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Santiago Aguaded Landero
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PEQUEÑA ANTOLOGÍA PERSONAL
© Santiago Aguaded Landero. Gare de Saint-Lazare. Paris
SANTIAGO AGUADED LANDERO
EINBAHNSTRAßE1 (Le 11 Avril) 2
TODAS LAS CALLES de la ciudad confluyen en la
misma calle. Todas tienen el mismo sentido: la única
dirección posible. Un olor a sangre y salitre se concentra
en las esquinas. Los ojos de una mujer asoman entre el
orín de los adoquines. Las agujas del reloj se detienen en
el umbral del muro: ¿no es esto lo que sucede en tu
interior? Es inevitable el giro a la derecha, el estrago de
la amnesia, el impulso que anestesia los nervios.
¿A qué ese olor a pólvora? ¿dónde está la rosa rotunda
de rilke? ¿dónde el coral de la memoria? ¿qué es esa
imagen que se disputa mi alma? ¿un vacío henchido de
ceniza?
Las imágenes no tienen sentido sin la palabra. El verso
de mi despedida germina como libelo sobre el asfalto.
Ése es todo mi legado, toda mi herencia.
De la Ciudad de Mayo (2004)
1 Titulo de un libro de Walter Benjamín: “Dirección única”. 2 El 11 abril 68 Rudi Dutscke, dirigente estudiantil alemán de izquierda, recibe tres balas de revolver de un fascista. Muere en Dinamarca diez años más tarde (24.12.79) a consecuencias de las heridas producidas en el atentado.
(SABER ES CONOCER
Y CONOCER ES SUFRIR)
A J.U.
PORQUE el origen de los conocimientos
es tocar un cristal opaco;
porque se nos dio la piel para tener cerca al enemigo y
sin embargo, tememos tocarnos no fuera que no
sintiéramos placer ni dolor. Porque se nos dio la mano
hoy escribimos la luz y seguimos admirando las
sombras. Porque se nos dio el oído sólo escuchamos
cuentos mezclados con susurros de
ahorcados/ahogados. Porque se nos dio el ojo nos
miramos a los espejos febriles y fascinados. Porque es
el tacto origen de los conocimientos: ¿cómo soportar la
algesia de la piel, un día tocada, y nunca jamás
reencontrada sino en el tacto violento del metal de un
maniquí?
(De “Teoría del Dolor, 2005”)
EL ALQUIMISTA ENFERMO
VENGO de la noche, hacia la noche voy.
Atrás queda una puerta en el porvenir
y todo el ayer, baldío y turbio.
Gracias a la alquimia hice amigos
entre aquellos que afilan colmillos
entre los que venden nieve negra
y olvidan para sus hijos el deber
sagrado de la alegría y el juego.
Aquí un hombre de terra damnata
reconoce su magisterio de humo:
¿tendré tiempo? ¿me atreveré a saltar?
¿saltar a dónde? ¿al agua o a tierra?
Lo pienso, lo escribo y lo grito
Pero el silencio es ensordecedor.
(De “Diario apócrifo de un alquimista”)
DOLOR COITAL
SIEMPRE QUISE tener un amante transparente.
Que no hiciera daño. Pero sólo encontré hombres
anhelantes de carne y no fue su culpa. Tampoco la mía.
Los deseos se caen cuando salen de sus goznes, estallan
y se disuelven. Dolor, ¿qué has hecho de mi voz vencida?
Acaso flor del fracaso para mis manos de metal:
correhuela que se anida al cuello como en un crimen en
el que se goza; como una mancha queda el corazón
exhausto, triste y vano: duelen los pies cuando penetran
el seco delirio de mi lacerante coito.
De Agencia del miedo (2009)
EL PERFUME DE AMARILIS
SI TU QUISIERAS oírme con tus ojos, escucharías el
silencio de esta ciudad su(e)mergida en el umbral
del amor. Óyeme con tus ojos para que vuelva al sur
de tus sueños, dónde el deseo es SAL de mar.
Óyeme con tus manos para que el olor sagrado del
olvido impregne nuestro orgullo.
(De “El perfume de Magdalena”)
EL PERFUME DE CARMEN
El que conoce el mar
desprecia las acequias. NAZHÚN BT. AL QILAI
CARMEN, mi eterna ninfa, en la luz del sueño reina tu
belleza y acaso sea mejor soñarte que tenerte. La
serpiente de la ciencia nos separó y te llevó a la
oscuridad de la ausencia. Las acequias del tiempo, los
oscuros rayos del cielo no permiten que haya paz entre
besos y pájaros. Nada gobierna más mi corazón que tu
Ausencia. Podría ser tu agonía pero prefiero florecer
como asfódelo marino que siente el giro de la tierra y
aspira el sedante aroma del olvido.
(De “El perfume de Magdalena”)
EL PERFUME DE EMILY
EL HOMBRE, que fue mi compañero de letras,
me castiga con su ausencia.
¿Acaso sus ojos vacíos se dulcifican con los de sus
hermanas, las sibilas? ¿Qué química comparten que
pueden paralizar con el silencio? ¿Quién me mandaría
a mí enamorarme de un ciego? Para soportar la
angustia voy al supermercado y disfruto una esclavitud
deseada, algo así como inventar palabras sobre las
sábanas y que el aroma de tus propios dedos te
exploren por debajo del vientre.
Sí, era algo semejante a una sombra blanca que se
despedía para siempre del espejo. A los adioses les
sienta bien una caricia, una lágrima, un sueño. Esa
despedida fue lo único que supe del cielo y todo lo que
necesité del infierno.
(De “Salario”, 2009)
EL PERFUME DE GALATEA (2)
UN ÚNICO OJO es capaz de ver más que miles de ojos.
Y también de equivocarse enciclopedicamente. Por eso
desconfío de esa joven que vive al suroeste de un (mapa
de) moreau o de la mujer madura que visita islas
interiores. ¿Qué podría interesarles a dos sirenas mudas
las luces temblorosas de Almada? Si una piensa
logaritmos bruñidos en oro, la otra estudia el escarlata
de la carne en los trenos de Taormina, y yo, que (no)
tengo palabras para (decir) tanta belleza, esculpo letras
en el mármol de su pecho como si fuesen gotas de
esperma derramado, hojas quemadas por la lava del
instante.
Del Libro de los Perfumes (2008)
EL PERFUME DE MORGANA
¿QUÉ DARÍA yo por ti?
No precisas ciencia y en tanto que mala, loca y obscena
te muestras como la pandemia de un dolor. Si miras
dentro de mí verás dulzura y delirio mezclados antes de
la muerte.
No las caricias, ni la tersura de brea de tu pequeña noche,
despiertan sueños de mandrágora3
, sino animales
ínfimos que se esparcen por la escalera de tus piernas. El
fértil frío del invierno enajena las calles. La ciudad
ilumina de sabores la ceremonia del adiós.
Del Libro de los Perfumes (2008)
3 Antiguos documentos la describen como una planta que: "adormece el primer día
y vuelve loco el segundo". La Mandragora officinarum es notable por la influencia que ejerció en Europa durante el medioevo. En los textos de magia se habla de ella con verdadero culto. El principal principio activo de la mandrágora es la atropina, que se muestra en la figura.
EL PERFUME DE CANIDIA4
Excidere atque herbas atque incantata lacertis Horatius
AÚN sin dientes, Canidia abrasa todo lo que ama y poco
le interesan días, meses o años, sólo el esperma fresco
del instante bruto. Aguarda al hombre, que echado sobre
ella, la desnude del luto, le desate el lazo de los
encantamientos y le regale un cubo hondo donde
guardar la ceniza de los nombres.
Del Libro de los Perfumes (2008)
4 Canidia es la bruja emblemática de los poemas de Horacio. Aparece en poemas de los Epodos y en la sátira octava del primer libro de los Sermones. Algunos escoliastas consideran que se trata de un nombre en clave de Gratidia, una perfumista de Nápoles de la que Horacio había estado enamorado.
EL PERFUME DE AFRODITA
A ESTE lado, la vida la mitad del mar.
Allí, la palabra, el diafragma y el espermicida. ¿Qué hay
entre tus piernas, Simoneta V.5, cuando se apaga el
deseo? ¿Cuántos amantes se adhieren al pálpito de tus
dudas? Te desato las cintas de las trenzas y me gustas
más promiscua que la fiel esposa al ostracismo
condenada.
Me abrazo al árbol de mirra y pienso en cómo cebarme
de tu vientre, lucidas lianas: ¿con las mariposas de tus
ojos o con el venenoso áspid del pecho? Pudieras
llamarte vida o viagra6 y fluir en mis orgasmos como
letras en mis dedos.
Del Libro de los Perfumes (2008)
5 S. Vespucci 6 El sildenafilo (en la figura) constituyó el primer tratamiento eficaz de la disfunción eréctil por vía oral. Inhibe la fosfodiesterasa 5, una enzima implicada en la cadena de acontecimientos que conduce a la erección. En España se puso a la venta por primera vez en 1999 y los laboratorios Pfizer afirma que ese mismo año 60.000 españoles se trataron con el fármaco azul llamado comercialmente “Viagra”.
AUSENCIA DE SALARIO
A una adolescente morita murciana
cuyo nombre podría ser Aixa, Fátima o Marien
IGNORANTE del vértigo de la clepsidra, juegas, como
aquella niña antigua, a ser amiga invisible del héroe. En
una misa de mentira te invito a renegar de tu religión mas
persistes muda porque amas el instante eterno.
Y yo, el loco de Aixa, sé cosas que nunca diré, que he
visto mariposas mortales que escribían signos de aire en
nuestra cara.
En ausencia de imágenes no hay maldad y el precio de
la palabra es sólo saliva: se abren nuestros labios a una
cúspide de espuma.
De Salario (2009)
NANA A UNA DIOSA MINERAL
NO (FR)ÁGIL ni ligero como AIRE que asciende, sino
FUEGO que en ti se alberga. De azurita eres arsenal,
fisura púrpura que aguarda en los floridos andenes de
Estambul. Si las piedras durmiesen, te cantaría nanas
livianas como vilanos.
Contracturas sin par sobre la piel tersa del alma.
Sufres laboratorios de SAL en Ses Salines. Levantas tu
sonrisa y tu belleza ofrece su sexo a la violencia. De
fúnebres cantos te alimentas, infranqueables,
imperecederos como austros yertos; insaciables como la
seca TIERRA ansía la gota del llanto. Si miras bien en
mi corazón blindado, por dálias vermelhas, verás
nadando, pequeñas carpas de cinabrio totalmente
desechables, ¿o serán inigualables?
De Voz Vencida (2009)
CESARE PAVESE (1908-1950)7
SIN QUERERLO, ella me ha dado la luz del regreso.
No hay laberinto más insondable que el cuerpo de este
muñeco en que me he convertido. Por estos ojos pasaron
muchos incendios y pocas mujeres. ¿Vendrán de nuevo
cuando los cierre al dormir? Decenas de colores y olores.
De la pantalla en blanco y negro viene la mar electrónica,
su queja quebrantada. Yo, que escribí el oficio de vivir,
he ardido con todos del crepúsculo del cielo. Acaso de
mi garganta abierta no salga más que ausencias, alas
fantasmales tocadas por las sombras de las mujeres que
he sido. Qué medusa química no me ha estremecido la
piel, el ojo ante el arte, la muerte que se cita con uno en
la cadencia oscura del pasillo del hotel. Acaso no es la
noche la que ata todo a los párpados del día y acalla las
efigies, las diosas de piedra que pastan en mis libros. La
noche ata los espejos invadidos por cuerpos de sentirte
en mi piel, encerrado en la habitación 503, hay un espejo
negro que no engaña.
(de “Suicidas, homicidas y otras personas normales, 2014)
7 Cesare Pavese nació en 1908 y falleció en Turín en 1950. Fue un gran poeta y novelista italiano. Durante toda su vida, Pavese tratará de vencer la soledad interior que veía como una condena y una vocación. El desengaño amoroso que sufre tras la ruptura de su relación sentimental con la actriz norteamericana Constance Dowling y su malestar existencial lo llevan al suicidio el 26 agosto de 1950 en una habitación de hotel donde dejo escrito: "Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque [...] cualquier amor nos desvela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada". Fuente parcial: El cultural.
EL LIBRO NEGRO DE DOLORS
YO TAMBIÉN he amado a quien no existe, Lola.
He amado el ligero estrabismo del mal y le he cantado,
hasta la saciedad, un himno de coral roto. Pero tú nunca
me mirabas ante el espejo de la página. Tal vez fueras
una Lesbia cualquiera con su canario entretenida. Ahora
que consulto el libro de las sombras veo que la primera
página es oscura y la segunda más negra todavía, mas
en la tercera hay un espejo que devuelve el reflejo de
una flor ingrávida, con labios de hielo y pecho de plata
y otra zaina, con la faz yerta del carbón, contemplando
el amor/dolor que me regalas. Ahora intuyo por qué se
te concedió el don de la palabra/ de la ignorancia. ¡Ah,
gran flor de Lot, se te ofreció la LUNA y la SAL y te
conformaste con Sodoma!
26082012/2014
(De “Alquimia de la Tierra”, 2013)
GASTROSOFÍA PARA SALVAR / ACABAR EL MUNDO
A Joy Harjo
MI MADRE vivió en la cárcel de su cuerpo.
Ella me dijo: “el mundo comienza en la cocina”.
No importa lo que comamos “cerdo o flores,
siempre estamos completando un círculo un vínculo”.
Paracelso dijo: «lo que comes eres».
En el carbón de la cocina está la lluvia del pasado.
En la mesa está la carne de antiguas mordeduras
y nuestros huesos asumen la reumática pesadumbre del alma.
En la mesa está el pan desnudo
de aquella luz sorbiendo el frío de la noche inflamada.
En la mesa está el mar exhausto de sardinas y sirenas.
En la mesa está el negro aceite de la tierra.
En la hamburguesa del macdonald
está el fragor de la selva sin apenas ranuras para el sueño
En la mesa está la oscura gravedad de la luna, la sangre
que cierne sus símbolos sobre la sombra de tus ojos,
En la mesa está el estrepito rutilante de la luna llena de lamentos;
el intangible enigma de tanta realidad (in)soportable.
En la mesa están los calostros del sol nutriendo tus irisados labios.
En la cocina está el frío acondicionado que calienta el planeta.
En la mesa de mármol está la excelsa roca
abierta como un grito en gótica penumbra.
En la mesa está el rumor omiso de la muerte animal.
En la mesa está el jinete hambriento de corazones sediento de sangre
Acaso el mundo no acabe en la mesa de la cocina.
pero sí en la memoria oculta del paisaje perdido.
El mundo terminará con agua o con fuego,
con la misma materia del origen, compacto herraje
para párvulas bocas carentes de sustancia.
El mundo terminará lleno de lágrimas
cuando el último hombre dé el último mordisco
a su mujer muerta.
(De “Alquimia de la Tierra”, 2013)