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PRÁCTICO 2 -FREUD, S.:“EL MALESTAR EN LA CULTURA”, EN OBRAS COMPLETAS, BS.AS. ED. AMORRORTU. VOL. XXI. CAPÍTULOS III AL VIII. Lo que en sentido estricto se llama "felicidad" corresponde a la satisfacción más bien repentina de necesidades retenidas, con alto grado de estasis, y por su propia naturaleza sólo es posible como un fenómeno episódico. Desde tres lado amenaza el sufrimiento; desde el cuerpo propio, que, destinado a la ruina y a la disolución, no puede prescindir del dolor y la angustia como señales de alarma; desde el mundo exterior, que puede abatir sus furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes, despiadadas, destructoras; por fin, desde los vínculos con otros seres humanos. No es asombroso, que bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento los seres humanos suelan atemperar sus exigencias de dicha, tal como el propio principio de placer se transformó, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio de realidad, más modesto. El programa que nos impone el principio de placer, el de ser felices, es irrealizable; empero, no es lícito, no es posible, resignar los empeños por acercarse de algún modo a su cumplimiento. Para esto pueden emprenderse muy diversos caminos, pero por ninguno de ellos podemos alcanzar todo lo que anhelamos. Nos negamos a admitir el sufrimiento social. No podemos entender la razón por la cual las normas que nosotros mismos hemos creado no habrían más bien de protegernos y beneficiarnos a todos. Enuncia que gran parte de la culpa por nuestra miseria la tiene lo que se llama nuestra cultura; seríamos mucho más felices si la resignaríamos y volviéramos a encontrarnos en condiciones primitivas. El ser humano se vuelve neurótico porque no puede soportar la medida de frustración que la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales, y de ahí se concluyó que suprimir esas exigencias o disminuirlas en mucho significaría un regreso a posibilidades de dicha. La palabra cultura designa toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres. Reconocemos como culturales todas las actividades y valores que son útiles para el ser humano en tanto ponen la tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las fuerzas naturales. El poder de esta comunidad se contrapone como derecho, al poder del individuo, que es condenado como violencia bruta. Esta sustitución del poder del individuo por el de la comunidad es el paso cultural decisivo. Su esencia consiste en que los miembros de la comunidad se limitan en sus posibilidades de satisfacción, en tanto que el individuo no conocía tal limitación. El siguiente requisito cultural es, entonces, LA JUSTICIA, o sea, la seguridad de que el orden jurídico ya establecido no se quebrantará para favorecer a un individuo. El resultado último debe ser un

Practico 2 Juridica Varela

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Resumen Prácticos Unidad 2

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PRCTICO 2-FREUD, S.:EL MALESTAR EN LA CULTURA, EN OBRAS COMPLETAS, BS.AS. ED. AMORRORTU. VOL. XXI. CAPTULOS III AL VIII. Lo que en sentido estricto se llama "felicidad" corresponde a la satisfaccin ms bien repentina de necesidades retenidas, con alto grado de estasis, y por su propia naturaleza slo es posible como un fenmeno episdico. Desde tres lado amenaza el sufrimiento; desde el cuerpo propio, que, destinado a la ruina y a la disolucin, no puede prescindir del dolor y la angustia como seales de alarma; desde el mundo exterior, que puede abatir sus furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes, despiadadas, destructoras; por fin, desde los vnculos con otros seres humanos. No es asombroso, que bajo la presin de estas posibilidades de sufrimiento los seres humanos suelan atemperar sus exigencias de dicha, tal como el propio principio de placer se transform, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio de realidad, ms modesto. El programa que nos impone el principio de placer, el de ser felices, es irrealizable; empero, no es lcito, no es posible, resignar los empeos por acercarse de algn modo a su cumplimiento. Para esto pueden emprenderse muy diversos caminos, pero por ninguno de ellos podemos alcanzar todo lo que anhelamos. Nos negamos a admitir el sufrimiento social. No podemos entender la razn por la cual las normas que nosotros mismos hemos creado no habran ms bien de protegernos y beneficiarnos a todos. Enuncia que gran parte de la culpa por nuestra miseria la tiene lo que se llama nuestra cultura; seramos mucho ms felices si la resignaramos y volviramos a encontrarnos en condiciones primitivas. El ser humano se vuelve neurtico porque no puede soportar la medida de frustracin que la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales, y de ah se concluy que suprimir esas exigencias o disminuirlas en mucho significara un regreso a posibilidades de dicha. La palabra cultura designa toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la proteccin del ser humano frente a la naturaleza y la regulacin de los vnculos recprocos entre los hombres. Reconocemos como culturales todas las actividades y valores que son tiles para el ser humano en tanto ponen la tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las fuerzas naturales. El poder de esta comunidad se contrapone como derecho, al poder del individuo, que es condenado como violencia bruta. Esta sustitucin del poder del individuo por el de la comunidad es el paso cultural decisivo. Su esencia consiste en que los miembros de la comunidad se limitan en sus posibilidades de satisfaccin, en tanto que el individuo no conoca tal limitacin. El siguiente requisito cultural es, entonces, LA JUSTICIA, o sea, la seguridad de que el orden jurdico ya establecido no se quebrantar para favorecer a un individuo. El resultado ltimo debe ser un derecho al que todos hayan contribuido con el sacrificio de sus pulsiones y en el cual nadie puede resultar vctima de la violencia bruta. La sublimacin de las pulsiones es un rasgo particularmente destacado del desarrollo cultural; posibilita que actividades psquicas superiores desempeen un papel tan sustantivo en la vida cultural. Los preceptos del tab fueron el primer derecho. Por consiguiente la convivencia de los seres humanos tuvo un fundamento doble: la compulsin al trabajo, creada por el apremio exterior, y el poder del amor. La existencia de una inclinacin agresiva es el factor que perturba nuestros vnculos con el prjimo y que compele a la cultura a realizar su gasto. A raz de esta hostilidad primaria y recproca de los seres humanos, la sociedad culta se encuentra bajo una permanente amenaza de disolucin. Ahora agregamos que sera un proceso al servicio del Eros, que quiere reunir a los individuos aislados, luego a las familias, despus a las etnias, pueblos, naciones, en una gran unidad: la humanidad. A este programa se opone la pulsin agresiva: pulsin de agresin que es el subrogado de la pulsin de muerte. El supery de una poca cultural tiene un origen semejante al de un individuo: reposa en la impresin que han dejado tras s grandes personalidades conductas.

-LEVY STRAUSS: ANTROPOLOGA ESTRUCTURAL, BS. AS., ED. PAIDS, 1988, CAPS. 9 Y 10.Captulo IX: El hechicero y su magiaLa integridad fsica no resiste a la disolucin de la personalidad social. Levi-Strauss hace un anlisis en cuanto a los mecanismos psicofisiolgicosbasados en los casos de muerte por conjuracin o sortilegio.Todo recae en una actitud colectiva, por parte de la sociedad a la que pertenece el individuo y la conciencia de este mismoen cuanto al maleficio, por el cual es excluido socialmente.Tal como Levi-Strauss lo expone,la integridad fsica no resiste a la disolucin de la personalidad social.La eficacia de la magia implica la creencia de la misma, la cual deriva en tres aspectos; la creencia del hechicero en sus tcnicas, la creencia del enfermo en el poder del hechicero y por ultimo no menos importante, la confianza y exigencia de la opinin colectiva.Todo esto define l a relacin entre el brujo y el enfermo.Levi-Strauss expone una serie de casos en los cuales se vuelve importante la experiencia ntima del shaman y el consenso colectivo.La importancia del consenso colectivo se refleja en uno de los ejemplos donde denota un aspecto esencialQuesalid no se convirti en un gran hechicero porque curara a sus enfermos, si no que sanabaa sus enfermos por que se haba convertido en un gran hechicero(Levi-Strauss, 1987:207).La actitud colectiva define a su hechicero y eficacia. La cura del Shaman es comparada a la abreaccin, termino del psicoanlisis. El shaman puede inducir simblicamente en el enfermo una abreaccin, esto se relaciona con la divisin entre el pensamiento normal y pensamiento patolgico, un antagonismo encarnado por el enfermo y hechicero. De esta forma se articula como sistema, manifestndose la coherencia del universo, la magia viene a otorgar un nuevo sistema de referencia que aloja datos contradictorios. Captulo X: La eficacia simblica En el segundo captulo se describe el caso de un encantamiento, se trata de un canto para ayudar a un parto difcil, donde la enferma sufre la prdida de su doble espiritual y es el shaman quien debe rescatarlo. Las curas Shamansticas bien podran ser curas psicolgicas sin embargo, con esto no se podra explicar cmo representaciones psicolgicas combaten perturbaciones fisiolgicas y ante esta problemtica el ejemplo retomado, refleja una medicacin puramente psicolgica, no existe contacto fsico entre shaman y enferma. Ms cabe recalcar, la discusin del estado patolgico y su localizacin, esto da paso a una manipulacin psicolgica del rgano enfermo. Este proceso se basa en hacer revivir a la enferma una situacin inicial introduciendo cierto tipo de acontecimientos cuyo teatro estar compuesto por el cuerpo de los rganos internos de la enferma.Todo conforma un proceso queva de la realidad al mito, del universo fsico al universo fisiolgico, del mundo exterior a cuerpo interior,todo esto lleva a la enferma a abolir la distincin que separa los dos mbitos. La cura convierte una situacin dada en trminos afectivos, en aceptables al espritu, aquellos aspectos fisiolgicos que el cuerpo se rehsa a tolerar. Carece de importancia si la mitologa corresponde a una realidad, la enferma cree en ella y pertenece al grupo que tambin la cree.Los dolores extraos son aceptados por la enferma gracias al mito, sanndose elementos que son internos al espritu, es una relacin de smbolo a cosa simbolizada de significante a significado. Para Levi-Strauss la cura del shaman se encuentra entre la medicina orgnica y el psicoanlisis. A partir de esta posicin realiza una comparacin entre el shamanismo y el psicoanlisis, de esto se desprende los siguientes puntos: Ambos tienen como objetivo llevar a la conciencia conflictos y resistencias que se encuentran en el inconsciente, ya sea debido a la represin psicolgica o de naturaleza propia u orgnica. Otro punto es el del doble papel que desempea el psicoanalista de oyente- y el shaman -de orador- Todo con el fin de establecer una relacin inmediata con laconciencia del enfermo. En cuanto al objetivo de los dos mtodos en uno se busca curar un trastorno psquico, en el otro un trastorno orgnico. En el psicoanlisis el enfermo posee un mito individual al oponerse al psicoanalista real, en el caso del shaman la enferma vence el desorden orgnico verdadero identificndose con el shaman mticamente traspuesto. Ambos mtodos buscan provocar una experiencia y lo hacen reconstruyendo un mito que el enfermo vive o revive. La carga simblica es otro elemento que permite construir un leguaje, el mdico dialoga con su paciente por medio de operaciones concretas, ritos que atraviesan la conciencia para llegar al inconsciente. Es as como la manipulacin de ideas u rgano que se efecta por medio de smbolos donde la eficacia simblica, garantiza la armona entre mito y operaciones, enfermo y medico. La eficacia simblica viene a fundarse en la propiedad inductora, ciertas estructuras homologas capaces de constituirse con materiales diferentes en niveles distintos del ser vivo. La nica diferencia entre los dos mtodos vendra ser el mito individual y el mito colectivo. Sin embargo, para Levi-Strauss el inconsciente de la teora de psicoanlisis deja de ser particular e individual, ya que el inconsciente se reduce a la funcin simblica, una funcin humana que se ejerce segn las mismas leyes y se reduce a estas. El sub-consiente es el lxico individual en donde se acumula el vocabulario de la historia personal, pero este solo adquiere significacin a travs de la organizacin del inconsciente, segn las leyes constituyendo un discurso, como estas leyes son las mismas en todos los individuos, lo fundamental es la estructura. Ya sea individual o colectivo el inconsciente solamente extrae el material sobre el cual opera pero la estructura es la misma, a travs de ella se cumple una funcin simblica. En conclusin es importante recalcar el aspecto colectivo en cuanto a las prcticas religiosas, como una sociedad puede retener y compartir ciertas creencias,como este ltimo aspecto socialjuega un papel crucial en la validez o falsedad de dichas prcticas o creencias. En cuanto al texto, una observacin importante es el hecho de cmo la magia viene a explicar contradicciones y establecer un equilibrio en lo concebido por el pensamiento normal y el pensamiento patolgico.Las prcticas mgicas van ms all de curas psicolgicas pues, tratan de dar cuenta de fenmenos anormales transportndolos al imaginario colectivo convirtiendo lo contradictorio en aceptable.En cuanto a la comparacin del shaman con el psicoanalista, existe una especie de intercambio de roles o funciones a desempear en el acto, sin embargo el mtodo es semejante, la reconstruccin de un mito gracias a la eficacia simblica.Esta ultimaparte de estructuras homologas, el inconsciente funciona con las mismas leyes, lo diverso es el universo simblico - SARMIENTO, A., VARELA, O., PUHL, S. IZCURDIA, M. LA PSICOLOGA EN EL CAMPO JURDICO CAP. EN EL NOMBRE DEL PADRE.

Relata Freud que la sociedad humana se organizo sobre la base de la prohibicin del incesto. La fuerza de la ley aumenta cuando su autor no pertenece al mundo de los mortales. Las penas de destierro, exilio, muerte y prdida de la libertad han sido formas evolutivas de proteccin para las vctimas y de castigar al victimario. Foucault plantea que a travs de las pocas el hombre no ha tratado de castigar menos sino mejor. En el nacimiento de los Estados Nacin la libertad paso a ser un valor en la nueva forma de organizacin social y con ella se sentaron las nuevas bases para el Derecho y se generaliza el concepto de propiedad privada (el despojar a alguien de su propiedad constituye un delito y como tal debe ser castigado) La privacin de la libertad se convierte en una forma de penar, de alejar al ofensor y la necesidad de rehabilitacin.