los intercambios con los Wari sin sufrir una dominación


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directa y manteniendo, de lo contrario, una identidad propia que se reconecta más a la tradición recuay/local que a una foránea.Según Ponte las transformaciones debidas a los influjos de los Wari fueron evi-dentes sólo en algunas costumbres funerarias, en la construcción de chullpas, yen la cerámica exótica de los ajuares de la elite (PONTE ROSALINO V. 2000). Además el autor enfatiza como las comunidades de pastores locales jugaron unrol muy importante en las dinámicas de intercambio de bienes con los Wari

gracias a la producción de lana de camélido, muy abundante en la zona de la Cordillera Negra, que intercambiaban con obsidiana de Ayacucho (PONTE RO-SALINO V. 2011).En fin como último ejemplo consideramos el sitio de Keushu: se trata quizás delsitio con la trayectoria de ocupación más larga (2000 a.C. 1600 d.C.) con cla-ras evidencias de arquitectura de patio agrupado del Horizonte Medio de la zona. El sitio se ubica en la zona del nevado Huandoy en la provincia de Yun-gay, en la Cordillera Blanca, a orillas de una reserva estacional de agua conoci-da como Keushucocha . Según Alexander Herrera que ha estudiado los restosantiguos (HERRERA W ASSILOWSKY A. 2005b, 2008) las estructuras tipo patio agru-pado presentes en el sitio (así como en Quishuar, aldea estudiada por el mismoautor, véase abajo) serían el resultado de remodelaciones de espacios circularesceremoniales que hacen parte de una tradicción arquitectonica local, docu-mentada por el mismo autor sobre todo en la parte más oriental de la Sierra de Ancash en el Callejón de Conchucos (véase abajo). Vamos a analizar ahora la situación en la vertiente oriental de la Cordillera.En la porción sur del Callejón de Conchucos, Amat reporta, en la zona delMosna, pocos restos de cerámica viñaque en el sitio de Chavín de Huántar(A MAT OLAZÁBAL H. 2003), mientras más al norte en el valle de Huaritamborecientes investigaciones en dos sitios de la zona de Huari, Pinkushjirca y Ushnu(IBARRA A SENCIOS B. - CHIRINOS PORTOCARRERO R. - BORBA L. 2009: Fig. 2) hanpermitido identificar dos asentamientos con patios agrupados circulares muyinteresantes: los estudios de esta zona son en sus primeras etapas, pero aparen-

temente los sitios mencionados arriba son un unicum en la zona de Huari.Más al norte, en la zona objeto de nuestro estudio en Chacas (Callejón de Con-chucos), los investigadores del Proyecto Arqueológico y Antropológico “A. Rai-mondi” han explorado los patrones de asentamiento en un área de aproxima-damente 114 kilómetros cuadrados (4). Encontramos dos sitios con arquitectura tipo patio agrupado, cuyos fechados permiten colocarlos en el lapso cronológicodel Horizonte Medio: se trata de los sitios de Tayapucru y de Huacramarca,ubicados frente a frente en la quebrada del río Garguanga a la desembocadura


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de la quebrada Honda, donde se encuentra, a corta distancia, Honcopampa.De estos sitios trataremos de forma detallada más adelante.En fin mencionamos en la zona de Yanama, a pocos kilómetros más al norte deChacas, el sitio de Quishuar (Ya-21, HERRERA W ASSILOWSKY A. 2005a: 225) ubi-cado en el cerro homónimo que domina la confluencia de la Quebrada Jaillej ydel río Yurma. Se trata de un cerro aterrazado para acoger diferentes sectorescon recintos, muchos de los cuales de planta circular organizados o menos en

torno a un patio cuadrangular. Algunos de estos complejos son de grandes di-mensiones y posiblemente eran de más de un piso. Herrera encuentra cerámica del Horizonte Medio y del Intermedio Tardío, pero no excluye que el sitio pueda haber tenido una ocupación de la época anterior: la comparación con estructu-ras similares de tradición huamachucana (TOPIC J. 1991) hacen inferir al inves-tigador que esta tipología de arquitectura pueda remontar a un período entre el400 y el 800 d.C. (HERRERA W ASSILOWSKY A. 2005b).Como dijimos líneas arriba, en el mencionado artículo Herrera enumera lospatios agrupados de Quishuar entre un catálogo más amplio, que comprendecasi cien de estas estructuras en diferentes sitios de la zona más oriental delCallejón de Conchucos, que se fechan, en buena parte, entre la fase media ytardía del Intermedio Temprano y el Horizonte Medio (2005b: Cuadro 1). Elautor concluye que estos recintos fueron en principio canchas simples de forma circular remodeladas añadiendo cuartos durante el Horizonte Medio cuando setransforma su función en áreas de viviendas.Para concluir esta breve reseña hay que señalar el gran sitio de Yayno (400-800 d.C.) en la zona de Pomabamba, y sus aldeas satélites (L AU G. 2010a,2010c, 2011): se trata de sitios cuya ocupación remonta básicamente al Inter-medio Temprano que pero presentan una majestuosa arquitectura de patiosagrupados.George Lau argumenta que los patios agrupados en Yayno son un elemento dela tradicción constructiva local recuay media y tardía, que se manifiesta demanera más evidente en la zona del Callejón de Conchucos (L AU G. 2011:

256-260).

Los patios agrupados de los sitios que hemos descrito en este último párrafo nose asocian de una manera clara a la presencia de los Wari y, en el caso de Yaynoy de los sitios investigados por Herrera, antedatan (por lo menos según losdatos a disposición hoy en día), la presencia de este grupo en los Andes norte(que sucedió a partir de la época 1B o 2, 750-950 d.C. véase K NOBLOCH P.1991, lo mismo se documenta para la zona de Huamachuco, véase TOPIC T.


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1991). Es llamativo que, con excepción de poquísimos ejemplares, no se haya encontrado cerámica o otros elementos de la cultura material cuyos cánones serehagan de forma directa a la tradición alfarera wari, ni de menos se han en-contrado ofrendas masivas de céramica en cistas enterradas como las que ha descubierto, recientemente, Juan Paredes en Ichíc Wilkawaín en el Callejón deHuaylas y que hace parte de una tradicción propia de los contextos de los Andes sur (MENZEL D. 1964).

Concluimos esta breve reseña citando a Herrera y Lane, que dan su definicióndel patio agrupado a través del tiempo en la zona oriental de la Cordillera Blanca:

«[...] CPG [circular patio group] are minimally defined as circular to oblong struc-tures with a single access leading onto a central patio, about 15 to 35m across,which can be square, circular or D-shaped in plan. Formally they are related to theNorth-Andean tradition of gallery-rooms best known from the Huamachuco re-gion, which have long been thought to be more than dwellings ... Preliminary re-sults suggest that such structures were foci of collective social action, perhaps for aslong as a millennium (300-1300 AD?). At Gotushjirka (Distr. San Nicolás, Prov.Fitzcarrald) more than ten CPG appear to have been used simultaneously...» (HER-RERA W ASSILOWSKY A. - L ANE K. 2004).

Todas estas consideraciones abren las puertas a nuevas preguntas: ¿los patiosagrupados son una tradicción constructiva originaria de la parte oriental de la región Ancash? ¿Que relación guardan con los patios agrupados de los Andesnorte? ¿Se desarrollan, por lo menos en la zona de Conchucos, a partir de la canchas simples?¿Los patios agrupados de Huaylas hacen parte de la misma tradicción?¿Que tienen que ver los Wari con estos procesos?

La arqueología de Chacas podría contribuir en aclarar algunos de estos interro-gantes. Se trata de una zona en la vertiente oriental de la Cordillera Blanca enestrecha relación con la zona central del Callejón de Huaylas. Los sitios quevamos a ilustrar se encuentran, además, en la desembocadura de una quebra-da que constituía, en la antigüedad, una ruta de tránsito entre los dos lados dela Cordillera y que, en la parte occidental, pasaba por el sitio de Honcopampa.

El Horizonte Medio en Chacas

En Chacas, como en otras partes de la Sierra de Ancash, la tradición recuaycaracteriza los primeros 600 años de nuestra época y representa una herencia


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importante para las siguientes fases de la historia prehispánica (ORSINI C. 2007;L AU G. 2011). Los patrones de asentamiento, así como la cerámica y las insti-tuciones sociales que parecen establecerse y formalizarse durante esta época continúan durante un largo tiempo.Los patrones de asentamiento locales se caracterizan por pequeños poblados dealtura cuyos arquetipos son las aldeas satélites de los centros ceremoniales for-mativos. Dichas aldeas se vienen desarrollando como entidades autónomas a lo

largo de los primeros 500 años de nuestra era (y numerosos sitios se desarrollanya a partir de la fase final del Horizonte Temprano, como por ejemplo Gatin,C VP 28 - ORSINI C. 2005: 115, para fenómenos similares en Conchucos véaseBURGER R. 1982; HERRERA W ASSILOWSKY A. - A MAYA A. - A GUILAR M. 2012). Enesta fase las unidades domésticas básicas son recintos aislados de forma cua-drangular irregular con o sin patio. Existen también numerosas estructuras cir-culares tipo cancha que interpretamos como espacios públicos de agregación(ORSINI C. 2005: 115).En la época que corresponde al Horizonte Medio muchos asentamientos de la fase anterior siguen siendo ocupados sin que se noten importantes remodela-ciones de los espacios aldeanos. Se evidencia solamente un énfasis marcado enla construcción de una arquitectura funeraria apogea que, en realidad, es pre-sente ya a partir de la etapa final de la época anterior (ORSINI C. 2005: 161).La producción de caolín típica del Periodo Intermedio Temprano se empobrecey se introducen algunas formas de vasijas nuevas en el marco de una cierta continuidad estilística y técnica, así como es más frecuente el utilizo de pasta decolor rojo o rojizo (Red 2.5 YR 5/6, Reddish Yellow 5 YR 6/6, véase O RSINI C. -PORCEDDA M. 2007 y también L AU G. 2011: 152-153).

Dos sitios, que presumimos haber florecidos durante el Horizonte Medio, sedestacan como un caso a parte en la arqueología de Chacas, éstos son Huacra-marca y Tayapucru (Fig. 1). A Tayapucru el estado de conservación de las estructuras, la uniformidad de la

técnica de construcción, la falta de remodelación de los edificios y de la cerámi-ca superficial contribuyeron en adelantar la hipótesis que se tratara de un sitioque había tenido una única fase ocupacional durante el Horizonte Medio. Elsitio se conforma como unos conjuntos de patios agrupados alineados a lo largode una planicie ubicada en el flanco de un cerro a casi 4000 mt. s.n.m. Taya-pucru se encuentra a la salida de un valle que llega a Honcopampa, centro delHorizonte Medio del Callejón de Huaylas con fuerte influencia wari. Se trata deuno de los pocos sitios de Chacas estructurado de esta forma: por esta razón se


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decidió efectuar diferentes campañas de excavaciones en dos conjuntos de pa-tios. Muy similar es el cercano sitio de Huacramarca que también se analizará a continuación (HERRERA W ASSILOWSKY A. 1998; C APRA A. et al. 2002; M ANCINI F.- ORSINI C. - STEFANI M. 2002; ORSINI C. 2005), que fue ocupado por un lapsocronológico más amplio como lo demuestran las excavaciones de R. Vega-Cen-teno (2008).

Tayapucru y Huacramarca

Tayapucru (ORSINI C. - IBARRA A SENCIOS B. 2005; ORSINI C. et al. 2007) se ubica en la quebrada del río Garguanga, en las cercanías del caserío de Huallin. La quebrada Garguanga es una quebrada secundaria del río Chacapata en la pro-vincia de Chacas/Asunción. El sitio se encuentra en los 3818 mt. de altura en la pared oeste del cerro Pupash (Fig. 1).Las estructuras de Tayapucru se conservan en un excelente estado, al puntoque algunas tienen más de 2 mt. de alto. Fue construido aprovechando una

Fig. 1. Sitios mencionados en el texto en la zona de Chacas.


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ancha plazoleta natural ubicada a la mitad de la escarpada del cerro. Las rui-nas ocupan un área de 1,2 ha. El sitio se desarrolla paralelamente al caminodel río con una sucesión regular de espacios circulares a los cuales se asomanrecintos cuadrangulares según el patrón tipo patio agrupado. El acceso se efec-tuaba por el lado sur, a través de un camino que pasaba por una entrada monumental y a lo largo de una gran planicie sin arquitectura, donde hemosencontrado restos de una sepultura y un enorme petroglifo (campo 1 en la Fig. 2

y Fig. 3).Llegando a la parte con los edificios, encontramos una serie de recintos que seasoman a un patio con una única entrada, que se define claramente como unespacio común para todos los cuartos internos. El mismo patrón se repite igualen todos los sectores.Los cuartos más pequeños y sin entradas quizás servían como depósitos (verHuacramarca abajo).Nuestra hipótesis ha sido que se tratase de unidades de viviendas aglutinadascon cuartos utilizados para diferentes funciones (véase abajo).Existían dos vías de comunicación que conectaban cada grupo de estructurasparalelas entre sí y con respecto a la quebrada: una vía en la margen este de losrecintos en proximidad de la ladera del cerro y la otra que se desarrollaba aloeste paralelamente al filo de la terraza que domina la escarpada hacia la que-brada. En varios puntos era posible transitar de un camino al otro. Algunosrecintos tenían acceso al camino hacia la ladera del cerro y otros al camino máscerca a la escarpada, otros a ambos.Las áreas funerarias se localizan en una zona aislada al norte del asentamientoa dos cotas diferentes. La más compleja se encuentra en un farallón rocoso a una altura menor con respecto al asentamiento, y se compone de seis pequeñaschullpas de planta cuadrada, la mayoría de las cuales se han encontrado de-rrumbadas hacia el valle. Los análisis de los restos óseos han permitido estable-cer que acogían sepulturas de más de un individuo en forma de fardo. En la chullpa mejor conservada se registraron por lo menos seis individuos.

La otra área de necrópolis se compone de unas sepolturas bajo abrigo rocosoque se encuentran a una cota más alta del sitio en el flanco del cerro Pupash.Los recintos tipo patio agrupado de forma circular (identificados en el mapa con una letra, figura 2) son siete en total y se repiten de manera regular segúnun esquema de un patio central con diámetro en promedio de 12 mt., siendolos recintos en un número comprendido entre 8 y 13 (5). Los cuartos que seasoman al patio principal son de forma regular: en algunos casos la extensiónno excede los 10 mt.2, en otros se llega a 20 mt.2.


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Fig. 2. Mapa del sitio de Tayapucru con la ubicación de las zonas excavadas.


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Fig. 4. Gráficos de los resultados de los análisis de radiocarbono efectuados en dos muestrasrecogidas de las excavaciones en Tayapucru.


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da se abren generalmente hacia la quebrada, en posición opuesta a la puerta asegurando la circulación del aire. Los techos estaban probablemente formadospor lajas de piedras, (existen pocos ejemplos conservados en forma fragmenta-ria in situ). Bajo los cuartos podían existir pequeños vanos (Fig. 5) con una entrada baja a nivel del piso que resulta realzado. Los vanos aprovechaban delos pisos realzados con respecto al nivel de la plaza, y eran construidos en elrelleno bajo el piso de la habitación. Al interior del único vano excavado se han

encontrado fragmentos de cerámica de grandes dimensiones, quizás ollas (des-critas en ORSINI C. - PORCEDDA M. 2007) para guardar productos.Los numerosos desechos (cerámica, huesos animales) encontrados en los patiosfrente a las entradas han hecho suponer que la mayoría de las actividades depreparación de comida se realizaban en dicho lugar y no dentro de los cuartos,como se ha observado también en otros patios agrupados en la sierra peruana (TOPIC J. - TOPIC T. 2000). El hallazgo de lascas de obsidiana (6) muy desgasta-

Fig. 5. Vista frontal de una de las estructuras que componen los patios agrupados enTayapucru. Nótense la grada para acceder al cuarto sobrelevado y el vano debajo el piso

accesible desde el patio.


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das podría relacionarse con el corte de la carne o con el trabajo de la piel de losanimales. Algunos de los recintos de los patios agrupados han sido identificados comoestructuras públicas en razón de la tipología y técnica de construcción, por la posición al interior del conjunto y por el tipo de hallazgos que pudimos recolec-tar. En dos casos, el sector I del conjunto A y el sector I del conjunto F, losedificios tenían una entrada monumental con una ofrenda de fundación en las

cercanías de la entrada (Fig. 6).La estructura I del sector F es una de las más grande (25,5 mt.2) del sitio. Sedestaca por una entrada monumental ancha (1,35 mt.) definida por dos blo-ques megalíticos de perfil cuadrangular y un doble sistemas de gradas: una grada conecta la estructura con una banqueta en piedra, la otra la banqueta con la plaza. En el nivel de ocupación de la estructura tenía un piso empedradoconservado en manera parcial.Es interesante notar que la parte del conjunto F que denominamos como V (véase mapa Fig. 2) es un gran recinto en forma de U sin entradas, que pareceno terminado.La estructura I del sector A presenta una entrada monumental hacia la plaza conectada a la estructura a través de un pasillo. Al interior se encontró unhorno a pozo de planta circular con paredes empedradas (ver la descripción deHuacramarca abajo). En la estructura ha sido hallada una alta concentraciónde cerámica especializada: ollas de grandes dimensiones y coladores que quizásservían para la producción de alimentos especiales consumidos a nivel de grupoalargado/corporativo (ORSINI C. et al. 2007).Como dijimos anteriormente, los resultados de los análisis de las muestras decarbón recogidas en el sitio evidencian como la ocupación se desarrolló en unlapso cronológico de poco más de trescientos años (7), la fase ocupacional durópor ende aproximadamente entre el 540 y el 900 d.C. Al comparar Tayapucru con los sitios contemporáneos y anteriores de la zona de Chacas se evidencia una novedosa organización espacial: las viviendas – de

dimensiones reducidas – se relacionan todas con un mismo espacio común, elpatio, desde y por el cual existe una única vía de acceso. Los habitantes decada patio agrupado compartían el espacio central y quizás utilizaban para unfin común algunas estructuras. Como se ha observado en otros contextos (STA -NISH C. 1989; A LDENDERFER M. - STANISH C. 1993), es posible que una estructu-ración similar de los espacios se concibiera para acoger pequeños grupos depersonas que tenían relaciones especiales, familiares o corporativas (a nivel macrolo mismo sucede en los sitios contemporáneos en Huamachuco, véase TOPIC J. -


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TOPIC T. 2000). Estas personas realizaban algunas actividades aprovechandodel espacio común representado por el patio. Además se evidenciaron diferen-cias en las estructuras (que mencionamos líneas arriba) que parecen indicarque existía una división y una especialización entre los recintos del patio, comosugiere también el análisis de los restos materiales.Otro elemento que llama la atención es la presencia de un petroglifo (deuna forma que al momento es única en la zona) y de una oferta lítica (Fig. 6)

con una forma no tan lejana de las así llamadas maquetas recuay (SMITH J.1977).Hay en fín que remarcar dos componentes en la técnica constructiva: una localen la mampostería de los muros tipo huanca/pachilla, mientras la otra queobservamos por primera vez, la presencia de vanos subterráneos y de un pisosobrelevado. Este último elemento puede recordar los pisos sobrelevados delasentamiento de Huari y de los almacenes de Cerro Amaru (TOPIC J. 1991). A manera de resumen podemos observar que el patron doméstico del patioagrupado que hemos registrado en Tayapucru es una novedad en Chacas ya

Fig. 6. Maqueta en piedra encontrada como ofrenda de fundación a la entrada de la estructura I del sector F.


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que no hemos encontrado ejemplos similares de la época anterior. Pero el pa-trón circular se conoce en Conchucos: existen canchas circulares a partir por lomenos de la fase final del Horizonte Temprano. A poca distancia de Tayapucruse conocen estructuras circulares con cuartos al interior con las entradas abier-tas al espacio central, por ejemplo en los sitios de Balcón de Judas y de Punu-nan Cóndor, que datan a la fase final del Horizonte Temprano (Fig. 7). Pero enambos casos se trata de estructuras aisladas aún que posiblemente en conexión

(los dos sitos se encuentran a corta distancia en la cresta rocosa del mismocerro, véase Fig. 1), con función no doméstica, al igual que las canchas circula-res de Gotushjirca (véase arriba y HERRERA W ASSILOWSKY A. 2005b; HERRERA W ASSILOWSKY A. - L ANE K. 2004).

Fig. 7. Mapa del sitio de Balcón de Judas con las áreas excavadas. Nótense la forma circularoblunga y los cuartos alrededor del espacio abierto al centro (ORSINI C. 2005).

Vamos ahora a describir el asentamiento de Huacramarca. El sitio fue investi-gado en el 2000 por Aurelio Rodríguez y Carolina Orsini (2001) y por los topó-

grafos Alessandro Capra, Francesco Mancini, Stefano Gandolfi, Elisabetta Pa-reschi (P ARESCHI E. 2001; C APRA et al. 2002; C APRA A. - L AURENCICH L. - M ANCINIF. - ORSINI C. 2002). Sucesivamente Rafael Vega-Centeno ha realizado excava-ciones durante cinco temporadas de campo entre el 2004 y el 2008, que hanculminado con un proyecto de restauración de algunos de los conjuntos de vi-viendas excavados (V EGA -CENTENO R. 2008). Los trabajos han visto tambiénuna revisión del mapa que realizamos con Aurelio Rodríguez y con los topógra-fos Capra, Mancini, Gandolfi y Pareschi.


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A continuación se describen las ruinas así como la encontramos (la descripciónse basa en RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ A. - ORSINI C. 2001) en nuestra primera ex-ploración del sitio en el 2000, agregando las informaciones que llegan de la más recien investigación de Vega-Centeno.Huacramarca ocupa la cresta montañosa que divide las quebradas formadaspor los ríos Potaca y Garguanga. De la cresta montañosa mirando en direc-ción nor-este es posible ver el sitio de Tayapucru, que se encuentra a poca

distancia al otro lado de la quebrada Garguanga. Posiblemente el antiguoacceso al sitio estaba colocado en el lado occidental del cerro, que inicia suascenso desde el margen izquierdo o norte del río Potaca. Aquí se conservanvarios tramos de un camino que corre al lado de algunas terrazas agrícolas,hoy abandonadas.En el camino hacia al sitio se encuentran restos extraviados de construccionesde pirca, de planta circular que miden entre 1 mt. de altura y 1,5 mt. dediámetro.El sitio Huacramarca se encuentra al final del camino y ocupa un área de 2,8ha. en una terraza natural dominada por la cresta del mismo cerro: la meseta y la punta del cerro constituyen las dos partes en que, en función de la arqui-tectura, se dividió el sitio (un sector alto y un sector bajo).La subida al sitio se efectuaba pasando a través de una serie de puntos decontrol (al igual que en Tayapucru) y accesos restringidos naturales así comoartificiales obtenidos ubicando estratégicamente los muros para cerrar el pasoen las escarpaduras naturales del terreno.La entrada a las zonas de estructuras se efectuaba a través de una abertura seguramente sin funciones de defensa, más bien monumental delimitada pordos huancas en un muro de pirca de aproximadamente 45 mt. de largo enforma de U, 1 mt. de espesor y 1 mt. de altura, que interceptaba perpendicu-larmente el camino. Dicho sector se presenta como una planicie que sube deforma suave hacia la zona más densa de elementos arquitectónicos. Al igualque en Tayapucru (véase arriba), cerca de la entrada, se encontró una estruc-

tura funeraria: aquí se recuperaron restos alterados e irreconocibles de una persona y un adorno de hueso (Fig. 8).En los denominados sectores 2, 3, 4 (Fig. 9) se identificaron numerosos recintosde planta circular flanqueados por recintos menores de planta cuadrada tipopatios agrupados: 20 en total luego de las excavaciones de Vega-Centeno (2005,2006, 2008). Al igual que en Tayapucru, los cuartos alrededor del espacio central revestíanfunciones diferentes en el ámbito de una utilización doméstica.


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Fig. 8. Adorno de hueso encontrado en el sitio de Huacramarca en una estructura funeraria bajo un abrigo rocoso a la entrada del sitio.

En una parte aislada del sitio (Fig. 9 en bajo, sector 6), en la ladera que mira hacia la quebrada de Tayapucru, se observó una estructura que denomina-mos “corral de los nichos” construida en un relleno de la ladera del cerro de


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Fig. 9. Relieve tridimensional del cerro de Huacramarca y croquis de las estructuras (C APRA A . et al. 2002) antes de las excavaciones realizadas por Vega-Centeno.


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Huacramarca bajo el nivel del suelo. Su conformación no difiere mucho de lospatios agrupados de viviendas de la parte baja del sitio, pero posiblemente sufunción fue diferente.La estructura se compone por muros de una altura media de 50 cm. Su accesodesde el exterior, es por el lado suroeste. Alrededor del espacio circular se aso-man nueve cuartos de planta cuadrada con áreas entre 8 y 16 mt.2 con vanosúnicamente hacia el espacio interior del recinto. Los cuartos denominados A y

B miden en cambio solo 2 × 2 mt., el suelo es sobreelevado con respecto a la depresión excavada para la construcción del recinto de aproximadamente unmetro. Según Aurelio Rodríguez, la posición sobreelevada y la planta tan redu-cida respaldarían la hipótesis de que se trataba de nichos que debía albergaralgún objeto importante merecedor de estar bien a la vista, como los mallquis omomias de los ancestros fundadores del grupo familiar que habitó en el sitio(RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ A. - ORSINI C. 2001), mientras que Vega-Centeno nohace mención de ninguna función especial para este recinto.Contrariamente a lo que sucede en Tayapucru, en Huacramarca se utilizan trescategorías diferentes de muros. Los muros mejor construidos y más sólidos (do-ble cara con argamasa y con relleno de piedras sueltas y tierra), se utilizaron para la construcción de los cuartos que se asoman a los patios: en algunos casos estándecorados con hornacinas. Los muros de doble cara sin argamasa – pirca – seusaron sobre todo para delimitar los cercos de los corrales. Las reparaciones yreutilizaciones se efectuaron con una tipología de muro más simple, en la ma-yoría de los casos con muros en seco. Algunos patios agrupados del sector bajo del sitio han sido excavados por com-pleto por el equipo de Vega-Centeno (para una descripción completa véase V EGA -CENTENO R. 2005, 2006, 2008), y han revelado por lo menos dos diferen-tes fases de ocupación del sitio, y también han permitido comprender que enHuacramarca los conjuntos crecían a medida que se venía concretando la exi-gencia de añadir otras partes, confirmando nuestra hipótesis de la reutilizaciónde las arquitecturas a través del tiempo.

Separado por un desnivel de casi 10 mt. de altura, encontramos el sector altodel asentamiento, donde se individuaron estructuras acomodadas en terrazas a diferentes cotas hasta a llegar a la parte más alta modificada artificialmente enforma de plaza sin construcciones (4.125 mt. s.n.m.).El patrón de circulación a través de los distintos niveles de esta porción alta delsitio se hace más estrecho ya que aprovecha de las angosturas de las piedrasnaturales. Las estructuras de este sector no difieren tanto de las de la partebaja, a parte un cierto cuidado en la construcción y por la presencia de un


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recinto o plaza en cuya parte central existe un bloque de piedra de planta casicuadrada de granito blanco, casi de un metro de lado y medio metro de espe-sor, posiblemente un altar. También hay que señalar que en esta parte alta seencontraron en diferentes recintos grupos de cantos rodados de granito blancoen la superficie, que son comunes como proyectiles en los asentamientos tardíosde la sierra peruana (véase A RKUSH E. 2011 Fig. 4.16).El emplazamiento tan alejado y de difícil acceso de los sectores más altos del sitio

sugiere una función no utilitaria de las estructuras. Vega-Centeno no ha realizadoexcavaciones en esta zona, y por ende no se tienen a disposición mayores datosacerca de esta área. El arqueólogo (2008) clasifica la arquitectura a la vista enesta parte del asentamiento como otros patios agrupados, e individua – coinci-dendo con nuestras observaciones – estructuras públicas como un torreón en elextremo norte del sitio, y una plaza en el extremo sur del espolón. Al igual que en Tayapucru, existen zonas mortuorias no lejos de la parte do-méstica también en Huacramarca. De hecho, el entero cerro de Huacramarca presenta numerosos restos de inhumaciones, algunas apogeas y otras en abrigorocoso, que se ubican en los flancos del monte a veces en posiciones inaccesi-bles. A manera de resumen mencionamos solamente los restos de dos entierrosen forma de chullpa (Fig. 10) separados por un estrecho pasillo en el sector

Fig. 10. Chullpas en el sector noreste de Huacramarca ubicadas a filo de la escarpada que seabre hacia la cuenca del río Garguanga. El espolón del cerro en frente alberga las estructuras

de Tayapucru.


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noreste del asentamiento. Ambas estructuras se apoyan sobre una plataforma depiedra que es además el límite de una escarpada que se abre hacia la cuenca delrío Garguanga.Otras dos chullpas se han detectado en la vertiente occidental de la cresta roco-sa que corresponde a la parte más alta del sitio (véase arriba), al pie de la pared rocosa en una pestaña del acantilado. Algunos restos óseos de un niñocaídos mucho más abajo, en el sector bajo del sitio, podrían proceder de estas

estructuras funerarias cuyo estado de conservación es pésimo siendo en granparte derrumbadas en la escarpada.Como dijimos, las excavaciones de Rafael Vega-Centeno (2005, 2006, 2008), quehan sido realizadas posteriormente a nuestros estudios, han permitido profundi-zar la interpretación del sitio. Han permitido aclarar la secuencia de construcciónde las unidades domésticas y han permitido ofrecer nuevos datos para la inter-pretación de la arquitectura a la vista que observamos durante nuestra tempora-da de campo. En primer lugar los fechados radiocarbónicos que se refieren a loscontextos excavados por Vega-Centeno demuestran que el sitio ha sido frecuenta-do prevalentemente durante el Intermedio Tardío, aun que su etapa de ocupaciónmás antigua remonta al Periodo Intermedio Temprano.Los estudios de Vega-Centeno han permitido además marcar las diferenciasentre Huacramarca y Tayapucru: la similitud de las estructuras de patio agru-pados presentes en los dos sitios nos habían hecho hipotizar que fuesen con-temporáneos, mientras que Huacramarca ha sido construido en diferentes eta-pas a partir de la fase final del Periodo Intermedio Temprano, y los restos visi-bles remontan más bien al Intermedio Tardío cuando son objeto de numerosasreparaciones y reocupaciones, mientras que Tayapucru vió su etapa de cons-trucción única durante el Horizonte Medio.Según Vega-Centeno la construcción de los patios agrupados en el Horizon-te Medio se dió quizás desmondando los muros de la fase anterior y proce-dendo con la construcción del muro circular central al cual se añadían, a medida que servían, los cuartos a través del tiempo ya que el sitio fue uti-

lizado hasta el Intermedio Tardío. Los patios agrupados han adquirido una forma irregular que contrasta con la uniformidad de los patios agrupadosde Tayapucru.Los trabajos de Vega-Centeno confirman además la presencia de algunos “cuar-tos especiales” en los conjuntos: algunos con un pequeño fogón (curiosamenteen ambientes sin aeración) o ambientes con vanos en el terreno utilizados comodepósitos. Hemos descrito líneas arriba los cuartos especiales de los conjuntosde Tayapucru que contenían hornos enterrados destinados, en nuestra opinión,


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a la preparación de comidas comunitarias facilmente comparables a los encon-trados por Vega-Centeno.En fin Huacramarca contaba con numerosas terrazas agrícolas para cultivos dealtura. Vamos a retomar el tema de las comparaciones de estos dos interesantes sitios yde sus implicancias en las reflexiones finales, ahora vamos a analizar de forma muy breve lo que sucede en el resto del valle de Chacas durante el Horizonte

Medio y en el Periodo Intermedio Tardío. Tomamos a ejemplo dos sitios que seubican en las cercanías de Huacramarca y Tayapucru: Jatungaga Pirushtu yCruzjirca (Fig. 1). Ambos se encuentran en el camino que hasta hoy en día seutiliza para llegar al Callejón de Huaylas a través de la quebrada Honda, ca-mino que en la vertiente del Huaylas pasa por el sitio de Honcopampa. Jatungaga Pirushtu es el sitio más llamativo de los dos, ocupado durante una larga fase de la historia prehispánica de Chacas desde la parte final del Hori-zonte Temprano hasta a la colonia (ORSINI C. 2005: cap. 3). Durante el Hori-zonte Medio se reutilizan las estructuras aisladas de la época anterior sin una remodelación de los espacios: no existen patios agrupados (Fig. 11).Lo mismo sucede en el sitio de Cruzjirca, donde se han encontrado abundantesmuestras de cerámica del Horizonte Medio (sobretodo coladores - que aparecenen Chacas durante esta fase), sin que las estructuras hayan sido remodeladas.

La fase de transición hacía el Período Intermedio Tardío y el lapso de tiempoque llega hasta la colonia (en Chacas la fase Jatungaga III) está marcado poruna continuidad importante con el periodo anterior. Se siguen utilizando algu-nos de los sitios y contextualmente surgen nuevas aldeas. Un número menor deasentamientos son frecuentados: se invierte la curva de alta densidad de fre-cuentación de la zona observada durante el período anterior (ORSINI C. 2005:cap. 5). En otras áreas de la Sierra de Ancash, las aldeas tardías ubicadas en elecotono puna alcanzan una extensión desconocida en los períodos anteriores,atestiguando una tendencia en base a la cual las poblaciones se concentran en

pocos, amplios, asentamientos (véase también IBARRA A SENCIOS B. 2003). Pareceevidente que durante las fases tardías de reocupación (o ocupación continua)los sitios engrandecen sus límites. Se construyen en esta fase unas estructurasarquitectónicas que retoman el patrón del patio agrupado pero de una forma caotica, con patios centrales más grandes y con formas muy irregulares. Unejemplo de este tipo de arquitectura lo encontramos en otro sitio rumbo a Hon-copampa, cerca de los asentamientos mencionados líneas arriba, o sea Shaga- jirca (véase mapa Fig. 1 y Fig. 12), pero también en otras zonas del valle.


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Reflexiones finales

El Horizonte Medio fue sin duda una época de grandes transformaciones quese ocasionaron en gran parte de la región de los Andes peruanos. Si miramos a los patrones de asentamiento, el fenómeno más evidente es una arquitectura “corporativa”, la materialización arquitectónica del grupo familiar alargado.Este fenómeno en algunas partes de los Andes norte tiene raíces que antedatanel Horizonte Medio.Como ya lo observó George Lau (2011), a partir de la mitad del primer mile-nio después de Cristo existe una tendencia de los grupos que viven en la zona

Fig 11. Presentación esquemática de las principales estructuras visibles en el sitio de Jatungaga Pirushtu (ORSINI C. 2005).


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Fig. 12. Mapa del sitio de Shagajirca. En el sitio existen por lo menos tres grandes áreas depatios con estructuras a sus alrededores.

septentrional de Conchucos, en su vertiente más oriental, a construir recintosagrupados alrededor de un espacio abierto, en los casos que él observa, carac-terizados por la presencia de altos muros que encierran los diferentes complejos. Lau (2011) menciona los sitios en Yayno y sus alrededores, además que elasentamiento de La Pampa (TERADA K. 1979).Lau evidencia como estas tipologías de estructuras aseguren una mayor facili-

dad de defensa de las áreas pobladas y sean el signo de una sociedad mayor-mente organizada por grupos familiares con una marcada veneración de losancestros fundadores del linaje (L AU G. 2011).La vinculación de esta tradición con las galerías circulares de Huamachuco esevidente. ¿Se trata de un fenómeno pan-conchucano? No sabemos: existenamplias áreas de este territorio que quedan por estudiar. En la región AntonioRaimondi por ejemplo, existen sitios con refinadas viviendas aglutinadas tipo Yayno (Pariaj y Antaragá) que quedan por mapear y excavar todavía.


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En la parte central de Conchucos existe otro fenómeno arquitectónico interesan-te: el patrón de canchas circulares. Se trata de espacios corporativos/ceremonia-les que remontan a la parte final del Horizonte Temprano y siguen frecuentadoshasta el Horizonte Medio, cuando se remodelan como viviendas añadiendo cuar-tos a sus alrededores (véase Keushu y Quishuar, HERRERA W ASSILOWSKI A. 2005b ytambién Huacramarca, donde el punto focal de la arquitectura es el espacio cir-cular delimitado por un muro, y los recintos crecen a su alrededor, véase arriba).

Los patios agrupados de Keushu y Quishuar no son iguales a los de Yayno, hayvarias diferencias por ejemplo en el patio central de forma rectangular y en la mampostería de los muros. Pero sobretodo en el caso de los primeros dos sitiosy de Huacramarca los patios agrupados son el resultado de remodelaciones node un patrón constructivo concebido para ser un conjunto único como en Yay-no y en Tayapucru. Aquí las estructuras han sido planificadas como patios agru-pados desde el principio, con un espacio central redondeado, aun que en Taya-pucru sin la monumentalidad y las dimensiones de los recintos circulares delsito pomabambino. Al momento constructivo bien planificado y en una sola fase de Tayapucru nocorresponde ninguna modificación posterior: el sitio fue frecuentado durante uncorto lapso temporal y algunas partes parecen no terminadas. ¿Significa que elsitio ha sido un “experimento”?. No lo sabemos, pero lo que parece cierto es que simiramos a la técnica con la cual fue construído, la utilización de los dinteles, la mampostería de los muros huanca/pachilla y otras importantes características es-tructurales de los conjuntos hacen parte de una tradición constructiva local queremonta a, por lo menos, la parte final del Horizonte Temprano. Si se trata de un“experimento” se ha llevado a cabo en un ámbito local, no por la acción de ungrupo foráneo. Quizás se trate del resultado de la acción de un grupo que gozaba de un accesso privilegiado a los modus vivendi de la parte septentrional de Con-chucos (Yayno) y de la zona de Huamachuco. El sitio podría haber sido construidopor tener accesso a las rutas comerciales principales que pasaban por el Huaylas,y tener acceso, a la vez, a los productos del oriente de Conchucos y de la selva.

Los patrones constructivos de Huacramarca en cambio parecen más vincula-dos a una tradición de la parte central de Conchucos.Los dos sitios guardan similitudes pero también diferencias y fueron en estre-cha relación: no puede ser un caso que de uno se mire el otro y que las chullpasprincipales de ambos complejos se enfrenten de un lado a otro de la quebrada Garguanga.Si bien no hayan otros sitios como Tayapucru en la zona de los Conchucos, y elmismo sitio fue ocupado por poco tiempo, en nuestra opinión aquí se pueden


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reconocer la raíces profundas del patrón de los patios agrupados circulares con-chucanos, que quedan como herencia en los sitios de épocas posteriores. No setrata de una tradición importada que desaparece paulatinamente después de uncorto lapso de tiempo, si no del resultado de un proceso de transformación propiode una tradición arquitectónica local, que nace quizás de las canchas circulares yque se tranforma gracias a los influjos de la tradición de Yayno y de la zona delnorte (bien visible en Tayapucru) con diferentes grados de formalización y influ-

jos, sin excluir un intercambio con los Wari.Hemos empezado este escrito afirmando que los Wari han jugado un rol impor-tante en los cambios que se dan, a lo largo de los Andes Centrales, durante esta fase. ¿Cual ha sido su influencia en el marco de los patrones de asentamientoque se vienen afirmando en la Sierra de Ancash?Si tomamos a ejemplo Tayapucru, fue sin duda un asentamiento en conexióncon la red de intercambio principal que pasaba por Huaylas. Su posición esbien favorables en este sentido, su florecimiento en contemporánea con Honco-pampa (8) y la presencia de productos de importanción en el sitio así como deelementos arquitectónicos inusuales para la zona (los pisos realzados por ejem-plo, bien aptos a acojer productos), hacen pensar que existió por lo menos unconocimiento de las tipologías arquitectónicas a nivel interregional.No es insensato postular que a nivel regional, en razón de estos contactos deintercambio, existió una mutua influencia en los hábitos que llevó a un impul-sar una reorganización social, política y productiva, (ya en marcha desde la parte final del Periodo Intermedio Temprano) que se radica en la tradiciónlocal formalizando y difundiendo elementos, como el patio agrupado, que esfuncional a una organización de producción especializada. Quizás también la zona de Chacas entró, aun que sin duda de manera modesta, en el flujo derelaciones de intercambio con la sierra sur que es tan evidente en el Callejón deHuaylas y en toda la sierra norte en esta fase. A este propósito es muy sugerentela hipótesis de que pudo haber existido una influencia del arte textil recuay(tardía?) en la producción wari a nivel de técnica y de utilización de materiales

(véase O AKLAND RODMAN A.- FERNÁNDEZ A. 2000). Ponte postula una red de in-tercambio lana/obsidiana por los pastores de la puna de la Cordillera Negra (PONTE ROSALINO V. 2011).La tradición de los patios agrupados en Chacas no termina con el HorizonteMedio, más bien sigue localmente a través de nuevos patrones.Los patrones de asentamientos de la zona de la sierra de Ancash se conocenhasta ahora de manera muy superficial. A pesar de que todavía queda muchopor investigar, es visible, a partir de la fase final del Periodo Intermedio Tem-


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prano, una transformación de la arquitectura en una dirección más corporati-va: sea adaptando las viejas canchas circulares a viviendas aglutinadas entornoa un patio, sea con la construcción de un asentamiento único y particular, o sea Tayapucru, vinculado a una arquitectura corporativa de la sierra norte.Opinamos que, en esta fase de grandes trasformaciones, las antiguas socieda-des de la zona del Conchucos centrales acomodaron a sus propias exigenciastradiciones arquitectónicas regionales y interregionales, con el fin de estructurar

aldeas quizás más aptas para una organización social en transformación. No esmenester en este breve escrito tratar también los cambios que se dan en esta época en las tradiciones religiosas, que también se tienen que considerar comoparte de los procesos metamórficos de esta fase y que son bien evidentes en la construcción de estructuras monumentales en los sitios de Tayapucru y Hua-cramarca (estos temas se tratan de una manera más detallada en ORSINI C.2005). La presencia de gente wari en la zona de la sierra norte y el crecimientode los flujos comerciales pudo haber acelerado un proceso local ya en marcha desde mucho tiempo.El patio agrupado queda como una marca reconocible de la arquitectura localhasta a la colonia.

Agradecimientos

Desde 2003 un grupo de investigadores que trabajan en la Sierra de Ancash sereunen para compartir inquietudes y resultados de sus estudios de campo. A loscolegas con los cuales tenemos el gusto de comunicar nuestros estudios van lasgracias por animar las discusiones que, a través de los años, han inspiradonuestro trabajo. Queremos expresar nuestra profunda gratitud a George Lauque quiso continuar esta tradición organizando la reunión de Norwich del 2006,ocasión en la cual se presentó por primera vez los trabajos en Tayapucru a la comunidad científica.

Notas

(1) Una primera versión del presente trabajo han sido presentada en ocasión del taller Acercala prehistoria tardía en los Andes Centrales, organizado por George F. Lau en la Univer-sidad de East Anglia (Sainsbury Centre for Visual Arts, Norwich, U K ) el 6 de junio del 2006.Los datos proceden de la tesis de doctorado de Carolina Orsini (2005) y parte han sidopublicados en ORSINI C. et al. 2007.


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(2) Sucesivamente al registro por parte de Wendell Bennett de diferentes áreas arqueológicasdel Horizonte Medio en la zona de Huaraz (1938, 1944) que incluía importantes sitios delHorizonte Medio, en el 1961 Gary Vescelius junto con Hernán Amat exploraron varios sitiostardíos en la quebrada de Marcará: la prospección llegó a cubrir un área de 300 kilómetroscuadrados (BUSE DE LA GUERRA H. 1965: 320), pero los resultados no fueron publicados demanera sistemática. Años más tarde fueron publicados los resultados de la prospección deHernán Amat en la provincia de Huari donde se mencionan algunos sitios del HorizonteMedio (1971, 1974, 1976, 2003) donde registraba sitios y cerámicas del Horizonte Medio.Otras prospecciones se han llevado acabo en tiempos recientes en ambos lados de la Cordil-lera Blanca registrando sitios de esta fase (IBARRA A SENCIOS B. 1997, 1999, 2003; HERRERA

W ASSILOWSKY A. 1998, 2001, 2003; PONTE ROSALINO V. 1999, 2011; HERRERA W ASSILOWSKY A.- A DVÍNCULA M. 2001; HERRERA W ASSILOWSKY A. et. al. 2002; ORSINI C. 2002, 2003a, 2003b,2005; DIESSL W. 2003; L ANE K. 2005).

(3) Se realizaron campañas de excavaciones extensivas en sitios de matriz local con una larga fase de ocupación del Horizonte Medio (p.e. Chinchawas en la Cordillera Negra estudiadopor George Lau 2001, 2003, 2010b), o florecidos en estrecha conexión con los Wari (p.e.Ichic Wilkawaín estudiado por Juan Paredes, los datos no han sido publicados todavía). Amplían nuestro panorama los trabajos de excavación del equipo de A . Herrera, especial-mente en los sitios de Keushu y de Kishwar (HERRERA W ASSILOWSKY A. 2005b, 2008; HERRERA W ASSILOWSKY A. - A MAYA A. - A GUILAR M. 2012), y de K. Lane en Intiaurán y Yurakpecho(L ANE K. 2005, 2012).

(4) El proyecto ha estudiado la micro cuenca del río Chacapata, en la provincia de Chacas, enla vertiente oriental de la Cordillera Blanca y ahora se centra en la zona de Huari/Huántaren las provincias homónimas. En Chacas, a lo largo de seis años de trabajo, estuvimosreconociendo numerosas evidencias arqueológicas, que abarcan un lapso cronológico de la

época formativa hasta la conquista (ORSINI C. 2002, 2003a, 2003b, 2005). Los datos et-nohistóricos y etnográficos han sido recogidos por Sofia Venturoli (2006). El proyecto sedesarrolla en colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, el InstitutoItaliano de Cultura de Lima y las municipalidades de Chacas y de Huari. Es codirigido porCarolina Orsini y Bebel Ibarra Asencios.

(5) Con excepción del último conjunto de patio (G, véase mapa Fig. 2) en el cual no se pudodeterminar el número de los recintos porque se encontraba en malo estado de conservación.

(6) Se trata de los únicos fragmentos de este material que hemos podido recuperar en toda la zona de Chacas, pero se tiene que considerar que nuestras excavaciones en otros sitioslocales han sido limitadas.

(7) Una muestra pertenece al nivel debajo del piso de frecuentación de la estructura VI delconjunto A y su fechado calibrado indica una fecha entre 600 y 780 d.C., mientras la muestra del nivel de uso en la misma estructura dio como resultado (calibrado) 540-670d.C. El nivel debajo del piso de frecuentación es un estrato de relleno muy poco compacto:es posible que la muestra de carbón haya sido transportado en la capa inferior por acción

de un agente externo (una raíz?). Esto explicaría porque tenemos en un estrato más bajouna muestra con un fechado reciente con respecto a la muestra del estrato más alto. Otra muestra, recogida en la estructura VI del sector C restituyó un fechado calibrado de 680 -900 cal (95.4%).

(8) Isbell (1991b) registra tres dataciones asociadas a evidencias de ocupación wari en Honco-pampa (cal 543-814 d.C.; cal 646-893 d.C., 928-943 d.C. y cal 657-978 d.C.), biencompatibles con los fechados que documentan la frecuentación de Tayapucru (véase nota 7y Fig. 4).


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Resumen Patrones de asentamiento del Horizonte Medio en la zona de Chacas

El Horizonte Medio (600-1000 d.C.) fue una época de transformaciones importantes en el Perú.

Tomando el caso de la Sierra de Ancash, se debate si estas transformaciones fueron el resultado deprocesos locales o fueron influenciadas por la expansión de los Wari. Se utilizará el análisis de lospatrones de asentamiento del Horizonte Medio en algunos sitios de la zona de Chacas, sobretodopor lo que concierne la tipología de estructura conocida como “patio agrupado”, para explicar lasrelaciones regionales que ocurrieron durante esta fase y los procesos locales de transformación.

Résumé Modèles de peuplement pendant l’Horizon Moyen dans la zone de Chacas

Au Pérou la période Horizon Moyen (600-1000 a.C.) était pleine de transformations importantes.Prenant le cas de la Sierra de Ancash, on discute si ces changements auraient été le résultat deprocessus locaux ou si elles furent influencées par l’expansion des Wari. On utilisera l’analyse desmodèles de peuplement pendant l’Horizon Moyen en certains sites de la région de Chacas, enparticulier le type de structure connue sous le nom de patio agrupado pour expliquer les rapportsrégionaux qui ont eu lieu au cours de cette phase et les processus locaux de transformation.

Summary Middle Horizon settlement patterns in Chacas

During peruvian Middle Horizon (600-1000 AD) important transformations took place. Consi-dering the Sierra of Ancash as a case study, we question if this transformations occurred due tolocal dynamics or because of the Wari expansion. We analyze the settlement pattern in differentarchaeological sites in Chacas with evidences of Middle Horizon occupation. Marking the use of the structure known as patio agrupado, we will try to explain the interregional contacts occurredduring this phase and the local processes of transformation.


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Riassunto Modelli di insediamento dell’Orizzonte Medio nella zona di Chacas

In Perù il periodo Orizzonte Medio (600-1000 d.C.) è stato pieno di trasformazioni importanti.Prendendo il caso della Sierra di Ancash, si discute se queste trasformazioni siano state il risul-tato di processi locali o se siano state influenzate dalla espansione degli Wari. Si utilizzerà l’ana-lisi dei modelli di insediamento dell’Orizzonte Medio in alcuni siti della zona di Chacas, in par-ticolare il tipo di struttura conosciuta come patio agrupado per spiegare le relazioni regionali chesi sono verificate durante questa fase ed i processi locali di trasformazione.

Resumo Padrões de assentamento do Horizonte Médio na zona de Chacas

No Peru, o período do Horizonte Médio (600-1000 d.C.) foi denso de transformações importan-tes. Tendo em vista o caso da Sierra de Ancash, se discute se essas transformações foram resul-tado de processos locais ou se foram influenciadas pela expansão dos Wari. Se utilizará a análisedos modelos de assentamento do período do Horizonte Médio em alguns sítios da zona de Cha-cas, em particular o tipo de estrutura conhecida como patio agrupado para explicar as relaçõesregionais que ocorreram durante essa fase e os processos locais de transformação.

Documents

Patrones de Asentamiento Del Horizonte Medio en La Zona de Chacas