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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN LIC. PEDAGOGÍA INFANTIL ASTRID HENAO ALFONSO CÓD. 20092187012 ¿Qué estrategias pedagógicas, se han convertido en formas generales de dominación y que implicaciones tienen en la formación infantil? En primer lugar se hace necesario ubicarse en la historia de la pedagogía y los medios de enseñanza que se han utilizado en la educación. Considerando importante dar un paso por lo que fue la época clásica, periodo en el cual se puede pensar, nace el ideal de disciplina en la educación, un ideal que buscaba la transformación de los cuerpos, con el objetivo de moldearlos y someterlos, para obtener una homogenización y un control total de lo que pensaban y hacían, dichos sujetos en formación. La escala del control: no estamos en el caso de tratar el cuerpo, en masa, en líneas generales, como si fuera una unidad indisociable, sino de trabajarlo en sus partes, de ejercer sobre él una coerción débil, de asegurar presas al nivel mismo de la mecánica: movimientos, gestos, actitudes, rapidez; poder infinitesimal sobre el cuerpo activo.1 Tal vez, es en este punto donde el ser humano, “educable”, se acostumbra a un sistema de vigilancia, el cual se transforma en un dispositivo de dominación para aquellos que poseen el poder de vigilar, eliminando la posibilidad que tiene el hombre de la reflexión, la crítica y la revolución; porque el juego de las miradas que realizan los entes de control, determinan cada movimiento, coartando toda posibilidad de pensar en algo diferente a lo que está permitido; por otro lado no podemos dejar de mencionar, que el concepto de guerra que nos rodea y nos invade todo el tiempo, estaba presente desde aquel momento, así como actualmente muchas y diversas propuestas nacen con un objetivo de “guerra”. El hombre de aquella época, no muy diferente al de hoy, debía ser educado, para la lucha, para el ataque, para la competitividad; y este fuerte imperativo, se traslada a la educación en general con el nacimiento de la escuela, una institución encargada de formar seres productivos, que respondieran no solo a lo que buscaba la institución, sino a los intereses de una industria, que seguía necesitando de personas moldeables y sumisas, tal cual era los frutos de la escuela. Las instituciones disciplinarías han secretado una maquinaria de control que ha funcionado como un microscopio de la conducta; las divisiones tenues y analíticas que han realizado han llegado a formar, en torno de los hombres, un aparato de observación, de registro y de encauzamiento de la conducta.2 1 Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Los cuerpos dóciles. - 1a, ed.- Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2002. Pág. 157 2 Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Los medios del buen encauzamiento. - 1a, ed.-Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2002. Pág. 179

Pedagogia y poder

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Page 1: Pedagogia y poder

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN

LIC. PEDAGOGÍA INFANTIL

ASTRID HENAO ALFONSO CÓD. 20092187012

¿Qué estrategias pedagógicas, se han convertido en formas generales de

dominación y que implicaciones tienen en la formación infantil?

En primer lugar se hace necesario ubicarse en la historia de la pedagogía y los medios de enseñanza que se han utilizado en la educación. Considerando importante dar un paso por lo que fue la época clásica, periodo en el cual se puede pensar, nace el ideal de disciplina en la educación, un ideal que buscaba la transformación de los cuerpos, con el objetivo de moldearlos y someterlos, para obtener una homogenización y un control total de lo que pensaban y hacían, dichos sujetos en formación. “La escala del control: no estamos en el caso de tratar el cuerpo, en masa, en líneas generales, como si fuera una unidad indisociable, sino de trabajarlo en sus partes, de ejercer sobre él una coerción débil, de asegurar presas al nivel mismo de la mecánica: movimientos, gestos, actitudes, rapidez; poder infinitesimal sobre el cuerpo activo.”1 Tal vez, es en este punto donde el ser humano, “educable”, se acostumbra a un sistema de vigilancia, el cual se transforma en un dispositivo de dominación para aquellos que poseen el poder de vigilar, eliminando la posibilidad que tiene el hombre de la reflexión, la crítica y la revolución; porque el juego de las miradas que realizan los entes de control, determinan cada movimiento, coartando toda posibilidad de pensar en algo diferente a lo que está permitido; por otro lado no podemos dejar de mencionar, que el concepto de guerra que nos rodea y nos invade todo el tiempo, estaba presente desde aquel momento, así como actualmente muchas y diversas propuestas nacen con un objetivo de “guerra”. El hombre de aquella época, no muy diferente al de hoy, debía ser educado, para la lucha, para el ataque, para la competitividad; y este fuerte imperativo, se traslada a la educación en general con el nacimiento de la escuela, una institución encargada de formar seres productivos, que respondieran no solo a lo que buscaba la institución, sino a los intereses de una industria, que seguía necesitando de personas moldeables y sumisas, tal cual era los frutos de la escuela. “Las instituciones disciplinarías han secretado una maquinaria de control que ha funcionado como un microscopio de la conducta; las divisiones tenues y analíticas que han realizado han llegado a formar, en torno de los hombres, un aparato de observación, de registro y de encauzamiento de la conducta.”2 1 Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Los cuerpos dóciles. - 1a, ed.-

Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2002. Pág. 157

2 Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Los medios del buen

encauzamiento. - 1a, ed.-Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2002. Pág. 179

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En este orden de ideas podemos entender que la conformación de la disciplina de

aquella época, marca contundentemente el desarrollo de la escuela, y los

mecanismos que en ella prevalecen para lograr la formación de individuos en la

actualidad. Además, se puede mencionar que los sistemas de vigilancia, no solo

estaban centrados en unas cabezas dirigentes, desconocidas y anónimas; el papel

del docente se veía en esta labor, un docente preocupado por el orden, un orden

en el espacio, en el tiempo y en la actividad de los cuerpos, que además, asignaba

unas labores a sus estudiantes, de cuidado, de vigilancia y de observación; las

cuales se reducen a sistemas inferiores de disciplina; este es un aspecto que

podríamos decir, genera una concepción de disciplina y de poder en los “alumnos”

que están a cargo y pueden dar órdenes a sus compañeros, acostumbrándose

más a un mundo jerarquizado. En este modelo de pedagogía disciplinaria, existía

un sistema circular de dominio, los que se proclamaban vigilantes, también eran

vigilados y controlados, todos estaban inmersos dentro de este escenario.

En segundo lugar, podemos avanzar hacia la constitución de otro tipo de

pedagogía, la cual maneja otra categoría de tiempo y de espacio, diferente a la

que se observa en la pedagogía disciplinaria, en este modelo pedagógico, el niño

pasa a ser el centro de la educación, no se limita a ser el observado y controlado,

sino que adquiere un valor en tanto génesis de la escuela, el docente cambia de

roll, no es un docente que esta jerárquicamente, por encima de sus estudiantes,

sino que está a disposición de ellos, es un cambio rotundo si hacemos una

comparación con la pedagogía disciplinaria; el concepto de “corrección”, se daba

específicamente por el hecho de pensar al niño de forma animalizada, como un

ser domesticable y la escuela sería la mejor institución para civilizar a la infancia,

prestando una gran atención a dispositivos de horarios flexibles, atractivos, poco

controlados y vigilados visiblemente. “De este modo, se hará corresponder el

estadio de salvajismo con el de la infancia. Los niños, y especialmente los niños

de clases populares, se identifican con los salvajes. Civilizarlos y domesticarlos

constituye el objetivo de esa escuela pública obligatoria en la que seguirán

reinando las pedagogías disciplinarias”3. Aunque existe una diferencia entre los

conceptos y el desarrollo del tiempo y el espacio, considero que la disciplina no

dejo de existir, estos nuevos mecanismos subalternos, seguían controlando,

desde una autodisciplina, desde un mecanismo en el cual cada uno se asumía

como ser responsable de un orden, como un individuo. Podríamos decir que

3 VARELA, Julia en Jorge Larrosa. Escuela, poder y subjetivación. Categorías espacio temporales. La Piqueta, Madrid, 1995. Pág. 172

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seguimos los pasos de una construcción subjetiva de sistemas de acción en el

humano, la raíz de lo que nos constituye, como seres sociales y educables, la

podemos encontrar a partir de un recorrido histórico, que sin duda nos enseña un

proceso de construcción del presente, del hoy, de lo que es la escuela y la

infancia.

Más adelante podemos encontrar otro tipo de pedagogía, mucho más actual, una

en la cual el mecanismo de control es la psicología escolar, donde la concepción

de niño se transforma, el niño es ahora un ser de desarrollo gradual, con un ideal

de individualismo, donde sus características son netamente individuales y sus

procesos separados, se potencian actividades para “niños”, la creatividad, los

horarios flexibles, la búsqueda interior, la tranquilidad, el poco esfuerzo, todo

adecuado a el desarrollo del niño. La enseñanza, ha de adecuarse cada vez más

a los intereses y necesidades de los alumnos, a su supuesta percepción especifica

del espacio y del tiempo. Donde el sistema de control pasa de ser exterior a

interior basado en el desarrollo infantil. “…en ellas el control interior es cada vez

más fuerte ya que ahora no se basa predominantemente en la organización y

planificación minuciosa del medio, sino en pautas científicamente marcadas por

los estadios del desarrollo infantil”4 La adaptación sigue siendo el objetivo

principal de la educación. Con todo este “psicopoder”, manifestado en los

aspectos más relevantes de la vida, la escuela sigue siendo una productora de

sujetos, para un mercado, para unos intereses de un proyecto de control, y todos

seguimos siendo fácilmente moldeables, nos acostumbramos tanto a la disciplina,

al control, que no podemos salir, es un paso muy enorme para dar, nos moldean

culturalmente, socialmente, políticamente, y cada vez más los mecanismos de

este control, seguramente irán cambiando y transformándose, respondiendo a una

secuencia de movimientos y dispositivos de poder.

Un aspecto muy grande a mencionar es la concepción de infancia que se ha

construido históricamente, dentro de los cambios pedagógicos. En primer lugar la

infancia no existía, ya que el niño era considerado un adulto pequeño, por lo cual

no era una preocupación teórica, ni marcaba un estadio muy diferente al de la

adultez. La infancia, es pensada dentro de la pedagogía moderna, esto quiere

decir que el niño existe en tanto “alumno”, por ello se ve necesaria la infantilización

de la comunidad para la educación. “la infancia actual, se visualiza corrientemente

4 VARELA, Julia en Jorge Larrosa. Escuela, poder y subjetivación. Categorías espacio temporales. La Piqueta, Madrid, 1995. Pág. 180

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aliada, en tanto infancia culturalmente normal, a la actividad escolar”5. Más

adelante, niño se constituye como una preocupación teórica, donde se marcan las

grandes diferencias entre el adulto y el niño, se destaca la complejidad que posee

el adulto y la capacidad del niño para llegar a serlo. A mi modo de ver existía un

mecanismo de homogenización de la infancia, donde los niños, solo existían para

la educación en forma de alumnos, pero se dejaban de lado otros aspectos de su

formación integral, muy importantes. “una infancia integrada en instituciones

escolares que se especializan en producir adultos: la escuela. El objetivo de esta

ultima elaboración discursiva, solamente es el niño en tanto adulto”6.

Aunque con la escuela activa, y su propuesta pedagógica, se transformo un poco

la concepción de infancia, ya que sus múltiples características, se vieron

reconocidas, la infancia nunca ha sido un concepto completo, organizado y

formado; pues todo el tiempo se generan nuevos mecanismos de observación,

que cumplen con unos intereses sociales, además como ya se ha manifestado la

infancia, se ha conformado por la pedagogía, por los discursos educativos,

pedagógicos, que cada día se transforman y al mismo tiempo modifican las

condiciones, necesidades, características educativas de los niños.

Finalmente, podemos darnos cuenta de todo un proceso histórico, social, político,

cultural y económico, que ha movilizado la pedagogía y la infancia hasta nuestro

días, donde se han hecho evidentes los múltiples factores de control que abundan;

podríamos afirmar que el reconocer la historia de la pedagogía y los diversos

procesos, conceptos y sistemas que se generan en ella, nos ayuda a formar un

ideal de infancia más complejo, donde al pensarla dentro de la pedagogía, no se

limite una concepción de “alumno”, sino se entienda a el niño (a), con todas sus

capacidades de ejercer la autonomía, la crítica, la reflexión, y las posibilidades de

ser participes en la transformación de los dispositivos de control que genera la

educación, y que por ende afectan fuertemente la sociedad, impidiendo un

desarrollo de la comunidad en aspectos como la libertad, la soberanía, la

democracia, la igualdad, que solo se conseguirán el día que podamos hacer

resistencia y actuar critica e inteligentemente.

5 Narodowski, M; “Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna” Buenos Aires,

Aique, 1993. Pág. 52

6 Narodowski, M; “Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna” Buenos Aires,

Aique, 1993. Pág. 26