Pedro el Grande model la ciudad despus de Amsterdam, ya pesar de que San Petersburgo es

ms reciente que el de Nueva York por casi 100 aos , en algunos lugares se siente ms que mil

aos - algunos edificios parecen ser un cruce entre ruinas romanas y palacios alemanes. Las

paredes del edificio , por lo general entre tres y cuatro metros de espesor , cafs y restaurantes en

los que no se puede obtener una seal de telfono celular del stano de acogida. Las paredes

estn hmedas , y huelen como los ros , debido a que la ciudad fue construida en un terreno

pantanoso .

En el centro de la ciudad, cuando viva en San Petersburgo , a menudo me dirig a travs del diseo

urbano intrincada e historia extraa . La catedral en Canal Griboyedova , que parece un pastel con

pliegues , sobre todo en azul y oro , se nombra Spas na Krovi , el Salvador sobre la Sangre

Derramada. Aqu Alexander II, un gran reformador que aboli la servidumbre , fue asesinado por

un equipo de asesinos anarquistas , un guin seguido muy de cerca despus por Gavrilo Princip en

Sarajevo.

Un da, casi inmediatamente despus de llegar a la ciudad en 2006, entr en el Jardn de Verano y

mir a los palacios bajos a travs del ro Fontanka . De acuerdo con un gua que hablaba por un

megfono con un sonido crepitante de un barco turstico , en uno de los palacios cogido a nadie a

practicar el canibalismo durante el Gran Asedio fue ahorcado . Un milln se congel y se murieron

de hambre , y se registraron slo alrededor de un centenar de casos de canibalismo .

Una anciana en el patio al lado del edificio donde yo viva me mostr su nudoso, dedos artrticos y

afirm haba algo mal con ellos desde que, cuando era nio, tena que recoger la nieve con sus

manos desde el patio para su familia habra agua potable durante el asedio. Yo esperaba que ella

odia a los alemanes en esa cuenta, pero en su lugar, ella me cont una historia sobre un oficial

alemn apuesto que haba estado enamorada de San Petersburgo durante aos, pero nunca

podra permitirse el lujo de visitar. Durante la guerra estuvo destinado en las colinas fuera de la

ciudad, bombardeando San Petersburgo, pero en su tiempo libre, que admiraba los campanarios:

St. Isaac en oro, Trinity cpula en azul marino, otra iglesia en carmes, Kazan en cobre de color

verde oscuro y Smolensk, en azul plido, casi indistinguible de cielos oscuros, a excepcin de la

piedra blanca bajo la cpula resplandeciente incluso despus de la puesta de sol. Ms tarde el

funcionario trabaj como prisionero de guerra en una fbrica de tractores, donde mi vecino lo

saba, y luego, sin haber visitado la ciudad, fue enviado de vuelta a Alemania. Mantuvo

correspondencia con ella, y 20 aos ms tarde en un da fro, visit, tan feliz que l se derrumb y

muri de un ataque al corazn en su puerta. Ella llor despus de contarme la historia.

Despus de escucharla, sal al patio de la Catedral de Kazan en la avenida Nevski, que tena desde

hace mucho tiempo de pie sombro, tiznado, descuidado. Stalin, un ex estudiante de teologa,

haba convertido a esta catedral, donde los zares haban sido coronados en un museo del atesmo.

Pero ahora la gente en fila delante de la Virgen de Kazn icono, y la bes, para ser curados.

Dostoievski, Rasputn y los zares Alejandro III y Nicols II haban besado toda esa seora. Y cuando

en la oscuridad de Rembrandt, iluminada por la luz de las velas temblando de naranja, un coro

femenino comenz a cantar, la intensidad de la historia y la espiritualidad y la belleza me hizo

temblar.

Slo una pocas cuadras de la avenida Nevsky, visit el departamento de Dostoievski (l nunca

posey, slo alquiler), donde muri despus de escribir una nota a su hija; el lugar est al lado de

Rynok, un mercado interior que, con su techo de cristal opaco recoge la luz de color marrn clido,

intensificada por los colores de las cerezas, el caviar, miel, tomates, pepinos, queso y desollado

conejos.

Durante las Noches Blancas, en el lado del azul plido Palacio de Invierno, mir durante horas en el

cielo azul plido y tonos pastel de los palacios establecidos horizontalmente en el otro lado de los

edificios del ro Neva-no altos, slo el Ministerio de marina y la Fortaleza Pedro y Pablo brillando

con los rayos del sol desaparecido-y deseaba yo fuera un pintor holands. Pero yo no tena

necesidad de ser: no haba ms belleza por encima de m y fuera de m de lo que yo poda

comprender.