Perdidas en El Espacio. ASUN BERNÁRDEZ

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  • 7/23/2019 Perdidas en El Espacio. ASUN BERNRDEZ

    1/8

    PERDID S EN EL ESP CIO

    Formas de ocupar recorrer y representar

    lo s

    lugares

    oordin cin de SU NBERNRDEZ

    H U E R

    F I E R R O

    e itores

  • 7/23/2019 Perdidas en El Espacio. ASUN BERNRDEZ

    2/8

    ESPACIO EXPRESIVO Y CUERPO

    EXTREMO UNA EXPERIENCIA

    DEL LMITE

    A S U N B E R N R D E Z

    L A

    R E F L E X I N S O R E

    E L

    C U E R P O

    se ha convertido en una

    constante contradictoria

    y no

    uniforme porque pensar

    en

    e l

    cuerpo nos conduce a un labe rinto de posiciones teoras

    manifestaciones artsticas y has ta intereses econmicos

    qu e dominan

    la

    corporalidad

    qu e

    habitamos.

    El us o de la

    imagen de l cuerpo en lapublicidad e l arte la prensa o e n

    e l

    cine

    no ha

    hec ho

    ms que

    au mentar nuestro desasosiego

    ante un cuerpo humano qu e sabemos e n plena reestructu-

    racin yreconstruccin po r cientficos e ingenieros.

    Hoy la ciencia n os anuncia qu eciertas mquinas puede n

    hacer prescindir al serh u m a n od e su srganos que la vida

    puede prolongarse cua ndola mente h adejadode

    funcionar

    que es posible clonar seres humanos fabricar piel artifi-

    cial manipular

    e l

    sistema gentico

    que no

    existen dos

    sino tres cuatro

    o

    incluso cinco gneros

    o que

    existen

    virus

    raciales

    artistas

    que se comportan dentro de un pro-

    grama de ordenador como si tuviera n vida propia au torre-

    plicndose interactuando y transmitindose de padres a

    hijos algoas como informacin gentica1. Con todo esto

    1

    Vid. l

    Pas

    del 14 de m ay ode 1998.

    31

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    la

    mayora

    de los

    valores

    m s

    arraigados

    en

    nuestra cultu-

    ra

    se estn poniendo en duda: oposiciones tradicionales

    como

    vida/muerte

    femenino/masculino animal/humanoe

    incluso orgnico/inorgnico debern

    ser

    reelaboradas;

    de

    tal

    manera

    que la

    superacin

    de

    estas dicotomas tradicio-

    nales

    parece

    ser lo que une diversas manifestaciones arts-ticas estticas

    e

    incluso cientficas

    de lo que

    llamamos

    postmodernidad. Este texto se propone analizar cmo a lo

    largo del siglo hemos

    generado

    imgenes profundamente

    contradicorias

    de la corporalidad ya que la veneracin de

    la

    juventud

    y la

    belleza

    en los

    medios

    de

    com unicacin

    corre paralela a una ferocidad autodestructiva del cuerpo

    humano

    en l

    arte: fragmentacin irracionalidad

    y

    morbo-

    sidad son

    algunos

    de los

    adjetivos

    que podemos

    otorgar

    a

    la obra de

    ciertos

    artistas que han tratado el cuerpo huma-

    no

    de una

    manera violenta para hacernos despertar

    de ese

    sueo de la razn de

    poseer

    un cuerpo que ignore la muer-

    te y el

    sufrimiento. Esta reivindicacin

    de la

    corporalidad

    desde

    s u

    vertiente

    m s

    trgica

    y

    perecedera podra

    ser

    tam-

    bin la base de manifestaciones aparentemente ms bana-

    les que consideramos

    fruto

    de las modas juveniles como la

    escarificacin

    el

    tatuaje

    el piercing

    etctera.

    El cuerpo como valor histricamente determinado

    El

    cuerpo

    no es un

    simple objeto natural sino

    un

    valor

    producido por el entorno cultural y fsico. La cultura occi-

    dental ha

    producido

    la

    imagen

    del ser

    human o escindido

    en

    alma y

    cuerpo. Esta divisin

    que

    durante siglos

    h a

    resulta-

    do tan natural se gener al rededor del siglo V antes de

    nuestra

    era. La Grecia arcaica no

    conoca

    l a

    fractura

    entre

    alma-cuerpo

    sino

    que

    ste comprenda varias cosas:

    el

    soma que

    significa

    cuerpo pero que en realidad quera

    decir cadver;e l Demsquehaca alusin a la aparien-

    cia externad el

    individuo como

    un

    todo compuesto

    de

    par-

    tes y e l Chrs que

    remita

    a l a

    exterioridad

    m s

    visible:

    l a

    piel.El

    cuerpo

    humano era

    deficiente

    y

    fragmentario pero

    travs

    de l era

    posible

    la

    relacin

    con los

    dioses

    que

    poseanun cuerpo pleno y

    perpetuo.

    La

    concepcin

    del ser

    32

    humano como ser escindido entre alma y cuerpo se inici

    en

    la pocaClsicacon Scrates. En el Fednse habla del

    alma como algo que habita temporalmente el cuerpo y

    luego lo abandona porque es inmortal. Platn va ms all

    al

    asegurar que la perfeccin est en con seguir la sumisin

    del

    cuerpo para

    que el

    alma siempre amenazada

    por los

    sentidos y las pasiones violentas pueda elevarse hacia

    estadios superiores: el cuerpo comenz a pensarse como

    una

    tumba

    la

    prisin

    de l

    alma. Estas ideas pasarn prcti-

    camente in tactas al cristianismo que con las m etforas cor-

    porales como

    e l

    Cuerpo

    de

    Cristo o la Cabeza

    de la

    Iglesia

    genera

    una

    imagen

    de lo

    corporal como

    el

    habit-

    culo de la divinidad y que por lo tanto tiene que ser con-

    tinuamente

    purificado limpiado para hacerlo digno

    de

    Dios.

    As

    se

    produce

    de

    nuevo

    una

    escisin radical pero

    esta vez sobre el propio cuerpo: se reconoce la existencia

    de un

    cuerpo fsico escindido.

    Por una

    parte

    lo

    carnal

    lo

    pasional

    que

    debe

    ser

    controlado

    y

    purificado

    en

    eras

    de

    un

    cuerpo purificado

    qu e

    albergue

    con

    dignidad

    la

    presen-

    cia de

    Dios. Esta sacralizacin

    del

    cuerpo impedir

    por

    ejemplo

    durante siglos

    la

    manipulacin mdica sobre

    los

    cuerpos incluso despus

    de

    haber sobrevenido

    la

    muerte.

    En

    la

    poca medieval todos

    los

    seres humanos estaban

    unidos en la

    miseria

    de la

    carne pero continuando

    con la

    misoginia propia de la poca clsica era el cuerpo femen i-

    no el que se hizo depositariode todas las impurezas que ate-

    nazaban

    la carne. Un ejemplo lo tenemos en la explicacin

    mdica del funcionamiento del cuerpo humano que sigui

    viva en laEdad Media y que hoy nos parecede un gran sim-

    bolismo para explicar cmo se va generando la negativiza-

    cin del cuerpo femenino que llegar hasta nosotros. LaMedicina clsica haba explicado

    la

    diferencia

    en el

    funcio-

    namiento del cuerpo feme nino y el masculino diciendo que

    sedebaa que el

    primero

    era fro y

    hmedo mientras

    que el

    segundo era caliente y

    seco.

    El organismo humano era una

    especie de alambique que asimilaba alimentos y los trans-

    formaba primero

    en

    sangre luego formaba

    los

    huesos ms-

    culos nervios etctera. Estas transform acione s eran posi-

    bles gracias

    al

    calor

    que

    desprenda

    el

    hgado.

    Como

    los

    varones tenan naturalmente ms calor corporal podan

    lle-

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    gar a una

    fase

    superior de d estilacin y generar el semen y

    la sustancia cerebral, mientras que las mujeres, al ser ms

    fras no podan llegar a estos altos estadios de destilacin y

    la materia sobrante

    se

    corrompa

    y sedesechaba:

    eran subs-

    tancias nocivas que daban lug ar a la menstruacin (palabra

    qu e

    viene de mens y de monstrum-mente ymonstruo- .

    Evidentemente, esta

    teora

    demostraba

    la

    inferioridad men-

    tal y

    fsica

    de las mujeres, y lo hacan de una manera tan

    contundente que si una

    mujer presentaba cualidades como

    inteligencia, templanza,

    etctera,

    era considerada una per-

    turbacin,una alteracin monstruosa de la naturaleza. Poco

    a poco, lamujer, limitada por esta devaluacin de su corpo-

    ralidad,

    fue

    siendo relegada

    no

    slo

    de la

    participacin acti-

    va en la sociedad, sino incluso de lafuncinque parece ms

    consustancial

    a la

    mujer:

    la

    procreacin. sta

    er a

    posible

    slo gracias

    alesperma

    masculino;

    la mujer

    slo aportaba

    la materia, mientras que el hombre la

    forma

    2

    .

    Con el nacimiento del sistema burgus en el Renaci-

    miento, el cuerpo consigue una cierta autonoma y pasa aconcebirse como lmite, como fron tera con los dems, y en

    definitiva, como

    un

    factor decisivo

    en el

    proceso

    de

    indi-

    vidualizacin

    qu e

    caracteriza

    la

    Modernidad.

    La

    obra

    de

    Vesalio D eCorporis Humani Fabricainici una visin del

    cuerpo humano en la que seconsolida ladisociacin de l

    alma del cuerpo poniendo las bases para las ideas de

    Descartes que definira el cuerpo como una materia mani-

    pulable yadaptable a lasociabilidad.Apartir deestem o-

    2 Hay que decir que en la Alta Edad Media, la mujer tuvo espacios de

    libertad

    social y jurdica muchom samplios que en pocas posteriores. Un

    ejemplode

    ello

    es el

    Fuero Juzgo.

    Co n

    Alfonso

    X

    comienza

    un

    perodo

    d e

    des-

    posesin de lasmujeres de sus

    derechos

    q uetiene suculminacin en el

    siglo

    x v i con lasLeyesd eToro dondese leniega totalmentesucapacidad jurdica.

    Otro ejemplo de control de la independencia de las mujeres conforme

    avanza laEdad Mediaes laliteratura. Mientrasqu ehastaelsigloxn, talcomo

    muestra la

    literatura

    en el amor corts las mujeres representaban unpapel

    act ivo

    ydominante

    (esto llegar

    a la

    literatura castellana

    en el

    siglo

    xv con los

    poetascastellanosde lascortes deJuanII yEnriqueIV yautores como Diego

    de San

    Pedro

    o

    Juan

    d eFlores, a

    finales

    deeste siglo, y con la

    llegada

    de l

    dolce

    s t l

    nuovo se producel a descorporeizacin de la mujer qu e pasa a

    lene r

    un

    papel pasivo,m era disculpa para

    l os

    juegos retricos.

    ment, se inicia el control del cuerpo dentro de un marco

    tecnocientfico, reducindolo

    a

    mero mecanismo

    al que

    ha y qu e corregir continuamente. La corporalidad moderna

    est sometida aldeseo demirgico demejorarla parte pre-

    caria de la corporalidad sometindola a la medicina, que se

    convierte en el instrumento en contra del sufrimiento, el

    envejecimiento, y en ltima instancia, lamuerte. Norbert

    Elias en

    E l Proceso de la Civilizacin

    habla de cmo el

    Estado Moderno se va constituyendo como el nico rga-

    no legitimadoparallevar acabolaviolencia sobrelos indi-

    viduos

    con el fin de que

    stos moderen

    su s

    impulsos agre-

    sivos: desde esta perspectiva se explican la gran cantidad

    demanuales debuenas manerasque

    proliferaron

    duranteel

    XVII y el XVIII, el

    cuerpo codificado

    y

    disciplinado

    y el

    repliegue de lopasional, losentimentala lmbito familiar,

    cerrado

    de lo

    privado. Paralelamente,

    se

    irn desarro-

    llando

    un a

    serie

    de

    leyes

    qu e

    separen

    el

    comportamiento

    normal del comportamiento desviado.

    En este proceso de redefinicin de los mbitos pblicos

    y

    privados,de nuevo,e lpapel de la

    mujer

    tiene qu e adap-

    tarse a los ideales de la burguesa. Su energa y juve ntu d

    deber dedicarsea unaintensa preparacin para se rmadre

    y

    sobre todo una bue na esposa. Para ello, en el sigloX IXse

    crea un contramodelo: la

    mujer

    histrica. La

    condicin

    femenina

    s upone un mayor grado de irritabilidad que no le

    permiten compaginar las tareas de fuera del hogar con la

    familia. Con la formalizacin de la

    histeria

    se

    reduce

    a

    patologa todo

    el

    comportamiento desviado femenino3.

    Es

    de sobra conocida la teora de Freud de que lahisteria se

    debe

    a la incapacidad de las mujeres para sublimar las

    represiones sexuales

    en la

    creacin artstica

    o en los

    traba-

    jos intelectuales. Pero, en definitiva, tanto hombres como

    3 La creencia de que exista una relacin e ntre los rganos sexuales y el

    cerebro

    se

    documenta

    ya en

    Juan Huarte

    de San

    Juan

    Examen de Ingenios para

    las ciencias Durante e l XV Ise crea que eltero se mova en el interior del

    cuerpo

    y en su

    movimiento ascendente provocaba

    la

    histeria.

    Ya en el

    siglo

    xvniesta creencia

    est

    desterrada,

    sinembargo, laideade laconexin uterina

    (Huarte de San Ju an) entre las dilataciones del tero y los problemas mentales

    de

    las mujeres permanece inamo vible.

    35

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    mujeressern reducidos a u nobjetosq ue debe respondera

    las exigenciasde unsistema: debeser una

    fuerza

    producti-

    va. El cuerpo debe se rrentable almximo incluso como

    instrumento de consumo: ahora es expuesto, vendido y

    consumido comou na mercanca ms.

    El

    siglo

    de la

    reivindic cin

    de l cuerpo

    Perosi elcuerpofue uno de los terrenos preferidos para

    el

    desarrollo

    de la

    ciencia

    a lo

    largo

    de la modernidad el

    sigloXX ha sido el

    siglo

    de la

    reivindicacin

    del mismo.

    Slo tenemos qu e hacer mencin a obras corno la de

    Melanie

    Kleinqueestudilaimportanciadelcuerpo mater-

    no en eldesarrollode losnios,aWilhelm Reichy lateora

    orgsmica delcuerpo,a

    Goffman

    y susteorasdelestigma

    a

    Mary

    Douglas que vio en elcuerpo un smbolo social o

    Marleau-Ponty que en su Fenomenologa de la Percepcin

    afirmaba que elcuerpo es nuestro medio general de tener

    unmundo.Sinduda,enesta reivindicacind elcuerpohan

    sido fundamentaleslas investigaciones llevadasa caboen el

    campo de l feminismo autoras como Luce Irigaray Monic

    Witting

    Audre Lorde, Adrienne Rich

    Susan

    Griffin y un

    largo etctera.En elartee lcuerpohacontinuado siendoun

    foco

    de

    atencin, pero desde coordenadas distintas: ahora

    se

    quiere dejar

    fluir el

    cuerpo

    y sus

    instintos como profunda-

    mentesabio.

    Paraqu eeste renacer de lcuerpo fuera posible, fuecru-

    cial elpensamientode Nietzsche queinvolucrelcuerpoen

    la

    experiencia esttica,que noconsiste tantoen lacontem-

    placin pasivay

    racional

    de unaobradearte, comoen una

    respuesta sensual yertica de l mismo como centro de la

    experienciaartstica.

    E nE l

    n cimiento

    de la

    tr gedi vea

    el origen de lacultura griega como

    fruto

    dionisiaco de la

    cultura ms quecomounproductode la racionalidad.Estas

    ideasinfluirn

    por

    ejemplo,

    e n

    WalterBenjamn

    que

    pen-

    saba

    que el

    arte

    era el

    nico

    producto

    humano capaz

    de

    des-

    pertarelsentidode lxtasisyaperdido parael sujetomoder-

    no disciplinado;

    o en Foucault, para el que toda

    socializacin implica

    la

    supresin

    de l

    deseo

    y el

    ejercicio

    36

    de unpoder directo sobrelos cuerpos.Ese control se ejerce

    fundamentalmente

    atravsd efbricas, escuelasyhospita-

    les.Elcuerpo pasaa sercontroladopor unbatallndeespe-

    cialistas: mdicos, psiquiatras, psiclogos,

    criminlogos...

    Elcuerpose haconvertidoen lametforade laencarnacin

    de lpoder, un poder que nonecesita ya ejercerl arepresin

    directa de los individuos, porque su dominio est en el

    hecho

    de ser

    omnipresente,

    al

    estar

    en

    todas partes produ-

    ciendo realidad.

    ElsigloX Xy lavisin siniestr de loorgnico

    En las representaciones del

    cuerpo

    del

    siglo

    XX

    llama

    poderosamente

    la

    atencin

    la

    visin siniestra

    de lo

    orgnico

    que transmiten algunos autoresen susobras.Sinduda fue-

    ron de gran influencia en este sentido George Bataille,

    Artaud HansBellmery susinquietantes muecas;ymani-

    festaciones

    ms

    recientes como

    los

    sacrificios animales

    de

    Wols lascabezas monstruosasdeMichaux,las

    performans

    de Gina Pane que secortaba con cuchillas, andaba sobre

    vidrio

    o se

    cosa

    la

    piel

    con

    hilo

    de

    colores,

    las

    Automuti

    laciones

    de Gnter Brus etctera. Estas representaciones

    extremasde lacorporalidad quieren contradecire larquetipo

    generadopor losmedios decomunicacindel ideal exclu-

    yente delcuerpo sanoyjoven,el cuerpo narcisista yreivin-

    dicar

    esa

    parte maldita sometida

    a la

    temporalidad,

    al

    dolor,

    yen ltimo extremoa la muerte. Este tipode representacin

    extremadelcuerpo estenconexincon la reivindicacin

    de lonatural,loprimitivo,qu ehicieronlasvanguardias,que

    admiraron las sociedades donde el sacrificio del cuerpo

    jugaba un papel

    fundamental

    como soporte de lintercam-

    bio simblico

    entre

    la diversidad de cdigos

    presente

    en la

    vidadel serhumanoycapazdehacerlo pasar seguramen-

    te

    con ayuda del chamn) del estado

    real

    inmediato y

    pragmtico, aaqul de la trascendencia y launincon la

    divinidad. Esto

    se realizaba casi siempre a

    travs

    del

    sufrimiento corporal, de l trance, qu e conecta el espritu

    con lodivino,tal vezpara simbolizarque elcuerpono es

    nada

    encomparacincon l.

    37

  • 7/23/2019 Perdidas en El Espacio. ASUN BERNRDEZ

    6/8

    Por otra parte, estas manifestaciones artsticas quieren

    contradecir el cuerpo funcionalizado que ha limitado en las

    interacciones el uso social de los sentidos. En nuestra cul-

    tura

    est limitado

    el uso del

    tacto,

    los

    olores corporales,

    y

    los sonidos estn tambin totalmente proscritos. Lo que ha

    ocurrido es que la sociedad occidental ha privilegiado la

    distancia fsica y la mirada por encima de cualquier otro

    sentido, hasta

    tal

    punto

    que

    nuestras

    experiencias

    corpora-

    les estn reducidas, en la mayora de los casos, al sentido

    de la vista. En la negacin de los otros sentidos parece latir

    el deseo de olvidar el cuerpo como algo perecedero y pre-

    cario,queslo apareceen momentos lmitede dolor, pla-

    cer, sexualidad,

    fatiga,

    h eridas, etctera. En este sentido se

    pueden explicar manifestaciones como la de Gnter Brus

    que se

    embadurnaba

    de

    excrementos

    o

    beba

    sus

    propios

    orines mientras cantaba

    el

    himno nacional

    de

    Austria.

    Desde que Rodin iniciara un modo de representacin

    tortuosa delcuerpocon suobraEl

    hombre

    de la n ariz rota

    de

    1864

    dondeporprimeravezdesaparecel experienciade

    la

    representacin

    del

    cuerpo como unidad,

    la

    complejizacin

    de la representacin del cuerpo no ha hecho m s que acen-

    tuarse. A partir de esta obra comienzan a aparecer represen-

    taciones parciales, rganos separados, sobre todo sexuales,

    queposteriormente Deleuze y

    Guattari

    llamarn

    mquinas

    deseantes Este proceso

    de

    descomposicin

    y

    fragmentacin

    del cuerpo se har ms radical en autores como Nauman,

    Sherman

    y Gober que en los aos 80 y 90 se vern afecta-

    dos por larealidad delSIDAeincidirn laideadel cuerpo

    precario, fragmentario y sometido a la temporalidad. Es

    como si se hubiese dado una saturacin de la imagen del

    cuerpo disciplinado, y la dualidad cuerpo/alma se hubiera

    sustituido

    por la de

    cuerpo

    perfecto/

    cuerpo maldito

    por

    estar sometido al tiempo y la decrepitud.

    Postmodernidad

    y

    cuerpo diseminado

    Han

    sido varias las metforas corporales que han acam-

    panado

    nuestra

    cultura

    en el

    proceso

    de

    tecnificacin

    sufri-

    do a lolargode laM odernidad. Las mscercanasa noso-

    tros son sin duda, la fantasa del monstruo del Dr. Fran-

    kenstein de M ary W. Shelley que surge precisamente en un

    momento

    de

    temor

    y

    admiracin hacia

    el

    desarrollo

    de

    nue-

    vastcnicas

    de

    perfeccionamiento mdico

    de la

    corporali-

    dad. Pero la figuraq ue ha recorrido la fan tasa de la civili-

    zacin industrial ha sido la del robot, representado de

    diversas forma s tanto en la literatura como en el cine. En un

    primer momento, esta

    figura era la

    encarnacin

    del

    temor

    humano a un mundo excesivamente

    tecnificado

    que ame-

    nazaba una precaria identidad. En los ltimos tiempos, sin

    embargo, esta figura ha sido sustituida por la imagen del

    cyborg unin de ciberntica yorganismo .Mientras que la

    figura del robot expresaba el temor de que el ser humano

    creara una mquina que llegase a dominarnos tanto fsica

    como intelectualmente, el cyborg muestra el proceso de

    integracin

    del hombre y la mquina que en los ltimos

    aos la ciencia est haciendo

    realidad

    4

    .

    Automticamente,

    ante esta

    figura delcyborg

    surgen algunas preguntas como

    qu nmero de prtesis tcnicas puede tener un cuerpo

    humano para seguir siendo humano?, dndereside enton-

    ces la

    identidad ? Pero

    en los

    ltimos tiempos,

    la

    fantasa

    ha

    ido incluso ms all y como explica Antonio

    Carona,

    la

    narrativa

    ciberpunk

    ha superado estas dos figuras propo-

    niendolo que elautor llamael

    cuerpo

    diseminado

    en elcibe-

    respacio Gibson, Rucker

    y Sterlin),

    donde cada sentido

    puede estar en un lugar diferente. El cuerpo supera sus pro-

    pios lmites fsicos, y sus sentidos pueden captar sensaciones

    que

    ocurren

    muy

    lejos

    del

    entorno fsico.

    En

    realidad,

    esto

    ha

    dejado

    de ser una

    mera fantasa

    y, por

    ejemplo,

    hoy es

    posible hacer operaciones quirrgicas en las que el mdico

    y

    e lpaciente estn separados porcientosde

    kilmetros

    5

    .

    En

    cualquier caso, esas creaciones literarias

    o

    cinematogrfi-

    4 No es de extraarque la fantasa haya introducidouna seried e

    figuras

    intermedias

    entre

    elhombrey elrobot,

    figuras

    queremitena unmododesen-

    tir que, por un lado pueden no ser todava plenamente humanas androide, el

    replicante),

    o figuras en la que su humanidad yaest pasadapor laincorpora-

    cin deprtesis tecnolgicas:humanos que h an dejado deserlo:cyborg.

    5 Por ejemplo,vid.ElPasdel 23 de mayo de1998 dondese cuentacmo

    un cirujano

    realiza una operacin desde Mallorca, estando el

    enfermo

    de

    hidrocefalia en Barcelona.

    38

    39

  • 7/23/2019 Perdidas en El Espacio. ASUN BERNRDEZ

    7/8

    cas

    tienen inquietantes concomitancias con la realidad:

    fecundaciones

    in vitro, trfico de rganos, la posibilidad de

    clonacin, los neomuertos: individuos en estado vegeta-

    tivo, muertes

    parciales:

    cerebro,

    corazn...,

    o elcasode

    la mujer gestante que es mantenida con vida en estado

    comatoso hasta

    que el

    nio

    es

    capaz

    de

    sobrevivir

    por s

    mismo...

    Estas

    experiencias

    que

    tienen

    con ver con la

    cor-

    poralidad como sede

    de la

    vida humana,

    han

    perturbado

    la

    conciencia

    de

    nu estros lmites,

    y han

    hecho

    q ue

    categoras

    fundamentales como la de sujeto, hayan entrado en crisis

    radical.

    Postmodernidad,

    mujer y

    cuerpos anerxicos

    En

    la

    postmodernidad

    se ha

    llegado

    una

    saturacin

    del

    modelo mecanicista

    d el

    cuerpo,

    una

    saturacin

    que ha

    lle-

    vado

    a los

    cuerpos hacia

    una

    especie

    de

    delirio

    de su

    propia

    manipulacin y recreacin continua. La tendencia a la supe-

    racin de nuestra cultura ya no parece estar representada

    slopor eldeseodeintervenir ennuestro entorno, sinoque

    es nuestro propio cue rpo el que se presta a la m anipulacin,

    a la interven cin directa, a la superacin de sus lmites: el

    cuerpo como exceso, el cuerpo como la materia contra la

    que se apuesta porque el desafo ya no est fueradel cuer-

    po sinodentrode l. Lo arriesgado loaudazy la excitacin

    perpetua

    se

    logran luchando contra

    el

    propio cuerpo.

    Se

    trata de superar loslmitesy todo el sufrimiento corporal

    que la sociedad contempornea seniega aaceptar, la pre-

    sencia

    de la

    muerte,

    la

    decadencia fsica, encuentra

    as una

    nueva va de expresin. Las manipulaciones del cuerpo yLa

    dialctica continua entre interdicto y transgresin no son

    algonuevoni exclusivo denuestra cultura. Muchas

    socie-

    dades han desarrollado un ideal de belleza: deformacin en

    lospiesde lasmujereschinas cuellos de lasmujeresKaren

    de

    Burma, labios deformados

    en la

    cultura ugandesa, fajas,

    corss y tacones en la nuestra, han sido fenmenos impor-

    tantes

    de simbolizacin social.

    Dentrodelordendeeste excesoquedominalosimb-

    lico

    contemporn eo, como manipulacin

    sobre

    el cuerpo

    de las mujeres, resulta muy interesante pararnos a pensar

    sobre

    el

    tema

    de los

    desrdenes

    alimenticios

    -bulimia

    y

    anorexia- vistos

    de

    esta perspectiva.

    Las

    dietas tampoco

    son

    algo nuevo,

    y han

    tenido

    funciones

    diferentes

    a lo

    largode lahistoria.Lonuevoes elcarcter epidmicoque

    est teniendo

    en una

    sociedad opulenta.

    En

    general,

    el

    control

    de la

    comida tena

    que ver con la

    posibilidad

    de

    controlar elcuerpo: por ejemplo, paralos griegos propor-

    cionaba dominioymoderaciny en la

    Edad Media

    era un

    camino

    d e

    purificacin espiritual para conseguir

    e l

    someti-

    miento de las pasiones. La anorexia, unida fundamen-

    talmente a las mujeres, como anorexia santa fue practi-

    cada

    por

    Catalina

    de

    Siena, Vernica Giulani, Beatriz

    de

    Nazaret, MargaritadeYpren, etctera. Elayuno como pro-

    teccin contra las fuerzas del mal, fue practicado en todo

    elmundocatlico.

    Ho yen da no selleva ladieta alextremo pormotivos

    espirituales, sino para imponer al cuerpo un nuevo ideal

    corporal,

    que

    abandona

    la

    tendencia higienista propia

    de

    pocas pasadas, y ms bien se produce un impulso agre-

    sivo con respecto al cuerpo tal como afirma Carmen

    Bauelos. La fobia a la gordura ha sido particularmente

    estudiada

    por la crtica

    feminista

    6

    .

    Es muy

    interesante

    el

    anlisis

    de

    Susan Bordo

    que

    analiza

    los

    cuerpos delgados

    que

    aparecen

    en los

    medios

    de

    comunicacin, comentando

    cmo las mujeres percibimos la gordura como una fuerza

    hostil dentro

    del

    cuerpo,

    el

    enemigo

    que

    explota dentro

    pesadamente, que nos impide la movilidad, algo que no

    podemos controlar. Bajo su punto de vista, la anorexia es

    socialmente

    ms

    aceptada

    que labulimia porque se apro-

    xima

    a la

    cultura

    del

    cuerpo ideal, mientras

    que el

    obeso

    6 NatalieAllon,The stigmaof overweight in vereryday

    Ufe, Obesity

    in

    Perspective (1983) y Marcia Millman,Such

    apretty

    face, 1980, analizan las

    dietas como una

    forma

    de religin ritual, y la go rdura es pecado y una identi-

    dad

    latente servicio social benefac tor. Susie

    Ohrbach,

    Fat es

    afeminist issue

    (1978); Hunger Strike: TheAnoretic s Struggle as a

    Metaphor

    for O ur Age

    (1986); Kim Chernin, Th e Obsession tratae ltema desdeel punto de vista

    psicoanaltico (1981). (Chernin,The obsession: Reflections on the Tyranny of

    slenderness, New York:Harper

    Row, 1986;

    The hungry

    self: women,

    eating

    and identity, NewYork:

    Times Books, 1985.

    41

  • 7/23/2019 Perdidas en El Espacio. ASUN BERNRDEZ

    8/8

    inducerabia por su apariencia indife rente de los estndares

    sociales. Susan Bordo ve en todo esto un proceso de nor-

    malizacin sobre las

    mujeres

    para conseguir cuerpos

    dciles, capaces

    de auto-control y

    dispuestas

    a

    mejorarse

    y sacrificarse por las normas

    sociales

    7

    .

    Por otra parte, la

    metfora

    del hambre ha sido una representacin continua

    de la sexualidad femenina: la diosa Kali, sedienta de san-

    gre, las brujas del XVvoraces e insaciables, las mujeres

    pantera de fines del

    X IX

    y

    principios

    de lX X,

    eran

    mujeres

    arrastradas por las pasiones y a la corporalidad. Silvia

    Tubertobserva cmo a medida que proliferan las represen-

    taciones terrorficas de la mujer insaciable, adelgaza la

    imagen del cuerpo femenino, que quiere aparecer como

    un a

    eterna nia o adolescente, pero la imagen andrgino

    de la

    mujer

    no slo tiende a apaciguar la inqu ietud que sus-

    cita

    el

    imaginario colectivo sobre

    los

    deseos femeninos,

    sino que tambin asume una significacin aparentemente

    contradictoria, que puede explicar su atractivo para las

    mujeres:

    le s

    ofrece

    u na

    perspectiva

    diferente

    de la del

    cuer-

    po maternal asociado a su destino reproductor.

    Vencerel propio cuerpo, someterlo a una

    serie

    de idea-

    les

    externos ignorando

    el

    sufrimiento.

    Parece como

    si las

    heronas de nuestros tiempos no fuesen las vencedoras, las

    triunfadoras

    ni mucho menos la s vctimas ni las mrtires,

    sino

    las

    sobrevivientes, aquellas

    que han

    estado prximas

    a la muerte, al desfallecimiento, y que sin embargo, lo ha

    conseguido una v ez ms: sobrevivir en el abismo del riesgo

    ante

    s

    misma. Como dice Vicente Verd Nada

    hay ms

    chic en la moda que la contravencin de loperfecto (...)la

    anorexia como una orga de la enfermedad sobre la salud .

    lcuerpo

    como

    cosa

    Tienen algo

    que ver la

    anorexia

    con el

    artista Rudolf

    Schwarzkogler

    1940-1969)

    que consideraba el cuerpo

    como un objeto de arte y que se quit la piel hasta morir?

    7 Bordo,

    Reading the

    slender body,

    Body Polines 1990).

    42

    o con el australiano Stelarc, que se haca suspender en el

    vaco colgadod e agujas?,o con la francesa Orlanque se

    somete a continuas operaciones de ciruga esttica cam-

    biando sucara,y no precisamente para ganare nidealde

    belleza tradicional?, est todo esto en relacin con la

    descorpreizacin

    ydesterritorializacina la que nossome-

    ten nuevas tecnologas como Internet? Yodira que s en

    cuanto so nfenmenosquerespondend eigual modoa esa

    cultura

    del

    excesocorporal. Diana Fembonneexplicaestas

    manifestaciones artsticas como expresiones de lo que

    denomina el bello extremo, que lo que hacen es resta-

    blecer as la relacin entre esttica y aisthesis de la que

    hablaba Nietzsche y que se haba perdido en el momento

    en el que

    sta

    fue

    reducida

    a lafilosofa de l

    arte. Cuando

    estos artistas hacen materia de arte su propio cuerpo, su

    propio

    sufrimiento,

    hacen presente un a nueva forma de

    trascendencia, un trnsito, un contacto con unadivinidad

    qu ese ha perdido, pero haciendo como si esto no importa-

    ra... el cu erpo entra en trance, el arte es

    pasin,

    sufrimien-

    to, acercamiento mstico y no racional: ese sentimiento

    artstico del que hablaba Nietzsche,

    Btanle,

    Klossovskiy

    tantosotros...

    Mario

    Perniola

    en su libro recin traducido El

    sex-api-

    lle de lo inorgnico, dice cmo en losltimos tiempos se

    ha radicalizado la experiencia en el cuerpo como vestido:

    maquillaje, tatuaje,

    gimnasia, peluquera, diettica, ciruga

    plstica o ingeniera gentica son los pasos sucesivos de un

    camino que con duce al ser humano a sentirse casi cosa,

    a

    borrar las fronteras, comodicetambin Donna Haraway

    entre

    lo artificial y lo

    natural.

    Es

    decir,

    el fin de las

    cate-

    goras animado/inanimado, animal /humano, etc. Este

    cuerpo extremo, ese sentirse como un a

    cosa

    en un

    continuo estado de trance, es la materia bsica para llevar

    a la

    prctica

    un a

    esttica

    de l

    lmite,

    qu e

    consiste

    en

    hacer

    como si la muerte no existiese o no tuviera ninguna impor-

    tancia,

    porque

    tal vez la

    alteracin fsica

    de uno

    mismo

    proporciona

    el

    enfrentamiento

    con la

    violencia

    m as

    radical

    y arriesgada.

    43