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UNIVERSIDAD DE LAS AMERICAS
Sarna Sarcóptica Informe Portafolio
Francisca Vergara Díaz
[Seleccionar fecha]
Cuadro dermatológico producido por un acaro de la familia Sarcoptidae Según el
hospedero animal se identifican las siguientes variedades Sarcoptes scabiei var
bovis, S. scabiei var suis, S. scabiei var equi, S. scabiei var aucheniae, S. scabiei
var cuniculi y S. scabiei var canis que parasitan al ganado bovino, cerdo, caballo,
llamas y alpacas, conejos y perros respectivamente.
La sarna producida por el género Sarcoptes se denomina sarna sarcóptica. En
perros es producida por Sarcoptes scabiei var canis. Afecta por lo general a
animales poco cuidados, mal alimentados y que viven en condiciones de
hacinamiento. Es hospedero específico, infesta rara vez a gatos y cuando se
presenta, es probable la existencia de una enfermedad subyacente, como la
inmunodeficiencia felina. Puede afectar a personas en contacto con mascotas, por
lo que es una enfermedad con un alto potencial zoonótico.
Etiopatogenia
La sarna sarcóptica es una dermatosis parasitaria contagiosa producida por el
ácaro Sarcoptes scabiei var. canis. Este ácaro tiene un tamaño de 200 a 400
micras, y presenta un marcado dimorfismo sexual: las hembras son de tamaño
sensiblemente mayor que los machos. En los dos pares de patas anteriores tiene
largos pedúnculos no articulados con ventosas terminales, mientras que los dos
pares de patas posteriores no se extienden fuera de los márgenes del cuerpo. La
duración de su ciclo biológico es de 12 a 15 días, durante los cuales se alimenta
de detritus cutáneos en la superficie córnea de la epidermis. Las hembras grávidas
excavan galerías en el estrato córneo superficial, donde depositan los huevos.
(Yotti, Mayo 2012)
Tras eclosionar, las larvas se dirigirán de nuevo a la superficie epidérmica para
realizar la muda. La vida media de Sarcoptes en el medio ambiente es muy
reducida, y depende de las condiciones climáticas, pero habitualmente es de 2 o 3
días. Por tanto la transmisión suele ser directa, a partir del contacto estrecho con
animales enfermos, aunque es posible también la transmisión indirecta o por
fómites, en ambientes donde la densidad del parasito sea muy elevada. (Yotti,
Mayo 2012).
La sarna sarcóptica es capaz de producir reacciones de hipersensibilidad de tipo I,
III y IV en el hospedador. Este mecanismo de hipersensibilidad parece ser la
causa fundamental del prurito, lo que explicaría que a menudo un número muy
reducido de ácaros pueda ser responsable de un cuadro con un prurito extremo.
(Yotti, Mayo 2012).
La sarna sarcóptica afecta a perros de todas las edades, razas, y de ambos sexos,
si bien es más frecuente en perros jóvenes (cachorros). El principal signo clínico
es el prurito. Un prurito muy intenso y constante que lleva al animal a rascarse y
autolesionarse. Como consecuencia se producen lesiones, eritema, pápulas,
excoriaciones, ulceraciones, costras y descamación. La distribución de las
lesiones es generalizada, aunque las lesiones son especialmente intensas en las
orejas y los codos. (A. Puigdemont, 2009).
Dado que el diagnóstico de la enfermedad es difícil, un considerable porcentaje de
casos de sarna sarcóptica no se trata de forma adecuada.
Si el animal no recibe un tratamiento adecuado, el cuadro clínico puede empeorar
mucho más, llegando a producirse fiebre, pérdida de peso, piodermas secundarias
e incluso trastornos más graves. (A. Puigdemont, 2009).
Cuando el proceso se torna crónico, la piel se engrosa, formando arrugas,
pliegues, fisuras y grietas (hiperqueratosis), en casos muy crónicos aparecen
zonas de hiperpigmentación, adquiriendo un aspecto engrosado como piel de
elefante (liquenificación). El intenso prurito provoca que se autolesionen,
produciéndose contaminación bacteriana secundaria causante dermatitis
piotraumáticas con grandes zonas alopecicas húmedas (sarna húmeda).
(Romero, 2009).
En casos con lesiones evidentes en el borde marginal de las orejas es frecuente
observar que al realizar un raspado de esta zona, los animales presentan un
estímulo reflejo de rascado con la extremidad pélvica del mismo lado, signo que
permite sospechar de sarna sarcóptica. Cuando el proceso es largo y la afección
está muy extendida, pueden presentarse trastornos como pérdida de peso,
linfadenomegalia, anemia y leucocitosis, haciendo indispensable el diagnóstico
diferencial con enfermedades sistémicas más graves como Leishmaniosis.
(Romero, 2009)
Diagnostico diferencial Se deben incluir en el diagnóstico diferencial todos los procesos cutáneos que
cursen prurito, como síntoma principal: (Yotti, 2012).
• Dermatitis atópica canina (DAC).
• Reacción adversa a alimentos (RAA).
• Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP).
• Pioderma superficial.
• Dermatitis por Malassezia.
Diagnóstico
En la anamnesis debemos recopilar todos los datos posibles sobre el hábitat del
animal afectado, así como visitas a lugares donde el contagio de esta enfermedad
sea más habitual (como albergues, peluquerías o exposiciones caninas), y la
posible presencia de lesiones en los propietarios. (Yotti, 2012).
En los perros afectados de sarna sarcóptica se observa reflejo otopodal positivo:
en el 80% de los casos el perro intenta rascarse con la pata trasera cuando se
frota el pabellón auricular ipsilateral. Esta prueba es solo indicativa y nunca debe
servir para confirmar el diagnóstico, ya que a menudo otras entidades pruríticas
como dermatitis atópica, pueden presentar también reflejo otopodal positivo. (Yotti,
2012).
Se deben realizar un mínimo de cinco raspados cutáneos superficiales y extensos,
en las zonas donde es más probable localizar al parásito: márgenes auriculares y
zona del pliegue del bolsillo de Henry, codos y tarsos y lesiones papulares
recientes no traumatizadas. (Yotti, 2012).
Aun en el caso de que la selección del lugar de raspado sea la idónea, hasta en el
50-75% de los casos el resultado puede ser negativo en animales parasitados por
Sarcoptes. Por tanto, la visualización del parásito adulto, formas inmaduras,
huevos o deyecciones en el raspado es un hallazgo diagnóstico suficiente para la
confirmación del diagnóstico presuntivo de sarna sarcóptica, pero el hecho de que
el resultado del raspado sea negativo, no descarta la enfermedad en ningún caso.
(Yotti, 2012).
Observar Respuesta positiva al tratamiento farmacológico específico: Respecto a
esta opción, clásicamente se consideraba que ningún tratamiento farmacológico
era 100% eficaz. Hoy día, estudios llevados a cabo con las nuevas avermectinas
han mostrado que se trata de compuestos eficaces, seguros y de fácil aplicación.
Sin embargo, como cualquier fármaco, su utilización puede provocar efectos
indeseables para el perro. Su utilidad, por tanto, se centra en el tratamiento de la
infestación ya sea por sarna o por otros endo y ecto parásitos en el perro y el gato.
No parece justificado el uso de estos fármacos como herramienta de diagnóstico.
(A. Puigdemont, 2009).
Serología ELISA para IgG frente a Sarcoptes: Actualmente esta técnica presenta
un elevado nivel de sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de sarna
sarcóptica. Es importante considerar que para optimizar el resultado de la
serología, el animal debe padecer sarna sarcóptica desde hace 3 o 4 semanas
como mínimo, ya que de lo contrario el nivel de IgG puede no ser detectable y dar
como resultado un falso negativo. Su empleo también es interesante para realizar
el seguimiento del tratamiento de la enfermedad, ya que si éste es exitoso se
producirá un descenso del título de anticuerpos en 1-3 meses. (A. Puigdemont,
2009).
Tratamiento Siempre debemos aplicar el tratamiento a todos los animales que compartan
hábitat, independientemente de las manifestaciones clínicas de cada uno de ellos
en el momento del diagnóstico. (Yotti, 2012).
Tradicionalmente se han empleado lactonas macrocíclicas inyectables, como
ivermectina o moxidectina, destinadas a animales de abasto, a dosis de 300 µg/kg
cada 15 días en tres aplicaciones. Es importante destacar que esta presentación
carece de registro para su empleo en animales de compañía y por tanto, dado que
existen alternativas de eficacia probada y registrada para su empleo en pequeños
animales, su administración es desaconsejable. (Yotti, 2012).
Hoy en día el tratamiento de elección es el empleo de productos spot-on:
Selamectina, a dosis de 6 mg/kg en 3 aplicaciones cada 21 días, Moxidectina al
2,5% junto con imidacloprid al 10%, tres aplicaciones mensuales. (Yotti, 2012).
Ambas presentaciones tienen licencia e indicación para tratar la sarna sarcóptica
canina y son, en general, muy bien toleradas, incluso en animales jóvenes (a partir
de 6 semanas) o razas sensibles a las avermectinas como Collie, Pastor Inglés o
sus cruces. (Yotti, 2012).
Se recomienda recortar el pelo de las lesiones y aplicar baño antiseborreico, con
el objetivo de reblandecer y eliminar las costras, después aplicar un baño
acaricida, asegurándose de que se impregne en toda la superficie corporal a
intervalos de 4 a 5 días, no debe suspenderse hasta dos semanas después de la
remisión total de los síntomas. (Romero, 2009).
Bibliografía
Sarna sarcóptica: un clásico de actualidad, Argos número 138, Mayo 2012.
Diagnóstico serológico de la sarna sarcóptica en el perro, Facultad de
Veterinaria Universidad Autónoma de Barcelona, Año 2009.
Utilización de Selamectina como Tratamiento en Sarna Sarcótica Canina
Presentación de un Caso Clínico, Camilo Romero, Año 2009.
Patología de los animales domésticos, Jubb- Kennedy – Palmer, Quinta
Edición, Año 2009.
http://dermatologiaveterinaria.cl/2009/03/sarna-en-perros/ , Visitada día 13 de
Septiembre de 2013.