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Perspectivas de una estrategia nacional de competitividad Roberto Gufiérrez con la colaboración de Carolyn Sancroff 1 Introducción P or qué varían tanto las tasas de crecimiento de las economías de distintos países? ¿Qué hay que hacer para lograr un alto y sostenido crecimiento económico? Las respuestas a estas preguntas han sido muchas y diversas. Sin em- bargo, la mayoría de ellas suponen que el crecimiento económico es la solución a la pobreza y la única opción para alcanzar la más amplia meta del desarrollo na- cional. A partir de la Segunda Guerra Mundial, la atención de políticos, tecnócratas y académicos se ha centrado en el desarrollo económico. Sobre los gobiernos del mundo entero recayó la tarea de aumentar la pro- ducción de su país. No han existido dudas sobre las posibilidades ni sobre la urgencia del desarrollo eco- nómico. A lo largo de la segunda mitad del siglo, la esperanza de lograr este tipo de desarrollo ha conferido legitimidad al sistema capitalista y apoyado las propuestas de cambio paulatino de la ideología liberal. 1 RobertoGutiérrezes profesoren la FacultaddeAdministración, Universidad de los Andes. Ingeniero Industrial, Universidad de los Andes; Magíster y Ph. D. en Sociología, con énfasis en Desarrollo Internacional Comparado, Johns Hopkins University. Ha publicado artículos en revistas nacionales e in- ternacionalesen los temas de estructura social y persona- lidad, trabajo informal y formas alternativas de educación. A pesar de las múltiples corrientes políticas y académicas, la perspectiva aún dominante considera el desarrollo económico de un país como un proceso lineal que debe arrancar con un proceso de indus- trialización que siga el ejemplo de Inglaterra después de su Revolución Industrial. En esta perspectiva tienen cabida distintos caminos para alcanzar crecientes niveles de industrialización: la economía de libre comercio, la industrialización sustitutiva de impor- taciones, la producción orientada hacia la exportación, la modernización, el socialismo estatal y el neoli- beralismo, entre otros. Cualquiera que sea el camino, el supuesto subyacente es que el crecimiento econó- mico derivado de la industrialización de un país asegura el bienestar de su población. Entre las diversas perspectivas, algunas han tenido más acogida que otras. Por ejemplo, en los años cin- cuentas, surgió una amplia perspectiva teórica llamada teoría de la modernización, la cual ha tenido una gran difusión en las ciencias sociales desde entonces. La "modernización" lograría el desarrollo de un país. Sin Carolyn Bancroft obtuvo su licenciatura en Relaciones Inter- nacionales, Universidad de Oregon; Magíster en Relaciones Internacionales, San Francisco State University. Trabaja ac- tualmente como consultora independiente. Este documento surgió de un proyecto de investigación rea- lizado en conjunto con el Instituto Ser de Investigación. Cual- quier comentario, por favor, diríjalo a Roberto Gutiérrez, Universidad de los Andes ([email protected]). 27

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Perspectivas deuna estrategianacional de

competitividad

Roberto Gufiérrezcon la colaboración de Carolyn Sancroff 1

Introducción

Por qué varían tanto las tasas de crecimientode las economías de distintos países? ¿Quéhay que hacer para lograr un alto y sostenidocrecimiento económico? Las respuestas a

estas preguntas han sido muchas y diversas. Sin em-bargo, la mayoría de ellas suponen que el crecimientoeconómico es la solución a la pobreza y la única opciónpara alcanzar la más amplia meta del desarrollo na-cional.

A partir de la Segunda Guerra Mundial, la atenciónde políticos, tecnócratas y académicos se ha centradoen el desarrollo económico. Sobre los gobiernos delmundo entero recayó la tarea de aumentar la pro-ducción de su país. No han existido dudas sobre lasposibilidades ni sobre la urgencia del desarrollo eco-nómico. A lo largo de la segunda mitad del siglo, laesperanza de lograr este tipo de desarrollo ha conferidolegitimidad al sistema capitalista y apoyado laspropuestas de cambio paulatino de la ideología liberal.

1 RobertoGutiérrezes profesor en la FacultaddeAdministración,Universidad de los Andes. Ingeniero Industrial, Universidadde los Andes; Magíster y Ph. D. en Sociología, con énfasisen Desarrollo Internacional Comparado, Johns HopkinsUniversity. Ha publicado artículos en revistas nacionales e in-ternacionalesen los temas de estructura social y persona-lidad, trabajo informal y formas alternativas de educación.

A pesar de las múltiples corrientes políticas yacadémicas, la perspectiva aún dominante considerael desarrollo económico de un país como un procesolineal que debe arrancar con un proceso de indus-trialización que siga el ejemplo de Inglaterra despuésde su Revolución Industrial. En esta perspectiva tienencabida distintos caminos para alcanzar crecientesniveles de industrialización: la economía de librecomercio, la industrialización sustitutiva de impor-taciones, la producción orientada hacia la exportación,la modernización, el socialismo estatal y el neoli-beralismo, entre otros. Cualquiera que sea el camino,el supuesto subyacente es que el crecimiento econó-mico derivado de la industrialización de un país asegurael bienestar de su población.

Entre las diversas perspectivas, algunas han tenidomás acogida que otras. Por ejemplo, en los años cin-cuentas, surgió una amplia perspectiva teórica llamadateoría de la modernización, la cual ha tenido una grandifusión en las ciencias sociales desde entonces. La"modernización" lograría el desarrollo de un país. Sin

Carolyn Bancroft obtuvo su licenciatura en Relaciones Inter-nacionales, Universidad de Oregon; Magíster en RelacionesInternacionales, San Francisco State University. Trabaja ac-tualmente como consultora independiente.Este documento surgió de un proyecto de investigación rea-lizado en conjunto con el Instituto Ser de Investigación. Cual-quier comentario, por favor, diríjalo a Roberto Gutiérrez,Universidad de los Andes ([email protected]). 27

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embargo, la gran mayoría de las naciones que hanintentado modernizarse no pueden identificarse hoycomo naciones desarrolladas. Hoy en día, la recetapara lograr el desarrollo consiste en ser competitivosen los mercados mundiales. Igual, la gran mayoría delas naciones que trabajan hoy por la competitividadtienen pocas probabilidades de ser las nacionesdesarrolladas del mañana.

Son varias las razones por las cuales las promesasde la modernización y la competitividad no se hanconvertido ni se convertirán en realidad. En este ensayoexaminaremos el devenir histórico de las teorías de lamodernización y de las ideas sobre competitividad pararesaltar sus similitudes y analizar el resultado de suspromesas en relación con el desarrollo nacional. Noconocer la historia del descrédito de las teorías sobrela modernización es condenarse a repetirla; mínimo,a reciclarla con unas ideas que son variacionesalrededor del mismo tema. Por tanto, es útil hacer unbalance de los esfuerzos realizados en las últimasdécadas en pos del desarrollo nacional para juzgar elalcance de la actual estrategia nacional de compe-titividad en un país como Colombia.

Acerca de la modernizaciónExisten varias teorías sobre los procesos de moder-nización dentro de una aproximación funcionalista ala evolución de una sociedad. Todas ella~ compartenla idea de que la modernización consiste en dejar atrásy reemplazar los valores tradicionales y los patronesde motivación que son hostiles al cambio social y alcrecimiento económico.

Con el concepto de desarrollo nació el de sub-desarrollo. Los científicos sociales dejaron de lado elapelativo de "naciones atrasadas" por el menos peyo-rativo de "naciones subdesarrolladas". Las teoríassobre la modernización concentraron su atención en"salvar a las sociedades de las garras del subde-sarrollo".

Dos supuestos, según Stephen K. Sanderson",subyacen a las distintas corrientes que conforman estaperspectiva teórica sobre la modernización. El primeroes concebir el subdesarrollo como un estadio primi-genio, un estadio del cual parten todas las sociedades.Sólo algunas sociedades capitalistas modernas hanpodido superar esta etapa. Las demás, todas las socie-

2 Stephen K. Sanderson, Macrosociology: An Introductionto Human Societies, Harper Collins Publishers, Nueva York,1991.

3 De acuerdo con Arturo Escobar, "Las poblaciones indígenas28 tenían que ser 'modernizadas', donde modernización signifi-

dades precapitalistas y la mayoría de las actuales,aún son subdesarrolladas.

El segundo supuesto es que el subdesarrollo esconsecuencia de varias deficiencias internas de unasociedad. De igual modo, existen ciertas cualidadesdeterminantes que hacen diferentes a las sociedades"desarrolladas". Según los teóricos de la moderni-zación, los tres tipos de deficiencias que han impedidoa muchas sociedades emprender el camino deldesarrollo son: una insuficiente formación de capital,anticuadas técnicas y prácticas en los negocios, y laausencia de una conciencia o mentalidad adecuadapara promover el desarrollo. Algunos argumentos, quepredominaron en los años cincuentas y sesentas sindesaparecer aún hoy, sostienen que las organizacionesde las naciones subdesarrolladas deberían adoptarmodernas prácticas racionales para incrementar suproductividad, y deberían enfrentar la pasividad, lasactitudes fatalistas y poco racionales, las orientacionesancladas en la tradición y el conformismo de susrniernbros". Los teóricos, entonces, ofrecen recomen-daciones para la adopción de las actitudes y prácticasnecesarias para alcanzar la modernidad.

Los postulados derivados de estos supuestostratan, en esencia, sobre dos tipos de sociedades:unas tradicionales y otras modernas. Ambos tipos desociedades pueden coexistir aun en un mismo país.En tal caso, según los teóricos de la modernización,aparecen economías y sociedades duales en las cualeslas áreas urbanas son el epicentro de las experienciasmodernas mientras lo tradicional, por lo general rural,retrasa el desarrollo económico.

Lasetapas en la modernización deuna sociedadLa transformación de una sociedad tradicional en unamoderna ocurre por etapas, siendo esta evoluciónsimilar para todas las sociedades. Dejar atrás latradición para pasar de un estadio a otro requiere deagentes internos en una sociedad, como las élitesmodernizantes, o de agentes externos cuya influenciaes ejercida a través de inversiones de capital o trans-misión de información, entre otras. Al pasar por todaslas etapas, cualquier sociedad puede llegar a ser comola sociedad norteamericana o como las sociedadesde Europa occidental.

ficaba la adopción de los valores 'correctos', a saber, aquellossostenidos por la minoría blanca o por una mayoría mestiza y,en general, aquellos pertenecientes al ideal de un europeoculto"; véase Arturo Escobar, Encountering Development: TheMaking and Unmaking of the Third World, Princeton UniversityPress, Princeton, 1995, p. 43 (la traducción es nuestra).

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La más conocida teoría de la modernización, quizála que mayor influencia ha tenido, fue postulada porWalt W. RostoW'. Su análisis del desarrollo económicoespecifica cinco etapas claras que recorren lassociedades en su desarrollo. En la etapa tradicional,como ya se mencionó, están todas las sociedadesprecapitalistas y muchas contemporáneas. Unasociedad inicia su tránsito hacia otros estadios, enuna segunda etapa, cuando adquiere ciertas pre-condiciones para el despegue: las ideas sobre lasposibilidades y lo necesario del progreso económicose extienden, la educación se amplía y tecnifica,aparecen números cada vez mayores de individuosdispuestos a tomar riesgos para alcanzar la moder-nización, la última tecnología comienza a incorporarsea los procesos productivos, los bancos y otras insti-tuciones financieras aparecen para aumentar la tasade inversiones, y empieza a consolidarse un eficientegobierno centralizado.

Una sociedad despega, la tercera etapa en "laevolución" según Rostow, cuando alcanza un desarrolloeconómico sostenido. Sus tasas de ahorro e inversiónpueden llegar a ser el 10% del ingreso nacional, ypueden seguir en aumento durante la cuarta etapa. Enesta cuarta etapa de madurez del crecimiento eco-nómico, las nuevas tecnologías se difunden más alláde las industrias que generaron el despegue y cons-tituyen la base de la producción para el consumo enmasa de una población con un alto ingreso. Entre estasdos etapas pueden pasar, según Rostow, sesenta años.En la etapa final, los individuos son capaces deconsumir mucho más allá de sus necesidades básicas.

Críticas a las teorías sobre lamodernización

Las críticas a las ideas de Rostow se aplican a lasdemás teorías dentro de la perspectiva general en tornoa la modernización. La fama y difusión de estas teoríassuperó con creces sus alcances analíticos. Por ejem-plo, las descripciones detalladas de cada una de lasetapas en la evolución de una sociedad no son utili-zadas para explicar qué genera y qué limita el desa-rrollo económico. Como señalan Paul Baran y EricHobsbawrn", una vez se postula la etapa del despegue,las etapas que la preceden y las que la suceden sederivan de ella lógicamente.

4 Walt W. Rostow, The Stages of Economic Growth: A Non-Communist Manifesto, Cambridge University Press, NuevaYork,1960.

5 Paul Baran y Eric J. Hobsbawm, "The Stages of EconomicGrowth: A review", en Charles K. Wilber, compilador, The

¿Qué ocasiona que una sociedad pase de una etapaa otra? Ni Rostow ni los demás teóricos de la moder-nización dedicaron mucha atención a esta pregunta.En incipientes análisis, Rostow destacó el papel quedesempeñan las "reacciones nacionalistas" en movi-lizar a los líderes para modernizar a sus sociedades ypoder responder a las afrentas de poderes extranjeros.De ser éste un mecanismo promotor del desarrollo,Rostow nunca explicó por qué las "reacciones nacio-nalistas" sólo vienen a tener efecto en nuestro milenioy nunca generaron el desarrollo de las sociedades dela antigüedad.

Otra de las grandes debilidades de las teorías sobrela modernización consistió en ignorar las relacionespolíticas y económicas existentes a lo largo de lahistoria entre las llamadas naciones subdesarrolladasy las naciones del mundo desarrollado. El hecho deconcentrarse en los procesos sociales internos tuvocomo efecto ignorar las consecuencias del colo-nialismo y el neocolonialismo en la estructura de lassociedades. Entre otras razones, las sociedadestradicionales dejaron de serlo por el contacto prolon-gado con las sociedades modernas" Por tanto, resultaerróneo y simplificador contrastar las sociedadesmodernas y las tradicionales, más cuando estasúltimas son parte integral de la misma economía y nose puede ignorar su interdependencia.

El concepto de sociedad tradicional ha sido atacadodesde muchos frentes. Su aplicación -por igual- asociedades que diferían notoriamente en estructurasocial, tecnología, sistemas económicos y políticos,hace obvio uno de los sesgos de las teorías de lamodernización: privilegiar un modelo de desarrollooccidental y negar las características particulares ylas alternativas de desarrollo de otro tipo de sociedades.

Por último, las motivaciones políticas e ideológicasafloraron en tanto los partidarios de las teorías de lamodernización participaron como asesores del gobiernoestadounidense en programas como la Alianza parael Progreso. La preocupación norteamericana con eldesarrollo económico de los países del Tercer Mundoestaba en estrecha relación con la intensidad de lalucha contra el avance del comunismo y, al mismotiempo, con garantizar su acceso a ciertas materiasprimas.

Political Economy of Development and Underdevelopment,Random House, Nueva York, 1973.

6 André Gunder Frank,"The Developmentof Underdevelopmenf',Monthly Review, 18 (4),1966, pp. 17-31. 29

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Las críticas a las teorías de la modernización aúncontinúan. A pesar de ello, no sólo sobreviven estasteorías sino que constituyen una de las más acogidasperspectivas teóricas sobre el subdesarrollo, al menosen disciplinas distintas a la socíoloqta'. Algunas ideasde los teóricos de la modernización reaparecen en lasactuales discusiones acerca de la competitividad deuna nación. Por ello vale la pena hacer un recuento deciertas ideas detrás del concepto de competitividad.

Acerca de la competitividadHoy, la pregunta sobre cómo lograr el desarrolloeconómico se plantea en términos de cómo competirmejor, y la perspectiva de moda es la competitividad.El concepto surge en los Estados Unidos durante losaños ochentas, a partir de la preocupación por lapérdida de su carácter hegemónico en los mercadosmundiales. Vale la pena señalar los más recientesantecedentes de la preocupación sobre cómo competirmejor.

En los años sesentas los europeos aceleraron laconsolidación del Mercado Común Europeo y, a nivelempresarial, reestructuraron y forjaron alianzas paraalcanzar las economías de escala y eficiencia queellos diagnosticaban como crucial en el éxito empre-sarial norteamericano. Mientras tanto, Japón basó suestrategia de competencia deliberada en la innovacióny la reducción de costos. En los últimos años, lareacción estadounidense a estas iniciativas enfatizalas características de las empresas, la estructura delas industrias y las condiciones de las naciones quecompiten. Desafortunadamente, no hay mucha clari-dad en diferenciar estos tres niveles ni en ajustar lasprescripciones a las particularidades de cada uno deellos. Por ejemplo, uno de los más influyentes inves-tigadores norteamericanos en este campo de estudioeconómico, Michael Porter, centró sus análisis inicialesen las organizaciones industriales y ya sus inter-pretaciones han trascendido al nivel naclonar. Asícomo las ideas de Rostow son un buen ejemplo de lasteorías sobre la modernización, las ideas de Porterilustran bien muchos postulados sobre la compe-titividad.

Porter describe los factores necesarios paracompetir a nivel internacional, basado en el estudiode las empresas más importantes en diez paísesindustrializados o recientemente industrializados. Lamuestra del estudio de Porter condiciona sus ha-

7 David E. Apter, Rethinking Development: Modernization,Dependency, and Post-Modern Potltics, Sage, Beverly Hills,1987.

30 8 Véanse los libros de Michael Porter, Competitive Strategy:

lIazgos; entre ellos, los rasgos que caracterizan aempresas de países industrializados que compiten conéxito en los mercados internacionales. De su inves-tigación no podemos deducir ni las dificultades queenfrentan ni las oportunidades que tienen las empresasde los países menos industrializados.

Porter argumenta, primero, que la competitividadnacional no surge, como tradicionalmente se hapensado, de los factores de producción (tierra, manode obra, recursos naturales), de las políticas macro-económicas, de una adecuada intervención estatal, nide particulares prácticas administrativas. Ninguna delas anteriores explica a satisfacción el éxito com-petitivo de ciertas industrias. Muchas industrias dealgunos países industrializados son competitivas apesar de no contar con mano de obra barata (por ej.,Suecia), de no tener fácil acceso a abundantes recursosnaturales (Japón), o de estar localizadas en paísesdonde la intervención estatal en favor de la industriano es significativa (Alemania), en países con grandesdéficits gubernamentales (Italia), con altas tasas deinterés (Corea del Sur), o con desfavorables tasas decambio (Suiza).

En cambio, según Porter, la competitividad estábasada en la productividad de las industrias de un país,en el valor de la producción por unidad de trabajo ocapital. La productividad depende de las característicasy calidad de los productos o servicios (lo cual con-tribuye a fijar su precio), y de la eficiencia con que seelaboren. La productividad de la mano de obradetermina su salario; la productividad del capitaldetermina su rentabilidad. De ahí que los niveles devida de la población dependan de que las empresasalcancen altos niveles de productividad y de que losaumenten con el transcurso del tiempo. Ésto puedenlograrlo las compañías al aumentar la calidad de susproductos o servicios, al agregar a éstos ciertascaracterísticas deseables, al incrementar la tecnologíao al aumentar la eficiencia con que los producen. Sesupone, en esta perspectiva, que buena parte de losaumentos en productividad se convierten en aumentossalariales.

El anterior análisis sobre el origen de la compe-titividad también ha sido expresado como la diferenciaentre la competitividad espuria y la auténtica. La primerase caracteriza por bajos salarios, sobreexplotación delos recursos naturales, depreciación de la tasa decambio, subsidios a los precios de los factores de

TechniquesforAnalysing Industries and Competitors,The FreePress, Nueva York, 1980; Competitive Advantage: Creatingand Sustaining Superior Performance, The Free Press, NuevaYork, 1985; y The Competitive Advantage of Nations, The FreePress, Nueva York, 1990.

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producción y alta rentabilidad en el mercado interno.Por el contrario, la competitividad auténtica estárelacionada con el progreso técnico que aumenta laproductividad",

Porter señala cuatro factores determinantes de laproductividad, de la ventaja competitiva, en una naciónespecífica:

1. Las condiciones de los factores de producción,aquellos tradicionales y el nivel de educación de lafuerza laboral, la infraestructura, e incluso las institu-ciones privadas o públicas que promueven o apoyanlas mejoras en los factores de producción;

2. Las condiciones de demanda en el mercado nacionalde bienes y servicios, con énfasis en la estructura desegmentos y en el grado de refinamiento de ese mer-cado, no en su tamaño;

3. Las industrias relacionadas y de apoyo, cuyo papelconsiste en formar agrupaciones donde pueden existirtecnologías, canales de distribución o mercados co-munes; y

4. La misma estructura organizacional, las estrategiasde las empresas y la rivalidad anivel nacional o local, lo cual crealas condiciones de creatividad,organización y la gerencia ne-cesaria para llegar a la com-petitividad. En ese último puntoPorter habla de la importancia dela rivalidad entre empresas eindustrias a nivel nacional. Segúnél, a mayor rivalidad y cuanto másintensa sea, mejor será para laindustria porque refuerza y pro-mueve la existencia de las otrascondiciones determinantes de suproductividad.

Estos cuatro elementos están interrelacionados enun sistema que promueve la formación de grupos dedistintas industrias competitivas. El reto, entonces,es crear las condiciones necesarias para promoverestos elementos y desarrollar empresas competitivas.

En este enfoque teórico, el concepto de ventaja com-parativa de las naciones ha sido reemplazado por elde ventaja competitiva de las empresas. Lo esencialde la competitividad nacional es crear las condicionesen las cuales una variedad de empresas puedan com-petir, primero, en el mercado nacional y luego exten-derse al mercado internacional.

Existen retos particulares para promover la com-petitividad en los países periféricos 10, retos distintosa los enfrentados por los países industrializados. Unestudio en profundidad de la competitividad en Vene-zuela, por ejemplo, señala que los países periféricoscompiten con productos elaborados con mano de obrabarata o que utilizan abundantes recursos naturales".Es decir, estos países siguen buscando competir conbase en los factores básicos mientras la competenciade los países industrializados está basada en otroselementos de mayor sofisticación.

Las etapas en el desarrollo de lacompetitividad

Porter describe cuatro etapas en el desarrollo de lacompetitividad: tres de crecimien-to y una última de descenso enla competitividad nacional. Aun-que reconoce la diversidad de laseconomías estudiadas, señala unpatrón en la combinación de losfactores más importantes en elcrecimiento de sus grupos indus-

~ triales. Es importante advertir, denuevo, que Porter estudió única-mente economías industriali-zadas. Sus generalizaciones, portanto se aplican sólo a estospaíses. Aunque Porter no serefiera explícitamente a la exten-sión de su modelo a las econo-

mías de los países periféricos, los seguidores de susideas sí han tratado de aplicarlas allí.

En la primera etapa, la base de la competitividadson los factores de producción. En esta etapa, en la

9 Fernando Fajnzylber, "Competitividad internacional: evolucióny lecciones", Revista de la CEPAL, vol. 36, 1988.

10 La denominación de países periféricos, semiperiféricos y delcentro es utilizada para categorizar a países y regiones delsistema mundial. La periferia consta de naciones donde seconcentran las actividades intensivas en mano de obra, denaciones con poco poderío militar y con estados organizacio-nalmente débiles. Por el contrario, las naciones del centroexhiben la producción agroindustrial más eficiente y los ma-yores niveles de acumulación de capital en economías inten-sivas en capital y donde es común el uso de tecnologías sofis-

ticadas. Véase William Thompson, "Introduction: World SystemWith and Without the Hyphen", en William Thompson, compi-lador, Contending Approaches to World-System Analysis, Sage,Beverly Hills, 1983, pp. 7-26.

El uso de los términos centro y periferia se ha extendido en losúltimos veinte años. De ahí que los utilicemos para discutirsobre la competitividad y no lo hayamos hecho en el recuentosobre la modernización.

11 Michael Enright, Antonio Francés y Edith Scott Saavedra,Venezuela: el reto de la competitividad, Ediciones lESA,Caracas, 1994. 31

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cual se encuentran todos los países periféricos, casitoda la tecnología es importada o copiada, los cambiosen la producción son impulsados desde afuera, lainversión es pasiva y existe una mayor tasa (que enpaíses industrializados) de exportaciones en relacióncon el consumo doméstico. Las economías en estaetapa son vulnerables a los cambios en el mercadointernacional, a los ajustes en las tasas de cambiomonetarias y son débiles a la hora de competir.

La segunda etapa es impulsada por la inversión.En ella se comienza a innovar en la producción,aumentan las destrezas laborales, se modifica latecnología que antes sólo se importaba, existe unamayor competencia doméstica y la inversión se vuelveagresiva. En esta etapa, que tiene su paralelo en el"despegue" anunciado por la teoría de la moder-nización, debe haber un consenso nacional en favorde la inversión y el crecimiento de largo plazo porencima del consumo personal o la distribución delingreso.

La innovación es la fuerza motriz de la terceraetapa. Existe una mayor y más sofisticada demandadoméstica, y se produce con tecnología de punta unservicio o producto de alta calidad. La competitividadse logra entonces con productividad, no con un preciobajo. Las habilidades de la fuerza laboral continúan enaumento, y las empresas, por lo general, se compro-meten con inversión directa en otros países, mientrasel rol del gobierno en la creación de los factores deproducción disminuye.

Finalmente, en la última etapa se intenta mantenerel nivel de ingreso sin la innovación necesaria paramantener la competitividad. Hay muchos casos defusiones y adquisiciones, la competencia domésticadisminuye drásticamente, la inversión baja porque seexige a los ricos una mayor tributación, los gastossociales crecen y los salarios reales caen. Los paísespueden entonces mantener por poco tiempo su com-petitividad y el alto nivel de ingreso generado en laetapa previa.

La confusión alrededor de lacompetitividadDos razones, al menos, generan confusión alrededordel concepto de competitividad. En primer lugar, existen

12 Véase, por ejemplo, 1. Kravis y R. Lipsey, "Sources ofCompetitiveness of the United States and of Its MultinationalFirms", The ReviewofEconomics andStatistics, 74(2),1992,pp. 193-201, YR. Gonc;:alves,"Competitividade internacional,vantagem comparativa e empresas multinacionais: o caso dasexportacóes brasileiras de manufacturados", Pesquisa e

32 PlanejamentoEconomico, 17(2),1987.

dos concepciones distintas sobre la competitividad:tomarla como un proceso y como un resultado. Algunos.investigadores consideran la competitividad como unresultado, como un desempeño por ser alcanzado (porej., determinado nivel de participación en las exporta-ciones mundiales"). Quienes consideran la competi-tividad como un proceso sugieren el desarrollo deciertos atributos (empresariales, industriales o nacio-nales) para alcanzar un objetivo específico. El incre-mento de las exportaciones sería una posible con-secuencia de la competitividad, no su manifestación.La competitividad, concebida como un proceso demayor eficiencia relativa, se manifiesta en el precio yla calidad del producto, en los salarios y en la tec-nología y la productividad de los factores de pro-ducción. La discusión entre los diferentes enfoques,manifestaciones y consecuencias de la competitividadaún continúa",

En segundo lugar, existen distintos niveles deanálisis en los cuales considerar los atributos yresultados asociados con la competitividad. Porterlogró con su modelo organizar -de manera simple-información para tratar los problemas de competitividadempresarial, las políticas industriales del Estado y eldesempeño de las economías nacionales. En el hechode considerar los tres niveles -empresa, sector indus-trial y nación- está el atractivo del enfoque; perotambién de allí surge cierta confusión porque en cadanivel ocurren fenómenos de naturaleza diferente.Además, en cada nivel se busca desarrollar ciertosatributos para alcanzar resultados específicos. ¿Quésucede en cada nivel?

La competencia se da entre empresas. Las em-presas luchan entre sí por tener poder monopólicosobre algún segmento de la cadena productiva. Estepoder surge de alguna ventaja tecnológica u orga-nizacional, o de alguna restricción política a las fuerzasdel mercado en favor de ciertas empresas. Cualquieraque sea su origen, este monopolio es "envidiado" porotras empresas que buscarán participar en el segmentodonde mayor cantidad de valor agregado es apropiado.Con el tiempo el monopolio termina porque otrasempresas adquieren la tecnología o la organizaciónnecesaria para superar las barreras de entrada, oporque se suspende la restricción política al mercado.Entonces, como antes, las empresas se lanzan en labúsqueda de nuevas ventajas monopólicas ya que éste

13 Véanse Ben L. Kedia, John D. Francis y Edith C. Busija, "AFramework for Analyzing Competitiveness: Integrating Levelsof Understanding", Business & The Contemporary World, 2,1995, pp. 94-103; YLia Haguenauer, "Competitividade: umaresenha da bibliografia recente com enfase no caso brasilero",Pensamiento Iberoamericano, 17, 1990, pp. 327-336.

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es el único mecanismo viable para obtener la mayorparte del valor agregado en la producción. Así se creannuevas cadenas de producción, o se reorganizan lasviejas al bajar los costos con un incremento en lamecanización o con una relocalización de la pro-ducción'".

Las características del nivel industrial son distintas."Las industrias no compiten entre sí, pero sus carac-terísticas estructurales determinan el desempeño y lacompetitividad de las firmas que las componen?". Elnúmero y tamaño de las empresas del sector, lacompetencia entre ellas, la diferenciación de sus pro-ductos, la elasticidad de su demanda, el tipo de rela-ción entre proveedores y compradores, entre otras,son características de las industrias que influyen enla capacidad de la empresas del sector para competir.

La nación es el último nivel considerado en lasdiscusiones sobre competitividad. Las nacionestampoco compiten económicamente; son sus em-presas las que compiten a pesar de, o gracias a, lascondiciones sociales, las características del Estadoy el sistema financiero, y los recursos disponibles.

Las condiciones sociales de un país incluyen, entreotras, las características de su sistema educativo, losvalores alrededor del trabajo, la ética, sus problemasde violencia y crimen, y su diversidad cultural. Entrelas características del Estado relevantes para eldesarrollo económico de una nación están sus leyesimpositivas, sus políticas comerciales y sus leyesantimonopólicas. A su vez, las tasas de ahorro y con-sumo de una población, y las tasas de cambio sonalgunas de las características del sistema financieroque condicionan el desempeño de una empresa. Porúltimo, en relación con los recursos disponibles esnecesario considerar, entre otros factores, la infra-estructura de comunicaciones y transporte, y lasmaterias primas, energía y capital humano disponiblespara las empresas de un país.

Los atributos de una nación y de un sector indus-trial, en particular, influyen en los atributos quecaracterizan a las empresas (véase la figura 1). Estosatributos empresariales, los recursos que tienen a sudisposición y las barreras erigidas a su alrededor,condicionan los resultados económicos que indi-vidualmente obtienen.

Figura 1

NIVELES DE ANÁLISIS EN TORNO A LA COMPETITIVIDAD

ATRIBUTOS RESULTADOS

Nivel nacional- Sociedad- Estado

\ Nivel empresarial

- Finanzas .....- Recursos -

Empresas Industria Nación- Cursos 100

- Barreras a la,.. - Desempeño - Participación - Productividad

de mercadoimitación

Nivel industrialV- Competencia -- Apoyo- Colaboración ~

Fuente: tomado de Kedia, Francis y Busija, op. cit., p. 96.

14 Véanse Immanuel Wallerstein, Unthinking Social Science: TheLimits of Nineteenth-Century Paradigms, Polity Press, Oxford,1991, YHistorical Capitalism, Verso, Londres, 1983.

15 José Malavé, "Competitividad: situación actual del debate",Debates lESA, 3, 1996, p. 38.

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Muchos analistas insisten en privilegiar la nacióncomo unidad de análisis. Este nivel de análisis aportaluces sobre las condiciones del entamo favorables parala existencia de industrias y empresas competitivas.Por otra parte, estudiar las cadenas de producción, elanálisis del sector industrial, ilumina la forma en quefunciona la competencia capitalista a nivei nacional einternacional. Sin embargo, "El análisis debe partir delas firmas, pues son ellas las primeras contendorasen la batalla de la competitividad. El desempeñoconjunto de las firmas genera los resultados de lasindustrias y estos, a su vez, los resultados nacio-nales?".

Críticas al discurso sobre lacompetitividad

Existen dos tipos de críticas al discurso sobre la com-petitividad: unas examinan las prescripciones y susefectos "en aras de la competitividad", y otras exa-minan los supuestos sobre los cuales está construidoel discurso. A continuación aparecen, en ese orden,algunas de las consideraciones críticas que debentenerse en cuenta.

Las propuestas de solución para el lento incrementode la productividad y el aumento de la pobreza en losEstados Unidos ya han pasado por las ideas sobrecompetitividad y la necesidad del comercio estratégicoa nivel mundial. Los pocos resultados obtenidos y lacrítica a los conceptos fundamentales están presio-nando al cambio de enfoque. Paul Krugman es quien,con mayor vehemencia, presenta una perspectivaalternativa en la cual sostiene que el concepto de lacompetitividad nada aporta en la definición de unaacertada política económica". Más bien distrae laatención de las graves injusticias sociales, el desem-pleo y las disparidades existentes en los ingresoslaborales.

Dentro de las críticas de Krugman está el señalarque no puede considerarse a un país como una em-presa ni basar su política económica en estrategiasempresariales seriamente cuestlonadas'", Según esteeconomista, analogar una nación con una empresaignora dos hechos fundamentales: las naciones nodesaparecen por graves que sean las crisis econó-micas, y ninguna empresa vende la mayor parte de suproducción a sus propios trabajadores.

16 Ibid., p. 38.17 Véanse Paul Krugman, "Competitiveness: A Dangerous

Obsession", ForeignAffairs, 73 (2),1994, pp. 28-44, Y PeddlingProsperity: Economic Sense and Nonsense in the Age ofDiminished Expectations, W. W. Norton, Nueva York, 1994.

18 Krugman denuncia que las mismas recomendaciones empre-34 sariales del Boston Consulting Group, revaluadas hoy en día,

Krugman resalta el hecho de que la economía globalno ha dado un salto cualitativo en las últimas décadas,como alegan quienes promueven el discurso de lacompetitividad. La intensidad de la competencia haaumentado, pero el fenómeno no es nuevo. Eso sí, eldiscurso sirve para justificar políticas intervencionistas.Por ejemplo, detrás del comercio estratégico está laintervención estatal para escoger y favorecer consubsidios a ciertas industrias con gran potencial. Almenos tres preguntas surgen en relación con estasdecisiones estatales: ¿cómo escoger a tales industriasy los bienes que producirían?, ¿por cuánto tiempo sesubsidiarían?, y ¿qué tanto impacto tendría este apoyoestatal sobre el bienestar de la población en general?

Estas preguntas son pertinentes para algunos delos últimos estudios que tratan de influir en la políticaeconómica colombiana. Por ejemplo, la CompañíaMonitor aplicó en Colombia las teorías de Porter en suanálisis de siete sectores industriales consideradosclaves para impulsar la economía colombiana haciala competitividad a nivel internacional. Además dehacer recomendaciones específicas para las sieteindustrias, el estudio señala diez "imperativos estra-tégicos" para Colombia dirigidos al gobierno y a losempresarios en general. La intención de estas reco-mendaciones es diversificar la composición de lasexportaciones del país y lograr su inserción en "merca-dos sofisticados con productos sofisticanos?", De estamanera, seremos competitivos en relación con otrospaíses. Desafortunadamente, la misma receta paramuy distintos países no aporta los resultados prome-tidos por varias razones.

¿Cuáles son los bienes "sofisticados" tan men-cionados por los consultores internacionales? Unarespuesta sería: aquellos productos con un alto valoragregado por trabajador. Pero estos bienes no son losque uno esperaría. En una economía como la esta-dounidense, los bienes de mayor valor agregado sonlos cigarrillos y el petróleo refinado, no los autos o losartículos electrónicos, como uno pensarla".

Como señala Krugman en su devastadora crítica aquienes recomiendan "el comercio estratégico", siproducir "bienes sofisticados" fuese la panacea,demasiadas empresas incursionarían en tales mer-cados y éstos dejarían de ser tan atractivos. Lasempresas no se vuelcan en masa hacia estos mer-cados porque producir bienes de alto valor agregado

son postuladas por quienes proponen el comercio estratégico.En el capítulo 10 de su libro Peddling Prosperity. .. Krugmancritica la adopción de estas ideas empresariales como políticaestatal.

19 Compañía Monitor, Creación de la ventaja competitiva paraColombia, Cámara de Comercio, Bogotá, 1994, p. 17.

20 Véase Krugman, Peddling Prosperity..., capítulo 10.

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requiere, también, altas inversiones en capital ycapacitación.

Hasta aquí las críticas a algunas de las prescrip-ciones para alcanzar la competitividad. Los supuestosexistentes detrás del discurso también son cuestio-nables: es necesario investigar desde las limitacionesde los modelos económicos centrados en las expor-taciones para naciones desarticuladas socialmentehasta las implicaciones en términos de equidad deestos modelos.

En Colombia dos de los grandes problemas econó-micos son la baja productividad de la mayoría de lasactividades económicas y la magnitud de la pobreza.La productividad global de todos los factores en laeconomía urbana es baja y su ritmo anual de creci-miento se ha desacelerado. Nuestra pobreza se nutrede la baja productividad y de las grandes desigualdadesen la distribución del ingreso.

Hoy, muchas de las esperanzas de quienes decidensobre nuestro modelo de desarrollo económico estánfincadas en el poder de arrastre de nuestras expor-taciones. A nivel decisorio, las críticas a este enfoquese desconocen o se ignoran. Para argumentar sobrelos grandes beneficios de una industrializaciónorientada hacia las exportaciones se utiliza el ejemplode los países del este asiático, sin analizar las parti-cularidades de su desarrollo económico. Poco se tieneen cuenta que muchos de estos países han combinadoestrategias de industrialización orientada hacia lasexportaciones con una industrialización sustitutiva deimportaciones en ciertas industrias". Tampoco seaprecia la estrecha relación entre un crecimientoeconómico excepcional y una extraordinaria movi-lización de recursos", En Colombia estamos lejos depoder movilizar nuestros recursos en forma similar.

Aun en el caso de que el sector exportador colom-biano lograse el desarrollo económico que los pro-

21 Taiwan y Corea del Sur se alejaron del rol de enclaves expor-tadores de productos (rol que tuvieron desde 1895 y 1910,respectivamente, hasta 1945) con una industrialización susti-tutiva de importaciones (estrategia utilizada desde 1950 a 1959y desde 1953 a 1960, respectivamente). Luego comenzaronuna primera etapa de industrialización orientada hacia lasexportaciones y desde 1972 hasta hoy combinan una segundaetapa de industrialización orientada hacia las exportacionescon una segunda etapa de industrialización sustitutiva de im-portaciones (en la industria química y en la industria pesada).VéaseGary Gereffi, "Paths of Industrialization: An Overview",en Gary Gereffi, compilador, Manufaeturing Mirae/es: Paths of/ndustrializatíon in Latín Ameriea and East Asia, PrincetonUniversity Press, Princeton, 1990, pp. 3-31.

22 Algunos países del este asiático, como Singapur y Hong Kong,han logrado un crecimiento económico excepcional porquehan movilizado recursos de manera extraordinaria: aumentos

motores de la competitividad esperan, en las condi-ciones de desarticulación social de nuestra sociedad,este desarrollo económico beneficia a pocos colom-bianos. El incremento en la productividad y las ganan-cias del sector exportador no se traduciría en aumentosdel salario real de los trabajadores colombianos ni enuna notoria expansión de nuestra demanda doméstica.Geográfica y socialmente, los mercados del sectorexportador están localizados en el extranjero. Los traba-jadores del sector sólo representan un costo para laproducción; no son un mercado potencial para los pro-ductos. Por tanto, los salarios bajos se mantienenporque favorecen la producción (seremos competitivosinternacionalmente gracias a uno de los factores bási-cos, la mano de obra barata) y no perjudican el con-sumo (éste lo realizan trabajadores en otros países).

Alain De Janvry señala los efectos, en toda Latino-américa, de nuestra desarticulación social. En lospaíses periféricos de la zona, un aumento en la produc-tividad de los trabajadores no se traduce en aumentossalariales, lo que sí ha ocurrido para un país del centrocomo los Estados Unidos". Además, la desarticulaciónsocial crea las condiciones objetivas que justificanpolíticas laborales regresivas y represivas (¿es nece-sario mencionar ejemplos colombianos?). De ahí quela distribución del ingreso haya empeorado en todaslas naciones latinoamericanas (en Colombia el cambioha sido insignificante), a pesar del alto crecimiento -engeneral- del producto interno bruto>.

Por otro lado y sin entrar en la discusión de lasbondades o perjuicios derivados de las aperturaseconómicas y de los procesos de ajuste estructuralrealizados en la última década a lo largo y ancho deLatinoamérica, es importante advertir sobre algunosde sus resultados. En especial, es necesario entendercómo el aumento de las exportaciones se ha logradomediante la disminución del mercado interno. Así,Eduardo Sarmiento anota:

sustanciales en los niveles de escolaridad y en la participaciónlaboral de sus poblaciones, yen sus inversiones en capitalfísico. Estos aumentos en los insumos productivos explican elcrecimiento económico de las últimas décadas. Mas, al nohaber incrementos apreciables en la productividad, las altastasas de crecimiento económico no podrán sostenerse pormucho tiempo. Los casos de la Unión Soviética en la décadade los años 50 y de Japón en los años 60 y 70 ejemplifican eldesacelere del crecimiento económico una vez la gran movili-zación de insumos productivos alcanza un límite. Véase PaulKrugman, ''The Myth of Asia's Miracle", en Foreign Affairs, 73(6),1994, pp. 62-78.

23 Yezid García Abello, "El pacto social: mano de obra baratapara la apertura", Des/inde, 17, 1995, pp. 22-31.

24 VéaseAlain De Janvry, The Agrarian Question and Reformismin Latín Ameriea, The Johns Hopkins University Press, Baltimore,1981, capítulo 1. 35

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Las medidas [cuantiosas devaluaciones yotras acciones internas de diferente tipo]provocaron aceleración de la inflación,fugas de capitales, caída del salario real,deterioro de la inversión y descensosapreciables en el gasto social. Más concre-tamente, significaron una destrucción delmercado interno. Así, los grandes incre-mentos de las exportaciones que ocurrieronen la última parte de la década [de los 80]coexistieron con tasas de crecimientocercanas a cero. Es difícil encontrar unaevidencia más contundente de que elorigen de los excedentes externos fue ladesmejoría de la distribución del ingreso yla baja tasa de crecimiento".

Manuel Castells y Roberto Laserna advierten sobrelos esfuerzos por integrar nuestras economías al sis-tema mundial mientras se desintegran nuestras so-cíedades". Fernando Fajnzylber agrega que alcanzaruna competitividad espuria apenas tiene efectos a cortoplazo que amenazan la cohesión social en el interiorde los países". Resurge, entre otras, la pregunta: ¿paraqué el desarrollo económico de unos pocos si la mayo-ría seguirá en la pobreza?

Quienes se preocupan por el desarrollo social y laequidad son quienes más desconfían de las promesaspolíticas que privilegian el crecimiento económico.Muchas estrategias que han propuesto aumentar latorta para después repartirla mejor se han quedado, aduras penas, en alcanzar el primero de los dosobjetivos.

En los discursos sobre la competitividad hay pocoespacio para los problemas de conseguir una dis-tribución más equitativa del ingreso. Los modelosdestacan la importancia de las características de laindustria y de la nación para los resultados a nivelempresarial. Las propuestas relacionadas con lacompetitividad tienen como objetivo mejorar el desem-peño de las empresas privadas.

El objetivo final de la Estrategia Nacional deCompetitividad en Colombia es la exitosa inserciónde la economía en el comercio mundial. Luchar poruna sociedad más justa, equitativa y democrática esapenas instrumental para alcanzar el objetivo de lainserción en la economía internacional: "El grado delogro de esta inserción va a estar determinado por la

25 Eduardo Sarmiento, "Bases para la inserción intemacional dela economía colombiana", Coyuntura Económica, vol. XX, No.2, 1990, p. 78.

26 Manuel Castells y Roberto Laserna, ''The New Dependency:Technological Change and Socioeconomic Restructuring inLatin America", Sociological Forum,4 (4),1989, pp. 535-559.

36 27 Fernando Fajnzylber, Op. cit.

capacidad que el país tenga para elevar la calidad devida y para construir una sociedad más justa, másequitativa y demccrátlca?".

La Estrategia Nacional de Competitividad parte delsupuesto de que mejorar la gestión de las organi-zaciones colombianas ayuda a conformar una sociedadmás equitativa y democrática. Este supuesto escuestionable. No basta con mejorar la gestión denuestras organizaciones. Es necesario democratizar,hacer más justa y equitativa la vida organizacional. Sino hay una transformación social dentro de las orga-nizaciones, no podemos esperar que la haya en elconjunto de la sociedad.

Chile es el ejemplo a seguir en procesos de re-estructuración económica, de liberalización y priva-tización. Ahora empieza a salir a flote el lado oscurodel milagro. El boom económico ha sido impulsadomucho más por la flexibilización del mercado laboralque por innovaciones tecnológicas. Los cambios enla industria manufacturera chilena tienen que ver conel incremento en la subcontratación, con el aumentoen el empleo a término fijo y temporal, con la mayorutilización de los trabajadores caseros, y con elincremento e intensificación en las jornadas laborales.Los cambios no tienen tanto que ver con una mejortecnología productiva": Los nuevos empleos no sonlos trabajos productivos y de calidad que prometía elmodelo económico. En conjunto, las diferencias en ladistribución del ingreso han aumentado y la pobrezarelativa se reproduce porque la expansión del empleose logra con trabajos mal pagos y de baja calidad.

Las mejoras en Chile, a nivel de la sociedad, afectanpositivamente sólo a un tercio de la población yexcluyen a otro tercio de la misma. Existe una eco-nomía de mercado, no una economía social de mer-cado. El sistema garantiza una eficiente asignaciónde los recursos, no su distribución adecuada. Elpanorama no difiere mucho del de finales del siglo XIXcon un capitalismo salvaje y un Estado débil. Sinexagerar, uno puede decir que Chile ha logrado suintegración económica a costa de su desintegraciónsocial.

El bienestar individual y social está subordinado aléxito empresarial y las esperanzas de que este éxitocontribuya a una mayor equidad en la distribución del

28 La primacía de "la inserción en la economía internacional" esevidente en el texto de laEstrategia Nacional de Competitividad(Presidencia de la República y Consejo Nacional de Compe-titividad, Bogotá: SENA, 1996, p. 5).

29 Fernando Ignacio Leiva y Rafael Againo, Mercado de trabajoflexible, pobreza y desintegración social en Chile, 1990-1994,OXFAM/Universidad ARCIS, Santiago de Chile, 1994.

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ingreso son pocas. En Latinoamérica ni siquiera elEstado ha sido exitoso en promover la equidad. JorgeCastañeda hace un recuento de los intentos en diver-sos países por concentrar la política estatal en disminuirlas desigualdades. La continuidad de estas políticasno ha existido por muchas razones, algunas políticas(cambio de gobierno como en Jamaica y Nicaragua),otras de fuerza mayor (golpes de Estado en Chile,Brasil y Perú), y aún otras por razones económicas(el problema de lograr una distribución de bienes yservicios para toda una población con la sola pro-ducción del sector formal de economías como laslatinoamericanas, donde al menos el 50% de la pobla-ción no contribuye nominalmente con esa pro-ducción)":

De la modernización a lacompetitividadAlgunas similitudes ya son obvias entre lo planteadopor las teorías sobre la modernización y por los enfo-ques que promueven la competitividad. Las diferencias,para lo que nos ocupa, poco importan. Los dos autoresescogidos como exponentes de ambas perspectivas,Rostow y Porter, provienen de la academia estado-unidense y desde allí han desarrollado sus ideas. Lagran mayoría de quienes han utilizado estas ideas pocoproblematizan su origen, el alcance de las genera-lizaciones que pueden hacerse a partir de sus análisiso la aplicabilidad de las mismas ideas en contextostotalmente diferentes" . Los siguientes párrafos descri-ben lo que estas teorías dejan de lado, aquello que nodicen ni tratan. Luego, el análisis señala cuáles sonlos supuestos, postulados y prescripciones compar-tidos por las perspectivas que tratan sobre la moder-nización y la competitividad de nuestras sociedades.

30 Véase Jorge Castañeda, La utopía desarmada: Intrigas, dile-mas y promesa de la izquierda en América Latina, TercerMundo Editores, Bogotá, 1994, capítulo 13.

31 En este campo es notorio el colonialismo intelectual a pesar decontar, en Latinoamérica, con destacados científicos sociales.No se cree en y, por tanto, no se fomenta el desarrollo de teo-rías propias. Para la muestra un botón: la Corporación Andinade Fomento prefiere contratar grandes nombres provenientesde los países desarrollados que ''fomentar'' los estudios reali-zados por investigadores latinoamericanos. Esta corporaciónes la que ha financiado la realización, por la Compañía Monitor,

LasausenciasTanto Rostow como Porter, ambos figuras líderesdentro de sus perspectivas, ignoran casi por completola historia en las relaciones políticas y económicasentre naciones con estadios de desarrollo muy dis-tintos. En otras palabras, ignoran cómo ha sido eldesarrollo del subdesarrollo. Los teóricos de la depen-dencia y luego los teóricos de los sistemas mundialeshan criticado sin cesar esta falencia en las teoríassobre la modernización; las ideas sobre competitividadcorren ahora con la misma suerte. Ninguna de las dosperspectivas analizadas en este texto examina la evo-lución de las relaciones entre los distintos países. Losteóricos del sistema mundial y sus predecesores hanmostrado cómo se reproducen las relaciones políticasy económicas tanto en el interior de los países comoentre las naciones. Dentro de un país, la interacciónentre las regiones sigue un patrón similar al patrón decentro y periferia hallado entre las naciones del sistemamundial. E igual, estas relaciones son bastante esta-bles y perdurables.

En las teorías sobre la modernización y la com-petitividad, las discusiones sobre temas centrales eneconomía política como los modelos de industria-lización, los términos de intercambio y el intercambiodesigual, las desarticulaciones sectoriales y sociales,las diferentes elasticidades en la demanda de bienes,y el imperialismo financiero "brillan por su ausencia".Sin una discusión de estos temas, ninguna de las teo-rías en estos dos campos puede dar cuenta de laspreocupaciones señaladas por los investigadores queprovienen de otras corrientes analíticas. A continuaciónseñalaré algunas de estas preocupaciones.

Al abordar el tema del desarrollo económico, esnecesario considerar los argumentos que sostienenque el proceso de industrialización en los paísesperiféricos está limitado por su posición subordinadaen relación con los países desarrollados económi-carnente=. Entre los resultados de la articulación delsistema mundial está el perpetuar, en la mayoría delos casos, el rol de los países periféricos como pro-veedores de materias primas para los países del

de varios estudios sobre la competitividad en las regiones delárea andina.

32 No es necesario creer o no en la posibilidad, para un país peri-férico, de alcanzar el nivel de industrialización de los paísescentrales. Aún se discute si Simon Kuznets tenía razón al de-cir: "Los países que actualmente consideramos desarrolladosya habían sacado ventaja al resto del mundo cuando comenzóla modernización industrial, y esta última no hizo más que au-mentar la disparidad". Véase Simon Kuznets, "Quantitativeaspects of the economic growth of nations: 1", EconomicDevelopment and Cultural Change, vol. V, 1956, p. 25. 37

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centro, y el impedir que las políticas proteccionistasde sus industrias hayan logrado niveles de desarrolloindustrial similares a los encontrados en los paísesdel centro". Así no se crea en este último postulado,es indispensable estudiar las relaciones entre lospaíses para comprender o descartar su impacto sobreel desarrollo económico de una nación en particular.

Además, en la discusión de la política industrial decualquier nación periférica deben considerarse lascondiciones en que se intercambian productos conotros países. El deterioro en los términos de inter-cambio hace que los países periféricos reciban, por lamisma cantidad de exportaciones, cada vez menosproductos de los países centrales. Como afirma JoséAntonio Ocampo, "el deterioro [en los términos deintercambio] se ha extendido de las característicasde los productos exportados a las características delpaís exportador">. En otras palabras, ya no sólo sedeterioran los términos de intercambio para las materiasprimas o los bienes agrícolas que son vendidos paracomprar bienes manufacturados; igual se deterioranlos términos para el intercambio de cualquier productoque provenga de un país periférico por un producto deun país central. Ignorar las implicaciones de estehecho puede, entre otras cosas, generar falsas expec-tativas sobre el futuro económico de las nacionesperiféricas.

En cuanto a las discusiones sobre imperialismofinanciero, mucho se puede aprender del análisis deVolker Bornschier, Christopher Chase-Dunn y RichardRubinson de los 16 estudios sobre 72 países periféricosen los cuales se encontró una relación negativa entreel total de la inversión directa y ayuda financieraforánea y la tasa relativa de crecimiento económicoen el largo plazo". No sobra anotar que la mayor partede las inversiones en las exitosas naciones del esteasiático han sido financiadas con capital local. Tambiénes necesario considerar las experiencias e'hel manejode la deuda externa de los países periféricos y semi-periféricos. El costo que los países deudores hanpagado por evitar el colapso del sistema financierointernacional ha sido muy alto". El modelo neoliberal

33 Véanse André Gunder Frank, "The Development ofUnderdevelopment"; Immanuel Wallerstein, HistoricalCapitalism; y Vicente Navarro, "The Underdevelopment ofHealth or the Health of Underdevelopment: An Analysis of theDistribution of Health Resources in Latin America", en PoJiticsand Society, invierno de 1974, pp. 267-293.

34 Citado en Osvaldo Sunkel y G. Zuleta, "Neo-structuralismversus neo-liberalism in the 1990s", Cepal Review, 42, 1990,p. 43 (la traducción es nuestra).

35 Volker Bornschier, Christopher Chase-Dunn y RichardRubinson, "Cross-national Evidence ot the Effects ot Foreign

38 Investment and Aid on Economic Growth and Inequality: A

busca, a cualquier costo, recuperar la capacidad depago de las naciones deudoras. Estas consideracionesdeberían ser cruciales, pero ni siquiera aparecen en ladiscusión de aquellas etapas en las cuales la inversiónjuega un papel importante para Rostow (es decir, lasetapas del despegue y de madurez del crecimientoeconómico) o para Porter (la etapa en que la compe-titividad es impulsada por la inversión).

Por último, un tratamiento profundo del tema de laequidad está ausente de las discusiones sobre moder-nización y sobre competitividad. En estas discusionesse supone que la redistribución es posible una vez sedé la acumulación. En ambos casos se privilegia elcrecimiento, no la equidad. La historia muestra, enmúltiples ocasiones, que la equidad no se ha logradocon el crecimiento. Fajnzylber señala cómo entre losaños 1965 y 1986 ningún país latinoamericano alcanzóun crecimiento económico promedio mayor al 2.4%anual en el producto nacional bruto, mientras alcanzabaun nivel de equidad en el cual el 40% de la poblaciónmás pobre recibía al menos el 0.4% del ingreso nacio-nal obtenido por el 10% más rico". La sostenibilidadno se alcanza sin equidad.

¿Dónde están tratados estos temas si lo que pre-tenden las teorías sobre la modernización y lacompetitividad es abordar el problema del desarrollode las naciones? ¿Será, como ya muchos sospechan,que el desarrollo nacional es sólo una ilusión? No hasido alentadora la experiencia de los países periféricosdurante la posguerra, ni se auguran grandes cambios.

Las afirmacionesPara iniciar con los paralelos de lo contemplado porambas perspectivas, es pertinente citar lo que escribePorter sobre la teoría de Rostow: "El modelo por etapasde Rostow pretende caracterizar a las economías deun modo más amplio y se preocupa principalmente delas primeras etapas del proceso de desarrollo?". Nohay reparos por parte de Porter sobre el modelo deRostow, excepto ante el sentido de inevitabilidad en elpaso de una etapa a otra. Su propio modelo admite

Survey of Findings and a Reanalysis", American Journal ofSociology, 84 (3),1978, pp. 651-683.

36 Véase Eduardo Sáenz Rovner, "Presentación", en EduardoSáenz Rovner, compilador, Modernización económica vs.modernización social. Balance crítico del gobierno de CésarGaviria en Colombia, Facultad de Ciencias Económicas -UniversidadNacionalde Colombia, Ismac,Cinep, Bogotá, 1994,pp.5-11.

37 Fernando Fajnzylber, Unavoidable Industrial Restructuring inLatin America, Duke University Press, Durham, 1990.

38 Porter (1990), op. cit., p. 998 (traducción de Rafael AparicioMartín).

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que "[el] proceso de avance a travésde estas etapas puede seguir diver-sos caminos, y no existe una únicaprogresión?",

Las teorías sobre la moderni-zación sí tienen un espectro másamplio: la pretendida modernidadincluye una economía liberalizada, unsistema político democrático y unacultura universal. En estos valores,a su vez ideales capitalistas, encajansin problema los postulados eco-nómicos para alcanzar la compe-titividad. Es más, el objetivo privile-giado de la modernización ha sido ellograr un crecimiento económico,postergando para un futuro no deter-minado la pregonada igualdad. De ahílas constantes contradicciones entresistemas económicos muy inequi-tativos y sistemas políticos que aspi-ran a convertir en realidad ciertosprincipios igualitarios.

Las similitudes entre las ideassobre modernización y sobre compe-titividad abundan. El recorrido poretapas caracteriza a ambos modelos:las naciones subdesarrolladas (peri-féricas en el lenguaje de las pers-pectivas críticas más recientes) están condenadas apermanecer en la primera etapa; algunas de ellas lograndar el paso a las etapas caracterizadas por la inversión,la difusión de las innovaciones tecnológicas y elconsumo masivo. La noción de progreso en ambosmodelos consiste en "alcanzar" y superar a quienesson más modernos o más competitivos. Lograrlodepende de seguir la receta de los expertos. Una recetaque tiene mínimas variaciones aunque las realidadesde los países o de los sectores económicos analizadossean muy distintas".

Varios investigadores han encontrado similaresópticas excluyentes en cuanto a los temas de la mujery de los distintos grupos étnicos por parte de las teoríasde la modernización y la competitividad. No sólo seasocia lo tradicional con la mujer (y con algunas etnias),

39 Ibid., p. 698.40 En el ya mencionado estudio de la Compañía Monitor sobre

Colombia, la sensación de estar ante un estudio prefabricado,ante una receta, es ineludible. Los mismos supuestos, condi-ciones y variables son examinados utilizando la misma meto-dología e instrumentos en distintos sectores económicos (igualacontece en otros estudios de la misma compañía sobre dife-rentes áreas geográficas, sean éstas regiones o países). Pocosorprende que los resultados sean similares.

sino que su rol y el del hogartradicional no se discuten en laspolíticas públicas de algunas teoríassobre la modernización". A su vez,las estrategias que promueven lacompetitividad ignoran su desigualimpacto en los grupos de distintogénero y etnia".

Las prescripciones políticasemanadas desde ambas perspec-tivas abarcan, por igual, múltiplesaspectos. En las naciones subde-sarrolladas, todo está por moder-nizarse; igualmente, son muchos yvariados los aspectos que Porterincluye como factores determi-nantes de la productividad. En laEstrategia Nacional de Competi-tividad colombiana pocos temasquedan por fuera de consideración.La lista de temas incluidos en estaestrategia es amplia: el Estado y elsector privado, la infraestructura, losrecursos humanos, la ciencia y latecnología, la gestión, la calidad y laproductividad, el medio ambiente, yel género.

Uno de los problemas de lasestrategias que persiguen la modernización y lacompetitividad es que terminan aludiendo a muchascondiciones sin mayores resultados. Es comprensibleque la complejidad de las situaciones impida señalaraspectos particulares como los determinantes de undesempeño económico específico. Por ejemplo, unestudio reciente sobre el crecimiento de la produc-tividad en Colombia admite la fragilidad de los resul-tados econométricos que señalan a ciertas variablescomo determinantes de este crecimiento". La realidades mucho más compleja que cualquiera de los modelosque podamos imaginar.

Como casi todo tiene relación con la competitividad,las políticas diseñadas para alcanzarla apuntan a"rnodemizar" varios sectores de la economía. Por ejem-plo, dos de los cinco programas de nuestra Estrategia

41 Catherine V. Scott, Gender and Development: RethinkingModernization and Dependency Theory, Lynne RiennerPublishers, Londres, 1995.

42 Véase Vanessa Cartaya, Luz Gabriela Arango y MargaritaJaramillo, La estrategia de competitividad y la perspectiva degénero, Ministerio del Medio Ambiente, Bogotá, 1995.

43 Ricardo Chica, El crecimiento de laproductividad en Colombia,Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1996. 39

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Nacional de Competitividad son la Política para laModernización Agropecuaria y Rural, y la Política parala Modernización lndustrial". Un tercer programa, laEstrategia de Infraestructura para la Competitividad,intenta modernizar la infraestructura física colombianaen transporte, energía y telecomunicaciones.

La modernización y la competitividad prometenutopías de abundancia: consumo masivo y creciente,muy por encima de las necesidades básicas. A travésde la industrialización, los países pobres dejan deproducir "las cosas equivocadas" y comienzan a pro-ducir artículos "más sofisticados", bienes con un mayorvalor de intercambio. Ninguna de las dos perspectivasaugura que el camino sea fácil y sí requiere unaadecuada dirección.

Las políticas económicas del actual gobiernocolombiano han tratado de suplir las deficiencias delmercado en la asignación de recursos. Mientras elgobierno de Gaviria se concentró en eliminar las trabaspara el libre funcionamiento del mercado, este gobiernoha querido enfatizar la inversión social, el protagonismoestatal (en facilitar, promover y orientar la economía),y la sectorización de las políticas económicas". Elescaso éxito de estas intenciones contribuye, entreotras cosas, a perpetuar las desigualdades sociales.

No hay que olvidar el tema de la equidad, ni en elinterior de una nación ni entre naciones. Es muy difícilcerrar la brecha entre poblaciones cuando cada quiencompite con diferentes recursos y desde plataformasmuy distintas. Ni siquiera se garantiza la igualdad deoportunidades aunque esta igualdad, a su vez, legiti-mice la inequidad económica.

Las propuestas para acceder a la modernidad ypara alcanzar la competitividad son similares a lassugeridas para mejorar las condiciones de los despo-seídos. Las políticas de este tipo promueven, porejemplo, que unos alcancen a otros por medio de latransferencia de valores y habilidades a través de laeducación (una estrategia de largo plazo en la cual losbeneficios son postergados para futuras generaciones).A nivel de las naciones, la noción del desarrolloeconómico se basa en que unas naciones "alcancena otras" en sus niveles de producción y consumo. Noimporta que esta promesa del desarrollismo sea unaimposibilidad física en nuestro planeta ni que en su

44 Para conocer una buena crítica de la Política para la Moder-nización Agropecuaria y Rural, véase el ensayo de CarlosSalgado Araméndez "Competitividad con pobreza: ¿El tiempode la gente campesina?", Cuadernos de Economía, No. 22,

40 1995, pp. 159-175.

lógica sea contradictoria. Mientras los discursos polí-ticos enuncian sus promesas, países enteros -al igualque la población en la base de la pirámide social-esperan subir en una jerarquía siempre presente y muyestable.

Balance del ejercicioLa modernización aún promete aliviar la pobreza delTercer Mundo si se emula el ejemplo del Primer Mundo.Las recetas para alcanzar la competitividad parten delmismo principio. Muchas voces se han unido en ladenuncia:

A cambio del reino de la abundanciaprometido por teóricos y políticos en los añoscincuentas, el discurso y la estrategia deldesarrollo produjo lo contrario: subde-sarrollo masivo y empobrecimiento, explo-tación silenciosa y opresión. La crisis de ladeuda externa, las hambrunas del Sahara,la pobreza en aumento, la malnutrición y laviolencia son solo los más visibles signosdel fracaso de cuarenta años dedesarrollo'",

En resumen, las esperanzas del "despegue" de lospaíses periféricos son infundadas. La estructura delsistema mundial es más estable de lo que se pensaba.El crecimiento económico espectacular de un paísperiférico es la excepción: Corea del Sur y Taiwan sóloconfirman la regla. Las estrategias de desarrolloeconómico de los países del este asiático son ejem-plares en cuanto a movilizar recursos propios, peropoco enseñan en relación con el uso más eficiente deestos recursos.

La modernización no ha cumplido ni cumplirá suspromesas. Las preocupaciones por la competitividadhan surgido dentro del marco de las teorías de lamodernización, y comparten con ellas ciertos pos-tulados y no pocas omisiones. Los múltiples factoresque condicionan cada una de las etapas señaladas enel camino de la modernidad y la competitividad sontratados bajo una óptica ahistórica en la cual la equidades un tema secundario. Sin equidad no hay sosteni-bilidad. En estas circunstancias, las perspectivas deuna estrategia nacional de competitividad no son muyhalagüeñas.

45 VéaseAlvaro Zerda Sarmiento, "Estrategias de competitividad:de la teoría a la práctica. La política industrial del gobiernoSamper en la nueva estructura social de acumulación", Cua-dernos de Economía, No. 22, 1995, pp. 221-238.

46 Escobar, op. cit., p. 4 (la traducción es nuestra).

Page 15: Perspectivas de una estrategia nacional de competitividad · ducción de su país. No han existido dudas sobre las ... zación, lostrestipos dedeficiencias que han impedido a muchas

GESTiÓN

La equidad es un tema que debe volver a serprioritario. Mejorar la calidad de vida de toda lapoblación colombiana debe ser el objetivo primordialde cualquier política estatal". Es necesario identificar"los obstáculos para el logro de balances sociales máspositivos, evitando que la mayor productividad seapoye, como ha sido el caso en algunos sectores, enun deterioro de las condiciones de vida y trabajo delos empleados, mediante el recurso a la disminuciónde costos laborales a través de la reducción de salarios

o prestaciones, cambios en las formas de contratación,la intensificación del trabajo mediante pagos a destajoo incrementos en la viqilancia?".

Ocurrirán avances en equidad social si disminuyenlas desigualdades económicas y la discriminaciónpolítica y si hay mayor equidad de género. Lucharcontra toda forma de discriminación puede ser un granpropósito nacional. El papel de la investigación en talescenario es denunciar los mecanismos y la magnitudde cualquier tipo de discriminación. El reto es enorme.

47 Propuestas como las de la CEPALde transformación productivacon equidad apuntan en la dirección correcta (Véase EugenioLahera, Ernesto Ottone y Osvaldo Rosales, "Una síntesis dela propuesta de la CEPAL n, Revista de la CEPAL, 55, 1995, pp.7-25). Desafortunadamente, el énfasis continúa siendo el de-

sarrollo económico de las naciones, y las desigualdades so-ciales son apenas un obstáculo para alcanzarlo. No se privilegia,por encima de todo, el bienestar de la población.

48 Cartaya, et al., op. cit., p. 23. 41