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¿POR QUÉ SE SUICIDAN LOS NIÑOS? Luiz Carlos D. Formiga Parte I “La religión, la moral, todas las filosofías condenan el suicidio como siendo contrario a las leyes de la Naturaleza. Todas nos dicen, en un principio, que nadie tiene derecho de abreviar voluntariamente la vida. ¿Entretanto, porque no se tiene ese derecho? ¿Porque no es libre el hombre el hombre de poner término a sus sufrimientos? Al espiritismo estaba reservado demostrar, por ejemplo de los que sucumbieron, que el suicidio no es una falta solamente por constituir una infracción de una ley moral, consideración de poco peso para ciertos individuos, más tambien es un acto estúpido, puesto que no gana nada quien lo practica, antes al contrario es lo que sucede, como nos lo enseñan, en la teoría, por los hechos que nos pone abajo a la vista. "Allan Kardec (" El Libro de los Espíritus ", comentan la respuesta a la pregunta 957).

Por qué se suicidan los niños doc luiz carlos formiga

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POR QUÉ SE SUICIDAN LOS NIÑOS (LUIZ CARLOS HORMIGA)

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¿POR QUÉ SE SUICIDAN LOS NIÑOS?

Luiz Carlos D. Formiga

Parte I

“La religión, la moral, todas las filosofías condenan el suicidio como siendo

contrario a las leyes de la Naturaleza. Todas nos dicen, en un principio, que

nadie tiene derecho de abreviar voluntariamente la vida. ¿Entretanto, porque

no se tiene ese derecho? ¿Porque no es libre el hombre el hombre de poner

término a sus sufrimientos? Al espiritismo estaba reservado demostrar, por

ejemplo de los que sucumbieron, que el suicidio no es una falta solamente por

constituir una infracción de una ley moral, consideración de poco peso para

ciertos individuos, más tambien es un acto estúpido, puesto que no gana nada

quien lo practica, antes al contrario es lo que sucede, como nos lo enseñan, en

la teoría, por los hechos que nos pone abajo a la vista. "Allan Kardec (" El Libro

de los Espíritus ", comentan la respuesta a la pregunta 957).

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El día 12de mayo de 1979 el periódico “El Globo” reunió a algunos profesionales

para debatir el suicidio y sus razones. El reportaje titulado “Suicidio – una

enfermedad social de múltiples causas” merece ser leído porque es materia que nos

permite innumerables reflexiones. En ella podemos observar que en Río de Janeiro los

teléfonos del Centro de Valorización de la Vida reciben cerca de 100 ligaciones por

día y que en San Paulo hay 30 intentos de suicidios por día, de los cuales tres son

fatales.

Estadísticas sobre Río de Janeiro no es mencionada. Estos números llaman la

atención de cualquier persona, principalmente de aquellas que oyeron a Allan

Kardec solicitar esclarecimientos sobre los cuales son, en general, las consecuencias

del suicidio sobre el estado del Espíritu en la cuestión nº 957 de “El Libro de los

Espíritus”.

Allá observamos que las consecuencias del suicidio son muy diversas más que hay una

consecuencia a la cual el suicida no puede huir es la decepción.

Los teléfonos 248-7171 (24 horas) y 221-7723 (horario de oficina) son atendidos por

voluntarios que básicamente apenas escuchan las confidencias de los que están bajo

tensión y prestos para cometer el suicidio. Personas generosas diplomadas apenas en

“la ciencia de escuchar”, oír pacientemente y, cuando es necesario, emitir algunos

consejos. Según la información del ingeniero Normando Meio, de Oliveira Dias,

presidente de la Sociedad de Beneficencia Vigilia de la Amistad, durante las fiestas de

Navidad, carnaval y ferias la procura es mucho más intensa, pues las personas se

sienten más solos, más deprimidos. Otra observación hecha es que durante la novela

“"Dancing Days", en la TV Globo, casi nadie ligaba. Por eso fue considerada una buena

amiga del Centro de Valorización de la Vida, una vez que extiende su programación

hasta la madrugada, prendiendo y manteniendo a la persona conectada.

Comenta aun el ingeniero que en San Paulo, donde el hábito de hacer ocio es diferente

del llevado a cabo en Río, las personas potencialmente están más protegidas, menos

vulnerables pues allá el sentido de familia está siempre más presente.

El intento de suicidio puede ser interpretado como una conducta destinada a producir

modificaciones en el ambiente familiar de la persona que ejecuta el intento. Cuando,

en realidad, ocurre la indiferencia, los intentos tienen posibilidades cada vez

mayores de intentar la auto eliminación. Es pertinente recordar que la Doctrina

Espirita llama la atención para el problema de la indiferencia humana mostrando en

“El Evangelio Según el Espiritismo” que el hombre de bien (capítulo XVII) poseído del

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sentimiento de caridad y amor al prójimo hace el bien por el bien, sin esperanza de

recompensa, retribuye el mal con el bien, toma la defensa del débil contra el fuerte, y

sacrifica siempre su interés a la Justicia. Y encuentra satisfacción en los beneficios

que derrama, en los servicios que presta, en las lágrimas que seca, en el consuelo que

da a los afligidos. Reconociéndose con relativa facilidad a aquellos que realmente

pueden ser considerados como espiritas verdaderos por la transformación moral que

se opero en su interior, y tambien por los esfuerzos que emprenden en el sentido de

domar, de dominar, de vencer sus malas inclinaciones. El verdadero espirita no puede

ser indiferente, al dolor humano. Esa indiferencia generadora de diversos problemas y

que fue recientemente anotada por los alumnos de una gran Universidad brasileña,

en “encuesta” elaborada por el Servicio de Orientación al – Universitario, como una

de las mayores limitaciones del Profesor Universitario. Como se pudo observar no

basta el alto saber intelectual y si el deseo es de vuelo más alto es necesario recordar

que el Espíritu de Verdad enseñó “amaos e Instruíos” y el verbo instruir viene en

segundo lugar.

Como no se puede hablar del tema en cuestión sin recordar al Sociólogo Émile

Durkheim, a la Profesora Silvia Regina Pantoja, socióloga, y comentar sus

conclusiones que son indispensables. Durkheim asevera que existen hombres capaces

de resistir las desgracias horribles mientras otros se suicidan después de malestares

menores. Sería importante investigar la causa de esta diversa resistencia y lo que

contribuye para esa estructura mayor o menor. Es interesante anotar que es en las

épocas en que la vida es menos dura cuando las personas abandonan con más

facilidad, lo que hizo el psiquiatra Miguel Chalub, otro entrevistado por “El Globo”,

recordar que en situaciones altamente dramáticas, como en los campos de

concentración, el número de suicidios es bien pequeño, lo que nos hace concluir que

el amor a la vida a todo supera. Analizando diversos sectores, Durkheim asevera que

la tasa social de los suicidios solo se puede explicar sociológicamente. Es la

constitución moral de la sociedad la que fija cada instante el contingente de los

muertos voluntarios. Los movimientos que el paciente ejecuta y que a primera vista

parecen representar exclusivamente el temperamento personal constituyen, en

realidad, la continuación y el prolongamiento de un estado social que manifiestan

exteriormente. La Socióloga Silvia Regina Pantoja en esta oportunidad comentó que

Durkheim hizo un análisis del suicidio procurando desenredarse de todo tipo de

propuesta que reúne como causas del suicido factores puramente extra-sociales, o

sea, aquellos que reposan en la constitución orgánica y psíquica de los individuos o

en las condiciones naturales y físicas del medio ambiente. Así es que Durkheim

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abandona las formas como se presenta el suicidio en los sujetos particulares para

buscar sus causas a partir del estado de los diferentes medios sociales: familia.

Grupos profesionales, confesión religiosa, sociedad política, etc.… Y, como medida

metodológica, se vuelve después a los individuos para explicar como aquellas causas

generales se individualizaran para producir los efectos suicidas. Al verificar la

relación entre la frecuencia de suicidios y la confesión religiosa, por ejemplo,

constata que ella es mayor entre los protestantes que entre los católicos y judíos.

¿Porque en el catolicismo y en el judaísmo los creyentes están más preservados de la

autodestrucción? Esto no ocurre por la naturaleza de los argumentos religiosos, más

si por la existencia de un cierto número de credos y prácticas comunes, tradicionales

y obligatorias para todos los adeptos que llevan la constitución de una sociedad.

Concluye el pesquisidor que cuanto más estos estados colectivos sean numerosos y

fuertes, tanto más la comunidad religiosa está fuertemente integrada; tanto más,

tambien, es dotada de virtud preservadora. Más una vez se puede observar que el

esfuerzo que es hecho por gran parte de los espiritas en Brasil en el sentido de la

unidad, más allá de ser el camino adecuado es antes de más de una necesidad.se

observa que la única imposición es que no haya imposición, más si se apela para la

unificación.

Es pertinente recordar que en el libro “Obras Póstumas” (Allan Kardec) encontramos

que el Espiritismo es una doctrina filosófica, que tiene consecuencias religiosas, como

toda filosofía espiritualista; por lo que toca forzosamente en las bases fundamentales

de todas las religiones: Dios, el alma, la vida futura. No es ella, sin embargo, una

religión constituida, visto que no tiene culto, ni rito, ni templo, y, entre sus adeptos,

ninguno tomó ni recibió el título de sacerdote o papa. Hay una autoridad colectiva,

donde cada cual dispone de su voto y que nada pueden sin el concurso uno de los

otros. Más si todos están de acuerdo a cerca de principios fundamentales, condición

absoluta para su admisión y para la de todos los coparticipante de la dirección.

Comenta Kardec que esta autoridad deberá ser, en materia de Espiritismo, lo que es

una academia en materia de ciencia.

Cuanto más integrados los espiritistas más fortalecida la causa que procura

posibilitar mayores oportunidades de modificar al individuo o su comportamiento y

llegar a la armonía con la sociedad y consigo mismo. “El Libro de los Espíritus” –

Filosofía Espiritualista-, contiene los principios de la Doctrina Espirita sobre la

inmortalidad del alma, la naturaleza de los Espíritus y su relaciones con los hombres,

la naturaleza de los Espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la

vida presente, la vida futura y la futura Humanidad. Su codificador Allan Kardec

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asevera (“Obras Póstumas) que es un deber gravar esta creencia en el espíritu de las

masas y es un hecho que esa creencia es innata, es que entonces no ha dado hasta hoy

los resultados que se debían esperar? Es que, en general, ha sido presentada en

condiciones, que la razón no puede aceptar. Para que la doctrina de la vida futura

produzca, de ahora en adelante, los frutos que podemos esperar, es preciso, antes de

todo, que satisfaga completamente a la, razón y a la, idea que formamos de la

sabiduría, de la justicia y de la bondad de Dios; que no pueda ser desmentida por la

ciencia; no deje en el espíritu ni la duda, ni la incerteza; que la vida futura sea tan

positiva como la presente, de que es la continuación, como el día siguiente lo es de la

víspera. En el reportaje de “El Globo” el médico Fernando Marques de los Reyes

enseña que hay varios suicidios históricos en la política de Roma, recordando lo de

Bruto, como está en “Julio Cesar”, de Shakespeare, y llega hasta nosotros con Camilo

Castelo Branco, Santos Dumont y Getulio Vargas. Más el gran interés del tema,

recuerda el médico, está en que el suicida es, antes de todo, el deprimido, y como dice

el Dr. Paul Luth, estudioso de la historia de la Medicina, “depresión es el mal de la

época”. En Alemania Occidental, que tiene 60 millones de habitantes, se suicida una

media de 38 personas por semana, o sea, cerca de 14 mil por año. La Organización

Mundial de la Salud estima en 150 millones los deprimidos del mundo. Merece un

registro, como es el comentado en “El Globo”, que entre los más acometidos, en ese

capítulo de las depresiones, se hallan los pastores y los psiquiatras, entre los cuales las

cifras de suicidio son ocho veces mayores de lo que en el resto de la población. Estas

cifras parecen indicar que, en términos bien realistas, “nadie salva a nadie y que las

religiones salvadoras no se salvan siquiera”.

Se puede hablar en tres tipos de suicidio, según la visión de Durkheim. El egoísta, el

altruista y el económico. El egoísta es aquel que resultaría de una individualización

excesiva en las sociedades donde la moral se esfuerza para instalar en el individuo la

idea de su gran valor, haciendo que su personalidad se sobreponga a la colectiva.

Debe acompañar el proceso otro constituyente que es la vanidad que en el lenguaje

de moda sería la “inflación” de la personalidad. El egoísmo es tema estudiado en las

obras básicas de la Doctrina Espirita en diversas oportunidades, basta ver el índice

analítico de esas obras. Así Emmanuel en el capitulo XI de “El Evangelio Según el

Espiritismo” enseña que el egoísmo es la llaga de la Humanidad. Comenta el

Instructor que es el objetivo al cual todos los verdaderos creyentes deben dirigir sus

armas, sus fuerzas y su coraje. Coraje porque es preciso más coraje para vencerse a

si mismo que para vencer a otros. Conclama que cada uno, pues, coloque todos sus

esfuerzos y cuidados para combatirlo en si, porque ese monstruo devorador de todas

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las inteligencias, ese hijo del orgullo, es la fuente de todas las miserias de este mundo.

Es la negación de la caridad y, por consiguiente, el mayor obstáculo para la felicidad

de los hombres. Allan Kardec en el “El Libro de los Espíritus” nos presenta diversas

reflexiones: como destruirlo, como obstáculo al progreso moral, como verdadera

llaga de la sociedad. Relaciona el egoísmo a la perdida de personas amadas, a la vida

en aislamiento, a las desigualdades sociales, a las ingratitudes, al problema del

hambre y a los lazos de la familia.

La visión de Durkheim nos muestra otro tipo de suicidio el altruista -, practicado en

los medios donde el individuo debe abrir mano de su personalidad y tener espíritu de

abnegación y entrega de si para las causas colectivas. Por ejemplo, es espíritu militar,

que exige que el individuo este desinteresado de sí mismo en función de la defensa

patriota. En ese particular la cuestión nº 951 de “El Libro de los Espíritus” comenta

que todo sacrificio hecho a costa de su propia felicidad es un acto soberanamente

meritorio a los ojos de Dios, porque es la práctica de la ley de caridad. Ahora, la vida

siendo el bien terrestre al cual el hombre atribuye mayor valor, aquel que la renuncia

para el bien de sus semejantes no comete un atentado: el hace un sacrificio. Más,

antes de cumplir, el debe reflexionar si su vida no puede ser más útil que su muerte.

no debemos dejar de enfatizar que André Luiz, en el libro “Conducta Espirita”,

recomienda que el ser humano, en el trabajo, debe situar en posiciones distintas las

propias tareas ante la familia y de la profesión, de la Doctrina que abraza y de la

colectividad a la que debe servir, atendiendo a todas las obligaciones con el necesario

equilibrio, porque el deber, lealmente cumplido, mantiene la salud en la conciencia.

Finalmente, el tercer tipo de suicidio – el anémico -, que viene ocurriendo en los

medios donde el progreso es y tiene que ser rápido, llevando ambiciones y deseos

ilimitados, el deseo de progresar saca del hombre la capacidad de vivir dentro de

situaciones limitadas, le crea la capacidad de resignación y, por consecuencia, tiene

aumento de los descontentos e inquietudes. En ese particular la doctrina espirita no

podría omitirse en diversas oportunidades a sus obras básicas donde se discuten el

problema de la resignación humana. Nos gustaría de recordar apenas que en el libro

“Viña de Luz”, de Emmanuel, este abnegado Instructor una vez más alecciona con

propiedad insólita, ”Jesús ofreció padrones educativos en todas las particularidades

de su paso por el mundo”. El Evangelio nos lo presenta en los más diversos cuadros,

junto al trabajo, a la simplicidad, al pecado, a la pobreza, a la alegría, al dolor, a la

glorificación y al martirio. Su actitud, en cada posición de la vida, señaló una forma

nueva de conducta para los aprendices. “Señala Emmanuel que “las marcas de Cristo

no son apenas las de la cruz, más si tambien las de su actividad en la experiencia

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común”, recordando que “la marca de Cristo es, fundamentalmente, aquella del

sacrificio de sí mismo por el bien de todos”. “Todas las realizaciones humanas poseen

marca propia. Casas, libros, artículos, medicamentos, todo exhibe una señal de

Identificación a los ojos atentos. Si medida semejante es aprovechada en la ley de uso

de los objetos transitorios, no se podría substraer el mismo principio, en la

catalogación de todo lo que se refiera a la vida eterna. Jesús posee igualmente las

señales de El. ¿No es una de ellas la resignación?

Durkheim acredita que solamente el Estado podría intervenir, el único capaz de

reconstituir las relaciones individuo-sociedad. ni aun mismo la familia, la religión

pueden hacerlo. Para la socióloga Silvia Regina Pantoja, solamente el estado que

mirase para los grupos profesionales, y no aquel que privilegiase el énfasis económico.

Aquí recordamos el capitulo “las aristocracias” – del libro “Obas Póstumas”. En

ningún tiempo o nación, los pueblos dispensaron jefes, aun mismo en el estado de

salvajería. Es así porque, en razón de la diversidad de aptitudes y de caracteres, que

se dan en la especie humana, hay siempre incapaces que precisan ser dirigidos,

débiles que reclaman protección, pasiones a combatir, de ahí la necesidad de una

autoridad. Sabemos que en las sociedades primitivas la autoridad fue conferida a los

jefes de familia, a los ancianos, a los viejos, a los patriarcas. La fuerza bruta la

segunda aristocracia. Enseguida la aristocracia del nacimiento. Se elevo nuevo poder

– el del oro que fue seguido de otra más justa – la de la inteligencia. Entre tanto el

hombre más inteligente puede hacer un mal uso de las facultades. Por otro lado, las

simples moralidad puede no tener capacidad. Es, pues, necesaria la unión de la

inteligencia y de la moralidad para haber legitima preponderancia, a la que la masa

se someta, confiada en sus luces y justicia. Será esta la última aristocracia porque

estará animada por el sentimiento de justicia y caridad. Supremacía que Allan

Kardec llamó de aristocracia intelecto-moral. Es por eso que la Doctrina espirita, que

en 1857 Inauguró la era del espíritu inmortal, afirma que es por la educación, más

aun que por la instrucción, que se transformará la Humanidad. El hombre, que

trabaja seriamente en su mejoramiento, asegura su felicidad desde esta vida, más

ella de la satisfacción de su conciencia; está libre de las miserias materiales y

morales, que son las consecuencias forzadas de sus imperfecciones; tendrá calma,

porque las vicisitudes no le afectaran sino brevemente, tendrá salud, porque no

agotará el cuerpo con excesos; será rico, porque lo es quien se satisface con lo

necesario; tendrá la paz en el alma, porque no tendrá necesidad de los imposibles; no

será atormentado por la sed de honras y de lo superfluo, por la fiebre de ambición, de

envidia y de celos. Recordemos no se suicidaran.

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El Psiquiatra Miguel Chalub, en “El Globo”, llama la atención para el perfil del

suicida: Hombre, con más de 55 años, morador de grandes ciudades, AGNOSTICO

(Agnosticismo –doctrina que afirma la imposibilidad del espíritu humano de conocer

las realidades que transcienden al mundo sensible natural), socialmente aislado,

físicamente enfermo, sin antecedentes psiquiátricos y alcohólatras moderado. El

perfil de los que intentan el suicidio: mujer, joven, de buena salud corporal, en

situación de conflictos evidentes con el grupo familiar o social inmediato. Las

estadísticas sobre el suicidio demuestran claramente que se asocian positivamente al

suicidio en orden decreciente de importancia y significación las personas en la

siguiente situación: sexo masculino, edad avanzada, viudez, celibato o divorcio,

ausencia de prole, residente en la gran ciudad, alto padrón de vida, crisis económica,

consumo de alcohol y drogas, hogar deshecho en la infancia y enfermedad mental o

física. Inversamente, esto es, se asocian negativamente al suicidio: sexo femenino,

juventud, baja densidad popular, religión, casamiento, prole numerosa, bajo padrón

de vida y situación de guerra.

Aun , el Psiquiatra Miguel Chalub acentúa que el suicida no quiere matarse a si

mismo más si alguna cosa que carga dentro de sí y que sintéticamente puede ser: a)

sentimiento de culpa b) la voluntad de querer matar a alguien con quien se identifica.

Como las restricciones morales lo impiden, el acaba autodestruyéndose. Así, “el

suicida mata a otra persona que vive dentro de él y que lo incomoda profundamente.

El Psicólogo Adler e o Psicoanalista Ralph hicieron comentarios muy pertinentes

cuando dijeron que todos los fracasados: neuróticos, psicóticos, criminales, los

borrachos, los niños con problemas, los SUICIDAS, pervertidos y prostitutas dan a la

vida un sentido privado. Anidado en las raíces inconscientes está siempre el gran

factor que influencia la conducta consciente – el egoísmo. Un factor además que está

siempre presente, la obsesión , la influencia maléfica, intencional o inconsciente,

ejercida por Espíritus Imperfectos sobre la Humanidad encarnada, de modo

prolongado. En ese particular la Doctrina Espirita lanza luz sobre el problema y el

Psiquiatra parece recibir esa contribución, como se puede percibir consultándose el

“Reformador” año 99, mes de enero de 1981. En la página 16 vamos a encontrar el

“Modelo terapéutico psiquiátrico-espirita” que el Profesor Pedro de Oliveira Mundim

presento en Mesa-Redonda en el I Fórum Brasileño de Medicina da Pessoa, Presidente

Prudente, São Paulo, el 18-10-1980.siendo así, la obsesión podría ser definida como

un constreñimiento que un individuo, suicida en potencial o no, siente, gracias a la

presencia perturbadora de un ser espiritual. Vale la pena leer la descripción hecha

por Allan Kardec, en el Libro de los Mediums”, capitulo 23.

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La pregunta que nos resalta es como se siente el suida después de la desencarnación.

Son diversas las obras que comentan el asunto, así tenemos como ejemplo “El

Martirio de los Suicidas”, de Almerindo Martins de Castro, y “Memorias de un Suicida”,

de Ivonne A. Pereira, por otro lado no podemos olvidar que Allan Kardec, en el libro

“El Cielo y el Infierno” o “La Justicia Divina según el Espiritismo”, deja enorme

contribución en examen comparado de las doctrinas sobre el pasaje de la vida

corporal a la, vida espiritual y específicamente en el capitulo V de la segunda parte,

donde cuida de los suicidas.

Parece interesante resumir que después de la desencarnación, no hay tribunal ni

jueces para condenar al espíritu, aun que sea el más culpable. El queda simplemente

ante la propia conciencia, desnudo ante si mismo y todos los demás, pues nada puede

ser escondido en el mundo espiritual, teniendo el individuo que enfrentar sus propias

creaciones mentales.

II Parte

Por lo expuesto podemos verificar que parece raro el encuentro de suicidio en los

niños.¿ Más el existe? ¿Cómo encara el niño el problema de la muerte?

Entramos en un terreno que se me parece extremadamente complejo y lo mejor es

dejar al especialista, el maestro en el asunto, asumir las riendas del pensamiento. Sin

sombra de dudas es el psicólogo el más capacitado para esclarecer nuestras dudas y

a la Psicología Infantil está reservado el importante papel del futuro de la:

Humanidad y es por eso que ella funciona como cátedra básica de cualquier Facultad

de educación.

Un articulo, recientemente publicado por la Psicóloga Wilma Costa Tirres, Profesora

Asistente del Instituto de Psicología de la UFRJ, destaca el abordaje al

desenvolvimiento de la comprensión de la muerte por la criatura. Presenta y discute

los resultados de las pesquisas realizadas para investigar la influencia de factores

madurativos, cognitivos, sociales y efectivos en las etapas de conceptuación de la

muerte. Su titulo – “El tema de la muerte en la psicología infantil: una revisión de la

literatura “-demuestra que, dentro de nuestro espacio disponible, no podremos

explorarlo adecuadamente. Entretanto, es parte extraída de los capítulos 2 y 5 de la

tesis “ El concepto de la muerte en diferentes niveles de desenvolvimiento cognitivo:

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un abordaje preliminar, presentado para la obtención del grado de maestro en

Psicología Aplicada y merece por tanto más tarde ser examinado con cariño. Por

ahora hallamos pertinente anotar algunas conclusiones. La primera, que es apoyada

en autores extranjeros, es que “las diferencias de nivel socioeconómico tiene gran

importancia en la adquisición del concepto muerte. Según resultados encontrados por

los autores extranjeros, los niños urbanos de nivel socioeconómico más bajo

adquieren conocimientos conceptuales acerca de la muerte más rápidamente de lo

que la clase media. El estudio de la psicóloga brasileña representa el punto de

partida para la instalación de área de investigación en Tecnología (*) en Brasil. El

equipo del que forma parte prosigue en la realización de una serie de investigaciones

visando, a través de la obtención de datos extraídos de la realidad brasileña, proveer

a psicólogos del área clínica, del desenvolvimiento y de la educación, de

fundamentación teórica-practica para el abordaje adecuado del tema de la muerte

con la criatura.

Resumiendo de forma muy imperfecta el asunto podríamos decir que la pesquisa

clásica publicada sobre el asunto tenía una muestra de 378 niños húngaros y para

examinar como los niños conceptúan y lindan con la muerte en varias edades.

Interpretativa las ideas de muerte expresada por las criaturas a través de palabras

o diseños. El autor encontró evidencias para la existencia de tres etapas diversas.

Hasta los 5 años, no hay noción de muerte definitiva, la criatura no reconoce que la

muerte envuelve total cesación de la vida y no comprende la no reversibilidad de la

muerte. La segunda (entre 5 y 9 años), se caracteriza por una fuerte tendencia a

personificar la muerte. es comprendida como irreversible, sin embargo no como

inevitable. Solamente en la tercera etapa (9 y 10 años), la criatura reconoce la

muerte como sensación de las actividades del cuerpo y como inevitable.

Y, solamente en la adolescencia, estos son verdaderamente capaces de aprender el

concepto de muerte tambien como el significado de la vida.

Posteriores trabajos trajeron nuevas divisiones según la faja etaria y un autor de

lengua inglesa coloca niños entre 9 y 10 años en una tercera fase, donde la muerte es

definitiva, más la muerte funciona biológicamente, acreditando que pueden ver, oír o

sentir. En la cuarta categoría (entre 6 a 12 años), la muerte es definitiva e implica la

cesación de todas las funciones biológicas; las criaturas clasificadas en esta categoría

expresan conceptos realistas sobre la muerte. Así, es posible entre 5 y doce años

percibir la muerte como final e irreversible.

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Son muy interesantes las conclusiones de Gessei y colaboradores que describen a los

niños de 10 años como más positivas y prácticas en el abordaje de la muerte. Saben

que después de la muerte, con el tiempo, el cuerpo se desintegra o se momifica, más no

dedican mayor reflexión a este asunto. A los 11 años “teorizan” sobre lo que sucede

después de la muerte. A los 12 años revelan preocupación sobre la naturaleza de la

otra vida. a los 13 años la especulación crece, más su muerte es vista como distante

de un futuro inmediato. A los catorce años, una de las tendencias más fuertes es

asimilar la inevitabilidad de la muerte, lo que, entre tanto, es acompañada de una

aceptación positiva; en esta fase la vida es más importante que la muerte y los niños

revelan el deseo de vivir una vida plena antes de morir.

En otro trabajo, de no menor importancia, realizado con criaturas inglesas pueden

identificarse 5 (cinco) categorías para el significado muerte. el nivel más bajo,

categoría A – revela ignorancia completa B – algún grado de comprensión C –

comprensión (define la muerte como negación de vivo), D – comprensión de los

aspectos más abstractos, E (nivel más alto) - comprensión de los aspectos lógicos o

biológicos de la muerte. A edad de 7 a 8 años aparece, en esa investigación, como un

marco de cambio (categoría C). la edad media de los niños en la categoría B fue de 5

años y medio , y la asimilación completa (nivel E) solo surgió en torno a los 12 años.

Piaget considera que a partir del momento en que el niño se torna consciente de la

diferencia entre vida y muerte, la idea de muerte incentiva la curiosidad del niño,

pues, si todo es encasillado a un motivo, la muerte exige una explicación especial.

Sylvia Anthony, en la consideraciones de Piaget, asevera que al establecer la relación

entre muerte y Humanidad como una categoría en la cual ella misma está

lógicamente incluida, atiende el máximo de desenvolvimiento.

En Brasil, Río de Janeiro, la Psicóloga Wilma Torres y colaboradores examinaron 183

niños entre 4 y 13 años de edad y sus resultados parecen confirmar y ampliar a los

de los pesquisidores extranjeros. Permitieron, sus resultados, identificar tres niveles

del concepto de muerte descritos del pensamiento de los niños de diferentes periodos

de desenvolvimiento cognitivo. En el nivel 1, característico del sub período pre

operacional, dar vida a los muertos. En el nivel 2, característico del sub periodo

operacional concreto, ya comprenden la muerte como definitiva y en el nivel 3,

característico del periodo formal, reconocen la muerte como proceso interno,

implicando la cesación de la vida del cuerpo.

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Es pertinente recordar que los niños urbanos de nivel socio-económico más bajo

adquieren conocimientos conceptuales acerca de la muerte más rápidamente que los

de la clase media.

Nos gustaría preguntar si esta misma criatura es la que procura el suicidio. ¿Cuáles

son las causas? Tal vez aquí debiésemos procurar un Profesor Titular de Pediatría de

una Facultad de Medicina en Brasil. El "diario de Pediatría " en el volumen 43 en

1977, publico el trabajo del Profesor Samuel Schvartsman. En sus métodos y

monografías se observó que 21 casos de intentos de suicidio se han estudiado en niños

de 9-14 años de edad, por ingestión de productos químicos. Después del atendimiento

médico eran hechos un estudio de las condiciones y circunstancias socio –familiares

del paciente, que pudiese estar relacionada directa o indirectamente con el evento, y

un análisis de los factores que pudiesen permitir la distinción entre el escenario

suicida y el verdadero móvil del suicidio. Este trabajo se reviste de gran importancia

para los diversos profesionales una vez que los intentos de suicidio representan

actualmente una situación preocupante en las estadísticas de morbidez y mortalidad.

En los Estados Unidos – cita como ejemplo al pediatra de San Paulo –el suicidio es

considerado como la 4ª causa más frecuente de óbitos entre los adolescentes.

El trabajo brasileño examina los principales datos relativos al paciente y sus

condiciones socio familiares: nombre, edad, sexo, color, madurez, local del accidente,

escolaridad, profesión del padre y de la madre, numero de hermanos, intentos

anteriores, comunicación del intento, comunicación con otros, planeamiento, objetivo

primordial, relativo ambiente, repetición si es posible, perfil psicológico y religión.

Vamos a comenzar por el fin apenas porque en el trabajo original el autor no discute.

Fueron encontradas 9 niños católicos, 2 adventistas, 2 creyentes y en 8 oportunidades

no se pudo determinar la religión. Estos resultados están en aparente contradicción a

los referidos anteriormente donde discutimos la prevalencia mayor entre los

protestantes, aunque aquellos datos hayan sido retirados de casos de suicidio entre

adultos. Por otro lado merece investigación el hecho de en 8 oportunidades no haber

sido posible definir la religión del paciente o de su grupo familiar, una vez que los

sociólogos afirman que tanto más la comunidad religiosa está fuertemente

integrada, tanto más, tambien, está dotada de virtud preservadora.

El perfil psicológico das criaturas revela en la gran mayoría – INSEGURIDAD. El

objetivo primordial – la MUERTE. la mayoría repetiría el intento, aunque esta no

haya sido planeada. No comunicaron el intento, el ambiente no era relativo, no hubo

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intentos anteriores y el local principal fue la habitación (cuarto)de entre los factores

socio- familiares relacionados de algún modo con el intento y las circunstancias que

podrían ser consideradas como precipitantes, se destacan el alcoholismo de los

padres en 6 oportunidades, su mal relacionamiento en 5 y su ausencia en 3.las

circunstancias más relacionada como principiante fue la desavenencias familiar. Los

autores discuten la infrecuencia de suicidios en niños con menos de 14 años de edad

en otras localidades, hallando de difícil explicación el hecho de 19 (90, 5%) de los

niños en San Paulo estarán entre 9 y doce años. Admiten los pesquisidores brasileños

que la intensidad y persistencia de condiciones socio- familiares desfavorables

generaran una precocidad de la maduración en el sentido depresivo de la necesidad

de atención o afecto. En la muestra cerca de 62% de las madres (13 casos) tenían

actividades profesionales diurnas fuera de casa y, usualmente, sus hijos menores

quedaban apenas bajo vigilancia del más viejo. Resaltan los autores que existe la

posibilidad de muestra falseada, una vez que en familias de nivel socioeconómico

superior estos casos son generalmente, y en la medida de lo posible, poco divulgados

o diagnosticados de manera confusa o inadecuada. Al contrario de lo que pudimos

observar en adultos, en otros trabajos, hubo preponderancia del sexo femenino. Aquí

merece atención la observación de que si precozmente reconocidos por la familia o

diagnosticados por el pediatra es posible alterar evidentemente la secuencia de

eventos. Son los siguientes: tedio, inquietud, fatiga, preocupación corporal,

dificultades de concentración, dificultades escolares y comportamiento agresivo. La

conclusión que parece discutible es la del hecho de la criatura no procurar la

muerte como dice hacerlo. Lo que se refleja en la dificultad en definir o

caracterizarla, lo que no ocurriría con el adulto.

Como tentativas de suicidios son relacionadas a ciertos tipos de estructuras familiares

y condiciones ambientales, que, en general los padres o parientes son hostiles a la

criatura o entre sí, su finalidad seria la modificación de estas situaciones. El suicida

visa no apenas recuperar el objeto perdido, como recuperar el afecto y la atención de

las personas significativas de su medio ambiente.la procura de afecto es tambien, de

cierta forma, enfatizada por la frecuencia relativamente pequeña de tentativas de

suicidio en el hijo único, posiblemente porque la capacidad afectiva de los padres sea

suficientemente grande para compensar otras dificultades. De los casos estudiados

por los autores brasileños apenas as uno era hijo único, mientras 14 tenían de 4 a 8

hermanos.

El espiritista no puede quedar indiferente a esa problemática. En el momento en que

tenemos una Campaña permanente de Evangelización Espirita Infanto- juvenil es

Page 14: Por qué se suicidan los niños doc luiz carlos formiga

necesario que debates sobre problemas diversos de la criatura sean realizados

deforma que podamos mejor adecuar esa actividad pedagógica. Mucho se podría

hacer, entretanto, en esa hora de decisión “es impracticable” el mejoramiento de las

almas sin educación, y educación exige legiones de cooperadores. Olvidar a la

infancia y la juventud será despreciar el futuro”. Es por eso que Bezerra de Meneses

(El Reformador” –junio de 1978) afirma que “nadie puede emprender tareas nobles,

sin vigoroso empeño en la educación evangélica del niño”. Y Francisco Spineli, en el

libro "Crestomatía de la Inmortalidad", asevera que el niño aun es la sonrisa del

futuro en la cara del presente. Evangelizarlo es, pues, espiritualizar el porvenir,

legándole la lección clara y pura de la enseñanza cristiana, a fin de que,

verdaderamente, viva Cristo en las generaciones del mañana. Evangelizarlos de

modo que su fe, la fe razonada, pueda apoyarse en los hechos y en la lógica, sin dejar

ninguna oscuridad. Solo de esa forma la criatura tendrá la certeza. Y nadie tendrá la

certeza si no atiende, por lo menos, el 2. El nivel de la toxicomanía de los objetivos

educacionales según Bloom. Porque “la fe necesita de una base, que es la inteligencia

perfecta de aquello en que se debe creer. Y para creer no basta ver, es preciso

sobretodo comprender”. Los estudios realizados, por los pesquisidores de las causas

del suicidio adulto e infantil, revelan la propiedad y actualidad de las palabras de

Marta de la Anunciación (Anotaciones Vivas):

“Por encima de todas las cosas, el amor que observa y corrige, que acompaña y educa,

que disciplina y consuela, mientras, sin duda alguna, no hay método pedagógico de

educación mejor que el AMOR honrado, constante y firme.”

Los textos correlatos pueden ser encontrados en artículos del NEUR

Traducido al español por: M. C. R