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POTENCIAL DE APROVECHAMIENTO ALIMENTICIO PARA CONSUMO HUMANO
DE FRUTOS SILVESTRES EN LA RESERVA BIOLÓGICA ENCENILLO,
GUASCA, CUNDINAMARCA
CLAUDIA MERCEDES MARÍN SANTAMARÍA
TRABAJO DE GRADO Presentado como requisito parcial
Para optar al título de
BIOLOGO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS
CARRERA DE BIOLOGIA
2010
2
POTENCIAL DE APROVECHAMIENTO ALIMENTICIO PARA CONSUMO HUMANO
DE FRUTOS SILVESTRES EN LA RESERVA BIOLÓGICA ENCENILLO,
GUASCA, CUNDINAMARCA
CLAUDIA MERCEDES MARÍN SANTAMARÍA
_____________________ ____________________
Ingrid Schuler Ph.D Andrea Forero M.Sc
DECANA ACADÉMICA DIRECTORA DE BIOLOGÍA
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POTENCIAL DE APROVECHAMIENTO ALIMENTICIO PARA CONSUMO HUMANO
DE FRUTOS SILVESTRES EN LA RESERVA BIOLÓGICA ENCENILLO,
GUASCA, CUNDINAMARCA
CLAUDIA MERCEDES MARÍN SANTAMARÍA
_______________________ ____________________
Néstor García M.Sc Jorge Jácome Ph.D
Biólogo Biólogo
DIRECTOR JURADO
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NOTA DE ADVERTENCIA
ARTICULO 23 DE LA RESOLUCIÓN No. 13 DE JULIO DE 1946: “La Universidad
no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus trabajos de
tesis. Sólo velará por que no se publique nada contrario al dogma y a la moral católica
y por que las tesis no contengan ataques personales contra persona alguna, antes bien
se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.
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6
INDICE DE TABLAS
Pág.
TABLA 1. Coloración obtenida al probar el pH de los frutos con papel tornasol……..27
TABLA 2. Clasificación de las especies según su abundancia dentro la reserva……...29
TABLA 3. Puntajes obtenidos por cada especie en la ponderación de la aceptación
cultural………………………………………………………………………………….35
INDICE DE FIGURAS
Pág.
FIGURA 1. Abundancia total de las nueve especies estudiadas en los transectos en la Reserva
Biológica Encenillo…………………………………………………………...28
FIGURA 2. Reconocimiento de especies por parte de la población estudiada………..31
INDICE DE ANEXOS
ANEXO 1. Mapas de localización geográfica
ANEXO 2. Localización de los transectos dentro de los bosques demarcarcados
ANEXO 3. Tabla de coordenadas geográficas registradas en los transectos realizados.
ANEXO 4. Encuesta aplicada a la población de estudio y tabla de registro de personas
encuestadas
ANEXO 5. Fotografías para identificación de las especies proveedoras de frutos silvestres
aptos para consumo humano
ANEXO 6. Fotografías de los frutos aptos para consumo humano.
ANEXO 7. Puntajes asignados para ponderación de aceptación cultural
ANEXO 8. Fichas técnicas de las especies proveedoras de frutos silvestres.
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1
RESUMEN
Se determinó el potencial de aprovechamiento para consumo alimenticio humano de los frutos
silvestres existentes en la Reserva Biológica Encenillo (Guasca-Cundinamarca) provenientes
de nueve especies de plantas (Rubus sp. 1, Rubus sp. 2, Passiflora sp. 1, Passiflora sp. 2,
Macleania rupestris, Cavendishia bracteata, Miconia ligustrina, Hesperomeles goudotiana,
Myrcianthes leucoxyla). Se reconocieron tres especies con alto potencial: Macleania
rupestris, Cavendishia bracteata, Rubus sp. 1. Para esto se tuvo en cuenta por cada especie:
su abundancia en la reserva y el puntaje que obtuvo en una ponderación en que se integraba la
información dada por la comunidad, que mostraba el nivel de aceptación cultural del fruto
para ser integrado en la dieta. Finalmente se recomienda a Macleania rupestris para iniciar la
integración de los frutos en la dieta de la comunidad, debido a que es la especie con mayor
información disponible además es buena fuente de vitaminas y micronutrientes.
Introducción:
Dentro de la dieta de las comunidades campesinas de los países en desarrollo, se incluye el
consumo de frutos de los bosques cercanos, como suplementos ocasionales de la dieta, sin
embargo con el pasar del tiempo los productos silvestres han sido sustituidos por otros de más
fácil adquisición y preparación (Falconer 1990), así mismo ha venido sucediendo con el
conocimiento tradicional que se asocia a estas especies lo cual contribuye a la pérdida de
identidad y orgullo cultural (Turner & Turner 2008).
Incluir frutos silvestres dentro de la dieta es puede complementar el aporte de microelementos
indispensables para la salud, lo que genera mejoría en el bienestar físico y mental de los
consumidores (Hoskins 1990). Por lo general los frutos silvestres mas usados son abundantes
(Arenas & Scarpa 2007) y siempre y cuando las comunidades los acepten y puedan usarlos
en variedad de formas pueden ser fácilmente incluidos en su dieta (Tukan et al. 1998).
La comunidad rural que habita alrededor de la Reserva Biológica Encenillo (Guasca,
Cundinamarca), extrae recursos forestales de ésta (Martínez et al. 2005), sin embargo el
consumo de los frutos podrían ser difundido, logrando gradualmente asegurar que se
conocimiento tradicional asociado. Debido a esto, en este estudio descriptivo, se reconocieron
nueve especies de plantas proveedoras de frutos silvestres que se encuentran fácilmente en la
zona de estudio conocidas por los habitantes con los siguientes nombres comunes: mora de
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piedra (Rubus sp. 1), mora de castilla (Rubus sp. 2), curuba de indio (Passiflora sp. 1),
curubito (Passiflora sp. 2), uvo de monte (Macleania rupestris), uvo de anís (Cavendishia
bracteata), tuno (Miconia ligustrina), mortiño (Hesperomeles goudotiana), arrayán
(Myrcianthes leucoxyla). Adicionalmente de cada especie fueron descritas sus características
botánicas y ecológicas más importantes, así mismo se reconocieron las diferencias
morfológicas de cada fruto.
De estas especies de determino su abundancia en 4 bosques de la reserva con diferentes
características, mediante transectos en los cuales en lo posible se identificaban individuos, en
total se recorrieron 0.8 hectáreas. Se agruparon las especies en muy abundantes, abundantes y
poco abundantes, según el numero de individuos totales obtenidos por cada especie en la
reserva.
Así mismo se analizó el nivel de aceptación cultural que tenían las especies dentro de la
comunidad para ser usadas como alimento según: su reconocimiento, frecuencia de uso,
formas de uso, sabor agradable, entre otros aspectos. Esto fue medido en encuestadas
aplicadas a una muestra de 40 personas habitantes de la zona, de ambos sexos en diferentes
grupos de edad (niños, jóvenes, adultos y adultos mayores). Una vez se obtuvieron las
respuestas se procedió a ponderar el porcentaje obtenido de cada una, por un valor establecido
en una matriz que fue diseñada dando valores mayores a los aspectos mas relevantes para que
una comunidad use una especie comestible. Esto dio lugar a tres categorías: especies con alto,
medio y bajo nivel de aceptación cultural, en las que se ubicaron tres especies por categoría
de mayor a menor valor obtenido en la ponderación.
Por ultimo con el fin de definir cuales eran las especies con mayor potencial de
aprovechamiento para consumo humano, se compararon las categorizaciones obtenidas en los
resultados de la abundancia y de la aceptación cultural. Teniendo esto en cuenta y buscando
las combinaciones que integraran las especies con mayores potenciales en ambos aspectos, se
agruparon nuevamente las especies en tres categorías: especies con alto, medio y bajo
potencial de aprovechamiento alimenticio para consumo humano.
Se obtuvo así que Macleania rupestris, Cavendishia bracteata, Rubus sp. 1 son las especies
con mayor potencial, y se recomienda por la amplia información que hay al respecto y por su
contenido nutricional iniciar el trabajo con la comunidad con Macleania rupestris.
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2. Formulación del problema y justificación:
2.1 Formulación del problema: La comunidad campesina que habita en los alrededores de la Reserva Biológica Encenillo, en
Guasca, Cundinamarca, deriva su sustento de la producción agrícola y ganadera. Dicha
comunidad extrae recursos forestales de la reserva, que incluyen frutos silvestres (Martínez et
al. 2005).
El potencial de las plantas silvestres proveedoras de frutos ha sido subestimado por diversos
factores agronómicos, genéticos, económicos, sociales y culturales (Padulosi & Hoeschle-
Zeledon 2004). Sin embargo, los frutos son nutricionalmente importantes por proveer
vitaminas y micronutrientes (Scheldeman et al. 2008) y su capacidad de aprovechamiento
alimenticio está directamente condicionada por la abundancia, calidad y aceptación cultural
de los mismos (Arenas & Scarpa 2007; Tukan et al. 1998). Sin embargo, la brecha
generacional ha hecho que se pierda la costumbre de consumir los frutos y con esto, todo el
conocimiento asociado a dichas especies actualmente se está perdiendo sin que se tomen
medidas al respecto (Dogan et al. 2004).
2.2 Pregunta de investigación: ¿Cuáles son las especies de plantas proveedoras de frutos silvestres con mayor potencial,
medido en abundancia y aceptación cultural, para el aprovechamiento alimenticio en la
Reserva Biológica Encenillo, Guasca, Cundinamarca?
2.3 Justificación de la investigación: La subutilización de las especies proveedoras de frutos silvestres ha hecho que se desperdicie
su potencial, olvidando no solo que son buena fuente de minerales y vitaminas (Scheldeman
et al. 2008), sino también que el saber tradicional asociado, transmitido generacionalmente, es
un bien invaluable que ha ido perdiéndose paulatinamente con el abandono del campo y la
carencia de documentación al respecto (Dogan et al. 2004).
Si todos los esfuerzos encaminados a aumentar o afianzar el consumo de los frutos silvestres,
promueven el interés en la conservación de especies localmente importantes (Balemie &
Kebebew 2006), deben entonces explorarse nuevas posibilidades de cultivos con potencial
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alimenticio y menor impacto en el ambiente (Perez-Agis et al. 2005). Cuando se logra hacer
que las comunidades aprecien los frutos, se garantiza la preservación de los ecosistemas en
que éstos se producen (Rakesh et al. 2004).
En los últimos años a nivel global se ha renovado el interés por las especies endémicas
olvidadas, y por las comidas locales, ya que renuevan el concepto de territorio y permiten
afianzar el sentido de pertenencia, forman parte de la herencia cultural intangible (Ghirardini
et al. 2007). Sin embargo en los frágiles ecosistemas altoandinos, aunque son ricos en flora,
aún no se cuenta con muchas especies vegetales explotadas sosteniblemente (Acero & Bernal
2003).
Habitualmente los frutos mas usados como alimento por las comunidades corresponden a los
que provienen de plantas muy abundantes en las zonas donde habitan dichas comunidades
(Arenas & Scarpa, 2007). Así mismo el factor clave en la inclusión de alimentos en la dieta de
una comunidad, es la aceptación cultural (Tukan et al. 1998). Es por esto que abordar el
problema mediante un enfoque que evalúe la aceptación y la abundancia de los recursos
permite mejores análisis, haciendo así más efectivo el contacto con la comunidad para que a
futuro conozca las especies, utilice los frutos, valore el conocimiento tradicional asociado y
garantice su consumo y conservación.
3. Marco teórico:
3.1 Productos Forestales No Maderables: Concepto e importancia En los años recientes se han contemplado alternativas para mejorar el desarrollo rural
incluyendo a los Productos Forestales No Maderables (PFNM) como medios de subsistencia y
conservación que podrían mitigar la pobreza y la inseguridad alimentaria (Alexiades &
Shanley 2004; López-Feldman et al. 2007). Según la FAO (siglas en inglés de la
Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación), los PFNM son
bienes de origen biológico, diferentes de la madera, derivados del bosque, de otras áreas
forestales y de los árboles fuera de los bosques; que pueden recolectarse de forma silvestre o
producirse en plantaciones forestales o sistemas agroforestales (Gonzáles 2003).
Si la explotación de los PFNM en áreas con algún grado de protección es planeada
adecuadamente, se generará bajo impacto ambiental y no se perjudicará el futuro de los
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recursos forestales y territoriales (Wong et al. 2001). Su efectividad como herramienta
aumenta cuando se incorporan mecanismos sociales, culturales y económicos para mejorar el
aprovechamiento (Cocks et al. 2008). Cuando los campesinos comprenden todos estos
mecanismos, se puede lograr una participación más justa en los beneficios de los bosques,
reservas, o lugares de donde se extraigan los recursos, pues así las comunidades pueden
conocer los recursos que poseen y valorarlos tanto cultural como económicamente (González,
2003). Ese conocimiento de los residentes locales acerca de los usos de las plantas ha
resultado en principalmente desde la observación empírica y la transmisión oral de generación
en generación (Estrada et al. 2007)
3.2 Los frutos como PFNM Dentro de las actividades extractivas de PFNM, la cosecha de frutos es la que tiene menor
impacto ecológico comparativamente con el de otros tejidos vegetales (Alexiades & Shanley
2004). Explotarlos sosteniblemente y optimizar su uso podría también disminuir el deterioro
ambiental, ya que al ser altamente adaptables a los nichos agroecológicos podrían sobrevivir
con muy bajos insumos agrotecnológicos (Angels & Valles 2002).
Debido a que muchos de los alimentos cultivados considerados como tradicionales, base de la
alimentación mundial, han ido perdiendo su diversidad genética, además de hacerse cada vez
menos accesibles a las comunidades pobres, amenazando la posibilidad de suplir sus
necesidades alimenticias (Perez-Agis et al. 2005), es preciso conservar recursos genéticos de
variedades silvestres de plantas similares a las cultivadas, ampliando así las posibilidades de
mejoramiento genético y fitopatológico (Padulosi & Hoeschle-Zeledon 2004). Si bien en la
actualidad se conoce muy poco sobre las plantas silvestres y su incorporación en los esquemas
de manejo agrosostenible (Shrestha & Dhillion 2006), todos los frutos consumidos
masivamente en la actualidad fueron en algún momento silvestres, consumidos al ser
encontrados en el campo y poco a poco se incluyeron en los cultivos tradicionales (Tardío et
al.. 2006). Por ejemplo en las comunidades andinas, muchos de los frutos son alimentos de
consumo esporádico, mientras que otros formaron paulatinamente parte de la cultura y
culinaria local llegando a expandir su consumo (Sanjinés et al. 2006). En la actualidad del
medio millón de especies de plantas descubiertas, solo cerca de 3000 han sido usadas en algún
momento como cultivos agrícolas y únicamente 150 especies han sido cultivadas a gran
escala (Ali-Shtayeh et al. 2008).
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3.3 Los frutos silvestres como elementos integradores de las comunidades Históricamente casi todas las frutas americanas fueron despreciadas por los europeos,
refiriéndose a ellas con adjetivos despectivos y afirmando que no eran dignas de ser
consumidas por los seres humanos. Fue entonces cuando se Iniciaron plantaciones de los
frutos europeos, y se dejó paulatinamente de lado el uso de los frutos nativos. A esto se sumo
que muchas personas relacionaron el consumo de ciertas frutas con trastornos digestivos, ya
que los colonizadores consideraban que casi todas las frutas eran ásperas y secas, además de
indigestas por provenir de tierras tan húmedas (Patiño 2002). Así mismo se generalizo la idea
de que la comida nativa tenia menor valor nutricional, para poder así hacer que el
conocimiento ancestral fuera dejándose de lado rápidamente (Turner & Turner 2008)
En la actualidad las comunidades rurales son las que dependen más directamente de los
servicios y bienes ambientales directos y desafortunadamente la gran mayoría habita en la
pobreza y sufre de malnutrición (FAO 2005). Su subsistencia depende de los recursos
producidos en pequeñas parcelas agrícolas o semi-agrícolas y de los extraídos directamente de
las áreas naturales aledañas (High & Shackleton 2000). Para este tipo de comunidades el uso
de frutos nativos constituye un recurso alimenticio importante, fácilmente cultivable alrededor
de sus viviendas (Sanjinés et al. 2006). Infortunadamente con el paso de los años, aunque las
especies existan y pudiesen ser explotadas, se va perdiendo la costumbre de consumirlas
(Pieroni et al. 2005).
Se ha constatado en estudios como el realizado en la zona rural de Bogotá por Liévano-Fiesco
y Tobar-Vargas (2008), que tras analizar los componentes de disponibilidad, consumo y
calidad de alimentos, la comunidad en general tenia acceso insuficiente a alimentos de
calidad. Por esto incluir los frutos silvestres podría ser una alternativa para complementar la
dieta. El afianzamiento o reincorporación del consumo de los frutos permitiría adicionalmente
que las comunidades campesinas pudieran adquirir pequeños beneficios económicos mediante
su venta o procesamiento, promoviendo así el interés en la conservación y el mantenimiento
de especies localmente importantes (Balemie & Kebebew 2006).
Además, los productos locales son bien acogidos por los pobladores urbanos interesados en
redescubrir productos y recetas exóticos, dada la nueva estética nutricional en la que se busca
rescatar la comida orgánica y ancestral, a la cual se atribuyen propiedades benéficas. Esto es
importante pues a largo plazo para poder sostener la diversidad alimentaria los esfuerzos
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deben estar enfocados a mantener las conexiones de los alimentos con su herencia cultural,
revalorando el conocimiento tradicional (Pieroni et al. 2005, Tardío et al. 2006), representado
en la memoria acumulada durante años por los campesinos, proveniente de la experiencia
directa con la naturaleza y con cada una de las especies de frutos silvestres (Dogan et al.
2004). Son las personas más adultas de las comunidades en quienes yace mayor conocimiento
y quienes pueden conocer alternativas propositivas aplicables al uso de los frutos (Toledo
2005).
Recuperar y preservar ese saber asociado, es de particular importancia para las comunidades
rurales y los pequeños agricultores, ya que podrían llegar a cultivar dichas especies e
incluirlas en su dieta mejorando su seguridad alimentaria (Sanjinés et al. 2006). Restituir esas
especies en la canasta alimenticia básica familiar campesina, brindaría alternativas a los
habitantes rurales y les permitiría recuperar parte de su pasado perdido, para poder
transmitirlo como herencia a los mas jóvenes (Ali-Shtayeh et al. 2008). Es crucial, bajo este
punto de vista, determinar cuáles especies han de priorizarse.
3.4 Criterios para determinar el potencial de los frutos Inicialmente deben enfocarse las especies más promisorias (Asfaw & Tadesse 2001), es decir,
las que según varios criterios tengan mayor potencial. Para poder reconocer el potencial para
consumo alimenticio humano de las especies de frutos silvestres pueden tenerse en cuenta
varios aspectos, siendo los más importantes: la aceptación cultural, la abundancia y calidad
del fruto. Los frutos silvestres mas usados provienen de plantas que son muy abundantes, por
lo que constituyen recursos comunes a las personas (Arenas & Scarpa 2007).
Adicionalmente la aceptación cultural, garantiza que el fruto sea consumido e incluido en la
vida diaria de las comunidades, pudiendo abrir espacio a la inclusión de alimentos en la dieta
como elementos de mejora de la seguridad alimentaria (Tukan et al. 1998). A futuro esto
podría motivar mas estudios para esas especies que aún no han sido suficientemente
investigadas (Lentini & Venza 2007).
El potencial de los frutos ha sido estudiado por diferentes autores, en estudios realizados en
áreas de 0.1 hectáreas, siempre y cuando se tenga en cuenta la independencia de las
observaciones a lo largo de los transectos. Las mismas apreciaciones se tuvieron en cuenta
para estudios realizados por Farias et al. (2007), así como para analizar la abundancia de
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plantas proveedoras de frutos a lo largo de cuadrantes y transectos fenológicos por Stevenson
et al. (1998).
Una de las metodologías pertinentes para este fin, en los estudios etnobotánicos que buscan
obtener información acerca de PFNM, es la aplicación de cuestionarios a las personas
mayores de 18 años de la comunidad como puede constatarse en los estudios realizados por
Letsela et al. (2003), Sundriyal et al. (2004), Borgen et al. (2005), Parlee et al. (2006),
Shrestha & Dhillion (2006), entre otros.
De igual forma las evaluaciones de potencial en las que se incluyan aspectos sociales deben
partir de encuestas, en las que se examine la experiencia previa y la percepción de potencial
(Batista & Prado 2000). Características de los frutos como sabor, tamaño, periodo de cosecha
y capacidad de ser almacenados usualmente afectan la preferencia; se ha evidenciado que
cuando las comunidades consideran un fruto como parte importante de su dieta lo emplean en
preparaciones elaboradas (Jin et al. 1999). Por ejemplo en cuanto al tipo de consumo se ha
observado que los frutos crudos por lo general son consumidos directamente sin ningún tipo
de procesamiento durante las actividades agrícolas (Balemie & Kebebew 2006), mientras que
los frutos cocinados o conservados se incluyen en la preparación de comidas y bebidas
tradicionales de las comunidades dándoles un valor cultural adicional (Pieroni et al. 2005).
En muchos casos estos frutos se consumen solo si no hay más opciones, siendo percibidos
como recursos para épocas de escasez; algunas personas consideran que este tipo de frutos
requieren demasiado tiempo de recolección, por lo que prefieren cultivar especies comerciales
o comprar su comida. Habitualmente pocas personas, gustan del sabor de las especies
silvestres, disfrutan su consumo y lo incluyen en su vida diaria (Pardo de Santayana et al.
2005).
Es importante resaltar que muchas especies silvestres comestibles pueden suplementar los
requerimientos nutricionales, especialmente vitaminas y micronutrientes (Ali-Shtayeh et al.
2008). Por todo esto es imprescindible que la población local que usa determinados PFNM,
comprenda el fundamento de los estudios que se realizan, pues ellos pueden adaptar y mejorar
los métodos de realización del estudio según sus conocimientos y así incrementará su nivel de
compromiso con las propuestas que surjan y fortalecerá el aprendizaje en ambos sentidos
(Wong et al. 2001).
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Aunque para bosques altoandinos no existen hasta el momento estudios que integren
resultados ecológicos y etnobotánicos, este tipo de estudios es ampliamente usado para
determinar el valor de uso de las especies en las comunidades. Se entiende como valor de uso
el número de usos y el número de veces que una comunidad refiere sobre una especie.
Por ejemplo en estudios realizados por Farias et al. (2007), se buscaba saber si la
disponibilidad de las plantas maderables medida en abundancia explicaba su valor de uso
dentro de la comunidad, para lo cual se realizaron encuestas y entrevistas. En estudios
similares realizados en la zona pacifica colombina por Galeano (2000) se encontró que la
abundancia esta relacionada directamente con el numero de usos que de una comunidad a una
especie.
3.5 Los frutos silvestres en Colombia En Colombia el programa de mercados verdes del Ministerio de Vivienda Ambiente y
Desarrollo Territorial, reconoce a los frutos exóticos como parte de los PFNM con amplio
potencial, a pesar de su carácter poco común. Entre los frutos exóticos colombianos
actualmente explorados, se encuentran: Chontaduro (Bactris gasipaes Kunth), Guacure
(Poraqueiba serieca Tul.), Caimo (Pouteria caimito (Ruiz & Pav.) Radlk.), Maraco
(Theobroma bicolor Bonpl.), Uva caimarona (Pourouma cecropiifolia Mart.), Marañón
grande (Anacardium giganteum W. Hancock ex Engl.), los guamos (Inga edulis spp. Mart.) y
agraz (Vaccinium spp L. ) (González 2003).
La mayor recopilación de información realizada en el país acerca de los frutos silvestres, fue
publicada en el libro de Frutas Silvestres de Colombia (Romero 1991), donde se contemplan
muchas de las especies consumidas en todo el territorio. Por su parte el libro de Frutas de
Colombia (Sarmiento 1986), incluye tanto especies silvestres como cultivadas; sin embargo
desde esos años no se ha publicado actualizaciones o nuevas ediciones.
Existen referencias a los frutos silvestres en otros libros publicados como: Plantas útiles de la
amazonia (Acero 1979), Plantas útiles de Colombia (Pérez- Arbeláez 1936 primera edición,
Pérez-Arbeláez 1996 quinta edición), Plantas útiles de la Cuenca del Orinoco (Acero 2005),
Catalogo Ilustrado de plantas de Cundinamarca Volúmenes V-VIII publicados por la
Universidad Nacional de Colombia en 1966.
10
En años mas recientes gracias a los estudios realizados por el Convenio Andrés Bello, han
sido publicados las cartillas y videos de la Serie de guías didácticas para el cultivo, cría,
manejo, conservación y aprovechamiento sostenible de fauna y flora promisoria. Dentro de
esta serie han sido incluidos frutos silvestres como el araza (Eugenia stipitata), la uva de
monte (Macleania rupestris) y el árbol del pan (Artocarpus artilis), entre otros. De los frutos
estudiados en este proyecto, la uva de monte es la especie que ha sido mas estudiada (Acero
& Bernal 2003). Últimamente también se despertó gran interés por usar sosteniblemente el
agraz, como se refleja en diversos estudios: (Medina & Lobo 2004) (Medina & Lobo 2007) y
cartillas apoyados por Corantioquia (Escobar 2009).
3.6 Los frutos silvestres en la Sabana de Bogotá asociados al bosque altoandino
Muchos de los bosques altoandinos que albergan a las especies de plantas con frutos silvestres
se han ido perdiendo y fragmentando con el paso del tiempo; los relictos actuales
corresponden al 31% de la cobertura boscosa original y quedaron inmersos en paisajes
rurales-agrícolas con pequeños asentamientos humanos, donde son usadas como lugares de
extracción indiscriminada de leña-madera, frutos y diversos productos empleados en medicina
tradicional (FAO & IAvH 2006).
El deterioro al que se ven sometidos estos bosques es efecto de la extracción desmedida de
recursos mediante prácticas dañinas tales como tala de bosques para cultivar papa, quema del
bosque para iniciar cultivos hortícolas, drenaje de lagunas para habilitar zonas para pastoreo
de ganado, empleo de insumos agrícolas contaminantes, introducción de especies foráneas,
entre otros (Mendivelso 2003).
Estos ecosistemas son ricos en flora y requieren estudios para determinar que tan rentable
puede ser el aprovechamiento de las especies nativas mediante la extracción sostenible
pudiendo así mejorar el entorno socio-económico comunitario, la protección del agua, del
suelo y de las condiciones ecológicas (Acero & Bernal 2003). Además, debido a que en los
bosques altoandinos la diversidad agroecológica se ve limitada por el descenso de la
biotemperatura, y esto incide negativamente en las condiciones socioeconómicas de las
comunidades, es fundamental aumentar el número de estudios enfocados a la domesticación
de especies y genotipos promisorios para ser cultivados (Madriz 1999)
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En la Sabana de Bogotá existen muchas especies de plantas que producen frutos silvestres con
posibilidades de ser domesticados y asi difundir su consumo, entre las que se incluyen: el uvo
de anís (Cavendishia bracteata (Ruiz & Pav. ex J. St.-Hil.) Hoerold), la uva camarona
(Macleania rupestris (Kunth) A.C. Sm.), el mortiño (Hesperomeles goudotiana (Kunth) A.C.
Sm.). También deben considerarse: el arrayán (Myrcianthes leucoxyla (Ortega) McVaugh), el
cerezo criollo (Prunus serotina Ehrh.), la curuba (Passiflora adulterina L. f.), el curubito de
indio (Passiflora mixta L. f.) y la curuba de monte (Passiflora reportada como posible
bogotensis Benth.) (García et al. 2006, Romero 1991). En el libro de Los cerros orientales y
su flora (Garcia et al. 2006), se indican las especies comestibles dentro de la recopilación de
especies realizada para los cerros orientales de Bogotá.
3.7 Reserva Biológica Encenillo
Esfuerzos encaminados a proteger y usar sosteniblemente los relictos de Bosque Alto Andino,
permitieron la consolidación de la Reserva Biológica Encenillo (Guasca, Cundinamarca),
como parte de las reservas de la Fundación Natura. Su vegetación está compuesta por un
mosaico de bosques (58%), que hacen parte de uno de los últimos relictos de bosque de
Encenillo (Weinmannia tomentosa H.B. & K.) aledaños a la sabana de Bogotá, matorrales
(10%) y potreros (32%). (Martínez et al. 2005).
Los habitantes de las zonas cercanas extraen en muy pequeñas cantidades los recursos de la
reserva (Martínez et al. 2005), incluyendo los frutos silvestres. Sin embargo la comunidad
subutiliza estos recursos, por lo que se busca promover su uso sostenible tanto en el área de la
reserva como en zonas circundantes.
Los relictos de bosque agrupados en esta reserva, se encuentran altamente fragmentados e
intervenidos, parte de las áreas están destinadas a la implementación de sistemas de
producción ganadera y de papa, siendo esta la principal fuente de sustento de la comunidad
campesina de la zona (Martínez et al. 2005). La reserva alberga diversas especies de plantas
cuyos frutos pueden ser consumidos por los humanos.
12
4. Objetivos:
4.1. General Identificar las especies proveedoras de frutos silvestres con mayor potencial de
aprovechamiento para consumo humano en el área de la Reserva Biológica Encenillo, de
Guasca, Cundinamarca.
4. 2 Específicos
4.2.1 Caracterizar las especies de plantas proveedoras de frutos silvestres más abundantes
presentes en los diferentes tipos de cobertura vegetal de la zona de estudio.
4.2.2 Describir el tipo y frecuencia de consumo de los frutos silvestres por parte de la
comunidad en la zona de estudio, así como el conocimiento tradicional asociado a éstos.
4.2.3 Valorar el potencial para consumo alimenticio de las especies de interés a través de la
abundancia y la aceptación cultural.
5. Metodología:
5.1 Área de estudio
5.1.1 Ubicación
La Reserva Biológica Encenillo, se encuentra ubicada en la vereda La Trinidad (sector Pueblo
Viejo) del municipio de Guasca, departamento de Cundinamarca, Colombia, a
aproximadamente una hora de distancia del norte de Bogotá. La reserva tiene una extensión
de 186.79 hectáreas, se ubica entre los 2800 y 3200 m.s.n.m. El centro de visitantes e
investigadores se localiza a 3245 m.s.n.m, en las coordenadas Norte 04º 47’50.8’’, Oeste 73º
54’ 43.4’’ Por su clasificación climática se encuentra en una zona muy fría, húmeda,
monomodal (Ver anexo 1).
5.1.2 Vegetación
Como se había mencionado existen tres coberturas dominantes en la reserva: Bosques
relictuales de encenillo, matorrales y pastizales. Los bosques presentan varios estratos
13
vegetales, la altura del dosel varía entre 10 y 18 metros, poseen gran abundancia de epifitos
como orquídeas, bromelias y helechos. Dentro de las familias más representativas, en orden
de importancia se encuentran: Ericaceae, Cunnoniaceae, Melastomataceae, Myrsinaceae
Asteraceae, Loranthaceae y Winteraceae (Martínez et al. 2005).
Las especies más comunes en estos bosques, además del encenillo son: eanelo de páramo
(Drymis granadensis L.F), gaque (Clusia multiflora H.B.K.), pegamosco (Befaria resinosa
Mutis ex L. f.), uva camarona (Macleania rupestris (Kunth) A.C. Sm.), los cucharos (Myrsine
coriaceae (Sw.) R. Br. ex Roem. & Schult. y Geisanthus andinus Mez) y el tuno (Miconia
squamulosa Triana) (Martínez et al. 2005).
En los bosques se puede distinguir también la franja denominada como el “Cordón de
Ericáceas”; en ésta se combinan elementos del bosque altoandino y de los páramos
subyacentes, por lo que se considera una franja de transición entre ambos. Además esta franja
posee especies vegetales exclusivas, siendo un sistema con gran variedad de atractivos
alimenticios para diferentes especies animales (Brand 1995). Las ericáceas son subarbustos y
arbustos, usualmente se encuentran en suelos ácidos o arenosos y la fecundación de las flores
es realizada por insectos y colibríes (Montes & Eguiluz, 1996).
Se incluyen también en las especies asociadas a los bosques altoandinos: quebroyo (Bucquetia
glutinosa), uvito venenoso de páramo (Gaultheria anastomosans), reventadera (Gaultheria
erecta), amargoso (Ageratina aristeii), romero (Diplostephium rosmarinifolium) y el
cordoncillo (Piper bogotense) (Martínez et al. 2005).
En el matorral pueden identificarse las siguientes especies: retamo espinoso (Ulex europaeus
L), arboloco (Polymnia pyramidalis Triana), zarzamora (Rubus bogotensis), curuba
(Passiflora spp L.), chilca (Baccharis latifolia (Ruiz & Pav.) Pers.), mano de oso (Oeropanax
floribundum (H.B.K.) Decne & Pl.), aliso (Alnus acuminata H,B.K.) (Martínez et al. 2005).
En el potrero predominan las asteraceas y polygonaceas. Las especies más comunes son:
pasto raigrás (Dactylis glomerata L.), revancha (Raphalus raphanistrum L.), achicoria
(Hypochoeris sessiliflora H. B. K.), botoncillo (Polygonum mepalense Meisn.), guaba
(Phytolacca bogotensis Kunth in H.B.K.), acedera (Rumex acetosella L.), diente de león
(Taraxacum officinale Webb) y lengua de vaca (Rumex crispus L.).
14
5.2 Población de estudio y muestra:
5.2.1 Especies de plantas proveedoras de frutos silvestres
La población incluyó todos los individuos de nueve especies proveedoras de frutos silvestres
aptos para consumo humano (Rubus sp.1, Rubus sp. 2, Passiflora 1, Passiflora 2, Macleania
rupestris, Cavendishia bracteata, Miconia ligustrina, Hesperomeles goudotiana, Myrcianthes
leucoxyla) cuya presencia fue constatada en campo en la Reserva Biológica Encenillo. El total
de individuos de las especies mencionadas hallados en los 8000 metros cuadrados o 0.8
hectáreas abarcadas con los 40 transectos realizados constituyeron la muestra.
5.2.2 Comunidad campesina
Todas las personas cuyas viviendas se ubican en la vereda La Trinidad incluyendo el sector de
El Salitre y Pueblo Viejo constituyeron la población de estudio. En esta vereda se encuentra
ubicada la Reserva Biológica Encenillo. Para la muestra se determinaron 4 clases de edad:
Niños (De 8 a 12 años), Jóvenes (14 a 17 años), Adultos (De 22 a 48 años) y Adultos mayores
(De 55 a 80 años). En total se completaron 40 personas: 10 personas dentro de cada clase de
edad (5 de género masculino y 5 de género femenino).
5.3 Reconocimiento de la zona de estudio y de las especies de plantas proveedoras de frutos silvestres presentes Tras la recopilación y revisión de la información pertinente para el tema y la zona de estudio,
se realizó una síntesis de las especies silvestres proveedoras de frutos con distribución
probable en la Reserva Biológica Encenillo. Posteriormente se realizaron recorridos por la
reserva para comprobar la presencia de cada una de las especies probables, incluyéndolas así
en una lista, siendo estas las especies con que se iba a trabajar durante el estudio. Durante
estos recorridos se reconocieron también los tipos de cobertura presentes en la reserva y las
diferencias entre los bosques.
Durante los recorridos de reconocimiento se tomaron fotografías de cada una de las especies
con una cámara digital Samsumg Digimax® A 503 de 5 megapixeles, y se recolectaron
muestras botánicas para preservar en papel contact transparente y para procesar como
exsicados botánicos.
5.4 Elaboración fichas técnicas
15
Con el fin de crear un producto tangible y útil para la reserva, se realizaron fichas técnicas de
cada especie y sus frutos, permitiendo una clara identificación. Para esto se realizó un
recorrido final en el cual se recolectaron varias muestras de cada uno de los frutos, para ser
llevadas al laboratorio de Botánica Económica de la Pontificia Universidad Javeriana, allí
fueron fotografiadas con una cámara Canon Powershot® S5IS.
También fueron medidas con un calibrador y su silueta se dibujó en papel milimetrado.
Igualmente todos los frutos fueron llevados al laboratorio de fisiología vegetal para ser
pesados en una balanza analítica registrando 4 decimales. El número de semillas fue contado
hasta donde fue posible, si las semillas eran mas de 100 se consideraban como muy
numerosas.
Adicionalmente el pH de la parte comestible de los frutos (mesocarpo y endocarpo) fue
medido con tiras de papel indicador universal con escala de comparación cromática con viraje
de 1 a 10 a temperatura ambiente. Los frutos estaban totalmente maduros con excepción de
las dos especies de Pasiflora spp. a las que aún faltaba un poco para terminar su maduración.
Los exsicados recolectados fueron llevados al herbario de la Pontificia Universidad Javeriana
con el fin de ser secados, identificados e ingresados en la colección, así mismo se ingresaron
muestras de los frutos en la colección.
5.5 Estudio de la abundancia de la especie Inicialmente sobre el mapa de la reserva se resaltaron los 4 bosques de mayor tamaño; al
indagar acerca del estado de cada bosque, según su uso previo, y el tipo de actividades
actuales realizadas en éstos, se observó que de cada uno se podía obtener información
diferente, brindando así mayor representatividad de los bosques de la reserva.
Buscando que el muestreo fuera representativo para toda la reserva, y con el fin de crear
recorridos manejables logísticamente se demarcaron 4 bosques (Ver anexo 2), estos
corresponden en parte con el uso y el estado de conservación:
- El Bosque número uno (1) se ubica al sureste de la casa: al llegar a la cerca que divide la
zona de la reserva abierta a turistas, se cruza esta cerca y se continua por ese mismo camino,
el punto más alto se encuentra a unos 40 minutos caminando. Se observó el bosque mejor
preservado de Weinmmania tomentosa, rodeado de cultivos de papa. Los puntos
muestreados se ubicaron entre los 3074 y 3207 m.s.n.m.
16
- El Bosque dos (2) es el que se encuentra más cerca de la casa, es la zona en la que están
habilitados dos de los senderos turísticos de la reserva, así como el alto donde se ubica la
bandera. Los puntos muestreados se ubicaron entre los 3102 y 3174 m.s.n.m. Contempla el
sector de “La Caracas”.
- El Bosque tres (3) está ubicado hacia el sector de Pueblo Viejo; en este se encuentra el
horno, limita con el camino conocido como “La caracas” y los puntos muestreados se
ubican entre los 2927 y 2998 m.s.n.m.
- El Bosque cuatro (4) se ubica hacia el sector de La Trinidad; se observó un parche de
bosque delgado rodeado por pastizales, los puntos muestreados se ubicaron entre los 2928 y
3033 m.s.n.m.
Sobre un mapa impreso de la reserva se trazaron puntos fácilmente identificables en campo en
cada uno de los cuatro bosques, al llegar a cada uno de esos puntos, con la ayuda de la
brújula, se tomaba un rumbo al azar que apuntara dentro del bosque y se elegía en orden
desde una tabla el número de minutos determinados a caminar en el interior del bosque, dicha
tabla se baso en una de números al azar. Al finalizar el recorrido se clavaba una estaca con un
banderín a partir de la cual iniciaba el transecto en el interior del bosque, para demarcar el
transecto se seguía el mismo rumbo con el que se había caminado.
Cada transecto de interior de bosque fue de 50 metros de largo por 4 metros de ancho, cada 10
metros se clavaban estacas para hacerlo más observable y el ancho se media con otra estaca
de 2 metros con la cual se caminaba a lado y lado del transecto demarcado. Para los transectos
de borde se escogían lugares fácilmente identificables en el mapa (por ejemplo intersecciones
de caminos) y que estuvieran en lo posible rodeando el bosque que se muestreaba, los 4
metros de ancho siempre eran medidos del borde hacia el interior del bosque.
Fueron realizados 5 transectos en el interior de cada bosque y 5 en el borde, completando 10
transectos por bosque, para un total de 40 transectos en los 4 bosques, se abarcaron 8000
metros cuadrados o 0.8 hectáreas en total. Los transectos abarcaron un área 4 veces mayor a la
mínima recomendada para obtener resultados en este tipo de muestreos, reportada por Wong
et al. (2001).
En el interior de los transectos se realizó un censo registrando la presencia de individuos
pertenecientes a cada una de las 9 especies previamente determinadas. A lo largo de los
17
recorridos se contabilizaron únicamente los individuos que estuvieran en el interior o entraran
en contacto con el transecto, cada individuo se contabilizó como uno. En el caso de las
especies de Rubus los tallos más gruesos, visibles y distanciados entre sí, se contabilizaron
como un individuo.
Los datos por cada especie fueron registrados en una matriz en la libreta de campo, además de
la descripción general del bosque o borde y siempre que fue posible se registraron las
coordenadas geográficas (Ver anexo 3) y altitud desde la estaca clavada al inicio del transecto.
Posteriormente todos los datos registrados en campo se organizaron en una matriz en Excel ®.
De esta manera se obtuvo el número de individuos totales por especie en todos los transectos
trazados, con esto se crearon 3 rangos de plantas: muy abundantes, abundantes y poco
abundantes. En orden descendente, se ubicaron las 3 especies con mayor número de
individuos dentro de la categoría de muy abundante y así sucesivamente tres especies por
categoría hasta agotarlas.
5.6 Recolección de información etnobotánica Fueron aplicadas las encuestas a las personas con las cuales fue posible hablar, hasta
completar el número establecido de muestra en cada grupo de edad; en total 40 personas, 20
de cada sexo. Las encuestas fueron aplicadas entre el 25 y 27 de febrero y entre el 14 y 16 de
abril de 2009.
El grupo de los niños y niñas fue encuestado en la Escuela Departamental San Roque con la
colaboración de la profesora de la sede, quien autorizó su participación en el estudio. Los
jóvenes en su mayoría fueron entrevistados en el Colegio Departamental de El Carmen, allí se
contó con la aprobación del rector del colegio y los profesores a cargo para la aplicación de
las encuestas; el único joven que no se encuestó en el colegio se encontraba en compañía de
su padre en una de las casas de la vereda. En cuanto al grupo de los adultos y adultos mayores
fueron visitados en sus casas, lugares de trabajo o en el paradero de los buses ubicado en la
zona de El Salitre.
Después de explicarles el propósito y la metodología del estudio, se procedía a diligenciar el
cuestionario (Ver anexo 4) registrando información personal acerca de la edad, ocupación,
sexo y el tiempo que las personas llevaban viviendo en la zona; durante el diligenciamiento de
18
los cuestionarios se resolvían las dudas de los encuestados. Todo esto se registró con la ayuda
de una grabadora periodística, según recomendaciones propuestas por Blanco-Castro (1996).
Con el fin de diligenciar las encuestas se procedía a entregar muestras de cada una de las 9
especies preservadas en papel contact transparente, además de fotografías de 10x15cm de las
especies y sus frutos, forradas en contact para evitar su deterioro. Para determinar si la
persona identificaba la especie se le preguntaba si conocía la planta de cada muestra y foto y
si sabía cómo se llamaba. Algunas de las fotografías fueron facilitadas de la colección
personal del botánico Néstor García, otras fueron tomadas durante los recorridos de
reconocimiento de la reserva.
Una vez las personas afirmaban reconocer la planta y/o sus frutos, se procedía a aplicar un
cuestionario semiestructurado de 10 preguntas idénticas para cada una de las especies
Metodologías similares han sido aplicadas por Letsela et al. (2003), Parlee et al. (2006) y
Sundriyal et al. (2004). Si no los reconocían se preguntaba si habían escuchado el nombre
común, y se pedía una breve descripción de la planta, y las características por las cuales no se
asemejaba a las muestras y fotografías. Adicionalmente se preguntaba si la persona sabia si la
especie producía frutos comestibles o no.
Cuando era positiva la respuesta de reconocimiento, se proseguía con el cuestionario,
realizando preguntas sobre el reconocimiento de la especie, el reconocimiento de los frutos, su
frecuencia de uso, la aceptación o gusto por el sabor de la fruta, la existencia de preparaciones
asociadas, la percepción de potencial alimenticio de la especie, y finalmente la existencia de
usos adicionales y referencias de la especie en la cultura popular (mas específicamente
historias, cuentos, canciones, leyendas y adivinanzas) (Ver Anexo 4).
Una vez fue completada la muestra se agruparon los datos en una matriz en Excel ®, se
sumaron las respuestas en cada pregunta por grupo de edad, por sexo y en el total de la
población, de igual forma se obtuvieron porcentajes. Se realizó una ponderación de la
información obtenida mediante las encuestas, modificando una metodología ampliamente
aplicada en ciencias sociales en trabajos como los propuestos por Olivares et al. (2005),
Pinuer et al. (2006) Batista y Prado (2000). Inicialmente se organizaron los aspectos que
fueron considerados como los más importantes dentro de la aceptación cultural para esta
comunidad, es decir: reconocimiento de la especie y frutos, frecuencia de uso, sabor
19
agradable, preparaciones y recetas asociadas, forma de uso, usos adicionales y referencias en
cultura popular.
A cada uno de esos aspectos se asignó un valor siendo algunos más importantes que otros,
debido a que los ítems dentro de algunos de esos aspectos eran excluyentes y otros no, el total
de los puntos asignados da un total de 110 puntos, sin embargo el puntaje máximo posible es
de 100 puntos (Ver anexo 7).
Con la tabulación de respuestas por especie, se obtenía el porcentaje dentro de cada opción de
respuesta para las preguntas tenidas en cuenta en la ponderación (preguntas 1,2,5,6,7,8) (Ver
anexo 4). Dichos porcentajes se multiplicaban por el valor de ponderación correspondiente
obteniendo así el valor parcial de cada pregunta. Por último se sumaban todos los valores
ponderados en cada pregunta por especie, y dicho valor final se ubicaba dentro de una tabla
para ser ordenado de mayor a menor. De esta manera se diferenciaban las especies en 3
categorías con valores altos, intermedios y bajos, correspondiendo 3 especies a cada categoría.
5.7 Integración de la información Fueron observados en paralelo para cada especie los resultados obtenidos en la clasificación
de las especies según su abundancia y los valores provenientes de la ponderación de los
aspectos indicadores de aceptación cultural. Se crearon 3 categorías: especies con alto, medio
y bajo potencial para facilitar la presentación de los resultados, dándosele más peso a los
resultados obtenidos en la ponderación del potencial.
Posteriormente se identificaron visualmente las posibles combinaciones resultantes:
- Especies con alto potencial: Valores altos en abundancia con altos en ponderación,
altos en abundancia con intermedios en ponderación
- Especies con medio potencial: Valores intermedios en abundancia con intermedios
en ponderación, bajos en abundancia y altos en ponderación
- Especies con bajo potencial: altos en abundancia con bajos en ponderación,
intermedios en abundancia con bajos en ponderación y bajos en abundancia con
bajos en ponderación
Se seleccionó una de las especies con alto potencial como la sugerida para iniciar el proceso
de revaloración dentro de la comunidad. Como complemento se puntualizan los aspectos
20
críticos a trabajar para continuar la recuperación del valor de los frutos silvestres en esta
comunidad, igualmente fueron diseñadas fichas técnicas para cada especie con sus respectivos
frutos (Ver anexo 8).
6. Resultados:
6.1 Identificación de las especies de plantas proveedoras de frutos silvestres presentes en la Reserva Biológica Encenillo 6.1.1 Especies con distribución posible para la zona
Dentro de la revisión bibliográfica realizada en diferentes textos, se determinaron las especies
probables, esta información fue confrontada con el informe disponible que reportaba las
especies confirmadas en la reserva. Finalmente se concluyó se esperaba encontrar las
siguientes especies:
- Macleania rupestris
- Cavendishia bracteata, otras especies de Cavendishia spp. con frutos comestibles (p.ejm
Cavendishia cordifolia)
- Miconia ligustrina
- Hesperomeles goudotiana o Hesperomeles glabrata o Hesperomeles heterophylla
- Myrcianthes leucoxyla o Myrcianthes rophaloides,
- Diversas especies de Rubus spp. incluyendo: Rubus bogotensis, Rubus floribundus,
- Diversas especies de Passiflora spp.incluyendo: Passiflora adulterina, Passiflora mixta
y posibles híbridos de estas especies con Passiflora mollisima o Passiflora tarminiana.
6.1.2 Características botánicas y ecológicas básicas de las especies proveedoras de frutos
silvestres encontradas en la reserva
6.1.2.1 Rubus sp.1 y Rubus sp.2
Estas especies pertenecen a la familia Rosaceae. Pertenecen al genero Rubus que se encuentra
en toda Colombia desde los 500 hasta los 3500 m.s.n.m, crece generalmente en ambientes de
bosque altoandino y subpáramo; en zonas abiertas de claros y bordes de los caminos
(Pedraza-Peñalosa et al. 2005).
21
Este género es cosmopolita, contiene cerca de 250 especies, dentro de las que crecen
especificamente en las zonas altoandinas se caracterizan por formar bejucos espinosos
(subarbustos) de hojas digito-palmeadas, hojas alternas con tres foliolos, hojas de margen
aserrada y toda su superficie está cubierta con pelos rojizos y glandulares (Pedraza- Peñalosa
et al. 2005).
Debido a la dificultad para determinar las especies del género Rubus, se estableció como
carácter para diferenciar ambas morfoespecies de moras, el tamaño del arbusto y de los frutos.
La morfoespecie Rubus sp.1 presenta frutos grandes de color morado muy oscuro y forma
arbustos de gran tamaño hasta 4 metros de altura, los pétalos de las flores son color lila. La
morfoespecie Rubus sp.2 , por su parte, presenta frutos mas pequeños de color morado rojizo
y forma arbustos pequeños de hasta 1,50 metros del altura y con tendencia rastrera, los pétalos
de las flores son color blanco. Esto se deja mas claro en el numeral 7.1.3.1 y 7.1.3.2 así como
en las fichas técnicas de las especies y sus frutos (Ver anexo 5)
Los campesinos de la región reconocen a la morfoespecie Rubus sp.1 con el nombre común
de mora de piedra, mora grande o morón. A la morfoespecie Rubus sp.2 con el nombre de
mora silvestre, mora de Castilla o mora pequeña (Ver anexo 5 y anexo 6).
6.1.2.2 Passiflora sp.1
Debido a la dificultad en la determinación de las especies del genero Passiflora, se
diferenciaron dos morfoespecies, Passiflora sp.1 se caracteriza por ser trifoliolada y poseer
flores de color salmón rojizo, Passiflora sp.2 se caracteriza por ser unifoliada y poseer flores
de color fucsia o rojo intenso. La Passiflora sp. 1 se reconoce con el nombre común de
curubo o curuba de casa (Ver anexo 5 y anexo 6).
Posiblemente la Passiflora sp. 1 sea Passiflora mixta. No se puede asegurar debido a los
híbridos que pueden formar estas especies con otras como Passiflora mollisima, o Passiflora
tarminiana (Romero 1991). Sin embargo la descripción botánica se realiza basándose en los
caracteres comunes que comparte la morfoespecie hallada en la reserva con Passiflora mixta,
la información ecológica también corresponde a dicha especie.
6.1.2.3 Passiflora sp.2
22
Dadas sus características se considera que posiblemente esta morfoespecie sea Passiflora
adulterina, la descripción botánica se basa en los caracteres hallados en la morfoespecie y la
información ecológica corresponde a la encontrada en literatura sobre Passiflora adulterina.
Esta morfoespecie es conocida por los habitantes de las zonas cercanas a la reserva como
curubo de indio, curuba de monte o curubito.
Ha sido encontrada en la cordillera oriental, en Cundinamarca y Boyacá y en la cordillera
central en el Tolima. Crece entre los 2600 y 3500 m de altitud, siempre en piso térmico frío o
paramuno (Montes & Eguiluz 1996). Se encuentra en áreas abiertas con alta luminosidad
como potreros, bordes de bosque y orillas de caminos.
6.1.2.4 Macleania rupestris
Esta especie pertenece a la familia Ericaceae, subfamilia Vaccionioideae, tribu Thibaudieae;
se encuentra en países como Perú, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. En
Colombia está ampliamente distribuida en la región andina, entre los 2000 y 3900 m.s.n.m,
prospera muy bien en regiones con precipitación mayor a 600 mm por año.
Se encuentra fácilmente en los bosques andinos y matorrales de páramo, así como en los
bordes de camino, alrededor de los cultivos, e inclusive en zonas pedregosas y creciendo casi
verticalmente. En la zona de estudio se conoce con el nombre común de uva de monte o uva
camarona.
Las flores de esta especie producen mucho néctar por lo cual son visitadas por diferentes
especies de colibríes, quienes colaboran en la polinización de la especie. Se recomienda su
uso como cerca viva en zonas erosionadas y para iniciar la recuperación de la vegetación en
áreas frías (Brand 1995)
6.1.2.5 Cavendishia bracteata
Pertenece a la familia Ericaceae, se distribuye en toda la región Andina, entre los 1800 y 3600
m.s.n.m. Crece ampliamente en los bosques andinos, en los matorrales de subpáramo y
páramo, en bordes de caminos o de zonas abiertas como potreros. Esta especie ayuda en la
recuperación de terrenos erosionados y comúnmente se denomina uvo de anís.
6.1.2.6 Miconia ligustrina
23
Pertenece a la familia Melastomataceae, se ha encontrado en desde Perú hasta Venezuela
siempre en el piso térmico frió. En Colombia existe en la cordillera central y la cordillera
oriental del país, prospera entre los 2200 y 3800 m.s.n.m. Se encuentra en el bosque alto
andino, en los matorrales asociados al páramo y subpáramo; así mismo puede hallarse en los
bordes de caminos, o cercano a plantaciones de eucaliptos. Las personas que habitan cerca de
la zona de la Reserva conocen la especie con los nombres comunes de tuno, manzanitas,
esmeralditas.
Su madera se emplea en la fabricación de mangos para herramientas (Mendoza & Ramírez
2006), tiene potencial para utilizarse en reforestación, además ya que su madera es dura puede
ser empleada para elaborar postes (Romero 1991).
6.1.2.7 Hesperomeles goudotiana
Esta especie pertenece a la familia Rosaceae, se distribuye ampliamente en el piso térmico
frío (desde 2000 hasta 3400 m.s.n.m) en Perú, Ecuador y Colombia. Se encuentra en bordes
de caminos y zonas con alta luminosidad. Es conocido en la zona de estudio como mortiño.
6.1.2.8 Myrcianthes leucoxyla
Pertenece a la familia Myrthaceae, se distribuye en la Región Andina, entre los 1000 y 3200
m.s.n.m. Habitualmente se encuentra en los bosques andinos y matorrales de páramo, así
mismo en los bordes de bosque, carreteras y caminos. Su nombre común en las zonas
cercanas a la reserva es arraýan.
Esta especie es usada como maderable, se emplea por ejemplo para elaborar mangos de
herramientas y postes de cercas; también es propagada y usada como planta ornamental en
parques y jardines para reforestación. Adicionalmente es utilizada como medicinal para tratar
problemas dentales y coayudar en el tratamiento de la diabetes (García et al. 2003)
6.1.3 Descripción botánica básica, mediciones y usos culturales reportados en literatura
de los frutos encontrados en la reserva
6.1.3.1 Rubus sp.1
24
El fruto es una polidrupa, es carnoso, de color púrpura azulado oscuro al madurar; presenta
cáliz persistente y en el interior de cada drupa se encuentra una semilla grande y dura, razón
por la cual los habitantes de la zona la conocen como mora de piedra. Comparativamente con
la segunda morfoespecie los frutos son grandes y ácidos (Ver anexo 6).
En promedio el peso de una fruta es de 2,52 gramos (DS = 0,7421), su diámetro mayor de 25
milímetros y el menor de 16 milímetros. El exocarpo presenta una textura membranosa y es
de color morado azulado, el mesocarpo es acuoso, de color vinotinto. En el endocarpo se
encuentra la semilla dura, por lo cual la textura es pétrea, su color es vinotinto y sabe dulce y
acido a la vez, comparativamente el sabor es mas acido que Rubus sp.2. En total puede
contener 35 semillas aproximadamente en el interior de cada una de las drupas comestibles.
Todos los frutos de este género (incluyendo Rubus sp. 1 y Rubus sp. 2 pueden usarse para la
elaboración de mermeladas y jugos. Además se han usado en medicina popular como
infusiones o gargarismos para las anginas.
6.1.3.2 Rubus sp.2
El fruto esta constituido por numerosas drupas agregadas (polidrupa), es carnoso, presenta
cáliz persistente y de color rojo-oscuro al madurar. Los frutos si se comparan con los de la
primera morfoespecie son pequeños, y más dulces.
En promedio, los frutos, tienen un peso de 1,0435 gramos (DS=0,4231), el diámetro mayor es
20mm y el diámetro menor de 10 mm. El exocarpo es una membrana de color morado rojizo,
el mesocarpo es acuoso de color vinotinto. El endocarpo tiene una textura pétrea y contiene
una semilla suave de masticar, tiene un sabor entre dulce y acido, aunque menos acido que
Rubus sp. 1. Al realizar el conteo del número de drupas que conforman una fruta se hallaron
96, cada una contenía una semilla (Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.3 Passiflora sp.1
Los frutos son bayas ovoides, de color verde amarillento al madurar, suaves al tacto. La pulpa
que rodea cada semilla, o arilo, es de color amarillo salmón. Las curubas en general pueden
consumirse directamente, aunque su preparación mas popular en jugos y sorbetes (Romero
1991).
25
El peso de cada fruto puede ser variable, al medir uno de tamaño mediano sin madurar por
completo, su peso fue de 84 gramos. Así mismo su diámetro mayor fue de 64 mm, y su
diámetro menor de 27 mm. El exocarpo era una membrana de color verde amarillento, al
madurar se torna un poco mas amarilla sin perder por completo la tonalidad verdosa. La parte
comestible del fruto formada por el meso y el endocarpo, es decir el arilo, es esponjoso de
color naranja intenso al madurar, tiene sabor acido y muy numerosas semillas de color negro
(Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.4 Passiflora sp.2
Frutos en baya, ovados, de color amarillo-ocre en el exterior al madurar. Las semillas tienen
el arilo color naranja. Los frutos de esta especie suelen ser muy apreciados localmente (García
et al. 2003). Las curubas en general pueden consumirse directamente, aunque su preparación
mas popular en jugos y sorbetes (Romero 1991).
El tamaño de los frutos puede variar, al realizar mediciones en uno de tamaño mediano sin
madurar totalmente se encontró que su peso era de 30.0 gramos, el diámetro mayor de 95 mm,
el diámetro menor de 34 mm. El exocarpo es una membrana fuerte de color amarillo al
madurar, el meso y en endocarpo se fusionan para formar una estructura esponjosa (el arilo)
de color anaranjado al madurar y sabor acido, en su interior se encuentra una semilla de color
negro. (Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.5 Macleania rupestris
Los frutos son bayas, globosas, de color morado oscuro al madurar. Según Acero & Bernal
(2003) el peso promedio de los frutos es de 2.6 gramos, tienen un diámetro de 1.6mm y el
número promedio de semillas es de 96, dichas semillas son diminutas, las mas grandes
alcanzan 15 mm de diámetro.
Al medir los frutos obtenidos en la reserva pesaron 1.266 gramos en promedio (DS= 0.4053),
su diámetro mayor fué de 15 mm y el diámetro menor fué 10 mm. El exocarpo estaba
formando una membrana de color morado, el meso y endocarpo formaban una estructura
carnosa de color lila traslucido y sabor muy dulce. Posee numerosas y pequeñas semillas, 79
en promedio (Ver anexo 6 y anexo 8).
26
Los frutos mezclados con las flores en almíbar son una preparación deliciosa (Sarmiento
1986), pueden consumirse en forma de jugos, mermeladas, conservas, caramelos y almíbar.
Los frutos pueden consumirse frescos atribuyéndoseles propiedades medicinales, para tratar la
disentería y diarreas crónicas ya que son astringentes (Acero & Bernal 2003). También se
usan para hacer vino el cual tiene propiedades laxantes (Pérez-Arbelaez 1996).
6.1.3.6 Cavendishia bracteata
Fruto en baya, globoso, rosado verdoso al madurar, cáliz persistente en el ápice (Montes &
Eguiluz 1996). Glabro, dulce, con numerosas semillas, pequeñas y de color café claro. En
promedio el peso de un fruto fue de 0.75 gramos (DS=0.3126), el diámetro mayor 13 mm y el
diámetro menor de 8 mm. El exocarpo era membranáceo de color verde con manchas color
vinotinto, el meso y el endocarpo tenían textura carnosa, de color verde y sabor dulce. Las
semillas que se encontraban en su interior eran muy numerosas (Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.7 Miconia ligustrina
Fruto en baya globoso, según lo reportado por García et al. (2006), estos frutos son de color
verde claro con líneas longitudinales moradas. Sin embargo los encontrados en la reserva son
blanquecinos y tienen líneas sutiles de color morado. Tienen sabor agradable, dulce y son
muy apetecidos por moradores en las regiones altas del país (Romero 1991)
En promedio los frutos tienen un peso de 0.75 gramos (DS= 0.0103), su diámetro mayor es de
6 mm y su diámetro menor es de 4 mm. El exocarpo es una membrana de color blanco con
rayas verdes y moradas. El mesocarpo y endocarpo, tienen textura carnosa, color blanco y
sabor dulce. Las semillas en el interior son muy numerosas (Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.8 Hesperomeles goudotiana
Los frutos se comen a mano, también se emplean para elaborar mermeladas y los utilizan en
la alimentación de cerdos y aves de corral (Romero 1991). Estos dulces y astringentes frutos
hacen parte de los mas buscados por las aves en los bosques altoandinos (Montes & Eguiluz
1996).
Su peso promedio es de 0.3177 (DS= 0.1015), su diámetro mayor es de 11mm y su diámetro
menor es de 8mm. El exocarpo forma una membrana de color morado, el mesocarpo es de
27
textura carnosa arenosa, color vinotinto y sabor muy acido. Contenía 5 semillas en promedio
en su interior (Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.9 Myrcianthes leucoxyla
Fruto en baya, globoso, rojizo al madurar. Sabor dulce, suave y gustoso al paladar (Sarmiento
1986). Su peso promedio es de 0.82 gramos (DS= 0.2427), el diámetro mayor fue 15 mm, el
diámetro menor fue 9 mm. El exocarpo era membranáceo de color anaranjado intenso al
madurar. Meso y endocarpo tenían textura carnosa, eran color beige anaranjado y sabor acido.
Contenían entre 3 y 8 semillas en su interior, todo el fruto excepto las semillas es comestible
(Ver anexo 6 y anexo 8).
6.1.3.10 Resultados obtenidos de la medición del pH en todos los frutos
Tabla 1.Coloración obtenida al probar el pH de los frutos con papel tornasol
Numero Especie
Color aproximado Escala Cercana a
6 Cavendishia bracteata 4.2 5 Macleania rupestris 4 7 Miconia ligustrina 3.5 4 Passiflora 2 3.5 2 Rubus 2 3.5 3 Passiflora 1 3 1 Rubus 1 3 9 Myrcianthes leucoxyla 3 8 Hesperomeles goudotiana 2.7
Todos los frutos analizados mostraron virajes propios de disoluciones acidas oscilando entre
2.5 y un poco mas de 4 (Ver tabla 1). Respecto a las especies de curubas, se consideraron las
mediciones tomadas de las frutas a las que les faltaba un poco por madurar. En las mediciones
realizadas a las curubas compradas la coloración indicaba valores de pH cercanos a 3.5, según
esto se espera que posiblemente al repetir las mediciones en los frutos de las especies de la
reserva los valores de pH aumenten un poco.
28
6.2 Abundancia de las especies en la reserva
Figura 1. Abundancia total de las nueve especies estudiadas en los transectos en
la Reserva Biológica Encenillo.
En la Figura 1 en el eje X se muestran las especies y en el eje Y el numero de individuos
encontrados por transecto. En color verde se muestra el total para los transectos ubicados en el
bosque y en color naranja se indica el total para los transectos de borde.
Según esto la especie más abundante en borde es Rubus sp.1, seguida de Cavendishia
bracteata y luego de Macleania rupestris. En el interior del bosque las especies más
abundantes son: Cavendishia bracteata, Miconia ligustrina, y por último Macleania rupestris.
En general las nueve especies estudiadas fueron más abundantes en los transectos ubicados en
los bordes de los bosques que en los transectos del interior de los bosques. De acuerdo a estos
resultados las especies quedarían clasificadas de la siguiente manera dentro de los rangos
establecidos (Ver tabla 1).
Tabla 2.Clasificación de las especies según su abundancia dentro la reserva
29
Ya que los muestreos fueron realizados dentro de bosques diferentes entre si, y dado el
numero de transectos realizados se considera que esta información probablemente sea
aplicable para toda la reserva, y dentro de la categoría de muy abundante están las especies
que se considera tienen mayor potencial para aprovechamiento alimenticio dada su
disponibilidad. En muchos de los transectos no se encontraron individuos de una o varias
especies.
6.3 Indicadores de aceptación cultural de los frutos por parte de la comunidad
6.3.1 Descripción de la muestra de estudio
Durante los recorridos de reconocimiento y en la aplicación de las encuestas se comprobó que
en todas las casas visitadas existen servicios públicos básicos (acueducto y electricidad),
existe acceso a educación primaria en la vereda en la Escuela Departamental San Roque y
tanto a primaria como secundaria en el Colegio Departamental de El Carmen, que queda en el
sector del Salitre.
Los habitantes obtienen ingresos económicos de la ganadería y de la agricultura de
subsistencia, los alimentos los obtienen en su mayoría de lo que cultivan en su finca, existen
algunas tiendas en la vereda pero solo venden cosas no perecederas, en el pueblo se pueden
conseguir los demás víveres. Para cocinar los alimentos las personas usan leña obtenida de
sus predios o adquieren pipetas de gas propano, ya que semanalmente pasa un camión
vendiendo pipetas.
En todas las viviendas fueron observadas huertas, quienes fueron encuestados en otros lugares
informaron que también tenían huertas en sus casas. Según lo reportado por los encuestados la
no ha existido mucha migración en las generaciones anteriores, la mayoría de personas son
familiares que han permanecido toda la vida en la misma zona.
Respecto al acceso a servicios médicos las personas optan primero por utilizar la medicina
natural, que ha sido transmitida de de generación en generación, y por esto en sus huertas
tienen las especies de plantas medicinales que consideran mas importantes. Si el problema lo
requiere tienen la posibilidad de tener atención médica en el municipio de Guasca o en el
municipio de la Calera. Ocasionalmente extraen de los bosques algunas de las plantas que
30
requieren, aunque todos los encuestados afirmaban que no era una práctica frecuente. El 80 %
de toda la población es nativa de la zona y el 40 % no, en proporciones iguales entre ambos
sexos
Grupo Niños
El 100 % de los niños ha vivido toda su vida en la zona El 80 % de las niñas ha vivido
siempre en la zona, el 20% restante lleva 3 años en la zona. Todos los niños y niñas son
estudiantes de primaria de la escuela departamental San Roque.
Grupo Jóvenes
El 80 % de los jóvenes lleva toda su vida en la zona, el 20% restante lleva 2 años en la zona.
Un 60% de las jóvenes ha vivido en la zona toda la vida, un 20% lleva 2 años viviendo en la
zona, y el 20 % faltante antes vivía en la Calera en una zona muy similar a la actual. Todas las
jóvenes y el 80 % de los jóvenes son estudiantes de bachillerato del colegio departamental El
Carmen.
Grupo Adultos
El 60 % de los hombres adultos es nativo de la zona, el 20 % lleva 4 años allí, y el 20 % lleva
20 años viviendo en la zona. El 80 % de las mujeres adultas siempre ha vivido en la zona, el
20% restante lleva dos años en la zona. Únicamente una de las mujeres adultas entrevistadas
trabaja como tendera, las demás son amas de casa. Las ocupaciones de los hombres adultos
son: estudiante, desempleado, celador, despachador de buses y un agricultura y ganadería de
subsistencia.
Grupo Adultos Mayores
El 80 % de los hombres adultos mayores han vivido toda su vida en la zona, el adulto mayor
restante lleva 26 años viviendo en la zona antes vivía en la Calera en una zona muy similar.
Todas las mujeres adultas mayores han habitado toda su vida en la zona. Todas las adultas
mayores son amas de casa, los hombres mayores por su parte son: administrador de finca,
agricultores de subsistencia, encargado de finca de recreo y dueño de bus.
31
6.3.2 Resultados generales de las encuestas
a) Reconocimiento de las especies
Todas las personas que reconocieron la planta reconocieron también sus frutos, razón por lo
cual para el manejo de datos las dos preguntas se fusionaron.
Figura 2. Reconocimiento de especies por parte de la población estudiada
En la figura 2, en el eje X se observa el número total de personas que reconocieron la especie
al mostrarles las fotografías y las muestras botánicas, en el eje Y se indica la especie. En la
población general las dos especies con mayor reconocimiento fueron Rubus sp. 1 y Passiflora
sp. 1. Por el contrario las menos reconocidas fueron Passiflora sp.2 y Myrcianthes leucoxyla.
b) Frecuencia de consumo de los frutos
Las especies Rubus sp. 1, Rubus sp. 2 y Passiflora 1 fueron las que presentaron porcentajes de
consumo regular más altos (65%, 32%, 62% respectivamente). Macleania rupestris,
Cavendishia bracteata, Hesperomeles goudotiana presentaron los valores más altos de
consumo accidental (52%, 30%, 27% respectivamente), es decir esas especies son
principalmente consumidas cuando se encuentran durante el desarrollo de otra labor.
32
c) Época de cosecha
Durante la aplicación de las encuestas al llegar a la pregunta sobre la época de cosecha las
personas aunque trataban de recordar, las pocas personas que aseguraban conocer las épocas
de cosecha decían meses muy diferentes, se contradecían refiriéndose a una misma especie.
Los porcentajes de reconocimiento de época de cosecha mas altos corresponden a: Rubus sp.1
con 7,5 % para los meses de junio y noviembre, Passiflora sp.1 con 7,5 % para los meses de
Mayo y Febrero, y finalmente Macleania rupestris con 7,5 % para los meses de Noviembre y
Abril.
d) Persona quien motivó a probar el fruto
En todas las especies excepto Miconia ligustrina y Hesperomeles goudotiana los mayores
porcentajes (entre el 20 y 70 %) de motivación inicial para probar la fruta fueron la madre y el
padre, seguidos de los amigos. En el caso de Miconia ligustrina fueron los abuelos los que
obtuvieron un porcentaje mayor, y en Hesperomeles goudotiana fueron los amigos.
e) Sabor
Las especies consideradas con sabor más agradable fueron: Passiflora sp.1 (90%), Rubus sp.1
(85%), Rubus sp.1 (75%), Macleania rupestris (70%), Hesperomeles goudotiana (50%),
Cavendishia bracteata (42,5%). Las consideradas con sabor menos agradable fueron:
Passiflora sp.2 (35%), Myrcianthes leucoxyla (27,5%), Miconia ligustrina (15%). Debe
tenerse en cuenta que algunas personas no habían probado frutos como Miconia ligustrina o
Myrcianthes leucoxyla, por considerar que únicamente eran alimento apto para aves,
probablemente los probaran el valores de este aspecto en esas especies aumentaría.
La razón mas común por la cual la gente afirmaba que no le gustaba el sabor de algunos de
los frutos (Rubus sp.1, Rubus sp.2, Passiflora sp.1, Hesperomeles goudotiana, Myrcianthes
leucoxyla) era porque los consideraban demasiado ácidos. Las siguientes fueron los adjetivos
usados por quienes no gustaban del sabor de los frutos a continuación: Macleania rupestris -
algo “babosa”-, Cavendishia bracteata –insípida y con insectos en su interior-, Hesperomeles
goudotiana –muy seca-.
f) Forma de consumo
La forma más habitual de consumo de los frutos en general es la directa, seguida por el
consumo en jugos y, por último, en preparaciones más elaboradas. Los frutos que obtuvieron
33
valores más altos fueron Rubus sp. 1: directamente (97%), en jugos (95%), en preparaciones
(29%); Rubus sp. 2: directamente (72%) en jugos (42%) en preparaciones (40%) y Passiflora
sp. 1 directamente (97%), en jugos (97%) y en preparaciones (25%).
Sobre Macleania rupestris las personas afirmaron consumirla directamente en un 70%, en
jugos un 10% y en otras preparaciones un 5%, así mismo en Cavendishia bracteata las
proporciones fueron directamente 50%, en jugos 7% y en otras preparaciones 2%. En el caso
de Passiflora sp. 2 directamente (35%) en jugos 15% y no se reconocieron preparaciones.
Para Miconia ligustrina directamente (17%), ninguna persona afirmo que hubiese consumido
el fruto en jugos o preparaciones y en Hesperomeles goudotiana directamente (60%), en
preparaciones (5%) y ningún porcentaje en forma de jugo. Respecto a Myrcianthes leucoxyla
directamente (30%), no se reconocieron preparaciones y una persona afirmo haber consumido
jugo con estos frutos, lo cual es raro dada la mínima cantidad de pulpa consumible.
Las siguientes preparaciones fueron mencionadas por las personas entrevistadas: 1) Dulce:
preparación espesa de la pulpa de la fruta con azúcar; 2) Mermelada: preparación gelatinosa
de la pulpa de la fruta, licuada o en trozos pequeños, con azúcar; 3) Postre: preparación de la
pulpa de la fruta con azúcar y leche; 4) Conserva: preparación gelatinosa de la pulpa de la
fruta entera con azúcar; 5) Helado: preparación congelada de la pulpa de la fruta con leche y
azúcar; 6) Aromática: bebida caliente obtenida de mezclar la pulpa, y en algunos casos la
cáscara, con agua caliente ; 7) Vino: bebida obtenida de la fermentación de la pulpa de la fruta
con azúcar.
Dentro de las preparaciones la más popular fue dulce, reconocido para las especies estudiadas
excepto Passiflora sp. 1 y sp. 2, Miconia ligustrina y Myrcianthes leucoxyla. Las
preparaciones más variadas fueron asociadas a Rubus sp. 1, siendo estas en orden de
importancia: mermelada (47%), dulce (42,5%), postre (37%), y conserva, vino y helado en
proporciones muy pequeñas. Así mismo a Rubus sp. 2 fueron asociadas las siguientes
preparaciones: dulce (32%), agua aromática (27%), y al igual que en Rubus sp. 1 fueron
nombradas en proporciones menores las mismas preparaciones.
En el caso de Passiflora sp.1 en proporciones menores al 7% se nombraron: postre, helado y
sorbete, para Macleania rupestris y Cavendishia bracteata se reconocieron por igual dulce y
vino (menos de 5% cada una). Las mismas proporciones se obtuvieron en el caso de
34
Hesperomeles goudotiana para dulce y postre. Para Passiflora sp.2, Miconia ligustrina y
Myrcianthes leucoxyla no fue nombrada ninguna preparación, sin embargo en el caso de esta
ultima especie dos personas afirmaron que a la cocción que se realiza de las hojas, con maíz
blanco y leche pueden agregarse ocasionalmente frutos; también pueden agregarse al agua
aromática preparada con las hojas.
g) Percepción de potencial futuro de las especies
Al formular la pregunta a las personas se especificaba que el potencial de la especie podría
favorecer su alimentación en casa, así como la obtención de dinero al realizar preparaciones
que pudiesen ser vendidas. Algunos hombres jóvenes y adultos mencionaron interés en
conocer métodos para cultivar las especies, por su parte las mujeres demostraban mucho
interés en conocer nuevas recetas. De todas las personas entrevistadas únicamente una señora
afirmó que Hesperomeles goudotiana, Miconia ligustrina, Cavendishia bracteata y Passiflora
sp.1, no tenían potencial alguno debido a su tamaño o sabor. El resto de la población
considero que todas las especies tienen algún tipo de uso potencial.
h) Referencias en cultura popular: canciones, adivinanzas, rimas, leyendas, historias
De todas las personas entrevistadas únicamente un niño y un joven conocen una adivinanza de
la mora Rubus sp.1. No se encontraron más evidencias que referenciaran las especies en la
cultura popular.
i) Usos adicionales de los frutos
En cuanto a los usos adicionales se reconoció que el agua aromática preparada con los frutos
de Rubus sp. 2 tiene propiedades medicinales para contrarrestar la tos y el resfriado (25%). El
agua aromática preparada con las hojas y en ocasiones los frutos de Myrcianthes leucoxyla
ayuda a aliviar el dolor de estómago (5%).
6.3.3 Ponderación de la información que muestra aceptación e inclusión cultural en la
comunidad
35
Al obtener los valores de ponderación de cada una de las especies y ordenarlos de mayor a
menor, se obtuvo la siguiente tabla (Ver tabla 3).
Tabla 3. Puntajes obtenidos por cada especie en la ponderación de la aceptación cultural
Según esto las 3 especies que tienen los niveles de aceptación cultural más altos según los
criterios contemplados son las dos especies de Rubus y la Passiflora sp. 1. Sin embargo, esos
resultados pueden haber sido influenciados por el amplio contacto que han tenido las personas
con la curuba y la mora doméstica. La ponderación permitió ver mas claramente las
diferencias entre los especies, como se observa en la tabla los intervalos entre los tres niveles
son amplios.
a) Diferencias entre los grupos de edad mediante los valores de ponderación
Al organizar los datos de la ponderación ubicando las respuestas obtenidas por cada grupo de
edad se encontró que los valores totales para todas las especies por grupo fueron: Niños =
8327 (21%), Jóvenes = 9137 (23%), Adultos = 9653 (24%), Adultos mayores = 12511 (31%).
Se observa un aumento en el valor a medida que aumenta la edad. Los niños no reconocieron
ni conocían información alguna acerca de Miconia ligustrina y Myrcianthes leucoxyla. Los
jóvenes ni reconocieron, ni tenían conocimiento alguno acerca de Passiflora sp. 2.
36
6.4 Integración de la información y obtención de las especies con mayor potencial
alimenticio
Tras realizar la comparación entre los datos de abundancia y los resultados de la ponderación
se definieron las siguientes especies en cada categoría:
a) Especies con potencial alto: Rubus sp. 1, Macleania rupestris, Cavendishia bracteata
b) Especies con potencial medio: Rubus sp. 2, Passiflora sp.1, Hesperomeles goudotiana
c) Especies con potencial bajo: Passiflora sp. 2, Miconia ligustrina, Myrcianthes leucoxyla
7. Discusión:
Abundancia
Después de revisar los datos obtenidos en cuanto a la abundancia de las especies en la reserva,
debe señalarse que, en general, se esperaba que las especies estudiadas fueran más abundantes
en los transectos de borde. Esto se debe a que estas especies crecen mejor en ambientes con
alta luminosidad e intervención; además muchos de los transectos limitaban directamente con
cultivos de papa y zanahoria, las especies son usadas como cercas vivas y probablemente por
escorrentía los fertilizantes de los cultivos influyen positivamente en el crecimiento de las
especies. Estas especies proveedoras de frutos comestibles se encuentran fácilmente en
ecosistemas convertidos en tierras agrícolas y muy asociados a las viviendas humanas,
haciendo estas especies candidatas a la domesticación (Asfaw & Tadesse 2001).
Por otra parte en los transectos de bosque los individuos encontrados eran normalmente más
jóvenes, no se observaban individuos produciendo frutos o individuos de gran tamaño. La
gran mayoría de los individuos de Cavendishia bracteata observados en los transectos eran
muy jóvenes, no tenían mas de 70 cm de altura. Se debe resaltar que en los recorridos
realizados y durante la realización del muestreo en los transectos, no fue frecuente observar a
Myrcianthes leucoxyla, esto corresponde con que las personas mayores (adultos y adultos
mayores) encuestadas afirmaron que esa especie era cada vez menos frecuente en la zona.
Si bien dentro de los transectos muestreados solo se encontraron dos morfoespecies de
Passiflora sp., durante la realización de las encuestas se observaron otras morfoespecies en
los jardines de las personas, y en la carretera. Probablemente si se realizara un estudio más
amplio podrían encontrarse esas morfoespecies, o híbridos de estas, en el área de la reserva.
37
Esa verificación también debería realizarse para los géneros de Cavendishia sp., Rubus sp. y
Miconia sp.
Al haber muestreado 0.8 hectáreas, se considera que los estudios ecológicos o de poblaciones
de cualquier especie que se realicen en esta reserva deben considerar muestrear todos los
bosques, debido a la diferente historia de uso entre estos y el grado de conservación. Debido
a que las especies tienen hábitos diferentes entre si, no pudieron realizarse otras mediciones.
Si se tomaran por ejemplo únicamente las ericáceas podrían realizarse mediciones del DAP
(Diámetro a la Altura del Pecho) para conocer el estado poblacional de cada especie, pues
para consumo humano a corto plazo se requieren plantas adultas en capacidad de producir
frutos.
Por el tiempo tan corto para realizar la fase de campo, fueron escogidas únicamente la
abundancia y la aceptación cultural como las variables para determinar el potencial de
aprovechamiento, pero se observó que hay diferencias sustanciales entre: los hábitos de las
plantas, el tamaño y la parte aprovechable de los frutos y la cantidad de frutos producida por
cada árbol. Para aprovechamiento económico, se recomienda tener en cuenta estas variables.
Este estudio únicamente contemplaba el aprovechamiento para consumo humano, es decir que
la comunidad campesina que habita alrededor de la reserva pudiese variar un poco su dieta
consumiendo los frutos y así mismo preservar el conocimiento asociado.
Dada la escasa información específica sobre todas las especies, los únicos datos comparables
de la medición del tamaño de los frutos hallados corresponden a Macleania rupestris (Acero
& Bernal 2003). Se observó que los frutos de la reserva son de menor tamaño y peso que los
reportados. Esto probablemente pueda deberse a la época en que se realizó la recolección de
frutos en la reserva, pues apenas estaba comenzando el periodo de fructificación.
Desafortunadamente en todas las áreas muestreadas en la reserva se observó el impacto
negativo que tiene el retamo espinoso (Ulex europaeus) siendo una especie invasora que
interfiere en el crecimiento de otras especies vegetales, y dificulta las operaciones de siembra
y cosecha forestal por sus espinas de gran tamaño (López-González 2006). Las especies
proveedoras de frutos suelen crecer mejor en ambientes abiertos, como bordes de carreteras y
potreros, y muchos de estos espacios están en la actualidad ocupados por el retamo.
38
Aceptación cultural
El tipo de organización socioeconómica de los habitantes rurales determina en gran medida la
transformación y el manejo a que se ve sometido el medio natural. Las familias pertenecientes
a comunidades rurales habitantes de minifundios viven bajo una economía de subsistencia que
no genera muchos ingresos a través de las labores agrícolas y pecuarias; esto ocasiona que los
habitantes mas jóvenes busquen migrar (Mora-Osejo 1995).
En la identificación de la especie por parte de los informantes, varios factores pueden haber
incidido en los resultados. Algunas de las personas cuando se les enseñaban las muestras y
fotografías de las especies conocidas comúnmente como moras (Rubus sp. 1 y Rubus sp.2) y
curubas (Passiflora sp. 1 y Passiflora sp. 2), tendían a confundir las especies silvestres con las
cultivadas. Dada la similitud entre las especies (silvestres y cultivadas) así se llevaran los
frutos o muestras de mayor tamaño. Seria entonces muy difícil asegurar que las personas
están relacionando sus respuestas únicamente con las especies silvestres.
Lo anterior se evidencia en que en las huertas familiares de la zona es muy común tener moras
y curubas, pero no es nada común tener especies como Miconia ligustrina, Cavendishia
bracteata o Macleania rupestris. Algunas personas reconocían al Myrcianthes leucoxyla y al
Miconia ligustrina como especies muy usadas para cercas vivas.
De igual manera en la identificación se observó que combinar fotografías con muestras
botánicas facilitaba a las personas reconocer la especie. Así mismo se considera que el tamaño
de las muestras y de las fotografías puede incidir en la apreciación de los informantes. Para
trabajar con personas ancianas seria útil llevar fotografías ampliadas además de material
fresco, ojalá de gran tamaño (Guyen & My, 2003). Para estudios similares a futuro podrían
llevarse fotografías por ejemplo de 15x20cm y muestras montadas en octavos de cartulina,
adicionalmente podrían llevarse frutos. Todo esto facilitaría aun más la identificación.
Los datos obtenidos sobre las épocas de cosecha desafortunadamente no fueron muy
informativos, seguramente la falta de contacto regular de las personas con estas especies
influye en que no presten mucha atención a la época en que se producen los frutos. Si esos
datos sobre las épocas de cosecha se consolidaran podrían realizarse calendarios para recordar
a las personas en que época es fácil encontrar los frutos.
39
Respecto a las mediciones realizadas de pH, se vio que no existe relación entre la acidez de
las frutas y la percepción de la fruta como agradable, lo cual es consistente pues algunas frutas
son muy populares a pesar de ser muy acidas; además si se incluyen en preparaciones dulces,
el sabor ácido resalta la preparación. Por otra parte, las preparaciones pueden hacer que las
personas cambien de opinión acerca del sabor agradable de los frutos, por ejemplo no es lo
mismo comer curuba directamente que jugo de curuba.
Con relación a los jugos elaborados con los frutos silvestres de la reserva, la información
obtenida permitió distinguir claramente que algunas especies están en desventaja pues se
requeriría un mayor número de frutos de Miconia ligustrina, Myrcianthes leucoxyla,
Hesperomeles goudotiana para poder elaborar un jugo de calidad aceptable. El proceso seria
dispendioso debido al tamaño tan pequeño de dichos frutos, y esto podría incidir en que las
personas se desmotivaran. Por esto para esas tres especies seria mejor fomentar el consumo
directo o en preparaciones elaboradas en las cuales resalte su sabor
Aunque las proporciones respecto a la forma de consumo fueron diferentes en cada especie, si
se logró evidenciar que dichas proporciones se asemejan a las de otros estudios realizados
previamente en donde del total de frutos hallados en un 80% eran consumidos crudos, 13% en
jugo, un 8% en dulces y en proporciones mucho menores se consumían en forma de agua
aromática o colada y licores (Van den Eynden & Cueva 2008).
Respecto a las diferencias encontradas en los grupos de edad, fue notable que los adultos
mayores aportaron mayor información que todos los demás grupos, esto pueden deberse a que
además que con el paso de los años se adquiere mayor conocimiento. La disminución
observada en el valor de ponderación, a medida que disminuía la edad del grupo también
puede deberse a que la brecha generacional esté haciendo que se pierda el conocimiento
tradicional asociado a los frutos, al no ser conocimiento de uso muy frecuente.
Sin embargo las diferencias halladas en la los habitantes de zonas cercanas a la Reserva
Biológica Encenillo, son menores que en estudios son similares realizados por Shrestha &
Dhillion (2006), en donde los ancianos aportaban dos veces mas conocimientos que los
grupos de personas jóvenes.
40
Mientras los niños eran encuestados fue común escuchar que era un plan regular ir en busca
de frutos silvestres al salir de la escuela, esto podría aprovecharse sembrando algunas de las
especies proveedoras de frutos que se hallan en la reserva, como cercas vivas rodeando la
escuela. Así sería muy fácil el acceso a los frutos para los niños, lo cual es importante pues a
menor edad de consumo de los frutos silvestres, su aceptación suele ser mayor (Duffrin &
Pomper, 2006)
Este hallazgo corresponde con lo reportado por Packham (1993), quien afirma que los niños
de escuela primaria son los mayores recolectores concientes de frutas silvestres, es decir que
planean la recolección con anticipación. Los frutos silvestres además dado que mejoran la
calidad y variedad de la dieta de los niños, son un componente dietético importante pues son
fuente de vitaminas y minerales (Balemie & Kebebew, 2006).
Sin embargo el grupo de edad que aportó menor índice de conocimiento en la ponderación,
fue el de los niños. Esto se puede deber a que al incluir nuevos productos en la dieta, que no
son silvestres, los niños cada vez tienen menos contacto con los productos ancestrales, las
historias, las recetas, periodos de cosechas, relacionadas con estos (Turner & Turner 2008).
Aunque las familias sean primordialmente campesinas muchos de los productos de la canasta
familiar los adquieren en tiendas.
Cabe resaltar la importancia de motivar el consumo de los frutos silvestres que crecen en la
reserva tanto en niños como en jóvenes, pues a esta edad se tiende a ser mas curioso y
arriesgado ante las nuevas actividades, por tanto puede promover fácilmente el consumo en
los hogares (Asfaw & Tadesse 2001).
Algunos de los jóvenes encuestados afirmaron que tenían interés en trabajar en los pueblos o
ciudades dada la falta de oportunidades, si esto ocurre cuando ellos crezcan, terminarían
olvidando poco a poco el conocimiento tradicional. Cuando las personas se alejan de las
regiones en donde crecieron, dejan de practicar las actividades en que incluían los frutos, por
ende el conocimiento transmitido a las nuevas generaciones es cada vez menor, y de igual
manera si se desplazan hacia centros urbanos el acceso a dichos frutos es muy remoto (Turner
& Turner 2008).
41
En estudios publicados por Sundriyal et al. (2004) mientras que los frutos fueron altamente
apreciados por los adultos entrevistados la frecuencia de consumo en este grupo fue mucho
menor que en los niños. No se obtuvieron resultados similares en este estudio.
Probablemente debido a que son árboles de mayor tamaño o a que sus frutos no son los mas
llamativos, el grupo de los niños no tenia conocimientos sobre Miconia ligustrina y
Myrcianthes leucoxyla. Por su parte ninguno de los jóvenes reconoció o aporto información
acerca de Passiflora sp. 2 esto podría deberse a que agrupan a todas las curubas que crecen
cerca de los bosques como una misma especie y no se fijan en los detalles que las diferencian
entre si.
Si bien el uso se las plantas comestibles silvestres se mantiene pareciera que el conocimiento
tradicional está cada vez mas propenso a desaparecer (Pieroni et al. 2005). Es por esto que se
considera prioritario buscar actividades mediante las cuales pueda promoverse el uso de las
especies silvestres y el rescate del conocimiento tradicional asociado a estas. Es allí donde
pueden integrarse los conocimientos de las personas mayores de la comunidad con la
creatividad de las nuevas generaciones, buscando beneficios comunes (Toledo 2005).
Por ejemplo aunque solo se mencionaron 2 referencias en la cultura popular de Rubus sp.1
muestras de conocimiento tradicional, seria valioso conocer si existieron en algún momento
historias, canciones, rimas, adivinanzas etc., sobre estas frutas en la zona o en zonas similares
donde crezcan estas especies, para luego difundirlas.
Así también es posible asegurar la conservación del conocimiento mediante videos
mostrando la importancia que tuvieron dichas especies en algún momento, restituyendo sus
leyendas o historias en la escuela, recordando las recetas y sirviéndolas en eventos en los que
toda la comunidad asista (Turner & Turner 2008).
Fue grato encontrar que el 98% de las personas consideraran que todas las especies tenían
algún tipo de potencial de aprovechamiento, esto muestra que la comunidad campesina está
interesada en explotar este tipo de recursos y seguramente cualquier capacitación al respecto
seria acogida fácilmente.
Especies con alto potencial de aprovechamiento
42
En el rescate de los frutos silvestres primero deben enfocarse las especies más promisorias.
Ya que las sociedades tradicionales pasan por transformaciones culturales y algunas especies
se vuelven menos frecuentes en algunas zonas, es necesario reintroducir las especies relegadas
pero con alto potencial, para promover su consumo dentro de las comunidades (Asfaw &
Tadesse 2001).
Dentro de las tres especies que se determinó tienen mayor potencial de aprovechamiento para
el consumo humano Macleania rupestris es la especie con la cual se recomienda trabajar
inicialmente en la comunidad, debido a la facilidad de acceso a información sobre la planta tal
y como se menciono en el marco teórico. Estos resultados coinciden con los obtenidos en el
estudio realizado por Abril (2010), en el que se encontró que para las demás especies de
ericáceas con frutos comestibles existentes en el altiplano cundiboyacense (10 especies), toda
la información se limita a reportes etnobotánicos.
Esta especie es multipropósito, tiene sabor muy agradable, productos como jugos,
mermeladas, conservas y dulces son de fácil elaboración y en una sola planta pueden
encontrarse suficientes frutos como para preparar una comida para una familia; como si fuera
poco tiene propiedades medicinales reconocidas. Según su contenido nutricional es una
excelente fuente de vitaminas y micronutrientes (Acero & Bernal 2003)
Respecto a Cavendishia bracteata los individuos observados en toda la reserva eran en su
mayoría jóvenes de no mas de 50 cm de altura, por lo cual la cantidad de frutos que se
produzcan a corto plazo no seria muy grande. Cuando estas plantas crezcan y estén en fase de
producción los resultados serian diferentes por eso es de vital importancia hacer estudios del
estado poblacional en esta especie.
Debido a que las personas tendían a confundir a Rubus sp. 1 con la mora cultivada común, no
se puede asegurar que la información cultural aportada por las personas se estuviera refiriendo
específicamente a la especie silvestre. Las zonas donde se localiza esta especie son poco
comunes, a diferencia de Macleania rupestris que se encuentra con facilidad no solo en la
reserva sino también en el borde de la mayoría de los caminos y carreteras.
A largo plazo es necesario buscar mecanismos para mejorar la producción, la cosecha, el
almacenamiento de los frutos (Asfaw & Tadesse 2001. Igualmente es fundamental preservar
43
el conocimiento tradicional tanto como sea posible en forma escrita, los trabajos académicos
al respecto son los encargados de preservarlo y garantizar su paso a la siguiente generación.
Se espera, que el conocimiento particular de cada comunidad pueda ser la herencia de cada
comunidad para el mundo (Dogan et al. 2004)
Existen reservas naturales que integran el agroturismo ofreciendo a los visitantes una serie de
platos preparados con las especies silvestres. Esto contribuye a la expansión del conocimiento
y permite apreciar de una forma diferente las especies silvestres (Lentini & Venza 2007). De
igual manera el aumento del turismo rural y la atención actual en las propiedades medicinales
de las comidas silvestres es una ventaja para iniciar la revaloración de las especies (Tardío et
al. 2006)
Promover el consumo de los frutos beneficiaria directamente a los habitantes de las zonas
cercanas a la Reserva Biológica Encenillo, mejorando su calidad de vida mediante la
ampliación de la variedad en la dieta y la identificación del conocimiento tradicional existente
asociado a los frutos. Adicionalmente ya que en la reserva se prestan servicios eco turísticos,
la promoción del consumo puede motivar a nuevos visitantes que estén interesados en probar
frutos o preparaciones poco comunes.
8. Conclusiones:
- En la Reserva Biológica Encenillo existen nueve especies de plantas proveedoras de frutos
silvestres que se encuentran comúnmente y son de fácil identificación, todas son consumidas
de diferentes maneras por algunas personas de la comunidad campesina. Estas son conocidas
comúnmente con los siguientes nombres: mora de piedra (Rubus sp. 1), mora de castilla
(Rubus sp. 2), curuba de indio (Passiflora sp. 1), curubito (Passiflora sp. 2), uvo de monte
(Macleania rupestris), uvo de anís (Cavendishia bracteata), tuno (Miconia ligustrina),
mortiño (Hesperomeles goudotiana), arrayán (Myrcianthes leucoxyla)
- Las especies proveedoras de frutos silvestres más abundantes en la reserva son: Cavendishia
bracteata, Miconia ligustrina y Macleania rupestris.
-Las especies más reconocidas y aceptadas culturalmente por la población que habita en los
alrededores de la reserva, según los ítems valorados son: Rubus sp. 1, Rubus sp. 2 Passiflora
44
sp. 1. Sin embargo esto puede deberse a la similitud entre estas especies y las moras y curubas
cultivadas.
- Las tres especies que en la Reserva Biológica Encenillo tienen mayor potencial de
aprovechamiento alimenticio para consumo humano, son Rubus sp. 1, Macleania rupestris y
Cavendishia bracteata. Y se recomienda iniciar los trabajos con la comunidad con Macleania
rupestris, por ser la especie de la que mayor información hay disponible, según su contenido
nutricional es buena fuente de vitaminas y micronutrientes y tiene posibilidades de
explotación económica a largo plazo.
- Los valores totales de ponderación mas altos fueron obtenidos por el grupo de los adultos
mayores esto puede deberse a que con la edad se adquieren conocimientos sin embargo puede
ser evidencia de que los conocimientos asociados al uso de las especies proveedoras de frutos
silvestres en la zona, no se están transmitiendo totalmente a las nuevas generaciones.
9. Recomendaciones
- Aumentar el uso de las especies proveedoras de frutos silvestres como cerca viva a lo largo
de toda la reserva, así como promover la siembra de estos en las huertas familiares.
- Realizar nuevos estudios sobre las especies proveedoras de frutos silvestres considerando el
estado poblacional y la capacidad de producción por planta, en diferentes épocas a lo largo del
año. Inicialmente realizar estudios poblacionales en las tres especies consideradas con alto
potencial.
-Motivar a los habitantes de las zonas cercanas a la reserva a probar los frutos silvestres
mediante jornadas que sean únicamente con este fin, en las que también se expliquen
brevemente las recetas en que puede usarse cada fruto ya que procesarlos ayuda estimular su
uso.
- Es importante realizar programas de control del retamo espinoso (Ulex europaeus) en las
zonas de la reserva donde esta especie se está expandiendo y de ser posible reemplazar esos
espacios con especies proveedoras de frutos.
- Integrar a las antiguas y nuevas generaciones, en torno al uso de los frutos silvestres
mediante jornadas educativas en las cuales se muestren a los niños y jóvenes, todos los usos
que los adultos mayores conocen de cada fruto.
45
- Plasmar en una cartilla las fichas técnicas de cada especie, elaboradas como producto de este
proyecto de investigación, para que puedan ser usadas por los habitantes de la reserva así
como por los visitantes.
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