Permanencia de la Ley de Dios

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    1/17

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    2/17

    INTRODUCCION

    Gran muestra de lo que nos falta por aprender acerca de la voluntad de Dios para nosotros

    como cristianos se ve reflejada en el hecho de que no tenemos presente o memorizados

    muchos de los mandamientos dados por Dios en el Antiguo Testamento, por ejemplo, el

    Decálogo. ¿será que gran parte de la iglesia podrá recitarlos de memoria y en orden? Esto

    lo pregunto, porque seguramente esto puede ser un reflejo de una realidad presente en sus

    corazones, donde no consideran que la voluntad de Dios se refleje verdaderamente en el

     Antiguo pacto, es más, la poca lectura del antiguo testamento entre los creyentes es

    muestra también de esta realidad.

    Por esta razón, es de suma importancia estudiar si la voluntad de Dios mostrada para el

    pueblo de Israel por medio de la ley continua vigente para nosotros en la actualidad, o

    simplemente esa ley era única y exclusivamente para el pueblo de Israel que estaba en

    medio de una revelación progresiva del plan de Dios.

    Por medio de este ensayo, me he propuesto responder a la pregunta de cómo debemos

    usar la ley del Antiguo Testamento hoy en día, que viene unida a preguntas como si la ley

    de Dios sigue vigente, o que cosas si permanecen y cuáles no. También se tratará de

    replantear esta pregunta, para llevar al lector a meditar en si la pregunta inicial es la

    correcta, o más bien esta debe ir encaminada a si debemos mejor definir que estándar

    seguiremos para vivir una vida moral cristiana conforme a la voluntad de Dios.

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    3/17

    La Ley de Dios

    Hay un lema que abunda en la cristiandad, y que tristemente se ha tornado en una

    afirmación de doble filo, porque, aunque en un sentido es algo verdadero, se ha malentendido y llevado al otro extremo, esta frase es: "estamos bajo la gracia, no bajo la ley" .

    Entonces, ¿en qué sentido esta frase es verdadera? ¿en qué sentido no lo es? ¿en qué

    sentido estamos bajo la gracia? Y ¿en que sentido estamos o no bajo la ley de Dios? Esta

    son preguntas que iremos respondiendo a lo largo de este ensayo para mostrar como la ley

    sigue vigente para los cristianos y en qué sentido hay algún tipo de discontinuidad en la Ley

    (si se puede expresar de esta manera) para nuestros tiempos.

    Lo primero que habría que mencionar, es que toda la Palabra de Dios nos enseña que

    nuestro gran Dios ha creado todas las cosas, que gobierna cada parte de la creación, y que

    su gloria se evidencia en cada parte de esta por lo que nadie podrá decir que no existe un

    creador supremo. Como decía el salmista: "Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;

    y su entendimiento es infinito" (Salmo 147:5), y "La ley del Señor es perfecta, justa, limpia,

    verdadera y dulce" (Salmo 19). Esto lo menciono, porque si como primera medida tenemos

    esto presente, podremos ver en la ley de Dios belleza, santidad y una cura para la horrenda

    enfermedad de creernos autosuficientes, y así poder gritar con júbilo lo mismo que el rey

    David exclamo: "Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley" (Salmo 119:18), ya que,

    como dice Keizer, “esta ley era para toda la vida en la tierra; no simplemente para una vida

    íntima, religiosa o espiritual” .1 

    1  A. Keizer, La Palabra de Dios: libro de vida para este tiempo (Madrid: FELIRE, 1982), p. 12 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    4/17

    Lo segundo que habría que mencionar para ver la importancia de la Ley Divina, es que

    después de la caída del ser humano, este murió espiritualmente y ahora no podía

    relacionarse con Dios de una manera intima (Efesios 2:1; 2:12; Col 2:13), perdiendo así la

    capacidad de obedecer la ley de Dios que este tenía en el Edén. Sin embargo, para este

    problema, Dios en su infinita sabiduría comienza a revelarnos de una manera cada vez más

    clara que siempre se relacionara con el ser humano por medio de pactos (incluyendo el

    tiempo histórico en el Edén).

    Por esta razón, como en cualquier “contrato”, en un pacto hay dos partes (Génesis 12:1-17;

    Deuteronomio 7:7, 8; 30:1-10). Por un lado, Dios promete bendecir a Su pueblo si ellos

    guardan sus mandamientos y le honran, mientras, por otro lado, si ellos incumplen su parte,

    entonces Dios los castigará. ¿y por qué menciono esto sobre los pactos? Porque

    precisamente, el pacto encuentra gran parte de su expresión en la ley que Dios le dio al

    pueblo de Israel.

    Bien dice David Cook, y me permito parafrasearlo, que en el Antiguo Testamento Dios

    revela sus normas a la humanidad a través de leyes, y aunque la más conocida es el

    Decálogo, este es meramente una parte de un conjunto normas, como las leyes civiles,

    ceremoniales y morales (Éxodo 20; Deuteronomio 5), por medio de las cuales Dios revela

    Su naturaleza, carácter y voluntad.2 

    2 David Cook, El Laberinto de la Ética: Un Camino de Exploración de la Ética Cristiana (Barcelona:

    Clie, 2004), p. 75 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    5/17

    ¿Qué es la ley de Dios?

    Haciendo un compendio de los diversos párrafos del capítulo 19 de la confesión de Fe de

    Londres, podría decirse por el momento (teniendo en cuenta la relación Pacto –condiciones,

    mencionadas anteriormente), que le Ley es un conjunto de normas dadas por Dios al

    hombre para que este las obedeciera y así obtener las bendiciones por parte de Dios, las

    cuales, primeramente fueron escritas en el corazón del hombre y así se mantuvieron hasta

    que a Dios le agrado dársela al pueblo de Israel de manera explícita en el monte Sinaí, a

    través de 2 tablas y manifestada en 10 mandatos. Con el tiempo a estos Dios añadió leyes

    civiles, ceremoniales y morales.3 

    Soy consciente de que, en esta definición anterior, a propósito, hacen falta expresiones

    claves (mencionadas en la misma confesión de fe de Londres de 1689) para evitar el mal

    entendimiento de lo que es la Ley, pero estas serán mencionadas y explicadas de una mejor

    manera en el tópico que tratara sobre el verdadero propósito de la Ley.

    No es fácil dar una definición de lo que es la Ley, ya que hay mucha variedad en el uso de

    esta en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, ya que, por ejemplo, al comienzo

    la palabra Ley se limitó al decálogo expresado en Deuteronomio, para luego referirse en un

    sentido más amplio al Pentateuco. Claramente el concepto de ley fue creciendo de manera

    continua en el toda la Escritura, pero lo mejor es concluir que “ la ley es una expresión del

    carácter de Dios y por lo tanto se trata de una unidad, porque él es una unidad ” .4 

    3 Puritanos, Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689 (Medellín: Alfa Communications, 2012),

    p. 77 - 80 4 James Montgomery Boice, Los Fundamentos de la Fe Cristiana (Miami: Unilit, 1996), p. 224

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    6/17

    ¿Cuál es su propósito?

     Ampliando ahora la definición de Ley dada anteriormente, podría decir que la Ley tenía el

    propósito general de mostrar el estándar o voluntad de Dios frente a su creación con la cual

    se había relacionado mediante pactos, la cual no podíamos cumplir. Aunque algunos

    autores definen el propósito principal de esta revelación diciendo que “es el medio principal

     por el cual Dios revela que el pecado es pecado y el pecador es un pecador” ,5 sin embargo,

    al ser esta una definición muy general, algunos autores clasifican el propósito de la ley de

    la siguiente manera: a) mostrar la manera de vivir para un pueblo escogido y rescatado, b)

    estaba destinada a refrenar el pecado, c)   revelar y excitar el corazón pecaminoso, d)

    demostrar la naturaleza pecaminosa del pecado, e) convencer al individuo de pecado, f)

    preparar al creyente para Cristo y e) revelar la naturaleza de Dios.6 

    La Ley mostraba al pueblo como vivir, y aunque era algo más que un código de conducta,

    la promesa "haz esto y vivirás" nunca significo para Israel un sistema de salvación por

    obras, porque todos los creyentes que se salvaron en el Antiguo Testamento lo hicieron de

    la misma forma que los creyentes Neotestamentarios: por medio de la Fe. La Ley más bien

    era la muestra del favor de Dios hacia el pueblo que aparto para Si mismo, con el cual se

    relacionó por medio del pacto, con el fin de guiarlos hacia nuestro Salvador Jesucristo.

    Paradójicamente, a pesar de que la Ley si cumplió en parte su labor de hacer a Israel

    diferente a otros pueblos y refrenar en parte su maldad (como dice Calvino: "la función de

    la ley es...que el temor al castigo modere a ciertos hombres que permanecen indiferentes

    a cualquier cuidado sobre lo que es justo y correcto si no son coaccionados por las

    amenazas de la ley" 7 ), también les mostro su pecado y los incito de alguna manera a pecar

    5 James Montgomery Boice, Los Fundamentos de la Fe Cristiana (Miami: Unilit, 1996), p. 223 

    6 Francisco Lacueva, Ética Cristiana (Barcelona: Clie, 1975), p. 60 - 61 

    7 Calvino, Institución de la Religión Cristiana (Internet), pp. 358-59. 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    7/17

    aún más (Ro. 5:20; 7:7; 1 Cor. 15: 56). Aunque, siendo sincero, la definición del propósito

    de la Ley que más me impacto, fue la de Bolton, citada por Bahnsen, al decir que “La Ley

    nos envía al Evangelio para que seamos justificados; y el Evangelio nos retorna a la Ley

     para inquirir cual es nuestro deber como gente justificada” .8  

     Además de esto, algunas personas consideran que la ley son normas morales que se deben

    cumplir con el objetivo de ganar méritos delante de Dios para ser salvos del castigo que

    vendrá en el día final, sin embargo, aunque es cierto que la ley limita el mal y expresa la

    voluntad divina, el propósito primordial de la ley es convencernos de que somos pecadores

    y que tenemos necesidad de un Salvador. Precisamente, por eso la Escritura dice que la

    Ley es ese ayo que nos guía a Jesucristo (Gal 3:14), puesto que al verla e intentar cumplirla,

    nos encontramos con la realidad de que somos incapaces de efectuar a cabalidad cada

    demanda de la ley.

    ¿Discontinuidad en la Ley?

    Lo primero que pretendo aclarar es que cuando hablo de discontinuidad, quiero referirme a

    si la ley continua vigente para el cristiano al día de hoy, puesto que algunos defienden la

    idea de que la ley solo fue dada para Israel como nación y que por eso ahora esta no aplica

    a nosotros porque estamos bajo la gracia que se nos ha dado como creyentes, por medio

    de Cristo Jesús.9 

    Entonces, y sin más preámbulos, debe decirse y aseverarse que la ley (por lo menos la

    moral o decálogo) siguen vigentes a nuestros días, ya que esta muestra la voluntad santa

    8 Greg L. Bahnsen, He Aquí el Estándar: La Autoridad de la Ley de Dios para Hoy (Texas: ICE,

    1990), p. 1399 James Montgomery Boice, Los Fundamentos de la Fe Cristiana (Miami: Unilit, 1996), p. 224 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    8/17

    de Dios para el ser humano, sin embargo, hay que decir que esta no ha perdido vigencia

    en el sentido de que el espíritu con el que fue dado es invariante, por que la voluntad de

    Dios es inmutable. Sin embargo, teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado en el

    propósito de la Ley, esta nunca fue dada para justificar y mucho menos para santificar,

    puesto que esta Ley era débil por causa de nuestra carne (Romanos 8:3-9), ya que era Dios

    mismo quien enviaría a su propio Hijo unigénito en semejanza de carne de pecado y como

    ofrenda por este, para cumplirla y condenar al pecado en la carne, para que el requisito de

    la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al

    Espíritu.

    No obstante, es de suma importancia mencionar que Jesucristo dice en Mateo 5:17-19: “No

     penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino

     para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni

    una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que

    quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy

     pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe,

    éste será llamado grande en el reino de los cielos” , por lo que tenemos que asumir que

    Bahnsen está muy en lo cierto cuando, parafraseándolo, expresa que la actitud nuestra

    frente a la Ley es que tenemos la obligación de obedecer todo mandamiento del Antiguo

    Testamento, a no ser que el Nuevo Testamento indique lo contrario. En otras palabras,

    como cristianos debemos asumir continuidad en vez de discontinuidad en la Ley, porque

    “la Palabra de Dios, se debe tomar como autoridad continua hasta que Dios Mismo lo revela

    de otra manera” .10 

    10 Greg L. Bahnsen, He Aquí el Estándar: La Autoridad de la Ley de Dios para Hoy (Texas: ICE,

    1990), p. 22 - 23 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    9/17

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    10/17

    bajo la Ley”, bien lo decía Juan Newton, el teólogo, autor de himnos, y ex-dueño de barcos

    de esclavos convertido al abolicionismo: "Es un uso ilícito de la ley, es decir, un abuso de

    tanto la ley como el Evangelio, el pretender que su realización por Cristo liberta a los

    creyentes de cualquier obligación hacia ella como regla. Tal afirmación no solo es mala,

    sino absurda e imposible en sumo grado: porque la ley está fundada en la relación entre el

    Creador y la creatura, y debe permanecer ineludiblemente en vigor por cuanto esa relación

    subsiste. Mientras que Él sea Dios, y nosotros creaturas, en cada cambio de estado o

    circunstancias posible o imaginable, Él debe tener un derecho sin rival a nuestra reverencia,

    amor, confianza, servicio, y sumisión".11 

     Ahora, solo basta con haber leído el nuevo testamento para darse cuenta que si hay pasajes

    claros que muestran que ha habido algunas leyes que ya no aplican para nosotros como lo

    hacían para la nación de Israel, es decir, algunas han sido cumplidas y otras se deben ver

    de una forma nueva. En esto debemos ser muy cuidadosos y comprometernos a

    permanecer en la regla de que el Nuevo Testamento debe interpretar el Antiguo Testamento

    para nosotros, lo que nos lleva a ver qué actitud tenia Jesús y los apóstoles hacia la ley de

    Moisés, para saber qué es lo que fija la ética cristiana.

    Ejemplos de discontinuidad en la Ley, podrían ser los mandamientos localizados que Dios

    dio al pueblo para un uso específico en situaciones concretas, como el mandato de ir y

    tomar la tierra de Palestina por la espada, o los detalles culturales mencionados en muchas

    de las leyes de Dios usados para ilustrar el principio moral que Él requería, como por

    ejemplo, la diferencia entre causar una muerte por accidente y un asesinato alevoso que

    fue ilustrada por una "cabeza de hacha desprendida; lo que tiene autoridad moral

    11 Greg L. Bahnsen, He Aquí el Estándar: La Autoridad de la Ley de Dios para Hoy (Texas: ICE,

    1990), p. 138 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    11/17

    permanente es el principio ilustrado, no el detalle cultural usado para ilustrarlo. Otro ejemplo

    importante, y que se explica a lo largo de toda la carta a los hebreos, son las leyes

    ceremoniales de sacrificio del A.T, las cuales eran sombras "débiles y pobres” del sacrificio

    perfecto de Cristo que había de ofrecer y consumar. Junto a esto, otros ejemplos

    importantes serían las estipulaciones en cuanto a la tierra de Palestina, que con la venida

    y establecimiento de ese reino figurado por la "tierra prometida” y con   la eliminación de

    privilegios especiales del reino de los judíos por Cristo, las leyes que regulan los aspectos

    de la tierra de Canaan (por ejemplo, los terrenos familiares, las ubicaciones de ciudades de

    refugio, la institución del levirato (Deuteronomio 25:5-10) se han abrogado en el Nuevo

    Testamento como inaplicables. 12 

    Como lo mencione anteriormente, estas “discontinuidades” en lo referente a la Ley son

    claramente sustentadas en el Nuevo Testamento, por ejemplo, al Apóstol Pablo el 2

    Corintios 3 sustenta, entre otras cosas, que el Nuevo pacto supera en gloria al Antiguo,

    porque dice que, si alguien exalta el antiguo pacto sobre la majestuosidad del Evangelio,

    aquel está gravemente equivocado porque principalmente el Antiguo Pacto sobresale por

    que resalta la condenación que trae la muerte. Además de esto, aunque la Ley demanda

    cosas buenas, la pecaminosidad del hombre da como resultado de la ley buena la muerte,

    porque quien siga la ley como medio para ser justificado hallara como resultado

    condenación (Gálatas 2:16; 3:11). Esta doble característica de la Ley también la ve Pablo

    en 2 Corintios 3:7, 13, porque ve la gloria de esta y la condenación que esta confiere al

    hombre.

    12 Greg L. Bahnsen, He Aquí el Estándar: La Autoridad de la Ley de Dios para Hoy (Texas: ICE,

    1990), p. 4 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    12/17

    La Escritura muestra también que la ley ceremonial y de sacrificio ahora no aplica a nosotros

    porque estas prefiguraban la obra de Cristo, es más, la “imperfección” de la Ley se evidencia

    en que los sacrificios se debían hacer cada año, por el sacerdote y el pueblo estaba

    separado de Dios por un velo (Hebreos 10:4), el cual se rompió cuando la obra de Cristo se

    consumó (Marcos 15:38; Hebreos 10:20) y ahora podemos entrar libremente ante la

    presencia del Padre (Hebreos 10:19; 4:15-16; 6:18-20).

    Con esta realidad en mente, podemos ver que en Cristo tuvieron cumplimiento la mayor

    parte de las leyes del Antiguo Pacto, como las ceremoniales que prefigurarían la obra de

    Cristo y al consumarlas, ya no tienen aplicación en nosotros, sin embargo, de estas leyes

    queda el principio de que para acercarse a Dios solo se puede hacer por medio de un

    intermediario que nos represente ante Dios: Jesucristo; de esto el escritor de Hebreos deja

    gran claridad de como el nuevo pacto es mejor que el Antiguo y como Cristo es superior en

    todo a la Ley.

    También las leyes civiles en gran parte no tienen cumplimiento ahora en nosotros porque

    principalmente estas regulaciones querían mostrar al pueblo que este debía vivir de manera

    diferente a los demás, ya que habían sido apartados por Dios y para Dios, lo que nos deja

    el principio a nosotros de vivir en santidad, apartados para Dios, siendo diferentes a los

    incrédulos, por medio de la confirmación de nuestras vidas a la imagen de Jesucristo. Esto

    tiene una explicación en que ahora en el Nuevo Pacto la Iglesia no está ligada a una nación

    terrenal como Israel como en al Antiguo Testamento, por lo que estas leyes menos

    aplicarían en nosotros (Filipenses 3:20).

    Respecto a las leyes dietéticas (que algunos las incluyen dentro de las leyes civiles) y lo

    que estas simbolizaban (separación entre lo puro e impuro), estas ya no se observan por

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    13/17

    los cristianos, porque ahora los gentiles en el Nuevo Pacto también hacen parte del pueblo

    de Dios y a estos no se les debe llamar impuros (Hechos 10) ni por no pertenecer a la

    nación de Israel, ni por comer ciertas comidas (Marcos 7:19; Hechos 10:15; Romanos

    14:17). Para el cristiano, el principio que queda es que debe separarse de toda impiedad o

    incredulidad en todas las áreas de su vida (2 Corintios 6:14-18). Este principio queda mas

    claro con expresado por el Apóstol Pablo en Colosenses 2:16 - 17 “Por tanto, nadie os

     juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,

    todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.”  

    Legalismo y Antinomianismo

    Es común que ante la falta de profundización en el estudio de la palabra se termine

    tergiversando algunos principios básicos de la Fe cristiana, como en este caso: sobre la ley

    de Dios, por esta razón me parece importante mencionar estos dos dañinos extremos para

    evitar caer en ellos. El legalismo como tal, podría definirlo como un malsano y extremo

    apego estricto a las normas, cueste lo que cueste, convirtiendo estas en un fin en sí mismo,

    sucumbiendo ante el peligro de amar más la Ley que al mismo Dios que proporcionó su

    voluntad santa por medio de la Ley.13, 14

    Este extremo fue en el que cayeron los fariseos de la Biblia, los cuales llenaron la ley de

    Dios de consideraciones y estipulaciones exageradas, haciendo perder en medio de tanta

    división el verdadero espíritu de la Ley, haciéndolos a ellos con el tiempo, auto promotores

    de su capacidad de “cumplir la ley” y de tener el favor indudable de Dios. 

    13 David Cook, El Laberinto de la Ética: Un Camino de Exploración de la Ética Cristiana (Barcelona:

    Clie, 2004), p. 88 14 Gerald Nyenhuis - James P. Eckman, Ética Cristiana: Un enfoque Bíblico - Teológico (Miami:

    Unilit, 2012), p. 99 

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    14/17

     

    Teniendo esto en mente, debemos decir entonces que es normal la impopularidad de la

    mención de la vigencia de la Ley, ya que el legalismo ha rodeado y penetrado en lo mas

    profundo de las iglesias cristianas de la actualidad, por lo menos de las que tengo

    conocimiento en mi ciudad. Por ejemplo, el legalismo se presenta en comportamientos

    como el que un pastor no pueda tener un contacto físico con alguien antes de ministrar

    porque se puede contaminar, o en que no se puede ver ciertos programas televisivos o

    escuchar algún tipo de música porque te puede contaminar y hacerte impuro ante Dios.

    Por esto, a pesar de que caer en el legalismo es un peligro latente en muchas iglesias

    actuales, esto para nada debe impedirnos decir con total tranquilidad que la ley de Dios

    sigue vigente al día de hoy (obviamente con las aclaraciones mencionadas en el transcurso

    del ensayo).

    Respecto al Antinomianismo, debemos ser justos y mencionar que hay diversas

    manifestaciones de este y que lo mejor en mencionarlas cada una de manera rápida para

    intentar identificar en cual o cuales aplican a la iglesia contemporánea. El antinomianismo

    disoluto, por ejemplo, es el caracteriza a la secta creciendo en gracia, ya que estos

    consideran que hemos sido salvados por la gracia, aparte de las obras de la Ley, nos hemos

    liberado de la necesidad seguir algún código moral de cualquier clase. Las leyes o reglas

    no tienen ningún lugar en la vida del cristiano, y en ese grado, en principio, la puerta está

    abierta a una licencia completa respecto a cómo vive el creyente. Esto es de gran peligro

    para la iglesia, por que termina llevando a la persona a un libertinaje desenfrenado, aunque

    esto a larga mostraría precisamente que esta persona no ha nacido de nuevo.

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    15/17

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    16/17

    la ley de Dios en nuestras vidas, sino más bien, deberíamos preguntarnos cuál debe ser el

    estándar que debemos seguir cuando debamos hacer juicios de moralidad sobre nosotros

    mismos y los demás, frente a cualquier situación que sucede en nuestras vidas.

    Esta pregunta se hace de vital importancia, ya que, en medio de un mundo relativista y

    libertino, con ideales de libertad de pensamiento y conducta, el creyente no debe dejarse

    permear por esto y más bien debe tener claro cuál va a ser su estándar para llevar una

    moralidad Bíblica que agrade y glorifique a Dios, ya que si su moralidad cristiana está

    basada en conclusiones personales y amañadas de la Escritura, las convicciones que rigen

    su vida harán de este creyente un mal testimonio de la gracia de Dios ante este mundo

    caído, por ejemplo, si un cristiano no estudia concienzudamente en qué sentido la ley sigue

    o no vigente para nosotros, este terminara cayendo en cualquiera de los dos extremos que

    mencionamos en este ensayo, y cualquiera de los dos son de mal testimonio y manchan la

    gloria de Dios, estos son: el legalismo y el antinomianismo.

    El Legalismo pondrá cargas innecesarias y hasta antibiblicas sobre su propia vida y la de

    los demás, generando un ambiente hostil e invivible dentro la iglesia local. Al final este

    hermano terminará en excesos y restricciones que le impedirá disfrutar de la libertad

    cristiana que ahora poseemos. Comenzará a decir, no veas esto, no hagas lo otro, no

    cantes esto, no comas lo otro… sabiendo que esto a la larga no conducirá a nada porque

    lo que el pretende alcanzar con este celibato ya fue alcanzado, y perfectamente, por nuestro

    Señor Jesucristo.

    En cuanto al antinomianismo, independientemente de sus variantes, termina generando

    una desvinculación de la ley que todavía sigue vigente para nosotros, y esto es muy grave,

    porque la ley que sigue vigente para nosotros (con lo que implica que siga vigente esta ley

  • 8/16/2019 Permanencia de la Ley de Dios

    17/17

    y que cosas siguen vigentes) es la expresión santa, inmutable y eterna de Dios, que quiere

    que sigamos, que tengamos como estándar y meta, ya que ahora capacitados por el

    Espíritu Santo y unidos a Cristo, podemos soñar con la idea de que en este mundo caído

    podremos crecer cada vez en conformidad con la imagen de nuestro Señor Jesucristo.

    BIBLIOGRAFIA

      Keizer, A. La Palabra de Dios: libro de vida para este tiempo. Madrid: FELIRE, 1982.

      Bahnsen, Greg L. He Aquí el Estándar: La Autoridad de la Ley de Dios para Hoy . Texas:

    ICE, 1990.  Cook, David. El Laberinto de la Ética: Un Camino de Exploración de la Ética Cristiana.

    Barcelona: Clie, 2004.

      Puritanos, Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689. Medellín: Alfa

    Communications, 2012.

      Montgomery Boice, James. Los Fundamentos de la Fe Cristiana. Miami: Unilit, 1996.

      Lacueva, Francisco. Ética Cristiana. Barcelona: Clie, 1975

      Calvino, Juan. Institución de la Religión Cristiana (Internet)