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PÚBLICO
Instituto Militar de Estudios Superiores Escuela de Comando y Estado Mayor
Cátedra de Estrategia
Monografía
presentada para cumplir con los requerimientos académicos del Curso de Capacitación y Perfeccionamiento para Jefes
Análisis de la Batalla de Rincón utilizando como parámetros las Características de las Operaciones
Ofensivas y los Factores de la Decisión
Autor: Mayor Fernando Cabeza
Tutor Temático: Tte.Gral. (R) Guillermo De Nava
Tutor Metodológico: Lic. Daniella Repetto
Montevideo, Uruguay, 31 de octubre de 2008
PÚBLICO
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INDICE
INDICE .............................................................................................................................. 3
PRÓLOGO ........................................................................................................................5
1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 7
1.1. Identificación del tema ............................................................................................ 7
1.1.1. Antecedentes de la batalla.- ............................................................................ 7
1.1.2. Análisis de la batalla propiamente dicha tomando en consideración
los Factores de la Decisión y las Características de las Operaciones
Ofensivas.- .................................................................................................................. 7
1.2. Justificación del tema.............................................................................................. 8
1.3. Formulación de la Situación Problema. .................................................................. 9
2. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS....................................................... 11
2.1. Objetivo General. .................................................................................................. 11
2.2. Objetivos Específicos............................................................................................ 11
3. METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN UTILIZADA ............................................. 13
4. DEFINICIÓN CONCEPTUAL DE TÉRMINOS MILITARES A SER
EMPLEADOS .................................................................................................................. 15
4.1. Características de las Operaciones Ofensivas. .................................................... 15
4.1.1. Sorpresa ........................................................................................................ 15
4.1.2. Concentración................................................................................................ 16
4.1.3. Ritmo ............................................................................................................. 16
4.1.4. Flexibilidad..................................................................................................... 17
4.1.5. Audacia..........................................................................................................17
4.2. Factores de la Decisión......................................................................................... 18
4.2.1. Misión ............................................................................................................18
4.2.2. Enemigo ........................................................................................................ 18
4.2.3. Terreno ..........................................................................................................19
4.2.4. Tiempo...........................................................................................................19
4.2.5. Medios disponibles ........................................................................................ 20
5. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN ........................................................................ 21
5.1. Antecedentes históricos de la Batalla de Rincón .................................................. 21
5.1.1. Situación General de la Provincia Cisplatina. ................................................ 21
5.1.2. Acontecimientos del Año 1825. ..................................................................... 25
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5.1.3. Plan Político – Militar. .................................................................................... 31
5.2. Análisis de la Batalla de Rincón............................................................................ 35
5.2.1. Factores de la Decisión. ................................................................................ 35
5.2.2. Desarrollo del combate.................................................................................. 47
5.2.3. Características de las operaciones ofensivas maximizadas en el
combate..................................................................................................................... 51
6. CONCLUSIONES ................................................................................................. 55
BIBLIOGRAFIA................................................................................................................ 57
Bibliografía General...................................................................................................... 57
Revistas........................................................................................................................ 59
Monografías.................................................................................................................. 59
ANEXOS.......................................................................................................................... 61
ANEXO N° 1: Itinerario de los Treinta y Tres Orientales. ............................................. 61
ANEXO N° 2: Mapa del despliegue brasileño............................................................... 62
ANEXO N° 3: Ubicación Geográfica de la Batalla del Rincón ...................................... 63
ANEXO N° 4: Croquis de la Batalla del Rincón ............................................................ 64
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PRÓLOGO
Al momento de seleccionar el tema en cuestión, tuvimos el convencimiento que el análisis de temas históricos contribuían a la formación profesional del militar y que a su vez el presente trabajo podría constituir un elemento más para esclarecer, desde una óptica puramente militar, uno de los episodios significativos de nuestra Historia Nacional como fue la Batalla de Rincón.
No fue sencillo el comienzo de la presente investigación, en cuanto si bien teníamos el firme propósito de abordar el análisis de un tema histórico, no vislumbrábamos claramente la forma en que debíamos encarar la investigación. Esto fue siendo aclarado, poco a poco, durante el transcurso de las clases de Metodología de la Investigación y de los invalorables consejos recibidos por parte de nuestra Tutora Metodológica, como así también de nuestro Tutor Temático.
Este trabajo de investigación monográfica, contará primeramente con un capítulo introductorio que hace referencia a la Identificación y Justificación del tema y la Formulación de la situación problema; el segundo capítulo abarca los Objetivos Generales y Específicos; en el tercero se plantea la Metodología de la Investigación utilizada; el cuarto trata la Definición Conceptual de los términos militares a ser empleados en el trabajo, abordando en el siguiente capítulo el Análisis de los antecedentes y de la Batalla de Rincón propiamente dicha, a la luz de las Características de las Operaciones Ofensivas y de los Factores de la Decisión. Finalmente en el último capítulo se abordarán las Conclusiones.
Si bien sabemos que nuestro estudio constituirá tan solo un pequeño jalón en el largo camino recorrido y por recorrer, de nuestra rica Historia Militar Nacional, tenemos la esperanza que pueda ser de utilidad para futuros investigadores que desarrollen temas con similares características.
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. Identificación del tema
A los efectos de la ejecución del presente trabajo se entiende necesario realizar
una división del tema en los siguientes puntos:
1.1.1. Antecedentes de la batalla.-
Inicialmente se realizará una definición de los distintos términos y conceptos a ser
empleados para el análisis.
En la primera parte del tema se van a presentar brevemente las causas u
orígenes que motivaron la batalla, tomando como punto de partida y a efectos de
acotar esta investigación, la derrota sufrida por el General José Artigas en la Batalla
de Tacuarembó, el 22 de enero de 1820, la cual “echó por tierra toda esperanza de
los patriotas de poder rechazar al invasor”.1
1.1.2. Análisis de la batalla propiamente dicha tomando en consideración los Factores de la Decisión y las Características de las Operaciones Ofensivas.-
En cuanto a los Factores de la Decisión, se analizará la misión de cada uno de los
contendientes y la composición de las fuerzas que se enfrentaron, discriminando el
número, grado de entrenamiento, armamento y motivación de las mismas.
Las características del terreno serán analizadas dado que constituyen un factor de
gran importancia en el desarrollo de cualquier combate.
Posteriormente se abordará el estudio del desarrollo del combate propiamente
dicho.
Finalmente se tomarán cada una de las características de las Operaciones
Ofensivas, contrastándolas con lo sucedido en la Batalla de Rincón, para de esa
forma identificar aquellas que se hayan visto maximizadas en el hecho.
Esta monografía se vincula con la Cátedra de Estrategia.
1 IBARGARAY, Oscar Tte.Cnel. (1939), “El Combate del Rincón de las Gallinas”, Montevideo, Imprenta Militar, pág. 11.-
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1.2. Justificación del tema.
Inicialmente se considera de particular importancia el abordaje del estudio de esta
batalla por haber significado, conjuntamente con otros hechos trascendentes
(Desembarco en la Agraciada; Declaratoria de la Independencia; Batalla de Sarandí
e Ituzaingó y conquista de las Misiones), una inflexión en la historia de nuestro país.
Es luego de esta acción de armas, que los Orientales recuperan la esperanza de ver
libre a su Patria de la dominación extranjera. Y pocos años más tarde, en 1828
verán cristalizados sus sueños con la obtención de nuestra Independencia.
Napoleón expresaba: “Los conocimientos de la parte superior de la guerra, no se
adquieren más que por los estudios de la misma guerra, de las batallas, de los
grandes Jefes y por la experiencia”.2
El Profesor Michael Howard (1962) expresa que: “el estudio de la historia militar
no solamente le permite a los civiles entender la naturaleza de la guerra y su parte
en la formación de la sociedad, sino que también mejora directamente la
competencia de los Oficiales en su profesión”.3
Entendemos que contribuye al desarrollo del profesional militar, ya que ayuda a
compensar las deficiencias que puedan existir en cuanto a experiencia personal.
Con esto nos estamos refiriendo a que un Soldado puede llegar a participar en muy
contadas oportunidades en un combate real y sin embargo debe estar preparado de
todos modos para entrar en guerra, sin el beneficio de haber podido practicar de
antemano.
Las situaciones en la historia de todos modos nunca van a ser exactamente
iguales a las contemporáneas, pero al momento de tener que tomar una decisión,
aquellos líderes que conozcan las acciones que se adoptaron en conflictos
anteriores y los resultados que se obtuvieron, van a poder compararlos, teniendo de
esta forma un elemento de juicio más para resolver el problema que están
enfrentando.
Por último también es importante considerar, que es en base al estudio de las
2 I.M.E.S. (Instituto Militar de Estudios Superiores), (2006), “Material bibliográfico de Historia Militar para el módulo a Distancia del Curso de Capacitación y Perfeccionamiento de Jefes”, I.M.E.S. , Montevideo.- 3 HOWARD, Michael, (1962), “The Use and Abuse of Military History”, Journal of the Royal United Service Institution 107, traducción realizada por el autor, págs 4-8,.-
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campañas militares, que se obtienen las lecciones aprendidas, lo que permite que
los Ejércitos evolucionen tanto en su organización, como en su doctrina y sus
tácticas de combate.
Es preciso aclarar, que si bien no existen antecedentes de investigación sobre la
batalla que es objeto de este trabajo, se utilizará a modo de ejemplo en cuanto a la
metodología de investigación, trabajos monográficos realizados en años anteriores
por parte de los Mayores Eduardo Porciúncula, Roberto Etcheverry y Rúben
González4 y los Mayores Eduardo Balbi, Alfredo Olivera y Miguel Baudean.5
1.3. Formulación de la Situación Problema.
En primera instancia, en la determinación del problema de la presente
monografía, se han considerado una serie de preguntas que tienen como objeto
poder delimitar la investigación y de esta forma arribar a las respuestas tendientes a
su solución.
Las interrogantes son:
- ¿Cuáles fueron los antecedentes de la batalla?
- ¿Qué características tenían las fuerzas enfrentadas?
- ¿Quiénes eran los principales actores?
- ¿Cuáles eran las características del terreno en donde se realizó la batalla?
- ¿Cuándo se desarrolló la batalla?
- ¿Cómo fue el desarrollo de la batalla?
- ¿Qué características de las operaciones ofensivas fueron maximizadas?
- ¿Qué factores de la decisión fueron maximizados?
- ¿Qué efectos trajo aparejada la victoria obtenida?
Tomando en cuenta las preguntas anteriormente formuladas y a modo de
4 PORCIUNCULA, Eduardo, ETCHEVERRY, Roberto, GONZALEZ, Rúben, (2007) “La Campaña Militar de 1897. Asimetrías de las fuerzas enfrentadas. Aprovechamientos de las Comunicaciones y Transporte. Importancia de las Innovaciones Tecnológicas”, I.M.E.S., Montevideo.- 5 BALBI, Eduardo, OLIVERA, Alfredo y BAUDEAN, Miguel, (2007) “Estrategia y desarrollo táctico del Plan Artiguista para enfrentar las Fuerzas Centralistas en 1814-15: problemáticas de recursos logísticos y humanos, aprovechamiento del terreno, limitación de las comunicaciones del enemigo”, I.M.E.S., Montevideo.-
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resumen, consideramos como pregunta inicial para la realización de este trabajo de
investigación monográfica, la siguiente:
- ¿Cuáles fueron los antecedentes y cómo se desarrolló la Batalla de Rincón
considerando las Características de las Operaciones Ofensivas y los
Factores de la Decisión?
Finalmente y una vez concluida la búsqueda de antecedentes, recibidos los
valiosos aportes del tutor temático y metodológico, y definidas las preguntas de
investigación e inicial, se determinó que el problema de investigación para el
presente trabajo monográfico será:
“Antecedentes y desarrollo de la Batalla de Rincón profundizando en el análisis de las Características de las Operaciones Ofensivas y los Factores de la Decisión”
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2. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS.
2.1. Objetivo General.
- Describir los antecedentes, los principales actores y el análisis militar del
desarrollo de la Batalla de Rincón.
2.2. Objetivos Específicos.
- Describir los antecedentes del enfrentamiento entre las Fuerzas.
- Describir las características de las fuerzas enfrentadas.
- Describir el terreno en el cual se enfrentaron.
- Describir cómo se llevó a cabo el enfrentamiento.
- Describir aquellos Factores de la Decisión que hayan sido determinantes
en la batalla.
- Describir aquellas Características de las Operaciones Ofensivas que se
hayan destacado en el enfrentamiento.
- Describir las consecuencias que trajo aparejado el triunfo de los Orientales.
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3. METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN UTILIZADA
La metodología de investigación utilizada, se basó inicialmente en la realización
de una revisión bibliográfica del período comprendido entre el año 1820 y 1830, con
el propósito de recabar toda la información referida a los antecedentes, a la batalla
propiamente dicha y los efectos provocados por la misma. Esto se vio facilitado
gracias a aportes recibidos de un docente de historia, que nos orientó hacia aquellos
textos que podían contener información valiosa para esta investigación.
Se hizo la revisión de la totalidad de las monografías existentes en el Instituto
Militar de Estudios Superiores y en el Departamento de Estudios Históricos del
Comando General del Ejército, no encontrándose ninguna que abordara el tema de
esta investigación.
Asimismo se consultó en diferentes sitios de internet dedicados a temas
históricos, con la finalidad de ahondar en el tema y procurar obtener los distintos
enfoques dados por las dos partes beligerantes.
Se realizaron entrevistas exploratorias a autoridades relevantes en el tema, con la
intención de recabar sus fundadas opiniones, como así también todo aquel material
bibliográfico de consulta que entiendan pertinente a efectos de ampliar los
conocimientos necesarios para la presente investigación monográfica.
Las autoridades entrevistadas son las que se detallan a continuación:
- Cnel. (R) Ángel Corrales
- Cnel. Guido Manini Ríos
Ambos poseen una vasta experiencia en la docencia de la materia Historia e
Historia Militar en distintos Institutos.
Posteriormente se analizaron las entrevistas exploratorias realizadas, así como el
análisis descriptivo de la documentación obtenida.
Las fuentes de información consideradas fueron primarias y secundarias.
Las fuentes del material bibliográfico son las que se detallan a continuación:
- Biblioteca Nacional.
- Biblioteca del Centro Militar.
- Biblioteca del Instituto Militar de Estudios Superiores.
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- Biblioteca del Departamento de Estudios Históricos del Comando
General del Ejército.
La estrategia de investigación utilizada fue exploratoria y descriptiva.
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4. DEFINICIÓN CONCEPTUAL DE TÉRMINOS MILITARES A SER EMPLEADOS
Se entiende necesario en esta etapa, definir ciertos términos militares que serán
tratados durante el transcurso de la presente investigación.
Para ello se recurrirá al R.C. 1-1 Manual de Operaciones del Ejército Nacional y
R.C. 7-20 Batallón de Infantería.
Los términos a ser definidos son los siguientes:
4.1. Características de las Operaciones Ofensivas.
4.1.1. Sorpresa
A lo largo de la historia de los conflictos armados, la sorpresa siempre ha tenido
un rol protagónico, veamos pues, cual es el significado que le atribuyen los militares
a dicho término: “El Comandante logra la sorpresa, atacando al enemigo en
determinada forma y en el momento y en el lugar en que éste menos lo espere. La
sorpresa posterga la reacción enemiga, recarga y confunde su sistema de mando y
control, reduce la efectividad de sus armas y sobre todo, produce un serio efecto
sicológico en la tropa y sus jefes.”6
Podemos sostener que la sorpresa es una de las características primordiales de
las operaciones ofensivas, dado que no solo le facilita la acción al atacante, sino que
posibilita que emplee un número menor de fuerzas para lograr su objetivo.
Pero es importante resaltar, que si bien afecta sensiblemente el poder de combate
del enemigo, este efecto es de corta duración, por lo que: “Para aprovechar las
ventajas que confiere, el Comandante de la fuerza atacante debe explotar el impacto
inicial y negarle al enemigo el tiempo necesario para recuperar su equilibrio.”7
Es por lo antes expuesto, que los Comandantes se esfuerzan en obtenerla, y la
planificación de las operaciones tiene que abarcar la forma de realizar una
explotación agresiva de la misma una vez que se haya obtenido.
6 EJÉRCITO NACIONAL, (2001), “R.C. 1-1 Manual de Operaciones”, Montevideo, Imprenta del Ejército, pág. 61.- 7 EJÉRCITO NACIONAL, (1999), “R.C. 7-20 Batallón de Infantería”, Montevideo, Imprenta del Ejército, pág. 4-2.-
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4.1.2. Concentración
El Manual de Operaciones expresa que: “La acción ofensiva requiere la
concentración de una potencia de combate superior en el momento y lugar decisivo.
[...] Para ser efectiva debe mantener continuamente el impulso de combate
asegurando un adecuado apoyo de fuego y abastecimientos.”8
Cuando se refiere a potencia de combate alude a la combinación que debe existir
entre la potencia de fuego y el movimiento.
Anteriormente enumerábamos las virtudes de la sorpresa, pero es de orden
señalar, que es en función de la concentración del esfuerzo, que se va a lograr y
explotar dicha sorpresa.
4.1.3. Ritmo
Podemos decir que el ritmo es la velocidad con que ambas fuerzas contendientes
desarrollan las operaciones militares. En función de esto, es que los Comandantes
alternan el ritmo de las operaciones, imprimiéndoles velocidad en algunos momentos
y aminorándola en otros.
Sin importar la velocidad que adopte para las operaciones, lo que sí es esencial,
es que el Comandante busque: “… aplicar un ritmo que le permite mantener al
enemigo bajo constante acecho, impidiéndole que se reponga del choque sicológico
y demás efectos del ataque. […] Ello promueve la sorpresa, mantiene al enemigo en
estado de desequilibrio, contribuye a la seguridad de las tropas atacantes y despoja
al defensor de toda libertad de acción. […] Si se sabe aprovechar, el ritmo puede
causar confusión en filas enemigas y dar al ataque una fuerza incontenible.”9
La ventaja de la adopción de un ritmo veloz es que, si bien requiere que el
Comandante tome decisiones tácticas con rapidez, con las implicancias que ello
tiene, no le da oportunidad al enemigo de descansar ni de recomponer la situación,
impidiéndole llevar a cabo la intención del Comandante.
8 EJÉRCITO NACIONAL, (2001), op.cit., pág. 62.- 9 Ibídem, pág. 62-63.-
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4.1.4. Flexibilidad
La flexibilidad en las operaciones ofensivas implica que el Comandante deba:
“… prever los acontecimientos lo antes posible. Sin embargo, también debe estar
listo para lo inesperado y preparado para explotar cualquier oportunidad.”10
Un plan ofensivo no puede ser rígido, ya que el combate de por sí es muy
cambiante, lo importante es tratar de prever las distintas contingencias y ante un
suceso inesperado, o al presentarse una situación favorable, poder aprovecharla.
Una forma que tiene el Comandante de asegurar la flexibilidad del plan, es
cerciorándose que sus elementos subordinados comprendan claramente cuáles son
sus intenciones, para en el caso de que se presenten oportunidades en el campo de
batalla, poder aprovecharlas, aún cuando no puedan recibir instrucciones debido a
interrupción en las comunicaciones.
4.1.5. Audacia
El Comandante debe ser consciente, que no siempre la superioridad numérica, si
bien es deseable, va a asegurar el éxito de una acción ofensiva. Hay un
componente, que a la hora de emplearlo resulta difícil de cuantificar, que es la
audacia.
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia define a la audacia
como: “1 f. Osadía, atrevimiento”.11
El Manual de Operaciones, haciendo alusión a esta característica, nos dice al
respecto que: “El Comandante que realiza una acción ofensiva debe considerar pero
no ser dominado por la prudencia. Ha de hacer sentir al enemigo más temor que el
natural que tengan sus propias tropas.”12
El solo hecho de que se actúe ofensivamente, va a hacer pensar al defensor que
somos más fuertes que él y esta situación debe ser aprovechada.
10 Ibídem, pág. 63.- 11 Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición. Extraído el 24 de Julio de 2008 de la World Wide Web: http://buscon.rae.es/draeI/ 12 Ibídem, pág. 64.-
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4.2. Factores de la Decisión.
4.2.1. Misión
El Diccionario de la Real Academia define este término como: “Poder, facultad
que se da a alguien de ir a desempeñar algún cometido.”13
Del punto de vista militar y más concretamente en relación a las Operaciones
Ofensivas el R.C. 1-1 Manual de Operaciones expresa al respecto: “Es el factor
primordial en la realización de las Apreciaciones y consecuentemente del Plan de la
operación. Los elementos integrantes de ambos deben ser continuamente
relacionados con la misión para constatar si contribuyen a su cumplimiento. La
misión, en cualquier operación ofensiva, puede imponer conquistar una zona,
capturar una fuerza enemiga o destruirla. A efectos de facilitar el planeamiento, la
coordinación y el control, la misión normalmente es materializada en determinados
objetivos del terreno (excepcionalmente tropas), cuya conquista permiten el control
de la zona o facilitan la destrucción de la fuerza enemiga.”14
4.2.2. Enemigo
La Real Academia lo define como: “2. adj. Dicho de una persona o de un país:
Contrarios en una guerra. 4. m. Conjunto de personas o de países contrarios a otros
en una guerra.”15
Del Manual de Operaciones se pueden extraer los siguientes conceptos: “Es de
importancia primordial un reconocimiento cuidadoso y agresivo de la posición
enemiga y del terreno al frente por fuerzas de seguridad adelantada. Este
reconocimiento busca obtener indicios de la posición del enemigo. […] El esfuerzo
de información es dirigido a obtener la más completa información como base para el
plan de ataque. Los reconocimientos terrestres y el patrullaje son intensificados para
localizar los flancos de la posición enemiga, determinar sus puntos débiles e
identificar Unidades. […] Deben buscarse sin descanso las peculiaridades y
debilidades del enemigo a fin de determinar donde un atacante podrá lograr el éxito.
Se deben buscar avenidas de aproximación cubiertas y protegidas que conduzcan al
13 Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición. Extraído el 24 de Julio de 2008 de la World Wide Web: http://buscon.rae.es/ draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=misión 14 EJÉRCITO NACIONAL, (2001), op.cit., pág. 80.- 15 Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición. Extraído el 24 de Julio de 2008 de la World Wide Web: http://buscon.rae.es/ draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=enemigo
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punto vulnerable del enemigo. La ubicación de concentraciones de tropas y de
puntos débiles en la posición enemiga es de vital importancia. El conocimiento del
dispositivo enemigo influye entre otros factores en la selección de la forma de
maniobra ofensiva a ejecutar y en la organización para el combate a adoptar. El
conocimiento además de los procedimientos, posibilidades y vulnerabilidades del
Enemigo permitirá a un Comandante determinar con más exactitud las ventajas y
desventajas de cada línea de acción.”16
4.2.3. Terreno
Las operaciones se desarrollan en el terreno, de ahí su importancia como factor
de la decisión, pero éste debe ser tenido en cuenta a la luz de la misión y del valor
de la fuerza considerada. Ya que un terreno que, por sus dimensiones, va a ser
impracticable para una Brigada, podrá ser empleado perfectamente a nivel
Compañía por ejemplo. Asimismo, dependiendo del escalón de Comando que se
considere, se hará hincapié en distintos aspectos del terreno.
El terreno influye directamente en todas las operaciones militares, pero en el caso
de las acciones ofensivas: “… el aprovechamiento correcto del terreno incrementa el
efecto de los fuegos y disminuye las bajas. Las alturas dominantes constituyen el
esqueleto del sistema de observación. […] Por otro lado, los compartimentos
transversales, los sistemas de alturas y valles paralelos al frente, constituyen
obstáculos para la progresión del ataque y son líneas naturales de resistencia para
la defensa.”17
4.2.4. Tiempo
En toda acción ofensiva: “El atacante debe tomarse el tiempo necesario para
cerciorarse que su operación este debidamente sincronizada y que pueda
concentrar en el ataque todo el poder de combate de su Unidad.”18
Debemos precisar que existe una gran diferencia entre los términos prisa y
rapidez.
16 EJÉRCITO NACIONAL, (2001), op.cit., pág. 80-81.- 17 Ibídem, pág. 81.- 18 Ibídem, pág. 89.-
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El primero se refiere al hecho de empeñar las tropas sin haber efectuado
previamente los reconocimientos, ni las previsiones de apoyo de fuego, hechos
éstos poco recomendables para la ejecución de una operación.
Mientras que el segundo implica la realización de los reconocimientos previos y la
ubicación de la totalidad del personal involucrado en el lugar exacto antes del
lanzamiento del ataque. A su vez debe existir una planificación detallada, para que
las tropas estén expuestas a los fuegos enemigos, el menor tiempo posible.
Por otra parte: “El ataque puede tener éxito solamente, si el atacante alcanza su
objetivo antes de que el defensor recobre su serenidad, identifique la amenaza y
concentre sobre ella la fuerza de sus efectivos y armas. El tiempo, pues, es vital
para el atacante, quien debe prolongar la sorpresa, confusión y desorganización del
enemigo tanto como sea posible.”19
4.2.5. Medios disponibles
A la hora de planificar, el Comandante debe considerar especialmente, que sus
medios disponibles sean aptos para el cumplimiento de la misión, por lo cual deberá
tener presente: “El número y tipo de fuerzas de que se dispone, su movilidad
relativa, su capacidad para preservar la potencia de combate para aplicarla en el
lugar y en el momento decisivos, y su potencia de fuego…”20
19 Ibídem, pág. 89.- 20 Ibídem, pág. 82.-
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5. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
5.1. Antecedentes históricos de la Batalla de Rincón
5.1.1. Situación General de la Provincia Cisplatina.
Habiendo cesado definitivamente la resistencia, luego de la derrota sufrida por el
General José Artigas en la Batalla de Tacuarembó, el 22 de enero de 1820, la
dominación extranjera se había consolidado plenamente.
Tratando de apaciguar a los Orientales que aún luchaban para liberarse de la
dominación lusitana, el General Carlos Federico Lecor, Barón de la Laguna, recorrió
los departamentos de Canelones, San José y Maldonado, convocando a un Cabildo
Abierto, para prometerles que las fuerzas portuguesas se retirarían, una vez que el
orden fuera restablecido; que los departamentos estarían defendidos por sus propios
vecinos y que solamente obedecerían al Cabildo de Montevideo.
Tomando como ciertas las promesas del General portugués, algunos Jefes
Orientales de Canelones aceptaron el acuerdo.
Los comisionados del Cabildo de Montevideo enviaron a Julián de Gregorio
Espinosa para que se reuniera con Fructuoso Rivera, quien luchaba con unos pocos
hombres contra todas las fuerzas de ocupación y lo convenciera de aceptar las
bases acordadas previamente con los Jefes de Canelones.
Es así que Rivera concertó un armisticio, el cual fue aceptado por el Coronel
portugués Bento Manuel Ribeiro. Para su sorpresa, el 2 de marzo de 1820,
encontrándose en Tres Arboles y confiado en la suspensión de hostilidades, se
presenta en su campamento el Teniente Coronel Manuel Carneiro a cargo de
numerosas fuerzas imperiales y lo intima a reconocer como la autoridad del país, al
Gobierno existente en Montevideo.
De esta forma fue sometido Rivera, último Jefe oriental que resistía por las armas
la dominación portuguesa.
Los Orientales fueron engañados, ya que los portugueses no cumplieron ninguna
de sus promesas.
Pero a pesar de estas circunstancias, en 1820 la situación de Europa no les era
favorable a los portugueses. En España, Alemania, Italia y Portugal, tomaba fuerza
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la idea de realizar alianzas para enfrentar cualquier posible intento de restauración
del absolutismo. Por lo que la ocupación militar de la Provincia Oriental afectaba las
relaciones de los gobiernos de Portugal y España.
A su vez, el Rey de Portugal, don Juan VI, al igual que la gran mayoría de su
corte, no eran partidarios de la anexión de la Provincia. Esto se puede apreciar
claramente cuando manifiesta: “Si el gobierno de Brasil hallaba dificultades para
mantener unidas a las provincias del Brasil, qué se puede esperar de una provincia
anexada por la fuerza de un decreto. ¿Qué hacer con la Provincia Oriental?”.21
Luego que el Ministro de Negocios Exteriores, Silvestre Pinheiro Ferreira,
planteara el problema de la ocupación y fundamentalmente el destino de la Provincia
Cisplatina y pretendiendo dar una apariencia de legalidad a su injusta y sangrienta
conquista, fue que el Gobierno Imperial, el 16 de abril de 1821, le ordenó al General
Lecor que convocara a un Congreso para que los Orientales fijaran su destino y
manifestaran si deseaban la incorporación a Portugal; a las Provincias Unidas del
Río de la Plata o su independencia.
En la misma fecha, el Gobierno portugués le hacía saber al de Buenos Aires, que
reconocía la independencia de las Provincias Unidas y agregaba: “… se han
expedido al Barón de la Laguna reales órdenes para que haga congregar en
Montevideo las Cortes Generales de todo el territorio de la Banda Oriental, elegidas
y nombradas de la manera más libre y popular, y que estas Cortes escojan sin la
menor sombra de coacción ni sugestión la forma de gobierno y la constitución que
les parezca, así como también su independencia del reino del Brasil, sea para unirse
a algún otro Estado cualquiera que pueda ser.”22
Pero Lecor no compartía la política del Ministro Pinheiro de dejar a los habitantes
de la Provincia en libertad de acción para decidir, dado que circulaban rumores en
Montevideo que hacían suponer una posible independencia del Brasil, por lo cual era
conveniente mantener la ocupación y cuando se produjese la independencia, hacer
causa común con los brasileros y pasar a formar parte del nuevo imperio
americano.
21 REYES ABADIE, Washington, VÁZQUEZ ROMERO, Andrés, (1995), “Crónica General del Uruguay”, Ediciones de la Banda Oriental, Volumen II, Montevideo, pág. 462.- 22 Ibídem, pág. 462.-
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Contrariando las instrucciones recibidas, el 15 de junio, Lecor le encomienda al
Gobernador Intendente de la Provincia don Juan José Durán que organice la
convocatoria de un Congreso extraordinario de todos los pueblos, pero le exige que
tome en ese acto: “todas las providencias que estén a su alcance para evitar en las
reuniones y elecciones la influencia de los partidos”23.
En definitiva, las elecciones fueron hechas por los Cabildos y los Alcaldes
territoriales, que eran todos funcionarios del gobierno lusitano, por lo que el
Congreso que se creó, no representó la voluntad de los Orientales.
El Congreso se reúne el 18 de Julio de 1821, siendo su Presidente el Gobernador
Intendente Juan José Duran y Vicepresidente el Presbítero Dámaso Antonio
Larrañaga y tal como se esperaba, se resuelve la incorporación condicional al Reino
Unido de Portugal, Brasil y Algarbes.
En la sesión del día 19 del mismo mes, se resuelve remitir el acta de
incorporación a los Cabildos y Alcaldes Territoriales, para que éstos presenten
algunas condiciones o bases a ser tenidas en cuenta para la incorporación.
Luego y con la asistencia del propio General Lecor, se votan las bases de la
incorporación propuesta, en donde se establece, entre otras, que nuestro país debía
considerarse “un Estado diverso de los demás del Reino Unido bajo el nombre de
Cisplatino”.24
El Barón de la Laguna, había sido especialmente cuidadoso de no comunicar a la
Corte de Lisboa los detalles de la celebración del Congreso. Todas sus
comunicaciones siempre fueron dirigidas a Río de Janeiro
Pero el Gobierno de Portugal, no aceptó las condiciones exigidas por la Banda
Oriental. Al decir de Lorenzo Belinzón, “con las bayonetas se ahogaron así los
anhelos de libertad de los patriotas”.25 El Monarca no aprobó las resoluciones del
Congreso Cisplatino, ya que de hacerlo se vería enfrentado a España. Cabe
destacar que otras potencias europeas tales como Francia, Inglaterra, Austria,
Prusia y Rusia, ya en 1817, le habían exigido la devolución de la Banda Oriental. En
aquel momento la corte lusitana expresó que su intención no era apoderarse en
23 BELINZÓN, Lorenzo, (1932), “La Revolución Emancipadora Uruguaya”, Tomo Segundo, Montevideo, Casa A. Barreiro y Ramos S.A., pág. 101.- 24 IBARGARAY, Oscar Tte.Cnel. (1939), op.cit., pág. 13.- 25 BELINZÓN, Lorenzo, (1932), op.cit., pág. 105.-
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forma definitiva del territorio, sino terminar con el desorden reinante en sus fronteras,
cosa que España no podía hacer.
Pero hay un hecho de singular importancia y que cambiará la marcha de los
acontecimientos. El Rey de Portugal, don Juan VI, quien huyendo de los ejércitos de
Napoleón, había trasladado su corte a Río de Janeiro, regresa a Lisboa a mediados
de 1821.
Su hijo primogénito, el Príncipe don Pedro, quedó al frente del Gobierno de Brasil
y el 7 de setiembre de 1822 se niega a regresar a Lisboa, declarando su
independencia del Reino de Portugal, en el hecho conocido como el “Grito de
Ipiranga”.
Las fuerzas portuguesas de Montevideo se opusieron a la separación de la Banda
Oriental del dominio de Portugal. El General Álvaro Da Costa, Jefe de los
Voluntarios Reales, permaneció leal al Rey Juan VI y se sublevó haciendo dimitir a
Lecor, quien se vio obligado a huir a Canelones en el mes de setiembre.
Se crean así dos bandos bien diferenciados entre las fuerzas invasoras, el
comandado por el General Álvaro Da Costa que ocupaba la ciudad de Montevideo y
el bando brasileño comandado por el General Carlos Federico Lecor que ocupaba la
campaña, con capital primero en San José y luego en Canelones.
En 1823 comienza a funcionar el nuevo Cabildo de Montevideo, el que es
designado por elección popular. Fue integrado en su mayoría por hombres
pertenecientes a una logia denominada “Caballeros Orientales”, que trabajó con
esfuerzo, a fin de obtener de los portugueses la entrega de Montevideo a los
Orientales.
Su principal objetivo era anular las declaraciones de incorporación a Portugal y a
Brasil para de esa forma volver a integrar las Provincias Unidas.
El General Da Costa, dada su difícil situación, parecía proclive a “poner la ciudad
en manos del Cabildo si le daba los medios para trasladarse con su división a
Lisboa”.26
Los cabildantes de Montevideo hicieron distintas negociaciones reclamando la
absoluta libertad e independencia de la Provincia, desde solicitar el auxilio a las
26 Ibídem, pág. 112.-
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provincias del litoral argentino, hasta enviar representantes a la Asamblea General
Constituyente brasileña y al Emperador. Incluso trataron de producir un
levantamiento en la campaña, tarea que le fue encargada a Juan Antonio Lavalleja,
y habiendo fracasado dicho levantamiento, el caudillo resultó perseguido, viéndose
obligado a emigrar a la Provincia de Santa Fe.
Viendo el fracaso de las gestiones antes mencionadas y que el General Da Costa
iba a entregar la Banda Oriental al General Lecor, el 29 de octubre de 1823, el
Cabildo de Montevideo toma la decisión de ponerse bajo la protección de Buenos
Aires, proclamando su voluntad de seguir perteneciendo a las Provincias Unidas del
Río de la Plata y declarando nulas las resoluciones del Congreso Cisplatino y las
actas de incorporación suscritas.
Esto decide a los argentinos a participar a favor de los Orientales, iniciando
negociaciones diplomáticas en Río de Janeiro por intermedio del Dr. José Valentín
Gómez, con el propósito de gestionar el retiro del Ejército de Lecor e incorporar la
Provincia Oriental al territorio argentino. La contestación se dilata por algunos meses
y finalmente el Dr. Gómez recibe la negativa de la corte brasileña.
En noviembre de 1823 se entablan negociaciones entre los Generales Lecor y Da
Costa, para que éste último entregue Montevideo y se embarque junto con sus
tropas para Portugal, lo que finalmente se materializa el día 18 del mismo mes.
El 28 de febrero de 1824, el General Carlos Federico Lecor entra en Montevideo y
de esta forma finaliza la dominación portuguesa, dando comienzo la brasileña.
El resultado final de estas disputas entre brasileños y portugueses provoca que
muchos Orientales tengan que emigrar al territorio argentino. Éstos comienzan a
reunirse con el firme propósito de recaudar fondos y organizar un movimiento que
liberara a la patria del yugo extranjero.
Es con el fin de la dominación española en América del Sur, en la Batalla de
Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, que se acrecientan las ansias de libertad de
los Orientales, como así también el apoyo a la causa por parte de los Gobiernos de
Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.
5.1.2. Acontecimientos del Año 1825.
La Provincia Oriental estaba profundamente contrariada con la dominación
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brasileña.
El historiador Reyes Abadie expresa que: “La entrada de Lecor a Montevideo
marcó el comienzo de una política de represión y dureza con los comprometidos con
el movimiento emancipador, que se tradujo en órdenes de destierro, confiscaciones
de bienes y hasta prisión…”27
Debido a lo expuesto anteriormente, un grupo numeroso de Orientales se
encontraba exiliado en la capital porteña y son ellos los que comienzan los
preparativos para gestar la nueva revolución.
Inicialmente se reúnen en el saladero de Pascual Costa, de donde era encargado
Lavalleja y en el comercio de Luis Ceferino de la Torre.
Si bien la causa de los Orientales era muy popular en todos los sectores sociales
y políticos de Buenos Aires, cuando éstos intentaron conseguir apoyo, el Jefe del
Gobierno, General Las Heras y su Ministro de Relaciones Exteriores, el unitario
Manuel José García, aunque no pusieron obstáculos a sus preparativos y en cierta
medida hasta los facilitaron en forma oculta, trataron de evitar todo compromiso que
pudiera provocar un conflicto con el Brasil.
Como viéramos anteriormente, el triunfo de Ayacucho precipitó los preparativos
de los patriotas, que encabezados por Juan Antonio Lavalleja y reunidos en la casa
de Luis de la Torre, juraron libertar la patria de los opresores o perecer en la
empresa.
Por su parte, Atanasio Lapido fue portador de un oficio, firmado tanto por los
Orientales que se encontraban en Buenos Aires como en Montevideo, librado al
Libertador Simón Bolívar, con la esperanza que éste pudiera imponer la
independencia de la Provincia Oriental al Imperio del Brasil.
Los conjurados se dedicaron inicialmente a reunir fondos. En esta tarea se
destacaron Pedro Trapani y Gregorio Gómez quienes recaudaron 16.200 pesos,
gracias a las contribuciones de porteños prominentes como Juan Manuel de Rosas y
los hermanos Nicolás y Juan Anchorena entre otros.
En lo que respecta a las armas, Manuel Oribe consiguió retirar unas 200
tercerolas que estaban depositadas en la Aduana de Montevideo desde el año 1823.
27 REYES ABADIE, Washington, VÁZQUEZ ROMERO, Andrés, (1995), op.cit., pág. 505.-
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Manuel Oribe, Manuel Lavalleja y el baqueano Andrés Cheveste, cruzaron a la
Banda Oriental y se contactaron con Tomás Gómez quien se comprometió a reunir
las caballadas necesarias y enviarlas a la costa en la noche del 11 de abril.
También se envió a Manuel Lavalleja, Atanasio Sierra y Manuel Freire para
sondear la opinión de los caudillos Orientales y prepararlos a favor del movimiento
revolucionario.
Sin lugar a dudas que en estas instancias se pensó en la figura de Fructuoso
Rivera como “el hombre clave para insurreccionar la campaña”.28
Lavalleja, dada su mayor jerarquía militar, fue nombrado jefe de la empresa, en
tanto que Manuel Oribe, por los mismos motivos, fue su segundo jefe.
Luego de varios días en que la expedición se ve demorada y a pesar de los
constantes patrullajes de la flota portuguesa, finalmente el 19 de abril de 1825 se
concreta el cruce y posterior desembarco de los Treinta y Tres Orientales en la
Playa de la Agraciada.
En los días siguientes a la Cruzada, Lavalleja marcha con dirección a Mercedes.
En las primeras horas del 21 de abril, ya se encuentra en los alrededores de
Dolores, cuya guarnición militar de aproximadamente mil hombres estaba al mando
de Julián Laguna, viejo soldado de la independencia que al igual que Rivera y
muchos otros, se encontraba al servicio de Brasil como Capitán del Regimiento de
Dragones Orientales.
Los patriotas enfrentan en San Salvador a un destacamento brasileño de
aproximadamente 70 hombres obteniendo una victoria que acrecienta el espíritu de
los revolucionarios.
Si bien no existen pruebas de que en este momento Julián Laguna haya pactado
con Lavalleja incorporarse a la revolución, hay dos hechos fundamentales que llevan
a plantearse esa interrogante: primero que no es lógico que Laguna dejara pasar de
Dolores al pequeño contingente de Orientales sin haberlos aniquilado, ya que
contaba con fuerzas suficientes y segundo que menos de un mes más tarde, el 3 de
junio, Laguna le envía una nota a Lavalleja en donde ya se desempeñaba como jefe
de las fuerzas patriotas.
28 Ibídem, pág. 509.-
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Luego del triunfo de San Salvador, continuaron su marcha en dirección a Soriano
donde llegan el día 24 de abril, momento en el que Lavalleja lanza una ardorosa
proclama, en donde invita a los nativos a unirse a la revolución y tomar las armas en
contra de sus opresores.
Mientras tanto Fructuoso Rivera, había recibido órdenes de Lecor de marchar con
su Regimiento de Dragones para dispersar a los rebeldes.
El 29 de abril se produce el controvertido episodio del “Abrazo del Monzón”. El
presente trabajo no tiene por objeto analizar los distintos puntos de vista que han
sido ampliamente discutidos por nuestros historiadores, con respecto a este hecho,
sino resaltar la importancia que significó la incorporación de Rivera a la gesta
emancipadora.
Al decir de Belinzón: “Los dos héroes no se miraron en ese momento como
rivales, sino como hermanos en el ideal y en la gloria. Dominaron sus egoísmos,
porque por encima de todo ponían el amor a la tierra mártir y esclavizada”.29
Por su parte Reyes Abadie sostiene que: “Esta unión de los compadres fue,
entonces, de gran importancia y tuvo el saludable y vigorizante efecto de dotar a la
Revolución de un mando superior, fuerte y prestigioso. Esta singular diarquía era,
por lo demás, la única posibilidad real de una conducción política y militar aceptable
para todos los patriotas, ausente toda otra personalidad –como Artigas– capaz de
imponer su superioridad indiscutida”.30
Con la incorporación de Rivera se logra, no solo un apoyo importante para los
revolucionarios, dado que gozaba de gran prestigio en todo el país, sino que, “… a
partir de ese momento la Revolución pudo contar en sus filas al caudillo en quien
cifraban más esperanzas los brasileños para dominar el alzamiento”.31
Una vez unidos los dos caudillos y conscientes de que la revolución no era bien
vista por los grupos ilustrados, ni por los vecindarios establecidos en las villas y
pueblos de la Banda Oriental, lanzaron un manifiesto desde el Arroyo de la Virgen,
en el que establecían las reglas de conducta que debería seguir el movimiento.
Éstas eran totalmente opuestas a las depredaciones que habían sido practicadas
29 BELINZÓN, Lorenzo, (1932), op.cit., pág. 141.- 30 REYES ABADIE, Washington, VÁZQUEZ ROMERO, Andrés, (1995), op.cit., pág. 516-517.-
31 TRAVERSONI, Alfredo, (1963), “Historia del Uruguay y de América. II – Vida Independiente”, Cuarta Edición, Montevideo, Editorial Medina, pág. 83,
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por los propios portugueses y fundamentalmente demostraban a los anti-caudillistas,
que eran profundos defensores del orden.
Los Orientales continuaron la marcha hacia San José, ciudad que tomaron el día
30 de abril, sin tener que disparar un solo tiro y logrando que 200 hombres se
plegaran a la revolución.
Con el firme propósito de conseguir más adeptos a la causa, Rivera le envía una
carta al Mayor Bonifacio Calderón, Jefe de los Dragones Orientales, en estos
términos: “La Patria pide hoy los esfuerzos de sus hijos, usted sabe mis
sentimientos. En esta virtud, yo creo que ya llego el momento de anonadar a los
usurpadores de nuestra libertad. Hemos sido esclavos mientras no pudimos ser
libres. Haga Usted reunir cuantos hombres pueda, haciéndoles entender esto
mismo. Yo ya reunido con mi compadre don Juan Antonio Lavalleja, que con una
fuerza de valer y ordenada se ha puesto bajo mis órdenes, para con ellas y las
demás que vienen aunar nuestros esfuerzos con este fin sagrado”.32
Los 180 hombres de ese regimiento se incorporaron finalmente a los patriotas en
San José.
Al igual que en 1811, en todos los pueblos y villas, los vecinos más prestigiosos
del lugar se encargaban de reunir partidas de milicianos para incorporarse a la
revolución.
Dentro de los anteriores podemos mencionar a Atanasio Lapido y Gregorio
Sanabria en Colonia; Luis Eduardo Pérez y Juan José Florencio en San José;
Joaquín Suarez y Manuel de Figueredo en Canelones; Leonardo Olivera y Santiago
Pírez en Maldonado; Julián Laguna y José María Raña en Paysandú; Felipe Duarte,
Juan Antonio Martínez, Manuel Lagos y Pedro Delgado Melilla en Durazno; Ignacio
Oribe y Felipe Cavallero en Cerro Largo; Benito Ojeda y Toribio López en
Tacuarembó; y Juan Paulino Pimienta y Mariano Ferreyra en Minas.
Conjuntamente con este levantamiento en toda la campaña, Juan Texeira de
Queirós, acompañado de Atanasio Lapido ponían cerco a la ciudad de Colonia y otro
grupo comandado por Manuel Oribe con Bonifacio Isas, ocupaban el Cerrito en
donde izaron el pabellón que rezaba “Libertad o Muerte”. Poco después este grupo
32 BELINZÓN, Lorenzo, (1932), op.cit., pág. 142.-
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sitiaría la plaza, la que con pocas intermitencias, permanecerá así hasta terminar la
guerra.
Al respecto nos ilustra el Coronel Juan Antonio Vázquez: “Un día después de la
llegada de Lavalleja al Cerrito, Lecor trató de apreciar el volumen de las fuerzas
que lo sitiaban y destacó un fuerte contingente de 1200 hombres con apoyo de
artillería, con la misión de tomar contacto con el sitiador y obligarlo a revelar sus
efectivos. El destacamento brasileño fue arrollado por la Caballería patriota antes
de que tuviera tiempo de formalizar un contacto que le permitiera tomar los datos
que eran necesarios; de este modo resulto que las operaciones frente a
Montevideo vinieron a quedar en punto muerto, ya que los patriotas, carentes de
efectivos y en particular artillería, no estaban en condiciones de intentar acciones
en fuerza contra la capital, y por su parte los brasileños, que tenían medios
sobrados, se conformaron con dejar las cosas como estaban, tanto porque el sitio
no les ocasionaban mayores molestias –los aprovisionamientos y el contacto con
el exterior lo aseguraban por vía marítima- como por que, mal informados, no
pudieron en ningún momento determinar la notoria exigüidad de los elementos
sitiadores”.33
Con la llegada de las fuerzas Orientales a Montevideo, se veía cumplida la
primera etapa de la acción emprendida por Lavalleja.
En diez y ocho días Lavalleja y su compadre Rivera habían logrado movilizar en
favor de la causa a todo el país, se habían apoderado de la campaña y tenían
encerrados a los brasileños dentro de los muros de Montevideo. (Ver Anexo N° 1)
Si bien las victorias en las Batallas de Rincón y Sarandí fueron las más relevantes
de la campaña, es preciso aclarar que el hostigamiento que se ejercía a las fuerzas
de ocupación brasileñas fue permanente y un ejemplo claro de ello son los hechos
de armas que se mencionan a continuación:
- 25 de junio: Combate de las Vacas (Departamento de Colonia)
- 8 de julio: Combate de Arroyo Grande (Departamento de Soriano)
- 1 de agosto: Escaramuzas en Colonia
- 14 de agosto: Acción en Fraile Muerto (Departamento de Cerro Largo)
33 VÁZQUEZ, Juan Antonio, (1957), “Lavalleja y la Campaña de 1825”, Montevideo, Biblioteca “Gral. Artigas” Volumen N° 34, pág. 61.-
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- 18 de agosto: Guerrillas en Colonia del Sacramento
- 21 de agosto: Combate en San Francisco (Próximo a Ciudad de Paysandú)
- 22 al 26 de agosto: Ataque a Ciudad de Mercedes.
- 4 de setiembre: Combate del Águila (Departamento de Soriano)
5.1.3. Plan Político – Militar.
5.1.3.1. En lo Político.
El objetivo político principal de Lavalleja fue instalar, en el menor tiempo posible,
un Gobierno Provisorio que pudiese convocar una Sala de Representantes, para
tomar una decisión de valor jurídico.
Existía una gran preocupación por el mantenimiento del orden y por demostrar
que se trataba de una organización regular, que distaba mucho del mote de
anarquistas con que eran tildadas las milicias Orientales. Procuraba también “… dar
satisfacción a los ilustrados del gobierno unitario de Buenos Aires, para obtener su
indispensable apoyo y la oportuna declaración de guerra al Brasil.”34
El 27 de mayo de 1825, el Jefe de los Treinta y Tres convoca a los Cabildos, con
excepción del de Montevideo que se encontraba ocupado, para formar un Gobierno
Provisorio.
Dado que Montevideo, Colonia y Maldonado estaban en poder de los brasileños,
se eligió la Villa de la Florida como sede de la nueva autoridad.
El 14 de junio, a menos de dos meses del desembarco en la Playa de la
Agraciada, se instaló el Gobierno Provisorio, recayendo el cargo de presidente en
Manuel Calleros y el de secretario en Francisco Araucho.
Dentro de las importantes resoluciones adoptadas se destacan las siguientes:
- Conferir el grado de Brigadier General a Juan Antonio Lavalleja y ratificarlo
en el cargo de Comandante en Jefe del Ejército.
- Designar a Fructuoso Rivera como Inspector General del Ejército.
- Nombrar dos comisionados para que gestionaran en Buenos Aires la ayuda
34 REYES ABADIE, Washington, VÁZQUEZ ROMERO, Andrés, (1995), op.cit., pág. 526.-
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del Ejecutivo Nacional.
- Convocar a elecciones para integrar la Sala de Representantes de la
Provincia.
Una vez realizadas las elecciones, el 20 de agosto de 1825, se instaló en la
Florida la Sala de Representantes, quedando en ese acto sin efecto el Gobierno
Provisorio que venía ejerciendo funciones desde el 14 de junio, siendo elegido
presidente Juan Francisco Larrobla.
En la sesión del 25 de agosto fueron aprobadas tres leyes fundamentales:
- la de Independencia que constaba de dos partes bien definidas, una que
declaraba “… írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos
los actos de incorporación, reconocimientos, aclamaciones y juramentos
arrancados a los Pueblos de la Provincia Oriental por la violencia de la
fuerza unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el
Brasil…”35 y la otra que como consecuencia de lo anterior “… se declara
de hecho y de derecho libre e independiente del Rey de Portugal, del
Emperador del Brasil y de cualquier otro del Universo y con amplio y pleno
poder para darse las formas que en uso y ejercicio de su soberanía estime
conveniente”.36
- la de Unión, que declaraba la anexión de la Provincia Oriental a las
Provincias Unidas del Río de la Plata,
- y la de Pabellón que establecía el uso del pabellón tricolor, hasta que no se
produjera la unión antes mencionada.
Y es en esta segunda ley que nos detendremos un momento dado que constituye
el segundo punto del plan político de Lavalleja.
Se puede afirmar que ni Lavalleja, ni Rivera, ni el mismo Artigas, tuvieron
intenciones de independizarse del Gobierno de Buenos Aires. Todos ellos deseaban
una confederación provincial, con autonomía, pero siempre bajo una única
nacionalidad.
35 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1977), “Boletín Histórico N° 185-188”, Montevideo, Edición Imprenta Militar, pág. 73.- 36 BELINZÓN, Lorenzo, (1932), op.cit., pág. 156.-
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Además es muy ingenuo pensar que el Jefe de los Treinta y Tres, hubiera
pretendido derrotar al poderoso ejército brasileño con el solo esfuerzo de los
Orientales. Su intención fue movilizar el país, levantarlo en armas y prepararlo para
que los ejércitos de las Provincias Unidas entraran en acción, estos sí capaces de
medirse de igual a igual con los aguerridos ejércitos imperiales.
Tal como lo expresa Juan Antonio Vázquez: “Todo estaba previsto en Buenos
Aires, pero había necesidad de que alguien diera el paso previo que dieron los
Treinta y Tres: movilizar la opinión, reunir en su torno todas las fuerzas disponibles,
decretar la reincorporación a las Provincias Unidas e instalar un gobierno provisional
que diera carácter a la reincorporación. Entonces sí el Congreso bonaerense podría
decretar los auxilios militares necesarios para ayudar a la liberación del Brasil de la
provincia sojuzgada.”37
5.1.3.2. En lo Militar.
Tal como lo previera Lavalleja, la cruzada libertadora de los Treinta y Tres
Orientales, resultó el llamado de alerta que movilizó a toda la campaña. Se formaron
en cada pueblo, grupos armados dispuestos a incorporarse a la revolución.
Por su parte Lavalleja, ya desde un principio, se concentró en enviar
correspondencia, a cada rincón del territorio, para estimular la creación de estos
núcleos rebeldes.
También emitió un bando, por el que se invitaba a los soldados que estaban al
servicio del Imperio, a que se incorporaran a los patriotas: “Don Juan Antonio
Lavalleja, Comandante en Jefe de las fuerzas de la Patria, hace saber a los
soldados que sirven al Imperio, que al que se presente al Ejército Patriota, se le
tratará como amigo del país, y se le darán cuatro pesos, y seis si viene con sus
armas.”38
Podemos comprobar que Lavalleja inicialmente procedió a la movilización. Por un
lado psicológica, por medio de las correspondencias, proclamas y bandos citados
anteriormente, con los que buscaba preparar el terreno y principalmente estimular a
los Orientales en vista de la acción que se iba a desarrollar. Y por otro lado militar,
esto último se puede verificar si consideramos que el 19 de abril contaba con 32
37 VÁZQUEZ, Juan Antonio, (1957), op.cit., pág. 56.- 38 Ibídem, pág. 52.-
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hombres y el 14 de junio con más de 3.500, según consta en el mensaje de esa
fecha que libra el Jefe Patriota al Gobierno Provisorio.
Empleó una estrategia netamente ofensiva, ya que mantuvo la iniciativa en todo
momento y mediante la sorpresa atacó al enemigo en los lugares y tiempos más
favorables para el empleo de sus medios. Debemos considerar también que orientó
sus esfuerzos hacia las principales posiciones del enemigo.
Es importante señalar en este punto, que dado que los brasileños creían y
confiaban en el sometimiento voluntario de los Orientales, en ningún momento
creyeron necesaria la ocupación militar en fuerza de la Provincia Cisplatina, en base
a un despliegue estratégico que asegurara la posesión efectiva de la totalidad del
territorio.
Lecor disponía de cerca de 20.000 hombres, de los cuales aproximadamente la
mitad constituían la reserva y estaban acantonados a lo largo de la frontera de Cerro
Largo y Rocha, en condiciones de ingresar a la provincia por cualquiera de los dos
itinerarios de invasión de la época: la angostura de Rocha y la Cuchilla Grande. El
resto de las tropas de ocupación se distribuían en Montevideo, Maldonado, Colonia,
Mercedes y Durazno, además mantenían un apostadero naval en la Isla de Lobos,
frente al puerto de Maldonado. (Ver Anexo N° 2)
Se puede observar que el dispositivo enemigo se concentra únicamente en la
región sur del Río Negro, no existiendo guarniciones en el Norte del país. Esto es
sencillo de explicar dado que en esa zona del país había muy poca población y
escasa riqueza y por otra parte las tropas invasoras que ocuparan esa región
estarían muy alejadas de sus bases en el Plata y prácticamente aisladas ya que los
itinerarios hacia las zonas de reunión en territorio brasileño eran muy escasos.
Con este despliegue mantenían los centros vitales -capital y puertos-, disponían
de una reserva estratégica y aseguraban las comunicaciones con el imperio por vía
marítima.
Debemos resaltar que este despliegue se mantuvo así mientras la Provincia
Oriental estuvo sola, ya que ni bien se iniciaron las actividades militares de los
héroes de la Agraciada en 1825, la situación cambió radicalmente.
Pese a que los invasores disponían de fuerzas considerables, los Orientales le
hicieron una eficaz guerra de recursos. El plan militar de Lavalleja tuvo “… como
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base de recursos la línea del Río Uruguay que los mantendría en constante
colaboración moral y material con los argentinos y les prestaría abrigo en caso de
contraste; se perseguía la ocupación por la revolución de todas las plazas interiores
(Minas, San José, Florida, Durazno, Canelones, etc.); asimismo del mayor número
de las apoyadas en el Uruguay…”39
Y aquellas plazas que constituían puntos fuertes del enemigo fueron cercadas de
manera de privarlas de los recursos que obtenían de la campaña, de inmovilizarlas y
evitar que mantuvieran enlace con otras fuerzas de ocupación.
También buscó sitiar la ciudad de Montevideo, con el propósito de destruir la
cabeza del ejército de ocupación y dividir a las fuerzas brasileñas de la capital de las
del resto del territorio, para de esa forma poder atacarlas separadamente.
Pero dado que las fuerzas sitiadoras eran insuficientes en número y estaban mal
armadas, aunque logró alcanzar el Cerrito e iniciar el sitio, algunos días después,
advirtió su impotencia y se replegó al Río Santa Lucía Chico.
Es importante señalar que previendo el empleo de las reservas brasileñas, envió
las divisiones de Ignacio Oribe, Pablo Pérez y Leonardo Olivera a la línea general
Melo - Rocha, con el propósito de vigilar los dos puntos críticos constituidos por la
angostura de Rocha y la Cuchilla Grande.
5.2. Análisis de la Batalla de Rincón
5.2.1. Factores de la Decisión.
5.2.1.1. Misión
5.2.1.1.1. De las Fuerzas Patriotas
Dentro del marco de las operaciones de hostigamiento permanente que venían
realizando los Orientales, Rivera había recibido la misión de establecerse en las
proximidades de Mercedes, con el cometido de privar a las fuerzas invasoras
comandadas por el General Abreu, de todos los recursos disponibles y mantenerlas
en estado de alerta continua, acechándolas por medio de emboscadas y golpes de
mano.
39 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1930), “Boletín de Informaciones N° 3”, Montevideo, Edición Imprenta Militar, pág. 25.-
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El 22 de agosto, en horas de la noche, decide atacar Mercedes por sorpresa,
destacando para tal misión tres grupos comandados por Servando Gómez, Felipe
Caballero y Felipe Gaete, quienes en su acción toman algunos prisioneros, dentro
de los cuales se encuentran dos hijos del General Abreu.
En los días posteriores continúan las hostilidades entre los dos contendientes,
pero el General Rivera evita siempre empeñarse decisivamente en el combate, dado
que las fuerzas adversarias eran superiores en número. Hasta que el 3 de
setiembre, es informado que una fuerza de 800 hombres al mando del Coronel
Bento Manuel Ribeiro había salido de Mercedes con dirección hacia Colonia y
temiendo que pudiese atacar a Lavalleja, que se encontraba sitiando la plaza, le sale
a su encuentro.
El día 4 de setiembre, encontrándose en las puntas del Arroyo Águila, Rivera
destaca al Capitán Felipe Caballero, con la misión de –sin empeñarse en el
combate– atraer a Bento Manuel Ribeiro y alejarlo de la dirección que llevaba. Pero
al advertir que Caballero se encontraba en una situación delicada, se vio obligado a
intervenir, siendo derrotado y dispersado por la superioridad numérica de las tropas
brasileñas. Es entonces que el día 5 del mismo mes, se detiene en el Arroyo
Perdido, donde termina de reunir sus fuerzas y luego se dirige a Florida, llegando el
día 7 de setiembre.
Pese a la derrota sufrida, logró cumplir su propósito de desviar la columna
enemiga de su progresión hacia Colonia y evitarle de esa forma a Lavalleja que
pasara por una situación crítica.
Para resarcir la derrota sufrida, Rivera decide iniciar acciones ofensivas contra
Mercedes, pero al llegar al Paso de la Tranquera, cambia de opinión y se dirige al
Rincón de Haedo, donde pacían millares de caballos del enemigo.
Su propósito era dar un golpe de mano que, mediante el arrebato de las
caballadas, privara al enemigo de movilidad.
5.2.1.1.2. De las Fuerzas Brasileñas
La sorpresiva acción de los Orientales, al principio desconcierta a Lecor, quien
asume una actitud pasiva, se dedica “… más a la vigilancia de sus propias fuerzas
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que de las del adversario…”40
Llama la atención esta apatía de los brasileños, que deja en libertad de acción a
los Orientales, más aún, considerando que poseían fuerzas suficientes para
derrotarlos.
Los vertiginosos avances de los revolucionarios, hacen que el General Lecor
solicite el envío urgente de refuerzos a la Corte de Río de Janeiro y al comandante
de armas de la Provincia de Río Grande do Sul, General José Abreu.
Los pedidos son escuchados y en el mes de mayo el General Abreu, al mando de
una fuerza de caballería de 1200 hombres, se interna en el territorio oriental por el
camino de la costa del río Uruguay, en dirección a Mercedes. Luego de marchas
muy difíciles, cumplidas bajo el rigor invernal, llegan finalmente a destino en los
primeros días del mes de julio.
Desde un principio, Abreu comprende que sus fuerzas podían ser de gran valor,
ya que las tropas de Montevideo se iban a enfrentar a una situación penosa si los
insurrectos lograban consolidar el cerco, con lo cual se verían privados de los
preciados recursos que solo podían obtener en la campaña.
No obstante ello, Abreu decide permanecer en Mercedes hasta la llegada de los
refuerzos conformados por tropas del Coronel Gómez Jardim, procedentes de Río
Grande.
Pero en el mes de agosto, tiene lugar una reacción por parte de las fuerzas
brasileñas. No se trata de la defensa de las zonas ocupadas, sino que empleando
dichas bases, que por el momento resultaban impenetrables para los patriotas,
comienzan a preparar una acción ofensiva a cargo de columnas, que ingresan a
nuestro territorio, procedentes de la Reserva.
Ya desde principios del mes, se puede observar una fuerza en la región de la
Angostura de Rocha, que si bien no materializa su ingreso a la Provincia, permanece
en forma amenazante, lo cual motiva que las fuerzas patriotas deban establecer una
estrecha vigilancia sobre la misma.
Asimismo en el otro eje penetrante, el de la Cuchilla Grande, también se aprecia
actividad y esto lo podemos comprobar en el parte que envía Ignacio Oribe a sus
40 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1930), op.cit., pág. 26.-
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superiores: “… me dirigí sobre Tacuarí y tuve que retirarme a la Manguera de Merlo
en el Fraile Muerto por hallarse la fuerza de mi mando completamente a pie; en
estas circunstancias recibí parte de una de mis partidas en observación sobre el
enemigo que el Teniente Coronel Bentos González se dirigía con una fuerza de 400
hombres sobre mi campo…”41
Es preciso aclarar que previo al encuentro con Oribe, las fuerzas brasileñas se
habían separado en dos y el elemento que iba al mando de Bento M. Ribeiro logró
infiltrarse por el Norte del Río Negro, progresando en dirección a Mercedes.
Estas fuerzas provenían de Río Grande. La experiencia indicaba que eran las
más adecuadas, tal como lo expresa Eduardo Acevedo Díaz: “Teniendo en memoria
que en la campaña contra Artigas no había sido propiamente el ejército regular
portugués el que arrollara los obstáculos y alcanzara la gloria del vencimiento, sino
antes bien las fuerzas de Río Grande, cuyas condiciones y aptitudes tenían alguna
analogía con las de los Orientales, la pericia aconsejaba que el hecho se repitiese
no habiendo sufrido modificación seria el estado del país desde Artigas a
Lavalleja.”42
En Mercedes se encontraba el General Abreu, quien obsesionado con la idea de
derrotar a los jefes de las fuerzas revolucionarias, particularmente a Rivera, concibe
un plan que consistía en batir a Rivera o Lavalleja por separado y posteriormente
destruir al otro, con el propósito de impedir el crecimiento de las fuerzas
revolucionarias, de aplacar el entusiasmo que cobraba la revolución y
fundamentalmente evitar la intervención de Argentina en la guerra.
Es en cumplimiento de este plan y luego de que la captura de sus dos hijos
precipitara las acciones, que Abreu ordena marchar al Coronel Bento Manuel Ribeiro
junto a una fuerza de 800 hombres, para que obligue a Rivera a entrar en
combate.
Finalmente el 4 de setiembre se enfrenta con Rivera en el Águila, haciéndolo
ceder ante su superioridad numérica. Tras la lucha y considerando batido a Rivera,
el jefe brasileño se dirige a Montevideo, en donde es recibido como vencedor.
41 VÁZQUEZ, Juan Antonio, (1957), op.cit., pág. 76.- 42 ACEVEDO DÍAZ, Eduardo, (1975), “Las Batallas de la Libertad. Rincón, Sarandí, Ituzaingó”, Primera Edición, Montevideo, Editorial Salamandra, pág. 3.-
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Mientras tanto toda la caballada del General Abreu, como así también el ganado
de consumo, se encontraban reunidas y pastando en el Rincón de Haedo. Este lugar
además de la abundancia de pastos tenía la característica de ser un refugio
inviolable.
Una pequeña guarnición, de aproximadamente 25 hombres ubicados en el
llamado Portón del Rincón o Portones de Haedo constituían su custodia, la que
mantenía comunicación con Mercedes por medio de los buques que surcaban el Río
Negro.
5.2.1.2. Enemigo
5.2.1.2.1. Principales Jefes.
En los jefes brasileños existió, desde un comienzo, falta de unidad en el mando,
coordinación y apoyo mutuo, lo que en cierta forma favoreció el accionar de los
Orientales.
Lecor se desempeñaba como Comandante en Jefe del Ejército Brasileño en la
Provincia Cisplatina pero, “… la falta de unidad advertida en las operaciones, como
la independencia, no la iniciativa con que obraban algunos de los comandantes de
fuerzas a sus órdenes, inclinan a creer que delegaba facultades o eran su dirección
y mando más bien nominales, debido a influencias del poder central o
particularidades de disciplina de las fuerzas provinciales de milicias, al mando,
regularmente, de caudillos.”43
Y esta falta de coordinación y apoyo mutuo se pone de manifiesto claramente en
la Batalla de Rincón, como veremos más adelante.
Existen distintas versiones con respecto a la capacidad intelectual y militar de los
Coroneles Gerónimo Gómez Jardim y José Luis Menna Barreto, “… según algunos
historiadores, se trataba de mentalidades mediocres; según otros se trataba de
profesionales de capacidad, conocedores de su oficio, y considerados dentro de los
mejores de la época.”44
En lo que no hay duda alguna es que entre ellos existían rivalidades personales,
esto se reflejará, durante el desarrollo del combate, en la ausencia de coordinación y
43 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1930), op.cit., pág. 26.- 44 IBARGARAY, Oscar Tte.Cnel. (1939), op.cit., pág. 58.-
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apoyo mutuo que existió entre los regimientos a su cargo. Oscar Antúnez de Olivera
nos dice, con relación a los Jefes Brasileños, que: “Se encontraban en Paysandú y
de allí marcharon juntos por el mismo camino pero, sin ningún acuerdo, porque el
Coronel Menna Barreto, a pesar de más moderno, no se quiso presentar al coronel
Jardim”.45
5.2.1.2.2. Composición.
Las Fuerzas brasileñas presentes en la Provincia, pertenecían a tres armas:
Infantería, Caballería y Artillería.
La Infantería estaba organizada en Regimientos, Batallones y Compañías, pero
éstas unidades no eran de organización fija, no obstante esto, normalmente las
Compañías estaban integradas por 150 hombres. Se desplazaban a caballo y su
instrucción se orientaba fundamentalmente al orden cerrado.
La Caballería se organizaba en Regimientos, los cuales estaban integrados por 2
o 4 escuadrones.
La Artillería no tenía una organización fija, para la batalla se reunían todos los
calibres disponibles y se conformaban Regimientos.
En el Rincón de las Gallinas, Rivera enfrentó una fuerza de aproximadamente 700
hombres, pertenecientes a los Regimientos de Caballería N° 24 al mando del
Coronel Gerónimo Gómez Jardim y el N° 25 al mando del Coronel José Luis Menna
Barreto. Estas fuerzas habían sido destacadas por orden del General Sebastián
Barreto para reforzar al General Abreu en Mercedes.
Contrariamente a lo que manifiesta el Coronel Jardim, en el parte fechado el 29
de setiembre de 1825, su unidad al igual que la de Menna Barreto eran: “… tropas
regulares, bien entrenadas y equipadas […] ; además, dichas fuerzas habían tenido
participación en campañas anteriores, de donde se deduce también que eran tropas
aguerridas y con conocimiento del terreno donde actuaban.”46
También hace referencia a la calidad de las tropas el Cónsul General de España
en Río de Janeiro, don José Delavat y Rincón en su oficio N° 111, donde entre otras
cosas, y analizando las causas y consecuencias inmediatas de las acciones de
45 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1977), op.cit., pág. 80.- 46 Ibídem, pág. 57.-
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Rincón y Sarandí, expresa: “… con todo la calidad de las tropas que de ésta han
partido y que deben reunirse con un batallón más de Cazadores que hay en Santa
Catalina, es muy inferior a la que han perdido los Coroneles Bento Manuel y Jardín.
Aquella era toda compuesta de excelente milicia de Caballería de Río Grande, tan
gauchos como los Orientales y aún con mayor disciplina.”47
Sin embargo, se puede deducir que el estado físico de esas tropas no era del todo
bueno, dado que venían realizando marchas forzadas con el propósito de alcanzar la
ciudad de Mercedes, para reforzar a Abreu. En una comunicación del 30 de
Setiembre de 1825, Rivera le informa a Lavalleja: “Sabía con bastante certeza que el
Coronel Jardim, con 700 hombres cargaba sobre dicho rincón, y que se hallaba ya
en San Francisco pero nunca me persuadí que hiciese unas marchas tan
precipitadas que pudieron impedir la toma de las caballadas, y mi regreso con este
fin destiné sobre Sandú desde el Río Negro al Capitán don Mariano Paredes con
una partida para que estuviese a la observación de dicha tropa, y me diera los
avisos necesarios de sus movimientos; pero cuando él llegó al paraje que le
señalaba y por donde precisamente debían pasar los enemigo eran las doce de la
noche, y ellos habían pasado a la oración porque venían haciendo las marchas más
extraordinarias y precipitadas que pueda imaginarse”48
5.2.1.2.3. Tácticas de las distintas Armas.
La Infantería combatía habitualmente al centro del dispositivo, con el propósito de
constituirse en el esfuerzo principal. Lo hacía en formación lineal, compuesta de dos
a tres filas sucesivas, en donde mientras la primera disparaba, la tercera fila se
disponía a cargar las armas. Cuando enfrentaba tropas de caballería, adoptaba el
clásico cuadro, que era una formación compacta en donde los soldados mantenían
sus armas adelantadas.
El grueso de la Caballería se ubicaba en las alas, con el propósito de realizar
maniobras desbordantes, mientras que fracciones de la misma constituían el
segundo escalón o reserva. Era el arma que daba inicio al combate, haciendo el
mayor aprovechamiento de la velocidad y la acción de choque que la caracteriza. 47 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1958), “Boletín Histórico N° 77-79”, Montevideo, Edición Castro y Cía, pág. 213.- 48 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1931), “Boletín de Informaciones Número especial en homenaje al Brigadier General don Fructuoso Rivera en el 106° aniversario del Combate del Rincón de las Gallinas”, Boletín N° 8 Año II, Montevideo, Edición Imprenta Militar, pág. 64.-
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Los jinetes acometían en línea y luego de disparar con sus tercerolas, combatían
cuerpo a cuerpo con sus sables y lanzas.
Refiriéndose a la Caballería, Oscar Ibargaray manifiesta: “Es digno destacar la
Riograndense, que gozaba de justa fama, adquirida bajo los Comandos de los Jefes
Bento Manuel Ribeiro y Bento Gon�alvez.”49
La Artillería se ubicaba en el centro del dispositivo y en las alas. Contaba con
poco alcance y el tiro era muy impreciso. Su empleo perseguía efectos morales más
que físicos. A esto hay que agregar que el peso excesivo del material, sumado al
mal estado de la caminería, hacían que sus desplazamientos fueran muy
dificultosos.
5.2.1.2.4. Armamentos.
La Infantería contaba con fusiles de chispa que disparaban proyectiles de plomo
de forma esférica con un alcance eficaz de 200 metros. Su mayor debilidad era el
tiempo que se necesitaba para cargarlos, puesto que tiradores expertos difícilmente
consiguieran realizar más de dos disparos por minuto. Podemos entender con esta
explicación el porqué del empleo táctico que le cabía a esta Arma, tal como lo
reseñáramos anteriormente. Además, el fusil se podía dotar de una bayoneta de
hoja triangular.
La Caballería empleaba armas de fuego tales como la tercerola, que era un
especie de carabina y el trabuco; y armas blancas dentro de las cuales podemos
citar el sable y la lanza.
La Artillería utilizaba cañones de muy variados calibres. Podían ser de 4 a 12
libras, eran de ánima lisa y disparaban balas esféricas de plomo y de hierro.
5.2.1.3. Terreno
El Rincón de Haedo, que adopta su nombre de la cuchilla que allí termina,
constituye una península en la zona norte de la unión del Río Negro y el Uruguay. Es
un punto estratégico que domina ambos ríos. (Ver Anexo N° 3)
Es un terreno muy compartimentado, con zonas de bañados y de una vegetación
muy abundante. “La serie de estribaciones de esta cuchilla le dan al terreno una
49 IBARGARAY, Oscar Tte.Cnel. (1939), op.cit., pág. 32.-
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característica particular, que lo hacen muy ondulado, dando origen a pequeños
compartimentos secundarios, que dan nacimiento a pequeñas vías de agua, todas
ellas paralelas.”50
La única vía de comunicación terrestre que existía, era el camino viejo a
Paysandú, éste une Paysandú con Mercedes y su recorrido se materializa
inicialmente por sobre la Cuchilla de Haedo y luego se desvía hacia el S.E. por sobre
una estribación sin nombre que conduce al lugar en donde se desarrolló la acción.
Al Rincón de Haedo o Rincón de las Gallinas se accede por una garganta de unos
8 kilómetros de ancho, llamada Portón del Rincón o Portones de Haedo, que es un
corredor formado por la Cuchilla del mismo nombre, entre dos curvas pronunciadas
de los ríos Uruguay y Negro. Esa angostura, a su vez se ve reducida por la
existencia al Oeste, del Arroyo Saladero, afluente del Río Uruguay y al Este por el
Arroyo del Sauce, afluente del Río Negro.
En relación a las condiciones meteorológicas podemos citar a Alfredo Lepro,
quien nos dice: “Aquel setiembre se presentaba cruel. Unas heladas brutales
castigaban los campos y los montes sin hojas casi, ofrecían poco abrigo”.51
Luego y haciendo referencia a la noche del 22 de setiembre, nos ilustra: “En la
noche buscan el Paso de Vera en el Río Negro, en medio de una lluvia finita y
pertinaz, se azotan en el río que viene creciendo porque ha llovido fuerte para
arriba…”52
Considerando las precipitaciones descritas anteriormente, podemos deducir que
tanto los cursos de agua, como los bañados existentes en la zona donde se
desarrollaría la acción, habían aumentado su valor de obstáculo.
5.2.1.4. Tiempo
5.2.1.4.1. Fuerzas Brasileñas.
Podemos sostener, de acuerdo a la definición conceptual que realizáramos en el
capítulo 4, que las Fuerzas brasileñas, venían actuando apresuradamente y no con
rapidez.
50 IBARGARAY, Oscar Tte.Cnel. (1939), op.cit., pág. 52.- 51 LEPRO, Alfredo, (1945), “Fructuoso Rivera. Hombre del Pueblo. Sentido Revolucionario de su vida y de su acción”, Montevideo, Editorial Ceibo, pág. 62.-
52 Ibídem, pág. 63.-
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En su progresión hacia la ciudad de Mercedes, su dispositivo no contaba con
fuerzas de reconocimiento, Ibargaray nos dice al respecto: “Es imposible concebir
que en la marcha que efectuaban las tropas brasileñas hasta el lugar donde se
efectuó el encuentro, esas fuerzas estuvieran reñidas con el principio de la
seguridad. Viéndose por tal causa su Comando privado de la libertad de acción,
puesto que no estaban informados de la presencia de las tropas patriotas en la zona
donde debían pasar, y que el dispositivo que traían sus tropas no era el adecuado
en tales circunstancias. Venían en columna, sin ninguna articulación.”53
5.2.1.4.2. Fuerzas Patriotas.
Los Orientales emplearon este factor de la decisión en gran forma, ya que si bien
no existió tiempo para sincronizar la operación, se concentró, en la acción ofensiva,
todo el poder de combate disponible.
A su vez, la rapidez de las acciones de los patriotas impidió que el enemigo
pudiera reaccionar convenientemente.
5.2.1.5. Medios Disponibles
5.2.1.5.1. Principales Jefes Orientales.
Analizar la personalidad del General Fructuoso Rivera, daría lugar a un trabajo de
investigación monográfica, en sí mismo, lo que pretendemos aquí es resaltar
aquellas características que se manifestaron durante el combate de Rincón.
Se puede decir que Rivera, fue un soldado por naturaleza.
Estaba dotado de gran inteligencia, lo que le permitía intuir fácilmente donde
radicaba el secreto del éxito. Según expresa el General Julián Mas de Ayala:
“Conoció los principios que conducían al éxito, porque sabía muy bien del valor del
informe, la forma de obtenerlo y explotarlo favorablemente. […] Supo de los
beneficios de la sorpresa táctica o estratégica, como también de la economía y de la
repartición de las fuerzas. Constantemente estudió, observó, consultó y fue mucho lo
que aprendió de Rondeau, Alvear, French, Viana y Soler.”54
53 IBARGARAY, Oscar Tte.Cnel. (1939), op.cit., pág. 74.- 54 MAS DE AYALA, Julián, (1953), “Rivera”, Montevideo, Biblioteca “Gral. Artigas” Volumen N° 10, págs. 40-41.-
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Pero su principal escuela fue la campaña, en donde se crió y su maestro más
preciado, el gaucho, con quien compartió su infancia y juventud, pudiendo apreciar
las virtudes de esa raza valiente, sacrificada y amante de la libertad.
Fue un excelente jinete, dominó la ciencia de los astros y conoció al detalle cada
uno de los rincones de su territorio.
Entendió desde el comienzo la importancia de realizar una guerra de recursos, “…, de desgaste del enemigo y en esta clase de guerra fue un maestro insuperable.
Agotaría así al enemigo más fuerte, inteligente y disciplinado. Golpearía por
sorpresa y desaparecería, sacando siempre el mejor partido posible de esas
acciones. Rivera con esa conducta fue el peor enemigo de las fuerzas
invasoras…”55
5.2.1.5.2. Composición.
Las milicias Orientales, eran básicamente tropas montadas que combatían
generalmente a caballo, aprovechando sus excelentes dotes como jinetes.
En el combate del Rincón de Haedo, Rivera contaba con 250 hombres, que
fueron escogidos para esta operación. Los restantes miembros de la fuerza
quedaron a órdenes del Coronel Andrés Latorre.
El número de patriotas era adecuado para dar un golpe de mano y sustraer las
caballadas, pero a primera impresión, parecería insuficiente para enfrentar la
contingencia que luego se iba a presentar.
5.2.1.5.3. Tácticas.
Los Orientales llevaban a cabo una guerra de recursos.
Generalmente empleaban escasos efectivos, que cumplían sus actividades en
amplios espacios, aprovechando al máximo la movilidad con que contaban y el gran
conocimiento del terreno que poseían.
Si bien cada caudillo actuaba con su gente en forma aislada, existía una
permanente coordinación y comunicación, llevada a cabo por la eficiente labor de los
chasques.
55 Ibídem, págs. 45-46.-
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La planificación para las acciones se realizaba en reunión de Jefes, a las que
denominaban Juntas de Guerra. El General José Brito del Pino, en su Diario de la
Guerra del Brasil y haciendo referencia a lo acontecido el día 21 de setiembre, nos
dice: “… En seguida se citó para una junta de guerra. Asistieron los Coroneles
Laguna y Latorre, los tenientes Coroneles Medina y Quinteros y los mayores Planes
y Raña, el Capitán encargado del detalle Don José Augusto Possolo y el Capitán de
Dragones Don Servando Gómez y fue presidido por el Sr. Inspector. Allí se trato de
la operación sobre el Rincón.”56
La seguridad recaía en el empleo de bomberos, baquianos y partidas de
observación, los que actuando a gran distancia de los gruesos y con un
profundo conocimiento de todo el territorio, mantenían informados a los Jefes
patriotas.
Para el combate se organizaban en dos escalones: el primero normalmente tenía
por misión fijar al enemigo, mientras el segundo, que era la reserva, maniobraba
sobre la retaguardia y los flancos.
Esta táctica se vio reflejada claramente en el combate de Rincón.
5.2.1.5.4. Armamentos.
Durante esta etapa de la campaña libertadora, no había gran organización en las
fuerzas patriotas.
Con el armamento pasaba algo similar, ya que existía una gran variedad, dentro
de los cuales encontramos armas de fuego tales como fusiles, tercerolas y trabucos,
armas blancas que eran básicamente sables, lanzas y facones y otras típicas de las
faenas del campo como son las boleadoras y los lazos.
5.2.1.6. Cuadro comparativo
A modo de resumen, la siguiente tabla comparativa nos ilustra sobre aquellos
Factores de la Decisión que fueron determinantes en la batalla, para cada una de las
56 BRITO DEL PINO BERRO, Juan José, (1956), “Diario de la Guerra del Brasil llevado por el Ayudante José Brito del Pino – Agosto de 1825 a Noviembre de 1828”, Montevideo, Talleres Gráficos Castro & Cia, pág. 26.-
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fuerzas enfrentadas: 57
Factores de la Decisión Fuerzas Patriotas Fuerzas Brasileñas
Misión
Hostigamiento y golpes de mano. Guerra de recursos. Misión apropiada para la acción desarrollada.
Marcha hacia Mercedes para reforzar al Gral. Abreu. Misión no preveía un ataque patriota.
Enemigo ---
Jefes mantenían rivalidades personales. Tropas regulares de caballería riograndenses.
Terreno
Mejor empleo de cubiertos y abrigos, tanto para el desplazamiento como para el ataque.
No existió aprovechamiento del mismo.
Tiempo
Si bien no se sincronizó la operación, se concentró todo el poder de combate rápidamente, lo que impidió que el enemigo pudiera reaccionar.
El factor sorpresa impidió la reacción ante el ataque patriota.
Medios Disponibles
250 hombres. Menores fuerzas que el enemigo. Dispositivo apropiado.
700 hombres. Superiores a los patriotas.
5.2.2. Desarrollo del combate.
Teniendo en mente la idea de arrebatarle las caballadas al General Abreu y
sabiendo que fuerzas brasileñas comandadas por los Coroneles Gómez Jardim y
Menna Barreto marchaban siguiendo la línea del Río Uruguay hacia Mercedes,
Rivera, conjuntamente con los jefes que lo acompañaban en el Paso de la
Tranquera, concibe el siguiente plan:
- Destacar una fuerza a cargo del Capitán Mariano Paredes hasta Paysandú,
para que mantuvieran bajo vigilancia a las tropas brasileñas que
57 Fuente: elaboración propia del autor para el trabajo monográfico “Análisis de la Batalla de Rincón utilizando como parámetros las Características de las Operaciones Ofensivas y los Factores de la Decisión”
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marchaban hacia Mercedes y lo informaran al respecto.
- Realizar una operación de diversión, con las fuerzas al mando del Coronel
Andrés Latorre, simulando un ataque sobre el lado sur de la ciudad de
Mercedes, que mantendría ocupadas a las fuerzas brasileñas que se
encontraban en la plaza.
- Luego Rivera al mando de 250 hombres y aprovechando la acción de
Latorre, daría un golpe de mano y tomaría por sorpresa el depósito de
caballadas del General Abreu en el Rincón de Haedo.
Este plan comienza a ejecutarse en la noche del 21 de setiembre, momento en
que Rivera al frente de su pequeña columna se dirige al Paso de Vera en el Río
Negro, al mismo tiempo que Latorre marcha hacia Mercedes.
El amanecer del día 22, encuentra a Rivera frente al Paso de Vera, pero las
lluvias caídas, sumado a la escasez de embarcaciones, hacen que la operación de
vadeo del Río Negro le insuma 24 horas.
El 23 de setiembre lo utilizó Rivera para aproximarse prudentemente al Rincón,
José Luciano Martínez nos dice al respecto: “En el mayor silencio, hasta
sigilosamente y con la orden terminante de no querer sentir ni una sola voz ni ver la
brasa de un cigarro, emprendió la marcha por un terreno quebrado, como él
quería…”58
En las primeras horas de la mañana del 24, alcanzan los Portones de Haedo, en
donde sorprenden a la guardia brasileña que vigilaba la entrada al Rincón, con esto
logran penetrar y se dirigen rápidamente a reunir toda la caballada.
Con el fin de brindar seguridad a la operación, Rivera deja algunos elementos en
la entrada para que lo mantengan informado, y destaca numerosos grupos
pequeños para que realicen la tarea de reunir todos los caballos, antes de que las
fuerzas de Mercedes puedan reaccionar.
Por otra parte, la operación de diversión sobre la ciudad de Mercedes no se
estaba cumpliendo ya que: “El Coronel Latorre descuida de manera injustificable su
misión propiciando de este modo el fracaso de la operación de Rivera; felizmente la
58 MARTÍNEZ, José Luciano, (1961), “Brigadier General Fructuoso Rivera y la Campaña de las Misiones. El Hombre. El Soldado. El Gobernante”, Montevideo, pág. 85.-
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completa pasividad de Abreu evita esta contingencia.”59
Siendo apenas las 8 de la mañana, los Orientales ya tienen apresados 8000
animales. Es en ese momento que Rivera recibe la noticia, por parte de uno de los
elementos que realizaban la vigilancia en la entrada al Rincón, que una columna de
caballería brasileña, de por lo menos 700 hombres, se aproximaban peligrosamente.
En el mismo momento confirma esa información con otro elemento destacado por el
Capitán Paredes.
Rivera inmediatamente pensó en reunir a sus hombres y retirarse rápidamente del
Rincón, pero poco tiempo después le comunican que la columna había ingresado al
Rincón. La retirada era imposible.
Inicialmente se sorprende, dado que las fuerzas brasileñas venían marchando
más rápidamente de lo que él había previsto, pero velozmente comprende que el
enemigo ignoraba su presencia y que esa circunstancia debía ser aprovechada.
Es así que idea su plan, en donde la sorpresa y el empleo adecuado del terreno
serían fundamentales para alcanzar el éxito deseado. Dejaría que el enemigo se
acercara lo más posible, para interceptarlo con una cortina de fuego al frente, y con
el grueso de las fuerzas, atacarlo por el flanco. (Ver Anexo N° 4)
Debemos enfatizar en este punto que Rivera, al verse obligado a atacar por las
circunstancias extremadamente riesgosas en que se encontraba, deja a su
retaguardia un importante curso de agua y que además, en su margen izquierda,
estaba acantonado el grueso de las tropas del General Abreu, las que, de haber
intervenido, le hubieran infringido, casi con seguridad, una derrota a las fuerzas
Orientales.
Los Capitanes Gregorio Más y Manuel Benavídez, al mando de 40 tiradores, son
los designados para realizar la cortina de fuego frontal.
El resto de la fuerza, se mantiene en la espesura del monte, en una zona
pantanosa, en las costas del Río Negro. Se organizan en tres grupos, de la siguiente
forma: en el flanco derecho, los Dragones Orientales, al mando del Capitán
Servando Gómez; al centro la Milicia de Durazno comandada por el Coronel Julián
Laguna y en el flanco izquierdo las Milicias de Soriano al mando de los Capitanes
59 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1930), op.cit., pág. 29.-
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Miguel Saes y José Augusto Possolo. Rivera comandaba esta reserva, ubicándose a
la izquierda de los Dragones Orientales.
La columna brasileña, formada por los regimientos 24 y 25 al mando de los
Coroneles Gerónimo Gómez Jardim y José Luis Menna Barreto, continuaba su
despreocupada marcha hacia el Paso Real, frente a Mercedes, cuando reciben la
primer descarga de las armas patriotas, la que “… logra desordenar y poner en fuga
a la confiada columna, sin tiempo para reorganizarse y ofrecer resistencias.”60
Al mismo tiempo, Rivera y las demás fuerzas, se aproximaron a través de un
bañado, cargando sobre el enemigo, cuando éste aún no había logrado recuperarse
de la sorpresa inicial.
El factor sorpresa, sumado al hecho de la muerte de uno de sus líderes, el
Coronel José Luis Menna Barreto y el lastimoso estado físico en que se encontraban
las fuerzas enemigas, hizo que su reacción fuera casi nula.
La carga de la caballería oriental fue tan arrolladora, que provocó pánico dentro
de las tropas enemigas, las que incapaces de reaccionar, optaron por dispersarse y
huir.
El Coronel Oscar Antúnez de Olivera, en su obra “Levantamiento de 1825. Los
Orientales Solos” nos relata al respecto que: “Solo el escuadrón enemigo del Mayor
Cité dio la voz de rehacerse e intentó un ataque de flanco; pero fue contenido y
rechazado por el mayor Posolo, que lo cargó con firmeza y lo puso también en
fuga”61
Los patriotas aprovecharon esta situación, y realizaron la explotación del éxito
obtenido, persiguiéndolos y sableándolos durante tres leguas.
En poco tiempo se decidía la acción a favor de los Orientales.
En el campo de batalla quedaron los restos sin vida del Coronel Menna Barreto y
140 oficiales, clases y soldados. Fueron tomados prisioneros más de 250 hombres.
Los patriotas por su parte sufrieron las siguientes bajas: 7 soldados muertos y 2
oficiales y 15 soldados heridos, algunos de gravedad.
60 PIVEL DEVOTO, Juan E. y Ranieri de Pivel Devoto, Alcira, “La Epopeya Nacional de 1825. N° 6. La Independencia Consolidada por la Batalla de Rincón”, Montevideo, Librería Nacional Barreiro y Ramos S.A., pág. 149.- 61 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1977), op.cit., pág. 79.-
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Inmediatamente después de haber alcanzado la victoria, Rivera reúne las
caballadas enemigas y conjuntamente con los prisioneros capturados, se
repliega hacia Paso Vera, atravesando el Río Negro, desde donde iniciará
futuras acciones.
5.2.3. Características de las operaciones ofensivas maximizadas en el combate.
5.2.3.1. Sorpresa
La operación concebida por Rivera, para arrebatarle las caballadas al General
Abreu, tenía una gran dosis de sorpresa. Debemos recordar que los
desplazamientos hacia el Rincón de Haedo fueron realizados durante la noche, por
terrenos quebrados y aprovechando las condiciones meteorológicas adversas
reinantes. Alfredo Lepro nos relata al respecto: “El paso de la tropa apenas si podría
deducirla algún experto por el inopinado vuelo de las garzas, los alertas repetidos de
los chajás o las bandadas de patos siririses que formando inmensas V – preanuncio
de la universal seña de la victoria- se perdían poco a poco en el limitado horizonte
de aquel día tormentoso.”62
Por otra parte, con el propósito de contrarrestar las acciones sorpresivas del
enemigo, Rivera destaca elementos de reconocimiento y seguridad para que lo
mantengan informado de cualquier movimiento que pudieran realizar las fuerzas
brasileñas. Estos elementos, cumplen a satisfacción su misión, por lo que privan a
las fuerzas invasoras, del empleo de esta importante característica de las acciones
ofensivas, como es la sorpresa.
Una vez dentro del Rincón y ante la aproximación de los Regimientos brasileños
de Gómez Jardim y Menna Barreto, nuevamente aparece en toda su magnitud la
importancia de la sorpresa.
El ataque realizado por los tiradores Orientales, sucede en un momento y lugar
totalmente inesperado para el enemigo y antes de que puedan reaccionar son
embestidos por una violenta carga de caballería que provoca la dispersión total de
62 LEPRO, Alfredo, (1945), op.cit., pág. 63.-
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los brasileños y su posterior retirada. Acción ésta que es aprovechada por los
Orientales para lanzar una persecución por un espacio de tres leguas.
Podemos apreciar en este hecho todas las particularidades de la sorpresa,
enumeradas en la definición conceptual de términos del Capítulo 4.
Es decir, una fuerza menor en número, que ataca a otra en un momento y lugar
inesperado, provocando confusión general, recarga de su sistema de mando y
control, postergación de la reacción y un serio efecto sicológico.
Son también explotados sus efectos mediante la realización de una persecución
que impide que la fuerza enemiga pueda recuperar su equilibrio.
5.2.3.2. Concentración
Si bien las fuerzas patriotas estaban en inferioridad numérica, Rivera hizo una
adecuada distribución de medios.
Le asignó a una pequeña fuerza de 40 hombres la misión de fijar al enemigo por
el fuego y concentró a las demás fuerzas disponibles en su esfuerzo principal, que
era atacar de flanco al enemigo.
De esta forma concentra su mayor potencia de combate sobre un flanco, logrando
con ello explotar aún más la sorpresa obtenida inicialmente.
Por parte de los brasileños, podemos decir que esta característica de las
operaciones ofensivas estuvo ausente, ya que las diferencias personales que
existían entre los Jefes, motivó que no existiera ni unión moral, ni apoyo mutuo entre
las columnas de marcha, lo que a la postre significó una de los causales de su
derrota.
5.2.3.3. Ritmo
Con respecto a esta característica, podemos sostener que Rivera, adoptando un
ritmo veloz en las operaciones, mantuvo al enemigo bajo un constante acecho, lo
que impidió que este recuperara su equilibrio.
Por su parte los brasileños no llegaron a imponer ningún ritmo a sus operaciones,
ya que lo sorpresivo y violento del ataque de los Orientales hizo que apenas atinaran
a realizar algunas descargas de sus armas e inmediatamente se dispersaran y
huyeran.
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5.2.3.4. Flexibilidad
Podemos ver que el plan ofensivo del Jefe patriota era flexible, ya que ante una
circunstancia inesperada, como fue el ingreso de las columnas brasileñas en forma
anticipada al Rincón de Haedo, supo aprovechar la sorpresa, producto del
desconocimiento que éstos tenían de la presencia de los Orientales, para lanzar un
potente ataque que puso en fuga al enemigo.
En cuanto a las fuerzas brasileñas, podemos mencionar que si bien el plan era
reforzar a las tropas del General Abreu en Mercedes, no tuvo la flexibilidad suficiente
como para reaccionar ante un ataque de los Orientales. Un factor determinante fue
el hecho de no contar con fuerzas de reconocimiento y seguridad, que le hubieran
dado el tiempo necesario para ensayar algún tipo de reacción ante lo inesperado del
ataque.
5.2.3.5. Audacia
En repetidas oportunidades se pone de manifiesto la audacia en esta operación,
inicialmente cuando se concibe la captura de las caballadas y luego, cuando la
situación se torna adversa a los Orientales al ingresar las fuerzas brasileñas al
Rincón.
Sobre el primero de los hechos, Juan Antonio Vázquez expresa: “… en materia de
táctica de guerrillas, Rivera concibió y realizó una operación digna de sus prestigios
y su audacia: 8000 caballos tomados al enemigo en las mismas puertas de su
guarnición, lo confirma sin necesidad de comentarios”63
En relación al segundo hecho, pese a la irrupción en los Portones de
Haedo de un enemigo tres veces superior; de tener a su retaguardia a las
tropas del General Abreu y fundamentalmente de no poder intentar una
retirada, Rivera mantiene esa tranquilidad de espíritu y esa audacia que lo
caracterizó durante toda su vida y decide emplear a sus hombres en una acción
ofensiva.
Probablemente, de haber primado la prudencia en sus acciones, hubiera sido
capturado prisionero o muerto a manos de las tropas brasileñas.
63 VÁZQUEZ, Juan Antonio, (1957), op.cit., pág. 96.-
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5.2.3.6. Cuadro comparativo
A modo de resumen, la siguiente tabla comparativa nos ilustra sobre las
Características de las Operaciones Ofensivas, que se vieron maximizadas en el
combate, por parte de cada una de las fuerzas enfrentadas: 64
Características de las
Operaciones Ofensivas Fuerzas Patriotas Fuerzas Brasileñas
Sorpresa Toda la operación fue concebida haciendo el mayor empleo de esta característica.
Al no contar con medios de reconocimiento, se vieron privados de ésta importante característica.
Concentración Pese a la inferioridad numérica, se concentró adecuadamente la potencia de combate.
Diferencias personales entre los Jefes determinó la ausencia de esta característica.
Ritmo Empleo de un ritmo veloz a las operaciones lo que mantuvo al enemigo bajo constante presión.
Dado lo sorpresivo y violento del ataque, no pudieron imponer ritmo a las acciones.
Flexibilidad
Del plan original de capturar las caballadas, y ante un cambio de la situación, se paso a una acción ofensiva.
No existió flexibilidad suficiente que les permitiera reponerse del ataque sufrido y reaccionar.
Audacia
Se pone de manifiesto en la concepción y posterior ejecución, tanto del plan original de tomar la caballada del General Abreu, como en la acción deI Rincón.
A pesar de contar con fuerzas numéricamente superiores, el potente ataque de los Orientales los dispersó rápidamente.
64 Fuente: elaboración propia del autor para el trabajo monográfico “Análisis de la Batalla de Rincón utilizando como parámetros las Características de las Operaciones Ofensivas y los Factores de la Decisión”
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6. CONCLUSIONES
En la Batalla de Rincón se pueden observar dos acciones claramente
diferenciadas: la primera, en la que Rivera con la captura de las caballadas de las
fuerzas brasileñas del General Abreu, le redujo considerablemente su movilidad
estratégica y táctica, lo que motivará importantes consecuencias favorables a la
campaña Oriental iniciada en abril de 1825; y la segunda, derivada por la inesperada
presencia de dos Regimientos enemigos, comandados por los Coroneles Gómez
Jardim y Menna Barreto, que obligan al General Rivera a lanzar el ataque, aplicando
con acierto aspectos tácticos y técnicos propios del combate de encuentro, entre
otros, sorpresa, correcto empleo del fuego y movimiento, concentración de medios
en el lugar y momento oportuno, adecuado despliegue aprovechando al máximo las
características del terreno y disponiendo en el frente efectivos con la misión de
informar la presencia enemiga.
Así mismo, pudo articular fuerzas que hostigaron el repliegue desordenado de los
dos Regimientos, lo que constituye una acertada explotación del éxito.
Dentro de las consecuencias materiales de la victoria patriota, podemos destacar:
- Infringir al enemigo más de 140 muertos, incluyendo el Coronel José Luis
Menna Barreto; 35 heridos graves y 250 efectivos capturados;
- Capturar los siguientes materiales y efectos: 189 carabinas, 167 sables,
164 pistolas, 183 cananas, 7590 cartuchos a bala, 10 lanzas, 2 cajas de
guerra, 3 clarines y 8000 caballos.
Las pérdidas enunciadas con anterioridad influyeron directamente en el desarrollo
de los acontecimientos, tal como lo expresara el Boletín de Informaciones N°3, “…
fue esta victoria el prolegómeno de la de Sarandí, el acto preparatorio, desde luego,
de esta batalla, desde el momento que aquella victoria anuló la participación en esta
última acción de Abreu, Menna Barreto y Gómez Jardim.”65
Estos tres Jefes brasileños comandaban tropas regulares y bien equipadas que
hubieran hecho valer sus fuerzas de haber participado en la Batalla de Sarandí.
65 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1930), op.cit., pág. 29.-
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Por otra parte, la acción limitó en gran forma la movilidad táctica y estratégica de
las fuerzas del General Abreu, las cuales no fueron capaces de emprender ningún
tipo de acción, ni colaborar en las acciones futuras que desarrollaría el ejército
invasor.
Pivel Devoto nos dice: “El combate de Rincón, si bien de escasa importancia en lo
que se refiere a los efectivos que intervinieron, tuvo no pequeña trascendencia en el
orden militar, pues, además de la destrucción de los refuerzos que esperaba el
general Abreu, privó a éste de los elementos de movilidad, quedando sus tropas a
pie e imposibilitadas, por consiguiente, de salir de Mercedes.”66
La noticia del triunfo de Rincón se propagó por toda la campaña y “… una ola de
alegría y optimismo cubrió el territorio oriental.”67
Después de largos años de opresión, la suerte de los Orientales comenzaba a
cambiar.
66 PIVEL DEVOTO, Juan E. y Ranieri de Pivel Devoto, Alcira, op.cit., pág. 149.- 67 ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO, (1977), op.cit., pág. 82.-
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ANEXO N° 2: Mapa del despliegue brasileño.69
69 VÁZQUEZ, Juan Antonio, (1957), “Lavalleja y la Campaña de 1825”, Montevideo, Biblioteca “Gral. Artigas” Volumen N° 34, pág. 51.-
Página 63 de 64
ANEXO N° 3: Ubicación Geográfica de la Batalla del Rincón70
70 Croquis realizado por el Tte.Gral. (R) Guillermo DE NAVA para el presente trabajo monográfico con fecha 17 de Octubre de 2008.-
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ANEXO N° 4: Croquis de la Batalla del Rincón71
71 Croquis realizado por el Tte.Gral. (R) Guillermo DE NAVA para el presente trabajo monográfico con fecha 17 de Octubre de 2008.-