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ALEJANDRA DE LA PAZ RELEVO EN EL FRANZ MAYER Alejandra de la Paz Nájera asumirá el timón del Museo Franz Mayer a partir mañana. Sustituirá a Héctor Rivero Borell, quien dejó el cargo a principios de este mes, luego de 25 años. De la Paz es historiadora por la Universidad Iberoamericana y ha colaborado en asuntos culturales de la Cancillería y de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo; también laboró en el extinto Conaculta, hoy Secretaría de Cultura federal. Foto: Coordinación General de Comunicación Social de la UdeG. El célebre grabador de 91 años charló con Excélsior acerca de cómo surgió Libertad de expresión, una de sus obras más conocidas, y cómo se convirtió en un símbolo de la revuelta estudiantil de 1968 [email protected] @Expresiones_Exc EXCELSIOR MARTES 31 DE JULIO DE 2018 Caprotti, modelo para San Juan Bautista. NOTIMEX expresiones@gimm.com.mx ROMA.— Leonardo Da Vinci utilizó como modelo para hacer el retrato de San Juan Bautista a su discípulo predilecto, Gian Giacomo Caprotti, conocido como El Salai, según concluyó una investigación del Comi- té para la Valorización de Bienes Históricos, Cultura- les y Ambientales de Italia. “Estamos frente a un nuevo e importante ha- llazgo inherente a la rela- ción de Leonardo con sus modelos. Hoy podemos resolver definitivamente el enigma del modelo usa- do para realizar el San Juan Bautista: Caprotti, El Salai”, declaró Silvano Vinceti, presidente del Comité. Además, dijo, la deci- sión de usar como mode- lo a El Salai representó un acto de crítica y una acu- sación contra la corrup- ción y la degradación en la Iglesia católica. “La de- cisión de representar la fi- gura del Bautista, que en la tradición iconográfica vie- ne representado sufriente y ascético, con un San Juan Bautista con rasgos andró- ginos, sensuales, tentado- res y ambiguos, representa el pensamiento de Leonar- do sobre la involución de la comunidad de católicos”, explicó Vinceti. Se trata, añadió el es- pecialista, del uso del sim- bolismos pictórico como acusación por el aleja- miento de la Iglesia de los preceptos evangélicos y de las enseñanzas de Cristo. Da Vinci intentó provocar USÓ A ALUMNO POR JUAN CARLOS TALAVERA [email protected] A dolfo Mexiac (1927) es el artista visual que hizo del grabado una forma de protesta, el sobreviviente del Taller de Gráfica Po- pular (TGP) que, desde la clandesti- nidad, usó la tinta para captar el alma del movimiento estudiantil de 1968. En entrevista con Excélsior, el creador michoacano, retirado en su casa de Cuernavaca, cuenta sus días en el 68 y revive el momento que le dio luz al grabado Libertad de expresión, donde aparece un indíge- na amordazado con cadenas, que se convirtió en la icónica imagen de nu- merosos movimientos sociales. “Sé que, por desgracia, este gra- bado es comercializado en Estados Unidos sin mi consentimiento, por lo que buscaré apoyo en el Instituto Na- cional del Derecho de Autor”, afirma. “Porque yo no hago ningún lío cuando se trata de movimientos so- ciales, pero sí cuando lo están co- mercializando. Tengo entendido que lo vende una institución gringa (cuyo nombre se reserva), así que buscaré a derechos de autor para pelear eso, porque ahí ya es negocio y no se trata de eso, sino de que se aproveche en las luchas sociales”, aclara. Dicho grabado nació en 1954, cuando Mexiac supo del golpe de Es- tado en Guatemala —orquestado por Carlos Castillo Armas con apoyo de EU—; y tras la destitución de Andrés Iduarte, director de Bellas Artes, lue- go de que Arturo García Bustos colo- có la bandera del Partido Comunista sobre el féretro de Frida Kahlo. “Yo estaba en San Cristóbal de las Casas, enviado por el Instituto Nacio- nal Indigenista (INI) —donde tam- bién colaboraba Juan Rulfo— y me encargaba de pintar cuadernillos en tzotzil y tzeltal para enseñar español a los niños indígenas. “Pero aquel día tomé un pedazo de linóleo e hice posar a un mucha- cho tzotzil, amordazado con un pa- ñuelo; luego cambié el pañuelo por cadenas e inmediatamente lo mandé al TGP y empezó a distribuirse en la Feria del Libro que se realizaba en La Ciudadela”, recuerda el discípulo de José Chávez Morado. Catorce años después, uno de sus estudiantes vio aquel grabado en el taller, le pidió permiso para tomarlo y le imprimió la leyenda “¡Libertad de expresión!”, para convertirse en sím- bolo de las marchas estudiantiles. EL ASALTO La historia comenzó el 30 de julio de 1968, tras el famoso bazucazo en la Preparatoria 1, mientras Mexiac daba clases en la Academia de San Carlos. “Aquel día los alumnos estaban descontrolados y, tras confirmarse la incursión del Ejército, mis alumnos tomaron el taller, trazaron sus pro- pias obras y empezaron a imprimir y yo mismo me incorporé a trabajar con los muchachos”. Sin embargo, aquella obra sólo duró hasta septiembre, recuerda el artista, cuando un grupo de soldados vestido de civil intimidó a los estu- diantes y asaltó el taller para llevarse material, y partes del equi- po para imprimir. Dos semanas después vino un segun- do asalto y Mexiac cerró el espacio escolar y usó su propio taller para apoyar a los estudiantes. “Ya no tenía objeto es- tar en la escuela, porque no había se- guridad y así en mi taller se producía propaganda”. Las impresiones se hacían por la noche, a marchas forzadas y discre- tamente. “Yo sólo les explicaba cómo estirar la tinta e imprimir, pero al otro día los jóvenes sacaban las bolsas con las impresiones. En una de esas no- ches, un joven vio aquel grabado del indígena amordazado y me preguntó si podría tomarlo para el movimiento. Le dije que sí. Le puso el logotipo de los Juegos Olímpicos y colocó aquella frase. Pero como el grabado era más elaborado les propuse que lo impri- miéramos en otro lugar y los llevé con los impresores del INI”. OTROS GRABADOS En el 68, Mexiac ideó otros grabados, como el de Gorilismo no, donde se aprecia la cara de un gorila agresivo junto a una macana y la punta de una bayoneta; o Pueblo, el gobierno te en- gaña, donde un gorila de cuerpo en- tero somete a un estudiante. O el grabado Agresores del pueblo, donde reunió a Luis Echeverría Álva- rez, Alfonso Corona del Rosal, Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Ce- recero, observando un esqueleto que protegía páginas de la Constitución. ¿Participó usted en la marcha del 2 de octubre?, se le inquiere al artista. “Debo decirte que participé en todas las marchas del 68, pero aquel día me quedé a comer y a beber con un com- pañero antropólgo del INI, que traba- jaba en la sierra tarahumara. Ese día no fui a Tlatelolco y no llegué con los amigos que siempre me reunía; lue- go supe que la pasaron feo para salir”. ¿Sintió culpa? “Me sentí culpable. Yo había dejado a mis compañeros... y había estado en todo el movimiento menos ese día tan álgido”. ¿Qué pensó? “Que habíamos caí- do en una dictadura terrible, que es- tábamos en la parte más grave de lo que había ocurrido en México tras la Revolución”. ¿Qué le dejó el 2 de octubre? “La desaparición de dos alumnos míos. Bue- no, en realidad uno se metió a la gue- rrilla y del otro nunca más supi- mos. El 68 fue un primer grito de protesta ante la actitud de un go- bierno autoritario y un reflejo de quién nos gobernaba en- tonces y que ojalá pron- to termine”, concluye Mexiac. Foto: Juan Carlos Talavera Foto: Notimex 5 SIGLOS hace que Leonardo Da Vinci pintó su célebre retrato de San Juan Bautista. LA RAÍZ DEL ICONO REBELDE ADOLFO MEXIAC

por jUan CarloS Talavera A del icono rebelde

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Page 1: por jUan CarloS Talavera A del icono rebelde

alejandra de la paz

relevo en el franz mayeralejandra de la paz nájera asumirá el timón del museo franz mayer a partir mañana. Sustituirá a Héctor rivero Borell, quien dejó el cargo a principios de este mes, luego de 25 años. de la paz es historiadora por la Universidad Iberoamericana y ha colaborado en asuntos culturales de la Cancillería y de la agencia mexicana de Cooperación Internacional para el desarrollo; también laboró en el extinto Conaculta, hoy Secretaría de Cultura federal.

Foto: Coordinación General de Comunicación Social de la UdeG.

El célebre grabador de 91 años charló con excélsior acerca de cómo surgió Libertad de expresión, una de sus obras más conocidas, y cómo se convirtió en un símbolo de la revuelta estudiantil de 1968

[email protected] @Expresiones_Exc

EXCELSIORmaRtES 31 dE juLIO dE 2018

Caprotti, modelo para San Juan Bautista.

[email protected]

ROMA.— Leonardo Da Vinci utilizó como modelo para hacer el retrato de San Juan Bautista a su discípulo predilecto, Gian Giacomo Caprotti, conocido como El Salai, según concluyó una investigación del Comi-té para la Valorización de Bienes Históricos, Cultura-les y Ambientales de Italia.

“Estamos frente a un nuevo e importante ha-llazgo inherente a la rela-ción de Leonardo con sus modelos. Hoy podemos resolver definitivamente el enigma del modelo usa-do para realizar el San Juan Bautista: Caprotti, El Salai”, declaró Silvano Vinceti, presidente del Comité.

Además, dijo, la deci-sión de usar como mode-lo a El Salai representó un acto de crítica y una acu-sación contra la corrup-ción y la degradación en la Iglesia católica. “La de-cisión de representar la fi-gura del Bautista, que en la tradición iconográfica vie-ne representado sufriente y ascético, con un San Juan Bautista con rasgos andró-ginos, sensuales, tentado-res y ambiguos, representa el pensamiento de Leonar-do sobre la involución de la comunidad de católicos”, explicó Vinceti.

Se trata, añadió el es-pecialista, del uso del sim-bolismos pictórico como acusación por el aleja-miento de la Iglesia de los preceptos evangélicos y de las enseñanzas de Cristo.

Da Vinci intentó provocar

usó a alumno

por jUan CarloS [email protected]

Adolfo Mexiac (1927) es el artista visual que hizo del grabado una forma de protesta, el sobreviviente del Taller de Gráfica Po-

pular (TGP) que, desde la clandesti-nidad, usó la tinta para captar el alma del movimiento estudiantil de 1968.

En entrevista con Excélsior, el creador michoacano, retirado en su casa de Cuernavaca, cuenta sus días en el 68 y revive el momento que le dio luz al grabado Libertad de expresión, donde aparece un indíge-na amordazado con cadenas, que se convirtió en la icónica imagen de nu-merosos movimientos sociales.

“Sé que, por desgracia, este gra-bado es comercializado en Estados Unidos sin mi consentimiento, por lo que buscaré apoyo en el Instituto Na-cional del Derecho de Autor”, afirma.

“Porque yo no hago ningún lío cuando se trata de movimientos so-ciales, pero sí cuando lo están co-mercializando. Tengo entendido que lo vende una institución gringa (cuyo nombre se reserva), así que buscaré a derechos de autor para pelear eso, porque ahí ya es negocio y no se trata de eso, sino de que se aproveche en las luchas sociales”, aclara.

Dicho grabado nació en 1954, cuando Mexiac supo del golpe de Es-tado en Guatemala —orquestado por Carlos Castillo Armas con apoyo de EU—; y tras la destitución de Andrés Iduarte, director de Bellas Artes, lue-go de que Arturo García Bustos colo-có la bandera del Partido Comunista sobre el féretro de Frida Kahlo.

“Yo estaba en San Cristóbal de las Casas, enviado por el Instituto Nacio-nal Indigenista (INI) —donde tam-bién colaboraba Juan Rulfo— y me encargaba de pintar cuadernillos en tzotzil y tzeltal para enseñar español a los niños indígenas.

“Pero aquel día tomé un pedazo de linóleo e hice posar a un mucha-cho tzotzil, amordazado con un pa-ñuelo; luego cambié el pañuelo por cadenas e inmediatamente lo mandé al TGP y empezó a distribuirse en la Feria del Libro que se realizaba en La Ciudadela”, recuerda el discípulo de José Chávez Morado.

Catorce años después, uno de sus estudiantes vio aquel grabado en el taller, le pidió permiso para tomarlo y le imprimió la leyenda “¡Libertad de expresión!”, para convertirse en sím-bolo de las marchas estudiantiles.

EL ASALTOLa historia comenzó el 30 de julio de 1968, tras el famoso bazucazo en la Preparatoria 1, mientras Mexiac daba clases en la Academia de San Carlos.

“Aquel día los alumnos estaban descontrolados y, tras confirmarse la incursión del Ejército, mis alumnos tomaron el taller, trazaron sus pro-pias obras y empezaron a imprimir y yo mismo me incorporé a trabajar con los muchachos”.

Sin embargo, aquella obra sólo duró hasta septiembre, recuerda el artista, cuando un grupo de soldados vestido de civil intimidó a los estu-diantes y asaltó el taller para llevarse material, y partes del equi-po para imprimir.

Dos semanas después vino un segun-do asalto y Mexiac cerró el espacio escolar y

usó su propio taller para apoyar a los estudiantes. “Ya no tenía objeto es-tar en la escuela, porque no había se-guridad y así en mi taller se producía propaganda”.

Las impresiones se hacían por la noche, a marchas forzadas y discre-tamente. “Yo sólo les explicaba cómo estirar la tinta e imprimir, pero al otro día los jóvenes sacaban las bolsas con las impresiones. En una de esas no-ches, un joven vio aquel grabado del indígena amordazado y me preguntó si podría tomarlo para el movimiento. Le dije que sí. Le puso el logotipo de los Juegos Olímpicos y colocó aquella frase. Pero como el grabado era más elaborado les propuse que lo impri-miéramos en otro lugar y los llevé con los impresores del INI”.

OTrOS grAbAdOSEn el 68, Mexiac ideó otros grabados, como el de Gorilismo no, donde se aprecia la cara de un gorila agresivo junto a una macana y la punta de una bayoneta; o Pueblo, el gobierno te en-gaña, donde un gorila de cuerpo en-tero somete a un estudiante.

O el grabado Agresores del pueblo, donde reunió a Luis Echeverría Álva-rez, Alfonso Corona del Rosal, Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Ce-recero, observando un esqueleto que protegía páginas de la Constitución.

¿Participó usted en la marcha del 2 de octubre?, se le inquiere al artista. “Debo decirte que participé en todas las marchas del 68, pero aquel día me quedé a comer y a beber con un com-pañero antropólgo del INI, que traba-jaba en la sierra tarahumara. Ese día no fui a Tlatelolco y no llegué con los amigos que siempre me reunía; lue-go supe que la pasaron feo para salir”.

¿Sintió culpa? “Me sentí culpable. Yo había dejado a mis compañeros... y había estado en todo el movimiento menos ese día tan álgido”.

¿Qué pensó? “Que habíamos caí-do en una dictadura terrible, que es-tábamos en la parte más grave de lo que había ocurrido en México tras la Revolución”.

¿Qué le dejó el 2 de octubre? “La desaparición de dos

alumnos míos. Bue-no, en realidad uno

se metió a la gue-rrilla y del otro nunca más supi-mos. El 68 fue un primer grito de protesta ante la

actitud de un go-bierno autoritario

y un reflejo de quién nos gobernaba en-

tonces y que ojalá pron-to termine”, concluye

Mexiac.

Foto: Juan Carlos Talavera

Foto: Notimex

5sigloshace que leonardo Da Vinci pintó su célebre retrato de san Juan Bautista.

la raíz del icono rebelde

adolfo mexiac

Page 2: por jUan CarloS Talavera A del icono rebelde

ExcElsior : MArTEs 31 DE JUlio DE 2018 ExprEsionEs :23mario escobar, nueva novela

por virginia [email protected]

Los mexicanos Eduardo y Mario Collignon, quienes es-tudiaron en la Alemania de los años 30 del siglo pasado, ingresaron a las juventudes hitlerianas. Este suceso real, aunado al descubrimiento de que en esa época centenares de latinoamericanos se vie-ron atrapados en ese país en crisis, sorprendió al escritor español Mario Escobar, quien recrea la historia de estos mi-grantes en su novela más re-ciente, Nos prometieron la gloria (HarperCollins).

¿Cómo fue la vida coti-diana de esa generación a la que le hicieron creer que el mundo le pertenecía y, sin embargo, vio su derrumbe? El narrador, comenta en en-trevista, hurgó en este tema y entrega “un relato sobre el poder de la amistad, el amor y la verdad frente a la barba-rie que supusieron el Tercer Reich y la ideología nazi”.

El también historiador de-talla que hace dos años, en Guadalajara, el locutor de ra-dio Alfonso Collignon le con-tó la anécdota de su familia de descendencia franco-alema-na, que acostumbraba enviar a sus hijos a estudiar al país germano para que mantuvie-ran el idioma y la cultura.

“Quise compartirla porque considero que es una historia necesaria. A veces pensamos que Europa y América son dos continentes que se daban la espalda, pero había mu-chas conexiones”, comenta.

El autor de Canción de cuna de Auschwitz y Los

En Nos prometieron la gloria el autor mexicano recrea la historia de dos jaliscienses interesados en ingresar a la juventud hitleriana

Nazis tapatíos

Foto: David Hernández

Escobar relata una parte de la vida de los hermanos Eduardo y Mario Collignon.

Explica que los protago-nistas son cinco muchachos, entre ellos los Collignon, y cada uno narra su historia transcurrida en distintas ciu-dades alemanas, entre 1933 y 1945. “A veces pensamos que el mundo cambia en un día, pero no. Lo primero que hi-cieron los nazis fue modificar la Ley de Educación en abril de 1933. Y luego sus precep-tos se fueron extendiendo a la universidad, a los escritores,

a los artistas. Los obligaron a ingresar a las falsas aso-ciaciones y poco a poco for-maron una sola opinión. Los primeros que llegaron a los campos de concentración fueron disidentes políticos. Muestro cómo se fue sedu-ciendo a esa sociedad y ame-nazándola”, agrega.

Escobar parte de la premi-sa de que “vivimos una épo-ca en la que la lealtad casi se olvida” y quiso reflexionar so-bre cómo la amistad es capaz de sobrevivir en esas horas angustiosas. “La amistad es esa línea roja que te pone un límite, que te hace decidir que no harás más una cosa”.

Dice que sobre todo desea que los jóvenes se reflejen en estas vidas. “Siento el de-ber de llegar a la gente joven, que tiene el deseo de cambiar las cosas, de crear un mundo nuevo. Esto es algo que pasó no hace tanto y en un lugar no tan lejano. Pueden aprender”.

Finalmente, el autor des-taca al único personaje fe-menino de la novela: Hanna. “Siempre es un reto hablar en voz de una mujer. Ella está en el centro del cambio brusco. Quería que se viera algo que no se suele mostrar: la si-tuación de las mujeres en el Tercer Reich. Cómo, en una sociedad que había avanzado mucho, que tenía un gran nú-mero de estudiantes mujeres, de pronto comienza a haber cuotas para que no estudien y acosan a las alumnas para que dejen de ir a la escuela”.

Adelanta que su próxima novela será sobre la Guerra Civil española y el drama ac-tual de los refugiados.

niños de la estrella amari-lla afirma que quiso reflejar cómo los jóvenes de esa épo-ca vivían su cotidianidad en Alemania, sintiéndose cada vez más agredidos. “Cómo, en un ambiente de violen-cia, se van delatando unos a otros, los hijos a los padres, los maridos a las esposas. Toda esa presión social, cómo vive alguien en un estado to-talitario, que controla y vigila hasta asfixiar”, añade.

Foto: Cuenta oficial de Facebook

La sede cultural de Tijuana.

Plantean una terna

CECUT

Es un relato sobre el poder de la amistad, el amor y la verdad frente a la barbarie.”mario EsCobarescritor

DE La rEDaCCiÓ[email protected]

Activistas, gestores, organi-zaciones y personalidades de la cultura enviaron ayer una carta a la virtual secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, con la propuesta de una terna para encabezar la dirección del Centro Cultural Tijuana (CECUT), en la próxi-ma administración.

Se trata de las promotoras Alma Delia Ábrego Ceballos y Carmen García Montaño y el sociólogo José Manuel Va-lenzuela, tres profesionales de la cultura que “se han des-tacado en la gestoría, la ad-ministración institucional, la fundación de proyectos y la investigación”, como explica el documento circulado ayer en redes sociales.

Los firmantes —la Ópera de Tijuana, el Latin American Art Fair, La Caja Galería, Media Music Dell, Noroeste Movi-miento AC y Arte sin Fronte-ras, entre otros—, solicitaron una reunión con Frausto “para reflexionar de viva voz el des-tino del Centro Cultural Ti-juana, al que juntos debemos garantizar viabilidad, políticas públicas, consensos y mejores condiciones de desempeño”.