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Analisis psicoanalitico freudiano de la novela italiana Pinocho.
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PINOCHO A LA LUZ DEL EDIPO
De Tomaso Tarli
Resumen
En este trabajo se ha desarrollado un análisis psicoanalítica sobre las
dinámicas edípicas de Pinocho. La intención es analizar el cuento a partir de
estas dinámicas en el triángulo edípico Pinocho-Geppetto-Hada. Para ilustrar
esto, se ha desarrollado un resumen del cuento, se ha propuesto brevemente
su función pedagógica y se han analizado los mecanismos de identificación del
niño lector a través de la individualización de los elementos estructurales de la
psique (superyó y ello) en el cuento. El triángulo edípico se ha examinado tras
un recorrido por varios textos sobre la relación entre Pinocho, la función
paterna y la materna.
Índice
1. Resumen del cuento
2. Análisis del cuento
3. Pinocho, superyó y ello
4. La relación con el padre
5. La relación con la madre
6. El Edipo
1. Resumen del cuento
Encontrando un bloque de madera de pino muy particular, el carpintero
Geppetto decidió hacer una marioneta y llamarla Pinocho. Este mágicamente
es capaz de caminar, de moverse, de hablar y de crear problemas como un
niño real. Con la esperanza de comenzar su educación, Geppetto vende su
abrigo para comprar un libro para estudiar a Pinocho. La marioneta pero lo
vende para ir a ver un espectáculo en el teatro de marionetas. Aquí, el jefe de
la empresa, el terrible Mangiafuoco, lo secuestra para utilizar Pinocho en sus
espectáculos. Sin embargo se deja convencer por unos cuentos destartalados
de Pinocho: lo libera y le da cinco monedas de oro. Pinocho es entonces
seducido por un par de villanos, el Gato y el Zorro, que le roban su dinero. Tras
una serie de desventuras, Pinocho se deja convencer por su amigo Lucignolo y
va en el País de los Juegos, donde no existen las escuelas y se juega todo el
día. Allí pinocho descubre que el País de los Juegos es un criadero de niños
que vienen transformados en burros para su sucesiva venta de carne. Una vez
en semblanzas de burro, llega la Hada Turquesa que siempre lo saca de los
problemas y lo trasforma otra vez en marioneta. Finalmente, buscando el padre
por los mares bajo consejos de unas personas que vieron a Geppetto
embarcarse para el continente americano, un tiburón lo devora. En el vientre de
un tiburón, encuentra su padre. Los dos huyen del animal y con la ayuda del
Hada Turquesa se transforma finalmente en un niño de verdad, generoso y
dispuesto.
2. Análisis del cuento
Pinocho es un cuento picaresco, de formación y de iniciaciones, que tiene un
fuerte valor pedagógico. En una visión de conjunto, la historia de Pinocho es
una aventura iniciática, en la cual el héroe infantil es sometido a una serie de
pruebas que ocurren fuera de su casa hasta que aprende un código moral que
le permite distinguir a sus padres y a identificar la ley (Matamoro, 1990).
El niño que escucha la historia, enfrentando a los problemas y hechos
sorprendentes de cada día, es estimulado por los cuentos a entender el cómo y
el porqué de los problemas y a buscar salidas válidas a estas situaciones
(Bettelheim, 1994). El niño que lee o al cual viene leído el cuento, participa a la
historia, porque advierte de manera no consciente que la historia tiene que ver
con él. Con la ayuda del protagonista, de los demás personajes y de un
lenguaje infantil, el niño logra entender el mundo. A través la identificación con
Pinocho el niño es capaz de vivir todas las situaciones angustiantes de conflicto
y, al final, cuando los problemas en el cuento se resuelven, se libera de todos
esos sentimientos negativos.
3. Pinocho, superyó y ello
En Pinocho aparece desde el principio el elemento de la infracción, es decir a
desviarse de las trayectorias sugeridas por el superyó (Vita, 2015). El superyó,
de hecho, sigue siendo débil y es atacado constantemente por las instancias
del Ello. El padre incapaz de educar al niño y la madre “etérea” son
representaciones que indican la personificación de las instancias del superyó
que no están suficientemente internalizadas y que por lo tanto sigue siendo
débil e incapaz de guiar al niño (Vita, 2015).
A lo largo de la historia, el superyó está constantemente presente en Pinocho y
está representado por varios personajes como Geppetto, el Hada y el grillo. El
superyó puro es seguramente representado por el grillo parlante, el cual, con
tono amonestante, avisa a pinocho cada vez que este se alista a realizar una
picardía. Las picardías son el medio por el cual Pinocho satisface las instancias
del ello. En todos los capítulos hay una búsqueda diferente para satisfacer el
ello. El amigo Lucignolo (nombre similar a Lucifer) encamina a Pinocho en un
lugar que bien representa estas satisfacciones desenfrenadas y que es el
idílico “Paese dei balocchi” (País de los juguete), donde los niños juegan con
maravillosas montañas rusas, donde comen los mejores productos de
pastelería y donde no hay ni escuela ni padres regañones.
Ahora es necesario entender la naturaleza de las figuras paterna y materna
para poder comprender la labilidad yoica de Pinocho y su dinámicas edípicas.
4. La relación con el padre
Diferentes autores están en sintonía en reputar Geppetto como una figura
trágica, un padre carenciado, débil, adolescente y egoísta (Gambini, 2015)
(Béjar, Vaz, Penasa, 2002) (Saottini, 2013).
Pinocho nace partenogenéticamente, en donde el “otro” ni siquiera es
necesario ni para engendrar (Béjar, Vaz, Penasa, 2002). Es un hombre solo,
sin familia ni mujer y pobre. Geppetto es el padre-madre. La marioneta serviría
de soporte para procurarse satisfacción para sus necesidades. Bejar, Vaz y
Penaza escriben que Geppetto es el hombre carenciado, “que quiere un “hijo”
con el que resolver sus carencias, el cual se comportará como una mamá no
frustrante, que lo da todo literalmente por su hijo, a la que éste puede engañar
una y otra vez” (2002). El deseo por el cual nace Pinocho se sitúa en la auto
prolongación del niño narcisista que está en Geppetto: un anciano que como un
preadolescente tiene relaciones mono sexuales en las cuales las mujeres están
siendo excluidas (Saottini, 2013). Pinocho es fruto de una masturbación del
padre el cual lo fabrica literalmente con las propias manos. El instrumento que
utiliza es una sierra: en italiano sierra es “sega” la cual es la expresión que se
usa vulgarmente para a referirse a un acto onanista.
Varios autores concuerdan que la relación padre-hijo entre Pinocho y Geppetto
es una alegoría de Jesucristo. El mismo Calvino nos recuerda en un escrito
dedicado a Pinocho y a su autor, que esta novela es rica de simbología
cristiana. Geppetto es un carpintero igual a José (recordamos que en italiano
José es Giuseppe que a su vez es un nombre muy parecido al de Geppetto) y
además la concepción de Pinocho ocurrió sin relaciones sexuales como en la
de Jesús (Recordamos que también San José usaba la “sega”). Citando
Calvino “Ni siquiera falta la circuncisión (de la nariz, picoteada por los pájaros
carpinteros) ni el bautismo (la palangana de agua que le vierte a Pinocho en la
cabeza el viejecito con el gorro de dormir), ni la Ultima Cena (en la Hostería del
Cangrejo Colorado). Herodes se transforma en el titiritero Mangiafuoco e
incluso el sombrerito de pan adquiere un significado eucarístico.” (1982)
Pinocho en el fondo tiene muchas figuras paternas que operan a lo largo de la
historia: Geppetto es el padre-madre-abuelo alcahueta, el Grillo es sin duda el
padre superyoico mientras Mangiafuoco es el padre castigador (Saottini, 2013).
Sin embargo ninguno de ellos es capaz de educar suficientemente bien a
Pinocho. Geppetto, al contrario de Mangiafuoco, está dispuesto a sacrificarse y
morir de hambre para dar a su hijo de estudiar. Mangiafuoco es colérico pero
siente compasión para el hijo. Sin embargo Pinocho, es el resultado de las
proyecciones de los padres que por un lado encarna un deseo narcisista de
Geppetto y por el otro es utilizado por Mangiafuoco como la marioneta viva que
le rinde mucho dinero. Un hijo que tiene que complacer al padre, resultará,
como sucede a menudo, muy poco condescendiente con los deseos explícitos
de los padres, sino que se emancipa sólo después de un largo proceso
conflictivo (Saottini, 2013). Un síntoma de la conflictividad de este proceso es la
mentira: Pinocho acude a la mentira para encontrarse y así emanciparse de la
servidumbre de las expectativas narcisistas paternas.
5. La relación con la madre
Al principio de la historia la función materna de pinocho la tenía Geppetto.
Geppetto es un padre carenciado, el cual mientras está al mando de la familia,
el hijo tenía un comportamiento desequilibrado. El cambio positivo de Pinocho,
pero paulatino, empieza con la llegada de la verdadera figura materna, el Hada
Turquesa que Pinocho busca constantemente a través de su insubordinación al
padre en cuanto en cada picardía corresponde la intervención mágica de la
Hada.
Primeramente en la historia el Hada aparece como niña. El Hada tendrá que
morir, con responsabilidad de pinocho, para después aparecer como “mamá”,
una mamá que exige, que pone ciertos límites y que pero siempre aparece
amorosa en las situaciones más delicadas de Pinocho.
El hada es una misteriosa mujer pudiente que le entrega a Pinocho amor
incondicionado. Con el hada siempre hay buena comida, buenos vestidos y
calor materno. Sin embargo es una mama etérea, impalpable, ligera y sobre
todo ambivalente. La impresión personal tras la lectura de Pinocho es de una
mamá que abandonó el hijo y que se lo da todo solo en los momentos críticos
de Pinocho, como si tuviera una intención inconsciente de mitigar su culpa.
Además, en el imaginario colectivo, la vista de un niño que vive con el papá
pobre, puede sugerir que la mamá no es una mamá buena.
Sin embargo el encuentro con la mamá-hada es el paso previo para
reencontrarse con el padre en el vientre de un gigantesco tiburón, y es en ese
vientre donde tiene lugar el cambio más trascendental para hijo y padre: tras
ese episodio, Pinocho es ya alguien que ayuda, que se preocupa y reconoce
las necesidades del otro por encima de sus deseos (Béjar, Vaz, Penasa, 2002).
6. Edipo
Al principio de la historia no hay un padre, no hay una madre ni tampoco hay un
hijo. Durante el andar de la historia y a través de la interpretación de quien la
lee, Pinocho se transforma en hijo, Geppetto en padre y el Hada en madre. La
dinámica edípica es bastante complicada en Pinocho por varias razones. Una
de estas es que es difícil imaginarse la escena primaria entre Geppetto y el
Hada en cuanto Geppetto “concibe” Pinocho masturbadoramente. Además
Geppetto y el Hada no son pareja sino en el ideal de Pinocho y en el
inconsciente del lector. Sin embargo hay elementos edípico claros y que se
repiten en varias ocasiones en la historia.
Pinocho evita sistemáticamente las prohibiciones del padre picarescamente
para acercarse a la mamá que siempre aparece en los momentos difíciles de
Pinocho. Por cuanto sabemos que Geppetto es un padre incompleto, él tiene la
función castradora que constantemente trabaja en evitar el contacto con la
mamá. Su carácter castrador es figurado evidentemente en el acto de cortarle
la nariz a Pinocho después de una mentira: la nariz es el pene y la sierra es la
herramienta castradora. La mentira de pinocho es un desafío a la autoridad del
padre y el alargue de la nariz es un intento de demostrar que Pinocho “lo tiene
más grande” de Geppetto. Cada vez que Pinocho tiene una “erección”,
prontamente Geppetto lo castra.
El hecho que Pinocho se mueva en una dinámica en la cual se le agranda y se
le acorta la nariz-pene, sugiere que hay una actividad masturbadora en él. “La
masturbación no es más que la descarga genital de la excitación sexual
correspondiente al complejo” (Freud, 1924), es decir que Pinocho sublima el
deseo sexual hacia la mama, masturbándose. Pinocho se masturba
sublimando el deseo materno así como Geppetto generó Pinocho
masturbadoramente.
El superyó se conforma tras la disolución del complejo de Edipo y su disolución
ocurre cuando el niño sublima el deseo sexual hacia la mama y se identifica
con el padre (Brainsky, 1984). En el último capítulo de Pinocho todo esto es
muy evidente. Geppetto, después de haber buscado por los mares a Pinocho,
viene devorado de un tiburón. Adentro del tiburón Geppetto vive y se alimenta
por dos años a través de lo que este inmenso tiburón devora. El Hada
mágicamente hace que Pinocho pueda entrar en el tiburón. Pinocho ayuda el
padre a salir del tiburón, se identifica con el papa y sublima el deseo hacia la
mama. Pinocho ubica el padre al lugar adecuado, restablece una función
paterna autoritaria, ni risible ni perversa, sino una función legitima de acuerdo
con la ley (Saottini, 2013). Ocurre una disolución del Edipo positivo simple
(Brainsky, 1984).
Este yo incompleto simbolizado de la marioneta de madera viene completado
por la transformación de Pinocho en un “bambino vero” (niño de verdad). El
cuerpo pulsional (marioneta) y el cuerpo post edípico (el de carne y huesos) se
reúnen. Ahora, después de un proceso de transformación conflictivo y
emancipatorio (adolescencia), él puede enfrentar la vida no como una
marioneta (yo lábil) sino como un muchacho.
Bibliografia
Béjar, A., Vaz, L., Penasa, B. (2002) El conflicto parental en la ficción literaria:
Pinocho y Frankenstein. Cuadernos de psiquiatría y psicoterapia del niño y del
adolescente.
Bettleheim, B. (1994) El psicoanálisis en los cuentos de hadas. Grijalbo
Mondadori: Barcelona.
Brainsky, S. (1984) Manual de psicología y psicopatología dinámica.
Fundamentos de psicoanálisis. Editorial pluma
Calvino, I. (1982) Pinocho o las andanzas de un pícaro de madera. En: El
Correo de la Unesco. Numero XXXV.
Freud, S. (1924) La Disolución Del Complejo De Edipo. Der Untergang des
Ödipuskomplex.
Gambini, F. (2015) Pinocchio e lo psicoanalista. Tomado el 29/11/2015 en
http://ephep.com/
Matamoro, B. (1990) Alicia, Pinocho y el sexo de Dios. Cuadernos
hispanoamericanos. Págs. 35-48
Saottini, C. (2013) Rilettura di Pinocchio alla luce dello sviluppo dall’infanzia
all’adolescenza. Pinocchio, un mito italiano.
Vita, A. (2015) La funzione psicoterapeutica della fiaba. Tomado el 29/11/2015
en http://www.psicovita.it/