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Abril de 2017 P1 PÁGINAS LOCALES DEL ÁREA SUDAMÉRICA NOROESTE MENSAJE DE ÁREA PÁGINAS LOCALES DEL ÁREA SUDAMÉRICA NOROESTE E l primer principio del evangelio no es simplemente Fe, sino Fe en Jesucristo La fe se centra en Jesucristo. Esta es la fe que produce frutos de vida eterna. ¿Por qué es importante fortalecer nuestra fe en Dios el Padre y en Su Hijo Jesucristo? En realidad, nada que pertenece a la eternidad puede lograrse sin la intervención de Jesucristo quien juega el papel central del Plan de Salvación. No podemos hacer nada sin El “Permaneced en mí, y yo en voso- tros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no perma- nece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.” “Yo soy la vid, vosotros los pámpa- nos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer.” (Juan 15:3–5) El Salvador es quien nos permite tener la vida y todas las bendicio- nes emanan de El y del Padre. Dos ejemplos bastan para entender cuán dependientes somos de Él: 1. El perdón de nuestros pecados. ¿Acaso podemos nosotros pagar por nuestros propios pecados? Fue Cristo quien pagó por ellos. Lo único que hacemos es arrepentirnos para que la Expiación de Jesucristo actúe sobre nosotros. No pagamos por el pecado, nos arrepentimos de él. Fortalecer la fe en nuestro Padre Celestial, en Su Hijo Jesucristo y en su expiación Por el élder Enrique Falabella Primer Consejero del Área Élder Enrique Falabella 2. La resurrección: No resucitamos por el poder que hay en nosotros, resucitamos por el poder de la resurrección que está en Jesucristo. El mismo lo dijo: “Yo soy la resu- rrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá” ( Juan 11:25). Nosotros morimos, Él nos resucita. En Él está el poder de la resurrección, no en nosotros. Así, la expiación de Jesucristo hace que una persona imperfecta como yo pueda pararse perfecto ante Dios el Padre. La fe es un principio activo y no pasivo. Primero debemos entender que la fe no es algo muerto, sin vida, la fe siempre va acompañada de obras. La fe sin obras deja de ser fe y se con- vierte en una simple creencia. Santiago lo expresó en una forma muy clara: “…la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” “¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2:17, 20) Todo lo que hacemos en la vida es movido por fe. No actuamos si no tenemos la esperanza de lograr algo. Así que centrar nuestra fe en la persona correcta nos mueve a actuar para lograr lo que Dios y Su Hijo han logrado. El centrar nuestra fe en Ellos, nos encamina hacia la Vida Eterna, el llegar a ser como Dios y Cristo son. Cómo podemos fortalecer nuestra fe en ellos (el Padre y el Hijo) La fe viene por el oír. “Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17) “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá” (Juan 11:25).

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Page 1: PÁGINAS LOCALES DEL ÁREA SUDAMÉRICA NOROESTE... · nes emanan de El y del Padre. Dos ejemplos bastan para entender cuán dependientes somos de Él: 1. El perdón de nuestros pecados

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El primer principio del evangelio no es simplemente Fe, sino Fe en

JesucristoLa fe se centra en Jesucristo. Esta es

la fe que produce frutos de vida eterna.

¿Por qué es importante fortalecer nuestra fe en Dios el Padre y en Su Hijo Jesucristo?

En realidad, nada que pertenece a la eternidad puede lograrse sin la intervención de Jesucristo quien juega el papel central del Plan de Salvación.

No podemos hacer nada sin El“Permaneced en mí, y yo en voso-

tros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no perma-nece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.”

“Yo soy la vid, vosotros los pámpa-nos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer.” ( Juan 15:3–5)

El Salvador es quien nos permite tener la vida y todas las bendicio-nes emanan de El y del Padre. Dos ejemplos bastan para entender cuán dependientes somos de Él:

1. El perdón de nuestros pecados. ¿Acaso podemos nosotros pagar por nuestros propios pecados? Fue Cristo quien pagó por ellos. Lo único que hacemos es arrepentirnos para que la Expiación de Jesucristo actúe sobre nosotros. No pagamos por el pecado, nos arrepentimos de él.

Fortalecer la fe en nuestro Padre Celestial, en Su Hijo Jesucristo y en su expiaciónPor el élder Enrique FalabellaPrimer Consejero del Área

Élder Enrique Falabella

2. La resurrección: No resucitamos por el poder que hay en nosotros, resucitamos por el poder de la resurrección que está en Jesucristo. El mismo lo dijo: “Yo soy la resu-rrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá” ( Juan 11:25). Nosotros morimos, Él nos resucita. En Él está el poder de la resurrección, no en nosotros.

Así, la expiación de Jesucristo hace que una persona imperfecta como yo pueda pararse perfecto ante Dios el Padre.

La fe es un principio activo y no pasivo.

Primero debemos entender que la fe no es algo muerto, sin vida, la fe siempre va acompañada de obras. La fe sin obras deja de ser fe y se con-vierte en una simple creencia.

Santiago lo expresó en una forma muy clara:

“…la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”

“¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2:17, 20)

Todo lo que hacemos en la vida es movido por fe. No actuamos si no tenemos la esperanza de lograr algo. Así que centrar nuestra fe en la persona correcta nos mueve a actuar para lograr lo que Dios y Su Hijo han logrado. El centrar nuestra fe en Ellos, nos encamina hacia la Vida Eterna, el llegar a ser como Dios y Cristo son.

Cómo podemos fortalecer nuestra fe en ellos (el Padre y el Hijo)

La fe viene por el oír. “Así que la fe viene por el oír,

y el oír por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17)

“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté

muerto vivirá” (Juan 11:25).

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Escuchamos al estudiar las escri-turas, al escuchar a nuestros líderes y los mensajes de la Iglesia, a nues-tros padres, a nuestros amigos y al Espíritu Santo.

La fe en Jesucristo va acompañada de confianza en Él y en sus manda-mientos. Todo lo que Él nos pide hacer lo hacemos porque confiamos en Él más que en nosotros mismos.

Es inteligente seguir al más inteli-gente de todos:

“Y el Señor me dijo: Estos dos hechos existen: Hay dos espíritus, y uno es más inteligente que el otro; habrá otro más inteligente que ellos; yo soy el Señor tu Dios, soy más inteli-gente que todos ellos.” (Abraham 3:19)

Al desarrollar esa confianza en la deidad nuestra comunicación con él se va perfeccionando y aprendemos a pedir aquello que el Espíritu Santo pone en nuestros corazones. Al hacerlo aprendemos a pedir para nuestro bien-estar sin que ello dañe a otros.

Muchos hemos pasado por la expe-riencia de estar jugando u observando un partido de futbol y empezamos a orar para poder ganar el partido y no nos damos cuenta que lo que en rea-lidad estamos pidiendo es que el otro equipo pierda el juego.

Debemos de hacer lo que Cristo hace y ser como Él es

“…las obras que me habéis visto hacer, esas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros.”

“Por lo tanto, ¿qué clase de hom-bres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.” (3 Nefi 27:21, 27)

Ahora la pregunta es, ¿Qué es lo que Él hace? y ¿Cómo es Él?

Al cumplir los mandamientos hace-mos lo que Jesucristo nos pide hacer. Y al actuar, nuestra fe crece y se forta-lece. Por ello El Salvador dijo:

“El que quiera hacer la voluntad de él conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mí mismo.” ( Juan 7:17)

Pero el hacer no es suficiente, debemos de aprender a ser cómo Él es.

No alcanzaría la vida para contar lo que Él hace y es, ni tenemos todo el conocimiento para hacerlo.

Pero en nuestro limitado conoci-miento podemos por lo menos identifi-car algunas cosas que internalizándolas en nuestra vida pueden ayudarnos a Ser más como Él es.

Al decidir desarrollar nuestra fe en Nuestro Padre Celestial y en Su Hijo Jesucristo es también importante saber que las cosas grandes no se logran con solo desearlo ni se logran de un día para el otro. Así lo expresó el predicador:

“Me volví y vi debajo del sol que no es de los ligeros la carrera, ni la batalla de los fuertes, … sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.” (Eclesiastés 9:11)

En realidad, es más importante saber la dirección que llevamos más

que la velocidad con que lo llevamos. A veces pareciera desalentador el tener la meta de llegar a ser perfectos como ellos son. Pero es alentador saber que estamos dando un paso hacia esa perfección.

Es desalentador pensar en el reco-rrido de 26 millas en una maratón, pero es alentador el poder dar el primer paso y luego el segundo y perseverar corriendo hacia la meta definida.

La deidad posee muchos atributos y si Jesucristo nos ha pedido llegar a ser como Él es, entonces el desa-rrollo de esos atributos se vuelve indispensable.

El Libro Predicad Mi evangelio con-tiene una buena guía de esos atributos.

No nos demos por vencidos porque fallamos una, o dos o cien veces. El perseverar es lo que finalmente nos permite gozar de los beneficios de la Expiación. Como alguien dijo: Un año tiene 365 días, eso representa 365 opor-tunidades para levantarse de nuevo y continuar con nuestro progreso.

No darse por vencido porque algu-nas o muchas veces fallamos.

Puede ser decepcionante el ver lo que sucede cuando decidimos estu-diar El Libro de Mormón, muchos de

“Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.” (3 Nefi 27:21, 27)

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nosotros hemos empezado muchas veces y no pasamos “del desierto”.

Pero que sucedería si empezamos a poner metas más pequeñas. Por ejemplo estudiar El Libro de Mormón 5 minutos cada día. Un día tiene 1440 minutos. Eso es “bastantes minutos” ¿usted podría encontrar 5 minutos nada más y estudiar las escrituras durante ese tiempo? Por supuesto que sí. Si tengo un total de 1440 minutos, 5 no parece mucho. Muy pronto nos daremos cuenta que el tiempo deja de ser un factor determinante porque hemos formado el hábito de estudiar con regularidad. Muy pronto ya no será la meta de “leer cierta cantidad de tiempo” sino más bien, nos deleita-remos en las escrituras.

“Por tanto, no os canséis de hacer lo Bueno, porque estáis poniendo los cimientos de una gran obra. Y de las cosas pequeñas proceden las grandes” (D. y C. 64:33)

Volviendo a la importancia de desarrollar los atributos de Cristo podríamos poner un poco más de atención a las palabras del Apóstol Pablo quién afirmó lo siguiente:

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad.” (1 Corintios 12:13)

Usted puede elegir cuál de los atri-butos de Cristo le gustaría desarrollar este año, y al hacerlo quizás le gusta-ría considerar también el atributo de la Caridad.

Cuando escuchamos a alguien decir “Esta persona es caritativa” normal-mente lo asociamos con el atributo que esa persona tiene de dar de sus bienes a otros. Sin embargo, la caridad, aunque en parte es eso, es mucho más que ello.

Muchos dones podemos desarrollar en nuestra vida, pero si carecemos de caridad entonces no hemos logrado mucho. ¿Por qué la caridad es tan importante?

El apóstol Pablo dijo:“La caridad es sufrida, es benigna;

la caridad no tiene envidia, la caridad no se jacta, no se envanece;”

“no se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;”

“no se regocija en la maldad, sino que se regocija en la verdad;”

“todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4–7)

Tomando solamente algunas de las características de la caridad encontra-mos grandes enseñanzas que pueden convertirse en nuestras metas.

La caridad no tiene envidia. El desear lo que nuestros amigos, fami-liares u otras personas tienen solo por el hecho de sentirse mejor que ellos o de demostrar que usted también tiene lo que ellos tienen es característico de la envidia. Tal vez es algo de lo que deseo despojarme.

La caridad no se jacta. Muchas veces nos inflamos en el orgullo porque hemos hecho “algo bueno” y nos llena de satisfacción el que otros se den cuenta para que nos ensalcen. Nos olvidamos de que como el Señor dijo:

“Y en nada ofende el hombre a Dios, ni contra ninguno está encen-dida su ira, sino contra aquellos que no confiesan su mano en todas las cosas…” (D. y C. 59:21)

La caridad no se irrita. En nuestra relación con nuestras esposas e hijos ¿actuamos siempre con palabras “de

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tiernos acentos” o hablamos airados cuando algo no se hace como noso-tros queremos.

¿Puede mi esposa decir “él siempre me trata con bondad”?

¿Pueden mis hijos testificar que su padre siempre los trata con amor?

La caridad no se regocija en la maldad. Bien sería recordar cons-tantemente las palabras de Alma cuando dijo:

“…He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad.” (Alma 41:10)

Así que el llegar a ser también significa desarrollar los atributos que Jesucristo y Su Padre poseen y entre ellos la caridad es un atributo digno de desarrollar. ◼

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Inauguran centro de salud en Carabayllo construido por jóvenes SUD

Gracias a la solidaridad y soporte económico de la Fundación

Humanitaria Experiencia For Youth (HEFY), quien brinda apoyo al Perú hace cinco años, se inauguraron cuatro nuevos servicios de consulta externa en el Puesto de Salud Su Majestad Hirohito, del distrito de Carabayllo, Lima.

El área construida fue de 68 m2. Para ello, cincuenta jóvenes SUD voluntarios, integrantes de la funda-ción, participaron con mano de obra donada, dirigidos por maestros cons-tructores de la localidad y el soporte técnico del Equipo de Proyectos de la Red de Salud Túpac Amaru. Se hicie-ron instalaciones eléctricas, de agua,

desagüe y pisos de cerámica; acabado de interiores y exteriores; así como una vereda de piso pulido en el frontis para el tránsito del personal de salud y los usuarios del establecimiento. Es así que, más de quince mil habitantes podrán atenderse en los servicios de Medicina General 2, Obstetricia 2, Admisión, Afiliación al Seguro Integral de Salud y en la Unidad Tomadora de Muestra de Laboratorio.

Para la inauguración, se contó con la presencia del MC Jesús Salcedo Paredes, en representación de la Dirección Ejecutiva de la Red de Salud Túpac Amaru; el CPC Walter Bobadilla Sánchez, director de Asuntos Públicos

Perú de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; Juan Ortíz Zamudio, coordinador de la HEFY; Lucila Nicoll Toscano, gerente de la Mujer y Desarrollo Humano de la Municipalidad Distrital de Carabayllo, la MC Guisella Díaz Cárdenas, jefe de la Microred Carabayllo, el MC Jorge Bonifaz Gómez, médico jefe del Puesto de Salud Su Majestad Hirohito y Juan Carlos Huerta, presidente del Comité Local de Salud del Puesto de Salud Su Majestad Hirohito.

Salcedo Paredes agradeció el compromiso social que se tiene con la población de Lima Norte. Por su parte Juan Ortíz señaló el interés de su representada en formar un Comité de Trabajo Distrital. Concluyó la ceremo-nia con la entrega de una Resolución Directoral y una placa de reconoci-miento a HEFY. ◼

Participantes de la inauguración del centro de salud en Carabayllo, Lima.

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desarrollamos verdadero amor por nuestros ante-pasados al recabar sus nombres e historias, y al llevarlos al templo sentimos gozo. ◼

Una importante donación consistente en mobiliario escolar básico como

carpetas, pizarras, escritorios y sillas para docentes efectuó la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por medio de su representante, Abel Salas, presidente de la Estaca La Merced, a ocho instituciones educativas de la región Junín, en medio de una cere-monia realizada en la I.E. 31264 de San Ramón (Chanchamayo) que contó con la presencia de Oriana Suárez, jefe de la Oficina de Relaciones Interinstitucionales del Ministerio de Educación.

Entre las instituciones beneficiarias de Satipo se encuentran los distritos de Mazamari y Pangoa y, en Chanchamayo, los distritos de Pichanaqui, San Ramón y Perené. ◼

Iglesia dona mobiliario escolar a colegios de región Junín

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Templo de Guayaquil Ecuador

La obra del temploPor Miguel ArcosRama Occidente, Distrito Popayán, Colombia

Cada año, visitamos a los parientes de mi esposa en Ecuador. Viajamos

a Guayaquil donde se ubica el bello templo del Señor y, cerca de él, la casa de mi suegro, lo cual nos permite cómodamente servir en este sagrado recinto.

Procuramos hacer de esta una experiencia de aprendizaje. Es así que acompaño a mis jóvenes hijos al baptisterio y comparto servicio con ellos al mismo tiempo. Este año, al servir como registrador de ordenan-zas, llamaron mi atención los ape-llidos de dos jovencitas escritos en papelitos delicadamente decorados con dibujos, lo cual en principio me sorprendieron; sin embargo, al medi-tar en su significado, dieron realce a esta ordenanza vicaria y me recorda-ron que es una obra de amor, felici-dad y servicio edificante.

Testifico de lo maravillosa que es la Obra del templo. Sé que

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La Estaca Cartagena apoyó el cuidado del Parque LemaitrePor Willington Ali Plata VillamizarEstaca Cartagena, Colombia

En el mes de noviembre de 2016, dentro del marco del Cincuentenario

en Colombia, la Estaca Cartagena rea-lizó una actividad de limpieza en el emblemático Parque Lemaitre, debido al estado de abandono y deterioro que presentaba.

Para ello, el programa “Manos que ayudan” de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días inte-grados por miembros de más de siete barrios de la ciudad de Cartagena, la Junta de Acción Comunal, el CAI de la Policía Nacional, PACARIBE y miembros de la comunidad traba-jaron durante 5 horas para limpiar

un área de 300 m2 y eliminaron más de 100 kilos de basura. También, se acomodaron mallas; se pintó el exterior e interior del parque y se cambió totalmente el aspecto del parque, ante la complacencia de sus moradores.

Gracias a esta iniciativa, la Iglesia en Cartagena ha adoptado el Parque Lemaitre para su cuidado durante el 2017, actividad que se ejecutará en sociedad con la comunidad y sus dirigentes cívicos con el fin de brin-dar un ambiente más limpio, sano y promover la cultura ciudadana que coadyuve con un mejor entorno. ◼

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¿Sabías que…?Por Manuel Pérez OcampoEspecialista de Historia del Área

Durante la visita del presidente Stephen Brower, de la Misión Colombo Venezolana, a la ciudad de Medellín en 1968, preguntó a los misioneros

¿de qué manera se podría acelerar el crecimiento de la obra misional en esa ciudad?

Ante su silencio, el presidente les aseguró que solo tenían que buscar la guía del Espíritu Santo. Esto dio, posteriormente, el nacimiento de un pro-yecto denominado “Museo Mormón”. Para ello, se utilizó como local una tienda desocupada.

Durante la semana de la exhibición asistieron 3,500 personas, quienes recibieron una explicación acerca de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y se asombraron al saber que Dios había restaurado su Iglesia en la tierra y que Jesucristo había visitado las Américas. Alrededor de 1,500 visitantes no dudaron en buscar mayor información al respecto.

Respecto al avance de la obra misional en Colombia, David L. Chandler, en ese entonces encargado del Distrito de Bogotá, comentó la buena actitud de los hermanos al recibir sus asignaciones.

Una de las ramas tenía baja asistencia a las reuniones sacramentales, entonces los maestros orientadores se comprometieron a cambiar esa situa-ción. Hicieron contacto con todos los miembros de la unidad y el domingo siguiente tuvieron un 90 % de asistencia y a la semana siguiente aún se incrementó. ◼Fuente de consulta el “Libro de Historia de la Iglesia de Colombia. Tema: La Misión Colombo — Venezolana”.

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Presidencia de Área:Élder Carlos A. Godoy, Presidente

Élder Enrique R. Falabella, Primer Consejero

Élder Hugo Montoya, Segundo Consejero

Invitamos a aquellos interesados a enviarnos sus artículos sobre su lectura del Libro de Mormón y sobre sus experiencias con el “Plan de Área”.

Editora: Lucy Torres y Rodolfo BarbosaResponsable de Edición: Paulo Sánchez

Envíenos noticias o eventos a [email protected] fotos, favor de enviarlas en archivo “jpg” de buena resolución y tamaño. www.iglesiajesucristosud.org/plandearea

Mi experiencia espiritual en la obra misionalPor Juana Vera Barrio Nueva Valencia, Estaca Venezuela Valencia Candelaria

Una pequeña clase para adultos de educación básica, que yo ofrecía como

servicio comunitario, fue el medio para sembrar la semilla del Evangelio restau-rado. Las sesiones se impartían en mi casa puntualmente a partir de las 4 de la tarde. Cierta vez, les propuse tener cuatro días de la semana para las clases seculares, y dejar el miércoles para dedicarlo al Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo en una Noche de Hogar, con lo cual todos estuvie-ron de acuerdo.

Durante ese tiempo, compartía algún refrigerio que preparaba para ellos. Los

misioneros fueron conociéndolos, cele-bramos cumpleaños y experimentamos una calidez espiritual que llevó a varias familias a ser bautizadas en la Rama Valle-Coche de Caracas y ahora han hecho convenios sagrados en el Templo de Caracas Venezuela; también están preparando a sus familiares para servir una misión regular y continúan firmes, a pesar de los constantes desafíos que vive el país.

Sé que tienen el mejor recuerdo de aquellos días de clases donde su maestra y los élderes les llevaron alegría, consuelo,

paz y mucha esperanza de un Padre Celestial que no nos desampara, y que, si le buscamos a Su manera recibiremos sus bendiciones. ◼