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 30 de octubre al 5 de noviembre de 2011 ev 22 por las diócesis MAYAGÜEZ MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII P. O. Box 4182 Aguadilla, Puerto Rico 00605 Teléfono (787 ) 647-1260 7 de octubre de 2011 Hermanos: ¡Que la paz del Señor les acompañe! El Movimiento Juan XXIII por este medio desea invitarlos al Vigésimo Segundo Encuentro Familiar que se llevará a cabo el 27 de noviembre de 2011 en nuestra Casa de Retiros ubicada en Aguada, Puerto Rico. Comenzaremos con la Santa Eucaristía a las 9:30 a.m. y luego un sinnúmero de actividades para el deleite de todos. Ven, asiste con toda tu familia y disfruta de las actividades programadas para ese día. Tendremos comida para la venta a precios muy económicos. Cordialmente, Pedro López Sullivan Pedro López Sullivan Presidente (Parte de una serie de artículos en conmemo- ración del Quinto Centenario del estableci- miento de la Iglesia en Puerto Rico, efeméride que la Conferencia Episcopal Puertorriqueña celebrará el sábado 19 de noviembre, desde las 9:30 a.m. en el Coliseo Héctor Solá Bezares de Caguas, en el marco de la esta en honor de María Madre de la Divina Providencia, Pa- trona de toda la Nación Puertorriqueña .) REV. P. FLOYD L. McCoy Jordán Para El Visitante  Los primeros frailes menores de la Orden de San Francisco llegaron a Puerto Rico alre- dedor de la primera década del siglo XVI. Un pequeño grupo se estableció en Caparra y el otro en la villa de la Nueva Salamanca. De acuerdo con antiguas tradiciones, en el 1529 los indios Caribe atacaron la ermita de la co- munidad de frailes que misionaba la región del Espinar, en el territorio de la Aguada, y martirizaron a los religiosos. Son los proto- mártires de la Iglesia puertorriqueña. Cuan- do llegaron los frailes dominicos en el 1521, eventualmente los franciscanos se fueron porque en ese momento la Isla no necesitaba dos comunidades de religiosos. Coincide su salida con la gran necesidad de frailes fran- ciscanos que se suscitó cuando cayó el impe- rio azteca en el 1521.  Los dominicos que llegaron a Puerto Rico venían cargados de fama, que necesa- riamente no les beneciaba entre sus veci- nos españoles, aunque no hay documenta- ción que diga que fueran rechazados por los cristianos que tenían indios bajo su cargo. El cuarto domingo de Adviento de 1511 en la ciudad de Santo Domingo, fray Antón de Montesinos fue comisionado por sus her- manos de hábito para que en nombre de ellos predicara el sermón. Fue la primera denuncia profética en contra del abuso que los encomenderos tenían con los indios. Aquellos cristianos amenazaron a los frailes si no cambiaban la retórica. El domingo si- guiente el sermón fue todavía más elocuente en la denuncia en contra de los abusos y la comunidad de frailes fue duramente casti- gada. Cuando pudieron, llegaron a España y denunciaron la situación. A raíz de eso el rey aprobó las Leyes de Burgos de 1512 para proteger a los indios. Otro fraile, fray Barto- lomé de las Casas, dedicó su vida a defender los derechos de los amerindios, logrando la aprobación de las Nueva Leyes de 1542. De acuerdo con algunos historiadores, fray An- tón de Montesinos fue el fundador del con- vento de Santo Tomás de Aquino en San Juan en el 1521. Fray Bartolomé de las Casas, el Apóstol de los Indios, pisó tierras puertorri- queñas en algún momento de su vida.  En el 1532 los dominicos comenzaron la construcción de la Iglesia de Santo To- más de Aquino (actualmente Iglesia de San José) adosada al convento. Ya la catedral de la diócesis de San Juan había empezado a construirse en el 1521. El convento de los dominicos, la catedral y la iglesia conventual son los edi cios religiosos más antiguos de la Isla. Mientras tanto otra comunidad de estos frailes fue asignada a la Nueva Salamanca o San Germán donde en el 1606 construyeron un convento del cual solamente queda en pie la iglesia conventual conocida como Porta Coeli. Maestros por excelencia, los dominicos se dedicaron a la enseñanza y a la evangeli- zación. En el 1634 volverán a la isla los frailes menores franciscanos construyendo su con- vento e iglesia donde actualmente está la pa- rroquia de San Francisco de Asís en el Viejo San Juan. Esa Iglesia en realidad era la capilla de la Tercera Orden de San Francisco de la Iglesia conventual del mismo nombre. En el 1651 doña Ana de Lanzós vio coro- nado sus esfuerzos al fundarse el Monasterio de San José de monjas carmelitas contem- plativas de clausura. La fundación comenzó con los bienes que ella misma aportó. Las casas con las que se inició la obra quedaban frente a la catedral. Durante los siguientes siglos hubo épocas de gran escasez donde las monjas vivieron en una pobreza extrema. Sus sufrimientos y oraciones constituyeron una gran fuente de riqueza espiritual para los puertorriqueños de la época.  No será hasta nales del siglo XIX que hagan su aparición en la isla otras congre- gaciones femeninas, pero de vida activa. Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul fueron las primeras en llegar en el 1863. La gente se asombraba al verlas por las calles ya que no estaban acostumbrados a ver mon-  jas en las vías públicas. Detrás de ellas llega - ron las Madres del Sagrado Corazón (1880), las Siervas de María (1887), y por último las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (1891). Terminando el siglo llegaron las con- gregaciones masculinas de los Paúles (1873), Redentori stas (1886), los Escolapios (1895) y los Agustinos (1896).  Durante el siglo XX y el XXI otros grupos de religiosos y religiosas han colaborado en la Isla para hacer presente a Jesús entre los eles. Los grupos de vida consagrada en 500 años de Iglesia en Puerto Rico

Por las Diócesis: Mayaguez 4411

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30 de octubre al 5 de noviembre de 2011ev22 por las diócesis MAYAGÜEZ

MOVIMIENTO DE RETIROS

PARROQUIALES JUAN XXIII

P. O. Box 4182

Aguadilla, Puerto Rico 00605

Teléfono (787) 647-1260

7 de octubre de 2011

Hermanos:

¡Que la paz del Señor les acompañe!

El Movimiento Juan XXIII por este medio desea invitarlos al Vigésimo Segundo

Encuentro Familiar que se llevará a cabo el 27 de noviembre de 2011 en nuestra Casa

de Retiros ubicada en Aguada, Puerto Rico. Comenzaremos con la Santa Eucaristía a

las 9:30 a.m. y luego un sinnúmero de actividades para el deleite de todos.

Ven, asiste con toda tu familia y disfruta de las actividades programadas para ese día.

Tendremos comida para la venta a precios muy económicos.

Cordialmente,

Pedro López Sullivan Pedro López Sullivan

Presidente

(Parte de una serie de artículos en conmemo-ración del Quinto Centenario del estableci-miento de la Iglesia en Puerto Rico, efeméride

que la Conferencia Episcopal Puertorriqueñacelebrará el sábado 19 de noviembre, desdelas 9:30 a.m. en el Coliseo Héctor Solá Bezaresde Caguas, en el marco de la fiesta en honor de María Madre de la Divina Providencia, Pa-trona de toda la Nación Puertorriqueña.)

REV. P. FLOYD L. McCoy JordánPara El Visitante

Los primeros frailes menores de la Ordende San Francisco llegaron a Puerto Rico alre-dedor de la primera década del siglo XVI. Unpequeño grupo se estableció en Caparra y elotro en la villa de la Nueva Salamanca. Deacuerdo con antiguas tradiciones, en el 1529los indios Caribe atacaron la ermita de la co-munidad de frailes que misionaba la regióndel Espinar, en el territorio de la Aguada, ymartirizaron a los religiosos. Son los proto-mártires de la Iglesia puertorriqueña. Cuan-do llegaron los frailes dominicos en el 1521,eventualmente los franciscanos se fueronporque en ese momento la Isla no necesitabados comunidades de religiosos. Coincide susalida con la gran necesidad de frailes fran-ciscanos que se suscitó cuando cayó el impe-

rio azteca en el 1521.Los dominicos que llegaron a Puerto

Rico venían cargados de fama, que necesa-riamente no les beneficiaba entre sus veci-nos españoles, aunque no hay documenta-ción que diga que fueran rechazados por loscristianos que tenían indios bajo su cargo.El cuarto domingo de Adviento de 1511 enla ciudad de Santo Domingo, fray Antón deMontesinos fue comisionado por sus her-manos de hábito para que en nombre deellos predicara el sermón. Fue la primeradenuncia profética en contra del abuso que

los encomenderos tenían con los indios.Aquellos cristianos amenazaron a los frailessi no cambiaban la retórica. El domingo si-guiente el sermón fue todavía más elocuenteen la denuncia en contra de los abusos y lacomunidad de frailes fue duramente casti-gada. Cuando pudieron, llegaron a Españay denunciaron la situación. A raíz de eso elrey aprobó las Leyes de Burgos de 1512 paraproteger a los indios. Otro fraile, fray Barto-lomé de las Casas, dedicó su vida a defenderlos derechos de los amerindios, logrando laaprobación de las Nueva Leyes de 1542. Deacuerdo con algunos historiadores, fray An-tón de Montesinos fue el fundador del con-

vento de Santo Tomás de Aquino en San Juanen el 1521. Fray Bartolomé de las Casas, elApóstol de los Indios, pisó tierras puertorri-

queñas en algún momento de su vida.En el 1532 los dominicos comenzaronla construcción de la Iglesia de Santo To-más de Aquino (actualmente Iglesia de SanJosé) adosada al convento. Ya la catedralde la diócesis de San Juan había empezadoa construirse en el 1521. El convento de losdominicos, la catedral y la iglesia conventualson los edificios religiosos más antiguos de laIsla. Mientras tanto otra comunidad de estosfrailes fue asignada a la Nueva Salamanca oSan Germán donde en el 1606 construyeronun convento del cual solamente queda en piela iglesia conventual conocida como PortaCoeli. Maestros por excelencia, los dominicosse dedicaron a la enseñanza y a la evangeli-zación. En el 1634 volverán a la isla los frailesmenores franciscanos construyendo su con-vento e iglesia donde actualmente está la pa-rroquia de San Francisco de Asís en el ViejoSan Juan. Esa Iglesia en realidad era la capillade la Tercera Orden de San Francisco de laIglesia conventual del mismo nombre.

En el 1651 doña Ana de Lanzós vio coro-nado sus esfuerzos al fundarse el Monasteriode San José de monjas carmelitas contem-plativas de clausura. La fundación comenzó

con los bienes que ella misma aportó. Lascasas con las que se inició la obra quedabanfrente a la catedral. Durante los siguientessiglos hubo épocas de gran escasez dondelas monjas vivieron en una pobreza extrema.Sus sufrimientos y oraciones constituyeronuna gran fuente de riqueza espiritual para lospuertorriqueños de la época.

No será hasta finales del siglo XIX quehagan su aparición en la isla otras congre-gaciones femeninas, pero de vida activa. LasHijas de la Caridad de San Vicente de Paulfueron las primeras en llegar en el 1863. La

gente se asombraba al verlas por las calles yaque no estaban acostumbrados a ver mon- jas en las vías públicas. Detrás de ellas llega-ron las Madres del Sagrado Corazón (1880),las Siervas de María (1887), y por último lasHermanitas de los Ancianos Desamparados(1891). Terminando el siglo llegaron las con-gregaciones masculinas de los Paúles (1873),Redentoristas (1886), los Escolapios (1895) ylos Agustinos (1896).

Durante el siglo XX y el XXI otros gruposde religiosos y religiosas han colaborado enla Isla para hacer presente a Jesús entre losfieles.

Los grupos de vida

consagrada en 500 años de

Iglesia en Puerto Rico