Plan Puebla Panamá, hidroelectricidad y medio ambiente

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    Gian Carlo Delgado RamosPlan Puebla Panam, hidroelectricidad y medio ambiente

    El Cotidiano, vol. 19, nm. 123, enero-febrero, 2004, pp. 100-109,

    Universidad Autnoma Metropolitana Azcapotzalco

    Mxico

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    El Cotidiano,

    ISSN (Versin impresa): 0186-1840

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    Universidad Autnoma Metropolitana

    Azcapotzalco

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    lan Puebla Panam,

    hidroelectricidad y medio ambiente

    Gian Carlo Delgado Ramos*

    * Doctorando, Universidad Autnoma de Barce-lona.

    El presente texto tiene por objeto indagar en el reordenamientoterritorial que se tiene planeado para Mesoamrica, una regingeopoltica y geoeconmicamente importante para EUA. La puntade lanza con la que se viene concretizando tal reconfiguracin delterritorio, toma forma en lo que el actual presidente de Mxico hacalificado como Plan Puebla Panam (PPP). Dado que uno de losfundamentos esenciales para poner en marcha cualquier proyectode ese tipo es, sin duda alguna, la infraestructura y, de maneranodal, la energa, se parte de este escenario para interpretar elpapel que juegan los mltiples proyectos hidroelctricos planea-dos para la regin. Es importante tener en cuenta que el hilo con-ductor del manuscrito es solamente ese tipo de energa. Al realizar

    la lectura del mismo debe, por tanto, tenerse presente el papelestratgico que juegan otras fuentes. El caso del petrleo y el gascomo eje del actual patrn energtico requerira especial atencindadas las importantes reservas de Mxico y Venezuela (de ah quelos planes geoestratgicos como el PPPse extiendan al menos hastaese pas sudamericano).

    Agua e Hidroelectricidad en el PlanAgua e Hidroelectricidad en el PlanAgua e Hidroelectricidad en el PlanAgua e Hidroelectricidad en el PlanAgua e Hidroelectricidad en el PlanPuebla PanamPuebla PanamPuebla PanamPuebla PanamPuebla Panam

    En vsperas de la implementacin del PPP,si bien las lites empresariales en sumayora extranjeras no acuerdan en todo, enlo que s parecen estarlo haciendo es en loesencial para echarlo a andar. En ese senti-do, el PPPva tomando forma con diversos pro-

    yectos, por aqu y por all, que son promovi-dos desde el Banco Mundial (BM), el FondoMonetario Internacional (FMI), el Banco Inte-ramericano de Desarrollo (BID), el Global En-vironmental Facility (GEF), entre otros actoresempresariales y gubernamentales del norte ydel sur involucrados.

    Dado que el PPPno es un convenio otratado de libre comercio (como s lo es elTratado de Libre Comercio de Amrica delNorte y la pretendida ALCA), sino ms bien unplan de desarrollo; la necesidad de privati-zar y dejar que operen las bondades del li-

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    bre mercado, resulta ser uno de los argumen-tos centrales. En tal sentido, los procesos de

    privatizacin e inversin extranjera directaen sectores estratgicos no se han hecho es-perar. De inicio, el PPP debe concretar unaestructura general para el funcionamiento decorredores industriales, agroindustriales y tu-rsticos. En noviembre de 2002, durante lapresentacin formal del Planal empresariadoespaol en Madrid, se puntualiz que sepretende desarrollar econmicamente la zonacon la construccin de 8,977 kilmetros decarreteras y una red elctrica y de telecomu-nicaciones regional y dar un primer gran pasoa la integracin regional1. Meses antes, losimpulsores del Plan ya haban indicado que,al menos 4 mil 17 millones de dlares se-rn destinados a financiar el PPP el 85% deestos fondos ser destinado a infraestructuravial (unos 3 mil 420 millones) El rea deinterconexin energtica recibir el 11% delpresupuesto lo que representa 445 millonesde dlares... De los 4 mil 17 millones de d-lares mil 512 sern aportados por Mxico yel resto proceder de financiacin de orga-nismos internacionales como el BID, el Ban-co Centroamericano de Integracin Econmi-ca (BCIE) y el Programa de las Naciones Unidaspara el Desarrollo (PNUD)2. Y claro, coope-

    racin internacional y capitales extranjeros!

    Si tratamos de esquematizar la compo-sicin nodal de un corredor, tendramos queincluir: 1) Medios de Transportepara moverlas materias primas y mercancas (puertosmartimos del lado del Atlntico y del Pacfi-co, y otros medios que varan segn la compo-sicin territorial lo permita: canales de agua,ferrocarriles de alta velocidad, carreteras, et-ctera); 2) Energapara hacer funcionales loscorredores, y sobre todo para mover los siste-mas de produccin (petrleo, gas y electrici-dad -plantas termoelctricas/geotrmicas,hidroelctricas, tendido e interconexin elc-trica, etctera)3; 3) Aguapara las necesidades

    productivas que, a nivel mundial consume al-rededor del 65-70% la agricultura el grueso

    de tipo agroindustrial y el 20-25% la indus-tria (presas, trasvases, acueductos, sistemas debombeo, distribucin y tratamiento, etctera)4;y 4) Telecomunicacionesque integren la re-gin en tiempo real, tanto hacia adentro, comocon el exterior (fibra ptica y emplazamientode centros de comunicacin con tecnologade punta).

    El hecho de que el agua, adems derecurso natural, tenga sus dimensiones que seentrelazan con las comunicaciones (canalesde agua) y la generacin de energa (hidro-electricidad), la coloca en el marco del PPPyla potencial crisis hdrica de EUA5, como un

    1Gualdoni, Amrica Central y Mxico ponen enmarcha un plan de inversiones por ms de 4.000 millo-nes en El Pas, Espaa, 12 de noviembre de 2002, p. 54.

    2 La Prensa Grfica-Redaccin de Economa. C.A.y Mxico se renen prxima semana Distribucinpresupuestara del PPP en La Prensa Grfica, El Salva-dor, 15 de marzo de 2002, p. 64.

    3Segn el Statistical Review of World Energy(2000)de BP-Amoco, Amrica Latina y el Caribe cuenta con el

    11% de las reservas mundiales de petrleo (86% con-centradas en Venezuela y Mxico); produce el 15% delcrudo; cuenta con el 6% de las reservas internacionalesde gas natural; con carbn mineral suficiente para 288aos, y con el 23% del potencial mundial dehidroenerga.

    4 En general, los proyectos de grandes presas vanligados a programas de irrigacin masiva de tipoagroindustrial, as como para la generacin de electri-cidad, particularmente de consumo industrial. En elmundo, alrededor del 65-70% del consumo del aguacorresponde a la agricultura, y el grueso de sta a la deregado. Estos ltimos comprenden cerca de un sexto

    de las tierras cultivadas, pero aportan ms de un terciode la cosecha mundial. (Worster, 1994. Op. cit, 32,Barlow y Clarke, Op. cit, pp. 6-9).

    5 Por ejemplo, los acuferos de California se estnsecando, el ro Colorado est siendo ordeado almximo y los niveles de agua del valle de San Joaqunen California han descendido, en algunas zonas, ms de10 metros en los ltimos cincuenta aos. La ciudad deTucson tambin vive condiciones adversas. Dependien-do totalmente de agua proveniente de acuferos, haincrementado los niveles y ritmos de extraccin a partirdel aumento del nmero de pozos -algunos de ellospasando de 150 a 450 m de profundidad. En El Paso,Texas todas las fuentes de agua se acabaran para el2030 y en el noreste de Kansas la escasez de agua estan severa que ya se discute en los crculos guberna-

    mentales de ese Estado la construccin de un acueduc-to al ya sobre explotado Ro Missouri. Los ritmos deextraccin de agua en el sistema acufero del sureste deFlorida de aproximadamente 6.6 millones de litros porminuto, sobrepasan los de su inyeccin y a pesar dealcanzar una dimensin de 200 mil km2 en un rea quese extiende a otros Estados a parte de Florida, su nivelde agua ha venido cayendo de manera constante, po-niendo en entredicho la capacidad de Florida y los es-tados vecinos de obtener ese recurso a largo plazo.Situaciones similares se viven en otras partes del pasnorteo. Situaciones similares se viven en otras partesdel pas norteo. (Vase Barlow y Clarke, Blue Gold,Sttodart, Canad, 2002.).

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    recurso por dems estratgico. No es casualque, a la par del proceso de privatizacin de

    las empresas estatales de agua y de su corres-pondiente infraestructura6, se estn retomandoviejos proyectos de embalses y trasvases degrandes dimensiones y desarrollado otros nue-vos. Al parecer, las expectativas geoecon-micas y las implicaciones geopolticas sobreel agua son de tal magnitud que los capitalis-tas, como se indic, se las han arreglado paracooperar entre s, claro est, en un entornoen el que EUA mantiene especial cuidadopara que tal alianza no lastime la pax ame-ricana.

    Por su vinculacin a la construccin dehidroelctricas, particularmente llama la aten-cin el avance en la implementacin de loque se le ha denominado Sistema de Interco-nexin Elctrica para Centroamrica (SIEPAC).Segn expresa un documento oficial del PPP,El SIEPACconsiste en la creacin y consoli-dacin de un mercado de electricidad regio-nal (MER). Para ello se requiere: i) establecerreglas comunes; ii) crear y poner en funciona-miento dos instituciones regionales: la Comi-sin Reguladora Regional de InterconexinElctrica (CRRIE) como entidad regulatoria y elEnte Operador Regional (EOR), como operador

    del sistema elctrico y administrador del mer-cado en lo que compete a transacciones re-gionales; y iii) construir una lnea adicionalde 1,802 km, 230 kV (la Lnea SIEPAC) que irde Guatemala a Panam.7

    La eficiencia de dicho mercado, depen-dera para el Banco Mundial/Banco Intera-mericano de Desarrollo de la participacinde la iniciativa privada, ya no solamente a

    nivel nacional desde las paraestatales total oparcialmente privatizadas8. El negocio regio-

    nal como paquete es el meollo del asunto,ya que las interconexiones per se, han sidoefectuadas desde 1976 cuando se unieron Hon-duras y Nicaragua.

    Ms adelante, en 1982, lo hicieron CostaRica y Nicaragua, y en 1986 Nicaragua-Pana-m y Salvador-Guatemala. En s, el SIEPACbus-ca ampliar la infraestructura de las interco-nexiones existentes; enlazar a Belice (conexinGuatemala-Belice promovida por el BID) y,sobre todo, conectar Centroamrica y Colom-bia con Mxico (Tapachula, Mxico-Los Bri-llantes, Guatemala; tambin del BID. Colom-bia y Panam ya estn conectados). Lacreacin y funcionamiento de la CRRIEy elEOR garantizan previamente el negocio a lacpula empresarial involucrada al triangularsecon la Empresa Propietaria de la Lnea SIEPAC(EPL) con sede en Panam, misma que podrincorporar capitales extranjeros para financiarel proyecto que costar ms de 320 millonesde dlares (mdd). El BIDya aprob 240 mdd en1997, cuarenta y nueve mdd provienen de laelctrica espaola Endesa que ya se compro-meti9, otra fraccin del Fondo V Centenariodel Gobierno de Espaa, y el resto de los pa-

    ses mesoamericanos. Se ha indicado que en-tre otras posibles fuentes de financiamiento,figuran el U.S. Export-Import Bank; la Interna-cional Finance Corporation (parte del BM);BANFIDEX (institucin financiera de El Salva-dor controlada en un 95% por Grupo Capita-les, a su vez parte de Credicorp); Scudder,Stevens and Clark, Inc. (Holanda).

    Otros actores empresariales que estaraninvolucrados y que ya acaparan parte del mer-cado energtico de la regin son: Enron (EUA),Constellation Energy (EUA), Teco Energy (EUA)y su filial Energa Global Internacional Ltd,Coastal Power Company/El Paso Group (EUA),J-Power (Japn), Iberdrola (Espaa), Unin

    6En los ltimos aos las presiones para privatizar el

    servicio de distribucin, almacenaje y tratamiento deagua ha sido fuertemente impulsado por el Banco Mun-dial a travs de numerosos prstamos de ajuste estructu-ral. En Mxico, el denominado proyecto Finfra II y elPROMAGUA, vienen funcionando como mecanismosprivatizadores de las reas ms rentables del sector. Yaen ms de una decena de ciudades del pas operanmultinacionales como Ondeo y Vivendi. (Vase Delga-do, Gian Carlo, Privatizacin y saqueo del agua dulceMesoamericana en Nueva Sociedad, Enero de 2003,Venezuela.

    7 BID-BCIE-CEPAL, Iniciativa Mesoamericana de Inter-conexin Elctrica, San Salvador, El Salvador, 15 dejunio de 2001.

    8El sector elctrico esta desde 1992 totalmente pri-vatizado en Belice, el 75% en Salvador (1998), Guate-mala (1997) y Panam (1998), el 50% en Nicaragua(2000), y el 25% en Costa Rica, Honduras y el sureste deMxico.

    9Gualdoni, F., America Central y Mxico ponen enmarcha un plan de inversiones por ms de 4 mil millo-nes en El Pas, 12 de noviembre de 2002, p. 54.

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    Fenosa (Espaa) y su alianza con NationalPower (Reino Unido); Electricide de Portugal

    (Portugal). Smese aquellos capitales en elnegocio de la venta de electro-partes, de loscuales, alrededor del 60% corresponden a EUA(Asea Brown-Boveri; General Electric;Westinghouse-Siemens de EUA; MitsubishiElectric Power Products, Inc. de EUA; OhioTransformers; Powell Industries, Inc.; PowellElectrical Manufacturing Company; PowellEsco; American Insulator; Cummins, Kohler;Ormat Internacional; Marathon Power Limited;etctera) y otro porcentaje importante a otrospases (Max Power de Reino Unido; AnsaldoGie de Italia; Asea Brown Boveri de Suiza;Hitachi de Japn; Rits y Siemens de Alema-nia; Artechi de Isolux de Espaa; Trafo de Bra-sil; Hyundai de Corea; entre otros).

    El negociotoma la dimensin adecua-da si se consideran los potenciales energti-cos de la regin. A nivel mundial solo lacapacidad terica de generacin hidroelctri-ca es de casi 10 teravatios (tw10), aunque ungran nmero de limitaciones naturales y tc-nicas reducen su potencial en casi 90%. Am-rica Latina concentra cerca de una cuarta partede ese potencial. Mxico podra generar, se-gn clculos conservadores, hasta 52 mil

    megavatios (mw). Planes de la Comisin Fe-deral de Electricidad(todava paraestatal mexi-cana) indican la construccin de unas 27

    centrales de 75 que se podran desarrollar enel sureste del pas. Las 27 centrales incremen-

    taran la produccin elctrica en 10,837 mw.En Centroamrica el pas con mayor potenciales Costa Rica con 25,450 mw de los que gene-ra nicamente 10 mil mw. Le sigue Guatema-la con 10,891 mw; Honduras con 4,654.5 mw;Nicaragua 3,760 mw; Panam con 3 568 Mw;y El Salvador con 1,889 mw (1,409 correspon-den slo al ro Lempa). Sin considerar a Belice(del cual no se han encontrado datos pbli-cos), estamos hablando de un mnimo de ge-neracin de100 mil mw. As pues, en trminosgenerales Mesoamrica tiene un 90% de ca-pacidad hidroelctrica no utilizada, a la quese le suma la de fuentes geotrmicas, trmi-cas, fotovoltaica y de ciclo combinado (car-bn-diesel-gas). El negocio de la construccinde embalses y el de la electricidad generadaes un gran atractivo que a diversos capitales,como los indicados, les urge explorar.

    Sin duda alguna, la zona puntal es elSureste de Mxico-Guatemala, pero tambinCosta Rica-Panam (el primero en relacindirecta al factible canal hmedo-seco de Ni-caragua11, y el segundo por la importancia deexpandir el Canal a un tercer juego de exclusascon todo y sus requerimientos energticos).

    Ntese que ambas zonas se ubican en uno yotro extremo de Mesoamrica y, consecuente-mente, tambin el grueso de mega-proyectoshidroelctricos del PPP. El caso particular delsureste de Mxico se sintetiza en el mapaanexo al final del texto.

    El movimiento de los flujos de energaelctrica producida en Mesoamrica tenderms a satisfacer las crecientes demandas delos corredores industriales y tursticos del PPPuotro esquema de reordenamiento territorial si-milar. La posibilidad de transferir energa des-de la tierra del fuego hacia EUA y Canad sesostiene a partir de la conformacin del Siepacy otro sistema de interconexin similar para

    10 Smil, quien ofrece el dato de capacidad tericaglobal de generacin hidroelctrica, sintetiza de modomuy claro los sistemas de medicin energtica. Res-pecto a las mediciones que nos conciernen, el autorindica: la energa, como se define en los libros detexto, es la capacidad de hacer trabajo y, as, sta semedir con las mismas unidades que el trabajo. Si medi-mos la fuerza en unidades denominadas newton (N),yla distancia en metros, el trabajo se mide en la unidadnewton-metro. Para simplificar, los cientficos llaman al

    newton-metro julio (J), en honor de James Prescot Joule,quien public el primer clculo preciso de la equiva-lencia entre trabajo y energa. El julio es la unidadestndar de trabajo y energa. La potenciaes simple-mente la tasa de trabajo, es decir, un flujo de energapor unidad de tiempo. A un julio por segundo lo llama-mos vatio (W)Tanto el julio como el vatio representanrespectivamente cantidades muy pequeas de energay potencia. Aproximadamente 30 microgramos de car-bn equivalen a un julio. Un vatio es la potencia de unapequea vela encendida (Smil, Vaclav, Energas,Drakotonos-Crtica, Espaa, 2001, 13-16, 58). Un kilo-vatio corresponde a 103 de vatios; un megaa 106; ungiga109 y un tera 1012.

    11Segn el Centro Alexander Humboldt de Nicara-gua, hay una triada de propuestas empresariales paraconstruir un canal hmedo-seco que se extienda deAtlntico a Pacfico. Los puntos de conexin varan,aunque todos partiran de Monkey Point (en el Atlnti-co) hacia el Lago de Nicaragua (ya sea por el ro San

    Juan o por un sistema de trenes de alta velocidad). Lasalida al Pacfico se contempla en la costa inmediata alsureste del Lago de Nicaragua.

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    Sudamrica (tambin ya en proceso e impul-sado, por el BM/BID, desde el proyecto de Inte-

    gracin de la Infraestructura Regional deSudamrica (IIRSA)).

    Se tiene conocimiento de un Iguaz deproyectos hidroelctricos en Mesoamrica,algo que confirma la importancia de la ener-ga y el agua para los corredores industriales,agroindustriales y tursticos contemplados enel PPP; incluso sin importar que muchos de ellosno sean financiera y econmicamente viables,pero s sean estratgicos en la geopoltica y lageoeconoma nortea.

    El aspecto ambiental y social de laEl aspecto ambiental y social de laEl aspecto ambiental y social de laEl aspecto ambiental y social de laEl aspecto ambiental y social de lageneracin de hidroelctricidad:generacin de hidroelctricidad:generacin de hidroelctricidad:generacin de hidroelctricidad:generacin de hidroelctricidad:las repercusioneslas repercusioneslas repercusioneslas repercusioneslas repercusiones

    Con una supuesta cara ambientalista, irni-camente los proyectos hidroelctricos se es-tn presentando en Mesoamrica como deproduccin de energa limpia, e incluso, yde modo totalmente errneo, como sumide-ros de carbono y entonces objeto de finan-

    ciamiento de organismos internacionalescomo el GEFu otros actores interesados en la

    compra de bonos de carbono; ello ademsdel financiamiento tradicional del BMy el BID.As, los estudios econmicos s salen renta-bles, al conseguir financiamiento (generalmen-te a travs e un fideicomiso de cambio dedeuda por naturaleza). Segn datos de es-pecialistas del BM/PNUD, cada Gw/h produ-cido ahorra la generacin de 900 toneladasde CO2 de haberse generado en base a com-bustibles fsiles. Si el bono de carbono seest comprando entre 3 y 6 dlares, la hidro-elctrica Boca del Cerro en el Usumacintasera objeto de financiamiento por un montode entre 47 y 94 millones de dlares al ao.Realmente le sale barato a EUA y a otrosacreedoresmenores (como Espaa) la devas-tacin de nuestro medio ambiente; es ms, nisiquiera lo pagan, nosotros somos los que lohacemos con una mnima parte del pago deintereses de la deuda. Ojo, no de deuda.Digo que les sale barato, por que luego deconstruirse, la energa producida es objetode negocio de multinacionales de dichospases que ya operan en la regin, o preten-den hacerlo.

    Proyectos de hidroelctricas en MesoamricaProyectos de hidroelctricas en MesoamricaProyectos de hidroelctricas en MesoamricaProyectos de hidroelctricas en MesoamricaProyectos de hidroelctricas en Mesoamrica

    Delgado, 2003Zona de proyectos

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    A contra corriente, hay que recordarlea los promotores de proyectos hidroelctri-

    cos que, los embalses contribuyen al calenta-miento global ya que la vegetacin y demsmateria orgnica inundada se descomponegenerando grandes cantidades de dixido decarbono y metano. Lejos de recibir financia-miento, siguiendo esa lgica monetarista, lashidroelctricas deberan ms bien pagar porlos gases invernaderos generados y por la pr-dida de captacin de CO

    2que la vegetacin

    inundada realizara de haberse conservado.Claro est que dichas medidas no cancelanla opcin empresarial de comprar un supues-to derecho para contaminar. Bajo la lgicadel mercado, el que ms tiene, ms posibili-dades tiene de pagar para contaminar. As,casualmente la clase capitalista, responsa-ble en gran medida de las dimensiones y elritmo de contaminacin del orbe, es la que,al poner las reglas se auto-beneficia para po-der seguir haciendo lo que le plazca con elmedio ambiente. La ecologa capitalistapasaa ser un simulacro.

    Los rasgos negativos de las presas nose limitan a lo anterior. Algunos especialistashan indicado que el peso del agua embalsa-da, al mantenerse esttica, deforma la cor-

    teza terrestre, en ocasiones causandoterremotos. Aunque no hay comprobacionescientficas, se ha vinculado este fenmeno acerca de 70 presas. Tambin se cree que, da-das las magnitudes de los trasvases a nivelglobal, la alteracin de la rotacin del plane-ta es ms que factible. Los geofsicos consi-deran que los embalses han alteradoligeramente la velocidad de la rotacin deltercer planeta, as como la figura de su cam-po gravitacional.

    Otro factor, es que en general el trasva-se de agua implica la prdida del lquido porevaporacin (hasta 2 metros por ao), lo cualevidentemente llega a ser aparatoso en zonasde clima caliente como Mesoamrica. A ni-vel mundial se considera que cerca de 170 km3

    de agua se ha perdido por evaporacin, es de-cir, alrededor del 10% del agua dulce que lahumanidad consume cada ao. El remanenteson grandes cantidades de sal que afecta los

    ecosistemas de las diversas cuencas hdricasapresadas12.

    Ms an, adase el hecho de que laconstruccin de ferrocarriles, autopistas y ae-ropuertos que el PPPtrae consigo (incluyendolos caminos necesarios para la construccin yfuncionamiento de las presas), puede interferircon las bolsas de agua subterrneas y su repo-sicin natural.

    An as, el optimismo parece mantenersey los planes hidroelctricos de todas dimen-siones se dispersan por la regin (vase algu-nos ejemplos en el Anexo adjunto).

    Todo ese movimiento mayor de agua quese puede deducir tan solo al observar el mapaadjunto de proyectos hidroelctricos enMesoamrica,de llevarse a cabo, podra pro-vocar un cambio regional del clima lo que al-terara los ecosistemas hidrolgicos de la zona,afectando la distribucin de las cuencas deagua, desplazando las capas freticas y pro-vocando la desertizacin de algunos lugares yla inundacin de otros. La consecuente prdi-da de biodiversidad podra ser an ms nota-ble dado que muchos organismos vivos sonextremadamente sensibles a pequeos cam-

    bios de temperatura y de otros factores medio-ambientales. Segn la World Comisin onDams (WCD), las represas han ocasionadola prdida de bosques y de hbitats naturales,de poblaciones de especies y la degrada-cin de las cuencas ro arriba debido a lainundacin de la zona de los embalses; la pr-dida de la biodiversidad acutica ro arriba yabajo, y de los servicios brindados por las pla-nicies de inundacin ro abajo, por loshumedales, y por los ecosistemas de las ribe-ras, y estuarios adyacentes; impactos acumu-lativos en la calidad del agua, en las inunda-ciones naturales y en la composicin de lasespecies, cuando en el mismo ro se constru-yen varios embalses13.

    Un caso latinoamericano estremecedor,entre otros, es el del embalse Porto Primaveraubicado entre los estados de So Paulo y Mato

    12Barlow y Clarke, 2002, pp. 49-50.13WCD, The Report on the World Comission on Dams.

    Noviembre de 2000. .

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    Grosso do Sul de Brasil (1,800 mw). A pesar delas masivas protestas del pueblo brasileo, se

    inundaron 75 mil hectreas de humedales deextremo valor biolgico y cultural, incluyen-do la reserva Laguna San Pablo (13 mil hect-reas); la Gran Reserva del Pontal o la reservade los indios Caiu (donde se construy el di-que); el Parque Figueiral; y las campias jun-to a los ros Peixe y Aguae. El exterminio demiles de especies fue irreversible, pero ade-ms, la prdida fue mayor al realizarse enpoca de lluvias para que el embalse se lle-nara ms rpido, justo momento anual deabundancia (ecosistmicamente hablando) yperiodo de reproduccin. No extraa enton-ces que una de las conclusiones del mencio-nado informe de la WCD, es que muchosde los impactos causados en los ecosistemasy en la biodiversidad por la creacin de em-balses, y los esfuerzos realizados para resca-tar la fauna y flora han tenido, en el largoplazo, poco xito14.

    El sealamiento de la WCDes doblemen-te llamativo si se considera que Mesoamricacuenta con una gran riqueza biolgica (el 11%de la biodiversidad a nivel mundial), muchade la cual es endmica. De hecho es la zonade biodiversidad terrestre ms importante del

    hemisferio despus del Amazonas (centro debiodiversidad mundial) y el segundo reposito-rio de biodiversidad marina a nivel global.Aquellos embalses que rodean las reas natu-rales protegidas o que incluso se emplazandentro de ellas es el extremo de la irresponsa-bilidad, an ms si se recuerda la operativi-dad del Corredor Biolgico Mesoamericano(CBM), proyecto del Banco Mundial supuesta-mente enfocado a la conservacin y uso sus-tentable de la biodiversidad15. Los casos sonnumerosos, por ejemplo: Quetzalli y Pico de

    Oro en Chiapas; Paln II en Guatemala; Bocadel Cerro (Mxico-Guatemala); Chalillo en

    Belice; Babilonia, El Cangrejal, Patuca,Guamp III en Honduras; Bosayan en Nicara-gua; Boruca, Cariblanco, Chacahua, Cote yGuayabo en Costa Rica; Boca de Quebro,Bonyic, Changuinola II y III, Culumbre I y II,Teribe I-V en Panam). A la prdida debiodiversidad se suma la de sitios arqueolgi-cos y de valor histrico-cultural que quedaraninundados a cambio de un proyecto con unavida no mayor de 50 aos. Por ejemplo el casode Piedras Negras y Yaxchiln en la cuencadel Usumacinta.

    El negocio vinculado a su construccin,an cerca o dentro de zonas protegidas, es enalgunos casos demasiado jugoso. El embalseBaruca en Costa Rica es un muy buen ejemplopara Mesoamrica. Las importantes reservasde bauxita en el Valle de El General (a unoskm al noroeste de Rey Curr), llevaron en 1970a la firma de un contrato entre el Gobierno yla multinacional ALCOA(EUA), que tiene o te-na (no se sabe si se cancel o sigue en pie) elderecho de explotar durante 25 aos y conotros 15 de prrroga, un volumen de hasta 120millones de toneladas para la produccin dealuminio. Con una gama de aplicaciones16, es

    14

    Ibid.15 El primer paso del Banco Mundial en materiaambiental en el contexto del desarrollo de labiotecnologa, fue convocar a la Cumbre de la Tierra(Ro de Janeiro, Brasil.) Desde ese espacio, se llam ala conservacin de la biodiversidad y su uso sustenta-ble. Como ejemplo de uso sustentable de labiodiversidad, Al Gore (vicepresidente de EUA) y elsecretario general de la conferencia Estudios de Caso:Convencin Mundial sobre Biodiversidad, MauriceStrong; presentaron el convenio entre el Instituto deBiodiversidad de Costa Rica (Inbio) y la CMN farma-cutica Merck (EUA). Segn tal acuerdo, la multina-cional Merck recibira un ilimitado nmero de muestras

    biolgicas con potencial comercial a cambio del equi-po para realizar los estudios preliminares y 1 milln dedlares. Y lo ha hecho desde su firma y renovacincada dos aos. Esa concepcin del uso sustentable dela biodiversidad claramente muestra que se trata depromover actividades de lo que se ha denominadocomo biopiratera con beneficiarios claramente defi-nidos, entre los cuales no estn ni los ecosistemas delSur, ni su gente. Para una indagacin puntual vase:Delgado, Gian Carlo, La Amenaza Biolgica, Plaza y

    Janes, 2002.16El aluminio es el nico metal que sobrepasa las

    aplicaciones estructurales a gran escala del hierro,pero tambin en muchas de menor escala. La de-

    manda se dispar por la fabricacin de aviones cazay bombarderos durante la Segunda Guerra Mundialy continu despus de la guerra. Al pesar poco ypresentar cualidades anticorrosivas, se introdujo suuso creciente en automviles y trenes. La industriadel transporte ha terminado siendo la mayor consu-midora de este metal y han desarrollado aleacionesque tienen aplicaciones en la construccin de barcosy vehculos espaciales. El aluminio se usa en la cons-truccin, en el transporte de la electricidad, empa-quetamiento de alimentos y en la manufactura deelectrodomsticos y de un gran nmero de piezas,tanto industriales como domsticas. (Smil, Vaclav,2001, Op. cit., pp. 319-322).

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    de conocimiento pblico que la disponibilidadde aluminio en cantidades comercialmente re-

    levantes depende del acceso a energa barata(proporcionada por centrales hidroelctricas).Ni siquiera el descubrimiento del procedimien-to de Hall y Heroult para producir el mineralindustrialmente, ha cambiado tal situacin17.ALCOAimpuls entonces el proyecto de la hi-droelctrica Boruca, pero el resultado fue unamasiva movilizacin social que gener su sus-pensin. No obstante, en el marco del PPP, suregreso no suena nada descabellado, sobre todosi se considera el desastre que esa misma mul-tinacional gener en Tucurui en la AmazonasBrasilea. Ah inund 282 mil hectreas y des-plaz a 35 mil indgenas. Ms de la mitad dela energa que es producida por el embalseTucurui, lo consume la planta Alcoa-Billitonen Sao Luis y la CVRD-Nippon Steel enBarcarena, a precios ridculamente bajos.ALCOA-Billiton (Reino Unido/Australia) y la Cia.Do Rio Doce (Brasil), todas del negocio delaluminio, ahora presionan por la concesin deconstruccin/operacin de la hidroelctricaSanta Isabel en el ro Araguaia que inundarala reserva ecolgica de los indgenas SurAiwekar. Su desplazamiento sera inevitable.Otros casos similares se viven en AL. Enton-ces, por qu no despertar nuevamente el pro-

    yecto Valle de El General en Costa Rica? Aslo indican los planes de otras hidroelctricas ala par de Boruca como la central Las Pailas yGeneral.

    Igualmente, en la zona del AtlnticoNorte en Nicaragua (RAAS), con importantesreservas minerales, se tienen planificadas va-rias hidroelctricas, contexto en el que resaltala cuenca del ro Y-Y. En el sureste de Chiapas(Mxico), tambin con cantidades importan-tes de bauxita (entre otros minerales), la ex-plotacin del tipo Valle de El General tienegran potencial dadas las expectativas y dimen-siones del posible negocio. El proyecto del co-rredor transtsmico(Istmo de Tehuantepec enlos estados mexicanos de Oaxaca y Veracruz);pero tambin el de los canales de derivacinBalancn (236 km aptos para la navegacinque conectan el Golfo de Mxico a travs dela Laguna de Trminos y el proyecto hidro-elctrico Boca del Cerro a travs del Usuma-

    cinta) ySan Pedro Candelaria(al paralelo alcanal de Balancn); incrementan las condicio-

    nes favorables para su implementacin. En elmapa anexo, antes indicado, se pueden iden-tificar esos canales que, de construirse, podranestimular la construccin de un canal hme-do-seco (tipo Nicaragua) al comunicar el em-balse Boca del Cerro al ya existente puerto dealtura Madero en el estado de Chiapas (justo ala par de los susodichos yacimientos debauxita).

    Adems de los costos ecolgicos, entrminos sociales los embalses y proyectos afi-nes como los canales de derivacin proyecta-dos para Mesoamrica, son igualmenteconsiderables; sobre todo si se tiene presenteque el 66% de la poblacin del sureste deMxico vive en la pobreza y el 78% enCentroamrica. Su subsistencia depende total-mente de la tierra. Sin embargo, el desplaza-miento masivo de comunidades enteras no esalgo nuevo para este tipo de proyectos. La WCDconsidera que despus de haber terminado laconstruccin de un embalse, el promedio depersonas desplazadas es de un 47% ms res-pecto a los planes originales, y la estimacinglobal de stos puede variar entre 40 a 80 mi-llones; esto sin considerar los afectados aguas

    abajo y aquellos perjudicados por otrasinfraestructuras como caminos, subestacioneselctricas, etctera18. Las compensaciones porsu desalojo y supuesta reubicacin no siemprese concretizan y cuando sucede son insignifi-cantes. Es pues un contexto en el que, al me-nos, resulta imprudente la postura del BMcuando asegura que se deben construir mspresas para satisfacer las demandas futuras deagua y electricidad19. Y en lo que respecta aregiones como la mesoamericana, las indica-ciones del Bancovan ms all. El vicepresi-dente de desarrollo sostenible del BMsuscribeque: debemos confrontar el hecho de queen los pases en vas de desarrollo tendremosque invertir ms. Esto significa gobiernosretomando proyectos controversiales, y esoincluye los embalses20. Para ello el BMapues-

    17Smil, Vlacav, 2001, Op. cit., p. 329.

    18The Report of the World Comission on Dams, No-viembre de 2000, p. 104.

    19Mason, J. y Houlder, V., World Bank to call formore dams en Financial Times, 14 de marzo de 2003.

    20Ibid.

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    ta porque el agua la gestionen empresas mix-tas (publico-privadas) en las que de fondo el

    papel clave del gobierno es la de financiar,con los impuestos de los ciudadanos, las ga-nancias de la contraparte privada, y en su casola de asumir la responsabilidad de las prdidas(algo ya bien conocido en nuestros pases, perocomo se indic, tambin en EUA). El BMnosinforma entonces que, [debido a] la magni-tud de las inversiones requeridasla mayorade los embalses en los pases en vas de desa-rrollo incluirn la participacin de empresasprivadas21.

    La clave de la aceptacin pblica delos embalses, asegura el BMen el encuentrointernacional de agua de marzo de 2003 cele-brado en Japn, es el reconocimiento de quelas comunidades y los recursos naturales sonclaramente beneficiarios y no perdedores22.Lo anterior, muestra que el BMno parece si-quiera inmutarse con su catastrfica experien-cia que se ha fundamentado en 75 millardosde dlares que gast en proyectos hidroelc-tricos hasta el siglo pasado.

    Los sealamientos de la WCDcontradi-cen totalmente la postura del BM. Es ms, enel caso de ser correcta la asercin del Banco,

    no se entiende por qu siguen existiendo y conms fuerza los movimientos sociales en con-tra de proyectos hdricos de gran envergadura.No se explican los asesinatos de mltiplesoponentes a embalses en todo el mundo, y ennuestra regin de estudio, el del activista-opo-sitor a la presa Babilonia en El Salvador o lamasacre en 1982 de 440 opositores mayas(Achi) al embalse Chixoy en Guatemala (im-pulsado por el BM); slo por mencionar un parde casos. El robo de las tierras y sus recursosno sucedera como bien lo ejemplifica el casodel embalse Cerro de Oro en Oaxaca dondese expropiaron las tierras y a ms de 30 aosno se han pagado. Los 3 millones de m3demadera que se sacaron de Uxpanapa antes dela inundacin fueron saqueados por el gobier-no (en beneficio de algn-os empresario-s) sinredituar en lo ms mnimo a los propietarios.Es esto lo que el BMentiende por comunida-

    des y recursos naturales claramente beneficia-dos? Es esto lo que se puede esperar de los

    proyectos hidroelctricos que viene a reactivarel PPP?

    Una breve reflexin finalUna breve reflexin finalUna breve reflexin finalUna breve reflexin finalUna breve reflexin final

    De frente a las interrogantes anteriores, afortu-nadamente el pueblo mesoamericanocrecientemente tiene claro que los mltiplesproyectos del PPPu otras de sus modalidadessolo van a operar donde las comunidades nose organicen y luchen; claro est, como partede la pelea de la sociedad en general. Losavances locales y nacionales que han hechoposible encuentros regionales, hemisfricos einternacionales de indgenas, campesinos, tra-bajadores diversos, acadmicos, activistas,etctera, ya sea para discutir crticamente laproblemtica de las presas u otras temticas,es un invaluable esfuerzo ha reconocer y va-lorar.

    Los proyectos hidroelctricos y el sa-queo de nuestro oro azuly de otros recursosnaturales estratgicos como la biodiversidady el petrleo, de entrada se dificultarn si

    crecientemente se continan enlazando ycoordinando nuestros esfuerzos (segn nues-tras posibilidades y comenzando por nues-tros propios espacios cotidianos). Abrir laposibilidad de revertirlos, depende de qutan slido se construye el muro social con elque se toparn los diversos proyectos en cues-tin, y que slo son posibles gracias al papelactivo de una elite latinoamericana que losavala, y por si fuera poco, que los promuevey ejecuta principalmente a favor de la cpu-la de poder del Norte. La guerra de claseque las elites latinoamericanas mantienencontra los pueblos de AL es fundamental enla ejecucin de proyectos tipo PPP y ALCA,pero al mismo tiempo tambin es la que for-talece la lucha por la conciencia social comofundamento para la construccin de una al-ternativa econmica, social y ecolgicamen-te armnica.

    21Ibid.22Mason y Houlder,14 de marzo de 2003, Op. cit.

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