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    IMAGEN DE LA JORNADA:Maneras de pensar. VinzFeelFree.GRAFISMO: Daniel Aguilar

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    Preludio IV

    Calvino versus Lisstrata

    Rebeca Garca

    Presidenta del Colegio de Psicoanlisis de Madrid.

    Max Weber, uno de los primeros pensadores de lo que l mismo nombr como espritu

    del capitalismo ya apuntaba en su famoso ensayo de 1905 cmo ste , lejos de limitarse

    a ser solamente un sistema econmico, pona de manifiesto una tica peculiarconsistente en la obligacinde aumentar el capital :No slo se ensea la prudencia enlos negocios es un verdadero ethos lo que se expresa.

    Este ethos que sostiene como el sumo bien y un fin en s mismo la adquisicinincesante de ms y ms dinero no deja de producirle cierta perplejidad ante lo que se le

    antoja como un fenmeno sencillamente irracional, del que va a buscar las races en elpensamiento religioso : el radical abandono de la posibilidad de una salvacin por la

    pertenencia eclesistica o sacramental, acaecido tras la Reforma protestante.

    Frente a la soledad e incertidumbre, irrumpe una tica donde los nuevos elegidos ,

    especialmente en la doctrina calvinista, podran demostrar tal condicin , insondable

    como toda eleccin divina, mediante los signos manifiestos del xito.

    Diez aos antes, en 1895, en lo que podra ser un pensamiento convergente , Freud ensuProyecto de una psicologa para neurlogos afirma de manera decisiva que la fuente

    primordial de todos los motivos morales es el inicial desamparo del ser humano.

    Esta observacin, a partir del 1923 y de la segunda tpica, va a delimitar en sus obras

    los fundamentos mismos del supery : desamparo, dependencia del otro y

    atravesamiento del lenguaje.

    Que el capitalismo, pasados varios siglos se haya despegado de las circunstancias quelo hicieron florecer , no le ha restado un pice su carcter imperativo; ms bien se dira

    que se acrecent en el pasado siglo y que desligado de ciertos ideales que todava

    regulaban el mandato de enriquecerse, slo poda proponer el puro goce del objeto: estavez sin convertirlo en un llamado a la mirada divina, tal como Lacan nos dice que

    pretenden los dorados iconos.

    Y as desde el psicoanlisis hemos usado la expresin supery capitalista para

    referirnos a una de las causas del malestar social: el mandato obsceno del capitalismo

    Goza con tu gadget favorito! Intento vano de forcluir lo que Freud apuntaba como

    origen del supery : la castracin.

    Recubriendo este mandato obsceno, un ideal social : el del xito a cualquier precio, con

    sus retornos clnicos bien conocidos en sus efectos subjetivos de depresin, crisis de

    pnico y ansiedad.

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    Tras la crisis, el supery capitalista redobla su mandato en nombre de las leyes de los

    mercados : Habis gozado demasiado, sacrificaos!, imperativo igualmente obscenoen tanto no deja apenas tiempo ni lugar para la respuesta de los sujetos, para la

    interrogacin y elaboracin de estrategias del lado del deseo que les permitanconfrontarse a los efectos de culpa, vergenza y temor a la exclusin.

    La rapidez que toma la destruccin de importantes referentes simblicos y sociales da

    una muestra de ello.

    Si toda crisis conlleva una vacilacin del sentido, ser en vano buscarlo en nuevos

    imperativos que no dejan resquicio para el pasaje por la dialctica con el Otro que

    implica el deseo , del que Freud nos habla enEl malestar en la cultura : el otro cuenta

    como modelo, objeto, auxiliar, enemigo

    Lacan comenta una salida a otra crisis en su Sem V al pensar la funcin del deseo en la

    comedia. Cuando Aristfanes escribe Lisstrata (la que disuelve los ejrcitos), la

    ciudad de Atenas atraviesa un momento particularmente sombro: estn perdiendo laguerra contra Esparta y a la vez la polis se desgarra en una guerra civil.

    Es por medio de las mujeres y sus estrategias para suscitar el deseo, masculino en estecaso, que Aristfanes nos lleva a percatarnos de que si el estado existe , y tambin la

    ciudad, es para sacar provecho de ello; provecho que no elude poner en juego lacastracin. El hecho de que lo plantee en clave de comedia no le resta importancia al

    asunto. Y curiosamente, salvando las distancias , vemos all un tratamiento del malestarsocial que pone en juego los roles sexuales : ella saben como devolver el buen sentido a

    la ciudad, va a comentar Lacan.

    Y es que Aristfanes, al no ser calvinista, saba muy bien que el humor es el trnsfuga

    en lo cmico de la funcin misma del supery.

    Misma funcin , pero sin la hoguera y el sacrificio como argumentos.