Plantasen una tormenta

eléctricaResonancias de la Bauhaus en el arte chileno contemporáneo

Juan José Acevedo · Catalina Bauer · Carlos Costa · María Gabler Rodrigo Galecio · Claudio Herrera · Patricio Kind · Maestro

Iván Navarro · Carlos Ortúzar · Oscar Pérez · Alberto Piwonka Daniela Rivera · Francisca Sánchez · Cristián Silva · Jose Vielva

Eduardo Vilches · Paloma Villalobos

Curaduría:

Rodrigo Galecio · Cristián Silva

Galería Macchina

Escuela de Arte

Facultad de Artes

Pontificia Universidad Católica de Chile

Director Escuela de Arte UC

Luis Prato

Directores Galería Macchina

Francisca García · Tomás Rivas

Coordinadora Galería Macchina

Manuela Flores

Edición

Galería Macchina

Textos

Rodrigo Galecio - Cristián Silva

Corrección de textos

Paula Dittborn

Diseño

Mario Navarro

Fotografía

Constanza Valderrama - Paulina Kim

Agradecimientos

Göethe Institut Santiago, Galería Gabriela Mistral,

Cristóbal Molina, Andrea Ortúzar, Patricia Novoa

Este catálogo fue impreso en Ograma con una edición de 1000 ejemplares

Auspicia:

14 de marzo al 02 de mayo de 2014

Plantasen una tormentaeléctrica

Juan José Acevedo · Catalina Bauer · Carlos Costa · María Gabler Rodrigo Galecio · Claudio Herrera · Patricio Kind · Maestro Iván Navarro · Carlos Ortúzar · Oscar Pérez · Alberto Piwonka Daniela Rivera · Francisca Sánchez · Cristián Silva · Jose Vielva Eduardo Vilches · Paloma Villalobos

Curaduría:

Rodrigo Galecio · Cristián Silva

Resonancias de la Bauhaus en el arte chileno contemporáneo

Plantas en una tormenta eléctricaResonancias de la Bauhaus en el arte chileno contemporáneo

A pesar de su modesto presupuesto y tras casi apenas quince años de funcionamiento (1919 - 1933), la Bauhaus es considerada universalmente la escuela de artes y oficios más influyente de la historia moderna.

En lo que respecta al desarrollo de la cultura visual del mundo occidental, en sus talleres convergieron algunas de las propuestas y reflexiones más visionarias de principios del siglo veinte: bellas artes, diseño, arquitectura y artes aplicadas, se fusionaron en un espíritu de trabajo radical, riguroso y vibrante.

Ya en su extático manifiesto fundacional, el arquitecto Walter Gropius señalaba algunas de las directrices que más adelante se convertirían en los sellos de la institución; entre otras, el cuestionamiento de la barrera entre artistas y artesanos, considerando al artista -en palabras del propio Gropius- “un artesano exaltado”. También, desde un principio, se instaló en la escuela un espíritu más bien antiacadémico, en el que se reemplazaron las nociones de profesor y estudiante por los términos maestro, aprendiz y jornalero.

Lejos de promover una ideología de trabajo homogénea y dogmática, la Bauhaus se caracterizó por dar cabida, simultáneamente, a las más variadas perspectivas artísticas, desde las más funcionalistas y pragmáticas, hasta las más espirituales y sensibles, practicándose una permanente negociación entre idealismo y realismo, romanticismo y ciencia, expresionismo y marxismo. Durante su breve existencia, la Bauhaus no estuvo exenta de intensos conflictos ideológicos, estéticos, políticos y también personales, sin

embargo, primó por sobre todo el diálogo y la persecución de un ideal común.

Desde los cursos preliminares (llamados Vorkurs), se extendía una permanente invitación a los aprendices para liberar su potencial creativo individual, a arriesgarse hacia lo desconocido, a prestarle máxima atención a su entorno cultural local y a trabajar en equipo, considerándose la versatilidad como la máxima virtud, y la especialización el peor vicio.

Recogiendo vertientes derivadas del romanticismo alemán, de la antroposofía, del modernismo ruso, de la Secesión de Viena, del neoplasticismo, del movimiento británico Arts & Crafts e incluso del misticismo oriental, entre muchas otras, la Bauhaus canalizó brillantemente un complejo proceso de reformas en la educación artística (que se había iniciado casi junto con la Revolución Industrial). De este modo, activó nuevas maneras para relacionarse artísticamente con el progreso y forjó un pensamiento contemporáneo integral que vinculó dimensiones a veces tan distantes como la filosofía, la industria, el urbanismo, el teatro y la poesía.

Como en muchos otros lugares del mundo, y ya a partir del primer tercio del siglo veinte, en América Latina también fue posible advertir la influencia de la visión Bauhaus en muchos aspectos de su expresión visual artística. Particularmente evidente en las artes visuales, el diseño y la arquitectura modernista de Argentina, Brasil y Venezuela, el legado Bauhaus ha continuado con gran presencia y vigencia hasta nuestros días.

Georg Muche.Pflanzen im Gewitter. 1922

Óleo sobre tela

En el caso de Chile, son varias las escuelas de arte, diseño y arquitectura que recogieron sus postulados y que, a lo largo de los años y desde sus particularidades locales, han mantenido la permanente voluntad de ponerlos en práctica. Esto es, abordando la creación artística desde una dimensión apasionada y a la vez disciplinada, pulcra pero también desbordante, haciendo especial hincapié en la vinculación de la creación artística con el mundo real y la naturaleza.

Plantas en una tormenta eléctrica (título proveniente de una pintura homónima de Georg Muche, artista y maestro de la Bauhaus), propone una variada selección de obras pertenecientes a artistas y un arquitecto chileno, quienes de alguna manera han nutrido sus prácticas a partir del legado Bauhaus, desde una dimensión a veces íntima, a veces racionalista, lírica y delirante, pero siempre alerta a su contexto.

Destaca en este conjunto la obra de Eduardo Vilches, artista y maestro de excepcional trayectoria en nuestro medio: con motivo del presente proyecto, galería Macchina logró reunir varias piezas suyas que dan cuenta de su gran rigor, sensibilidad y versatilidad, documentando sus incursiones en el dibujo, el grabado, el diseño gráfico, la publicidad y el muralismo, siendo estos múltiples caminos los ejes a partir de los cuales se articulan las demás obras en esta exposición.

Eduardo Vilches. Todo hombre tiene derecho a la libertad de reunión.1978

Serigrafía 56 x 39 cm

Cristián Silva

Cristián Silva

Vista de la exposición en Galería MacchinaDe izquierda a derechaClaudio Herrera, Eduardo Vilches, Rodrigo Galecio, Carlos Costa, Paloma Villalobos, Francisca Sánchez

Cristián Silva

Legado de la Bauhaus en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de ChileEn el desarrollo de la cultura visual del occidente contemporáneo y su esfera de influencia, la Bauhaus ha cumplido un rol determinante, pues, sus profesores no sólo se desempeñaron en Alemania, sino, también en Estados Unidos y desde ahí tuvieron una fuerte influencia en Sudamérica. La galería de arte Macchina de la Escuela de Arte de la Universidad Católica acogió una muestra en que se expusieron obras ligadas de modo diverso al legado de la Bauhaus. Dentro de este conjunto, la obra de Eduardo Vilches se propuso como el eje aglutinante de la muestra.

Josef Albers: origen y destino pedagógico

Josef Albers, quien fuera alumno de Johannes Itten en la Bauhaus, heredó de su maestro la idea de formar alumnos fomentando sus capacidades creativas y no solo habilidades técnicas. Pero este desafío, a su vez, dado que las artes visuales se expresan, en general, a través de la hechura de algo, no podía ser enfrentado sino experimentalmente. Por ello, basado en la práctica, es decir, en la experimentación directa con los materiales y el desarrollo de un proceso de trabajo. Esta orientación posibilitaría conocer el modo

Alberto Piwonka. Diseño de baldosas. 1959. Colegio San Ignacio El Bosque, Santiago. Archivo familia de Alberto Piwonka

cómo el material se comporta para poder así aprovechar sus cualidades expresivas. Pero además, poniendo énfasis en el trabajo en el taller de modo que los alumnos inicien desde el primer momento un proceso de trabajo en el que la práctica se volviera el eje del método pedagógico. Esto, pues el proceso de trabajo y exploración que el artista desarrolla lo conduciría a los resultados y logros artísticos. La idea es que el alumno comprenda prácticamente que el proceso no concluye con una obra consumada, pues ésta estría siempre en curso. Aquello que sería la obra de un artista sería el resultado acumulativo de un proceso que no termina sino hasta que el artista deja de existir.

Enganchado a la idea de “aprender haciendo”1, del filósofo y pedagogo norteamericano John Dewey, Albers, firmemente, consideraba el entrenamiento de la sensibilidad visual, la experiencia y la experimentación como los pilares fundamentales de una pedagogía en el campo de las artes visuales. Justamente, la experiencia que se obtiene del contacto y

experimentación directa con los materiales en el taller tendría, en primer lugar, la función de formar una consciencia crítica sobre lo percibido y, como resultado, fomentar un pensamiento sobre lo sensible y lo visible. Esto queda claramente expresado en la introducción que escribiera para su libro “Interaction of Color”, donde expresa que éste “es el registro de un modo experimental de estudiar el color y de enseñar el color”2. A lo cual agrega que en la percepción visual un color rara vez es visto como realmente es o de acuerdo con su realidad física y que, por ello, el color sería “el medio más relativo en el arte”3 Este planteamiento indicaría que, en primer lugar, estudiar el color no podría ser viable sino por medio de la exposición directa del sujeto a la experiencia perceptiva

1 En inglés su lema de Dewey 2 Albers, Josef. Interaction of Color. 4ª edición revisada y ampliada, Yale University Press , New Haven & London, 2006, p. 1. era el famoso “learning by doing”.3 Ibid, p.1.

Eduardo Vilches. Sin título. 1973. Estudio para mural. 40 x 107 cmMural realizado por el Instituto de Arte de la Universidad Católica de Valparaíso

Carlos Ortúzar. Espigas al viento. 1971. Maqueta escultura FISA, aluminio, esmalte. 107 x25 x 20 cm

del color. En seguida, que sólo sobre la base de esa experiencia es posible, posteriormente, una discriminación del fenómeno que nos permita un conocimiento del mismo y, así, su posible utilización como medio estructurante y expresivo en las artes visuales.

En este sentido, la percepción misma sería para Albers un asunto de primerísima importancia porque la percepción es un componente esencial para el pensamiento productivo en cualquier actividad y en el ámbito general de las arte, lo cual, sería particularmente cierto para el caso de las artes visuales.

Este énfasis puesto en la experiencia perceptiva, pues para Albers el objetivo último era “enseñar a ver”, no ocurrió sin el anclaje correspondiente a una tradición del pensamiento occidental. Así, además de la influencia que Dewey ejerciera en el proyecto pedagógico de Albers, la “Teoría del Color” de Goethe (1810) habría determinado el modo

cómo enfrentar el estudio y la enseñanza sobre los medios esenciales a través de los que las artes visuales se incorporan.

Fue con el interés renovado en el arte Romántico alemán a principios del siglo XX que se recupera el trabajo de Goethe. Adolf Hoelzel, pintor y teórico del color, quien trabajaba en la academia de arte de Stuttgart, inició un movimiento teórico/práctico sobre la enseñanza y uso del color en el campo del arte que, luego, sería continuado por su alumno y asistente Johannes Itten. Así, sería por sobre todo a través de Itten que el trabajo teórico de Goethe encontró renovado interés y que tanto Itten como Paul Klee ocuparon como base, junto a la Farbenkugel de Otto Runge, en los cursos de color en la Bauhaus.

Jose Vielva. Sin título I - IV ( de la serie Especulares). 2009 - 2010Serigrafía y aguafuerte sobre placa de aluminio. 53 x 50 cm c/u

Presencia de la Bauhaus en la Escuela de Arte de la Universidad Católica.

En el año 1953 el artista y profesor Josef Albers visitó Chile. Fue invitado por Sergio Larraín García-Moreno, entonces decano de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica de Chile. A cargo de la organización de la visita estuvo el profesor y arquitecto Alberto Piwonka quien trabajaba en la misma institución. El principal motivo de esta invitación era que el profesor Albers dictara un curso intensivo a través del que enseñara las metodologías y ejercicios fundamentales sobre los que se basara el Vorkurs4que él mismo realizara en la Bauhaus. Este sería el primer paso que se diera en dirección a crear la Escuela de Arte de la P. Universidad Católica de Chile y que situaría la primera orientación pedagógica (e ideológica) sobre la que se instalaría un paradigma de enseñanza artística basado en las orientaciones pedagógicas de la Bauhaus en Chile.

Durante el primer semestre de 1959 el principal profesor asistente de Albers, Sewell Sillman, se hizo cargo de la cátedra de Color y Dibujo 1 en la recién fundada Escuela de Arte de la Universidad Católica. En esa labor conoció como alumno al futuro profesor Eduardo Vilches quien por intercesión del mismo Sillman obtuvo la beca Fulbright (1960-1961) para realizar estudios de perfeccionamiento en la Escuela de Arte de Yale.

La importancia de Sillman, su idea de la enseñanza del arte, la señala Vilches en una entrevista donde plantea que su llegada al arte moderno “fue influencia del aprendizaje del color, de la manera cómo Sillman me enseñó a ver.

Él me metió en el mundo de la creatividad. Yo siempre estaba mirando modelos, aún siendo muy sintético. Con Sillman aprendí a inventar el paisaje, o lo que fuera, y eso me pareció sensacional. Inventar un mundo, tomar elementos que existen, crear algo nuevo”5

“Plantas en una tormenta eléctrica”6

“Plantas en una tormenta eléctrica” se inauguró el 13 de marzo de 2014 en la galería Macchina. Uno de los principales ejes estéticos de la exposición fueron algunas de las primeras obras del artista y profesor Eduardo Vilches, un transmisor de una forma específica de enseñar basada en la sensibilidad y el estímulo de las capacidades creativas y expresivas del sujeto. En torno a esta muestra hubo obras de artistas que no necesariamente realizaron sus estudios en una misma escuela, pero en cuyos trabajos se puede identificar una clara inclinación al trabajo experimental donde la sensación, la percepción y el pensamiento visual serían guías fundamentales para el desarrollo y el proceso de creación artística. Lo que cohesionó la muestra fue una cuestión ligada al proceso de creación, la apertura de variables que permiten los procesos de creación orientados experimentalmente, la heterogeneidad de formas de expresión y no la ligazón a un posible estilo común homogéneo. Lo que se enfrentó así, entre otros supuestos, es la idea equívoca de un estilo Bauhaus.

Rodrigo Galecio

4 Curso preliminar.5 Vilches, Eduardo en Swinburn, Daniel. Cuaderno N° 10 Cuadernos de Arte de la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile, 2004, p. 18.6 Título proveniente de una pintura homónima del artista alemán Georg Muche.

ArribaOscar Pérez

Sin título. 2013Dibujo sobre papel. 21,5 x 27,5 cm

AbajoCristián Silva

New Order . 2010Maletín portafolios, madera pintada y calada. 43,5 x 59 cm

De izquierda a derecha María Gabler, Cristián Silva, Oscar Pérez, Patricio Kind

Patricio Kind Calcetín sucio. 2012

acrílico sobre tela, 50 x 20 cm.

Daniela Rivera. Dibujo proyecto Mimicry. 2005Óleo sobre papel

58,5 x 79 cm

Rodrigo Galecio. Construcción rosa. 2004·2013Madera, látex y spray acrílico. 26 x 13 x 13 cm

Eduardo Vilches. Ejercicios en papel plegado para taller de escultura. 1960Yale Univerity. 10 x 10 cm c/u

Arriba Catalina Bauer. Trabajaba y cavilaba. 2008

Stills video animación, dibujos por encargo. 0´11´

Página izquierdaJuan José Acevedo. Selección de dibujos. 2009 · 2011

Impresión sobre papel Hahnemühle Photo Luster 260 grms. 25 dibujos de 21 x 29,7 cm c/u

Vista de la exposición en Galería MacchinaDe izquierda a derechaEduardo Vilches, MAESTRO, Francisca Sánchez, Iván Navarro, María Gabler, Alberto Piwonka, Daniela Rivera, Oscar Pérez, Al centro Alberto Piwonka , Carlos Ortúzar

MAESTRODisco vinilo. Carátula disco MAESTRO 1. 199831 x 31 cm

Carlos Costa. PPL-3 (prototipo para la limpieza nº 3). 2005Video regsitro. 3´28´

Vista de la exposición en Galería MacchinaDe izquierda a derechaCristián Silva, Rodrigo Galecio, Eduardo Vilches, Iván Navarro, Francisca Sánchez, Jose Vielva, Catalina Bauer, Patricio KindAl centro Carlos Ortúzar, Alberto Piwonka

Francisca Sánchez. Medardo Rosso. 2014Esponja y yeso. 64 x 47 x 90 cm

Pág. derechaClaudio Herrera. Deleuze Yankee (detalle). 2003Técnica mixta sobre papel. 110 x 77 cm

ArribaCatalina Bauer. Fracción 1/2 (de la serie Fracciones). 2012Cordel encerado tejido a crochet. 80 cm ø

Pág. IzquierdaPaloma Villalobos. Quiebre ( de la serie Continente imaginario). 2014Fotografía Impresión Giclée . 110 x 80 cm

Paloma Villalobos. Legoupil ( de la serie Continente imaginario). 2014Fotografía Impresión Giclée . 110 x 80 cm

Pág. derecha arribaIván Navarro

Gráfico Nº 4. 1996Serigrafía y guache sobre papel

70 x 94 cm

Pág. izquierda arribaEduardo Vilches.

Portada libro Entre Hegel y Marx. 196923 x 14 cm

Rodrigo GalecioYellow Submarine. 2011

Impresión digital. 50 x 35 cm

Pág. izquierda abajoMaría Gabler

Arquitectura Nula (Modelo 1). 2013Repisa, maquetas de cartón y acrílico,

Video de animación 3DDimensiones variables

Un proyecto financiado por FONDART,

convocatoria 2014