Poder y estado

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    Poder – Estado y las cuatro mujeres de Dios 1

    Daniela Leytón Michovich

    El presente trabajo pretende articular los trabajos de Johanna Kantola,

    2006, Feminism , Palagrabe, edit, quien realiza un mapa de la diversidad de perspectivas

    del feminismos sobre el Estado y cómo la teoría del Estado ha cambiado gracias a estos

    debates, por otro lado, Connell, R W, 1990, The State, Gender and Sexual Politics :Theory and Appraisal ”, Theory and Society , realiza una revisión de las diferentes formas

    de pensar el género, la sexualidad y el Estado, haciendo énfasis en algunas bases teóricas

    pero no como una alternativa al Estado Patriarcal, si no como “un fenómeno colectivo ,

    un aspecto de las instituciones sociales y la vida personal, por tanto como algo interno y

    externo al Estado” 2, además de entender esta aproximación como un acumulado histórico.

    Finalmente, y en un intento de acercarse a América Latina, se considera el texto de

    Mercedes Prieto, 2015, The State and Indigenous Women in Ecuador , 1925-1975, en elcuál la autora, analiza la relación del Estado y las comunidades indígenas, a partir de los

    esfuerzos del Ministerio del Ecuador de Bienestar Social, para “proteger” “integrar” a

    estas comunidades, mediante una serie de mecanismos.

    En cuanto a la estructura del ensayo, en un primer momento se realiza una revisión

    de la categoría de feminismo como movimiento social, en términos históricos tomando

    en cuenta brevemente las tres olas del feminismo, con la transversalización de las

    categorías de Poder-Feminismo y Estado como una suerte de diálogo. Es importante

    destacar que la división de las tres olas, funciona como una suerte de organización de la

    información, lo que quiere decir, por ejemplo, que el hecho que se cite al feminismo

    liberal en la segunda ola, no implica que este no esté vigente en la actualidad mediante

    algunas de sus representantes, lo mismo con los demás movimientos.

    1 En referencia al libro de similar nombre: Las cuatro mujeres de Dios: la puta, la santa, la loca y la tonta,

    de Guy Bretchel, 1996., en alusión a la fragmentación y control de la noción de mujer para sudominación.2 Connell, 509

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    En un segundo momento, se pretende revisar la categoría de la masculinidad – lo

    femenino y lo feminizante, mismas que pueden dar cuenta de la paradoja entre lo

    individual, lo colectivo y la libertad, frente al Estado.

    En este marco, el tránsito de la emancipación femenina ha pasado por varias

    reflexiones, de carácter progresivo y acumulativo, en el reconocimiento su sometimiento

    en términos: económicos, físicos, cognitivos, políticos, etc. Así, como señalaría Kantola

    citando a Acker (1992:251- 5), los aportes del movimiento feminista se retratarían “desde

    la exposición del carácter de género y del patriarcado en las instituciones prácticas y

    políticas de Estado […] patentando la distinción entre: mujer, masculino y femenino ”3

    También se pretende hacer un énfasis en lo que los autores rescatan como aspectos

    que hacen a la operación del poder mediante el Estado: régimen de Estado y aquellas

    prácticas de Estado que hacen a la construcción de subjetividades a través de la

    segmentación de la mujer. En un tercer momento y a modo de cierre se pretende

    reflexionar críticamente sobre el feminismo desde América Latina y algunos aportes.

    La primera ola (Feminismo 4) : En este primer momento, se puede decir que es el

    patriarcado , como categoría el modelo de construcción social, que se basa en la

    desigualdad de los sexos a partir de la biologización y la diferencia en la función

    reproductiva, que justifica la supremacía del hombre sobre la mujer.

    En este marco, las ideas de progreso que vinieron de la mano de la ilustración,

    cuestionaron los establecimientos de las diferencias “naturales” entre hombres y mujeres

    y sobre todo la posi ción del “varón” como sujeto agente reconocido por la sociedad

    Estamental.

    Así, Olympe de Gouges y Mary Wollstoncraft, cuestionarían el marco de los

    “derechos del hombre ”, como no universales , donde la “igualdad de derechos” apunta a

    la “aristocracia del sexo” “los derechos del varón” “aristocracia de la propiedad” 5 . Deesta manera de acuerdo a Connell, los derechos están ligados al Estado que es un árbitro

    que está del lado de los varones. 6

    3 Kantola, 1194 Aún el movimiento no recibe el nombre de feminista. El debate sobre el origen del término está entre la autoría deCharles Fourier en el siglo XIX, quién lo usa como neologismo, igual que otro varón francés de apellido Faneau,ambos se refieren a él en términos despectivos y aludiendo a la feminización del varón como una enfermedad.5 Connell, 5126 Connell, 512

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    La segunda ola: El feminismo liberal de acuerdo a Kantola “buscaba canales alternativos

    a las influencias políticas principalmente de la sociedad civil” 7 la autora señala la

    importancia en el contexto Anglo- Americano, donde los debates, “se paralizaron en la

    dicotomía “dentro” “fuera” de las teorías del Estado” 8, y donde las feministas liberales

    representan el “dentro” del Estado, como una posibilidad de transforma ción del Estado

    desde adentro. Las críticas a esta posición se dan a partir del riesgo de cooptación de

    demandas, por parte del Estado.

    De acuerdo a Kantola y Connell, este movimiento, está interesado en aspectos como

    la ciudadanía, la familia, derechos individuales, propiedad 9, y sobre todo en los términos

    de las políticas, de hecho, los conceptos de igualdad y universalidad se encuentran en el

    centro del debate y permitieron el ingreso de las mujeres a un campo institucional

    dominado por varones. 10

    El feminismo l iberal, de acuerdo a Kantola, define el Estado como “un árbitro neutral

    entre los diferentes intereses de los grupos, en vías a acercarse a las teorías pluralistas del

    Estado” 11 , en este sentido, de acuerdo a la autora, las diferencias entre hombres y mujeres

    no son pertinentes en la esfera pública, de hecho los dos deben ser tratados igualmente en

    calidad de ciudadanos del Estado. En cuanto a la familia, los modelos de justicia se

    extendieron al ámbito familiar, siendo este el mayor lugar de reproducción de

    desigualdad, lo que permitió al Estado penetrar esta esfera con la ley familiar. 12

    En cuanto a la dimensión de sexualidad 13, expuesta por Connell, se entiende que

    categoría de ciudadanía es asexual, como señalarían los socialistas y anarquistas, el tema

    del Estado, pasa por un asunto de clase, donde las personas que pertenecen a la clase son

    vistas como del mismo sexo. 14

    En cuanto al género, el autor explica que la ciudadanía, implica una sociología de

    género silenciada o no mencionada en las teorías del Estado. 15 Así por ejemplo el derecho

    al voto, es una búsqueda de pertenencia a la comunidad política y una puerta de entradaal derecho de propiedad, lo que en más tarde llevaría al feminismo liberal a involucrarse

    en la esfera de administración de la economía, la cultura, el desarrollo y por tanto, a la

    7 Kantola, 1188 Kantola, 118 9 Connell, 51010 Kantola, 12011 Kantola, 11912 Kantola, 12013 Sexualidad entendida como tecnología del Estado para autoras como Beatriz Preciado.14 Connell, 51015 Connell, 511

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    esfera pública. 16 Una de las observaciones a esta corriente, es que falla en entender las

    relaciones estructurales de la vida de las mujeres. 17

    En términos de detentación de poder, el liberalismo, lo que promueve es el sistema

    de representación. De acuerdo a Connell , este tema “ está ligado a la distinción entre lo

    público, que es donde ocurre y lo privado que es la vida personal” 18 asi son los hombres

    los actores económicos y políticos por excelencia.

    Según Connell es el feminismo socialista, el que observa la conexión entre la familia

    y la economía, como claves teóricas de opresión hacia la mujer, donde el Estado al operar

    estratégicamente regulando los sistemas de la familia y del trabajo, somete a la mujer

    mientras se presenta como neutral en términos de género para ganar legitimidad. 19

    Feminismo y marxismo: Para Connell, el análisis del Estado desde el marxismo, viene

    a ser desde el concepto de clase que excluye la producción doméstica y el trabajo de la

    mujer 20 y que justifica la división del trabajo y su bajo salario en miras de un Estado de

    bienestar, de la familia y de la sobrevivencia personal 21.

    Kantola, señala que la influencia del marxismo en el feminismo data de 1970 y trata

    conceptos de trabajo y reproducción de la fuerza de trabajo, con lo que estas feministas

    arguyen que la existencia de la familia es en primera instancia un resguardo del bienestar

    de la política estatal. 22Una de las observaciones a este tipo de empate feminista-marxista

    es que no permite un marco más amplio ya que se centra en el economicismo. 23

    Feminismo radical: Este movimiento nace en contraposición al feminismo liberal,

    emplea los conceptos de género y sexualidad 24, trata la categoría del patriarcado , de

    acuerdo a Kantola, para estas feministas “el punto de vista del Estado es patriarcal por lo

    tanto no existe un punto de giro de regreso al Estado” 25

    De acuerdo a Connell y Kantola 26, el estado no es esencialmente patriarcal o

    masculino, si no que fue históricamente patriarcal y que ese patriarcalismo está en permanente cambio, en términos de opresión, posibilidades históricas, resistencias y

    16 Connell, 512-51317 Kantola, 12718 Connell, 52219 Connell, 51520 Connell, 51121 Connell, 51222 Kantola, 12223 Kantola, 12824 Kantola, 121 25 Kantola, 12126 Kantola, 127

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    transformaciones. 27 Ahora bien, el mismo autor rescata que “el carácter central del Estado

    es la institucionalización del poder y su trayectoria histórica en la regulación y

    constitución de las relaciones de género que es inevitablemente el mayor campo de lucha

    como reto d el patriarcado” 28

    Feminismo nórdico. Es el que se identifica con el Estado de bienestar, analiza, de

    acuerdo a Kantola, el Estado desde una perspectiva diferente al marxismo y al feminismo

    radical. 29., su impacto sobre el patriarcado no es tan efectivo. Este movimiento reconoce

    al Estado como un proveedor, que supone la entrada de mujeres empoderadas en su

    dinámica institucional, sin embargo este enfoque no reconoce las múltiples variaciones y

    espacios sobre los cuáles actúa. 30

    La tercera ola del Feminismo:

    Feminismo de la diferencia: Este tipo de feminismo, está vinculado con la

    heteronormatividad, por tanto con la diversidad de las sexualidades, tal vez su mayor

    exponente en la década del 80 fue el movimiento gay en Estados Unidos. En otro ámbito,

    el feminismo por la diferencia, asume el esencialismo afectivo como parte importante de

    su definición, en este sentido, por ejemplo, el medio ambiente y la preocupación ecológica

    se centra en las mujeres por el carácter de la naturaleza y la “moralidad superior”, desde

    ahí lo que exalta es la diferencia de otro varón, no a partir de la confrontación, si no de la

    exaltación de rasgos como la pasividad y la ternura para definir la feminidad.

    Ante esta emergencia de lo diverso, el feminismo Sueco propone la

    interseccionalidad como una alternativa metodológica que invita a enfocar, ya no el tema

    de género si no aquellos aspectos que hacen a la opresión de la mujer y la desigualdad en

    general. 31 Carmen Expósito explica los orígenes del término: “Kimberlé Crenshaw

    (autora del término) consideró que había categorías como la raza y el género que

    interseccionaban e influían en la vida de las personas. Para ella el racismo no tenía los

    mismos efectos sobre los hombres que sobre las mujeres negras y tampoco éstas no vivíanlas consecuencias del sexismo de igua l forma que las mujeres blancas” 32

    27 Connell, 53528 Connell, 53529 Kantola, 12330 Kantola, 124-125 31 En: http://www.inmujeres.gub.uy/innovaportal/file/21639/1/2_awid_interseccionalidad.pdf32 En: https://revistas.ucm.es/index.php/INFE/article/viewFile/41146/39358

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    II. La masculinidad, lo femenino, lo feminizante:

    Connell, cita a Burton para hablar del “Estado en la constitución de la estructura

    social, enfatizando la forma en que cada masculinidad y feminidad y su relación entre

    ellas producen efectos en las políticas de Estado y sus estructuras (escuela –familia)” 33

    La masculinidad se configura en el imaginario como una construcción en base a

    la negación fuertemente ligada a la violencia como práctica habitual y como un recurso

    de posicionamiento, en palabras de Connell , es un tipo de “masculinidad especializada en

    la violencia [ …] orientada desde el siglo XIX a una masculinidad hegemónica organizada

    alrededor de temas de racionalidad, cálculo y orden” 34. De acuerdo a Connell , “l a idea

    del "Estado masculino" difundido en la literatura feminista (1970) habló del "sado-

    estado ” como un aspecto destructivo de la sexualidad masculina. Esta idea estaba ligada

    al movimiento homosexual y antiguerra- feminista” 35

    La feminización de lo masculino 36, fue fuertemente reprimida por el Estado, porque se

    entendió esta forma de ser como amenazante, de ahí, la represión gay de la que habla

    Connell, criminalizó la homosexualidad y creo la policía homofóbica.

    En este sentido Connell, coloca en relieve dos momentos clave para la comprensión

    del patriarcado y estos son: a. un primer momento en el que el Estado se ve como

    mensajero del patriarcado, como un agente de los intereses de los hombres, propuestasostenida generalmente por el feminismo liberal y b. el Estado como patriarcal, como

    dirían las feministas radicales en el sentido de que “las leyes tratan a las mujeres como

    los hombre s ven y tratan a las mujeres” ( Mackinnon, 1989:162-2) 37

    El estado Patriarcal entonces, se lograría a partir de la operación del delito mediante

    la ley, como en el caso de la violación 38, donde la “objetividad” puede ser la técnica

    mediante la cual opera el poder para no responder a la víctima y encubrir al agresor. Esta

    práctica, puede derivar también en otros ámbitos como una evaluación de capacidades en

    el área laboral, como ejemplifica el autor, o bien en lo que son leyes para normar los

    criterios de participación de mujeres, por ejemplo en el voto. En términos Foucault, se

    33 Connell, 51534 Connell, 520 -521 35 Connell, 51636 O la acción en donde aparece la feminidad,37 En Kantola, 12138 Connell, 517

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    podría pensar que Connell alude a los dispositivos de Estado 39, que también contribuyen

    a un patrón de patriarcado en permanente movimiento y transformación (actualización). 40

    El postestructuralismo feminista entiende al Estado, focalizándose en las relaciones

    y técnicas de gobierno y tal vez, según Kantola, opera a partir del contra-argumento y la“deconstrucción de la mujer y de su subjetividad” 41 como un punto de partida, lo mismo

    que para hablar del Estado se debe rechazar la categoría de Estado ( Allen, 1990) 42, asi

    los enfoques deben ir en las prácticas de Estado, las relaciones de poder, las micro-

    practicas : inmigración, violencia, sexualidad, estereotipos y en no usar la dicotomía : in

    – out , si no que apuntar a un carácter diferencial y multifactorial. 43

    De igual forma el feminismo socialista , que tomó insumos del marxismo y del

    feminismo radical, lo que hace es identificar las formas de opresión a la mujer en al menos

    tres aspectos, citados por Kantola: a. la exclusión de la mujer de una ley de protección

    laboral, b. el control sobre su sexualidad c. la resistencia del Estado a las familias que no

    tienen carácter nuclear. 44

    Connell, muestra una influencia de Foucault, cuando advierte de los silencios de

    género en la teoría del Estado son importantes, en la medida que el Estado es “un vehículo

    significativo de la opresión de género y de su regulación” 45

    Técnicas de poder del Estado:

    1.- Régimen de género: De acuerdo a Connell : “El E stado es un portador de género

    (aunque en una forma mucho más compleja que las ideas del "Estado masculino ”). Cada

    Estado tiene un "régimen de género" def inible que es el precipitado de luchas sociales” 46.

    Así el régimen de género operara primero desde la división del trabajo y más tarde como

    un patrón dentro de los programas de igualdad y equidad. A su vez opera mediante la

    estructura de poder habilitada por la burocratización, que establece estructuras,racionalidades, redes y prácticas determinadas, dentro de las estructuras estatales.

    39 Connell, 51740 Connell, 53541 Kantola, 130 42 Kantola, 12543 Kantola,124-12544 Kantola, 12245 Connell, 51946 Connell, 523

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    2.- Cathexis: Por otro lado Connell señala la estructura de la Cathexis como dispositivo

    psicológico, que se da mediante la producción de teorías de la personalidad que atribuyen

    características determinadas a los líderes 47 . Ahora bien, no se trata de una masculinidad

    de carácter fijo y constante en el tiempo, se trata del lugar que ocupa la masculinidad en

    el marco de lo hegemónico, en un modelo dado de relaciones. 48

    3.- Encarn ar, por tanto “hacer” el género 49 . Esto a partir de la definición y de la

    regulación.

    4.- Reacción y regulación de los componentes que hacen al Estado: Es en esta técnica

    en la que Connell, menciona más el poder y control sobre el cuerpo, primero con la

    masculinización de la fuerza militar que coloca a los superiores en jerarquía, como los

    generales, como administradores de la fuerza y de la violencia. Una forma de control

    sobre el cuerpo a partir de los discursos de salud y moralidad, crean y definen la categoría

    de la prostituta y del homosexual. Por otro lado, una forma de control racial, prohíbe la

    unión entre colonizadores y colonizados, mediante la prohibición del matrimonio. 50

    5.- El Estado, regula y crea y es la principal estaca en las políticas de género 51:

    Connell menciona esto principalmente en cuanto al control que ejerce el Estado liberal

    sobre la maquinaria de las conductas en las políticas de género. 52 Sea a partir del control

    de la salud (VIH), la iglesia, las mismas mujeres (oposición al aborto) o los partidos

    políticos.

    6.- Crisis permanente: El Estado y las relaciones de género son históricamente

    dinámicos lo que permite nueva posibilidades de políticas 53

    III. Poder- Estado y mujeres en América Latina:

    Pensar América Latina, advierte Mignolo, es considerar que la traducción moderna

    colonial se expresa en la invención de América Latina y la articulación con la latinidad 54

    por fuerza del ethos criollo, por lo que se hace necesario el reclamo de los derechos

    epistémicos de este sujeto en desventaja y de su pensamiento nacido en la exterioridad. 55

    47 Connell, 52648 Connell. La organización social de la masculinidad, California Press. Berkeley 1995: 11.49 Connell, 52750 Connell, 529-53051 Connell, 530-53252 Connell, 53153 Connel,532 54 Mignolo 16455 Mignolo, 140

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    Quijano, desde la colonialidad del poder , da cuenta de las implicaciones de la

    subordinación cognitiva occidental que opera a partir de la categoría de raza como elemento

    clasificatorio y mecanismo de control de todas las áreas de la existencia humana.

    La raza es una de las categorías principales que permite la operación de la

    colonialidad del poder , es diferente de xenofobia, se entiende la raza como “un patrón

    clasificatorio y ordenador que permite prestar atención a las resignificaciones de las

    formas de poder por razones transversales de género, como organizador de la economía

    en términos de fuerza de trabajo y como articulador de una pedagogía de racismo a partir

    de la consideración de las “identid ades como negativas” 56. La finalidad del discurso

    eurocéntrico entonces es “reproducir el poder para mantener la dominación, la

    explotación y el conflicto, por el control de cada uno de los ámbitos de la experiencia

    humana (trabajo, sexo, subjetividad/ inte rsubjetividad, autoridad colectiva, naturaleza”. 57

    Si se observa la región latinoamericana desde un lente histórico, en un corte

    colonial, independencia y republicano, no es posible encontrar referencias sobre mujeres

    indígenas, afro, europeas que sean parte de lo que se conoce como “ la historia oficial” , el

    lugar de ellas está en estudios aislados, o en roles secundarios. Este silencio motivó en las

    últimas décadas una serie de estudios para hacer visible a estos actores, que, sin embargo

    en su eclipse dan cuenta de la operación del Estado sobre sus vidas, sus actividades, sus

    cuerpos.

    En este sentido durante la colonia, es posible identificar un mecanismo religioso

    patriarcal asociado a la sumisión de la mujer en general y a la virginidad de las mujeres

    blancas en particular, que no necesariamente coincidía con los patrones establecidos por

    comunidades de mujeres indígenas donde el rol de la mujer podía incluso encontrarse en

    posiciones de liderazgo y poseer autonomía en relación a su cuerpo.

    La norma colonial, además, establecía la prohibición de un matrimonio interétnico

    pero no sancionaba los abusos de los conquistadores sobre las mujeres indígenas a quienes

    se violentaba además bajo el argumento generalizado de la sospecha de “ausencia de

    alma”. Sin embargo, la resistencia de las mu jeres en esta época, estaba presente, como en

    el caso del aborto inducido por colectivos de mujeres afros que rechazaban tener más

    hijos para sostener la economía y el negocio esclavo del amo.

    56 Quijano, Colonialidad del poder, 316-31857 Quijano. Colonialidad del poder, 290

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    Por otro lado los mecanismos de extensión del Estado también funcionaron a partir

    de la misión andina indígena y su operación de inserción en la comunidad, a partir de

    imaginarios elitistas sobre la vida de las mujeres y las comunidades, mediante la

    socialización de categorías arbitrarias que daban cuenta de la vida de las mujeres

    indígenas: a. familia tradicional, b. segregación , ambos términos con implicaciones que

    colocaban a los pueblos indígenas en una escala de inferioridad frente a otros grupos

    nacionales y que más tarde justificarían la introducción de dispositivos estatales como

    vacunaciones, planes de salud, planes de agricultura, etc. 63

    Lo particular de estas acciones radica en posicionar a la mujer indígena, como

    intermediaria en la esfera de lo público como de lo privado 64., que en palabras de s Andrés

    Guerrero se trataría de “ un agente social que sirve de interfaz y pone en marcha eldispositivo político de representación [ …] hace inteligible (las palabras)para el Estado

    liberal” de tal manera que “ el “ventrílocuo” conoce los circuitos del poder en la

    burocracia y maneja el “ sentido del juego” (Bourdieu) del campo político tanto en la

    trans escena regional como en el poder central. 65

    Conclusiones.

    En términos de los estudios de género y su relación con el Estado, el discurso que se

    presenta en los textos revisados fue predominantemente occidental, sin embargo la lectura

    de sus aportes a la teoría de Estado, ayuda a visibilizar el valioso y progresivo avance de

    la lucha de las mujeres, en un antes que intenta penetrar al Estado, luego el estar por fuera

    y enfrente del Estado y en la actualidad, el reconocimiento del Estado como patriarcal.

    Es importante considerar también, la ampliación de la mirada a nuevas metodologías

    con criterios multifactoriales para nombrar la desigualdad, es decir, para evidenciar los

    dispositivos y tácticas que superan al movimiento feminista como tal y se concentran en

    el fenómeno de violencia, poder y desigualdad . Esta metodología entonces supone la

    identificación y reconocimiento de los regímenes de poder y de cómo las técnicas y

    táctica s de poder intervienen en la construcción de subjetividades .

    63 Prieto, 156-157 64 Prieto, Estado y colonialidad. Mujeres y familias quichuas de la Sierra del Ecuador, 1925-1975. Flacso Andes,201565 Andrés Guerrero, Una imagen ventrílocua: el discurso liberal de la “desgraciada raza indígena “a fines del siglo

    XIX. En Imágenes e Imaginarios: representaciones de los indígenas ecuatorianos siglos XIX y XX. Blanca Muratorio(ed) (Quito: Flacso, 1994) 240.242.

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