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  PRESENTACIÓN La fenomenología es una filosofía difícil pero de un gran influjo en el siglo XX y que, de una u otra forma, parece tener garantizada su continuidad en el siglo XXI. Esa situación recomienda esforzarse para conseguir entrar en ella lo mejor posible. Pero no es ésta una tarea fácil. Quienes nos movemos en este campo sabemos hasta qué punto nos ha costado introducirnos en ella. Desde esa perspectiva puede ser interesante rehacer el camino de acceso a la fenomenología. Lo mejor para ello es seguir los primeros escritos de ese camino. Se trata de “ejercicios” y “problemas” con los que el principiante se encuentra y a los que responde como puede. Por eso cumplen el papel de mostrar un camino que luego, en mi caso, ya no se interrumpió. Me ha costado mucho tiempo decidir esta publicación, pero creo que en algo puede contribuir a clarificar algunos temas, o a enseñar a pensar desde la fenomenología. Y en nuestro país es ésa una posibilidad nada desdeñable. Son varios, sin embargo, los motivos que me han llevado a publicar estos antiguos ensayos. En sí considerados pueden no ser suficientes más que para quien tomó esa decisión, pero dese aría que el comentario sobre esos motivos no descubra sólo razones personales, por más que, en mi opinión, no dejan de tener cierto peso, sino razones que interpelen y ayuden a otras personas. En realidad nunca pensé en publicar un primer tomo de ensayos, porque ni siquiera era consciente de que tuviera material para ello. Mi intención era publicar un único tomo con los artículos más recientes sobre fenomenología, a los que pensaba añadir los que en este libro aparecen como ensayos 3 y 4, sin parar mientes en el presumible interés de los otros trabajos. La razón básica de publicar de nuevo esos trabajos ya conocidos era la escasa difusión que tuvo el artículo sobre Kant y Husserl, y la nu la del otro trabajo sobre el concepto de reducción, tan nula que ha permanecido totalmente desconocido, situación común a las tesis doctorales que se escriben en nuestro país. Sin embargo, ahí, en ese trabajo sobre la reducción, está lo sustancial de mi libro, publicado trece años después con el título La estructura del método  fenomenológ ico. En realidad ambos textos, este último y el capítulo 3  —procedente de 1973—, son reelaboraciones de mi tesis doctoral de

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Filosofiía

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  • PRESENTACIN

    La fenomenologa es una filosofa difcil pero de un gran influjo en

    el siglo XX y que, de una u otra forma, parece tener garantizada su continuidad en el siglo XXI. Esa situacin recomienda esforzarse para conseguir entrar en ella lo mejor posible. Pero no es sta una tarea fcil. Quienes nos movemos en este campo sabemos hasta qu punto nos ha costado introducirnos en ella. Desde esa perspectiva puede ser interesante rehacer el camino de acceso a la fenomenologa. Lo mejor para ello es seguir los primeros escritos de ese camino. Se trata de ejercicios y problemas con los que el principiante se encuentra y a los que responde como puede. Por eso cumplen el papel de mostrar un camino que luego, en mi caso, ya no se interrumpi. Me ha costado mucho tiempo decidir esta publicacin, pero creo que en algo puede contribuir a clarificar algunos temas, o a ensear a pensar desde la fenomenologa. Y en nuestro pas es sa una posibilidad nada desdeable.

    Son varios, sin embargo, los motivos que me han llevado a publicar estos antiguos ensayos. En s considerados pueden no ser suficientes ms que para quien tom esa decisin, pero deseara que el comentario sobre esos motivos no descubra slo razones personales, por ms que, en mi opinin, no dejan de tener cierto peso, sino razones que interpelen y ayuden a otras personas. En realidad nunca pens en publicar un primer tomo de ensayos, porque ni siquiera era consciente de que tuviera material para ello. Mi intencin era publicar un nico tomo con los artculos ms recientes sobre fenomenologa, a los que pensaba aadir los que en este libro aparecen como ensayos 3 y 4, sin parar mientes en el presumible inters de los otros trabajos. La razn bsica de publicar de nuevo esos trabajos ya conocidos era la escasa difusin que tuvo el artculo sobre Kant y Husserl, y la nula del otro trabajo sobre el concepto de reduccin, tan nula que ha permanecido totalmente desconocido, situacin comn a las tesis doctorales que se escriben en nuestro pas. Sin embargo, ah, en ese trabajo sobre la reduccin, est lo sustancial de mi libro, publicado trece aos despus con el ttulo La estructura del mtodo fenomenolgico. En realidad ambos textos, este ltimo y el captulo 3 procedente de 1973, son reelaboraciones de mi tesis doctoral de

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    1972. La ventaja del texto de 1973 es, primero, que est directamente vinculado a la tesis; y segundo, que, por su brevedad, puede ayudar a comprender mejor el ncleo de mi interpretacin de ese importante concepto husserliano; pero es que, adems, la ltima parte sobre la reduccin intersubjetiva da una visin del tema de la tesis no recogida en el libro antes citado, pues en su momento pensaba dedicar a ese punto un ensayo completo, que est escrito pero sin concluir. Todos estos motivos justificaban, desde mi perspectiva, plenamente su publicacin.

    Tambin poda ser interesante publicar de nuevo el artculo sobre Kant y Husserl. Los estudios de Kant no slo no pierden inters sino que cada vez son ms frecuentes. Un tema que, en la fenomenologa, suele generar confusin o malas interpretaciones es la equiparacin excesivamente rpida que se hace entre el concepto de yo de Kant y el de Husserl; por eso no est de ms echar un mirada a ese trabajo, donde se hace algn esfuerzo por clarificar ese tema. En sustancia, creo que sigue manteniendo valor. Incluso quizs si se lo hubiera tenido en cuenta, no se hubiera rechazado tan fcilmente la traduccin que Pedro Ribas propone de das Gemt, pues, como l mismo lo dice, se basa en la interpretacin que yo doy en ese trabajo. Recientemente me he encontrado en Husserl un empleo muy masivo de la palabra Gemt, como el ncleo donde residen los afectos. A este sentido se aproxima nuestra expresin Qu nimo tiene! Pero en Kant no es exactamente se el sentido, pues para l es la totalidad mental, por eso yo propona ah traducirlo como psiquismo. El carcter afectivo, que resalta Husserl, queda de todos modos salvado, porque el fondo emotivo-afectivo que rige indefectiblemente nuestra relacin con el mundo impregna o colorea la totalidad de la vida mental, como tuve oportunidad de mostrar en otro trabajo. Desde la perspectiva de esta polmica me interesaba publicar de nuevo este artculo.

    Ahora bien, revisando mis trabajos para la evaluacin de mi primer perodo de investigacin, que, por cierto, no me fue reconocido, padeciendo as el llamado sexenio negro que tanto nos ha perjudicado a muchos profesores de filosofa, no bastando las tres becas de investigacin que tuve (F.P.; Intercambio con Lovaina y Fundacin Oriol-Urquijo, con las que investigu en el Archivo de Husserl de Friburgo casi tres aos), indicndome con ello, el Gobierno de entonces, que en mis primeros doce aos de vida universitaria, a los ojos de los sesudos pensadores que decidieron la evaluacin de la investigacin, no mereca el ttulo de investigador, me encontr con otros trabajos,

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    algunos de los cuales haban sido escritos para ser publicados, y otros, aunque pensados para una eventual publicacin, la dificultad de rematarlos para darlos a las prensas, haba hecho que quedaran incompletos. El trabajo sobre el solipsismo (Cap. II), terminado el verano del 1972, por tanto recin presentada mi tesis doctoral, fue pensado para publicar, incluso en alemn, aunque no fructific el intento que hice. En espaol nunca intent publicarlo, hasta que se present la oportunidad de hacerlo, muchsimos aos despus, en la Revista de la UNED Endoxa. Sin embargo, a la luz de lo que se ha escrito sobre esos temas, no hubiera sobrado su publicacin en el mbito de la filosofa espaola en la fecha en que fue escrito, 1972. El trabajo est redactado antes de la publicacin de los tomos sobre la intersubjetividad, pero pienso que no por ello est anticuado, incluso el planteamiento relativamente formal en que est pensado le da ms valor que el que provendra de un anlisis exhaustivo de textos. He preferido no adaptarlo a los datos posteriores sobre la intersubjetividad ni he querido tener en cuenta la Grundproblemevorlesung de 1910/1911, que se public tambin en los textos sobre la intersubjetividad en 1973. El lector conocedor debera poder completarlos por su cuenta.

    Por lo que se refiere a los otros, ninguno de ellos ha sido elaborado para su publicacin inmediata. El primero (Cap. I), el ms antiguo, no pasa de ser un mero ejercicio sobre un problema, pues es la memoria que tuve que hacer, en mayo de 1969, estando en la Universidad de Lovaina, para la fundacin Oriol-Urquijo, que me iba a costear los estudios en Alemania; al trabajo, que en su da estuvo completo, ahora le faltan algunas pginas que no he podido encontrar. Creo, sin embargo, que, aun en la forma que tiene, puede tener algn inters, pues trata de presentar unas conexiones entre los diversos conceptos de reduccin de Husserl y la de Merleau-Ponty que pueden ayudar a comprender la conexin entre ambos pensadores. El hecho de que fuera redactado al finalizar mi estancia en Lovaina, donde me dediqu fundamentalmente a estudiar a Merleau-Ponty y a Husserl, hace que en ese momento tuviera una percepcin muy unitaria de ambos pensadores. Por eso creo que puede ser interesante su publicacin. El trabajo se edita tal como fue escrito entonces, con la ingenuidad y ampulosidad de un principiante; slo he introducido ligeras modificaciones de estilo, pero ninguna que incluya perspectivas nuevas que he ido desarrollando a lo largo de los cuarenta aos transcurridos desde entonces. Su funcin en este lugar, de todas maneras, no es otra que mostrar un camino de escolares, quienes

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    tienen que hacer sus obligados ejercicios de problemas para prepararse. En cualquier caso, no quiero dejar de indicar que ste es mi primer escrito sobre fenomenologa y que Merleau-Ponty est presente en l, un autor que siempre me ha acompaado tanto en mi reflexin sobre la fenomenologa como en mis trabajos sobre la antropologa.

    Ms problemtica podra resultar la publicacin del ensayo de interpretacin fenomenolgica de la deduccin de las categoras de Kant, (Cap. V) pues ste s que es en su totalidad un texto de experimentacin. Lo empec a escribir el ao 1974, a la vez que redactaba el artculo sobre Kant, que en realidad se beneficia de los anlisis de ese estudio. Aunque el trabajo procede de ese ao, fue utilizado despus en el Seminario que dirig sobre Teora del conocimiento en la Universidad de Santiago durante el curso 1976-77, ao del que procede la transcripcin a mquina que conservo. No s si no ser muy osada su publicacin, pero cuando lo leo me parece que puede ayudar en lo que se propone, en tratar de encontrar detrs de las afirmaciones kantianas la experiencia que l trata de poner en palabras. Como ejercicio de comprensin de un texto filosfico, me parece necesario tratar siempre de recuperar la experiencia que late detrs de los textos. Desde esa perspectiva puede servir este trabajo como un ejemplo de ejercicio de fenomenologa. Precisamente una de las ms insistentes crticas de Husserl a Kant, por ejemplo en Erste Philosophie I, en la Vorlesung de tica del ao 1920 y en La crisis de las ciencias europeas, consiste en tratar de mostrar que Kant trabaja continuamente con conceptos no fenomenolgicos, es decir, conceptos que no tienen detrs de s una experiencia que los legitime, porque seran conceptos procedentes de una deduccin ms que de una mostracin. Por eso el ejercicio de interpretacin fenomenolgica de la Deduccin podra servir de prueba de esta tesis de Husserl. No hace falta decir que el ensayo es muy limitado desde varias perspectivas, dado que es estrictamente un experimento sin terminar; teniendo en cuenta, adems, su objetivo, quedan claros los lmites en cuanto a su fondo documental. Por otro lado tengo que confesar que en cierta medida en l aprovech tambin algunos apuntes de mi trabajo de licenciatura para la Universidad Complutense, del ao 1967, que vers precisamente sobre las categoras de Kant. Sin olvidar estas limitaciones, considero que el trabajo puede tener su inters.

    Por fin, me referir al ltimo trabajo (Cap. VI), del que no puedo precisar exactamente cundo lo escrib. De todas maneras en l utilic textos anteriores. Creo que el trabajo estaba en la forma que tiene ahora

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    en 1975, que es cuando se lo prest a un compaero en Santiago. Despus an lo volv a leer en varias ocasiones, introduciendo algunas anotaciones y complementos. Sin pensar en absoluto que sea un trabajo completo, lo que en l se trata de exponer me parece que sigue siendo de actualidad, a saber, la necesidad de separar la intencionalidad husserliana de la intencionalidad de acto, para ampliarla a la intencionalidad pasiva, de campo, fondo u horizonte, que tan importante es en Husserl y que no termina de ser considerada como fundamental incluso por quienes se dedican a la fenomenologa. Actualmente la eficacia ya de la publicacin del texto sobre la sntesis pasiva (Hua XI) convierte las conclusiones de este trabajo en bastante obvias en la bibliografa sobre Husserl, pero an encontraremos interpretaciones que se basan exclusivamente en las Ideas I, que siguen manteniendo que la Hyle es no intencional. Personalmente en este punto me he ratificado todava mucho ms, pues incluso he encontrado textos en los que se dice que la hyle es noemtica, lo que no puede ser menos si nos situamos en la intencionalidad de campo. En el trabajo que escrib sobre la tica de Husserl en las Lecciones de 1920, subrayo los pasajes en que Husserl habla con bastante detenimiento y reiteracin de los diversos niveles de la subjetividad; en ellos aparece con gran claridad esta primera etapa pasiva sin yo, sin determinaciones, sin significados, pero obviamente no por eso sin intencionalidad. Este trabajo lo publico tambin como lo he encontrado, aunque he introducido las modificaciones que tengo sealadas en el texto y que no tienen otro objetivo que aclarar lo que escrib inicialmente.