Popper El Mito Del Marco Caps 7 y 8 Completo

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  • 8/11/2019 Popper El Mito Del Marco Caps 7 y 8 Completo

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    Popper, Karl (2007). El mito del marco comn. En defensa de la ciencia y la racionalidad. Barcelona, Paids.

    Captulo 7

    UN ENFOQUE PLURALISTA DE LA DE LA HISTORIA

    I

    Lo que se puede llamar filosofa de la historia gira de un modo persistente en torno a tres grandescuestiones:

    1. Hay una trama en la historia? En caso afirmativo, cul?

    2. Para qu sirve la historia?

    3. Cmo hemos de escribir historia, o cul es el mtodo de la historia? (Esto incluye tambin elproblema del conocimiento histrico.)

    Implcita o explcitamente, se ha respondido a estas preguntas desde la Biblia y Homero hasta nuestrosdas. Y es asombroso lo poco que han variado las respuestas en todo ese tiempo.

    La respuesta ms antigua a la primera pregunta, la que dan la Biblia y Homero, es testa. Hay una trama dela historia. Pero slo es oscuramente discernible, pues deriva de la voluntad de Dios, o de los dioses. Yaunque tal vez no sea completamente indescifrable, no es fcil de descifrar. En cualquier caso, hay algosecreto detrs de la superficie de los acontecimientos. Tiene que ver con la recompensa y el castigo, conun tipo de equilibrio divino de la justicia, aunque slo los ms inteligentes pueden llegar a darse cuenta deque se hace justicia.

    Este equilibrio, que, si se lo altera, oscila como un pndulo, desempea su papel en Herodoto, quien en elmovimiento del pueblo hacia el Este durante la Guerra de Troya ve una explicacin de la oscilacinposterior de las Guerras Mdicas, con su movimiento hacia el Oeste. Veintitrs siglos ms tardeencontramos exactamente la misma teora en Guerra y Paz , de Tolstoi. En efecto, al movimiento deNapolen hacia el Este, dentro de Rusia, responde un movimiento del pueblo ruso hacia el Oeste.

    Admito que ni Herdoto, ni Tolstoi, ofrecen lo que a primera vista parece una teora testa. Pero esinequvoco el fondo testa: una teora ms o menos tcita del equilibrio divino de la justicia. Despus deesto est a tono con toda la estructura del pende origen fundamentalmente teolgico, que se aferra confirmeza y tenacidad a su fundamento teolgico a pesar de los movimientos antirreligiosos, a pesar de larevolucin francesa y a pesar de la ciencia. Pues la revolucin naturalista sustituy el nombre Dios por elnombre Naturaleza, pero dej todo lo dems casi intacto. Ms tarde, Hegel y Marx sustituyeron a su veza la diosa Naturaleza por la diosa Historia. As llegamos a las leyes de la Historiapoderes, fuerzas,tendencias, designios y planes de la Historia y a la omnipotencia y la omnisciencia del determinismohistrico. Los pecadores contra Dios son sustituidos por los criminales que se resisten en vano a lamarcha de la Historia. Y nos enteramos de que nuestro juez ya no ser Dios, sino la Historia.

    A la teora segn la cual hay una trama de la historia, ya sea testa, ya antitesta, es a lo que llamohistoricismo. Algunos me han criticado severamente la utilizacin de este trmino. Sin embargo, suscrticas me parecen carentes de fuerza, pues dependen de la teora errnea que atribuye importancia a losnombres o trminos. En realidad, el nombre historicismo no es otra cosa que una etiqueta que heintroducido a manera de cmoda referencia a diversas teoras relacionadas que he ido explicando ydiscutiendo. Y he dicho ya suficiente cuando introduje el trmino (y, eventualmente, he sealado tambin

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    explcitamente que no discuta la doctrina del relativismo histrico, a la que me he referido comohistorismo).

    Tambin se ha atacado a mis crticas a las teoras historicistas por anticuadas. Ya no hay historicistas, se hadicho. Entonces, para qu atacarlos?

    Es completamente cierto, y sobre todo ms recientemente, que hubo poca gente que defendieraabiertamente el historicismo. Hasta los marxistas, y los seguidores del profesor Toynbee, se han mostradomenos elocuentes en este sentido, cuando no sumamente discretos. No obstante, sigo con la sensacin deestar poco menos que ahogndome en una marea historicista, puesto que constantemente se nos diceque vivimos en la era atmica y en la era espacial, en la era de la televisin y en la era de la comunicacinde masas. Tambin se nos habla constantemente de la era de la especializacin en la que vivimos y, almismo tiempo, de la era de un arte abstracto revolucionario, que apenas parece haber cambiado desde1920, cuando prcticamente todas estas variaciones se expusieron ya en la Bauhaus de Weimar. Entoncesera un movimiento revolucionario de protesta contra el estancamiento y el conformismo. Pero desdeentonces se ha estancado y an sigue conformndose a los modelos de un movimiento revolucionario deprotesta contra el estancamiento y el conformismo.

    Pienso que toda esta charla acerca de movimientos y tendencias, eras y perodos (y sus espritus) sealala aceptacin tcita o no , de teoras de carcter claramente historicista: por ejemplo, teoras deprogreso o retroceso histrico intrnsecos. Esto resulta especialmente claro cuando se emplean tales ideascomo argumentos a favor de la aceptabilidad de lo que o sea (por ejemplo, de la aviacin supersnica).

    Para el historicista, el Espritu de la poca es una entidad que explica ampliamente, o por lo menos enparte, las acciones y los enunciados de los hombres que viven en esa poca. Este enfoque me parececompletamente equivocado. Pero esto no quiere decir que no haya ningn problema. Es menester rebajarel espritu de la poca de su categora de explicacin a la de fenmeno social que requiere explicacin. Hayque explicarlo por la existencia de problemas dominantes y situaciones problemticas, as como por la

    interaccin de los individuos y sus planes y objetivos, esto es, en trminos de lgica situacional.Sin embargo, soy consciente de los peligros del estancamiento, incluso del peligro de estancamiento demis propias ideas. En consecuencia, no dir ahora nada ms contra el historicismo.

    Por el contrario, preguntar si hay, tal vez, un grano de verdad en el historicismo, o, para decirlo conmayor precisin, en la idea historicista de una trama de la historia. En otras palabras, propongo una miradanueva, aunque brevsima, a mi primera pregunta hay una trama de la historia? (o por lo menos de lahistoria humana?) e incluso responder a ella diciendo que, en general, la respuesta parece serafirmativa. (Aunque deseo dejar completamente claro que con eso, no debilito mi crtica al historicismo.Sigo pensando que el historicismo es un error grave.)

    Desde la invencin de la discusin crtica y de la escritura, se ha ido produciendo algo que se podradescribir como el desarrollo del conocimiento. El conocimiento, y su desarrollo, ha ejercido una influenciacada vez mayor en la vida de los hombres, tanto directamente como a travs de las aplicacionestecnolgicas. Slo en los dos ltimos siglos, supongo, la influencia del desarrollo del conocimientocientfico se ha convertido en algo evidente. Pero si miramos hacia atrs, con la ventaja de la perspectivahistrica, pienso que el conocimiento no slo constituye nuestra ms clara diferencia respecto de los otrosanimales, sino que el desarrollo del conocimiento y el conocimiento cientfico constituye algo ascomo una trama de la historia. Sugiero que podemos considerar el desarrollo de nuestro conocimientocomo una continuacin d la evolucin animal (aunque por medios completamente nuevos). As, cuando

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    lo consideramos desde un punto de vista biolgico, podemos ver el desarrollo del conocimiento no slocomo la trama principal de la historia humana, sino tal vez tambin de la evolucin de la vida.

    Esta manera de enfocar la historia es al mismo tiempo obvia y extremadamente unilateral. Hace cuatrosiglos el desarrollo del conocimiento cientfico no era un hecho histrico, sino ms bien un sueo, el sueode un profeta muy dudoso, Francis Bacon. Y el sueo de Bacon, tras convertirse en una suerte deprograma de investigacin, se transform a su vez en una tpica moda intelectual. No obstante, piensoque, desde nuestro punto de vista actual, mi sugerencia es razonable. Pero, naturalmente, no deberamosolvidar que as como la supervivencia de una especie hasta un cierto momento no nos autoriza a decirnada acerca de su supervivencia futura, no podemos ni debemos tratar de hacerlo derivarpredicciones acerca del futuro a partir de esa trama de la historia humana.

    Quizs haya exagerado mi argumento al decir que esta manera de ver las cosas es obvia, pues no slo haymuchsimos historiadores profesionales que la ignoran, sino que incluso parecen interesarse muy poco porla historia de la ciencia. Como he observado en mi Open Society, la historia de la ciencia se ignora porcompleto en los seis volmenes del gigantesco Estudio de la historia, de rnold Toynbee. Y en otro libromuy conocido, publicado por primera vez en 1938 por otro famossimo historiador, se puede encontraresta extraa observacin: ...el estudio del mundo material se revolucion con la afirmacin de Galileo deque el mundo giraba alrededor del sol.

    La lectura de esta observacin me dej perplejo. Despus de todo, esta revolucin particular, como es biensabido, se haba iniciado con Coprnico, todo un siglo antes. Por un momento pens que la palabraafirmacin significaba aqu reafirmacin. Pero la oracin siguiente y otros pasajes me mostraron queeste historiador haba tomado a Galileo por Coprnico (o a la inversa). En efecto, la oracin que siguecomienza con las inequvocas palabras Antes del descubrimiento de Galileo...,palabras que remiten a laya citada afirmacin de Galileo de que el mundo giraba alrededor del sol. Y podran multiplicarse losejemplos de la falta de familiaridad que tienen los historiadores incluso con el resumen ms elemental dehistoria de la ciencia.

    Eventualmente, casi todos los cientficos creadores saben mucho acerca de la historia de sus problemas y,en consecuencia, acerca de la historia. Tienen que hacerlo : es realmente imposible comprender una teoracientfica si no se comprende su historia.

    Es de esperar que los historiadores, a su vez, no tarden en descubrir que tienen que saber algo acerca de laciencia y de su historia, pues sin ello es realmente imposible comprender la historia reciente, y menos anla historia poltica y diplomtica. En esto podran aprender de Churchill, en cuyo libro The Second War sepuede encontrar un adecuado tratamiento del desarrollo del radar.

    Pero no creo que deba seguir ahora quejndome del tan discutido abismo entre las dos culturas. Portanto, volever a nuestra primera pregunta, la pregunta de la trama de la historia.

    Lo que yo sugiero es que el hombre ha creado un nuevo tipo de producto o de artefacto que promete, conel tiempo, operar en nuestro rincn del mundo cambios tan grandes como los que operaron nuestrospredecesores, las plantas productoras de oxgeno, o bien los corales constructores de islas. stos nuevosproductos, que son decididamente de fabricacin humana, son nuestros mitos, nuestras ideas yespecialmente nuestras teoras cientficas: nuestras teoras acerca del mundo en que vivimos. En verdad,podemos considerar esos mitos, esas ideas y teoras como los productos ms caractersticos de la actividadhumana. Al igual que los instrumentos, son rganos que evolucionan fuera de nosotros. Son artefactosexosomticos. As, pues, entre estos productos caractersticos del hombre podemos encontrar sobre todo

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    lo que se llama conocimiento humano, en donde tomamos la palabra conocimiento en el sentidoobjetivo e impersonal en que se puede decir que est contenido en un libro, almacenado en una bibliotecae incorporado a un currculo universitario.

    Cuando hablemos aqu de conocimiento humano, tendr en general en mente este sentido objetivo de lapalabra conocimiento. Esto nos permite pensar el conocimiento producido por los hombres comoanlogo a la miel producida por las abejas. Y la miel la hacen las abejas, la almacenan las abejas y laconsumen las abejas. Y la abeja individual que consume miel no consumir, en general, slo la miel queella misma ha producido. Tambin los znganos consumen miel, pese no haber producido absolutamentenada.

    Lo mismo, con ligeras variaciones, vale para los hombres productores de teoras. Tambin nosotros,adems de productores, somos consumidores de teoras. Y tenemos que consumir teoras de otraspersonas, y a veces quizs las propias, si hemos de producir ms.

    As, el desarrollo del conocimiento humano contina la evolucin de otros organismos. Pero puesto que escasi por entero exosomtico y se transmite por tradicin, es algo nuevo y caracterstico de la historia

    humana.He tratado de dar una respuesta muy breve y tal vez demasiado general a la primera pregunta, y estarespuesta puede parecer ms bien monista que pluralista: se podra entender que estoy diciendo que eldesarrollo del conocimiento, y ms en particular la historia de la ciencia, es el corazn de toda historia.

    Pero mi intencin no es sa. Admito que la vida de todos los hombres se ve aora doblemente afectadapor la ciencia. Pero la vida de todos los hombres tambin ha estado doblemente afectada por la religin (olas religiones). Y la historia de la religin es por lo menos tan importante como la historia de la ciencia. Laciencia est estrechamente ligada a los mitos religiosos: estoy tentado de decir que no habra habidociencia europea sin la Teogonia de Hesodo . Y ms an, mientras todo el mundo se ve afectado por eldesarrollo del conocimiento, son comparativamente pocos los hombres que contribuyen al mismo. Lascreencias religiosas, por otro lado, son compartidas por muchas personas, que participan en ellas ademsactivamente, como se ve en los nuevos movimientos y cultos religiosos de los dioses vivos del cine, latelevisin y el disco. Las estrellas eran dioses y diosas para los griegos y para los polinesios; y volvieron aserlo [stars y starlets] para los europeos y los norteamericanos.

    Tambin estn las historias de la literatura y de las artes visuales, y, por supuesto, el poder poltico ymilitar de las instituciones legales y del cambio econmico, por no decir nada de sus interrelaciones.

    Todo esto, sugiero, apunta a un tipo de pluralismo histrico: hay una pluralidad de problemas culturales,de intereses y, lo que tal vez sea ms importante, de caracteres individuales y destinos personales.

    Para terminar esta seccin quisiera agregar an una observacin. Pues muy bien pueden estar ustedespreguntndose qu tiene que ver lo que he dicho hasta ahora con la crtica que a menudo he realizado dela doctrina que sostiene la predecibilidad del curso de la historia, o el Sentido intrnseco de la historia.

    He dicho ya que no creo que cuanto estoy diciendo aqu ahora debilite aquellas crticas. Pero entonces,qu es lo que pretendo y cul es mi punto de vista?

    Lo que pretendo ahora no es otra cosa que lo que me gustara que se encontrara realmente en mi obra deun modo muy generalizado: cuando he presentado argumentos contra algn punto de vista, luego

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    examino siempre si no haba en la posicin original algo valioso que pudiera rescatarse, si no habra queagregar tal vez alguna correccin a mi crtica. (Se podra describir este enfoque como dialctico.)

    En verdad, incluso en mi Poverty of Historicism, donde se public por primera vez mi crtica de diversastesis historicistas, planteaba explcitamente la pregunta acerca de si, despus de todo, no haba algorescatable en la demanda historicista de una sociologa que desempee el papel de una historia terica, ouna teora del desarrollo histrico. Y suger all que el anlisis situacional e institucional (complementadocon la construccin de modelos de situaciones polticas y movimientos sociales), por un lado, y losprincipios de interpretacin histrica, por otro, pueden servir para llenar, el vaco creado por la crtica alhistoricismo.

    As, pues, lo que he dicho anteriormente se puede considerar un intento, de suerte ligeramente diferente,de hacer de la idea historicista supuestas mis crticas al historicismo otra cosa que ser una tramaintrnseca de la historia.

    He sugerido que es posible decir que la historia del desarrollo de los diferentes tipos de conocimientohumano y antes de l, de la evolucin de los animales y de la vida humana sea una trama que

    podemos descubrir en la historia. Pero al decir esto, deseo poner de relieve tambin la improbabilidad y lafragilidad de estos desarrollos (progresivos). No slo era enormemente improbable que las cosas debieransuceder como sucedieron, sino tambin demasiado sencillo que tales desarrollos llegaran a trmino.

    De esta manera pienso que podemos ver, otra vez, que el significado de la historia es algo queescogemos. Pues aunque esa trama o, dados los diferentes tipos de conocimiento, esas tramas esalgo que se nos da como resultado de elecciones realizadas por nuestros antepasados, est claro que hallegado a nosotros para que hagamos con ella lo que queramos. Podemos recogerla y fomentarla, opodemos darle la espalda. Naturalmente, ninguna diosa de la historia nos salvar de las consecuencias denuestras propias acciones. Y poco importa que pueda haber dbiles tendencias biolgicas en la direccinde nuestra trama.

    Apenas necesito agregar que si sugiero que debiramos estimular esta trama, no lo hago sobre la base deque sea bueno ni deseable porque est all, sino porque me parece que merece la pena elegirla y hacerlanuestra junto con el motivo de emancipacin a travs del conocimiento.

    II

    Pasar ahora a nuestra segunda pregunta. Para qu sirve la historia?

    En un excelente artculo titulado Philosophy of History before Historicism, el profesor George H. Nadeltraza la historia de las respuestas a esta pregunta. Adems, entre estas preguntas se encuentra lo que lllama la teora ejemplar de la historia, o sea, la teora segn la cual la historia tiene valor educativo, sobretodo para la educacin poltica de los hombres de Estado en general.

    Los griegos son fuertes en preceptos, los romanos son ms fuertes en ejemplos, que es algo mucho msgrandioso, cita Nadel de Quintiliano. Polibio est de acuerdo, pero completa la cita con la alusin a laexigencia platnica de que los filsofos fuesen reyes y los reyes fuesen filsofos y exige a su vez que noslo los hombres de accin debieran ser historiadores, sino todos los historiadores hombres de accin,pues de lo contrario no sabrn sobre qu escriben.

    Bajo la influencia estoica, la historia se consider como medio de educacin moral, de educacin en larectitud.

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    sta es una tradicin que se mantiene vigorosa en Lord Acton, y su influencia se puede sentir claramenteen la famosa conferencia de Sir Isaiah Berlin Histrical Inevitability y tambin, espero, en mi Open Society .Se pueden hallar algunas de sus recientes expresiones ms vigorosas y sabias en la obra de Ernst Badiansobre la historia romana y helenstica.

    El profesor Nadel ofrece un resumen de teoras relacionadas. La historia, dice Diodoro de Sicilia, restaura launidad universal de la humanidad, una unidad rota por el espacio y el tiempo. Asegura una suerte deinmortalidad y preserva el ejemplo de los hombres buenos y de los actos buenos.

    Sin embargo, esta teora decay. Hegel neg que los hombres de Estao aprendieran de los ejemploshistricos. El profesor Nadel cita un pasaje de la Filosofa de la Historia de Hegel que se podra traducir as:

    Se puede conceder que los ejemplos de virtud eleven el alma y sean aplicables a la instruccin moral delos nios para imprimir excelencia en su mente. Pero los destinos de los pueblos y de los estados... nopertenecen a este campo. Los gobernantes, los estadistas, estn acostumbrados a que se les recuerdecon todo nfasis las enseanzas que la experiencia ofrece en la historia. Pero lo que la experiencia y lahistoria ensean es que los pueblos y los gobiernos nunca aprendieron nada de la historia ni actuaronsegn principios deducidos a partir de ella.

    Pero la teora ejemplarista, a pesar de mantenerse vigorosa con Lord Acton, haba sido invalidada ya antesde Acton por su maestro, Leopold von Ranke (aunque Acton estuvo ms cerca de Dllinger que de Ranke).Fue sustituida, como seala el profesor Nadel, por un tajante profesionalismo: la idea de que la historiaexiste para s misma, lo que en realidad quiere decir que existe para los historiadores. Nadel cita el famoso juicio de Ranke que tradicionalmente se considera como el manifiesto de esta posicin:

    Se ha atribuido a la historia las elevadas funciones de juzgar el pasado e instruir el presente con vistasal futuro. Estas elevadas funciones trascienden las aspiraciones del presente ensayo, que slo aspira amostrar lo que sucede realmente.

    En resumen, sta es la historia tal como Nadel la cuenta. Pero no debemos atribuir a este enfoque deRanke nada ms quejo que Lord Acton le atribuy. Una vez ms, propongo un enfoque pluralista. Sostengoque la historia puede ser interesante en s misma. Pero es interesante en la medida en que trata deresolver problemas histricos interesantes. Y algunos de stos pueden ser interesantes debido a nuestrosintereses morales. He aqu ejemplos de estos problemas: cmo estallaron las dos guerras mundiales?, opudo evitrselas?

    Las respuestas a estas preguntas, por cierto, revisten gran importancia para el poltico. Con el respetodebido a Hegel, un poltico no est cualificado para trabajar en el Foreign Office a menos que sepa algo delos hechos histricos y de las conjeturas histricas relativas a la segunda guerra mundial. Quresponsabilidad tuvieron los pacificadores? Cul era la finalidad de las purgas de Stalin? Cmo se llega la decisin de lanzar las dos bombas atmicas sobre Japn?

    stas son las preguntas que deben interesarnos a todos, aun cuando no aspiremos a un puesto en elForeign Office, pues son problemas de inters histrico intrnseco, y de inters especial si es que queremoscomprender el mundo en que vivimos.

    Pero comprender el mundo en que vivimos y comprendernos a nosotros mismos no es todo. Tambinqueremos comprender a Platn, o a Galileo, o a Teodosio. Y un buen historiador querr agregar lubricantea esa curiosidad. Querr hacernos comprender personas y situaciones que antes no conocamos.

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    III

    Con el trmino comprender llego al tercer problema y se me ocurre que al ms interesante, a saber, lacuestin del mtodo en historia y, sobre todo, la cuestin de la comprensin histrica.

    Durante los ltimos cien aos esta cuestin se ha discutido muy extensamente en trminos de la

    diferencia de mtodo entre las ciencias naturales, por un lado, y las ciencias histricas o humansticas, porotro. Y existe una opinin casi unnime segn la cual se percibe entre ellas un gran abismo. Ah estn losfamosos tericos alemanes Windelband, Rickert y Dilthey. Estn los tericos ingleses, entre quienes sedestaca ntidamente Collingwood. Est el profesor Trevor-Roper, quien objeta el profesionalismointrnseco y, por tanto, la influencia del cientfico natural, y defiende el punto de vista segn el cual lahistoria es para los profanos. Y est Sir Isaiah Berlin, quien nos advierte que no subestimemos lasdiferencias entre los mtodos de la ciencia natural y los de la historia o el sentido comn.

    Estoy de acuerdo con la observacin de Berlin de que los mtodos de la historia son los del sentidocomn, y siempre estuve de acuerdo con este punto de vista. Estoy de acuerdo con el profesor Trevor-Roper en que no puede haber en historia nada peor que un estrecho profesionalismo y siempre he estado

    de acuerdo con este punto de vista. Estoy de acuerdo con Collingwood, con Dilthey y con Hayek en quedebemos tratar de comprender los acontecimientos histricos. Y estoy de acuerdo en que no hay ningunanecesidad ms urgente para el filsofo de la historia que analizar, explicar y en verdad comprender lacomprensin histrica.

    Pero, durante muchos aos, mi tesis ha sido la siguiente: los historiadores y filsofos de la historia queinsisten en el abismo entre historia y ciencias naturales tienen una idea radicalmente equivocada de lasciencias naturales. No hay por qu acusarlos de ello: se trata de una idea alimentada por los cientficosnaturales mismos (y por los filsofos positivistas de la ciencia) y, en consecuencia, bastante comprensible ycasi universalmente aceptada. Se ha visto enormemente reforzada por los resultados espectaculares de laciencia aplicada. No es asombroso que la hayan aceptado muchos filsofos e historiadores.

    Naturalmente, es innegable que la ciencia se ha convertido en la base de la tecnologa. Pero la visin a mi juicio correcta de la ciencia es la que se expresa en la sobrecubierta de un libro del gran fsico y PremioNobel Sir. George Thomson, uno de los descubridores de la naturaleza ondulatoria del electrn. El libro deThomson lleva por ttulo The Inspiraran of Science atencin al ttulo y el enunciado de lasobrecubierta comienza con las palabras: La ciencia es un arte. Y contina hablando de la belleza y lamaravilla intrnseca de las ideas de la fsica moderna. Otros grandes cientficos se haban expresado enel mismo tono humanstico, pero pocos estudiosos de las humanidades los tomaron en serio. E incluso hayquienes van ms all y creen, como yo mismo, que el punto de vista profesionalista tradicional de laciencia natural es extremadamente errneo. Pero con dos excepciones, hasta ahora no he conseguidoconvencer a ningn historiador ni a ningn filsofo de la historia deL error que encierra su idea de la

    ciencia y de que la ciencia se paree mucho ms a la historia que lo que ellos piensan. Las dos excepcionesson el profesor Gombrich y el profesor Hayek.

    El profesor Hayek, sobre todo, ha escrito durante muchos aos contra la emulacin de las cienciasnaturales por los cientficos sociales, incluidos los historiadores. Llam cientificismo a la tendencia aimitar los mtodos de las ciencias naturales. Yo me he opuesto siempre tanto como l a estas tendenciascientficas. Y me opongo tanto en las ciencias naturales como en las sociales. Pues, como seal hace msde veinte aos, estas tendencias cientficas son realidad intentos de emular lo que la mayora de lagente cree errneamente que son las ciencias naturales. Esta opinin la de que los cientficos sociales y

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    los filsofos de la historia han tratado de imitar lo que creyeron, de un modo completamente errneo, queeran mtodos de las ciencias naturales ha sido ms que generosamente respaldada por Hayek en elprefacio de su libro Studies in Phsophy, Politics, and Economics .

    Pero casi todos los dems parecen estar muy seguros de que las diferencias entre las metodologas de lahistoria y las ciencias naturales son muy grandes. Pues, se nos asegura, es bien sabido que en lasq cienciasnaturales comenzamos con la observacin y avanzamos a la teora por induccin. Y, no es evidente acasoque en historia se procede de manera completamente distinta?

    S, estoy de acuerdo en que se procede de manera muy diferente. Pero tambin lo haremos en las cienciasnaturales.

    En uno y en otro caso comenzamos con mitos con prejuicios tradicionales, infectados de error , y apartir de ellos procedemos a la crtica, a la eliminacin crtica de errores. En ambos casos, el papel de laevidencia es en lo fundamental, el de corregir nuestros errores, nuestros prejuicios, nuestras teorastentativas, es decir, desempear un papel en la discusin crtica, en la eliminacin del error. Al corregirnuestros errores, planteamos nuevos problemas. Y para resolver esos problemas inventamos conjeturas,

    esto es, teoras tentativas, que sometemos a discusin crtica, dirigida a la eliminacin del error.Se puede representar el proceso en su conjunto con un esquema simplificado al que se podra designarcomo esquema tetrdico:

    P1 TT DC P2

    Se debe entender este esquema de la siguiente manera. Supongamos que comenzamos con un problemaP1, que puede ser tanto un problema prctico como un problema terico. Luego procedemos a formularuna solucin tentativa del problema: una solucin conjetural o hipottica, una teora tentativa TT. Esto sesomete luego a discusiones crticas , DC, a la luz de la evidencia, si se puede disponer de ella. Comoresultado, se presentan nuevos problemas, P 2.

    Se debera decir de una vez que este esquema es una supersimplificacin de las cosas. Pues, en general,habr ms de un problema para comenzar, y se ofrecer una multiplicidad de conjeturas como solucionestentativas a todos los problemas. Tambin es probable que se planteen muchas crticas diferentes,especialmente si contrastamos nuestras conjeturas por confrontacin con evidencias observacionales ocon documentacin histrica.

    Se podra resumir esto diciendo que el esquema debera tener la forma de abanico: se debera desplegarhacia la derecha.

    Hay otro punto que requiere comentario inmediato. Puesto que el esquema, por as decirlo, esautopropulsor comienza con un problema y vuelve a un problema (aunque, naturalmente, P, y P2 no

    sean idnticos) , tambin se podra decir que podramos empezar por cualquier sitio que quisiramos:que podramos empezar por las teoras tentativas o por las discusiones crticas como por los problemas. Ya favor de este punto de vista se podra proponer el argumento siguiente: los problemas, en general, seplantean contra un fondo de conocimiento, presuponen un fondo de mitos, de teoras (tentativas) o detradiciones histricas. Tambin presuponen que estos mitos, teoras y tradiciones no se aceptan sin crtica,sino que se han detectado en ellas ciertas dificultades que les son inherentes. As, pues, se puede decir quelos problemas presuponen tanto las teoras tentativas como la discusin crtica. Por otra parte, Herdotocomienza por un problema, y un historiador moderno como Lord Acton nos propone estudiar problemasen lugar de perodos, esto es, comenzar el estudio por un problema.

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    En realidad, se podra sealar un argumento a favor de la condicin de punto de partida de la ciencia o dela historia para cada uno de los miembros de la trada: P, TT o DC. Pero aunque, desde el punto de vistalgico, poco o nada es lo que hay para elegir entre uno y otro como punto de partida, prefiero decir quecomenzaron por problemas.

    Ante todo, al decir que comenzamos por un problema y terminamos con otro problema, apuntamos a unaleccin muy importante: la leccin de que cuanto ms se desarrolla nuestro conocimiento, ms nos damoscuenta de lo poco que sabemos. Esta leccin socrtica es tan verdadera en las ciencias naturales como enla historia: educarse es llegar a vislumbrar la inmensidad de nuestra ignorancia.

    Al mismo tiempo, el hacer que nuestro esquema tetrdico comience por P 1 nos permite decir que lo quepodra servir como medida de nuestro progreso en el conocimiento es la distancia a menudo enorme entre P 1 y P2, distancia entre el problema del que hemos partido y el problema al que nos enfrentamosahora.

    Una tercera razn a favor de la eleccin de P como punto de partida es que a menudo nos vemos llevadosa la investigacin por algn problema prctico que se nos impone, quermoslo o no. As, pues, se podra

    decir que la teora econmica moderna ha recibido un gran estmulo de la crisis monetaria bajo Guillermoy Mara, de la escasez en el interior, de la urgente necesidad de dinero que tena Guillermo (y que lleg asu pico mximo en 1696) y de los argumentos crticos en apoyo de la propuesta de estabilizacinmonetaria, y contra la contrapropuesta del secretario del Tesoro de devaluarla moneda en un 25 porciento que haban expuesto John Locke (e Isaac Newton) y que Montague haba utilizado en elParlamento. Como tantas veces ocurre, el problema del cual haba partido la teora era un problemaprctico. As sucedi por lo menos con algunos de los problemas de Arqumedes. Pero tan pronto como seofrece una solucin, la crtica pasa a primer plano, y la crtica es precisamente el motor del desarrollo delconocimiento, como lo indica nuestro esquema tetrdico.

    Es extremadamente importante advertir que son preferibles, sin duda, un mal problema y una conjetura

    errnea a la ausencia total de uno y otra. Al mismo tiempo, debemos advertir que esto se debe a quecriticamos nuestras conjeturas desde el punto de vista de su adecuacin, lo que equivale a decir su verdad,su importancia, su pertinencia. Que tengamos de manera constante en la mente su verdad y su pertinenciaes perfectamente compatible con el hecho de que muchas conjeturas que podan parecemos verdaderasen una fase se revelen errneas en una fase posterior. Nuevos documentos pueden forzarnos areinterpretar documentos antiguos. O bien pueden surgir problemas nuevos. Y a la luz de un problemanuevo, una inscripcin que antes pareca no tener significado puede adoptar un significado totalmenteinesperado.

    Esto resuelve un problema metodolgico famoso aunque, me parece, no muy profundo: el problema delrelativismo histrico. Admito que nuestras conjeturas son relativas a nuestros problemas, y que nuestros

    problemas son relativos al estado de nuestro conocimiento. Y admito que gran parte del estadomomentneo de nuestro conocimiento pueda ser errneo. Sin embargo, eso no quiere decir que la verdadsea relativa. Slo quiere decir que la eliminacin de errores y el enfoque hacia la verdad constituyen untrabajo difcil. No hay criterio de verdad. Pero hay algo as como un criterio de error: los choques que seproducen en el seno de nuestro conocimiento o entre nuestro conocimiento y los hechos indican que algoest mal. De esta manera, se puede desarrollar el conocimiento a travs de la eliminacin crtica del error.As podemos acercarnos a la verdad.

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    Vern ustedes que puedo concordar plenamente con el profesor Trevor-Roper, quien en su desafiante ycontrovertida conferencia inaugural defiende que debiramos conservar el flujo de ideas que llega portodos los afluentes, como l los llama, y sobre todo por los afluentes profanos :

    Personalmente, creo que tanto la contribucin de Sombart como la de Keynes son errneas. No creo enel... espritu del capitalismo, ni creo que la inflacin del beneficio provocara la expansin de la

    Europa del siglo XVI ni que tuviramos a Shakespeare cuando pudimos permitirnos tenerlo. Peroentonces, qu hay de todo ello? Estos grandes tributarios que hemos ignorado han sido causa detremendos desarrollos histricos en otros pases, y si los excluyramos se empobreceran todosnuestros estudios. Pueden ser errneos, pero la mera correccin de un error implica primero un nuevoestudio, y luego un nuevo inters, al que el error ha dado lugar. En los estudios humanos hay ocasionesen que un nuevo error es ms vivificador que una nueva verdad, un error frtil es ms vivificador queuna correccin estril.

    Estoy de acuerdo con el profesor Trevor-Roper, salvo en un punto: su aparente creencia en que lo que ldice slo se sostiene en relacin con los estudios humansticos, y no con relacin a las ciencias naturales.Admito, que los especialistas son tan necesarios en las ciencias como en los estudios humansticos. Pero laespecializacin y la actitud profesionalista de superioridad y exclusividad respecto del extrao o el lego,

    conduce forzosamente a la esterilidad tanto de los estudios humansticos como de los cientficos.En su libro ThePractic of History , el profesor Elton defiende el profesionalismo. Pero, acaso necesitabadefensa? No haba Ranke ganado ya la batalla cinco aos antes? A m me parece ms bien que ahora seha hecho necesario recordar a los grandes profesionalistas, y especialistas, ya en historia ya en ciencia, oen medicina, que tambin estn expuestos a cometer errores. Pero, quin no los comete? El historiadorpuede pensar que un gran fsico no comete errores en su materia. Pero si estudiara la historia de la fsicaencontrara muy pronto que incluso los fsicos ms eminentes cometieron errores. Einstein trabaj de1905 a 1915 en el problema de la gravitacin antes de llegar a una teora que pudiera sustituir a la deNewton, e invirti casi ntegramente tres de esos diez aos en lo que l mismo describi como una pistacomplejamente errnea. E incluso en 1917, despus de haber descubierto si s ecuaciones de campo,

    Kretschmann le inform de que lo que haba propuesto como argumento esencial est equivocado. Pero loque ms tarde dijo para sustituir su argumento (insinuaba que las ecuaciones de Newton presentabangrandes dificultades para expresarlas en forma de covariante) tambin estaba equivocado, como se hademostrado a partir de entonces.

    Nadie est exento de cometer errores. Lo importante es aprender de ellos. Y esto se hace a travs de lacrtica y del descubrimiento de nuevos problemas producidos por la crtica.

    Pienso que esto se admite implcitamente en el libro de Elton. Este autor distingue entre anlisis histricoel anlisis de problemas histricos y narracin histrica. Sin embargo, se pronuncia contra el excelenteconsejo que Lord Acton diera a los historiadores jvenes en su disertacin inaugural de 1895, segn el cualdeban estudiar problemas con preferencia a perodos.

    A mi juicio, se puede mostrar que las opiniones de Lord Acton sobre el mtodo, al igual que las delprofesor Trevor-Roper, estn esencialmente de acuerdo con las que yo he defendido aqu. Sin embargo, aElton parecen disgustarle. Pero una lectura detallada de lo que dice termina por mostrar que, en ltimainstancia, parece estar de acuerdo con Lord Acton. Citemos a Elton:

    El estudio de problemas y no de perodos fue un precepto muy citado de Lord Acton, y quienes lo citanen tono aprobatorio no se dan cuenta de que hace ahora unos setenta aos que pronunci esaspalabras gnmicas, y que en los hechos reales demostr ser incapaz de estudiar ni los problemas, ni losperodos hasta llegar a una conclusin prctica. El historiador, al trabajar en los registros y encontrarse

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    con problemas sin resolver uno tras otro, se persuade con toda naturalidad de que el trabajo realconsiste en abordar estas entidades oscuras.

    Esto es, los problemas. Pero, no quiere decir esto que se debera premiar particularmente el anlisis?,aade Elton, lo que, aparentemente, quiere decir que habra que preocuparse particularmente por lasolucin de problemas. Hasta aqu, como se ver, no se ha dado ningn argumento contra Acton, excepto

    que sus palabras son gnmicas y que fueron pronunciadas hace setenta aos. Sin embargo, los dosenunciados de Elton que siguen son en realidad la aceptacin de que Acton tiene razn. El primero dice:Puesto que la historia es el registro de acontecimientos y de problemas a lo largo del tiempo, la narracinno solamente debiera ser legtima, sino tambin reclamada con urgencia. En este enunciado, se apela alos problemas a lo largo del tiempo. Difcilmente se podra tener esto como un argumento contra lainsistencia de Acton en los problemas, pues Acton nunca dijo que hubiera que seguir los problemas a lolargo del tiempo. El siguiente enunciado de Elton aclara todava ms esta cuestin: Una vez ms, el nicopunto que determina la eleccin es la finalidad del historiador, las preguntas que formula. Estoycompletamente de acuerdo. Las preguntas que el historiador formula son decisivas. Pero la expresin laspreguntas que el historiador formula tiene el mismo significado que la expresin problema histrico. Yas volvemos al nfasis de Lord Acton sobre los problemas.

    En realidad, parece que nuestro trabajo nicamente puede empezar por los problemas. Y esto sostiene laverdad no slo de lo que Elton llama anlisis, sino tambin de lo que llama narracin.

    Tal vez sea til sealar aqu que la famosa revolucin profesionalista de la historia de Leopold von Rankelleva en su seno ms de una hebra de lo que Hayek llamada cientificismo. El supuesto mtodo delhistoriador profesional es el siguiente: comienza por documentos, lee documentos y contina leyendodocumentos.

    Estos supuestos mtodos son exactamente anlogos entre s, y ambos son preceptos que no se puedencumplir: son lgicamente imposibles. No se puede empezar por la observacin: es menester saber primeroqu observar. Esto es, es menester comenzar por un problema. Adems, no existe observacin exenta deinterpretacin.

    Todas las observaciones son interpretadas a la luz de las teoras. Exactamente lo mismo vale para losdocumentos. Es un documento histrico mi billete de ferrocarril a Londres? S y no. Si se me acusa de unasesinato, es posible que el billete sirva para procurarme coartada, y entonces se convierta en undocumento histrico importante (como en Five Red Herrings , de Dorothy Sayers). No obstante, noaconsejara a un historiador que comenzara su trabajo coleccionando billetes usados de ferrocarril.

    Un documento histrico, como una observacin cientfica, es un documento en relacin con un problemahistrico. Y como una observacin, tiene que ser interpretado. Esta es una de las razones por las que lagente se puede cegar ante la importancia de un documento, y destruirlo. O bien por las que podran

    destruir (como se queja Elton) el orden de algunos documentos y, con l, una de claves de suinterpretacin.

    Hasta aqu he tratado de exponer unos cuantos argumentos para mostrar que hay ms en comn entre elmtodo real de la ciencia y el mtodo real de la historia que lo que la mayora de los historiadoresadvierte. La semejanza se extiende incluso a las malas interpretaciones cientificistas de los dos mtodos,como muestra mi ltima observacin.

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    Pero, no hay entre ellos una diferencia fundamental, una diferencia que tiene que ver con el problema decomprender la historia?

    Esbozar muy brevemente la teora de Collingwood de la comprensin simptica o, como se podra llamar,empatia, que encontramos en su obra pstuma titulada The Idea of History. La teora de Collingwood sepuede enunciar brevemente de la siguiente manera: el conocimiento histrico, o la comprensin histrica,consiste en la reviviscencia que el historiador hace de la experiencia pasada. Permtaseme citar un pasajede Collingwood, un pasaje con el que estoy de acuerdo en gran parte.

    Supongamos [un historiador] que lee el Cdigo de Tedosio y tiene ante s un determinado edicto deun emperador. La mera lectura de las palabras y la capacidad para traducirlas no equivale a conocer susignificado histrico. Para eso [el historiador] debe abordar la situacin que el emperador mismoprocuraba abordar. Luego debe analizar por su cuenta, como si la situacin del emperador fuera susituacin personal, de qu manera se poda manejar una situacin como aqulla; debe tener en cuentalas alternativas posibles, y las razones para escoger una y no otra; y as debe pasar por el proceso por elque pas el emperador al decidir ese curso de accin particular. As revive en su propia mente laexperiencia del emperador, y nicamente en la medida en que hace tal cosa tiene algn conocimientohistrico del significado del edicto, a diferencia de su mero conocimiento filolgico.

    O supongamos que lee un pasaje de un filsofo antiguo. Una vez ms, debe conocer la lengua ensentido filolgico y ser capaz de interpretarla: pero con eso slo no llega a comprender el pasaje comoun historiador de la filosofa debe comprenderlo. Para ello debe ver cul era el problema filosfico queel autor trata all de solucionar. Debe pensar ese problema por s mismo, ver qu posibles soluciones almismo se podran ofrecer y por qu este filsofo particular escogi esa solucin y no otra. Esto significarepensar por s mismo el pensamiento de su autor; nada por debajo de esto le convertir en historiadorde la filosofa de ese autor.

    Lo que describe aqu Collingwood es lo que yo he tratado de describir en mi The Poverty of Historicism yen The Open Society, as como en otras obras, bajo el nombre de lgica situacional o anlisis situacional.Lo que tenemos que hacer, sugiero, es reconstruir la situacin problemtica en la cual la persona queacta se encuentra a s misma, y mostrar cmo y por qu su accin constituy una solucin al problema talcomo ella lo vea.

    Sin embargo, he dicho ya que estoy de acuerdo con el pasaje de Collingwood en gran parte, pero solo engran parte. Por qu no por entero?

    Hay efectivamente una diferencia entre la teora de Collingwood y la ma. Parece pequea, pero lasconsecuencias de tal diferencia son de vasto alcance.

    He aqu la diferencia. Collingwood deja claro que lo esencial en la comprensin de la historia no es tanto elanlisis de la situacin como el proceso mental de revivir que realiza el historiador. El anlisis de lasituacin sirve slo como ayuda indispensable para su reviviscencia. En cuanto a m, por otra parte, sugieroque el proceso psicolgico de reactualizacin no es esencial, aunque admito que puede ayudar mucho alhistoriador, al proporcionarle un tipo de control intuitivo del xito de su anlisis situacional. Sugiero que loesencial no es la reviviscencia, sino el anlisis situacional: el intento del historiador de analizar y describir lasituacin no es otra cosa que su conjetura histrica, su teora histrica. Y la pregunta cules eran loselementos importantes u operativos de la situacin? es el problema central que el historiador trata deresolver. En la medida en que lo resuelva, ha comprendido la situacin histrica y el fragmento de historiaque trata de captar de nuevo.

    Lo que tiene que hacer en tanto historiador no es revivir lo sucedido, sino proporcionar argumentosobjetivos en apoyo de su anlisis situacional. Esto es capaz de hacerlo, mientras que la reviviscencia puede

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    ser factible o puede no serlo. Pues es posible que, en muchos sentidos, el acto se halle fuera de su alcance.Podra tratarse de un acto de crueldad o de herosmo, que el historiador no estuviera en condiciones derevivir. O bien podra tratarse de una obra artstica, literaria, cientfica o filosfica que trascendiera sucapacidad. Sin embargo, nada de eso le impide realizar interesantes descubrimientos histricos, encontrarsoluciones nuevas a viejos problemas o incluso encontrar nuevos problemas histricos.

    El significado ms importante de la diferencia entre el mtodo de reviviscencia de Collingwood y mimtodo de anlisis situacional es que el primero es un mtodo subjetivo, mientras que el que yo defiendoes objetivo. Parecera que, de seguir a Collingwood, sera imposible una crtica racional sistemtica de lassoluciones rivales a los problemas histricos. Slo podemos criticar racionalmente conjeturas o teoras queno se han convertido en parte de nosotros mismos, sino que se pueden colocar fuera de nosotros, y quede esta suerte pueden ser inspeccionadas por cualquiera, especialmente por quienes sostienen teorasdiferentes. El mtodo objetivo de anlisis situacional, por otro lado, permite la discusin crtica de nuestrassoluciones tentativas, de nuestros intentos de interpretar la situacin. Y en esta medida se aproxima enverdad mucho ms al mtodo real de las ciencias naturales.

    Permtaseme un ejemplo muy sencillo. Es bien sabido que Galileo era reacio a aceptar la teora lunar de lasmareas y que realiz esfuerzos tremendos para explicar las mareas mediante una teora no lunar. Tambinse sabe que Galileo no contest a las amistosas sugerencias de Kepler. Estos dos hechos crean dosproblemas y pueden dar lugar a la siguiente conjetura histrica explicativa: Galileo se opona a laastrologa, esto es, a la teora de que las posiciones de los planetas, incluso de la luna, influyen en losacontecimientos terrestres. Los documentos muestran que la teora lunar de las mareas forma parte delsaber astrolgico. Y, naturalmente, Galileo estaba al tanto de que Kepler era un astrlogo profesional.

    Una relectura del Dilogo sobre los dos mximos sistemas del mundo con esta conjetura en mente, mecondujo al siguiente pasaje (el ltimo en que se menciona a Kepler), que parece corroborar la conjetura:

    As, todo lo que otros pensaron antes como conjetura [en relacin con la explicacin de las mareas] meparece completamente invlido. Pero de todos los grandes hombres que han filosofado acerca de esteefecto notable, el que ms me asombra es Kepler. A pesar de su mente abierta y aguda, y a pesar deconocer al dedillo los movimientos que se atribuyen a la tierra, prest odo y dio su asentimiento aldominio de la luna sobre las aguas, a propiedades ocultas y ese tipo de puerilidades.

    Antes, al leer el pasaje, no haba reparado en todo el peso de la referencia a las propiedades ocultas:slo despus de haberme sentido turbado por esos dos problemas y de haber producido mi conjetura,comprend plenamente este pasaje.

    Es evidente que este minsculo ejemplo de solucin a un sencillsimo problema histrico opera con lo queyo llamo lgica situacional o anlisis situacional. Este mtodo de anlisis nos ayuda a explicar dos de lasactitudes de Galileo una, respecto de un problema cientfico; la otra, respecto de una persona pormedio de una reconstruccin conjetural de la situacin problemtica, tal como l pudo haberla visto. Sinembargo, esta reconstruccin no es una reviviscencia en el sentido de Collingwood. Lo que interesa aquno es revivir los pensamientos y las acciones de Galileo. Ni tampoco una reivindicacin de la teora deGalileo de las mareas (cosa de la que soy compltamele incapaz). Ni se trata de revivir su falta derespuesta a algunas cartas de Kepler (aunque no responder a una carta o incluso dos cartas s que es algode lo soy perfectamente capaz).

    Ahora, la falta de respuesta de Galileo a Kepler es, sin duda, una de esas cosas que simplemente no vale lapena revivir: se trata de una accin (o, mejor, una inaccin) demasiado trivial. Pero como sntoma, y en

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    conexin con otro problema histrico, puede ser interesante. Y lo es desde el punto de vista deldiagnstico situacional.

    Por tanto, sostengo que el anlisis situacional es mejor teora de la comprensin histrica que la teora dela reviviscencia de Collingwood. Es menos rgida. No se limita, como la de Collingwood, a revivir losprocesos conscientes de pensamiento, sino que da lugar a la reconstruccin de situaciones problemticasque el agente mismo no lleg a comprender del todo. Adems, deja espacio para la reconstruccin y elanlisis de situaciones que surgen como consecuencias no intencionales e imprevistas de nuestrasacciones, lo que, en verdad, es un punto muy importante. Y nos permite, en nuestro anlisis situacional,otorgar todo su peso no slo a los individuos, sino tambin a las instituciones. En otras palabras, es msamplio, o, podramos decir, mucho ms pluralista inclusa que el de Collingwood, quien, dado su acusadonfasis en los problemas, aborda la historia con un espritu mucho ms pluralista que cualquiera de suspredecesores. Para Collingwood, la reviviscencia de cualquier pensamiento se puede convertir enproblema. Para la lgica situacional, la reconstruccin de cualquier situacin, incluso la reconstruccin deuna situacin producida por otro, se puede convertir en un problema. Adems, a la lgica situacional leinteresa tanto la situacin tal como la vivi el sujeto activo, como la situacin objetiva tal como realmente

    era y, por tanto, con los errores objetivos del sujeto activo.Esto me lleva a la diferencia ms importante entre mi enfoque y Collingwood. Para Collingwood, comopara casi todos los filsofos, el conocimiento consiste esencialmente en experiencias vivas del sujetocognoscente. Y esto, por supuesto, sirve de sostn al conocimiento histrico. Para m, el conocimientoconsiste esencialmente en artefactos exsomticos, o productos, o instituciones. (Precisamente su carcterexosomtico es lo que permite hacer de ellos objetos de crtica racional.) Hay conocimiento sin sujetocognoscente, como, por ejemplo, el conocimiento almacenado en nuestras bibliotecas. As, puede haberdesarrollo del conocimiento sin desarrollo alguno de la conciencia de un sujeto cognoscente. El desarrollodel conocimiento puede incluso formar la trama principal de nuestra historia. Y sin embargo puede nohaber incremento correspondiente en nuestro conocimiento subjetivo ni en nuestras capacidades. Hasta

    puede no haber cambio en nuestros intereses. El conocimiento humano se puede desarrollar fuera de losseres humanos.

    En consecuencia, es posible diferenciar entre la evolucin del hombre (en singular), esto es, de lahumanidad en su conocimiento exosomtico, y la historia de los diferentes hombres individuales (enplural). Y no abrigo ninguna duda de que el valor principal y la caracterstica ms importante de la materiaque conocemos como historia y en verdad de todas las materias humansticas estriba en que es losuficientemente amplia como para interesarse no slo por la evolucin de la especie humana y susinstituciones, sino tambin por las historias de los hombres individuales (en plural) y de sus luchas con susinstituciones, su medio circundante y los problemas que plantea la evolucin del hombre y suconocimiento.

    As, la historia es pluralista. No slo trata del hombre, sino tambin de los hombres. Por encima de todo,nos permite plantear el problema de cunto o cun poco ha afectado a los hombres el desarrollo delconocimiento, la historia del arte y la evolucin del hombre. Este problema, sugiero, es uno de los mayoresproblemas de la historia.

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    Popper, Karl (2007). El mito del marco comn. En defensa de la ciencia y la racionalidad. Barcelona, Paids.

    Captulo 8

    MODELOS, INSTRUMENTOS Y VERDAD

    El estatus del principio de racionalidad en las ciencias sociales

    Cuando me invitaron a presentar mis opiniones sobre la metodologa de las ciencias sociales, me sentverdaderamente muy honrado. Pero tambin sent un cierto malestar. stas fueron las razones. Mispuntos de vista sobre la metodologa de las ciencias sociales son resultado de mi admiracin por la teoraeconmica: comenc, a desarrollarlos hace unos veinticinco aos, al tratar de generalizar el mtodo de laeconoma terica. Se entender mi temor a que ustedes, como economistas, encontraran triviales mispuntos desvista, cuando no directamente anticuados.

    Fue precisamente este temor lo que me decidi a dedicar alrededor de una tercera parte de la disertacina mis opiniones sobre la metodologa de la ciencia en general, otra tercera parte (secciones 2 a 7) aproblemas peculiares de los mtodos de la ciencia social, y el resto (secciones 8 a 11) a atacar la filosofa

    instrumentalista de la ciencia, esa teora filosfica, an en boga, del pragmatismo que nos dice quenuestras teoras no son otra cosa que instrumentos. A esto opondr mi propia opinin, de acuerdo con lacual las teoras son pasos en nuestra bsqueda de la verdad o, para ser al mismo tiempo ms explcito yms modesto, en nuestra bsqueda de soluciones cada vez mejores a problemas cada vez ms profundos(donde cada vez mejores significa como ya veremos- ms prximos a la verdad).

    1. PROBLEMAS, TEORAS Y CRTICA

    Estas opiniones sobre los mtodos de las ciencias sociales que me dispongo a esbozar son, brevemente, lassiguientes. Los mtodos apropiados para las ciencias sociales son totalmente diferentes de los mtodos de

    las ciencias naturales tal como la tradicin y la mayora de los cientficos naturales y sociales suelendescribirlos en los libros de texto. Pero esto es as pura y simplemente porque todos estos libros de texto,todas estas tradiciones y todos estos cientficos estn completamente equivocados acerca de los mtodosde las ciencias naturales. Una vez que logramos un conocimiento adecuado de los mtodos de las cienciasnaturales, podemos apreciar que es muchsimo lo que tienen en comn con los mtodos de las cienciassociales.

    La mala interpretacin capital de las ciencias naturales reside en la creencia de que la ciencia o elcientfico comienza por la observacin y la coleccin de datos, hechos o mediciones, y de all pasa aconectar o correlacionar estos ltimos, y as llega de alguna manera a generalizaciones y teoras.

    Recuerdo una ocasin en que me toc ser presidente de un encuentro en el que un distinguido cientficopresentaba este punto de vista. La ciencia, dijo el cientfico, es tan slo medir y correlacionar losresultados. En la discusin que sigui, suger que debamos solicitar un subsidio para un proyecto demedicin de la longitud, el ancho, el espesor y el peso de los libros del British Museum, a fin de estudiar lasposibles correlaciones entre esas medidas. Predije que seramos capaces de encontrar fuertescorrelaciones positivas entre el producto de las tres primeras y la cuarta.

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    Por qu es absurdo este proyecto? Porque no es interesante. Porque comienza por la recoleccin dedatos y no por un problema cientfico. Y porque no hay razn para pensar que arrojar luz alguna sobre losproblemas cientficos ms urgentes del da.

    El trabajo del cientfico no comienza por la recoleccin de datos, sino por la seleccin sensible de unproblema prometedor, un problema que sea significativo dentro de la actual situacin problemtica, que asu vez est completamente dominada por nuestras teoras.

    A mi juicio, se entienden mejor los mtodos de las ciencias naturales y de las ciencias. sociales siadmitimos que la ciencia siempre empieza con problemas y termina con problemas. El progreso de laciencia, en lo esencial, estriba en la evolucin de sus problemas. Y se puede calcular por el aumento derefinamiento, riqueza, fertilidad y profundidad de sus problemas.

    Los problemas cientficos son precedidos, naturalmente, por problemas precientficos, y sobre todo porproblemas prcticos. Incluso la ameba, se puede afirmar con seguridad, tiene problemas. Pues todoorganismo se ha construido expectativas. Y los problemas surgen, del modo ms caracterstico, cuandoalgunas de esas expectativas se ven frustradas.

    Pueden ustedes preguntar si es posible comenzar por problemas y cmo puede haber siquiera alguna clasede problema en ausencia de todo conocimiento previo, por ejemplo, en la forma de expectativas. Estapregunta es muy oportuna. Y mi respuesta es que nunca comenzamos a partir de nada, con una mente,por as decirlo, absolutamente inocente. El desarrollo del conocimiento consiste siempre en corregir elconocimiento anterior. Histricamente, la ciencia comienza con el conocimiento precientfico, con losmitos precientficos y las expectativas precientficas. Y stas, a su vez, no tienen comienzos.Comienzan cuando comienza la vida. Y ya en el comienzo de la vida hay problemas, problemas desupervivencia. As, nunca hubo un primer conocimiento grabado en una mente inocente, o en una tabularasa, o una pizarra en blanco. Simplemente no hay conocimiento sin alguna clase de conocimientoanterior, sin algn tipo de expectativa, de la que es una modificacin. Y tales modificaciones se producen

    especialmente cuando el conocimiento anterior se encuentra en dificultades, como, por ejemplo, cundouna expectativa se ve frustrada, cuando da nacimiento a un problema.

    As pues, podemos considerar cualquier aspecto del conocimiento, y sobre todo cualquier teora cientfica,como una solucin tentativa a algn problema, y como ocasin de nacimiento de nuevos problemas. Y lafertilidad y la profundidad de nuestras teoras bien se puede medir por la fertilidad y la profundidad de losnuevos problemas a los que dan nacimiento.

    Como he admitido que todo problema surge de alguna clase de conocimiento y,en consecuencia,presupone el conocimiento, pueden ustedes preguntar si no se podra reemplazar mi observacin de quela ciencia comienza y termina con problemas por la de que la ciencia comienza y termina con elconocimiento. Mi respuesta es: S, a condicin de que se entienda por conocimiento (como lo entiendoyo) algo as como conocimiento problemtico, hipottico o tentativo, y no como conocimiento noproblemtico y establecido. El conocimiento establecido no se desarrolla. Muchas veces he dicho que laciencia comienza y termina con teoras. Pero empleo el trmino teora en un sentido muy amplio, en unsentido que incluye mitos y toda clase de expectativas y barruntos. Nunca lo empleo en el sentido deteora establecida o probada, pues no pienso que esa suerte de teoras exista. Una teora es siemprehipottica o conjetural y se mantiene por siempre en calidad de barrunto. Y no hay teora que ignore elacoso de problemas.

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    Sin embargo, pienso que decir que la ciencia empieza y termina con problemas sea tal vez ms informativoque decir que la ciencia comienza y termina con teoras.

    Para comprender esto consideremos por un momento qu significa comprender una teora.

    Comprender una teora significa es lo que sugiero comprenderla como un intento de resolver un

    determinado problema. Esta es una proposicin importante, y una proposicin que muy poca gentecomprende. El problema que una teora tiende a resolver puede ser un problema practico (como eldescubrir una cura o, un preventivo, ya sea en el caso de la poliomielitis, ya en el de la inflacin) o unproblema terico, esto es, un problema de explicacin (de qu forma se transmite la poliomielitis, o cmose produce la inflacin, por ejemplo).

    Cul es la utilidad de, digamos, la teora de Newton? Es un intento de resolver el problema de derivar y,en esta medida, explicar, las leyes de Kepler y las de Galileo. (No entro aqu en el problema de por quNewton no consider su teora como explicativa.) Sin comprender la situacin problemtica que dionacimiento a la teora, la teora carece de sentido. Es decir, no se la puede comprender adecuadamente.Anlogamente, sin comprender los problemas que la depresin econmica y el desempleo plantean a la

    teora clsica, la teora de Keynes puede parecer intil y no es posible comprenderla plenamente. Slo esposible comprenderla como un intento de resolver esos problemas. A partir de esto se entiende que, almenos desde el punto de vista de la comprensin de una ciencia esto es, la comprensin de susteoras, los problemas son previos a las teoras. sta es una de las razones por las cuales creo que aldecir que la ciencia comienza y termina con problemas, ofrezco una frmula simple de gran poder yaplicabilidad.

    Ahora, por supuesto, debemos preguntar: qu es comprender un problema?; si se supone que uncientfico joven comienza por un problema, cmo puede llegar a estar alguna vez en posicin dcomprenderlo?; cmo se puede, pues comenzar por un problema?

    Mi respuesta es que en realidad slo hay una manera de aprender a comprender un problema qu nohayamos comprendido todava: tratar de resolverlo y fracasar.

    Esto puede parecer paradjico. Pues, cmo podemos tratar de resolver un problema que ni siquieracomprendemos?

    La respuesta a esta pregunta es qu si no comprendemos el problema, seguramente o casiseguramente no lo resolveremos. Pero la certeza del fracaso no debe necesariamente impedirnosintentarlo.

    Tomemos como ejemplo un problema prctico como aprender montar en bicicleta o a tocar el violn.Quiz con la excepcin de unos pocos genios, es probable que todos los que todava no comprenden elproblema de montar en bicicleta fracasen en su primeros Intentos por resolverlo. Y lo mismo ocurre conlos que todava no comprenden el problema de tocar el violn. Pero despus de unos cuantos fracasos,pueden empezar a apreciar dnde estriba la dificultad: comenzarn a comprender el problema. Ycomprender un problema no es otra cosa que aprehender en qu consiste esa dificultad particular.

    Los problemas prcticos pueden dar nacimiento a problemas tericos. Por ejemplo, el problema de montaren bicicleta puede dar nacimiento al problema terico de explicar cmo y por qu el ciclista conserva elequilibrio. Y el problema prctico de tocar un instrumento musical, o fabricar uno, puede dar nacimiento al

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    desarrollo de la teora de la icstica. En todas esas teoras se presentarn permanentemente nuevosproblemas. Es posible que estos problemas sean dificultades internas de la teora, como explicaciones quepor alguna razn encontramos insatisfactorias, o choques entre la teora y los hechos. La teora evolucionacomo resultado de nuestros intentos por resolver estos problemas.

    Se puede decir que la mayora de los problemas prcticos surgen a partir de casos en los que la teora nosha decepcionado, de modo que hace falta reparar la teora. Pero esta es precisamente la razn por la que,por lo general, en un primer momento no comprendemos el nuevo problema: nuestra teora (esto es, lateora vieja, aquella de la que sabemos algo) es insuficiente, y no sabemos qu es lo que falla en ella. Peropodemos aprender a comprender cada vez mejor el problema si tratamos de adaptar o reparar nuestrateora, o de sustituirla por otra. No hay duda de que no es probable que estos intentos tengan xito, en lamedida en que no comprendamos antes el problema. Pero mi tesis es que al criticar nuestros intentosnuestros fracasos aprendemos cada vez ms acerca de nuestro problema: aprendemos en quconsisten las dificultades. Lo mismo que con los problemas prcticos y precientficos, aprendemos a partirde nuestros errores, a partir de nuestros fracasos, por una suerte de mecanismo de retroalimentacin.

    Tal como yo lo veo, el mtodo de la ciencia simplemente sistematiza el mtodo precientfico deaprendizaje a partir de nuestros errores. Y lo hace mediante el mecanismo llamado discusin crtica.

    Todo lo que pienso del mtodo cientfico se puede resumir diciendo que consiste en estos cuatro pasos:

    1. Seleccionamos un problema, quiz por haber tropezado con l.

    2. Tratamos de resolverlo proponiendo una teora como solucin tentativa.

    3. A travs de la discusin crtica de nuestras teoras, nuestro conocimiento se desarrolla por mediode la eliminacin de algunos errores, y de esta manera aprendemos a comprender nuestros problemas ynuestras teoras, as como la necesidad de nuevas soluciones.

    4. La discusin crtica incluso de nuestras mejores teoras siempre saca a la luz nuevos problemas.

    Pongamos ahora estos cuatro pasos en cuatro palabras: problemas - teoras - crticas problemas .

    De estas cuatro importantsimas categoras, la ms caracterstica de la ciencia es la de la eliminacin deerrores a travs de la crtica. Pues lo que vagamente llamamos la objetividad de la ciencia, y la racionalidadde la ciencia son meros aspectos de la discusin crtica de las teoras cientficas.

    Para aprehender esto es importante tener claros los objetivos de la discusin crtica de la teora cientfica.La crtica de una teora cientfica es siempre un intento de encontrar y eliminar un error, una grieta o unafalla en la teora. Como ya he dicho, es la retroalimentacin negativa con la cual controlamos la

    construccin de nuestras teoras. Trata de mostrar que la teora tiene consecuencias inaceptables, o bienque no resuelve el problema que se ha propuesto resolver, o bien que meramente cambia el problema,planteando dificultades peores que las que supera, o bien que es inferior a algunas de las teoras rivales, esdecir, por ejemplo, que es ms dbil o ms compleja.

    ste es el objetivo de la crtica cientfica. Es importante tomar nota de que la crtica cientfica no trata demostrar. No trata de mostrar que la teora en cuestin no ha sido probada o demostrada. Anlogamente,no trata de mostrar que no se haya establecido o justificado la teora en cuestin, porque es imposibleestablecer o justificar teora alguna. Ocasionalmente, no trata de mostrar que la teora en cuestin tenga

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    una probabilidad elevada (en el sentido del clculo de probabilidades) jorque ninguna teora tiene unaprobabilidad elevada (en el sentido del clculo de probabilidades).

    Concordantemente, los cientficos, en sus discusiones crticas, no atacan los argumentos que se podranutilizar para establecer, o incluso para sostener, la teora objeto de examen. Atacan la teora misma, entanto solucin al problema que trata de resolver. Examinan y desafan sus consecuencias, su poderexplicativo, su coherencia y su -compatibilidad-con otras teoras.

    Lo que llamamos objetividad cientfica es simplemente la no aceptacin de teora cientfica alguna comodogma, y al mismo tiempo la afirmacin de que todas las teoras sean tentativas y estnpermanentemente abiertas a severa crtica, a una discusin crtica que tienda a la eliminacin de errores.En realidad no hay nada, pienso, que pueda explicar mejor la idea algo abstracta de racionalidad que elejemplo de una discusin crtica bien conducida. Y una discusin crtica est bien conducida si se consagrapor entero a un objetivo, que no es otro que el encontrar una falla en la afirmacin de que determinadateora presenta una solucin a determinado problema. Los cientficos que participan en la discusin crticatratan constantemente de refutar la teora, o por lo menos su afirmacin de que puede solucionar suproblema.

    Ms importante es ver que una discusin crtica siempre versa sobre ms de una teora al mismo tiempo.Pues al tratar de evaluar los mritos o demritos incluso de una sola teora, se debe tratar siempre de juzgar si la teora en cuestin es un progreso, lo que quiere decir explicar cosas que no hemos sido capacesde explicar hasta el momento, es decir, con la ayuda de las teoras ms antiguas. Pero, naturalmente, amenudo (en realidad, siempre) hay ms de una teora nueva en competencia a la vez, en cuyo caso ladiscusin crtica trata de evaluar sus mritos y sus demritos comparativos. Sin embargo, las teoras msantiguas desempean siempre un papel importante en la discusin crtica, especialmente las que formanparte del conocimiento de fondo de la discusin, teoras que, por el momento, no se critican, sino quese las usa como marco dentro del cual tiene lugar la discusin. No obstante, en cualquier momento,cualquiera de estas teoras de fondo en particular puede ser objeto de un desafo (aunque no muchas almismo tiempo) y pasar al primer plano de la discusin. Aunque siempre hay un fondo, cualquier parte delfondo puede perder en cualquier momento su carcter de fondo.

    As, la discusin crtica es esencialmente una comparacin de los mritos y los demritos de dos o msteoras (generalmente ms de dos). Los mritos que se discuten son, principalmente, la potenciaexplicativa de las teoras (cosa que se analiza con cierto detalle en mi Logic of Scientific Discovery), sucapacidad para resolver nuestros problemas de explicacin, su coherencia con otras teoras que son objetode evaluacin ms elevada y su poder para arrojar nueva luz sobre viejos problemas y para sugerir otrosnuevos. El principal demrito es la incoherencia, incluida la incoherencia con los resultados de losexperimentos que una teora rival pueda explicar.

    Se entiende as que a menudo la discusin crtica no sea decisiva y que no haya criterios muy definidos deaceptabilidad tentativa; en otras palabras, la gran fluidez de la frontera de la ciencia.

    De esta suerte, el resultado de una discusin cientfica suele no ser conclusivo, no slo en el sentido deque no podemos verificar conclusivamente (ni siquiera falsar) ninguna de las teoras en discusin esto yadebiera ser obvio , sino tambin en el sentido de que no podemos decir que una de nuestras teorasparezca presentar ventajas definidas sobre sus competidoras. Si tenemos suerte, no obstante, a vecespodemos llegar a la conclusin de que una de las teoras tiene mayores mritos y menores demritos que

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    las otras. (En este caso, algunos dicen que la teora: es aceptada, aunque, por supuesto, slomomentneamente.)

    A partir de este anlisis del proceso de la discusin crtica de las teoras debiera quedar claro que taldiscusin nunca considera la cuestin de si una teora est justificaba en el sentido de que nosotrosestemos justificados a aceptarla como verdadera. En el mejor de los casos, la discusin crtica justifica laafirmacin de que la teora en cuestin es la mejor de que se dispone, o en otras palabras, que es la quems se acerca a la verdad.

    As, pues, aunque slo podamos juzgar relativamente las teoras, entendiendo por ello que lascomparamos unas con otras (y no con la verdad, que no conocemos), esto no quiere decir que seamosrelativistas (en el sentido de la famosa frase de la verdad es relativa), Por el contrario, al compararlas,tratamos de encontrar la que juzgamos que ms se acerca a la verdad (desconocida). As, la idea de verdad(de una verdad absoluta) desempea un papel sumamente importante en nuestras discusiones. Esnuestra principal idea reguladora. Aunque nunca podamos justificar la afirmacin de haber alcanzado laverdad, a menudo podemos dar buenas razones, o justificacin, de por qu se debiera juzgar una teorams prxima que otra a la verdad.

    Lo que he dicho hasta ahora est pensado para aplicarlo tanto a las ciencias naturales como a las sociales.En esta fase agregar solo una puntualizacin que podra resultar significativa en la cuestin de lasdiferencias o de las supuestas diferencias entre ellas.

    Una de las formas de crtica de discusin crtica de teoras quiero decir ms elocuentes e importanteses el recurso a la observacin, el experimento y la medicin. Si podemos mostrar que las consecuencias deuna teora no son compatibles con ciertos hechos (o con ciertas observaciones o mediciones), tenemos unargumento poderoso contra ella. Incluso podemos llegar a matarla, especialmente si podemos mostrarque se puede explicar el experimento falsador mediante alguna teora rival. Pero las observaciones, losexperimentos y las mediciones solo son interesantes en el contexto de la discusin crtica de alguna teora.

    No son ni puntos de partida de la ciencia, ni datos.Sin embargo, las observaciones, los experimentos y las mediciones pueden, por refutacin de cierta teoraaceptada, crear un problema nuevo, y as comenzar una nueva lnea de desarrollo. Y un experimentofalsador es una de las vas caractersticas por las que surgen nuevos problemas en las ciencias empricas.Pero hay otras vas caractersticas. Por ejemplo, en el seno de una teora se pueden detectar dificultadesinternas. O podemos habernos enfrentado a diversos problemas con gran xito, resolviendo cada uno deellos por una teora diferente, slo pan encontrar que algunas de esas teoras son mutuamenteincompatibles. Mientras que hay quienes podran aceptar esta situacin, otros veran all serios problemas:el problema de encontrar una reconciliacin, o, preferiblemente, de encontrar una teora nueva y mscomprehensiva.

    Pero antes de proceder a discutir la cuestin de las peculiaridades de las ciencias sociales, deseo repetirque la nica funcin que mi teora del mtodo atribuye a las observaciones, los experimentos ymediciones es esa funcin modesta; pero importante, de asistir a la crtica, es decir, de prestar asistenciaen el descubrimiento de nuestros errores.

    Con esto concluyo mis comentarios sobre lo que creo que son los mtodos crticos comunes a la ciencianatural y las ciencias sociales, y a continuacin paso a determinados puntos que nos ayudarn a hacerpatentes las peculiaridades de los mtodos de las ciencias sociales.

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    2. MODELOS Y SITUACIONES

    En esta segunda parte de mi disertacin tratar de explicar las semejanzas entre las ciencias naturales y lasciencias sociales, y tambin algunas diferencias.

    Comencemos por distinguir entre dos clases de problemas de explicacin o de prediccin:

    1. La primera clase es la de explicar o predecir uno o un corto nmero de acontecimientossingulares. Un ejemplo de las ciencias naturales sera el siguiente: Cundo se producir el prximoeclipse de luna (o, digamos, los dos prximos eclipses de luna)?. (Un ejemplo de las ciencias sociales serael siguiente: Cundo se producir el prximo ascenso de la tasa de desempleo en Midlands, o enOntario occidental? .)

    2. La segunda clase es la de explicar o predecir una cierta clase o tipo de acontecimiento. Un ejemplode las ciencias naturales sera el siguiente: Por qu los eclipses de luna se repiten una y otra vez, peroslo cuando hay luna llena?. (Un ejemplo de las ciencias sociales sera: Por qu se produce unincremento y un descenso estacional del desempleo en la industria de la construccin? .)

    La diferencia entre estas dos clases de problemas est en que se puede resolver la primera sin construir unmodelo, mientras que la segunda es ms fcil de resolver por medio de la construccin de un modelo.

    Para resolver un problema de la primera clase dentro del marco de, por ejemplo, la teora newtoniana delas perturbaciones, no se necesita otra cosa que ciertas leyes universales (en nuestro caso, las leyesnewtonianas del movimiento) y algunas de las condiciones iniciales pertinentes.

    En nuestro caso, son condiciones iniciales las masas, las velocidades, las posiciones y los dimetros de lostres cuerpos el sol, la tierra y la luna en un determinado instante de tiempo (junto con la informacinde que, de los tres, slo uno el sol emite luz).

    Para considerar un problema del segundo tipo, podemos construir un modelo mecnico real, o referirnos a

    un dibujo en perspectiva. Para-nuestra limitada-finalidad, el-modelo podra ser en verdad muyrudimentario. Podra consistir simplemente en una lmpara que representara el sol, una pequea tierra demadera que rotara en un crculo alrededor del sol (una elipse podra ser demasiado sutil para nuestromodelo rudimentario) y una pequea luna que rotara en un crculo alrededor de la tierra. Sin embargo,hay algo esencial: los planos de los dos movimientos deberan estar inclinados uno con respecto al otro,para que obtengamos eclipses de luna de vez en cuando, pero no en cada plenilunio.

    Llamo a esto modelo rudimentario porque no pretende representar la situacin real ni el mecanismonewtoniano real. No tiene en cuenta las formas elpticas de las rbitas ni sus perturbaciones. Y tal vezreciba el movimiento de una mano humana, un mecanismo a cuerda o un pequeo motor elctrico, perono de las leyes newtonianas del movimiento. Y, sin embargo, podra servir perfectamente a su propsito,

    pues resuelve el problema de la explicacin que se haba planteado.Una discusin crtica de nuestro modelo rudimentario, sin embargo, debe dar nacimiento a un nuevoproblema: De qu manera son impulsadas la tierra y la luna en el mundo real?. Y con esto llegamosotra vez a las leyes newtonianas del movimiento. Sin embargo, no hace falta introducir las condicionesiniciales en nuestra solucin. En lo que atae a los problemas de la segunda clase (la explicacin de tiposde movimientos), se pueden sustituir completamente las condiciones iniciales por la construccin de unmodelo: ste, podramos decir, incorpora las condiciones iniciales tpicas.

    Llegamos as al siguiente resultado.

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    Mientras que las explicaciones o las predicciones de la primera clase las de acontecimientos singulares operan con leyes universales y condiciones iniciales, las explicaciones o las predicciones de la segundaclase las que explican o predicen acontecimientos tpicos operan con modelos, que representan algoas como las condiciones iniciales tpicas. Pero las ltimas tambin necesitan leyes universales si es quequeremos que el modelo se mueva, o funcione, o si queremos, como podramos decir, animar elmodelo, esto es, si queremos representar la manera en que los diversos elementos del modelo podranactuar los unos sobre los otros.

    Se entender que no se pueda prescindir de estas leyes animadoras si se tiene en cuenta el intento deLe Sage de incorporar la fuerza de atraccin en el modelo del sistema solar. Le Sage (y Newton antes quel) supusieron que el espacio est lleno de partculas veloces que se mueven en todas las direcciones(piensen en lo que hoy en da se conoce como radiacin csmica) y que el impacto de estas partculasimpulsa las masas pesadas unas hacia las otras, puesto que cada una de estas masas opera como unparaguas en una granizada, protegiendo parcialmente del granizo a las otras masas. Es un intento dederivar la ley newtoniana de la inversa del cuadrado (que de lo contrario tendramos que clasificar comouna ley animadora) a partir de la extensin del modelo. Pero aun aqu necesitamos leyes animadoras.

    Tenemos que suponer, por ejemplo, algo as como una ley de acuerdo con la cual por lo menos unaproporcin de las partculas csmicas son absorbidas, que no reflejadas. Lo mismo vale para los otrosintentos de reducir las leyes animadoras a propiedades estructurales del modelo. Tales intentos puedenser muy exitosos, pero nunca pueden reducir todas las leyes animadoras a modelos o estructuras.

    Sin embargo, lo opuesto no es cierto. Es interesante advertir que a todas las preguntas especficas a las alas que se puede responder con la teora de Newton, tambin se podra responder en principio sin laconstruccin de un modelo del sistema solar, simplemente con la utilizacin de las leyes universales demovimiento y el agregado de las condiciones iniciales. Pero lo cierto es que, histricamente, los modelosdesempearon un papel importantsimo en el desarrollo de muchsimas teoras. Bastar con recordarlesque Ptolomeo, Coprnico y Kepler produjeron modelos, y que la teora de Newton surgi en parte como

    un intento de resolver el problema de la explicacin de cmo se animaba el modelo de Kepler, esto es,cmo interactuaban sus elementos y cmo funcionaba su mecanismo motor. En nuestro siglo, los modelosde tomo de Rutherford y de Bohr precedieron en muchos aos a la mecnica cuntica, que proporcionla teora (probabilstica) de lo que se podra llamar animacin.

    As, un modelo consta de ciertos elementos colocados en una relacin tpica entre s, ms ciertas leyesuniversales de interaccin: las leyes animadoras.

    Parece ser que, como regla general, operamos primero con modelos y que los modelos, junto con unmecanismo funcional rudimentario, pueden resolver una cantidad de problemas de la segunda clase, esdecir, explicar ciertos acontecimientos tpicos.

    Tambin vemos que incluso en las ciencias fsicas, un modelo no necesita ser uno modelo mecnico. Porcierto que Kepler especul acerca de los mecanismos de su modelo del sistema solar. Pero como tena porperfectamente establecido el modelo esto es, sus elementos y sus movimientos , considero altamentehipottico su modo de operacin o de animacin, cuando no prcticamente desconocido. Y no debemosolvidar que, aunque nosotros hablemos de mecnica newtoniana, el propio Newton y suscontemporneos pensaban qu la accin a distancia no era mecnica.

    Los modelos, tal come aqu se entienden, se podran llamar tambin teoras, o se podra decir queincorporan teoras, puesto que son intentos de resolver problemas, problemas de explicacin. Pero lo

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    opuesto dista mucho de ser verdad. No todas las teoras son modelos. Los modelos representancondiciones iniciales tpicas, no leyes universales. Y, por tanto, requieren que se los suplemente conanimadoras leyes universales de interaccin, con teoras que no son modelos en el sentido que aqu seha indicado.

    Todo esto se puede ilustrar, por ejemplo, con los conocidos modelos de molculas especialmenteconstruidos por los qumicos orgnicos. Los modelos de molculas que representan disposiciones detomos pueden contener barras que representan los enlaces qumicos. Pero no representan las leyes (o laresonancia) animadoras gracias a las cuales conjeturamos las molculas se mantienen unidas. Estasleyes, a su vez, pueden estar representadas por modelos. Pero en algn sitio la teora del tipo de modelose acaba, y entonces aparecen las leyes animadoras y puramente abstractas en las que gobierna lainteraccin de las diversas partes o estructuras que constituyen el modelo

    Esto es todo acerca de le s modelos en las ciencias naturales.

    Qu pasa con las ciencias sociales? Me gustara proponer la tesis segn la cual todo lo que he dichoacerca de la importancia de los modelos en las ciencias naturales vale tambin para los modelos en las

    ciencias sociales. En realidad, los modelos son incluso ms importantes aqu, porque el mtodonewtoniano de explicar y predecir los acontecimientos singulares mediante leyes universales y condicionesiniciales es muy difcil de aplicar en las ciencias sociales tericas. Operan casi siempre por el mtodo deconstruir situaciones o condiciones tpicas, esto es mediante el mtodo de construir modelos. (Esto seconectaba con el hecho de que en las ciencias sociales hay para usar la terminologa de Hayek menosexplicacin en detalle-y-ms explicacin en principio que en las ciencias fsicas.)

    Pero tal vez se pueda comprender mejor el papel o la funcin de los modelos en las ciencias socialestericas si las observamos desde otro punto de vista.

    En ambos casos, el de las ciencias tericas y el de las ciencias histrico-sociales, el problema fundamentalestriba en explicar y comprender los acontecimientos en trminos de acciones humanas y situacionessociales. La expresin clave es situacin social.

    La descripcin de una situacin social histrica concreta es lo que en ciencias sociales corresponde alenunciado de las condiciones iniciales de las ciencias naturales. Y los modelos de las ciencias socialestericas son en esencia descripciones o construcciones de situaciones sociales tpicas.

    Desde mi punto de vista, la idea de una situacin social es la categora fundamental de la metodologa delas ciencias sociales. Incluso me siento inclinado a decir que, en las ciencias sociales, casi todo problema deexplicacin requiere el anlisis de una situacin social.

    3. UN EJEMPLO DE ANLISIS SITUACIONAL

    Permtaseme explicar, con ayuda de un ejemplo, qu entiendo por anlisis situacional de una situacinsocial o por lgica de una situacin social o, ms brevemente, por lgica situacional.

    Uno de mis ejemplos comunes es el de un peatn, llammosle Ricardo, que quiere coger un tren y tieneprisa por cruzar una calle llena de coches en movimiento y aparcados, as como de otros vehculos.Supongamos que lo que queremos explicar sean ciertos movimientos errticos de Ricardo para cruzar lacalle.

    Cules son los elementos situacionales obvios a los que tendremos que referirnos? En primer lugar, losdiversos coches aparcados, que son cuerpos fsicos, obstculos, que imponen ciertas limitaciones fsicas a

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    los movimientos de Ricardo. Luego estn los coches en movimiento. Se trata de limitaciones similares a losposibles movimientos de Ricardo, siempre que supongamos que entre sus objetivos principales figure el deevitar una colisin.

    Pero hay en la situacin otros elementos igualmente pertinentes a la explicacin de los movimientos deRicardo: las reglas de circulacin, regulaciones policiales, seales de trfico, pasos de cebra y otrasinstituciones sociales como sas. Algunas de tales instituciones sociales, como las seales de trfico o lospasos de cebra, se relacionan con cuerpos fsicos, o estn incorporados a stos. Otras, como un guardiaurbano, estn incorporadas en cuerpos humanos. Pero otras an, como una regla de circulacin, son dendole ms abstracta, aunque Ricardo las sienta como si se tratara de obstculos, ya sea cuerpos fsicos,como los coches, ya leyes fsicas (que son prohibiciones), como la ley de conservacin del movimiento.En realidad, propongo utilizar el nombre de institucin social para todas las cosas que imponen lmites ocrean obstculos a nuestros movimientos y acciones, casi como si se tratara de cuerpos o de obstculosfsicos. Las instituciones sociales se experimentan casi como si formaran literalmente parte de los mueblesde nuestra casa.

    Pero si deseamos explicar los movimientos de Ricardo, tenemos que hacer algo ms que localizar losdiversos obstculos fsicos y sociales en el espacio fsico y social. En verdad, para que una cosa se conviertaen obstculo para los movimientos de Ricardo, debemos atribuir primero ciertos objetivos Ricardo, como,por ejemplo, el de cruzar la calle de prisa. Luego, debemos atribuirle ciertos elementos de conocimiento ode informacin, como, por ejemplo, un conocimiento de las instituciones sociales que lo habilite parainterpretar los semforos o las seales del guardia urbano. (As pues, el lenguaje es una institucin social, ylo mismo ocurre con los mercados, los precios, los contratos y los tribunales de justicia.)

    Ahora bien, hay cientficos sociales que diran que, cuando atribuimos a Ricardo cosas tales como estainformacin o esos objetivos, estamos operando con suposiciones psicolgicas. Pero yo no pienso lomismo. Un psiclogo puede incluso preguntarse si Ricardo tena en realidad en la mente algo parecido alobjetivo de cruzar la calle o si, ms bien, su nico objetivo, en sentido psicolgico, era no perder eltren, y si no