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hejemonia y pensamiento politico antihegemnico
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HEGEMONÍA Y PENSAMIENTO POLÍTICO ANTIHEGEMÓNICO.
Concepto, diferencias y semejanzas de:
Política.
Poder.
Hegemónia.
La construcción de la nueva hegemonía del poder popular.
PODER:
Mandar y obedecer es un hecho social universal. La experiencia social más rudimentaria nos
confirma suficientemente que formar parte de un grupo cualquiera implica la sumisión a un poder. No
es concebible un grupo humano sin que exista el poder. En el sentir de escritor francés A. Maurois,
toda acción colectiva exige un jefe. Ya se trate de combatir a un enemigo o de tender los rieles de un
ferrocarril, el instinto de los hombres les avisa que para ello necesitan someterse al mando de
alguien.
En la sociedad humana siempre hay alguien (anónimo, personal o institucionalizado) que manda y
que gobierna. Y hay otros (súbditos o vasallos) que obedecen y son gobernados. En este sentido
podemos decir con Hobbes que “el poder es una necesidad social; que con el orden que impone y el
concierto que instaura, el poder les permite a los hombres alcanzar una vida mejor”.
El poder es una constante social dondequiera que los hombres quieran vivir juntos organizadamente.
Varían las formas de poder y los sistemas de gobierno, pero es una característica del poder el que
se encuentra por todas partes: aparece como un agente necesario de la cohesión social. El poder
aparece desde que existen, en un momento dado, uno o varios hombres, que al poseer mayor fuerza
numérica, psicológica o moral, obtienen por medio de esa fuerza la obediencia de los demás
hombres.
Esto mismo parece que quería expresar la máxima antigua de “Omnis potestas a Deo” (toda
autoridad viene de Dios). El poder, en cuanto autoridad suprema es algo que dimana de la misma
naturaleza social y comunitaria del hombre; es por lo mismo, algo querido por Dios y que proviene de
El, en último término.
De todas formas, el uso más habitual del término refiere al dominio, imperio, facultad y
jurisdicción que alguien tiene para ejecutar algo o mandar. Así, el poder se relaciona con el
gobierno de un país o con el instrumento en el que consta la facultad que un hombre otorga a otro
para que, en lugar suyo y representándole, pueda ejecutar algo. El poder es, además, una posesión
o la tenencia de algo (por ejemplo: “Ya tengo los documentos en mi poder”).
Este concepto, al ser utilizado en combinación con otras palabras, permite nombrar diferentes
situaciones. Así, el poder absoluto nombra al despotismo; el poder adquisitivo, a la capacidad
económica para adquirir bienes y servicios; el poder constituyente, a aquel que corresponde a la
soberanía popular para organizarse a través de sus Constituciones; el poder ejecutivo, al que tiene
a su cargo el gobierno del Estado y la observación de las leyes; el poder legislativo, al que cuenta
con la potestad para hacer y reformar las leyes; y el poder judicial, al que ejerce la administración
de la justicia, entre otros.
POLITICA:
La ciencia política es la disciplina encargada del estudio de estas actividades. Mientras que los
profesionales en esta ciencia reciben el título de politólogos, las personas que ocupan cargos
profesionales a cargo del Estado o aspiran a ellos se definen como políticos.
Se considera que los inicios de la política se remontan al neolítico, cuando la sociedad comienza a
organizarse en un sistema jerárquico y ciertos individuos adquieren poder sobre el resto. Antes, el
poder simplemente residía en el más fuerte o en el más sabio de un grupo.
Los sistemas políticos de la antigüedad eran generalmente absolutistas ya que todo el poder era
ocupado por una única persona. En Grecia, existían también algunas polis donde se practicaba una
democracia parcial y existían asambleas.
El esquema político experimentó un cambio importante tras la Revolución Francesa y la
constitución de los Estados Unidos, con lo que se instauraron regimenes con características
democráticas, donde la toma de decisiones responde a la voluntad general.
Existen múltiples vertientes de las teorías e ideologías políticas, que pueden resumirse en dos
grandes grupos: las políticas de izquierda (como el socialismo y el comunismo), relacionadas
principalmente a la igualdad social, y las políticas de derecha (como el liberalismo y el
conservadurismo), que defienden el derecho a la propiedad privada y al libre mercado.
HEGEMONÍA POLÍTICA: Concepto que se refiere a la supremacía o dominio fáctico que un estado
ejerce sobre otros. Su orígen está en la Grecia clásica, y en su costumbre de constituir ligas entre las
ciudades-estado, cada una de las cuales conservaba su autonomía política interna pero debía
someterse a las decisiones de la liga y de la ciudad hegemónica en lo referente a las relaciones
internacionales y la dirección de la guerra. Actualmente conserva el mismo sentido, incluso agravado
por la ingerencia en asuntos internos cuando lo hacen aconsejable los intereses de las grandes
potencias.
En medio de una época donde la incertidumbre, la inseguridad y la desprotección crecen, la teoría de
la hegemonía, elaborada por Gramsci y reformulada por E. Laclau y Ch. Mouffe, constituye un punto
nodal para pensar en la política. Esta categoría surge como respuesta a una crisis que pone en
cuestión las concepciones tradicionales para explicar la contingencia de las formas históricas
concretas. La sociedad no debe ser entendida como un espacio cerrado sino como una estructura,
resultado de prácticas articulatorias que organizan y constituyen las relaciones sociales. La
hegemonía, entonces, entendida como la articulación contingente de elementos en torno a las luchas
de los agentes sociales concretos, configura una valiosa herramienta teórica para reflexionar acerca
de nuestra compleja realidad.
Hegemonía es el predominio cultural y político basado en el consenso. En la economía política fue
iniciado este concepto por Antonio Gramsci . La hegemonía no es establecida sólo por el Estado
sino, en la mayoría de los casos, junto con la sociedad civil. Este punto de vista amplio del Estado,
que abarca al Estado y a la sociedad civil como campo de fuerza, Gramsci denomina estado
ampliado. El espacio abierto de la sociedad civil es el lugar donde la sociedad discute sobre su
futuro, su forma de organización y la búsqueda de los caminos más adecuados para concretar sus
objetivos. En los tiempos de la Grecia antigua esos procesos de formación de opiniones se
desenvolvía con éxito en las plazas públicas, mucho después los cafés jugaron un papel
importante. En el siglo XX estas funciones se desarrollaron, por un lado, en las escuelas e iglesias,
por otro, en los sindicatos e instituciones culturales.
La hegemonía es el poder que ejerce un grupo o nación generalmente con un mayor desarrollo
cultural, económico y político sobre una la sociedad o un segmento de ella. La hegemonía por
naturaleza se ejerce con el fin de obtener un mayor crecimiento en lo económico y por consiguiente
de poderío, aunque también es cierto que el grupo o país subordinado obtiene algún grado de
beneficios o desarrollo, aunque obviamente en menor grado en el plano económico; y su cultura de
uno u otro modo se ve influenciada o homogeneizada por los valores, principios y visión de sociedad
que tenga la nación que ejerce su poder sobre ésta.
Filosofía antihegemónica
Por Álvaro B. Márquez-Fernández, Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos, Universidad
del Zulia
Definición o caracterización:
Se propone la filosofía antihegemónica como una práctica de la filosofía que no reconoce el uso de
la fuerza y del poder compulsivo y/o violento que posee la racionalidad política capitalista, para
inculcar sistemas de representaciones sociales, culturales, políticos, éticos, etc., con un alto grado de
adhesión y adaptabilidad, poco reflexivos y muy doctrinantes. Este nuevo modo de la praxis filosófica
puede ser considera antihegemónica, porque carece de confianza en cualquier relación o estructura
de dominación entre colectivos e individuos donde una elite o clase superior ejerce su dominancia
sobre otros muchos que suelen ser la mayoría. Es una filosofía que propicia la denuncia de formas
represivas, directas e indirectas, del poder; asociadas a conceptos y creencias universalistas que
limitan el desarrollo de las conciencias sociales. De igual manera, cuestiona la falsa realidad de los
consensos ideológicos que permiten mantener en la oscuridad, los innegables conflictos por los que
atraviesa la ciudadanía y la crisis de legitimidad democrática que se vive en las sociedades y
Estados de América Latina. Se trata, sobre todo, de una filosofía que dota de una actividad política
deliberativa al colectivo social subordinado y/o dominado. Enseña a comprender críticamente que
sólo a través de sus praxis sociales emancipatorias es que los ciudadanos pueden hacer posible el
desarrollo de una conciencia política y de clase, que les permita realizar públicamente la crítica a una
racionalidad política que se presenta como omnicomprensiva y trascendente. La filosofía
antihegemónica es la negación-superación de un modelo de vida social basado en la coacción y/o
represión, a las amalgamas ideológicas de los sistemas de alianza que propicia el status quo para
sembrar la idea de que la convivencia social siempre responde en términos de adhesión y fidelidad
incuestionable al orden de la reproducción de la sociedad capitalista.
Orígenes:
Esta filosofía se inspira en la filosofía de la praxis del filósofo italiano Antonio Gramsci, para quien el
dominio de la sociedad civil, se basa en un dominio de la dirección ideológica y cultural de los roles
de la política. La hegemonía como una concepción uniforme, ético-política, del Estado y de la
sociedad, se presenta, por parte de las clases burguesas, como un mundo sin contradicciones y
exclusiones. Esto le permite la apropiación del colectivo social en la medida que lo incorpora a su
agenda gubernamental con escasa o ninguna praxis significativa, en el momento de conservar y
tolerar el ejercicio del poder por parte de los centros hegemónicos del capitalismo. Está en el fondo
del cuestionamiento antihegemónico las fuentes políticas e ideológicas del poder, que para ser
consentido, no debe ser encubierto o asolapado. El poder deberá presentarse sin represión alguna,
sin condicionamiento material para la dominación. El acceso a la gobernabilidad del Estado, pasará
por una concepción del poder compartido, sin jerarquías y privilegios. La resistencia al poder
hegemónico, resulta de las luchas por un poder al servicio de los ciudadanos que tiene que
minimizar o disolver las mediaciones partidistas e institucionales que le sirven al Estado para el
control social. En América Latina este tipo de filosofía se entiende perfectamente desde la
antihegemonía, porque se propone como un programa de praxis sociales que reconocen los
movimientos sociales como la punta de lanza para la revolución política y la recontextualización del
poder del Estado, en beneficio del pueblo.
Alternativas:
En relación con el pensamiento único y correcto políticamente del pensamiento neoliberal capitalista,
la filosofía antihegemónica es una posibilidad de crítica, interpretación y superación de los
fundamentos de la racionalidad de la economía de mercado y de la sociedad de clases. La
reformulación de un pensamiento antihegemónico que se inserte en la sociedad civil como espacio
de decisiones y de opinión pública, resitúa, obviamente, las relaciones de fuerza y de poder de la
institucionalidad del Estado, vale decir, de la sociedad política. Esta otra movilidad de las relaciones
de fuerzas a través de nuevos actores sociales que se hacen emergentes frente a la crisis de la
democracia formal o representativa, le permite al colectivo social romper con la direccionalidad de la
sociedad burguesa. La filosofía antihegemónica es capaz de incentivar un pensamiento de la
contestación, insubordinación, rebeldía, revolución, frente al status quo que responden a
subjetividades reprimidas y que pueden llegar a ver la luz en un espacio público que se dilata y
explota, ante estas manifestaciones. La irrupción de la filosofía antihegemónica en la civitas
burguesa, profundiza la necesidad y deseos por la libertad ciudadana en términos más igualitarios y
equitativos. La inconformidad en la aceptación de un orden jurídico y político, en términos coactivos
exclusivamente, es una clara desobediencia al poder de las normas sobre la realidad social humana
más cotidiana. La pregunta por el por qué de las injusticias, se origina en una conciencia
antihegemónica del poder del Derecho y del Estado para gobernar.
Modalidad:
Hoy día se podría observar la influencia y la vigencia de la filosofía antihegemónica, en todas las
actuales luchas que se libran contra el poder neoliberal enraizado en América Latina, desde la
resistencia de los pueblos, en especial, los indígenas, y de las clases obreras que no han cesado de
ser explotadas a través de los sofismas de la publicidad del mercado y del salario.
También los movimientos de jóvenes y los movimientos sociales de diversa naturaleza y extracción
social, buscan a través de este pensamiento y filosofía antihegemónica, nuevos escenarios de
acción y participación. En países como Perú, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay
y Paraguay, es muy representativo este tipo de participación. Las nuevas formas de asociación
pública, los nuevos estilos de integración ciudadana y las organizaciones comunales, cuestionan los
conceptos clásicos del Estado moderno acerca del poder que los ha desposeído de sus relaciones
sociales y políticas, por otro uso más democrático donde el poder sea sinónimo de poder de todos y
para todos. Esta nueva concepción antihegemónica del poder de un Estado social legitimado por las
bases populares de la sociedad civil, pasa ahora por una recomprensión de las praxis ciudadanas
que adquieren un sentido mucho más radical del uso del poder, cuando la manifestación más
expresa de ese uso es su presencia en las calles, los espacios públicos, las convocatorias a huelga,
desobediencia, resistencia. Poco a poco se va construyendo una socialización de estas prácticas
que se hacen colectivas, dentro de una multiplicidad de voces que encuentran su reconocimiento en
un “cara a cara”, sin las mediatizaciones de los medios de comunicación.