Pentagrama 2010 05

Lectorium Rosicrucianum

pentag rama

SEP /OCT 2010 N Ú M E R O 5

Realidad de la Liberación

La nota dominante del «Padrenuestro»

Dualismo de la creación

El Minotauro, el alma y el yo

Cómo el saber se vuelve sabiduría

La Edda, la Santa Palabra Original

Lo que más obstaculiza la per-cepción del mundo verdadero esla inercia del corazón humano. Elser humano se ha vuelto «pesa-do» por todas las presiones eimpresiones que provienen de lamateria y cargan su corazón. Porlo tanto, no es particularmentesensible a las cosas de la vida yapenas reacciona a las necesida-des de los demás.Y los impulsosinteriores del alma difícilmentepenetran hasta la conciencia.

En este número, PPeennttaaggrraammaa se ha puesto como objetivoestimular, despertar el corazón espiritual mediante algunosartículos sorprendentes. En efecto, gracias a una concienciaactiva es posible romper la inercia, su lentitud, y distinguircon la mirada interior el perfil de la nueva era e incluso el deun mundo nuevo. Esto es también lo que el poeta alemán,Friedrich Hölderling, percibe en ese poema escrito en 1796:

Somos como un fuego que duermeEn una rama seca o en un guijarro,Que lucha y busca incesantemente el final

del estrecho cautiverio.

Finalmente llegan esos breves instantes de liberaciónQue recompensan eones de lucha,Donde lo divino demuele el calabozo,Donde la llama se libera de la madera,¡Y, triunfante, supera las cenizas!Donde nos parece que el espíritu liberado,Olvida la esclavitud, las penas y los sufrimientos,Glorifica y regresa al cielo en las naves del Sol.

p e n t a g r a m a

índice

realidad de la liberación 2(según j. van ricjkenborgh)

la creación es doble 8artista-mago o verdadero yogui 13del saber a la sabiduría 18la santa palabra original 22

(la Edda)

la nota dominante del «Padrenuestro» 26el minotauro, el alma y el «yo» 30superar la tierra 36el libro de Mirdad 38

(comentario)

Año 32 nº 5 2010

Cubierta: Dibujo celta sobre una estela antigua

1

Al campo astral de la Escuela Espiritual de la Rosacruz Áureatambién le denominamos «Cuerpo Vivo de la Joven Gnosis». Suaspecto exterior está caracterizado por algunos colores y vibra-

ciones. Se puede decir que el color es oro mezclado con violeta. No unvioleta que vira hacia el rojo o al azul, sino de un color muy específico yconstante, con un resplandor violeta dorado. Sabemos que el oro es elcolor del alma renacida. Razón por la que hablamos de la RosacruzÁurea y cantamos a la «maravillosa flor de oro». Que el oro, por su res-plandor, naturaleza y vibración, se asocia al «renacimiento» es un sabermuy antiguo; basta con pensar en las pinturas primitivas. Por esta mismarazón, el Templo de Renova está consagrado a esos dos colores. El vio-leta, de un tono sumamente sutil, es el color de fondo del nuevo espectrode luz de la humanidad de las almas, en el que las almas renacidas, lasmaravillosas flores de oro, pueden ser acogidas en la corriente de vidanueva.En los artículos precedentes, hemos escrito sobre un campo astral de lanaturaleza terrestre y de otro campo nuevamente constituido, el del cuer-po vivo de la Escuela Espiritual de la Rosacruz Áurea actual. Quizáresultaba demasiado prosaico presentar estos dos campos diciendo queexisten uno junto al otro, pero separados entre sí, y verlos protegidos deforma diferente. Sin embargo, nuestra percepción cambia tan prontocomo consideramos que se trata de una cuestión de vibración.Según la Enseñanza Universal, la sustancia sideral, o astral, del séptimodominio cósmico vibra en un rango de frecuencias que van desde los450 billones de oscilaciones por segundo hasta alrededor de los 700billones. En esta escala de frecuencias se manifiestan los diversos fenó-menos, formas y funcionamientos del orden astral unidos al séptimocampo cósmico. Por comparación, en este campo de vida dialéctico, entérminos de colores, percibimos desde el rojo vivo, la frecuencia másbaja visible, hasta el violeta azulado, la más alta frecuencia visible.Las radiaciones unidas a todo esto tienen longitudes de onda de entre650 a 450 nanómetros, sabiendo que un nanómetro es la milmillonésimaparte de un metro. Las frecuencias más elevadas tienen las longitudes deonda más cortas. A partir del momento en que los límites vibratorios y

realidad de la liberaciónLa vida busca elevarse, escalar, cambiar de plano vibratorio, acceder a unnuevo campo de vida. Un ser humano tocado por la vibración de un planosuperior puede elevarse hacia él. Su ser se encuentra entonces cambiado.

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Según J. van Rijckenborgh

J. van Rijckenborgh es el fundador de la EscuelaEspiritual de la Rosacruz Áurea. En esta escuela explicay comenta el camino de la liberación del alma de todaslas maneras posibles, utilizando a menudo los escritosherméticos como el Corpus Hermeticum.

realidad de la liberación 3

Pintura mural de Madikeri, India

ondulatorios son franqueados en el sentido negati-vo, por lo tanto cuando se produce una ralentiza-ción o un debilitamiento por debajo de los límitesreferidos del séptimo campo cósmico, siempre seorigina descomposición quebrantamiento tritura-ción, explosión, muerte. La muerte por desapari-ción.Por el contrario, si el ser humano franquea esoslímites en un sentido positivo, es decir, hacia loalto, en la dirección del sexto campo cósmico,penetra en él pero bajo una nueva forma, la delhombre del alma renacida. El paso de un campo aotro, del séptimo al sexto campo cósmico, siempreimplica una transfiguración.Si una personalidad, un microcosmos, es manteni-do por una vibración constante, sus vehículos secolocan concéntricamente, entonces, según lasposibilidades de esta personalidad, recibe ciertavitalidad que le permite mantenerse con vida. Eldebilitamiento de una personalidad está asociado auna ralentización de la frecuencia (vibratoria)vital. Y llega el momento en que esta frecuenciaestá atenuada y ralentizada hasta tal punto que estapersonalidad ya no puede mantenerse en su cuerpoy muere. Ésta es, en resumen, la causa de la muer-te corporal.La otra posibilidad es que la personalidad seatocada por un campo de una vibración de frecuen-cia superior a la que está acostumbrada. De lo queahora se trata es de saber si la personalidad puederesponder a ella. En el caso de una reacción positi-va, se eleva en ese nuevo campo de vida. Éste va aaumentar progresivamente su tasa vibratoria hastamás allá de la norma en el campo terrestre de ladualidad. Como consecuencia de este crecimientovibratorio van a cambiar: la naturaleza intrínseca,el microcosmos, el ser aural y, por lo tanto, tam-bién la personalidad. Dicho de otra manera, es latransfiguración.En un momento dado, la transfiguración se vuelveuna necesidad científica. En el primer caso, elresultado es una muerte debida a la ralentizaciónvibratoria; en el segundo caso, es la muerte debidaal renacimiento.¡Pero qué inconmensurable diferencia entre lasdos! La primera muerte es la enésima repeticiónen el encadenamiento de la rueda de los nacimien-

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tos y las muertes. La otra muerte sólo sobrevieneuna vez. A ella le sigue la resurrección en la vidaeterna.El nuevo campo astral de la Escuela Espiritualactual es un campo de sustancia astral en el queson mantenidas vibraciones cuyo límite inferior delas frecuencias supera los 800 billones de hertziosy cuya longitud de onda inferior es de 400 nanó-metros. Disminuyendo las longitudes de onda yelevando la frecuencia de vibraciones, podemoshacernos una idea de los campos que superan elsexto campo cósmico.En un momento dado, el factor tiempo deja deexistir y se desarrolla un estado nuevo que descri-bimos con la ayuda de la noción de eternidad. A laluz de lo que antecede, comprendemos que uncampo astral situado más allá del séptimo campocósmico es un campo inaccesible a los seres delséptimo campo. Por consiguiente, el nuevo campoastral de la Escuela Espiritual actual se protege así mismo; en esencia, es inatacable. Sin embargo,el campo astral del Cuerpo Vivo de la Escuelamuestra efectos por los que, a veces, parece expo-nerse al peligro. Para explicar lo que queremosdecirle, piense en una llama que, por determinadarazón, pierda periódicamente su fuerza, su res-plandor y cuyas frecuencias disminuyan. Dehecho, las frecuencias y longitudes de onda de laradiación de un campo astral gnóstico, en virtudde ciertas leyes periódicas, pueden disminuir,regularse deliberadamente. Así se franquean, denuevo, los límites del séptimo campo cósmico.Como consecuencia de lo cual, las radiaciones del

nuevo campo astral, de la Gnosis, pueden descen-der entonces concretamente en el campo de vidade la dualidad del espacio y del tiempo.Son numerosos los que, viviendo en los límitesvibratorios del séptimo campo cósmico, tratanardorosamente de aprovecharse del levantamientode esas barreras para penetrar en el sexto campocósmico. Esto da lugar a una situación como ladescrita en Las bodas alquímicas de CristiánRosacruz. Si comparamos el nuevo campo vibra-torio con un templo iniciático, lo que efectivamen-te es, entonces, por el hecho del intencionadodebilitamiento vibratorio en cuestión, cierto núme-ro de incompetentes van a penetrar en el santuario.Éstos se empujan a codazos para ocupar los pri-meros lugares. Observándolo, C.R.C., primero sesiente decepcionado. Pero a continuación viene elpesaje de los candidatos, la prueba que representael regreso del campo vibratorio a su anterior inten-sidad más elevada. Esta prueba va a desenmasca-rar a los que no armonizan con él. Pues a causa desu naturaleza innata, no soportarán la fuerza de laLuz y, encontrados demasiado ligeros, abandona-rán, deberán abandonar el santuario.Todas esas fluctuaciones vibratorias del nuevocampo astral tienen por objetivo dar a los que sondignos, a quienes lo necesitan y están preparados,la ocasión de entrar en las santas y altas salas de larenovación.Aquí se trata de una ralentización de las frecuen-cias de la luz que permite envolver al ser humanoen cuestión para elevarlo al nuevo campo de vida.Hablamos con insistencia de todo esto porque en


En cierto momento, en esos campos desaparece elfactor «tiempo» y se desarrolla una nueva condición:la eternidad

el mundo hay mucha magia dialéctica que imitaese trabajo de la Cadena de las FraternidadesGnósticas como, por ejemplo, por medio de lamúsica. En diversos templos mágicos-dialécticosse hace escuchar un sonido cuya frecuencia prime-ro se eleva y luego desciende de nuevo con laintención de llevar, por así decirlo, a determinadocampo vibratorio a las personas que entran en eltemplo con la finalidad de atraerlas hacia ciertosobjetivos en los campos sutiles de la esferareflectora.Quizá ahora comprendamos algo de la gran ofren-da que la Gnosis y sus servidores aportan almundo. Cuando un ser humano, elevándose, fran-quea el límite superior del séptimo campo vibra-torio cósmico, entonces ya no existe detenciónalguna. La persona prosigue cada vez más lejos ymás alto en el campo vibratorio universal de laLuz. Las vibraciones se vuelven cada vez másluminosas y poderosas. Sólo podemos imaginár-noslo aproximadamente con la ayuda de las mate-máticas.Una consecuencia podría ser que todos los rezaga-dos ya no puedan establecer un lazo con los queles preceden, debido al inconmensurable abismocreado entre ellos por las enormes diferenciasexistentes entre las vibraciones y longitudes deonda de sus respectivos campos.Por esta razón, siempre existe una fraternidadgnóstica, o una parte de ésta, que se encarga demantener la unión. A sus miembros se les llama«guardianes de las fronteras». Nuestro hermano yamigo Antonín Gadal era uno de ellos. Comopatriarca de la fraternidad precedente, había acep-

tado la tarea de esperarnos, a ustedes y a nosotros.Siempre hay una fraternidad gnóstica en el ordenespacio-temporal que hace la ofrenda de amor depreparar un lugar para todos los que tengan laposibilidad de traspasar el límite. Esos guardianesno acompañan al grupo al que pertenecen, sinoque permanecen atrás en beneficio de los que lle-gan más tarde.Ahora comprendemos las palabras de Jesús en elEvangelio de Juan: «Yo me voy para prepararos unlugar» (Cap. 14, v. 2). «Os conviene que Yo mevaya, porque si no me fuera el Consolador no ven-dría a vosotros. Pero si me voy, Yo Le enviaré avosotros» (Cap. 16, v. 7). «Cuando venga elConsolador que yo os enviaré de parte de miPadre, el Espíritu de Verdad que procede delPadre, testimoniará de Mí». (Cap. 15, v. 26).Del campo sideral de los «guardianes de las fron-teras» emana una vibración, una radiación adapta-da a todos los candidatos, a todos los aspirantesverdaderos, con el fin de que, asidos permanente-mente por esta radiación, lleguen a seguir el hiloque les conducirá fuera del laberinto de la duali-dad. Razón por la que se dice en el Evangelio deJuan: «Yo me iré y os prepararé un lugar; y regre-saré y os llevaré cerca de mí, con el fin de que allídonde estoy también estéis vosotros» (Capítulos14, vers. 3 y 15)Cuando se trata del campo astral del Cuerpo Vivode la Joven Gnosis, esto significa que, para todoslos que buscan verdaderamente la liberación, leses preparado un lugar, adaptado completamente anuestra época. Desde el templo iniciático del her-mano Cristián Rosacruz, de nuevo emana una

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Todos los que nos han precedido en la cadena universal están continuamente a nuestro alrededory con nosotros. ¡Nos envían su Luz!

radiación de consolación, de ayuda y de realiza-ción que, si disponemos del alma nueva, nos per-mite vivir, desde ahora, en dos mundos: el séptimocampo cósmico, como consecuencia del nacimien-to en esta naturaleza; y al menos un tercio de 24horas en el templo iniciático de C.R.C., el campoastral del Cuerpo Vivo de la Joven Gnosis enrazón de su nuevo nacimiento.Todo esto es comparable al movimiento de expira-ción e inspiración. Cada día una radiación astral,un impulso santificante y fortificante es enviadodesde el nuevo templo de iniciación gnóstica.Quien reacciona de manera positiva a este impul-so, colabora fielmente con un servicio cotidiano, ytan pronto como el sueño le invade es llevado porla corriente de la inspiración hasta el templo astralgnóstico. Y así, al día siguiente, experimentará lagracia al despertarse, cargado de fuerzas puras queposibilitan un progreso, un avance en el camino.De esta manera la unión entre el alma y el campoastral gnóstico se vuelve cada vez más intensa yfuerte, prosiguiéndose indefectiblemente durantela vida diurna del candidato. Viviendo en el sépti-mo campo cósmico, permanece a la vez en elsexto campo cósmico. Ha ido más allá de las fron-teras de la muerte. Quien adquiere un alma nuevapor la práctica de un aprendizaje serio, franquealas fronteras de la muerte.¿Qué podría ocurrirle? La muerte del vehículofísico ya no conduce a un vaciado del microcos-mos sino a una liberación de esta naturaleza,mientras que la esencia permanece imperecedera.En esas circunstancias, la muerte en esta naturale-za no conlleva ninguna separación. Toda la pena yel gran vacío, a veces muy claramente sentido,que acompaña un fallecimiento en esta Tierra yano tienen razón de ser.Así distinguimos, en el Cuerpo Vivo de la JovenGnosis, seres humanos dotados de almas nuevas,sin corporeidad física, y otros que todavía estánprovistos de ella. No obstante, entre estos dostipos de seres humanos son posibles vivos inter-cambios. En realidad, toda forma de tristeza, conocasión de un fallecimiento, es desplazada cuandonuestros familiares o amigos se van, si vivimosnuestro alumnado con seriedad y si ellos mismostambién lo hicieron. Conocemos hermanos y her-

manas de la Escuela Espiritual que existen en unaradiante juventud en el campo astral de la jovenGnosis, mientras que los que todavía están aquíabajo están agobiados por la pena. Estos últimostodavía no conciben las maravillosas posibilidadesliberadoras, ni han llegado a esta gloriosa realidad.Como ya hemos dicho, entre estos dos tipos deseres humanos con alma nueva, los que todavíadisponen de un cuerpo físico y los que ya no lotienen, son posibles vivos intercambios. Pero paraprevenir toda intervención indeseable por parte dela esfera reflectora, es necesario que el alma quetodavía vive en un cuerpo en la Tierra se eleve,perfectamente consciente, en el estado de comple-ta vigilia. Por la simple razón de que las almasque ya han depositado su cuerpo físico ya no pue-den darse a conocer corporalmente en el mundomaterial como consecuencia de la diferenciavibratoria y de las longitudes de onda de las quehemos hablado anteriormente. Esas almas sincuerpos sólo se dan a conocer como radiación.Todos los que nos han precedido en la cadena uni-versal están continuamente a nuestro alrededor ycon nosotros. ¡Nos envían su Luz!


La creación es un proceso doble. En una crea-ción verdaderamente divina, se trata, en pri-mer lugar, del principio original, indecible,

eterno, de la imagen primordial. Es aquello queestá al exterior de la propia creación, el Padre-Madre, la Idea que abarca todo: el No-Ser eterno.En segundo lugar, está la Fuerza, una fuerza enarmonía con la imagen original. En esta fuerza, ypor ella, la imagen original puede expresarse. ElEspíritu creador extrae esta fuerza del caos, delocéano infinito de la materia original, el Ser eter-no. Por lo tanto, aparece: una imagen original, unaidea, y un campo de vida, una posibilidad demanifestación de esta idea.

Hay división, fisión de los átomos de la materiaoriginal en correspondencia con la idea delEspíritu. De esta manera se liberan elementos,todo tipo de átomos, de fuerzas y de posibilidades.Por lo tanto, podemos imaginarnos que, en estacreación divina, reina una perfecta sintonía yarmonía entre la materia y el Espíritu. El Espíritu,la Idea creadora, vivifica cada átomo desde elinterior, es uno con él. Para ayudar a imaginárnos-lo, dice Jan van Rijckenborgh en La EnseñanzaElemental (capítulo IX), si realmente pudiéramoscrear, por ejemplo, una «rueda» liberando la sus-tancia original de forma que efectivamente surjauna rueda, entonces no habría necesidad de losradios o de la llanta, etc., sino que todos los áto-mos que forman esta rueda estarían animadosdesde el interior: fuerza, velocidad, movimiento. Si conservamos esta idea y nuestra atención secentra en este mundo, llegamos rápidamente a la

conclusión de que este mundo no es, o no lo estodavía, una verdadera creación en el sentido deuna creación del Espíritu y de la materia. En nues-tro campo de vida, los átomos no son puestostotalmente en movimiento desde el interior por elEspíritu creador. Hasta cierto punto es así, si no lofuese, ninguna manifestación sería posible. Perono surge verdaderamente un «cuerpo vivo apareci-do desde el interior», un cuerpo espiritual. Uncampo de vida es llamado a ser mediante una pre-paración y una fisión de la sustancia original. Denuestro campo de vida podemos decir que estafisión, esta división de las fuerzas de la materiaoriginal, no es perfecta o todavía no lo es. En ver-dad, los cuerpos vegetales, animales y humanosestán cargados de determinada fuerza, en ciertosentido, viva, pero no son espirituales, es decir, noviven desde el interior. La enseñanza universalhabla de los «espíritus luciferinos» que, en asocia-ción con la humanidad en evolución, han sido lla-mados a la existencia de este campo de vida. Lasimperfecciones de esta creación significan gran-des limitaciones, tanto para la humanidad comotambién para los propios espíritus luciferinos.Pues un espíritu mora indefinidamente unido a sucreación. Para nosotros, los humanos, esto con-lleva todo tipo de consecuencias de importanciafundamental.Porque, en primer lugar, no nos es posible poseerinteriormente una conciencia real. La concienciasólo puede aparecer cuando la materia y elEspíritu colaboran. Lo que llamamos nuestra con-ciencia no es verdaderamente tal. En segundolugar, nosotros no tenemos ningún poder sobre

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la creación es dobleEl mundo en el que vivimos no es una creación impulsada por el Espíritu. Pero puede haber recreación por medio de una Fuerza y una Luz. Para ello es necesario el conocimiento de unomismo, una comprensión total que suponga un reconocimiento, un reencuentro. De ello resultael don de sí mismo, la entrega de sí mismo. Seguir el camino no es tan difícil ni tan complicado,sino que lo verdaderamente difícil y complejo es encontrarlo.

nuestro propio cuerpo. Pues nuestros átomos no están vivificadosinteriormente por el Espíritu, sino por las fuerzas exteriores, sobre lasque no tenemos casi ninguna influencia. En tercer lugar, vivimos enel sistema del bien y del mal. Grandes fuerzas son desatadas en estecampo de vida, pero no en colaboración armoniosa. De ahí las som-bras del bien y del mal, los «gigantes» expandidos por el cosmos yel macrocosmos. Y así somos siempre atraídos por uno de los doscampos.Estudiemos este aspecto algo más detalladamente. Comencemos porlo que llamamos nuestra conciencia. La enseñanza universal dice:Allí donde la materia y el Espíritu se encuentran, aparece un foco deencuentro. A este foco de encuentro nosotros lo llamamos alma, obien conciencia. En un ser verdaderamente vivo aparece el alma vivay de ella proviene la conciencia viva. De este modo del ser y del no-ser, nace la conciencia, ser consciente. Ese «yo» que cuidamos ymimamos como nuestra mayor posesión, por quien vivimos y mori-mos, nuestro «yo», es de hecho, examinado de cerca, nada más queun fenómeno natural. Es, en el fondo, una característica de la mate-ria, una propiedad de la materia, una propiedad ardiente de los áto-mos de esta naturaleza en la que vivimos y que nos hace vivir. Simezclamos el hidrógeno y el oxígeno y aportamos el calor necesario,aparece un fuego y, de este fuego, una luz.Si ahora, según cierta fórmula, también incluimos en este proceso, deforma precisa, los aspectos etéricos y astrales, entonces surge unfuego muy particular: el fuego de la conciencia. Y de éste irradia laluz de conciencia. Nuestra conciencia no es el fuego del Espíritu, noes una conciencia verdadera, sino un fenómeno natural, el resultado–ingenioso– de un proceso ígneo natural. Ni más ni menos que unapropiedad de los átomos materiales de este mundo.

«Si un hombre no nace de agua y de Espíritu, no puede entrar en elreino de Dios». (Juan 3,5)

Dicho de otro modo, en el ser humano es posible una recreación, una

cre-acióntotalmentenueva: la cons-titución, por una luz yuna fuerza, de un hombre nuevo.Pero se plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo seproduce esto? ¿Cómo comenzar en nosotros uncambio tan total y fundamental? ¿Cómo cooperarpara que se produzca?Pues bien, en primer lugar, se necesita el conoci-miento de sí mismo. Se trata de un honesto y obje-tivo conocimiento de su «yo», de sí mismo. No setrata de un conocimiento constituido por milpequeños pedazos de una especie de puzle, por lasmil y una emociones y pensamientos que congrandes esfuerzos usted trata de intercalar los unosen los otros. No, se trata de la comprensión parti-cular «en la que todo es uno». Una conciencia glo-bal, un reconocimiento, un reencuentro; comoJuan que ve venir a Jesús «desde la orilla delJordán».El seguir el camino no es difícil o complicado,pero encontrar el camino es inmensamente labo-rioso. El encontrar el camino puede requerir variasvidas humanas. ¿Pero por qué? Porque el caminonos es ocultado totalmente, porque debemos hacerfrente a lo que llamamos los tres grandes obstácu-los inherentes a nuestra vida presente. En primerlugar, la falta de la verdadera conciencia; ensegundo lugar, nuestra impotencia frente a nuestrocuerpo; en tercer lugar, la vida con sus enfrenta-mientos con el bien y el mal. Dicho de otra mane-

ra,cual-

quiera quequiere empren-

der el camino, encuen-tra una fuerza triplemente adver-

sa: microcósmicamente, en su propio pequeñomundo; cósmicamente, en el mundo que le rodea;macrocósmicamente, en el universo del que for-mamos parte.

En esta Escuela, aprendemos y experimentamoscon sorpresa el contacto con la Luz: el milagro delEvangelio. Comenzamos con Juan, la persona que,dotada de una gran aspiración, busca. Entoncesnace Jesús, el espíritu de Luz en nosotros. A conti-nuación Juan «encuentra a Jesús en la orilla delJordán»: la Luz llega a actuar en nosotros.Después tienen lugar las «bodas»: el agua estransformada en vino. Surgen fuerzas renovadoras.A continuación se produce la entrada en Jerusalén,la montaña del Gólgota, la crucifixión, la resurrec-ción en la mañana de Pascuas, y la ascensión alcielo. Un misterio indecible es capaz de realizarseen nosotros. Entonces resuena: «Es bueno paravosotros que yo me vaya». El camino de laEscuela Espiritual conlleva consecuencias cósmi-cas y macrocósmicas. ¿Por qué? Porque la crea-ción, esta creación en la que vivimos, sólo es untodo. Todas las cosas están unidas entre ellas. Apartir de nosotros, mortales, hasta las esferas mássublimes del macrocosmos, todo es uno. Pues nosólo el primer obstáculo, la carencia de una verda-

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dera conciencia, nos retiene lejos de esta idea,sino que todo lo que proviene del cosmos y delmacrocosmos nos impulsa constantemente.El ser humano es doble, está cargado con fuerzasnaturales dialécticas, pero también posee unnúcleo espiritual original. Esto significa que puedeirradiar su extravío como una llamada magnética:y del sexto campo cósmico que rodea, abarca ypenetra todo, de ese campo de la vida verdadera lellega una respuesta incesantemente, a cada segun-do. Por consiguiente, nuestra llamada es oída yrespondida. Es por lo que, en el séptimo campocósmico, en nuestro campo de vida separado, llegasiempre, a cada segundo, un rayo de la Luz; por-que el núcleo espiritual que está en nosotros laatrae y la llama. Esta radiación de Luz es unafuerza de vida, la materia constructiva de unnuevo campo de vida. Y esas fuerzas de Luz pro-mueven la constitución de un ser humano divinooriginal. Si ellas no son utilizadas con ese únicoobjetivo, ellas se conservan y no pierden su fuer-za. «Esas fuerzas permanecen intactas». Uno denuestros rituales dice: «Esta fuerza es utilizadaentonces sobre la Tierra, en la Tierra o bajo laTierra».¿Qué ocurre cuando los seres humanos invocanlas fuerzas de la Luz pero no lo hacen de la únicamanera prevista? Por consiguiente, son invocadaspero no son utilizadas. En la atmósfera se formannubes, formaciones que son una mezcla de fuerzadialéctica de bien y de mal, y fuerzas de Luz. Esasformaciones de nubes, esos «gigantes» que poseencada vez más fuerza y más conciencia eran llama-das antaño «eones». Ahora bien, esos «eones»

atraen fuerzas de Luz de la atmósfera y las asimi-lan. Si un buscador, con un verdadero deseo deuna vida renovada, invoca y atrae esas fuerzas deLuz, éstas se ponen a circular en su ser; sinembargo, los «eones» reaccionan directamentepara extraerlas como si de un potente imán se tra-tara, para «robarlas» al buscador según expresiónde la Pistis Sophia. ¡Los eones roban, por atrac-ción magnética, la fuerza de la Luz presente en elser humano!Por lo tanto, vemos directamente el triple obstácu-lo que nos espera: nuestra conciencia que no esuna verdadera conciencia; nuestro cuerpo que noes realmente un cuerpo vivo; la atmósfera que noes una atmósfera de una vida verdadera sino unaespecie de ciclón que se lleva cada vez nuestrafuerza de Luz. Por este hecho, el proceso de resu-rrección evangélica debe tener una continuacióncósmica. Pues el ser humano no sólo debe vencer-se a sí mismo, sino también al cosmos. Es por loque Jesús dice: «Es bueno para vosotros que yome vaya. Me voy para preparaos un lugar». (Juan14,2)En sus comentarios del Evangelio de la PistisSophia, en su libro Los Misterios Gnósticos de laPistis Sophia, Jan van Rijckenborgh escribió: «LaPistis Sophia es un evangelio en el que la Luz noshabla directamente. En el primer capítulo, se dicenestas palabras: ‘Es por lo que los discípulos pen-saban que en el interior de este misterio (de lacrucifixión) no existía nada’. Esto significa quelos discípulos, es decir, los seres humanos contodos sus talentos y capacidades de cognición, enprincipio, no pueden reconocer, comprender, que

la creación es doble 11

El hombre formado por Prometeo

y animado por Minerva, pintado

por J. S. Berthélemy, 1802, y

restaurado por J. B. Mauzaisse,

1826

este proceso, que se desarrolló en su interior,experimenta tal inimaginable continuación.Por eso los discípulos pensaban que en el interiorde este misterio de la crucifixión no existía nada.No obstante, ellos fueron irradiados con una luzextremadamente clara que les reveló que el miste-rio del camino de la cruz sería seguido por lo queellos llamaban la plenitud y la entera perfección.‘El quince de la Luna del mes de Tevet, el día deplenilunio, cuando el Sol se elevaba en su trayec-toria —cuyo significado sería el momento en quelos diferentes procesos de preparación en nosotroshan avanzado suficientemente— surgió detrás deJesús una grandiosa fuerza de luz que irradiabacon una claridad tan extraordinaria que era impo-sible catalogar la medida de esta luz asociada aesta fuerza. En efecto, ella provenía de la Luz delas Luces y del último misterio […] y esta fuerzade Luz descendió sobre Jesús y lo envolvió total-mente […]’».De la misma manera aparecerá un día ante noso-tros la propia esencia de nuestra Escuela, su obrade salvación del mundo y de la humanidad, comouna Luz radiante de una extraordinaria claridad,de la que no se puede dar ninguna medida. Su res-plandor ciega nuestros ojos.«Ellos sólo veían que la Luz emitía un gran núme-ro de rayos […] todos los cuales formaban unasola luz de un resplandor inconmensurable que seextendía desde la Tierra al Cielo». Esta luz es eldecimotercer eón, el misterio de la FraternidadUniversal. En una Escuela Espiritual sólo se tratade una única cosa, de la fuerza de Luz que juntospodemos liberar. Se trata de la Luz que nos es

enviada aquí abajo, a nosotros, el grupo de losalumnos del campo de luz de decimo tercer eón.Por consiguiente, existe un inmenso proceso depurificación y de recreación que se extiende hastalos más alejados rincones del infinito cosmos. LaEscuela Espiritual de la Rosacruz de Oro tiene enella sus raíces y se eleva en ella.Todo, absolutamente todo, comienza en el propioser humano. Todo comienza con el conocimientode sí mismo, este conocimiento que es que todoes sólo uno, lo que induce a darse totalmente, ala oblación de sí mismo. La oblación es un pro-ceso que reviste aspectos humanos, cósmicos ymacrocósmicos. No se trata de la lucha de símismo contra el yo, una lucha penosa y perdidade antemano, sino de un cambio inteligente delespíritu, del alma y del cuerpo en dirección alPrincipio espiritual original divino. Es la aniqui-lación de la creación luciferina con vista a su ele-vación y sublimación en la Sola y Única Luz quelo engloba todo


Existe un inmenso proceso de purificación y derecreación que se extiende hasta los rincones másalejados del cosmos infinito

Numerosas personas que han visitadoOriente han podido ver a los faquireshaciendo prácticas que parecen una

magia extraña. Así eran y son objeto de todo tipode especulaciones e historias, mientras que enOccidente numerosos movimientos ocultos inten-tan imitarlos.El título de ‘faquir indio’ no debe ser tomado alpie de la letra. Esos ‘artistas’ magos se encuentranen casi todos los países orientales pero la India hasido su cuna. Desde allí se han propagado sobretodo en los países árabes donde han hecho susdemostraciones con éxito.Según la idea que nosotros tenemos, no obstante,no vamos a llamar a esos hombres ‘yoguis’, puesno tienen nada en común con el verdadero yogadel origen, sino que podemos calificarlos sin máscomo ‘artistas magos’. En el fondo, no son ennada diferentes a los telépatas e hipnotizadoresque se presentan en nuestros teatros. Ni tampocose diferencian de aquellos que abusan del nombrede Jesucristo para encubrir sus prácticas. Resulta evidente que, para obtener y mantenercierto dominio artístico, se necesita mucho entre-namiento y años de esfuerzo cotidiano. Los artis-tas de la magia no son la excepción a esta regla.Para alcanzar su objetivo hacen diariamente todotipo de ejercicios de respiración, durante los cua-les ponen su cuerpo en posturas particulares ysometen diferentes partes a manipulaciones parti-cularmente dolorosas; y se entregan a diversas

sombrías actividades hipnóticas. Todos estos ejer-cicios ponen las glándulas de secreción interna enun estado tal que como consecuencia de la volun-tad bien ejercida del artista domina esos órganos.Así surge el dominio completo del cuerpo, desdelas facultades mentales hasta la totalidad del orga-nismo material.Se puede sentir una gran admiración por el esfuer-zo, la maestría y las privaciones ascéticas que esoshombres se imponen y también, en gran medida,por las pruebas que dan de su arte, aunque estaadmiración no supere la que tenemos por esosartistas que montan en bicicleta en un escenariocon la cabeza hacia abajo y las piernas en el aire.Nadie pensaría unir la práctica de tales gimnastasa una misión divina. Pues bien, tampoco es nece-sario hacerlo con un mago artista.El error que comete mucha gente es de hechocomprensible, pues el artista mago está, por suoficio, tan a gusto en la esfera reflectora como enla esfera material terrestre. El desarrollo de susecreción interna ha ampliado su conciencia y,gracias a ello, actúa con éxito como prestidigita-dor, intérprete de sueños, vidente…El signo distintivo por el que se reconoce a estoshombres es, entre otros, el hecho de que debantorturarse incesantemente para adquirir y mantenersu competencia artística. Se acuchillan, caminan ose acuestan sobre lechos erizados de clavos o deotros objetos punzantes. Se transforman en pelotascon espinas y se clavan espinas o puñales en el

artista-mago o verdadero yogui 13

artista-mago o verdadero yogui

El yoga es un método popular entre los seres humanos occidentales estresados, que le sirve paradistenderse y llegar a la tranquilidad. Por medio de ejercicios de respiración y de movimientosintentan dominar su estrés y llegar a un equilibrio interior.Actúa como un artista mago que dominael sufrimiento en la naturaleza con la propia naturaleza, para reconciliarse con la vida. Sin embargo,el verdadero yogui se eleva por encima del sufrimiento en la naturaleza por medio de una unióncon el campo vibratorio divino. Se reconcilia de forma mágica con la vida divina original, y estemismo hecho es una gracia para los demás.

Según J. van Rijckenborgh

cuerpo mientras que con la ayuda de pequeñosfuegos soportables, se insensibilizan al fuego.Usted comprende, sin duda, el objetivo de estostormentos: deben conducirle al dominio de lamateria.

Quizá constate cierta relación con uno de nuestrosrituales que dice: «Antes de que el ojo vea, ya nodebe saber verter lágrimas; antes de que el oídoescuche, debe ser insensible a las impresiones dela vida inferior; antes de que la voz hable en pre-sencia de la Luz, ella tiene que haber perdido elpoder de dejar que sufran los demás; antes de queel alumno se encuentre en presencia de la Luz, suspies deben haber sido lavados en la sangre delcorazón».Efectivamente, existe una relación entre el serhumano que se eleva por encima del sufrimientode este mundo por la transfiguración y el faquirsobre su cama erizada de clavos. Hay un parentes-co entre el ser humano que vierte la sangre de sucorazón por el mundo y la humanidad y el magoque se clava un cuchillo de carnicero entre las cos-tillas para demostrar su avance. Hay una rela-ción… pero entre los dos hay una sima sin fondo.El artista mago domina el sufrimiento de la natu-raleza con la naturaleza; y por este hecho se vuel-ve, más que nunca, uno con la naturaleza. El ver-dadero yogui, sin embargo, se eleva por encimadel sufrimiento de la naturaleza por una unión conel campo vibratorio divino, tras lo cual deja apri-sionar su naturaleza divina en la naturaleza terres-tre para mostrar a los seres humanos extraviadosel camino de la Luz.

El mago es el ser humano que se reconcilia demanera mágica con la vida terrestre y su ejemplorepresenta un terrible peligro para los demás. Elverdadero yogui es el ser humano que se reconci-lia de manera mágica con la vida divina original ypor su actividad es una gracia para los demás.Descubrimos que, para penetrar hasta la propiaesencia del yoga, debemos liberarnos totalmentedel estado de artista mago. Este último estado esuna corrupción terrestre del yoga verdadero. En elcamino de la Luz es necesario vencer otros sufri-mientos. Se trata del dolor del alma frente a unmundo demoniaco en perdición; el sufrimiento poruna humanidad con el corazón endurecido y oscu-recido.La cuna del yoga no es la India. El yoga es el sis-tema universal de la transfiguración: el proceso deliberación designado en la terminología orientalsagrada el ‘yoga’ y en el lenguaje sagrado del cris-tianismo el ‘renacimiento’. Y el ser humano quepone en práctica con éxito este conocimiento de latransfiguración era llamado en la antigua India,cuando el brahmanismo aún no se había transfor-mado en un culto dogmático, un ‘yogui’.Un alumno yogui y un alumno de la nueva escuelade conciencia occidental siguen el mismo procesode desarrollo, es decir, una nueva unión con lavida divina original. Mientras que el alumno de laescuela oriental calificará ésta de una «nuevaunión con Brahma», el alumno de la escuela occi-dental hablará de un reencuentro con Cristo «enlas nubes del cielo», el nuevo campo de vida.Por lo tanto, ¿el yoga no tiene nada que ver conun comportamiento particular del cuerpo, con ejer-


El yoga es el sistema universal de transfiguración: el proceso de liberación de la humanidad que, en los escritos sagrados del cristianismo gnóstico, define el término «renacimiento»

cicios de respiración y con la secreción interna?Con certeza que sí y esto no es ningún secreto.El alumno yogui elige un comportamiento reflexi-vo y razonable. Un comportamiento que se alejaformalmente de la vida común, a la que, por tanto,encuentra extraña. Ese comportamiento planteaexigencias a la mentalidad, a la naturaleza deldeseo, a la conciencia de la sangre, a todo com-portamiento físico. Ese comportamiento constituyeel fundamento de la vida verdadera; no es un com-portamiento asocial, sino que es un comporta-

miento que toca en profundidad cada aspecto delcuerpo humano cuádruple.Cuando el alumno yogui llega a ese comporta-miento, también puede comenzar a respirar deforma correcta. Por su comportamiento, cuyo pro-totipo es descrito en el Sermón de la Montaña, elalumno se une a una nueva atmósfera, una nuevaatmósfera espiritual que se expresa en una nuevasustancia etérica.Desde el momento en que se ha realizado estaunión, el alumno comienza a respirar en un nuevo


campo de vida. Estarespiración, este aliento,esas ardientes «lenguasde fuego», como dice laBiblia, penetran los sietecampos de vida, despiertany coordinan todo lo que allíse encuentra. La antigua sabi-duría llama a esta unión: «parti-cipar en el aliento del Uno, delÚnico».Una vez que respira en esta atmósfera, elalumno comprende y descubre la transfiguración.Todo lo profano, todo lo que no es divino en elsistema microcósmico séptuple es disuelto y unnuevo templo se edifica. Ese nuevo templo seeleva al mismo tiempo que se demuele el antiguoy esto puede hacerse en tres etapas, en «tres días»como lo ha dicho el Señor de toda vida.Es una actividad maravillosa y al mismo tiempoun camino de cruz; es, al mismo tiempo, vivir ymorir. Es un sufrimiento que no es causado porclavos y, a la vez, es una alegría duradera que seeleva muy por encima de una experiencia artísticamágica con éxito. Se trata de una resurrección enla verdadera vida, y la muerte de la antigua vidaaparente. El artista mago sigue un camino desufrimiento para renovar la antigua vida, el anti-guo templo y tener más facilidad. El yogui, sinembargo, está orientado sobre el templo de Diosque está «cerca de los seres humanos» y «pertene-ce a los seres humanos», como está escrito en elApocalipsis.Lo que le ocurre a los artistas, puede leerse, entre

otros sitios, en Lasbodas alquímicas deCristián Rosacruz. Ellos

son encontrados «dema-siado ligeros». Lo que

ocurre con el verdaderoyogui, lo describe la Biblia

muy claramente. Es importan-te juzgar, en lo más profundo de

nosotros, cuando tenemos un artistao un verdadero yogui en nosotros; y en

qué medida estamos dispuestos a la construc-ción interior del verdadero templo y a la demoli-ción del antiguo. La secreción interna juega unimportante papel en ese quebrantamiento y reno-vación, porque los órganos de la secreción internarepresentan físicamente centros de fuerza. Esosórganos tienen una tarea fisiológica y tambiénpueden asumir una tarea, si una persona quiereadquirir cierta consciencia en la esfera reflectora.Pero esos órganos juegan también un papel en latransfiguración. Los centros de fuerza de la natu-raleza son disueltos para que no sea dificultado elproceso según el cual «el Otro debe crecer y el yodisminuir».La magia de la naturaleza humana sólo conocedos actividades de la secreción interna: la activi-dad física y la actividad supra física o actividadespiritual. Hay sin embargo una tercera actividadque se desarrolla en el propio aliento del Uno, ycon éste trabaja el alumno yogui. Un yogui clásicodijo una vez: ‘En el aliento del Uno, el alumnollega a la magia divina, y la magia divina hace delser humano una divinidad, un hijo del Padre. Toda


magia humana, por el contrario, crea siempre unnuevo demonio».A partir de ello, comprendemos también la calidaddel verdadero yogui que es acogido por los hijosdel yoga tras haber recorrido el camino. Todos losprincipios del cuádruple cuerpo terrestre inferiorhan desaparecido; su esfera aural irradia prânadorado y una llama violeta brilla por encima delsantuario. Es la imagen de la unión crística.Entonces, la posesión de la conciencia es suficien-te para experimentar la bienaventuranza de estaunión en toda su dimensión.Ese proceso está simbolizado por el rosario de losyoguis formado por 103 o 108 cuentas. Ustedconoce sin duda el rosario. En la Iglesia católicaromana, el rosario sirve para repetir cierto númerode oraciones, y esto desde el año 1221, al parecerintroducido en Occidente por Santo Domingo conun uso semejante al de Oriente. Los católicosromanos utilizan un rosario de 150 cuentas y unomás pequeño de 50 cuentas. A los dos se les haatribuido cierto valor simbólico, un simbolismoque sirve de base de meditación. El rosario de losantiguos eremitas y místicos orientales compren-día un cordón con diferentes piedras para determi-nar el número de oraciones. El constante desliza-miento de las cuentas del rosario a través de losdedos era un medio de permanecer en una concen-tración constante. Pero ese collar de perlas o pie-dras sólo es un reflejo banal, el aspecto exterior deuna verdad espiritual original. No se encontrarárosario en las manos de un verdadero yogui, niotras suertes de joyas simbólicas.Sin embargo, el yogui posee piedras preciosas res-

plandecientes, una corona de rosas invisible a losojos ordinarios: los centros de fuerza del Sernuevo, del cuerpo celeste, se abren y están al abri-go de Dios. Son los centros de fuerza que irradiancomo una corona de laureles en la esfera aural delperegrino que ha recorrido el camino hasta el fin,el camino de la transfiguración.De forma velada, se habla de ello en los librossantos como el rosario de 108 o 1008 perlas. ¿Porqué esos números? Para comprenderlo debemosconocer un poco el secreto de los números. Elnúmero 108 es el símbolo del mago divino, que,con la ayuda del Señor, en obediencia deliberada,ha avanzado hacia el trono de la gracia y ha reen-contrado la forma, la actividad y la verdad de suorigen divino.Cuando, con esta imagen delante de los ojos, elverdadero rosario de los yoguis se ha vuelto nues-tra posesión, él nos será una ayuda cotidiana.Habiendo vencido la naturaleza terrestre, ganamosla corona de la magia divina


La esfera aural irradia prâna dorado y una llamavioleta brilla encima del santuario

La fe como la entiende la Escuela Espiritual esuna fuerza visionaria de restauración. Quienexperimenta en su corazón una unión viva de

la conciencia purificada con la vibración crística,experimenta al mismo tiempo una fe estable y cre-ciente, en el sentido de un conocimiento totalmen-te propio del ser humano que contiene insospecha-das nuevas posibilidades creadoras.Por la física cuántica, hoy sabemos que una feinquebrantable puede influir las combinacionesmoleculares. Pablo no exageraba ciertamentecuando afirmaba que “la fe puede desplazar mon-tañas”. En su biografía, el regidor y guionista depelículas Clemens Kuby confirma igualmenteesto: “Todo es posible, incluso la total curación,por la fe en la curación”. En todos los milagrosde curación narrados en el Nuevo Testamento seaplicaba, en cada ocasión, la palabra clave “Tu fete ha salvado”.La fe, en tanto que relación íntima con el campoespiritual de Cristo o “matriz del mundo absoluto”en nosotros y alrededor de nosotros, es efectiva-mente una fuerza visionaria. Su acción creadoraincita a la transformación, impulsa a dejar elmundo relativo. Paralelamente, nuestras creenciaspresentes, bien incrustadas, con cuya ayuda nues-tro yo nutre su visión del mundo y su evidencia,poseen una fuerza increíble. La idea ilusoria y trá-gica de confundir su yo perecedero por su yoauténtico une precisamente al ser humano a estemundo relativo. De esta manera nosotros mismosnos impedimos encontrar nuestro verdadero “Ser”y retardamos la autorrealización.¿Existe un camino a través del cual podamos

transferir la dirección de nuestra vida a un Serinterior eterno que pertenece a un mundoabsoluto?Uno de los mayores problemas del buscador esque, comprendiendo el mensaje liberador que le esdirigido y que constituye el corazón de cada reli-gión y de todo escrito de sabiduría, su comporta-miento no responde al mismo. La lentitud de laconciencia del yo constituye un gran obstáculo;ella hace de él “un oyente pero no un ejecutor dela Palabra”, por parafrasear a Pablo. Sólo el actotransforma el saber en sabiduría.Asociaciones neuronales prolongadas retienen elyo del ser humano en la corriente del pensamientonegativo; pues el sufrimiento sigue a todo pensa-miento negativo, a semejanza del carro que esarrastrado por los bueyes. Todas las religiones desabiduría parecen haber tenido conocimiento delos tres obstáculos que nublan la lucidez de lamente: la ignorancia, el apego, el rechazo. Ya en elAntiguo Testamento el profeta Oseas se lamenta:“Mi pueblo se pierde por falta de conocimiento”.Hermes también lo constata: “El único pecado delser humano es que no conoce a Dios”.Mientras tanto, investigaciones recientes sobre elcerebro han demostrado que las “fijaciones” cons-tituyen un gran obstáculo para el crecimiento espi-ritual. Los condicionantes y el instinto de conser-vación del yo, actuando como un molino de ora-ciones incesantes que reflejan las habladuríasincesantes del mental, constituyen el gran obstácu-lo del que es absolutamente necesario deshacerse.Nuestro yo es, de hecho, el mayor de los pesos delos que tenemos que liberarnos. A propósito de lo


del saber a la sabiduríaUno de los grandes problemas del buscador es que comprende bien el mensajeliberador que recibe pero no se comporta consecuentemente. La lentitud de laconciencia del «yo» es un obstáculo. Sólo por la praxis se pasa del saber a lasabiduría.

del saber a la sabiduría 19

En esta pintura de Rafael, los sabios discuten sobre la ciencia y el conocimiento…

cual, la pensadora con-temporánea india budis-ta, Ayya Khema, habla deexperiencia y de un cora-zón ligero: “Sin el yo lavida es muy sencilla”. Ypodemos desprendernos de esegran peso por la intuición y elsilencio, y gracias a la formidableayuda que nos es ofrecida por el campointermedio crístico, matriz cuya vibración no dejade aumentar.

EL PODER CURADOR DEL SILENCIO INTERIOR La negación y el rechazo de un desa-rrollo necesario, o incluso la hostilidad hacia otrosseres, refuerzan los esquemas neuronales y condu-cen a la esclerosis de nuestras representacionesmentales. Una muy fuerte obstinación obstaculizanuestro crecimiento espiritual. También, los gran-des de espíritu nos han dirigido siempre este dis-curso: “Haceos silenciosos, interiormente silen-ciosos, obrad y el Otro obrará en vosotros”. En elproceso de “hacerse silencioso”, de “la verdaderaserenidad” según Jakob Böhme, en la calma inte-rior y la renuncia, vemos con acuidad cada intentode nuestro yo para mantenerse o prolongarse.Si dejamos a nuestra mente que alcance el reposoy el silencio, entonces la ignorancia, el apego y lanegación, así como los demás obstáculos, sedesintegrarán lentamente pero con seguridadmientras que se desvelarán la compasión, la luci-

dez y laverdadera

naturalezailimitada de

la mente.Entonces aflui-

rán libremente lasfuerzas curadoras del

amor; pues de la fuentecreadora de nuestra alma pro-

viene, de forma natural, una compasiónilimitada hacia todas las criaturas que sufren porestar aprisionadas en sus ilusiones. En efecto, elalma verdadera es extraña a la separabilidad. Contotal espontaneidad, el ser humano, al menos elbuscador que se ha enriquecido aunque sea sóloun poco con las fuerzas del alma, está abocado aaplicar la regla de oro del Evangelio: “Ama a tuprójimo como a ti mismo. Todo lo que quisierasque la gente haga por ti, hazlo tú por ellos”. A lapregunta indecisa “¿Cuándo y dónde?” sólo pode-mos responder: “¡Siempre y en todas partes!” Elamor es el único bien que se multiplica cuando loexpandimos y compartimos. Oímos a continuaciónlas palabras del Sermón de la Montaña: “Sabio esquien escucha mis palabras y actúa en conformi-dad con ellas; quien sólo escucha mis palabrassin actuar en conformidad con ellas es tan tontocomo quien quiere construir su casa con arena”.Además, en el proceso de volverse silencioso queGoethe ha descrito como “morir y vivir denuevo”, una muerte y un devenir voluntarios,


…mientras que

el conocimiento

verdadero es

revelado a un alma

pura (el hijo)

podemos sentir la gran promesa contenida en laspalabras de Cristo: “Quien consigue la victoriasobre sí mismo, la consigue sobre el microcosmosy el macrocosmos, y franquea todos los límites”.Lo que Buda atestigua en estos términos: “Quienvence mil ejércitos no es nada en comparacióncon quien se vence a sí mismo”.El ser humano con alma renacida consigue inte-riormente separar la Luz de las tinieblas; es decir,de la inconsciencia del yo del ser humano orienta-do hacia la materia, esto con ayuda del principiode Luz que habita en él, principio del orden de lanaturaleza eterna: “el Hijo renacido en él”. Asícrea en él un vacío que espera ser colmado poruna nueva creación. En el lenguaje del Evangeliode Juan, este proceso es llamado “le renacimientode Agua y de Espíritu”, siendo el Agua el océanode todas las potencialidades creadoras, por encimade la cual el Espíritu planea para suscitar en ella laVida y encender la Luz de una nueva conciencia.

CRISTO Y LA NUEVA FUERZA DE LAATMÓSFERA En la Enseñanza Universal siemprese ha insistido en el hecho de que el Cristo, proto-tipo del ser humano espiritual perfecto, ha elimi-nado en sí mismo la separación entre los dos mun-dos, conciliándolos. Al mismo tiempo, Cristo hahecho surgir, por su nuevo camino de vida, uncampo de nuevas fuerzas vitales puras y espiritua-les, una «matriz informativa» que, en tanto queLuz, en tanto que potencial inagotable, no sólollena el mundo absoluto sino que, además,impregna el camino de la liberación en la atmósfe-ra del mundo relativo. Sobre este camino, la conti-nuación del proceso se hace posible.El Espíritu Universal de Cristo no sólo está pre-sente en las dimensiones divinas de la Palabra, dela Vida y de la Luz, sino que además, por suencarnación, ha edificado “un puente de libera-ción” capaz de inspirar, de forma espiritual direc-ta, los pensamientos, sentimientos, percepciones ycomportamientos humanos.Los tres aspectos superiores de la séptuple matrizjerárquicamente construida, a saber, la Palabra, laVida y la Luz, se refieren a la conciencia desperta-da del ser dotado de alma y de espíritu verdaderos.Dicho ser humano vive y respira, en sentido pro-

pio, gracias a las vibraciones de Luz del mundoabsoluto, sin que ninguna otra cosa pueda alimen-tarlo. Los otros cuatro aspectos se refieren a lospoderes del alma y del cuerpo de la nueva perso-nalidad espiritual en crecimiento.La edificación de la nueva personalidad espiritualimplica forzosamente la demolición de la antiguapersonalidad terrestre. Ese proceso de autorreali-zación se desarrolla bajo la dirección del almaespiritual despierta, en completa correlación conlas leyes divinas de la creación.Las nuevas dimensiones espirituales, en tanto quenuevo pensamiento, se substituyen por el ego en elmental condicionado y derriban el obstáculo de laignorancia. La nueva sensibilidad espiritual queremplaza a la antigua hace desaparecer el ansia devida egocéntrica, la satisfacción de los deseos,codicias y apegos centrados en el yo. Entonces elalma se llena de equilibrio, armonía y ecuanimi-dad; una nueva fuerza vital etérico-física reempla-za progresivamente a la antigua, la cual disipaba,además, sus fuerzas en el mundo relativo, produci-do por los sentidos. Surgen igualmente una nuevapercepción interior y un poder imaginativo nuevo.Y no se hacen esperar las maravillosas consecuen-cias que se producen: una nueva actividad queprocede, de forma natural, de los nuevos poderesasí como de la desaparición de todo impedimentopara la prosecución del proceso. La fuerza deamor de Cristo es la intermediaria que hace posi-ble esta nueva creación.¡Concienciémonos de la época llena de gracia quenos ha tocado vivir! Por una parte, vemos lassituaciones apocalípticas planetarias, por otra, nosencontramos en el umbral de un salto cuánticohacia una Conciencia espiritual. Para el pasaje,nuestro mundo relativo nos sirve de puente. Nossirve para llegar a la conciencia y a la nobleza denuestro Ser verdadero. Sin embargo, ¡no construi-mos la morada sobre este puente!

del saber a la sabiduría 21


Cuando se analiza el desarrollo espiritual deEuropa, se fija su punto de partida en el2500 a.C. Desde esa época hasta el 1000

a.C., los Aryas, Arios o Indoeuropeos, se habíanestablecido en Europa, Asia Menor, Persia e India.Una ojeada al mapa nos muestra la amplitud deesta extensión geográfica. A pesar de las culturas ylenguas diferentes, había y hay todavía una con-cordancia que aún se nota hoy. Al lado de losmitos y de los dioses tradicionales, se puede deter-minar, en ese crisol de numerosos pueblos, sor-prendentes correspondencias. El Dios supremo eraDiaus, Deivos. De esta raíz indo-germánica pro-viene el «deus» latino, el «Zeus» griego, el Div

Nos han llegado innumerables mitos desde las más diversas

civilizaciones. Éstos contienen representaciones de la

humanidad antigua y nos proporcionan representaciones de

la aparición del mundo, de la actividad de las fuerzas de la

naturaleza, de los dioses y del destino tras la muerte.Tal

era Edda con sus poderosas imágenes; para el vidente

contemplativo unido a Dios, siempre eran un medio de

transmitir las experiencias y conocimientos interiores a los

contemporáneos que estaban abiertos a ello.

la santa palabra originalLos mitos reunidos en la Edda hablan de miste-rios del desarrollo del mundo. La Edda transmitela Verdad Universal en imágenes diversas quecorresponden con el poder de imaginación deloyente. En nuestra serie sobre la Edda queremosponer a disposición, de forma que sea accesiblepara la comprensión actual, una parte de los tex-tos sobre la fuerza evocadora de las representa-ciones míticas.

persa y los Tiuz, Tyr, Ziu, Tiv, Tiwaz germánicos.Otros paralelismos entre las mitologías germáni-cas e indias son evidentes. Los dioses originales sellamaban en germano «wanen» y en indio «veda».Eran dioses de la naturaleza y de la fecundidadque fueron sumergidos, a continuación, por unanueva trinidad divina. En la mitología germánicaeran los Asen, Odín, Vili y Ve, o Brahma, Shiva yVishnu, en la india. La trayectoria de Odín que, deun dios de la tormenta en el origen, se convierteen el soberano de los dioses, se corresponde con latrayectoria india de Indra y Varuna. Existen tam-bién otras muchas correspondencias entre ellos yOdín. Su aliento es el viento, es el «inventor» delas palabras y del lenguaje. También hace elevarseal Sol y la Luna así como a las estrellas que pro-ducen la luz según sus leyes.En esta época se transmitió oralmente, susurrando,el mundo de los dioses de la Germania del Norte;y durante las fiestas y reuniones de la población,se recitaron poemas y se cantaron canciones en suhonor.

Las tradiciones escritas no fueron encontradassino hasta el comienzo de la cristianización (pormisioneros). La escritura fue introducida, dehecho, tras la penetración del derecho romano. Seconsidera que los himnos y poemas de Islandia, laEdda, han sufrido pocas falsificaciones, pues esepaís estaba muy alejado y era autónomo. Sólo apartir del año 1000 a 1100, fue aceptado el cristia-nismo por resolución de todos los hombres libres.Adoptaron el cristianismo con el pensamiento deque sería material y políticamente ventajoso.

Desde el punto de vista político, era mejor, paraun pueblo comerciante, no ser considerado comoun enemigo no cristiano. Era igualmente mejorque hubiese una sola creencia que unificase el paíspara preservar la sociedad de la lucha por el podery las divisiones que se desprenden de ella. Comovikingos, se pueden dejar «pre-bautizar», conser-vando sus antiguas convicciones y aceptando ofi-cialmente la vestimenta de un cristiano. Enmuchas aglomeraciones comerciales esas dos reli-giones existían la una junto a la otra. Se ha encon-trado en Suecia el molde de un collar de oro enque los motivos de la cruz cristiana y del martillode Thor están yuxtapuestos.

LA EDDA: SELECCIÓN DE LOS MITOSGERMÁNICOS DEL NORTE La palabra se utili-za para designar dos conocidísimas colecciones deliteratura islandesa en la que se ha conservado laesencia de la creencia de los pueblos nórdico-ger-mánicos. El término «Edda» está emparentado conel indo-europeo «veda, avesta» y significa «lasanta palabra primordial». También puede signifi-

la santa palabra original 23


car «mujer antecesora» o «antepasada» porque, amenudo, las ancianas mujeres llenas de sabiduríaentonaban el «himno de la madre original», unantiguo y santo mensaje.Ese mensaje es un testimonio del comienzo de lacreación, de la evolución de los dioses y de losseres humanos, de su declive y de su renovación.Esos mitos se remontan a un período que se sitúaentre el 2500 y el 1000 a.C., cuando los sereshumanos no concebían, no diferenciaban todavíaun mundo terrestre de un mundo divino.Cuando Carlomagno impuso a los germanos laadopción de la fe cristiana, muchos noruegos emi-graron hacia Islandia en el siglo IX. Con ellos lle-varon su tesoro: su fe profundamente enraizada ensus dioses. Las imágenes míticas nos transmitencuán sensibles habían permanecido a sus dioses ycuán plenamente participaban en las actividades ymanifestaciones de éstos. La Edda, en parte enverso y en parte en prosa, es una de las fuentesmás variadas que dan testimonio de los mitos yhéroes de los germanos del norte.El obispo Sämundar que trabajaba en Islandiahacia el 1100, fue el primero en reconocer el teso-ro que representaban los himnos en verso a losdioses y a los héroes. Los recopiló con el título dela «Antigua Edda». Alrededor de cien años mástarde, el islandés Snorri Sturluson, también obis-po, sabio y hombre de estado, recopiló una segun-da selección, redactada en prosa, la «JovenEdda», enseñanzas míticas que describen las acti-vidades de los dioses. Se trata de un manual des-tinado a los jóvenes poetas y cantores como fun-damento para sus poemas y canciones. Ese desa-

rrollo tuvo como consecuencias que los poemaspaganos de los antiguos germanos incorporaronideas cristianas.La Edda con sus imágenes fantásticas proporcio-naba al buscador, «al vidente» contemplativo y enunión con Dios, el medio de transmitir a los con-temporáneos las ideas y experiencias interiores.Así permanecía siempre impreso en sus almas elrecuerdo del mundo de los dioses del origen, de laaparición del cosmos terrestre y del destino de losdioses y de los seres humanos. Se trataba siemprede una verdad universal única que da todo tipo deimágenes en correspondencia con el entendimien-to de los oyentes.

LO QUE PERMANECE DE LOS MITOSVolvamos a los misterios antiguos. Todavía hoy endía encontramos restos de este tan antiguo saberde los misterios. En Suecia todavía es costumbreque cerca de las granjas se encuentre y se cuide unviejo árbol protector (vardträd). Ahora, esos árbo-les son a menudo como monumentos de la natura-leza. Hoy se ha olvidado que esos árboles repre-sentaban, antaño, el símbolo del árbol originalYgdrasil, árbol protector divino. Igual ocurre conla fiesta de Santa Lucía en el solsticio de invierno.Las jóvenes vestidas de blanco llevaban sobre lacabeza candelas encendidas, como expresión de sudeseo de la verdadera Luz y del fuego de la con-ciencia.Los testimonios de piedra como tumbas, dólme-nes, y menhires megalíticos, en el norte, y lasrunas grabadas en piedra de tiempos tardíos sontodavía numerosos en Europa. Las estructuras res-

tantes más célebres son Stonehenge, en Inglaterra,y Externsteine (en Alemania del Norte), así comovarias piedras con forma de barco, especie deobservatorios astronómicos y lugares de reuniónde la población. Sobre las runas de la piedra deLund, Odín en la garganta del lobo Fenris repre-sentaría el fin del mundo.Algunos nombres de la semana se refieren a losantiguos dioses. Encontramos el dios Thor en«Donderdag» (jueves), «Donnerstag» en alemán,«Torsdag» en noruego y «Thursday» en inglés.Odín/Wotan se encuentra en «Woensdag» (miérco-les), «Mittwoch» en alemán y«Wodansdag/Onsdag» en sueco y noruego.

PREVISIONES Europa y el mundo entero hanentrado en una fase de revolución cósmica a partirdel comienzo de la era de Acuario. Ya no existeregreso posible a los antiguos misterios. Su tesorose oculta en los estratos profundos de nuestraherencia microcósmica. La estructura de nuestrocuerpo y el crecimiento de nuestra concienciaresultan de los impulsos espirituales y divinos queprovienen de tiempos ancestrales hasta el pasadocercano. Éstos actúan incluso si no los reconoce-mos. Cada uno de nosotros hemos devenido un«yo». Antaño éramos el escenario de las fuerzasespirituales, ahora nos hemos vuelto individuali-dades.La orgullosa mirada de nuestro «yo» nos hace cie-gos. Renegando de las fuerzas espirituales origina-les, nuestro Padre-Madre, renegamos en nosotrosde la divinidad; renegamos de la presencia deDios en nosotros. Así es perturbada la relación

entre Dios y el ser humano. Así pues, asumir laresponsabilidad de nuestra Tierra significa recono-cer lo humano y lo divino y su relación mutua.Desde el momento en que restablezcamos correc-tamente esta relación, el estado de nuestra Tierrase renovará también. Nuestro despertar como indi-vidualidad tiene como consecuencia el que se nosimponga que seamos responsables. Nuestra cola-boración es exigida para que puedan realizarse ennosotros lo humano y lo divino, así como la uniónde esas dos naturalezas.Los dioses, inmersos en nosotros, esperan queaccedamos al conocimiento; quieren darnos laintuición; quieren que, en conjunto, nos elevemosal reino del Espíritu tras habernos sumido profun-damente en la materia. Los mitos reunidos en laEdda hablan de los misterios de la evolución delmundo

la santa palabra original 25

Los dioses, inmersos en nosotros, esperanque accedamos al conocimiento


Mateo 6, 9-13 (según la Biblia)

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy;

perdónanos nuestras ofensas así como perdonamos a quien nos ha ofendido;

no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal.

Pues es a Ti a quien pertenece, en todos los siglos,

el reino, el poder y la gloria.

Amén

la nota dominante del Padrenuestro 27

la nota dominante delPadrenuestro

El Padrenuestro en arameo:

Abwoen d’bwasjmajaNitkadesj sjemachTeetee malkoetachNeghwee tzevjanach ajkanna d’bwasjmaja af b’arahHavlan lachma d’soenkanan jaoumanaWasjboeklan chaobween (wachtagheen) Ajkanna daf chnan sjwochan l’chajabeenWela taghlan l’nesjoena,Ela patsan min biesjaMetoel dilachie malkoeta wachhaila watesjboechta,l’oghlam almien,Ameen


EXPLICACIONES DEL TRADUCTOR La oración comienza con la expresión de la crea-ción divina y expresa la bendición que suscitatodo parentesco. En el antiguo Oriente Medio, elradical «ab» se refiere a la fructificación, a todo loque la Fuente de la unidad hace germinar. Eseradical fue luego empleado en la palabra aramea«padre» –abba– pero el sentido original, no-unidoa la generación, aún está presente en la sonoridadde esa palabra. Y como «abwoen» –padre biológi-co– deriva de esta raíz «ab», está, por su origen,menos unido a la generación directa, de suerte quese puede traducir por «Padres divinos». Por consi-guiente, «abwoen» tiene muchos posibles signifi-cados.«Bwn» se refiere al proceso de la paternidad omaternidad, a partir de la potencial presencia,hasta el actual aquí y ahora. En arameo la letra«b» puede pronunciarse también «w», puederepresentar el sonido «b» o «w». Un especialistade arameo, el reverendo Mar. Aprem (1981) resal-ta que el mismo radical «ab» aparece para padrebiológico o padre espiritual, dependiendo delacento puesto sobre la «w» (biológico) o sobre«b» (espiritual). Sin ninguna duda, el origen deesos dos significados nos remite a la riqueza del

arameo que permite sublimes juegos de palabras.A partir de la mística de la sonoridad y de lasletras, propias del arameo y del hebreo, la palabra«abwoen» evoca, más allá de nuestras diversasinterpretaciones del masculino y del femenino, alproceso del nacimiento cósmico. En ese plano,podemos distinguir cuatro significados de la reso-nancia de la palabra «abwoen»:

«A» es lo absoluto, lo Único, la pura unión y uni-dad, fuente de toda fuerza y estabilidad (queresuena en la antigua y santa sonoridad del «Al» yde la palabra aramea para Dios: «Alhaha», literal-mente la Unidad).

«bw»: alumbramiento, creación, aflujo de bendi-ciones que nos llega de esta Unidad.

«oe» es el Aliento del Espíritu que lleva este flujo,la sonoridad de la respiración que contiene todaslas fuerzas que, en nuestros días, llamamos viento,magnetismo, electricidad, entre otras.Esta sonoridad está emparentada con el arameo«roechad’koedsja» que fue luego traducido por«Espíritu Santo».

Abwoen d’bwasjmaja.Traducción de una inspiracióndiferente por Neil Douglas-Klotz según el estudio deltexto en arameo-sirio.

NUESTRO NACIMIENTO EN LA UNIDAD

Oh Tú que das todo nacimiento,Padre-Madre del cosmos,Tú creas todo lo que está en movimientoOh Tú que respiras la vida en todo

Creador del suave sonido que nos tocaTú, aliento de todos los mundosnosotros te oímos inspirar, expirar,en el silencio.

Tú, origen del Universo;a través de lo que suena y de lo que ruge,en las brisas o en las violentas tormentas,nosotros oímos tu Nombre.

Radiante,Tú brillas en nosotros y fuera de nosotros,e incluso Tú brillas en las tinieblascuando nos acordamos de Ti.

¡Nombre entre todos los nombres!Nuestra ínfima identidad se revela en TiY Tú la devuelves como una misión:¡acción sin palabra, poder silencioso!

Cuando se despiertan ojos y oídos,el cielo se aproxima.¡Oh Tú que das todo nacimiento,Padre-Madre del cosmos!

«n» es la vibración de esta fuerza creadora desdealiento de la Unidad, cuando ésta toca y penetracompletamente una forma material. Por lo tanto,debe haber una sustancia que es tocada, puesta enmovimiento y transformada por esta fuerza. Estasonoridad lleva en sí misma el eco de la Tierra, yel cuerpo vibra al mismo tiempo cuando pronun-ciamos el Santo Nombre:

«A-bw-oe-n»

La frase completa, en su siguiente expresión, elmovimiento de toda la creación divina. En «d’b-wasjmaja» encontramos la raíz principal enmedio: «sjm». De ella proviene la palabra «sjem»que puede significar luz, sonido, vibración, nom-bre o palabra. La raíz «sjm» indica «todo lo que seeleva y brilla en el espacio», la esfera total de unser. En ese sentido, nuestros nombres contienennuestra sonoridad, vuestra vibración o esfera. Poresta razón, en otros tiempos, los nombres erandados y recibidos con gran cuidado. El signo o elnombre de «abwoen» engloba a todo el universo.El final de la palabra, «aja», significa que esaradiación engloba cada centro de actividad, cada

lugar que vemos, todo lo que es posible.«Sjemaia» expresa literalmente que la vibración yla palabra que reconocemos como la Unidad –elnombre de Dios– no es otra cosa que el universo ocosmos. Tal era la interpretación del «cielo» porlos Arameos. Esa palabra se encuentra en muchasde las frases de Jesús, pero es generalmente malcomprendida. En griego y en las lenguas moder-nas la palabra «cielo» es un concepto metafísicofuera del proceso de creación. Es difícil compren-der para la mentalidad occidental que una solapalabra pueda aparentemente tener tantos signifi-cados diferentes. Es así como el místico deOriente Medio veía el mundo

Extracto de Gebeden van de kosmos, Méditation sobre el

«Padrenuestro» en arameo,Traducido y comentado por

N.Douglas-Klotz, La Haya-Londres, Soufi Publications

(Publicaciones Sufíes), 2005.

la nota dominante del Padrenuestro 29

SMS PADRENUESTRO

dad@hvnurspshlwe want wot u want&urth2b like hvnGiv us r food&4giv r sinsLyk we 4 giv uvazDon’t test us!Sav us!Bcos we kno ur bossUr tuf&ur cool 4eva!ok?


El ser humano siempre busca la sabiduría y laverdad. Pero la verdad jamás se ha ocultado,sino que es el ser humano quien se ha ocul-

tado de ella. Así se deja poner un lazo por elMinotauro, el toro, el instinto de conservación.Quien entra en el laberinto para confrontarse con

su propio Minotauro, debe mantenerse en el trián-gulo del conocimiento, del amor y de la acción. Élexamina el mundo y comprende la unidad originalde todo y todos. Nosotros hablamos de la sabidu-ría a quienes están maduros para recibirla.Hablamos de la sabiduría que está en los perfec-

el minotauro,el alma y el «yo»Los seres humanos siempre han buscado la sabiduría y la verdad. La verdad jamás ha estado oculta,son los seres humanos quienes se ocultan de ella y se dejan conducir por el Minotauro, el toro, elinstinto de conservación del «yo». Quien entra en el laberinto para afrontar su propio Minotauro,debe mantenerse en el triángulo del conocimiento, del amor y de la acción. Como consecuencia delo cual, comprende el mundo y ve la Unidad original de todo y de todos.

(Alocución en el Templo principal de Haarlem)

tos, de una sabiduría que no es la de este mundo,ni la de los grandes de este mundo, que se desva-necen. La sabiduría de la que hablamos se parecea un secreto, es la sabiduría oculta de Dios, predi-cha desde toda la eternidad para nuestra glorifica-ción. Encontramos esas palabras en la Epístola de

Pablo a los Corintios. Todos nosotros buscamos lasabiduría y la verdad. Pero ninguna verdad es elresultado de ciertas nociones y concepcioneshumanas. Volver a colocar la verdad sobre talesideas y consideraciones es perfectamente vanopues éstas acaban siempre por desaparecer y,

el minotauro, el alma y el «yo» 31

LA VERDAD Y LA VIDA


entonces, ¡también se desvanecería la verdad quesurgió de ellas!Jesús, el ser humano despertado en Dios, dijo:«Yo soy el camino, la verdad y la vida». El cami-no, la verdad y la vida son, en cierto sentido, unaúnica y misma cosa, son tres palabras que repre-sentan una sola realidad. La sabiduría verdadera,la sabiduría divina, como dice Pablo, también es, ala vez, la verdad y la vida. La sabiduría verdaderano es, pues, un saber abstracto o mental, ni infor-maciones reunidas y depositadas en el banco dedatos de nuestro cerebro. La inteligencia es un útilnecesario, la sabiduría, un don de Dios que irradianuestro ser con su calor ardiente que proviene delas profundidades de nuestro corazón y que sevuelven finalmente la Luz y la vida. La sabiduríade los gnósticos es locura ante los oídos y ojos deeste mundo. En la antigüedad los grandes sabioseran llamados profetas y videntes, siendo repre-sentados a menudo con una venda sobre los ojos.Un vidente con los ojos vendados, ¡es una buenaparadoja! Esto no quiere decir que el sabio, o elvidente, no vea este mundo: lo percibe y lo com-prende mejor que cualquier otro. Esto significaque ya no es tocado por las cosas de este mundo.Se podría comprender que sea ciego a este mundoporque lo contempla a partir de un plano diferente,superior. Sus sentidos terrestres están entumeci-dos, como ciegos, mientras que sus sentidos espi-rituales están particularmente agudizados.El sabio ya no está metido en las redes de la exis-tencia material. Realiza, en la Tierra, lo que esnecesario hacer. Él sigue las inspiraciones de laLuz que recibe en su corazón. Permanece ciego y

mudo, en lo que concierne a las inspiraciones desu «ego», si es que todavía se producen.Contempla la Unidad original de todo y de todosen Dios. Ha renunciado a la ilusión de la existen-cia independiente como «yo», o mejor expresado,el Ser original ha destruido esta ilusión en él.El sabio ha reconocido que la idea del ego comouna individualidad independiente y autónoma esun grandísimo error que significa una limitaciónfundamental. Él ha renunciado y abandonado estaidea para siempre. Se trata de un proceso llamado«endura» en nuestra Escuela Espiritual, la supre-sión progresiva de la existencia centrada en el«yo». La esencia del sabio descansa en la Gnosis,en la Luz espiritual omnipresente. Sí, la verdaderasabiduría es considerada como locura a los ojos ylos oídos de este mundo –no es la sabiduría unidaal tiempo, no es la sabiduría de los grandes de estemundo que se desvanecerán con su sabiduría.Por consiguiente, la venda sobre los ojos delvidente tiene un profundo significado. Sin esavenda erramos en el laberinto de este mundo quenosotros mismos hemos creado. Esa venda es unatributo y un símbolo de la «endura». La verdade-ra visión, la visión espiritual, es imposible sin esavenda. Si el alumno quiere despertarse un día a laverdadera sabiduría, él o ella deben primero tenerlos ojos vendados, deben acallar todos sus pensa-mientos centrados en esta Tierra, sus deseos yambiciones focalizados en la materia y en su«ego». Naturalmente, sigue cumpliendo las fun-ciones necesarias de la personalidad en la existen-cia terrenal, pero en lo que concierne al resto, per-manece silencioso, pues la voz de la sabiduría sólo

La Verdad jamás es un conocimiento mental abstracto,sino la propia vida y, finalmente,nuestra vida y nuestro ser

se percibe en el silencio. El «yo» disminuye, y él,el Otro en «mí», el ser original verdadero en noso-tros, lo que realmente somos como verdaderoshijos de Dios, se despierta de su reclusión a suverdadera existencia y, finalmente, ¡se eleva de latumba de la naturaleza!Ahora nos planteamos esta pregunta: ¿qué es loque ocupa el primer lugar en nuestra vida? Esto noes una pregunta retórica, es una cuestión vital. Esdeterminante, «Ser o no ser». ¿Qué es lo que apa-rece primero en nuestra conciencia cuando desper-tamos por la mañana? ¿Suerte o contratiempo,esperanzas o decepciones, que ese día nos va aaportar? ¿Los problemas que existían, los queestán presentes o los que vendrán? ¿Las cosas querechazamos, las que no queremos o aquellas quenos gustan verdaderamente, situaciones desagrada-bles, agradables, nuestra salud, nuestra seguridado inseguridad material? ¿Qué es lo más importanteen nuestra vida? ¿Es quizá nuestro deseo inextin-guible de verdad, de vida verdadera, nuestra aspi-ración profunda de acceder a la verdad, a la liber-tad? No para huir espiritualmente sino porque nose puede hacer de otra manera. Naturalmente, haymétodos variados para propiciar que en nuestromental prevalezcan ciertos pensamientos. Pero elcamino en dirección a la sabiduría liberadora, a laverdad divina no consiste en un método, en ejerci-cios, ni en técnicas, esto sólo conviene a la llama-da sabiduría de nuestra época. Nuestro ego poseetodo un abanico de trampas. J. van Rijckenborghdijo: el ser humano nace con el deseo de la ver-dad. Ella proviene de la joya que brilla en su cora-zón desde el nacimiento. Es naturalmente lo queha precedido en las encarnaciones anteriores. Unono se «hace» un rosacruz, no existe ningún méto-do para «fabricar» uno. Él ha nacido en tanto quebuscador de la realidad. Es un deseo indefinibleque, tal como un vago recuerdo desde la infancia,ya flota en el corazón. Muchos niños lo sienten, loviven, no saben qué hacer con esta sensación, nicómo ordenar este profundo sentimiento y noencuentran reconocimiento en su entorno; ¿quizá

esto les recuerde algo? Eran los momentos parti-culares de su infancia, momentos en los que sesentía que había algo más en la vida, más de loque veía, oía, de lo que se le presentaba por todoslos lados. Había una llamada, una nostalgia,momentos de deseo inexplicable, a veces, inclusoun saber, pero del que ustedes no pueden hacerpartícipe a nadie, ustedes callan y se vuelven másmayores. Creciendo existe la posibilidad de que eldeseo inexplicable se oculte en las «estratificacio-nes» de la existencia que se desarrolla en la mate-ria. Sin embargo, es imposible reducir al silencio ala joya en el corazón. Se producen muchos aconte-cimientos en una vida humana. Y, finalmente, nosencontramos aquí, juntos, en el templo de laRosacruz, en el templo de la sabiduría, de la ver-dad y de la vida; en el templo en el que recibimosla fuerza para seguir el camino. «Yo soy el cami-no, la verdad y la vida», esta frase de Jesús resue-na en nuestro corazón. Nosotros no hemos dejadoque la joya sea envuelta bajo las capas geológicasde esta Tierra; nosotros reaccionamos a la llama-da, nosotros no hemos abandonado el deseo mara-villoso y el vago saber de nuestra infancia.Y ahora nos planteamos la pregunta: ¿Qué es loque ocupa verdaderamente el primer lugar ennuestra vida? Una reflexión silenciosa quizá hagasurgir la respuesta, la hará brotar fuera de la nieblade la vida cotidiana, y nos colocará, quizá por ené-sima vez, ante el único objetivo de nuestra presen-cia sobre este planeta. Se trata del descubrimientode la verdad sobre la existencia universal, sobrenuestra propia existencia en particular, y la reali-zación de esta verdad en y por nuestra propia vida.Sabemos que la verdad jamás es un saber mental,abstracto; la verdad se encuentra en la vida, yfinalmente en nuestra vida y en nuestro ser. Laverdad jamás ha sido ocultada a los seres huma-nos, son los humanos los que se han ocultado deella –como lo declara una antigua máxima: «exis-ten millares de velos entre el ser humano y Dios,pero ningún velo entre Dios y el ser humano». Elser humano da la espalda a la verdad. La Escuela



Espiritual quiere ayudarlo, quiere ayudar al busca-dor, estimularlo, incitarlo a orientar cabeza y cora-zón hacia la Luz.Todos somos buscadores de verdad y tenemos unased inextinguible de sabiduría liberadora. Sabemosbien, en lo más profundo de nosotros, que «elcamino, la verdad y la vida» sólo son una única ymisma cosa, nosotros buscamos la verdadera reali-zación de la vida, aspiramos, como dijo Pablo, «ala sabiduría de Dios, destinada desde toda la eter-nidad a nuestra gloria». Ninguno de nosotrospuede decir que él, o ella, hayan llegado a estaglorificación. La palabra «llegar» o «haber llega-do» nos lleva a la confusión, no nos conduce, porcierto, a la buena pista.Para nosotros resuena la llamada: «¡No deis laespalda a la Luz!» Sin embargo, ¿cómo hacemospara que esto nos ocurra tan a menudo? Una solapalabra, un solo comentario, cierta situación y nospasamos al torbellino de nuestro «ego», el cualgira frecuentemente a toda velocidad. ¡Pero nodemos la espalda a la Luz, no regresemos a nues-tros antiguos caminos, atrevámonos a poner lavenda sobre nuestros ojos y así abramos a la Luznuestros órganos de percepción internos! Siendoniños, ya nos fue tendido el hilo de oro deAriadna, no lo vamos a soltar jamás. Ustedesconocen la leyenda clásica del hilo de Ariadna. Novamos a narrarla, pero sí queremos esclareceralgunos elementos principales. Existe un laberinto:el caos y la confusión de nuestras percepciones yreacciones sensoriales, el dédalo de nuestras codi-cias y ambiciones, y por encima todo el enredo denuestras ideas, impulsos e instintos. Y tambiénTeseo, el ser humano llamado por la Luz, amena-zado por la fuerza terrestre alojada en el centro dellaberinto, el fuego fundamental del ego: el toro, elMinotauro, el poderoso instinto de conservacióndel «yo».Pero también está Ariadna, el amor que ofrece albuscador de la liberación, Teseo, su hilo de oro, elhilo de la inteligencia y del conocimiento interio-res. Y, además, le da la espada con la que podrá

matar al Minotauro, la espada que representa lafuerza de actuar para convertir en actos concretosel amor y el conocimiento.Recuerden el triángulo que constituyen el amor, elconocimiento y la acción. Esas tres palabras queestán grabadas sobre la piedra conmemorativa denuestro Gran Maestro en el jardín de las rosas deNoverosa. En su propio laberinto, Teseo triunfasobre el toro, la fuerza desviadora del instinto deconservación del egocentrismo. Ha sabido manejarla espada que le ha sido dada por el amor. Y elhilo de la inteligencia, del conocimiento y de lapercepción clara, que él había fijado en la entradadel laberinto, le indica ahora el camino de regresohacia la liberación. Ésta es una indicación muyprofunda: antes de entrar en el laberinto para laconfrontación con el Minotauro personal, hay queencontrarse en el Triángulo.El Amor verdadero, que no está ligado a las perso-nas, el Amor impersonal es la base del Triángulo;es el Amor divino que brilla interiormente ennuestro corazón y que es al mismo tiempo la basey el principio activo del campo de fuerza vivo yomnipresente de la Escuela Espiritual. Los otrosdos lados del Triángulo que se elevan a partir delamor son la comprensión clara o conocimiento, yla fuerza de acción. Esos tres dones divinos estána nuestra disposición directa, aquí y ahora. No hayduda alguna. Por lo que no debemos vacilar ennuestra existencia: únicamente debemos osar amantenernos verdaderamente en este Triángulo.Goethe lo dijo de manera sorprendente en Fausto:«Lo que habéis heredado de vuestros padres, vol-vedlo a ganar, para poseerlo». Llevamos en noso-tros la herencia divina de nuestro Padre, está anuestra disposición, pero esto no quiere aún decirque la poseamos verdaderamente, conscientemen-te. Debemos adquirirla todavía, hacerla totalmentenuestra, debemos testimoniar por nuestro compor-tamiento que nos dejamos poseer por esta heren-cia. Sólo la poseemos cuando ella nos posee,cuando nos entregamos totalmente a ella.Debemos abandonar absolutamente el centro de

gravedad de nuestra antigua vida por lo que hayen lo más profundo de nuestro corazón. En estepunto central se encuentra la respuesta a la pre-gunta: ¿qué es lo que ocupa el primer lugar ennuestra vida? Si se quiere abandonar la antiguavida en provecho de la vida en la verdad, la liber-tad y la Luz, la respuesta es evidente. Porque en laantigua vida se trata únicamente de nuestro «yo».Podemos girar y orientarnos como queremos, elego es el pivote alrededor del que todo gira, todolo que por naturaleza se refiere a sí mismo.Si pensamos en el toro, el Minotauro y su supera-ción por la espada, nos acordamos de otro pasajeen el que se hace referencia a una espada. En eltercer capítulo del Evangelio de Mateo Jesús dice:«Yo no he venido para traer la paz sino la espa-da». En el camino de la liberación no hay una pazdulce para el ego; ni ningún lugar hermoso y tran-quilo donde el «yo» podría por fin descansarexponiéndose al sol de la «luz gnóstica». No hay«liberación para el yo, sino liberación del yo».Por esto Jesús nos tiende la espada. Él mismo esla espada, la fuerza del ser humano divino resuci-tado en nosotros que vence al toro en nuestro labe-rinto.Esta espada jamás es dirigida contra los demás,contra algo o alguien que no seamos nosotros mis-mos. Es la espada que corta el ser antiguo ennosotros; no es el «yo» quien abate al «yo». Siesto pudiese ocurrir, el «yo» sería todopoderoso.Es la espada la que puede triunfar en el laberintosobre el yo. Nosotros sólo podemos responder conla ofrenda total y consciente de nosotros mismosal Triángulo luminoso del amor, de la compren-

sión y de la fuerza; o del amor, del conocimiento yde la acción. La fuente de ese Triángulo está situa-da en lo más profundo de nuestro corazón, allídonde se encuentra la nueva fuerza de gravedad denuestra vida.Si el ser antiguo es vencido, entonces resurge unaconciencia totalmente transformada que no tieneabsolutamente nada en común con la antigua con-ciencia egocéntrica. La nueva conciencia esmicrocósmica, no comporta ningún «yo» en sucentro, posee un solo foco central. El microcos-mos renacido es una conciencia única y universal.Conocemos bien esas antiguas ilustraciones quemuestran seres alados cuyas alas están totalmentecubiertas de ojos por dentro y por fuera. Las alasson la imagen del fuego de las líneas de fuerzaluminosas del microcosmos; y los ojos, el símbolode la conciencia, sobre todo el ojo en el interiordel triángulo. Pero la conciencia microcósmica noes el fin del viaje. ¿Dónde puede haber un fin enel desarrollo divino? La conciencia microcósmicase sumerge en la conciencia cósmica divina, y éstase sume en la conciencia macrocósmica, laConciencia Universal

Agradecemos a Hans Pollack (Austria) la ilustración del

Minotauro y de la Visión.


El ojo es el símbolo de la conciencia, pero la concienciamicrocósmica no marca el findel viaje

La humanidad debe elevarse por encimade la Tierra, abrirse paso en la altura de laatmósfera, y todavía más alto, pues sóloasí podemos comprender completamenteel mundo en el que vivimos.

Sócrates, filósofo griego, siglo V antes de Cristo


Mikhaïl Naimy nació en el Libano en 1889.Recibió una educación rusa en Nazareth,estudió literatura a partir de 1906 en

Ucrania, y de 1911 a 1916 en Washington. Es allídonde fundó la Pen Society, una asociación deautores árabes en América, con su amigo KahlilGibran, el autor, entre otras, del libro titulado ElProfeta. Naimy escribió numerosos libros y ensa-yos sobre la literatura árabe que, todavía en nues-tros días, son obras esenciales de la misma.Cuando falleció su amigo Kahlil en 1931, Mikhaïlregresó al Libano.Su credo era: la cultura ha refinado la naturalezahumana, pero lo que falta es un crecimiento espiri-tual orientado hacia la idea del objetivo final de lacondición humana. Sin este objetivo último el serhumano está condenado a destruirse a sí mismo.Ese mensaje espiritual se encuentra en todas sus

obras, y sobre todo en The Book of Mirdad, apare-cido en 1948 en Beirut, en 1954 en Bombay ydespués en numerosas lenguas, europeas y otras.En 1960 apareció una traducción en holandés.La esencia de las imágenes de sus pensamientoses: todo el cosmos y la vida son uno con un todoúnico e indivisible, y este conjunto es más que lasuma de sus partes. Por ello, el análisis científicojamás podrá penetrar la verdad, pues analiza por-menorizadamente sus componentes en lugar deconducir a una síntesis.Únicamente el ser interior del ser humano puedecomprender el ser interior de todas las cosas, lasde los humanos y del universo entero. Se trata devolverse una conciencia cósmica, de ser uno conla Vida Absoluta.Entre el ser humano como «profano», aquel quetodavía no ha comprendido el núcleo esencial, y el

mikhaïl naimy,y el amor

RESEÑA DEL LIBRO: EL LIBRO DE MIRDAD

La cultura ha refinado la naturaleza humana, pero lo que falta es uncrecimiento espiritual orientado hacia la idea del objetivo final de lacondición humana. Sin este objetivo último, el ser humano está condenado a destruirse a sí mismo. Mikhaïl Naimy exterioriza la mismaconvicción en sus libros. El libro de Mirdad respira igualmente el deseoardiente de la victoria. Un deseo lleno de amor.

mikhaïl naimy, y el amor 39

ser humano cósmico, declara Naimy, se encuentralo que es llamado en el libro «la Montaña desílex», el sílex, la piedra de fuego. Es el caminode cruz de los humanos. Por lo tanto, se trata devivir para finalmente morir, o de la muerte del egopara que viva verdaderamente el Alma nueva.En todos sus libros, el autor pone en paralelo larealidad efímera y la espiritualidad superior. Se haescrito mucho sobre él, tanto en el mundo occi-dental como en el árabe. Mikhaïl Naimy murió en1988 a la edad de 99 años.La historia del Libro de Mirdad está fundada enuna leyenda. Tras el Diluvio, Noé yerra en lasMontañas Blancas del Líbano, y se inquieta por laidea de que los seres humanos vayan a olvidar elDiluvio. Pide a su hijo Sem que construya un altarrodeado de una casa para nueve personas quehabitarán allí y rogarán al Altísimo que les guie,así como a sus semejantes. ¿Por qué nueve? Habíaocho personas en el Arca: Noé, su mujer, sus treshijos y sus mujeres, pero había también un nove-no, un pasajero clandestino que era un timonel yfiel compañero. Noé ordenó que cuando uno delos compañeros del Arca muera, sea reemplazadopor el primer visitante que se presente en el Arca.Durante siglos el Arca funcionó de esta manera, sebenefició del respeto de la población y recibiócada vez más donaciones de tal suerte que elmonasterio se volvió extremadamente rico; hastael momento en que un abad terco, Shamadam,infringió las antiguas tradiciones y aceptó alnuevo extranjero recién llegado, Mirdad, sólocomo sirviente.Mirdad aceptó ese papel, dando durante siete años

una enseñanza a los compañeros del Arca congran descontento del abad. Bajo la influenciaexcepcional de Mirdad, los monjes acabaron pordar todas sus riquezas y abandonaron finalmenteel monasterio. El abad queda mudo pero, segúnuna profecía, debe permanecer unido a ese lugarhasta su liberación.Entonces comienza la verdadera historia contadapor Mikhaïl Naimy. El narrador, el «yo», se ponea escalar la montaña hacia la cima en la que seencuentra el Arca. Mientras pasaba la noche enuna cueva, le roban su pan, sus vestimentas, subastón e incluso lo echaron de la gruta.Finalmente, acaba por desvanecerse ante la puertadel monasterio donde es salvado por el abad.Con la llegada del extranjero, el abad recobra lapalabra; ha esperado 150 años al que debía venir:a ese joven hombre «completamente despojado,sin bastón y sin víveres». El abad le entrega ellibro. En la página 47 comienza entonces El Librode Mirdad, tal como es relatado por Naronda, elmás joven de los compañeros. Él tiene como divi-sa: un faro y un puerto para aquellos que anhelanvencerse a sí mismos. ¡Que todos los demás semantengan apartados!A lo largo de treinta y siete capítulos, se ve aMirdad enseñar a sus compañeros y enfrentarse aShamadam, así como la manera en la que reaccio-na a las humillaciones y denigraciones de esteabad. Lo que ofrece la ocasión de leer maravillo-sas palabras de sabiduría e inteligencia, con mag-níficos ejemplos de la forma de vivir cada situa-ción, con palabras filosóficas de profunda sabidu-ría. Cada relato da un ejemplo del amor infinito e


impersonal de Mirdad para sus compañeros, perotambién para Shamadam, sí, para todo ser huma-no, animal o planta, y para el mundo.El propio Naimy escribió a su editor: ‘Es ciertoque El Libro de Mirdad se aparta claramente detodos los dogmas establecidos en los diferentescampos, sean religiosos, filosóficos, políticos o decualquier otra especie’.Su interés es justamente mostrar los caminos deuna nueva visión del ser. Quiere despertar a losseres humanos de su fría insensibilidad y de lasnumerosas confusiones de los dogmas que estánllenos de odios, luchas y caos. Con este libro,Naimy demuestra que forma parte de los grandespensadores espirituales del siglo XX

¿¿PPoorr qquuéé ppaassaann llaass ccoossaass ccoommoo ppaassaann??

La memoria del tiempo es infalible. Nada existe en el tiem-po ni en el espacio que sea accidental.Todas las cosas estánordenadas por la Voluntad Universal, que no yerra ni des-cuida nada… ¡Aceptad la Voluntad Universal! Al entregarsea sí misma, tal como es su deseo en todo instante del tiem-po y en todos los puntos del espacio, la Voluntad Universalda a cada hombre y a cada cosa aquello que siempre hanquerido, ni más ni menos, sean conscientes o no de haberlodeseado… Los hombres, no obstante, desconociendo esto,se aterran, demasiado frecuentemente con la suerte que lescorresponde del saco de la Voluntad Universal que todo locontiene.Y los hombres protestan abatidos, y culpan de sudesánimo a los caprichos del Destino por su consternación[…] Tened cuidado de cómo respiráis, de cómo habláis, dequé deseáis, de qué pensáis y hacéis. Porque vuestra volun-tad está escondida en cada respiración y en cada palabra,en cada deseo, en cada pensamiento y en cada acto.Y loque para vosotros está oculto, siempre quedará al descu-bierto ante la Voluntad Universal…Pero quered de todoslos hombres y de todas las cosas su amor; pues solamentecon él serán levantados vuestros velos y la Comprensiónnacerá en vuestro corazón, iniciándose así vuestra voluntaden los maravillosos misterios de la Voluntad Universal.

Según El Libro de Mirdad, capítulo XXI

La importancia del Libro de Mirdad es que muestralos caminos de una nueva visión del ser

La filosofía cuántica habla de la realidad relativa y absoluta; el budismo también conoce

las dos esferas de vida. En el cristianismo original, en el Evangelio de Juan nos dicen:

«Al comienzo era la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios… En ella

estaba la vida y la vida era la luz de los hombres… y la Luz luce en las tinieblas, pero las

tinieblas no la han comprendido».

La Palabra es información, la vida es energía, y la luz es reconocimiento, por consiguiente,

conciencia. El Espíritu Divino, la Palabra Divina, «flotaba por encima de las Aguas la vida

divina, el Océano original de todas las posibilidades ». A partir de ese principio receptor y

reproductor aparece la conciencia en tanto que reflejo de la luz.

El ser humano es interiormente portador de información original creadora de la Luz y la

Vida. Si deja tocar su núcleo espiritual por la Luz que brilla en las tinieblas de su

ignorancia, de sus apegos terrestres y de sus rechazos, y si admite esta luz, se elevará en la

potente unidad de la filiación divina, unirá en él lo inferior y lo superior, anulará la

separación entre criatura y creador.

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Pentagrama 2010 05