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Pet r ó l e o, Ambiente y Derechos en la Amazonía Centro Sur Mario Melo Pablo Ortiz-T Víctor López A. Ecuador, 2002

Petróleo, Ambiente y Derechos en la Amazonía Centro … · El reclamo ante la Organización Internacional del Trabajo ... empresas transnacionales y corporaciones, ... gia la ganancia

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Pet r ó l e o, Ambientey Derechos en la

Amazonía Centro Sur

Mario MeloPablo Ortiz-T

Víctor López A.

Ecuador, 2002

PETROLEO, AMBIENTE Y DERECHOSEN LA AMAZONIA CENTRO SUR

Edición: Víctor López A.

© Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES)

© Organización de Pueblos Indígenas de Pastaza (OPIP)

© Instituto Amazanga, (IACYT-A)

Esta publicación cuenta con el auspicio de Oxfam América.

ISBN-9978-42-634-5

La portada ha sido diseñada a partir de pinturas faciales shuar y achuary de iconografía kichwa de Pastaza.

Se autoriza la reproducción total o parcial de este material, citando la fuente.Las opiniones de los autores no representan, necesariamente, el punto de vistade las organizaciones responsables de la publicación.

Impreso en Quito-Ecuador por SERGRAFIC.Telf.: (593-2) 241-99-28

Quito, Octubre del 2002

Indice

Pág.

Presentación ..............................................................................................................5

Fragmentos de la Declaración de Kimberly .............................................................8

Reflexiones Preliminares: Comunidades, derechos y explotación petrolera .........9

El Modelo Extractivista Petrolero ................................................................................10Petroleo, pueblos indígenas y territorio.......................................................................11La propiedad estatal sobre los recursos naturales no renovables..................................12Los Derechos Colectivos y la Consulta Previa Informada..............................................13La ampliación de la frontera petrolera en el centro-sur de la RAE ................................15

Explotación Petrolera y Pueblos Indígenas en el Centrode la Amazonía Ecuatoriana, provincia de Pastaza ...............................................19Pablo Ortíz T.

1. El contexto socioambiental ....................................................................................19Actividad petrolera, colonización y control territorial ................................................20Actividades productivas..........................................................................................20

2. Conflictos socioambientales conexos a la presencia petrolera en Pastaza..................21Antecedentes........................................................................................................21El inicio del Conflicto del Bloque 10 ........................................................................22Primeras negociaciones..........................................................................................23Escalamiento del Conflicto......................................................................................24La etapa de negociaciones en el escenario global....................................................26El Comité Técnico Ambiental (CTA).........................................................................28Las estrategias de control del Consorcio Arco-AGIP Oil Ecuador B.V. ........................30Caracterización de actores .....................................................................................34

Pág.

3. La necesidad de una evaluación independiente de los impactos socioculturales y ambientales en el Bloque 10.................................371. Objetivo............................................................................................................372. Problemática a plantearse..................................................................................373. Locación ...........................................................................................................374. Tópicos.............................................................................................................375. Consideraciones metodológicas ..........................................................................406. Productos esperados..........................................................................................407. Perfil de los Evaluadores ....................................................................................408. Alternativas estratégicas para un proceso de diálogo ...........................................41

4. La pretendida Novena Ronda Petrolera en Pastaza..................................................41

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador ........45Víctor López A.

Antecedentes Generales............................................................................................45Relacionamiento comunitario en el Bloque 24: Burlington contra el pueblo shuar y achuar del Transkutukú........................................48Novena Ronda: defensa de derechos de los pueblos indígenasfrente a los intereses extractivistas ............................................................................53Reclamo FIPSE ante la OIT y Reglamento de Consulta y Participación..........................57Conclusiones ............................................................................................................58

El Caso Bloque 24: Una lucha por la exigibilidadde los derechos indígenas en la selva Amazónica Ecuatoriana ............................61Mario Melo C.

Información de Contexto...........................................................................................61El Bloque 24: De territorio indígena a bloque petrolero ...............................................62El Recurso de Amparo...............................................................................................65El Habeas Data.........................................................................................................66El Juicio Penal por Desacato......................................................................................66El reclamo ante la Organización Internacional del Trabajo ...........................................67Campaña y Contracampaña.......................................................................................68Reflexiones Finales....................................................................................................69

Acrónimos.................................................................................................................71

Presentación

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Probablemente en el Ecuador no encontre-mos un tema o región más relegados, conpoco o casi ningún interés y atención de losniveles gubernamentales, del mundo acadé-mico, de los medios de comunicación y de lapropia sociedad civil, como la Amazonía.

Tradicionalmente identificada como “elOriente”, su referencia apenas nos evocauno que otro pueblo “salvaje” y la difusaimagen de ser una fuente “inagotable” deproducción del principal recurso que sostie-ne la economía ecuatoriana: el petróleo. Enel imaginario nacional se alimenta la idea deuna región equivalente a un “espacio vacío”,como queriendo confirmar aquella lapidariafrase: “El Oriente es un mito”.

Hace apenas pocos años, en re d u c i d o sespacios y discursos oficiales y no estatales,se ha empezado a caracterizar al país, aun-que de manera bastante tímida, como unaentidad diversa en lo social, ambiental y cul-tural. Esta percepción incorpora la regiónamazónica modificando el tradicional univer-so andino-costanero, introduciendo en elEcuador nuevas y diversas relaciones y diná-micas: ambientales, sociales, cult u ra l e s ,políticas y económicas, con sus propiasagendas, actores, intereses y desafíos, todoello en el contexto de una situación interna-cional y regional signada por una alta con-flictividad.

Acontecimientos históricos como la guerradel Cenepa en el sur oriente, o la explota-ción petrolera y los recurrentes derrames deloleoducto en el nororiente, y, ahora, el des-borde no previsto del conflicto colombiano y

la aplicación del Plan Colombia, con sussecuelas de violencia, muerte y terror a lolargo de toda la frontera norte, han sido,entre otras, circunstancias de coyuntura quede alguna manera han llamado la atenciónde la opinión pública nacional respecto de laAmazonía ecuatoriana. Sin embargo, aúnpermanecen invisibles, carentes de relevan-cia y atención nacional, nuevas dinámicassociales y políticas que enfrentan a pobla-ciones locales, aisladas de los centros depoder e información, contra poderosos inte-reses económicos transnacionales de com-pañías petroleras, farmacéuticas, madere-ras, mineras y otras corporaciones foráneas,donde no están exentos pretextos e intere-ses geopolíticos anclados en los vientos delas nuevas circunstancias por las que atra-viesa la región y el mundo.

Luego del 11 de septiembre de 2001, bajolas “nuevas reglas de juego” que impone lasituación internacional, se ha visto que lassociedades transnacionales petroleras priva-das, estimuladas por la gerencia política delPresidente de los Estados Unidos, han forta-lecido sus desmedidas pretensiones depoder y enriquecimiento. A nivel mundial,no sólo se disputan el manejo y reparto delas inmensas concesiones petroleras iraquíesy aseguran la exclusión de quienes no apo-yen la nueva campaña bélica, sino que a lavez, no descuidan ningún frente y presionana un país como el nuestro, sin relevanciaeconómica en el concierto regional, para ladevolución impune del impuesto a la renta afavor de empresas petroleras norteamerica-nas, utilizando como instrumento de presiónal gobierno de los Estados Unidos, paraamenazar al país con la exclusión del pro-grama andino de preferencias arancelarias.

1 Fragmento de la Declaración de Kimberly.

Presentación

“Hoy reafirmamos nuestra relación con la Madre Tierra

y nuestra responsabilidad con las generaciones futuras

de mantener la paz, la equidad y la justicia.1”

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

6

Así pues, asistimos a un escenario interna-cional que no podemos dejar de analizarpara mejor comprender la dinámica que ali-menta el conflicto regional que coloca, de unlado, a las poblaciones Shuar y Achuar en laregión del Transkutuku, conocida comoBloque 24, y a los indígenas Quichuas de laprovincia de Pastaza, directamente afecta-dos por la denominada Novena Ronda y, delotro lado, a las empresas petroleras trans-nacionales.

La discusión, el debate y la confrontación enla zona centro sur de la Amazonía ecuatoria-na, que comprende las provincias de Pastazay Morona Santiago, reproducen a pequeñaescala, el conflicto global de intereses yvisiones que contraponen a campesinos,colonos, indígenas, activistas y organizacio-nes sociales en la defensa de sus derechosfundamentales y del patrimonio común delas presentes y futuras generaciones, frenteal monopolio de un círculo reducido deempresas transnacionales y corporaciones,que pretenden aplicar toda su capacidad decontrol y decisión en un campo que involu-cra el destino de toda la humanidad: el acce-so a los recursos naturales del planeta.

El contexto global y regional lleva a pensarque se está consolidando claramente lahegemonía política y militar de la nueva“Tríada del centro”2 (EEUU-Canadá, la UniónEuropea y Japón) estableciendo una correla-ción de fuerzas a nivel mundial que es des-favorable para las corrientes progresistas3.El momento es de reflujo y defensa, pero deninguna manera de desaliento. Como nuncaantes, este tiempo y esta hora exigen mayorobjetividad, audacia e imaginación.

Samir Amin4 sugiere que uno de los retosdel momento está en superar la percepcióngeneralizada de que la historia se subordinay se construye a partir de las condicionesimpuestas por las denominadas “leyes deexpansión capitalista” casi ineludibles. Es laresistencia de las fuerzas sociales que seoponen a los efectos de esta expansión, laúnica que está en condiciones de modificarla historia, cambiar las tendencias de lasleyes, trastocar el modelo y por tanto torcerel designio del poder imperial.

Una alternativa económica, política, social ycultural que tenga al ser humano y su entor-no natural como proyecto de vida transge-neracional frente al proceso de homogenei-zación globalizada, requiere acumular parasu lógica el mayor agregado posible de fuer-zas sociales, aliados, demandas y estrate-gias concertadas. Este escenario internacio-nal es el telón de fondo que sustenta la con-frontación entre los pueblos indígenasShuar, Achuar, Quichua y Shiwiar de laA m a zonía ecuatoriana frente al modeloextractivista que promueve la ocupación yuso arbitrario e intensivo de los recursosnaturales y la biodiversidad de la región.Más allá de la oposición o no a la actividadpetrolera, está en juego un sistema de vida,una cosmovisión y sistema de relacionessociales y culturales que oponen un discursoy enfoque de derechos humanos y ambien-tales frente a la expectativa meramente cre-matística de la globalización y el li b remercado.

Debemos asumir que esta acumulación deactores, agendas y estrategias que vislum-bramos a nivel internacional se concreten demanera específica a nivel regional, nacionaly local, bajo iniciativas de acumulación defuerzas, desbalance de poderes opresoreslocales e impulso a iniciativas de reforma ycambio estructural del modelo económiconeoliberal, depredador y excluyente, quetenga en la cooperación e integración regio-nal uno de sus mecanismos de apoyo ytransformación.

2 Ver “Globalización o apartheid a escala global”Samir Amin. Conferencia Mundial contra elRacismo. Durban-Sudáfrica 28 de agosto-1 de sep-tiembre 2001.

3 Heinz Dieterich Stefan, Tomado de El Carrasclet217, semana del 7 al 13 diciembre de 2001. 4 Ver Samir Amin, Ibidem.

La vigencia y el respeto de los derechoshumanos, colectivos y ambientales que exi-gen las comunidades y pueblos Shuar,Achuar, Quichua y Shiwiar de la Amazoníaecuatoriana, no tienen que ver sólo con elc u m p limiento de la Constitución y losConvenios internacionales, como tampocotienen que ver únicamente con el reclamo alas compañías transnacionales como la CGCo la Burlington Resources, por el desacato alas leyes ecuatorianas, ni al Estado ecuato-riano por el abandono de sus responsabili-dades hacia las poblaciones más vulnerablesde la sociedad. Las relaciones inequitativasde poder que se ven afectadas por estasacciones de presión pública de los pueblosindígenas y ONGs, retan al conjunto del sis-tema político y a los intereses económicoslocales y transnacionales, denunciando loslímites insalvables de un modelo que privile-gia la ganancia a costa del ser humano y lanaturaleza.

A través de estas iniciativas colectivas deexigibilidad de derechos se demanda la for-mulación de un proyecto económico huma-nista, sustentable, y una nueva arquitectura

política intrínsecamente participativa, queintensifique y dote de sentido a la democra-cia, colocando en el centro de sus preocu-paciones a la persona humana y su entornonatural, al amparo de una cultura y valorescivilizatorios que tengan en el respeto, pro-tección y goce de los derechos humanos elsustento ético y político primordial5.

Esta publicación conjunta entre el Centro deDerechos Económicos y Sociales (CDES), elInstituto Amazanga y la Organización dePueblos Indígenas de Pastaza (OPIP), sea d h i e re e inspira en el espíritu de laDeclaración de Kimberly, adoptada en laC u m b re Internacional de los PueblosIndígenas, llevada a cabo el mes de agostode 2002 en Sudáfrica.

Solo anhelamos que este esfuerzo, grata-mente compartido, sea una gota de aguavigorosa que alimente un río de esperanzas.

Patricio Pazmiño FreireCoordinador General

CDES

Presentación

7

5 Plataforma Interamericana de Derechos Humanos,Democracia y Desarrollo PIDHDD, “Desafíos para laexigibilidad de los derechos económicos, sociales yculturales”, CEDAL-NCOs, 1999. Lima, Perú.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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Fragmentos de laDeclaración de Kimberly6

”Nuestras tierras y territorios son la base de nuestraexistencia - somos la tierra y la tierra es nosotros”

”Tenemos derecho a definir y establecer prioridades y estrategiaspara nuestro auto desarrollo y el uso de nuestras tierras,territorios y otros recursos. Exigimos que nuestro libre

consentimiento fundamentado previo sea el principio de laaprobación o negación de cualquier proyecto o actividad que

afecte a nuestras tierras, territorios y otros recursos.”

”La globalización económica constituye uno de los principalesobstáculos para el reconocimiento de los derechos de los Pueblos

Indígenas. Las corporaciones internacionales y los paísesindustrializados imponen su agenda global a las negociaciones

y acuerdos del sistema de las Naciones Unidas, el Banco Mundial,el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del

Comercio y a otros organismos, limitando los derechosconsagrados en las constituciones nacionales y en los Convenios

y acuerdos internacionales. La extracción insostenible, larecolección, los modelos de producción y consumo han llevado

al cambio climático, la contaminación generalizada y ladestrucción del medio ambiente, expulsándonos de nuestras

tierras, con el resultado de enormes niveles de pobrezay enfermedad.”

”En caso del establecimiento de asociaciones para conseguirla sostenibilidad humana y ambiental, estas deben ser

fundamentadas en los siguientes principios: nuestros derechosa la tierra y a la autodeterminación; honestidad, transparenciay buena fe; libre consentimiento fundamentado previo; respeto

y reconocimiento de nuestras culturas, idiomas ycreencias espirituales.”

6 Adoptada en la Cumbre Internacional de los Pueblos Indígenas, llevada a cabo el mes de agosto de 2002 en Sudáfrica.

Una lectura de la economía y del modelo dedesarrollo a partir del “deber ser” jurídico esútil, puesto que permite identificar los con-t rastes entre el país imaginado por laConstitución y los instrumentos jurídicosinternacionales y el país real, regido porcomplejas correlaciones de fuerzas e intere-ses, en el que pocos beneficiarios del statuquo imponen las reglas de un modelo injus-to al conjunto mayoritario de la población.

Además, nos permite entender que si lasrelaciones económicas son injustas, en per-juicio de grandes sectores sociales y si elmodelo de desarro llo es inequit a t i vo ydepredatorio de los recursos, lo son en vio-lación al derecho y sus normas, es decir, sonademás ilegítimos!

Consecuentemente, nos ayuda a compren-der de mejor manera la acción social orien-tada a denunciar y documentar para al finalrevertir las relaciones de inequidad, comoacciones de exigibilidad de derechos cuyavigencia ha sido una conquista alcanzadapor los movimientos sociales a nivel local,nacional y global.

La economía de un país, es decir la maneracomo se organiza la producción y se distri-buyen los costos y beneficios en una socie-dad nacional, debe estar siempre orientadaa procurar el mayor nivel de bienestar posi-ble a la mayor porción posible de la pobla-ción, dentro de un marco de equidad y jus-ticia social. Ese es un compromiso jurídica-mente asumido por los Estados que, como el

ecuatoriano, son signatarios de los instru-mentos internacionales sobre los DerechosFundamentales y que han incorporado losDerechos Económicos, Sociales y Culturalesa su legislación nacional.

“Los Estados Partes en el presente Pactoreconocen el derecho a toda persona a unnivel de vida adecuado para sí y su familia,incluso alimentación, vestido y vivienda ade -cuados, y a una mejora continua de las con -diciones de existencia. Los Estados Partestomarán medidas apropiadas para asegurar laefectividad de este derecho, reconociendo aeste efecto la importancia esencial de la coo -peración internacional fundada en el libreconsentimiento.”

Art. 11, num. 1 del Pacto Internacional deDerechos Económicos, Sociales y Culturales,

PIDESC

En virtud de lo dispuesto en la ConstituciónPolítica de la República del Ecuador (Art.243, numeral 1), la economía ecuatorianatiene como su primer objetivo permanenteel desarrollo socialmente equitativo, regio-nalmente equilibrado, ambientalmente sus-tentable y democráticamente participativo.Esas cuatro características que perfilan elmodelo de desarrollo nacional planteado porla Constitución, son inseparables, es decirque la existencia de cada una depende delas otras.

Así, el concepto de equidad social del desa-rrollo, entendido como su orientación haciala eliminación de la indigencia, la superaciónde la pobreza, la reducción del desempleo ysubempleo, el mejoramiento de la calidad devida de los habitantes y la distribución equi-tativa de la riqueza (Art. 243, numeral 4), sevincula con el de equidad regional en la dis-

Reflexiones Preliminares: comunidades, derechos y explotación petrolera

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7 El Area Amazonía está conformada por Mario Melo(coordinador), Víctor López y José Serrano.Agradecemos los comentarios oportunos de nues-tros colegas de CDES: Juana Sotomayor, PatricioPazmiño y Jorge Acosta.

Reflexiones Preliminares:Comunidades, derechosy explotación petrolera

Preparado por el Area Amazonía del CDES7

tribución de los ingresos públicos y de lariqueza, para buscar un desarrollo armónicodel país (Art.225) y con el de equidad inter-generacional a través de la sustentabilidadambiental, en la medida en que ésta implicaacceder a los recursos naturales y aprove-charlos sin poner en peligro la posibilidad deque las futuras generaciones también gocende ellos.

La sustentabilidad hace viable el equilibrioregional y se fundamenta en la participacióndemocrática en la toma de decisiones políti-cas sobre el uso y aprovechamiento de losrecursos. Crecimiento sustentable de la eco-nomía, desarrollo equilibrado y equitativo enbeneficio colectivo, constituyen, por tanto,deber primordial del Estado. (Art. 3,numeral 4)

El Modelo ExtractivistaPetrolero

El modelo extractivista petrolero -senda porla que transita la economía ecuatoriana lasúltimas tres décadas- es la negación, en loshechos, de la perspectiva política propuestapor el discurso constitucional. Una econo-mía como la ecuatoriana, en la que el finan-ciamiento de casi el 50% del presupuestodel Estado proviene de la explotación inten-siva de un recurso natural no renovable(petróleo), no puede estar caminando haciaun desarrollo “ambientalmente sustentable”.

Cuando calificamos al “modelo extractivis-ta” o “extractivismo”, como ruinoso y perju-dicial a los intereses nacionales, no proscri-bimos en si mismas a las actividades extrac-tivas de recursos naturales como petróleo,minas u otras; desafiamos al modelo econó-mico que tiende a basar el financiamiento dela gestión estatal en esas actividades, pro-vocando sobreexplotación de los recursos,desatención de los impactos, concentraciónde los beneficios en pocas manos y violaciónde los derechos humanos y ambientales.

El petróleo ha sido explotado en el Ecuadorcon el criterio depredatorio de extraer lamayor cantidad del recurso en el menortiempo y al menor costo posible. El resulta-do de treinta y cinco años de explotaciónpetrolera en el país es que la riqueza ha sidotransferida de la región amazónica ecuato-riana (RAE) hacia los mercados internacio-nales como combustible fósil, donde se con-vierte en dinero para ser distribuido, unaparte en favor del reducido sector de empre-sarios petroleros transnacionales que trans-fieren los beneficios obtenidos hacia las eco-nomías del Norte, y otra parte en beneficiodel Estado, que en los años 70s y 80s invir-tió las rentas del petróleo para financiar lamodernización en los “polos de desarrollo”,principalmente ciudades de la costa y de lasierra. Actualmente, las rentas petroleras lastransfiere el Estado a los mercados interna-cionales de capital como servicio de ladeuda externa.

Si Ecuador era un país pobre al empezar laera petrolera (47 % de su población bajo lalínea de pobreza, desempleo más subem-pleo al 15% y una deuda pública de 0.24billones de dólares), treinta años despuéslas condiciones socioeconómicas de lapoblación han caído dramáticamente. Ahorala pobreza afecta a cerca del 70% de lapoblación, el desempleo más el subempleoafectan al 71% de la población económica-mente activa, mientras que la deuda públicase incremento a 16 billones de dólares8.

Para la región amazónica ecuatoriana, RAE,de donde sale el recurso, solamente hanquedado los impactos negativos de la activi-dad: contaminación, descomposición socialy miseria. La antítesis del desarrollo con“equilibrio regional”.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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8 Ver: CDES, “Ocho mitos sobre el petróleo”, suple-mento que circuló con el Diario Hoy de Quito, Sep.2000; Jochnick, Chris, “El auge petrolero delEcuador”, mimeo, 2001.

Texaco estuvo en el Ecuador desde 1964hasta 1990. Operó 15 campos petroleros, 22estaciones de producción, y 339 pozos, extra -yendo 1’434.000.000 barriles de petróleo. Latecnología utilizada estuvo basada en criteriosde mínima inversión y máxima ganancia,caracterizada por una completa falta de preo -cupación por el medio ambiente y por lapoblación local. Algunos de los daños queprovocó son: 16.8 millones de galones depetróleo regados en ríos y esteros; 20 billonesde galones de agua tóxica derramados en ríosy esteros; 235.000 millones de pies cúbicosde gas quemados a cielo abierto. Desde 1993,los pobladores locales de la zona devastadapor Texaco, presentaron una demanda antelas Cortes de los Estados Unidos, en base ainformes científicos sobre los impactos nega -tivos en la salud humana y el ambiente, ela -borados por la Universidad de Harvard con lacoordinación del CDES. Esa demanda aún notiene resolución definitiva pero ha generadouna de las campañas internacionales másimportantes contra los daños de la industriaextractiva en el ambiente y en la salud de laspersonas.

Frente de Defensa de la Amazonía-CDES, Boletínde Demandantes contra la Texaco, feb. 1999

El modelo extractivista petrolero se basa,además, en la persistencia de un estilo auto-ritario y vertical de toma de decisiones res-pecto a la política económica y el modelo dedesarrollo. Las instancias estatales de defini-ción y ejecución de la política petrolera soncaptadas por grupos de presión vinculadoscon la industria, que imponen a la sociedadsu interés particular de perpetuar la explota-ción petrolera, ahondando la dependenciadel Estado en la renta del petróleo paragarantizar condiciones de contratación cadavez más ventajosas en favor de las empre-sas transnacionales y de los grupos de inte-rés local vinculados.

Al efecto, se cierran sistemáticamente losespacios de participación ciudadana en losque pudieran sostenerse posiciones discre-pantes con el modelo extractivista. En sulugar, el Estado copa los medios de comuni-cación con un discurso falaz que justifica el

modelo, confundiendo los intereses de losgrupos de poder vinculados a la industrialpetrolera, con la política del gobierno paraampliar la frontera de explotación petrolera,p resentándola como si fu e ra de interé snacional.

En el año 2001 arrancó el proyecto Oleoductode Crudos Pesados (OCP). Gran parte deldebate que sobrevino a consecuencia de lapublicación de los Estudios de ImpactoAmbiental de la obra, se centró en torno a laruta escogida por los promotores del proyec -to, que acarrea graves e innegables impactosnegativos sobre el ambiente en zonas de granimportancia y fragilidad ecológicas, afectan -do, además, legítimos intereses de las comu -nidades y de empresarios privados que pro -mueven el ecoturismo en Mindo y otras loca -lidades por donde cruzará el oleoducto. Elgobierno ha desoído sistemáticamente la vozde los afectados, y termina por imponer eltrazado que más conviene a los intereses delconsorcio privado que ejecuta el proyecto. Enlos momentos más álgidos de las protestas encontra de la ruta escogida, el Presidente de laRepública no dudó en calificar públicamentecomo “cuatro majaderos extremistasque quieren joder al país...”* a los gruposde ecologistas y pobladores afectados quediscrepan con la posición oficial respecto a laruta.

* El Comercio, 22 de mayo del 2001

Petróleo, pueblosindígenas y territorio

Treinta y cinco años atrás, cuando la activi-dad petrolera se intensificó en el nororientedel Ecuador los habitantes ancestrales de lasriberas de los ríos Aguarico, Napo y sus prin-cipales afluentes, dispersos, debilitados ya,en varios casos por la presión ejercida sobreellos -a partir de las últimas décadas delsiglo XIX- por caucheros, cascarilleros ysobretodo misioneros, poca o ninguna resis-tencia pudieron oponer al ingreso masivo asus tierras de obreros, caminos, maquinaria,infraestructura y sobretodo, de la oleada decolonos que, al amparo de las compañías,iban formando lo que luego serían las “ciu-

Reflexiones Preliminares: comunidades, derechos y explotación petrolera

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dades petroleras”: Lago Agrio, Shushufindi yCoca.

Kichwas, Cofanes, Sionas, Secoyas, vieronreducirse dramáticamente su territorio. Sumodo de vida sufrió cambios irreversibles enla medida en que cada vez más, los jóvenesdejaban la libertad de la selva, para conver-tirse en marginales asalariados de las petro-leras. Los Waorani, el grupo más aislado yreacio al contacto con la cultura occidental,fueron incorporados al ritmo del negociopetrolero, que bailaban también las misionesreligiosas encargadas de evangelizarlos yreducirlos. Hoy por hoy, treinta y cinco añosdespués, los dos grupos waorani que per-manecen no integrados a la cultura domi-nante, los Tagaeri y Ta romenane, seencuentran en una desesperada lucha deresistencia frente a la presión de los “rela-cionadores comunitarios” de las empresaspetroleras, por desplazarlos de sus reductos,que no por ser los últimos dejan de ser codi-ciados por las petroleras.

En 1998, el Estado Ecuatoriano declaró como“zonas intangibles” dos extensas áreas en elinterior del Parque Nacional Yasuní, pordonde se presume se desplazan los gruposTagaeri y Taromenane. Dicha declaratoria,manifiesta la voluntad gubernamental de con -servar estos territorios libres de actividadesextractivas que pudieren afectar la integridadcultural de estos grupos de selva. Sin embar -go, la presión de las compañías por ingresara las Zonas Intagibles a realizar exploraciónpetrolera ha sido constante. Como ejemplo, afinales de octubre de 2001, la organizaciónWaorani, ONHAE*, daba la voz de alarma res -pecto a acciones intimidatorias por parte de laempresa Petrobel, mediante sobrevuelos queasustan y dispersan a las familias Tagaeri.

* El Comercio, 30-10-01

Otros grupos, como los Tetete, frente a lapresión e intereses externos y por el cam-bio cultural impuesto por la industria petro-lera en su territorio, sencillamente desapa-re c i e ron...tanto físicamente, como grupocultural. En términos de la diversidad cultu-ral, con la desaparición de los Tetete, el país

perdió algo mucho más valioso que todo eldinero que la actividad petrolera puedohaberle dejado.

La propiedad estatal sobrelos recursos naturalesno renovables

El extractivismo petrolero tiene como funda-mento jurídico el monopolio estatal sobre lariqueza del subsuelo. El Art. 247 de laConstitución, concede al Estado la propiedad“inalienable e imprescriptible” de los recur-sos naturales no renovables, y, en general,de los productos del subsuelo, los mineralesy sustancias cuya naturaleza sea distinta a ladel suelo, incluso los que se encuentran enlas áreas cubiertas por las aguas del marterritorial.

Las características de inal i e n a b ilidad eimprescriptibilidad que la Constitución con-cede al dominio estatal sobre los recursosnaturales, implican que el titular, el Estado,no está facultado para transferirlo a ningúntítulo y que los particulares no pueden obte-ner la propiedad sobre dichos recursos porhaber mantenido su posesión durante deter-minado número de años.

Se trata, en definitiva, de una ficción jurídi-ca por la cual suelo y subsuelo, que en lanaturaleza forman una unidad indivisible,son divididos por el Derecho para despojaral dueño de la superficie el control sobre losrecursos subterráneos de su propio predio.Ese despojo, que no es universal en el sen-tido de que otros sistemas jurídicos contem-plan regímenes distintos de propiedad paralos recursos del subsuelo (et. al. EstadosUnidos de Norteamérica), buscó en un prin-cipio “nacionalizar el petróleo”, para garanti-zar el aprovechamiento de los recursos enbeneficio de la sociedad en su conjunto,frente al abuso de las transnacionales, vistala experiencia de Shell y Texaco en Ecuador.Esa voluntad legislativa se concreta en laobligación, constitucionalmente impuesta alEstado, de explotarlos en función de losintereses nacionales. (Art. 247)

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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La Constitución de 1979, que rigió hastaagosto de 1998, consideraba a los recursosnaturales no renovables y, en general, a losproductos del subsuelo y todos los mineralesy sustancias cuya naturaleza sea distinta a ladel suelo, área de explotación económicareservada al Estado. El Estado debía realizarla explotación a través del sector público dela economía, es decir por las empresas depropiedad exclusiva del Estado y excepcio-nalmente, podía delegarla a la iniciativa pri-vada. (Art. 46, numeral 1)

Como se ve, entre las Constituciones de1979 y 1998 se produce un cambio en elrégimen constitucional de los recursos delsubsuelo, fortaleciéndose el control estatalsobre ellos al quedar claro que le correspon-de, en exclusiva, su propiedad y no solo elderecho a explotarlos económicamente.

Los Derechos Colectivosy la Consulta PreviaInformada

La Constitución de 1998 incorpora un con-junto de derechos específicos de los pueblosindígenas y afroecuatorianos, vinculadoscon su integridad cultural y territorial, a losque se conoce como Derechos Colectivos.(Título II. Capítulo 5, Sección Primera).Estos Derechos buscan el mantenimiento ydesarrollo de la identidad cultural de lospueblos, para lo cual se les reconoce, entreotras garantías, la de conservar la propiedadimprescriptible de sus tierras comunitarias,mantener su posesión ancestral y obtenersu adjudicación gratuita.

Respecto a los recursos naturales que sehallen en su territorio, la Constitución distin-gue a los recursos renovables, sobre los cua-les concede a las comunidades el derecho aparticipar en su uso, usufructo, administra-ción y conservación, y los recursos no reno-vables, en relación a los cuales laConstitución reconoce a los pueblos indíge-nas los siguientes derechos:

1. Ser consultados sobre planes y progra-mas de prospección y explotación de losrecursos que se hallen en sus tierras yque puedan afectarlos ambiental o cultu-ralmente

2. Participar en los beneficios que estosproyectos reporten, cuando sea posible,y

3. Recibir indemnizaciones por los perjuiciossocioambientales que les causen.

El primero de estos derechos, el de ConsultaPrevia, no es sino un caso específico delderecho reconocido por el Art. 88 a la comu-nidad en general:

“Toda decisión estatal que pueda afectar almedio ambiente, deberá contar previamentecon los criterios de la comunidad, para lo cualésta será debidamente informada. La Leygarantizará su participación.”

Art. 88 de la Constitución Política del Ecuador

La Ley de Gestión Ambiental, complementaeste derecho y deja claro el efecto de suinobservancia:

“El incumplimiento del proceso de consulta alque se refiere el Art. 88 de la ConstituciónPolítica de la República tornará inejecutable laactividad de la que se trate y será causal denulidad de los contratos respectivos.”

Art. 28 de la Ley de Gestión Ambiental, segundoinciso.

Sin embargo, temas cruciales quedan pen-dientes de resolución para la efectiva aplica-ción de los procesos de consulta previa:

1. Cómo debe ser hecha la consulta: esdecir, se hace necesario definir los meca-nismos que deben ser utilizados, asícomo los requisitos que deben ser cum-plidos, para que un proceso de consultacause efecto jurídico.

Reflexiones Preliminares: comunidades, derechos y explotación petrolera

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2. Quién debe ser consultado: los desti-natarios de la consulta, según laConstitución son, “la comunidad” en elcaso del artículo 88 y “los pueblos indí-genas” en el caso del Art. 84, numeral 5.Se hace necesario definir con claridad,quién puede hablar y consentir a nombrede la comunidad y de los pueblos indíge-nas.

3. Qué sucede si los consultados dicenNO: quizá esta es la pregunta clave. Ni laConstitución, ni el Convenio 169 de laOIT, instrumento internacional del que elEcuador es parte y que también trata laconsulta previa, dejan claro el efecto delNO de los consultados.

Estas tres preguntas extre m a d a m e n t eimportantes deben ser dilucidadas por partedel Estado para poder dar cumplimientoefectivo al mandato constitucional y paragarantizar la “gobernabilidad” de sus deci-siones. Especialmente la tercera cuestión,sobre el NO, requiere ser resuelta de unamanera clara y concertada con los principa-les actores sociales a fin de prevenir que losprocesos de consulta que se emprendansean impugnados de principio y los proyec-tos carezcan de legitimidad social.

En definitiva, es necesario desarrollar uncuerpo jurídico que permita la aplicación delprincipio constitucional, el mismo que,tomando en cuenta la delicadeza e impor-tancia del tema, debería ser tratado por unaLey.

El Reglamento Sustitutivo del ReglamentoAmbiental para las Opera c i o n e sHidrocarburíferas en el Ecuador, promulgadopor el Presidente de la República el 13 defebrero de 2001 (en plena vigencia de laConstitución de 1998), trata el tema de laconsulta y va perfilando algunas de las pre-ferencias gubernamentales sobre el tema:

“Previamente al inicio de toda licitación petro -lera estatal, el organismo encargado de llevara cabo las licitaciones petroleras aplicará, encoordinación con el Ministerio de Energía yMinas y el Ministerio del Ambiente los proce -dimientos de consulta previstos en elReglamento que se expida para el efecto.

Previa a la ejecución de planes y programassobre exploración y explotación de hidrocar -buros, los sujetos de control deberán infor -mar a las comunidades comprendidas en elárea de influencia directa de los proyectos yconocer sus sugerencias y criterios.”

Art. 9 del Reglamento Sustitutivo para lasOperaciones Hidrocarburíferas,

En primer lugar, se deja saber que la volun-tad del Gobierno es regular el tema deConsulta mediante un Reglamento, cuerpojurídico que por ser promulgado por elEjecutivo deja en esta función del Estado elcontrol sobre su proceso de elaboración. Ensegundo lugar, deja dudas respecto a lat ra n s p a rencia gubernamental respecto altratamiento del tema. Se pretende hacercon un Reglamento, diferenciaciones que laConstitución no hace respecto al ejerciciodel derecho, puesto que se reserva la con-sulta al caso de las licitaciones, dejándose,para el caso de los planes y programassobre exploración y explotación, meros pro-cesos de información a las comunidadesafectadas, para “conocer sus sugerencias ycriterios”.

Mientras se escribe este artículo, las dudasrespecto a los contratos que concretan pro-yectos hidrocarburíferos, y que el Estado hae m p rendido durante la vigencia de laConstitución del 98 sin haber aplicado pro-cesos de consulta idóneos y transparentesson jurídicamente nulos, de acuerdo a lo dis-puesto en el Art. 24 de la Ley de GestiónAmbiental. (Incluso en torno al megaproyec-to OCP, flotan dudas en el ambiente.)

El Banco Mundial, con el claro propósito deprevenir que la ampliación de la fronterapetrolera fracase por falta de gobernabili-dad, ha entregado en donación al

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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Ministerio de Energía y al CONAM, los fon-dos necesarios para que contraten una con-sultoría para la elaboración del esperadoReglamento Ambiental Petrolero, en sep-tiembre del 2001.

La firma favorecida por concurso para la ela-b o ración del “Reglamento de ConsultaPetrolera” es Price Waterhouse Coopers,que en el Ecuador ha tenido un perfil deconsultora empresarial. Su oferta técnicaplantea una metodología participativa parala elaboración del Reglamento, lo cual hacíaesperar que hayan espacios democráticos departicipación para las organizaciones indíge-nas y la sociedad civil en general.

Sin embargo, resulta cuestionable el ver enel “Consejo de Políticas” del proyecto -pro-puesto por la PWC- al ex representante en elEcuador de la compañía Arco Oriente yactual Gerente de Negocios de BurlingtonResources Ltd! Cabe recordar que Arco saliódel país luego de que la Fe d e ra c i ó nIndependiente del Pueblo Shuar (FIPSE), leganara un Recurso de Amparo en el año2000, por violaciones a los derechos colecti-vos en su gestión del bloque 24. Burlingtoncompró los derechos y obligaciones de ope-ración a Arco.

El primer documento conceptual presentadopor la consultora mereció críticas severaspor parte de sectores de derechos humanos,indígenas, ambientalistas y académicos. Seidentificaron graves distorsiones de los prin-cipios de consulta previa y participación con-sagrados en la Constitución y el Convenio169 de la OIT.

La intervención de actores políticos, comolas Comisiones de Asuntos Indígenas y deAsuntos Amazónicos y Ambiente delCongreso Nacional, puso en alerta a la opi-nión pública sobre ese proceso. Las federa-ciones indígenas amazónicas denunciaronno haber sido tomadas en cuenta en el pro-ceso.

Pese ha haber transcurrido el plazo contrac-tual de la consultoría, hasta el momento elMinisterio de Energía y Minas no ha hecho

públicos los productos finales del proyectode Reglamento de Consulta y Participación,encargado a Price WaterHouse. El BancoMundial, como se ha dicho es la instituciónque financia este proyecto, y no es la pri-mera vez que promueve la elaboración deun reglamento de Consulta y Participaciónpara la actividad petrolera en el Ecuador.

La ampliación de lafrontera petrolera en elcentro-sur de la RAE

El endurecimiento del régimen de propiedadsobre los recursos naturales no renovablesperfila una voluntad política de ampliar lafrontera extractiva petrolera hacia el centro-sur de la región amazónica ecuatoriana(RAE), es decir hacia la extensa región deselva baja de la provincia de Pastaza y delTranskutukú en la provincia de Moro n aSantiago. (ver mapas 2 y 3 de la 9ª Ronda)

Al no haber cambio de régimen no haymodificaciones en las políticas petroleras,puesto que desde los 70s el Estado ecuato-riano ha mantenido el control sobre el recur-so petrolero. Esto resulta ser un síntoma deque los sectores de poder interesados enampliar la frontera extractiva, parten de dosconstataciones claras:

i. Que incorporar masivamente el centro-sur de la Amazonía ecuatoriana a laexplotación de hidro c a r b u ros impli c ahacerlo dentro de territorios indígenas, y

ii. Que los sectores indígenas han emergi-do hasta convertirse hoy por hoy, en unactor social protagónico de la vida políti-ca nacional, a partir del proceso organi-zativo de federaciones con larga tradi-ción y experiencia en la defensa de suterritorio, como FICSH y OPIP9, solo para

Reflexiones Preliminares: comunidades, derechos y explotación petrolera

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9 La Federación Interprovincial de Centros Shuar(FICSH) tiene sede en Sucúa (Morona Santiago) ycuenta con al rededor de 60.000 socios. LaOrganización de Pueblos Indígenas de Pastaza(OPIP), tiene sede en Puyo y cerca de 50.000socios.

nombrar a las dos de mayor trayectoriaen el centro y sur de la Amazonía ecua-toriana.

L l e var adelante la próxima Ronda deLicitación Petrolera, según el proyecto deampliación de la frontera hidrocarburífera enlas provincias de Napo, Pastaza y/o MoronaSantiago10, afectando territorios indígenas,áreas protegidas e intervenidas y bosquest ropicales amazónicos bien conserva d o s ,supone enfrentar un escenario de fuertesconfrontaciones socioambientales, ante locual el Estado y los sectores de poder alistansus estrategias, incluyendo argumentos detipo jurídico constitucional y hasta político-ideológico.

Desde que se produjo el primer anuncio ofi -cial sobre la inminente convocatoria a laNovena Ronda por parte de Petroecuador yel MEM (octubre de 2001), las organizacio-nes indígenas y otros sectores de la socie-dad civil se han puesto en alerta.O rganizaciones no gubernamentales, dederechos humanos y apoyo externo, comoCDES y Fundación Pachamama, han pro-movido encuentros y talleres con diversossectores para compartir inquietudes respec-to a los impactos ambientales y sociales queeste megaproyecto tendría en la Amazoníacentro-sur.

Los pueblos y comunidades shuar, achuar,shiwiar, zapara y kichwa, cuyos territoriosserían afectados por la 9° Ronda, han hechopronunciamientos públicos rechazando lapretendida convocatoria a licitación petrole-ra, exigiendo el respeto irrestricto de susderechos territoriales, a la consulta previainformada y a la unidad interna. De igualm a n e ra se han manifestado la re g i o n a lConfederación de Nacionalidades Indígenasde la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) yla máxima organización indígena nacional, la

Confederación de Nacionalidades Indígenasdel Ecuador (CONAIE)11.

En el ámbito regional, la Coordinadora deO rganizaciones Indígenas de la CuencaAmazónica (COICA), ha exigido que seanrespetados los derechos y decisiones de lospueblos que deciden no aceptar las activida-des petroleras en sus territorios12. A nivelglobal, la solidaridad internacional no se hahecho esperar: la Alianza Amazónica, coali-ción que agrupa a más de cien organizacio-nes indígenas y ONGs, de Norte, Centro ySur América, se ha pronunciado en respaldoa las nacionalidades indígenas afectadas porla Novena Ronda, haciendo un llamamientoa las autoridades ecuatorianas, para que seobserven estrictamente sus derechos colec-tivos.13

Sin duda alguna, el escenario frente al anun-cio de la convocatoria, se presenta extrema-damente complicado para las autoridadesenergéticas, puesto que la oposición de lospueblos indígenas afectados constituye unfactor que desalienta a los posibles oferen-tes. Tal vez eso explica la permanente rede-finición del programa para la pretendida 9°Ronda de Licitación Petrolera (ver Mapas 2 y3 sobre Novena Ronda). De cualquier suer-te, lo que queda claro es que existe una exi-gencia constitucional de respeto, por partedel Estado y de todos los actores involucra-dos, de los derechos colectivos de los pue-blos indígenas y de los derechos económi-cos, sociales y culturales del conjunto de lapoblación afectada, incluyendo el derecho aser informados y consultados con antelacióna la toma de decisiones.

También queda claro, o debe quedar claro,que existe una sociedad civil, a nivel local,

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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10 En principio definida como 10° Ronda, debido a unreplanteamiento en la operación del Proyecto ITT,la próxima ronda de licitación petrolera ha sidodenominada como la 9° Ronda, y ha conocido unaserie de redefiniciones en su programa.

11 Conclusiones del encuentro entre CONAIE -CONFE-NIAE y las Organizaciones representativas del cen-tro-sur de la RAE, Unión Base, 24-27 de julio del2002.

12 Resolución No. 2 de su período de sesiones X delCCC y XIV del CDC

13 Resolución del Consejo Directivo de la AlianzaAmazónica, del 24 de enero de 2002

nacional, regional y global, dispuesta ademandar el estricto cumplimiento de losderechos y a levantar su voz en defensa dela heredad territorial de los pobladore sancestrales de los bosques amazónicos quese verán afectados. Eso constituye la únicagarantía de que los voraces apetitos delextractivismo petrolero, en esta oportuni-dad, no pasen por sobre los derechos de lagente y del ambiente.

Reflexiones Preliminares: comunidades, derechos y explotación petrolera

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Centro de la Amazonía Ecuatoriana, provincia de Pastaza

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1 El contextosocioambiental

Ubicada en el centro de la Re g i ó nAmazónica Ecuatoriana (RAE), Pastaza es

una provincia de 29.375 Km2 de superficie,con pisos y nichos ecológicos claramentediferenciados entre la selva alta y la selvabaja. Seis importantes cuencas hidrográficascubren el 77% de su extensión total. (VerTabla 1).

Tabla 1

Area Total de Cuencas Hidrográficasde la Provincia de Pastaza

Cuencas Hidrográficas Area Km2 Area Has.

Cuenca 1 Río Curaray 8.644.75 864.474.75

Cuenca 2 Río Pindoyacu 3.493.73 349.373.25

Cuenca 3 Río Conambo 3.578.51 357.851.25

Cuenca 4 Río Corrientes 1.118.18 111.818.25

Cuenca 5 Río Bobonaza 3.193.34 319.333.50

Cuenca 6 Río Ishpingo 2.450.05 245.004.75

TOTAL 22.478.56 2’247.855.75

Fuente: Instituto Amazanga-PMRNTIP, CLIRSEN-IGM, 2001

Elaboración: PMRNTIP-SYGIS, 2001

Estos ríos y sus afluentes han sido el esce-nario territorial de varios pueblos como elWaorani, Zápara, Shiwiar, Achuar y Kichwa.Actualmente la dinámica de ocupación delespacio y el desarrollo cultural se encuentraen una fase de redefiniciones, relacionadas

con el manejo y control de las cuencas ymicrocuencas. Al interior del pueblo Kichwa,por ejemplo, los más importantes centrospoblados y grupos de poder se definen enfunción del control estratégico de las víasfluviales, el principal medio de transportetradicional en la mayor parte del territorio.Tal control está asociado a su vez al manejodel bosque y al ordenamiento del espacioque las economías de autosubsistencia indí-genas han ido creando a lo largo deltiempo.15

Actualmente, los pueblos indígenas dePastaza ocupan el 91.8% del territorio pro-vincial. De esa extensión, los Kichwa ocupanel 60.02%, mientras que los Waorani yAchuar, el 13.87% y 10.37% respectivamen-te. Finalmente, los Zápara y Shiwiar, ubica-dos en las cuencas de los ríos Conambo yCorrientes respectivamente, ocupan porcio-nes territoriales que representan el 15.74%del total de los territorios indígenas dePastaza (Ver Tabla 2).

14 ex Director del Proyecto Manejo de los RecursosNaturales de OPIP-Unión Europea. Consultor FTPP-Comunidec

15 Los Waorani definieron sus límites territoriales conlos Kichwa en la frontera sur oeste, limitando conel río Nushiño, y el sur-este con el río Cononaco,mientras que los Kichwa frente a los Achuar yShuar, fijaron sus límites en la margen izquierda delrío Capahuari, y se han confrontado por el controlde la desembocadura del río Bobonaza en elPastaza.

Explotación Petrolera y Pueblos Indígenasen el Centro de la Amazonía Ecuatoriana,provincia de Pastaza.

Por Pablo Ortíz T.14

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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Tabla 2

Area total de los territorios indígenasde la provincia de Pastaza

TerritoriosIndígenas Area (Km2) Area (Has.)

T_Kichwa 16.200.7 1’620.067.5

T_Waorani 3.743.0 374.303.3

T_Achuar 2.797.6 279.758.3

T_Zapara 2.118.0 211.799.3

T_Shiwiar 2.130.6 213.063.8

TOTAL 26.989.9 2’698.992.0Fuente: Instituto Amazanga-PMRNTIP, 2001Elaboración: PMRNTIP-SYGIS, 2001

Actividad petrolera,colonización y control territorial

Los esfuerzos por colonizar los territorios delcentro de la Amazonía ecuatoriana, desple-gados a lo largo de los siglos XVII, XVIII,XIX y gran parte del siglo XX, fueron infruc-tuosos. La lógica en el manejo del territorioamazónico por parte del Estado colonial yrepublicano fue de delegación a un podersubordinado, las misiones, con el fin deracionalizar la administración y mantener elcontrol, que sin embargo ha sido muy relati-vo a lo largo de la existencia del actualEstado ecuatoriano.

No es sino hasta 1923, cuando se registra lap resencia de la Leonard Explora t i o nCompany, que el Estado inicia un proyectode control territorial directo y efectivo sobrela Amazonía, a partir de la construcción dela vía carrozable que une Ambato con Bañosy Puyo. La concesión dada a la Royal Dutch

Shell en 1937, de 100.000 Km2 , permitióque el Estado –a través de los destacamen-tos militares que se instalaron junto a loscampamentos petro l e ros- asumiera demanera práctica el contacto con los territo-rios indígenas de Arajuno, Villano, Curarayy Montalvo en la provincia de Pastaza.

Tal hecho movilizó un proceso de coloniza-ción, cuyo eje dinamizador fue la presenciade la compañía Shell, cuyas inversiones eninfraestructura (carreteras, pistas aéreas ycampamentos), posibilitaron la penetraciónde los que después constituyeron los prime-ros asentamientos colonos en la zona. Ela p a rente fracaso de las actividades deexploración de la compañía holandesa y lapoca intensidad de sus operaciones, hizoque la colonización en esta región no alcan-ce grandes dimensiones.

A partir de los años 60, los indígenasemprenden un lento y profundo procesoorganizativo en torno a la legalización de losterritorios ancestrales, que se va constru-yendo a lo largo de 30 años de lucha, paraconsolidar el control de los territorios y sureconocimiento formal por parte del Estado.Entre los años 80 y 90 se reconocieron porparte del Estado alrededor de 1’300.000hectáreas en favor de los pueblos Kichwa,Zápara y Shiwiar, quedando pendiente porlegalizar en la actualidad, el 36.43%, espe-cialmente en la denominada “franja deseguridad nacional”, creada en mayo de1992. (Ver Mapa 1: Territorios indígenas dela Provincia de Pastaza y bloques petrole-ros.)

La zona de colonización ocupa, de maneralimitada, las zonas aledañas a la vía Baños-Puyo y a las vías que se dirigen al norte y alsur de la provincia, lo que representa, en elsiglo XXI, el 8.2% de las tierras de la pro-vincia.

Actividades productivas

Las actividades productivas y de explotaciónde los recursos en la zona de colonización,giran alrededor de la ganadería de pequeñaescala, los monocultivos de caña de azúcar,naranjilla y té, y en menor proporción, arroz,café, cacao. Prima la tala indiscriminada deárboles y el tráfico de madera.

Según CLIRSEN (Ver Tabla 3), las tendenciasde uso del suelo en la zona de colonizaciónse caracterizan por el predominio de la aso-

Centro de la Amazonía Ecuatoriana, provincia de Pastaza

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ciación cultivos/pastos/bosque, junto conuna presencia cada vez más dominante derelaciones de mercado, que desarticulan laeconomía de autoconsumo y la cultura delayllu (en el caso de los kichwa), para sobre-poner un sistema de uso del espacio organi-zado para la producción, circulación y con-sumo de mercancías.

Tabla 3

Territorios Indígenas de Pastaza

Tipo de Uso actualdel Suelo yCobertura Vegetal. AreaZona Colonizada (Has.)

Areas Pobladas 133.25

Bosque Húmedo 855.97

Bosque/Cultivo/Pasto 12.369.50

Cultivos de Zona Cálida 186.61

Cultivos/Pasto 4.588.75

Cultivos/Pasto/Bosque 1.339.50

Depósitos de Agua 2.203.50

Eriales 2.368.75

Matorral Húmedo 386.75

Pasto Cultivado 68.571.25

Plantaciones de Té 696.00

Area Total 196.915.25Fuente: CLIRSEN, 2000. Mapa de Uso Actual y Cobertura Vegetal.

Inédito. Elaboración: PMRNTIP-SYGIS, 2001

Aún en las denominadas zonas del interior yde frontera, donde la cobertura de bosquesprimarios superan el 91% de la superficie,las prácticas productivas de las distintascomunidades sufren los impactos de la eco-nomía de mercado. Igualmente los princi-pios, conocimientos y valores de las familiaskichwa, zápara, shiwiar y achuar, se venconfrontados a una racionalidad individual einstrumental cada vez más presente y cuyosimpactos se reflejan en el surgimiento denuevas dificultades en el manejo y aprove-chamiento de los recursos del bosque.

Los problemas socioambientales que enfren-tan las comunidades en su interior, tienenque ver con la introducción de paquetes tec-nológicos incompatibles con el medio, lapérdida del conocimiento tradicional y lasintervenciones externas que los han induci-do a desvalorizar lo propio16. Ello se traduceen erosión de los suelos, contaminación delas aguas, pérdida de biodiversidad y derecursos genéticos, desordenada e irracionalexplotación de la fauna, tala indiscriminadade árboles y deficiente tratamiento de losdesechos. El resultado o impacto sobre laspoblaciones locales es el deterioro de lascondiciones de salud y nutrición, emigracióna los centros urbanos, crisis de identidad yuna alta conflictividad intra-organizativa.

Todas estas tendencias económicas, socialesy culturales se ven dramáticamente revela-das y agudizadas con la presencia delProyecto denominado “Campo Villano”, conel que el Consorcio Arco-Agip inicia sus ope-raciones en el denominado Bloque 10 haciafinales de los años 80.

2 Conflictossocioambientalesconexos a la presenciapetrolera en Pastaza

Antecedentes

En abril de 1948, luego de 11 años sinencontrar evidencias de la existencia dereservas hidrocarburíferas, la Royal DutchShell solicita al gobierno ecuatoriano unaprórroga para sus actividades, pese a que laconcesión había caducado desde 1945.Según Shell, a esas alturas aún no se habíainiciado la exploración, conforme lo exigía elcontrato que inicialmente se le concediera.

En agosto de 1948, la Shell revierte formal-mente las áreas de concesión al Estado

16 Según los autodiagnósticos elaborados en las 13Asociaciones de base de la OPIP.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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ecuatoriano (4 millones 197 mil hectáreas),pero continuo operando hasta 1950, año enel que terminó el pozo Villano 1, cerca de lapista aérea y al río Villano. Esta misma zona,37 años más tarde fue adjudicada alConsorcio Arco-Agip, para la explotación delbloque No. 10, con una extensión de200.000 has., que incluye porciones territo-riales de tres pueblos indígenas: Waorani,Kichwa y Zápara. De hecho, gran parte delá rea comprometida para la explora c i ó npetrolera constituye la frontera establecidaentre estas tres nacionalidades.(Ver Mapa 1).

El inicio del Conflictodel Bloque 10

La exploración sísmica en el Bloque 10 sellevó a cabo entre el 10 de noviembre de1988 y julio de 1989. Según el Estudio deImpacto Ambiental de Arco (1992), el pro-grama de adquisición de datos sísmicosestuvo acompañado de acciones para ase-gurar que todos los habitantes de la locali-dad fueran informados sobre la naturalezade las operaciones. Estas acciones, básica-mente asistencialistas (dotación de víveres,ropa, y construcción de aulas escolares),involucraban a los líderes de las comunida-des locales. El trabajo de dicha compañíafue suspendido en las líneas 33 y 35, asícomo segmentos de la 16 y 18 que atrave-saban el territorio de la comunidad kichwade Sarayacu.

En las tierras de la comunidad (compuestapor 5 centros y 650 familias en total) se pro-dujo una primera paralización en el períodocomprendido entre el 3 y el 12 de mayo de1989 y luego una segunda en junio, queconcluyó en julio de ese mismo año. Deacuerdo con la información de Arco, en laexploración sísmica se abrieron 1.207, 7 km.de trocha de 3 metros de ancho, repartidosen 36 líneas sísmicas. De éstas, 12 líneasatraviesan el bloque en sentido NE-SW, 16perpendiculares a las anteriores en un senti-do NW-SE, 6 se concentran en la zona deVillano, atravesados por una perpendicular.

Finalmente, una línea ubicada en el extremosuperior derecho del bloque sale en sentidoE-W, desde las proximidades de la comuni-dad waorani de Quihuaro en dirección al ríoCuraray. Los helipuertos se ubicaron por logeneral a cada kilómetro a lo largo de laslíneas. Se abrieron 1.500 helipuertos hastainicios de 1990 y se realizaron más de39.000 explosiones.17

Las acciones de sísmica al interior del terri-torio kichwa, especialmente en las comuni-dades de la Asociación de Sarayacu, provo-caron la reacción de éstas. Los indígenasintervinieron en abril de 1989, paralizandolas actividades sísmicas que Arco realizabaen la cuenca del río Rutunu. Las cuadrillasde trabajadores de sísmica habían violadoáreas consideradas sagradas por el puebloKichwa, y al decir de los indígenas, causaronimpactos ambientales en las Purinas (asen-tamientos dispersos tradicionales), las cha-c ras (lotes agrícolas de poli c u lt i vos), elpurun (bosque secundario manejado), y enlas áreas de caza y pesca. Las comunidadesde Sarayacu no habían sido consultadassobre la actividad sísmica que Arco llevó acabo en su territorio.

Entre el 28 de abril y el 10 de mayo de 1989,en un incidente separado, el jefe de opera-ciones de Arco en el bloque 10, llegó en unh e li c ó p t e ro a la Comunidad Alama deSarayacu (CAS) con 2 mi llones de sucres enefectivo (a la fecha, US$1.000, oo) paracomprar el consentimiento de la comunidad.Pero, la comunidad rechaza la oferta del fun-cionario. Días más tarde, ingresa un nuevogrupo de funcionarios de alto nivel de laPresidencia de CEPE (hoy Petroecuador), dela Dirección Nacional de Hidrocarburos, elIERAC (hoy INDA) y re p resentantes deA R C O, para propiciar acuerdos con lascomunidades. La Asamblea convocada adhoc, por los dirigentes de la CAS, CONFE-NIAE, OPIP, FCUNAE y la ex FOIN enfrentala situación.

17 Ortiz Crespo, G., Indios, ILDIS-Abya Yala, Quito1992.

Centro de la Amazonía Ecuatoriana, provincia de Pastaza

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Según la versión oficial del gobierno, loslíderes indígenas determinaron que no sepermitiría salir de Sarayacu a los represen-tantes del gobierno y de ARCO a menos quefirmaran ciertos acuerdos indicando que sesuspenderían las actividades sísmicas en lost e r r itorios de las comunidades de laAsociación de Sarayacu y en la cuenca delBobonaza y hasta que las tierras reclamadassean adjudicadas por el gobierno.18 SegúnAndrés Malaver, en esa época dirigente de laO P I P, “las autoridades han terg i ve r s a d ototalmente los hechos. Que fueron secues-trados es una gran mentira. Si incluso esosdías pasaron bailando, y conversando de lostemas del documento que se firmó”.

Primeras negociaciones

El documento firmado y llamado “Acuerdosde Sarayacu”, contiene un total de 50 pun-tos divididos en 8 capítulos.19

Según Leonardo Viteri, técnico de la OPIP,“para obtener el permiso de los pobladorespara las actividades de la ARCO, el IERACadjudicó a las familias de otras comunidades(Jatun Molino y Moretecocha) 26 mil hectá-reas de tierras, provocando un enfrenta-miento entre ellas. A esto se añadió la laborde las misiones evangélicas en esas comuni-dades, que abrió el camino a la presencia dela compañía” (Entrevista personal).

Uno de los compromisos adquiridos por elGobierno en el numeral 7 se refiere a la“indemnización por los daños ecológicos ysocio-culturales causados por las actividadespetroleras al interior de los territorios indí-genas”. Para determinar la magnitud de losdaños ambientales, se nombró unaComisión Evaluadora conformada por exper-tos de CEPE, la Dire cción Nacional deHidrocarburos, OPIP, Asociación de Sarayacuy Confeniae, para que realice un análisis delimpacto ambiental de las actividades deArco y sus subcontratistas.

Más tarde, la Comisión Evaluadora presentóun borrador del Informe sobre los impactosambientales denominado “Análisis sobre elimpacto de exploración sísmica en el bloque10 ejecutado por la Cía. Arco InternacionalOil and Gas Company, con la subcontratistafrancesa CGG” (1989). Este estudio interdis-ciplinario, que fue pionero en CEPE y el país,se interrumpió con la ruptura del diálogoConaie-Gobierno en agosto de 1990. Eldocumento se archivó y se detuvo el proce-so de evaluación ambiental.

Las principales conclusiones del estudio des-tacaban un profundo deterioro por pérdidade vegetación, deforestación, presencia dedesechos tóxicos descargados directamentesobre suelos y aguas, contaminación deaguas por manejo inadecuado de desechosen los campamentos, altos niveles de ruidocausados por perforación, plantas eléctricas,explosiones, entre otros impactos ambienta-les. También recogía testimonios de miem-bros de las comunidades indígenas kichwasobre la escasez en caza y pesca causadapor la actividad exploratoria; introducción deenfermedades estomacales y de la piel;

18 Para el entonces presidente Rodrigo Borja, “esosacuerdos fueron firmados mientras los representan-tes estuvieron secuestrados, así que fueron firma-dos por la fuerza, y carecen de un vicio de consen-timiento. Pero lo importante más allá de ese aspec-to formal, es lo de fondo: y es que mi gobierno hatrabajado a favor de los campesinos, en beneficiode las comunidades.”

19 En síntesis: 1) Legalización de Territorios de lasNacionalidades Indígenas de la Amazonía y CostaEcuatoriana; 2) Aplicación de una real ReformaAgraria en la Sierra, para la solución de los proble-mas de tierras del pueblo Kichwa; 3) Paralizaciónde los programas de colonización en la RegiónAmazónica y la Costa ecuatoriana, dentro de terri-torios indígenas; 4) Reformas a la ConstituciónPolítica del Estado ecuatoriano; 5) Discusión yaprobación de la ley de Nacionalidades Indígenasdel Ecuador; 6) Paralización de las actividadespetroleras dentro de los territorios indígenas hastala legalización de las mismas; 7) Indemnización porlos daños ecológicos y socio-culturales causadospor las actividades petroleras al interior de los terri-torios indígenas de la Amazonía ecuatoriana; 8)Suspensión de nuevas concesiones petroleras den-tro de los Territorios Indígenas; 9) Suspensión deactividades turísticas dentro de los territorios ycomunidades indígenas; 10) Presupuesto económi-co para el fortalecimiento del Programa deEducación Intercultural Bilingüe de las nacionalida-des indígenas del país; 11) Participación de las ren-tas petroleras para el desarrollo de las nacionalida-des indígenas del Ecuador; 12) Atención coninfraestructura social a los Pueblos Indígenas.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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malas condiciones de trabajo para los obre-ros de la compañía, entre otros impactosdirectos.20

Escalamiento del Conflicto

Recordemos que el conflicto se desató por lademanda de delimitación de los territorioskichwa de Pastaza a partir del 22 de agostode 1990, y que involucró -en esta fase ini-cial- al gobierno central, Fuerzas Armadas,algunos gremios empresariales y la prensa.Las organizaciones indígenas vieron cerra-das, entonces, las posibilidades de maniobraen el escenario político nacional, y comenza-ron a transitar y movilizarse en otro escena-rio, desconocido e incierto para muchos gru-pos nacionales, pero fundamental en laestrategia asumida frente a un actor trans-nacional.

En Cal ifornia, Estados Unidos, por ejemplo,Pam Wellner, coordinador por RainforestAction Network (RAN), de la campaña deDefensa de los Bosques Húmedo-tropicales,encabezó una marcha de activistas ambien-tales, en la que exigían a Lodwrick Cook,p residente del directorio de la Atl a n t i cRichfield Company (ARCO), International Oiland Gas Company (AIOGC), abstenerse de

proseguir sus actividades exploratorias, ini-ciadas en el territorio Kichwa de Pastaza, enla Región Amazónica Ecuatoriana.Adicionalmente, RAN publicó los resultadosdel estudio de la Comisión Evaluadora y lasdenuncias presentadas por la OPIP.21

A estos hechos se sumaron las acciones queorganizaciones indígenas de segundo y ter-cer grado desarrollaron en junio del 90, enlo que se denominó el “Leva n t a m i e n t oIndígena”, en el cual el movimiento indígenapresentó un “Mandato por la Defensa de laVida y los Derechos de las NacionalidadesIndígenas”, de 16 puntos programáticos22.Resultado de la presión social se establecióun proceso de dialogo con el gobierno.

Antes de la ruptura del diálogo, producida el22 de agosto de 1990, el 5 de mayo laCancillería ecuatoriana asumió la sede de laSe c retaría pro - t é m p o re del Tratado deCooperación Amazónica (TCA). La nuevaresponsabilidad del Ecuador en el TCA y fun-damentalmente en el apoyo a la SecretaríaPro Tempore implicó varios aspectos, parti-cularmente ligados a la suscripción deacuerdos y programas orientados a la zonifi-cación ecológica y económica de la región; ala evaluación de los recursos naturales; alaprovechamiento sustentable de la biodiver-sidad; al manejo de los recursos hidrobioló-gicos y forestales; a la planificación y mane-

20 Estos son algunos de los impactos identificados enel Informe de la Comisión Evaluadora:• 1.046 hectáreas afectadas con la perdida de

vegetación• Aproximadamente 372.320 árboles cortados o

destruidos • Desechos tóxicos descargados sobre suelos y

aguas • Contaminación de las aguas por manejo inade-

cuado de desechos de los campamentos.• Altos niveles de ruidos causados por: perforacio-

nes plantas eléctricas aproximadamente 2.170horas de ruido por helicóptero

• Invasión a territorios tradicionales, daños enpurinas y chacras.

• Invasión de zonas sagradas ofensa a los espíri-tus de la selva

• Introducción de enfermedades estomacales y dela piel

• Malas condiciones de trabajo se reporta que losobreros de un 40 a 45% visitan al medico men-sualmente los salarios son bajos y la seguridaden el trabajo inexistente.

21 Un número de “World Rainforest Report (RAN), enun artículo titulado “Blood for Oil: A Global War”,presenta una descripción cruda de los impactosambientales de las exploraciones petroleras en elBloque 10, lo cual desató una polémica con la com-pañía petrolera, que a su vez replicó publicando losresultados de una auditoría ambiental.

22 Entre los principales se encuentran: la entrega,solución y legalización en forma gratuita de la tie-rra y los territorios para las nacionalidades indíge-nas; el no pago del predio rústico; cumplimiento delos acuerdos de Sarayacu; condonación de las deu-das por parte del IERAC, FODERUMA, IERAC, FEPP,Banco de Fomento y otros; expulsión del InstitutoLingüístico de Verano; legalización y apoyo delEstado a la práctica de la medicina indígena; crea-ción de partidas presupuestarias para las direccio-nes provinciales y nacionales y entrega de recursoseconómicos permanentes del convenio Ministeriode Educación-Conaie.

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jo de las áreas protegidas y uso de los sue-los; al desarrollo de cultivos de las áreasprotegidas y uso de los suelos; al fortaleci-miento de las instituciones, entre otro saspectos.

Las posiciones irreconciliables del gobiernocentral, Fuerzas Armadas y de las organiza-ciones indígenas, se pusieron en evidenciaen agosto de 1990, a raíz de que la OPIPpresentó al Gobierno del Presidente Borja,un “Acuerdo sobre el Derecho Territorial delos Pueblos Quichua, Shiwiar y Achuar de laProvincia de Pastaza a Suscribirse con elEstado Ecuatoriano”.23

Ante este planteamiento, el Gobierno reac-cionó de manera inmediata a través de unadeclaración del Presidente Borja, en la quedijo: “...objeto con entera claridad y fran-queza el título del documento, porque en elEstado ecuatoriano no cabe un tratado o unacuerdo entre una organización social, queforma parte del pueblo y el Estado ecuato-riano. Ustedes no son un Estado dentro deotro Estado, porque ustedes están someti-dos, como todos los demás ecuatorianos, sinprivilegio alguno, a las mismas leyes, a lamisma Constitución y a las mismas autorida-des estatales.” 24

Estas posiciones gubernamentales –definiti-vamente- llevaron a las comunidades loca-

les, representadas por la OPIP, a operar enun escenario global, a través de la CampañaTunguy, donde se involucraron otros actorescomo las redes ambientalistas y de organis-mos no gubernamentales, mediante alianzasexplícitas o no.

En la sede del Parlamento Europeo, enEstrasburgo, movimientos verdes y gobier-nos de varios países con los cuales la OPIPmantenía convenios de cooperación técnica,promovieron la Resolución del 14 de diciem-bre en su Sesión Plenaria. Intervino en laSesión el presidente de la OPIP, AntonioVargas, quien rechazó la presencia de lascompañías British Gas y ARCO -británica ynorteamericana, respectivamente- solicitan-do a Gran Bretaña, Francia y Dinamarca quedetengan la participación de sus gobiernosen la extracción de recursos en los territoriosindígenas.

“La Comunidad Económica Europea debeexigir y fo r m u l a r, basándose en unaComisión de investigación, compuesta porlíderes indígenas y científicos, exigenciasambientales precisas y severas a las compa-ñías petroleras europeas y otras compañíasexplotadoras de los recursos que operan enla Amazonía. Estas exigencias ambientalespodrían hacerse a los gobiernos de Ecuadory Sudamérica como condición para la remi-sión parcial de la deuda externa que ya hasido discutida en todo el mundo. Las comu-nidades locales indígenas de la Amazonía,podríamos tener el estatuto de centros delas Naciones Unidas, con el derecho dedenunciar violaciones ambientales ante laCorte Internacional de Justicia de la ONU”,dijo Vargas.

Estas iniciativas coordinadas entre OPIP,CONFENIAE y la Coord i n a d o ra deO rganizaciones Indígenas de la CuencaAmazónica (COICA), revelan la alianza pro-ducida y la presencia destacada de otrosactores como la redes de ambientalistase u ropeos, tales como The DanishAssociation for International SustainableDevelopment (DAISD), Friends of the Earth(FOE), Labour Movement In t e r n a t i o n a lForum Denmark (LMIFD), Surviva l

23 El documento de 16 páginas, dos anexos de 15páginas y 5 mapas, firmado por 26 dirigentes indí-genas de Pastaza (11 kichwa, 5 shiwiar, 2 achuar y8 de la OPIP, se divide en 4 secciones: 1) revisaalgunos antecedentes históricos; 2) conceptualizael territorio desde la perspectiva de las organizacio-nes indígenas: plantea al Estado un Acuerdo deTerritorialidad y describe los límites que tendríanlos llamados territorios indígenas; 3) solicita que sedicten leyes y demás normas legales para que secumplan en el Ecuador varios de los acuerdosinternacionales. Pide la derogatoria de la Ley deColonización, la suspensión de la explotación derecursos y la acción de los militares en territoriosindígenas, la autodeterminación, autonomía y auto-gobierno de los pueblos indios en sus territorios; y4) un exordio de respeto al Estado nacional si sesuscribe el acuerdo.

24 Ortiz Crespo, G., Indios, ILDIS-Abya Yala, Quito1992.

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International [for Tribal Peoples], así comode varias agencias de gobierno que influye-ron en la decisión del Parlamento.25

En esta misma dirección, y con un escenarioglobal ya establecido, el conflicto llega a laSede de la Comisión de Derechos Humanosde las Naciones Unidas en Nueva York, seismeses más tarde, el 17 de julio de 1991, ensu 43º período de sesiones, cuando estabareunida la Subcomisión de Prevención deDiscriminaciones y Protección a las Minorías,tratando el tema 15 de su programa provi-sional.

Ya desde 1989, el Grupo de Trabajo sobrePoblaciones Indígenas recomendó que elCentro de las Naciones Unidas sobre lasEmpresas Transnacionales (CNUETN), ayu-dase al Grupo de Trabajo “a preparar unabase de datos sobre las inversiones y opera-ciones transnacionales en tierras y territoriosde los pueblos indígenas y, en particular, lastierras que en la actualidad son objeto decontroversia”.26 Tras celebrar consultas téc-nicas con el Centro de Derechos Humanosde las Naciones Unidas, propuso una meto-dología para establecer una base de datos ypara los futuros informes anuales al Grupode Trabajo, incluido un proyecto de cuestio-nario, donde se destacan los conflictos pre-sentados entre empresas transnacionales ycomunidades locales de la Amazonía delEcuador.

Estos comisionados se mostraron preocupa-dos por el hecho de que estas actividades deextracción de recursos, y específicamente laexplotación petrolera, llevan siempre consi-

go el riesgo de accidentes catastróficos. Losha habido tanto en el Ecuador como enAlaska y han afectado gravemente la econo-mía de subsistencia y los ingresos de lospueblos indígenas sin que éstos hayan reci-bido indemnización alguna. Así ocurrió conlas operaciones y administración de la com-pañía Texaco, en el nororiente amazónicoecuatoriano, donde se produjeron no menosde 30 derrames de importancia hasta alcan-zar un nivel de 16.8 millones de galones depetróleo en alrededor de 20 años.

La etapa de negociacionesen el escenario global

El debate acerca de las actividades explora-torias en Ecuador de la subsidiaria ArcoOriente, había llegado a un punto polarizadoy conflictivo en los círculos petroleros yambientalistas de Estados Unidos, a talpunto que la matriz ARCO pidió a RainforestAction Network (RAN), una reunión para dis-cutir sus acusaciones de haber destruido lastierras y bosques de los indígena kichwa dePastaza.

Para esa reunión ARCO preparó una carta enbase a sus propios estudios ambientales queseñala en lo pertinente: “como parte den u e s t ro procedimiento opera t i vo normalhemos conducido numerosos estudios inclu-yendo estudios del suelo, clima, botánica,pesca, arqueología, calidad del agua y reve-getación. Estos estudios, además de nues-tras conversaciones con los aldeanos loca-les, señalan que nuestras actividades nocausaron, como alegó RAN, ninguna des-trucción de los sitios sagrados ni de las puri-nas, ni contaminación de los arroyos, etc”.27

Más tarde se conocería que ARCO realizóestudios únicamente sobre el área de losp o zos exploratorios, pero no sobre losimpactos de las trochas.

25 Presididos por Yves Galland, el ParlamentoEuropeo, como consecuencia de un debate celebra-do con arreglo al procedimiento de urgencia previs-to en el artículo 64 de su Reglamento, aprobó undocumento denominado “Resolución sobre eldesastre humano y ecológico en la región dePastaza, en la Amazonía del Ecuador”, Estrasburgo,diciembre 14 de 1990.

26 (E/CN.4/Sub 2/1989/36, anexo I)/ La Subcomisiónde Prevención de Discriminaciones y Protección alas Minorías hizo suya esta recomendación en suresolución 1989/35, del 1º de septiembre de 1989.

27 Ver: Chamberlain, D., et al., “ Pautas para la explo-ración en la selva tropical del Este del Ecuador”ARCO, California-USA., 24 de junio de 1990.

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En abril de 1992, Arco Oriente anuncia eldescubrimiento de importantes reservas decrudo liviano en el Bloque 10. Según el infor-me verbal de funcionarios de Petroecuador,los descubrimientos sumarían 700 millonesde barriles. Considerando que las reservasconocidas previas estaban en 1.5 millonesbb, el descubrimiento de Arco es de impor-tancia.

Teniendo presente las alianzas establecidasy su presencia en el escenario global, esemismo mes y después de 15 años de movi-lización continua, la OPIP organiza una mar-cha con más de 2.000 indígenas a lo largode 400 kil ó m e t ros desde la Re g i ó nAmazónica hasta Quito denominada“Allpamanda, Causaimanda, Jatarishum!(Por la tierra, por la vida, levantémonos),tras la cual logró del gobierno nacional, lalegalización de 1’115.574 hectáreas corres-pondientes a gran parte de los territoriostradicionales de las comunidades indígenasde Pastaza.28

Este cambio de posición del Estado ecuato-riano posibilitó el inicio de una nueva etapade relaciones en torno al conflicto, en tantose atendía una demanda y satisfacía -aun-que sea parcialmente- un interés central delas organizaciones indígenas. A pesar deello, Arco sin embargo parecía no modificarsu posición inicial, lo cual agudizó el conflic-to en el escenario local.

A inicios de 1993 la compañía petrolerahabía retomado sus estrategias de división,utilizando todos los medios. Un grupo defamilias son sobornadas por la compañía,para que tomen el control de 7 comunida-des: Centro Elena, Santa Cecilia, Chuyayacu,V ill a n o, Pandanuque, Pitacocha, NuevoKurintza. Bajo el asesoramiento de ChrisHoulder, jefe de campamento de Arco enV ill a n o, fo r m a ron la Dire c t i vaIn t e rc o m u n itaria Independiente (DICIP),como desmembración de la OPIP.

Actualmente esta organización se denominaASODIRA (Asociación de In d í g e n a sIndependientes de la Región Amazónica),cuyas bases a mediados de 1999 se dividie-ron para formar una Asociación de CentrosAutónomos de Pastaza (ACAP).

El 7 de septiembre de 1993, la OPIP planteóa Arco Oriente la reiniciación de los diálogosdirectos.29 Así, en noviembre, la OPIP con-juntamente con representantes de la comu-nidad de Santa Cecilia, de la zona de Villano,deciden convocar a las 11 AsociacionesIndígenas de Base para una concentraciónen la comunidad de Villano, centro principalde operaciones de la compañía.30

A nivel global, la campaña internacionalimplementada por las redes y gruposambientalistas internacionales se intensificóal punto que incluyó: tomas de oficinas deARCO en varios países del mundo dondeésta opera, reportajes de prensa, cartas per-sonales de diputados europeos a los ejecuti-vos de la sede en Texas, así como presionesdesde el Banco Mundial y el Senado nortea-mericano. Todas estas acciones llevaron a lacompañía a rever sus posiciones y estrate-gias, en tanto su imagen dentro del merca-do petrolero y de los accionistas fue puesta

28 Cf. Veilleux, En: “IWGIA Newsletter”, InternationalWork Group for Indigenous Affairs, Copenhagen,1992. p.36

29 A inicios de Octubre, Arco reinicia la perforación delúltimo pozo, llamado “Villano 3”, que se preveíaculminar en 1994, para inmediatamente empezar laconstrucción de la carretera y el oleoducto. Losacuerdos de Texas y la creación del Comité TécnicoAmbiental (CTA) como instancia de diálogo y con-sulta permanente’, definieron otros criterios.

30 Del 15 al 18 de diciembre se reúnen en una nuevaAsamblea extraordinaria los representantes de 138comunidades y ratifican la “Declaración de Villano”en la que reiteran sus demandas al Estado y a lacompañía Arco, a quien le dieron 24 horas paraque se retire de Vi llano y amenazaron con la tomadel pozo de Vi llano, que fue custodiado por más de100 militares. En dicha Asamblea se propuso 4puntos: 1) establecer mecanismos de coordinacióna fin de que garanticen el proceso de diálogo paraprevenir conflictos sociales en el Bloque 10; 2) rea-lizar una auditoría ambiental; 3) elaboración con-junta entre Arco, el Estado y la OPIP, de un Plan deManejo Ambiental; y 4) la asignación por parte deArco, de un fondo permanente de desarrollo de lospueblos indígenas. Arco respondió que solo podríadar el 40 por ciento y el Estado el 60 por ciento.

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en riesgo. Estas son algunas de las razonespor las que los ejecutivos de la matriz deci-dieron la reapertura del diálogo directo conla OPIP, manteniendo como lugar deencuentro las oficinas centrales de la com-pañía en Plano, Texas.

Estas sesiones de trabajo involucraron variasconsultas y reuniones de las comisionesnombradas para el efecto. El gobierno delEcuador se mantuvo al margen de todo esteproceso, hasta cuando una reunión con laAsesora de Asuntos Ambientales del presi-dente estadounidense Clinton, enWashington, culminó con el envío de unacarta al presidente de ARCO, demandándoleatención a las propuestas indígenas. Por suparte, la compañía exigía la presencia dedelegados del gobierno del Ecuador.

Una de las últimas reuniones en ese proce-so de negociaciones, desarrollada en Plano,Texas, culminó en marzo de 1994, con lafirma de un acuerdo que incluye el compro-miso de la compañía de realizar una evalua-ción ambiental del período de exploración enel Bloque 10, independientemente de lad e c l a ratoria de comerc i a lidad porARCO/AGIP, así como el asegurar la partici-pación de los indígenas en el desarrollo deun Plan de Manejo Ambiental para los terri-torios indígenas de Pastaza, y la creación deun Fondo de Desarro llo Social, Contro lAmbiental y Conservación de la biodiversi-dad en los territorios indígenas de Pastaza.También se acordó la creación del ComitéTécnico Ambiental (CTA) con 3 representan-tes del Estado, 3 de Arco y 3 del FrenteIndígena (OPIP, AIEPRA y ASODIRA).

El Comité Técnico Ambiental(CTA)

Luego de la Asamblea de Villano y delAcuerdo de Plano, Texas, OPIP asume elliderazgo del denominado Frente Indígena.El principal punto de discusión a partir de1995 fue el desarro llo del denominado“Campo Villano” (PDCV), pero sobre todo lascondiciones que pudiesen garantizar el cum-

plimiento de los acuerdos, una vez culmina-das las actividades de exploración sísmica,perforación exploratoria y los estudios deingeniería en torno a protección de corro-sión, facilidades de producción, elementostectónicos, entre otros.31

En junio de 1996, Arco Oriente Inc y su aso-ciada Agip Petroleum procedieron a estable-cer un acuerdo que autorizó a la principaloperadora del Bloque 10, a realizar modifi-caciones en el plan inicial para la explotaciónde crudo del campo Villano. Esos cambiosincluyeron la construcción de un oleoductosecundario de aproximadamente 136 kiló-metros, que iría desde el campo Villanohasta las Instalaciones Centrales deProcesamiento (CPF) en Triunfo Nuevo, ydesde allí hasta empatar con el Sistema deOleoducto Transecuatoriano, SOTE, en lazona de Baeza, provincia de Napo.

Es importante aclarar que la comunidad deVillano no dispone de ningún camino deacceso carrozable. Las autoridades provin-ciales (incluyendo diputados y alcaldes)habían prometido a inicios de 1998, en susrespectivas campañas electorales, la cons-trucción de esta carretera “como símbolo delprogreso de la Amazonía”.

El grupo de comunidades asentadas en lazona de Villano, aglutinadas en la Asociaciónde Indígenas Eva n g é licos de la Re g i ó nAmazónica (ASODIRA), se opuso a la tesisde la OPIP de que Arco no abra carreteraspara la construcción del oleoducto Villano-Triunfo Nuevo, pues era conocido que habíatecnología y recursos para implementar unproyecto alternativo. Arco Oriente por suparte, aprovechó la presión de OPIP y susaliados europeos y norteamericanos, paralanzar una contraofensiva publicitaria que lellevó a ejecutar la construcción del oleoduc-to, sin abrir carretera. “Las operaciones de

31 El PDCV de la empresa Arco Oriente Inc. fue apro-bado a fines de 1994, a pesar de que entre loscampos Villano y Moretecocha en el Bloque 10 enla provincia de Pastaza y el sistema de oleoductotransecuatoriano, SOTE, no existía entonces un ole-oducto conector.

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este campo serán apoyadas por medio dehelicóptero. La localidad está rodeada deselva húmeda tropical y presenta sensibili-dad ambiental” , decía Herb Vickers, enton-ces gerente residente de la empresa nortea-mericana.

A pesar de su entusiasmo “ambientalista”, lafalta de consistencia en las estrategias derelacionamiento comunitario, provocó queuna vez concluida la construcción del oleo-ducto Villano-Triunfo Nuevo-Conduija, lascomunidades de base de ASODIRA decidie-ran retener en condiciones de rehenes a losresponsables del Programa de DesarrolloComunitario de dicha empresa, entre otros,Carlos Villarreal. Tras varios días de negocia-ciones –que contaron con la mediación de laOPIP- los “relacionadores” de Arco fueronliberados, no sin antes, dejar establecido,por parte de Arco Oriente y ASODIRA, unaalianza que excluyera a la OPIP de los futu-ros acuerdos.

A partir de entonces, el personal indígenacontratado por la empresa para desarrollartareas, tendrán como condición ser sociosde ASODIRA o AIEPRA (de filiación evangé-lica y opuesta a OPIP). Arco Oriente esta-blecía: “serán gentes indígenas empleadaslocalmente con bases significativas de entre-namiento, pero no se anticipa que tendrán elnivel de destreza de los operadores de laCPF. Tendrán un horario o rutina de trabajoque le permita regresar a su comunidad altérmino de su turno”.

El acuerdo entre Arco, ASODIRA y AIEPRArepresentó la exclusión de OPIP y la virtualparalización del CTA, como instancia válidade consulta y diálogo. Ninguna de las pro-puestas de OPIP contenidas en el Acuerdode Plano, Texas o en “la Declaración deVillano”, han sido atendidos entre 1998hasta la presente, justo en el período en quedicho Bloque comenzó a bombear petróleodiariamente. Y desde el punto de vista de losmonitoreos ambientales, la función del CTAde ser una instancia de vigilancia y evalua-ción de la ejecución del Plan de ManejoAmbiental ha sido restringida al máximo, alpunto que se carece de mecanismos de con-

trol y verificación respecto a los realesimpactos sobre la flora, la fauna o las fuen-tes de agua de la actividad petrolera en estebloque.32

Para el control y monitoreo del oleoducto delbloque 10, según la misma Arco, se habíaprevisto el funcionamiento de algunas patru-llas en tierra. “Las áreas desbrozadas seránmantenidas a lo largo de la zona de paso dela línea, y cualquier trabajo de reparacións i g n if i c a t i vo en la tubería requerirá delapoyo de helicóptero. Igualmente en el casode las válvulas que serán emplazadas a lolargo del tramo de la tubería desde Villanohasta Triunfo Nuevo utilizarán para sumonitoreo sistemas de control local queestarán enlazados con la sala de control dela CPF a través de sistemas de comunica-ción”. Ninguno de los derrames producidosentre 1998 y el año 2000, de los cuales lascomunidades locales y la OPIP tienen cono-cimiento, han sido reconocidos por ArcoOriente, y ninguna entidad oficial se ha pro-nunciado al respecto.33

En el caso del denominado CPF, concentrala mayor parte de los equipos de procesa-miento de crudo. Constituye el centro deoperaciones y control de la totalidad del sis-tema del oleoducto y del campo de produc-

32 Ejemplos al respecto abundan: Arco-Agip en 1998decidieron establecer mecanismos para el trata-miento de las aguas de formación y demás des-echos producto de la extracción del crudo. En lugarde hacerlo en el propio sitio donde están los pozos,los desechos serían tratados en la InstalaciónCentral de Procesamiento, CPF, ubicada en TriunfoNuevo. Ninguna entidad independiente o Estatal,hasta la fecha, ha podido verificar y establecer unestudio de aguas subterráneas, que permita des-mentir o confirmar la versión de la empresa.

33 No hay que olvidar tampoco que a lo largo de lalínea del oleoducto entre Villano y el CPF en TriunfoNuevo, el PDCV preveía la instalación de una tube-ría de poco diámetro, que permitiese el transportede diesel utilizado en las perforaciones, así como elagua de formación generada y los químicos de pro-ducción utilizados en el proceso de inyección enVillano. De igual manera, ninguna entidad estatal ono gubernamental ha podido, desde entonces,conocer el verdadero desempeño de este proyectoy sus impactos ambientales.

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ción Villano. También se ha convertido en labase de apoyo para las instalaciones deVillano, incluyendo la de generación deenergía eléctrica para todas las instalacio-nes de producción. Según funcionarios deAGIP, la actual responsable del bloque 10, “una de las funciones más importantes delCPF es lo que en el mundo petrolero seconoce como tecnología de producción, quepermite separar a los distintos componentescon los que el hidrocarburo es extraído a lasuperficie de la tierra.

Tanto el agua, el gas o los químicos propiosde la industria del petróleo son separados através de tratamientos y tecnologías ade-cuadas para ello. Aquí, el gas será separa-do de los líquidos y utilizado como parte delcombustible necesario para calentar eltorrente entrante de fluido para su procesa-miento. El plan actual para este procesa-miento es el de utilizar un sistema de trata-miento y calentamiento”. Las aguas separa-das en la CPF son desalojadas en un pozo deeliminación ubicado en dicha Central.

Junto con la instalación del CPF de TriunfoNuevo, Arco-AGIP instalaron una estaciónde bombeo del oleoducto, sin que seanconocidos hasta la fecha, de manera inde-pendiente, técnica y científica, los realesimpactos del proyecto petrolero en el áreade influencia.

En ese marco, la OPIP ha venido insistiendoen que tales monitoreos y estudios se losejecute, sin que autoridad estatal algunaasuma responsablemente esa exigencia.Igualmente plantea el fortalecimiento y des-arrollo de un Plan de Trabajo del CTA, enmateria no solo de consulta, sino de partici-pación, toma de decisiones, manejo deinformación, etc. Finalmente, OPIP exigeuna mayor presencia del Estado central en laregulación y control de todas las actividadesque afectan a los territorios, a los recursosdel suelo y agua, flora y fauna, y sobre todoa las poblaciones locales y sus organizacio-nes.

Las estrategias de control delConsorcio Arco-AGIP OilEcuador B.V.

Desde su inicio, la historia de las relacionescon las comunidades y organizaciones indí-genas locales, ha estado atravesada de losafanes de control y cooptación, como máxi-ma empresarial que garantiza la seguridad yestabilidad de las operaciones de campo enel bloque petrolero. Para ello, se han suscri-to numerosos acuerdos, todos ellos firmadosen condiciones de absoluta desigualdad, enla que los representantes de las organizacio-nes indígenas cuando no han sido soborna-dos, han carecido de todo tipo de informa-ción oportuna y confiable (derecho a consul-ta previa informada), asistencia técnica yasesoría jurídica. En otras palabras, se tra-tan de Acuerdos con vicios de consentimien-to o donde la voluntad de los menos fuertes(las organizaciones indígenas), está alteraday sujeta a la imposición vertical por parte delos relacionadores y delegados de los intere-ses de las operadoras.

Dentro del esquema operativo de la opera-dora del Consorcio ARCO-AGIP Oil EcuadorB.V., los fondos para el desarrollo comunita-rio están manejados por el Departamento deRelaciones Comunitarias. El Programa deRelaciones Comunitarias abarca tres subpro-gramas:

1. Cooperación para el Desarrollo Humano(apoyo para la educación y la salud);

2. Cooperación para el Manejo Sustentabledel Medio Ambiente (silvicultura y agro-forestería comunitaria, rescate cultural,revalorización de los conocimientos etno-medicinales y etno-botanicos) y;

3. A d m i n i s t ración y Relaciones con laComunidad (información y comunicación,compensación económica, asistencia detransporte, empleo para la mano de obralocal, etc.)

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Ninguna de las actividades de estos subpro-gramas han sido monitoreadas, aún cuandola Ley de Gestión Ambiental y el ReglamentoAmbiental de Operaciones Hidrocarburíferasestablecen que tiene que implementarse deforma externa, por parte de la Subsecretariade Protección Ambiental del Ministerio deEnergía y Minas, e internamente, por elmismo Departamento de Re l a c i o n e sComunitarias, con la participación de loso rganismos locales (EIA/PMA, 1998: 6-54/55).

Posteriormente, el Programa de RelacionesComunitarias ha sido complementado por elPrograma de “Buena Vecindad”, inspirado,según ARCO-AGIP Oil Ecuador B.V., en elespíritu de solidaridad con las comunidadescon la cual la compañía mantiene relacionesdirectas. La publicidad oficial de la compañíaseñala que dicho Programa ofrece apoyo en“las áreas de producción y conservaciónambiental, protección de recursos arqueoló-gicos y cult u rales, salud y educación”.Dentro de estas áreas, según la misma com-pañía, las comunidades pueden soli c it a rapoyo para cubrir los gastos de materialesde construcción y herramientas, especies dereproducción animal o vegetal, material yequipo escolar, gastos de capacitación técni-ca, medicinas para atención comunitaria,alquiler de transporte/maquinaria y entregade combustible para la implementación delos proyectos.

Las propuestas, según Francisco Va c a s ,Gerente de Seguridad, Ambiente y Salud deAGIP Oil Ecuador B.V., tienen que tener unaval de la organización con la cual esta afi-liada la comunidad solicitante. Si la propues-ta es aprobada, se firma un convenio entrela comunidad y AGIP. Pero, otra vez, entrelas comunidades existe poco conocimientosobre este programa, lo que permitió hastahace poco a Arco Oriente y actualmente aAGIP Oil Ecuador B.V., utilizar sus fondos deasistencia social en una manera bastantearbitraria, como lo demuestran los conve-nios y proyectos de desarrollo establecidosdurante los últimos 10 años, que se dividenen tres fases centrales, como se describen.

Primera Fase Firma de Convenios en el área deVillano, fase exploratoria

Según un documento emitido por la mismacompañía (ARCO 1998), entre los años 1988y 1994, ARCO Oriente firma tres convenioscon comunidades indígenas de Villano:

(i) Convenio con Moretecocha (1990), quecontenía como compromisos de la ope-radora los siguientes puntos:- construcción de dos escuelas, dormi-

torio para los profesores, casa comu-nal y dispensario medico;

- arreglo de la pista de aterrizaje;- dos vuelos semanales a Puyo para

tratamiento médico, comercio, etc.

(ii) Convenios con Pandanuque y SantaCecilia (1991), que contenía como com-promisos de la operadora Arco-Agip, lossiguientes puntos:

- seis vuelos mensuales Vi llano-Puyo;- agua entubada;- tres aulas escolares, tanque para el

almacenamiento de agua, dos come-dores escolares, dormitorios para pro-fesores, un dispensario medico, doscasas comunales, talleres de corte yconfección y carpintería;

- capacitación de personal de primerosauxilios;

- fondos comunales de s/.350,000mensuales;

- útiles y colaciones escolares, herra-mientas, canchas deportivas;

(iii) Acuerdo de asistencia con ASODIRA

- un doctor para dar atención medicapermanente

- becas estudiantiles para estudiar enPuyo (12 becarios)

- becas para capacitación - aulas y comedor escolar, útiles escola-

res y materiales didácticos, imple-mentos deportivos;

- desayuno escolar en todas las comu-nidades;

- 12 vuelos mensuales a Puyo- 5.5 km de vías peatonales

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Segunda Fase Firma de Convenios en el área deVillano, fase de construcción

Entre 1994 y1999, se firmaron los siguientesconvenios:

(i) Convenio con ASODIRA (1998, s/.568millones), que compromete a la opera-dora en los siguiente:

- sistemas de radio intercomunitario;- asistencia con el transporte aéreo;- limpieza de caminos vecinales;- construcción de 4 postas médicas;- mejoramiento de estadio en Villano,

aulas escolares;- obras de agua y puentes;- construcción y mejoramiento de pis-

tas

(ii) Convenio con Pandanuque (1998, s/. 67millones)

- compensación monetaria;- posta médica;- reconstrucción del sistema de agua;

(iii) Convenio con Paparahua (1998, s/. 19millones)

- adquisición de canoa y motor

(iv) Convenio con Sisallacta (1998, s/. 16millones)

- construcción de áreas comunales.

Lo que sobresale en esta lista de compro-misos no solo es el predominio de un enfo-que vertical, etnocéntrico, excluyente y nadaparticipativo, sino también la ausencia totalde proyectos productivos y que promuevanla autogestión y ruptura de la dependenciacon los recursos y agentes externos, quehubieran permitido a las comunidades bus-car alternativas económicas a la agriculturacomercial de carácter no-sustentable.

También es evidente la omisión de proyectosde rescate o revalorización cultural, los cua-les hubieran permitido a las comunidades

afirmar su identidad y mitigar los impactosnegativos en la integridad cultural de lasfamilias y comunidades causados por la pre-sencia del proyecto petróleo dentro del terri-torio indígena.

El tipo de Convenios, son una muestra delenfoque y estrategias asistencialistas y foca-les, que orientan la acción del autodenomi-nado Programa de Buena Vecindad. Asímismo, surgen dudas sobre el cumplimientode estos convenios. Vale recordar, que lasacusaciones por parte de ASODIRA sobre elincumplimiento de los convenios fue uno delos factores principales detrás de la rupturaen las negociaciones entre ARCO y las orga-nizaciones indígenas. Igualmente es preocu-pante, que la mayoría de convenios contie-nen o incluyen cláusulas de exoneración deresponsabilidad para la empresa, en la quelas comunidades y organizaciones que sus-criben tales acuerdos, renuncian a su dere-cho a reclamo o demanda por daños, acci-dentes, afectaciones al medio ambiente,etc., violando los principios y derechos máselementales garantizados en la actual y enlas anteriores Constituciones de la Repúblicay todos los aspectos centrales contenidos enel Convenio 169 de la OIT.

Tercera Fase Proyectos en la zona de influenciadel oleoducto

Algunas de las obras ofrecidas por elConsorcio ARCO Oriente-Agip Oil EcuadorB.V., en la zona de influencia del oleoducto,según Informe Febrero 1999, son:

- readecuación del sistema de abasteci-miento de agua en la comunidad deSan Jorge

- readecuación del sistema del aguapotable y la construcción de una aulaescolar en el cantón Santa Clara

- un albergue para el Se g u roCampesino en el Capricho;

- una casa de la recuperación pedagó-gica en la comunidad Rey de Oriente.

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Hay numerosos y claros indicios de que elconsorcio de las operadoras responsablesdel Bloque 10, no son puntuales en el cum-plimiento de estos acuerdos o simplementese aseguran de no cumplirlos (al incluir enlos documentos cláusulas de “Terminación”en el caso de que las organizaciones ocomunidades “tomaren acciones o medidasde fuerza en contra de la compañía”).

En ese sentido, a pesar de que una empre-sa operadora de un bloque petrolero tiene oasume responsabilidades sociales en suscontratos, las actitudes y posiciones de laempresa AGIP Oil Ecuador B.V., actualmentese asemejan a la de una entidad de controly regulación, a pesar de no estar facultadani legal ni políticamente para asumir ese rol.Las motivaciones de la operadora, comoexpresamente lo manifiestan sus documen-tos de planificación anual (2000), giran entorno a cumplir un contrato de operacióndentro de un determinado plazo. En el casodel Proyecto Villano Norte, AGIP tiene plazohasta diciembre de 2001, teniendo presiónpor ello tanto del Grupo Energía Italiana(ENI), como del Gobierno del Ecuador, quebasa sus acuerdos y compromisos financie-ros internacionales en los niveles de produc-ción y comerc i a lización de crudo de laAmazonía.

Los inversionistas, accionistas, ejecutivos,trabajadores y subcontratistas únicamenteesperan la optimización de la inversión enfunción del tiempo y de los recursos dispo-nibles. Mientras más rápido y con menosrecursos, obtengan mayores resultados yganancias, mejor. En otros términos, la ope-radora AGIP Oil Ecuador B.V., al igual que lamayoría de las compañías petroleras queoperan en la región, se mueve en función desus exclusivos intereses (legítimos hasta unlímite, dentro de un ordenamiento económi-co y social de libre mercado capitalista).

Ello en sí condiciona todo el contenido de lapropuesta, que lejos de relacionamientocomunitario, está más cerca de un programade control, convencimiento y cooptación decomunidades, tal como lo demuestra el“A c u e rdo de Cooperación Mutua con la

Organización de la Nacionalidad Waorani y 6comunidades” ubicadas a lo largo del ríoManderoyacu, en la parte norte del Bloque10, en torno al Proyecto denominado“Villano Norte”.34 En el mismo, la CompañíaAGIP se compromete a “fortalecer el área deeducación” dando un “aporte de colaciónescolar para las 6 comunidades con la entre-ga de: un quintal de arroz, un quintal deazúcar, dos baldes de manteca, una fundade sal. Por una sola vez y únicamente losmeses de mayo, agosto y noviembre de2001, implementos deportivos con la entre-ga de: dos balones de fútbol, un pito para elárbitro y un cronómetro. Por una sola vez yúnicamente en el mes de agosto de 2001,material didáctico con la entrega de un piza-rrón, una bandera del Ecuador, y por unavez, en el mes de septiembre de 2001, quin-ce platos, quince tazas, quince cucharas,dos ollas, dos cucharones...”.35

El hecho de que el Programa planteado porConsorcio Arco-AGIP para el Bloque 10, sedefina en función del único interés inmedia-to de desbloquear y desarticular la posiciónde OPIP y otros actores lleva a varios reduc-cionismos, y a considerar como única varia-ble válida, la de control de los otros actores,por la vía de la persuasión y el debilitamien-to. Por un lado, el Consorcio Arco-AGIP OilEcuador B.V., cree que cualquier acuerdodebe basarse en la absoluta desigualdad delas partes. En otros términos, su premisaequivale a plantear negociación favorable esaquella en la cual, Consorcio Arco-AGIP sereserva todo el tiempo la atribución de plan-tear e imponer todas las reglas del juego, lascondiciones y los resultados, tal como lodemuestra el documento del Acuerdo firma-do con ONHAE en marzo de 2001, en lacláusula octava de “Exo n e ración deResponsabilidad”, numeral 8.1 señala:

34 El Acuerdo en cuestión se firmó el 28 de Marzo de2001 e involucra a las comunidades Tiweno,Tarangado, Damointado, Akaro (Tomo), Enqueridoy Quihuaro, contiene 8 páginas, con 11 acápites.

35 Op.Cit. pág. 2, Parte Cuarta “Compromisos yResponsabilidades”, numerales 4.1, 4.1.1, 4.1.2,4.2 y siguientes contenidos en la pág.3. AGIP OilEcuador B.V., 2001.

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“La Organización ONHAE y las seis (6)comunidades reconocen y aceptan queserán las únicas responsables, sin quepuedan trasladar responsabilidad algunaa AGIP, por cualquier acto u omisión enla ejecución de este Acuerdo por partede las mismas, así como por accidentes,daños a terceros, afectación del medioambiente o cualquier otro tipo de res-p o n s a b ilidad. Por lo tanto, laO rganización ONHAE y las seis (6)comunidades antes mencionadas, dejanexpresa constancia de que AGIP estarálibre de cualquier responsabilidad rela-cionada con las actividades motivo deeste acuerdo”.36

En ese contexto se inscribe el doble objeti-vo: por un lado, desarticular y romper lo quepeyorativamente califican como ”el bloquede los enemigos del progreso”; y por otro,construir a su gusto y medida un interlocu-tor ”válido” (en tanto es cooptado y funcio-nal a sus intereses como lo recogen al men-cionar a la organización ASODIRA, FEDECAPy AIEPRA). Ello significa, en el primer caso,que para lograr la desarticulación y rupturade la alianza OPIP-ONGs-Org a n i s m o sInternacionales, prevé activar la mayor can-tidad de prejuicios posible, recurriendo auna serie de lugares comunes en torno a lasorganizaciones indígenas y los organismosno gubernamentales.

Entre los principales lugares comunes está elsupuesto de cuestionar la representatividady legitimidad de las organizaciones existen-tes, frente a lo que Consorcio Arco-AGIP OilEcuador B.V., califican como el ”sentir” o”aspiración” de las comunidades de base. Enesa línea, Consorcio Arco-AGIP pretendejuzgar la validez o no de las posiciones demuchas comunidades, calificando de racio-nales, justas, sensatas y auténticas a aque-llas que se alinean con su interés por sacaradelante el proyecto de exploración sísmica.

Caracterización de los actores

Frente al futuro de las relaciones petroleras-pueblos indígenas en Pastaza, en el caso delBloque 10, es necesario considerar la pre-sencia de los múltiples actores y grupos deinterés, así como sus posiciones y deman-das. El mismo ejercicio cabe desarrollar parael caso del bloque 23 (Compañía General deCombustibles), bloque 21 (Kerr McGeeEcuador Energy Corp.), bloque 24(Burlington Resources Ecuador Limited).

En el caso del Bloque 10, las posiciones deOPIP, ONZAE, ONHAE y las otras organiza-ciones involucradas debe tomar en cuenta elsiguiente cuadro de intereses y posiciones,como se ve en la Tabla 4.

36 Ibid, pág. 6.

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Tabla 4

Caracterización de actores

Actores Intereses Posiciones Relación / Comunicación

Atlantic Richfield Co. Lucro, imagen Responsabilidad socioambiental, Ninguna. Vendió Acciones B10. Con estandar Iso 14000 Matriz ENI.

Arco Oriente Inc. Lucro, imagen Responsabilidad socioambiental, Ninguna. Vendió Acciones. Depende deestandar ISO 14000 Arco USA:

Energía Italiana (ENI) Lucro, imagen Estandar calidad Control del Bloque 10. MEM, Petroecuador

AGIP Oil Co. Lucro, imagen, Responsabilidad socioambiental, Control del Bloque 10.control del poder estandar ISO 14000 Matriz Italia.

AGIP Ecuador Lucro, imagen y control Responsabilidad ambiental, control de las Control Bloque 10, MEM, Petroecuador.del poder local comunidades a través de medios Prioridad Proyecto OCP y Vi llano Norte

lícitos e ilícitos

Entrix Americas Lucro, imagen Responsabilidad ambiental, control MEM, Operadorasde imagen. Vinculo al proyecto OCP

Azul Lucro, imagen Responsabilidad ambiental, MEM, Operadoras

Ministerio Energía Apertura inversión, Progreso, desarrollo, Presidencia, empresas, ONGsy Minas (MEM) control decisiones

Subsecretaría Protec- Apertura inversión, Protección Ambiental, regulación MEMción Ambiental (SPA) imagen, legitimidad

Ministerio Apertura inversión, Protección Ambiental, regulación. Presidencua, ONGs, empresasdel Ambiente imagen, legitimidad

Ministerio de Economía Apertura inversión, Progreso, desarrollo FMI, BID, Banco Mundiallegitimidad

CC.FF.AA. Seguridad, poder Progreso, desarrollo, integración Presidencia, Embajada USA

IV División Amazonas Seguridad, poder Progreso, desarrollo, integración CC.FF.AA.

Petroecuador Imagen, poder Progreso, desarrollo, responsabilidad social MEM, Presidencia, Opinión pública

INDA Colonización, afianzar Progreso, desarrollo Presidenciapolíticas de control

ECORAE Legitimación, recursos Progreso, desarrollo, integración Congreso, Gob.seccionalespresupuestos,

Gobernación Pastaza Control, poder Progreso, desarrollo, integración ASODIRA, AIEPRA (Consorcio)

Consejo Provincial Consolidar poder local Descentralización, progreso, desarrollo AGIP, MEM, Presidencia, CONAMPastaza y base clientelar

Municipio Pastaza Consolidar poder local Descentralización, progreso, desarrollo AGIP, MEM, Presidencia, CONAMy base clientelar

CONFENIAE Legitimación, recursos Derechos colectivos, demandas CONAIEeconómicos (empresa gas)

COICA Legitimación, recursos Derechos colectivos, territorios Organismos internacionales, ONGs, uni-económicos e información versidades, prensa nacional y extranjera

OPIP Legitimación, recursos y Derechos colectivos, redistribución CONAIE, Organismos internacionales, defensa otras áreas ecológica, territorios, culturas ONGs, universidades, prensa nacional territoriales y cultura y extranjera

ONZAE Legitimación, recursos y Derechos colectivos, territorios y cultura CONAIE, ONGs, organismosdefensa de su territorio internacionales, prensay cultura.

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Actores Intereses Posiciones Relación / Comunicación

ONSHIPAE Legitimación, recursos y Derechos colectivos, territorios y cultura CONAIE, ONGs, organismos defensa de su territorio internacionales, prensay cultura.

ASODIRA Recursos económicos y poder Progreso, desarrollo e integración Gobernación de Pastaza, AGIP

AIEPRA Recursos económicos y poder Progreso, desarrollo e integración Gobernación de Pastaza, AGIP

Comisión Europea Legitimación y cooperación Derechos colectivos Banco Mundial, Matriz de AGIP,al desarrollo y conservación bosques gobierno de Italia, ENI

IBIS Legitimación y apoyo Derechos colectivos ONGs, Banco Mundial, prensa a pueblos indígenas y conservación bosques internacional. Gobiernos Europa.

FOE (Amigos Tierra) Legitimación y apoyo Conservación bosques ONGs, Banco Mundial, prensaa conservación y derechos colectivos internacional. Gobiernos Europa y USA

Oxfam America Legitimación y apoyo Derechos colectivos ONGs, Banco Mundial, prensaa pueblos indígenas y conservación bosques internacional. Gobiernos USA

Tierra del Futuro Legitimación y apoyo Derechos colectivos ONGs, Banco Mundial, prensaa conservación y conservación bosques internacional. Gobiernos escandinavos

Alianza del Clima Legitimación y apoyo Derechos colectivos ONGs, Banco Mundial, prensaa conservación y conservación bosques internacional. Gobiernos Europa y USA

UBV Legitimación y apoyo Derechos colectivos y conservación Prensa Suecia, Agencia Sueca a pueblos indígenas. bosques. Lucha antimperialista de Cooperación, ONGs y redes

Banco Mundial Legitimación y apoyo Crecimiento económicoa Estados

Oilwatch Legitimación y apoyo Derechos colectivos a conservación y conservación bosques

Rainforest Actino Legitimación y apoyo Derechos colectivos ONGs, Banco Mundial, prensaNetwork a conservación y conservación bosques internacional. Gobiernos Europa y USA

UNESCO Legitimación y apoyo Paz Mundial y defensa culturas Sistema de ONU, Estado ecuatorianoa paz, tolerancia

Instituto Amazanga Legitimación y apoyo Investigación, monitoreo, sistematización ONGs, prensa nacional e internacional,a organizaciones indígenas universidades

Alianza Amazónica Legitimación y apoyo Derechos colectivos y conservación territorios ONGS, redes, prensaa pueblos indígenas

IWGIA Legitimación y apoyo Derechos colectivos y conservación ONGs, Banco Mundial, prensa a pueblos indígenas de cultura y territorios internacional. Gobiernos Europa y USA

COICA Legitimación y apoyo Derechos colectivos y conservación Cancillería, organismos internacionales,a pueblos indígenas de cultura y territorios ONGs y prensa

CISP Legitimación Derechos colectivos y conservación Ministerio Ambiente, ECORAE, y recursos económicos de bosques organizaciones locales, AGIP Italia

COSV Legitimación Derechos colectivos y conservación Ministerio Ambiente, ECORAE, y recursos económicos de bosques organizaciones locales, AGIP Italia

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3 La necesidadde una evaluaciónindependiente de losimpactos socioculturalesy ambientales en elBloque 10.

En el marco de la experiencia vivida en lasrelaciones entre las operadoras petrolerasdel denominado Bloque 10 y las comunida-des y organizaciones involucradas, urge exi-gir al Estado y a las propias compañías res-ponsables, la apertura a una evaluación yestudio independiente, que posibilite contarcon información e insumos científicos váli-dos, para que el proceso de diálogo y con-certación sea posible, y los conflictos deriva-dos puedan ser debidamente procesados ytratados.

En tal sentido, la propuesta de OPIP se plan-tea dentro de un esquema de objetivos, pro-blemáticas a plantearse, áreas a ser evalua-das y analizadas y resultados a ser obteni-dos. Sobre esa base, se abriría un diálogopuntual, a fin de fortalecer la instancia delComité Técnico Ambiental y cumplir los prin-cipales puntos contenidos en el Acuerdo dePlano, Texas de 1994, tal como se describea continuación:

1) Objetivo.- Analizar y evaluar de formaíntegra y retrospectiva, el proceso derelaciones entre las empresas operadorasdel Bloque 10 Arco/AGIP y las comunida-des u organizaciones locales indígenas,junto con los impactos generados enmateria de desarrollo local, mitigación ygestión de los impactos socioambientalesy culturales, mejoramiento de la calidadde vida, participación en la toma de deci-siones, fortalecimiento organizativo y dela capacidad humana, entre otros.

2) Problemática a plantearse.- Las rela-ciones establecidas en torno al Proyectode Explotación Petrolera en el Bloque 10,han implicado el desarrollo de conflictivi-dades y colaboraciones en distintos

momentos y con múltiples actores. Lasposiciones y estrategias de las partes haposibilitado, limitado o excluido, según elcaso, la satisfacción de los intereses enjuego. ¿De qué manera las demandas delas comunidades y organizaciones indíge-nas involucradas han sido satisfechasdurante el proceso de relacionamientocon las operadoras del Bloque 10? ¿Dequé manera las operadoras del Bloque 10Arco/AGIP han asumido la responsabili-dad social y ambiental del Bloque 10?¿Qué tratamiento se ha dado, a lo largodel proceso a los conflictos y qué resul-tados se ha logrado? ¿De qué manera lascomunidades y organizaciones han mejo-rado su participación, su capacidad degestión, sus recursos humanos, sus orga-nizaciones, su autoestima y su calidad devida a lo largo de las relaciones con elProyecto Petrolero del Bloque 10?

3) Locación.- El Bloque 10 de la provinciade Pastaza, de 200.000 hectáreas, invo-lucra territorios y comunidades de lasasociaciones base de la Organización dePueblos Indígenas de Pastaza (OPIP)como Cura ray, Canelos, Pa k aya k u ,S a rayaku y Zápara; comunidades deM o retecocha, de la Asociación deIndígenas Evangélicos de la Provincia dePastaza (AIEPPRA); comunidades debase de la Asociación de Desarro ll oIndígena de la Región Amazónica (ASO-DIRA); y comunidades de base de laAsociación de Centros Autónomos dePastaza (ACAP). Igualmente debe involu-c rar el análisis de las comunidadesimpactadas por la infra e s t r u c t u ra delC e n t ro de Fa c ilidades de Pro d u cc i ó n(CPF) y el oleoducto Vill a n o -Tr i u n foNuevo-San Ramón y Santa Clara.

4) Tópicos/Areas.- Los puntos que debenanalizarse y evaluarse, con la definiciónprevia de variables e indicadores debenser los siguientes:

a) Desarrollo Local Comunitario.-Entendido desde una perspectivaintegral, como la creación de condi-ciones para la satisfacción de las

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necesidades básicas de vida de lascomunidades locales. Ello incluye elfortalecimiento de procesos de auto-gestión, dotación de servicios o siste-mas en las áreas de salud, educación,comunicación, transporte. Además elanálisis y evaluación no debe reducir-se únicamente a la variable deinfraestructura en estas áreas, sino atodos los componentes de las mismas(conocimientos/capacitación, tecnolo-gía, recursos logísticos y humanos, ytambién impactos en la calidad devida (peso de los niños, morbi-morta-lidad infantil, nutrición, alfabetismo,escolaridad, niveles de instrucción,accesos a transporte o comunicación,etc.)

b) Fortalecimiento Organizativo.-Entendido en dos niveles: gestiónpara el desarrollo autónomo, y defen-sa de derechos sociales, colectivos yculturales de las comunidades. Ellodebe incluir grados o niveles de insti-tucionalidad (existencia de reglamen-tos, estatutos, mecanismos de controly rendición de cuentas, capacidadpara diseño, planificación, ejecución yevaluación de proyectos, con técnicospropios). Así también se debe incluir alas organizaciones y comunidadeslocales en procesos de intercambio deexperiencias, defensa de dere c h o sc o l e c t i vos, solución de confl i c t o sinternos y externos que involucran aestas comunidades.

c) Participación en toma de decisio-nes.- ¿Qué debe incluir la evaluaciónde la participación, tanto en tiempocomo en niveles de decisión? En otrostérminos, quiénes participan, en quémomentos, con qué re s u lt a d o s ?Quiénes planifican, quiénes evalúan,quiénes ejecutan, quiénes deciden?Es importante considerar el rol, encada caso de las familias, técnicoslocales indígenas, profesores, dirigen-tes comunitarios y de los dirigentesde las organizaciones mayo re s .También debe incorporarse en el aná-

lisis y evaluación, las variables degénero e intergeneracional, que dencuenta cómo en este proceso lasmujeres y los hombres, los jóvenes,los ancianos y los niños, están involu-crados en las decisiones que les afec-tan.

d) Procesos de consulta.- Al igual queel punto anterior, es importante anali-zar cuándo y en qué momentos losre l a c i o n a d o res comunitarios de laso p e ra d o ras han consultado a lascomunidades y organizaciones. Quémetodologías y estrategias han adop-tado. Cuál es el manejo de la infor-mación en esos casos, que las comu-nidades han tenido? Qué nivel de ase-soramiento o asistencia técnico hantenido las comunidades u organizacio-nes en los procesos de consulta; Quépapel han jugado la variable cultural-lingüística en estos procesos? Hastaqué punto se han respetado los dere-chos a la objeción cultural al proyectopetrolero? Igualmente el rol cumplidopor las autoridades tradicionales loca-les (cabildos, curacas, barayos) y porlas dirigencias formales de las distin-tas Asociaciones de primero y segun-do grado.

e) Fortalecimiento de las capacida-des locales.- Todo proceso de inter-vención implica la posibilidad deafianzar la capacidad interna (política,técnica, administrativa y económica)de las comunidades, o bien de desar-ticular o debilitar esa capacidad. Eneste último caso, se refleja en los gra-dos de paternalismo o dependenciaque generan las mismas. Ello depen-de de los enfoques, supuestos, con-ceptos, metodologías y estrategias delas prácticas del desarrollo comunita-rio (entre las que se incluyen los pro-gramas o proyectos ejecutados porlas oficinas de relaciones comunitariasde las operadoras). Se trataría en esemarco, de analizar y evaluar el conte-nido, el alcance y las limitaciones deestas prácticas y sus re s p e c t i vo s

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impactos en el fortalecimiento de lascapacidades locales.

f) Gestión y manejo de los conflic-tos.- Ello parte por considerar lascapacidades org a n i z a t i vas de laspoblaciones locales para hacer frentea los impactos sociales, ambientales oa los cambios culturales o políticos.Los niveles de conflictividad internamuchas veces se ven agudizados porfa c t o res exógenos (y un proye c t opetrolero se inscribe en esa catego-ría). La evaluación y análisis debeabordar dos puntos centrales: por unlado, la manera cómo el proyectopetrolero activó, reveló, instrumenta-lizó, aisló o agudizó la conflictividadintra o intercomunitario u organizati-va, y por otro lado, la forma, las estra-tegias en que las operadoras y elEstado han dado respuestas a esosconflictos, y la participación que endicho manejo han tenido las propiasorganizaciones involucradas.

g) Mitigación y Manejo de Impactossocioambientales y culturales.-No se trata de una Evaluación deImpacto Ambiental, según los térmi-nos definidos en el Re g l a m e n t oAmbiental de Opera c i o n e sHidrocarburíferas, sino de los compo-nentes fundamentalmente sociales,culturales y ambientales que involu-cran a la población en las áreas seña-ladas en la locación. En otros térmi-nos, implica analizar y evaluar, por unlado los impactos sinérgicos, reversi-bles, irreversibles, temporales, per-manentes, locales y regionales delproyecto petrolero en los espacios devida de los cuales dependen laspoblaciones humanas (áreas de culti-vo, fuentes de agua, fauna silvestre,ictiofauna, entre otros). Se trataría defijar cómo esos cambios en los espa-cios de vida han alterado los patronesalimenticios, nutricionales, económi-cos, de salud y la división del trabajoa lo interno de las familias, así comolos patrones organizativos y de uso

del tiempo. Frente a esos impactos,qué respuestas han dado los respon-sables del proyecto petrolero y conqué resultados?

h) Institucionalización de laResponsabilidad Social de lasOperadoras.- Se pretende analizar yevaluar el peso que ha tenido la ofici-na o departamento de re l a c i o n e scomunitarias y control de impactossocioambientales, en las estructuras ypolíticas de las empresas operadorasdel Bloque 10, a lo largo de los 11años de ejecución del proyecto petro-lero. Qué presupuestos han maneja-do, qué porcentajes han significadolos mismo en el contexto de las inver-siones globales realizadas? Qué signi-fican esos montos en comparacióncon otros rubros como investigaciónbiológica, seguridad y publ i c i d a d ?Qué peso han tenido las decisiones deestas unidades en la definición depolíticas del proyecto petrolero de laempresa? Cómo han capitalizado laso p e ra d o ras la internalización deexternalidades (sociales, culturales yambientales) para un re-posiciona-miento en el mercado mundial?

i) Procesos de Seguimiento,Fiscalización y Evaluación.- Setrata de evaluar y analizar los niveles,las estrategias, las metodologías y losresultados de los procesos de segui-m i e n t o, fiscalización y eva l u a c i ó ndados por la Subsecretaría deProtección Ambiental del Ministerio deEnergía y Minas, de la Unidad deA d m i n i s t ración de Contratos dePetroecuador (UAC), de la Gerenciade Pro t e cción Ambiental dePe t roecuador (GPA, ex UPA), delMinisterio del Ambiente, de los orga-nismos responsables del control derecursos hídricos y de salud , de lasdirecciones forestales y de los orga-nismos encargados de asuntos indíge-nas del Estado. Con qué criterios ymetodologías se han evaluado y apro-bado los EIAs y PMAs? Qué tipo de

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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ve r ificación de re s u ltados se hanhecho en materia de desarrollo comu-nitario? ¿Qué tipo de cambios hanp rovocado las recomendaciones uobservaciones dadas por los organis-mos de control de Estado?Finalmente, debe analizarse y eva-luarse, el rol de las empresas consul-toras, subcontratistas y responsablesde el diseño, planificación y ejecuciónde los EIAs y PMAs en el Bloque 10.

5) Consideraciones metodológicas.-Cada uno de los componentes, debeestablecer un esquema metodológicoespecífico, compatible con una estrategiaintegral del estudio. Debe desagregar lasdistintas variables (independientes ydependientes), especificando los indica-dores, que permitan analizar y/o evaluarel proceso en cuestión en sus distintasfases y componentes. El uso de las fuen-tes debe basarse en la recolección decampo (entrevistas estructuradas ysemiestructuradas con informantes califi-cados de toda el área de locación; asícomo en encuestas aleatorias o en talle-res de autodiagnóstico participativos).También debe incorporar a funcionarios yex funcionarios de las operadoras, y ainvestigadores independientes vinculadosal tema del Bloque 10. También deberáanalizar y procesar toda la informacióndisponible en reportes internos y publica-dos de las opera d o ras en el áre asocioambiental, así como en los archivosde las distintas organizaciones indígenasy no gubernamentales involucradas.

6) Productos Esperados.-

a) Informe de análisis y evaluación dedesarrollo local comunitario, segúnespecificaciones señaladas.

b) Informe de análisis y evaluación delfortalecimiento organizativo, de lascapacidades locales y de la gestión deconflictos.

c) Informe de análisis y evaluación delos procesos de participación y con-sulta.

d) Informe de análisis y evaluación de

los procesos de manejo de impactossocioambientales y culturales.

e) Informe de análisis y evaluación delos procesos de institucionalización dela responsabilidad social de las opera-doras.

f) Informes de análisis y evaluación delos procesos de seguimiento, audito-ria, fiscalización y control de parte delas entidades estatales y empresasconsultoras.

7) Perfil de los Evaluadores.- Al menosdos equipos, responsables re s p e c t i va-mente de los informes 1 al 3, y 4 al 6.Estos deben integrarse por profesionalesde alto nivel de formación (mínimo unp o s t g rado). Experiencia mínima de 5años en proyectos de evaluación e inves-tigación similares en procesos de relacio-nes o conflictos entre empresas petrole-ras y comunidades indígenas en laAmazonía ecuatoriana.

En el caso del Equipo 1 (informes 1 al3), debe ser multidisciplinario con énfasisen componentes sociológicos, antropoló-gicos, organizativos y económicos de laAmazonía. Debe incluir evaluadores deimpactos de proyectos sociales.Conocimientos en las áreas de salud yeducación indígena. También debe incluirexpertos en temas de consulta y partici-pación –conocimientos de enfoques ymetodologías participativas y de dere-chos colectivos en materia de consulta yparticipación. No debe descartarse laincorporación de geógrafos que puedanincorporar la variable espacial en el aná-lisis y evaluación.

En el caso del Equipo 2 (informes 4 al6), igualmente debe ser multidisciplina-rio, con énfasis en componentes institu-cionales, jurídicos, económicos ysocioambientales. La experiencia delequipo debe partir de entender y mane-jar íntegramente el tema de Evaluaciónde Impactos Socioambientales y elDiseño de Programas y Proyectos. Esmuy importante el manejo de los compo-nente jurídicos e institucionales (tanto

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públicos como privados del sector petro-lero).

En ambos casos, igualmente debe incluirla posibilidad de participación de técnicosindígenas de la provincia de Pastaza,involucrados en la temática y conocedo-res del área en cuestión.

Todos los consultores deben ser indepen-dientes de las opera d o ras o de lasempresas consultoras subcontratadas, yde manera principal, no haber estadoinvolucrados en el diseño o ejecución delos EIAs o PMAs del Bloque 10. En talsentido, se sugiere considerar seriamen-te a investigadores de la Amazonía pre-sentes en instituciones académicas seriascomo la FLACSO, la PUCE, la UniversidadSan Francisco de Quito, o en organismosde coopera c i ó n / i nvestigación comoOxfam, IBIS, Universidad Berkeley deCalifornia.

8) Alternativas estratégicas para unproceso de diálogo.- Dirigido al esta-blecimiento de acuerdos, se procura defi-nir quién(es) tendrían interés/legitimidadde convocatoria al diálogo? Para que lasdemandas de organizaciones representa-tivas como OPIP sean tomadas en cuen-ta, debe reconocerse la existencia de ins-tancias que buscan asumir roles regula-dores y de mediación. Estas instancias aconsiderar y analizar son las siguientes,conforme a su desempeño actual:

- Comité Técnico Ambiental.-Funciona a medias, sin mayor institu-cionalización, sin recursos y al mar-gen de las decisiones reales. Es unespacio privilegiado para acceso deinformación y consulta permanente.

- Presidencia Ejecutiva Petro-ecuador.- Ha mostrado apertura alcaso, y le interesa generar un escena-rio de estabilidad al futuro, de cara anuevas concesiones.

- Gerencia de Protección Ambien-tal Petroecuador.- Ha establecido

una relación fluida con OPIP y formaparte del CTA desde sus inicios. Tienelimitaciones legales en cuanto a susatribuciones.

- Ministerio del Ambiente.- Intentóalguna vez mediar, sin resultado algu-no. Excluido de las decisiones y de lainformación del proceso.

- Consejo Provincial de Pastaza.- Elactual proceso de transferencia decompetencias, asume lo ambientalcomo un ámbito de su competencia.Prima interés clientelar y político deautoridades.

- CODENPE.- Procura ser un aparatoestatal que facilita la canalización delas demandas indígenas al Estado. Noconoce los procesos locales amazóni-cos. Falta consistencia técnica.

- ENI Italia.- Sondeó, a través deONGs italianas, la posibilidad de llegara un acuerdo que les permita contarcon un escenario estable para futurosproyectos dentro del Bloque 10.

4 La pretendida NovenaRonda Petrolera enPastaza

Desde la óptica estatal, de la economíaecuatoriana y del lugar que ocupa en el con-texto del capitalismo internacional, la explo-tación de hidrocarburos es una actividadimportante en la RAE y, según las perspecti-vas que OPIP tiene, sus impactos ambienta-les, sociales y culturales negativos puedenaumentar considerablemente.

Si bien las provincias “petroleras” han sidohasta hoy Sucumbios, Orellana y Napo en elNor-oriente ecuatoriano, existe actualmenteuna fuerte presión sobre la provincia dePastaza, por parte de una serie de compañí-as petroleras que piden nuevas concesionespetroleras al gobierno, adicional a las áreasya concesionadas en la parte alta y vital de

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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la provincia, es decir 5 bloques que afectancerca de 1 millón de hectáreas: 4 bloques(10, 23, 21 y 24) están actualmente en acti-vidad bajo responsabilidad de las empresasAGIP Oil de Italia, Compañía General deCombustibles (CGC-San Jorge) deArgentina, Kerr McGee Energy y BurlingtonResources Inc. de Estados Unidos, respecti-vamente.

En tal sentido, la experiencia del nor-orientede la RAE comparte elementos en comúncon la experiencia que hasta el momento sevive en el Centro-Sur de la Amazonía tieneque ver con el vertimiento de las aguas deformación y los derrames accidentales, asícomo la construcción de vías de acceso y decarreteras nuevas, que están ocasionandograves daños al medio ambiente y a los pue-blos indígenas y provoca la destrucción deáreas protegidas por la invasión de colonosa lo largo de las vías de penetración.37

Con esos antecedentes, podemos reafirmarque las actividades de exploración y deexplotación petrolera han agudizado las difi-cultades de las comunidades. Fuera de lapresencia de componentes tóxicos que afec-tan los ecosistemas, uno de sus peoresimpactos es el proceso divisionista que pro-voca entre las asociaciones y entre lascomunidades indígenas.

Tal como se evidencia en la situación pre-sentada en el Bloque 23, en la cuenca del ríoBobonaza, donde opera la compañía argen-tina Compañía General de Combustible( C G C-San Jorge). Dicha empresa ha

emprendido desde su llegada una táctica depersuasión permanente en las comunidadesde las Asociaciones Canelos, Pakayaku ySarayacu y en comunidades shuar donde,imitando estrategias y tácticas usadas porArco Oriente y AGIP Oil Ecuador B.V., serelaciona con algunos grupos de estas aso-ciaciones para pretender negociar directa-mente con sus dirigentes. Esta influencia haperjudicado el fortalecimiento de la OPIPque tiene que enfrentarse a posiciones aper-turistas y entusiastas ante la presencia delas petroleras de ciertos sectores indígenasde las Asociaciones.

Por eso, se señala sin lugar a dudas, queuno de los impactos más críticos de la acti-vidad petrolera en Pastaza y en MoronaSantiago, es el proceso divisionista a travésde la negociación directa con las comunida-des cercanas a los campos petroleros, a lascuales se ofertan servicios de educación,salud, obras de infraestructura y trabajoasalariado a los jóvenes, ofertas que en lamayoría de los casos no son cumplidas. Sellega también a apoyar la formación deorganizaciones paralelas, con el objeto dedebilitar la posición de la OPIP. En este sen-tido, también, son conocidas las intencionespor constituir un frente de organizacionesAnti-OPIP que incluye a ASODIRA, AIEPRA,FENAKIPA y FEDECAP, todos asesorados yapoyados por la Gobernación de Pastaza, losrelaciones comunitarios de las empresasAGIP OIL Ecuador B.V., Burlington Resourcesy CGC., la IV División Amazonas y algunosmedios de comunicación locales de la pro-vincia de Pastaza. Ese es el escenario queenfrentamos de cara a la próxima ronda delicitación petrolera.

A pesar de que existen instrumentos legalesque defienden el medio ambiente, las insti-tuciones estatales pertinentes son tambiénp r i s i o n e ras de la política petro l e ra delgobierno y no actúan contra la violación delas normas para la explotación petrolera enlas comunidades. Por un lado, las leyesecuatorianas disponen que los yacimientosexistentes en el territorio nacional, comorecursos naturales no renovables, son dedominio inalienable e imprescriptible del

37 En las provincias de Sucumbíos y Orellana, se esti-ma que la industria petrolera ha provocado la cons-trucción de más de 500 Km de carreteras, lo cualha dado como resultado una colonización de másde un millón de hectáreas con las consiguientesinvasiones de tierras indígenas por parte de colo-nos. A la colonización que provoca la deforestacióny prácticas agropecuarias no sostenibles, se agre-gan impactos culturales sobre las poblaciones quede forma violenta se ven forzadas a introducirse enlos circuitos del mercado con alteraciones en la cul-tura tradicional y con pérdidas importantes de losrecursos de la fauna y flora, como se visualiza enla situación del pueblo Waorani, de los Secoya, A’ICofán y Sionas.

Centro de la Amazonía Ecuatoriana, provincia de Pastaza

43

Estado, pero por otro lado, nuestros territo-rios y las tierras de las comunidades indíge-nas no han sido objeto de ningún trata-miento diferencial en las disposiciones sobreexplotación minera y de hidrocarburos.

La iniciativa de “nosotros”, las poblacionesindígenas por asumir el tratamiento denuestro desarrollo carece todavía de regula-ciones, pero forma parte de las tendenciasdel desarrollo tanto en el nivel local comoglobal. En Ecuador, las competencias quenos corresponden en materia de desarrollofiguran en la Carta Constitucional actual-mente en vigencia y en la Estrategia deDesarrollo Territorial del Estado Ecuatorianobajo el acápite de las CircunscripcionesTerritoriales Indígenas (CTI). Desde la pers-pectiva de la planificación del desarrolloconstituye una categoría que, junto a losgobiernos locales, cuenta con capacidad deiniciativa tanto en lo que se refiere a suscontenidos y propuestas cuanto en relacióncon sus potencialidades para establecermancomunidades en el escenario provincial,cantonal, regional y global.

De esta manera, estamos en una época deconstrucción y articulación entre figuras,creando conexiones con los gobiernos loca-les, sean éstos de nivel parroquial, cantonalo provincial. El hecho determinante es queestas circunscripciones político administrati-vas coexisten con las CTIs y pueden ser con-troladas por los mismos indígenas a travésde su participación política.

Sin embargo, el hecho de que el desarrollode las organizaciones indígenas acerque susdirigentes a la vida política nacional, hacien-do que los mejores participen en eleccionesy ocupen puestos políticos en los gobiernos,también tiene consecuencias negativas:

1) las organizaciones nos encontramos enpleno desarrollo y poco consolidadas y elalejamiento de sus dirigentes y personasclaves (visto que es obligatorio dejar lasorganizaciones para entrar en política)acentúa la fragilidad institucional,

2) este proceso político conlleva inevitablesrupturas, divisiones internas y conflictosentre organizaciones. En Pastaza pore j e m p l o, desencuentros de dife re n t eíndole hicieron que algunas autoridadeskichwas seguidas de sus comunidades(principalmente de Canelos, Río Anzu ySan Jacinto) se separaran de la OPIP pre-tendiendo crear una nueva federaciónkichwa (FENAKIPA). Si bien este caso hasido poco re p re s e n t a t i vo al nivel denúmero de comunidades, significó undesgaste organizativo y de credibilidaddurante al menos cuatro años.

Es en este contexto que desde febrero del2000, se ejecuta el Plan de gobierno deno-minado como “Ecuador: Apertura 2000”, queincluye la privatización de empresas ener-géticas y concesiones para proyectos petro-l e ros en las provincias amazónicas deMorona Santiago y Pastaza. En ésta última,el Plan provocaría que 9 bloques (22, 26, 29,32, 33, 34, 35, 36 y 37), como se aprecia enla Tabla 5, serían concesionados para explo-ración sísmica dentro del territorio de lasAsociaciones de base de la OPIP, afectandoun total de 1’288.749 Has. Estos bloques sesumarían a los 5 ya concesionados en 1986y 1996 en esta provincia.

Este hecho constituye la principal amenazapara el futuro de la economía, la cultura y elmedio ambiente de los pueblos indígenas dePastaza. A ello se añaden problemas nuevoscon la presencia de empresas madereras(por ejemplo en la zona de Arajuno donde elgobierno provincial inauguró a inicios del2000, una vía de 37 kilómetros) y la presen-cia agresiva de empresas de turismo (espe-cialmente de la ciudad de Baños) que, a raízde la crisis provocada por las erupciones delvolcán Tungurahua, se trasladaron a Pastazapara encontrar una alternativa a sus nego-cios, al margen de las organizaciones ycomunidades indígenas.

Estos elementos de contexto constituyen sinduda, parte del desafío que enfrentan lascomunidades de base, las Asociaciones y laorganización central. El proyecto, en ese

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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marco, pretende crear capacidades indíge-nas para el diseño y ejecución de propues-tas para el desarro llo sostenible delTerritorio Indígena de Pastaza, TIP.

DETALLE DE EXTENSIÓN DE BLOQUES ADJUDICADOS, NO-ADJUDICADOSY ZONA INTANGIBLE DE LA PROVINCIA DE PASTAZA.

BLOQUE ESTADO ACTUAL PERIMETRO AREA. AREA.(m) . (Km2) (Has.)

Bloque 30 ADJUDICADO 337,617.7 2,414.8 241,478.4

Bloque 10. Agip ADJUDICADO 208,056.9 2,009.6 200,958.9

Bloque 24. Burlington ADJUDICADO 122,384.1 644.3 64,430.1

Bloque 23. CGC - San Jorge ADJUDICADO 219,940.2 1,998.2 199,820.2

Bloque 21. Kee - McGee ADJUDICADO 166,761.4 725.6 72,556.8

Bloque 28. Tripetrol ADJUDICADO 208,315.2 1,681.7 168,171.3

Bloque 17. Vintage ADJUDICADO 92,277.4 269.0 26,902.9

Subtotal ADJUDICADO 9743.2 974318.7

Zona Intangible Zona Intangible 664,072.4 4,070.9 407,093.6

Subtotal Zona Intangible 4070.9 407093.6

Bloque 22 NO ADJUDICADO 216,920.7 1,648.6 164,859.0

Bloque 26 NO ADJUDICADO 195,765.9 1,965.8 196,578.7

Bloque 29 NO ADJUDICADO 109,307.0 457.3 45,725.3

Bloque 32 NO ADJUDICADO 190,000.0 2,000.0 200,000.0

Bloque 33 NO ADJUDICADO 180,051.6 2,001.3 200,128.9

Bloque 34 NO ADJUDICADO 165,938.5 1,148.5 114,854.8

Bloque 35 NO ADJUDICADO 223,681.0 1,804.6 180,460.3

Bloque 36 NO ADJUDICADO 170,784.5 1,873.9 187,386.1

Bloque 37 NO ADJUDICADO 298,871.2 1,987.6 198,756.2

Subtotal NO-ADJUDICADO 14,887.5 1,488,749.4

TOTAL GENERAL 28,701.6 2,870,161.6

Tabla 5

Fuente: Petroproducción-Dirección Nacional de Hidrocarburos, CLIRSENElaboración: SIGYS-PMRNTIP, 2001

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

45

Antecedentes generales

Ecuador es un país latinoamericano de 12.5millones de habitantes, con su economíadolarizada a partir del año 2000. Desde1972, año en que el Estado recibió las pri-meras rentas por la explotación de petróleoen la Amazonía, el país ha recibido más de60 mil millones de dólares por este concep-to40, motivo por el cual se ha considerado a

la actividad petrolera como el motor del cre-cimiento económico y del desarrollo nacio-nal. Sin embargo, esta consideración se con-tradice con el hecho de que actualmente elpaís está más endeudado que en 1971,debiendo dedicar un porcentaje mucho máselevado del Presupuesto General del Estado(PGE) al cumplimiento de la deuda pública,así como también porque los indicadoressociales muestran una notable baja en com-paración al período anterior al inicio del“boom petrolero” de los 70´s.

El PGE se financió en el 2001 con rentaspetroleras en un 40% (1.250 millones dedólares). Un 42% del total del PGE se dedi-có al pago de la deuda pública en el 2001,principalmente de los intereses. Para el cum-plimiento de la Carta de Intención acordadae n t re el Estado y el Fondo MonetarioInternacional (FMI), el gobierno demócrata-cristiano de Mahuad y Noboa ha comprome-tido la privatización de las empresas eléctri-cas estatales, la eliminación de los subsidios,

38 Una versión preliminar de este trabajo se presentóen el Seminario Taller, “Transnacionales, Estadonación y derechos humanos de los Pueblos”, APRO-DEH-FIDH, Lima, enero del 2002.

39 Antropólogo y catedrático de la PUCE-Quito.Miembro del Area Amazonía del Centro deDerechos Económicos y Sociales, CDES-Ecuador.

40 Presentación del Mtr. Iván Narváez (Gerente de laGerencia de Protección Ambiental, GPA-Petroecuador), en el II Encuentro Informativosobre la 9° Ronda de Licitación Petrolera, Quito, 09de enero del 2002, CDES-PUCE/CH.

Amazonía centro-sur :Pueblos indígenas, Estado y petróleoen el Ecuador38

por Víctor López A.39

El artículo revisa desde un enfoque de derechos la trayectoria reciente del conflicto entre losshuar-achuar del Transkutukú y la estadounidense Burlington en el bloque petrolero 24, el proce -so de convocatoria a la próxima ronda de licitación petrolera (9ª Ronda), así como la ejecuciónde un proyecto de Reglamento de Consulta y Participación para el sector hidrocarburífero. Detrásdel conflicto actual se encuentran problemáticas socioambientales que están vinculadas a la vul -neración de los derechos fundamentales de las poblaciones de la Amazonía centro-sur en elEcuador. Esta violación de los derechos constitucionales, colectivos y ambientales está relaciona -da a los programas de ajuste definidos en las Cartas de Intención acordadas entre el Estado y elFMI, a una política petrolera que busca ampliar las actividades petroleras en los territorios de lospueblos shuar, achuar, shiwiar, kichwa, zapara y waorani, pero sobre todo al desacato deBurlington del recurso constitucional de amparo en favor de FIPSE y a las estrategias divisionis -tas y violentas de los socializadores pagados por la petrolera. Estas experiencias nos muestrancomo los derechos económicos, sociales, culturales o de los pueblos indígenas pueden ser exigi -bles institucionalmente y como para su plena vigencia y vigilancia social es necesario enfrentarpolíticas e intereses extractivistas, que no favorecen ni al Estado, ni a las organizaciones indíge -nas, ni al ambiente de la Amazonía ecuatoriana.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

46

el incremento de los impuestos y la amplia-ción de la frontera petrolera para la explota-ción de crudos pesados, en la región ama-zónica ecuatoriana (RAE) y el golfo deGuayaquil, según el denominado programa“Ecuador: Apertura 2000”.41

De acuerdo a la última renegociación de ladeuda externa pública con los acreedoresprivados (bonos GLOBAL), a partir del año2006 el país deberá cubrir a más de los inte-reses parte del capital contraído con las dife-rentes instituciones financieras internaciona-les (IFIs). Con esta finalidad, el Estado secompromete en la “Ley de TransparenciaFiscal”, a dedicar el 70% de la renta que legenere el Oleoducto de Crudos Pesados(OCP), al pago de la deuda externa. El 20%de las estas rentas se dedicaría a un fondode estabilización petrolera, mientras que delrestante 10% se dedicarían recursos (no cla-ramente fijados) para el desarrollo social,educación y salud.42

Esta política gubernamental, en lugar debuscar estrategias sostenibles para la diver-sificación productiva de la economía nacio-nal, agudiza aún más el tradicional modeloeconómico extractivista en que se basa elfinanciamiento del PGE. El pro g ra m a“Ecuador: Apertura 2000”, no solo vuelve ala economía del país más dependiente delmercado petrolero internacional y de la

inversión de capitales externos, sino quepropicia la afectación de la Amazonía centro-sur a tres niveles:

• por un lado, implica la degra d a c i ó nambiental de los últimos bosques amazó-nicos en buen estado de conservación;

• por otro, afectaría las condiciones actua-les de reproducción sociocultural de lospueblos indígenas;

• por último, condena y obliga a la región,sus recursos y su gente (indígenas ycolonos) a asumir el cumplimiento deresponsabilidades ajenas, generadas enel proceso de endeudamiento externo.

El modelo económico extractivista para laspoblaciones de la región amazónica ecuato-riana (RAE), los coloca en condiciones devulnerabilidad y de exclusión social, econó-mica y ambiental, debido a que de la explo-tación petrolera conocen tan solo sus seve-ros impactos socioambientales, resultado dela contaminación ambiental, la mercantiliza-ción de la naturaleza, los espacios de vida olos lugares sagrados, las prácticas clientela-res, divisionistas y corruptas propiciadas porla coima y el chantaje del “relacionamientocomunitario” de las empresas, por nombrarunos pocos factores.

El actual modelo de operaciones hidrocarbu-ríferas en el bosque tropical amazónico, apesar de esgrimir el discurso de “una ges-tión ambientalmente amigable”, no reinvier-te el capital extraído de la región de unamanera equitativa43, irrespeta los derechosconstitucionales de consulta previa informa-da a las poblaciones locales, y lo que aún espeor, conduce a “la perdida de control yautonomía de los comunidades sobre lasdecisiones que afectan sus vidas.”44

41 La política petrolera del actual gobierno, denomina-da “Ecuador: Apertura 2000”, favorece la inversiónde capital privado de empresas transnacionales através de cinco grandes proyectos: 1) la construc-ción de un nuevo oleoducto de crudos pesados(OCP), 2) la ampliación de las actividades hidrocar-buríferas en la región amazónica ecuatoriana (RAE)y en el golfo de Guayaquil (9° Ronda), 3) el esta-blecimiento de alianzas estratégicas entrePetroecuador y las empresas privadas para la ope-ración de “campos marginales” (cerrados por susbajos rendimientos), 4) la operación del ProyectoTiputini (ex ITT, con grandes reservas probadas decrudo pesado), y 5) la modernización tecnológicade las refinerías. (Cf. “Ecuador: Apertura 2000”,brochure oficial s/f, s/l; CDES, Boletín # 2,Quito,2000)

42 Cf: “Ley Orgánica de Responsabilidad,Estabilización y Transparencia Fiscal”, publicada enel Registro Oficial Nº 589 del 4 de junio del 2002.

43 Para el presente año, las rentas petroleras se esti-man sobrepasarán los 1.800 millones de dólares,de los cuales apenas 40 millones se destinarán alas provincias de la subregión petrolera en laAmazonía: Sucumbíos, Napo, Pastaza y Orellana(Cf: “Memoria de la II Reunión sobre la 9° Ronda”,CDES, 09-01-02).

44 CDES, La importancia y utilización de los derechoseconómicos, sociales y culturales, Quito, 1998, p. 5

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

47

La Confe d e ración de Nacionali d a d e sIndígenas de la Amazonía Ecuatoriana(CONFENIAE), diferencia tres subregionesen la región amazónica ecuatoriana (RAE),cada una con una trayectoria y una posiciónparticular en torno al tema petrolero:

1. Al noreste, la subregión petrolera, seve-ramente impactada y colonizada poracción del sector hidrocarburífero en lasp rovincias de Ore llana, Sucumbios yNapo, en la cual los pueblos, comunida-des y organizaciones indígenas negociany participan de los proyectos del sectorpetrolero.

2. Al centro una subregión incorporada amedias a la dinámica extractivista, sobretodo en la provincia de Pastaza, por loque la posición de las organizacionesoscila entre la negociación y la oposicióncoyuntural.

3. Al sur, la subregión de Morona y Zamora,que se encuentra libre de proyectosextractivistas petroleros, lo cual se expre-sa en la oposición abierta de las organi-zaciones representativas de los pueblosindígenas a cualquier posible ingreso delas compañías petroleras45

Puesto que la ampliación de la fronterapetrolera en la RAE atenta y soslaya losderechos humanos fundamentales de lospueblos y nacionalidades indígenas de laAmazonía, a diferencia de las estrategiascentradas en la negociación y la “salida for-zada” para las organizaciones del norte ycentro, las organizaciones del centro-sur dela Amazonía sustentan su lucha con estrate-gias jurídico-constitucionales para la defensade sus derechos colectivos46. Fundamentansu oposición a toda actividad petrolera en

sus territorios, por la gran amenaza quere p resentan estas operaciones para sureproducción social y cultural con identidad,así como para la base de los recursos natu-rales, el ambiente y los territorios, todosestos derechos constitucionales garantiza-dos por el Estado.

La reproducción social y cultural de los pue-blos shuar y achuar del Transkutukú está enfunción de la economía tradicional de repar-to -no monetaria-, por lo que la presencia deempresas transnacionales y sus agentes(relacionadores comunitarios, socializado-res o “permiseros”), representa un graveriesgo al orden comunitario actual y los cri-terios de solidaridad social. La monetizaciónsupone un serio cambio en la economía tra-dicional de los grupos de selva, sobre todopor las indemnizaciones económicas, pagoso coimas de parte de las empresas petrole-ras para conseguir la “autorización” de susoperaciones en territorios indígenas.

La monetización forzada supone un graveimpacto para el bienestar de los pueblosindígenas acorde a sus propios valores cul-turales y su identidad cultural, al provocarun proceso de irrespeto y transformación delas visones tradicionales del mundo y la vidasocial entre los pueblos amazónicos. Estosfa c t o res -inobjetablemente- conducen aldeterioro de las condiciones materiales yespirituales básicas para la reproducción delos pueblos indígenas del Transkutukú, afec-tando en última instancia su identidad comopueblos y nacionalidades, su derecho a lalibre determinación y a un desarrollo auto-centrado. Todo esto, desde el punto de vistadel respeto a los derechos culturales repre-senta un gran reto, tanto para los pueblosindígenas cuanto para el Estado y los secto-res externos.47

45 Cf: Presentación del Presidente de CONFENIAE, en“Memoria de la I Reunión sobre la 9° Ronda”,CDES, 22-10-01.

46 Ver: Wray, Natalia, Pueblos indígenas amazónicos yactividad petrolera en el Ecuador: conflictos, estra-tegias e impactos, Ibis-Oxfam América, Quito,2000.

47 El respeto del derecho a la identidad cultural estaconsagrado en el Convenio 169 de la OIT, ratificadopor el Estado ecuatoriano en 1999, siendo por lotanto ley nacional. (Ver. IIDH, Memoria del segun-do seminario internacional sobre administración dejusticia y pueblos indígenas, IIDH, San José, C.R.,1999)

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

48

Tal como se plantea en una propuesta ela-b o rada por el Centro de Dere c h o sEconómicos y Sociales (CDES), para el reco-nocimiento del derecho a la salud en elEcuador, coincidimos en que “no se puedeempobrecer a los más vulnerables con laesperanza del crecimiento económico paratodos”48. El respeto a los derechos colecti-vos de los pueblos indígenas, a los derechoseconómicos, sociales y culturales (DESC), esparte fundamental de la mentada “respon -sabilidad social” del Estado, las institucionesf i n a n c i e ras internacionales (IFIS), lasempresas transnacionales, el sector privado,la sociedad civil en su conjunto y los actoresglobales.

Es más, la principal responsabilidad delEstado consiste en promover y proteger losd e rechos fundamentales de quienes seencuentran en situación de pobreza y encondiciones de vulnerabi lidad, sobre todo sirecordamos que el Ecuador es un Estadosocial de derecho, pluricultural y multiétnico,tal como reza el Art. 1 de la Constituciónpolítica del Estado.

Relacionamientocomunitario en elBloque 24 :Burlington contrael pueblo shuar y achuardel Transkutukú

La concesión del bloque 24 por parte delEstado ecuatoriano a la empresa transnacio-nal Arco Oil de Estados Unidos en 1998, fueconocida de manera extraoficial por los pue-blos shuar y achuar que viven al oriente dela cordillera del Kutukú, zona más conocidacomo Transkutukú, en las provincias amazó-nicas de Morona Santiago y Pastaza. Ni susorganizaciones representativas49, ni sus cen-

tros y asociaciones fueron informados de ladecisión del Estado de extender la fronterapetrolera en sus territorios.

Durante 1999, los relacionadores comunita -rios de la subsidiaria Arco Oriente, ingresancontinuamente al Transkutukú, con la finali-dad de conseguir “la autorización” de lasorganizaciones indígenas para la realizaciónde las operaciones de exploración petrolera,usando estrategias disuasivas y divisionistasque contaron con el respaldo de autoridadesgubernamentales, de miembros de lasFuerzas Armadas y Petroecuador.

Ante esta situación, la Fe d e ra c i ó nIndependiente del Pueblo Shuar del Ecuador(FIPSE), con patrocinio legal del CDES, pre-sentan ante el juez de la ciudad de Macas(capital de la provincia de Morona), unrecurso constitucional de amparo en contrade la operadora del bloque 24, para defend-er su territorio y proteger la unidad de laorganización y el pueblo shuar50. El 16 demarzo del 2000, el Tribunal de GarantíasConstitucionales emite la Resolución 247-RA-00-I:S, según la cual el recurso de ampa-ro presentado por FIPSE, es resuelto a sufavor.51

48 Cf: CDES, De necesidades a Derechos: reconocien-do el derecho a la salud en el Ecuador, Quito,1998, p. 11

49 A diferencia de muchas “organizaciones fantas-mas”, como se las conoce en la RAE, una organiza-

ción social es representativa de un colectivo, pue-blo o nacionalidad, cuando tiene reconocimiento dela autoridad estatal correspondiente (Ministerio deBienestar Social, Educación o Ambiente), cuandotiene una asignación territorial reconocida por elEstado y sus instancias respectivas (ex IERAC,INDA), y cuando sobre todo, tiene el mandatosoberano de su pueblo a través de su Asamblea,de defender sus derechos y legítimos interesesante otros sectores sociales. En el Transkutukú lasorganizaciones representativas de los pueblosshuar y achuar son la FIPSE, FICSH y la FINAE,respectivamente.

50 Esta es la primera experiencia en el uso de estetipo de recursos constitucionales en Ecuador, porparte de un pueblo indígena en contra de unaempresa transnaciona. (Cf: CDES, “Novena Rondapetrolera: informe básico”, mimeo. 2001)

51 La resolución establece que Arco Oriente (ex ope-radora del Bloque 24, hoy a cargo de Burlington),no “se acercará a individuos u organizaciones debase, dentro y fuera del territorio de la FIPSE sin ladebida y legitima autorización de la Asamblea de laFederación.” Para resguardar los derechos a laorganización y el territorio del pueblo shuar, enesta acción de amparo, complementariamente “se

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

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Entonces, las actividades de Arco en el blo-que se paralizaron, por lo que la empresadecide abandonar el país, vendiendo en abrildel año 2000 sus acciones y transfiriendosus responsabi lidades a la empresa nortea-mericana Burlington Resources Ltd. El14 de noviembre de ese mismo año, laactual operadora del bloque 24 fue notifica-da por el Juez de lo Civil de Macas sobre lasentencia del amparo Constitucional, bajoprevenciones de ley, “a dar cumplimiento yrespetar dicha resolución”52. Cabe señalarque el equipo de relacionadores comunita-rios de Arco Oriente pasó a conformar el“ n u e vo” equipo de re l a c i o n a d o res deBurlington.

A mediados del año 2001, FIPSE conoce– n u e vamente- de manera extraoficial laexistencia de un “Plan de RelacionamientoComunitario”, presentado a inicios de esemismo año por Burlington a Petroecuador. Elobjetivo de este Plan es reiniciar las opera-ciones en el bloque 24 y terminar así, con ladeclaratoria unilateral de Burlington sobreun supuesto “periodo de fuerza mayor”, enel que habrían entrado las operaciones des-pués de la resolución del TGC.

Las tareas referidas en este Plan de “sociali-zación” de los supuestos beneficios que traeconsigo el ingreso de la petrolera para lascomunidades indígenas, y que desde enton-ces vienen llevando a cabo relacionadoresc o m u n itarios y “social i z a d o res” deBurlington en centros del Transkutukú yentre algunos técnicos y dirigentes de laFIPSE, desconoce abiertamente la disposi-ción del TGC, al promover acercamientos sinla autorización expresa de la Asamblea de laFederación.

En respuesta a las estrategias disuasivas ydivisionistas de Burlington, los dirigentes deFIPSE, de la Federación Interprovincial deCentros Shuar del Ecuador (FICSH) y de laFe d e ración In t e r p rovincial de laNacionalidad Achuar del Ecuador (FINAE)deciden repotenciar las actividades delComité Interfederacional de Defensa delTerritorio de los pueblos Shuar y Achuar.Cabe re s a ltar que el Comit éInterfederacional es una instancia de coordi-nación política de las federaciones shuar yachuar para la defensa de sus derechos fun-damentales, que no tiene reconocimientojurídico y que no está para reemplazar lasacciones de sus miembros, sino que a tra-vés del respaldo político de las asambleas delos pueblos shuar- achuar y sus organizacio-nes representativas, busca resolver proble-mas que afectan y sobrepasan el ámbito decada una de las federaciones, como en elcaso de los megaproyectos petroleros.53

En esta dirección, FIPSE, FICSH y FINAE,con el patrocinio legal del CDES, presentanen julio del 2001 ante un juez de la ciudadde Quito, una acción constitucional de habe -as data, para conocer de manera oficial ei n t e g ral el re ferido documento deBurlington, en el que se hace referencia alpueblo shuar y achuar del Transkutukú, ejer-ciendo así su derecho constitucional deconocer toda información o documentaciónque se refiera o pueda afectar las condicio-nes de vida de su pueblo. En el mes deagosto la información requerida es entrega-da por parte de Petroecuador, constatándo-se la violación de la empresa petrolera alrecurso constitucional de amparo.

En Macas y en centros shuar delTranskutukú (Iñiayua, Kusutka y San Juan)Bu r lington y sus re l a c i o n a d o res buscancooptar a dirigentes de la Federación, paradebilitar la unidad de la dirigencia de laFIPSE y de las autoridades comunitarias delpueblo shuar en su conjunto. Como conse-

prohíbe a la recurrida (la operadora del bloque 24)promover acercamientos o reuniones con la inten-ción de dialogar con cualquier individuo, Centro oAsociación perteneciente a la FIPSE, sin que tengadebida y legítima autorización de la Asamblea de laFederación a través de su directiva”. (Cf: CDES,Tarimiat: firmes en nuestro territorio, CDES-CONAIE, Quito, 2002)

52 Cf. Notificación del Juez de lo Civil de Macas a lacompañía Burlington Resources Ltd. Macas, 14 denoviembre del 2000.

53 Criterios clarificados en la Reunión de Evaluacióndel Comité Interfederacional, Puyo, 27 y 28 dejunio del 2002.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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cuencia de estas acciones de “acercamien-to”, se produjo la destitución del entoncesvicepresidente de la Federación, PatricioS a n d o, resolución tomada en Asambleaextraordinaria de FIPSE llevada a cabo en elmes de julio del 2001. La resolución de estaAsamblea extraordinaria se tomó como unamedida para precautelar los derechos fun-damentales del pueblo shuar reconocidospor el mismo Estado en el recurso deamparo.54

En septiembre del 2001, tal como ocurriódos años atrás para la entrada de Arco alTranskutukú, re l a c i o n a d o res comunit a r i o sde Burlington (ex equipo de Arco Oriente)en compañía del gobernador de la provinciade Pastaza, de miembros del grupo Arutam95 (militares shuar ex combatientes delCenepa) y dirigentes de AIEPRA (la organi-zación de indígenas evangélicos de Pastaza),sin consentimiento previo irrumpen en lacomunidad de Copataza, centro de laAsociación del mismo nombre y filial deFINAE. Con el ofrecimiento de regalos y vue-los pretenden la autorización de la comuni-dad para las operaciones de la empresa enel territorio achuar afectado por el bloque24, encontrándose con el decido rechazo dela comunidad a sus ofrecimientos y el res-paldo incondicional a la posición de la FINAEde no permitir sus operaciones en el territo-rio del pueblo achuar.55

Frente a la reiterada negativa de FIPSE yFINAE para autorizar los trabajos petrolerosen sus territorios, los relacionadores comu-nitarios de Burlington focalizan su esfuerzoen cooptar a dirigentes de la FICSH y suscomunidades afectadas por el bloque 24, enla zona del Transkutukú. Como resultado, ainicios del mes de octubre 2001, cartas diri-gidas a Burlington firmadas por el vicepresi-dente y vocales de la FICSH, en las que sesolicitan bienes y dinero a nombre de laFederación, provocaron el paulatino deterio-

ro de la unidad de la dirigencia y el puebloshuar de la FICSH. Aunque el consejo degobierno y el presidente de la FederaciónShuar alegaron ante las bases su total des-conocimiento y rechazo de estas acciones dedivisión, la discordia y la suspicacia fueintroducida por acción de la petrolera, en unmedio en el que culturalmente acciones deeste tipo pueden conducir fácilmente a con-trarréplicas violentas.56

Una de las primeras reuniones del ComitéIn t e r fe d e racional Shuar-Achuar –en estanueva fase de trabajo- se llevó a cabo a ini-cios del mes de octubre en Chiarentsa, cen-tro shuar filial de FICSH en el Transkutukú,cuyas bases y dirigentes fueron disuadidospor los relacionadores de la empresa para“beneficiarse” de las operaciones petroleras.En esta reunión participaron las bases de laFICSH en Chiarentsa y los dirigentes de laso t ras dos fe d e raciones miembros delComité, alcanzándose el compromiso de quela comunidad suspenda sus diálogos ynegociaciones con la empresa.

El ambiente de gran tensión previo y duran-te el evento, impidió que el presidente de laFICSH participe de la reunión. Una semanadespués del encuentro en Chiarentsa, el pre-sidente de la FIPSE, Luis Chamico es brutal-mente golpeado en la ciudad de Puyo (capi-tal de la provincia de Pastaza), después dehaber recibido en los días anteriores unaserie de amenazas, a propósito de los acon-tecimientos desarrollados en el encuentrodel Comité Interfederacional.

Con estos antecedentes, el 20 de octubre sereúne nuevamente el Comit éInterfederacional en Macas, para discutir lasituación y apoyar incondicionalmente alpresidente de FIPSE. En esta reunión, a laque no asisten dirigentes de FICSH, peroque cuenta con el respaldo de la presidenciade la Confe d e ración de Nacionali d a d e sIndígenas de la Amazonía Ecuatoriana(CONFENIAE), se resuelve la autoconvoca-

54 Comunicación personal del ex Diputado Amazónico,Rodrigo Wampankit (+), julio 2001.

55 Testimonios recogidos en el centro achuar deCopataza, octubre 2001.

56 Al final del periodo del Consejo directivo estasacciones provocaron una crisis de legitimidad delos dirigentes FICSH

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

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toria de los pueblos shuar y achuar a la“Convención de los Pueblos Indígenas delT r a n s k u t u k ú” en el centro achuar dePumpuentsa, a la cual son invitadas lasorganizaciones de apoyo, entre otros CDES.

El 23 de octubre viaja a Sucúa un equipotécnico del CDES para realizar un tallersobre derechos humanos y actividad petro-lera, convocado por la FICSH, en el centroshuar de Shinkiatam, en el Transkutukú. Enla coyuntura, este evento resultaba ser cru-cial para definir la posición de la Federaciónshuar frente al tema petrolero, siendo asíuna oportunidad para que se ventilen lasdiferencias al interior de la FICSH y se con-solide el Comité Interfederacional, transpa-rentándose además las posiciones de lasfederaciones.

Las resoluciones que tomó el pueblo shuardel Transkutukú en Shinkiatam fueron lassiguientes: ratificar el no a la presencia deBurlington; destituir a los dirigentes vendi-dos a la empresa; expulsar a los socios de laFICSH que trabajan para la compañía, y pro-poner a la convención de Pumpuentsa, unpronunciamiento en contra de la novenaronda de licitación petrolera, especialmenteen contra a la ampliación de la fronterapetrolera en la región amazónica ecuatoria-na, RAE.

La tarde del 25 de octubre, el presidente dela FICSH ingresó desde Macas aPumpuentsa, para la Convención de los pue-blos shuar y achuar del Transkutukú, dandoun paso importantísimo en la consolidacióndel Comité Interfederacional y la unidad delos pueblos shuar y achuar. Esa mismanoche, la Organización de Pueblos Indígenasde Pastaza (OPIP) compartía con la opiniónpublica y las organizaciones sociales, suoposición a la convocatoria anunciada por elgobierno, según la cual el 66% de la super-ficie de la provincia de Pastaza sería afecta-da por 9 de los 11 bloques petroleros pro-puestos a li c itación en la Amazo n í acentro-sur.57

Las resoluciones de Pumpuentsa, recogen laposición del no a la Burlington y al bloque24, no a la próxima ronda de licitación petro-lera (9ª ronda), así como un pedido de soli-daridad internacional y nacional para respal-dar esta posición58. El CDES y la FundaciónPachamama, por su respaldo al Comité sonvistos como aliados clave de las tres federa-ciones indígenas representativas de los pue-blos indígenas shuar y achuar. Ante este for-talecimiento de la unidad de las tres federa-ciones, circuló otra carta abierta suscrita porel presidente de Arutam, Martín Chamico ygente shuar vinculada a la petrolera, asícomo por ASODIRA y AIEPRA, en la cualacusan de terrorismo a los acontecimientosde Chiarentsa y Pumpuentsa, inculpandopor estos hechos a la FIPSE y FINAE, con elsupuesto financiamiento de CDES yPachamama, mostrando la falacia del argu-mento de la empresa.

Después de la Convención de Pumpuentsa,se incrementa la campaña de desligitmaciónde los dirigentes de las federaciones y lap resencia de los re l a c i o n a d o res de laBu r lington en los centros shuar delTranskutukú comienza a deteriorar la pazsocial al interior del pueblo shuar. Con estosantecedentes, el año 2002 inicia con unaAsamblea de FIPSE en la cual el ex presi-dente, Luis Chamico es cuestionado porasuntos vinculados a la presencia de “socia-lizadores” en los centros del Transkutukú yfinalmente es destituido de su cargo. La pre-sidencia se encarga a un ex técnico legal deFIPSE, el compañero Joaquin Najandey y enla vicepresidencia continua el prof. FranciscoSando.

57 Cf. Comunicado del Presidente de la OPIP, Sr. Tito

Merino, “Al grupo de Organizaciones eInstituciones preocupados por la Novena Ronda”,Quito, 25 de octubre del 2001.

58 Ver. Declaraciones y resoluciones de la PrimeraConvención de las Nacionalidades Shuar y Achuardel Transkutukú por la Defensa del Territorio,Pumpuentsa, 28 de octubre del 2001. Firman lospresidente de la Asamblea, FIPSE, FICSH, FINAE,CONFENIAE, el Alcalde de Taisha y testigos dehonor.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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Frente a tanto atropello y violación por partede Burlington de la resolución del TribunalConstitucional, a partir de febrero los esfuer-zos del Comité Interfederacional desembo-can en un proceso político muy interesantede justiciabilidad de los derechos. Las tresfederaciones, FIPSE, FICSH y FINAE, con elpatrocinio legal del CDES, el 11 de abril del2002 presentaron ante la Fiscalía de la ciu-dad de Macas un juicio penal por Desacatodel Recurso Constitucional de Amparo,en contra de la compañía Bu r li n g t o nResources Ltd.

La acción legal de las tres federaciones indí-genas estuvo respaldada por una marcha demás de 500 personas de los pueblos shuary achuar, quienes recorrieron la ciudad deMacas, y en la que expresaron su respaldoal proceso, diputados amazónicos, los diri-gentes del Comité Interfederacional shuar-achuar, el presidente de la CONFENIAE y elAlcalde del Municipio del cantón Taisha,donde Burlington pretende hacer su base deoperaciones. El gobernador de la provinciade Morona Santiago así como otras autori-dades locales, seccionales y gremiales sec o m p ro m e t i e ron públicamente ante losm a n ifestantes a apoyar esta acción endefensa de los derechos fundamentales delos pueblos indígenas y de la región en suconjunto, contra los atropellos de Burlingtony de los socializadores a su servicio.

El contraataque no se hizo espera r.Burlington emprendió una campaña de des-prestigio en contra del presidente de laFIPSE, haciendo circular entre las basesdocumentos falsos, que supuestamenteprueban una negociación con ellos,59 valién-dose de un ex paralegal shuar del equipotécnico de FIPSE, José Esach. A más deconstituirse este pronunciamiento público enuna prueba flagrante del desacato al recur-

so de amparo, demuestra la estra t e g i ae m p resarial tendiente a deslegitimar laautoridad y re p resentatividad de lasFederaciones ante el pueblo shuar y achuardel Transkutukú, incurriendo en una acción amás de ilegal e ilegítima, antidemocrática.

Estas y otras “iniciativas” diseñadas por losrelacionadores comunitarios de Burlington -Carlos Villarreal, Herb Vickers y otros- estánconcebidas para incrementar la disputa y elconflicto al interior de los shuar. Tal como hasucedido en otros bloques, ante la oposiciónde las organizaciones representativas, conbase territorial y mandato político de suspueblos, la petrolera se ha empeñado enconstituir interlocutores locales favorables alproyecto extractivista, que carecen de legiti-midad, tierras y representatividad, pero quea cambio de su “apertura”, cuentan con losrecursos que la empresa destina a tareas de“socialización de la actividad petrolera”, gas-tos que no en pocas ocasiones son asumidospor el mismo Estado, según se defina en elcontrato que se haya firmado con la empre-sa.

Los recursos que Burlington “ha gastado” enactividades de Relaciones Comunitarias en elperiodo 1998-2001 alcanzan la elevada can-tidad de US$ 940.000 (novecientos cuarentamil dólares), tal como consta en la informa-ción que el Ministro de Energía y Minas pusoa disposición de FIPSE y CDES, por pedidodel Comité Interfederacional Shuar-Achuar.Estos gastos preocupan al gobierno, ya quesegún lo establece la Dire cción deHidrocarburos en una comunicación dirigidaa Burlington, “...sumados a lo presupuesta-do para el año 2002, sobrepasa el millón dedólares, monto que supera ampliamente loofertado en el Plan Exploratorio Mínimo paralos cuatro años (US $ 650.000)...”60

El día martes 07 de mayo del 2002, en dili-gencias judiciales del juicio penal por desa-

59 En el reportaje “La petrolera rechaza la demandade desacato” del 13 de abril del 2002 del diario ElComercio de Quito, se recoge la opinión deBurlington, según la cual se asegura haber entre-gado “a nombre de la FIPSE” la suma de 12.000dólares, “ para financiar un proceso de socializaciónde la actividad petrolera”, el 6 de febrero del 2002.

60 Cf: Oficio No. 0095-DNH-EE 02 0171, del 10 deenero del 2002, remitido por el Director Nacionalde Hidrocarburos, Ing. Juan Carlos Bermeo, alGerente de Desarrollo de Negocios de Burlington,señor Herb Vickers.

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cato contra Burlington, dirigentes de FIPSE,entre los que se encontraban el Sr. JoaquinN a j a n d e y, presidente, el Sr. Ro d r i g oWampamkit, parlamentario amazónico y elSr. Samuel Wampamkit, dirigente de territo-rios de la FIPSE, ingresan a centros delTranskutukú acompañados de la Fiscal deMacas y un abogado de CDES. En el últimovuelo por las comunidades volviendo deMamayak a Makuma, la avioneta 06 deAeroregional se accidenta, provocando lamuerte de todos sus ocupantes, los tres diri-gentes de FIPSE y el capitán Hernán Rosero,el piloto de la nave siniestrada.

A partir de este trágico accidente, las posi-ciones se polarizan aún más, y los dirigentesde las Federaciones, FIPSE, FICSH y FINAE,con el respaldo al más alto nivel de laCONAIE y del Vice-Presidente del CongresoNacional, en rueda de prensa en la Sala dePrensa del Congreso (26-06-02), denuncianlas acciones violentas que a nombre de laempresa, sus socializadores llevan a cabopara amedrentar a los dirigentes y generarconfusión en las comunidades.

“El papel nefasto de estos grupos para-militares ha generado un terror irrepara -ble en la sociedad civil Shuar y Achuar,amenazando al Consejo de Gobierno dela FIPSE con destruir la Sede de nuestraorganización con bombas, armas defuego, a más de aducir el recibir entre -namiento especial y financiamiento paradar cumplimiento a los intereses de laempresa en contra del pueblo, los diri -gentes y las instituciones shuar y achuar.Demandamos la investigación de partede las autoridades respectivas de estosactos violentos y pedimos el estableci -miento de las sanciones correspondien -tes.” 61

Ante esta escalada violenta del conflicto, last res fe d e raciones re p re s e n t a t i vas de lospueblos shuar y achuar del Transkutukú,deciden a mediados del mes de julio, inter-

poner comunicaciones ante las autoridadesdel gobierno, del sector indígena, energéticoy otros, para solicitar la salida de Burlingtondel bloque 24 y del país.

Paralelamente, y en concordancia con lasresoluciones de la Asamblea de lasNacionalidades Shuar y Achuar del 28 deoctubre del 2001, las organizaciones inter-nacionales, OX FAM América, Amazo nAlliance y Amazon Watch, dirigen una cartaal Sr. Bo b by S. Shachouls, Gerente deBurlington Resources en Houston, EstadosUnidos, en la que expresan su preocupaciónpor la grave situación provocada por su filialen el bloque 24 en la Amazonía ecuatoriana,y le conminan a respetar la decisión delTribunal Constitucional a pro p ó s ito delrecurso de amparo a favor de FIPSE y losd e rechos de los pueblos indígenas quegarantiza su resolución.

Novena Ronda:defensa de derechos de lospueblos indígenas frente alos intereses extractivistas.

El 22 de octubre, ante el anuncio del gobier-no de que en enero del 2002 convocaría a lapróxima ronda de licitación petrolera (ex10ª, hoy 9ª Ronda), se realiza en las ofici-nas de CDES en Quito la Primera ReuniónInformativa sobre la Novena Ronda.62 A estareunión asisten los máximos representantesdel Comité Interfederacional, CONFENIAE yde la Confe d e ración de Nacionali d a d e sIndígenas del Ecuador (CONAIE), así comode otras organizaciones representativas delos pueblos shiwiar, waorani y kichwa, laiglesia, municipios y ONGs, que se suman ala preocupación de los pueblos shuar yachuar frente al anuncio de la expansión de11 bloques para la actividad petrolera enáreas no intervenidas de la RAE y 2 en elgolfo de Guayaquil. (ver Mapa 2, NovenaRonda, propuesta oct.2001)

61 Boletín de prensa de FIPSE-FICSH-FINAE. Quito, 25de junio del 2002.

62 Cf: Memoria del 1º Encuentro Informativo sobre 9ªRonda, CDES, oct. 2001

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En esta 1ª Reunión sobre la 9ª Ronda, el Sr.Leonidas Shakay, alcalde de Taisha (princi-pal poblado afectado por el bloque 24), da aconocer una carta en la cual el grupoArutam Amazónico 95 denuncia un supues-to ataque terrorista por parte del ComitéIn t e r fe d e racional a la comunidad deChiarentsa y alerta sobre la campaña ded e s i n formación y desprestigio queBurlington, a través de socializadores shuarviene llevando a cabo en las comunidadesdel Transkutukú en contra de los dirigentesy centros de las tres federaciones, así comode los organismos de apoyo técnico, entreotros Oxfam América, CDES, Pachamama,SNV y CARE.63

En enero del 2002 se conoce de un progra-ma redefinido para la convocatoria a la 9ªRonda, según el cual se procura intensificarla explotación de campos marginales ypozos con reservas probadas y en explota-ción (de propiedad del Estado), incluyendoademás la licitación de 4 bloques en lasAmazonía centro sur: 32, 33, 35 y 22. (verMapa 2, Novena Ronda, Propuesta oct. 01).

63 Cf: Carta del 11 de octubre del 2001, dirigida alPresidente de la República del Ecuador, firmadaentre otros por Martín Chamik, Presidente deArutam, Carlos Mashu, Presidente de Padres deFamilia, Manuel Maiche, socio de la FIPSE, etc...

Mapa 2 NOVENA RONDA DE LICITACIÓN PETROLERAPropuesta de octubre del 2001

Fuente: www.Petroecuador.com.ec

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

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Esta nueva propuesta se definió en términosde una nueva “estrategia periférica”, segúnla cual se pretende consolidar la ampliaciónde la frontera petrolera en áreas ya interve-nidas, que cuentan con infraestructura vial yfacilidades petroleras, siguiendo una lógicade micro-regiones o corredores petroleros,tanto en el Alto Napo como en Pastaza.64

Vista la redefinición desde otro ángulo, noes coincidencial el hecho de que los cuatrobloques de esta propuesta afecten única-mente áreas ya intervenidas o territorios delas recientemente constituidas organizacio-nes de los pueblos shiwiar y zápara (ONSHI-PAE y ONZAE, respectivamente), dejando delado “estratégicamente” a las grandes fede-

64 Según la propuesta se procura aprovechar lainfraestructura de transporte de crudos pesados enel Alto Napo, a través del oleoducto del bloque 10(Villano-Triunfo Nuevo-Baeza), construido por ArcoOriente. Para el caso de los bloques de Pastaza,

fronterizos con Perú, se piensa en una eventualtransportación por el Oleoducto Norperuano, des-pués de que con el Convenio de Paz del 98, se haimplementado una política de apertura y coopera-ción fronteriza.

Mapa 3NOVENA RONDA DE LICITACIÓN PETROLERAPropuesta de marzo del 2002

Fuente: www.Petroecuador.com.ec

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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raciones shuar y achuar, con experiencia ymovilización social probadas.

Precisamente, en el X Parlamento de losPueblos Indígenas de la CONFENIAE realiza-do en Unión Base entre fines de febrero einicios de marzo, re p resentantes de laGerencia de Protección Ambiental (GPA) dePetroecuador comunican que oficialmente laestatal petrolera plantea una redefinición dela 9ª Ronda Petrolera, según la cual en laAmazonía se convocarían a licitación única-mente 400.000 hectáreas en dos bloquespetroleros en el Alto Napo: 20 y 29 (verMapa 3, Novena Ronda, marzo del 2002).

Dos criterios básicos sustentan la posiciónde GPA-Petroecuador: primero, atender a lafuerte oposición social que encuentra laampliación de las actividades petroleras enáreas no intervenidas del centro-sur de laRAE, y segundo, concesionar bloques petro-leros en áreas ambientalmente intervenidas,como el Alto Napo, con infraestructura bási-ca y además con reservas probadas decrudo, como es el caso de los camposPungarayacu 1 y 2 en los alrededores deTena.65

A mediados de abril, en una nota de prensase recoge la exposición que funcionarios dePe t roecuador re a li z a ron ante el Comit éEspecial de Licitaciones (CEL), para licitarúnicamente seis bloques en la 9ª Ronda,dos de ellos en la Amazonía: 20 y 29 (ElUniverso, 17-05-02). A inicios de julio seconfirma por parte del ex Presidente dePetroecuador, Rodolfo Barniol, que la licita-ción de estos bloques se realizará entre eltercer y cuarto trimestre del 2002, con unainversión estimada de 262 millones de dóla-res y contratación según el esquema de par-ticipación. (El Comercio, 03-07-2002)

Aunque no se conoce aún pronunciamientooficial alguno sobre la aprobación del CEL a

la propuesta de Petroecuador, éste aparentaser el programa definitivo para la 9ª Rondade Licitación Petrolera, y según el cual elEstado tendría una participación en la pro-ducción -establecida por ley- del 12,5 %,reproduciendo, entonces, el negocio ruinosoque actualmente le deja al país más costosambientales y sociales, que beneficios eco-nómicos66. Los contratos firmados con laempresa argentina CGC en el bloque 23 ocon Burlington para el bloque 24, así comola operación de otros bloques, muestran queel Estado no puede siquiera cobrar losimpuestos a la renta y al valor agregado alas empresas, y menos aún tener una parti-cipación beneficiosa, según el actual mode-lo de contratación petrolera.

La primera reacción de las Federaciones ylos organismos de apoyo ante la redefinicióndel programa de la 9ª Ronda, es que ésta“deberá ser reivindicada como un triunfo delmovimiento indígena, de las organizacionesambientalistas y de derechos humanos, quehan ejercido presión social para evitar laindiscriminada ampliación de la fro n t e rapetrolera a una zona que constituye territo-rio indígena y soporte de una extraordinariabiodiversidad. Sin embargo, [se] hace unllamado para permanecer alerta sobre elefectivo respeto de los derechos de lascomunidades afectadas en los bloques quesí serán licitados”67

El lunes 5 de agosto del 2002 se difunde enuna de las más reconocidas revistas a nivelmundial del sector petrolero, la explicacióndel actual Presidente Ejecutivo dePe t roecuador - Gustavo Gutierre z- a lareducción de los 13 bloques originales a úni -camente 6 en la Novena Ronda:

65 Presentación del Ant. Juan Carlos Franco de laGPA-Petroecuador, sobre Políticas Petroleras en la XAsamblea Ordinaria de la CONFENIAE, Unión Base,marzo 02 del 2002.

66 Cf: “Asuntos petroleros”, de Rodrigo Cabezas N.,Opinión A5. El Comercio, edición dominical 21 /07/2001.

67 Boletín de prensa CDES. Quito, 17 de abril del2002

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

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“No queremos que nuestras relacionescon las organizaciones ambientales y losgrupos indígenas se deteriore. Existe ungran acuerdo de oposición al desarrollode tantos bloques, por lo que no seincluyen más en la novena ronda, lamisma que estamos planificando realizaren Octubre.”68

Reclamo FIPSE ante la OITy Reglamento de Consultay Participación:

El 10 de abril del 2002 FIPSE conoce la reso-lución a su reclamo presentado ante laO rganización Internacional del Tra b a j o(OIT), por el incumplimiento del gobiernode turno y de las empresas Arco yBurlington, del Convenio 169 de la OITsobre Pueblos Indígenas y Tribales. La reco-mendación central de la OIT al Estado ecua-toriano hace hincapié en que las disposicio-nes sobre consulta y participación conteni-das en el Convenio 169, deben ser respeta-das y cumplidas por parte del Estado ecua-toriano y la operadora del bloque 24.69

Precisamente, las recomendaciones de laOIT fueron conocidas luego de que en elCongreso Nacional, indígenas, diputados,organizaciones no gubernamentales y dederechos humanos, se reunieron el 3 deabril y formularon un pedido público paraque el gobierno nacional suspenda la elabo-ración del Reglamento de consulta a lascomunidades sobre proyectos hidrocarburí-feros redactado por la empresa norteameri-cana Price Waterhouse Coopers, a pedido

del Ministerio de Energía y Minas, con finan-ciamiento del Banco Mundial (180.000 $US),puesto que en su elaboración no se ha pro-piciado la participación directa, democráticay transparente de los pueblos indígenas y lasociedad civil, quienes serían potencialmen-te afectados por más actividades petrolerasen la RAE. Este punto trataremos en parti-cular más adelante.

Recordemos que las resoluciones y reco-mendaciones de la OIT de abril del 2002, serefieren al reclamo presentado por FIPSE enel año 2000, según el cual el gobierno ecua-toriano y la operadora del bloque 24 (en sumomento, Arco y Burlington) no han cum-plido los procedimientos mínimos de consul-ta previa informada para iniciar sus opera-ciones. Cabe precisar que el Convenio 169,es un instrumento jurídico internacional par-ticular para pueblos indígenas, que al habersido ratificado por el Ecuador el 15 de mayode 1998 y al haber entrado en vigencia unaño después (15 –05- 1999), constituye leypara las partes interesadas en las operacio-nes extra c t i vas en territorios indígenas,como es el caso.

El reclamo al gobierno ecuatoriano hechopor la FIPSE fue presentado ante la OIT conel auspicio de la Central Ecuatoriana deOrganizaciones Libres Sindicales (CEOLS) yel acompañamiento del CDES, en virtud delartículo 24 de la Constitución de la OIT. Elantecedente general de la Resolución delOIT es el Recurso de Amparo que el TribunalConstitucional ratificó a favor de FIPSE ena b r il del 2000. Como sostiene Pa t r i c i oPazmiño, abogado Coordinador del CDES:

“Este es un logro internacional trascendentalpara la consolidación de los mecanismos dedefensa y protección de los derechos econó -micos, sociales, colectivos y culturales. Con elpronunciamiento de la OIT se fortalece elderecho que tienen los pueblos indígenas aser consultados y a participar, de maneraclara, oportuna y efectiva, en todas aquellasdecisiones que podrían afectar su organiza -ción social, cultural, a sus espacios de vida yal entorno ambiental. Por otro lado se preci -san con toda claridad las obligaciones delEstado y de los actores particulares, tanto

68 Cf: “Petroleum Intelligence Weekly. SupplementInterview: Petroecuador’s President Looks On theBright Side”. Energy Intelligence Group, Inc.,Monday, August 5, 2002.

69 Cf. “Reclamación en la que se alega el incumpli-miento por Ecuador del Convenio sobre pueblosindígenas y tribales, 1989 (num. 169), presentadoen virtud del articulo 24 de la Constitución de laOIT por la Confederación Ecuatoriana deOrganizaciones Sindicales Libres (CEOSL).08/04/02”.

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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locales como transnacionales, de cumplir lanormativa nacional e internacional que prote -ge los derechos de las personas y colectivi -dades.” 70

Resalta en la recomendación que hace laOIT al gobierno ecuatoriano, el hecho deque en el futuro los gobiernos se van a sen-tir obligados de respetar el derecho a la con-sulta previa informada y a la participación,que defiende precisamente el Convenio 169de la OIT y que adicionalmente esta plena-mente protegido en la Constitución Políticade la República del Ecuador.

Por otra parte, meses atrás, al conocer queen la elaboración del mencionado proyectode Reglamento de Consulta y Participación,encargada a Price Waterhouse, se encontra-rían participando ex funcionarios de ArcoOriente Inc. y de Burlington, FIPSE conrepresentación legal de CDES solicitó lainformación base de este proyecto a laSubsecretaría de Protección Ambiental delMEM. La información solicitada fue entrega-da en octubre del 2001, confirmándose laparticipación en el “Comité Político delProyecto”, de Herb Vickers, ex presidente ygerente residente de Arco Oriente Inc. (blo-ques 10 y 24) y actual Gerente de Negociosde Burlington (bloque 24). Informado elComité Interfederacional Shuar-Achuar deesta particularidad, se reafirma en su oposi-ción a una actividad claramente atentatoriaa los derechos y legítimos intereses de lospueblos indígenas amazónicos del Ecuador.

En cuanto al proceso de consulta y partici-pación, recordemos, que cualquier actividadpetrolera que el gobierno y las empresaspretendan realizar en territorios indígenasde la Amazonía, por mandato de laConstitución y de Convenios internacionalescomo el 169 de la OIT, debe contar con suconsentimiento previo informado, lo que nose ha cumplido en relación al bloque 24, nia la Novena Ronda.

La consultoría de Price Waterhouse, fue con-tratada apenas en septiembre del 2001,teniendo ocho meses para presentar uninforme borrador y hasta un año para entre-gar el documento final. Así, el anuncio querealiza el gobierno a inicios de este año parac o nvocar a la 9ª Ronda de Lici t a c i ó nPetrolera a fines del 2002, por carecer de unreglamento de consulta y participación, asícomo por no haber propiciado un proceso deinformación entre las poblaciones locales desus planes de licitación, anticipa un viciode inconstitucionalidad, de llevarse a lapráctica.

Conclusiones

El proceso reseñado de confl i c t i v i d a dsocioambiental en la Amazonía centro-sur,así como las políticas del sector petroleroaplicadas en el actual gobierno, planteanuna serie de riesgos y desafíos que deman-dan la identificación de propuestas para laacción. A manera de conclusión, presenta-mos algunos elementos a tener en cuenta:

1.- Llevar a cabo el Programa de AjusteEstructural acordado entre el gobierno yel FMI constituye desde sus inicios unaclara demostración de la falta de cumpli-miento a los acuerdos internacionales enD e rechos Humanos y a la mismaConstitución Política de la República delEcuador.71 El incumplimiento de las res-ponsabilidades del Estado, en materia deDerechos en la Amazonía, se da a travésde una política de gobierno que privilegiala inversión de capitales internacionalespara la ampliación de la explotaciónpetrolera en el centro sur de la RAE, porsobre la realización de programas socia-

70 Boletín de prensa del CDES. Quito, 10 de abril del2002

71 Entre los más relevantes convenios y declaracionesse encuentran la Declaración Universal de losDD.HH, el Convenio 169 de la OIT, el PactoInternacional de Derechos Económicos, Sociales yCulturales, la Declaración Americana de losDerechos y Deberes, y el Protocolo de SanSalvador sobre DESC. (ver: CDES, La importancia yutilización de los derechos económicos, sociales yculturales, Quito, 1998)

Amazonía centro-sur: Pueblos indígenas, Estado y petróleo en el Ecuador

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les que garanticen el derecho a una vidadigna para los sectores más vulnerablesde la población ecuatoriana, entre otroslos pueblos shuar y achuar delTranskutukú.

2.- El modelo económico extractivista -quecaracteriza a la economía nacional- estáconociendo sus límites, en tanto vulneralos derechos ambientales, económicos,sociales, culturales, colectivos y de lospueblos indígenas. El pago de deudaexterna con recurso energético (crudospesados), es una imposición del FMI queagudizará la dependencia económica delpaís, a la vez que reproduce políticasneo-coloniales de explotación del espacioamazónico por el Estado-nación. Po rtanto, se hace necesaria la definiciónconcertada de un modelo integral y sos-tenible de desarrollo, con la legítima par-ticipación de las poblaciones locales invo-lucradas, reconociendo que son ellas lameta y el objetivo final del crecimientoeconómico y el desarrollo social, paragarantizar así una redistribución equitati-va de sus beneficios y un manejo econó-mico, cultural y ambientalmente adecua-do de los recursos y los espacios de vidaen la RAE.

3.- La acción social con un enfoque de dere-chos define a la participación de los pue-blos como el requisito sine qua non parala defensa de los derechos humanos, yaque ellos están llamados a ser los prota-gonistas directos de las decisiones queafectan su vida y su bienestar. La tareade los organismos de apoyo debe, nosolo respetar este criterio, sino que ha devigilar por su promoción y defensa. ElEstado, las empresas transnacionales ylos organismos internacionales de créditodeben adecuar sus políticas a estas nue-vas realidades, no como un favor queconceden a las poblaciones que afectancon sus actividades, sino como derechosque deben respetar y cumplir estricta-mente. En este sentido, el proceso deincidencia política para la defensa de losderechos de los pueblos shuar y achuardel Transkutukú, demanda la continuidad

de la coordinación estrecha entre actoressociales y políticos, tales como: el ComitéIn t e r fe d e racional, la Comisión deAsuntos Indígenas del Congre s o,CONAIE, CEDENMA, CONFENIAE, ONGs,la Cooperación técnica internacional, laIglesia y otros.

4.- La consulta y participación a los pueblosindígenas y a la sociedad civil en su con-junto, resulta ser uno de los temas cen-trales en este proceso. Después de haberagotado el discurso verde de una “ges-tión petrolera moderna, ambientalmenteamigable”, las estrategias de las petrole-ras del centro sur de la RAE buscan jus-tificar sus acciones de “socialización”,cooptación y amedrentamiento, con lamera retórica del “derecho a la informa-ción”. Debemos estar claros en que elcumplimiento del derecho a la consultaprevia informada y la participación, esuna responsabilidad que compete exclu-sivamente a la autoridad respectiva delEstado, y no a sus contratistas, en estecaso para la explotación petrolera. De ahíque la OIT recomienda al Estado ecuato-riano, por medio de su gobierno, darcumplimiento y hacer cumplir los manda-tos del Convenio 169, en el conflictoentre Burlington y los shuar-achuar delTranskutukú. Hay que impedir que elnefasto antecedente en la construccióndel OCP, se repita, procurándonos la ela-boración transparente de una normativi-dad legal re ferida a la “Consulta yParticipación en las actividades extracti-vas”. El proyecto de Reglamento deConsulta a cargo de Price WaterHouseCoopers, representa un discutido avanceen términos administrativos, dejando delado la fuerza reguladora de la ley.

5.- El modelo clientelar y asistencialista derelacionamiento comunitario de lasempresas petroleras en general, se apro-vecha de las necesidades básicas de lascomunidades locales para, a cambio deo frecimientos de “solución” (los quegeneralmente se incumplen), se “autori-ce” su ingreso a los territorios indígenas.En este sentido, Burlington o CGC o

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AGIP-Eni, se arrogan responsabilidadesestatales (con el beneplácito del MEM yo t ras autoridades), cooptándo en loshechos a una población que demandaatención en muchos sentidos, y lo que esaún peor, fortaleciendo a las “organiza-ciones paralelas”, en algunos casos crea-das ad hoc, para socializar interesesextractivos en las bases. Por ello es pre-ciso detener este proceso que deforma laimagen que las organizaciones represen-tativas han forjado en décadas de traba-jo y reivindicaciones por la vida, el terri-torio y el desarrollo con identidad de suspueblos.

6.- Las estrategias de re l a c i o n a m i e n t ocomunitario de Burlington, de la maneramás irresponsable buscan incrementar laconflictividad al interior del pueblo shuar,tanto por valerse de “socializadores”shuar, cuanto por propiciar una política yacciones de descrédito y amenazas a lasorganizaciones representativas y dirigen-tes de FIPSE, FICSH y FINAE, entre lasbases de Pastaza y Morona. Esto, lejosde desmovilizar la atención sobre el deli-to de desacato a las decisiones judiciales,ha despertado una ola de indignación encontra del comportamiento oportunista,indigno e intimidatorio de los socializado-res indígenas al servicio de la empresa.F á c ilmente se puede vislumbrar unaescalada del conflicto entre los shuar y

achuar, el desarrollo de disputas perso-nales, intracomunitarias e inclusive inter-familiares, provocadas por las estrategiasde los relacionadores de Burlington,quienes se preocupan más de instrumen-talizar las dinámicas culturales del con-flicto propias de los shuar. Así, Burlingtonbusca aprovecharse de un no consentidodebilitamiento de FIPSE, FINAE y FICSH,por acción de los grupos de interesadosen el ingreso de la petro l e ra alTranskutukú, para establecer –según suesquema- negociaciones lo más asimétri-cas posibles, evidentemente a favor de laempresa y en contra de los grupos comu-nitarios, familias e individuos que cedana la presión e intereses extractivistas.

7.- Un gran reto para la defensa del derechoal desarrollo de los pueblos indígenas delcentro sur de la RAE, frente a la preten-dida ampliación de la actividad petroleraen sus territorios (9ª Ronda), consiste enmostrar alternativas económicas adecua-das a las particularidades ambientales ysocioculturales de la Amazonía, procu-rándose la voluntad política de los deci-sores a nivel regional, nacional y global.Servicios ambientales, mecanismos dedesarrollo limpio o ecoturismo comunita-rio son opciones que las Federaciones,sin demagogia, plantean a sus pueblos,como oportunidades a la vista, algunasde las cuales están ya en marcha.

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Información de Contexto

A partir de los inicios de la década de los 70del siglo XX, Ecuador deja de ser un país deeconomía predominantemente agraria paraconvertirse en país petrolero, dependientede las exportaciones de hidrocarburos parael financiamiento de alrededor del 50% del

Presupuesto General del Estado. En eselapso, de algo más de treinta años al que sesuele llamar “boom petrolero”, las condicio-nes de vida de la población ecuatoriana caendramáticamente. Al empezar la era petrole-ra el Ecuador era un país con casi un 50%de su población bajo la línea de pobreza,una taza de desempleo y subempleo del15% y una deuda pública de 0.24 billonesde dólares. Treinta años después, la pobre-za llega a un 70%, el desempleo mássubempleo al 71 % y la deuda pública a 16billones de dólares.74

72 Ponencia presentada en el Seminario “LaJusticiabilidad de los DESC”, organizado por CEJIL-Centro de Derechos Humanos Universidad de NotreDame-Centro de Investigaciones Jurídicas de laUNAM, Méjico, julio 27-28 del 2002.

73 Abogado y catedrático de la Universidad AndinaSimón Bolívar de Quito. Coordinador del AreaAmazonía de CDES.

74 Ver: CDES, “Ocho mitos sobre el petróleo”, suple-mento que circuló con el Diario Hoy de Quito, Sep.2000; Jochnick, Chris, “El auge petrolero delEcuador”, mimeo, 2001.

El Caso Bloque 24:Una lucha por la exigibilidad de los derechosindígenas en la selva AmazónicaEcuatoriana72

por Mario Melo Cevallos73

La lucha emprendida por los pueblos indígenas Shuar y Achuar de la selva amazónica ecuatoria -na, por evitar que transnacionales petroleras ingresen a los bosques húmedos tropicales que cons -tituyen su territorio ancestral, es un ejemplo emblemático de que los derechos colectivos de lospueblos indígenas reconocidos en instrumentos internacionales y en la las legislaciones naciona -les, sólo encuentran vigencia real en la medida en haya organización y tejido social para exigirlosen la arena de la incidencia política y la administración de justicia.

La designación de un bloque petrolero dentro de territorio indígena, sin que haya precedido unproceso mínimo de información y consulta a las comunidades afectadas y luego la política de rela -ciones comunitarias desarrollada por la empresa adjudicataria del Bloque, violatoria de los dere -chos básicos a la organización, a la autodeterminación y a la territorialidad de los pueblos Shuary Achuar, son el marco dentro del que se desarrolla el conflicto.

La estrategia fundamental de los pueblos indígenas Shuar y Achuar para que los derechos colec -tivos que la Constitución del Ecuador y los instrumentos internacionales les reconocen, sean efec -tivamente exigibles frente al accionar del Estado y de las transnacionales petroleras que han pre -tendido explotar el Bloque 24, ha sido combinar el fortalecimiento de su capacidad organizativapara presionar por sus intereses frente a los decisores políticos, con las demandas judiciales anteinstancias de justicia nacionales e internacionales que den un respaldo jurídico a la lucha políticapor los derechos.

Acciones de incidencia política y justiciabilidad en el marco de una estrategia de exigibilidad de losderechos indígenas.

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La actividad petrolera en el Ecuador se con-centra en la zona norte de la Amazonia, pro-vincias de Sucumbíos, Orellana y Napo, dedonde el recurso es explotado con el criteriodepredatorio de extraer la mayor cantidadposible, en el menor tiempo y al menorcosto posibles. La riqueza se transfiere delos sitios de producción en la Amazonía a losmercados internacionales en donde el mine-ral se convierte en dinero para ser distribui-do inequitativamente una parte a favor delos intereses petroleros transnacionales quetransfieren los beneficios hacia las metrópo-lis, otra parte a favor del Estado, que enprincipio invirtió las rentas del petróleo en la“modernización” de Quito, Guayaquil y otrasurbes menores, y ahora transfiere dichasrentas a los mercados internacionales decapital, como servicio de la deuda externa.

Para la región de la que se extrae el recur-so, la actividad petrolera deja solamente losimpactos negativos. Por ejemplo, la petrole-ra Texaco operó en el Ecuador entre 1964 y1990, 15 campos petroleros, 22 estacionesde producción y 339 pozos, extrayendo1´434.000.000 barriles de petróleo con cri-terios de mínima inversión y máxima ganan-cia. Algunos de los daños que provocó son:16.8 millones de galones de petróleo rega-dos en ríos y esteros; 20 billones de galonesde agua tóxica derramados en ríos y este-ros; 235.000 millones de pies cúbicos de gasquemados a cielo abierto. A partir de la sali-da de Texaco, la operación petrolera a cargode la empresa estatal ecuatoriana y las con-tratistas transnacionales continúa provocan-do alarmantes impactos contra el ambientey la salud de los habitantes de la región.

Desde el año 2001, el Estado Ecuatoriano seencuentra impulsando la construcción de unnuevo oleoducto para crudos pesados (OCP)con el fin de posibilitar la incorporación de laextensa zona centro-sur de la AmazoniaEcuatoriana a la actividad petrolera. Estemegaproyecto ha recibido intensas críticaspor parte de las comunidades que son afec-tadas a lo largo de la ruta. Correlativamentese observa que el gobierno ha adoptado unaestrategia de represión y criminalización dela protesta y la reinvindicación de derechos

para enfrentar las protestas contra el OCP.Desde insultos públicos por parte del propioPresidente de la República a los grupos eco-logistas y de pobladores locales que se opo-nen a la obra, hasta el encarcelamiento delos afectados y la expropiación de los pre-dios por donde pasa el derechos de vía hansido los mecanismos favoritos del régimen.

Paralelamente, el Ministerio de Energía conel financiamiento del Banco Mundial y a tra-vés de la consult o ra Price Wa t e r h o u s eCoopers han emprendido la elaboración deun Reglamento de Consulta para actividadespetroleras dentro de territorios indígenas yde otras comunidades. Dicho proceso hasido señalado por las organizaciones indíge-nas y ambientalistas como excluyente y noparticipativo. Esperamos la entrega de pro-ductos por parte de la consultora para pro-nunciarnos al respecto.

EL BLOQUE 24:De territorio indígenaa bloque petrolero

Ubicado en la zona conocida comoTranskutukú, centro-sur de la Amazo n í aEcuatoriana, provincias de Pastaza yMorona Santiago, cantón Taisha, el BloquePetrolero 24 comprende una extensión de200.000 has. Corresponde a una zona debosques tropicales amazónicos en muy buenestado de conservación que forman partedel territorio ancestral de los grupos étnicosShuar y Achuar.

El conflicto tiene su origen cuando los inte-reses extractivistas del Estado Ecuatoriano yde las transnacionales petroleras ponen susojos sobre esta porción de selva, lejana a laregión donde hasta ahora se ha concentra-do la actividad hidro c a r b u r í fe ra en elEcuador. El 70% del territorio de la FIPSEpasa a ser designado como “bloque petrole-ro”, sale a licitación (octava ronda petrolera)y es adjudicado a la transnacional ARCO, sinque a los legítimos propietarios ancestralesdel suelo que pretenden ocupar, perforar,manchar y contaminar para extraer el crudo,

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hayan sido siquiera informados, menos con-sultados.

El 27 de abril de 1998 ARCO ORIENTE firmaun contrato de participación con el EstadoEcuatoriano para la exploración y explota-ción de petróleo en el Bloque 24.

Se dice que en la década de los 40, Shellrealizó trabajos de prospección en la zona,habiendo, incluso, abierto de uno a trespozos exploratorios con resultados que noson de dominio público. Quizá ese antece-dente constituye un aliciente extra para quela transnacional Arco haya querido empren-der un proyecto de exploración en esa remo-ta región tan alejada de los yacimientosactualmente identificados y de la infraes-t r u c t u ra de transporte disponible enEcuador.

El ingreso de la compañía ARCO encontró,por su parte, a la población indígena inmer-sa en un proceso organizativo de larga data.

FIPSE, la Fe d e ración Independiente delPueblo Shuar del Ecuador, organización cuyoterritorio es el más afectado por la asigna-ción del Bloque 24, empezó su procesoorganizativo en 1962 cuando formaron laAsociación de Desarro llo de Jíva ros delOriente Ecuatoriano (ADJOE) como unmecanismo para la protección de los territo-rios de las comunidades shuar evangeliza-das por misioneros protestantes, frente a lacolonización masiva.

En 1970 esta organización se transforma enAIPSE, Asociación Independiente del PuebloShuar del Ecuador e impulsa la constituciónde subsedes como organizaciones de base yla delimitación de las tierras con miras a sulegalización. En 1990 se constituye la FIPSEy las subsedes pasan a ser asociaciones,organismos de segundo grado que aglutinana varias comunidades. Los estatutos deFIPSE son aprobados por el Ministerio deBienestar Social, alcanzando el reconoci-miento oficial de su personalidad jurídica, en1996, durante el gobierno de AbdaláBucaram75.

De igual manera, el proceso organizativo deFICSH, Fe d e ración In t e r p rovincial deCentros Shuar, la organización mayoritariadel pueblo Shuar, se origina en la mismaépoca, con la constitución de la Asociaciónde Jíbaros de Sucúa que en 1963 da paso ala poderosa Federación Interprovincial deCentros Shuar-Achuar del Ecuador, FICSHA,a la que se suele señalar como la primeragran federación indígena de la región andi-no amazónica y motor de la constitución,primero de CONFENIAE y luego de CONAIE.Con posterioridad, el pueblo Achuar decideconstituir su propia organización dando pasoa la Federación Interprovincial de PuebloAchuar del Ecuador FINAE.El movimiento indígena nacional se vieneconfigurando como un actor social protagó-nico de los procesos políticos en el Ecuadordesde 1991, a partir de una marcha-levan-tamiento de las nacionalidades indígenasamazónicas hacia Quito para reclamar, pre-cisamente, la legalización de su territorioancestral. Desde entonces, el peso de laorganización indígena en los escenarios polí-ticos políticos nacionales ha ido en aumento.

Por otro lado, la opinión pública a nivel glo-bal y nacional, se ha vuelto mucho más per-meable en los últimos veinte años, al discur-so del desarrollo sustentable, basado en elrespeto a la integridad ambiental y a losderechos de la comunidad. Las posicionesambientalistas y ecologistas así como las depromoción de los derechos indígenas hanido adquiriendo peso específico progresiva-mente en el debate mundial, con sus impli-caciones claras en lo nacional.

La aprobación y puesta en vigencia delC o nvenio 169 de la Org a n i z a c i ó nInternacional del Tra b a j o, constit u ye unimportante hito dentro de este reconoci-miento universal de los derechos colectivosde los pueblos indígenas.

En el Ecuador, estos avances legislativos anivel internacional encuentran su expresiónen la Asamblea Nacional Constituyente de

75 Maiche: 1999. Declaración Pública. Archivo CDES

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1998 que elabora una Constitución Políticade la República en la que se reconocenimportantes derechos ambientales y colecti-vos, especialmente vinculados con la integri-dad territorial de las poblaciones indígenas,la consulta obligatoria a las comunidadesfrente a las decisiones estatales con impac-to ambiental y la introducción de mecanis-mos expeditos de justiciabilidad frente a lainobservancia de las garantías, como elAmparo Constitucional y el Habeas Data.

En definitiva, los promotores del extractivis-mo han ido encontrando obstáculos políticosque han hecho cada vez más complicadoperpetuar el esquema autoritario de tomade decisiones. Esto se expresa, en el casodel Bloque 24, en una cerrada oposición porparte de las organizaciones indígenas alingreso de la empresa en su territorio.

El argumento central de los indígenas paraoponerse a las actividades petroleras en suterritorio tiene que ver con el antecedenteinmediato e innegable de lo que ha sucedi-do y sigue sucediendo en el nororiente ecua-toriano, donde la explotación de petróleo haestado directamente vinculada a la violaciónde derechos y el deterioro de la calidad devida de las poblaciones originarias. Pese alimportante precedente global de exigibilidadde los derechos que constituye el CasoTexaco y las luchas sostenidas por lascomunidades afectadas por la explotaciónpetrolera en el Nororiente ecuatoriano quehan obligado a mejorar estándares ambien-tales y sociales a la actividad, ninguna señalen la política petrolera ecuatoriana haceconfiar en que las condiciones del negociopetrolero hayan mejorado sustancialmente.

Sin embargo, para sostener su posición, losindígenas encontraron, en principio, claroslímites marcados por la debilidad interna desus organizaciones. La empresa reeditó unaclásica estrategia de relaciones comunita-rias: acudir a las organizaciones de base conobsequios y promesas, pasando por alto lasinstancias organizativas de segundo y tercergrado, frente a las cuales se lanza, simultá-neamente, una campaña de desprestigioacusando a sus dirigentes de corruptos,

despreocupados de los intereses de lasbases y poco representativos. Las comuni-dades, con menos acceso a información yávidas de beneficios tangibles e inmediatos,suelen mostrarse propensas a legitimar lapresencia de las transnacionales a través dela firma de convenios claramente leoninosen su contra, y quebrando la unidad internade sus federaciones.

Para FIPSE, los efectos de esta estrategiageneraron fuertes tensiones al interior de laorganización hasta ponerla a puertas de unfra cc i o n a m i e n t o. Tres Asociaciones,Kusutka, Iñiayua y Achunts, incluso accedie-ron, en febrero de 1999, a celebrar unConvenio con la empresa (Arco Inc.) a tra-vés del cual consentían en establecer uncomité de coordinación para “llevar adelanteel desarrollo del proyecto bloque 24”. Acambio, aceptaron recibir de la empresadinero en efectivo, brigadas médicas y vue-los de avioneta.76

Dicha tentativa de quebrar la organizaciónpor parte de la empresa, fue –paradójica-mente- determinante para desatar un proce-so de fortalecimiento interno de la organiza-ción por parte de la dirigencia. Entre lasestrategias se incluyeron, en primer lugar, lasocialización de la discusión del tema en laspropias comunidades afectadas, promovien-do su participación efectiva en la definiciónde la línea política a ser seguida; y ensegundo lugar, explorar nuevas mecanismosde presión sobre la empresa y el Estado quepermitan contrarrestar la permanente ame-naza de la expropiación y la militarización deterritorios como mecanismos de posibilitar elingreso de la compañía.

Adicionalmente y como mecanismo novedo-so que incorporó FIPSE en su lucha por ladefensa de sus derechos estuvo, por prime-ra vez, acudir a los jueces en demanda de laefectiva vigencia de sus derechos colectivosgarantizados por la Constitución.

76 Convenio de Cooperación. 25 de febrero de 1999.Archivo CDES

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Esta estrategia tiene especial importanciatratándose de pueblos como el Shuar yAchuar, pertenecientes a la familia etnolin-güística “jíbaro”, con ancestrales prácticasguerreras para la solución de disputas intere intra étnicas . Los famosos “cazadores decabezas de la alta Amazonía” estaban optan-do por las vías jurídicas para la exigencia desus derechos.

Cabe mencionar que el éxito alcanzado conel Recurso de Amparo, el Habeas Data, elReclamo ante la OIT y el juicio penal queactualmente se sigue por el desacato de lacompañía Burlington, depende en mucho,de una interesante política de alianzas des-arrollada por FIPSE. En primer lugar, se con-solidaron nexos políticos con aliados del ter-cer sector (las ONG) que resultaron seractores clave en el soporte técnico y jurídicoque requería la organización para sostenerlas causas judiciales. El trabajo de organiza-ciones como OXFAM AMERICA, FundaciónPachamama, SNV y especialmente el CDES,cuyos abogados patrocinan profesionalmen-te las diversas acciones, fue clave para queFIPSE tuviera y continúe teniendo el sopor-te necesario durante los duros días de lucha.

Por otro lado, resultó muy interesante queFIPSE desde un principio haya buscado yconseguido el apoyo de sus federacionesfraternas FINAE y FICSH, cuyas comunida-des también resultaban actual o potencial-mente afectadas por la presencia del Bloque24. Ya desde enero de 1998 las tres federa-ciones mantuvieron reuniones fo r m a l e sentre sí para construir acuerdos y coordinarestrategias conjuntas para enfrentar la pro-blemática de los bloque 23 y 24.

El Comité Interfederacional Shuar-Achuarha venido funcionando, con intermitencia,desde esa época hasta estos últimos días(septiembre de 2002), como un espaciopara el debate de las estrategias frente altema petrolero y como un eficaz mecanismode coordinación política. El proceso de uni-dad entre las tres organizaciones que segesta en este espacio, ha resultado ser unfactor de poder clave para el sostenimientode la integridad del frente interno en el des-

arrollo del conflicto con ARCO y ahora consu sucesora en el Bloque 24, Burlington.

El Recurso de Amparo

El Recurso de Amparo Constitucional pro-puesto por la FIPSE en contra de la compa-ñía Arco Oriente Inc. ante el Juez de lo Civilde la provincia amazónica de Moro n aSantiago en agosto de 1999, constituye unhito importante en la lucha de los pueblosindígenas ecuatorianos por la justiciabilidadde sus derechos. La sentencia favorable alos intereses de FIPSE, que fuera pronuncia-da por el Juez de primera instancia y ratifi-cada por el Tribunal Constitucional, máximoforo ecuatoriano en materia constitucional,en marzo de 2000, es el precedente másimportante dentro de la jurisprudencianacional respecto a la eficacia del amparoc o n s t itucional como herramienta jurídicapara la exigibilidad de los derechos colecti-vos.

Las disposiciones emanadas de la sentenciadel Recurso de Amparo son:

• Que la compañía no se acerque a losindividuos y organizaciones de base,dentro o fuera del territorio de la FIPSE,sin la debida y legítima autorización de laAsamblea de la Federación , a través desu directiva;

• Se prohibe a la empresa promover acer-camientos o reuniones con la intenciónde dialogar con cualquier individuo, cen-tro o asociación perteneciente a la FIPSE,sin que tenga debida y legítima autoriza-ción de la Asamblea de la Federación através de su directiva.

En definitiva, se ratifica judicialmente eld e recho colectivo a la organización, dem a n e ra directa con la resolución delAmparo, mientras que los derecho territoria-les reciben un respaldo indirecto del juzga-dor.

El 17 de abril de 2000, la compañía Arcofirma un contrato de cesión de la totalidad

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de sus derechos y obligaciones contractua-les en el Bloque 24 a favor de la compañíaBurlington Ecuador.

Con fecha 14 de noviembre del 2000, el Juezde lo Civil de Morona Santiago notifica a laadquirente de los derechos sobre el Bloque24 que deberá acatar las disposiciones de lasentencia de Amparo Constitucional.

El Habeas Data

A mediados del año 2001, la FIPSE conocede manera extraoficial la existencia de unPlan de Relacionamiento Comunitario para elbloque 24, presentado por Burlington aPetroecuador a inicios de año, en el que sehacen constar actividades que constituyenviolaciones a las disposiciones del Recursode Amparo concedido por el Tr i b u n a lConstitucional, especialmente en lo referen-te a la prohibición de que la empresa seacerque a miembros de FIPSE sin el consen-timiento de la Asamblea de la Federación.

Inmediatamente, la FIPSE con el respaldode las organizaciones fraternas FICSH yFINAE y con el patrocinio legal de CDES,presenta una acción de habeas data, paraconocer de manera oficial e integral el docu-mento de Burlington, en el que se hace refe-rencia al pueblo shuar de la FIPSE, ejercien-do así su derecho constitucional de conocertoda información o documentación que serefiera o pueda afectar las condiciones devida de su pueblo. En Agosto del 2001, den-tro del recurso de habeas data, tramitadoante el Juez Tercero de lo Civil de la ciudadde Quito, la información requerida es entre-gada, constatándose la violación de laempresa al recurso de amparo.

El Juicio Penal por Desacato

La acumulación de acciones por parte deBurlington, tendientes a continuar con lapolítica de relacionamiento comunitario quellevara al Tribunal Constitucional a aceptar lademanda de Amparo Constitucional, y una

escalada de violencia en relación al conflic-to, llevó al Comité Interfederacional, a plan-tearse la posibilidad de iniciar acc i o n e spenales en contra de los funcionarios deBurlington por no acatar la sentencia favora-ble de Amparo Constitucional.

Por esta razón, el 11 de abril del 2002 sepresentó la denuncia penal por desacatoc o n t ra los funcionarios de la petro l e raBurlington encargados del relacionamientocomunitario, por parte de los presidentes dela FIPSE, FINAE y FISCH. La presentación dela denuncia constituyó, además, un actopolítico que congregó a seiscientos miem-bros de las comunidades Shuar y Achuarque arribaron desde la selva a la ciudad deMacas, para protagonizar una marcha haciala Fiscalía, como muestra del apoyo multitu-dinario del pueblo a esta decisión de susdirigentes.

El 24 de abril, los presidentes de las tresfederaciones rindieron sus testimonios, enlos que declararon que se ratificaban en ladenuncia presentada y, adicionalmente, elPresidente de le FIPSE denunció que lapetrolera hace uso de un falso Convenio,con firmas falsas del re p resentante deFIPSE, para confundir a las bases y llevarlasal engaño de que la Organización ha nego-ciado con la empresa. Se solicitó que laFiscal ordene la entrega del original de dichoconvenio para que se realice un examengrafológico para determinar que la firma delPresidente es falsa.

Así mismo, en el procedimiento indagatorio,se ha soli c itado que se ordene a lasRadiodifusoras Canela y Morona, la entregade copias de las entrevistas concedidas porfuncionarios de la Compañía Burlington, enlas que hacen referencia del Convenio forja-do.

Así mismo, el día 6 de mayo de 2002 se hizouna diligencia de reconocimiento del lugarde los hechos, en las localidades deMakuma y Mamayak, por parte de la Fiscal,en la que se tomaron testimonios de las per-sonas del lugar sobre los diálogos individua-les que está realizando la petrolera con per-

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sonas y familias de la Organización, sin laautorización de la Asamblea de la FIPSE. Esadiligencia tuvo un trágico desenlace: la avio-neta en que retornaban a Macas elPresidente y otros dos dirigentes de FIPSEluego de terminada la gestión, tuvo un acci-dente con el saldo doloroso de la muerte detodos sus ocupantes.

Actualmente, los dirigentes que legítima-mente han subrogado a los fallecidos, conti-núan impulsando la acción.

El reclamo ante laOrganización Internacionaldel Trabajo

De forma paralela a la presentación delRecurso de Amparo ante los jueces naciona-les del Ecuador, FIPSE hizo uso del mecanis-mo de reclamo contemplado en el art. 24 dela Constitución de la Org a n i z a c i ó nInternacional del Trabajo (OIT), por las vio-laciones cometidas por el EstadoEcuatoriano a las disposiciones del Convenio169 , en relación al Bloque 24.

La querella fue presentada, en diciembre de1999, por la Confederación Ecuatoriana deOrganizaciones Sindicales Libres del Ecuador(CEOSL) organización obrera que posibilitóacceder a esta instancia de reclamo, paracumplir el requisito de la OIT de que losreclamos que conoce sean auspiciados porun sindicato.

El debate se concentra en torno a al tema deC o n s u lta Previa. La argumentación deCEOSL-FIPSE es que no ha existido ningúntipo de consulta a las comunidades ni conanterioridad ni con posterioridad a la firmadel contrato de participación entre elGobierno del Ecuador y la compañía ArcoOriente para la explotación de hidrocarburosen el Bloque 24. Tampoco se consultó a lascomunidades cuando el Gobierno autorizó eltraspaso de derechos y obligaciones en elBloque 24 de la compañía Arco Oriente a laBurlington.

El Gobierno contraargumenta que, habiendoentrado en vigencia en Ecuador el Convenio169, el 15 de mayo de 1999, no era exigiblesu aplicación al contrato de participación fir-mado con Arco Oriente el 27 de abril de1998.

Llama la atención que el Gobierno ecuato-riano usa como argumento la afirmación deque “no estima convenientes los mecanis-mos de consulta porque tenderían a dificul-tar los procesos de consultación petroleraque son de competencia de las institucionesgubernamentales.”77

El Comité Tripartito de la OIT que conoció laquerella, formado por un representante delsector gubernamental (Chile), un represen-tante del sector empresarial (México) y unrepresentante del sector trabajador (Brasil),se pronunció haciendo algunas puntualiza-ciones muy importantes:

Si bien es cierto que las disposiciones delConvenio 169 no pueden ser invocadasretroactivamente para afectar a un contratocelebrado antes de su entrada en vigor, lacontinuación de las actividades autorizadaspor el contrato de participación celebradocon Arco Oriente luego de la entrada envigencia del Convenio, sí debían ser materiade consulta. En el caso concreto del Bloque24, luego de la entrada en vigencia delConvenio se produjeron decisiones estatalescapitales para la continuación de la actividaden el bloque, como la autorización para eltraspaso de intereses de Arco Oriente aBurlington, que debiendo haber sido consul-tadas no lo fueron. Por lo tanto, concluye, elComité insta al Gobierno a que inicie un pro-ceso de consulta con las comunidades afec-tadas, incluyendo a la FIPSE, para que laspartes puedan colaborar en busca de solu-ciones adecuadas.

Así mismo, el Comité considera que el prin-cipio de re p resentatividad, componenteesencial de la obligación de consulta, ha sidov u l n e rado cuando se re a lizan consult a s

77 Ver Resolución (G.B.277/18/4)

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excluyendo a una organización claramenterepresentativa como FIPSE, a pesar de ladeclaración pública de FIPSE de no permitirninguna negociación individual o de sus cen-tros y asociaciones con la compañía Arco. ElComité considera que cualquier consulta lle-vada a cabo en el futuro concerniente alBloque 24 deberá tener en cuenta la men-cionada declaración de FIPSE.78

Campaña y Contracampaña

La acción de FIPSE y sus aliados en torno alas diferentes acciones judiciales en contrade ARCO ORIENTE, primero y luego deBurlington, y el trágico accidente en el quefallecieron los dirigentes de la FIPSE, handesatado una serie de sucesos frente a loscuales debemos reflexionar y tomar posi-ciones

1.- La movilización política de la FIPSE y lasotras federaciones en torno a la estrate-gia de justiciabilidad es importante y, sinlugar a dudas, debe ser motivo de preo-cupación para los sectores que promue-ven la ampliación de la frontera petroleraen territorios indígenas. El tema es deimportancia prioritaria en la región y estáen la agenda de preocupaciones de lossectores vinculados con el tema a nivelnacional e internacional.

Desde un principio la estrategia de lasempresas interesadas en el Bloque 24 hasido la de sembrar desconcierto en el frenteinterno de la FIPSE, mediante la utilizaciónde gente shuar a la que han cooptado, paradifundir rumores falsos y verdades a medias.No se detienen en lanzar panfletos injurio-sos en contra de dirigentes y organizacionesde apoyo, forjar documento falsos e intimi-dar a los miembros de las comunidades conel fin a atizar viejas rencillas interclánicaspara sembrar división en base a funcionali-zar la tradición guerrera shuar y achuar.

Frente a las ONG que brindan su apoyo a lasorganizaciones indígenas de la zona, laspetroleras han tenido una política de des-prestigio y etiquetamiento. Por un lado seacusa a las ONGs de apoyo de “aprovechar-se del nombre de los indios para sacar fon-dos” y, por otro, se les quiere etiquetar deterroristas que manipulan a los dirigentes.

El rol de apoyo jurídico brindado por CDES,es visto por la Organización, en cambio,como relevante. Hemos sido cuidadosos derespetar los límites de nuestro rol comoorganización de apoyo y el acompañamientoque se ha dado a los trámites jurídicos deri-vados del conflicto con las empresas llenaun vacío de una manera que la organizaciónpercibe como eficaz

Tras la muerte de los dirigentes en el acci-dente aviatorio que mencionamos, era deesperarse que la confrontación suba denivel. Por un lado, los Shuar se sienten cul-turalmente convocados a asignar culpabili-dades a muertes de este tipo, y, más aún,cobrar venganza. Si partimos de la hipótesismás probable, es decir que se trató de unaccidente, cualquier asignación de respon-sabilidades se convierte en arbitraria y car-gada de intereses. Una lectura puede asig-nar responsabilidades a la petrolera, que es,en definitiva la que origina el conflicto; otra,a la comunidad de donde partió la avioneta,otra, incluso, a las organizaciones de apoyoque “llevaron a los dirigentes a hacer la dili-gencia”. Seguramente esas y otras muchaslecturas están presentes en la mente de lagente shuar.

La empresa, a través de panfletos que circu-lan por internet y por las comunidades, quie-re capitalizar a su favor el estado de conflic-tividad e incertidumbre que vive la gente dela zona. Atribuye a las organizaciones deapoyo culpabilidad respecto a la confronta-ción del pueblo shuar contra la petrolera, ala confrontación interna entre la gente shuarque apoya y que se opone a la petrolera y,por último, a la muerte de los dirigentes. Lasacusaciones van desde instrumentalizar a laorganización y atizar el conflicto con fines delevantar fondos, hasta manipular a los diri-78 Ibidem.

derechos indígenas en la selva Amazónica Ecuatoriana

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gentes que serían, supuestamente, emplea-dos de las ONG.

Además, se juega con el término “terroris-ta”, seguramente para llamar la atención delEstado y de instancias de seguridad de losEEUU y del Ecuador

Obviamente, lo que se busca con la contra-campaña es causar dos efectos:

1.- Desmovilizar a las organizaciones deapoyo. Es decir poner al CDES y a lasotras organizaciones de apoyo en situa-ción de evaluar si seguir o no seguir conun apoyo a FIPSE que puede ser costosoen términos de “dolores de cabeza” ,“imagen” e incluso seguridad. Si consi-guieran su objetivo, la FIPSE y las otrasfederaciones quedarían a su merced.

2.- Crear desconcierto y desmovilizar a lasbases de la Organización, mediante eldesprestigio a sus dirigentes y a las orga-nizaciones de apoyo.

La percepción de los dirigentes de FIPSEfrente a la última arremetida de la contra-campaña pro petrolera es que su intencio-nalidad última es la de crear condicionesconfrontativas al interior del pueblo shuar,entre una gran mayoría que se mantienefirme en su No al ingreso de la Burlington, yun número reducido pero muy activo degente adicta a la compañía.

Frente a la perversidad e irresponsabilidadde la contracampaña, la posición de FIPSE ylas otras federaciones es la de mantenersefirmes en el enfoque de derechos. La estra-tegia de justiciabilidad ha demostrado sereficaz para promover una salida jurídica, noviolenta, a un conflicto en el que lo que estáen discusión son los derechos de las comu-nidades indígenas, propietarias ancestralesde los territorios amazónicos, y cuya super-vivencia cultural está basada en ellos.

La meta del Comité Interfederacional, aestas alturas, es conseguir la salida de laempresa Burlington del Bloque 24. Es posi-ble, dado que han trascurrido años de con-

flicto sin que se obtenga ningún resultado yel bloque no constituye sino un motivo depreocupación y descrédito para la políticapetrolera del Estado. Además, existen sufi-cientes argumentos jurídicos que se han idoconstruyendo y sustentando con el Recursode Amparo, la Resolución de la OIT y ahoracon el juicio de desacato.

Al efecto se han planteado las siguientesacciones:

a) Hacer pública la intención de los pueblosancestrales del Transkutukú de promoverla salida de la empresa Burlington de suterritorio y lanzar ante la opinión públicanacional y mundial la campaña. Mientrasmás visible sea el objetivo de defensa dederechos, mayor número de ojos estaránsobre el conflicto para que cada veztenga menos cabida una salida violenta.

b) Lanzar un juicio de nulidad del contratode cesión de derechos de la Arco a laBurlington por no haberse hecho consul-ta previa. Eso constituiría un nuevo golpepolítico que, además, ratifica la vigenciade la institución consulta previa.

c) C o n c retar una campaña internacionalc o n t ra Bu r lington, para denunciar sua ccionar violatorio de los dere c h o shumanos en su propio territorio.

Reflexiones Finales

Mientras escribimos este trabajo, la situa-ción en Transkutukú toma ribetes dramáti-cos. Las amenazas en contra de los dirigen-tes de FIPSE y las organizaciones no guber-namentales de apoyo se van convirtiendo encotidianas. FIPSE decidió cerrar sus oficinasen la ciudad amazónica de Macas porquesus dirigentes se sentían permanentementeasediados por gente vinculada con la petro-lera. Ahora despachan desde Makuma, unpequeño poblado en medio de la selva.

La empresa instrumentaliza gente shuarpara incitar a la violencia. Un medio impresode alcance local no para de lanzar injurias a

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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diario en contra de dirigentes y organizacio-nes de apoyo mediante remitidos pagados.

La paciencia de las Federaciones empieza aagotarse. FICSH hizo un pronunciamientopúblico, llamando al orden a sus afiliadosque se prestan al juego de la petrolera.Hacen referencia a la tradición shuar de latsansa para alertar a sus enemigos. FINAE,por su parte, a día seguido se pronuncia entérminos muy duros contra los relacionado-res comunitarios de la empresa Burlington.Quizá, eso demuestra que la estrategia de laempresa de llevar el conflicto a la violenciaestá empezando a dar frutos.

Las ONGs que trabajamos junto a FIPSE y alComité Interfederacional sentimos la presiónde los grupos de poder. Sin embargo, esta-mos convencidos que esta arremetida seproduce porque la lucha que compartimoscon los pueblos indígenas está golpeando lapolítica extractivista en donde más le duele.

Hacer de los derechos una realidad actual yactuante en la vida de los pueblos es unatarea crucial para garantizar mejores díaspara las futuras generaciones. La vía de laincidencia política y de la justiciabilidad quehan escogido los Shuar y los Achuar es una

alternativa válida para enfrentar el conflictoen que se debaten con los intereses petrole-ros, frente a la vía tradicional en su culturade resolución de los conflictos: la muerte.

Al verse derrotada en sucesivas batallaslegales, la transnacional pretende provocara los indígenas para que abandonen el cami-no de la disputa legal para exigir sus dere-chos y retomen su práctica guerrera ances-tral. De la violencia y el caos que una guerraintraétnica traería en el suroriente ecuaro-r i a n o, podrían beneficiarse los intere s e spetroleros que verían el escenario propiciopara que el ejército militarice el territorio delBloque 24 y garantice las operaciones petro-leras.

La tarea de los defensores de derechoshumanos que trabajamos apoyando a lasorganizaciones indígenas del Transkutukú, ala vez que damos apoyo político y legal a lastareas de incidencia y justiciabilidad, promo-vemos la resistencia activa no violenta por lavigencia, defensa y protección de los dere-chos fundamentales. Ese es el reto que hoycompartimos con los pueblos indios de laAmazonía ecuatoriana en el caso del Bloque24

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ARCO: Atlantic Richfield Company

BRL: Burlington Resources Ltd.

CDES: Centro de Derechos Económicos y Sociales

CEOSL: Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres del Ecuador

CEPE: Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana

CGC: Compañía General de Combustibles (San Jorge)

CNUETN: Centro de las Naciones Unidas Sobre Empresas Transnacionales

CONAM: Consejo Nacional de Modernización del Estado

CONAIE :Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador

CONFENIAE: Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana

COICA: Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica

CTI: Circunscripciones Territoriales Indígenas

DAISD: Danish Association for International Sustainable Development

DICIP: Directiva Intercomunitaria Independiente

FIPSE: Federación Independiente del Pueblo Shuar del Ecuador

FCUNAE: Federación de Comunas Unión de Nativos de la Amazonía Ecuatoriana

FICSH: Federación Interprovincial de Centros Shuar

FINAE: Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador

FIP: Frente Indígena de Pastaza

FOIN: Federación de Organizaciones Indígenas del Napo

FONAKIN: Federación de organizaciones de la nacionalidad kichwa del Napo

Acrónimos

Acrónimos

Petróleo, ambiente y derechos en la Amazonía Centro Sur

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FOE: Friends Of the Earth

FMI: Fondo Monetario Internacional

GPA: Gerencia de Protección Ambiental de Petroecuador

IERAC: Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización

IFIs: Instituciones Financieras Internacionales

INDA: Instituto Nacional de Desarrollo Agrario

LMIFA: Labour Movement International Forum Denmark

MEM: Ministerio de Energía y Minas

OCP: Oleoducto de Crudos Pesados

OIT: Organización Internacional del Trabajo

OPIP: Organización de Pueblos Indígenas de Pastaza

ONG: Organización no gubernamental

ONHAE:Organización de la Nacionalidad Huaorani de la Amazonía Ecuatoriana

ONSHIPAE: Organización de la Nacionalidad Shiwiar de Pastaza, Ecuador.

ONZAE: Organización de la Nacionalidad Zapara del Ecuador

PIDESC: Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

PGE: Presupuesto General del Estado

PWC: Price Waterhouse Coopers

RAE: Región Amazónica Ecuatoriana

TCA: Tratado de Cooperación Amazónica

UAC: Unidad de Administración de Contratos de Petroecuador

Pet r ó l e o, Ambiente

y Derechos en la

Amazonía Centro Sur

CDES – OPIP - Instituto Amazanga