5
POR LA ESENCIA DE CONOCIMIENTO Como sabemos el conocimiento representa una relación entre un sujeto y un objeto. El verdadero problema del conocimiento consiste, por tanto, en el problema de la relación entre el sujeto y el objeto. Hemos visto que el conocimiento se representa a la conciencia natural como una determinación del sujeto por el objeto. Pero ¿no debemos hablar, a la inversa, de una determinación del objeto por el sujeto en el conocimiento? ¿Cuál es el factor determinante en el conocimiento humano? ¿Tiene este su centro de gravedad en el sujeto o el objeto? Veamos las distintas posiciones al respecto: El Objetivismo El objetivismo fue desarrollado por la escritora y filósofa ruso- estadounidense de origen judío Ayn Rand sostiene que existe una realidad independiente de la mente del ser humano, que éste está en contacto con dicha realidad a través de la percepción de los sentidos y que adquiere conocimiento procesando los datos de dicha percepción por medio de la razón (o la “identificación no- contradictoria”). Según éste, el objeto es el decisivo entre los dos miembros de la relación cognoscitiva. El objeto determina al sujeto. Éste ha de regirse por aquél. El sujeto toma sobre sí en cierto modo las propiedades del objeto, las reproduce. Esto supone que el objeto hace frente como algo acabado, algo definido a la conciencia cognoscente. Esta es la idea central del objetivismo. Según él, los objetos son algo dado, algo que presenta una estructura que es reconstruida por la conciencia cognoscente. Para el objetivismo, el centro de gravedad del conocimiento reside en el objeto; el reino objetivo de las Ideas o esencias es, por decirlo así, el fundamento sobre el que descansa el edificio del conocimiento. El Subjetivismo

Por La Esencia de Conocimiento

Embed Size (px)

DESCRIPTION

tipos de conocimiento

Citation preview

Page 1: Por La Esencia de Conocimiento

POR LA ESENCIA DE CONOCIMIENTO

Como sabemos el conocimiento representa una relación entre un sujeto y un objeto. El verdadero problema del conocimiento consiste, por tanto, en el problema de la relación entre el sujeto y el objeto. Hemos visto que el conocimiento se representa a la conciencia natural como una determinación del sujeto por el objeto. Pero ¿no debemos hablar, a la inversa, de una determinación del objeto por el sujeto en el conocimiento? ¿Cuál es el factor determinante en el conocimiento humano? ¿Tiene este su centro de gravedad en el sujeto o el objeto?

Veamos las distintas posiciones al respecto:

El Objetivismo

El objetivismo fue desarrollado por la escritora y filósofa ruso-estadounidense de origen judío Ayn Rand sostiene que existe una realidad independiente de la mente del ser humano, que éste está en contacto con dicha realidad a través de la percepción de los sentidos y que adquiere conocimiento procesando los datos de dicha percepción por medio de la razón (o la “identificación no-contradictoria”).

Según éste, el objeto es el decisivo entre los dos miembros de la relación cognoscitiva. El objeto determina al sujeto. Éste ha de regirse por aquél. El sujeto toma sobre sí en cierto modo las propiedades del objeto, las reproduce. Esto supone que el objeto hace frente como algo acabado, algo definido a la conciencia cognoscente. Esta es la idea central del objetivismo. Según él, los objetos son algo dado, algo que presenta una estructura que es reconstruida por la conciencia cognoscente.

Para el objetivismo, el centro de gravedad del conocimiento reside en el objeto; el reino objetivo de las Ideas o esencias es, por decirlo así, el fundamento sobre el que descansa el edificio del conocimiento.

El Subjetivismo

Trata de fundar el conocimiento humano en el sujeto. Para ello coloca el mundo de las Ideas, de las esencias, el conjunto de los principios del conocimiento, en el sujeto. En éste radica la verdad del conocimiento. Pero téngase en cuenta que con el sujeto no se quiere significar el sujeto concreto, individual, del pensamiento, sino un sujeto superior, trascendente.

Lo peculiar del conocimiento ya no consiste en enfrentarse con un mundo objetivo, sino en volverse hacia aquel sujeto supremo. De él, no del objeto, recibe la conciencia cognoscente sus contenidos. Por medio de estos supremos contenidos, de estos principios y conceptos generales, levanta la razón el edificio del conocimiento (San Agustín). El conocimiento se halla fundado, por ende, en lo absoluto, en Dios.

Esta concepción también la encontramos en la filosofía moderna (el neokantismo): la idea central del subjetivismo se presenta aquí despojada de todos los accesorios metafísicos y psicológicos (escuela de Marburgo): el sujeto, en quien el conocimiento aparece fundado

Page 2: Por La Esencia de Conocimiento

en último término, no es un sujeto metafísico, sino puramente lógico. Se significa con esto el conjunto de las leyes y los conceptos supremos de nuestro conocimiento. Éstos son los medios merced a los cuales la conciencia cognoscente define los objetos. Esta definición es concebida como una producción del objeto. No hay objetos independientes de la conciencia, sino que todos los objetos son engendros de ésta, productos del pensamiento.

Sólo hay un ser conceptual, mental, no un ser real, independiente de la pensamiento (es un riguroso idealismo).

Dialéctica

Heráclito puede ser considerado como 'padre de la dialéctica' en occidente, es el primero que considera que la contradicción no paraliza sino dinamiza.

Otro de los primeros ejemplos de aplicación del método dialéctico lo ofrecen los Diálogos del filósofo griego Platón, quien además reflexiona sobre el funcionamiento y el alcance de este procedimiento, notablemente en sus obras Gorgias, República VI y Teeteto

Para Aristóteles, la búsqueda de la base filosófica de la ciencia (y de la propia filosofía) requiere un ejercicio dialéctico. Aristóteles explica por qué la búsqueda de una prueba de los "principios" debe hacerse mediante una demostración refutativa, y en cambio sería imposible dar de ellos una "demostración"

Zenón de Elea, introduce en la filosofía la idea de refutar racionalmente las teorías de sus adversarios, mostrando que conducen a paradojas. La dialéctica queda perfilada por él como un procedimiento de investigación.

La dialéctica se basa en la fundamentación de que una idea (tesis), generalmente histórica, social o filosófica, al ser desarrollada en detalle abre aspectos diversos que entre sí se avienen mal (antítesis), pero finalmente surge una manera de reconcebirla conciliando aspectos aparentemente contradictorios (síntesis).

No existen las cosas aisladas, sino en múltiples relaciones y estas relaciones no son unilineales sino reciprocas. “El materialismo pone conscientemente en la base de su teoría del conocimiento la convicción “ingenua” de la humanidad... consiente en admitir que las cosas, el medio, el mundo existen independientemente de nuestra sensación, de nuestra conciencia, de nuestro Yo y del hombre en general”. El materialismo dialéctico concibe al conocimiento como un proceso complejo.

El Realismo

Es aquella posición epistemológica según la cual, hay cosas reales, independientes de la conciencia.

En el realismo ingenuo, las cosas nos son dadas como producto o contenidos de la percepción. Identifica los contenidos de la percepción, con los objetos. Las cosas son, según el realismo, exactamente como las percibimos.

Page 3: Por La Esencia de Conocimiento

El realismo natural, está influido por reflexiones críticas sobre el conocimiento. Ya no identifica el contenido de la percepción con el objeto, sino que distingue el uno del otro.

El realismo crítico: no cree que convengan a las cosas todas las propiedades encerradas en los contenidos de la percepción, sino que es, por el contrario, de opinión que todas las propiedades o cualidades de las cosas que percibimos sólo por un sentido como los colores, los sonidos, los olores, etc., únicamente existen en nuestra conciencia. Estas cualidades surgen cuando determinados estímulos externos, actúan sobre nuestros órganos sensoriales. No tienen, pues, carácter objetivo, sino subjetivo. Es menester, sin embargo, suponer en las cosas ciertos elementos objetivos y causales para explicar la aparición de estas cualidades.

El realismo científico afirma que es la ciencia la que proporciona el mejor conocimiento de la realidad; en ella, la razón y la experiencia se necesitan para conocer la verdad.

El Idealismo

Éste sustenta la tesis de que no hay cosas reales independientes de la conciencia. Se divide en:

El idealismo subjetivo o psicológico: las cosas no son nada más que contenidos de la conciencia. Todo su ser consiste en ser percibidas por nosotros, en ser contenidos de nuestra conciencia. Tan pronto como dejan de sr percibidas por nosotros, dejan también de existir. No poseen un ser independiente de nuestra conciencia. Nuestra conciencia con sus varios contenidos, es lo único real.

Representantes del idealismo subjetivo son: Rene Descartes, George Berkeley, Immanuel Kant, Johann Gottlieb Fichte, Ernst Mach, Ernst Cassirer y Robin George Collingwood.

El idealismo objetivo: los objetos del conocimiento existen (engendrados) como producto del pensamiento. Mientras el idealismo subjetivo ve en el objeto del conocimiento algo psicológico, un contenido de conciencia (y el realismo lo considera como algo real, como un contenido parcial del mundo exterior), el idealismo lógico lo tiene por algo lógico, por un producto del pensamiento.

Algunos representantes del idealismo objetivo son Platón, Gottfried Leibniz, Friedrich Hegel, Bernard Bolzano, Wilhelm Dilthey

Para ambos idealismos, el objeto del conocimiento no es nada real, sino algo ideal.

El fenomenalismo

Es un intento de reconciliación entre el realismo y el idealismo. Teoría filosófica fundada por Immanuel Kant 

El fenomenalismo (fenómeno, apariencia) es la teoría según la cual, no conocemos las cosas como son en sí, sino como nos aparecen. Para el fenomenalismo hay cosas reales,

Page 4: Por La Esencia de Conocimiento

pero no podemos conocer su esencia. Sólo podemos saber que las cosas son, pero no ¨lo que son¨. El fenomenalismo coincide con el realismo en admitir cosas reales; pero coincide con el idealismo en limitar el conocimiento a la conciencia, al mundo de la apariencia, de lo cual resulta inmediatamente la incognoscibilidad de las cosas en sí.