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1 MEME NEGUITO (fragmento) Nicomedés Santa Cruz ¡Ay canamas camandonga! ¿qué tiene mi cocotín? mi neguito chiquitín, acuricuricandonga... Epéese a que le ponga su chupón y su sonaja. Meme meme, buenalhaja, pepita de tamarindo. Duéimase mi nego lindo: ¡meme meme, já-ja já-ja...! Su mare no vino ayé, su mama se fue antianoche; dicen que subió enun coche... ¡pero tiene que volvé! Su maire é buena mujé, -a veces medio marraja-. Yo no sé si nos ultraja ¡pero si resutta cieito...! (Mejó tú no etés despieito) ¡meme meme, já-ja já-ja...! BORDAS DE HIELO César Vallejo Vengo a verte pasar todos los días, vaporcito encantado siempre lejos... ¡Tus ojos son dos rubios capitanes; tu labio es un brevísimo pañuelo rojo que ondea en un adiós de sangre! Vengo a verte pasar; hasta que un día, embriagada de tiempo y de crueldad, vaporcito encantado siempre lejos, ¡la estrella de la tarde partirá! Las jarcias; vientos que traicionan; vientos ¡de mujer que pasó! Tus fríos capitanes darán orden; ¡y quien habrá partido seré yo...! PRISIONERO SIN HORIZONTE Guillermo Apollinaire Prisionero sin horizonte Oigo los ruidos de la calle Y veo sólo un cielo hostil Y el blanco muro de mi cárcel Huye la tarde en mi prisión Una dulce lámpara arde Estamos solos en mi celda Bella luz razón adorable POEMA PÓSTUMO DE CÉSAR VALLEJO (fragmento) Confianza en el anteojo, no en el ojo; en la escalera, nunca en el peldaño; en el ala, no en el ave y en ti solo, en ti solo, en ti solo. Confianza en la maldad, no en el malvado; en el vaso, más nunca en el licor; en el cadáver, no en el hombre y en ti solo, en ti solo, en ti solo. EL BUEN SENTIDO (fragmento) HAY, MADRE, UN sitio en el mundo, que se llama París. Un sitio muy grande y lejano y otra vez grande. Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar. VERANO (FRAGMENTO) Verano, ya me voy. Y me dan pena las manitas sumisas de tus tardes. Llegas devotamente; llegas viejo; y ya no encontrarás en mi alma a nadie. Verano! y pasarás por mis balcones con gran rosario de amatistas y oros, como un obispo triste que llegara de lejos a buscar y bendecir los rotos aros de unos muertos novios. EL POETA A SU AMADA Amada, en esta noche tú te has crucificado sobre los dos maderos curvados de mi beso, y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado, y que hay un viernesanto más dulce que ese beso. En esta noche rara en que tanto me has mirado, la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso. En esta noche de setiembre se ha oficiado mi segunda caída y el más humano beso. Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos; se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura; y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos. Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos; ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura

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  • 1

    MEME NEGUITO (fragmento)

    Nicomeds Santa Cruz

    Ay canamas camandonga!

    qu tiene mi cocotn?

    mi neguito chiquitn,

    acuricuricandonga...

    Epese a que le ponga

    su chupn y su sonaja.

    Meme meme, buenalhaja,

    pepita de tamarindo.

    Duimase mi nego lindo:

    meme meme, j-ja j-ja...!

    Su mare no vino ay,

    su mama se fue antianoche;

    dicen que subi enun coche...

    pero tiene que volv!

    Su maire buena muj,

    -a veces medio marraja-.

    Yo no s si nos ultraja

    pero si resutta cieito...!

    (Mej t no ets despieito)

    meme meme, j-ja j-ja...!

    BORDAS DE HIELO

    Csar Vallejo

    Vengo a verte pasar todos los das,

    vaporcito encantado siempre lejos...

    Tus ojos son dos rubios capitanes;

    tu labio es un brevsimo pauelo

    rojo que ondea en un adis de sangre!

    Vengo a verte pasar; hasta que un da,

    embriagada de tiempo y de crueldad,

    vaporcito encantado siempre lejos,

    la estrella de la tarde partir!

    Las jarcias; vientos que traicionan; vientos

    de mujer que pas!

    Tus fros capitanes darn orden;

    y quien habr partido ser yo...!

    PRISIONERO SIN HORIZONTE

    Guillermo Apollinaire

    Prisionero sin horizonte

    Oigo los ruidos de la calle

    Y veo slo un cielo hostil

    Y el blanco muro de mi crcel

    Huye la tarde en mi prisin

    Una dulce lmpara arde

    Estamos solos en mi celda

    Bella luz razn adorable

    POEMA PSTUMO DE CSAR VALLEJO

    (fragmento)

    Confianza en el anteojo, no en el ojo;

    en la escalera, nunca en el peldao;

    en el ala, no en el ave

    y en ti solo, en ti solo, en ti solo.

    Confianza en la maldad, no en el malvado;

    en el vaso, ms nunca en el licor;

    en el cadver, no en el hombre

    y en ti solo, en ti solo, en ti solo.

    EL BUEN SENTIDO (fragmento)

    HAY, MADRE, UN sitio en el mundo, que se llama

    Pars. Un sitio muy grande y lejano y otra vez grande.

    Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no

    porque empieza a nevar, sino para que empiece a

    nevar.

    VERANO (FRAGMENTO)

    Verano, ya me voy. Y me dan pena

    las manitas sumisas de tus tardes.

    Llegas devotamente; llegas viejo;

    y ya no encontrars en mi alma a nadie.

    Verano! y pasars por mis balcones

    con gran rosario de amatistas y oros,

    como un obispo triste que llegara

    de lejos a buscar y bendecir

    los rotos aros de unos muertos novios.

    EL POETA A SU AMADA

    Amada, en esta noche t te has crucificado

    sobre los dos maderos curvados de mi beso,

    y tu pena me ha dicho que Jess ha llorado,

    y que hay un viernesanto ms dulce que ese beso.

    En esta noche rara en que tanto me has mirado,

    la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.

    En esta noche de setiembre se ha oficiado

    mi segunda cada y el ms humano beso.

    Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;

    se ir secando a pausas nuestra excelsa amargura;

    y habrn tocado a sombra nuestros labios difuntos.

    Y ya no habrn reproches en tus ojos benditos;

    ni volver a ofenderte. Y en una sepultura

  • 2

    los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.

    IDILIO MUERTO

    Qu estar haciendo esta hora

    mi andina y dulce Rita de junco y capul;

    ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita

    la sangre, como flojo cognac, dentro de m.

    Dnde estarn sus manos que en actitud contrita

    planchaban en las tardes blancuras por venir;

    ahora, en esta lluvia que me quita

    las ganas de vivir.

    Qu ser de su falda de franela; de sus

    afanes; de su andar;

    de su sabor a caas de mayo del lugar.

    Ha de estarse a la puerta mirando algn celaje,

    y al fin dir temblando: Qu fro hay... Jess!

    y llorar en las tejas un pjaro salvaje.

    autgrafo

    MARCHA FNEBRE DE UNA MARIONNETTE

    (fragmento)

    JOS MARA EGUREN

    Suena trompa del infante con aguda meloda...

    La farndula ha llegado a la reina Fantasa;

    Y en las luces otoales se levanta plaidera

    La carroza plaidera.

    Pasan luego, a la sordina, peregrinos y lacayos

    Y con sus caparazones los acfalos caballos;

    Van azul melancola

    La mueca. No hagis ruido!;

    Se dira, se dira

    Que la pobre se ha dormido.

    LOS REYES ROJOS

    Jos Mara Eguren

    Desde la aurora

    Combaten los reyes rojos,

    Con lanza de oro.

    Por verde bosque

    Y en los purpurinos cerros

    Vibra su ceo.

    Falcones reyes

    Batallan en lejanas

    De oro azulinas.

    Por la luz cadmio,

    Airadas se ven pequeas

    Sus formas negras.

    Viene la noche

    Y firmes combaten foscos

    Los reyes rojos.

    EL CABALLO Viene por las calles,

    a la luna parva,

    un caballo muerto

    en antigua batalla.

    Sus cascos sombros...

    trepida, resbala;

    da un hosco relincho,

    con sus voces lejanas.

    En la plmbea esquina

    de la barricada,

    con ojos vacos

    y con horror, se para.

    Ms tarde se escuchan

    sus lentas pisadas,

    por vas desiertas

    y por ruinosas plazas.

    ME PEINA EL VIENTO LOS CABELLOS

    (fragmento)

    Pablo Neruda

    Me peina el viento los cabellos

    como una mano maternal:

    abro la puerta del recuerdo

    y el pensamiento se me va.

    Son otras voces las que llevo,

    es de otros labios mi cantar:

    hasta mi gruta de recuerdos

    tiene una extraa claridad!

    RIMA LXXIII (fragmento)

    Gustavo Adolfo Bcker

    Cerraron sus ojos

    que an tena abiertos,

    taparon su cara

    con un blanco lienzo,

    y unos sollozando,

    otros en silencio,

    de la triste alcoba

    todos se salieron.

    La luz que en un vaso

    arda en el suelo,

    al muro arrojaba

  • 3

    la sombra del lecho;

    y entre aquella sombra

    vease a intervalos

    dibujarse rgida

    la forma del cuerpo.

    RIMA VII

    Del saln en el ngulo oscuro,

    de su duea tal vez olvidada,

    silenciosa y cubierta de polvo

    vease el arpa.

    Cunta nota dorma en sus cuerdas

    como el pjaro duerme en las ramas,

    esperando la mano de nieve

    que sabe arrancarlas!

    Ay! pens; cuntas veces el genio

    as duerme en el fondo del alma,

    y una voz, como Lzaro, espera

    que le diga: Levntate y anda!.

    RIMA XXXVIII

    Los suspiros son aire y van al aire.

    Las lgrimas son agua y van al mar.

    Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

    sabes t adnde va?

    RIMA XXX Asomaba a sus ojos una lgrima

    y a mi labio una frase de perdn;

    habl el orgullo y se enjug su llanto,

    y la frase en mis labios expir.

    Yo voy por un camino; ella, por otro;

    pero, al pensar en nuestro mutuo amor,

    yo digo an: Por qu call aquel da? Y ella dir: Por qu no llor yo?

    LAMO BLANCO

    Juan Ramn Jimnez

    Arriba canta el pjaro y abajo canta el agua.

    (Arriba y abajo, se me abre el alma.)

    Entre dos melodas la columna de plata.

    Hoja, pjaro, estrella; baja flor, raz, agua.

    Entre dos conmociones la columna de plata.

    (Y t, tronco ideal, entre mi alma y mi alma.)

    Mece a la estrella el trino, la onda a la flor baja.

    (Abajo y arriba, me tiembla el alma.)

    ANTEPRIMAVERA

    Llueve sobre el ro...

    El agua estremese

    los fragantes juncos

    de la orilla verde...

    Ay, qu ansioso olor

    a ptalo fro!

    Llueve sobre el ro...

    Mi barca parece

    mi sueo, en un vago

    mundo. Orilla verde!

    Ay, barca sin junco!

    Ay, corazn fro!

    Llueve sobre el ro...

    TE DESHOJ COMO UNA ROSA

    Te dehoj, como una rosa,

    para verte tu alma,

    y no la vi.

    Mas todo en torno

    --horizontes de tierras y de mares--,

    todo, hasta el infinito,

    se colm de una esencia

    inmensa y viva.

    CANCIN DE INVIERNO

    Cantan. Cantan.

    Dnde cantan los pjaros que cantan?

    Ha llovido. An las ramas

    estn sin hojas nuevas. Cantan. Cantan

    los pjaros. En dnde cantan

    los pjaros que cantan?

    No tengo pjaros en jaulas.

    No hay nios que los vendan. Cantan.

    El valle est muy lejos. Nada...

    Yo no s dnde cantan

    los pjaros -cantan, cantan-

    los pjaros que cantan.

    VIENTO DE NOCHE

    Dmaso Alonso El viento es un can sin dueo,

    que lame la noche inmensa.

    La noche no tiene sueo.

    Y el hombre, entre sueos, piensa.

    Y el hombre suea, dormido,

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    que el viento es un can sin dueo,

    que alla a sus pies tendido

    para lamerle el ensueo.

    Y an no ha sonado la hora.

    La noche no tiene sueo:

    alerta, la veladora!

    MADRIGAL DE LAS ONCE

    Desnudas han cado

    las once campanadas.

    Picotean la sombra de los rboles

    las gallinas pintadas

    y un enjambre de abejas

    va rezongando encima.

    La maana

    ha roto su collar desde la torre.

    En los troncos, se rascan las cigarras.

    Por detrs de la verja del jardn,

    resbala,

    quieta,

    tu sombrilla blanca.

    LOS CONTADORES DE ESTRELLAS

    Yo estoy cansado.

    Miro

    esta ciudad

    -una ciudad cualquiera-

    donde ha veinte aos vivo.

    Todo est igual.

    Un nio

    intilmente cuenta las estrellas

    en el balcn vecino.

    Yo me pongo tambin...

    Pero l va ms deprisa: no consigo

    alcanzarle:

    Una, dos, tres, cuatro,

    cinco...

    No consigo

    alcanzarle: Una, dos...

    tres...

    cuatro...

    cinco...

    EL NIO Y LA COMETA

    El nio se sonrea

    -mano inhbil, ojo atento-

    y la cometa en el viento

    (su corazn) se cerna.

    Ave, cometa, de un da

    su corazn sooliento.

    Pues el corazn quera

    huir -pero no poda,

    pero no saba- al viento.

    VIDA

    Entre mis manos cog

    un puadito de tierra.

    Soplaba el viento terrero.

    La tierra volvi a la tierra.

    Entre tus manos me tienes,

    tierra soy.

    El viento orea

    tus dedos, largos de siglos.

    Y el puadito de arena

    -grano a grano, grano a grano-

    el gran viento se lo lleva.

    GOZO DEL TACTO

    Estoy vivo y toco.

    Toco, toco, toco.

    Y no, no estoy loco.

    Hombre, toca, toca

    lo que te provoca:

    seno, pluma, roca,

    pues maana es cierto

    que ya estars muerto,

    tieso, hinchado, yerto.

    Toca, toca, toca,

    qu alegra loca!

    Toca. Toca. Toca.

    GOTA PEQUEA, MI DOLOR

    Gota pequea, mi dolor.

    La tir al mar.

    Al hondo mar.

    Luego me dije: A tu sabor

    ya puedes navegar!

    Ms me perdi la poca fe...

    La poca fe

    de mi cantar.

    Entre onda y cielo naufragu.

  • 5

    Y era un dolor inmenso el mar.

    EL CUERPO CANTA

    Miguel de Unamuno

    El cuerpo canta;

    la sangre alla;

    la tierra charla;

    la mar murmura;

    el cielo calla

    y el hombre escucha.

    QU ES TU VIDA...?

    Qu es tu vida, alma ma?, cul tu pago?,

    lluvia en el lago!

    Qu es tu vida, alma ma, tu costumbre?

    viento en la cumbre!

    Cmo tu vida, mi alma, se renueva?,

    sombra en la cueva!,

    lluvia en el lago!,

    viento en la cumbre!,

    sombra en la cueva!

    Lgrimas es la lluvia desde el cielo,

    y es el viento sollozo sin partida,

    pesar, la sombra sin ningn consuelo,

    y lluvia y viento y sombra hacen la vida.

    Y QU ES ESO...?

    Y qu es eso del Infierno?

    me dirs.

    Es el revs de lo eterno,

    nada ms.

    Que yacer en el olvido

    del Seor

    es el infierno temido

    del Amor.

    PRIMAVERA A LA VISTA (fragmento)

    Octavio Paz

    Pulida claridad de piedra difana,

    lisa frente de estatua sin memoria:

    cielo de invierno, espacio reflejado

    en otro ms profundo y ms vaco.

    El mar respira apenas, brilla apenas.

    Se ha parado la luz entre los rboles,

    ejrcito dormido. Los despierta

    el viento con banderas de follajes.

    LA RAMA

    Canta en la punta del pino

    un pjaro detenido,

    trmulo, sobre su trino.

    Se yergue, flecha, en la rama,

    se desvanece entre alas

    y en msica se derrama.

    El pjaro es una astilla

    que canta y se quema viva

    en una nota amarilla.

    Alzo los ojos: no hay nada.

    Silencio sobre la rama,

    sobre la rama quebrada.

    ENTRE IRSE Y QUEDARSE

    (fragmento)

    Entre irse y quedarse duda el da,

    enamorado de su transparencia.

    La tarde circular es ya baha:

    en su quieto vaivn se mece el mundo.

    Todo es visible y todo es elusivo,

    todo est cerca y todo es intocable.

    Los papeles, el libro, el vaso, el lpiz

    reposan a la sombra de sus nombres.

    CUANDO YO VINE A ESTE MUNDO

    (fragmento) Nicols Guilln

    Cuando yo vine a este mundo,

    nadie me estaba esperando;

    as mi dolor profundo

    se me alivia caminando,

    pues cuando vine a este mundo,

    te digo,

    nadie me estaba esperando.

    Miro a los hombres nacer,

    miro a los hombres pasar;

    hay que andar,

    hay que mirar para ver,

    hay que andar.

    LA VIDA EMPIEZA A CORRER...

    La vida empieza a correr

    de un manantial, como un ro;

    a veces, el cauce sube,

    a veces, el cauce sube,

    y otras se queda vaco.

    Del manantial que brot

    para darte vida a ti,

  • 6

    ay, ni una gota qued

    para m:

    la tierra se lo bebi.

    Aunque t digas que no,

    el mundo sabe que s,

    que ni una gota qued

    del manantial que brot

    para darte vida a ti.

    EL NEGRO MAR (fragmento)

    La noche morada suea

    sobre el mar;

    la voz de los pescadores

    mojada en el mar;

    sale la luna chorreando

    del mar.

    El negro mar.

    Por entre la noche un son,

    desemboca en la baha;

    por entre la noche un son.

    PUENTE

    Lejos?

    Hay un arco tendido

    que hace viajar la flecha

    de tu voz.

    Alto?

    Hay un ala que rema

    recta, hacia el sol.

    De polo a polo a una

    secreta informacin.

    Qu ms?

    Estar alerta

    para el duro remar;

    y toda el alma abierta

    de par en par.

    CAA

    El negro

    junto al caaveral.

    El yanqui

    sobre el caaveral.

    La tierra

    bajo el caaveral.

    Sangre

    que se nos va!

    CANCIN

    (fragmento)

    De que callada manera

    se me adentra usted sonriendo,

    como si fuera la primavera !

    Yo, muriendo!

    Y de que modo sutil

    me derramo en la camisa

    todas las flores de abril

    Quin le dijo que yo era

    risa siempre, nunca llanto,

    como si fuera

    la primavera?

    No soy tanto!

    MOTIVO DE SON

    Ay me dijeron negro

    pa que me fajara yo:

    pero e que me lo desa

    era un negro como yo.

    Tan blanco como te ve

    y tu abuela s quin .

    Scala de la cosina:

    Mam In!

    Mam In, t bien lo sabe;

    Mam In, Yo bien lo s;

    Mam In, te dise nieto,

    Mam In!

    LA PALMERA (fragmento)

    Leopoldo Lugones

    Al llegar la hora esperada

    en que de amarla me muera,

    que dejen una palmera

    sobre mi tumba plantada.

    As cuando todo calle,

    en el olvido disuelto,

    recobrar el tronco esbelto

    la elegancia de su talle.

    En la copa, que su alteza

    doble con melancola,

    se abatir la sombra

    dulzura de su cabeza.

  • 7

    VALSE NOBLE (fragmento)

    En la tarde suave y clida,

    Desde el divn carmes,

    Alzas fielmente hasta m

    Tus lentos ojos de plida.

    Con la espectral ilusin

    De la hora que te importuna

    Un vago pavor de luna

    Te acerca a mi corazn.

    ALMA VENTUROSA (fragmento)

    Al promediar la tarde de aquel da,

    cuando iba mi habitual adis a darte,

    fue una vaga congoja de dejarte

    lo que me hizo saber que te quera.

    Tu alma, sin comprenderlo, ya sabia. . .

    con tu rubor me ilumino al hablarte,

    y al separarnos te pusiste aparte

    del grupo, amedrentada todava.

    LA TORCAZ

    El pleno sol goza enhiesta

    Sobre un seco y alto tronco.

    Desgrana en su arrullo ronco

    Su urea mazorca la siesta.

    El follaje, ms umbro,

    Le ofrece en vano su toldo,

    Y en palpitante rescoldo

    Mulle su pluma el esto...

    EL MARTN PESCADOR

    Sobre el remanso azul, agudo acecha

    Desde un lnguido gajo del sauzal,

    En inminente inclinacin de flecha,

    La lentitud profunda del caudal.

    Oro de sol en la corriente boya...

    Y destellando un sbito arrebol,

    Identifica el pjaro en su joya,

    Sauce verde, agua azul, y oro de sol...

    EL PICAFLOR

    Run ... dun, run ... dun ... Y al tremolar sonoro

    Del vuelo audaz y como un dardo, intenso,

    Surgi de pronto, ante una flor suspenso,

    En vibrante ascua de esmeralda y oro.

    Fue color... luz... color... A un brusco giro,

    Un haz de sol lo arrebat al soslayo;

    Y al desaparecer con aquel rayo,

    Su ascua fugaz carboniz en zafiro.

    LA TARDE CLARA

    En el jagel, ms trmulo, la rana

    Repercute sus teclas cristalinas.

    La noche, por detrs de las colinas,

    Su ala de torvo azul tiende cercana.

    No acaban de decir "hasta maana",

    Locas de inmensidad las golondrinas...

    UNA ROSA Y MILTON (fragmento)

    Jorge Luis Borges

    De las generaciones de las rosas

    Que en el fondo del tiempo se han perdido

    Quiero que una se salve del olvido,

    Una sin marca o signo entre las cosas

    Que fueron. El destino me depara

    Este don de nombrar por vez primera

    Esa flor silenciosa, la postrera

    Rosa que Milton acerc a su cara.

    POEMA DE LOS DONES (fragmento)

    Nadie rebaje a lgrima o reproche

    Esta declaracin de la maestra

    De Dios, que con magnfica irona

    Me dio a la vez los libros y la noche.

    De esta ciudad de libros hizo dueos

    A unos ojos sin luz, que slo pueden

    Leer en las bibliotecas de los sueos

    Los insensatos prrafos que ceden

    LOS ESPEJOS (fragmento)

    Yo que sent el horror de los espejos

    No slo ante el cristal impenetrable

    Donde acaba y empieza, inhabitable,

    un imposible espacio de reflejos

    Sino ante el agua especular que imita

    El otro azul en su profundo cielo

    Que a veces raya el ilusorio vuelo

    Del ave inversa o que un temblor agita

    LA LLUVIA (fragmento)

    Bruscamente la tarde se ha aclarado

    Porque ya cae la lluvia minuciosa.

    Cae o cay. La lluvia es una cosa

    Que sin duda sucede en el pasado.

    Quien la oye caer ha recobrado

    El tiempo en que la suerte venturosa

    Le revel una flor llamada rosa

    Y el curioso color del colorado.

  • 8

    CORONA DEL OTOO

    Javier Sologuren

    Tal como esta hoja purprea

    que el agua de la tarde apaga

    y ligero y triste arrastra el viento,

    son los pasos abiertos, premiosos,

    de aquellos que buscan el amable

    ruido del calor, los muros

    suaves y brillantes de sus casas:

    viejas telas espesas, sedas olorosas

    donde el amor trabaja y descansa.

    EL CIEGO MAR

    no veo

    me transplanto

    la boca de una flor

    es un volcn hembra

    horario y minutero

    desfilan tierra adentro

    pero yo me hallo en el mar

    no veo

    bebo

    un cielo de revs

    un torbellino blanco

    estalla entre mis huesos

    no veo

    sino brazos transparentes

    el color apenas mima su crepsculo

    no veo

    sino el mar

    yo soy el mar

    EL PASO DE LOS AOS

    porque cog la mariposa

    no en el jardn

    sino en el sueo

    porque en mi almohada

    o cantar al ro

    al crepsculo orar

    porque el cielo breve

    de la flor

    me llev lejos

    porque el nio an

    (que fui que a veces soy)

    despierta y ve

    la mariposa

    volar en el jardn

    que ya no sueo.

    ESTANCIAS 19

    Qu sabor en el pan,

    qu fciles los pasos,

    qu llevadero todo

    sabindote a mi lado,

    Amistad, cunto gozo

    en tu apretn de manos!

    ESTANCIAS 22

    Cuerpo a cuerpo,

    Hombre y Mujer,

    se irn quemando

    en el fuego blanco

    del amor.

    Mano a mano

    levantarn el rbol

    de la vida,

    y su aire y sus pjaros.

    Hombre y Mujer,

    descubrirn que el mundo

    es compaa

    y un mismo sol

    calentar sus huesos,

    y un mismo anhelo

    los mantendr despiertos

    EVENTAIL

    El clima de tus ojos es de otoo

    y en su follaje hay huellas

    de heridas uvas.

    As

    de rojo otoo

    y desvelada niebla

    est hecho el vino donde t me llegas.

    A L D E A N I T A

    Aldeanita de seda

    atar

    mi corazn

    como una cinta a tus trenzas

    Porque en una maanita de carron

    (a

    este bueno aventurero de emociones)

    Le diste el vaso de agua de tu

    cuerpo

    y

    los dos reales de tus ojos nuevos

  • 9

    OH HADA CIBERNTICA

    Carlos Germn Belli Oh Hada Ciberntica

    cundo hars que los huesos de mis manos

    se muevan alegremente

    para escribir al fin lo que yo desee

    a la hora que me venga en gana

    y los encajes de mis rganos secretos

    tengan facciones sosegadas

    en las ltimas horas de da

    mientras la sangre circule como un blsamo a lo largo

    de mis cuerpo.

    FBULA Y METFORA DEL GALLO Reloj despertador,

    Hijo apcrifo del papagayo.

    No anuncia la madrugada

    el tornassol clarinero.

    Qu tiene el gallo que se ha Callado?

    Hay que llevarlo al relojero.

    FBULA DEL CANARIO

    Trino,

    lloro

    fino, rubia

    lluvia

    de oro.

    Saltando de alba en alba,

    en una y otra rama

    extiende su estribillo.

    Cantarina jaula,

    breve cntaro de cantos,

    amarilla fontana.

    El canario es el grillo

    en la edicin de la maana

    FBULA DE MAESE CUERVO

    Sombra de plumas

    que empoll la noche.

    La noticia funesta,

    las defunciones,

    de maese cuervo

    son lectura diaria.

    Ah exclama-, si tuviese

    agencia funeraria

    FBULA DE LA LUCIRNAGA Diamante en trizas.

    Semforo diminuto

    que seala el rumbo

    de las liblulas.

    Posada sobre un madero

    cantas intermitente,

    astilla de lucero.

    FIEBRE AMARILLA

    Amarillo,

    amarillo, amarillo,

    amarillo, amarillo, amarillo,

    de qu color nacern los canarios,

    la retama, el limn y el membrillo,

    si el otoo sigue despilfarrando

    todo el amarillo,

    amarillo, amarillo,

    amarillo?

    EL HEREJE Nadie podr convencerme

    que el tren

    no es larva de mariposa

    que el avin no tiene plumas

    que el mar no bebe cerveza

    que la luz no es una flor

    ACERCA DE LA LIBERTAD

    Jos Watanabe

    Esta maana han comprado un pjaro

    como se compra una fruta

    un ramo de flores.

    Dicen que Hokusai compraba pjaros para liberarlos.

    Tambin Leonardo

    pero midindoles el impulso y el rumbo.

    Posiblemente en la infancia he pintado pjaros

    pero jams les he hallado relacin exacta con los

    aviones.

    Estoy tentado a liberar este pjaro

    a devolverle

    su derecho de morir sobre el viento.

    EL PER

    Marco Martos

  • 10

    No es este tu pas

    porque conozcas sus linderos,

    ni por ei idioma comn,

    ni por los nombres de los muertos.

    Es este tu pas

    porque si tuvieras que hacerlo,

    lo elegiras de nuevo

    para construir aqu

    todos tus sueos.

    LA PERFECCIN Sin rodeos:

    la perfeccin no existe

    para los hombres,

    menos en el lenguaje.

    Persevera. Lima lo que escribes.

    Saca a flote tus palabras.

    Si burbujea el sol

    entre las aguas,

    junta el fuego en lo lquido,

    haz tu hoguera con el agua.

    VESPERTILIO En las noches

    dejas tu uniforme de poeta,

    te transformas en murcilago,

    vuelas, ciego,

    orientado por la risa cantarina

    de una muchacha,

    vas directo a su cuello

    o a su corazn.

    MUR CIEGO Vuela el murcilago,

    zumba en los ollares del caballo

    y deja luego un hilo rojo

    sobre la blanca piel lustrosa

    en la noche de primavera

    que tiene ya

    amarillas flores del verano.

    Un silencio. Un dolor

    que relincha

    cruza los campos.

    MANO VACA

    Martn Adn

    Poesa, mano vaca...

    Poesa, mano empuada

    Por furor para con su nada

    Ante atroz tesoro del da...

    Poesa, la casa umbra

    La defuera de mi pisada...

    Poesa la an no hallada

    Casa que asaz busco en la ma...

    Poesa se est defuera:

    Poesa es una quimera...

    A la vez a la voz y al dios!...

    Poesa, no dice nada:

    Poesa se est, callada,

    escuchando su propia voz

    BALADA (fragmento)

    Gabriela Mistral l pas con otra;

    yo le vi pasar.

    Siempre dulce el viento

    y el camino en paz.

    Y estos ojos mseros

    le vieron pasar!

    El va amando a otra

    por la tierra en flor.

    Ha abierto el espino;

    pasa una cancin.

    Y l va amando a otra

    por la tierra en flor!

    AUSENCIA (fragmento)

    Se va de ti mi cuerpo gota a gota.

    Se va mi cara en un leo sordo;

    se van mis manos en azogue suelto;

    se van mis pies en dos tiempos de polvo.

    Se te va todo, se nos va todo!

    Se va mi voz, que te haca campana

    cerrada a cuanto no somos nosotros.

    PIECECITOS (fragmento)

    Piececitos de nio,

    azulosos de fro,

    cmo os ven y no os cubren,

    Dios mo!

    Piececitos heridos

    por los guijarros todos,

    ultrajados de nieves

  • 11

    y lodos!

    El hombre ciego ignora

    que por donde pasis,

    una flor de luz viva

    dejis.

    EL NGEL GUARDIN (fragmento)

    Es verdad, no es un cuento;

    hay un ngel Guardin

    que te toma y te lleva como el viento

    y con los nios va por donde van.

    Tiene cabellos suaves

    que van en la venteada,

    ojos dulces y graves

    que te sosiegan con una mirada

    y matan miedos dando claridad.

    ALMA DESNUDA (fragmento)

    Alfonsina Storni Soy un alma desnuda en estos versos,

    Alma desnuda que angustiada y sola

    Va dejando sus ptalos dispersos.

    Alma que puede ser una amapola,

    Que puede ser un lirio, una violeta,

    Un peasco, una selva y una ola.

    DATE A VOLAR (fragmento)

    Anda, date a volar, hazte una abeja,

    En el jardn florecen amapolas,

    Y el nctar fino colma las corolas;

    Maana el alma tuya estar vieja.

    Anda, suelta a volar, hazte paloma,

    Recorre el bosque y picotea granos,

    Come migajas en distintas manos

    La pulpa muerde de fragante poma.

    UN SOL (fragmento)

    Mi corazn es como un dios sin lengua,

    Mudo se est a la espera del milagro,

    He amado mucho, todo amor fue magro,

    Que todo amor lo conoc con mengua.

    He amado hasta llorar, hasta morirme.

    Am hasta odiar, am hasta la locura,

    Pero yo espero algn amor natura

    Capaz de renovarme y redimirme.

    FRENTE AL MAR (fragmento)

    Oh mar, enorme mar, corazn fiero

    De ritmo desigual, corazn malo,

    Yo soy ms blanda que ese pobre palo

    Que se pudre en tus ondas prisionero.

    Oh mar, dame tu clera tremenda,

    Yo me pas la vida perdonando,

    Porque entenda, mar, yo me fui dando:

    "Piedad, piedad para el que ms ofenda".

    DOLOR (fragmento) Quisiera esta tarde divina de octubre

    Pasear por la orilla lejana del mar;

    Que la arena de oro, y las aguas verdes,

    Y los cielos puros me vieran pasar.

    Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,

    Como una romana, para concordar

    Con las grandes olas, y las rocas muertas

    Y las anchas playas que cien el mar.

    Con el paso lento, y los ojos fros

    Y la boca muda, dejarme llevar.

    YO EN EL FONDO DEL MAR (fragmento)

    En el fondo del mar

    hay una casa de cristal.

    A una avenida

    de madrporas

    da.

    Un gran pez de oro,

    a las cinco,

    me viene a saludar.

    Me trae

    un rojo ramo

    de flores de coral.

    LA VIDA ES SUEO (fragmento)

    Pedro Caldern de la Barca

    Cuentan de un sabio que un da

    tan pobre y msero estaba,

    que slo se sustentaba

    de unas hierbas que coga.

    Habr otro, entre s deca,

    ms pobre y triste que yo?;

    y cuando el rostro volvi

    hall la respuesta, viendo

    que otro sabio iba cogiendo

    las hierbas que l arroj.