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Sobre la crisis económica actual (2008-2011) desde la larga duración.
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1El largo declive y la crisis estructural de la economa-mundo capitalista, 1967/73-2010Por Luis Garrido Soto1
Resumen: Este ensayo tratar sobre los fundamentos econmicos y polticos de la actual
situacin mundial. Por eso, localizamos en la fase B (del ciclo Kondratiev) comenzada entre
1967-1973, el trasfondo de la actual crisis estructural del capitalismo mundial y la posible
transicin hacia otro sistema histrico. Este descenso en el ciclo econmico, en el sistema-
mundo signific: 1) el paulatino declive de Estados Unidos como potencia hegemnica, 2) la
condicin de posibilidad del auge de las potencias emergentes que componen el BRIC, y 3) el
agravamiento de las tendencias seculares del desarrollo capitalista que en el largo plazo podra
implicar su inminente inviabilidad histrica. El ensayo pretende enfatizar causalidades
estructurales a largo plazo, en vez de la crisis financiera del 2008, como la detonante de la actual
turbulencia global.
Palabras clave: economa-mundo capitalista, ciclo Kondratiev, crisis estructural, tendencias
seculares, hegemona
Abstract: This essay will engage the economical and political foundations of the current world
situation. Because of that, we locate in the B phase (of the Kondratieff cycle) begun between
1967-1973, the background of the current world capitalism structural crisis and the possible
transition towards another historical system. This decline in the economical cycle, in the
world-system meant: 1) the gradually decline of the United States as the hegemonic power, 2)
the possibility condition for the rise of the emerging powers which compose the BRIC, and 3)
the aggravation of the secular trends of capitalist development which in the long-term would
entail its imminent historical infeasibility. The essay pretends to emphasize long-term causalities,
instead of the financial crisis of 2008, as the trigger of the current global turbulence.
Key worlds: capitalist world-economy, Kondratieff cycle, structural crisis, secular
trends, hegemony
1Estudiante de Licenciatura en Historia, y Ciencia Poltica y RRII de la Universidad Alberto Hurtado (UAH). Correo electrnico: [email protected]
Telfono: (02)3120109 (Santiago), 77083436 (celular)
2IntroduccinNo estamos ms cerca de responder a la cuestin de exactamente cmo las decisiones de la inversin que
resultan en un rpido o lento crecimiento son realizadas nacional o internacionalmente que Kalecki cuando
escribi su ensayo. Pero hemos visto cmo con la desaceleracin de la inversin en la mayora de los pases de la
OCDE y de la mayora de los Pases Menos Desarrollados fuera del Este de Asia, el crecimiento sostenido a
largo plazo de los aos 1945-70 se ha convertido slo en un recuerdo. Amiya Kumar Bagchi
La actual crisis en la economa-mundo capitalista ha resultado ser ms duradera de lo previsto.
Solamente a partir de este ao se ha formado una conciencia ms o menos generalizada tanto
en la opinin pblica como en los medios de que la crisis subprime del 2008 lejos de haber
finalizado en el 2010, ha cobrado an ms fuerza en su posterior desenvolvimiento. El presente
artculo tiene como objetivo presentar la actual crisis financiera como expresin del largo
declive originado de la fase B (estancamiento/recesin) del ciclo Kondratiev en la economa-
mundo entre 1967 y 1973, de la cual an se sufren sus consecuencias. Este descenso en el ciclo
econmico, en el sistema-mundo signific: 1) el paulatino declive de Estados Unidos como
potencia hegemnica, 2) la condicin de posibilidad del auge de las potencias emergentes que
componen el BRIC, y 3) el agravamiento de las tendencias seculares del desarrollo capitalista
que en el largo plazo podra implicar su inminente inviabilidad histrica. Tales son las
coordenadas histricas sobre las cuales se realizar el siguiente anlisis del largo declive y la
crisis estructural del sistema-mundo capitalista. Cabe realizar una advertencia: si bien este
ensayo cabe dentro de lo que se conoce como economa poltica, no ser de carcter
excesivamente cuantitativista. Es decir, no se har uso de nmeros, sino de historia y teora.
1. La fase B y el largo declive de Estados Unidos en la economa-mundo capitalista
La crisis cclica del capitalismo mundial entre 1967 y 1973 fue el punto de inflexin que
signific el cambio de una fase A (expansin/crecimiento) a una fase B
(recesin/estancamiento), marcando as el fin a los gloriosos treinta aos de la economa-
mundo capitalista, que dur ms o menos desde 1945 hasta 1973. An cabe preguntarse por qu
ha sucedido tal quiebre en dicha fecha y cules fueron sus causas. Lo que s est ms o menos
zanjado, es que los gloriosos treinta fueron fruto, en parte, de la reconstruccin de los pases
afectados durante la posguerra, y an ms importante, fue obra del orden mundial instaurado por
Estados Unidos como consecuencia de su ascenso durante la II Guerra Mundial. Esto ltimo
signific que este pas asumiera como potencia hegemnica del sistema-mundo por contar con
los recursos tanto polticos como econmicos suficientes para proporcionar un gobierno
sistmico-mundial.2 As, Estados Unidos asumi la tarea de: 1] reconstruir a los pases 2 En general, la pretensin de representar un inters sistmico global as definido puede hacerse creible y con ello aumentar
3previamente vencidos en la guerra as como a los afectados por la misma, y por aadidura, al
mercado mundial, 2] contencin poltico-militar a la URSS, y 3] ayudar a los pases
subdesarrollados mediante la Inversin Directa Extranjera.3
Que pas repentinamente en la economa-mundo? Sucedi un cambio de fase. De
repente el galopante crecimiento econmico y el ritmo de acumulacin de capital se
desaceleraron. Ello se debi obviamente a una crisis de sobreproduccin y, en el ltima
instancia, al descenso de la tasa de ganancia. Esa es la tpica explicacin marxista de las crisis
econmicas. Ernest Mandel explica estos cambios los ascensos y declives en la actividad
econmica en relacin a la tendencia decreciente de la tasa de ganancia: en un cierto punto en este desarrollo, sin embargo, la composicin orgnica de capital incrementada
y el lmite del nmero de mercancas que pueden ser vendidas a los 'consumidores finales' tienen que
bajar la tasa de ganancia y tambin inducir a una contraccin relativa del mercado. Estas
contradicciones entonces desembocan entonces a una crisis de sobreproduccin.4
De esta manera a medida que el capitalismo se va desenvolviendo en su funcionamiento, se llega
a una sobreproduccin de mercancas las cuales tienen el riesgo de no ser vendidas o de que
tengan que ser vendidas a un precio menor con la desventaja para los capitalistas de que el
margen de ganancia desaparezca. As, la crisis capitalista de sobreproduccin se debe a que el
plusvalor no se realiza, o en otras palabras: la oferta no genera automticamente su propia
demanda. Por consiguiente, la actividad econmica decrece, hasta agotar los stock remanentes de
mercancas; la produccin y el empleo disminuyen. Dentro de este tipo de crisis la inversin
productiva tiene menos incentivo pero muchas empresas quiebran.
Sin embargo, Wallerstein considera que el trmino sobreproduccin es, por decirlo
menos, decepcionante. Lo considera as porque en realidad el capitalismo histrico no es el
reino del libre mercado, sin interferencias poltico-ideolgicas y/o estatales por sobre los
productores directos y los mercados; ms bien funciona debido al Estado, no a pesar de ste. El
capitalismo no es un sistema histrico que funcione espontneamente tal como pregona la
el poder de un candidato a potencia hegemnica con dos condiciones. En primer lugar, los grupos dominantes de ese Estado tienen que haber desarrollado la capacidad de conducir al sistema hacia nuevas formas de cooperacin interestatal y de divisin del trabajo que posibiliten a las unidades que lo componen leberarse de lo que Waltz ha llamado 'la tirana de las pequeas decisiones', esto es, superar la tendencia de los Estados a perseguir individualmente sus intereses nacionales sin atender a los problemas de todo el sistema que requieren solucin a esa misma escala. En resumen, tiene que haber una 'oferta' efectiva de recursos de gobierno mundial. Y en segundo lugar, las soluciones sistmicas ofrecidas por la eventual potencia hegemnica deben resolver problemas sistmicos que se han hecho tan graves como para crear entre los grupos dominantes existentes o emergentes una 'demanda' de gobierno sistmico profunda y ampliamente sentida. Cuando esas condiciones de oferta y demanda se satisfacen simultneamente, el candidato a Estado hegemnico puede desempear el papel de 'gobierno suplente' en la promocin, organizacin y gestin de una expansin del poder colectivo de los grupos dominantes del sistema. Vase Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver, Caos y orden en el sistema-mundo moderno, Akal ediciones, 1 edicin, 2003, Espaa, pp. 35-36
3 Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver, Ibd., p. 94-954 Ernest Mandel, The Industrial Cycle in Late Capitalism, New Left Review I, N 90, Marzo-Abril, 1975, Gran Bretaa,
pp. 3-4
4economa neoclsica con su marcado nfasis en el mercado autorregulado.5 Wallerstein
coincide con Mandel en que en la economa-mundo hubo sobreproduccin, con la diferencia
eso s de que no existen mltiples productores directos y mltiples consumidores en un mundo
etreo, o en otras palabras: un mercado perfecto y simtrico. Esto quiere decir, que
efectivamente existi una curva ascendente de la produccin, ms o menos, entre 1945 y
1967/73 en la economa-mundo capitalista. Pero, a diferencia de Mandel, Wallerstein recalca que
dicha sobreproduccin se da en el marco de una demanda efectiva mundial previamente
estatuida por medio de la lucha de clases y acuerdos polticos, no en un vaco social. Por
tanto, el descenso de la tasa de ganancia es slo expresin de la crisis de sobreproduccin, no su
explicacin. Lo particular de este cambio de fase A a una fase B es que no hubo un descenso de
los precios como con la crisis de 1873-1896, sino todo lo contrario: cuando el mercado
mundial comenz a pandearse, irrumpi la estagflacin, con los productores oligoplicos
mundiales tratando de mantener su margen de ganancias aumentando los precios, en medio de
una aguda competencia entre ellos.6
Dentro de esta tendencia mundial a la sobreproduccin es que paulatinamente se fue
desarrollando el futuro escenario en el cual Estados Unidos sufrira su declive en el sistema-
mundo. De hecho, la crisis-seal del declive fue el abandono del patrn oro-dlar por parte de
ese pas en 1971 durante el gobierno de Richard Nixon. Esto signific que el dlar a partir de
entonces ya no sera respaldado en oro como haba sido entre 1945 y 1971 sino que seran
meros signos monetarios flotantes. Si bien, al principio fue ventajoso para Estados Unidos en
el corto plazo, para poder financiar la cada vez ms costosa guerra de Vietnam, en el largo plazo
result ser lo contrario. De hecho, el abandono del patrn oro-dlar hizo posible el alza
constante del precio petrleo por parte de la OPEP, en que algunos pases de ese crtel actuaron
coludidos con las empresas petroleras del centro de la economa-mundo.7 Pero qu signific el
5 Superproduccin es un trmino decepcionante. No quiere decir que se produzca ms de lo que colectivamente puedan permitirse. Significa que los productores tienen que luchar para encontrar mercados. Lo absurdo que es esto en trminos de racionalidad social puede ilustrarse con un simple ejemplo. En 1980, en un mundo en el cual todavan las hambrunas y la escasez de alimentos, los productores de trigo de los Estados Unidos estaban furiosos contra su gobierno por la prohibicin de vender su grano a la Unin Sovitica, sustentada por motivos polticos. No hubieran estado furiosos si hubieran existido mercados alternativos de fcil acceso. Sentan, como as fue, que estaban cediendo un mercado escaso para beneficio de los productores de Argentina y de otros pases. Vase Wallerstein, Immanuel, La crisis como transicin, Samir Amin et. al., Dinmica de la crisis global, Siglo XXI editores, 4 edicin, 2005, Mxico, p. 44
6 Immanuel Wallerstein, Ibd,. pp. 44-457 Un caso especial, pero de significacin universal por sus repercusiones sobre la crisis, es el de las transnacionales
primarias que operaban en el terreno de la extraccin y distribucin de petrleo. Cuando, en 1973, se torn claro que el equilibrio de fuerzas entre los estados perifricos y los centrales haba cambiado en forma sustancial en favor de los primeros, y que las economas centrales estaban entrando en un perodo de estancamiento, estas empresas transnacionales se apresuraron a abandonar su poltica de expansin real basada en precios bajos y descendentes del petrleo, para iniciar una poltica de especulacin, defendiendo el alza excesiva de los precios que reclamaban los pases exportadores de petrleo. De esta manera contribuyeron al fortalecimiento de las presiones inflacionarias mundiales y al agrandamiento de la masa de capital-dinero (la renta de los pases exportadores de petrleo y las ganancias de las propias empresas transnacionales petroleras) disponible para
5abandono de dicho patrn? Segn Prebisch, ese fenmeno se ha convertido en aquella ingente
transferencia a Estados Unidos de una parte del crecimiento del producto mundial.8 Y a qu se
debi? Simplemente a que la economa estadounidense ha perdido gran parte de su dinamismo
durante los gloriosos treinta aos, cediendo ante los pases que anteriormente haba
reconstruido en la posguerra.9 En otras palabras: dentro de la curva ascendente de la produccin
mundial, el aporte estadounidense ha ido en paulatino declive en comparacin al de Europa
occidental y de Japn. Entonces es compresible a la luz de tal tendencia en los pases centrales
de la economa-mundo, que Estados Unidos haya abandonado el patrn oro-dlar, puesto que
sala mas barato importar que producir por s mismo lo que necesitaba adems agravado por la
guerra de Vietnam: Por qu hacerlo, en verdad, si en vez de hacer recaer todo su costo sobre
el consumo interno, la creacin de dlares permita captar gratuitamente una parte del producto
del resto del mundo?.10 El problema a largo plazo que ello signific para la economa
estadounidense es que todo su consumo y gasto interno no es respaldado por la productividad
estadounidense, sino financiado por la constante inundacin de dlares al mercado mundial. Ese
es el problema de fondo de la actual crisis financiera.Cuadro I. Balanza comercial estadounidense con Alemania, Japn y el resto del mundo
1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973
Japn 0,3 0,2 -0,5 -0,8 -0,3 -1,2 -1,6 -1,4 -3,3 -3,9 -1,3
Alemania 0,6 0,4 0,3 -0,1 -0,3 -1 -0,5 -0,4 -0,8 -1,4 -1,6
Japn y Alemania
0,9 0,6 0,2 -0,9 -0,6 -2,2 -2,1 -1,8 -4,1 -5,3 -2,9
Mundo 5,2 6,8 4,9 3,8 3,8 0,6 0,6 2,6 -2,3 -6,4 0,9Fuente: Robert Brenner, La economa de la turbulencia global, Akal ediciones, 1 edicin, 2009, Espaa, p. 265
Si bien Mandel, Wallerstein y el anlisis de sistemas-mundo han sido los que comenzaron
a hablar del declive estadounidense en la economa global, Robert Brenner ha sido uno de los
marxistas que ms se ha dedicado a realizar una historia econmica emprica dando cuenta del
declive de Estados Unidos documentado con fuentes econmicas.11 Como puede apreciarse en el
las actividades especulativas y entregadas a ellas. Vase Giovanni Arrighi, Una crisis de hegemona, Samir Amin et. al. p. 888 Ral Prebisch, Capitalismo perifrico. Crisis y transformacin, FCE, 1 edicin, 1981, 2 reimpresin, 1987, Mxico, p.
2319 El fin del perodo de expansin fcil (cerca de 1967, pero por supuesto con signos de advertencia desde antes) tambin
marc el fin del perodo de gloria de los Estados Unidos el perodo de corta vida pero muy notable de su hegemona mundial. Su hegemona era ms evidente en el campo militar y poltico, por la clara superioridad de las fuerzas armadas y su capacidad para imponer su voluntad de manera comparativamente fcil. Pero sus races estaban, como siempre, en la economa: en la capacidad de los Estados Unidos de producir, durante el perodo de posguerra con eficiencia, barato y con calidad, que le permitan vender ms que otros productores industriales importantes, aun en el propio mercado local de stos. Ya en la dcada de los sesenta, Estados Unidos no pudo vencer a los productores europeos occidentales y japoneses en sus mercados. Para 1970 ya no pudieron vencerles con facilidad en el propio mercado de Estados Unidos. A fines de los setenta, las empresas de Europa occidental y de Japn empezaron a establecer o a comprar filiales en los Estados Unidos, hasta en el sector bancario. Vase Immanuel Wallerstein, La crisis como transicin, p. 45
10 Ral Prebisch, Capitalismo perifrico. Crisis y transformacin, p. 23111 La produccin acadmica de Brenner sobre el largo declive estadounidense y la economa global, es muy rico en datos
econmicos. No obstante, no se realizar una discusin sobre sus tesis acerca del declive de Estados Unidos y de la
6cuadro (I) desde la segunda mitad de la dcada de los '60 que la economa estadounidense ha
comenzado a desbalancearse negativamente con respecto a Japn y Alemania. De ah la
tendencia que se aprecia es al dficit comercial estadounidense en relacin a ambos pases. E
incluso agravado con el resto del mundo entre 1971 y 1972, lo cual muestra la gravedad de la
situacin. Si bien, el dficit en la balanza comercial con el resto del mundo solamente dur ese
par de aos, el dficit result ser ms duradero en lo concerniente a su competencia lo cual
confirma las apreciaciones de Wallerstein (y de sus colegas). Es decir, el dficit en la balanza
comercial efectivamente muestra el descenso del crecimiento econmico estadounidense a travs
de las exportaciones y el marcado ascenso de las importaciones provenientes de Alemania y
Japn. De hecho esta tendencia estadounidense a la baja lleg a ser tan grave en su tiempo que
segn Brenner: En 1971 Estados Unidos experiment su primer dficit comercial durante el siglo XX. La balanza
comercial de mercancas entr en nmeros rojos con 2.720 millones de dlarres en 1971 y 6.990
millones de dlares en 1972, lo que supona un espectacular declive de 13.700 millones de dlares
en ocho aos desde 1964. Por otra parte, el supervit comercial productos manufacturados cay a
cero en 1971 y en 1972 se contabiliz un dficit de 2.000 millones de dlares.12
Ello implic como menciona Brenner, la presin a la baja del dlar y al alza del marco alemn y
del yen japons, el cual qued materializado con el abandono del patrn oro-dlar. Esta es la raz
de la actual crisis financiera de la economa-mundo en su conjunto, la cual, tiene sus orgenes
en el cambio de fase A (expansin/crecimiento) a fase B (recesin/estancamiento) entre 1967 y
1973, con en el consiguiente declive estadounidense como primera potencia econmica
sellada con el quiebre de Bretton Woods. Pero si Estados Unidos est a la baja, qu reas
geogrficas o pases estaban desempendose bien en la acumulacin de capital? Eso es lo que
hay que relatar ahora.
2. Nuevos polos exitosos de acumulacin, o el mito de los milagros econmicos
El declive estadounidense como potencia hegemnica del sistema-mundo significa el auge
sobreproduccin/sobrecapacidad en el sector industrial por parte de los pases desarrollados capitalistas. Ello complejizara demasiado el cuadro y se necesitara mucho espacio. Por ltimo, cabe mencionar algo bastante importante. Brenner en los '70 critic mucho la perspectiva wallersteiniana calificndola de marxismo neo-smithiano, porque el anlisis de sistemas-mundo segn Brenner enfatiza demasiado la esfera del mercado por sobre la de la produccin; enfatizando as la divisin del trabajo por sobre la lucha de clases. Resulta irnico que a comienzos de los '90 Brenner diera un giro en su perspectiva analtica, adoptando implcitamente ciertos principios del anlisis de sistemas-mundo al abordar el declive estadounidense en relacin a las relaciones horizontales (competencia intercapitalista) en desmedro de la lucha de clases. Para apreciar estos giros tericos en Brenner se sugiere la lectura de los siguientes artculos, ambos publicados en la revista New Left Review, The Origins of Capitalist Development: a Critique of Neo-Smithian Marxism, que apareci en el nmero 104 (ao 1977), y The Regulation Approach: Theory and History, aparecido en el nmero 188 (ao 1991).
12 Robert Brenner, La economa de la turbulencia global, Akal ediciones, 1 edicin, 2009, Espaa, p. 266
7simultneo de nuevos polos de acumulacin capitalista. Hay que recalcar que no solamente se
devieron a la crisis de sobreproduccin. Ese es slo un aspecto de la crisis. Otra arista de la
misma es la lucha de clases, lo cual significa que las relaciones entre el capital y el trabajo estn
permeadas de lucha constante por el excedente econmico, y esa lucha est siempre influenciada
por los ciclos (fases A y B) Kondratiev. Segn Wallerstein, a grosso modo, cuando la economa-
mundo se est expandiendo y es fcil vender, los costos laborales son menos importantes que los
costos de transaccin; por tanto, concentracin urbana. Cuando la economa-mundo se est
contrayendo o estancando, y es difcil vender, los costos laborales devienen cruciales; por tanto,
la reubicacin de industrias a reas de empleo con bajos salarios.13 De este argumento se
desprende, por consiguiente, que el declive estadounidense estuvo acompaado tambin por un
aumento tanto de los costes laborales as como de sus salarios producto de la lucha de clases
as como del gasto social por parte del Estado. Eso hizo que la actividad econmica fuese
menos lucrativa en Estados Unidos. Por eso las industrias estadounidenses han optado por la
reubicacin geogrfica hacia otros lugares hacia la semiperiferia y/o la periferia del
sistema-mundo en donde hubiese una menor cantidad de fuerza de trabajo proletarizada. En el
capitalismo histrico ese ha sido un patrn histrico recurrente (cclico) concerniente a las
industrias monoplicas. Se comprender entonces por qu el crecimiento econmico
estadounidense ha sido paulatinamente ms bajo en comparacin a los gloriosos treinta aos
del capitalismo de posguerra.
Aqu no hay lugar para los milagros econmicos o para el llamado desarrollo
nacional. Estos son ms bien constructos ideologicos que no tienen asidero en el mundo real. El
mismo desarrollo de Europa occidental y de Japn en la posguerra se ha dicho que son milagros
econmicos, pero la verdad es que fueron procesos que se desarrollaron exitosamente debido a
una coyuntura favorable, proporcionada fundamentalmente por los recursos econmicos de
Estados Unidos. No existe el desarrollo nacional entendido ste como un desarrollo de la
actividad econmica independiente de lo que suceda en el conjunto de la economa-mundo. De
hecho, la reconstruccin europea ms que la japonesa fue realizada en aras de la
rentabilidad del producto estrella del siglo XX: la industria automovilstica que vena sufriendo
crisis desde mediados de la dcada de los '30: pero, tan pronto como Europa se estabiliz
despus de la guerra, en particular con la creacin del Mercado Comn y la restauracin de la
convertibilidad monetaria, las multinacionales estadounidenses (entre ellas la automovilstica)
13 Immanuel Wallerstein, Merchant, Dutch or Historical Capitalism?. Review, Vol. 20, N 2, 1997, Fernand Braudel Center, Nueva York, p. 248
8inundaron Europa con sus inversiones.14 Entonces, los nuevos polos de acumulacin de capital
no son fruto de la magnanimidad de los grandes capitalistas monoplicos u oligoplicos
sino que se origina debido a la lucha de clases, lo cual obliga al capital a establecerse en otras
reas geogrficas en donde los costes laborales sean ms bajos, y en donde existe menos
conciencia de clase. El siguiente cuadro (II) muestra por ejemplo, la movilidad del capital
vinculado a la industria automovilstica en relacin a la lucha de clases, durante el siglo XX.Cuadro II. Conflictividad laboral y movilidad de la industria del automvil
1930-1934
1935-1939
1940-1944
1945-1949
1950-1954
1955-1959
1960-1964
1965-1969
1970-1974
1975-1979
1980-1984
1985-1989
1990-1996
Estados Unidos
x
Canad x
Reino Unido
x
Francia x
Italia x x
Alemania x
Espaa x
Argentina x
Sudfrica x
Brasil x
Corea del Sur
x
Fuente: Beverly J. Silver, Fuerzas de trabajo. Los movimientos obreros y la globalizacin desde 1870, p. 59
Explicacin: Segn la autora, las X significan el perodo con mayor nmero de menciones, o aquellos (en el caso de Italia) en que se registra
un mnimo del 20% de las menciones de conflictividad laboral en la industria automovilstica de ese pas. Y los pases includos en el cuadro son
aquellos que contribuyen con un 1% o ms al nmero total de menciones de conflictividad laboral en la industria automovilstica en la base de
datos del WLG (World Labor Group) realizada en el Fernand Braudel Center.
El cuadro anterior es slo un ejemplo de cmo los milagros econmicos en realidad
estn vinculados con la movilidad del capital en aras de maximizar sus ganancias a travs de la
disminucin de los costes laborales y de la disminucin de la efectividad del poder asociativo del
movimiento obrero en sus respectivos pases y ramas econmicas. Estos milagros econmicos
por consiguiente, son solamente soluciones temporales para el capitalismo puesto que no
soluciona sus crisis (de rentabilidad) ante el auge de la conflictividad laboral, sino solamente
'aplaza las crisis', sin resolverlas definitivamente.15 De ah que se tenga la impresin de que a
partir de la dcada de los '70 y sobre todo durante los '80 hayan surgido los pases recientemente
industrializados: As, al final de la dcada de los sesenta y en la dcada de los setenta, una proporcin significativa
de la produccin mecanizada ha sido sacada de los pases centrales para establecerse en 'zonas de
14 Beverly J. Silver, Fuerzas de trabajo. Los movimientos obreros y la globalizacin desde 1870. Akal ediciones, 1 edicin, 2005, Espaa, p. 63
15 Beverly J. Silver, Ibd., p. 56
9libre comercio' de la periferia, hacia los llamados 'pases recin industrializados' y an hacia el
bloque socialista (la planta de Fiat en la Unin Sovitica) donde la fuerza de trabajo recibe una
remuneracin menor.16
Sin embargo, el surgimiento de los pases recientemente industrializados no significa ascender
necesariamente en el marco de la economa-mundo. Pues aqu hay que hacer una clarificacin.
Si bien, el anlisis de sistemas-mundo tiene ciertas similitudes con los planteamientos de la
teora de la dependencia (y de la CEPAL) en cuanto al uso de la relacin centro-periferia, no
significan lo mismo en ambos enfoques. A grosso modo, podra sostenerse que la teora de la
dependencia pecaba de un esencialismo al adjudicar atributos a los componentes del sistema en
relacin a ciertos sectores de la economa,17 mientras que el anlisis de sistemas-mundo piensa
ms bien a travs de procesos.
El craso error que cometieron, tanto la teora de la dependencia como el estructuralismo
de la CEPAL, es haber confundido el desarrollo con la industria y de que el camino hacia el
desarrollo era ir por la senda de la industrializacin.18 Quizs en su momento fue til la
dicotoma centro-periferia establecida en tales trminos pases industrializados vis--vis pases
no industrializados, en vista de la Industrializacin Sustitutiva de Importaciones para as
competir en mejores condiciones en el mercado mundial. Por eso, la perifera opt por
diversificar sus exportaciones hacia las manufacturas; pero result ser casi igual que la
exportacin de bienes primarios. Segn Prebisch Se trata principalmente, sin embargo, de
bienes en que la demanda de los centros crece con relativa lentitud frente a la demanda intensa
en la periferia de bienes cada vez ms diversificados provenientes de aquellos,19 muy al
contrario con lo que ocurra, segn esta perspectiva, con los bienes industriales. Sin embargo, al
parecer el problema no era tanto la dicotoma entre productos primarios y productos
manufacturados industriales per se, sino que ms bien tena que ver con los mercados y el
16 Immanuel Wallerstein, La crisis como transicin, p. 4517 Vase tambin las siguientes afirmaciones de Manfred Bienefeld: El primer problema con el debate, tal como ha tenido
lugar, apunta a la premisa estructuralista bsica de que una poltica formulada y orientada con sentido nacionalista, es deseable para lograr ciertos objetivos determinados de manera ms efectiva. En numerosos debates acerca de la dependencia se acepta esta premisa como un 'dato' y con demasiada frecuencia se la trata como implcitamente absoluta. La consecuencia es el empleo del concepto de 'autonoma', como si se ajustara al principio de 'mientras ms, mejor' y a un empleo empleo del concepto de 'desvinculacin' supuesto como fin en s y no como un medio para llegar a un fin. Otra consecuencia de estas falacias es que induce a preocuparse por las estructuras internas y las relatividades de los precios, sin tomar en cuenta los cambios en las circunstancias externas. Esto es, obviamente, una anttesis del enfoque de la dependencia. Vase Manfred Bienefeld, Pases de reciente industrializacin y dependencia: hacia un nuevo enfoque, Dudley Seers (compilador), La teora de la dependencia. Una revaluacin crtica, FCE, 1 edicin, 1987, Mxico, p. 93
18 La ndole centrpeta del capitalismo se manifiesta persistentemente en las relaciones entre los centros y la periferia. En los primeros se origina el progreso tcnico y tiende a concentrarse en ellos el fruto de la creciente productividad que trae consigo. A favor de la demanda creciente que acompaa al incremento de productividad se concentra tambin all la industrializacin, aguijada por incesantes innovaciones tecnolgicas que diversifican ms y ms la produccin de bienes y servicios.
As pues, en el curso espontneo del desarrollo la periferia tiende a quedar al margen de ese proceso de industrializacin en la evolucin histrica del capitalismo. Vase Ral Prebisch, Capitalismo perifrico. Crisis y transformacin, p. 37
19 Ral Prebisch, Ibd., p. 185
10
comportamiento de las reas geogrficas con respecto a los mismos.20 El anlisis de sistemas-
mundo por su parte, no conceptualiza dicha dicomotoma como se estableci previamente entre
productos primarios y productos industriales-manufacturados. Si bien, como menciona Bagchi,
la diferencia entre ambos tipos de productos yace en reconocer ciertas diferencias relevantes. Primero, los productos primarios son intercambiados en
mercados con precios fluctuantes y los productos manufacturados en mercados con precios fijos.
Segundo, la produccin de los commodities agrcolas generalmente toma mucho ms en ajustarse a
las brechas oferta-demanda que las salidas de los productos manufacturados.21
Hoy en da ya se puede hacer extensiva a ciertos productos manufacturados-industriales, ya no
siendo un atributo exclusivo de los productos primarios.
Lo que menciona Bagchi da pistas de cmo conceptualiza el anlisis de sistemas-mundo
la relacin centro-periferia. Pues bien, dicha dicotoma es concerniente al grado de
monopolizacin de una actividad econmica o de un producto en el mercado mundial el cual
puede ser manufacturado-industrial o primario. Por consiguiente, mientras ms monopolizado
sea un producto ms rentable ser ese nicho econmico ya que los precios estn determinados
mayormente por la oferta monoplica u oligoplica. Y mientras ms competitivo es un
producto menos rentable ser en vista de que en esta situacin se est ms cercano a lo que
podra ser considerado como un mercado perfecto: mltiples vendedores y mltiples
compradores, por lo que los precios fluctan de acuerdo a la demanda. El error de la teora de la
dependencia y de la CEPAL entonces, fue haber credo que solamente con industrializar las
economas nacionales iban a alcanzar el desarrollo, no pudiendo apreciar el carcter cclico de
esos productos. Es decir, lo que en un tiempo perteneci como alta tecnologa por parte de los
pases centrales de la economa-mundo, termina siendo una produccin perifrica al cabo de un
tiempo: La monopolizacin es cclica. Los monopolios tienen vidas relativamente cortas.
Mientras se desmoronan, otras nuevas son creadas. En la historia del capitalismo como un
sistema-mundo, el porcentaje de actividades econmicas altamente monopolizadas ha
permanecido probablemente ms o menos estable.22 Ese proceso cclico ha sucedido con la
20 Incluso Prebisch despus se da cuenta de que el problema yace en los mercados y no en los productos cuando plantea: No se haba dado, en efecto, un designio industrializador. Ya se hizo notar que los centros no tenan inters en promover la industrializacin perifrica y se opusieron a ella aduciendo las ventajas de aquel esquema pretrito de divisin internacional del trabajo en que a la periferia corresponda el papel de exportar bienes primarios y a los centros, bienes industriales. Se comprende que as haya sido debido al inters de los grupos dominantes de los centros () Hay que buscar tambin la respuesta en una estructura social en donde los grupos dirigentes se desenvolvan y prosperaban al abrigo de este esquema, que dejaba al margen gran parte de la fuerza de trabajo. Se oponan, asimismo, a la industrializacin porque ella hara subir los precios de lo que se importaba tan liberalmente. Vase Ral Prebisch, Ibd., p. 186
21 Amiya Kumar Bagchi, Fluctuations and Turbulence of the World-Economy, Review, Vol. 24, N 2, 2001, Fernand Braudel Center, Nueva York, p. 282
22 Immanuel Wallerstein, Merchant, Dutch or Historical Capitalism?, p. 252
11
industria textil en el siglo XIX, la industria automovilstica en el siglo XX, y hoy en da la
produccin de punta se ubica en la ciencia y tecnologa fundamentalmente. Se entiende
tambin, a partir de este patrn cclico, por qu la ley de hierro de los salarios se cumple a
cabalidad en las actividades no-monopolizadas en vista de la alta competitividad en el mercado
laboral, y no as en las monopolizadas.23
A qu nos lleva este breve excursus terico? A plantear sin ms que el fenmeno de los
pases recientemente industrializados y su pretendida calidad de milagro econmico no es
tal: Las caractersticas de estos acontecimientos mundiales, que condujeron al fenmeno de los pases
de reciente industrializacin, incluyen la creciente necesidad de reducir los costos de produccin, la
urgente necesidad de encontrar mercados para los bienes producidos por la capacidad instalada y la
acumulacin de recursos financieros para hacer frente a las dificultades cada vez mayores para
encontrar oportunidades de inversin en productos con un ndice aceptable de retorno real.24
Mencionando adems que las inversiones industriales de hecho se relocalizaron en lugares con
ms bajos salarios y menores costos de produccin los mismos argumentos planteados por el
anlisis de sistemas-mundo. Llama la atencin adems, que este autor, mencione como uno de
los problemas crnicos a partir de la dcada de 1970, el persistente problema de la disminucin
de la rentabilidad para los pases del centro de la economa-mundo, lo cual eran el reflejo de
una tendencia gradual hacia el excesivo crecimiento de la capacidad industrial para elaborar
bienes de produccin,25 anticipndose as a la tesis de Robert Brenner de la cada de la tasa de
ganancia en el sector industrial. Ello explicara, por tanto, la supuesta des-industrializacin de
los pases capitalistas avanzados y la concomitante industrializacin de los menos
desarrollados dando la impresin de ser un milagro econmico. Pero lo que en realidad fue ese
fenmeno fue hacer an ms competitivo esto es: menos lucrativo ciertos sectores de la
produccin industrial al traspasrselos a la periferia, por lo que los pases centrales de la
economa-mundo entraron en lo que Wallerstein cataloga como una lucha por la posesin de las
tecnologas de punta con la consiguiente conquista de dicha renta tecnolgica. Pero antes de
observar en qu actividad econmica se ha especializado Estados Unidos en relacin a la
economa-mundo, conviene tomar nota de la no convergencia entre desarrollo a travs de la
industrializacin y del ingreso per cpita, ambos a nivel mundial.
23 Mantener bajos los costos laborales es crucial para toda la produccin no monopolizada en la economa-mundo. La ley de hierro de los salarios es el resultado directo de la competencia irrestricta en el mercado. Los salarios pueden estar por supuesto debajo de los costos de reproduccin siempre y cuando los salarios proporcionados solo son una parte del ingreso de la unidad domstica y puede ser compensada desde otras fuentes. Vase Immanuel Wallerstein, Ibidem
24 Manfred Bienefeld, Pases de reciente industrializacin y dependencia: hacia un nuevo enfoque, p. 10625 Manfred Bienefeld, Ibd., p. 105
12
Cuadro III. % del PNB de la regin en manufactura como % del PNB del Primer Mundo26
Regin 1960 1970 1980 1990 1998
1.frica Sub-sahariana2.Amrica Latina3.Medio Oriente y Norte de frica4.Sur de Asia5.Este de Asia (sin China y Japn)6.ChinaTercer Mundo1.Norteamrica2.Europa Occidental3.Sur de Europa4.Australia y Nueva Zelanda5.JapnPrimer Mundo
5397,137,747,948,581,874,695,9101,590,687,1119,5100
6394,843
51,267,9106,678,387,5101,391,886
127,4100
71,1115,341,171,295,4165,899,48897
111,380,3119,5100
88,1113,170,481,6115,3149,5108,184,496,899,768,3127,6100
76,610571,179,1130
190,111892,897,395,767
119,1100
Fuente: Arrighi, Giovanni, Silver, Beverly J., Brewer, Benjamin D., Industrial Convergence, Globalization, and the Persistence of the North-
South Divide, Studies in Comparative International Development, Primavera 2003, Vol. 38, N 1, p. 12
El cuadro (III) muestra que efectivamente durante la segunda mitad del siglo XX, y con
mayor fuerza an desde la dcada de los '80 en adelante, el impulso industrializador del Tercer
Mundo fue bastante exitoso, saltando desde un promedio regional del 78,3% en 1970 a un 99,4%
poco ms de 20 puntos porcentuales. Por lo tanto, es verdad que la diferencia entre pases
centrales y perifricos esto es: Tercer y Primer Mundos en el seno del sistema-mundo, ya no
radica en el carcter industrial y/o agrcola (no industrial) de sus economas nacionales o de
los tipos de productos en el mercado mundial como los postulaban tanto la CEPAL como la
teora de la dependencia en antao. Cabe mencionar tambin, que los ms altos ndices de
manufactura se los llevan China en primer lugar y el Este de Asia en segundo lugar, con un 130
y 190,1% respectivamente concerniente a la actividad manufacturera del Primer Mundo en 1998.
Pero el ascenso del resto solamente podra adjudicarse a esas dos zonas, que superan en mucho
al Primer Mundo, pero no al Tercer Mundo en su conjunto. Y por ltimo, el porcentaje de
actividad industrial en el Tercer Mundo ha superado el del Primero desde la dcada de los '90,
superndolos por poco ms de 8 puntos porcentuales, hasta llegar al 118% a fines de esa misma
26 Pases incluidos en el Tercer Mundo: frica Sub-sahariana: Benin, Botswana, Burkina Faso, Camern, Repblica de frica Central, Chad, Repblica
Democrtica del Congo, Repblica del Congo, Costa de Marfil, Gabn, Ghana, Kenya, Lesoto, Malawi, Mali, Mauritania, Mauricio, Nger, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sudfrica, Togo, Zambi, Zimbawe.
Amrica Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Repblica Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Mxico, Nicaragua, Panam, Paraguay, Per, Uruguay
Medio Oriente y Norte de frica: Argelia, Egipto, Repblica rabe de Egipto, Marruecos, Omn, Arabia Saudita, Tnez, Turqua
Sur de Asia: Bangladesh, India, Pakistn, Sri Lanka Este de Asia: Hong Kong, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Tailandia China
Pases incluidos en el Primer Mundo Norteamrica: Canad, Estados Unidos Europa Occidental: Alemania, Austria, Blgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Luxemburgo, Noruega, Pases Bajos,
Suecia, Reino Unido [Sin los Pases Bajos en 1970] Sur de Europa: Espaa, Grecia, Italia, Portugal Australia, Nueva Zelanda y Japn
13
dcada. Sin embargo, el siguiente cuadro (IV) desmiente categricamente cualquier
extrapolacin en que la convergencia industrial Norte-Sur haya significado necesariamente una
disminucin de la brecha Norte-Sur en trminos del ingreso per cpita. Si se observa el cuadro
elaborado por Arrighi et. al., se puede apreciar que el porcentaje de los ingresos per cpita del
Tercer Mundo han permanecido relativamente estables si se comparan con los del Primer
Mundo. Si bien, se observan fluctuaciones desde 1960 hasta 1998 en el ingreso per cpita
promedio del Tercer Mundo, tales variaciones no son muy violentas slo fluctan en
dcimas porcentuales, ni siquiera un punto. Y si los datos se desagregan, se observa que en un
primer momento, desde 1960 hasta los '80 Amrica Latina como promedio continental
iba convergiendo lentamente con el Primer Mundo para disminuir y estancarse posteriormente a
partir de 1990; mientras que paralelo a la disminucin de Amrica Latina suceda el ascenso del
ingreso per cpita en el Este de Asia, quedando ambas regiones prcticamente en el mismo
promedio con 12,3 y 12,5% respectivamente en 1998. China desde 1960 ha crecido en su ingreso
per cpita, pero a un ritmo que no ha sido demasiado rpido de 1,3% en 1990 a 2,6% en 1998
pero el alto crecimiento industrial no se corresponde con un alto crecimiento en esto ltimo.Cuadro IV. PIB per cpita para la regin como % del PIB per cpita del Primer Mundo27
Regin 1960 1970 1980 1990 1998
1.frica Sub-sahariana2.Amrica Latina3.Medio Oriente y Norte de frica4.Sur de Asia5.Este de Asia (sin China y Japn)6.ChinaTercer Mundo1.Norteamrica2.Europa Occidental3.Sur de Europa4.Australia y Nueva Zelanda5.JapnPrimer Mundo
5,219,78,71,65,70,94,5
123,5110,951,994,678,6100
4,416,47,81,45,70,73,9
104,8104,458,283,3126,1100
3,617,68,71,27,50,84,3
100,4104,4
6074,5134,1100
2,512,37,41,310,41,3498
100,258,766,2149,4100
2,212,3
71,512,52,64,6
100,798,460,173,4144,8100
Fuente: Arrighi, Giovanni, Silver, Beverly J., Brewer, Benjamin D., Ibd., p. 13
27 Pases incluidos en el Tercer Mundo: frica Sub-sahariana: Benin, Botswana, Burkina Faso, Camern, Repblica de frica Central, Chad, Repblica
Democrtica del Congo, Repblica del Congo, Costa de Marfil, Gabn, Ghana, Kenya, Lesoto, Malawi, Mali, Mauritania, Mauricio, Nger, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sudfrica, Tanzania, Togo, Uganda, Zambia, Zimbawe.
Amrica Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Repblica Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Mxico, Nicaragua, Panam, Paraguay, Per, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.
Medio Oriente y Norte de frica: Arabia Saudita, Argelia, Egipto, Repblica rabe de Egipto, Marruecos, Omn, Siria, Sudn, Tnez, Turqua
Sur de Asia: Bangladesh, India, Nepal, Pakistn, Sri Lanka Este de Asia: Hong Kong, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Tailandia, Taiwan. China
Pases incluidos en el Primer Mundo Norteamrica: Canad, Estados Unidos Europa Occidental: Alemania, Austria, Blgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Luxemburgo, Noruega, Pases Bajos,
Suecia, Reino Unido. Sur de Europa: Espaa, Grecia, Irlanda, Israel, Italia, PortugalAustralia, Nueva Zelanda, Japn
14
Pero si el Tercer Mundo, mejor dicho, parte del Tercer Mundo se estaba industrializando
apropindose de produccin que previamente era del Primer Mundo, cul(les) sera(n) entonces
la actividad(es) econmica(s) de los pases centrales del sistema-mundo? En un primer
momento, se pens que los pases centrales se dedicaran fundamentalmente a nuevas industrias
lderes: miniprocesadores, biotecnologa y nuevas fuentes energticas,28 no sin una lucha
poltica al interior de la trada del centro Estados Unidos, Europa occidental y Japn por
quin de los tres ser el que conduce tales innovaciones concentrando as las ganancias
provenientes de las mismas. Sin embargo, Estados Unidos ha tendido a concentrar sus energas
econmicas para afrontar su declive, no en actividades productivas directamente. Este pas ha
seguido la lnea se especializacin econmica en la actividad financiera. Para Giovanni Arrighi
et. al., esa senda no ha sido sino la continuacin de la lgica del ciclo de producto por otros
medios,29 escapando as de ramas econmicas que estn sobrepobladas menos rentables
hacia nichos que estn subpoblados ms rentables escapando de la alta competitividad
econmica del sector industrial. Este giro estadounidense desde las actividades industriales hacia
las financieras no es solamente por las ganancias, sino para que en realidad el pas no se
especialice en ninguna actividad econmica en particular optando as por la liquidez, reduciendo
as la incertidumbre de participar en actividades productivas las cuales son cada vez ms
competitivas, y por consiguiente, ms riesgosas. Esta financiarizarin estadounidense ha sido
lo que ha permitido a ese pas el creciente endeudamiento, al poseer la mquina creadora del
dinero universal (dlar) con la diferencia en que ya no tiene que estar respaldado en oro como
durante los treinta gloriosos. Segn estos autores:Esta tendencia fue la fuente primaria de la bifurcacin de las fortunas de las regiones del Tercer
Mundo de las dcadas de 1980 y 1990. Por un lado, hubo regiones (ms notablemente el Este de
Asia) que por razones histricas tena una fuerte ventaja en la competencia por una participacin de
la creciente demanda norteamericana de productos industriales baratos. Estas regiones tendieron a
beneficiarse de la redireccin de los flujos de capital, porque el mejoramiento en sus balanzas de
pago disminuyeron su ncesidad de competir con los Estados Unidos en los mercados financieros
mundiales. Por otra parte, hubo regiones (ms notablemente el frica sub-sahariana y Amrica
Latina) que por razones histricas estaban particularmente desaventajadas en la participacin de la
demanda norteamericana. Estas regiones tendieron a ascender a dificultades en la balanza de pagos
que los puso en la desesperada posicin de tener que competir directamente con Estados Unidos en
los mercados financieros mundiales.30
28 Immanuel Wallerstein, La crisis como transicin., p. 4629 Giovanni Arrighi, Beverly J. Silver, Benjamin D. Brewer, Industrial Convergence, Globalization, and the Persistence of
the North-South Divide, Studies in Comparative International Development, Vol. 38, N 1, 2003, p. 2130 Giovanni Arrighi, Beverly J. Silver, Benjamin D. Brewer, Ibd., p. 22
15
3. Las tendencias estructurales del capitalismo de larga duracin
Es de sobra conocido el contra-argumento que se sostiene como respuesta ante las crisis cclicas
del capitalismo: que en el fondo las crisis lo nico que hacen es extender la existencia histrica
del sistema junto con reforzarlo. Pero qu ocurre si se aprecia este sistema histrico en su
totalidad, ms all de observar los rboles y en vez de ello mirar el bosque? Quizs Marx no
estuvo tan equivocado despus de todo, slo que estuvo limitado por su tiempo lo cual
obviamente le impidi observar el desenvolvimiento del capitalismo posterior al siglo XIX. Pero
Marx, no slo estuvo limitado histricamente, sino incluso tericamente. Pues l estudi el
capitalismo como un sistema ideal en equilibrio y lo mismo ocurre con muchos marxistas
y no como un sistema histrico, es decir: como un sistema dado en un determinado tiempo-
espacio. Pero junto con ver al capitalismo en su dimensin histrica, tambin cabra precisar que
el capitalismo desborda los lmites nacionales: La circulacin monetaria y la explotacin del trabajo asalariado no tienen por qu implicar una
forma de Estado determinada. Adems, el espacio de realizacin, que s est implicado por la
acumulacin (el mercado mundial capitalista) incluye una tendencia intrnseca a superar cualquier
limitacin nacional que pudieran instituir fracciones determinadas del capital social o que se pudiera
imponer por medios 'extraeconmicos'.31
Slo al apreciar al capitalismo en su totalidad mundial ms all de meros agregados
nacionales y en su historicidad es que pueden apreciarse cambios y tendencias seculares a
raz de la propia dinmica de funcionamiento del propio sistema incluida la lucha de clases
las cuales quizs podran significar la inviabilidad histrica del mismo, porque el equilibrio del
sistema en absoluto es esttico: est en constante movimiento. En esta ltima seccin se tratar
brevemente sobre esta problemtica, en la que seran una suerte de proyecciones del
capitalismo.
El primer problema que ha ocasionado la creciente expansin y dinmica de
funcionamiento de la economa-mundo capitalista por el mundo entero, ha sido una creciente
desruralizacin mundial. Este problema tiene que ver fundamentalmente con la lucha de clases
en donde se disputa el plusvalor entre los capitalistas y la fuerza de trabajo. Pero no es una lucha
observada en trminos abstractos, sino histricamente localizada. El proceso de desruralizacin
del mundo ocurre debido a la bsqueda constante, por parte de los capitalistas, de fuerza de
trabajo barata, a la que se puede remunerar con bajos salarios. De hecho, segn Wallerstein y
la perspectiva de sistemas-mundo en general plantea que la movilidad mundial del capital ha
31 tienne Balibar,La forma nacin: historia e ideologa, tienne Blibar e Immanuel Wallerstein, Raza, nacin y clase. Las identidades ambiguas, Iepala, 1 edicin, 1991, p. 139
16
ido siempre en dicha direccin, en aras de retribuir con un salario inferior al suficiente en
relacin al costo de reproduccin vital salario mnimo, ya que los semi-proletarios tenan
otras fuentes de ingreso alternativas. Sin embargo, a pesar de que grandes empresas capitalistas
se hayan movilizado a zonas en donde la fuerza de trabajo haya sido ms dbil organizativa e
ideolgicamente, al cabo de cierto tiempo esta lograba configurarse como un actor poltico con
conciencia de clase (fr sich) poniendo en riesgo nuevamente la rentabilidad de una determinada
actividad econmica al pedir aumentos y mejoras salariales obligando al capitalista a movilizarse
otra vez hacia otras zonas con fuerza de trabajo dbiles organizativa e ideolgicamente
hablando. El problema con esta tendencia, es que no puede seguir funcionando as eternamente,
puesto que a medida que avanza dicha desruralizacin menos reservas de fuerza laboral semi-
proletarias van quedando a nivel mundial, con el resultado de que hoy en da los costos reales
salariales de los empresarios estn subiendo, y los trabajadores estn gastando un porcentaje
cada vez ms grande de su tiempo total laboral como trabajo asalariado.32 De esta forma, los
capitalistas no podrn pagar con una remuneracin inferior al salario mnimo, lo que pondr
consiguientemente en crisis la acumulacin de capital adems de un fortalecimiento de la
conciencia de clase aunque sean debilitados organizativamente con cada desplazamiento del
capital.
La segunda tendencia secular del capitalismo histrico en sus quinientos aos de
existencia y despliegue, ha sido una creciente degradacin, o mejor dicho, destruccin del
medioambiente. Esto quiere decir que en el proceso de produccin el capitalista solamente
remunera los costos a los factores de produccin fuerza de trabajo, capital fijo, etc. dejando
de lado las consecuencias medioambientales del proceso de produccin. Eso es lo que se ha
llamado en jerga neoclsica la externalizacin de costos ya que al externalizar dichos costes
lo que realizan es disminuir los costos de produccin para as mantener el nivel de extraccin de
plusvalor (tasa de ganancia): se puede decir que el capitalista contamina los ros, tala rboles
con despreocupacin, y no paga impuestos equivalentes al coste de los puentes que utilizan sus
camiones.33 Esta segunda tendencia secular de la economa-mundo capitalista incluso sera ms
grave que la anterior la fuerza de trabajo se reproduce demogrficamente ya que la
naturaleza no es producida por el hombre como cualquier otra mercanca, por lo que los
recursos naturales son finitos, sea porque algunos no son renovables o porque la capacidad de
32 Immanuel Wallerstein, Merchant, Dutch, or Historical Capitalism?, p. 25333 Immanuel Wallerstein, Mundializacin o poca de transicin? Una visin a largo plazo de la trayectoria del sistema-
mundo, Chesnais, Franois. et. al., La globalizacin y sus crisis. Interpretaciones desde la economa crtica , Catarata, 1 edicin, 2002, Espaa, p.91
17
renovacin no sea tan rpida en el caso de los renovables. Consiguientemente, el deterioro
ambiental nos podra llevar a una situacin de crisis malthusiana frente al crecimiento de la
poblacin mundial y a una situacin en que las condiciones de vida se deterioren seriamente.
Frente a esta tendencia secular, lo nico que se tendra que hacer es limpiar el medioambiente e
interrumpir la contaminacin. Pero el problema es quin pagar precisamente por limpiar el
medio ambiente, cuyos candidatos a pagar por el deterioro o son: las empresas mismas o el
conjunto de la sociedad: Si es la colectividad, los impuestos tendrn que aumentar
considerablemente y los contribuyentes se podran sublevar. Si son las empresas las que han de
pagar, clamarn contra el hundimiento de sus beneficios.34 Consiguientememte el problema
tiene que ver de nuevo con el plusvalor: a quin se lo extraen para pagar la limpieza y
descontaminacin del medioambiente.
Por ltimo, esta es quiz la tendencia secular ms controvertida, y es el proceso de
creciente democratizacin al interior del sistema-mundo. No obstante, por democratizacin no
significa exclusivamente la aparicin y expansin de estructuras polticas parlamentarias y/o
liberales, ni con la separacin y divisin de los poderes del Estado. Aqu se entiende
democratizacin la socializacin de la riqueza que va ms all del objetivo de la acumulacin
incesante de capital. Esta ltima tendencia ascendente significa en pocas palabras, que ante la
creciente brecha entre ricos y pobres muy caracterstica del capitalismo los capitalistas han
tenido que aceptar, de buena manera o a regaadientes, alguna forma de Estado de bienestar o
Estado desarrollista, en la periferia de la economa-mundo en que se disminuyen las
desigualdades del sistema a travs de un compromiso histrico entre el capital y el trabajo. Si
bien, los capitalistas han podido lograr estabilidad social con esa solucin poltica, el problema a
largo plazo es que merma las ganancias capitalistas, porque los mnimos que se han
establecido para reducir la combatividad de los trabajadores, se ha transformado en un creciente
aumento de servicios sociales al Estado: El nivel de exigencias sobre las inversiones, en materia
de educacin, de salud y de garantas de ingresos para el conjunto de la existencia, ha crecido de
forma regular, extendindose geogrficamente. Se trata prcticamente de un crecimiento
exponencial, a escala mundial, y contina progresando,35 obviamente financiado a travs de
impuestos. De hecho, el llamado neoliberalismo ha sido la tentativa de suavizar esta tendencia
mediante la idea de responsabilidad fiscal, baja inflacin y un gasto social focalizado contra
los derechos sociales universales lo que significa que el gasto estatal en socializacin del
34 Immanuel Wallerstein, Ibd., p. 9235 Immanuel Wallerstein, Ibd., p. 93
18
producto social sea el mnimo posible a travs de impuestos a los ms ricos.Cuadro V. Ondas largas del capitalismo en Estados Unidos y promedios de la tasa de ganancia
Fase/Onda Larga Tasa de ganancia (promedio de la fase)
Participacin en las ganancias (promedio de
la fase)
Tasa de ganancia (Valor mximo en un promedio
de 10 aos)
Participacin en las ganancias (Valor mximo
en un promedio de 10 aos)
Capitalismo competitivo (1869-97)
17,50% 25,40% 24,20%(1882)
32,6%(1883)
Capitalismo monopolista (1898-1940)
13,00% 22,00% 14,4%(1913,1929)
25,2%(1913)
Capitalismo monopolista de Estado (1941-82)
11,90% 14,30% 13,1%(1949,1968)
16,1%(1943)
Capitalismo neoliberal (1983-2000)
12,70% 16,30% 13,2%(1998)
16,6%(1998)
Fuente: Minqi Li y Adam Hanieh, Secular Trends, Long Waves and the Cost of the State: Evidence from the Long-Term Movement of the Profit
Rate in the U.S. Economy, Review, Vol. 29, N1, 2006, Fernand Braudel Center, Nueva York, p. 100
De las tres tendencias seculares del capitalismo que habla Wallerstein el deterioro
ambiental y la democratizacin tienen sus repercusiones fundamentalmente en los impuestos
y en ltima instancia en el aparato estatal. A pesar de que no hayan estudios empricos que
hablen de estas tendencias a nivel mundial, s existen trabajos que den cuenta de este fenmeno
al menos en la economa estadounidense. Minqi Li y Adam Hanieh, hicieron un breve trabajo
emprico para ver si exista alguna correlacin entre las tendencias seculares y el alza de
impuestos en Estados Unidos. Ellos encontraron cuatro ondas largas (ciclos Kondratiev) con
alzas y bajas tanto en las tasa de ganancia, como en los costos laborales y costos impositivos.
Como puede observarse en el cuadro (V) la tasa de ganancia durante los tres ciclos previos al
capitalismo neoliberal ha ido a la baja, y lo mismo cabe decir de la participacin en las
ganancias, por lo que la tesis marxista del declive de las tasas de ganancias, al menos, en la
economa estadounidense, es cierta. Solamente a partir de la fase neoliberal las tasas de ganancia
han tendido al alza nuevamente, pasando de un 11,9% en la fase monopolista de Estado al 12,7%
en la actual. No obstante falta apreciar como han evolucionado los costos laborales e impositivos
en aquella economa.Cuadro VI. Costos laborales, costos impositivos y ondas largas
Onda larga/Fase Costos salariales/produccin Costos impositivos/produccin Suma de ambos costos
Capitalismo competitivo (1869-97)
68,50% 6,10% 74,60%
Capitalismo monopolista(1898-1940)
69,40% 8,60% 78,00%
Capitalismo monopolista de Estado (1941-82)
71,90% 13,90% 85,70%
Capitalismo neoliberal (1983-2000)
71,90% 11,80% 83,70%
Fuente: Minqi Li y Adam Hanieh, Ibd., p. 102
El cuadro (VI) muestra a su vez cmo en Estados Unidos han evolucionado las curvas
19
tanto de los costos salariales y los costos impositivos. En este grfico se observa la tendencia
inversa en relacin a la tasa de ganancia, es decir: han tendido a la creciente alza en las fases
previas al capitalismo neoliberal. Los costos salariales han ascendido desde 68,5% en la fase del
capitalismo competitivo (1869-97) a 71,9% en la fase del capitalismo monopolista de Estado
(1941-82); mientras que los costos impositivos han sido los que mas han subido en comparacin
a los salariales. Los costos impositivos han ascendido desde 6,1% en el capitalismo competitivo
al 13,9% en el capitalismo monopolista de Estado. No est dems decir que la suma de ambos
costos ha ascendido, llegando al 85,7% en el perodo correspondiente entre 1941 y 1982.
La fase neoliberal claramente ha sido una respuesta a las tendencias seculares que
Wallerstein ha mencionado, por lo que en esa fase los capitalistas han intentado revertir la crisis
de la rentabilidad a travs del recorte de impuestos. Sin embargo, los autores mencionan que el
neoliberalismo ha logrado solo un xito limitado al reducir los costos y al restaurar la
rentabilidad. Comparada con los periodos histricos anteriores, tanto los costos salariales y los
costos impositivos han permanecido en niveles relativamente altos.36 Por lo que, el Estado que
una vez sirvi a los intereses de los capitalistas para mantener un orden social relativamente
estable, podra convertirse eventualmente segn estas tendencias en un actor que podra
promover la destruccin del capitalismo en vista de los problemas de rentabilidad que acarrea.
En otras palabras: el Estado se est volviendo demasiado caro y disfuncional para los capitalistas
ya que beneficiara ms a los trabajadores que a aquellos. Ahora bien, estas declaraciones
solamente pueden realizarse en base a la economa estadounidense en vista de los datos aqu
proporcionados. Pero nada impedira pensar que en el mundo y aqu en Chile en particular
han acontecido las mismas tendencias seculares de las que Wallerstein y el anlisis de sistemas-
mundo han hablado. Es ms: el actual movimiento estudiantil es un claro ejemplo de lo
problemtico de esta tendencia secular al plantear que la educacin escolar y superior debe ser
universal, gratuita y de calidad, lo cual significa que tiene que ser financiada por impuestos
progresivos (a los ms ricos) poniendo en entredicho la rentabilidad capitalista. Por ltimo, sera
interesante realizar investigaciones que aborden esta problemtica tanto en la economa chilena
en particular, como a nivel mundial, ya sea por pas o en relacin a las reas geogrficas
propuestas por la perspectiva de los sistemas-mundo el centro, la periferia y la semiperiferia
y apreciar si es que las divisiones se mantienen constantes en el tiempo entre tales zonas o si es
que existen convergencias al igual que con la industrializacin a nivel mundial.
36 Minqi Li y Adam Hanieh, Secular Trends, Long Waves and the Cost of the State: Evidence from the Long-Term Movement of the Profit Rate in the U.S. Economy, Review, Vol. 29, N1, 2006, Fernand Braudel Center, Nueva York, p. 104
20
Bibliografa
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