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NO. 22. ABRIL 2005. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA 241 NÓMADAS ORIGINAL RECIBIDO: 10-XII-2004 – ACEPTADO: 14-II-2005 POLÍTICA CIENTÍFICA COLOMBIANA Y BIBLIOMETRÍA: USOS Yuri Jack Gómez* Mi objetivo en esta contribución es el de presentar a consideración del lector una aproximación etnográfica a la política científica y al rol que la bibliometría juega en este contexto. El ensayo se basa en un “trabajo de campo” realizado entre 1996-1997, período en el cual se inició el primer ejercicio de evaluación de revistas científicas colombianas. Palabras clave: ciencia, institucionalización, bibliometría, desarrollo, política. O meu objetivo nesta contribuição é o de apresentar a consideração do leitor uma aproximação etnográfica à política científica e ao papel que a bibliometria joga neste contexto. O ensaio baseia-se em um “trabalho de campo” realizado entre 1996-1997, período no qual iniciou-se o primeiro exercício de avaliação das revistas científicas colombianas. Palavras-chave: ciência, institucionalização, bibliometria, desenvolvimento, política. It is my aim in this contribution to submit to the readers an ethnographic approach to science policy-making focusing on the role bibliometrics accomplishes within this context. This work is based on 1996-1997 field experience when the first assessment of Colombian scientific periodical took place. Key-words: science, institutionalization, bibliometrics, science policy, social engineering. * Sociólogo. BA Filosofía; MA Sociología, Universidad Nacional de Colombia; doctor en sociología de la Universidad de York. Consultor para Colciencias y Fonade-DNP en el área de cienciometría. Actualmente forma parte del personal administrativo en la Universidad Nacional. E-mail: [email protected] Las opiniones expresadas en esta contribución son exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan la visión de la Universidad Nacional. PÁGS.: 241-254

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NO. 22. ABRIL 2005. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA 241NÓMADAS

ORIGINAL RECIBIDO: 10-XII-2004 – ACEPTADO: 14-II-2005

POLÍTICA CIENTÍFICACOLOMBIANA

Y BIBLIOMETRÍA: USOS

Yuri Jack Gómez*

Mi objetivo en esta contribución es el de presentar a consideración del lector una aproximación etnográfica a la políticacientífica y al rol que la bibliometría juega en este contexto. El ensayo se basa en un “trabajo de campo” realizado entre1996-1997, período en el cual se inició el primer ejercicio de evaluación de revistas científicas colombianas.

Palabras clave: ciencia, institucionalización, bibliometría, desarrollo, política.

O meu objetivo nesta contribuição é o de apresentar a consideração do leitor uma aproximação etnográfica à políticacientífica e ao papel que a bibliometria joga neste contexto. O ensaio baseia-se em um “trabalho de campo” realizadoentre 1996-1997, período no qual iniciou-se o primeiro exercício de avaliação das revistas científicas colombianas.

Palavras-chave: ciência, institucionalização, bibliometria, desenvolvimento, política.

It is my aim in this contribution to submit to the readers an ethnographic approach to science policy-making focusingon the role bibliometrics accomplishes within this context. This work is based on 1996-1997 field experience when thefirst assessment of Colombian scientific periodical took place.

Key-words: science, institutionalization, bibliometrics, science policy, social engineering.

* Sociólogo. BA Filosofía; MA Sociología, Universidad Nacional de Colombia; doctoren sociología de la Universidad de York. Consultor para Colciencias y Fonade-DNP enel área de cienciometría. Actualmente forma parte del personal administrativo en laUniversidad Nacional. E-mail: [email protected]

Las opiniones expresadas en esta contribución son exclusiva responsabilidad del autory no reflejan la visión de la Universidad Nacional.

PÁGS.: 241-254

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GÓMEZ, Y. J.: POLÍTICA CIENTÍFICA COLOMBIANA Y BIBLIOMETRÍA: USOSNÓMADAS242

Introducción

La institucionalización de la ciencia como metadel desarrollo ha sido una presencia duradera y signifi-cativa en el discurso público sobre la ciencia para eldesarrollo por casi medio siglo en América Latina. Enel transcurso de estos últimos cincuenta años,académicos y políticos de la ciencia se vienen ocu-pando de la formulación de explicaciones, modelos,agendas e instrumentos de política orientados hacia latransformación de sociedades “tradicionales” y“subdesarrolladas” en sociedades “modernas”. Tantoel discurso académico como el político han conside-rado la institucionalización de la ciencia como un finy un medio mediante el cual ese masivo proyecto deingeniería social, que es la política de desarrollo, puedaser adelantado.

Muchos lectores seguramente están familiarizadoscon ideas que ponen en relación ciencia y desarrollotales como aquella del “fomento, promoción yfortalecimiento” de las comunidades científicasnacionales, con la idea de la “construcción de capaci-dades científicas”, y más recientemente, con la deno-minada “política de internacionalización de la ciencia[nacional]” y la normalización de la investigación. To-das estas ideas han sido presentadas como metas legíti-mas del Estado colombiano en tanto agente desarrollista.Así, con el propósito de contribuir a la modernizaciónde nuestra sociedad, Colciencias (la agencia guber-namental de ciencia y tecnología) adelanta el proyectode la “ciencia para el desarrollo” desde 1969 mediantela implementación de un conjunto de agendas de polí-tica científica. La “internacionalización de la ciencia[nacional]” es la más reciente de estas agendas para eldesarrollo que comienza a tomar forma en Colombia acomienzos de los años noventa.

Mi objetivo en esta contribución es tratar de en-tender la manera como la agenda de la internacio-nalización, en la práctica, implementa el proyectodesarrollista. Para tal efecto, examinaré una de lasestrategias formuladas en el marco de la internaciona-lización, precisamente aquella que toma como “target”del desarrollismo el mejoramiento de las revistascientíficas nacionales. Y es en este contexto dondepresentaré la bibliometría como un recurso estratégi-co en la implementación de la agenda política de lainternacionalización.

Al constituir un espacio generalizado de equiva-lencias para los actores involucrados en la adminis-tración, financiación y ejecución de actividadescientíficas, la bibliometría tiene la capacidad dereducir la heterogeneidad de actores y prácticas a lahomogeneidad del número. Al traducir la ciencia entérminos de una comunidad de productores, consu-midores y productos, la bibliometría facilita lacontabilidad social de los actores involucrados en tér-minos de la evaluación cuantitativa de sus productos1.La introducción de representaciones cuantitativas(bibliométricas) en el discurso político, pero más inte-resante aún, en las estrategias de política científica,ha provisto a aquel discurso y a éstas practicas de unmecanismo eficaz (una tecnología social), para el avan-ce del proyecto de la ciencia para el desarrollo. Laposibilidad que la bibliometría abre para la praxis y eldiscurso sobre la internacionalización es la de un me-canismo de traducción de la actividad científicaen algo mensurable y comparable.

Esta capacidad de traducción constituye un pode-roso recurso argumentativo que opera mediante lapuesta en circulación de un nuevo tipo de objetos queson presentados por el discurso político comofenómenos objetivos. Al tomarse a sí misma comoobjeto, la práctica científica se torna en política y lapolítica se transfigura en una práctica científica,estableciendo así un puente sobre ese enormeprecipicio epistémico entre la experticia científica(internalismo) y las preocupaciones (externalistas) delos políticos y administradores del desarrollo.

El poder de controlar las definiciones de lo que laciencia y los científicos son, es central para la políticacientífica en varios aspectos de importancia. En primerlugar, la medición bibliométrica legitima el procesode asignación de recursos dentro del sistema deinvestigación de Colciencias, al presentarlo como re-sultado de un análisis objetivo del proceso social de laciencia. En segundo lugar, la mediación sistemáticaque la bibliometría ejerce en las interacciones entreactores relevantes dentro del sistema nacional deinvestigación surte un efecto de homogeneización deestas comunidades que ya no pueden prescindir de lamediación bibliométrica como un elemento deidentidad, como una forma de reconocerse entre sí y así mismos como colectivo. En efecto, la bibliometríaestandariza las comunidades científicas locales, hace

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de ellas comunidades más disciplinadas de productoresdel tipo que promueve el sistema. Finalmente, en lamedida en que los estándares bibliométricos se asumencomo universales, la normalización de la bibliometríadentro del sistema sirve para hacer la propiacontabilidad social de Colciencias ante la jerarquíainternacional del proyecto de la ciencia para eldesarrollo. La bibliometría establece, pues, un espaciode equivalencias en donde políticos, administradoresy científicos comparten un espacio homogéneo derepresentación y la creencia en la objetividad de dichasrepresentaciones por más que a veces discrepen sobresu significado. De hecho, la posibilidad misma deldesacuerdo depende también, hasta cierto punto, deeste espacio bibliométricamente homogeneizado endonde habitan los objetos sobre los cuales podemosdiscrepar o acordar.

1. La institucionalizaciónde la ciencia como objetivodesarrollista

El proyecto desarrollista en relación con la cienciay la tecnología se ha perseguido a través de estrategiasque pueden ser agregadas bajo la común etiqueta delas políticas de ciencia y tecnología para el desarrollo(Botelho, 1997). Estas políticas se pronuncian sobrelos aspectos de la ciencia y la tecnología que debenser adelantados de tal modo que contribuyan positiva-mente al desarrollo socioeconómico de la nación en suconjunto. Transferencia tecnológica, asistencia técnica,cambio tecnológico, relaciones universidad–empresa,innovación, competitividad, son todos temas ejecutadospor la política científica en su empresa desarrollista(Rath, 1990). Un elemento común, que está en la basede todas estas estrategias, es la firme convicción de quela construcción o reforma de las comunidades científi-cas en países como Colombia es una condición necesariapara el avance de cualquier estrategia de desarrollo queinvolucre a la ciencia y la tecnología como vector defuerza en el proceso.

En el discurso político, el atraso económico, socialy cultural y los vínculos de dependencia que las nacionessubdesarrolladas sostenemos con las viejas y las nuevasmetrópolis se desprenden de la escasa capacidad cien-tífico-técnica de las sociedades subdesarrolladas. Por lotanto, argumenta el desarrollismo, lo que estas socieda-

des requieren es la generación de capacidades científi-cas y tecnológicas locales que dinamicen el desarrollode la industrialización (y del sector servicios, en laactualidad), hasta un punto en el cual tanto laproducción de conocimiento científico y tecnológicocomo el proceso de industrialización (o informatización)pueda ser reproducido localmente con relativaautonomía, al menos en ciertas “áreas estratégicas” cuyadefinición cambia según la estrategia. La institucio-nalización de la ciencia o, en términos de la estrategiapolítica, la “construcción de capacidades científicas”es presentada por el discurso político como el mediopara alcanzar los objetivos desarrollistas, y como un finen sí mismo.

En efecto, una de las preocupaciones de losencuentros inaugurales de carácter multilateral pro-movidos y financiados por agencias internacionales(OAS, UN, OECD, IDRC), con la asistencia de re-presentantes de los gobiernos y las elites científicassubdesarrolladas en los tempranos años sesenta enLatinoamérica (Dagnino y Thomas, 1999; Ospina,1998; Vessuri, 1986), fue la de las estructuras institu-cionales requeridas para que el gobierno tomase lasriendas del desarrollo de la ciencia nacional, y la formu-lación de planes o estrategias específicas que le permi-tieran al estado tomar parte y ejercer el liderazgo en laconstrucción de “capacidades científicas locales”(Shinn, Spaapen et al., 1997: 11-28; Ospina, 1998:29-39).

Como resultado de este proceso de instituciona-lización de la ciencia nacional, liderado por el Estadocolombiano a través de sus estructuras administrati-vas de “fomento y la promoción” financiadas con re-cursos internacionales2, la política científica ganó ellamisma un espacio dentro de los planes de desarrollo,dentro del sistema de cuentas nacionales y dentro dela legislación colombiana. La ley de ciencia ytecnología, la incorporación de Colciencias comosecretaría técnica del DNP y el gran desarrollo contableque el rubro “ciencia” ha tenido durante la década delos noventa dentro del sistema de cuentas nacionalesilustran este último punto.

1.1. El desarrollo de comunidades científicas

La institucionalización de la ciencia, el desarrollode las comunidades científicas, constituyen un rasgo

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de identidad de la sociedad como sociedad modernaen el discurso político desarrollista. En este imaginariopolítico las comunidades científicas son vistas comogrupos sociales con patrones de comportamiento di-ferenciados, que debidamente promovidos mediantela intervención del Estado desarrollista acelerarían elproceso de institucionalización. Por otra parte, dentrode la praxis de ese proyecto de ingeniería social quetambién es el desarrollo, las comunidades científicasson concebidas como una gran comunidad deproductores y productos. Pero si la idealización de unanormativamente unificada comunidad científica,dedicada a la producción de conocimiento certifica-do y promovida por el discurso político, fue puesta enduda por la sociología del conocimiento científico yaen los tempranos años sesenta, la idea de la cienciacomo una comunidad de productores y productos hasobrevivido en el espacio de la praxis político-admi-nistrativa del desarrollismo (Moravcsik, 1985a;Moravcsik, 1985b; Price, 1965b/1963; Price, 1971;Price, 1978; Spiegel-Rösing, 1977)3.

Los científicos como una comunidad de prácticasfueron caracterizados en el pasado como un grupo so-cial que compartía un conjunto de normas y valorescaracterístico (Merton, 1973/1942). La institucióncientífica como fenómeno socio-histórico fue conce-bida como el resultado de un paulatino proceso deconsolidación de un código de conducta. Bajo estepunto de vista, que era el del funcionalismo merto-niano, la comunicación entre científicos exhibe demanera ejemplar ese específico patrón de compor-tamiento que contribuye a un mismo tiempo a laconsolidación de su identidad comunitaria y a sudiferenciación social.

La comunicación entre científicos es funcional parala ciencia, no sólo porque sirve al propósito del avan-ce del conocimiento sino también porque ellaconstruye una frontera social que hace de los científi-cos un grupo social diferenciado. Todo esto, claro, acondición de que la comunicación misma permanezcabajo el control comunitario, control que es ejercido através de la aplicación sistemática del código deconducta normativo y técnico de medios de comuni-cación restringidos, las revistas científicas.

Tenido pues en tan alta estima, el sistema decomunicación formal de los científicos, que subtiende

la red de revistas, se convirtió en uno de los camposde investigación privilegiado para entender el procesode institucionalización de la ciencia4. Con este pro-pósito en mente, el análisis cuantitativo de lacomunicación científica, la bibliometría, fue incorpo-rado como método de investigación específico de lasociología de la ciencia5 (Merton, 1977; Cole, 2000).

Pero las metodologías no son neutrales y labibliometría no constituye la excepción. El análisiscuantitativo de la comunicación científica involucrauna doble traducción. En primer lugar, la bibliometríareduce la ciencia como práctica social a su sistema decomunicación y, segundo, ella reduce la comunicacióncientífica a los artículos científicos (Price, 1965a/1963)y al consumo de estos artículos en términos decitaciones (Garfield, 1955). El hecho que instauró ala bibliometría fue la construcción de una represen-tación de la ciencia en términos de una comunidad deproductores (número de autores científicos), de susproductos (número de artículos científicos), y delmercado en donde productores y productos seencuentran (número de citas, factor de impacto, factorde impacto inmediato).

Esta traducción, a la vez reductiva y creadora queopera en el corazón de la bibliometría, ha probadotener una gran influencia no sólo en la institu-cionalización de una sociología científica de la cienciacomo campo de investigaciones reconocido dentro delsistema universitario de los Estados Unidos (el pro-grama empírico del funcionalismo mertoniano), sinotambién de enorme significación en la emergencia dela política científica como una ciencia del desarrollo.

La información que la bibliometría provee acercadel estado de la ciencia, fue considerada de gran valorpara la política científica no particularmente porquelos indicadores bibliométricos habiliten una toma dedecisiones más racional o más informada, sino porqueellos permiten hacer “visibles” aspectos sobre los cualesgrupos de interés quieren intervenir; la bibliometríales provee con medios de argumentación y acción(Ezrahi, 1978; Hindess, 1986).

La normalización (expansión) de estas represen-taciones estándar, entre actores tradicionalmenteajenos a la actividad científica como tal, incrementalas posibilidades de articulación de intereses sociales

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en una cada vez más densa atmósfera política. Labibliometría facilita la coordinación de la acción soci-al dentro de los organismos político-administrativos ytermina constituyéndose en mecanismo de controlsocial cuya eficacia esta en proporción directa al al-cance social de su expansión (normalización). En lassecciones subsiguientes intentaré ilustrar estos trespuntos a través del estudio de una de las agendas de lainternacionalización de la ciencia nacional a media-dos de los años noventa, la agenda política sobre re-vistas científicas colombianas.

2. Un punto de vista etnográficosobre la política científica

Una aproximación etnográfica al ejercicio de lapolítica científica evidencia la presencia pertinaz detextos (agendas) que documentan el proceso de tomade decisiones en materia de política científica6. Lo queesta perspectiva enfatiza es el proceso mismo de escri-tura del cual emergen estas agendas y su comúnestructura. Para el ojo del etnógrafo la escritura de laagenda de política científica es primeramente, y antetodo, una práctica representacional en la cual el mun-do exterior, el mundo de la actividad científica, es tras-ladado y traducido en términos de las representacionesde la acción administrativa de los organismos de po-lítica. Un segundo resultado de la observaciónetnográfica tiene que ver con la densa red socio-téc-nica que la agenda de política entreteje en su procesode traducción del mundo exterior en categoríasorganizacionales y el incremento de poder que estared le otorga a los organismos político-administrati-vos para controlar la acción social dentro de su órbitade influencia.

La agenda de política de la ciencia para eldesarrollo aparece como una pirámide invertida ojerarquía de agendas, producidas en el marco deencuentros internacionales entre gobiernos subdesa-rrollados, agencias desarrollistas y elites científicas. Enla medida que la agenda se desplaza desde la cúspidede la pirámide hacia su ápex, desde el nivel del discur-so político hacia las estrategias concretas, el lenguajeasí como los objetivos desarrollistas devienen más es-pecíficos. Pero esta traslación desde el discurso políti-co hacia la práctica específica (vía agendas), no es unprocedimiento automático o mecánico en el cual los

acuerdos alcanzados a nivel global o regional sematerializan sin modificación alguna en el nivel local.En lugar de ello, en la medida que la agenda se desplazadesde la base de la pirámide, es sometida a substancialesreescrituras que son resultado de la participación denuevos actores con intereses y preocupaciones másespecíficos.

La agenda política de revistas científicas de 1995,nuestro caso bajo examen, nos servirá como ejemplopara constatar algunas de las generalizacionesetnográficas mencionadas a propósito de la agenda depolítica científica, en torno a la red socio-técnica quela agenda subtiende, de los procesos de re-escritura ytraducción, y sobre la manera como la “evaluación”bibliométrica termina constituyéndose en un eficazinstrumento de control y coordinación de la acciónsocial. Nuestra descripción hará énfasis, entonces, so-bre el rol que la bibliometría juega en la homoge-neización del espacio social, condición necesaria parael tipo de control y coordinación de la acción que laadministración científica persigue.

3. Fragmento de un estudio de caso

La agenda de política de Colciencias para lapromoción de las revistas científicas y técnicas colom-bianas de 1996 se compone de dos documentos cuyasecuencialidad, similitud de contenidos y autoríainstitucional los constituye como versiones de unamisma agenda, de un documento siempre enconstrucción (con final abierto), y del cual nosotrosvamos a describir solamente el interesante período desu emergencia en 1995-1997.

La primera versión de la agenda es un documentointerno de Colciencias generado por la Oficina deCiencia, Cultura y Comunicación (OCCC-Col-ciencias) de comienzos de 1995 y titulado Documentode Política. Publicaciones Científicas y TécnicasEspecializadas: Publicar o perecer, al que haremosreferencia en adelante como Versión 1 (Colciencias,1995a). Aparte del texto propiamente político de laagenda elaborado por esta oficina, la Versión 1comprende cuatro anexos: i) un documento con variaspropuestas de definición sobre lo que se va a consi–derar una revista científica y una revista técnica; ii)una propuesta de texto para el lanzamiento de una

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convocatoria pública que sería publicada en diariosde circulación nacional; iii) un listado elaborado so-bre la base del último censo disponible sobre revistasnacionales producido por la Oficina Unesco-Colombiadel International Serial Data System7. Este listadocomprendía las revistas cuya mención editorial fueseuniversitaria, distribuidas por áreas de conocimientosegún el sistema Dewey de catalogación bibliográficay reagrupadas a su vez por la OCCC-Colciencias enonce grupos, estableciendo una correspondencia en-tre áreas Dewey y programas nacionales de ciencia ytecnología que constituyen el nivel operativo deColciencias, como organización de sus categorías ad-ministrativas. Este listado fue enviado a cada uno delos directores de programa, funcionarios del Instituto,con el fin de consultarles sobre las revistas que en suopinión, y la del grupo de profesionales del programa,podrían considerarse como las más importantes en lasdiferentes áreas del conocimiento; el anexo consta puesdel listado con los generosos subrayados de losdirectores. Por último, iv) un listado idéntico encontenido y propósito pero consultando esta vez a losconsejeros de los programas nacionales.

La segunda versión de la agenda data de mediadosde 1995 y se titula Fomento a las Publicaciones Científicasy Técnicas Especializadas, de ahora en adelante Versión2 (Colciencias, 1995b). El origen organizacional de laVersión 2 es la Subdirección de Programas deDesarrollo Científico y Tecnológico de Colciencias;no tiene anexos pero incluye un conjunto de tablascon información cuantitativa sobre patentes,producción científica y compromisos de publicaciónpor parte de los beneficiarios de Colciencias suscritosen el marco general del préstamo para ciencia ytecnología con el Banco Interamericano de Desarrollo8.

Las similitudes entre las dos versiones son evi-dentes en varios aspectos. Ambas argumentan a fa-vor de tomar acciones concretas que fomenten laproducción científica nacional basadas en laimportancia que la publicación, como práctica coti-diana, tiene para los científicos, y por esta vía ambasconfluyen en el problema de las medidas concretasque Colciencias debería tomar en relación con lasrevistas científicas nacionales. Las dos versionescomparten también una significativa parte de sus tex-tos y referencias bibliográficas. La diferencia de fondoentre ellas radica en lo que cada una considera que

es la producción científica nacional, como lomostraré a continuación.

4. Interpretación de unaobservación fragmentaria9

Las dos versiones de la agenda comparten el obje-tivo político de la internacionalización de la cienciaen relación con la publicación como práctica científi-ca a intervenir: se trata ahora fundamentalmente depublicar en revistas internacionales. En efecto, elcarácter internacional de una publicación es valoradocomo un indicador de la calidad de su contenido. Eneste sentido, ambos documentos comparten lapreocupación por el tamaño relativo de la produccióncientífica nacional cuando se la compara con laproducción mundial o latinoamericana, y compartentambién el objetivo de incrementar esta producciónhasta “un mínimo deseable”. Alcanzar este mínimo esla meta de la estrategia específica que la agenda sobrerevistas debe alcanzar en el marco general de la políti-ca de internacionalización. En términos operativos, lasdos versiones también concuerdan en adjudicar recur-sos a un cierto número de revistas con el fin de incen-tivar su internacionalización vía indexación. De hechoeste pasaje fue “cortado” de la Versión 1 y “pegado” enla Versión 2, literalmente.

El desacuerdo radica en el mensaje que la Versión1 pone en circulación, un mensaje ambiguo a juiciode la Versión 2. La Versión 2 teme que la Versión 1 puedaenviar una “señal equivocada” a la “comunidad cien-tífica” al darle a entender que Colciencias está bajandosus estándares al apoyar revistas locales públicamente.La vehemente defensa de las revistas locales comoobjeto de la agenda en la Versión 1 necesita, entonces,ser enteramente re-escrita en la Versión 2.

Es así como las razones por las cuales la Versión 1considera que las revistas científicas locales merecenun incentivo monetario, son suprimidas en la Versión2. En su lugar es insertada una lista de explicacionesde la “pobre” producción científica nacional. En lugarde las consideraciones sobre la necesidad de promo-ver el español como una lengua científica, en atenciónal despreciable tamaño de la población bilingüe co-lombiana, incluidos los científicos, la Versión 2 re-escribe la aseveración contraria: “el lenguaje de la

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Colombia, 1957

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ciencia es el inglés y por lo tanto cualquiera que quieraser un científico tiene que entender y escribir esalengua, la falta de una extendida educación bilingüelimita la capacidad de los colombianos de publicar enel extranjero” (Colciencias, 1995b). En lugar de la ideade las revistas locales como una escuela de escriturapara jóvenes investigadores, la Versión 2 “inserta” quela falta de entrenamiento en la escritura de artículosse debe al hecho de que la mayoría de la “comunidadcientífica nacional” carece de educación de posgra-do, que es cuando estas habilidades de la escritura ci-entífica se aprenden y mejoran. La falta de un escalafónpara los profesores universitarios, de un ranking de uni-versidades y hasta el “atraso cultural” de nuestrasociedad en su conjunto, se aducen también en laVersión 2 para explicar el “pobre” tamaño de laproducción científica “internacional” de los científi-cos colombianos (Colciencias, 1995b).

4.1. La producción científica nacional:la construcción de una definición

La estrategia propuesta en la Versión 1 consiste en lainternacionalización de las revistas locales como un mediopara incrementar el tamaño de la producción colombia-na hasta un mínimo deseable. Pero esta estrategia suponeconsiderar dentro de la definición de la producciónnacional a aquella que se publica en las revistas locales.En efecto, en su definición por comprensión de laproducción científica nacional, la Versión 1 incluye: i)las publicaciones individuales o en colaboración nacio-nal realizadas por científicos colombianos en revistasindexadas por el ISI (Institut for Scientific Information);ii) las publicaciones en colaboración internacional enrevistas indexadas por el ISI. Estas dos componentesforman también parte de la definición de la producciónnacional en la Versión 2 y provienen de la misma fuente(bibliométrica) “experta” citada y referenciada en am-bos documentos. Sin embargo, y como resultado de laestrategia propuesta por la Versión 1, la internacio-nalización de las revistas colombianas, un tercer compo-nente de la producción emerge en el texto de la agenda:iii) aquella publicada por los científicos colombianos in-dividualmente o en colaboración nacional o internacio-nal en las revistas locales.

Ciertamente, la Versión 1 reconoce que este últimocomponente es problemático por varias razones.Primero, porque no se cuenta con una clara idea de

cuántas revistas científicas y técnicas son publicadaslocalmente y menos aún del tamaño, calidad y consu-mo de la producción nacional que circula por los medioslocales10. Segundo, porque las revistas nacionales noestán adecuadamente cubiertas en índices interna-cionales11. Sin embargo, la Versión 1 deja en claro quela “invisibilidad” de la producción nacional que circulapor los medios locales no se debe necesariamente a supobre calidad sino a razones socio-cognitivas ylimitaciones financieras y estructurales de las revistas.En efecto, el argumento de que el aislamiento de laciencia local y la escasa participación de los países peri-féricos en la ciencia mundial tiene que ver con la bajacalidad de su producción es un lugar común. Sin em-bargo, si la calidad va a ser definida en términos de lainclusión de las revistas en tal o cual base de datos bi-bliográfica, esta definición debería ser objeto de unarevisión substancial (Galliard, 1990: 764).

La Versión 2, por contraste, necesita reafirmar loque el objetivo desarrollista es en el contexto de lainternacionalización. La producción que realmentecuenta para Colciencias es la producción internacio-nal, i.e., los dos primeros componentes de la definiciónpropuesta por la Versión 1. Irónicamente el tercer com-ponente de la Versión 1 se percibe como inconsistentecon la interpretación de la Versión 2, en cuanto lo quela internacionalización significa. La razón por la cuallas revistas locales podrían ser objeto de financiaciónpor parte del Instituto no deriva, en la Versión 2, de ladefinición de la producción nacional ni, porconsiguiente, de la internacionalización. Si se va a daralgún apoyo a las revistas es porque ellas puedencumplir una función civilizatoria marginal en lasociedad colombiana. Y aunque es cierto que la Versión2 reconoce con renuencia que las revistas localespueden eventualmente contribuir positivamente a lainternacionalización de la ciencia nacional, estaafirmación es modalizada de tal forma que práctica-mente se torna invisible en el texto. Por el contrario,Versión 2 asume que las revistas locales son en sumayoría de dudosa calidad (Colciencias, 1995b).

4.1.1. La representación de la producción científi-ca nacional en números y tablas: la red metrológicade la bibliometría en acción

La débil representación de la producción nacio-nal en la Versión 1 no se debe a la escasa información

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disponible, este es sólo un síntoma de la ausenciade una red metrológica integrada capaz de proveerinformación sobre la producción local que hubiesehecho posible una más sólida argumentación a fa-vor del tercer componente en la definición de laproducción científica nacional. La informaciónrequerida para un análisis bibliométrico de laproducción científica nacional necesita la previaintegración de una red socio-técnica mucho más den-sa, capaz de sostener y poner en circulación estenuevo objeto que es la producción nacional. Así,no contando con los medios necesarios para traducirlas comunidades de práctica local en comunidadesde productores locales, los actores políticamente re-levantes dentro de Colciencias encontraron suma-mente difícil representar su interés por promoverlas revistas nacionales usando algo más que senten-cias de tipo normativos de la manera en que laVersión 1 lo hizo.

En oposición a estas expresiones normativas usa-das para representar las comunidades de prácticalocales, la Versión 2 despliega un más sofisticado me-canismo de representación de la comunidad localcomo una comunidad de productores que se basa nosolamente en el mismo estudio bibliométrico usadoen la Versión 1, sino también en reportes técnicosproducidos para el BID y metas internas de política(Colciencias, 1995b).

Los números y tablas usados en la argumentaciónde la Versión 2 cumplen una función análoga12 a lasdeclaraciones normativas de principios de la Versión1, aunque en el primer caso las representacionescuantitativas confieren a la argumentación un fuertesentido de objetividad: existe en efecto algo allá afueraque es la producción científica colombiana, y de estoes posible tener una medida, y como los númerosevidencian, este hecho ha venido creciendo gracias ala coherente intervención de Colciencias en el avan-ce de la ciencia para el desarrollo mediante sus agen-das de fortalecimiento y construcción de capacidadescientíficas. Lo que las preocupantes cifras sobre eltamaño relativo de la producción colombiana sugieren,es que se deben renovar los esfuerzos en procura de lainstitucionalización de la ciencia en el país, que entérminos prácticos implica aumentar la productividadinternacional de la ciencia nacional. El punto es, sinembargo, que la Versión 1 afirma que existe otro obje-

to, uno “invisible”, que también debería ser tomadoen consideración dentro de la ecuación de la agendapolítica.

4.1.2. La expansión (normalización) de la biblio-metría a través de la coordinación de las agendas

La administración del proceso de institucionaliza-ción de la ciencia ha sido una tarea central deColciencias desde su creación y la internacionalizaciónde la ciencia nacional es solamente un estadio ulteriorde este proceso que se va a caracterizar por el patrónespecífico de publicación que propone.

El control de la institucionalización se haimplementado desde hace mucho tiempo en Colcien-cias mediante el instrumento de la evaluación deactividades científicas en los diferentes frentes deacción del Instituto: i) el esquema de financiaciónde proyectos de investigación desde el comienzo delos prestamos BID a comienzos de los ochenta hizoénfasis en la publicación como un indicador de éxitopara la investigación13. Para mediados de los noven-ta (el tiempo de nuestra agenda), este requisito cons-tituía ya parte del proceso rutinario en la evaluaciónex post de proyectos; ii) la agenda política para lapromoción de grupos y centros de excelencia fijabatambién la publicación internacional como criteriode evaluación (Colciencias, 1996/octubre 1: 6); iii)el esquema de incentivos para jóvenes investigado-res usa este mismo criterio14; iv) las ayudas de viajepara asistencia a talleres, seminarios, conferencias yel programa de becas para estudios en el exteriorestán sujetas a un requerimiento semejante (Col-ciencias, 1995a).

La “publicación internacional” como estándaratraviesa, pues, todas estas agendas de política y susconcomitantes procesos de evaluación mediante loscuales el desarrollo (la institucionalización de la cienciacomo comunidad de productores) es controlado a tra-vés de la asignación de recursos. Aparte de su funciónlegitimante, el mecanismo de la evaluación, por suparte, promueve la normalización de la unidadbibliométrica estándar (publicación internacional)tanto dentro de Colciencias como entre las comuni-dades de práctica locales, toda vez que de su adopcióndepende la posibilidad de una interacción exitosa en-tre la organización y los científicos. De un lado, la

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adopción de la unidad estándar por parte de los cien-tíficos es una condición para acceder al sistema deoportunidades de investigación y avance profesionalque ofrece Colciencias. De otro lado, cuanto más nor-malizada sea la comunidad de productores, mejoresniveles podrán ser exhibidos por los indicadores utili-zados para la evaluación de la gestión desarrollista dela organización Colciencias. La objetividad y facticidada las que suele atribuirse el éxito de la bibliometría nodepende de su capacidad de representar el procesosocial de la ciencia, sino más bien de la capacidad dela agenda para conectar más gente, más instituciones,más dinero y más agendas15.

4.2. Más allá de la organización Colcienciasy de las comunidades de práctica locales

Si una mirada a las agendas, que el Instituto yaestaba implementando para cuando el tema de las re-vistas emergió, pone en evidencia su interconexiónbibliométrica, la tabla 2 usada en la Versión 2 de la agen-da de revistas revela ulteriores conexiones bibliomé-tricas que vinculan la organización Colciencias con lasjerarquías internacionales del desarrollismo16.

La fuente de la tabla 2 proviene del informe BIDde 1988 y es un extracto de los indicadores compa-rativos de la investigación en Latinoamérica, en lo re-ferente a la producción científica. Este tipo derepresentaciones son las que le permiten al BID obser-var los resultados de su gestión y comparar losdesarrollos relativos alcanzados por los diferentes paí-ses donde el Banco tiene operaciones. Es importantenotar que la posibilidad misma de la comparacióndescansa sobre la previa homogeneización de laproducción individual de cada país. Esta homoge-neización es el resultado de la actividad normalizadorade los agentes locales del desarrollo, Colciencias eneste caso, que mediante el control sobre la asignaciónde los fondos de investigación provenientes delpréstamo y la implementación de un conjunto de agen-das transversales, amplía el alcance y cobertura(normalización) de las definiciones (estándares) quela internacionalización propone sobre lo que los cien-tíficos y la ciencia son. Este es el mecanismo medianteel cual se homogeneiza el espacio social que el Bancodemanda para la evaluación financiera del préstamo.Si bien la unidad básica que esta tabla maneja es la depublicación internacional, lo interesante es, sin em-

bargo, que por publicación internacional tanto elBanco como el Instituto entienden publicación inde-xada por el ISI17. Como claramente se expresa en laevaluación ex post de las fases II y III del préstamoBID (Colciencias, 1998), la producción internacio-nal tiene prevalencia sobre la local (Colciencias,1995b: 3-4; Comité Externo de Asesoramiento ySeguimiento [CEAS], 1998: 14, 24; SubdirecciónFinanciera y Administrativa & División de CréditoExterno, 2001: 7, 15)18.

5. Midiendo la cienciapara el desarrollo

Tradicionalmente, la política científica y suorganización social han sido presentadas públicamentecomo elementos necesarios de cualquier estrategia dedesarrollo. La legitimidad de aquel discurso y estaorganización depende de su capacidad de mostrar eléxito de su propia gestión frente a las comunidades depráctica locales y frente a las jerarquías internacionalesdel proyecto desarrollista. En esta dirección el avancede la burocracia en el país ha sido notable.

Del mismo modo, la transformación de las comu-nidades de práctica locales en comunidades deproductores de conocimiento para un mercado inter-nacional puede detectarse a lo largo y ancho del siste-ma de universidades públicas en la actualidad. Porsupuesto, este no ha sido el logro exclusivo del uso dela evaluación bibliométrica de la ciencia como instru-mento de política. El desarrollismo científico nacio-nal ha movilizado también instrumentos políticos másortodoxos, como lo son el conjunto de medidaslegislativas y procesos políticos que están compren-didos por los Decretos 1444, 2912 y 1279. Pero aúnen este marco de lo legislativo, existe una referenciatácita a la evaluación bibliométrica limitándose la leya traducir los objetos bibliométricos en una escalasalarial.

Quizás el más importante avance, al menos enrelación con los asuntos descritos en esta contribución,sea el de la metrología misma. En los diez años corri-dos desde los eventos aquí descritos y el tiempo pre-sente, la bibliometría ha seguido un curioso curso deinstitucionalización. Quizás como resultado de loscontinuos ataques sobre la legitimidad de las

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representaciones bibliométricas, que van desde la crí-tica permanente de sus procedimientos técnicos hastael cuestionamiento de su estatus cognitivo, labibliometría no ha florecido como campo deinvestigaciones en la universidad sino como instrumen-to de política tanto para el Estado como para laadministración universitaria. La evaluación biblio-métrica es un instrumento de coordinación de la accióndentro de la organización, permite un lenguaje com-partido que traduce el mundo exterior en términos decategorías administrativas internas. Es también instru-mental para la contabilidad social de los logros deldesarrollismo ante actores externos locales o interna-cionales. Y a través de la acción política la bibliometríadeviene en un instrumento de normalización quehomogeneiza el espacio social habitado por otrasinstituciones, grupos e individuos, quienes ahora soncompelidos a adecuarse a los requerimientos delestándar con el fin de aumentar sus posibilidades deéxito dentro del sistema de oportunidades de la ciencianacional.

Lo que yo consideraría, sin embargo, como el re-sultado más importante de todos estos cambiosinducidos por el desarrollismo científico, es laemergencia de la producción científica nacional comoun nuevo hecho bibliométrico gracias, sin duda, aldesarrollo de una red socio-técnica mucho más inte-grada de lo que fuera diez años atrás. En la constituciónde esta red Colciencias ha jugado un papel central19.El reto, sin embargo, es el de retomar la discusión so-bre la estrategia de internacionalización, darle unanueva mirada a la internacionalización de los mediosde circulación locales, como una forma más incluyentede internacionalización, y buscar formas nuevas deaplicación para la evaluación bibliométrica quetransformen esa comunidad de productores en que noshemos convertido en un mercado interno que tomeen sus manos las riendas de la certificación delconocimiento producido.

Citas

1 Es como si el efecto de la introducción de esta metrología socialreconstituyese la práctica científica como un mercado del conoci-miento.

2 En Colombia, estos recursos al comienzo tomaron la forma deayudas para el desarrollo y diez años más tarde, al comienzo de la

década de los años ochenta, la de préstamos internacionales parael desarrollo.

3 La cienciometría integra los estudios de política científica y losde ciencia, tecnología y sociedad. En opinión de Spiegel-Rösingla cienciometría no se caracteriza por su enfoque sobre áreas deproblemas particulares, sino por su metodología, esto es, por eluso de indicadores cuantitativos sobre la estructura y desarrollode la ciencia con el fin de establecer las regularidades básicas queguían su funcionamiento y dirección. Aunque temáticamente lacienciometría cubre áreas de investigación tradicionales, tantopara los estudios sociales de la ciencia como para los estudiossobre política científica, es el tipo de datos que la cienciometríaproduce la que hace de ella una metodología relevante paraestos dos campos de investigación y es por ello que se puedeafirmar que la cienciometría media entre los estudios sociales dela ciencia y los estudios de política científica (Spiegel-Rösing,1977: 18, 19).

4 La realización del consenso, la emergencia de nuevas disciplinas,los cambios paradigmáticos, el sistema de recompensas, la evalua-ción por pares, son todos temas que el funcionalismo entendiócomo expresiones de la estructura normativa de la ciencia y fuepor ello que comenzaron a ser estudiados a través del análisissistemático de la comunicación formal entre los científicos me-diante la aplicación de métodos bibliométricos.

5 Como tal, la bibliometría, o al menos la bibliometría funcionalizadade mediados de los sesenta, se convirtió en uno de los temas máscalientes de investigación sociológica hasta bien entrados losochenta. Una década más tarde algo hasta cierto punto análogoocurriría en Colombia y en un número importante de países lati-noamericanos.

6 Para un ejemplo seminal de este tipo de aproximación etnográficaa la política científica, véase, Cambrosio, Limoges et al, 1990.Cambrosio y sus colegas hacen una fructífera aunque no libre depolémica translación (Abraham, 1994; Cambrosio, Limoges, &Pronovost, 1990; Cambrosio, Limoges et al., 1991; Kleinman,1991; Wynne, 1992), del método etnográfico utilizado por lasociología del conocimiento científico. En su innovadora aplica-ción de la etnografía del laboratorio a la política científica,Cambrosio pone en evidencia el predominante estilo científicoen la escritura de la agenda de política científica.

7 Esta oficina ISDC-Colombia se encontraba por entonces adscri-ta al Icfes.

8 Con el correr de los años ochenta la ayuda para el desarrollocientífico y tecnológico decayó, pero con el fin de mantener elsistema abastecido financieramente el gobierno colombiano co-menzó a negociar un crédito internacional con el BID. Estoscréditos se hicieron efectivos a lo largo de la década del ochentahasta bien entrados los noventa que es el momento en que laagenda de revistas se fijó.

9 Por razones de espacio he tenido que omitir la relación detalladade las similitudes de las versiones, así como una parte importan-te del contexto internacional y local en el cual la agenda hizoeclosión.

10 El último Directorio de Publicaciones Periódicas Colombianasfue publicado en 1991 por la oficina Unesco del ISDC-Co-lombia, e incluía solamente los consolidados hasta 1989. ElCatálogo Colectivo Nacional también se encontrabadesactualizado y solo existían en ese momento un par de estu-

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dios con información más actualizada sobre las revistas cientí-ficas, pero eran de alcance limitado.

11 De hecho solo unas cuantas revistas colombianas estaban regis-tradas en la edición del Directorio Ulrich’s para 1990. Cano (1992)confirmaba también esta situación.

12 Sobre los usos retóricos de los indicadores en la política científica,véase: Ezrahi, 1978; Ezrahi, 1990. Para una visión más generalsobre el desarrollo y usos de la estadística social en el discursopúblico, véase: Porter, 1995 and Desrosières, 1998. Algunos tra-bajos introductorios son, también: Kula, 1980/1970, Duncan,1984, Boyle, 2000.

13 De hecho, la Versión 2 fija la meta de internacionalización de1995 en al menos dos publicaciones por proyecto financiado, delas cuales una debe ser internacional. Véase también Colciencias(1998: 55).

14 En este esquema se conceden 2,5 veces más puntaje a la publica-ción internacional que a la nacional (Colciencias, 1995b).

15 La etnografía del actor-red ha tratado con este tipo de situacionesusando el concepto de irreversibilidad de las redes (Callon, 1993).

16 La tabla 2 se titula “Artículos científicos latinoamericanos publi-cados en revistas de circulación internacional, por país de origen,1973-1984” (Colciencias, 1995b: 3). La tabla 3 se titula “Com-promisos de publicación de los científicos colombianos dentro delprogama BID-III” (Ibid.:5).

17 De hecho esta definición fue impugnada con vehemencia porVelho (y por muchos otros antes y después de ella) al año siguien-te de su publicación, precisamente con el argumento según el cualel estándar usado por el Banco para la representación de la cienciaperiférica no es el más adecuado. Pero como se ha afirmado másarriba, la prevalencia del estándar no se debe a su mayor o menoradecuación como representación del fenómeno social de la cien-cia, sino por la solidez e irreversibilidad de la red que sostiene ypor la cual circulan estos estándares: la bibliometría es fundamen-talmente una red socio-técnica.

18 Por supuesto, la publicación internacional no es el único indica-dor usado por Colciencias en la medición de la institucionalizaciónde la ciencia.

19 La construcción del Observatorio de Ciencia y Tecnología, unproyecto tan antiguo como la política de internacionalización enColombia, es una magnífico ejemplo de ello.

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