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P e r i ó d i c o d e d i s t r i b u c i ó n g r a t u i t arojoscorazones
Juan Machuca:"UNIÓN FUE MI ÚNICOAMOR EN EL FÚTBOL"
Manuel Rodríguez Araneda:NUESTRO HOMENAJEAL "GUERRILLERO"
002Octubre 2018
Hispanidade integraciónEn Santa Laura hay
espacio para tod@s
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Eulogio Sánchez:UN HINCHA ENTRAÑABLE
Curicó:TIERRA FÉRTIL EN AMISTAD
02 ORÍGENES Octubre de 2018
Tras nacer como centro social y
club de ciclismo, la incipiente
Unión Española llegaría a jugar
fútbol a finales de la década de
1910, iniciando un camino que
siguió firme con el paso de los
años.
Por ESTEBAN SAliNAS
Corazones Rojos es un producto de Oruga Comunicaciones Ltda. Es un medio de distribución gratuita, prohibida su venta. Textos y edición, equipo
revista El Ágora (www.elagora.net). Diseño: VeoMarket. Contacto comercial: [email protected]. Imprenta: Medios Impresos.
Como revisamos en los
orígenes del elenco de
Santa Laura, la fecha
de aniversario actual
tiene que ver con el
Centro Español de Ins-
trucción y Recreo, mientras que en
1909 apareció el Ciclista Ibérico, club
de ciclismo de la colonia que luego se
fusionaría con otros con el correr del
tiempo.
El fútbol recién apareció de lleno el
simbólico 12 de octubre de 1918. En esa
fecha se fundó el Ibérico Balompié, ins-
titución independiente de las otras en
sus inicios. Sería este club el que cimentó
todo, para que el que se transformaría
en el deporte más popular de Chile tu-
viera un elenco importante de la colec-
tividad hispana entre sus principales
protagonistas.
Como la fundación había sido muy
avanzado el año, se esperó la tempo-
rada siguiente para inscribirse en alguna
asociación oficial capitalina. La elegida
fue la más antigua, la Asociación San-
tiago, que había sido creada en 1903 y
era llamada La Decana.
Allí, el Ibérico Balompié dispuso su
participación con dos equipos. El titular,
no vivió un buen año. El primer partido
oficial de lo que llegaría a ser Unión Es-
pañola data del 11 de mayo de 1919 y
el resultado fue para olvidar: 0-5 frente
al Morning Star, equipo que años des-
pués se fusionaría con el Santiago F.C.
para formar Santiago Morning.
El segundo encuentro fue 0-1 contra
Gath y Chaves, equipo que represen-
taba a una famosa tienda existente por
aquellos años. Y de ahí no se volvió a
jugar. Al tercer partido se ganó por no
presentación del rival (Internado), y de-
cidieron retirarse de la competencia
para organizarse mejor.
Caso contrario lo vivió el segundo
equipo. En un torneo enfocado princi-
palmente para los reservas, el Ibérico
Balompié II resultó campeón invicto de
Los primerosgoles en rojo
(II parte)
Unión Española y Colo Colo entrando al campo de juego del Estadio Santa
Laura, diciembre de 1925
la Copa Arauco. Con esto ya se podía
empezar a planificar que el futuro sería
mejor, más si el primer equipo, pese a
todo, tenía jugadores de gran calidad.
Uno de ellos haría historia: el arquero
Juan Lapiedra.
Con más entrenamiento y nuevos ju-
gadores, todo cambió en 1920. El Ibé-
rico Balompié se tituló campeón de la
Copa Chile de la Asociación Santiago,
donde en nueve partidos ganó siete y
empató los dos restantes. Desde el 2-1
al Santiago en mayo hasta el 2-2 con
Morning Star en noviembre, el elenco
hispano se mostró siempre sólido. In-
cluso, a final de año, debió jugar contra
el campeón del otro torneo organizado
por la misma asociación, la Copa Repú-
blica, siendo el rival el ya famoso Ma-
gallanes. En un partido de dientes
apretados, se vivió un empate 2-2, mos-
trando que de verdad eran los dos me-
jores equipos del año. Y, por si fuera
poco, el segundo equipo se tituló cam-
peón en su serie por segundo año con-
secutivo.
Con todo esto, los españoles se ha-
cían un nombre y ganaban espacio en
el competitivo fútbol santiaguino. Para
todo lo que ocurrió en 1920, hubo algo
que ayudó mucho. El 20 de junio de ese
año, cuando ganó 3-1 al Instituto Nacio-
nal, debutó en canchas chilenas quizás
el jugador más importante de la futura
Unión Española en la época de fútbol
amateur.
Nacido en Irún en 1897, jugó por dos
equipos de su localidad natal: el Irún
Sporting Club y el Real Unión Club. In-
cluso con la última escuadra tuvo el
honor de marcar los dos goles con los
que obtuvo la Copa del Rey 1918, nada
menos que frente al Madrid F.C., que
con los años llegaría a ser el Real Ma-
drid.
A los 22 años decidió venirse a Chile,
donde vivía un hermano suyo, en bús-
queda de un mejor pasar económico,
pensando que nunca más practicaría de-
porte alguno. Pero en estas tierras fue
símbolo, capitán, entrenador y figura
del fútbol de Santiago, llegando a ser
hasta presidente de Unión Española tras
su retiro. Jugaba tan bien, que le decían
el Maestro. Cabeceaba tan bien, que lo
llamaron "Cabecita de Oro". Todo eso
03ORÍGENESOctubre de 2018
para un hombre llamado Juan Legarreta
(1897–1978), Juanito para las viejas ge-
neraciones de la colonia hispana, que
siempre lo admiraron y reconocieron su
aporte dentro y fuera de la cancha.
Pese a todo esto, se vinieron años di-
fíciles en lo futbolístico. En 1921 el
equipo sufrió un bajón, acrecentado
ante un enojo directivo. Ibérico Balom-
pié solicitó aplazar algunos partidos
para disputar amistosos privados. La res-
puesta fue negativa y por ello el equipo
no se presentó en sus últimos dos parti-
dos.
La temporada 1922 tuvo una mejora
en todo sentido. Si bien no
ganó algún torneo, se produjo
un afianzamiento institucional
que daría frutos a largo plazo.
Las conversaciones entre el Ibé-
rico Balompié y el Ciclista Ibérico
para formar una institución en común
tuvieron humo blanco a finales de año.
Y mientras el segundo equipo de fútbol
era campeón por tercera vez en su serie,
los clubes en conjunto decidieron dar
un paso que haría historia: adquirir te-
rrenos de la antigua Chacra La Palma,
ubicada cerca del Hipódromo Chile,
para construir un estadio propio.
Con
todo eso, 1923 vendría
con más de una marraqueta bajo el
brazo. En enero nacería el equipo fusio-
nado, llamado ahora Unión Deportiva
Española, mientras que en mayo se in-
auguró el estadio que fue bautizado
como Santa Laura.
Independencia y el futbol chileno co-
menzaban a teñirse de un rojo más in-
tenso que seguiría creciendo año tras
año.
04 YO LO VIVÍ Octubre de 2018
Conocí a Manuel Rodrí-
guez cuando él ya era
un jugador hecho y de-
recho, y yo cursaba el
penúltimo año de la
educación secundaria
en San Vicente de Tagua Tagua. Visitaba
esa ciudad de cuando en cuando y se
alojaba en casa de una amiga casada con
un integrante de la familia de los Ara-
neda.
No me dio mucha pelota cuando me
lo presentaron, y no tenía por qué dár-
mela. Pero me gustó la cordialidad que
trasuntaba. Además, saludar a un juga-
dor profesional era todo un honor para
un humilde escolar provinciano. Desde
entonces seguí su carrera con especial in-
terés. Iba a Santa Laura para ver a la
Unión cuando me asomaba por San-
tiago y alguna vez asistí a partidos inter-
nacionales de verano para verlo
reforzando a Universidad Católica.
Cuando se retiró en 1972, había de-
fendido 262 veces la camiseta roja, la
única que vistió en su carrera futbolística.
Y siempre fue el mismo: caballeroso, efi-
ciente, noble.
Mis mejores recuerdos de él, sin em-
bargo, no están ligados a Unión Espa-
ñola. Cuando hago el balance, el
cerebro me lleva al Estadio Nacional en
pleno Mundial de 1962.
A esa selección que consiguió dramá-
tica y heroicamente el tercer lugar, Ma-
nolo se integró a finales del año anterior.
Fue uno de los últimos en incorporarse
al proceso que Fernando Riera había ini-
ciado en 1958. Y demostró de inme-
diato que era confiable: se le señaló
La camiseta roja se le incrustó
en la piel a Manuel Rodríguez
Araneda, después de jugar 262
encuentros defendiendo a Unión
Española. El gran lateral iz-
quierdo no conoció otros colo-
res y el partido de su vida lo
jugó con la Selección en el Mun-
dial de 1962.
Por Julio Salviat
como una de las buenas figuras en el 5-
1 que la Roja le propinó a la selección de
Hungría a mediados de diciembre de
1961.
El problema para él fue que los juga-
dores de los tres equipos grandes copa-
ban los puestos. La base la constituían
Universidad de Chile, que aportaba
ocho jugadores; Colo Colo, con cuatro,
y Universidad Católica, con tres. De
Unión Española sólo había dos: Hono-
rino Landa y él. Para peor suerte suya, el
capitán de esa selección era el que ocu-
paba su puesto: Sergio Navarro.
El destino, sin embargo, le tenía pre-
parada una sorpresa: se desgarró Nava-
rro en el partido que la Roja le ganó 2-1
al representativo de la Unión Soviética,
y Manolo apareció por el túnel con el
número 15 en la espalda y con la tarea
de marcar al mejor jugador de ese mun-
dial: Garrincha.
El asiento numerado que marcaba
nuestro abono familiar estaba debajo
del tablero marcador en el sector sur del
Estadio Nacional. Podía mirar de frente,
y desde bastante cerca, cómo se las arre-
glaba mi “amigo” frente al endiablado
puntero derecho brasileño, que había
sido -y seguiría siendo- una pesadilla
para los laterales izquierdos que jugaron
contra Brasil: el mexicano José Villegas,
el checoslovaco Ladislav Novak (dos
veces), el español Sigfrid Gracia y el in-
glés Ray Wilson. Al finalizar el partido,
el juicio era unánime: ninguno lo había
marcado mejor que el "calladito" de
Santa Laura.
La impresión fue corroborada en el
análisis posterior de la revista Estadio,
que destacó sus cualidades en ese el par-
tido: “Vimos a Manuel Rodríguez sin ser
burlado por Garrincha cada vez que el
endiablado puntero intentó sus famosas
El partido inolvidable del granguerrillero
entradas junto a la línea”.
Efectivamente, en ese partido, Garrin-
cha anotó dos goles. Pero ambos fueron
en posición de atacante central y Chile
no hacía marcación individual. Uno fue
después de una chilena fallida de Ama-
rildo, con furibundo derechazo desde el
semicírculo: el otro fue conectando con
certero cabezazo, y en el área chica, un
córner servido desde el sector izquierdo
del ataque brasileño.
Sacó buena nota Manolo en ese par-
tido, pero tuvo calificación máxima en
encuentro siguiente, cuando Chile defi-
nió el tercer lugar mundialista frente a
Yugoslavia. Ese fue el partido de su vida.
Lo que hizo el "Guerrillero” en el pri-
mer tiempo, y parte del segundo, es de
lo mejor que se le vio en toda su trayec-
toria. Pleno de confianza, se echó al
hombro al puntero que custodiaba, Vla-
dika Kovacevic, y se convirtió en un fre-
cuente horadador por la banda
izquierda. Sorprendidos, los balcánicos
no encontraban la manera de detenerlo.
Reseña de la época: “Fue un pro-
blema para los yugoslavos, que no pu-
dieron contenerlo en sus embates bien
llevados con la pelota al pie, el dribbling
exacto y el centro medido que inquieta
y desasosiega. Por eso Rodríguez fue
back, fue half y fue wing”. Hoy diríamos
que fue lateral, volante y puntero.
Al promediar el segundo tiempo, el
equipo chileno sostenía airosamente el
0-0 con dos jugadores lesionados: Carlos
Campos y Jorge Toro. No había cam-
bios, por entonces, de modo que la Roja
jugaba con nueve contra once. Y para
mayor desgracia, se lesionó también
Manuel Rodríguez.
Otro comentario: “Manolo, antes de
lesionarse, había aprovechado admira-
blemente el retraso del puntero derecho
yugoslavo y se había transformado en
un soberbio delantero copando la plaza
de Leonel Sánchez y dando a este la po-
sibilidad de cerrarse y crear situaciones
de riesgo”. Lo escribió Julio Martínez.
Lo que hicieron los tres “cojos” esa
tarde fue más que heroico. Se mantuvie-
por todo el país. Tras el último pitazo,
Manolo se desplomó de espalda con los
brazos abiertos y quedó por un rato mi-
rando el cielo. Después, fiel a su costum-
bre y propio de su humildad, se abrazó
con un compañero cercano y sin grandes
aspavientos se sumó al grupo que se des-
pedía dando la vuelta olímpica.
Me alegré como todos, pero nadie
sabía que mis aplausos eran en especial
para mi “amigo” de San Vicente.
05YO LO VIVÍOctubre de 2018
ron en sus posiciones y, casi caminando,
siguieron cumpliendo sus respectivas ta-
reas.
Y así, ocho fueron más que once. Y
cuando faltaban segundos para el final,
el cielo los premió a todos: en su último
esfuerzo, Eladio Rojas se acercó al área
rival y sacó un derechazo furibundo. La
pelota rozó la pierna de un defensor bal-
cánico y se alejó del arquero Soskic. Fue
el gol de la victoria, celebrada con júbilo
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rojoscorazones
El primer número de nuestra revista, distribuido a propósito del duelo
entre Unión Española y Universidad Católica, en Santa Laura, fue muy bien
evaluado por nuestros (as) hinchas y simpatizantes, y no sólo dentro de los
márgenes del Fortín de Plaza Chacabuco. Esto, porque Corazones Rojos
también fue entregado en el Estadio y Círculo Español (de Santiago y de
Curicó); en ferias de literatura deportiva, a través de nuestro amigo Patricio
Arrau; en diferentes puntos de la capital, como el Cine Arte Alameda y la
Librería Nacional. De esta manera, llegamos a miles de hinchas e institucio-
nes asociadas a nuestro club y, como aprecian en las fotografías, a históri-
cos del fútbol chileno, como Humberto "Chita" Cruz. Ayúdanos a distribuir
Corazones Rojos por todo Chile...
¡ARRIBA LOSCORAZONES!
07HINCHASAgosto de 2018
08 entrevista Octubre de 2018
“La Unión fue mi únicoamor en elfútbol”
“La Unión fue mi únicoamor en elfútbol”
Tanto sigue considerando
al Santa Laura como su
segunda casa que Juan
Machuca, recordado la-
teral de Unión Española
de las décadas de los '70
y '80, no duda en proponer el recinto
hispano como el lugar para dar una en-
trevista a Corazones Rojos. “Es que
vivo cerca, como a cuatro cuadras”,
dice sonriendo. Agrega: “Por eso, vez
que puedo me arranco para acá a ver
a mi equipo cuando juega de local.
Cuando sale, veo los partidos en la
señal del cable”.
Llegó al cuadro hispano de 15 años,
aburrido de que en Universidad Cató-
lica, tras hacer una prueba y quedar, lo
tramitaran para inscribirlo. Cuenta: “En
aquellos años jugaba como delantero y
en esa condición me dejaron en el club
'cruzado'. Pero como al final no pasó
nada, un amigo del barrio me propuso
probar suerte en Unión Española. La
gente más joven no debe tener idea,
pero en aquellos años los dos clubes
eran vecinos, apenas separados por una
cuadra. El estadio de Universidad Cató-
lica estaba en Independencia, frente a la
Plaza Chacabuco. En esos terrenos, hoy,
sólo existen departamentos”.
No necesitó hacer una antesala larga
para quedar registrado en las series me-
nores hispanas. Todavía no cumplía los
18 años cuando, por lesión de Antonio
Arias, lateral izquierdo, le tocó debutar
en un Torneo Metropolitano. Recuerda:
“En el camarín temblaba entero. Me
costaba incluso ponerme las medias. No
sólo porque iba a ser mi primer partido
oficial en Primera, sino porque era en el
Nacional, contra la U, y nada menos
que enfrentando a Pedro Araya, que era
un 'monstruo'. La gente hoy se vuelve
loca con Alexis, pero el Chico Araya,
aparte de ser tan veloz y hábil como él,
era muy superior como finiquitador. En
el área no perdonaba. Si hasta el Santos
de Pelé se lo quiso llevar. Pero a pesar
de eso, a pesar de los nervios, me jugué
un partidazo. Sonó el pitazo inicial y
como por arte de magia se me fueron
todos los miedos. Esa tarde ganamos 1-
0 y anulé por completo a Araya. Y ojo,
que era un partido oficial, porque en
aquellos años se jugaban primero para-
lelamente el Metropolitano y el Provin-
cial, yendo luego los mejores de cada
torneo a una liguilla final para definir al
campeón”.
Sonríe con nostalgia al recordar que
esa tarde las radios le dieron todos los
premios. Que, al día siguiente, los dia-
rios hablaban de su tremendo partido.
Consecuencia: no sólo no salió más del
equipo, sino que hasta lo convocaron a
una Selección Chilena joven que enfren-
taría en Lima a Perú.
“La única diferencia es que, una vez
que se recuperó Arias, a mí me pusieron
como lateral derecho, pasando el “Cha-
cha” Avendaño como zaguero central o
volante de contención. Durante 13
años, además, fui el capitán del
equipo”, agrega.
Jugó ocho Copas Libertadores y pro-
tagonizó esas tres históricas finales de
1975, ante Independiente de Avella-
neda. Fue campeón con Unión Espa-
ñola en 1973, 1975 y 1977. De esos
títulos, recrea con especial cariño el pri-
mero de ellos. Y refiere sus motivos:
“Porque fue el primero para mí y
para el club su nueva corona tras largos
22 años. Lo conseguimos en la última
fecha de ese campeonato, enfrentando
a Deportes Temuco en el sur. Nos bas-
taba con empatar, pero el primer
tiempo terminamos 0-2 abajo y nos
asaltaron todos esos fantasmas del título
increíble que nos había quitado Colo
Colo en 1970, cuando en el Metropoli-
tano y en el Nacional le habíamos sa-
cado un montón de puntos de ventaja
y, sin embargo, en la liguilla final, nos
ganaron 2-1 la definición a la que hubo
que ir luego que, en la última fecha, per-
diéramos con Everton cuando el em-
pate nos bastaba para dar la vuelta
olímpica”.
-¿Recuerda, Juan, cómo lograron el
vuelco?
“Nunca podría olvidarlo. Primero
descontó el “Chino” Arias con un re-
mate cruzado y el 2-2 final lo logró Ro-
gelio Farías, con un cabezazo en el área
chica, cuando ya no quedaba nada. Ce-
lebramos como locos esa tarde, en el
antiguo “Germán Becker”. Para todos,
había sido una merecida revancha”.
Formó la Roja en el Mundial de
09entrevistaOctubre de 2018
Por EDUARDO BRUNAFotografías: CLAUDIO QUIJADA
Juan Machuca, recordado lateral hispano en la década de los '70 y
los '80, llegó al club con 15 años y colgó los botines cuando ya fri-
saba los 36. La única camiseta distinta que vistió en su vida tenía
el mismo color: la roja de la Selección Chilena.
1974, en Alemania. Jugó la Copa Amé-
rica de 1975. Pudo emigrar de Unión,
cuando Universidad Católica lo quiso,
pero el presidente hispano de la época,
Félix Gil, utilizó un poderoso subterfu-
gio para retenerlo: Machuca debía pa-
garle al club 50 mil dólares para irse.
“No me arrepiento -dice-, porque en
Unión Española hice mi vida, fue mi
única casa, me ayudó a formar una fa-
milia y el club me apoyó en todo para
sacar mi título de Contador, lo que
luego me facilitó estudiar Administra-
ción de Empresas. Mi caso es idéntico al
de Manuel Rodríguez, que acaba de fa-
llecer: sólo tuve el rojo como color de
camiseta”.
Corría 1987, tenía ya 36 años,
cuando decidió colgar para siempre los
botines.
Concluye:
“Con 67 años, soy un hombre feliz.
Llevó 45 años casado, tengo cuatro
hijos varones, todos profesionales, y tres
nietos: Ambrosio, Jorge y Jacinta. De
ellos, los dos últimos son los más futbo-
leros y me acompañan siempre al Santa
Laura. La Jacinta -de cuatro añitos- hasta
me pide que le ponga la camiseta de
Unión cuando sabe que iremos al fút-
bol”.
“
“
”
”
La Unión fue siempre
mi segunda casa. Al club
le dediqué buena parte
de mi vida, porque llegué
de 15 años y, aunque me
retiré a punto de cumplir
36, años después fui
hasta director técnico.
Mi caso es igual al
de Manuel Rodrí-
guez(Q.E.P.D),
que sólo conoció
la camiseta his-
pana a través de
toda su trayecto-
ria. Ahora, cuando
voy al Santa
Laura, mi nieta Ja-
cinta, de 4 años,
me exige ponerle
la Roja con el
águila en el
pecho.
10 SANTA LAURA Octubre de 2018
La inauguración del esta-
dio Santa Laura ocurrió el
10 de mayo de 1923.
Todas las instalaciones
previstas por los visiona-
rios gestores del proyecto
ya estaban listas y no había más que es-
perar. Sólo faltaba que el fútbol, el de-
porte que ya acaparaba el fervor
popular, hiciera lo suyo. Así, se pro-
gramó un partido de apertura a cargo
de los primeros equipos de la Unión
Deportiva Española y el Audax Ita-
liano.
No fue casualidad que el encuentro
fuera protagonizado por dos clubes de
colonia. En ese entonces los migrantes
europeos ya estaban asentados en el
país y habían organizado instituciones
que fueron ampliamente aceptadas por
la sociedad.
Sin ir más lejos, ambos equipos goza-
ban de una más que respetable popula-
ridad. Ese 10 de mayo la capacidad de
5 mil personas estaba copada. Los afi-
cionados presenciaron primero un en-
cuentro preliminar disputado por los
equipos B de españoles e itálicos.
Luego vino el plato fuerte. El que in-
teresaba a todos los asistentes. El duelo
entre los equipos A de la Unión Depor-
tiva Española y Audax Italiano. La
prensa de la época reflejó así la impor-
tancia del partido:
“El encuentro de fondo, a cargo de
los primeros equipos, es esperado con
gran entusiasmo por todos los aficiona-
dos, especialmente por los admiradores
de ambos conjuntos, porque cada vez
que se han encontrado frente a frente
han desarrollado un juego en todo mo-
mento interesante y al mismo tiempo
caballeroso y científico, lo que les ha
dado justa fama y prestigio, colocándo-
los como los más poderosos conjuntos
livianos de la capital.
“El Audax Italiano se presentará al
lance prestigiado por su brillante cam-
paña deportiva, en la cual ha conquis-
tado el honroso título de campeón de
Santiago, después de vencer en buena
lid a sus tenaces y aguerridos competi-
dores y dispuesto a mantenerlo frente
a su rival de hoy, tal vez el más temible
que se le haya presentado, pues, de
todos es conocida la potencia de su
poderosa línea de ataque, la que diri-
gida por el gran Legarreta ha dado a
sus colores muchos y muy sonados
triunfos”.
El duelo fue dirigido por el “inter-
nado y árbitro oficial, señor Arturo Flo-
res”, uno de los pocos chilenos que ese
Por JOSÉ ROGGERO
El primer partido en el
Estadio Santa Laura fue un
amistoso ganado 1-0 por
Audax Italiano frente a la
Unión Deportiva Española.
Perdimos un encuentro, pero
ganamos el derecho a
meternos en la historia del
fútbol chileno.
Derrota en la cancha,triunfo para la posteridad
11SANTA LAURAOctubre de 2018
día pisaron la cancha.
Las alineaciones reflejan lo que en
esos tiempos era un mayoritario predo-
minio de los inmigrantes en ambas es-
cuadras:
U.D. Española I: Lapiedra, J. Gondra,
Vicuña, Gutiérrez, Mediavilla, Sobarzo,
Legarrete, C. Gondra, Iragüen, J. Pardo,
Chamorro.
Audax Italiano I: Valpreda, Fruttero,
Anglada, Corte, Anglada, Fruttero,
Bollo, Brusadelli, Scaglia, Manni, Moc-
cia.
El paso del tiempo ha difuminado
esos nombres de la memoria futbolís-
tica, pero entonces eran muy reconoci-
dos, pues, según la prensa, “como
pueden ver nuestros lectores, entre los
componentes de ambos cuadros figuran
jugadores de la talla de Anglada, Corte,
Moccia, Scala, Pardo, Legarreta, Media-
villa, Lapiedra y otros, los cuales han in-
tervenido con brillo en varias oportuni-
dades en los equipos seleccionados de
la capital y provincias”.
El partido fue digno de la inaugura-
ción del Santa Laura.
Hubo bravura y pundonor, dos adje-
tivos muy en boga en la prensa depor-
tiva de la época. El triunfo favoreció 1-0
a Audax Italiano. Ello le significó llevarse
a sus vitrinas un trofeo donado por don
Guillermo Gellona y las 11 medallas de
oro entregadas por la Unión D. Espa-
ñola.
Habíamos perdido en la cancha,
pero ganado lo más trascendente: en-
tregar un recinto que ha encariñado a
muchas generaciones y sigue sirviendo
al fútbol chileno.
Nadie puede arrebatarnos ese
triunfo.
(II parte)
Más de cien años (en rigor, 138) han
pasado desde la fundación del Círculo
Español de Santiago, el 1 de febrero de
1880. Desde esa fecha, en su sede social
de Alameda 1550, se ha dado cabida a
muchísimas manifestaciones de la
colectividad y de otras importantes
actividades del país.
Por ejemplo, ya son famosas sus jornadas
artísticas que desarrolla el programa
“Círculo Cultural”, actividades realizadas
en conjunto con la Academia Chilena de la
Lengua, en sus salones de época,
revestidos de una importante pinacoteca y
biblioteca llena de volúmenes
trascendentes.
Pero el Círculo Español también es sede
de fiestas de matrimonios, eventos de
empresas y los tradicionales almuerzos de
convivencia, trabajo y negocios, abiertos a
todo el público que disfruta del buen
servicio y exquisita gastronomía que
caracteriza a este Palacio, un auténtico
rincón de España en el centro cívico de
del quehacer nacional. Este año, el premio
recayó en el actual Ministro de Economía,
José Ramón Valente Vías, hijo y nieto de
españoles y activo miembro del Circulo y
de la colectividad hispana residente.
Círculo Español espera su visita.
Santiago.
En la Cena de la Hispanidad, el evento
hispánico más significativo de la
institución, se entrega el Premio Circulo
Español a destacadas personalidades e
instituciones de la colectividad española y
Conozca nuestras instalaciones y servicios en https://www.circuloespanol.cl
El señor Embajador de España, Enrique Ojeda Vila, y el Presidente del Círculo Español,
Antonio Fanjul Peña, entregan el Premio Círculo Español 2018 a José Ramón Valente Vías.
Puedo decir que nací
hincha de Unión, hace
81 años. Todo lo que
me rodeaba tenía los
colores del club, que
eran, ciertamente, los de España. En esa
época todos los españoles –abuelos, pa-
dres, hijos, nietos-, vibraban con las ac-
tividades de la Unión. Y yo, ¡más que
muchos!, puesto que, como mi padre se
había hecho cargo del Centro Español
de Nueva Imperial y allí vivíamos, por
donde yo pasaba, lo que comía, con
quien me encontraba, la música que allí
se oía, eran España. Y dentro de ese
mundo, instalada en gloria y
majestad nuestra querida
Unión...
n “En aquellos años de
post guerra, hubo dis-
cordancias entre la
gente de la colonia.
Pese a esos natu-
rales resenti-
m i e n t o s ,
residuos del
“gran con-
f l i c t o ” ,
¡ c ó m o
no!, ellos
quedaban en
asuntos personales o de
directivos… La Unión era
nuestra, de todos nosotros.
De los españoles, y de una
gran masa de chilenos: en
Santiago, los de Plaza Chaca-
buco, de Franklin, de Avenida
Matta. Y muchos otros, en
cada una de las provincias.
Nuestra historia es algo
grande que hay que reco-
12 ENTREVISTA Octubre de 2018
Eulogio Suárez:
Nacido en Nueva Imperial,
nieto de un leonés y una mur-
ciana, Eulogio Suárez Quijada
es profesor, periodista, ensa-
yista y poeta, de reconocida en-
vergadura intelectual.
Estudioso y amigo de Pablo Ne-
ruda, escribió “Neruda Total”,
publicado en varios países y
acaba de lanzar “Francisco de
Bilbao, una luz en la oscuri-
dad”. En 2011 recibió el Premio
Pedro de Valdivia, de las Insti-
tuciones Españolas de Chile.
El exilio político de 1973 lo
llevó a la URSS y Alemania del
Este. Testigo de la historia e in-
vestigador obstinado, vivió un
episodio memorable el Once
cuando trabajaba en Radio Ma-
gallanes, y se jugó la vida para
llevar una copia del último dis-
curso de Salvador Allende al
embajador Friedel Trappen de
la RDA, quien hizo llegar la
cinta a la ONU y a Finlandia, al
primer acto de solidaridad a
dos días del Golpe. Parafrase-
ando a Neruda y su “España en
el corazón”, don Eulogio tiene
a Unión Española en el corazón:
y así lo expresa…
“
UN HINCHA
DESDE LA CUNA...
disputar la corona el domingo 14 de
enero en el Nacional. Me había insta-
lado desde temprano en el salón de la
casa de mi abuela Fuensanta, al lado de
nuestra tienda y frente al Centro Espa-
ñol, a esperar a que apareciera por el
éter el relato de Darío Verdugo, para la
transmisión de aquel partido memora-
ble. Hasta recé para que ganáramos
aquel título. Había cumplido hacía poco
13 años. La UE estaba formada por Her-
nán (Nano) Fernández , Isaac Fernán-
dez, Américo Azares, Valentín Beperet;
Rosamel Miranda, Jorge Ibáñez; Benito
Armingol, Atilio Cremaschi, Carlos
Rojas, Mario Lorca, y José Dunevicher.
n “Llegó la hora del partido y el Es-
tadio Nacional repleto con 42 mil 551
espectadores. Para qué decir el berrin-
che que tuve, cuando a los 104 minutos
–ya terminado el tiempo reglamenta-
rio–, René Orlando Meléndez mete el
gol de triunfo. Aunque exagere un
poco, puede decir que me desplomé en
llanto. Mi abuela, al ver esa tragedia
vino y me consoló con un buen presa-
gio: tranquilízate hijo, nuestros pelote-
ros serán los campeones de este año. Te
lo aseguro.
n “Ese mismo 1951, el 13 de diciem-
bre, nos tocó disputar el título con el
Audax Italiano, en el Nacional y ante 41
mil 877 personas. Me instalé en el
salón, en casa de la abuela. Estuve ner-
vioso todo el partido, por un “maldito”
0-0 que nos atormentaba… Pero, a los
74’, alguien del Audax comete un
penal, y Mario Lorca nos ofrece la glo-
ria. Salimos campeones. Y yo gritaba, y
saltaba. Y mi abuela, que no sabía qué
pasaba llegó de nuevo, pero ahora para
decirme: ¡Ves tú. ¿No te lo dije…? Y me
regaló 100 pesos.
n “Pocos años después me vine a es-
“Somos paíseshermanos, enigualdad”“La colonia española, la hispa-
nidad, no está sólo en el fút-
bol a través del club sino que
está presente en toda la socie-
dad chilena, en sus artistas,
profesionales, empresarios.
Los españoles y la Academia
de la Lengua dicen que
no existe aquello de la
Madre Patria, por-
que somos países
hermanos, en
igualdad”.
nocer y mantener en la memoria. La
Unión no se dividió ni tuvo que cam-
biar de nombre, como debió hacerlo el
Real Madrid, durante las Repúblicas…
Aquí no, salvo algún acomodo (Unión
Española, Unión Deportiva Española,
Unión Española), lo que ha sido y es
una garantía de identidad para nuestro
futuro.
n “Un día lluvioso de 1951 –lluvia de
verano en La Frontera–, Unión había
llegado a la final del campeonato de
1950 en empate con Everton y debió
Por DANIEL PÉREZ PAVEZFotografías: CLAUDIO QUIJADA
13ENTREVISTAOctubre de 2018
tudiar a la universidad. Lo primero que
hice fue ir al Edificio El Pilar, antiguo Pa-
lacio Undurraga, en Estado con Ala-
meda, donde estaba la sede de la
Unión. Allí me encontré con Pedro
Hugo López, gran ex delantero, quien
iba registrando a los socios y que Cor-
cuera me había presentado. Me dio
mucha pena al ver que le habían cor-
tado esa pierna que tantos goles hiciera
para nuestra querida Unión. Allí, en
1960, me hice socio del club.
n “Un primo hermano de mi padre,
Roberto Fernández López, vino desde
Lautaro a trabajar a Santiago y se había
empleado con unos españoles, llegados
no hacía mucho desde Logroño: Elías y
Juan García Muro, dueños de Calzados
Flecha, en Franklin. Era fanático de la
Unión como yo y los García Muro.
Cada sábado o domingo almorzábamos
cerca del mercado y nos íbamos al esta-
dio, premunidos de chorizos y de una
bota Tres ZZZ, de las de Pamplona, llena
de un rico mosto, que mi primo prepa-
raba, como una bendición. A veces nos
sentábamos cerca de la marquesina,
donde casi siempre se instalaban mu-
chos hinchas contrarios. La euforia que
manifestábamos por algún gol de nues-
tro equipo, provocaba la ira de nuestros
vecinos y, tras el grito de “coños” de no
sé qué, lanzábamos nuestra inmediata
respuesta de “¡Oye, de no sé cuánto…
!”, tras lo cual, brindábamos con nuestra
bota, y a veces la compartíamos con
ellos, y todo volvía a la normalidad…
¡Qué tiempos benditos aquellos,
cuando no se prohibía echarse un buen
trago para ayudar a la alegría y a la pro-
pia convivencia con los del equipo con-
trario.
n “Y al Santa Laura, llegábamos a
nuestra casa. Y me vuelvo a guardar esa
emoción. Ha pasado mucho tiempo.
Después de tantos años dando vueltas
por el mundo, y habiéndome perdido
infinitos momentos de mi equipo
amado, me registré de nuevo. Una
tarde, cerca del estadio Español de Las
Condes, en la venta de automóviles de
mi amigo Goyo Córdova, pasó Teresita
a cobrar las cuotas, y allí me reincor-
poré… Teóricamente, puede decirse
que en dos años más, si es que todavía
estoy “en la cancha”, cumpliré 60 años
como socio con sus lagunas, y hoy sigo
siendo un hincha inclaudicable de mi
querida Unión.
n “No quiero olvidar a Nino Landa
–grande entre los grandes-; ni al Coto
Sierra, que nos llenó de alegría; a nadie
de los nuestros. Ni tampoco a sus ge-
nerosos, inigualabes dirigentes, aquellos
que metían la mano en su bolsillo para
dar, para sostener nuestros sueños, y,
por cierto, a los más recientes, a mis
amigos ex presidentes Manuel Suárez,
Alfonso Lobato y, hasta hace poco, mi
querido y magnífico Francisco Ceresuela
Muñoz. ¡Cuánto han entregado a nues-
tra querida Unión! Jorge Segovia con-
virtió a nuestra Unión en el Ave Fénix,
y ésta vuela hoy muy alto para felici-
dad nuestra. En eso ha convertido esta
amada Unión Española, a la que lleva-
remos siempre en el corazón. Y como
dijo mi abuela murciana: ¡Seremos cam-
peones! No importa cuando, porque ya
lo somos”.
La hermosa ciudad de laregión del Maule acogióa muchos inmigrantes es-pañoles, que luego cola-borarían cada uno con sugrano de arena para enri-
quecer la tierra que los recibió, comoJesús Pons Franco, mecenas, que en1962 encabezó al Club Alianza, el pri-mer equipo profesional de Curicó.
Junto a Pons, los entonces dirigentesde la Unión Española, Vicente Muñoz yLuis Prieto, trabajaron para sentar lasbases del cuadro hispano en toda laprovincia, que tuvo como punto má-ximo las caravanas de buses repletos dehinchas que llegaban hasta el Centro Es-pañol de Curicó, para la campaña de laCopa Libertadores de 1975, la mejor ac-tuación internacional de la Unión.
Eso explica en parte por qué en Cu-ricó hay tanto simpatizante hispano.
14 HISTORIA Octubre de 2018
Hay lugares lejos de Santa
Laura en los que la Unión
Española se siente como en
casa, ciudades que a lo largo
de los años han mantenido
una amistosa relación con el
equipo de la Plaza Chaca-
buco. Curicó es un buen
ejemplo.
Santa Laura dentro de las caras nuevas.
Con los años la tradición se mantuvoy otras generaciones de juveniles hispa-nos partieron a préstamo a Curicó,como los recordados Jaime Bravo, Fer-nando Cordero y Johan Fuentes, futbo-listas aún vigentes y que vistieron debuena forma ambas camisetas.
Los lazos de afecto y deportividadentre las dos instituciones fueron simbo-lizadas en el partido disputado en SantaLaura el 30 de septiembre, por la fecha24. En el entretiempo, el presidente deUnión, Santiago Perdiguero, hizo en-trega del escudo institucional a CarlosBechtholdt, gerente deportivo de Cu-ricó.
Finalizamos la nota con el siguientedato: ¿Sabe dónde está el Estadio Espa-ñol de Curicó? En Avenida España 802.No podía ser de otra manera.
escondían su pasión por la Unión, comoÁngel Toral, Rafael Pérez, Jesús Cere-suela, Antonino Muñoz, Julián Gonzá-lez, Herminio Sánchez, Claudio Soler,Julio Ode y José Fernández Balbín, as-turiano que llegó al país luego de com-batir en la Guerra Civil Española.
El 22 de octubre de 2017, “Pepe”Fernández –fallecido en 1984 y uno delos fundadores de Curicó Unido, en1973- recibió un merecido homenaje enel Estadio La Granja, en el encuentroentre los anfitriones y la Unión Espa-ñola.
El lazo entre el equipo hispano y Cu-ricó Unido quedó inmortalizado en unacuerdo de colaboración firmado a ini-cio de los noventa, década en la queUnión fue permanente protagonista deNoche Albirroja. Además, en las distin-tas presentaciones del plantel local erafrecuente ver a juveniles formados en
Por MATÍAS ALCÁNTARA
Curicó, tierra fértil en
hermandad
Con los años, los clubes Alianza, LuisCruz Martínez, Bádminton y CuricóUnido alternaron la representación dela ciudad en el fútbol profesional, equi-pos que se forjaron con el apoyo y em-puje de dirigentes españoles que no
A continuación te entregamos un resumen dela historia entre la Unión Española y DeportesTemuco.
Partidos Jugados: 107Ganados UE: 48Empates: 29Ganados Temuco: 30Goles UE: 203Goles Temuco: 155
Hace tres partidos que Deportes Temuco noderrota a UE en Santa Laura. En aquella oportunidad, los sureños ganaron por 3-2.Últimos cinco enfrentamientos en Santa Laura:
25-05-2003 U. Española 3 Temuco 112-09-2004 U. Española 2 Temuco 310-09-2005 U. Española 1 Temuco 119-02-2017 U. Española 5 Temuco 226-11-2017 U. Española 1 Temuco 1
15ESTADISTICAOctubre de 2018
VS
Probablemente el par-tido que más recuerdala hinchada hispanaenfrentando a Depor-tes Temuco se remonteal 23 de enero de1994, cuando, en SanCarlos de Apoquindo,y con el solitario golde Mario Bruno Lucca,el entonces equipo deNelson Acosta sequedó con la liguillaque clasificó a laUnión a una históricaCopa Libertadores.
Los números ante Deportes Temuco
Texto: Matías Alcántara - Estadísticas: Rodrigo García