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PERIÓDO DE INTEGRACIÓN EN LA COSTA
En el litoral ecuatoriano tres culturas importantes se ubican en este período: la cultura
milagro, la manteña, y la huancavilca. La primera ocupó áreas geográficas del Golfo de
Guayaquil y todo el sistema fluvial del Río Guayas. Los asentamientos manteños se
encuentran alrededor del norte de Manabí, rodeando parte de Bahía de Caraquez, la Isla de
la Plata, y la actual ciudad de Manta. Los huancavilcas se circundan desde el norte del
Guayas hasta el norte de la provincia de El Oro.
CULTURA ATACAMES (700 DC - 1526 DC)
La Cultura Atacames es la expresión más septentrional del Período de Integración en
Ecuador. Se ubica en la provincia de Esmeraldas, y ha sido definida fundamentalmente por
las excavaciones arqueológicas de los sitios de Atacames, Balao y Tonsupa, todos en la
línea de costa.
Atacames-Castelnuovo: Es el sitio en el que se definió la cultura que comentamos. La bahía
de Atacames se abre en la costa a 20,5 Km. hacia el sur de la desembocadura del río
Esmeraldas y tiene una extensión de 6 Km. El yacimiento ocupa unas 127 hectáreas, donde
se localizaron 65 montículos habitacionales en la Hacienda Castelnuovo, aunque existen
evidencias de otros muchos.
Dos son las tolas que destacan por el tipo de material asociado, E-69 y E-86, que incluyen
artefactos de tipo ornamental o suntuario y ceremonial. Alcina sugiere que pudiera tratarse
de templos; por otro lado, E-101 y E-86 también han servido de enterramientos.
Las investigaciones en este yacimiento principal, han permitido distinguir dos fases:
Atacames Temprano (700-1100 d.C.) y Atacames Tardío (1100-1526 d.C.). En esta última
se intensifican los rasgos ya delineados en la primera y se vincula con la fase Balao.
El asentamiento, tal y como fue visto por los españoles en 1527, era un gran poblado con
1000 ó 1500 casas, calles, plazas. Como manifestación expresa, aunque seguramente
sobrevalorada, de esta copiosa población, comenta Xerez que, les "salieron a recibir más de
diez mil indios de guerra" .
Balao (E-1): situado sobre un pequeño acantilado, junto al estero del mismo nombre,
muestra un asentamiento de tipo disperso, en esto se diferencia de Atacames, además la
ausencia de cerámica de lujo. La similitud de los tipos ordinarios con la de Atacames
sugiere que se trata de una aldea o estación dependiente, posiblemente de pescadores que se
dedicaban a ahumar y comercializar el pescado con las poblaciones del interior, o incluso
de asentamientos costeros mayores. Balao se ha fechado entre 860 y 1390 d.C.
Tonsupa: yacimiento investigado también por la Misión Arqueológica Española en los años
70, que aportó datos de interés para definir la fase Atacames.
Las evidencias arqueológicas de las que podemos deducir las diferentes artes de pesca
desarrolladas por los pobladores de Atacames son de dos tipos, por un lado los restos
zooarqueológicos y por otro los útiles líticos. El primer aspecto ha sido trabajo acometido
por Guinea en años anteriores (1982, 1984), por lo que nos centraremos en el estudio y
clasificación de los artefactos líticos, poniéndolos en relación con los distintos sistemas de
pesca. Además de las evidencias arqueológicas, el análisis de las fuentes históricas es
fundamental a la hora de interpretar y comprender la estructuración y el funcionamiento de
estas sociedades.
Se han encontrado figuras hechas a mano y en moldes representando a mujeres en estado de
embarazo dando a luz y otras con cabezas de animales
CULTURA MILAGRO-QUEVEDO
La Cultura Milagro-Quevedo existió desde aproximadamente 500 d. C., hasta la llegada
de la invasión española alrededor del año 1500 d. C. Emilio Estrada le dio este nombre por
haber encontrado restos cerca del río Milagro y en Quevedo.
Esta cultura prehispánica ocupó la zona comprendida entre las estribaciones occidentales de
la cordillera de los Andes y las colinas del litoral ecuatoriano, constituyendo, con los
Atacames, Jama II y Manteño-Huancavilca las últimas culturas en la costa ecuatoriana
antes de la llegada de los primeros españoles en 1526, con quienes se iniciará el periodo
creatacio de conquista y colonización.
Milagro-Quevedo constituye una de las culturas precolombinas que mayores territorios
ocupó, pues su expansión comprendió todo el sistema fluvial del Guayas incluyendo sus
dos grandes ríos Daule y Babahoyo, y todos sus afluentes.
Se definían étnicamente como chonos, sus miembros fueron consumados orfebres que
trabajaron delicadamente el oro y la plata, y llevaban para su adorno personal hasta doce
aretes (seis en cada oreja), no solo en el lóbulo sino alrededor del pabellón
.
Uno de los rasgos que caracterizaban a esta cultura y quizá el más destacado fue la
existencia de un gran número de Tolas en casi todo el territorio que ocuparon.1 A menudo
estas Tolas se encuentran en grupos, pero las hay también aisladas. Los tamaños son
variables, así como sus formas. Las más pequeñas suelen medir unos 10 metros de diámetro
por apenas solo dos de altura, mientras que las más grandes pueden tener dimensiones
impresionantes: más de 100 metros de longitud por unos 30 de altura y sobrepasando los 10
de altura. La cultura ocupó los territorios actuales de las provincias del Guayas, Los Ríos y
El Oro. Sus trabajos en cerámicas son muy variados con representaciones de serpientes,
ranas, lechuzas y otros anfibios.
Fueron alfareros, cazadores y agricultores y se destacaron por su trabajo con los metales
como oro y cobre. Emplearon la fundición, aleación y enchapado. Realizaron con gran
belleza narigueras, adornos para el cuerpo, anzuelos, cuchillos cascabeles, pinzas, figurillas,
clavos, láminas decorativas, pectorales de
oro repujado, espejos de pirita con marco de plata.Para cultivar utilizaron bancos
artificiales construidos en los terrenos cercanos, llamados camellones formando campos
elevados y zanjas que los separaba. Esto tenía como finalidad evitar que los cultivos se
inunden.
Elaboraban fertilizantes con el limo y las sustancias orgánicas que quedaban en las zanjas.
Le rendían especial culto a la muerte. Se han hallado tolas funerarias agrupadas en torno a
grandes plataformas, en donde el difunto era sepultado con sus mejores pertenencias, sobre
todo sus joyas.
Se han encontrado unos instrumentos especiales llamados torteros que servían para hilar y
luego tejer en algodón. Las telas que usaban los jefes tenían hilos
de oro y plata y adornos de conchas de colores.
Se ha encontrado una cerámica incipiente, salvo raras tazas o vasos de bella pintura
negativa, que se conocen como “cocina de brujo”, por la decoración que parece representar
prácticas de brujería.
Las casas eran de bahareque (pared de palos entretejida con cañas y barro) parecidas a las
de la costa actual. Las hacían elevadas sobre postes para evitar la inundación en la estación
invernal y para asegurar la ventilación.
Desarrollaron la peculiar costumbre de incrustarse gránulos o plaquitas rectangulares de oro
en los dientes. Una de las ramas que desarrollaron fue la
metalurgia. Trabajaron en oro y platino con la técnica del repujado y martillado. Fabricaban
máscaras de oro utilizadas en los funerales, se cree que eran retratos de los difuntos.
Decoraban sus cerámicas con líneas de color rojo y decoraciones geométricas. Elaboraron
también silbatos zoomorfos, muy estilizados; figurillas humanas de ambos sexos.
En cuanto a su cerámica, aunque es bastante estereotipada y por lo general monocroma,
presenta características muy particulares. La gama de sus formas abarca platos de fondo
plano, ollas con trípode, vasijas grandes y pequeñas, cuencos y compoteras, etc., es decir,
una cerámica utilitaria en la que lo funcional adquiere relevancia sobre lo artístico y
estético.
CULTURA MANTEÑA
La Cultura Manteña se desarrolló aproximadamente desde el año 800 hasta el 1530. Las
crónicas españolas dicen que los manteños tenían conocimientos de navegación y pesca,
vivían en pequeñas casas de madera, y poseían artesanías de oro y esmeraldas. Uno de sus
centros religiosos era la Isla de la Plata, así como el Cerro de Hojas, ubicado entre lo que
actualmente es Manta y Portoviejo, donde se encontraron sillas o tronos de propósitos
religiosos.
Cuando llegaron los españoles a lo que sería América encontraron una sociedad en pleno
desarrollo, los manteño -guancavilca. Se ubicaron un poco más al norte de Bahía de
Caráquez hasta la isla Puná incluyendo la cordillera costera. Las crónicas españolas relatan
que encontraron hombres que se deformaban los cráneos y se trasquilaban dejándose una
corona de cabello. También se realizaban incrustaciones Construyeron edificios de hasta 60
m. de largo y 19 de ancho.
Tenían diversos rangos sociales, los que se representaban en el tamaño de sus casas y la
calidad y cantidad de los adornos personales.
Sin duda alguna una de las manifestaciones artísticas de este pueblo fueron las silla en U, se
trataban de tronos tallados en piedra que indicaban poder, por habérselos encontrado en
centros ceremoniales. Estas sillas presentaban en su base representaciones humanas o
felinos postrados, eran utilizadas por los jefes en el primer caso y por los sacerdotes en el
segundo.
Enterraban a sus muertos en vasijas de forma globular, de color muy oscuro y brillante.
Realizaron máscaras mortuorias en metal. Entre sus costumbres estaba el sacrificio
humano, y adoraban a diferentes animales como la serpiente, el jaguar, el puma, el venado
y los lagartos