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1 | Viviendo la austeridad 5 | El que busca encuentra 13 | Divino Niño Jesús resencia SOCIEDAD HERMANOS DE JESÚS • CONTEMPLACIÓN Y ACCIÓN AÑO XI • ENERO 2012 • N o . 1 • SAN FRANCISCO DE CAMPECHE, MÉXICO

Presencia Enero 2012

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1 | Viviendo la austeridad 5 | El que busca encuentra 13 | Divino Niño Jesús

resenciaS O C I E D A D H E R M A N O S D E J E S Ú S • C O N T E M P L A C I Ó N Y A C C I Ó N

A Ñ O X I • E N E R O 2 0 1 2 • N o . 1 • S A N F R A N C I S C O D E C A M P E C H E , M É X I C O

CONTENIDO

omenzamos el año pidiendo a Dios que los lle-ne de bendiciones en sus hogares y nos conceda

comenzar con un espíritu renovado este 2012.La experiencia que vivimos al iniciar un año siem-

pre viene llena de propósitos y buenos deseos, los cuales no siempre conseguimos. Por eso es bueno ser un poco modestos a la hora de plantearnos los sueños para este nuevo año, pero sin dejar de soñar.

Nosotros hemos querido renovar la imagen de nuestra revista PRESENCIA con el deseo profundo de seguir llegando al corazón de su hogar en donde anhelamos ser una luz de fe y esperanza.

En esta ocasión el ejemplo del P. Silva, nuestro fun-dador, con su vida de austeridad nos invita a vivir la cuesta de enero, y no podemos iniciar el año sin dar gracias por el que terminó, pedir perdón por lo que no hicimos y solicitar ayuda para el que comienza.

Como nos decían las abuelitas “el que busca en-cuentra”, y comenzamos el año con la alegría de dos hermanos que recibieron el don del Diaconado para el servicio de la Iglesia. Dios los bendiga.

Esto es algo de lo mucho que queremos compar-tir con ustedes a los cuales les decimos: GRACIAS, PERDÓN Y AYUDA. Dios los bendiga.

Editorial

C

P O R TA D A : Bendición Urbi et orbi de su Santidad

Benedicto XVI, en la Plaza de San Pedro el 25 de diciembre de 2011.

La formación de un Hermano de Jesús como misionero, requiere de tiempo, dedicación y de tu apoyo.

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P. ALFREDO LUNA VIEYRA SHJSuperior General

01 981 817 55 90Calle San Luis Potosí s/n

quinta “La Encarnación”

Unidad Habitacional Fidel Velázquez

C.P. 24023

San Francisco de Campeche, Cam.

p. alfredo luna Vieyra

p. ricardo Hernández Tinoco

p. andréS Hernández Tinoco

p. luiS a. lara GuTiérrez

p. fernando G. pereyra eVar

H. alfonSo González pacHeco

H. criSTóbal MijanGoS a.

H. rayMundo ToTolHua T.

H. andréS jiMénez ye

p. noé de jeSúS lópez caSanoVa

Agradecemos tu generosidad.

1 Viviendo la austeridad

3 Reflexión para iniciar el Año

5 El que busca encuentra

Poesía y Vida

6 Sembrando

8 Crónicas y anécdotas

Déjame que te cuente

11 De una lechuza, de un lagarto, de una tradición, de la aguada de Hool y del tema de Cristo-Luz.

13 Divino Niño Jesús

s común hacer refe-rencia a “La cuesta de

enero”, término consagra-do para designar el am-biente de austeridad, que se vive como consecuen-cia lógica de los excesos de las fiestas de navidad y año nuevo.

Sin embargo, la aus-teridad, puede vivirse no como una consecuencia ineludible, sino como una opción, no sólo en el mes de enero, mayo o septiem-bre, sino todo el tiempo.

La austeridad como un aspecto de la pobreza, es un valor esencial en la vida de quienes han deci-dido seguir el llamado del Señor a imitar el estilo de vida pobre, virginal y obe-diente que asumió el Hijo de Dios al nacer en Belén.

Ante una sociedad marcada por el consumismo superfluo, la austeridad proclama que el valor de la persona no está en la cantidad de artículos que posee o la capacidad de ad-quisición que tiene, o en los bienes materiales que acumu-le, sino en la capacidad de vivir con lo mínimo.

La vivencia de la austeridad fue un valor esencial en la vida del P. Adolfo Silva Valdez, fun-dador de la SHJ. Don Adolfo no necesitaba tener un gran es-pacio para vivir, en su celda de

tres metros por dos sólo había, una cama, una pequeña mesa y un sillón, su ajuar se componía de una media docena de cami-sas, tres o cuatro pantalones, unas cuantas piezas de ropa in-terior, unos pañuelos, una ga-bardina y un abrigo.

Don Adolfo vivió en grado extremo la austeridad. Cuando alguna de sus camisas ya esta-ba luida en las áreas del cuello o las mangas, pedía a alguna costurera del pueblo que le diera vuelta a los cuellos, para que las partes dañadas que-daran dentro del doblez. Esta vivencia de la pobreza, no bro-

Viviendo la austeridad

E taba de la tacañería o de la avaricia por acumular, sino de la convicción de que se puede vivir con muy poco.

En algún momento pe-día a Dios “Líbrame… en materia de Pobreza de todo “espíritu de propie-dad”, de todo lo superfluo e inútil”…y escribía… “Po-bre” no es, en el sentido de la Biblia el que no tiene bie-nes materiales, sino el que delante de Dios se recono-ce carente de todo y está ansioso y dispuesto a reci-birlo todo de Él. Y así, la pa-labra “pobreza”, que en el mundo significa “fracaso” es la condición indispensa-ble para buscar a Dios”.

Don Adolfo llevó una vida austera, no tenía ni

preferencia o exigencia alguna en cuestión de alimentación, ni se escudaba en malestares físi-cos para dejar de tomar lo que se servía, cualquiera que fuese el tipo de comida que se pa-saba a la mesa. No manifestó antojo o predilección por tal o cual platillo, por tal o cual bebi-da, en todo llevaba una vida de frugal mesura.

En todo mantuvo una acti-tud de libertad ante los bienes materiales, porque su riqueza no estaba en las cosas terre-nas, ni en la fama, ni en las se-guridades materiales, sino que toda su riqueza estaba en Dios.

P. Andrés Hernández Tinoco SHJ

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Y de esa pobreza nacía su li-bertad, su fortaleza y su fuerza interior.

El ambiente de materialis-mo consumista en que vivimos nos arrastra a querer tenerlo todo, a comprar lo que sea, porque es novedad, porque está de moda, porque está de oferta, por lo que sea aunque no se necesite y resulte algo inútil y superfluo y de forma paulatina nos vamos esclavi-zando a la dictadura del mate-rialismo, nos vamos haciendo esclavos de las cosas, agobia-dos por las deudas.

La austeridad, la sencillez de vida, la renuncia voluntaria de todo lo superfluo, nos da la ca-pacidad para vivir en libertad, nos libera de la esclavitud del consumismo materialista, que nos impone un modo de vivir de acuerdo a los patrones de la moda, nos libra de la distor-sión de considerar el valor de la persona en función del tener. Quien lleva una vida austera, puede llegar a dominar el ape-tito de los sentidos, porque al renunciar a lo superfluo, va for-jando su voluntad y va desarro-llando la capacidad para obrar

de acuerdo a la razón, buscan-do ante todo los bienes tras-cendentes y sobrenaturales.

La vida pobre y el testimo-nio de austeridad de nuestro Padre Adolfo adquieren un va-lor profético al proclamar que sí es posible llevar una existen-cia austera, tratando de evitar todo lo superfluo. Y es un recla-mo para todos los Hermanos de Jesús que hemos escogido seguir a Cristo pobre, virginal y obediente a la manera como lo siguieron nuestros padres fundadores don Adolfo Silva y Don Fidel Cortés Pérez.

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Reflexión para iniciar el Año

P. Noé López Casanova SHJ

l inicio del año que comenzamos, heme aquí, Señor, en el silencio y en recogimiento

para decirte GRACIAS, para solicitarte AYUDA, para implorarte PERDÓN.

GRACIAS

Señor por la paz, por la alegría, por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado, por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron. Por esa mano oportuna que me levantó, por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón que amistad, cariño y amor me dieron. Gracias, Señor por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron. Gracias, Señor... me cuesta decírtelo... por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto, por el engaño, por la injusticia, por la soledad, por el fallecimiento del ser querido. Tú lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo; quizá estuve al punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta que todo esto me acercó más a Ti. ¡Tú sabes lo que hiciste! Gracias, Señor, sobre todo por la fe que me has dado en Ti y en los hombres. Por esa fe que se tambaleó pero que Tú nunca dejaste de fortalecer cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo me hizo caminar en el sendero de la verdad a pesar de la oscuridad.

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AYUDA

Te he venido también a implorar para el año que comienza. Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor. Vivir en la incertidumbre, en la duda, no me gusta, me molesta, me hace sufrir. Pero sé que Tú siempre me ayudarás. Yo te puedo dar la espalda. Soy libre. Tú nunca me la darás. Eres fiel. Yo sé que me tenderás la mano. Tú sabes que yo no siempre la tomaré. Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte, que llenes mi vida de esperanza y generosidad. No abandones la obra de tus manos, Señor.

PERDÓN

No podría retirarme sin pronunciar esa palabra que tantas veces, te debí de haber dicho, pero que por negligencia y orgullo he callado, perdón, Señor, por mis errores, descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad, por mi necedad y capricho, por mi silencio y mi excesiva locuacidad. Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos, por mi falta de alegría y entusiasmo, por mi falta de fe y confianza en Ti, por mi cobardía y mi temor en mi compromiso. Perdón, porque me han perdonado y no he sabido perdonar. Perdón por mi hipocresía y mi doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido pero que en el fondo no es más que engaño a mí mismo. Perdón por esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé, por esa mano que no tendí, por esa mirada que desvié, por esos oídos que no presté, por esa verdad que omití, por ese corazón que no amó ... por ese Yo que se prefirió. Señor, no te he dicho todo. Llena con tu amor mi silencio y cobardía. GRACIAS por todos los que no te dan gracias. AYUDA a todos los que imploran tu ayuda. PERDÓN por todos los que no imploran perdón. Me has escuchado… ahora, Señor, te escucho...

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a estarán transcurrien-do los días primeros del

año, y no tardos ni perezosos los primeros vaticinios de pá-jaros de mal agüero estarán augurando, un año nuevo lle-no de desgracias, catástrofes naturales y un panorama nada alentador. Otros, ofrecerán en el horóscopo, y adivinaciones, santería y brujería, la solución de todos los problemas al me-jor postor. Y para una sociedad más equilibrada y justa sobran las propuestas de políticas fra-casadas, muertas y sepultadas, en nuestra amada Latinoaméri-ca que sigue cobrando la cuen-ta a los que menos tienen.

Lo cierto es que todos tene-mos hambre de Dios, lo cierto es que todos andamos en su búsqueda, lo cierto es que no todos lo buscamos donde de-beríamos. Y por eso aves de rapiña, y lobos hambrientos es-tán al asecho, para devorarnos raudos y veloces.

Dejando ya detrás los de-seos y buenos propósitos, abramos nuestra perspectiva, al único horizonte que traerá luz, a este nuevo ciclo el cami-no que nos lleve a Dios, y ese es Jesucristo el Señor, que nue-vamente estará-está en-con nosotros para acompañarnos, en las buenas y en las mejores, y en las malas y las peores.

A continuación comparto con ustedes unas bellas pala-bras de S. Anselmo: “Deja un momento tus ocupaciones ha-bituales, hombre insignificante, entra un instante en ti mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones agobian-tes y aparta de ti las inquietu-des que te oprimen. Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un momento en él.

Entra en lo más profundo de tu alma, aparta de ti todo,

excepto Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarlo; cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio. Di con todas tus fuerzas, di al Señor: Busco tu rostro; tu rostro bus-co Señor.

Y ahora, Señor y Dios mío, enséñame dónde y cómo ten-go que buscarte, dónde y cómo te encontraré…”.

Termino con el “Padrenues-tro” de Dios, del p. José Luis Martín Descalzo:

El que busca encuentraP. Luis Lara SHJ

Y

Hijo mío que estás en la tierra,preocupado, solitario, tentado,Yo conozco perfectamente tu nombrey lo pronuncio como santificándolo,porque te amo.No, no estás sólo, sino habitado por Mí,y juntos construimos este reinodel que tú vas a ser el heredero.Me gusta que hagas mi voluntadporque mi voluntad es que tú seas feliz,ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.Cuenta siempre conmigo.Y tendrás el pan para hoy, no te preocupes,sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.Sabe que perdono todas tus ofensasantes incluso de que las cometas;por eso te pido que hagas lo mismocon los que a ti te ofenden.Para que nunca caigas en la tentacióncógete fuerte de mi manoy yo te libraré del mal,pobre y querido hijo mío.

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ios nos ha concedido comenzar un año nue-vo. En él hay que vencer el mal haciendo el

bien. Sembrar amor para vencer el odio. Contra el egoísmo cultivaremos la generosidad. Bueno, para alimentar buenos sentimientos te comparto, una poesía que escuché varias veces en los cer-támenes de oratoria de mi Colegio Guadiana. El de mi infancia.

P. Ricardo Hernandez Tinoco SHJ

D SEMBRANDO de Marcos Rafael Blanco Belmonte

De aquel rincón bañado por los fulgoresdel sol que nuestro cielo triunfante llena;de la florida tierra donde entre floresse deslizó mi infancia dulce y serena;envuelto en los recuerdos de mi pasado,borroso cual lo lejos del horizonte,guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no sé si era sabio, loco o prudenteaquel hombre que humilde traje vestía;sólo sé que al mirarle toda la gentecon profundo respeto se descubría.Y es que acaso su gesto severo y noblea todos asombraba por lo arrogante:¡hasta los leñadores mirando al roblesienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierray al sembrador, sembrando, miré risueño;¡desde que existen hombres sobre la tierranunca se ha trabajado con tanto empeño!Quise saber, curioso, lo que el dementesembraba en la montaña sola y bravía;el infeliz oyóme benignamentey me dijo con honda melancolía:—Siembro robles y pinos y sicomoros;quiero llenar de frondas esta ladera,quiero que otros disfruten de los tesorosque darán estas plantas cuando yo muera.

—¿Por qué tantos afanes en la jornadasin buscar recompensa? —dije. Y el locomurmuró, con las manos sobre la azada:

Sembrando

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Poesía y Vida

—«Acaso tú imagines que me equivoco;acaso, por ser niño, te asombre muchoel soberano impulso que mi alma enciende;por los que no trabajan, trabajo y lucho;si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

«Hoy es el egoísmo torpe maestroa quien rendimos culto de varios modos:si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!En la propia miseria los ojos fijos,buscamos las riquezas que nos convieneny todo lo arrostramos por nuestros hijos.¿Es que los demás padres hijos no tienen?...Vivimos siendo hermanos sólo en el nombrey, en las guerras brutales con sed de robo,hay siempre un fratricida dentro del hombre,y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

«Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,yo me afano y me impongo ruda tareay sé que vale mucho mi pobre ejemploaunque pobre y humilde parezca y sea.¡Hay que luchar por todos los que no luchan!¡Hay que pedir por todos los que no imploran!¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!¡Hay que llorar por todos los que no lloran!Hay que ser cual abejas que en la colmenafabrican para todos dulces panales.Hay que ser como el agua que va serenabrindando al mundo entero frescos raudales.Hay que imitar al viento, que siembra floreslo mismo en la montaña que en la llanura,y hay que vivir la vida sembrando amores,con la vista y el alma siempre en la altura».

Dijo el loco, y con noble melancolíapor las breñas del monte siguió trepando,y al perderse en las sombras, aún repetía:—«¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!...»

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niciando este nuevo año 2012 les envío un cordial

abrazo y deseándoles siempre lo mejor para sus vidas en todo momento.

Todos los momentos que vivimos es lo que somos, y lo que somos lo compartimos con ustedes estimados bien-hechores y amigos, gracias por acompañarnos en esta sección que con gusto compartimos con ustedes, así recordamos algunos acontecimientos que sucedieron en el mes de di-ciembre del año anterior 2011. Iniciemos esta aventura.

Descanso de la escuela…

¡Chito no me creas! pero dicen que los hermanos cuan-do tuvieron el periodo de va-caciones decembrinas pues que tiraron, —¡hay! perdón— digo que dejaron descansar sus libros y cuadernos —es

que los usan demasiado— los dejaron arrumbados en la bi-blioteca del convento ya que se dedicaron estos hermanos a vacacionar, bueno, entre ese vacacionar está la limpieza del convento, preparar las cosas para la posada con bienhe-chores, los preparativos de las

ordenaciones diaconales, los aniversarios sacerdotales de los padres, la fiesta de navi-dad ¡uf! se me olvidaba decir la celebración de la virgencita de Guadalupe y por supuesto el año nuevo, entre otras y mil actividades más que tenemos en nuestra comunidad. Pero a

Crónicas y anécdotasHno. Cristóbal Mijangos Aguileta. SHJ

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pesar del trabajo pues que los hermanos se la pasaron bien y también descansaron de la es-cuela por unos días, ahora que inicien nuevamente las clases a desempolvar los cuadernos y los libros ¡eh!

Virgencita de Guadalupe cuídanos porfis…

Con una novena antes del día 12 de diciembre dedicaron los hermanos a la Madre del Cielo Santa María de Guadalu-pe —ya hasta expertos rezado-res para las novenas se volvie-ron— recordando y haciendo suyas las palabras dirigidas a San Juan Diego “No estoy yo aquí, que soy tu madre”.

¡Ah! pero tanto fue el fervor y el hambre —como todos sa-ben después del rezo se reparte algún bocadillo— de un herma-nito que dirigió cierto día, que en el momento de las letanías a la Virgen se acordó de los “ricos helados” —y no precisamente los de la michoacana o los Ho-landa— en lugar de decir: los “riscos helados”. Pobre herma-no que ya le chillaban las tripas, recuerda que antes de comer hay que rezar.

Y en el mercado….

Y continuando con las fies-tas de Guadalupanas, les cuen-to que también los amigos del mercado celebraron a la Virgen de Guadalupe y tuvimos los hermanos la oportunidad de estar con ellos en la misa en honor a “la Patrona” —como muchos le decimos a la Gua-

dalupana—. Flores, procesio-nes, cohetes, y mucha alegría se vivió en ese momento, pero sobre todo el fervor y el enco-mendarnos juntos a “la Madre del verdadero Dios por quien se vive” para que ella nos siga amparando e intercediendo por todos nosotros allá en el cielo siendo nuestra defensora e intercesora. Gracias a todos los que apoyaron para esta celebración.

Eeen eel nombre del cielo… os pido posada

Y ya con todos los prepara-tivos listos para la posada con

los bienhechores, se inició ese día con la Eucaristía para en-comendarse a Dios y pedir su bendición, seguidamente se pasó a pedir posada camina-do todos juntos con las velitas en mano —los hermanos y los bienhechores— y los peregri-nos por delante, al terminar pues que pasamos todos a la cancha del convento para compartir un pequeño festival y un delicioso manjar, claro ter-minando la actividad rompien-do la tradicional piñata. Gra-cias a todos los bienhechores, familiares y amigos que nos acompañaron ese día, gracias por dejarnos compartir con

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Les esperamos en la Misa de Bienhechores el día 28 de enero a las 11 am en la Casa de la Encarnación.

No faltes

ustedes, dejarnos conocerlos a ustedes que generosamente nos acompañan y por supues-to conocer a los hermanos, las actividades que realizamos y el lugar donde vivimos. Sean Bienvenidos próximamente.

Ordenaciones diaconales

Dios siempre bendice al pueblo de Dios y por supues-to vemos su bondad para con nuestra congregación la So-ciedad de Hermanos de Jesús y es que en esta ocasión Dios nos ha bendecido con la or-denación diaconal permanen-te del hermano Pedro Herrera Centeno y la ordenación dia-conal transitoria del hermano Raymundo Toyulhua Tepox. En la Parroquia de Nuestra Seño-ra de la Encarnación y siendo precedida la ordenación por el Señor Obispo de Campeche Excmo. Ramón Castro Castro acompañado por nuestro Sup. General P. Alfredo Luna Vieyra. SHJ y otros sacerdotes más de nuestra congregación y mu-cha, mucha gente más que nos acompañó para tal ocasión. Hermanos diáconos, el servicio a Dios en los hermanos es por lo que se consagran y en eso hay que permanecer fiel. Felici-dades y que Dios los fortalezca en su nuevo ministerio.

Gracias a Dios por la vida sacerdotal

De igual manera en la Pa-rroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, el día 27 de diciembre de 2011 con la Cele-

bración Eucarística, los padres Ricardo Hernández Tinoco y Andrés Hernández Tinoco jun-to con los Padres Alfredo Luna Vieyra y Juan Manuel Díaz Vera, dieron gracias a Dios por 25 y 15 años de vida sacerdotal en compañía de mucha gente que tanto los estima. Y al terminar la Eucaristía se fueron todos

al convento para celebrar con un convivio este gran regalo y bendición de Dios para su pue-blo. Gracias hermanos sacer-dotes por entregar y desgastar su vida en el anuncio del Rei-no de los cielos y por ser otros Cristo entre nosotros, que Dios los siga fortaleciendo en su ministerio.

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uando hace más de 25 años, llegamos a

Campeche los Hermanos de Jesús, el Sr. Obispo don Héc-tor González Martínez nos pi-dió atender la fiesta de Hool. La fiesta de la Candelaria. Mu-cha gente acude a esa fiesta, a ese poblado. En la antigüedad muchos iban en carretas, a pie, a caballo, etc. y ahora lo hacen en carro, en autobús, en bici-cleta, etc. Vienen de lugares lejanos. Asisten para pagar sus mandas, sus promesas.

El hermano Panchito Ga-lindo y yo, nos dedicamos a limpiar la iglesia; sacamos ca-rretilladas de tierra y basura que se había acumulado en las cornizas interiores. Sobre todo que en algún lugar tenía su nido una lechuza, (en maya le dicen zotch, según se pro-nuncia, pero se escribe distin-to). Ella era la que mantenía libre de ratones la iglesia, pero dejaba los esqueletos en la corniza. Fue peligroso y apa-sionante ese trabajo, porque la iglesia es bastante alta. Fue cansado. Sacudimo la cúpula y con espátula nos dedicamos a levantar la cera del piso. Eran capas y capas pues a la gente le gustaba encender manojos de ceras y para no quemarse

las manos, la dejaban chorrear hacia el piso. La procesión era laaarga y bonita. Recuerdo que un devoto había viajado desde Toluca —era comerciante— a llevar cientos de flores rojas de primerísima calidad. Eran gla-diolas como las que se cultivan en Pilcaya, Gro., de donde pro-cedía la S.H.J.

El padre Boni, atendía la parroquia de Sihochac y cele-braba misa. De hecho, varios padres de la diócesis iban a ce-lebrar: padre Próspero, padre Sergio y padre Rodolfo, etc., por aquellos años. Eran ríos de gente que iban a pedir, hon-rar o agradecer a la Virgen de Hool. La Virgen de la Candela-ria. La gente iba como de pa-

seo a la aguada. Muchos traían ceras, milagritos y regalos para la Virgen. Había —y supongo que hay— apreturas y empu-jones por la multitud. En esos años, la aguada tenía un lagar-to, pero creo que hace poco lo mataron, pues un imprudente hombre ebrio se metió hasta donde no debía y el reptil lo mandó al valle de las calacas. Es que la gente iba también a divertirse, a comer y a ver los partidos de béisbol (base ball). De modo que muchos viaja-ban con verdadera devoción y otros por diversión. Esa pere-grinación a Hool es una autén-tica tradición campechana.

En nuestras catequesis insis-tíamos que la Virgen nos lleva a

P. Ricardo Hernandez Tinoco SHJ

De una lechuza, de un lagarto, de una tradición, de la aguada de Hool y del tema de Cristo-Luz

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Déjame que te cuente

Jesús. Que en realidad la fiesta de la Candelaria es una fiesta cristocéntrica. El centro es Je-sucristo el Salvador. Él es la luz. José y María son quienes lo portan y lo llevan al templo. Es el anciano Simeón el que pro-nuncia el “nunc dimittis” se-gún el evangelio de San Lucas. Pero Cristo es la Luz. De modo que tantas candelas nos deben recordar que Cristo es el que alumbra las naciones. Que si seguimos la luz de su Palabra, no caeremos en las tinieblas del pecado. Él es la salvación. Esta fiesta es como continua-ción o réplica de la Epifanía.

Dice el evangelio de san Lucas c. 2,22-40 que Cristo es la Luz que alumbra a las nacio-nes. Que es signo de contra-dicción, Salvación de muchos y dolor y perdición para quienes lo rechazan. Es en este contex-to que el anciano Simeón le profetiza a la Virgen María que a ella “una espada de dolor” le atravezaría el corazón —por causa de aquel niño. Se refería sin duda al momento de la pa-sión en el Calvario. De hecho dice Sn Juan c. 19,25 “stabat Mater —dolorosa— juxta cru-cem, lacrimosa.” Mira que el gozo y el dolor se mezclan en la vida. Como decía aquella zar-zuela de mis años de adoles-cencia que representábamos en el Colegio Lasallista: “en esta vida mezquina, no cabe dicha completa, cada flor tie-ne su espina, cada alma su pe-sar. Eso lo entendió muy bien el gran Lope de Vega cuando cantando al niño Jesús el vi-llancico “entre pajas” dice el poeta: Las pajas del pesebre,

niño de Belén, hoy son flores y rosas, mañana serán hiel... Así es la vida, a veces gozamos y a veces lloramos.

El tema de la Luz es un tema muy católico. Cristo es luz para nuestras sombras. Caminemos como hijos de la Luz dice San Pablo. A los papás y padrinos de los niños que son bautiza-dos, el sacerdote les encien-de su vela en el cirio pascual —signo de Cristo y de su triun-fo sobre las tinieblas y la muer-te— diciendo: “a ustedes pa-dres y padrinos se les confía el cuidado de esta luz, a fin de que estos niños, que han sido iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz y, perseverando en la fe, puedan salir al encuentro del Señor, con todos los santos, cuando venga al final de los tiempos. y ¿quién podrá olvidar la emo-ción religiosa que provoca la liturgia de la noche de Pascua con la bendición del fuego nuevo, la procesión con el Cirio pascual y la más sencilla capi-lla o la más grandiosa catedral con las luces de las velas de los fieles iluminando el alma más que el recinto? ¿quién no per-

cibe entonces el atraer Aquel que es la luz y que ha resuci-tado de entre los muertos para que tengamos vida eterna? Cristo es la Luz, la paz el gozo, en él está nuestra esperanza.

Bueno, ya que hablé de vi-llancicos, recordaré que en Campeche hay la tradición de las novenitas y se cantan has-ta en febrero los villancicos al Niño Jesús con panderetas, cascabeles y guitarras. Cómo voy a olvidar esa tradición her-mosa si algunas veces la disfru-té en casa de doña Elidé y de los Lugo... y lo que disfruté fue la devoción, el rosario y el can-to; pero también los tradicio-nales dulces campechanos que para esa oportunidad se pre-paran. Bueno, Campeche fies-tero, alarga o anticipa la fiesta, pues pibi-pollos, entre el rezo por los difuntos, se hacen los xpelones y pibis, no sólo a prin-cipios de mes sino el 30, fiesta de San Andrés, con lo que se cierra el mes de ánimas, entre rezo y comida. Ay Campechito retrechero... Dios te bendiga... sobre todo a familiares y ami-gos a quienes a la distancia, recuerdo.

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esde tiempos muy anti-guos los católicos han te-

nido mucha devoción al Divino Niño Jesús, y han honrado su santa infancia, considerando esta edad de Jesucristo como una maravilla de inocencia y amabilidad.

Ya hacia el año 1200, San Francisco de Asís dispuso re-cordar con mucha solemnidad la Navidad haciendo un pese-bre lo más parecido posible al de Belén y celebrando así entre pastores, ovejas, bueyes y as-nos la misa de la medianoche, y haciendo él mismo un her-moso sermón de Nochebuena recordando la gran bondad del Hijo de Dios al quererse hacer hombre en Belén por salvar nuestra alma.

Más tarde San Antonio de Padua fue un devoto tan entu-siasta del Niño Jesús que se-gún las imágenes que de él se conservan, mereció que el Divi-no Niño se le apareciera.

Otro santo al que se le pre-senta en las imágenes tenien-do entre sus brazos al Niño Je-sús es San Cayetano, el cual lo que necesitaba pedir lo pedía por los méritos de la infancia de Jesús.

Modernamente los santos que más contribuyeron a di-

fundir la de-voción al Niño de Belén fueron Santa Teresa y San Juan de la Cruz.

Santa Teresa de Jesús le te-nía un amor tan grande al Divi-no Niño que un día al subir una escalera obtuvo tener una vi-sión en la que contemplaba al Niño Jesús tal cual había sido en la tierra. En recuerdo de esta visión la santa llevó siem-pre en sus viajes una estatua del Divino Niño, y en cada casa de su comunidad mandó tener y honrar una bella imagen del Niño Jesús que casi siempre ella misma dejaba de regalo al despedirse.

Millones de creyentes han hecho la experiencia de pedir favores a Dios por los méritos de la infancia de Jesús y han conseguido maravillas. Y noso-tros vamos a hacer lo mismo. Queremos honrar la infancia de Jesús y darle gracias por haber nacido en Belén para salvarnos.

Desde hace unos trescientos años la devoción al Niño Jesús se ha extendido rápidamente por Europa, América, Asia, Áfri-ca y Oceanía. Las gentes empe-zaron a experimentar que cuan-do piden favores a Dios por los méritos de la infancia de Jesús consiguen maravillas.

Existen alrededor de todo el mundo muchas figuras e imágenes representando al Niño Jesús mediante las cua-les se han obtenido grandes milagros. Entre las más cono-cidas se encuentran: El Niño Jesús de Praga, en Checoslo-vaquia; el Santo Niño de Ato-cha, en México; el Divino Niño de Arenzano, en Italia y el mi-lagroso Niño Jesús de Bogotá en Colombia, entre otros.

En el año 1636, Nuestro Se-ñor le hizo a la venerable Mar-garita del Santísimo Sacramen-to esta promesa: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y tu ora-ción será escuchada”.

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Divino Niño Jesús

13

rese

ncia

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IVINO

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O JESÚ

S que b

endices

y proteg

es las casas dond

e está exp

uesta y es honrada tu Sag

rada Im

a-g

en. Te elegim

os hoy y para siem

pre

por Señor y D

ueño de nuestra casa, y

te ped

imos q

ue te dig

nes dem

ostrar en ella tu p

oderoso auxilio, p

reserván-d

ola de la enferm

edad

, del fueg

o, del

rayo, de las inund

aciones, de los terre-

motos, d

e los ladrones, d

e las discor-

dias y d

e los pelig

ros de la g

uerra.B

endice y p

rotege a las p

ersonas q

ue aquí hab

itan, y concédeles la p

az, una g

ran fe, verdad

ero amor a D

ios y al p

rójimo, p

aciencia en las penas, esp

e-ranza en la vid

a eterna, y facilidad

es de

trabajo, em

pleo y estud

io, y la gracia

de evitar los m

alos ejemp

los, el odio,

el pecad

o, la condenación eterna y to-

das las d

emás d

esgracias y accid

entes. A

mén

DC

onsa

gra

ción d

el hog

ar

endícem

e, N

iño Jesús

y rueg

a p

or mí sin cesar. A

leja de m

í, hoy y siem

pre el p

ecado. Si trop

iezo, tien-d

e tu mano hacia m

í. Si cien veces cai-g

o, cien veces levántame. Si m

e dejas

Niño, ¿q

ué será de m

í? En los pelig

ros d

el mund

o asísteme. Q

uiero vivir y mo-

rir bajo tu m

anto. Quiero q

ue mi vid

a te hag

a sonreír. Míram

e con comp

a-sión, no m

e dejes Jesús m

ío. Y, al final, sal a recib

irme y llévam

e junto a Ti. Tu b

endición m

e acomp

añe hoy y siem-

pre. A

mén. A

leluya. Rezar un gloria.

B

Un m

inuto

con el N

iño J

esús