PLANIFICACIÓN POR COMPETENCIAS MTRO. ADOLFO NAPOLEÓN FLORES MTZ.

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento,

sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica“

Aristóteles

A unos días de iniciar el ciclo escolar 2013-2014, la Secretaría de Educación Pública a dejado en claro que se tienen que transformar las prácticas docentes, tanto en las aulas como en las escuelas; responsabilizando a los maestros y, particularmente, a los directores escolares de la mejora educativa como un proceso permanente que no tiene vuelta; es decir, o se cambian las prácticas que, hasta hoy, han venido dándose en detrimento del aprendizaje de los alumnos o las escuelas serán centro de atención directo de la autoridad educativa, para instrumentar acciones específicas en pro de la calidad que oferta ese plantel escolar.

En consecuencia, a los maestros, directivos y supervisores les corresponde un cambio de visión, pero sobre todo, un cambio de actitud frente a los nuevos retos que implica una educación de calidad. En este sentido, resulta pertinente, en primera instancia conocer los documentos rectores que dan sustento al nuevo enfoque denominado por competencias y que es el que da sustento al nuevo quehacer que se tiene que afrontar cotidianamente para centrar la atención en el aprendizaje de los alumnos.

Hace poco menos de 2 años, el 12 de agosto de 2011, se promulgó el Acuerdo Secretarial Número 592, en el que se establece la articulación de la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), determinando así un trayecto formativo organizado en un Plan y los Programas de Estudio correspondientes. Con el objetivo de favorecer el desarrollo de competencias para la vida y el logro del perfil de egreso, a partir de aprendizajes esperados y del establecimiento de estándares curriculares, de desempeño docente y de gestión.

Esto cambia radicalmente la forma de concebir la educación por parte de los profesores ya que la formación normalista no les formó para trabajar desde un enfoque por competencias; ello implica, una ruptura con lo que se venía haciendo y el desarrollo de nuevas competencias docentes que le permitan planificar, diseñar, implementar, evaluar y dar seguimiento, ya no desde sus intereses o perspectivas, sino ahora centrando su atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje.

El Acuerdo 592, establece también el Plan de Estudios 2011, que es un documento

rector que define: Las competencias para la vida, El perfil de egreso, Los Estándares Curriculares y Los aprendizajes esperados que constituyen el trayecto formativo de los

estudiantes. El plan de estudios se sustenta en una serie de Principios Pedagógicos, los cuales son condiciones esenciales para el proceso educativo, la implementación del currículo, la transformación de la práctica docente, el logro de los aprendizajes y la mejora de la calidad educativa. Estos principios son doce, a saber: 1. Centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje; 2. Planificar para potenciar el aprendizaje; 3. Generar ambientes de aprendizaje; 4. Trabajar en colaboración para construir el aprendizaje; 5. Poner énfasis en el desarrollo de competencias, el logro de los estándares curriculares y

los aprendizajes esperados; 6. Usar materiales educativos para favorecer el aprendizaje; 7. Evaluar para aprender; 8. Favorecer la inclusión para atender a la diversidad; 9. Incorporar temas de relevancia social; 10. Renovar el pacto entre el estudiante, el docente, la familia y la escuela; 11. Reorientar el liderazgo; y 12. La tutoría y la asesoría académica a la escuela.

A partir de estos principios, la planificación es considerada como un elemento sustantivo de la práctica docente para potenciar el aprendizaje de los estudiantes hacia el desarrollo de competencias. Implica organizar actividades de aprendizaje a partir de diferentes formas de trabajo, como secuencias didácticas y proyectos.

Al respecto, primero, es pertinente responder el cuestionamiento sobre si es lo mismo planear que planificar, porque estos términos son usados de manera indistinta en la literatura educativa. Planear, según el diccionario, es trazar o formar un plan; de hecho en la práctica cotidiana se entiende por planeación de las clases a la actividad realizada por el maestro, para organizar las actividades pedagógicas dentro del aula, para saber lo que se debe

trabajar sin caer en la improvisación, tomando en cuenta ciertos elementos como son los: proyectos, temas, subtemas, propósitos, contenidos, actividades, recursos, materiales, evaluación, etc. Por su parte la planificación se refiere a un proceso de toma de decisiones para alcanzar un futuro deseado, teniendo en cuenta la situación actual y los factores internos y externos que pueden influir en el logro de los productos esperados.

Al respecto, en conclusión, más allá de cuestiones conceptuales, ya que etimológicamente tienen un origen en común, lo relevante es que esta actividad eminentemente docente, se realice a conscientemente, con compromiso porque de la planificación desde un enfoque por competencias, dependerán la implementación, evaluación y seguimiento del proceso de aprendizaje del alumno por competencias; así como la reflexión sobre la misma practica del docente.

La Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) se sustenta en una política publica orientada a elevar la calidad educativa, que coloca en el centro del acto educativo: al alumno; el logro de los aprendizajes esperados; y los estándares curriculares por periodos escolares; favoreciendo el desarrollo de competencias que permitan al estudiante alcanzar el perfil de egreso de la Educación Básica.

En el quehacer educativo se parte de la necesidad de revalorar la importancia de la planificación y la evaluación educativa para hacer frente a las necesidades de responder a las exigencias de formación de los alumnos; por ello, el Diseño Curricular Nacional se basa en un enfoque pedagógico orientado al desarrollo de competencias. Por lo tanto, la planificación, las implementaciones didácticas y la evaluación de los aprendizajes, se tiene que realizar acorde a este enfoque pedagógico.

En el mismo sentido, para la planificación, el desarrollo y la evaluación de los

proyectos didácticos, el referente inmediato son los aprendizajes esperados. Por ello, es conviene tener presente que el primer paso en la gestión de los aprendizajes de los alumnos es conocer el Plan y los Programas de Estudio.

Al respecto, estos documentos señalan que la planificación es un elemento sustantivo de la práctica docente para potenciar el aprendizaje de los estudiantes hacia el desarrollo de competencias; partiendo para ello, del hecho de que la planificación es un proceso mental que orienta las estrategias y acciones en una dirección determinada, estableciendo los medios y recursos necesarios para alcanzar determinados fines, metas, objetivos y/o propósitos. Es decir, a la planificación tenemos que entenderla como un proceso complejo, abarcador y continuo, en constante interrelación con la evaluación, lo que excede ampliamente el documento de carácter administrativo que debe realizar todo docente.

En cuanto a la planificación didáctica, esta una clase especial de planificación que se refiere a las actividades técnico-pedagógicas realizadas en el espacio áulico, que se orienta a organizar las acciones de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación que se llevarán a cabo durante un periodo determinado, ya sea a lo largo de un ciclo escolar, un proyecto o una clase. Se planifica para dar orden, desde un principio de flexibilidad, al conjunto de elementos que conforman el proceso educativo, ya que se ajusta según los logros de los estudiantes o los obstáculos en el aprendizaje que enfrenten. En consecuencia, el diseño de actividades de aprendizaje requiere:

• Del conocimiento de lo que se espera que aprendan los alumnos; • Reconocer que los estudiantes tienen ritmos y estilos de aprendizaje diversos; • Reconocer que los estudiantes se involucran en su proceso de aprendizaje; • Seleccionar estrategias didácticas que propicien la movilización de saberes y de

evaluación del aprendizaje congruentes con los aprendizajes esperados; • Generar ambientes de aprendizaje colaborativo que favorezcan experiencias

significativas. apoyar y acompañar al alumno en su proceso formativo; • Considerar evidencias de desempeño que brinden información al docente para la

toma de decisiones; • Hacer de la escuela una mejor experiencia; • Que los estudiantes perciban aprecio e interés por sus personas; y • Tomar en cuenta los intereses, las motivaciones y los conocimientos previos de los

alumnos.

Resumiendo, la planificación es un elemento sustantivo de la práctica docente para potenciar el aprendizaje de los estudiantes hacia el desarrollo de competencias, que implica organizar actividades de aprendizaje a partir de diferentes formas de trabajo, como situaciones, secuencias didácticas y proyectos. Para ello, las actividades deben representar desafíos intelectuales para los estudiantes con el fin de que formulen alternativas de solución.